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1. LA ESCUELA, LA FAMILIA Y LA COMUNIDAD: EJES DE MEJORA DEL APRENDIZAJE Antonio Bolivar Botia Maria Rosel Bolivar-Ruano InTRODUCCION jocer que la escuela sola no puede. Lo suele decir, con frecuencia, l profesorado: “solos no podemos”. Evidente. En la sociedad de! si. elo XX1, la escuela sola no puede responsabilizarse de la educacién de los jévenes, Cada vez se precisa de la conjuncién con atros agen. tes instancias sociales y, en primer lugar, con las familias, Por eso se otra légica, otro modelo, otra forma de organizar los espa. ‘Como ha dicho Anténio Névoa el espacio piblico de edtucacion si de educacién, sino poniendo de manifiesto que actualmente sna tarea comunitaria de la que todos somos corresponsables, De ant la necesidad de establecer redes 0 acuerdos entre instancias sociales y educativas. Por otro lado, lo anterior conduce, como su otra cara, a “recen: tra" la escuela en lo que es su misin primera: asegurar los aprendi- ‘ies fundamentales a todo el aluninado, misién hoy cuestionada por los graves riesgos de exclusién: En Europa, una propuesta de 20 _ ANTONTO BOLIVAR BOTIA, MARIA ROSEL BOLIVAR-RUANO. grave riesgo de exclusién. De modo similar, el documento Metas edu cativas 2021 (OBI, 2010), como programa de trabajo consenst:ado para los paises iberoamericanos, sitia (p. 108) como meta general quinta: “Ofrecer un curriculo significative que asegure la adi i las competencias basicas para el desarroll ejercicio de la ciudadanfa democratica’. Nosotros, en dserminciee escritos (Bolivar, 2010), también hemos vinculado ser competente en Jos aprendizajes imprescindibles a la condicién de ciudadanfa, da- do que su ejercicio activo implica contar con dichas competencias basicas. ‘Sino se puede continuar exigiendo ala escuela que ese camulo de funcionts asignadas, importa larihcar meal eel aprendizaje especificamente escolar, al tiempo que se demanda alas otras instancias (sociales, familiares, municipales, etc ) que parti conjuntamente cn Ja tarea de educar a la ciudadania. Por eso, que hacer a la escuela responsable, apelamis a la correspon: lidad de toda la sociedad, apostando por establecer redes, acuerdos, actos con la comunidad local mAs cercana. Esta tarca, en la que estamos comprometidos, conduce a const priblico educativo por medio de redes (culturales, fam Jes) que construyan nuevos compromisos en torno a conjunta de nuestros j6venes como cjudadanos, superando Ia mentacién de los espacios y tiempos educativos. miliar, pero también extender sus escenarios y campos de actuacion al municipio o ciudad como un modo de hacerle frente a los nuevos retos sociales. Por eso, en las condiciones actuales, se ha de apostar por recu- perar la comunidad educativa en un proyecto educativo ampliado. ‘Una mejora de la educacién no es tarea “de toda Ja tribu”, segin un extendido lema. Sila educacién es el resultado de la accién de mu- chos agentes e instituciones, para funcionar de modo congruente pre- cisa ser compartida cooperativamente por las restantes instancias “ 1A ESCUFLA, LA FAMILIA Y LA COMUNIDAD A sociales, pues de otro modo las posibilidades educativas se verin mermadas por la propia debilidad estratégica de la sola accién es- colar. Siendo el Ambito escolar nuestro primer Ambito de accién, es por el que hay comenzar a trabajar, e20 sf, intentando articular de modo coherente la accién de la escucla, la familia, la comunidad y elentorno en el que esté inserta, Centros escolares que inicialmente han roto las barreras apostanda por establecer slianzas y acuerdos con Jas familias y otra’ instancias educativas, han desebierto a impor tancia para su propia labor (apoyo, mejora del aprendizaje de los alumnve, incremento an wor de los profesores y de la reputa- cin positiva de la escuela por la comunidad), Resulta imprescindible recuperar la confianza mutua entre familia y escuela (Comellas, 2013), incrementando progresivamente la comunicaci6n y Ja par- ticipacién, para que la accién educativa pueda tener éxito. Por eso,- tun buen enfoque en la mejora de los vinculos es para mejorar los resultados académicos, como defienden Collet, Besalt, Feu y Tort (2014). En resumen, promover la implicacién de las familias en la escuela responde a dos razones: Primero, porque la participacién refleja los supuestos democra- ticos que subyacen a la organizacién del sistema escolar. En se- suundo lugar, la inveétigacién indica que cuando los padres y la comunidad jean en Ia educacién puede conducir a incre- 1ados educativos de los estudiantes (Gordon FAMILIA Y ESCUELA: LLAMADAS A TRABAJAR EN COMUN Las familias son coeducadoras y corresponsables con la escuela, por lo ” que sc requiere su participaci6n activa para articular las practicas escolares con sui apoyo imprescindible, St bien a veces, segtin el con- texto, han existido recelos o experiencias no del todo positivas, ha Megado el momento (“solos no podemos” comentan a menudo, con razén, los profesores) en que, con unas nuevas percepciones y mira- das, se organicen espacios y tiempos de relaci6n y apoyo. Cuando hay quejas de que los padres no colaboran suficientemente o que les falta interés, también hay que preguntarse si desde los propios centros se hace todo lo que se puede en esta direccién. Que los pa- res se impliquen més 0 menos depende también de los propios cen- tros escolares (Comellas, 2009). 22 ANTONIO BOLIVAR BOTIA, MARIA ROSEL BOLIVAR-RUANO dela -omo un bien de consurmo privado. Las wuevas “clases medias”) empiezan a ‘considerarse preferentemente “el a los que ellas mismas demandan mayores funciones 0, co Proclamarse ahora, “calidad”, En lugar de ciudadanos act en conjuncién con el profesorado— cor centro pablico que quieren para sus hi adres y madres adoptan el papel de ct /s, es preciso implicark dar pasos para que ellos sean los més importantes aliados de la ‘educacién de sus hijos y en defensa de la educacién piblica. Come dice Hargreaves en el primero de los escritos citado: En interés de los propios profesores, éstos deben considerar a Jos pacires no simplemente como gente rrtantes oa las que hay ‘que apaciguar, sino que han de ver en ellos a sus més importar, tes aliados en el servicio de los hij ena defensa contra los profesion (Hargreaves, jos de estos mismos padres y generalizados de los politicos a su 186). Diversos estudios sociolégicos recientes ponen de manifesto, contra la queja habitual de los docentes de la falta de apoyo de los Padres y su escasa implicacién en el proceso educativo de la excuc~ Ja, que los padres en la actualidad, como en el pasado reciente, o importando mucho y hay, por ello, una milias en la edueacién de sus hijos. La cuestion esta, fen qué modos LA ESCUELA, LA FAMILIA Y LA COMUNIDAD. de articulacién e implicacién son posibles y deseabl. cada uno de los Si agentes y el valor que se le otorgan (Comellas, ratura angl €s un factor importa gros de los estudiantes, las la relacién de este compromiso de las, paises, con procesos cognitivos (como otros actitudinales. De ahi la necesidad de reforzar la implicacién de Jas familias si se quiere mejorar los Una dimensién clave en este proceso es que existan percepciones compartidas acerca de lo que importa y se pretende en la educacion gruencia entre percepcione: miento y las actitudes en el el tema, que revisan Gordon y Louis (2009), ponen de manifiesto que la participacién de los padres tiene una significat en el rendimiento de los estudiantes. Los inv han Ilegado a la conclusién de qq cipacién de los padres, como el nfluencia no la asistencia de los pa- dres alas conferencias y otros eventos escolares o reglas para hacer en casa las tareas. la, pues, limitarse a una participacién formalista y buro- Si las esteucturas de participacién se limitan a aprobar ‘burocriticos o rutifarios, Tequeridos puntualmente, la par- ticipacién se diluye en reuniones formalistas, acabando Por sentirse como una sobrecarga y pérdida de tiempo. Y es que mas que una estructura formal ya dada, es algo que se necesita aprender en las relaciones diarias y a fomentar en la vida cotidiana del centro esco- lar y fuera de él. Crear estructuras de Participacién en las escuelas debe dirigise, preferentemente, a incrementar la imphicacion de 24 ANTONIO ROLIVAR BOTIA, MARIA ROSEL BOLIVAR-RUANO Jas familias y el sentido de compromiso de los miembros de la comunidad en la educacién d aumentar Ia implicactén “sut La participacion de la familia en la escuela, para que no langul- dezea, ha de revitalizarse mediante una “cultura organizativa de participacién” en la vida cotidiana dela escuela. Se precisan nuevas formas de implicar a la comunidad educativa en la educacion de la udadanta, mds alé dea mera representacién formal ode elebrar las oportunas reuniones. Por una parte, la participacién debe aso- cine ipuimente sa fornas de abo clei en ode fs veles de la vida de la escuela y, por otra, cuando los problemas aumentan de modo que la escuela sola no puede con ellos, se impo- ‘ne més que nunca la colaboracién entre familias y centros educa- tivos para la formacién de la ciudadanta. Inicialmente hay un conjunto de obstdculos, més perceptivos que objetivos, que impiden la colaboracién y el trabajo conjunto: el profesorado no siempre fomenta la implicacin de las familias, en parte debido a la desconfianza —contra las evidencias— sobre Jo que pueden aportar en la mejora de la educacién; por su pate, los. padres no siempre participan cuando son inducidos, debido—entre otras causas— al desconocimiento e inseguridad sobre lo que ellos pueden hacer. Es preciso romper Jas fronteras de tervitorios sepa- rados, cuando de lo que se trata es del objetivo comin de educacién de la ciudadanfa. Construir una “cultura de participacién” supone reconocer por todos los miembros de la comunidad escolar que la Participacién es un valor esencial para educar a una ciudadania activa, informada y responsable. Cuando hay quejas de que Jos pa- dres no colaboran suficientemente o que les falta interés, también hay que preguntarse si desde los propios centros se hace todo lo que se puede en esta direccién. Que los padres se impliquen mas o me- nos, depende también de los propios centros escolares. No obstan- tees preciso reconocer los retos que plantea cambiar “culturas” escolares asentadas: Como hemos visto, nuestra hipétesis es que si cambias la cultura escolar, que actualmente rige los vinculos con las familias y en- tornos, basados en la separaci6n, se pueden producir cambios significativos en los procesos y en los resultados educativos. Por lo tanto, creeros que si cambias los elementos clave de a estructu- ra actual de la escuela, que determinan los conceptos, las normas LA ESCUELA, LA FAMILIA Y LA COMUNIDAD escuelas sobre las relaciones con las familias jaciones de la experiencia esco- woluerados, que permitan ‘Tort, 2011:33-34). y précticas en Jas fe puede conseguir transformacion de todos los sectores in thera le resultados academlcos (Collet En nuestras experiencias en el Proyecto Atldntida, centros esco- Jares que inicialmente han roto las barreras apostando por establecer alianzas y acuerdos con las familias, han descubierto la impor- {ancia para su propia labor (apoyo, mejora del aprendizaje de los ‘lumnos, incremento de la moral de los profesores y de la reputa~ cién positiva de la escuela por la comunidad). Hemos constituido en Jos centros de educacién equipos de ciudadanta conformados por tuna parte docente (equipo directivo, coordinacién de dreas y orien tacién) y no docente (representantes del alumnado, familias y mu- nicipios), con un coordinador general. En el extremo, conseguir sintonta y colaboracién no es algo dado, tiene que ser construido y ‘conquistado con sus propios momentos de iusién y crisis, que tienen que ser remontados. LEXPERIENCIAS EN EspAft DE NUEVOS MODOS DE HACER ESCUFLA, Estos nuevos modos de hacer escuela son plurales y diversos, Parti- ‘cularmente, por la participacion activa que hemos mantenido en cl Proyecto Atléntida y en las escuelas en que se esté implementando, ‘nos vamos a concentrar en aquellos que, en un contexto de globa- lizacién y en la sociedad de la informaci6n, quieren reconstruir la comunidad en un nuevo localismo, dado que la escuela sola no puede satisfacer todas las necesidades de formaciGn de los citidada- ‘nos. Por otro lado, se reivindica una educacién y una escuela demo- crdtica que contribuya tanto a la equidad de la educacién como a ceducar para cl ejercicio activo de la ciudadansa (Bolivar, 2007). Estos movimientos parten de que, en el espacio educativo arn- pliado actual, noes posible mantener Ia accién educativa de los esta- blecimientos escolares recluida'como una isla, es preciso conectar Jas acciones educativas escolares con las que tienen lugar fuera del centro escolar y, muy especialmente, con las familias y el munici- pio. Educar a la ciudadania no concierne s6lo a los educadores y l profesorado, porque el objetivo de una ciudadanfa educada es una meta de todos los agentes e instancias sociales. Recuperar un sen- 26 ANTONIO BOLIVAR BOTIA, MARIA ROSEL BOLIVAR-RUANO mn educativa y campos de actuacién con las familias y el municipio o barrio. Ambos proyectos tienen como objetive generar una practica ‘educativa transformadora para lograr una buena educacién para todos. Desde la perspectiva actual, el asunto se liga a la tarea de ido asociativo de la sociedad civil para compartir los ciudadanos més ampliamente, en el ambito de la iudad. Escuela-familia, servicios sociales y muni- de conductas y a q rrollo de iniciativas sociolabors horarios y modos de consumo que i danfa que'es preciso reeducar, Comunidades de Aprendizaje, a partir de la ex superar las desigualdades educativas y cultural sociedades “dialogicas” para hacer frente alos retos de des dela informacién, dondela edu iportancia al dislogo familias y toda la comunidad para lograr incrementar las oportunidades de apren- dizaje para todos los alunos. Los consensos, acuerdos y alianzas entre todos los agentes, especialmente con las familias, mediante un permiten llevar acabo la tarea educativa con po- + (Flecha, 1997). Comunidades de Aprendizaje esta implantado en muchos esta- blecimientos de ensefianza (escuelas principalmente y algunos ins- ' Adems de los trabajos citados, se puede consular la web LAESCUELA, LA FAMILIA Y La COMUNIDAD 7 titutos de secundaria) de Andalucia, Catalufia, Pais Vasco, Aragén y otras reglones, apoyados en algunos casos por Ja administracion educativa respectiva. En todos ellos se promueve la formacién, fas para la mejora de los procesos de enseflanza: ymentando modelos de intervencién educ jstintas etapas educativas y di rales. Como tal, ¢s hoy una de las i todos de hacer la educacién. Como describen Puigvert y Santacruz: Las comunidades de apres seleccionan unas prioridades ion de esa segrégaciin y de ese fracaso fomentando actividades estrechamente vinculadas a su superacién (Puigvert y Santacruz, 2006:172-173) PROYECTO ATLANTIDA DE EDUCACION DEMOCRATICA, El Proyecto Atdantida? agrupa a un colectivo plural de profesiona- les de la educacién (profesorado de i ‘maria, secundaria y educacién de personas adultas, de universidad, representantes de familia y vecinales), que forman grupos de trabajo y centros edu- cativos en los que se evan a cabo experiencias de educaelén demo- cratica de la ciudadania. La construccién del proyecto surge de un grupo de reflexién aiiténomo de Canarias, apoyado en el nivel es- tatal por el movimiento de innovacién Ademe (Asociacién para el Desarrollo y Mejora de la Escuela). En 1998 se comenz6 a elaborar ‘un marco tedrico, las Iineas de trabajo de una escuela democratica, * Se puede consultar la web del proyecto: y 28 ANTONIO ROLIVAR BOTIA, MARIA ROSEL BOLIVAR-RUANO ¥ posteriormente el desarrollo e infercambio de experiencias de centros de Canarias, Madrid, Extremadura y Andalucia. En Jos tti- ‘mos afios se ha ido extendiendo con la publicacién de diversos libros ‘y materiales curriculares, cuenta con el apoyo de diversas entidades y Ccolectivas, asf como de una red de centros de educacién infantil pri- ‘maria, secundaria y para adultos, que son la base de! propio proyecto (Luengo, 2006). 7 E] Proyecto Atlantida, como plataforma de trabajo sobre la me- jora de la-educacion pablica, es una iniciativa abierta a la partici- acién de todos los agentes educativos, Gon la misién de promover las ideas y los valores propios de una educacién demoerdtica, En pr ‘mer lugar, se propone asegurar el derecho a la educacién de mado equitativo a todos los alumnos que, al término de a escolaridad obli- gatoria, han de poseer el curriculum bisico e indispensable para ejercer la ciudadanta sin riesgo de exclusién social. Para lograr este objetivo, busca que sea compartido por el mayor nimero de profe- sores y profesoras, familias y agentes sociales. Entre otras fuentes _y tradiciones, el Proyecto se apoya en la tradicién de “escuelas demo- créticas", con Ia participacién de alumnos y familias en la vida escolar. A esta tradicién hemos vinculado lade “curriculum democré- tco" (Guarro, 2002), entendido como una seleccién colegiads y Participativa del patrimonio cultural accesible a too el alumnado, asegurando la equidad educativa, mediante la adguisicién de las competencias bisicas. Su concrecién se realiza luego en la organi- zacién de contenidos, de los centros y el trabajo en el aula. Se puede ver la descripcién de la vida escolar de la escuela "La Nava ta” en Feito (2006). El proyecto, er el nivel de seminario de reflexi6n, se ha centrado cen cinco grandes problemas: la creacién de buenas escuelas para todos a través de procesos de mejora; configura, tebrica y précti camente, lo que es una educacién y cultura escolar democrética; Ja mejora de la convivencia y disciplina en los centros; la educacién ara una ciudadanta activa y responsable, y determinar el curri- ‘culum basico para asegurar una educacién equitativa a toda la ciu- dadania. El proyecto es consciente de las limitaciones reales, pero también acoge un componente ut6pico, eapaz de movilizar para la consecucién de metas més altas. Desde esa perspectiva, pretende: ‘+ Analizar criticamente el niicleo cultural basico de nuestra so- ciedad, enfatizando una propuesta de valores democriticos, con LAESCUELA, LA FAMILIA Y LA COMUNIDAD 29 el compromiso de revisar el modelo socioeconémico, sociopo- Iitico, sociocultural y socioafectivo de nuestra sociedad, des- de el desarrollo de la educacién y la ciudadanfa demoerstica y comunitaria, + Desarrollar estrategias de apoyo a la formacién del profeso- rado y de asesoramiento a los servicios de apoyo del sistema educativo que, a partir de los problemas concretos surgidos de Ja préctica, permita apoyar y promover éxperiencias en/de los centros educativos y sus contextos que persigan la recons- truceién democritica de la cultura escolar: desde la conviven- cia y la metodologia hasta la evaluaéién ‘+ Apoyar y promover experiencias con las familias del alumnado de los centros educativos, con las Asociaciones de Madres y Padres (Ampas) y los servicios sociales-municipales educativos, que faciliten su participacién en la reconstruccién democré. tica de la cultura escolar. Hablamos de un ntcleo de cambio ‘educative formado por escuela-familia y municipio que confi- sguren los llamados Comités de Ciudadanfa. En definitiva, créar una red de escuelas democraticas y expe- riencias socioeducativas en su entomo, comprometidas con la innovacién democrética del curriculum comin obligatorio yel modelo de sociedad. Nuestro objetivo final pretende toni. gurar una red Atlantida en diferentes CCAA, que se una a otras similares, ya en marcha, para defender el futuro del servicio piiblico educativo con experiencias concretas, a través de un fore o plataforma de innovaciéi democritica de cardcterestatal ‘La propuesta del Proyecto Atlantida de una educacion \democrati- a quiere, pues, representar una alternativa rencvadora alas tareas ‘a que deba responder actualmente la escuela. Una educacién de- mocritica, que prétende el ejercicio de una ciudadanfa activa, tiene que promover la participacién democritica para vivir el propio ejercicio de Ia democracia en la escuela, No limitarse a transferir responsabilidades educativas a los centros escolares, requiere la construccién de una comunidad educativa que pueda inducir un proceso de Socializacion congruente. De ahf la apuesta por recupe- rarlacomunidad eduueativa, en un proyecto educative ampliado, por Jo que hablamos de una ciudadanfa con una responsabilidad com- Partida. Es evidente que la educacién democritica de la ciudadanfa es el resultado de la accién de muchos. agentes ¢ instituciones, Para. fas por la propia deb = la sola accion escolag nT * Prom deb 'mismo tiempo, desde una opcidn comprometida educar para el ejercicio pleno de la ciudadanta debe posible, Profundizacién social de la democracia, capacitando a los ciudada- hos con las habilidades y conocimlentos necesatios porauec nae ticipacién activa en la arena publica. Una educaciOn demon tneg adquiere asi su pleno sentido como forma de Participacién y delibe- racién en los asuntos comunes de lo ‘Pablico, y se plasma en valores tales como la solidaridad, la cooperacién, la justicia, la tolerancia © el desarrollo sostenible; que deben formar parte del eursenann escolar. En esa tarea, el proceso de transformacién dela escuela ce Concreta en la construccién de un curriculum y de unas condicio- nes organizativas que permitan vivenciar y practicar el apreridizaje de los valores democraticos. UNA TAREA DE LA COMUNIDAD Dentro de la sociedad de la informacién, el escenario educativo se ha ampliado, por lo que —como se ha seftalado antes la escuela sola no puede satisfacer todas las necesidades de formacin de los ciudadanos. Sin desdefiar todo lo que cabe hacer en los propios cen. tos de educacién, In accion de madres y padres debe jugar un papel relevante, el cual se debe resituar en nuestra actual coyuntura, Los dos movimientos anteriores, para no limitar la accién escolar espa- cial y temporalmente, han tratado a su modo de crear una accién conjunta compartida en Ja comunidad en la que se vive y educa ‘Solo reconstruyendo una comunidad (en el centro escolar en primer lugar, y mas ampliamente en la comunidad educativa) cabe con sentido una educacién plena de los ciudadanos, en précticas del bien socialmente reconocidas En la perspectiva actual de revitalizar el tjido asociativo de la sociedad civil, la educaci6n aspira—en un nuevo "pacto” educati- vo—a ampliarse y conjuntarse en el dmbito de la familia (escuelas de padres y madres, asociaciones de familias), el barrio (asociacio- res de vecinos), organizaciones no gubernamentales (acciones ei LAESCUELA. LA FAMILIA Y LA COMUNIDAD 3 ‘cativas conjuntas) y la ciudad (cludades educadoras, proyecto educativo de ciudad, pacto ctvico de ayuntamientos), En el contex. to de los cambios actuales, la accién educativa se ve obligada a reorientar su rol formativo con nuevos modos; entre ellos, la colabo- Facién con las familias y la insercién con la comunidad se tornan imprescindibles. As{ pues, se trata de establecer consensos, acuer- dos y alianzas entre todos los agentes, especialmente con las familias, mediante un didlogo igualitario para llevar a cabo la tarea educa tiva con posibilidades de éxito, maxime si se trata de contextos desfavorecidos. Por lo demas, es una practica cada vez mas exten- diida en los paises de la OCDE donde, segiin un informe reciente: Un papel importante para los lideres escolares es colaborar con __dtras escuelas o comunidades que les rodean, Las escuclas y sus dirigentes fortalecen la colaboracién, forman redes, comparten recursos, ylotrabajan juntos. Estos compromisos amplian el al- cance del liderazgo més allé de la escuela al servicio del bienes tar, delosjovenes, de la ciudad, pueblo o regién.(...] En general, cl estudio sugiere que la colaboracién con los lideres de otras escuelas y con la comunidad local puede ayudar 2 mejorar la resolucion de problemas a través de la intensificacién de los pro- ccesos de interaccidn, la comunicacion y el aprendizaje colectivo (Schleicher, 2012°20) En el contexto de carmbios actuales, a accién educativa se ve obli- gada a reorientar su rol formativo con nuevos modos; entre ellos, Ja colaboracién con las familias y la insercién con la comunidad se toman imprescindibles. Desde el Proyecto Atlantida apostamos por una aceién conjunta o institucional en el nivel de centro escolar y, a su ver, que dicha educacisin no es tarea s6lo de los centros, por eso hablamos de “ciudadania comunitaria”, por lo que debe haber una accién decidida para buscar alianzas con su comunidad (familias, bbarvio, distrito, municipio). De ah la apuesta por recuperar la comu- nidad educativa en un proyecto educative ampliado, con una nue- va articulacién de la escuela y la sociedad. En esta linea. coincidimos con las propuestas y experiencias de comunidades de aprendizaie que hablan de la necesidad de establecer socledades “dialégicas” para hacerle frente a los retos de las sociedades de la informacién. ‘Ast pues, se trata de establecer consensos, acuerdos y alianzas entre todos los agentes, especialmente con las familias, mediante un did- 32 ANTONIO BOLIVAR BOTIA, MARIA ROSEL BOLIVAR-RUANO logo igualitario, para llevar a cabo la tarea educativa con posibili- dades de éxito, maxime si se trata de contextos desfavorecidos, Co- munidades locales y barrios de las grandes ciudades, escuelas y rofesorado estan llamados a establecer acuerdos y lazos para reco- rer un camino compartido, buscando formulas mancomunadas para educar a la ciudadanfa. En Gltimo extremo, educar es una tarea compartida y comuni- taria, por lo que es preciso abandonar Ia soledad de la escuela para corresponsabilizar a toda la comunidad, de manera que los centros. ‘educativos tienen que establecer pactos, redes y alianzas con fami- lias, ayuntamientos e instituciones sociales de la comunidad en que se encuentran. En tiempos complejos como los actuales, nuevas formas de implicar a la comunidad educativa son posibles. Como hemos propuesto y estamos haciendo experiencias desde el Proyec- to Atléntida, establecer acuerdos entre escuelas y de éstas con las familias, municipios y otras instancias comunitarias, fortalece el tejido social, construye “Iateralmente” la capacidad para mejorar Ja educacién de los alumnos, corresponsabiliza a todos, superando la fragmentacién de los espacios y tiempos educativos. Dos expertos sobre el tema afirman: [...J und orientacion de redes sociales implica trasladar el (oco rimario de los atributos de un individuo a comprender los apo- ‘yos y limitaciones de una infreéstructura social més amplia en ‘que viven las personas. Los estudios de redes sociales en educa- cién, como en otros campos, se focalizan en cémo las relaciones sociales entre individuos pueden facilitar asf como limitar el flujo relacional de recursos. Esta perspectiva ofrece un marco teérico complementario y un conjunto de métodos para examinar la dinémica de los procesos sociales en educacién (Moolenaar y Daly, 201222). Las redes gencran obligaciones y expectativas reciprocas de apo- yo mutuo, al tiempo que un potencial de informacién y recursos derivados de la relacién de confianza establecida. La accion edu- cativa, de este modo, mejorars al tender puenies entre los diversos agentes ¢ instituciones de la zona, contribuyendo a incrementar el ‘stock de capital social en sus respectivos contextos. Recuerda Anténio Névoa (2003) la propuesta de Illich en los setenta sobre sociedades sin escuelas, para referirse a que hoy, jus- tamente, estamos en el peligro opuesto: escuclas sin sociedad. Esta LA ESCUELA, LA FAMILIA Y LA COMUNIDAD 33 ausencia de sociedad en la escuela, paradéjicamente, se proyec- ta sobre los profesores en un exceso de expectativas y demandas, exipiendo que resuelva Jos problemas de los que la sociedad se exime ydelega en la escuela. Ante esta situacién, se pregunta "qué hacer?”: Mi respuesta es simple: cambiar de posicion y cambiar de pers- pectiva, Cambiar de posicién: en vez de llamar para nosotros la responsabilidad, colocamnos en un espacio de redes (culturales, familiares, sociales) que construya nuevos compromisos en torno ala educacién. Es preciso responsabilizar a Ja sociedad por la escuela. Cambiar de perspectiva: en vez de la escuela cerrads, basada en un modelo arcaico, imaginar nuestra accién como clemento de un nuevo espacio ptiblico de educaciGn. Es tiempo de ponerla “sociedad al servicio dela escuela” en vez de la “escuela al servicio de la sociedad” (Névoa, 2003:14). No se debe delegar la tarea s6lo en la escuela, y al mismo tiempo hay que incidir en la implicacién y responsabilidad de la comuni- dad, sino se quiere contribuir a incrementar la insatisfaccién por la labor educativa, el malestar y la crisis de identidad docente. Asumir aistadamente la tarea educativa ante la falta de vinculos de articula- cién entre familia, escutla y medios de comunicacién, es una fuente de tensiones, malestar docente'y nuevos desaffos, Pues en el fondo la educacién apunta a un proyecto social, una nueva articulacion de Ja escuela y la sociedad como 4mbito educativo | ampliado, compar- ‘en miiltiples espacios, tiempo y agentes soctalizadores 0 edu- ivos. Sin una articulacién entre escuela y sociedad, aparte de que siempre serd insuficiente la acci6n educativa formal, lo mas grave ‘€s que pervivird Ia contradiccién entre educar en valores deseables y educar para los valores vigentes en la vida. Por ello es preciso rei- vindicar la dimensién comunitaria en este tipo de educacién, dado que esta tarea no es exclusiva de la escuela y de sus profesores. RECONSTRUIR LA COMUNIDAD, NUEVO LOCALISMO Una tradicién secular, heredada de la modernidad ilustrada, con- tinga empefiada en que la palanca clave del cambio es el curricu- Jum. Pero en el contexto actual no es s6lo en el curriculum donde hay que centrar los esfuerzos de mejora, paralelamente hay que actuar en la comunidad, si queremos situar la enseftanza en la s0- 34 ANTONIO BOLIVAR BOTIA, MARIA ROSEL BOLIVAR-RUANO

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