Pentesilea de Heinrich Von Kleist PDF

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(1605) Ate ESCENA PRIMERA PERSONAJES OpISEO y plomEDES encran por un lado: por PENTESILEA, reina de las amazonas el otro, sxriLoco. Les siguen sus escoltas. PRovOE Fe ne Pee ASTERIA desde que nos vimos en Troya por ultima vez? SUMA SACERDOTISA DE OTANA SEO. Mal, Antiloco, En estos campos estds NouTLEs . ‘viendo opiseo incipes griegos Jas tropds-de_1os_griegos_y_de_las_amazonas ‘DIOMEDES ume enfrentandose como lobos coléricos: axriioco } or Jupiter! FY no saben por quél Griegos, saceHotes y amazonas i_Marte,_enfurecido..a_Apolo— no se. hace con do, 0 el que mueve las Escenario: Campo de batalla cerca de Troya pao se_hace a ‘nubes no interviene, terpestuoso, con las pledras de! Tayo, hoy mismo sucumbirén los encarnizados Iu. chadores, muertos fon Tos dientes del uno clavados en la gargan- ta del otro. fAleanzadme un yelmo con agua! 0C0. jPor los dioses! 2Qué quieren de nosotros estas amazonas? 30. Partimos, por consejo del Atrida, con todas las huestes de los mirmidones, Aquiles y yo; nos dijeron que Pentesilea Se habia ‘alzado en los bosques escitas al frente de un ejército de amazonas, cubiertas “de pieles de serpiente, Henas de ardor gue- rrero, avanzando entre repliegues de montafias, para liberar, en ‘Tyoya, a Priamo, A orillas del Escamandro, oimos decir gue también Deifobo, hijo de Priamo, \doné Tlién con un ejército ra saludar con amistoso gesto Ta reina que acude en su ayuda, Quemamos fapas para cerrar el paso 1a infame alianza de estos dos enemigos; tropa serpenteante anda toda la noche, ‘4 Jos primeros fulgores del alba, Oh, Antiloco, qué estupor se apodera nosotros, ‘al ver en un espacioso valle Wy! AY 4 4, VON KLEIST a Jas _amazonas y-a-los_troyanos.de-Deifobo combatien sil_Pentesilea, _ Gual viento de tormenta que desgarra las nubes, ‘dispersa ante ella las filas de troyanos como. si, mAs_allS_del-Helesponto, quisiera Barrerlos de la faz de la tierra. antiLoco. Por nuesiro dios, me" parece™extraiio! opisso. Nos replegamos para resistirp————— a los troyanos en fuga, lanzados contra nosotros para hendir nuestras filas, como en un ataque. Juntamos nuestras lanzas formando una muyalla infranqueable. Ante esta visién, vacila el Pridmida, y, tras_breve.consejo,-decidimos nosotros ‘saludar”a la reina_de las. amazonas, ‘que; # Su vez, ha frenado su carrera triunfal. @Fue jamés tan simple y tan bueno un con- sejo? Atenea, si yo la hubiese consultado, ghabria podido susurrarme nada més sensato? Esta virgen, jpor el Hades!, que, caida del cielo ¥ armada hasta los dientes, irrumpe en nues- ‘tra lucha para mezclarse en ella, debe optar or uno de los bandos. Debe hacerlo. Y_tenemos que creerla_amiga nuestra, ya_que se muestra hostil a los troyanos. \wailoco, ¢Pues qué, si no? (Por el Estigiol No. existe. otra_posibilidad, onigto. He aqui, pues, que Aquiles y yo sscontramos a la heroina escita, one, frente a sus virgenes, dispuesta fun una fiesta guerrera, protegida con sus eles, ‘ondedndole el penacho del yelmo sobre el créneo, tremolantes sus guarniciones de oro y pir pura, pisoteado el suelo de su campamento, Pensativa, durante unos instantes, mira nuestro cortejo con expresién vacfa, como si frente a ella nos tuviese esculpidos en piedra. iContempla la palma de mi meno; yo te juro que es més expresiva que su rostro! PESILEA 15 Entonces se posa su mirada en el hijo de Pe. Teo, ¥, de repente, un fuego Uameante : hhasta el cuello le cubre todo el rostro, como si, en torno suyo, el mundo entero estallara’en un resplandor flam{gero. Con un brusco ademén, salta —lanzando sobre Aquiles una mirada torva— del Tomo del caballo, y-nos pregunta, tras ceder las riendas a una de sus sirvientes, qué pretensién nos ha levado a ella con tan brillante escolta. Yo respondo qite a los argivos nos alegra mucho encontrar a una enemiga del pueblo de Dardano, y que contra los priémidas, un odio profundo enciende tiempo ha él pecho de los griegos; y cudn util seria, tanto para ella como para nosotros, tuna alianza. Le digo cuanto el momento me dicta. ientras fluye el dis curso, noto que no me escucha. Se dirige de pronto Bir Expresion maravillada, como una mucha cha de dieciséis afios que regresa de las Olimpi das, con.gran-asombro, a una amiga que tiene junto a si, y grita: «Oh, Protoe, ian hombre semejante no lo encontré jamas ‘mi madre Otrerel» Za amiga, a quien confunden sus palabras, mo dice nada; Aquiles y yo nos miramos en: : tonces sonrientes. Y ella, ella misma, posa una vez més sus ojos embriagados en el resplandeciente cuerpo del de Egina, asta que éste se le aproxima, timido, y le recuerda que atin me debe tina respuesta, Luego, con las mejillas encendidas, de ira 0 de verglienza, tifiéndose de rojo hasta el cinto la misma E coraza que leva, ‘turbada, altiva y a la vez salvaje, se vuelve a mi y me dice que ella es Pentesilea, la réina de las amazonas, 16 1. vow xinist y que de su carcaj sacaré la respuesta que debe transmitirme. axifioco. Asi mismo, palabra por palabra, ‘se expres6 el mensajero que enviaste, y en todo el campamento de los griegos nadie 10 comprendis. opiseo. Y nosotros, entonces, sin saber qué pen- de aquella escena, regresamos Menos de encono y de vergtienza, y vemos a los taucros, quienes, aunque dis- ‘antes, han adivinado, sarcdsticos, nuestra ignominia, emo se retinen ahora en triunfo. Con Ia idea demente de que todo es favorable para ellos Pde "quessGlo-un Terrors proxImo”a"aistparse, eausé la ira de Ja amazona, Gecideh ofrecerle nuevamente a través de un heraldo el corazén y ta mano que ella les rechaza. Pero antes de que el heraldo que Je envian pueda sacudirse el polvo de su armadura, Ta mujer centauro se lanza a rienda suelta contra ellos y nosotros, griegos y troyanos, y con el fmpetu de las aguas torrenciales nos arrastra a los unos y a los otros. anri.oco, {Es inaudito, oh Dénaos! opiseo. Ahora se inicia ‘un combate como jamas se ha librado en este mundo desde que las Furias Io dominan. Yo pensaba que no existe en Ja naturaleza mas que la fuerza y lo que la resiste, no hay tercera via. Lo que extingue el ardor del fuego, no disuelve en vapor el agua hirviendo, y viceversa. Pero aqui, un enemigo airado de ambas fuerzas se presenta, y al hacer su irrupeién ei fuego no sabe ya si debe correr junto al agua ni el agua si debe lamer el aire junto al 7 ‘Acosado por las amazonas, se esconde el ‘troyano tras el escudo de un griego, el griego Je salva de la doncella que le acosaba. ¥ ahora casi deben.unirse,.a,pesar. jpid_de_Flena,,.riegos..y.troyanos, ‘para Tiacef frente al enemigo de ambos. (Un griegote trae agua.) Gracias, tengo Ia boca seca. OMEDES. Desde aquel dia, ruge sin tregua sobre esta Ianura Ja batalla, con creciente furia, como una ‘borrasca apresada entre cumbres rocosas coronadas de bosques. Ayer, al presentarme: ‘con los etolios a reforzar las filas de los nuestros, Ja tormenta estallsba con su fragor de ‘truenos, como si quisiera resquebrajar, furiosa, hasta sus raices 1a estirpe de los griegos. Ta flor y nata, Aristén, Astianax, Menandro, yace, fulminada por su impetu en el campo de batalla, Con sus cuerpos ellos y jévenes abonaran la tierra donde crezea el laurel para Ia audaz hija de ‘Ares, | Victoriosa, nos ha hecho més prisioneros que ojos nos ha dejado para echarlos de © brazos para libertarlos. qiLoco. PENTESILEA. (Arrancdndose los collares.) jLejos de mi, baratijas inmundas! pRotoz. Oh justos dioses! ¢Fs éste el dominio de ti misma Paresen irrompibles las férreas cadenas, 5 asi? Pues mira: quiz ella las rompa, fro no rompera cl sentimiento que encaracces. @ ue vive en su interior, so ella lo sabe. Fodo pecho que sisnte es’ un enigma,| = ir al bien supremo de la vida, B acaricié, casi pudo agarrarlo: y la mano le ‘ falla vando quicre tenderla a un bien distinto. que tanto pregonabas hace poco? PENTESILES. 'Y vosotras también, plumas de mi pendcho, ga qué seguir ondeando? {Malditas seais, puesto que tenéis menos poder atin que mis flechas de amazona y mis mejillas de Petee Ven, cumple tu destino sobre mi pecho. |Maldita sea la mano que hoy me adorné tienes? ¢Por qué lloras? para el combate, y Ia palabra aleve ESILES. Dolor! ;Dolor! que pretendié que era para el triunfo! Donde? [/ iCémo me rodeaban con espejos, las hipdcritas, a derecha, a izquierda, ensalzando la forma 4. divina de los miembros que el bronce oprimia! iCaiga la peste sobre vuestras infernales artes! Grizcos, (Fuera de la escena.) jAdelante, Pelida, adelante! Consuélate! jUnos pasos més y sera tuya! LA sacenporiss. (En la colina.) iOh Diana! jReina! |Estés perdida si no te vas! protoz, jHermana a quien amo como a mi propia vida! éNo quieres escapar? ¢No piensas moverte? penrstiza, (Le asoman las ldgrimas @ los ojos. Se apoya contra un drbol.) pRoToE. (Conmovida y sentdndose a su tado.) ‘Sea como ta quieres. {Si no puedes..., si no quieres...1 Sea. No llores. Lo que no puede ser, Jo que no esti al alcance de tus fuerzas, To que no puedes realizar..., librenme los dioses de exigirlo de ti. Virgenes, \ podéis partir. Volved a las campifies de Ia \ patria. Qué puedo hacer por ti jie. Nada, nada, nada of. ‘Tranqullizate, Dentro de poco, todo hhabra consumado. ae pia sicznoorish. (media vo2) ocas las dos! ee Moe. (Tambien a media ve illate, te lo ruego! si mL. Si aun me decidiera.., si escapar » eaué podria hacer? ace OF. ‘Trias’ a. Pharsos nde encontrarias reagrupado, porque allt Io mandé, todo tu ejército, hoy disperso. Descansarias, curarias tus heridas, con-los rayos de un nuevo dia, ‘si asi lo Si me fuera posible! {Si 10 consiguteral @ iis arduo’ para las humanas Bactase Ie hecho yo.” He buscado lo imgovite fe Io he jugado todo a un solo dade WY cl dado que decide ii suerte ha cad, ha aue comprender., comprender ata 'k, Re ee \ La reina y yo nos quedamos aqui. LA SUMA SACERDOTISA. Qué dices, infeliz? ¢La apoyas todavia? agnor. ¢Para ella seria imposible escapar? Ten; LA SUMA SAceRDOTISS. Imposible, a porque desde fuera ningiin destino la detiene, sélo su_perturbado coraz6n.. Protos. jEs su destino! % HH. VON aL 3 que te costard el juego, Hegando a figurarte que has hecho ya'todo cuanto merece zAcaso este collar de perlas blancas ¥ rojas que pende de tu cuello es toda Ja rigueza que puede ofrecer tu alma? 4 iCuéntas cosas, en las que ni siguiera piensa: Wilmmron, Ste (merd’s, Po ‘i ! incorporas? Ahora, princesa mia, ee oe Pero ya casi es demasiado tarde, Braue sobre ti pesara todo el Oreol ventisiies. (Tras un aderdn inquieto.) ~~ anta! jFirme, como s ae iSi me apresuraral Ah, c6mo me enloquece Qrque tiende a caerse cada uno de suo eDénde esté el sol? F re cada uno de sus PRoTOE. Justo sobre tu frente; esa ciate an Sin saberlo los griegos, hariamos una alianzs Hoses y grita: con los troyanos, Hlegariamos en silencio iherid! a la bahia donde tienen los gricgos sus navfos y éstos, en plena noche, a una sefial convenide éstallarian en llamas. He aqui que temamos eee acosado por la vanguardia y por la retaguardia, A queda disuclto, roto, disperse por los campos simon aa? perseguido, apresado, desconcertado, y luego I svetts eAquella coronariamos de flores las eabezas quella roca puedes elegir, que es mis de los cautivos para nuestro gusto. Oe vite asa ncn, 20" 10h, qué feliz seria, si pudiera vivirio! 5 , de més cOmodo transito. No buscaria descanso, hichando junto a ti, ni temeria el ardor del mediodia, incansable aunque la lucha hiciera estragos en todos mi nee ; @De quien, princesa mia? ses 2 en ene hasta cumplir todos tos deseos de mi herman: Mon st gu hese oe rtzetmmleas Y ver que, tras esfuerzos tan grandes, cl Pelid: MW encontnegy aos ubia® & aauilla Toma, Gaia veneido por fin a tus pies, Vamos! ‘ vexrisies. (Que no ha dejado de mirar el sol Re are iairbar Si pudiera, con abiertas’y ruidosas alas, bles oe dcheento al Pasar por un puente de ender los aires. #s de partir me queda algo que hacer, provoe. ¢Cémo? Bran me suede algo qu Meror. ¢Qué ha dicho? B Que a? Ago que hacer: PROTOE. “2Qué ves, princesa? ee MeRoE. En qué se fijan tus ojos? BiltA. Una vinica cosa, rovor. ‘jabla, beam! Beata, debs admit @Dequién hablas, oh : ; oh reina idotatrada? ESILEI. Bien, bien, ya’ beste : dénde vamos?” °° Ps! Concentra en st misma y se levania ele decides por tiny” °° (evanta) Dlogues, 19 en este pecho joven amigas, y seria " ; aio Tentara Misting aio, ose, deni si) dominio de 0 posible En" debitas lameantes, eternamente Femots Gon desagrado, s6lo sus rayos juegan sobre mi pecho . Para mi sucumbir sin nhclant ‘ardanzal due no hay salvacién, 58 Hf, VON KLEIST Le 9 AMAZONA. iOh, dioses! ;Sah teged , dioses! ;Salvadia! ;Proi de este insolente pentesites, (Aterrada.) Qué pasa? {Qué te ocurre? fOué os he hecho, oh virgenes? jHablad! 1a SUMA StceRDoTIsa. {Estas pensando... MrROE. gQuieres atin, en este sitio...? prntesmums. Nada, nada, nada quiero que pueda enojaros a Ja rena de las arpazonas! [A SACERDOTIS/ “i | pee OR o esté nuestro lugar on el fragor (Se van ta. soma scenpotise lar cana Fl Ida volearé sobre el Osa S2s y las muchachas de las rosa) 4 y me pondré con calma en la cumbre, desnuds. a ta Sunn sacerporiss, @Volear el Tda..? Menor Z.sobre el Osa? motos. (Volvéndose) Oh dioses, protegela! 1A SUMA saceRvoTiss. {Se pierde! ESCENA X Menor. (Tinsidamente.) TEs obra de gigantes, reinal é PENTESILEA, Tas mismas. Un grupo de amazonas Lo sé, lo sé; zen qué soy inferior a ellos? con arcos en las manos. Meroe. ¢En qué? pRoroe. jCiclos! 1A SUMA SAcFRNOTISA. Pero aun suponiendo que. aeRor. Suponiendo que dieses cima a tal empresa NA PRIMERA. iAtrevidol fo nos escucha! (Gritando hacia et interior.) eee ‘Princesas, si nos est ved .i mad eamen hada detendré sa alocado avance, Spo0NDA gut hacer? Habla: Prete! tor. jDisparad sobre él ; ier nl fechas. ! Or. (a, corteja) fTraed (A i agua! oe. Per eld de no hero mortsimene iheel en seine ied cea eg (ON (Dal cote dee renal tat el (Wa al rio 9 regresa con et yelmo Meno) IMAZONA TERCERA. (A PROTOE.) ‘ VPrangulizate! jo tomae nod Pe ee ee GRevadle 185 mejillasscariiadle Tos ris; ‘gue sienta fugazmente el beso Gee cena, mmente beso de i trl pRotoz. Qué harias entonces? PENTESILEA. jEstipida! ‘Lo atraeria hacia mf por sus cabellos de Tams: proror. ¢A quién? PENTESILEA. {A Helios! ‘en el momento en que me pasara por encim: {Las princesas se miran asustadas y sin p der decir palabra.) UA SUMA SACERDOTISA. jevadla con vosotras por la fuerzal pextisiura. (Mira hacia abajo, a tas aguas del rio} jLoca de mi! Helo ahf, a mis pies! ;Témame! {Va a lanzarse al rio. PROTEO y MEROE la 6 tienen.) proroe. jDesdichada! MERoE. Cae como sin vida, ‘como un pesado ropaje en oa 1a sacernotiss. (Desde la colina). jAquiles se aproxima, oh princesas! Toda i 4 ~ de las virgenes no puede detenerle! ESCENA XI Las mismas. aguiies sin yelmo, armadura Te qrmas, seguido de unos cuantos gri¢gos. nouttes. Virgenes! atado al eje de tu carro, alrededor de su ciu dad natal? (Habla? ¢Qué te sucede? cQué tienes? UILES. Si, yo soy. TESILEA. (Tras mirarlo con insistencia. Dice que lo es. 2 wror, Lo es, reina. Lo reconoceras por su aderezo, TESILEA. gPor qué? {OTOE. Mira, es la coraza que Tetis, la alta madre de divinos seres, ebiuvo con astucia de Hefesto, dios del fuego, sie. Entonces,con_este beso te saludo, el mas indomable de los hombres, (mio! a Hi. VON KLEIST Es_a mi a quien perteneces, joven “jaguerra. Si alguien dé Tos. mios_te_lo_preguntars, ami nom souitss. Oh ti, resplandeciente aparicién que a mi desciendes, como si los reinos etéreos se hubjesen entreabierto! jInabarca ble!

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