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MARIA DE LOS ANGELES CARDINAL LUG.EN S. DE LA COMUNICACION Martini, Stella y Gerardo Halpern “Imaginarios sociales”. Buenos Aires, documento de la cdtedra, 1998. Stella Martini - Gerardo Halpern Imaginarios sociales Buenos Aires Documento de la Catedra, 1998, Consteuccién de un “nosotros” En 1909, el dramaturgo argentino Federico Mertens, agudo observador de nuestra compleja traina social cn dindmica construccién, estrena Gente bien, en Buenos Aires. La obra pone en escena, en clave de comedia, las aspiraciones de figuracién social y las méscaras de que se valian ciertos sectores medios empobrecidos para sobrevivir con dignidad de acuerdo con los cédigos de la época. Una viuda y sus tres hijas legan a fin de mes gracias a tuna magra pensi6n yal sueldo de maestra de la mayor de ellas (reconocen que la docencia es cl dinico trabajo digno de una mujer joven en esa época). La crisis se desata cuando esa hija quiere casarse. La viuda, de carécter autoritario, trata de impedir el matrimonio, méxime cuando el futuro yemo s6lo es un pobre periodista que no podria ayudar a la familia con sus escasos ingresos. Se cruza en la historia un inglés de mediana edad que empieza a fecuentar Ja casa con una obsesin en sus charlas entre mate y mate: las caracteristicas de una perra que tiene la familia. La viuda cree reconocer en esas visitas al pretendiente que, atin en su madurez, estima merecer. Imagina que casindose con ese hombre resolveria los problemas financieros de todas ellas. Asi, consiente en el matrimonio de la hija mayor. La obra se cierra en Ia vuelta de terca del equivoco, tipico resorte de la comedia: el inglés pretendia, con visitas y un acercamiento amistoso a esa familia, lograr el permiso para cruzar 2 su propio perro con la perra propiedad de la viuda. La familia en la encrucijada: hay que sobrevivir, pero no trabajando, porque el trabajo manual delata la condicién de pobres. La madre propone la soluci6n! coserfan para un grupo de gente de otro barrio, casi de incégnito, y los trajes listos serfan entregados por una ayudante contratada para tal fin. Nadie las verfa, en su barrio, salir con labores que delatarfan su condicién de trabajadoras y cumplirfan con. el mandato social que exigia el mantenimicnto de las apariencias. De ese modo, y segtin las palabras de la madre que cierran la comedia, conservarian el rétulo de “gente decente”: “trabajaremos” - exclama ~ , “pero seguiremos siendo ‘gente bien’. Logue, entre otos temas, aparece en juego aqui et una imagen de sociedad y de lagares sociales, y en_un especial mom ate ao canoe Sua {e cambios, cuando la mo< icin de las estructuras consis y plas # va prepaand, En il sentido, ls memoria del pao, cuando en las clases alas y medias acomodadas el hombre mantel el hogar (profesiones Wberales, actividades comerciales, rentas, herencias, campos que los empleados trabajaban), cruzada_ ‘con la realidad de un sistema en evolucién (un proyecto de pais mis moderno que consolida el_modelo “agro: tes, desde la ~tarexmanual;“se ibn t e iases_medias empobrecidas o aquéllas en las que fil i sulugar pee de prestigio 2 fuerza de apariencias. Memoria més nuevos proyectos, prejuicios, hibitos, » A> Gos Frccr(Giay/costtrabnedMecleonjupanier a ingen que delsi chiamnos y do ras‘rclaciones come apnea Jos otros grupos sociales construyen_ ‘desde la ficcién los personajes de la obra de Mertens. La ACR ots comedia de costumbres, en cuyo modelo se inscribe Gente bien, intentaba retratar las caracterfsticas de la sociedad del momento. DpERCION similar aparece, entre otras actividades en la actualidad, cn la oferta de _prodaciog de Consus. Crndo, por cjemplo, la publicidad de ciston groductos bricador— ‘en nuestro pais que van a ser exportados a Brasil, via Mercosur, reconoce que 10 puede “hablar de “bajas calorias” o “sin aaticar” porque alli no se venderin (el azticar es signo de L{ status, de capacidad adquisitiva en Brasil). Sabe que tiene que trabajar a partir del imaginario A Were SO SRM BIRO Ooo) de sus potenciales consumideres. Lo que esté operando, en estos ejemplos de conducta Social, es una forma de concebir a realidad bajo Tr forma de imagen o representacion que an detemmjnado grapo social consmnuye de ell 1a nocién de imaginario permite (y remite a) la formacién de grupos que, al construir epresentaciones de un “otro” y compartir una imagen de sl inismos en relacion_a la ‘yalizada sobre Tos otros, cunstitayé lo que Benedict Anderson lama Comunidades Imeginadas Sostiene Anderson que “todas Jas comunidades mayores que las aldeas_primordiales de contacto directo (y quizés incluso estas) son imaginadas” (1993: 24). Exe imaginariq es on estos tres elementos, limites, soberanfa y naci6a, el imaginario permite la conccpcién de un “companerismo profundo, horizontal” (1993: 25), que se pone en juego cuando 3 habla denacion. on “Anderson considera que la nacién es inentendible sin cl concepto de imaginario y que este ilimo no es una constieiOn ex-nihilo, sino que pone en juego relacionos soviates de produccién, tecnologias y rey stones del mundo. Para comprender Ia idea de “comunidades if ” planteada es necesatio hacer un_at en la idemidad, puesto que Jos imagivarios permiven compatti imagenes del mundo con otros que atibuyen an ‘mismo sentido, aun sin conocerse ent si. El imaginario construye, pues, fa imagen de un ono similar al Yo. Asi habria quienes comparten sinboles ~patiion, lengua, geogahe territorios- y expericncias similares y quienes no os comparton o Senda “cherie ER @ste sentido los postulados de Andesson y Frederic Path (1976) son insepafables puesto que es el imaginario del otro, tanto de! similar al Yo, como del diferente, aquel que permice la construcciGn de Ty alteridad, Jo que posibiite bablar de un nosis mis alld de aquellos que conocemios cotidianamente. LZ “na: Se _convierte, entonces, en una construccién ‘maginaria sobre el “nosotros” y “los otros”, y, en ambos casos, es la construccion identitania ls que posibilita (mas no acaba) esa inmensa construccin de la modemidad. Imaginarios, cultura e historia El imaginario es, pues, una coustruccién culwsal, histérica, comunicacional que opera en fuicion de iasusucones sociales y por actores sociales El imagiianio es un modo” ean BOVE i sister ae eS cultural ¢ histérico del imaginaio determina ‘conductas sociales que fancionan fositivamente en la sociedad. Asi el imaginario permite que sc hable de un “nosotros” (por-ende denn “los otros”) y definir conductas en finelGn de-esss definiciones, No es que se opere por y par esas defisiciones, sino que las acciones y Tos imaginsrios actualizay el (como veremos en el fincionamiento_dej_jsabitus) ¥ Constituyen operaciones que se supenen Compartidas ylegitimadas por comunid i, que nuevamente, es imaginada, sentido del imaginario de la comunidad permit ¢ una reftrencialidad a un colectivo en cl Goal nos ITEAMIOE TMMDSLEenKe. ETimsgnano seria, entonces, una abstrsceion (que) i por ello deja de ser acci6n positiva) relexiva que permite Iv exineenica de los colecto: De estos imaginarios se valen los grupos ya imayinados para constroir una GEplcacion yu” ees sveneeal mia fe compartir que supone ei imaginatio se planiea de diferentes modos o’estilos con los que Gaal comunidad fe Toprol ee Docsrmadore CoMVIEHE en una disposi nn upa cipacidad de conseruic lsputar scutido de seuenia con egectainas af come dade mae SIS (00% es fa discusion sobre su determinacién 0 no), como de coyunturas y de lugares sociales. ‘Sin embergo, esta sreacién, asf tomada, no es una capacidad esencial o metafisica, sino una posibilidad anclada entre el existente y el deseo. Sobre esta relacién realidad ylo deseo- se ha discutido desde diferentes posturas. Ses En_una sociedad, hay tras planos-que se cruzan y son interdependientes: el_plano_de lo “el de Io simbélico, y el de lo imaginari Des Condcimiento, el imaginario es la posibilidad de que dispone la jimaginaci6n de crear un producto diferente de lo real y esta posibilidad aparece como. una via-de sustitucién del conocimiento cientifico o filos6fico, o en codo caso, como uno de sus pasos, en especial aquel que refiere la funci6n de la sintesis de la intuicién: Sefiala Castoriadis que "el valor (...), Ia igualdad, la justicia no son ‘conceptos’ que se podrfan fundar, construir (..) en y por la teorfa. Son ideas)significados politicos relativos a la institucién de la sociedad tal como ella podrfa ser y nosotros quisiéramos que fuera-° institucién que no esté anclada en un orden natural, légico o trascendente" (1981: 315), Por su parte, la sociologfa del conocimiento considera que toda sociedad tiene su imagen particular de la realidad social, que es la cristalizaci6n o la concrecién del pensamiento que se produce en una sociedad determinada. Durkheim (1993) afirma que los estados de conciencia colectiva son de naturaleza diferente que los de conciencia indieidaal” son representaciones-de otra clase, y tienen sus leyes propms.Las-representaciones- ~ jostan COMO se piensa un Grupo en Sus relaciones objetos ‘que _los afectan y con otros grupos sociales. Durkheim considera los sistemas de representaciones sociales o imaginarios sociales de diferentes médos: como aquellas ideas inecesarias al hombre para poder vivir entre las cosas y arreglar su accién a las mismas; A Gitando a Bacon, dice que son las idola, especie de fantasmas que desfiguran el verdadero aspecto de las cosas, y que tomamios sin embargo, por las cosas mismas. © sea que se trata de un modo imaginario de relacionarse con el mundo, =eegnen —EL_tésmino_imaginario remite_a_ima imaginacién. En sentido comiente, el imaginatio se define por su diferencia con la realidad; refiere aTo no real, 2 lo que puede fer a producto de Ia imaginacion. En el Diccionario de las Ciencias Sociales (1993) se lee que el FPctnarton och corrende Tot fecick da ventas! proucey dd dieene, sc Ce Cae discurso como lazo social, regulado por leyes de intercambio que se coresponden con él Sx 3 “orden simbélico, y ordenan la relacién con lo real ig (©) Hablar de imaginario social estreferise a los semias presentes en un grupo social y que Lease “< dan cuenta dea percepeion def mundo social. Dicha percepciGn supane una organizacién KlorSGle Imaginara, que, Sene uns caw: imelOn ondenadora dela wlaién enue ior agentes” sociales. Aqui entra en juego la_concepcids i Tos oxdarorcter, individuos_que le componen. En eia_interccién_el_grupo social consmuye_la_cerlesen\ “FepresentaSTOn- imagen te SSE ay (J) “Be puede decir que ef iiiaginario.es el conjunto de imagenes, la representacién igcha de memoria, experiencias y proyectos y/o utopias, de que se vale un grupo social explice ii lo social, situ: Es “una construccion tanto consciente como inconsciente. De lo dicho se desprende que el imaginario es una categorfa explicativa y no meramente descriptiva. Tee En Pierre Bourdieu (1995) aparece cl concepto de ilhuio, como correlato de la motivacion dentro de cada juego. La illuto Tefire al hecho de Si {nvolucrado, de esor atrapado en el juego y por el juego. Para Bourdieu la capacidad de accion inaci6n, FAMED SIEM. b ng Sie pense Hoe de cone ere puede pen: ilinitido. pueco que" Reionalcad de oe ol formacion disponible ¢s limitada y la mente humana es genéricamente limitada, es dec, que no tiene manen de concebir integamiente todas Tas situaciones, sobre codo en Is ‘urgencla de Ta accion, sino también porque Ta mente humana c soGalmente limitada, Socialmente estructurada, ya que siempre penmanece, quicase 0 no, encemads ~alvo que TORRE = os Tin 0. dentro del sistema de categorias heredado de su formacién” (1995: 87). Por ende, si Sb austesmor comprendr el imupinass= como pecs por fren de tas aispomcioM 36 “cl habitus(...) siendo producto dela historia, es un sistema abierto snicias nuevas y, en consecueHea, a we lo constituyen. Asi Como hemos visto, ci imaginario ha sido abordado desde diferentes modos, pero en general hay una coincidencia en percibir en él cicrta capacidad transfonmadora del ser social. Tntroducir la noci6n de imaginario exige una reflexién sobre la “liberacién” y/o el “control social”. En ambos casos, la pregunta inicial, fandamental, es: zsbre qué se constrayen los imaginatios? gDe-qué modo opera cuanc’o hablamos de un “nosotros”? y luego zeémo operan cuando hablamos de los otros? Por ello, nos quedarfamos a mitad de camino si supusiéramos que ef imaginatio ¢s tan sélo una construccién mental poiética, puesto que cs este mismo imaginaric el que opera en « Ta construccién de estigmas, en el rechazo del otro, en la aplicacion de sanclones sociales al aker. Comprender que sobre el imaginario se dan disputes es fundamental para ver cOmo open la aturalzicion de cleMas prcticas Gus permten estblocer diferencias y rechazos eh funciona de una definicién de “nosouos” ya augmatizcion de Tos “otroy”. Si bien la ouredad es condicién necesaria, mas no suficiente, pan I GUgmadzacion, el control socal jercido_por_un “nosowos” dommmante sobre un “otis” dominado pone on escea-aT jimaginario social que se construye sobre los otos y sus modos de operar politica y ‘soouimiente ene excenasncial. Ast <_agario ie ant on sins en. disctinos aocley que 9 que? ritionalizan précticas hasta naturalizarlas como verdades del mundo- [a atibucion de un descrédito en Tg constriccién imaginaria de un posotros dominante “correcto”, como si fuera la medida de las cosas. Fs en fancion de esta mm nese abs «cL imaginario) de los ottos. Asi, e& a naturalizacion de este tipo de précticas ver d modase construyen discursos sociales que acribuyen defectos y controles sociales sobre “los otros”. El imaginario en la trama cotidiana de las sociedades Igs_sistemas_simbélicos sobre los cuales se apoya y a uavés de los que tabaja la 8, imaginaciOn socal se consiruyen sobre las experiencias, deseos, aspiraciones > intereses de Jos agentes sociales. Todo campo de experi Thorizonte de expectativas y recuerdos, de temores ¥ CspeEAnZas, El imaginario es una categoria dificil de aprehender y marcada fixertemente por el sello de to tadicional, en el sentido de perdurar y cambiar de manera més lenta que la opinion piiblica, por ejemplo. Se peede ctistalizar'cn simboios y emblemas, en mitos y hasta en refranes. La tarea de rastreo e identificaci6n de Jas representaciones sociales en un momento determinadlo de la historia de uni comuniditres pelea tangs de so Miers wee formas bisicas de organizacién social, en el registro de sts pric “sus _productos_massmediiticos. Estén_piesentes _y open sociedades, Y_expresan siempre en algsn punto unestado del grupo sociil, as ver que cual <1 i nite a los acontecimmentos, Es avgtia en las yYormas ex que éte construye el sentido en tiene imigencs desi misma, del ono y de Gar — tiangulaciGn con terceros Elimaginario “permite _la_pertenencia, por_cso designa su identidad colectiva y en esta_operactorts que 5 : ones con Jos "otros", formar imfgn deamigas y enemigos, de rivales En ef “rusmo sentido, | _dispositive imaginario provoca la adhesion a un sistema de Nalores_¢ interviene eficazmente en el procesa_d: uetiorizacién por los individuos. gin Baceko (1991), a In distribucién_de los papeles y las posiciones sociales define los medios inteligibles de sus relaciones con la sociedad, cow su im ‘of sus instituciones, etc.; expresa_¢ impone ciertas creencias comunes, fijindo a especialmente modelos; Race a la estructtiracion de los aspectos afectivos de la vida colective a través de series de oposicia. Estas series organizan los aspectos afectivos de la vida doimniva y-1os TelmiGh, por medic’ de ‘una “ied' de signiftaciones, en “ly Mmeasiones intelectuales de Gu _legitimar/invalidar; —justticarfacusary —asegurai/desa Sncluir/excIGie len Felacion com el grupo); ete. Aqui entra pues el teima de los: “otros” que “vefamos arriba. Ciertas marcas, que no feponden a una tinica categoria, y que pueden ser tanto fisicas, como gestuales, etarias o étnicas, de habitos o de uso del lenguaje, de habitat o de lugar de trabajo, “califican positivamente” o “estigmatizan” (en el sentido goffmaniano del término) a un sujeto, a un grupo social o a una sociedad en su conjunto. De esta m: ducida una representacién totalizante de la soci pean dems, Los imaginarios socii veces cristalizan sus const i tos. Observa. Baczko que “en las mentalidades, la mitologia nacida de un acontecimiento a menudo prevalece sobre el acontecimiento mismo” (1991: 12). Ejemplifica con lag imagenes y los. itos que se urdieron a partir del ‘68 francés, imagineria y mitologéa que tiene en su tama no sélo la historia, las experiencias del momento, sino también las expectativas actuales de algo diferente, de un acontecimiento que “rompa” con lo considerado “normal” y “no \ imaginativo”. Imaginario y control social El imaginario social es una pieza eftctiva y eficaz del dispositivo de control de Ja vida colectiva, y en especial, del ejercicio del poder. En él se encuentra el problema del poder ‘Tegitimo, 0 de las representaciones fundadoras de la legitimidad. El lugar de las instituciones, Ia palabra de Tas autoridades, as hipotesis sobre las crisis o los proyectos se_cristalzan en imagenes difandidas desde el poder. fc up poder son_también aquellos en los que se_invensifica la produccién de imaginarios sociales competidores, Tas representaciones_de_una_nueva legitimicad y de un futuro distinto proliferan, eanan tanto en difusién como en agresividad.— ‘Por €66, por ejemplo, asistimos en la actualidad a rebrotes fuertes de discriminacion, racismo y xenofobia. La imagen de los migrantes de pafses vecinos como “peligrosos”, posibles ‘delincuentes”, “negros”, etc. aparece, entre ottas marcas, construido sobre una historia de desencuentros y enfrentamientos varios (imagen histérica de un Brasil “expansionista” desde su condicién de colonia portuguesa, en el siglo XVIII, guerra con el Brasil y més adelante, con el Paraguay, en el siglo pasado, sivalidad wadicional en el fitbol, contrabando y gran longitud de onda en las radios de las ffonteras) sumado a un proyecto opaco y poco crefble de pais, a la realidad de una tasa altisima de desempleo y a, por ejemplo, las relaciones asimétricas en el comercio via Mercosur. Por eso, desde los medios, y con modalidades de enunciacién diferentes, se reproduce el discurso oficial de imagen negativa de los migrantes pobres (son ilegales, montan locutorios telefbnicos wuchos, son los responsables del aumento de los indices delictivos cn nuestro territorio, por ejemplo). Y desde ciertas instituciones, UOCRA, por ejemplo, se denuncia la amenaza que constituyen para la familia trabajadora argentina, en tanto resultan mano’de obra barata (abiertamente, a fines de 1993, diversos carteles, a modo de denuncia y firmados por la UOCRAA, se difundieron por las paredes de la ciudad de Buenos Aires). En tanto, desde la vida cotidiana, parte de nuestra sociedad los margina, los mira con desconfianza. ‘Tomemos como ejemplo el caso de Paraguay, que se separa del dominio de Buenos Aires en 1811 (el doctor José Gaspar de Francia sostuvo que “mis argumentos en favor de mis ‘ideas son éstas -dijo depositando dos pistolas sobre la mesa presidencial del congreso del 24 de julio de 1811-1 una cstd destinada contra Femando VII y la otra contra Buenos Aires”), Hacia 1870, Paraguay era una economia cuasi capitalista, bastante préspera y autosuficiente. La guerra de la Triple Alianza destruyé politica, social 'y econémicamente al Paraguay. A partir de alli, este pais quedaré sumido en constantes crisis politicas, econémicas y sociales +O 58 que desencadenarin oleadas migratorias encrmes, productos de dichas crisis y de persecuciones feroces durante mds de cuarenta aiios de dictadura al mando de Alfiedo Stroessner. Sin embargo, el imaginario que los portefios constrayen sobre los paraguayos residentes en Ia Argentina se funda en el cruce de una serie de variables estigmatizantes: contrabando, pobreza, crifico ilegal y generacién de desempleo. Este tipo de imaginario ha servido para ue se viera en el paraguayo un sujeto conflictivo y poco deseable, asi como ha generado pricticas explicitas de xcnofobia y solicitudes de cierres de frontera y expulsiones. Més alld de discutir cada uno de estos elementos, nos paece necesario remarcar cmo el imaginario (y en este caso la distancia con la ideologia es nula) media la lectura de la realidad. Si bien se vincula a los inmigrantes de las fronteras del norte del pais con la pobreza, la comunidad paraguaya residente en la Capital Federal esti fuertemente otravesada por las expulsiones politicas victimas del strocssncrismo que mencionamos. Las oleadas migratorias de los "40 como de los ’60 se relacionan con dos procesos politicos findamentales en la historia del Paraguay. En la década del ’40 comienza la expalsiGn politica de grandes contingentes paraguayos, quienes viven las consecuencias del fallido intente revolucionatio de 1947, Este proceso concluirs con el ascense de Stroessner al poder en agosto de 1954 y el inicio de las pessecuciones y las proscripciones politicas. Uno de ios lugares receptores de este tipo de migrantes fie la Argentina (uno de los motivos esté marcado por la fuerte relacién entre el Paraguay pre-Stroessner y el peronisino). En la construccién imaginaria sobre los inmigrantes paraguayos nunca se habla de las victimas del stroessnerismo y de la fuerte migraci6n politica que huubo hacia nuestro pais. La interpretacién de ese imaginario no puede dejar afuera, como vemos, los elementos historicos que se juegan en la construcciGu del “otro”. Independencia del Paraguay, guerra de la Triple Allanza, peronismo y Stroessner confuyen en esa construceién portelia cstigmatizante, El caricter histrico del imaginatio es clave para comprender sus modos y significados. (J) Temporalidad y memoria colectiva También eli i iacién y el dominio del tiempo colectivo sobre el plang simbdlico. O sca, interviene activamente er la memoria colectiva para la cual Jos acontecimientos cuentan menos que Tas represeraciones Imaginarias a las que clos musmos Gar ongen_y encusdan, No iinporta tanto qué pasa realmente cuanto qué Fepresentacion se construye de eso que pasa, qué interpretaciéni, més basada eu Ia imagen ya instalada en la memoria, se hace. De ese modo le historia y [a coyuntura aparecen en el imaginario (de manera indicial) y esto nos ayuda 3 compronder el por Guede difsentos” 'pricticas conro de diferentes imaginarios. esto, no necesariamente debe desprenderse una imagen prejuiciosa o negativa del imaginario. La imagen del trabajo en vastos sectores de nuestra sociedad posbilita, por ejemplo, Ja institucién del tema de la corrupcién como centro del debate en estos monientos. Mis allé de los resultados que se obtengan (via judicial, por ejemplo) la condena social parece aumentar dia a dia. El impacto de Jos i ios nde de su difiusién, de los cifcuitos y de los medios de_que_dispone para su difiusién. Hay que tener en cuenta que Jas modalidades de emisi6n y de control eficaces cambian, entre otras cosas, en fancon gE Svolucion del ermazontecnologico y —cultuml que —aseguma a circulacion de “infimmaciones e imigenes. Eiresa evolucion, Tay dos MOMERGY eee ee rapturas ~ el pasaje dela cultura oral ala alfibetizaci6n; a) 1 diaplnactin databledeovimeeiae oe mahicaciin. de mass SS HSE oe Ieee GE sovionicanin, do muss Y esto es asi porque | gue los_medios_constrayen_—¥_srniten.-mis_allé dels _ informaciones centradas enTi ac festa como especticulo, son las representaciones lobales de la vida social, de sus agentes, instancias ‘utoridades, Tor maitoe pORRCOR_ Tor aiaates Yds CnpSTemccn, Tas Tenigees Ge Toa “—tosmedios tienen un papel_relevante en la construccién de Jos imaginarios saciala: apgranrcon_su produccioa de informacion y de sentido aa construccién_que esa sociedad oese Tact Ts idan imberpretaciones de Tos datos, formas diversas “de construccién de la realidad, io i escl dela sociedad ent fae estan, ja_imagen del_periodismo como tarea y como ‘fia. La misma agenda de los medios es indice de un ida y vel dea interaccion enue prensa y sociedad I Jee a instauracién de mitos a partir de la informaci6n cmanada desde diferentes centros de podér, las autoridades gubemamentales o as empresas transnacionales, el marketing y hasta fosmedios ys eccuch contibaye a la tarca de construcci6n del imaginario. Dice Baczko ue "en y pork propaganda moderna, la informacion estimula la imagiacion social -y los imaginarios estimulan la informacién, y todos juntos, estos fenémenos se contaminan unos con otros cn una amalgama extremadamonte activa a través de la cual se ejerce el poder simbélico” (1991: 32). ecesariamente “son opiniones teoricas) Col poblacién, no determinada individualmente- ¢s gpinién de racional, pero es imposible separar su constitucién de la “contaminacién” ejercida por los “Imaginatios. La opinién piiblica, que se constituye y desenvuelve en el debate piiblico, es formante inchadie del Satara demochitico, y cruza 7 ia Vez que Mediatiza et estado de tos— imaginarios sociales en un momento determinado de la sociedad. Bibliografia Anderson, Benedict: Comunidades Imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusion del nacionalismo. México: Fondo de Cultura Econémica, 1993. Baczko, Bronislav: Las imaginarios sociales. Buenos Aires: Nueva Visién, 1991 Barth, Frederic. Las grupos &nicos y susyfowteras. La organizacién social de las derencias cukurales, ‘México: Fondo de Cultura Econémica, 1976. Bourdieu, Pierre y Loic Wacquant: Respuescas. Por Una Antropologia Reflexiva. México: Grijalbo, 1995. Castoriadis, Comelius: Les carefours du labyrinche, Pasis: Seuil, 1975. Cardoso, Effaim: Breve historia del Paraguay. Buenos Aires: EUDEBA, 1965. ‘Chew, Fiona: "The Relationship of Information Needs to Issue Relevance and Media Use". 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