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CONÓCETE A TI MISMO

RAYMUND ANDREA
Pasado Gran Maestro para Gran Bretaña

SOBRE EL AUTOCONOCIMIENTO

Orden Rosacruz AMORC

La fórmula "Conócete a ti mismo" ha sido parafraseada innumerables veces y en


muchas formas diferentes, todas las cuales nos son familiares en nuestra lectura de
literatura oculta y la mayoría de las cuales arrojan más o menos luz sobre el
significado original. Estas fórmulas tienen una gran importancia Cósmica y resultan
algo desconcertantes cuando se analizan de manera reflexiva.

Conocerse a uno mismo desde el punto de vista oculto es un asunto integral y con
el que la mayoría de nosotros estaremos bien ocupados por lo menos durante la
presente encarnación.

Deberíamos saber, por ejemplo, que el verdadero autoconocimiento no puede


comenzar hasta que se haya alcanzado cierto grado de respuesta egoica: hasta ese
momento en la evolución no somos más que especuladores, sin embargo, muy
inteligentes desde un punto de vista personal y mundano.

Eso en sí mismo es una concepción humillante; pero es bueno que nos demos
cuenta desde el principio, porque es verdadero. La seguridad que algunos
estudiantes tienen por causa de un poco de lectura oculta es divertida pero a la vez
alarmante. Es bastante común y es de esperarse entre aquellos que no tienen
conocimiento esotérico y viven bien en el intelecto; pero es igual de común entre
aquellos que se saben los clásicos ocultistas de memoria.

Lo primero que debemos comprender es la dificultad de la tarea en la que estamos


comprometidos.

Somos entusiastas y muy a menudo poseemos las principales fallas de la clase.


Esperamos completar una tarea de vida en unas pocas semanas; pero es algo que no
se puede hacer; y no hago una descripción pesimista al decir eso.

El (Bhagavad) Gita simplemente dice:

"De los esfuerzos exitosos, escasamente uno me conoce en esencia". (Una de tantas
traducciones del libro dice: Entre millares de hombres quizás uno busca la
perfección. Y entre millares de estos que buscan la perfección, quizás uno me conoce
en verdad.)

Tras reflexionar seriamente, cada vez me parece más que el logro del
autoconocimiento es principalmente la demostración de una medida cada vez
mayor de la impersonalidad. Este es el pensamiento central del Gita, y todos los
temas de ese clásico se basan en él.
Impersonalidad

La impersonalidad es su doctrina secreta y no importa cuán grande sea el atractivo


de su belleza y su deseabilidad para el intelecto o el sentido estético, permanecemos
en la corte externa hasta que la impersonalidad se convierta en un factor en la vida
práctica.

La impersonalidad suele ir precedida por un largo ciclo de desarrollo y experiencia


del carácter más variado y, a menudo, desconcertante. Hay un mundo de
experiencias internas que hay que acumular antes de que podamos convertirnos en
exponentes vivos de la impersonalidad; y solo una genuina disciplina oculta obliga
a esa experiencia y conduce natural y legítimamente a una demostración segura y
apropiada de ella.

La impersonalidad tiene muchos grados. Abarcan desde los pequeños desapegos


ejercidos por un aspirante hasta ese extremo espiritual tan sorprendente y natural
para el adepto; pero en cualquier grado en que se manifieste en el individuo, hay en
él algo sumamente llamativo e influyente para quienes lo presencian.

El desapego nos hace conscientes de la divinidad que ensombrece la conciencia


humana y nos invita a rendir el corazón a sus impulsos benéficos; trastorna nuestras
ideas preconcebidas de pensamiento y acción, rechaza las limitaciones y el orgullo
del yo intelectual y las falsas creencias bien fundadas de una educación liberal.

Y aquí está la razón por la que tan pocos son capaces o están dispuestos a
embarcarse seriamente en un entrenamiento, cuya naturaleza, tiene un aspecto más
o menos prohibitivo y se opone a muchas cosas que están firmemente establecidas
y valoradas en la vida personal.

Sin embargo, estamos tratando aquí con una condición, una fuerza, que es de valor
supremo en la evolución de la conciencia. Una multitud de ansiedades y disturbios
que hasta ahora mantenían el dominio indiscutible dentro del alma, pierden su
tiranía y desaparecen. No es que abandonemos la arena de la personalidad y
neguemos la interacción constante de fuerzas dentro de ella, sino que los vemos
desde un punto de ascensión, con un nuevo poder de autodirección y percepción, y
tenemos la capacidad de armonizar vibraciones opuestas.

La conciencia de esta descendente armonía y paz tiene un efecto maravilloso sobre


nuestra disposición mental y su impulso creciente nos permite lograr rápidamente
y de manera puntual las tareas asignadas.

De hecho, solo en esta etapa de desarrollo nos damos cuenta de la verdadera fuerza
y belleza de la acción mental y creamos según la ley del hombre y la mujer
espirituales.

Hasta este momento, estábamos a merced de la mente; reinando sobre nosotros


con la autoridad de un tirano; nos presentábamos aquí y allá ante las demandas del
pensamiento y, a menudo, nos involucramos en una incertidumbre y confusión
lamentables.

Pero el despertar al sentido de impersonalidad invierte esta condición de las cosas.


De forma consciente y deliberada imponemos la voluntad del ego a las actividades
de las diversas facultades con resultados sorprendentes. Las inmensas
posibilidades, por lo tanto, que se abren ante el aspirante que ha iniciado esta
conquista personal son obvias.

El difícil camino por delante.

El trabajo prolongado y concienzudo necesario para desarrollar una competencia


en cualquier arte o ciencia no es menos necesario aquí.

Hay un punto definido en la evolución cuando nos hacemos muy conscientes de


que debemos llegar a un juicio interno, investigar y comprender los factores
opuestos en nosotros mismos y dedicarnos seriamente a la tarea de la
autodisciplina.

Incluso esta autocognición preliminar trae reflexiones de la más infeliz clase.


Hemos recorrido el camino de la menor resistencia y hemos tomado la vida tal como
ha venido; no hemos considerado necesario reflexionar de manera demasiado
crítica el flujo veloz de pensamiento y emoción, la acción y reacción de estos sobre
uno mismo y los demás.

Pero con este despertar, la sensación de seguridad se desvanece. El centro estable


de conciencia en torno al cual giraba nuestra vida y al que se relacionaban todas
nuestras actividades, se descentraliza.

Es una ley de la ciencia oculta que una expansión de la conciencia inducida por el
amanecer de la verdad espiritual produce dolor e inquietud. Es en este punto que
nos damos cuenta de la gran responsabilidad que nos incumbe asumir la tarea de la
autoconquista y establecer el poder del ego como el factor dominante en nuestra
vida en interés de la evolución.

Esta prueba inicial de la vida oculta requiere un acto de juicio de un carácter muy
extraordinario.

El camino del (Bhagavad) Gita parece hacer cumplir este pensamiento: muestra el
método distintivo utilizado en la preparación. No fue una sola y fácil lección de
enseñanza la que impartió las calificaciones para el reconocimiento, ni fue recibida
y entendida de inmediato. La enseñanza fue multifacética, cada presentación levantó
un velo tras otro y provocó que un vicio y una debilidad tras otra fueran superadas
por el alumno, hasta que tengamos sus últimas palabras en el momento de la
realización completa:

“Destruida está mi ilusión. He adquirido conocimiento por tu gracia.”


Es solamente después de completar este ciclo de crecimiento, donde los cuerpos
han tomado la profundidad de la experiencia humana y se han elevado a un nuevo
poder, que es posible actuar, morar en unión con lo divino, renunciar al apego y
equilibrarlo aun en el éxito y el fracaso.

El sacrificio del yo es un asunto claramente personal. Creo que no hay dos


estudiantes que traten con eso exactamente de la misma manera. Uno encuentra el
éxito a través de una expresión completa de los poderes personales; otro adopta el
método de retirada en una negación total del yo. Muchos fallan aquí en una sabia
discriminación. Asumen lo que no saben y dejan de ser naturales; mientras que el
verdadero discípulo, con el toque del Maestro dentro de él, debe ser tan simple,
natural y expresivo como la misma Naturaleza.

Debería haber algo tan intensamente humano y espontáneamente afectuoso en él,


que dondequiera que fuere, exista un reconocimiento y una comprensión
inmediatos por parte de cada contacto y una cierta respuesta de todos a él.

Pero sea cual sea el método que el estudiante elija, el problema sigue siendo el
mismo; el juicio inicial es el mismo; las mismas calificaciones son esenciales para
cumplirlo. Y cada método tiene su precio.

Para que el yo disciplinado pueda moverse entre los objetos sensoriales con
sentidos libres de atracción y repulsión; ser dominado por el Ser y entrar en la paz
espiritual en donde se encuentra la extinción de todo dolor; esto no es una tarea
ligera o el esfuerzo de un día.

Por Raymund Andrea. Adaptación del texto publicado en la edición de mayo de


1927 de “The Occult Review”, que también se publicó en el número de marzo de
1996 de “Rosicrucian Beacon”, y en la compilación “La flor del alma” en 2009.

Traducción P. C. D. G. F. R. C.

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