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Ealitorial Gedisa ofrece Jos siguientes tituos sobre ANTROPOLOGIA Y ETNOGRAFIA Joes CLirvoR> —Itnerarias ransculturales Erie ye wads nes dl silo xx Manc Aucé El vial imposible Mane Avot La guerra de los suetos Mane Avce Dios como objeto Mane Avot Hacia una antropologia de los ‘mundos contempordneos Manc Auct Los no lugares Manc Auct El vigjero subterréneo Unetnslogo ene mero Jack Goo Cocina, euisine y clase Micn Tavssie Janes Curron Duta Winns Pau Suuuvan Gree, J. Curvono Prungors Lartanrine Fracors Lar.asrise Un gigante en convulsiones Ditemas dela cultura La banda de hominidos Un star cientfio en busca el exgen de home Conversacionesinconclusas Elsurgimiento deta ‘antropologia posmoderna Las tres voces de la Iimaginacion colectva La etnopsiquiatria (aigue en pig 95) ITINERARIOS TRANSCULTURALES James Clifford & (CEST sisuioteca aug 242I6 3 Practicas espaciales: el trabajo de campo, el viaje y la disciplina de la antropologia Alda siguiente del terremoto de Los Angeles en 1994, vi por ‘elevisin una entrevista a un especialsta en suelos, Manifest que habia estado “en el campo" esa matiana buscando nuevas fallas. Solo después de uno o dos minutos de eanversacién, com. prendi que el cientific habia estado todo el tiempo sebrevalande ldrea en un helicéptero.;Podia considerarse esto un trabajo de ‘campo? Me intrigaba su concepto de campo, y me sent de algin ‘modo insatifecho, Mi diccionario comienza su larga lista de definiciones de “campo" con una que describe un espacio abierto y otra que remite ‘sunespacio desbrozado. Un espacio dondela mirada no encuentra iimpedimentos se hala libre para vagar.En antropologia, Marcel Geile fue pionero en el uso dela fotografia aérea, un métado que ‘tres continuaron utilizando de tanto en tanto, Pero si bien la observacién panorémica, real oimaginada, ha sido durantemucho ‘tiempo parte'del trabajo de campo, el eampo” que el especialista ‘en suelos transporta por aire no deja de ser un ehoque contradic. tario, un oximoron. En particular en geologia —pero también en {todas las cencias que valoran el trabajo de eampolapréctica de ‘nvestigacién “en el terreno’, observando detalles minuisculos, ha ‘to una condicién sine qua non. El equivalente francés terrain, ‘nequivoco. Se suponia ques caballeros naturalistas debian usar botas embarradas. El trabajo de campo esté ligado a la tierra, ‘timamente comprometido con el paisaje natural y socal. 1 ‘Nosiempre fue asi, Henrika Kublick (1997) nos recuerda que ‘1 movimiento hacia la investigacién de eampo profesional en una ‘amplia gama de diseiplinas, incluyendo la antropologia, se dio en ‘un momento histérico partieular: a fines del siglo x. En ese yomenta, se adopts rapidamente la presuncidn de que el trabajo ial debin ser circunseripto, empirico e interactive, El trabajo de campo pondria a pruha la teoria; daria pie la interpretacién, neste contexto,el hechode sobrevolarla zona afectadaen un haelicéptero me parocia un tanto abstracto, Sin embargo, tras re- flexionar un poco, debi admitir que el especialista en suelos realizara su practic der “al campo", aunque nunca lo pisara. De algiin modo, su uso del término era pertinente. Lo que importaba no era sélo la adquisicién de datos empiricos frescos. Una fo- ‘ogratia satelital podia aportarlos. Lo que daba validez eae ‘trabajo de campo era el aco de salir fisicarente hacia un espacio desbrozado de trabajo. “Sali” presupone una distineién espacial entre una base conocida y un lugar exterior de descubrimiento. Un, ‘espacio desbrozado de trabajo significa que es posible mantener a rayalasinfluencias distractoras. Uncampo, pordefiniciin, noesté invadido por la maleza. El especialista no podria haber hecho su “trabajo de campo" en heliedptero en un dia brumoso, del mismo ‘modo que un arquedlogono puede excavar adecuadamente un sitio Ihabitado o sobre el que hay construcciones, Asi, un antropélogo ‘puede cansiderar que es necesario“limpiar” su campo, al menos ‘conceptualmente, de turistas, misioneros 0 tropas gubernamen. les Salira un espacio de trabajo presupone précticasespecficas le desplazamiento y una atencién concentrada, dsciplinada. En este ensayo, espero aclarar un legado antropolégico cru: |y ambivalente:el papel del viaje, deldesplazamientofisicoy de residencia temporaria lejos del hogar, en la eonstitucién de] rabajo de campo. Analizaré el trabajo de campo yel viaje en tres ceiones. La primera pasa revista a algunas productiones re- ientes en la antropologia sociocultural, sefalando los aspectos en 1ese allan cuestionadas las préctias clésicas de investigation, intencién es develar por qué el trabajo de campo sigue siendo ‘rasgo central de la autodefinicion diseiplinaria, La segunda eccién se concentra en el trabajo de eampo como una practiea spacial eorporizada, mostrando obmo, desde los comienzos deste igo, fue estracturdndose un cuerpo profesional disciplinado, alo 2 + eememeanecte tenance nttarmsreetnymensorense ne ‘sy peridinteas En oposiina estas formas deconcimiento Seen ane eee oop ieemr = reheeyaanieaes aera eee rats gece Sa een ccna ater cee nett an eee ie acoaeeeestomne fe oroemciene esses a penta or ane eae Sistecar seers he ee ee Seen ae ee ee Seige anenencaaon stan Steere oemineee seme ieee ennoetnacusmcs ee fa artetrene eon Pee Sounayrsemencrons sce : intracin, vistas repetias, apredicaj de lengua) han varia: 4 tanta comolo han hecho las experieatas conte de invert recon, sta maltiplicdaddeprétcas deeb cualquier sgt a nto y referencia del “trabajo de came e qué estamos hablando cuando favocamos el table de eamye antropela? Antes deprosepuir, dbo detonerme'un momenta en ete prema dela deSniin La srménten elemental ditngue varia fons fen que se sostenn los significado: gras modo, por Feferentn, oncepto¥ wn. Voy partir primeramente de an dev limnas, comunmenteealifcadar como “mentalist” (Akmaian et, 1909: 198.201). Las defnicone concptaales vse un proaip, ‘mending iol ard an cent con frei cal sevens variantrs, Una famosa feaprefia dle de Malinowski clavads en medio de una aide trbriandess ha servdo durante much empo como una potent imagen mental dl trabajo de campo entropic Teds el mano a “emo” pero cunts podrian descrbt I escena conn?) Ha hades Circ imagenes visions deinteracion personal por sel fetgrafias de Margaret Mead, inclinadestenamente hai tna madre balinesa y su bebé. Adin, como ya ee suger a Sisma palabra “camps” eviea indgenes metals de apace desire clive, aby tert, Candy aan ee or en ol camp, o ir al campo, nos basamos en infigenes sentalesde wn agar espectico conn adentroy un afvera a qoe flega mediante practias de movimiento ico Esias imagenes mentalesenfoean y linitan as efniciones Par gmp, hacen que results exrana det que un antopage, anndo habla por tlfono en sofia est haciendo taba 70 incluso slo que en realidad hace eo roger dato eta ens de manera displnadaeinteractiva Las nigenes thas concepos, produiendo un campo semaine parece aroenel‘entr”ydesdbujadoen os bares" Lamia nea 6 servida por mis cmceptn bstacos. Vario fendmenas se ‘esnen alrededor de rotatipos.Hablae, por deferencn a Reh (4870. 18D, de gemplares. Del mismo moe que un pera oe considera un pjaro més pce que un pingino, and at definirelemcepto paracrine cass gemplares Strat da campo sirven de anclaje a expereatasheterogneas El tae ” de campo “ex6tio", realizado a lo largo de un periodo continuo de por lo menos un afto, ha jade desde hace agin tiempo, la norma fon referencia a la cual se juzgan otras précticas.A partir de este ‘emplar, las diferentes prctieas de investigacin de cruce cult ral se parecen menos aun trabajo de eampo “real” Weston, 1997). ‘Real para quién? El significado de una expresién es determi- nado en sltima instancia por una comunidad de lenguaje. Este criterio de uso abre espacio para una historia y una sociologia de los significados. Pero, en el presente caso, se ve complicado, por la ‘ireunstancia de que aquellas personas reconocidas como antropé: Jogos (la comunidad relevante) son definidas erticamente por el hecho de haber aceptado y realizado algo cercano (0 lo suficiente- rmente cereano) al “trabajo de campo real” Las fronteras de la ‘comunidad relevante han sido establecidas (yloson,cada vezmés) ‘mediante luchas en torno de los posibles significados aptos del término, Bsta complicacién se halla presente, hasta cierto punto, ‘entodos los eriterios de uso comunitario para definir el significado, ‘especialmente cuando estén en juego “conceptos esencialmente cuestionados" (Galle, 1964), Pero en el caso de los antropélogos y eltrabajo de campo" el vincule de constitucidn mutua es desacos- tumbradamente estrecho. La comunidad no usa (define) simple- ‘mente el término “trabajo de campo"; es materialmente utilizada (efinida) por 4. Una serie diferente de sigificedos configuraria. ‘una comunidad diferente de antropélogos ¥ viceversa. Los riesgos ‘sociopoitions que euponen estas definiciones —prublemas de in- clusién y exclusién, de centro y periferia— deben permanceer cexplicitos, Fronteras disciplinarias ~ Considérese el proyecto de Karen McCarthy Brown, que estudio a una sacordotisa vudi cn Brooklyn (ya acompanen una ‘isita a Haiti). Brown viajaba por el eampo en auto, oen el metro de Nuova York, desde su hogar en Manhattan, Su etnografia era ‘menos una prctiea de residencia intensiva Qa “earpaen la aldea") ‘que una cuestiGn de visitas repetidas y de trabajo colaborativo. 0 {al ver, su trabajo ineluia lo que Renato Rosaldo lamé alguna ver, ‘nalizando qué es lo que distingue a la etnografia antropoligica, “recuentacién profunda’? Antes de trabajar con Alourdes, #0 6 tema de estudio, Brown habia realizado viajes de investigacion a ‘Haiti, Pero cuando visit6 a Alourdes por primera vez experiment ‘un nuevo tipo de desplazamiento: Nestras fas nasaes se enaron con lores a crbin de ea y carne ‘sada y nuestros os con trozs sobrepestor de alas, egg 9 Ta ‘cadenciosa monotoni deo que ls haitianos Hams jez, Se potion of animals conversaione en el francs crillo de Hai en espe yen ss de un dialecto rio del inglés La ale era un alcinado tapi de tlendas:Chicka-Licka, ol Batar Ashen una iglesia eristana cos na ‘ends ex su frente de nombre improbablemente largo y espacio un Festaurantehatiano, y Botniea Shango una dees beticwria de lat ‘eligiones africans del Nuevo Mundo queafrecl polvx parala buena verte y para eniquecere ripidament, rics del Bminente Juan Conquistador y elas vativas marcadas por los Sete Podcres Alice ‘os, Me hallaba silo a unos pooue klématron de mi case en el Bao ‘Manhstiar, pero seni come s bier trad un desvo equivocad, sme huberaresbalado por uns greta entre mundosyreepereid ele calle principal de una ciudad tropic. Brown, 1991: 1) Podemos comparar esta “escena de legada" (Pratt, 1986) con 1a famosa frase de Malinowski: “Imaginese usted instalado en la playa de una isla trobriandesa” (Malinowski, 1961). Ambas con truyen retoricamente un “lugar” tropical, muy diferente, un topos ¥ un topico para el trabajo que seguird, Pero la versin contem: Dordnes de Brown es presentada con cierto grado de ironfa: #1 ‘iudad tropical en Brooklyn es sensorialmente real imaginarie: ‘una “lusién”, asf sigue laméndola, proyectada por una viajera ctnogréfica en una ciudad del mundo complejamente hibrida, El suyo no es un estudio de vecindario (aldea urbana). Si tiene un Jocus microodsmico, este es Ia casa de tres pisos en que vive Alourdes ala sombra de la autopista de Brooklyn-Queens: hogar dela tinica familia haitiana en un barrio negro norteamerieano, El “Hiait™ de la dispora, en esta etnografia, tiene una loclizacion ‘miltiple. La etnografia de Brown no ge sitia tanto por un lugar ‘conereto, un campo en el cual entra y que habita durante algtin ‘tiempo, como por una relacién interpersonal —une mezcla de observacién, dilog, aprendizaje y amistad— con Alourdes. Des. e esta relacién que funciona como centro, #e eveca un mundo cultural de individuos, lugares, memorias y précticas. Brown visita, freeuenta este mundo, tanto en la casa de Alourdes, donde 16 | i i i ntugarlesceremoniasylasocaliacin como on tos sits temp de Drown eo all donde ela eacvetra con Alou Lave poreupucte a dormir eflerenar cereus ntas 6 Soralars vida hogar en Bao Mashattan, ‘Siguiond a pévnextablecie Gl trabajo de canp, 1a ctnopata de Brown cntene muy pcos detalles sobre I vida ehanaen Manhattanentemeclaaconsusvistan Bros ude permanecs separate caters” a bien I raacon Searle deestuiono puede sereepacializada con tier, o ci que ceva intenament on gar distin, Hay a ntrpersonal conuamundodefnio endo te genie sun ngs eins. 5 nprtcaepail den residence ese de vivir en Nomantdadelmoimientodelntngrafe-adentr"yafvers” Spm su Sasy vena son sierstcs, Une se pregunta Gotetoeseneneclaspronmiddeny distancia eel medncome Sfown‘conive y prevent su nvestigain, De qué mod, por Somploretrecedecn us vneuledeinvstigeinain desir arctan? Eta toma de dntania se ha encebido de mod pico Catan ao ge crate ja del var (Crapantano, 177) oe ifrencia spares condo mies {2eSnformante os Hams scan ratiariamene para pdiaas aya con un creoni, apa en una eran un favor? Lat tas eopiles el viaje 9 las prices temporal de Ia tra han sido crite pac a defnicon3represntacin de iipic’ a trade de experiencia so marcha Y de It rnc relcn en ago dstanadoy representable (Chior, 1000), De qué modo mane} Brown esta tradurin n un amo capa rootras eran tan ies? David Biwardsplanea un desi similar, sonque mis exiremo par la dein del taba de campo “real en 8 Scat Apes etngraiay Neve Orden Mundial” Inge Sado on Ia antroplaga con la eaperanasdevlver a Agonist pave llevar a cabo un eta de ade de Spo teadiconl en [una comunidad montatoes, awards confronts un “amps Ginprs, deagarade por la gure “Dewde 1962, he realizado trabajo de eampo en fgare varias nleyendo la cadad de Feahavar Palisn yvariscampm devefugaon paren la Provinae la Fronira Noroidental Un verano ain ve srupo de mujahadin, y he pasado bastante tiempo entre los efugiados afganos en el érea de Washington, D.C. Por dltimo, we esdiqué.amonitorearlas actividades deun grupo aiganode prensa ‘en el ordenador” (Edwards, 1994: 343), [La etnografia multilocal (Marcus, Fischer, 1986) es cada vex ‘ms familiar; el trabajo de eampo mulilocal es una conjuneion de incongruencias. {Cusntos sitios pueden estudiarse intensamente sin que queen comprometidos los eriterios de “profundidad"» Bi trabajo de campo de Roger Rouse en dos lugares vinculados entre sretienelanocién de una comunidad dniea, aunque mévil (Rouse, 1991), Karen MeCarthy Brown permanece dentro del “mundo” de ‘un individuo. Pero la préctica de David Edwards es més desperdi, gada. En realidad, euando él comienza a unir sus instanclas dispersas de la “cultura afgana”, debe apoyarse en resonancies tematicas bastante débiles y en el sentimiento comin de “wake, igiedad” que producen, al menos para él. Cualesquiera sean Ing fronteras del objeto cultural con "multiples modulaciones” de Edwards (Harding, 1994), la lista do précticas especiales que ‘adopta para explorarlas es ejemplar, Eseribe que ha “realizes frabaio de campo" en una ciudad y en eampos de refugiados: ha “Viajado” pars observar los mujahadin; ha “pasado bastante tiem, po" Geoncurriendo a alga sitio? gprofundamente?)con afganos en ‘Washington, D.C. y ha estado “monitoreando” el ordenador de on grupo de prensa afganoenelexilio, Esta ultima actividad etnoged, fica es la menos efmoda para Edwards (349) Ala hora de escribir, sélo ha estado “acechandbo", no produciendo sus propioe mensajes Su investigacién en Internet no es todavia interactiva, Pero ties ‘muy informativa, Edwards escucha intensamnente all aun gras de exiliados afanos hombres, relativamente rices~ que oe Preceupan juntos por Is politica y las précticas rligiosas, por ln ‘paturaleza y las fronteras de su comunidad, Les expetiencias de Karen McCarthy Brown y David Ba wards sugieren algunasdelas presionescorziente sobre l trabajo cia. intensiva.E} “eampo” en la antropologia sociocultural ‘estado constituido por una “gama historicamente especiicn de istancias, fronteras y modos de viaje" (Chiford, 1990: 64). Estos lementos estén cambiando, a medida que la geografln de Ie "tanciay la diferencia cambia en la situaciones poscolonisleg iales,amedida quelasrelaciones de poder delainvestiga, 8 i i jén se reconfiguran, a medida que se despliogan las nuevas enologias de transporte y comunicacién, ¥ a medida que los taativos” son reconocidos par sus experiencias mundanas especi- jas y sus historias de residencia y viaje (Appadurai, 1968a; Clifford, 1992; Teaiwa, 1903; Narayan, 1993). ;Qué queda de las practicas antropoldgicas clisicas en estas nuevassituaciones? :De {qué modo la antropologia contempordnea esta euestionando y reelaborado as nociones de viaje, frontera,eo-residencia, interac. ‘én, adentro y afuera que han definido'el campo, y él propio trabajo de eampo? * Antes de atender a estas preguntas, es necesario contar con ‘una idea clara acerca de eudles son las précticas dominantes del campo” que estén en juego, qué aspectos de la definicin disepl aria limitan la controversias actuales. En general, el trabajo de Fessctces coe eee shape mearanaoa ee e See cane ae tea see icin aiene arpa etern at tat ten coat Serie eee a eee eplline ecana cent 1 comunidad, Bl trabajo de campo puede también comprender ee Se paces antec tep Seer eras ee sige al gue rains entrevista, baer Sree mre ea Sot ae win cern Sree Se gee ee nm No exsten disciplines naturales 0 intrnsecas. Talo como bumana especiales") o negativas (‘no somos misioneras ni fancio. ‘arios coloniales ni eseritores de viajes”), Antes bien, firme que estas definiciones deben ser producidas, negociadas y renegocta das activamente a través de relaciones historicas eambiantes, A ‘menuido es més féci decir con claridad loque uno noes, queloque 86 momma se te pinning ee ee ae eat cee eee a erecta cect ered emo teranc hi oe ecomos Sa eeee So ane pate re hirrteaiemte ens green rater et Eres we ea ee aera ara aan Seana eae So eee ce ae eaeee aes Se eae ore ace senes ence sree tba npr ee rn See carer cued ganas Sonoma anor eee oor rp arctan rere ee es ee eee: war ea ceca Cee eee ree Seeeraen rane eeae Soya ee eee ean Se eens Snare na Binnie eigun steanesaneta : ‘del siglo xn.y comienzos del xx. Esta nocin de“viaje” se estructuré contrasic cn uns etnografia nacent (eras formas de} investigacién de eampo ‘cientificas"| por un lado, y con e turing (ana préctica definida como incapaz de produc un conocimiento serio) porelotzo. Las practicas espacialesytextuslesdeloquehoy. ‘bodria Mamarse el "viaje sofsticado” —una frase tomada de los suplementos del New York Times para atraer al viajero “indepen diente"—" funcionan dentro de una elite y un sector turietico altamente diferenciado,quesedefinen porla siguiente declaracion, “No somos turistas" (Jean-Didier Urbain, en Lidiot du voyage, (2991) ha analizado a fondo esta formacion discursive. Vee. también Buzzard, 1999, y el cap. 8, més adelante.) La tradicion literaria de “viaje sofisticado", cuya desaparicin han lamentado, entre otros, eriticos como Daniel Boorstin y Paul Fussell os reinventada por una larga lista de escritores contemporsnese Paul Therous, Shirley Hazzard, Bruce Chatwin, Jan Morris, Ronald Wright y otros. El“viaje’ tal como utlizo el término, abarca una variedad de récticas més omenos voluntaristas de abandonarel hogar” para ir a “otro” lugar. Bl desplazamiento acurre con un propésito de ganancia: material, espritual, cientfica, Entratia obtener conc. Epaicirermtnpacsranntsinneoiuored TGoetmes"Ainctrsseddbleg asserts conan vaeecaas brcanaiein ae aeons Riedone preerit’.que eg de ede pore ge ee eee Selene Unaatmésforapacifca,como de graners,penetrabaellugaryenclaire otahael olor ahepo El ambiente simple yeqpaion, qu era com a ajar vate; elemportamientaconia de los dos sacerdte depejunto anus camas on colebones de pj el cuidado canmovedor cone que habienreunidoc fabricadalosinatrementr dl cule todas esta cos smesyudaron# asercarme muichome de loquve aunts habia echo la ln de mo dea ser un santuaro, “Usted no necesita hace lo qu ‘hago yo"; me dij mi campaser al postrarsecutro veces ene uel, ante el alta, y yo sepa enago Sin embargo, a mene por 2 autocoociencin que por dserecn:l eabia que ye no compara us ~ tzeenciag,y tema gs ita pus geste itunes, pensar que los ‘taba deovalorzande como merar eomrencones; er, por na vex, realaar eto gstoe no me hubiracatsado ning enibarszo. Entre ® estar doraligéa yo, vhebia poslidades demalentendides No era cuestién de hacer reverencias frente a fdolos ode adorar ua orden supocstamentesebrenatral, no ase de rend homenaje ala sabi- "> dria deisiva que un pensar, oa eoeiedad ereadora dem leyenda, bia desarroladoventicinc sige ants, an coal mi cviliancléa © alo poi antibai ennimadala. 410411) i> El hecho de ir descalzo mal podia ser un gesto casual para 4; MévisStrauss; pero aqui, junto eon la limpieza ritual previa al “Ipgreso en el santuario, parece sencillamente natural: Todo lo 99 eva ala simpatia yaa participacién, Peromarcauna inca frente al acto fisico de la postracién, La linea expres una discrecion specific, la de un visitante que mira mas allé de las "merne ‘convenciones”o acepta las apariencias en un respeto més profun. {do basado en el conocimiento histérieo y la comprensign cultural La auténtica reverencia del antropdlogo ante el budismo es de ‘indole mental. Lévi-Strauss se ve tentado, retrospectivamente all menos, a postrarse en el templo de la colina. Otro antropdlogo bien padvig hhaberlo hecho. Mi intencién, al subrayar esta linea entre lor actos fisicos y hermenéuticos de conexién, no es afirmar que Levi ‘Straussia raza en un ugar tipicodelos antropélogos, Nopretendo sugerir, sin embargo, ue una linea similar serétrazada en agin Jado, alguna vez, para el mantenimiento del habitus de un traba. jador de campo profesional. Lévi-Strauss noes, claramente,unode ‘0s vigjeros espirituales de Occidente que residen en templos budistas, afeitando sus cabezas,y usando tnicas de color azafrin, Yenesto representa a norma etnogrfica tradicional. Uno podria, or supuesto,imaginar a un antropélogo budistavolvigndave cas Indistinguible de otros adeptos, tanto en la préctiea como en la _apariencia, durante un periodo de trabajo de eampo en un emplo, Y este seria un caso limite para la diseiplina Se lo trataria eon desconfianza, en ausencia de otros signos claramente visibles de discrecién profesional (etimolégicamente: seperacién) Hoy, en muchos lugares, los indigenas, los etndgrafosy los turistas usan por igual remeras y shorts. En otros, las diferencias de vestimenta son visibles. En las montaiias de Guatemala puede ser una necesidad de decoro, un signo derespetocsolidaridad, usar ‘una falda larga una camisa bordads en publico. eroestonollega ‘tepresentarun crucevestimentario Puede, debiera, unantrons, logo usar turbante, yarmulke, jallabeyya, huipil o velo? Las eon. venciones locales varian, Pero cualesquiera sean las tdcticas que se adopten, se las emplea desde una posicién supuesta de disere. im cultural, Ademés, a medida que los etndgrafostrabajan cada ‘Yer més en sus propias sociedades, las cuestiones que he estade aanalizando en un mareoexotizantese vuelven confasasylasliness de separacién, menos autoevidentes. Marcadas por gétero, race, localizaciones sexualizadas y cruces, formas de autopresentacign, ¥ estructuras reguladas de acceso, partida y retorno, las précticas rofesionales del “campo” se replantean. aa 100 Reorientando el campo snags mt Se eee Sean eo ‘en sometidas a tensiones, a medida que seta etn nee ee ed Soe oes cee ieee ee rte nscale ee genera a tapas Sa a’ ate ma Secitiana halon arate apes Se ee ee een eer blelanret eee irae miiatine cae cyte ype Pecan oor apc tes tee ee ear eee ces eee oa ee aes ‘encanto yaa oe See rename nae seco Sheet i eee shoe teat ec renga onaertes " Préctica de desplazamiento fisico que define un sitio u objeto de 201 invostigacién intensiva— limita la gama de précticas abierta por Narayan y otros? En el analisis de Narayan, el trabajo de campo empieza y termina con el desplazamiento, levado a la préctiea mediante el cruce de fronteras constitutivas: orillas henchidas, apasionadas. No hay una posicién “nativa’ simple, indivisa. Una vez que se reconoce esto, sin embargo, la hibridez que adopta requiere espe- cificaciones:jeusles son sus limites y condiciones de movimiento? Uno puede ser mis 0 menos hibride, native o "diaspérica” (un ‘érmino que tal vez, eapte mejor las propias ubicaciones complejas e Narayan) por determinadas razones historias, En realidad, el rrétulo de antropélogo “native” o*indigena” podria reservarse para ddesignar a una persona cuyo viaje de investigacién la eonduce fuera del hogar y la regresa a 61, entendiéndose por “viaje” un desvioa través de una universidad vatro sitio que provea perspec- tivas analitieas comparativas sobre el lugar de residencial investigacién. Aquise invertiria la espacialigacién usual del hogar yelextranjero. Ademés, para muchos trabajadores de campo, nila uuniversidad ni el campo proveen una base estable; mas bien, ‘ambos sirven como sitios yuxtspuestos en un proyecto comparati ‘vo mévil. Un continuo, no una oposicién, separa las exploraciones, Aesvios y regresos del estudioso nativo oindigena, enn respecto a los de su colega diaspérico poscolonial ™ Ast, el requisite de que <1 trabajo de campo antropologico incluya algun tipo de viaje no necesita marginar a aquellos antes Ilamados “nativos". Las raices yy las rutas, las variedades del "viaje", debon entenderse de mado ‘més amplio. Eltrabajorecientede Mary Helms (1988), Davia Scott (1989), Amitav Ghosh (1992), Epeli Hau‘ et al, (1998), Teresia Teaiwa (1993), Ben Finney (1994) y Aihwa Ong (2995), entre otras, ha reforzado una eonciencia cada vez mayor de ae rutas de viaje diserepantes:tradiciones de movimiento einteroonexi6n no defini- tivamente orientadas por el "Oceidente”, y un sistema mundial ‘econémico y cultural en expansin, Estas rutas siguen senderos “tradicionales" y “modernos", dentro y a través de circuitos trans nacionales einierregionales eontempordneos. Un reconocimiento de estos senderos deja lugar para el vije(y el trabajo de eampo) ‘que no se origina en las metrépolis de Buropa y Estados Unidos o sus avanaadas. Si, como es probable, ceria forma del viaje o del ‘desplazamiento sigue siendo un elemento constitutivo del trabajo 102 de campo profesional, eelaborarel“eampo" tiene que significar la licacién del espectro de rutas y practicas aceptables. ‘Prestar atencién a las variedades del “viaje” ayuda tambien xlarar de qué modo, en el pasado, ls expacios despejados del trabajo cientifco se eonstituyeron sobre la base de una supresién de las experiencias cosmopolitas, especialmente las de las perso- fs estudiadas. En términos generales, Ia localizaciOn de los ‘pativos" signified que la investigacién intensiva e interactiva se sealizara en campos espacialmente delimitados yno, por ejemplo, ‘en hoteles o ciudades eapitales, barcos,escuelas de misioneros o tniversidades, cocinasy fébricas, campos de refugiados, barrios ‘Baspérieos, autobuses de peregrinosu otros lugares de encuentro ‘multicaltoral > En tanto préctica de viaje occidental eltrabajode ‘campo estaba basado en una visiin histérica (o que Gayatri ‘Spivak llama una *mundializacién”) en Ia cual una parte de la humanidaderainguicta yexpansiva, ylaotraarraigada einmévil Las expertos indigenas estaban reducidos a informantes nativos. ‘Lamarginacin de las préicticas de viaje, laa dels investigadores ¥ anfitrones, cantribuyé a una domesticacién del trabajo de ‘campo, un ideal de residenciainteractiva que, por temporaria que fuese, no podia verse como un mero atravesar. Elhecho de que los, interlocutores de la antropologia a menudo wieran las cosas en {forma diferente no perturb, hasta tiempos recientes, la autoima- ‘gen de la disciplina.? | Las formas alternativas de viajeltrabajo de campo, ya sean ndigenasodiaspcieas, tienen que verelan con muchas proble as cinlarsaloe dela invetgacénconvenconal: problemas de ‘xitahanioto privity malentondien ode erterestipo 3 Segcncon ofc delencuentr, Ghosh emi tant eno qe ‘ated lon welentendionyenterectipsptenclmentevilentos Sthereies su investgasion smo at doktor al Hind etre ‘euinane, Ppl Haahabe favor de una“Oseania"inte Conecade, pore lo hace com un tanga que sive en Fi, nn bcacén gue no avidan sus diversas auienis d se. Al fs impo las ratasyencventree de etngraie como Ghach 0 Havotasonfrents defasratasyencoentresdeoetransesnes ‘tedicionales del trabajode camp Suscomperaciontseltarales ‘mo necestan presuponer un hopar univeritaifcidetal, un _ ligar“central” de acumulacién teérica. Y si bien sus encuentros de fateetgnion pueden incur relacones jerry, noresopenen 108 privilegios “blancos”. Su trabajo puede o no depender fundamen- talmente de los cieuitos de informacién, acceso y poder coloniales y neocoloniales, Por ejemplo, Hawofa publica en Tonga y Fiji y ‘quiere articular una “Oceania” viejafnueva. En esto se diferen cia de Ghosh, que publica, sobre todo pero no en forma exclusiva, en Occidente: La(s)lenguats) que usa la etnografia, as sudiencias 2 las que se dirige, los circuitos de prestigio acacémica/medios « Jos que apela, pueden discrepar, aunque es muy rara que estén desconectados, de las estructuras comunicativas de la economia, politica global. Un caso: A New Oceania (Une nueva Oceania), de Hau‘ofa et al, me fue entregado en mano.” Publicado en Suva, el libro no me habria Megado a través de mis redes de material de lectura regulares. ;Puede un trabajo centrado y enviado en esta {forma intervenir en los eontextos antropolégicos euronorteameri- ‘anos? ;Cuéles son las barreras institucionales? El poder para determinar audieneias, publicaciones y traducciones esta distri- Duido en forma muy despareja,eomo Talal Asad nos loha recorda- do a menudo (Asad, 1986). El término incongruente “antropéloge indigena”, acuiado en ‘comienzos del recentramiento actual poscelonial/neocolonial a disciplina, ya noes adecusdo para earacterizar a una amphia ta de investigadores que estén estudiando en sus sociedades de igen. Surgen cuestionesdificiles. ;De qué modo se definiré con ‘exactitud el concepto de “origen"? Si, como yo ereo, no puede cotorgarse ninguna autoridad inherente a las etnografias ¢histo- ias “nativas’, qué es lo que eonstituye su autoridad diferencial? Bn qué forma suplementan y ertican perspectivas hace tiempo ‘establecidas? ;Y bajo qué condiciones el eonocimiento local enu- «iado por los individues loeale se reconocerd como “conocimiento antropol6gico"? {Qué tipos de desplazamiento, comparaciin 0 toma de “distancia” se requieren para que el centro disciplinario reconozea el eonocimiento familiar y Ia historia popular como tnografia serio tooria cultural? La antropologis ineluye potencialmente una serie de diversos jeros y residentes, cuyo desplazamientoo viaje en el “trabajo le campo” difiere dela practica espacial tradicional del campo. El ropio Oecidente se convierteen un objetodeestudiodesdelugares sdamente distantee y enmarafiados, Ir" al campo hoy signifi. a veces, “volver", en tanto la etnografia se transforma en un jaderno de notas del regreso a la tierra natal”. En el caso del 104 ins dota Disepora, “regress” puede er un ager nanea tne serene aoa calcined An Sint, -pertenecen Valera un campo mo sero mismo que Sn eampo. Esta en juego diferentes dstancasy aflacons ‘erisyarante las décadas recientes, una cncenca reciente de sia dfrencas ha surgid denir dela antropologieuronortea- ‘Seana. nun importante andi DavidScot¢enuncS algunas rine ubicaciones histreas que nian una *powoloniaidad™ Sergent en a antropolgt. planter dedivernee mon pelea dele" dl entropsoge to ont, ene Tall As (982 cme Arn Apedara! 986) nrefalae que para envarla asta en agri tops ttre muchomayere nimer de asp gi enren {Sisucade scents, star sn dao ps ena desn ‘Src cole medi en que ulna asin redone do qi {Trusts no edntl pode hablar ne dnt eo trier de froin ctor, Ades, piven em sgn ead a psd de one on rlacn dives pac trae Alma emo, pare na jr petra otras terres enables en In pera ‘Si entre dels canbe do inl movimiento {eel center (Gem adopted see ©» Roeaol 9 In petra dl eigen Los entosigearpeon 7 rteamercane gun ye snd plas, entra pe Init quae ena ten vl Ossie Un we proant m0 isa ex unapolomsin in terete em es So Ina poclal de Papa Nuwre Gene, ev Inger dirt nfl crdnigere Boney oa Kingstone na Sent 1820) Slr del campo de fuerza histricamente plarzador de *Otcidente” noes tare él tal come To pone en evidencia el tnilsis que posterirmente hace Scott de Ghosh. Pero Scot también plantenqueel-crae”intrcaltaral delosantrpélogesn0 debiera reiviree a movimientos entre centro perferias en un ‘stoma mundial La enograiacontempordnea,inluyendo la del Dropio Scot desde Jamaica (via Noera York) hasta Sri Lanka, Tepresenta el “viaje a Octdente” (Ghosh, eitado por Seot, 82) ambien etd vinjando en y contra través dl Ocidente ‘gfe Lactnografiayanoea una practic normatvade personas de ‘qe vsitanfestudian a las de adentro sna, en palabras 105 ‘cambiantes'en relacién con la gente y las teméticas que’ un antropdlogo busca representar” (Narayan, 1993:30). Elmodo como ‘se negocian las identidades a través de relaciones, en determina. dos contextos historiens, es pues un proceso que constituye tanto, los sujetos como a los objetos de la etnografia. Una buena parte elostrabajos que seestin produciendo han vueltoexplicitos estos ‘omplejes procesos relacionales. Paula Ebron (1994, 1996), por sjemplo, realiza una investigacion sobre los eantantes de laban 2asmandinks tanto en Afriea Occidental como en Estados Unidos, donde encuentran audiencias quelos aprecian, Suetnograffa tiene ‘una localizacién miltipley —comoclla lo demuestra claramente— ‘esti enredada con lo circuitos de cultura vigjera ineuledos con la ‘isicay el torismo mundiales. También trabaja en una historia de las invenciones occidentales sobre Africa —cita a Mudimbe (2988)— y de las proyecciones afronorteamericanas més o menos romantizadas, formadas eomo reaccién a las historias de racismo. bron se mueve entre estos contextos intersectados, “Africa” no ‘puede ser mantenida “afuera”. Es una parte problemiticay forta. lecedora de su propia tradicién afronorteamerieane, ast como también una parada —no un origen— en una continua historia insporica de trésitos yregresos (véase el eap. 10). Esta historia cembrulla su etnografia académica, cuyo lugares la negociacién de relaciones de “sujetos en diferencia", un espacio donde los can, ‘antes de alabanzas, los turistas y los antropdlogos reclaman replantean significadosculturales. Su campoineluyelos aeropuer tos donde se cruzan estos viajeros. Los rotulos“indigena’, “poscolonia,“diaspérico" o “minor tario” estan con frecuencia en disputa cuando se negocian los “campos” antropol6gicos. Investigadores como Rosaldo (1989), Kondo 1990), Behar (1993) y Limén (1994), para citar sélo a unoe ‘poco, definen las préctieas espaciales de su trabajo de campo en términos de una politica de ubicaciones, de adentros y de afueras, de afiliaciones ydistancias técticamente eambiantes. Su “stan, ia” antropoldgicaes de continuo desafiada, borrada, reconstruida 0 términos do relaciones. A menudo, ellos expresan sus ono. ‘imientos complejamente situadas por medio de estrategias Lex. tuales en Ins que tiene preminencia el papel del investigadon/ teérico narrador, encarnado, visjero. Pero esta opeién deberi ‘Verse como una intervencign critica contra la autoridad neutral, 106 re Narayan, una préctica para prestar atencién a“lasidentidades ee aes oar alae inarr tondcehrcpninisen imines ar na ‘Snes ow ga ann deen cr Scala enema age me mpermnl, deaneatna, indus ete Si Sy Tl nt gem mp e Sere Set telopmenson dead mere en peop aiead emia ap ce ee Use may cape aaa Bevereas? see pales ¢iegenmaion etry shies aa as oscar caso Sepa selva serie tices a ea ates ale moh do sions aia “ramp Sear.) * “Muchos de los antropélogos citados en Ia secién precedente bane alg wemeintal abo decampotraicina edie Toque esté ‘afuera” o abajo”. Esto ha contribuidoa susuperviven- Gly por certo acuity dentro del ambi sadne, nln ‘evando trabajan para critcarlo o hacerlo accesible. La funcion de Ticenciatura que cumple el haher hecho trabajo de campo “real” ‘ntensivo y alejado de la universidad— sigue siendo firme. En id, la etnografia que se ubica dentro de afiliaciones dias- ricas puede aceptarse con mayor facilidad que la investigacién 08 componentes son indigenss onatives, por masambivalentes ean. (Recordar que estas localizaciones sedan en un continuo esto, no a cada lado de una oposicién binaria,) Las ocalizaciones diaspéricas comprenden en sf mismas el viaje a distancia, incluyendo por lo general espacio metropolitanos. (e)localizaciones nativas, si bien inclyen el viaje, e hallan ‘centradasde un modoqveconvierte ala metrépoli yla universidad ‘en elementos periféricos. He sugerido que el desplazamiento, la puesta en relacién de Scott entre diversos espacios eulturales, ‘igue siendo un rasgo constitutive del trabajodecampoantropoligi- ‘00. Puede extenderse este desplazamiento para incluir el viaje ‘nacia y através de la universidad? ;Puede la universidad misma zrerse como una suerte de espacio de eampo: un lugar de yuxta- + posicién cultural, extraiamiento, rito de pasaje, un lugar de ‘rinsitoy aprendizaje? Mary John (1989) abreta posibilidad ensu 107 andlss premonitrio de una “antrpolgia al rové" emergent, comprometia, paras feminists poscolninles: un viaje frzadoy dlesesdohaia“Orcdent"yunacocxistencia nestle deve ede Jaaniroploga el del informante natives. De qué madoel vie através de la universidad reaien el lag “nativ",donde ly antropdlgamantineonexiones dresden, parents aia politica que excoen las visitas, yor mis inteneivas que estas sean? ‘Angie Chabram explora estareubicacin en su proveativocebozode tna “tnografn de opin” chicana (Cabra, 1990). Agu ae trayectoias‘minortaris” y"nativaspocden sperpaners nas zadasenla ‘comunidad no importa cb seladefindyenensadan a traves del caer. Cuando a etnografia he servo primariamente alos intere- ses dela memoria comunitari y la moviizacin,y sla en forma secundaria alas neesidades de un eonocimientow ene compa tative ha tendidoarelegerina as categofas menos presto ‘88 de “antroplopia aplicada’, historia oral’ “uke, "peri Asma polite” o “histori loci". Pero a medida que el campo de trabsio se arraiga de un mado diferent y se eneauea en alguna de las direcciones que he rastreado, puede que muchor jnvestigadores muestren un inter renovado en la invetigacin aplicad, Ia historia oral yl folklore, despojadoe ahora de as {radicioes a veces pateralistas E rabajo de movlzaion oral dela historia dela comunidad en ef Proyecto “El Barro realizado or el Centro de studios Purtorriquehion de Nueva Yerkes un sjemplo tao con frecuenci(véanse Benmayor, 1991; Gordon, 1808) Bl libro de Dara Gulhane Speck, An Brrr in Judgement {Un errr de uo) (1989), fasion euidadosamente la memoria comunitaris, lainvestgacin istriea ya reivindicaion plea actual. La stl ariculacio de os mérgenes que relia Esther Nevwtoa,en antolealpatcipante-obervadoralesiana pereantje de afuerafde adentro en une comunidad predeminantemente ‘asculia gay, produce una fasin eemplar de histori ltl y erica cultural Newton, 1993). Lainvestiacion de Bpel Hawai 2 Tonga es aro ejemplo ten tanto we diferencia de ou trabajo exotisa en Trinidad ode sus estudio en Papa Nueva Gaines, onde 6l era un tipo diferente de extranjr del -Pactbee) De regreto a su Tonga nativn para hacer investigacion, Hatta ‘weribe en més de una lengua y estilo tanto para unelznr come para ejercerifluencia ‘en Tas respuestas cates la ocr 08 jantiene wna distncin exist entre escribir para Sect my esrb eomo nterenn psyco San stiiea (Hau‘ofa, 1982). Pero los discursos estan claramente ‘ehectados en su punto de vista, yotrs podrian verse mésiinclina- a que da devdibaarios ta Para hacer antropologia “profesional”, uno debe mantener oosns eon cnn siear mo c e cin ysoibiidd, asta que punto han de x eatechas meoes ata u pnt cetale Cando coteen ce perder idntilad diecpinaraenlosméngenes? Estas prepuntas an ad siempre acuiantes para los ecademizos que trbejren obiernos,corporaciones onganacones scales activistasy ‘Rmunidades leas. Y oy contingan pereurbend ydscplinendo ‘el trabajo de los antropélogos diversamente localizados que he shalzade-Ademéslauniversidadmismanoesnsiinin Apesar Seq podetenerricer ost enhiwidadaytrancelada ‘aluguresnoccidentale Sus vnciosconlanact,el"desaral", trop, ls poltins pos ny antelonialerpocden hoe deli habasesigufiativamentdiferentede operaciones antropolgas, Lileomo bo poeenevdenca lacreein pionerade Hussein Fahim, Tdigenous Andhropaagy in Non-Wetern Countries (trop indigene en pair no coddentales) 1982) princi, wr lo mun, las universidades son Ingees de tora eomparatv, de maniac dies eis er eine at werpetacioncsetnogréfics 0 einoistiica de atoridades no (hrtarin arate se recoman cme uo pletneste sen existe latendenca a consderariasconocnn. ton tou Enfant invents qo eda tenocinient pormsintonstacinterseivoquese,osecontra ee i ey SOtrdacipinero que al vex resume mor a retera ‘uj antizada es Ta ira del istoiador loa. Este cita tupoestamente parcial yeonservador de lo archives comunitarng ‘Incuso ms diel de ategraral trabajo de campo conversa] ‘tc la nueva itor del investgudor diaspri posslona Ia tor unos cnlaio ie, prna freien al hstrindor tant come activi laser % felturel, care de la “distancia” profesional reqverid, Como © hemos visto, esta distancia se ha aclimatado en las'présticas 109 ‘espaciales del “campo”, un lugar circunseripto en el que uno entra xy del cual se va. El movimiento hacia adentro y hacia afuera se ha ‘considerado esencial para el proceso interpretative, la adminis: tracién de la profundidad y la diserecién, la absorciny la “vision desde lejos” (Lévi-Strauss, 1985). 1a frontera diseiplinaria que mantiene alas autoridades con base local en la posicion de informantes se est reestructurando, sinembargo, Queda por verse donde y emose vuelveatrazar esta frontera, quéprécticasespacialesseran acomodadas porlatradieion cevolutiva del trabajo de campo antropolgic y cuales se excluiran, Pero en este contexto puede ser util preguntarse de qué modo el legado del trabajo de campo-como-viaje ayuda adar cuenta de una, ‘euestin planteada durante las recientes sesiones presidenciales sobrela diversidad, en la Asoeiacién Antropol6gica Norteamerica- nna:el hecho dequelas minorias norteamericanas estén ingresando en el campo en mimero relativamente pequeto. La antropologia, tiene dficultades para econciliarlos bjetivasde distancia analitica, on las aspiraciones de los “intelectuales orgénicas” gramscianos, La disciplina ha enfrentado en forma adecuada el problema de ‘fectuar trabajo de campo “real, sancionado, en una comunidad ‘que uno no quiere abandonar? Partr, tomar distancia han sido fandamentales durante mucho tiempo para la préctica espacial del trabajo de campo. :De qué modo puede la diseiplina abrir wn espacio para una investigacion que tiene que ver fundamental mente con el regeeso, la reteritoralizacin la pertenencia’laz06 ue van més all de lograrel rapport como estrategia de invest _gaciin? Robert Alvarez (1994) ofce un andlisisreveladordeestas cuestiones, mostrando de qué modo la disciplina valoriza y desva loriza diversos tipos de compromiso comunitario en el transcurso de Ia investigacién, por caminos que tienden a reproducir una +hegemonia blanca. ‘La definicin de “hogar” esta en la base de este andlisis, En situaciones lcales/globales donde el desplazamientoaparece cada ‘vex més como la norma, zde qué modo se mantiene y se reinventa Ja residencia colectiva? (Véase Bammer, 1992.) Las oposiciones Dinarias entre el hogar y l exterior, entre quedarse y mudarse, fexigen un cuestionamiento profundo (Kaplan, 1994), Bstas oposi- cones han sido a menudo encaminadas segtin lineas de género {espacio femenino, doméstico, versus Viaje masculine), clase (la >unguesta activa, alienada, versus los pobres estancados, conmo= 10 ort sesdores) ¥ rara/ultura (oe occidentales modemos, sin rafes ‘eros los “nativos” tradicionaes, arraigadoe). El mandato del {rabaio de campo, de ira otro lado, construye el “hogar” come un sitio de orig, de semjanza. La tori feministay los estudios gyesbianos ban mostrad, de mod qui2s mis inesivo, al hogar Smo un sitio de diferencias no pacfcas. Adems, frente las foerzas globales que restringen el desplazaniento y el viaje, quedarseenclhogaroconstrurlopuede constituirun acto politico, tie forma de resistencia, Blhogar noes en cualquier aso un sitio de inmovilidad. Estas poas indeaciones, de las eusles podria decire mucho més, debieran ser sufciontes para cvestiona las presunciones antropelgicas del trabajo de eampoeomo viaje, la ee de irse en busea de la diferencia. En certo grado, estas ‘precuncionesentindan apliedndaseen as préctieasdel trabajo de fampo Tepatrindo (Mareus y Fischer, 1986)y de “estudo" (Na- dar, 1972) Bl campo sigue estand en ofr lugor, aunque esté ‘dentro del propo cantexto nacional o Linguistic. Unanilisis perturbador del “hogar” con referencia al préc ica antropolégica eel que ofrece Kamela Visweswaran (1994). Sopinella la etnografafeninista, partede una uchacontinuada pa descolonizar Ia antropologia, necesita reconocer el racas0” Inevitablementeligado al proyecto de traduceién del race cultural nsituaciones prefiadas de poder. Precisamente en e508 momen {os en que un proyecto se enfrenta con su propia imposiilidad” (G8), la etnografia puede luchar por su responsabilidad, por el fentido de eu propia posicin, Apeyéndowe en la formulacin de (Gayatri Spivak de “las ignorancias sancionadss propias de todo suet politiofattural, Visweswaran plantea qu, al confontar abiertamente el fracaso, la etnografiaSominista descubre tanta limits come posibiidades. Entreests ltimas se encuentran los ‘movimientovritios “hacia casa” En una secdnitulada “Trabe- fo del hogar, no trabajo de campo", desarrlla un eoncepto de trabajo etnogréfica qu> no esté basado en la dicstomta hogar samp, Bl “trabajo dl hogar" no se define como lo opuesto al trabajo de campo exotista; no ae trata de quedaeelitralmente en el hogar o de estudiar In propia comonidad. “El hogar, para Yiewerwarao, cola lecalizacin de una persons en discurca © _ Mlitucones determinantesy atraviesalocalzacones de raza, ES wlnoro clase, sexualdad, cultura. Hl “trabajo del hogar es una be Wafrontacion eritica con los procesos a menudo invisibles de m aprendiaaje (la palabra fancesaformacion resulta, apropiada ‘gue es psa co set Jagan on ns eng Bedapicon del termin, Vaweswaran prope al ahags tel hogar” como una displina sla ver de devaprendiajey a aprendinje BI hogar es un locus delacha rie qua esoney limita un tiempo, al suelo que leva eo wna invesuoeen formal. Al desconstruir In oposiiinhapareanyo, Vieweceeres abroclespacioparalasrutasnooriodoxisylosenaizantestoraed trabaloenoprtc. Siguiendo una veta relacionad aunque no inte, Gapla 4 Ferguson (199 reclaman una antropiipin centre nn “ecaizaciones cambiantes ms que en compos deimitadoes ta sayo «8 un povectorefrmista, antes que deseostract, St ‘en rechazan la radii de nt invetigncionestanoda ap Gialmente,preservancirts prtcassroias durente soe sho tempo al trabajo de campo La antropologia todavia estan alos“Otroninensivacimerctvamente Provee ts reeetn lsatares, uno delis ambos aces oridentles dod se consierascramentealospuehoedeseonociiny marenates Ee ahooris de ago paz, el interes em el emmtnvent nal Jas précis eorpoizadao, a eoma el mandatodeesoan son tad elementos de a trdicion del trabajo de eng een ‘aloran deserin reservar Bs més lanocndelorlses cambiantes de Gupta y Ferguson roger que (atm cams tare et uhcado como alguien de adeno con "nai de su comunidad) ia investigacin, ol andinay Invartaenees Alguna tomade distancia y traduccion dodierenias Nednetaene ser parte de todos as etores de una comunidad Dosoe seaees ‘anejan las loaizaconescambianten como se stones ae ac, la diferencia yl perspective nia’ ets hag dey seguirin siendo temas de improviscin tctica tants cone is netodologafrmal orl tanto, al margendelo quo al foicg legueareconocereecomo trabajo de amporefamado,enedetany tomar en cuenta la “rlacin etre epatio cultural” de Ded Scot, aunque nonecesriaoUnicamentesiguendocier coool ‘necoloniales de centro ypereria ‘Adams, noes predno ue los desplazamientos constttivs 6 prodssan entre epacos “clara, mencn del mode ‘como te define eonvencionalmente dicho concept, e doce ey ‘erminos espcials. Una etaogrataconcntrads en oceanoee in2 nes cambiantes silo presupondria que las fronteras que ee nego- ‘Gan y se eruzan son primordiales para un proyecto co-eonstruido fenuna “zona de contacto” especifca Pratt, 1992) Esto no signifi ‘aria que las fronteras en cuestién hayan sido inventadas o {rreales, sino sélo que no serian absolutas y que podrian ser stravesadas por otras fronteras afliaciones también poteneial: mente relevantos para el proyecto. Esas otras loalizaciones cons {itutivas podrian resultar primordiales en eoyunturas histéricas y polticas diferentes o en un proyecto con distinto enfoque. No es posible representar “en profundidad” todas las notorias diferen cia afinidades. Por ejemplo, un investigador de clase media que realiza un estudio entre obreros puede considerar que la clase es in tn rein po divin gia ‘especificamente en torno de otro aspecto, por ejemplo, las rela- ‘jones de género en las escuelas secundarias. En este caso,la raza ‘podria ser 0 noun sitio de diferencia oafinidad erucil Un proyecto siempre “tendra éxito” segin ciertos eles y “fracasaré" (en e] sentido constitutivo de Visweewaran) sega ‘otros. Por ende, no debigramos confundir una estrategia de inves- ‘igacién mas 0 menos consciente de localizaciones combiantes eon ‘eta ealzad a penudo ntgonetcmenteon lect ‘tnogréfico. Para un hindi quettrabajaen Egipto,lareligién puede {mponerse como un factor principal de diferenciacién, afirmando ‘eu importancia para un proyecto de investigneién sobre téenicas ‘grcolas, a pesar de los deseos del autor (Ghosh, 1992), Ademas, -lprayectono tiene por qué ser antagénico, Alguien queestudia su ‘propia comunidad puede ubicarse, firme y amorosamente, como amili’,imponiendo asi restricciones reales con respectoa 10 que ‘puede explorarse y revelarse. Un etnografo gay o una etnégrafa leshiana pueden verse limitados/as en lo que hace a subrayar 0 ‘pasar por alto Ja ubicacin sexual, sein el contexto politico de a Sinvestigaci6n, Obien, un antrop6logo del Pers puodesorprenderse ‘megociando una frontera nacional cuando trabaja en México y, en ‘eambio, una frontera racial silo hace en los Estados Unidos. Las ‘Sjemplos podrian multiplicarse. 'eNinguna de estas localizaciones ea optativa. Ellas son im: ££. oesias por circonstanciashistrics y poitca.¥ dado que las Aocatizaciones son multiples, coyanturales y eruzadas, no hay jrantia posible do una perspectiva, experiencia o solidaridad “compartidas. Me apoyo aqut sobre uns erftca que no descarta la 13 bolton de dented y que basi ha id expuest convincentement June Jordan (1985) y de illads ri esarrllada por mchos oles por dey eagon, 1965; Mohanty, 1987) En etnografia Ie goa nb entendia en términos de rapport una suerte Ne coe parentesco y empatia logrados— aparece ahora como algo meas cersanoalaconiruciindeunaalians. La prepasted ose "Qué podemes anudr cineca arteslar apaeting ‘uestras snilitudes y ditrumeias? Vance Hall ieee away, 1992: 306-315.) Y cuando la identificacién se. vuelve demasiado intensa, jde qué modo puede ‘gestionarse una desartic 7 blac de propéite, en content dela slianea tine, ‘Fuanedediana tay tien desma paraectanaes ‘negra bina, ase Lewin, 108) emt de ‘Alenftzar la Teaiaconts eanbiantesy ls afiacione caries Pac es ean So tne an ha sm, rawr he siguiendo a Sapir) Hama “andlis en peligro. Un modelo de alianza * 4 ‘ Bastos son s6lo algunos de los dilemas que enfrenta la et nografia antropologica a medida que aus raices y rutas, cus (etructuras diferentes de afliacién y desplazamionto, vuelven a ‘laborarse en los contextos de fines del siglo xx. Qué queda del trabajo de campo? {Qué queda, si queda algo, del imperativo de ‘viajar, salir de casa, “ingresar en el campo, residir,interactuar con {ntensidad en un contexto (relativamente) no familiar? Una prée- tica de investigacion definida por “locaizaciones eambiantes”, sin tuna prescripeién de desplazamiento fsico, de un ampli encuen- trocara a cara, podria, después detodo, dseribir la tarea, hoy fre venta, de un critico literario atento como muchos lo estén hoy fen dia los contextas politicos y culturales de diferentes lecturas textuales. Obien, unaverliberadodelanocién den campo" como tun dmbitoespacializado de investigacion, cpodrfa un antropélogo investiar las localizaciones eambiantes de su propia vida? 2Po- dria el “trabajo en el hogar” constituir una autobiografia? fo, Aquf eruzamos una frontera confusa que la disiplina ests tratando de defini. La autobiografia puede, por supuesto, sor bastante “socioldgica”; puede moverse sistemticamente entre la ‘experiencia personal ylas preocupaciones generales. Hoy se aep- ta ampliamente cierto grado de autobiografi, considerdndola ‘elevante para los proyectos autocriticos de andlisis cultura. Pero {en qué medida? :Donde se traza la linea? {Cusndo se descarta el ‘autoandlisis como “mera” autobiografia? (A veees, uno oye decir que ciertas dosis més bien modestaa de revelacién personal en las ‘etnografias son solipsismo o “contemplacién del propio ombligo” ) Escribir una etnografia del propio espacio subjetive como una ‘suerte de comunidad compleja, un sitiode localizaciones cambian- ‘es podria defenderse como una contribucién valida al trabajo ‘antropologico. Sin embargo,nocreo queen general pudiera econo- ‘ere esa actividad eomototalo tipicamenteantropelogica, talcomo ‘adavia les el trabajo en un campo exteriorizado. Seria imposible recibir un doctorado, 0 encontrar un trabajo en una facultad de Antropologia, por una investigacién autobiogrfica. La herencia {el campo en la antropologia requiere, por lo menos, que la inves- ‘igacin “de primera mano” incluya interacciones extensas cara a ‘ara con miembros de una comunidad. Las prcticas de desplaza- ‘iionto y encuentro todavia desompean una funcién definitoria, 2-2 Bin ellas, lo que se somete a andlisis no son nuevas versiones del “2° Mtabajo de campo sino una serie de prctcas bastante diferentes, 115 oe rad emt ein apie a tur de mica ee constituido ol trabajo de campo en a antroplopas He eatonta tieeldiianientotaleahodecanporietssaes ne ‘Sean tempura yprisasceees e seit para mantener deed ease ee ‘a Gaeralnete corona} Sonetde ee ‘hsjodecmpniicsendomanacicasin tana To lots mas dade aiden a ton. talveneutmperavodedarelhory setae detlacne deve Soir ona a Sando enna ct yen deca lo cosmopolita y lo local. El requisito de que el trabajo de campo Aantropogio debe ser intensoe interactive es manos conor ito etre aes ere prs mes pana desis que anes or guts pub ee "inicio dtp dlrs ee estilo intensivofnterativod investigacia? Den mede ete para defenders tal slucin, yen realidad, las nas pares Scanian en sta ac foul, Debra Soci impale un nw exten cua cea me ‘char de erage sae dessncane He es leficoes trio eopeciany malign aes 9 coigende on fran qn Soap ee Dever O981 85, Persilempocst cn a nen oes enti ees tan eels dea Gecamon Por endo prabbisqcclguns ae re Scola dnipnads dete ede any ee ra eu pac dec sig Elviaje,redefinido, {iva del trabajode campo, al menos en el futuro cereano. Elle eva institucionslesy materiales, La antropologia. '¥ ampliado, seuira siendo parte eonstitu- ue tex) noes un acidente que e campo haya sido Mamado muchas ‘Moore labaratori” de la antroplogi. Ls medivs académicos y Pubernamentales que controlan losrecarso suelensstener rit ve de objlividad ssociados con una perspectiva distanciada y ‘Gnstruda desde afuera. Po ello sin duda, le antropologia socio- ‘Stora soguiré viéndose apremiada para cetificar las ereden- Ges cientificas de una metodologa interactiva,intersubjetiva {os nvestizadores so verdn obigados a mantener cierta“distan- ta ean respecto alas comunidades que estudien. Por supuesto, la Gintancia eitea puede defenderse sin apelar@ ls fundamentos Sikimos dea autoridad en objetvidad cientifia. Lo que se discute fe de qué modo se manifiesta la distancia en las précticas de {nvestigacion. En el pasado, dejar fisicamente el “campo” para “ae los resultados dela investigacion en el dbo presu- tniblemente ms ertcn,objetivoo parle menos eomparativo dela ‘niversidad se considerabs una garantia importante de indepen densa académica, Como hemos visto esta expacalzacin de ls fecalizactones de adentro”y°afvera yano goza dela credibilided fue teniaentonces,{Enooiraréla aniropologa modos de adoptar teriamente nuevas formas deinvestigacién de “campo” que dife- an delos anteriores modelo del viaje centradoen la universidad, in discontinuidad espacial y la deavinculacin final? “Armodida que la antropologia se mueve, con vacilaciones, en direciones posexotistas, poscoloniales, comienze a producirse tna dversifiecion de lar normas profesionaes. Bl proceso accle- ado por eritcas politcas e intelectusles, se ve reforzado por Iimitaciones materiales. En muchos contexts, abida cuenta de levniveles cadaver més bajos de inanciacin, el trabajo de eampo ‘eciocltraltendra quo ser realizado ada vez més “alo barat”. Para los estudiantes gradundos, las estadias de largo plazo en el ‘extranjero, elativamente costs, resltan sencllamenteim- pusibles,e incluso un af de investigacién de tempo completo en ‘ne comunidad norteameriana puede ser muy costso. i bien el trabajo de campo tradicional mantendr sn duda su prestigio, diaiplina podréaleanzar paulatinamente un gran parecdo con las antropologas “nacionales” de muchos paises europeas y no ‘cidentalee,cuya norma son las visitas brevesy rpetidas y es 1 tra Ia investigacin totalmente financiada de muchas afos. Bs “sb importante recordar que ol trabajo de campo profesional en el 1 PF modelo malinowskiano dependia materialmente de la moviliza- 7 47 cin de fondos para una nueva préctica “cientifica” (Stocking, 1964a). “La etnografia del metro", como la de Karen McCarthy Brown anslizada mss arriba), gerd cada vez mas comin. Poroaue cuando a medida que las visitas y Ia “frecuentacién profnda” ‘eemplacen la co-residencia extensa y el modelo de carpa en In aldea, los legados del trabajo de campo exotista influyen en el habitus profesional del “eampo", concebido ahora menos como un lugar diferente y separado que como un eonjunto de prctieas de Investigacion corporizadas, de pautas de separacién, de distancia, profesional, de ir y venir. He ubicado el trabajo de campo en una larga tradicién, cada ‘vez més cuestionada, de practicas de viaje oceidentales, Tambien he indicado que otras tradiciones de viaje yotras tas diaspdricas pueden ayudar a renovar las metodologias del desplazanniento, roduciondo metamorfoss del campo", El-viaje” denota prcticns ims © menos voluntarias de abandono del terreno familiar en Dusca de la diferencia, la sabidurfa, l poder, la aventura o una Perspectiva modificada. Estas experiencias ¥ deseos ne pueden Limitarse « hombres occidentales privilegiados, aunque ena elite ‘haya definido en gran parte los términos del viaje que orientan a Inantropologta moderna, Esnecesariorepensar elviaje en difere tts tradiciones y circunstancias histéricas. Ademds, al crticar Jegados especificos del viaje, seria bueno no descansar en wn localismo no ertico, everso delo exstico, Bs validocl lugar comin de “el vinje ensancha”* Por supuesta, la experiencia no ofrece resultados garantizados. Pero, a menudo, salir de lugar habiteal PPermitequesepreduzcaneosasinesperadas,incontrolables (Ting, 1994), Una amiga antropdloga, Joan Larcom, me dijo una vez, con Desar y agradecimiento: “El trabajo de eampo me brinds algunas ‘experiencias que yo no eraia merecer". Recuerdo haber pensado {que una disciplina eapaz de dar esto a quienes la practican ha de tener sentido. {Bs posible validar tales experiencias de decplava, siento sin hacer referencia a un “rito de pasaje” profesional, Aesconcertante? Vivir en otro lado, aprender una lengua, ponerse en situa ciones extrafia y tratarde resolverlas puede ser un buen mode de aprender algo nuevo, sobre uno mismo y, simultaneamente, sobre Ja gentey los lugares que uno visita, Esta verdad eomdn ostimulé ‘por mucho tiempo a la gente a entrar en contacto con eulturas Aiferentes de 1a propia. Enfatiza Jo que atin parece ser lo tas eee ee ra eee cate er eee emer one ee eee Soe eee ‘edare siguen eisiendofucran poderoay, laden de una Soe ee Tedd, i prea poem eern Sides

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