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LEONARDO MOLEDO / ESTEBAN MAGNANI DIEZ TEORIAS QUE CONMOVIERON AL MUNDO DE COPERNICO AL BIG BANG CLAVES DE LA CIENCIA ve wos 1c omy Aan Gn Fundador dota coleceién sé Nun (Coordinacin Cacia Rotiguez Disetto de tapa Peter Toes Diagramacién Vries Fenn ustracisn Miguel Rep Producelén Néstor Mazzi Devochos excused Bai en cnn sana petal mda 12208, Lear io Exton Magan (9208, Capea cece Fanaa Aaa do Pro 489 (1180 sno As, enti “aston 84114866108 ‘eae 3000 garputes res gn Ties Gece Nano Ot Val 144, Cn. Fd en a0 «008 Dian cap Fay GBA Va, SirhaeyCa. A. ‘ise onreencr DIA: Cunha dept ry 12.723. Irae en Aer, sins erahos eases Nogura pre dee pbleatn uns erocdsanperiaa ecto dl aa Pads en gone peice Boag coma Pos dese enerr oxerordeapncomar BLT] ero ccna INDICE Introduccion Capitulo uno Copémico y la teoriahelioeéntrics Capitulo dos Lateoria dela gravtacion universal Capituo tres Lavoisier y la teoria deta combustion Capitulo cuatro Darwin y la teorls de a evolucién Capitule cinco La tworia atémics y la estructura dela materia Capitulo sois Pasteur Ia teoria de la infeccién microbiana Capitulo siete La teoria dela relatividads Capitulo ocho Taestructure de ta terra ya teoria do la deriva continental Capitulo nueve Le genstica Capitulo diez La teora del Big Bang y la estructura dol Universo Bibtiograia 18 a 1a 181 169 189 207 za 236 Para Raul y para mi coautor ‘@imbancable amigo Esteban Magnan Leonardo Moledo ‘Pera Bary para el Planetario do la Ciudad de Buenos Aires Galileo Galil Ambos, de dstintas manera, colaboraran para qua este libro pura exis Esteban Magnani |A Mariano Ribas, Méxieno Ruel ‘Alejandra Lspe2 y Cecilia Rodrigusz Y.aJohn Reed, por supvesto. Los autores INTRODUCCION ou, ina A eceetits En todas las épocas,incluyendo desde ya ala nuestra as ideas nuevas suelen ser confusas y solo mucho después se pueden percibirineas que las unen en forma més o menos nitide, del mismo rpodo que un palsaje necesita la distancia para mos- ‘ar su estructura general. Los centificos, incluso los més gran des, navegaron siempre en medio de mares de duds, inso- ‘ures, atientas, mezclando aciertos y errores; muchos veces puntos de partida erréneos permitieron un adelanto sustan- tial: aquellos que veian en el Sol un fuego central, no pu ron sospechar que algun dia ayudarfan a Copérnico con a tgoria heliocéntrica, ‘Aun los que proponian ideas que hoy nos parecen dis- parataces, no eran irracionales, sino que estaban, simplemen: to, imbuiddos de prejuicios y concopeiones de la época de los _que quits ni se daban cuenta y que a veces les impedian ver lo que hoy parece que estaba dalante de sus ojos. Ningu- ‘a teoria sale de a nada y a veces necesita siglos de prepara cidn, porque toda teorfa cientifica es una teorle social, no individual, ya que surge de ta cultura de una época y esa cul- tura no esta hecha sélo por cient 10 por hombres y ‘mujeres que aceptan 0 rechazan determinadas concepciones y tradiciones, o que tienen determinado sentido comin. Asi, {os datos y los pensamientos se van acumulando y de pronto elguien encuentra la pequefia piaza que faltaba y que, a va- ‘es, estaba a la vista. Es esa la razdn por la cual el descubri ‘miento aparece como una iluminacién: ya esté todo armado ¥ys6lo falta encontrar el punto de vista apropiado para colo: car el elemento que resignifica el conjunto. Hay algo de extrafio yheroico en estos pensadores que lic dliaban con problemas que hay iguran reguoltes en los libros de texto de la escuela primaria: geomprencion que estaban tanteando y 8 veces accionando palancas fundamentales de la naturaleza? 'Ninguno de los que protagonizaron estas diez toorias que conmovieron al mundo y que de una manera w otre confor ‘maron las vigas maestras de las cosas que pensamas, de la ‘eosmologia y visin dela naturaleza en qua.creemos y las ex- plicaciones que damos hoy, estuvo solo. Todos ellos se ‘montaron en hombros de gigantes, y si vieron més lejos, fue porque otros habian desbrozado ol camino aunque no llega ‘an hasta el final, ya sea porque la época no les habia dado laa hhorramientas suficientes, ya sea porque estaban trabados par Prejucios que no se atrevian a romper, porque no tuvieron suer- te. o-sencillamente porque s2 equivocaron, pero ayudando con esa misma equivocacién a que a quisnas venian después se les ahorrara ese camino a ninguna parte. La historia de la construccién do la ciencia moderna es la historia del pensamianto humano, dl deseo de explicar el mun- do. Es parte del continuo intonto de contestar a las preguntas, {que tal verse hizo algtin antopasado nuestro enla entrada de su cavema, mientras miraba la noche host rfugio de las es pecies agazapadas y al acecho, mientras avanzaban hacia el ‘alba les oscuras eeferas arrastrando los astros-dioses de! prin- cipio, el amparo de un fuego encendido mediante la chispa {quo brota del golpeinteligente de dos pisdras de silex. CAPITULO UNO COPERNICO Y LA TEORIA HELIOCENTRICA ‘Ats20 Plonia, un viejo deo ‘que alSolestae quoto Ya Tera se movie ‘Aunque no parece ‘Aunque o Sof ens el cilo ‘ade da ‘Aunguo un pao volaba ‘muy aos do sunido Yyal volver no so pera. Tarcemants doc se if, ‘ue a Terrase move, yo sabi ue inkiaba un vii alas esos, 3 donde a agar ‘ln nano da. ‘D€2 TWAS QUE CORAAOVEON AL MUNOD * 1. UNDIA COMO OTROS “Lud ped estimar sufciontements lo que sucederd en cuan- 10 algunos adviertan, en estos libros mios, escritas acorca de las revoluciones de las esteras del mundo, que atribuya a la Terra algunos movimientos y clamarén para desaprobar ‘me por tal opinian.” Copémnico, Sobre tas revoluciones de las estoras colestos Enel afio 1543 murié ol gran pintor italiano Caravaggio, subié ‘al cadalso Ana Bolens, segunda esposa de Enrique Vl de In claterra y Vesalio publicé gu famoso De Humanis Corporis Fa brica, que inicié la historia de la anatomia. Ese afc nacieron ‘y murieron miles cle personas sin sospechar que se publicaba fentonces un libra muy particular, uno de esos libros que cambian Ia historia del ponsamiento humano, Su autor era el astrénomo y clérigo polaco Nicolés Copémico, que se hallaba yaen sulecho de muerte (muri, efectivamente en los mismos las dela publicaciin,y no se sabe sillegé a ver un ojemmpla. Y ese libro, que se lamaba Sobre as revoluciones de las esfe- ‘2s colestes, encerrabe un mundo; un mundo que todavia no tra, pero que habria do sor, Efectivamenta, porque se ofrecia tuna solucién nueva para uno de los mas antiguos problemas dela ciencia y la fiosofia: comprender cémo funciona el cielo. 2. POR ENCIMA DE Mi “Dos cosas llenan el énimo de admiracién y respeto: el cielo estreliada por encima de mi a ley moral centro de mi.” Immanuel Kart, Critica de la razén préctica Sino lo piensa, le obsorvacién del cielo tiene que sor tan antigua come la evilzacion misma; las primoras cultura iden: tifcaron a los astros con dioses y les atribuyeron a capacidad de influie sobre la vida de los hombres. ¥ no es raro el cielo ‘muestra una regularidad y una permanencia que esta muy le josde las mudenzas humanas. Lo que cualquiera de nosotros ‘ve en una noche estrellada es précticamente fo mismo que vvieron nuestros antepasados: los que anudaron los quipus y Jos qua habitaron Tenochtitén, fos que eruzaron el océano, los que oyeron por primera ver reetar la iad, los que constru- yeron les pirémides, fos primeros hamibres que hace cien mil ‘ios abandonaron Africa y empezaron a esparcirse poral mun: ddo, Es una seneaclén grandiosa de inmutabilidad y permanen- cia que perfectamente describié Kant, una intuicién de eter dad, en fn, que desafla alo efimero de la vida cotidiana, y aun Ta vida y la muerte Pro la verdad as que el cielo esté muy lejos de ia quietud: ‘el Sol sale y se pone, la Luna cambia de forma y las estrellas, lo cruzan de este a oeste cada noche. Y ademés, el Sol no tiene siempre la misma altura durante las distintas épocas del ho, hay eatrelias que dejan de verse durante meses, ast co imo hay otras que se ven siempre. ¥ después de 365 dies, as, cosas estén como al principio ytodo vuelve a empezar una y otra vez, con una regularidad hipnétice que las culturas de la _antigledad registraron muy bien: astrénomos hinds, bab lonios y egipcios elaboraron minuciosas tablas con estos to, que pasa nuevaments al are. El ciclo del flogisto era el {azo principal entre los tes reinos naturales. ‘A mediados del siglo XVI la doctrina del flogisto, que ‘no implicaba grandes rupturas ni con la fisica aristotélica ni con otras concepciones dela materia, era ampliamante acop- tada y el misterio de la combusti6n parecia resuelto. El mis- rmisimo Kant lo alabé en su Critica do fa razén puracomo "una de las grandes conquistas del espiritu humano”. No era una teoriaaisiada, una explcacion particular de un fendmeno par- ticular era un sistema completo alrededor del cual se orga- ‘iz6 ta quimice, flogistizada de arriba abajo, Una consecuencia inesperada fue la resurreccién dela ya ‘obsoleta teorfa do os cuatro alomontos do Arist6teles. La qui ‘mica del flagisto, tal camo la inicié Stahl, e8 atomistica, pera los étomos son incognoscibles y edlo se manifiestan en las ‘propiedades que confieren alas mezclas nivel esencial de las interpretaciones quimicas esté dado por los cuatro elemen- 108 aristotélicos. “Se reconocerd sin duda con asombro que actualmente _eimitimos como principios de todos los compuestos los cua- tro elementos, ol fuego, ol agua, o are y la tierra, que Aristé- toles habia designade come tales mucho antes de que se tu- vioran los conocimientos quimicos necesarios para comprobar [a verdad de esta afirmacin. En efecto, sea cua fuera a forma {en que descompongamos fos everpes, siempre obtenemos estas sustancias;constituyen ol colofén del andlisis quimico.” {Bajo ol articulo “Principios’, ono! Diccionario de Quimica do Pierre Joseph Maquer publicado en 1766.1 Las cosas, sin embargo siguieron su curso ya quimica, ‘aungue flogistizada, dio sus grandes investigadores: Bleck, Scheele, Cavendish, ¥ Priestley. “Joseph Priestley (1733-1804) era inglés, librepensador en cuestiones de refigion y ortodoxo en quimica, fogcista a mur fo. saverdote y uno de los mayores cazadores de sustancias, ton especial gases, de todo el siglo XVI. En 1767, vivia al lado ‘Go una fébrica de corveze y comenzé a interesarse en el fend meno de fa ofervescencia que producia el iamado “re fio” {aidxido de carbono}, un gas descubierto y aislado por ‘Block; experimentando incansablemente con él, daseubrié un rmont6n de gases més, que pudo deseribir para su mayor glo fia'y honor. Pero fue el "de agosto de 1774 cuando alean26 Ia inmortalidad ty algo més). ‘Con una lupa que concentrabs los rayos del Sol calen 16 un poco de dxido de mercurio dentro de una campana de ‘vidrio heeréticamente cerrada y al abrrla encontré un " ro", un gas sin olor. Cuando introdujo una vela encendida von ese “aire” noté que la lara se avivaba. Evidentemente habia obtenido un gas nuevo (el mismo que aunque él no lo supiere, habia sislado Scheele). Era obvio que si ese nue Yo ges hacia arder muy bien una vela, estaba “ansioso” por tomar el flogisto (como un papel por absorber el agua), mUu- ‘cho mas ansiogo que el aire comin, como si carecier@ por completo de flogisto. Esto 0s, estaba deflogisticado, y asi 0 Hlamé: “aire deflogisticado”. Priestley estaba orgulloso de su descubrimiento; despuss de respirar "su" aire deflogis- ticado, contes6: “Mi pacho se sintio particularmente ligero por un tiempo... quién sabrd, pero, on un tiempo este aire 8 owtno0 MLD ESTEBAN MAHAN, puade transformarse en un lujoso articulo de moda. Hasta feste momenta aélo dos ratones y yo hemos tenido el privé Iegio de respirario". Priastley era un verdadero militante, casi un fundamen: talista del flogisto, que en ase entonces imperaba sin opo- stores, por lo menos visibies, y no era para extrafiarse. A nadie se le habia ocurrido ninguna otra teorfe que explica: ra tantas cosas; el flogisto ponia en contacto los tres rel- nos naturales y revelaba el ciclo de nacimiento y muerte de la naturaleza; no era solamente el agente de la combus- tin y el fuego, el que habia transformado al hombre pre- histarico en ef hombre podoraso del siglo XVI, sino que era ‘21 portador de las principales cualidades quimicas; una sal ‘combinada con el flogisto, dab un éleali; un “cdo univer sal” con el flogisto, daba un acide nitrico. Era, como la luz, ‘el magnetismo o Ia electrisidad, uno de los agentes impon- derables y esenciales del mundo. La cvilizacién entera es- taba sostenida por andamiajes de flogisto. Todo encajaba: {cémo no iba a reinar sin cuestionamiantos? ¥ ademés, el ‘logisto develaba el misterio del fuego y a combustion: era Jo que todos estaban esperando desde el momento en {que por primera ver el metal so fundié para fabricar una es- pada 0 un arado. 5, PERO EL. FLOGISTO TENIA UN PUNTO DEBIL: EL ENIGMA, DE LA CALCINACION DE LOS METALES Sin embargo, la gran sintesis del flogisto, la coronacién de la ‘quimice que habia insteurade Stahl, que habia develado los imisterios del fuego y aue habia producido su mejor joys en ‘el sire doflogisticado de Priestley, en ol que cualquiera podia respirar de manera exquisita, tenia algunos puntos flojos y uno de los mae serios era el problema de Ia caleinacién do Jos metales. A muy altas temperaturas, un metal también ‘se quema y deja como residue una cal, cambiando natural- mente eu aspecto, Hasta ahi no habia nada raro, ya que era obvio que si el ‘metal padi su flogisto, sus propidades se tenian que aterer. Pero lo que s reultabe més que raro,rarisimo, era que, des- ‘buds de perder su flogisto, los metales aumentaran de peso. 2Cémo ara posible? Esta histori de ia ealeinacidn de fos metales y el aumen- to de peso, era conocida desde hacia mucho tiempo. Lo ha- ban informado algunos alquimistas, ¢ incluso se habia inten- ‘ado explicalo, ya que contradecia la antiquisima idea de que ‘el fuego descomponia la materia. Segtin algunos, los étomos de fuego se fjaban sobre el metal al quemarse y para otros ol fuego arrancaba las pariculas més lvianas del metal y asi lo tornaba més pesado (en efecto, no debemos olvidar que ol aristotelismo diferenciaba pesadez y lviandad, y aslos éto- ‘mos de fuego eran come globos mas livianos que el aire en- uistedos en la materia, que cuando se soltaban y subian, le hhacian més pesads) Desde ya, el misterlo no escape a la minucfosa atencién de Boyle, que estudié el fendmeno con la meticulosidad de siempre: calciné estar en un recipionte cerrado; pass el es- ‘aio antes y después de quemarse y lo mismo con el recipien- te. Al abrir el recipient, oy6 al aire entrar precipitadamente o Ltonano nou ESTEBAN MAGNA i t f =. ‘Si Boyle hubiora podido leer este libro, seguramente habia prestado més atencién a ese sonido, Pero faltaba mur cho para que est libro se publicars y el hecho se le escapé, ee que los centificos son ast un pequerio descuido,o a im: prudencia de no leer el libro adecuado, los alejan de un ‘gran descubrimiento que tenian dalanto de sus ojos. Tampo- co $e le ocurré a Boyle pesar el recipiente con ol estafio aden ‘ro antes y después dala caleinacién y supuso que ol aumen- 10.de peso era debide a una sustancia queel metal acaba de! fuego y que habla atravesado las paredes de la retorta Robert Hooke, quien fue su ayudante y uno de los mas. ‘grandes cientifcos ingleses, interprets la combustion de ma- rea diferente: supuso que en aie habia algo, una sustan- cia que “posee la propiedad de disolver todos los cuerpos combustibles siestos son calentados suficientemente; el fue- {90.68 un mero fenémeno accidental”. Hubo un cientifico, John Mayow (1645-1679) que fue mas all: demostré que no es el aire, sino un constituyente del reel que alimenta la combustion, al que lamé “espiritu nitro- ‘aéreo", Mezclade con nitro (itrato de potasio}, observé que ‘un euerpo se quema en el vacio ye! “spirit do! nitro” sirve do alimento al fuego. Para que un cuerpo pueda arder, de- cla, no alcanza con que tenga particulas combustibles, sino ue hace falta que éstas entron en contacto con el espfrity ritro-a6re0 que existe en el aire, Mirado desde la tooria del flogisto, ol aumento de peso cera problematico, ya que aseguraba que al quemarse, los me- tales se soparan en sus elementos més simples: cal yflogis- to, 2Pero cémo podta ee" que les metsles al perder flgisto ga- naran peso? Stahl supuse que la pérdida del flogisto dejaba "huecos" en la materia que el aire comprimia y asi todo 8e voivia més pesado... El argumento era verdaderamenteflo- jo. y confundia peso y densidad, ya que si el aire comprime, ja materia se vuelve mas dansa, pero no més pasada. ‘algunos seguidores de Stahl, como suele suceder, fueron més alld de su maestro y propusieron una solucion arriesge 19, arriesgadisima: ye que las teorias de Avstotelesy el asun- to de los cuatro elementos estaban otra ver en bogs {jen ‘leno siglo XVilli, concluyeron que e!flogisto tiene en suina- furaleze ir hacia arriba (como el fuego del que es parte y por To tanto quita peso al objeto que ara su laste. Esto, fl flo- isto tenia peso negativol Era una explicacién un tanto descabellada, per la verdad ‘9s que lo flogicistas no estaban muy alarmados por la cuss- ‘86nd los metales, ni le quitaba e sueio: suponian que en ak ‘aGn momento se encontrarala solucién, del mismo modo que fos copemicanas imaginaban que tarde o temprano se arregla- rian las dfcultades fsioas do sistema hetioedntrico. ‘Otro problema del flogista era su inmateriaidad, su caréo- ‘er casi metalisic...2pero acaso no lo eran también a uz, el magnetisme ole electricide...y hasta la propia fuerza de gra vitacidn? Ya se resolveria, ‘Aunque en realidad el mayor problema, et problema fundamental que debia afrontar el flogisto era que on realidad ‘no existia. ‘Quien enfrent6 decididamante al flogisto y lo derrot6 fue [Antoine-Laurent Lavoisier (1743-1794) quo fo envié adonde ‘quiere que ven a parar las sustancias que no existen. korioo wousDo/esTEBAN AGHA | t I LAVOISIER DECIDE REVOLUCIONAR LA QUIMICA 'Nada se crea nien las operaciones del arte, ni de la natura: Jaz, 30 puede elevar ala categoria de principio que en todo proceso hay una cantided igual de materia antes y después del mismo... Sobre este postulado se funda todo el arto de ha- cer experiencia en quimica.” Lavoisier Tatado de quimica (1789) El padre de Antoine-Laurent Lavoisier (1749-1798), un tia abo- cgado preocupedo por Ia educacién de su hij, Io envié a un excelente colegio donde estudid matemitioes,estronomia, uimica y boténica, se empaps de une ideologia razonabie- ‘mente liberal y se convitié en un verdadero intelectual de Si- glo do las Luces, un caballero de buena posicién y hombre de Ia llustracién, que lo lev6 a apoyar la Revolucién Francesa, por lo menos en sus inicios. A los 22 afios, con un ensayo sobre la mejor manera de iluminar las calles de Paris, recibid ‘una medalla de oro de la Académie des Sciences (en cierto ‘modo equivalente, aunque no similar a la Royal Sociaty)y @ og 25 lo acoptaron come miombro gractae a un trabajo sobre el analisis de a pureza del agua de Paris. Pero lo importante del experimento ne era, en realidad, 1a pureza del agua. Results que desde hacia siglos los alquimis- tas y luego fos quimicos {incluyendo al propio Boyle) habian comprabade que si se calentaba agus largo tiempo en un rocipiente hasta que se evaporaba del todo, era posible jun- tar un fondo teroso, lo que mostraba ~derian- que el agua se ppodia transforma, por lo menos en parte, en terra. Er TORI QUE COMMOMERON AL MUDD ® Lavoisier realiz6 la prueba pesando con precisién el agus, tatierra que quadaba y, genial, el recipiente en el que se ha- Ga el proceso. Tras calentar todo durante varias ores COr- probé que el peso dela tierra” que habia quedado Ivego Fo que el agua se habia evaporado jora exactamente igual due tt que habia perdido al recipientel Es decir que la supuest@ gene no proventa del agua sino del reipiente, Conclusion: ‘el agua no se transforma en tierra. Tin realidad, habia logrado algo mucho mds importante _que destuiruna creencia milenara (que ese mismo afio habia Gestrudo también Scheele! ef experimento asestaba un gol pe formidable la hipotesis dela ransmutacion, pero, quis pegs importante aun, daba Un paso decisivo hacia ol princinio (Genera, el eje sobre a que armerta todo su sistoms yrevolur Sronaria la quimica, déndole un carécter newtoniane: o prin- CGpio de conservacion dela materi. Tomé elconcapto newe- fone de masa que el gran Isaac habia definido, un tanto confueamente como “cantidad de materia”, la midi6 por su fpono y establecis que nada podia surgir de a nada: "Le ma- teria puede cambiar deforma, par ol peso total de la mate. tia immpleada on una reacciGn quimica sigue siendo el mismo”, Tato os: las cosas ge transforman pero no desaparecan Ni aparecen dela nada la materia, aquello que tenia mass Y Por nde peso, no podia erearse ex nite, sélo paca provenie Getransformaciones de la materia risma;y de ah en adelan~ te las cosas girarian alrededor de|a balanza. No os que la be- lensa no se hubiera usado antes; tanto Boyle como Van Hel- mont se habjan valido della yto mismo Black School v casi Soseslvamente Cavendish. La habian usado, st pero no he _ronAnO0 HOLEDO/STEBENMAGIAN, : ssa bionhech do aly por ene doa mat yd au consrvotn slot frdameral de eelstra Par ahora volar Chobe pivot sore el cul oder ue, conp- termes arta rei pr spe eae are {oeogsabealtamort eworans tseriso ata omprarcone en afte Gin lara compas veda espera cba ton impos {on altaboon, con us grendeeganencoe que parce tom pat duran abs as doce le raresn vad ee Tenwconcerge dol aercice bln Ls aclones (ue Ind aro cosaan cabernet, a a Rov Gln ye av nome eran simbol dl abuso dl poser Ssrabiegoradot ode bone pare delasosedad pe ‘aren vi erento compra ee mores Gpontvo pa tmocpermentecion ponies ene apo y mont un labore que fue frowayvstado polos quimicos de {edn Europ Seca con Maso Paun (elo 4 fo, en {unas rrforayudon lola de sve y que dxputs ce tumueresovold wasn con oo coin, a exis Conde rior, can quien vis un erpece de enol mrocon vate avira sige dl esi mais yobs de ‘yee rr room go an rable ede rtosororveconos tails ons 28nd pre Sin, desde 1773 avers sa option excarivan too quincstadinao en form st, pra erin Charo co estos queen tatian eto areiomen toandobiminplamarserrerenredisones >on on proceimirtoe Peo noo ar my comeconte de que hacia y de lo que queria: resolver ol problema de la combus- tion y producir una revolucién en la quimica. E120 de febre- ro de 1773, fecha histérien,escribié en su diario: “La impor- taneia del fin propuesto me ha animado a emprender todo este trabajo que parece destinado a producir una revolucién (en fa quimica” 7. LAVOISIER RESUELVE EL PROBLEMA DE LA COMBUSTION. “El logisto es un dous ex machina de los metafisicos: un en to que aparentemente todo explica y que en realidad no ex- pica nade.” Lavoisier ‘A Lavoisier no podta gustare ol flogisto. A psrtir de la ident fieacin de materia y peso, una sustancia imposible de astar 'y que al abandonar los motales les agregaba peso y que por To tanto era pasible de tener peso negativo, como sostenia el {quimico Guyton de Morveau, no encajaba con su concepto newtoniano de la masa como aquallo que tiene peso. El "pe- so negativo del flogisto”, desde ese punto de vista era un dis- paratev silos metales aumentaban de peso, algo se les debia agregar al ser calcinados. Lavoisier no era un intuitive come Kepler ni alguien que: borra sus huellas y muestra sélo los resultados, como New- ton; avaneé paso @ paso: por empezar, comprobé quo 96- lo los metales aumentaban de peso al quemarse, sino tem- bién el azure el f6sforo. También repitié el experimento es eonanco measoo esTEBaN AGIAN pin tnmniio que un siglo antes habia hecho Boyle, Calenté un trozo de tstafo en un balén herméticamente cerrado, paro esta ve2, 5, Pesé cuidadosamente el conjunto antes y despuds de la caleinacién, El peso no varié y por lo tanto, concluy6, nada habia entrado atravesando las parades de la retorta, como, habia craido Boyle. ‘Av abrir el balén el aire entréy, ahora si, aument el pe ‘50 del conjunto, Lavoisier se convenclé de que el aumento ‘de peso experimentado se debia a quo el metal habta tomar ‘do ierta cantidad de aire para transformarse en cal yno que liperaba flogisto; era una idea que ya lo rondaba desde hacia un par de ehos. Y¥ 08 que asi como Kepler habia roto con la obsesién, circular, Lavoisier astaba rompiendo de una ver por todas, con Ia idea tradicional onquistada desde los origenes, la que habia sido formulada por Aristételes y aceptada por los al- ‘quimistas, la que hasta el gran Boyle habia terminado por “suscribir, la que habia impedido comprender el fendmeno de a. combustidn: esto es, que la combustion ora algo que provenia de adentro del cuerpo que se quemaba. Lavoisier tencaré el probleme de una manera opuesta: ol principio de la combustidn estaba fuera del cuerpo combustible, que no liberaba ni étomos de fuego, ni tierra combustibe, ni flo- isto ni nada. En realidad absorbia algo, Aigo que estaba on el aire, ‘oque era una parte del aire. Lavoisier no estaba seguro. Pri- mero pansé que era ! “are fjo” de Black, sin poder demos- trarlo. Y entonces, en octubre de 1774 recibié una visita en Paris, Era nl més ni menos que John Priestley el gran quimica inglés del flogisto que le hablé entusiastamente de su “aire eflogisticado", “in which a candle burns much better than in common air” fen el cual una llama arde mucho mejor que €n of aire comin), Un gas que avivaba la llama, un gas que Ia alimentabs... era justamente lo que Lavoisier estaba espe- rando y no es raro que intuyera inmediatamente que era ése ‘el componente del sire con el que se combinaban los meta- los durante la combustin. \Naturaimente, primero corroboré ol descubrimiento de Priestley y luego comprobs que tras ol proceso decalcinacion, fen a retorta ya no habia mas “aie daflogisticado”, que habia sido absorbido por ef metal durante la combustion y que sélo ‘quedaba un “aire fétido” (que llamé dz00 y que hoy lamamos. nitrégeno), incapaz de mantener la combustion. “EI principio ‘que se une a fos metales durante la calinacién, que aumenta ‘su peso y que es parte consttuyente de a cal, es nada menos ‘que la parte més saludable y pura de are, que luego de com- ‘binarse con un meta, pueds liberarso de nuevo con posterio- ridad’ escibi6 en 1778, Habia que buscar un nombre para @s- ta nueva sustancia, un nombre que roemplazara al de “aire doflogisticado” y que no contuviera resabios dl logisto, Y Lavoisier ligié una palabra que proviene del griago y significa "hacedor de Scidos": oxigeno. Se equivocd, porque puede haber dcidos independiente. ‘mente del oxigena, pero la verdad es que ne tiene importan- cia. El misterio de la combustién estaba resuelto y de ahi en ‘adelante para el logisto fue el comienzo de fin: exhalaba sus “timas bocanadas. No le quedaba oxigeno. aaa * potétieo, una suposicién gratuita 8. EL FLOGISTO SE DEFIENDE Elflogistoluché por su vida con tonacidad tolemaica. Del mis- ‘mo modo que les esforas cistalinas hablan resistido un tiom- 1200s golpes de Tycho Brahe, del mismo mode que los torbe- llinos do Descartes aguantaron los embates de la teoria dels, ‘gico pensar que ge debia a algun tipo de radiacién que salia dol cétodo (electrode negativo, y 8 fa que, previsiblemente, se lamé “radiacién catodica’ Lo que no estaba para nada claro era i naturalaza de e505 ayos catédicos y se armé una verdadera controversia: habia {quienes los considerabian ondas electromagnsticas y quienes ppensaban (como los fisicos ingleses en general) que se trate ‘ba de particulas, hasta que Joseph Jahn Thomson (1856-1940), en 1887 demostré categéricamente que se trataba de part- ‘ules eran desviedos por campos eléctricos y magnéticos, que no desvian las ondas electromagnéticas @Poro de qué particuls podie tratarse? La verdad es que no habia demasiadas alternatives, Puosto que eran atral- {das hacia el electrode positivo, era obvio que estaban car- ‘gadas nogativamento; y Thomson intuy6 que se trataba de las particulas que transportaban la unided de carga, algo asi como los “Atomos de la electricidad" -meramente te Ficos- y a los que el fsico alemén Joseph Goldstein habia llamado “electrones". Pero habia algo més. Cuando midié la masa de aus elec: trones, encontré que era extraordinaria,ridieulamente peque- fa: jun olectrén pasaba solamente un milésima de un eillo- nésimo de millonésimo de millonésimo de rillonésimo de nésimo de gramo! ¥ sobre todo, pessba menos que un 4tomo de hidrégeno. jMenos que un dtomo de hidrégeno, el mas liviano y sencillo de ios étomos! {Cémo podi ser? WW de dénde salian esos electrones? Yaqui es donde Thomson lanz6 una bipétesis afortuna- day audaz, muy audaz, una de esas hipétesie que hacen his: toria: quo fos electrones saan de acento de las stomos. Era una aflrmacién terrible: los étomos de Daméerito, los {tomos de Dalton, macizos, indivsibies, compactos... tenian partes, después de todo! |No eran incivsibles!iTanian cosas _adentro! Como dijo el propio Thomson, muy ala inglesa: “La suposicion de que exista un estado de la meteria mds finamen- te dividido que e/ atom es en ciorto mado sorprendienta”. No era "sorprendente”... a increible! Los étomos, ademés, se combinaban en "étomos com- puestos" (an terminologia actual, moléculas) y parecian re- solver el problema de la estructura de la materia. Eran come) los de Demécrito, macizos y as habrian de perdurar: s6lo hacia los comienzos dl siglo XX, cada uno de fos presupues to8 de Dalton empez6 a ser demolide por nuevos y asor- bbrosos descubrimientos. Dalton era cusquero y sus princpios no le permitioron ad rmitir ninguna forma de gloria, pero ol éxito de su teoriaato- ‘mica craciay su fama también; empezaron a lloverle honores. de las sociedades cientiicas extrenjeras. Su entierro en 1844 cestuve muy lejos do au desesda intimidad y se scercaron alll ‘més de 40.000 personas. 3. MENDELEIEV CLASIFICA LOS ELEMENTOS “Tedo lo que se puede decir del ndmero y a naturaleza de los elementos ests, en mi opinién, confinad@discusiones det po puramente metafsico.” Lavoisier La teoria atémica tuvo una inmediata aceptaclén, aunque los quimicos siguieron discutiendo sobre la “realidad” de los ‘tomos: Zeran objetos vardaderos, contantos y sonantas, 0 simples “feciones itles"? Vlas moléculas? /Existan o eran puramentete6ricas? E! joven Kelulé, que afios mas tarde das- cifraria a estructura del benceno, dirgié un congreso en Karls- rhe (1860) al que acucleron los grandes quimicos de Europa yen el que no $8 rasolvié demasiado, pero que mareé una S6poca porque todos tomaron conciencia de estar trabajando {en un terreno y con un programa comunes.. La existencia de atomos y moléculas no era por cierto la Liniea inedgnita: también era desconcertante la proliferacién do los elementos: ;Podia ser que el mundo se eifcara a par- tir de cinoventa elementos quimicos? ,Cincuenta sustancias elementales? @No era demasiado? {No tenia que haber un lorden subyecente? Los quimicos venfan trabsjando el tema y ‘buscando regularidades; ya William Prout (1785-1850) habia ‘sugerido -visionaria intueién-que los étomos de todos los ele _mentos eran agrogados de étomos de hidrégeno ilo que se co- nocié como la “hipétesis de Prout”) y John Newlands (1837- 1898) estuvo a un tris de encontrar una estructura, pero Dimite ‘Mendoleiav 1824-1907) sole adolants, yen mayo de 1869 anun- 6 ante le Sociedad Rusa de Quimica que “los elementos, ubi- adios de acuerdo a los pesos atémicos presentan una ciara pe- rlodicidad de propiedades” y exhibié una tabla que, con més ‘0 menos cambios, hoy se conoce como la Tabla Periddica de Mendeteiev, donde los elementos, ordenacos por pesos até~ micos se ubican de tal manera que los que tienen mas 0 me ‘nos las mismas propiedades -como el coro, el iodo y el bro~ ‘mo o el cobre, la platay el oro- ocupan una misma columna. En realidad, Mendelsiev legané de mano a Newlands por- {que fue mas audaz: cuando algo no encajaba, supuso que los pesos atémicos estaban mal mediidos y los corrigié para ue los elementos estuvieran corraceamente ubicados. ¥ cuan- do aparecia una casilla vaca, la dejaba en blanco, esperan- do que se lienara a su debide tiempo: incluso deserbi6 cada 7 alfa contra una lamina de oro de s6lo cinco aiezmilésimas de rmilimetro (es decir, relativamente pacos tomas) de espesor y observe, con bastante sorpresa, que la mayoria de los pro- veeties atravesaban Ia hoja de oro sin sufrr desviaciones, p= ode tanto en tanto, algunas particulas se desviaban.en éngu- los enormes y no faltaben aquelas que volvian para alrés como sihubieran chocado con algun obstéculo slide y pesado. Sorpresa, porque Rutherford, como todos los fisicos,te- nia en la cabeza el modelo de étome que habla propuesto ‘Thomson: una esfera més 0 menos llena de materia tenue y ‘cargada de electricidad positive, donde estaban incrustados los electrones de carga negativa, El resultado del experi ‘mento, sin embargo, desmentia esa imagen: i algunas part- ‘us eran desviadas tan violentamente, incluso en éngulos rectos, y aun mayores, en alguna parte del étome tenia que hhaber algo duro y macizo: las particulas fuertemente desvie- das eran aquellas que por casualidad rozaban esa regién 0 chocaban con el Qué podia ser? Un golpe de intuicidn feliz le permits. a Rutherford decidir que toda 0 casi toda la masa del stomo ‘estaba concentrada en un espacio muy redueido en su cen- tro, el ndcleo, era contra ese nucleo que habian chocado las partculas alfa. E! tomo “Ileno” de Thomson salts hecho pe: dazos y asi aparecié el étomo “modelo Rutherford”: un Centro (al nicleo) compuesto de particulas que Rutherford liamé “protones” (los primeros}, @ cuyo alrededor giraban los electrones, muy lejos, ya que si el ndcleo fuera una pe- lota de tenis en medio de un estadio de futbol, fos electrones estarfan on las tribunas. (TEA OLE CONOVER AL IDO 1 Los protonee del nucleo, mucho mas pesados que los elec- trones y cargados positivemente, compensaban as cargas ne ativas de los electrones. EI nirmero de protones que tenia 1 nucleo, por su parte, determinaba de qué elemento era tomo (1 protén significa hidrégeno; 2, helo; , lito; 4, beri- lio, yas. ol hierro tiene 26 y el oro 79 protones).Alfin yal ca- bo, Prout no andaba tan equivocado cuando sugirié que to- dos los stomos eran agregados de atomos de hidrégeno, Puesto que un protén era, efectivamente, un nucleo de hidré- ‘geno, y puesto que todos los nlicleos eran agregados de pro- tones, e8 deci de nileos de hidrégano, jresuitaba que Prout habla dado, casi, casi, en Ia teclal Ere interesante, aces, ese nicleo compuesto por pro- tones. Pussto que el nlimero de protones en el ndcleo era la marca de identidad del elemento, ee aba una inquietante po- sibildad: bombardeando nitrégeno, Rutherford comprobé que «8 carga de 7 (lo cual significaba 7 protones) pasaba a 9 pero ‘ensoguida perdia un protén, 88 quedaba con 8 protones sola ‘mente... iy por lo tanto se habia convertido en oxigeno! ;Se habian transmutade atomos! La cosa era tan extraordinarla ‘que Futherford y su discipulo Soddy vacilaron en anunciara Ia palabra “transrautacién” tenia tan mala fama que tuvieron ‘que hacer verdaderos malabarismas de lenguaje para anun- carlo y lev6 algunos afios quo se aceptara del todo. ‘Ademés, habia algo vertiginoso en el Stomo de Ruther ford: estaba constituido, casi en su totalidad -ol 99,99999%- por espacio vacio, La materi finalmente, estaba compuesta por trocitos de nada, dros nuicleos rodeados por una leja- ria de electrones: si les quitararnos el espacio vacio a los ti 5. PERO EL ASUNTO NO TERMINABA AHI En realidad, nadie se imaginaba todavia que lo pequefo en- ‘corraba un mundo. Pero as ers los experiments demostra- ban que los slecrones eran todas iguales, no importaba si ea: lian del hidedgeno 0 de otro elemento cualquiera, lo cual ppermitia sospechar que no sdlo eran partes de fos étomos, si no que eran partes de todos los Stamos. Ya era una sorpresa ‘yuna novedad: la electrcidad, de ser un fendmeno perticular y,8i8e quiere latoral, parecia estar implicada on la esencia ‘misma do la materia jy buena parte dela naturaleza del mun- do resultaba ser elétrical ‘Thomson elueubr6 un modelo de! atoma que mantenia, en ciorta forma, la idea del étomo racizo de Demécritoy Dal- ton, pero ya no era una esfera homogénea sino una exten sign de materia mas 0 menos tenus ly cargada positivamen- te) on la que los elactrones estaban incrustados como las ppasas de uva en un pan dulee, de tal manera que resultara eldctricamente nowt. Esmuy probable que Thomson, al disefiar su étomo, pen- sara que estaba dando la puntada final al problema de a estruc- tra dela materia. Ni se imaginé que la cosa recién empszabe. 6, SORPRESA: UN PEQUENO SISTEMA SOLAR Porque el étome de Thomson -que no era muy tindo, dicho ‘88a de paso-no estaba destinado a durar. En 1896 leg6 a su laporatorio un jovan fisico que se liamaba Ernest Rutherford (1871-1997). Nacido en Nueva Zelanda, habia trabajado con ‘sus padres, granjeros, en tareas campestres; cuando recibié la noticia de que habia ganado una beca para la Universidad ‘de Cambridge, estaba plantando papas en la granja familiar y dij: "Esta es la itima papa que planto en mi vidal”. por ormenos, 650 es 1o que cuenta la leyenda, Rutherford trabajé un tiempo junto a Thomson, pero en- soguida se orients hacia la radiactividad; en 1898 viejé ala Universided MeGill en Montreal, Canadé, donde le fue bien: ‘muy pronto comprobé que los elementos radisctivos emitian por lo menos dos clases de rayos diferentes: unos, que llarm6 «alfa, cargados postivamonte, y otros mas penetrantes y cat- ‘gados negativamente que llam6 beta (més tarde se observe- Fie una tercoraradiacién, la gamma}, Pero lo lindo era que las Particulas alfa salian de las elementos radiactivos con una vo- locidad que las transformaba on proyectiles interesantes, ver dederas sondas para estudiar los étomos, lanzéndolas toda velocidad contra ellos y viendo cémo se comportaban. Por jamplo, para ver cémo estaban distribuidos los elec- trones en el pan duloe de Thomson, En 1908 lanz6 partculas dian. Era mucho decir, pero no era todo. Bohr decidié también que los electrones no pueden girar en cualquier lu- ‘92r, sino en ciertas 6rbitas absclutamente preijadas del mis- ‘me modo que fos autos no pueden circular por cualquier lugar, sino por las calles (y que son mano}. Asi sostuvo Bohr, hay une primera capa donde giran (cireulan) los electrones. ‘menos energiticos, una segunda capa con érbitas més ener- sgéticas que la primera, pero menos que la tercera y asi. Ca- da nivel corresponde a ciorta cantidad fila de “euantos” 0 “paquotes" onergéticos de Planck y Einstein y no hay 6r~ bitas intermedias (del mismo mode que entre dos calles contiguas no hay calles intermedias}. Los electrones no ira dian miantras se mueven en sus érbites; s6lo lo hacen cuan- do saltan de una érbita mas energética 2 una menos ener- ‘btn. Es una situacién parecida ala de los autos que giran alrededor de una plaza. A medida que fa calle inmediata- ‘mente alrededor de la plaza so llona, los autos deben em- pozer a dar vusltas por las calles siguiantos (que requie- ‘en mayor energia, mayor consume de nafta, porque el trayecto es més largo); cuando ésas también se llenan, los, ‘autos-slectronas daben ir una calle mas alli, y as sucesiva- ‘mente. Cuando se desocupa algdn lugar en una calle mas ccercana al centro, inmediatamente el lugar es ocupado por tun auto que gira mas lejos, pero como para alcanzar la 6r- bita mas cercana al cantro dabe doblar, debe poner la luz {de guifio y emitr (uz) Era una idea absolutamente radical, como si Bohr hubie- ra sostenido que hay “calles” en un lugar donde todos pen- ssaban que sélo existia una enorme planicieasfaltada en la ‘D2 TEORAS QUE CONOVERON AL MUNDO = us fos vehiculos podian circular por donde se les antoja~ ba, Pero con ella conseguia zanjar Ia dficultad del tomo {de Rutherford y, lo que es todavia mejor, logré explicar fend- ‘menos ampiticos, Y otra cosa: el esquema de Bohr explicabs la estructura obsesiva y repettiva de la Tabla Periédica: @ medida que las ‘capes se van llenani (la primera so lena con dos electrones, la segunda con ocho, Is tercera también con ocho y asl, co- mo si sus calles se fueran embotellando, os electrones no tie- ‘nen més remedio que circular por as calles més elejadas y ‘ccupar las capas subsiguientes. Es el nimero de electrones ‘on altima capa el que determina las propiedades quimicas, ‘ya que es la itima cape a que interactia con el resto de los 4tomos.Alfn yl eabo, son los autos del timo de los trayec 108 alrededor de la plaza los que interactian con el resto det trénsito. El cobre, la plata y el oro, por ejomplo, tienen un s0- lo electron en la capa mas externa y por esa sus propieds- des son parecidas. Era un paso peligroso. Es verdad que se conservaba la plécida imagen de un mindscule sistema solar, pero a costa de violar las leyes clasicas de la fsica. ¥ era peligroso por que marcaba un limite entre macro y microcosmos: las le ‘ys del electromagnetismo -que claramenteestablecian que cl electrén debia emiti-no valian en el mundo det étomo: allo electrén no emitia mientras estaba en la Srbita, sino s6lo cuando saltaba de una érbita a otra. No era facil de di- (goriry las reacciones 8 a propuesta de Bohr fueron una mez- ‘la de entusiasimo y escepticismo que a veces llegaba a la incredulided. E1 mismo Rutherford, que sequia de cerca a su - Hones de étomos de nuestro cuerpo, el resultado cabria en Je cabeza de un alfiler: tde lo que nos rodea, lo que somos yylo que hay es cast integremente espacio vacio. ; Sin embarga,y a pesar de eseirramediable yterible vaio, ‘este modelo tenia un atracivo profundo, entronesco con uno {de los mas antiguas mitos humanos:laidentidad entre micro. ‘y macrocosmos, que lo mas poquefio se pareciers alo mas ‘grande, Pensar que en el fondo de la materia se repetia una es- tructura parecida ala del sistema solar, con of nicieo enol lu- ‘gar del Sol, los electrones como planetas y la atraccién eléo- ‘rica en el papel de a gravadad: que el universo tuvera una sola impronta repetide en diferentes escalas excitaba la imei cidn. En verdad, era de un encanto iresistible. En el reino de Jo diminuto aparacfa la misma estructura que en lo inmenso! Noes de extrafar que el toro como un sistema solar en miniatura tuviara un éxito fulminante y que su imagen perdu- re hasta hoy, como si fuera un lagotipo de nuestra época, ez TWA UE COMOMEREN AL UNOO oo 7. NADA ES PERFECTO Sin embargo, e! tomo de Rutherford, a pesar de su indude- bie encanto, tenia un gravisimo defecto: ocurre que segin las leyes del etectromagnetismo, cuando una carga eléetrica g +2, como los electrones alrededor del nucleo, emite ondas elec- ‘tromagniéticas y en consecuencia pierde energis, que pronto ro leaicanza para mantenerse en Grbita y eae iremisiblernen- te en el contro. El hermoso dtomo de Rutherford no era ests- ble: los electrons caian al nicleo y ef étomo se derrumbaba sobre si mismo. gHabria que abandonar la bella idea de un sis tems solar en miniatura? ‘No, Ya estaba lista la mano, © mejor dicho la mente salva dora. Niels Bohr (1886-1962), que hable nacide en Copenha- (Que, en 1911 se doctors en fisiea, ¢e destacd en fitbo! y ga. 16 una beca que le permitié visjar a una de las mecas de la isioa del momento, Cambridge, para trabajar con J.J. Tham: '0n, el descubridlor del eloctrén. Parece que no se llevé muy bien con Thomson (las malas lenguas dicen que era muy ‘utortario, pero quizés valas pene aguantarlo; al fin yal ea- bo siete elas personas que trabsjaron con él ganeron el Pre- ‘mio Nobel, y pronto se orienté hacia Rutherford, cuyo dtomo inestable se sostenia tonuemente en el vaeio, on la amena- za de inmodiata catastrote. Bohr actus con rapider y un poco alocadamente: siguien do los pasos de Planck y Einstein, y con una increible auda- Cia, en 1913 elabord una teoria del atomo completaments novedosa. Puesto que los electrones mientras giran en sus 6rbites irradian, pierden energia y caen al niicleo, decidis que los electrones, mientras giran en sus rbitas no irra- ‘9, APARECE LA ANTIMATERIA, No era todo, porque en 1927, Paul Dirac (1902-1984), otro de los semidioses de la fisica de la edad de oro, encontré una fecuacién que describia el eomportamiento del electrén pero respetando los prncipios de a Teoria dela Relatividad de Eins- twin, Era un buen resultado, un resultado protijo, que adap: taba el dtomo de Bohe y Rutherford a las nuevas realidades rolativistas dela época, y que daba cuenta en forma cristaline cde un montén de datos experimentales. Si Pero resulta que la ecuacién no tenia una sino dos soluctones posibles (el mis- mo modo que una raiz cuadreda tlane dos resultados posi bles}: una correspondiente a une paricula de carge negativa y otra 8 una particula de carga positiva. Obviamente, la par- ticula de carga negativa era el lectin. Pero. zy la otra so lucién? A qué podia corresponder? 2 por qué tenfa que corresponder a algo? Dirac, quien crefa firmemente, como Galileo y Newton, {quo el libro de ia naturaleza estaba escrito en caracteres ma- tematicos, no dudaba de que si habia una solucién extra, ‘esa solucintenfa que corresponder a algo extra: las matemé: ticas pueden ser duras, pero no mienten. Primero pensé en el protén, pero en 1931 g9 le ocurrié que esa solucién extrata correspongia a una particule exactamente igual al electrén en todo, salvo en su carga, que sera positiva, Una especie de “antielectrén’. Era toda una conjetura. ¥ nade mas. Pero hete aqui que en septiombre de 1932 Cerl D. An- derson, un joven fisico experimental del Instituto de Fisica de California, enviaba a le revista Science un articulo don- de contaba que, estudiando loe rayos edsmicos, habia en- contrado “una particula cargada positivamente y con una ‘masa comparable a la del electrén". Increiblemente, era el “antislectrén’ imaginado teéricamente por Dirac, al que se Hlamé “positron”, Pero no era solamente una particula més: era una parti- cula de “antimateria”. Las particulas y las antiparticulas son lénticas, salvo en su carga eléctrica, cuando la hay. ¥ tam- bién differen en algo que llama “spin”, y que gruesamente puede interpretarse como la capacidad de rotar sobre st mis- ‘mas. Cuando una particula y una antiparticule entran en con- tacto se aniquilan y se volatilizan como un torrente de ra- diacién; esto es, se transforman por entero en energia, Es Posible también el pracese inverso: en cualquier laborato- rio de medicine nucfear un rayo gamma emitido por el cobal- 10.60 choca de repente con un atomo de plomo. ¥ entonces la energia dol rayo gamma se mate antislectrén. En realidad, hoy en dia todas las particulas tie- nen su correspondiente antiparticula (es decir, su versién ‘en antimateria) De repente, todo se duplicaba, 10, ENSALADAS Cuando fos nautrones entraron en escons, parecié que hasta ‘ahi se llegaba y que el problema de la estructura de la mate- ria estaba resuslto: estaba heche de étomos, a su vez forma- dos por neutrones, protones, electrones. Y punto, No era la idea de Dalton o Demderito, para quienes os étomas eran “las, particulas verdaderamente elementales", pero pasaba. En roa- alumno, fue muy cauto. Pero el neve modelo jfuncionaba fn los experimentos! ‘Y es que las cosas gon asi la clencia avanza con pasos de ciego, con audacia @irresponsabilidad, y 8 veces una pro- pueste temible es la base sobre la que pueden apoyarse los: que vendirn después, El dtomo de Bohr (0 el de Rutherford, salvado por Bahr, con su ndcleo ocupado por protones, de carga positva, y os electrones en 6rbitas fijas @ su alrededor, fue un hallazgo feliz y permitié los modelos més compli dos que vinieron después. Naturalrmente, ésta no ere la idea que habia tenido Dalton de sus étomos (ni Deméerito, desde yal. Ahora resultabe que los étornos no sélo eran divsibles, sino que tenfan una com- pilicada estructura items. Pero con sélo dos particulas, el eles {én ye! protén, se expicaban todas as propiedades de la ma- teria la profusion do elementos de la Tabla Periécica. 'Y sin embargo, todavia faltaba algo. En ciencia, las cosas son asi: siempre falta algo. 8, UNA NUEVA PARTICULA En 1930 result6 que los nicleos de berilio (ol cuarto elemen- to de la Tabla Periédica) bombardeados con particules alta, liberaben una nueva tadiacién inusitadamente poderosa y pe- netrante, capaz de arrancar protones de los étomos. Parecia ‘ara una radiacién tan padorosa, pero hte aqui que James Chadwick (1897-1974, un joven fsico que trabajabe con Rut- herford desde antes de la guerre, sugirié que no se trataba de radiacin, sino de particulas.Y se dedies a pescaras: ol it~ coles 17 de febrero de 1932 envié ala revista Nature un infor- ‘me con 6! titulo: “Sobre la posible existeneia del nautrén". Chadwick tenia razén: efectivamente, se trataba de parti- ‘ula; particulas que tenian una masa aproximadamente igual 4 adel protén, pero que eran elécricamente neutras, y que por eso eran tan ponstrantes, ya que podian moverse por aden ‘ro dela materia sin ser afectadas por las eargas eléctricas de electrones y protones. {Una nueva partieula fundamental! ero una nueva particuls que ne complicabs las cosas, si- ‘no que las simplifcata: el neutron vena de perillas para ar- ‘mar un modelo de Stomo verdaderamente estable y com- plete: un ncieo formado por protones y neutrones (lo cual selvaba el problema de la diserepancia entre el peso atémi 10 y la carga). EI numero atémice estabe dado por el nuime- ro de protones, que le daban dentidad, y ef pasa atémice por Ja sua de protones y neutrones, El neutrén permitia ademés explicar el fenémeno de los isétopos, elementos de idénticas propiadades quimicas, pe- +0 de pesos atémicos diferentes: se trataba de nicleos con {el mismo ndmero de protones (o sea quimicamenteidénticos) pero diferente namero de neutrones {come el eloro, que tie ne 17 protones, y puede tenor 186 20 neutrones; el cobre, que tiene 29 protones y 34 6 36 neutronas, 0 ol uranio, con sus {92 protones y sus 143.6 148 neutrones) ‘Ahora sie! étomo formado por protones y neutrones ro-

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