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25 de abril
LAS LETANÍAS MAYORES
En la Iglesia es antigua la costumbre de procesionar invocando la misericordia divina y la intercesión de los
santos. En Roma se tenían durante el año las procesiones estacionales cada domingo o fiesta señalada y
cada día durante la Cuaresma y la semana de Pascua. El obispo y el clero se reunían el día señalado en una
iglesia determinada (llamada ecclesia collecta), donde se rezaba una oración (nuestra actual colecta). Desde
allí y con el concurso del pueblo, se dirigían solemnemente a otra iglesia, donde se detenían (de allí el
nombre de ecclesia stationalis) para celebrar en ella la misa del oficio del día. Por el trayecto iban cantando
unas invocaciones llamadas letanías (del griego litanueo, que significa “suplicar”, “rogar”). Los Kyries del
ordinario de la misa son un resto de las letanías procesionales. Aparte de estas procesiones fijas existían
otras que se prescribían en ocasión de públicas calamidades o por acuciantes necesidades. Habiéndose
perdido hace ya muchos siglos la costumbre de las procesiones estacionales (un resabio de las cuales es la
procesión del Domingo de Ramos), la liturgia romana destina cuatro días del año a las procesiones de
letanías: el 25 de abril o de Letanías Mayores y los tres días que preceden a la festividad de la Ascensión,
llamados de Letanías Menores o de Rogativas.
Las Letanías Mayores en el día del evangelista San Marcos se introdujeron para cristianizar una antigua
procesión pagana introducida por el rey Numa Pompilio en el siglo VII a. de J.C., en honor del numen Robigus
(de ahí el nombre de Robigalia dado a esta celebración), deidad representativa de la fertilidad, para pedirle
abundancia de cosechas. Las Letanías Menores, en cambio, fueron prescritas hacia el año 450 por San
Mamerto, obispo de Vienne en el Delfinado, como días de penitencia para conjurar graves tribulaciones que
se habían abatido sobre la ciudad y su comarca. Las procesiones penitenciales se fueron repitiendo cada año
y se difundieron por todo Occidente, entrando a formar parte del calendario de la Iglesia de Roma. En medio
de los gozos pascuales, estos tres días con oficio penitencial (que imponen el morado de los ornamentos)
constituyen una pausa muy conveniente para preparar la Ascensión y Pentecostés (recordemos que los
Apóstoles “perseveraban en la oración” junto con la Santísima Virgen y las pías mujeres).
Allí donde la procesión sea impracticable por la estrechez del lugar o el peligro o la imposibilidad de salir a la
calle es recomendable cantar las Letanías de los Santos delante del Santísimo manifiesto después de la Santa
Misa de Rogativas. Donde haya tiempo se pueden preceder del canto de los siete Salmos Penitenciales.
El canto de las letanías comienza con el sacerdote vestido con capa pluvial morada de rodillas en
las gradas del altar mayor.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos. Cristo,
escúchanos. Dios
Padre celestial, ten
misericordia de
nosotros. Dios Hijo
Redentor del mundo,
ten misericordia de
nosotros. Dios Espíritu
Santo, ten misericordia
de nosotros. Trinidad
santa un solo Dios, ten
misericordia de
nosotros.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO – ESPAÑA -
San Miguel,
San Gabriel,
San Rafael.
-Cristo, óyenos,
-Cristo, escúchanos,
-Cristo, ten piedad de nosotros,
-Señor, ten piedad de nosotros,
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO – ESPAÑA -
animabus famulorum famularumque tuarum los fieles, concede a las almas de tus siervos y
remissionem cunctorum tribue peccatorum: ut siervas la remisión de todos sus pecados, para
indulgentiam, quam semper optaverunt, piis que puedan obtener a través de nuestra piadosa
supplicationibus consequantur plegaria, el perdón que siempre han deseado.
Actiones nostras, quaesumus, Domine, aspirando Te rogamos, Señor, que con santas inspiraciones
praeveni et adiuvando prosequere: ut cuncta prevengas todas nuestras acciones y con tus
oratio et operatio a te semper incipiat et per te auxilios les des continuidad, para que todas
coepta finiatur. nuestras oraciones y obras tengan siempre en ti
su principio y se dirijan a ti como a su fin.
Omnipotens sempiterne Deus, qui vivorum Dios todopoderoso y eterno, soberano Señor de
dominaris simul et mortuorum, omniumque vivos y muertos, que usas de misericordia con
misereris, quos tuos fide et opere futuros esse todos los que por su fe y buenas obras conoces
praenoscis: te supplices exoramus; ut pro quibus que han de ser tus escogidos, te pedimos con
effundere preces decrevimus, quosque vel toda humildad, por la intercesión de todos tus
praesens saeculum adhuc in carne retinet vel santos, que alcancen de tu misericordiosa
futurum iam exutos corpore suscepit, clemencia el perdón de sus pecados, todos
intercedentibus omnibus Sanctis tuis, pietatis tuae aquellos por quienes hemos determinado pedir:
clementia, omnium delictorum suorum veniam ya vivan en este mundo, vestidos todavía de
consequantur. Per Dominum Jesum Christum, nuestra carne, o ya, libres de cuerpo, hayan
Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate pasado al siglo futuro. Por nuestro Señor
Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la
saeculorum. Amen. unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos. Amén.
V. Dominus vobiscum. V. El Señor esté con vosotros.
R. Et cum spiritu tuo. R. Y con tu espíritu.
V. Exaudiat nos omnipotens et misericors V. Escúchanos Señor omnipotente y
Dominus. misericordioso.
R. Amen. R. Amen.
V. Et fidelium animae per misericordiam Dei V. Y por la misericordia de Dios las almas de los
requiescant in pace. fieles difuntos descansen en paz.
R. Amen. R. Amen.