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ee ne Cer oe ere eere an ck secant eae eats Ser ea ieee eee Crt eee eee ees eeieer ar aerrmancweret ge one eee nt ane aay tome cae cat as heap irarmatrn ey ere) tare ease ener oe baer een et ee eters ee eaten tere area ee eer ey Cenerecerienenese er) unica et ere ee aaa acre eee Picea eee tartar eee te Pie emer ree ep eerint ere eebetstiss Epregepeleeennesirnepn shi tis) eee mre ian vet che eu) El dolor y los lenguajes del cuerpo cee ah eee ay Fearon) racers ference porcer ior tecs uae ccd ome eres rrr Seen eee W ORAS EL DOLOR Y Los LENGUAJES DEL CUERPO SANTIAGO CASTELLANOS PRESENTACION VICENTE PALOMERA worama Buenos Aires, 2009 © GRAMA ediciones, 2008. Av. Maipti 3511, 1ro. A, (1636) Olivos Pcia. de Buenos Aires Tel: 5293-2275 - grama@gramaediciones.comar http:/ /www.gramaediciones.comar © Santiago Castellanos ‘Castellanos, Santiago El dolor y los lenguajes del cuerpo. - la ed. 1a reimp. - Buenos Aires : Grama Ediciones, 2012. 120 p. ; 21x14 em. ISBN 978-987-1649-06-8 1. Psicoandlisis. I. Titulo CD 150.195 Disefio de tapa: Kilak | Diserio y Web | wwwkilak.com Hecho el depésito que determina la ley 11.723 ‘Queda prohibida la reproduccién total o parcial de este libro por medios gréficcs, fotostéticos, electrénico o cualquier otro sin permiso del editor. Impreso EN ARGENTINA Dasmuznovams EsPa A: ‘Cur BorTOUALY Tel Lono / fax: 934 242 391 canoaeditorialeyahe Disrexsovemn Beast: lunvto Mimcapo AG ucts aD’. Belo Horizonte ~ MG Tel/Fax: (31) 32 saae Rio de Janeiro - RJ Tel/Fax: (21) 2547 3600 comercialelivronercado.com.br indice Vicente Palomera INTRODUCCION eevee CCaPtTULO 1: Los IMPASSES DE LA MEDICINA EN EL. ‘TRATAMIENTO DEL DOLOR LL, El diagnéstico y sus antecedentes. 1.2, El paradigma del cuerpo-méquina y la exclusién de la subjetividad. 1.3. Algunas consideraciones indicadas por Freud y Lacan. ; CaPfruto 2: FREUD ¥ EL CASO DE ISABEL DER. 2.1. El caso de la sefiorita Isabel de R. CaPfTULO 3: EL DOLOR Y EL GOCE SEGUN LACAN 3.1. El cuerpo en la ensefianza de LaCaf nro 3.1.1. El cuerpo como imagen... : 3.1.2, Clinica en dos tiempos: alienacién-separacién 3.1.3. El hombre tiene un cuerpo. 32 El dolor en el Seminario 5. Comentario acerca del caso de la sefiorita Isabel de R. ......c0.0 33. A propésito de un caso: el dolor corporal y el dolor de existi a 34, Eldoloren el Seminario 7. La éticn dl psicoandisis.- 35. El dolor y el goce en la ultima ensefianza de Lacan 15 25 28 S R885 aS aS CAPITULO 4: LA FIBROMIALGIA COMO FENOMENO TRANSCLINICO 4. 42. 43. El sintoma del dolor como acontecimiento del cuerpo “embrollado” 4.1.1. A propésito de un caso: embrollos y desenredos del dolor corporal 4.1.2. El dolor y el rechazo al inconsciente. El dolor y el fenémeno psicosomatico (FPS) .u.ununs El dolor y los fenémenos del cuerpo en la psicosis.. 4.3.1. El cuerpo en la psicosi 4.33, La fibromialgia y la psicosi 434. A propésito de un caso: enganches y desenganches del cuenp0 nnreoreeneenee a Besseax g 8 . 15 a A Vicente Palomera por su orientacién como director del trabajo de investigacién (Diploma de Estudios Avanzados) presentado fen la Seccién Clinica de Barcelona del Instituto del Campo Freudiano el 29/05/2008, que ha sido la base para la elaboracién de este libro. A Rosa Lopez por su ensefianza y colaboracién en la supervisién de algunos de los casos elfnicos que se exponen en este libro, A Beatriz Garcfa por sus comentarios y colaboracién en a redaccién del texto, A Irene Garcia por su valioso trabajo en la correccién de los textos. Presentacién Vicente Palomera El libro que presentames es el resultado de una investigacién realizada por Santiago Castellanos de Marcos en la Seccién Clinica de Barcelona para la obtencién del DEA (Diploma de Estudios Avanzados). Santiago Castellanos voles en este trabajo una parte importante de su experiencia clinica, como médico y como psicoa- nalista, para reflexionar sobre una enfermedad bautizada como iy ia" y dlasificada por la Organizacién Mundial de la Salud con el niimero: M79.9 (CIE-10, iltima versién). La fibromialgia no es una entidad homogénea, sino una enti- dad “multisistémica” y Santiago Castellanos la explora a través Thi ‘que el psicoandlisis ha puesto a nuestra disposi- Enfermedad y sufrimiento se anudan de manera singular en los sujetos que padecen de fibromialgia. Sabemos que se puede Padecer una enfermedad sin sufrie, ro DIE BSS aoe 52 puede sufrir de algo que no es una enfermedad. Santiago Caaialanos inucstra bon que, en el caso de la fibromialgia, la afirmacién de que “no hay enfermedades sino pacientes” esti probada, SIMO que pass con la | ent 2 a dudar de que fuera posible aislar Igunios fenémenos, y agruparios entre sf para hacer de ellos los signos diagnésticos de una enfermedad, los sintomas mismos demos- traban ser rebeldes a las interpretaciones unificadoras. En el caso de la histeria este cambio se explicaba como producto de una evolucién social, la cual habria trasladado del terreno somético al terreno psfquico la expresién simbélica de los trastornos men- tales, hacen descifrables en la metonimia de los significantes de una historia, Lo que se cifra en estas “fibromialgias” y “fatigas créni- cas”, es que el cuerpo de la histérica no es portador de nudos sig- nificantes a leer como “‘discurso del Otro”. Y, sin embargo, las fibromialgias portan las marcas del significante amo en las que irrumpe el goce del dolor, que no es goce de la pulsién parcial. Estos dolores fatigosos, portan lo mortifero de un goce que no se anuda con el goce de la vida. El rechazo del cuerpo puede llegar al extremo de que, entonces, el cuerpo se vuelve sintomatica- mente a la histérica en su contra, como un fardo que ella tiene que portar y soportar como un “tener” del que no puede desem- barazarse. El “sindrome de fatiga crénica” es cansancio de no hacer nada, es decir, cuanto menos hacen, ms se cansan, cuan- to menos el cuerpo estd movido por el dese més aparece la fati- ga yel dolor. El se revela asi como un lastre que se sos- tiene sin el deseo del Otro, pura sede del goce mortifero del Otro, cuerpo, en definitiva, aplastado por li cacién. Si bien la fatiga crénica no es descifrable directamente en el saber del inconsciente como metéfora, sin embargo, cuando el sujeto puede hablar de lo que fueron antes los puntos escogidos, los puntos sensibles de su ser en lo vivido, antes de quedar presa en la inmovilidad de una vida petrificada por el dolor corporal, entonces pueden aparecer las coyunturas traumaticas, la angus- tia, la tristeza y los sintomas que en esa vida anterior la hicieron sufriente en relacién al deseo como deseo del Otro. En la fibromialgia, los sintomas no son portadores de la pre- gunta de un sujeto dirigida al Otro, ni un deseo insatisfecho por identificacién a la falta, Por el contrario, son manifestaciones de! sintoma que esté en el discurso histérico pero que muestra, no la faz de un amoroso azo con el significante amo, sino lo que de odio resulta de ese amor fallido. Es por eso que esos sintomas Parecen tener més que ver con una clinica det dolor mortifero que con una elinica del dolor por pérdida del amor. Esa clinica del dolor es conocida desde el siglo xx y ayud6, en 1895, a Freud a separar la histeria y la neurosis de angustia de la neurastenia, conservando éta como neurasis actual auténo- ma, La neurastenia fue una entidad descrita por un médico nor- [BL DOLOR Y LOs LENGUAJES DEL CUERPO. u teamericano, George Miller Beard, quien describié un conjunto amplio y heterogéneo de varias decenas de sintomas, tanto somaticos como psicolégicos, que evolucionan ya sea de una ‘manera aguda, ya sea crénica. Podemos notar que ali figuran no ‘menos de once fobias, entre ellas la agorafobia, pero que la ansie- dad y el trastorno que ella genera no figuran como tales. El ‘soporte comin para sintomas tan variados es para Beard la pér- dida de la fuerza o de la energia psiquica (léase pérdida del deseo). Et hecho de que esta etiologia hipotética nunca haya sido puesta en evidencia no impidié, como ocurre hoy con la fibro- mialgia, el éxito de la nocién. Para Freud, el tinico cardcter fundamental era que la fuente de excitacién, la causa desencadenante del trastomno, se encuen- tra en el terreno somatico y no en el terreno psiquico, como es el caso de la histeria y la neurosis obsesiva. Freud consideré como sintomas caracteriaticos a tres de los que figuraban en la lista de Beard: cefaleas, dispepsia, constipacién, asi como la astenia y la irtitabilidad. En la descripcién clinica de la fibromialgia, también encon- tramos estos signos clinicos considerados por Freud y a etiolo- ‘fa propuesta por Beard de un “agotamiento” del sistema ner- vioso que por lo demds podrfa también ser resultado tanto de factores sométicos como psicosociales. Se sefiala la insatisfaccién libidinal atribufda a la ausencia de capacidad de placer (anhe- donia), 1o que aproximaria desde este punto de vista a la neu- rastenia con las neurosis. ico rastenia de Beard, aunque éste puso més de relieve su aspecto asténico, la fatiga erénica, el cansancio inexplicable que afectaba 3 estos pacientes y no tanto el dolor. Pareciera pues que la fibro- mialgia y el sindrome de fatiga crénica serian la misma enfer- medad 0 al menos se trataria de patologfas comérbidas. Por otro lado, la fenomenologia. de relieve el estudio de Santiago Castellanos, a estructuras, a tipos y a fenémenos clinicos variadas, razén pot la cual convie- ne tener muy presente que se trata de distinguir de las formas dlasicas de conversion histérica, los “embrollos del cuerpo” pre- sentes en las psicosis ordinarias, sin olvidar los fendmenos psi- cosomaticos, y las_formas Propias de estados delirantes. ¥, aunque no exista un continuum en esta serie, sf hay LL aE Teena seo AUER TS EP Bi SR I i a el Si 2 Sanmaco CASTELLANOS una clave que puede articularla: la ausencia o la presencia del ‘Sentimiento de la vida en la juntura intima del sujeto que permi- ‘te interrogar la forma que pueda tomar el afecto de indefensién ‘y-de desesperanza (vale la pena recordar aqui ef lugar central ‘que Lacan dio a la Hilflosigkeit freudiana como correlato del trau- ma). El afecto més frecuente y patente entre los sujetos que pade- cen de fibromialgia es justamente la indefensién. La investiga cion de Santiago Castellanos pone de relieve la incidencia de la forclusién del sujeto en la construccién del discurso de laciencia y sus efectos corrosivos en pacientes que consultan_habitval- mente a las “gentes de medicina’ (para usar el afortunado tér- ‘mino de Francois Leguil). Hay que decir que este valioso y necesario trabajo que el lec- tor tiene en sus manos sirve para tomar el pulso de las conse- ‘cuencias sobre el vinculo social en los momentos de maxima uni- versalizacién’ del discurso capitalista. $i los estudios sobre la neurastenia pusieron de relieve que esta enfermedad se presen- taba con mayor frecuencia en hombres y que procedia de un sobreesfuerzo intelectual (hasta Ilégarse a hablar de la epidemia del siglo xix), hoy muchos autores subrayan la correlacin entre fibromialgia ¥ la participacin en el mundo laboral del sexo femenino, con el correlato de stress y sobrecarga que afectan a mujeres y a hombres por igual. Ademés, en el contexto de medi- cacién creciente de la poblacién occidental en las diltimas déca- das, las situaciones de sobreexplotacién, sobrecarga y estigmal zaci6n de las mujeres, seria importante que esta investigacion ayudara a interrogar las ultimas lineas del escrito “Ideas directi- ‘vas para un congreso sobre la sexualidad femenina”, de 1960, cuando el doctor Lacan se refiere a la necesidad de estudiar las incidencias sociales de la sexualidad femenina en la actualidad. Por ultimo, este libro es una excelente ilustracién de la dis- tincién entre el cuerpo tal como es percibido por la medicina en la era de la ciencia y el cuerpo del goce. El cuerpo de la medici- na Gentifica es el cuerpo fotografiado, escaneado, calibrado e insertado en una cartografia estadistica. Por su parte, el cuerpo del goce conciemne a la particularidad irreducible del sufrimien- to del paciente. El goce del cuerpo es accesible al médico solo por ‘medio de la dimensién del dolor. El cuerpo calibrado y fotogra~ fiado vela y excluye el cuerpo del goce. Qué saber hacer.clinico necesita el médico contempordneo para que pueda reinsertar el [BL DOLOR ¥ LOS LENCUAES DEL CUERPO. B ‘cuerpo del gace en el marco del discurco de la medicina? sCémi entender la frase de Lacan en su conferencia de 1960, sobre “Psicoandlisis y medicina” seguin la cual “a direccién de! gocees la misma direccién por donde encontramosla dimension hea de Ja medicina”? El lector atento comprobaré cémo este je Santiago Castellano de it [bro de Santiago Castellano de Marcos es un intent derespon- Introduccion Unos aos después de iniciarme en el trabajo de la medicina acudié a mi consulta una joven actriz aquejada de un intenso dolor de rodilla que le impedia caminar y trabajar. El dolor se iba exten- diendo por su cuerpo y sentia un gran cansancio. Una vez realiza- das las exploraciones y pruebas adecuadas e informada la pacien- tede queno se habia encontrado causa que justificara su dolor, me contesté que no sabia qué hacer con el insomnio que también padecia desde hacia varios meses. Al preguntarle por lo que le habia pasado me contest6 que habja fallecido su padre, pero que = lla habia sido la fuerte de la familia y que se habia encargado de todos los asuntos. Le sugert la necesidad de hablar de esta cuestion y de considerar que tal vez sf habia alguna relacién y quessi ella no hablaba, quizé lo estuviera haciendo el cuerpo. Este planteamiento tan elemental, que remite al titulo del libro, fue entendido répidamente por la paciente, lo que le per- mitié hacer un despliegue de las coordenadas de la aparicién del dolor y los otros sintomas, abriendo la posibilidad de que ella se hiciera cargo de lo que le estaba Contesté que hacia tres afios habfa fallecido su hermana y que esto habia coincidido con la noticia de que su hermano esta- ‘ba enfermo por el VIF. A ella se le cayé el pelo hasta casi que- arse calva, lo cual no es un sintoma cualquiera para una actriz. ‘Su imagen se vio seriamente dafiada ante el encuentro con algo jnzoportable en su experiencia de la vida, sin que tampoco pudie- ra en ese momento hacer el duelo de forma adecuada. Enesta ocasién ella habia desarrollado un fenémeno psicoso- mitico, la calvicie. Posteriormente, con el dolor de rodilla, po- driamos decir que estaba haciendo un sintoma, sin lesién corpo- ral, pero que le ocasionaba una gran incapacidad. Fue necesario el trabajo de elaboracién del duelo para que el sintoma cediese, allf donde los analgésicos no habfan demestrado eficacia alguna. TE ETI STII I RSS TTT ION AT 16 ‘SANTIAGO CASTELLANOS ‘Ms tarde me encontré con otro caso que en su momento me conmovié mucho. Estaba atendiendo a un paciente de 60 afios ue padecia un cancer en fase muy avanzada, en tratamiento Paliativo, précticamente ya no se podia levantar de la cama. En tuna ocasién me pregunté que cudndo se iba a morir, a lo que le contesté que no lo sabfa. Esto fue interpretado por el paciente ‘como que iba a suceder de forma inminente. Me pidié que le reli- ‘ara toda la medicacién, que inclufa morfina para el dolor y otros farmacos, habitualmente imprescindibles en estas situaciones. ‘No sabia muy bien qué hacer, pero accedi a su demanda. Yo le visitaba todos los dias en su domicilio y pude comprobar cémo fallecié tres dias despues, sin necesidad de medicacién para el dolor, despidiéndose tranquilamente de su mujer y familiares. 2Cémo poder explicar esta experiencia dea clinicadel dolor? Hay algunas teorias en la medicina sobre este caso, que no se trata de desarrollar en este libro, pero en el fondo no sabemos nada, En las misteriosas penumbras que habitan la frontera del organismo y su anclaje con la subjetividad y el lenguaje, del cuerpo hablante, es dificil orientarse, no hay una ley que nos, permita comprender todo lo que sucede. Y Lacan dio un nom- bre, al final de su ensefianza, a aquello que elude la compren- sin: lo real, En la clinica del dolor nos encontramos en muchas ocasiones en esta zona de penumbra, en las fronteras de lo real, lo simb6- lico e imaginario, las tres dimensiones que para Lacan constitu. yen la subjetividad. En el Curso de orientacién lace de finura en psicoanalisis, clase del 12 de noviembr dice: “Fs necesario que haya una articulacién simbuli para que Podamos decir: algo es imposible. Por lo tanto tenemos, en una vertiente, loreal que depende de lo simbdlico, Pero, en otra, y es lo que Lacan deja percibir, es la autonomia de lo real. Y su dlti- ma ensefianza estd desgarrada entre dos posiciones: la de una autonomia de lo real que trata de animar, y de otro lado, el apre- samiento de lo real entre lo simbélico y lo imaginario”. Entonces, el concepto de real aportado por Lacan es un opera- de la concepcién de que hay un agujero en la comprensién del saber, siempre hay un agujero que es parte de la estructura del ser hablante, y sobre esa falla en la estructura hay que saber hacer. [BL DOLOR ¥ LOS LENGUAJES DEL CUERFO 7 hay algo.qu@ escapa a la I6gica dé'la eficaria del férmaco 0 del dafo orgénico, y cualquier médico con expe- Fleneia sabe que la subjetividad opera de forma decisiva, La concepcién del dolor ha ido cambiando a lo largo del Sempo. El modelo biomédico simple lo ha atribuido siempre a luna causa exogena (heridas, traumatismos, tumores...). Se ha considerado siempre la importancia del sistema nervioso en la transmisién del dolor y se han estudiado las bases neurofisiolé sew que lo explican. Este modelo ya ha: sido ampliamente supe- Las observaciones realizadas Por Beecher en 1959 sobre los Soldados herides durante la Segunda Guerra Mundial, que pre~ gentaban una escasa peticién de analgésicos, coomparado con 40s pacientes postquinirgicos ingresados en un. hospital civil, sir- ieron de base para considerar que hay otros factores psicoldgi- Sor. contextuales que influyen decididamente en la experiencia dolorosa. En el campo de la medicina se pasé a un modelo multii- mensional que establece que en la sensacién dolorosa intervie. nen distints factores (emocién, pensamniento,atencidn, ett) que modulan el dolor y que hacen que la intensidad del mismo no dependa solamente de la intensidad del estimulo. En este cantexto se establecié, en 1979, la definicién més | Esta definicién presenta un cambio en la concepcién del Golor Pues tiene un cardcter subjetivo. Esto quiere decit que ‘Puede ser una experiencia emocional asociada incluso cuardo no se evidencie una lesién orgénica que lo justifique, o como {hegStembach, “dolor es todo aquello que el paciente dice que siente, y con laintensidad que dice que tiene”. Freud ya estableci6, tal y como desarrollaremos més adelan- ener SSS SSH unsuusnetsueesceeeree 18 SANTIAGO CASTELLANOS (nk te, estos postulados varias décadas antes. Partié del hecho de que la disociacién que se establecfa en el campo de la medicina entre lo psiquico y lo somético es equivocada. Hay una articula- cién que él propone a partir del concepto de pulsién, y de los desequilibrios que se establecen para dar lugar a la experiencia dolorosa. Podemos considerar el “dolor” erénico, de causa no orgéni- ca, como una experiencia subjetiva, como una manifestacién de los lenguajes del cuerpo. Para el psicoandlisis el cuerpo habla a su manera, a veces de forma desgarradora, pudiendo considerar este sintoma como un dicho, como un goce o como un soporte que cumple una funci6n en la articulacién del aparato psfquico y el cuerpo. EI dolor es como una gran autovia por la que el ser humano se ve obligado a circular en muchas ocasiones aunque-el-origen del recorrido sea diferente y el destino también. A veces, por diferentes razones, no sabemos salir de esa autovia una vez que ‘entramos, © no salimos por el carmino adecuado y volvemos al ‘mismo lugar. - En fin, por diferentes razones siempre me interes6 en la préc- tica de la medicina el tratamiento de! dolor. ‘Algunos afios después, tras mi encuentro con el psicoandlisis, me interesé en el tratamiento de la fibromialgia, padecimiento cuyo sintoma cardinal es el dolor crénico, pero que se da acom- pafiado de una gran afectacién corporal, tal y como presentaré més adelante. . ‘Me aproximaré a lo largo del libro al estudio del dolor créni- coa través de la investigacién que he desarrollado sobre la fibro- mialgia en los iltimos aftos. Este trabajo es el producto de esa experiencia clinica, que se inici6 hace cinco afios y en la que he podido atender numerosos casos clinicos tanta en el sistema sanitario publico como en la consulta privada. La idea surgié cuando lef una circular del Servicio de Reuma- tologta del hospital de referencia de mi centro de salud en el que se informaba que no habia que derivar a las pacientes diagnosti- cadas de fibromialgia. Este hecho llamé poderosamente mi aten- ién porque en el campo de la medicina los reumatélogos se habian hecho cargo de la atencién de este padecimiento. La gran masividad del mismo estaba colapsando las consultas de los reu- [EL DOLOR ¥ LOS LENGUAJES DEL CUERPO 1» matdlogos que no sabfan muy bien qué hacer, porque el dolor no Fespondia a los tratamientos analgésicos més potentes y porque fo estaba claramente establecida la causaldad de Ia enferme- Entonces me hice la siguiente pregunta: es posible un trata- iminto de la ibromialgla con Ta orientacién del psicoandlisisy la palabra’ He tomado el significante fibromialgia considerando que es algo ajeno al discurso analitico. Se trata de tna terminologia pro- pia del discurso del amo y de la ciencia que promueve una iden- tificacién del sujeto al diagnéstico o significante amo: fibromial- gia. Lo que en la préctica clinica supone decir por parte del Paciente: soy o tengo fibromialgia, Esta identificacién supone una categorizacién que anula la particularidad del sujeto que padece el dolor. Esta tendencia ala categorizacién inaugura una nueva clinica que el psicoandlisis tiene que descompletar. La estigmatizacién de i y la identificacién a los parte de ientes, afia- den cada vez més problemas a la resolucién de los sintomas. EY planteamiento del tratamiento para la anorexia, la obesi- dad, la fbromialgia, etc, debe ser reformulado desde el psicoa- nlisis, que trabaja a contracorriente del discurso del amo. En el Primer tiempo del tratamiento siempre se trataba de realizar una de desidentificacién del sujeto para que pudiera hablar de la propio y de lo singular. Por esta razén, siempre hablaba con las pacientes con el significante del “dolor” que abria la puerta de una pregunta por su cqusa.una vez que se habia descartado la causalidad orgdnica. Es una operacién pre~ via que trata de pasar del discurso del amo al discurso analitico, ara que se pueda realizar un tratamiento con Jas herramientas del psicoandlisis. En este sentido, la préctica analitica de la que se trata de dar cuenta en este trabajo, més allé de los efectos terapéuticos afia- didos que conlleva, esté orientada por la biisqueda del sintoma en su singularidad. Tal y como explicaré a lo largo del libro es una prdctica que se orienta por la produccién del sintoma. Del pasaje del dolor al sintoma para que este puéda ser abordado analfticamente, del s{ntoma en tanto que es lo singular de cada ‘uno. En algunos casos se trataba de la relaci6n con su partenaire masculino; en otros de la relacién de estrago con la madre, o del SE TR MET TE TT I TE DOS EE A ELIT 20 ‘SANTIAGO CASTELLANGS anudamiento que provee la identificacién “soy fibromidlgica” ‘como un ordenamiento de la vida del sujeto. ‘A partir de esta experiencia he podido evidenciar que hay una clinica desde el psicoandlisis para el tratamiento del dolor cen las mujeres diagnosticadas de fibromialgia. Hablamos del ‘dolor como un acontecimiento que se experimenta en el cuerpo, pero que al mismo tiempo estd anudado a un conflicto psiquico no evidente, no visible para el paciente. Hay que aftadir que en el tratamiento de la Sbromialgia es necesario recurrit a la alianza con la medicina dado el grado. de ‘afectacién corporal que la misma produce en los pacientes y en ‘ocasiones a la utilizacién de determinados farmacos que tienen ‘un efecto caramente beneficioso. La medicina se ocupa de las enfermedades del cuerpo, aun- que con herramientas distintas a las del psicoandlisis. Desde el psicoandlisis se puede abordar una clfnica sobre el cuerpo, allf donde la medicina se encuentra con un limite. El psicoandlisis fue desde sus orfgenes una clinica sobre el cuerpo, aunque Freud no lo mencionase de esta manera. Freud abordé el sintoma como una perturbacion de las funciones del . Este fue su encuentro con la histeria y el mecanismo de la conversién. El tratamiento de los sintomas conversivos a tra- vvés de la palabra fue su gran descubrimiento. El demostré eémo determinadas disfunciones de lo somético podian ser abordadas 1a través de la técnica psicoanalitica ‘con claro éxito, intentando demostrar de una manera cientifica los poderes de la palabra y ‘sus efectos curativos. Lacan terminé planteando en su tiltima ensefianza cémo “el sintoma es un acontecimiento del cuerpo”. Podemos tomar eI” dolor, sintoma cardinal de la fibromialgia, como un aconteci- miento del cuerpo. “embrollado” o como una modalidad de los “lenguajes del cuerpo”. Pero la fbromialgia es un padeci- miento complejo, en el que se puede constatar e! dolor como acontecimiento del cuerpo tanto en la neurosis como en la psi- ‘cosis, puesto que tiene un cardcter transclinico. Ademés, se acompafa de otros sintomas corporales que se corresponden con la patologia psicosomética. En los trabajos y casos a los que he tenido acceso en el campo

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