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58» Claudio. ngerlom 15. K.V.Sivkoy, «Samozvanchestyo v Rossi posledneiteti XVIII» (Elauronombramienco en Rusia ene lkimo cercfo del siglo XVI), toriceske Zapiné (Bolein Histrico), XXX1, Mose, 1950, pp. 105,134 Capitulo IV Asi naci6 el populismo ico poseia ciertas especificidades que lo distinguian de las otras mo- narquias europeas, Asimismo, la interrogacién sobre la identidad de Rusia y su «espititu>> se agudizaba en los efreulos literavios y académieos desde principios del siglo XIX. Pronto surgié, entre los que deseaban terminar con la auvocracia sin inscribirse en la relacién especular «zar verdadero contra falso zat», una nueva interrogacién: zhacia dénde ir? :Por qué futuro obrar? La opo- sicién a la autoctacia tenia los ojos puestos en Occidente, y observaba con mu cha simpatfa alos herederos socialistas de la Revolucién francesa. La expresién <«socialismo en Rusia», que referfaa un ideal importado, les parecia adecuada, ‘Todos aquellos que se situaban en el espacio abierto por la formidable Lettre philosopbique (1836) de Piotr Chaadaey, consideraban que Rusia era la gran ol- vidada de fa historia, Hubieran reaceionado perplejos si alguien hubiese osado sostener que en Rusia existian las premisas materiales ~0 sea las contradiccio- nes inherentes de la sociedad burguesa~ del sociaismo; un objetivo con el que la misma Buropa occidental no podia por ahora sino sofas! Pero todo cambié 11848: los occidentalistas acuftaron la formula «socialismo ruso» que reem- plazé a la anterior «socialismo en Rusia», El nacimiento del socialismo ruso «stuvo indisolublemente ligado a uno de los pensadores que anitaron la misma cortiente que Chaadaev y Bielinski: Aleksandr Herzen, quien fue el primero en chborar una teorla socialista no importada de Oceidente, sino fundada en las posibilidades humanas, econémicas, y sociale, particulares de Rusia, D ¢ los capiculos anteriores se deduce que elf régimen imperial y autoceé- «ca desgracia de saber» En dificultades con las autoridades, Herzen abandona su patria y lega a Francia en visperas de 1848. El contacto directo con la sociedad busguesa destruye ti 58» Claudio S.Ingerfiom pidamence su fascinacién por esta parte del mundo que sélo la distancia podlia. preservaren un socialistaruso. La revolucin de febrero habia puesto fin la mo- narquia de los Orleans y proclamado la Repiblica. Pero todas las esperanzas de ampliat esa victoria politica a a esfera social fueron aniquiladas en las jornadas ddejunio del mismo azo, cuando el ejército masacré alos obreros en las barricadas parisinas ante la indiferencia de los otros sectores populares. Herzen no entendi esa derrora como el resultado de una mala (ineorrecta ~ incficiente-deficiente) relacién de fuerzas, ni como algo circunstancial. A partir de ela, elabord una nueva concepeién de la historia eusa, europea y mundial la explied dentro de esa mitada y concluyé que, de alli en mis, la Buropa burgess ya no podfa enearnar un porvenirsocialista; no eta un fracaso del socialism, ca ‘lin de tna determinada dinémica histérica, Entonces, mentalmente, regres a Rasia para elaborar entre 1848 y 1852.su teotla del «socialismo ruso». La obra de Herzen constituye el momento fundacional de un movimiento plural, con fuertes divergencia internas, que conocié varias etapas y se plasmé en diferentes organizaciones. Fn unas prevaleeié la idea que el campesinado estaba prepara- do pata la revolucidn, en otras al contratio, se privilegié Ia aecién politica y la iccesidad de concientizar a las masas, pero en todas sus variantes el socialismo fue su razén de set* Desde fines de los afios 1870 los milisances comenzaron a auto-designarse populistas y se puso en citculacién el rérmino populismo (na- ridniki, y navidnichestvo respectivamente, de narod, pueblo). Freeuentemente sc ha resumido su reoria bajo la siguiente premisa: gracias a su comuna rural “un régimen gue ignora la propiedad privada y en el cual conviven millones de campesinos-, Rusia podria acceder directamente al estadio socialisa sin repetit las diversas fases de la historia occidental. Ahora bien, esta interpretacion empo- bbrece sustancialmente el pensamiento de Herzen, ya que transforma su eleccién. cen un acto arbitrario 0, como pensé equivocadamente tin Marx demasiado joven, ~y teleolbgico hegeliano~ para comprender esa novedad teérica, en el resultado de un ." [sta exigencia impuesta a la forma de pensar la revolucién, el abandono de wn pesado lasre, tan infrecuente ain hoy en el siglo XX pesar de los fracasos que siguen acumulindose, es el que le permite innovar radicalmente cl pensamiento socialista, Puesto que el ciclo europeo revolucionario de 1848 parece desmentit les previsiones ideologicas, Herzen cuestiona el conjunto de sus propia ideas. Por consiguiente, hay que «verificarlas: < $ Al clegir el «saber» Inego de la derrota revolucionaria, Herzen se nicga rmultineamente~ a obstinarse en una coneepeién de la historia que le parece no reflejar la realidad, y a abandonar el combate por el socialismo. La «desgracia de saber» significa el rechazo de la ataraxia; primer signo del desplazamiento tebrico que se aproxima. «La historia no tiene libretto» ‘Hay algo terrible, es la predeterminacién» & ] En estas tempranas palabras escritas a Nathalic, sw fueura esposa, se revela Her zen el antiteleol6gico, el mismo que unos afios més tarde y luego de las masacres de junio del 48 cuando decide hacer pasar sus esperanza frente al «tribunal de la incorruptible razén>, coneluye que «los seres humanos no estén para nada predeterminados» (1 de marzo de 1849) Herzen se formé en el hegelianismo pot lo que aceptaba cierto grado de inmanencia del movimiento, pero hay que agregar, y aqui est‘ la novedad, que munca dejé de polemizar con el fidsofo ale~ ian, ya que no consideraba que ef movimiento de la historia estuviera cetetmi- nado por adelantado. En sus palabras: recho hacia un resultado ya conocido, no habtia historia sino Logica. No hay libretto, Silo hubiese, la historia perderia todo su interés, No hay por delante ni limites ni caminos trazados.* ] < encarnado por los herederos como el comunista Babeut, y el «orden del Consulado y del Imperio». Abierto 2 lo largo de toda a primera mitad del siglo, el conflicto entre las dos posibilidades se resolvié en 1848: n fran- «E123 de junio ..] apoyado al éngulo de una casa bajo torren- tes de lluvia, miraba como tetminaban una enorme barricada cerea de la plaza Maubert. El corazén batia con fuerza y yo pen saba: “To be or not so be’, a suerte decidié Nor to be, La revolu- cidn fue vencida. La autoridad se impuso por sobre ka libertad, lh cuestién que agitaba Europa desde 1789 fue resuelea negati- ‘vamente. La vergtienza de la toma de la Bastilla fue lavada en la misma plaza por el eatoneo del Faubourg Saint Antoine (calle cercana a la Bastilla, donde se habjan levantado algunas de las principales barsicadas proletatias. Nd)». Yaantes de febrero Herzen se habia negado a uniformizar las historias de Europa occidental: «En la peteza de nuestro espiritu, nos habituamos ficilmente a las normas y a los estereotipos, al algebra de la historia, Este al- _gcbra ha sido establecido segiin tes figuras: Ia inglesa, la france- say laalemana, Ahora bien, Italia tomo un rumbo diferente». Pero 1848 le parece demostrar que hay, a pesar de todo, un dlgebra europeo ocei- dental cuyos fundamentos enteros acababan de padecer una conmocién, De un primer balance del ciclo europco de 1848, conclaye que descle ahora Occidente y Rusia deben ser considerados histéricamente sobre el mismo plano debide a que enfientan un mismo problema: 62. © Claudio. ingerfiom el Estado, pero ella ha planteado el problema; Rusia rampoco cencontté Ia solucién. Frente a esta cuestién comienza nuestra jiqualdad>.* Herzen oscila entre dos visiones contradictorias del porvenir de Europa, Por un lado, ésta seria capaz de ir hacia el socialismo, ya que «el campesino terminard por escuchar al trabajador urbano [..] y entonces se producié la verdadera re- volucién de las masas populares». Por otro y al mismo tiempo, Herzen piensa, sin embargo, que Europa aleanzé los limices de su capacidad para renovarse es cructuralmente: «esta parte del mundo ya terminé su combate. Sus fuerzas es tin agotadas>." El balance es doble: en Europa nacié el moderno pensamiento socialista, pero las conquistas sacioeconémicas y politicas de las revoluciones de 1789, ala que se aiadieron los cambios politicos aportados por las revoluciones politicas de 1830," y de febrero 1848, se revelaron tan sustanciales que el mo- virmiento que puso en jaque al stat quo burgués y se orientaba hacia una nueva revolucién quedé aislado y estancado: | <«Buropa [..J no ha resuelto Ia antinomia entre el individuo y «Europa [...] era demasiado rica para sacrificar todo lo que te- nia por una esperanza [..] No le es facil deshacerse de su pasa- do, Lo conserva, aunque sea contrario a sus intereses, porque Europa conoce ef precio que se paga por las revoluciones y porque hay muchas cosas en su estado actual que le son entrafables y dificles de remplazar. Es muy facil crticar la Reforma y la revo- lucién leyendo sus historias, pero Europa las diet6 y las eseribié con su sangre. Se irguié en esos grandes combaces, en nombre de lalibertad de pensamiento y de los derechos humanos, una altura de convicciones que quizés ella no sepa realizar» .!6 LLuego de haber obtenido su emancipacién politica, Europa hesita ante los nece- eras que los rusos en cambio son un «pueblo que sarios cambios sociales, se reserv6 un solo fuerte, manteniéndolo de pie a través de todas las edades: su ‘omuna rural gracias a la cual esté mas cerca de una revolucién social que de un revolucién politica.” Herzen es un occidencalista y antieslavéfilo convencido, ysin embargo proclama el socialism ruso como su credo gemo explicar este giro a Rusia? E1Revolucionario Profesional » 63 ‘Al sentenciar «mis descubrimientos me daban vértigo, un precipicio se abrié delante mio y senei como ef suelo se hundia bajo mis piess,!* Herzen da cuenta en sus memorias de fa importancia del desplazamiento cadical operado en su pensamienco a partir de junio de 1848, Pero zpor qué un descubtimiento? Destino extraio el de la comuna rural ya que su existencia no era un secreto para nadie, Sin embargo, ella fue periédicamente redescubiesea; Hathausen ~cl primero en ponetla de relieve los eslavéfilos, Herzen, mas tarde Chernyshewski y Mars. Herzen habia crecido en una propiedad rural con numerosos servos = campesinos que vivian en la comuna-,y a pesar de ello se refierea su gito tebtico como. un «descubrimi ‘mucho més que la sola comuna, institueién que, en tanto cxistencia material, ya conocia, Su tesis es doble, porque en fa medida en que acepta una cierta inmanencia hist6rico universal hacia cl socialismo, é cree que Rusia posee venta to>, fo que significa una busqueda tedrica que implica jas sobre Occidente ls hibitos comunistas del campesinado con su comuna- ‘pero estas ventajas pueden no realizarse ya que nada en la historia esta predeter~ minado, «Una esperanza es una esperanza porque puede no realizarse. No hay {que confiar demasiado en el porvenis, ni en la historia, ni en la naturaleza. No todos los fetos legan a la edad adulea».” Sin embargo, las posiblidades existen, y Rusia podria bien incegrarse en esa historia universal, con porlo menos la misma energia que ella puso anteriormen- te para resistirla o combatirla: ‘<.. nuestra manera de vivir natural, medio salvaje, responde ‘mejor al ideal sofado por Europa que la manera de vivir del mundo romano-getmano, Lo que es todavia para Occidente tuna esperanza hacia la cual tienden sus esfuerzos es el hecho ‘mismo con el cual nosotros comenzamos. Nosotros, oprimidos pore absolutismo imperial vamos hacia el encuentro con el So: cialismo como los antiguos Germanos, adoradores de Thor y de Odin, marchaban hacia el encuentro del eristianismox.2” Yen otro texto insiste: <.. que suerte tiene Rusia que su comuna rural no haya des- aparecido, que la propiedad individual no haya roto la posesi comunista, que suerte la del pueblo ruso de haberse quedado facta de todo movimiento politico, fuera mismo de la civiliza- 64» Claudio. Ingerfiom cidn europea que, necesariamente, le habria minado su comuna y que hoy, através de su propia negacién est llegando al socia- lismo> ‘Al comienzo de su historia los socialistasrusos, con Herzen y en la estela de Cha- ade se inscriben en una tradicidn que le niega a Rusia un lugar en la historia de la civilizacién, para afirmar inmediatamence después que el pais, podré de ahora enadelante, jugar un papel activo y en cierta medida acaparar la iniciativa en esta historia universal. La palabra «descubrimiento se justifies porque Herzen in- vierte la idea. Luego de haber globalmente desechado todo papel positivo de Ru- sia, legé la hora de atribuitle un papel privilegiado. No obstante, un momento csencial del despiadado cuestionamiento formulado por Chaadaev se conserva en el Herzen posterior a 1848: la obsesién sobre lo que ambos consideraban la extranjeridad de Rusia, es decir su no integracién a la historia universal. Sin em- bargo, Herzen la analiza de manera diferente al atribuirle un valor positivo: pre- amente porque Rusia se ha mantenido a distancia de Europa, ella consiguié conservar su comuna campesina, a que ahora deberiafacilitarle la transicign al socialismo, La extranjeridad es ahora una premisa de salvacién. Por una historia asincrénica ‘Como lo afirmé en paginas anteriores, el hecho de considerar que Rusia habia dejado de ser un obsticulo gigantesco y paralizante para transformarse en una poderosa fuente de dinamismo histérico se explica no por algin tipo de patrio- tismo o eshavofilia, sino porque Herzen estaba pensando en la pluralidad de tips de caminos hist6ricos. Si el progreso social puede encarnarse en un nuevo catce historico las alvernativas a Europa podian ser los Estados Unidos y Rusia. Pero Herzen considera que el viejo y el nuevo mundo comparten la misma logic, ¥ sostendré que: «Europa, tal cual existe, ha terminado su rol (,..] Europa es demasiado rica para arviesgarse completamente [..] Mirad un ‘poco esos dos espacios inmensos que se tocan por la nuca, alos dos costados de Europa. Por qué son tan grandes, para qué cosa se preparan, cual es esa pasion de actividad que los devora? Es- tos dos mundos, tan opuestos entre ellos, pero a los cuales es imposible negarles una cierta analogia, son los Estados Unidos El Revolucionario Profesional © 65 y Rusia. Nadie duda que los Estados Unidos sean la verdadera continuacidn del desarrollo de Europa y nada més que esa con: sinuacién>* En cambio, Herzen actibuye a Rusia la posibilidad de una dinémica histérica diferente: <«Serla muy natural que uno se pregunte si Rusia debe pasar por todas las fases del desarrollo europeo o si debe tener oto desarrollo, bien diferente, revolucionario, Personalmente niego totalmente la necesidad de esas repeticiones, Las diversas fases dolorosas, dificiles, del desarrollo histérico de nuesteos prede- cesores pueden y debes ser recomtidas por nosotros, pero de la misma manera en que un feto pasa por los grados inferiores de Ia existencia 2oolégica».® Herzen piensa que la incorporacién de nuevos pueblos a una suerte de eje do- minante donde se va decidiendo el destino de la historia mundial, eransforma al mismo tiempo su dindmica, Pero, al estimar comprometido el porvenir socialista europeo-occidental ~porque un alto grado de civilizacién habla logeado frenar J: revolucién social, Herzen cuestiona un tipo de movimiento histérico que llamaremos sinerénico. El cree observar una sincronia entre los cambios econd- icos, las transformaciones sociopoliticasy la evolucién del pensarniento social entre el siglo XVI y la primera mitad del siglo XIX, 0 sea, en la época revolu- cionaria, Fl triunfo del capitalismo se acompafiaba por el triunfo de la sociedad burguesa, por la expansidn de las luchas sociales y del socialismo obreto. Pero ahora, en 1848, el combate encre el proletariado y la burguesia se revela insufi- ciente para que pueda surgit una sociedad socialista. De alli, Herzen concluye ue se ha roto la cotrespondencia entre el momento subjerivo ~Ia idea socialis- ta-,y el momento objetivo “los cambios en a sociedad, 0 sea lo que se podria llamar un movimiento histérico siner6nico. Rusia en cambio, representa el tipo «de movimiento asinerénico por excelencia, ya que es un pais con numerosas su pervivencias, en primer lugar: la comuna agraria hist6ricamente primatia, pero . El problema reside en que fa comuna es patriarcal y no responde a Jo que él considera una sociedad socialista." Empero, el lector de Chernyshevski quien a diferencia de Herzen escribia bajo la censura-, comprendia el mensaje: sélo un cambio politico radical podria asegurar la necesaria transformacién de la comuna, y hasta que ese cambio no ocurra ésta no podia desempefiar un papel nel camino al socialismo. Entre el presente y el futuro habia un espacio, y era la ‘politica quien debia ocuparlo."* Entonces, por un lado, el desarrollo espontinco implicaria la desteuccién de la comuna campesina como en Occidente, pero por el oto, las carencias propias de la comune rusa la inhibbfan para ser un Factor del tovimiento al socialismo. En la perspectiva de intentar evicar los inconvenientes del capitalismo, asi como de eonservar el aspecto positivo de la comuna, se abria un espacio importante para el factor subjetivo: <, «alienado», atribuidos regularmente al po- pulismo. Al contratio, era una rentativa de apoyatse en estreturas econémicas poco dinmicas o bloqueadas, para dar ala accién humana una dimensién de creatividad histérica. En sintesis, Chernyshevski pensaba la politica como un factor capas. de crear alternativas histricas. Los stibditos no son sujetos politicos ‘A partir de 1859, Chernyshevski interviene en los debates piblicos sobre los proyectos de reforma. Lo que estaba en juego para él ~como para toda el ala progresista de fa sociedad rusa~, era conseguir una reforma econémica y social ‘apaz de poner al pais «a la hora» europea. En consecuencia, a reflexion sobre los obsticulos este objetivo lo lleva a interrogarse sobre la naturaleza de lo que seoponea laincegracién de Rusia la historia universal. Se tataba de un retraso deren profiandas?, en sus palabras: do por la servidumbve, o éta diltima era consecuencia de causas mis ‘cL servidumbre fue una de las instituciones que debilicaron la energla de nuestro pueblo, Pero la terrible deeadeneia de nues- tro pueblo no puede ser atribuida solamente a la servidumbre. Ella fue solamente uno de sus miltiples elementos. [...] No so- lamente el eseaso éxito de nuestra agricultnra, pero también el lento crecimiento de la poblacidn, Ia insuficiencia de nuestras vias de comunicacién, del comercio, de la industria, del capital cireulando en la agricultura, todo esto y también la servidum- bre, la caida de la energia popular, nuestra ausencia de desarrollo intelectual, como también todos los Factores negativos de nues- sa vida encuentran en la situacién de nuestra administracion, de nuestro poder judicial la cansa mas importante y ultima.” En el lenguaje permitido por la censura, Chernysheyski senala al propio régime como responsable tiltimo dela stuacién de la cual la servidumbre no es més qui una particulatidad. Las preocupaciones econdmicas ligadas a la preparacién d& la reforma no desaparecen de sus textos, pero ese tipo de relacién entre el poder los sujetos que ocupa un lugar cada ves: mas central, como vemos en las siguient lincas: «En el actual estado de los habitos sociales, [..]el Estado tiene necesar E1Revolucionario Profesional » 73 mente un poder muy considerable sobre la vida privada, Pensamos que la fuente psincipal de este poder se explica por la ausencia en los individuos de la costum- bre de tomar iniciativa." Por lo tanto, si se tratase solamente de un bajo nivel de participacién social debido ala demagogia o al autoritarismo de un poder capaz de suscitar empatia 0 rechizo, no estariamos frente a una situacién de bloqueo historico ya que no ha- bro en ese caso nada original, nada que Occidente no hubiese ya conocido. Sin ‘embargo, para Chernyshevski se trataba en cambio de una «apasia» inherente alos sujetos del Imperio, y no de un simple episodio, ya que: «... apavia es aqui cstupefaciente (...]. Las circunstancias historieas han desarrollado en nosotros virades exclusivamente pasivas, como, por ejemplo, una gran paciencia, la tole- ‘ancia ance ls privaciones, los ulerajes y toda suerce de adversidades».” En consecuencia, queda disefiado un descomunal circulo vicioso en el cual la teproduccién del sistema estaba doblemente garantizada; como los sujetos ig- noran que pueden tener la iniciativa, el despotismo autocritico es muy sélido, pero silos sujetos no son actores politicos es porque el despotismo logra poseer el monopolio dela accién, En esta verdadera aporia yace la prueba de un desarrollo «spontineo insuficiente, revelandose incapaz de transforma el xégimen. ‘Chernyshevski euestioné primero la espontaneidad econdmica, pero répi- damente llegé ala conviccién que el esponcineo desarrollo histérico ruso en su totalidad era el que padecia una insuficieneia grave. Asimismo, en dicha insufi- ciencia ~pensaba el intelectual que introdujo la polticaen el pensamiento popu- lisea-,residia Ia especificidad histrica de Rusia. Alianzas politicas y democratizacion 2Cémo contrarrestar la insuficiencia de la espontancidad histérica? En sus es- «xitos de 1861 (afio de la abolicién de la servidumbre) y 1862 se puede rastrear ~disimulado bajo un lenguaje aceprable para la censura~, un proyecto que su- pone la posibilidad de reformas el sistema autocritico. El plan sobreentiende un proceso histérico capaz, a pesar de sus carencias, de proveer las fxerzas esponti- reas necesarias -siempre y cuando se pueda provocar la intervencién politica de esas fuerzas-, para integrar Rusia a Europa. Chernyshevski todavia confiaba en la capacidad de iniciativa de los grupos sociales. En el escenario figuran dos setoresen primer plano: los «liberales» 0 «moderados» de las «clases cultas» los raznochinasy® 0 «progresistas», junto a otros dos relegados a un segundo 7A» Claudio S. Ingerfiom plano: los «reaccionatios» y el campesinado. El plan sc lee entre lineas en los articulos donde analiza los acontecimientos italianos de su época, aunque sus lectotessabian que se trataba de Rusia. Alf sina los «progresistas» —Mazzini yy Garibaldi en un extremo del tablero, al poder real -la corona de Napoles y la Santa Sede~ en el otro, En el medio quedaban los «conservadores liberales> — Cavour-, con un programa que no contemplaba las aspitaciones populares cone >> como los re- denados en consecuencia a ser eliminados por los «teaccion: formadores ftanceses en 1848, Sin embargo, Cavour podria evitar este desenlace si, obligado pot la presencia a su izquierda de una minorla combativa, seanimase a integrar a su programa moderado ciertas exigencias populares. De esta manera, Jograria satisfacer a fa mayorla para asi triunfar sobre la reaccién. Este escenario proponia a los naznochintsy una linea politica consistente en obligar a aquellos que se autoproclamaban «liberales> a comportarse como tales, a asumirse en. tanto que fuerza politica ya encontrar un Cavour ruso. Si Chernyshevski aposta- baa los liberales era porque pensaba que «ni cl pattido reaccionario ni el partido revolucionatio pueden conseguir el poder». Reitera asi que cl discurso reaccio- nario «no satisface més cl razonamiento rutinario de la mayoria»,y el discurso revolucionatio «todavia no se transformé en rutina>. Por ende, la oposicion radical no debia pretender dirigir un eventual movi que «tener un programa claro y claborado es quizés bueno en si mismo y stil als nacién, pero la masa de la sociedad no designars a esa gente como sus represen- tantes».® Convocando al realismo politico, este pasaje enunciaba un problema ‘que seria luego un lugar comin: el pueblo ruso no se reconocia en la intelligent- sia revolucionaria, Entonees, «el partido conservador-liberal [es] el nico capaz deconseguir el poder en esas condiciones», porque es el partido de la rutina por excelenciay «la rutina es el principio dominante de la mayoria [...] es una mezcla de viejo y de mucvo»: el programa de los liberales puede entonces, parcialmente, cxpresat as aspiraciones populates." ‘Ahora bien, no es seguro que los «liberales» sean capaces por su propi ala transformacidn del sistema. ¢Dénde se siti entonces el obsticulo real? En qué consiste esa esfera social donde las fuerzas son tambign aparentes? En «el orden buroeriticom responde Chernyshevski a la primera pregunta, mientras que la respuesta a la segunda se encuentra en sus comentarios de a obra de Chaadacv: «en toda nuestra sociedad no hay nada constituido>.” Sabemos que a lo largo de su historia el zarismo fc procediendo a reformas institucionales, econémicas y sociales a fin de enfrentar la creciente complejidad de la gobernabilidad del Imperio, los desafios internacionales y las amenazas de ingutrecciones populares. En la historiografia, predomina la idea de que dichas reformas estaban destinadas a modernizar el Imperio 0 incluso a entrar en Ia mo- dernidad, Sin embargo, las cosas ~para decirlo de manera simple, son mds com- plicadas; la corte no las presenté ast y, detalle importante, la palabra modernidad no existe en ruso, mientras que, como adjetivo, sélo se us6 para cl arte entre fines del siglo XIX y principios del XX. Lo cierto es que ninguna de esas reformas atenté contra el zarismo, y recién la revolucién de 1905 -y solo en el plano insti- ‘tucional-, terminé con fa dominacién aucocritica. Chernyshevski afirmaba que la ineroduccién de instituciones inspiradas en sus homélogas europeas, asf como ‘otras reformas, no estaba destinada a transformar a Rusia en un pais cultural y politicamente europeo, sino que obedecia a la necesidad de reforzar la solidez del El Revolucionario Profesional » 77 sistema, y en primer lugar asegurar su poderio militar, Pata que un acercamiento con Europa produzca la europeizacién culeural, previamente habia que destruir al sistema sociopolitico autocritico, La razén, piensa nuestro autor, esriba en Insolidez del sistema autocritico que le permite asimilar ~sin cambiar de nacu- raleza~ cl injerto de elementos que cumplen en Occidente un papel diferente del que cumpliran en Rusia, donde serén subordinados por el regimen para qui le proporcionaran nuevas energias. «El espirieu de las cosas> seguird siendo el ristno.* Para Chernyshevski, el poder autocritico no es un simple agente d ‘esrancamiento, sino que revela una sorprendente aptitud para tomar la inicigtiv delos cambios y controlarlos para recuperatlos, es capaz de reforzarse gracias a ‘cambios hay cambios. pero «los principios fundamentales del antiguo régimes no han suftido».* En el mundo rural, la abolicién dela servidumbre y las refor- mas expl Jaacompafiaron cambiaron finicamente lo indispensable para evitar una social. Para un lector del siglo XX1 la inquietud a propésito de la ausencia de u pueblo politicamente constituido y actuando en tanto que tal es familiar; en cambio la expresién «espiritu de las cosas asi como la conviccién chernishevs- kiana de a inutilidad della accién son extrahas, Es legitimo preguntarnos por qué un cambio en el equipo dirigente o la llegada de los «liberales> al gobierno no podria modificar «las cosas». Aqui interviene la nocién de «orden burocriti- co» pata describir el funcionamiento de un sistema eapaz de oponerse con éxito cualquier tentativa de reforma que apuntase a sus Fundamentos. Chernyshevski escribe: «Contra el orden burocritico nadie puede hacer algo, aunque estéa la cabeza de la administraciOn, zPrevende usted s6lo pre guntar? Se toma su pregunta como una decision. ¢Quiere usted s6lo pedir consejo? Sus palabras son percibidas como una or- den, Usted busca un punto de apoyo y todo lo que toca se pudre delante suyor.” ‘Apostara la voluntad del poder para transformar el sistema ~mis alli de saber si «sta voluntad existfa © no~ seria admitir que en Rusia alguien puede escapar del conden burocrético. Chernyshevski precisard que esto sera ereer que se est§en un pals donde existe «la libertad de elegir>,y lo ejemplificara en un articulo sobre «Austria», aunque sus leetores bien comprendian que trataba de Rusia: B © Claudio. ingefiom «Nadie, on Austria, independientemente del puesto que ocupa, puede gjercer una influencia de ese tipo sobre el gobierno [ Incluso suponiendo que se le hubiese ocurrido a Metternich 0 a Frantz Ilo que no se les puede ocurtir, es decir dudar de la justeza del régimen dominante y desear cambiatlo, Incluso en ese caso no habria habido ningtin resultado concreto, porque inj Metternich ni Frantz I tenfan el mas minimo poder personal sobre el sistema dominante: tenian el poder toral para realizar lo que el sistema exigia, paro no tenian el poder de realizar nin- guna otra cosa». Notas 0 2 B Citado por Fangois Rouleau, «liteoduction>, on P, Tehaadaey Lettres. ct, p.20, [Nikolii Gavrilovich Chernyshevski (1828-1889) nacié en Saritow en el seno de la Familia «desu pope fen la Iglesia orcodos, solo los ecesdstics dela ales jrarqulay los monjes no pueden casas) Esudi en el Departamento de Historia y Letras de la Universiad de San Pecersburgo, Colabor en ls os revista nk pestigioss de epoca, Las Aisaes de La Patric (Ochetsvennye Zapis) y sobre todo en EI Contempordnco (Scoremennil) que ripidamente psb a dsigin Ya en1895 su aticlos atralan la atencién de los leetores culos del Impero. N.G,Cheanyshevski Plage Sebronie Sachinen (Obras Completss), Gosudérstvennos Te telsvo Judéchestvennoj Literatur, Mose, 1949-1950, como IV, pp. 738-739, 744, N.G.Cheryshevski,Plnoean it tomo IY, p. 745, NG. Chemyshevekt, Por. ets tome IV, p. 740. NG. Chernyshewki, Poe ety tomo IV p. 744 «= Alguien dependience de ls medios materiales para subsist, no puede ser independiente en Toshechos, aunque aera dela ley proclame su independenclaN. G. Chernyshevski, Pole. ei, tomo lV, p. 740. N.G. Chemnyshevse, Plata» et, tomo IV. 738. N.G. Chesnyshevsi, Pave. cit tomo IV, p74 NG, Chesnyshevskl, Pilnze. cit, tomo IY, p 389, A pesar de una opinién muy difundida, Chernyshevskiatbuye una ciertaimportancia ala ‘omuna solement en ss peimesos articles. N.G. Chermyshevski, Pilsen cit tomo IY, p. 746. Poe cit, tomo TY, p. 436-437. N.G.Chermyshevski E1Revolucionario Profesional © 79 14. N,G.Chermyshevski, Pina. it, tomo IV, pp. 14-415, 436, 15. N,G.Chermyshevski, Piro. it, tomo IVs pp. 738,746 16 Setratadel Banus dle Emancipacién del eamperinado dela serviduonbre, de 1861, Los eam pesines fueron lierados, pero debian comprar las tcrras que secuperabsn, una parte de las parceas que ya cultvaban pasaron a manos de los propietatos, quedaron sometidos a una Aependencia econdmica que de fat ls dej bajo el domi de sus antiguos duefiosy bajo In atoridad de a comuna gue al tence que pagar impuesroscolectivos independiente del riimeto de personas que la compontan, no permis ass mirmbros ese als ciudadeso inde: pendizarse como propieraios. La Reforma accler la industalizacidn, pero lejos de resolver Facuestién agraia, produjo un bloqueo que condujo alas revoluciones de 1905 y 1917. 17 N.G.Chemnyshevki, Poe. et, tomo ¥, pp. 694, 703-704 18 N.G.Chemyshevsll, Pine. cit, tomo Vp. $96. 19. N.G.Chetnysheski, Pune. it, tome ¥, pp. 694-695. 20 Palabra compuesta por raznoe/rznye diferences)y chin (grado, onden). Cavegoria josdics mente imprecisa que abarca individuos de difeentesestamentos, pero que habiancecibido ‘una buena instrucein, La expresin aparece en la segunda mitad del siglo XVI, pero fend ‘meno se generaliza a partir del sig siguiente, V.O. Kliuchevsk, Kus? Rate lori (Curso de Hiscora rus), Parte IL, Mosei, 1937, p. 170. Segin el Diccionario dela Academia raca de 1822, «raznochines se opone a noble de nacimientom. Pero a mediados del siglo XIX, el cérnino se aplic tmbin a una parte de a nobleza: «Una minora que reneg de ss heredada singulatidad en provecho de los intereses comunes, N.P. Oger lebrannge Sosa polit ‘hes’ filaofitie prozeedenia (Obras sociopoliticasy losshea excogidas), Mosc, 1952, 676. Herzen, que los designs como los «llamados a salar la civilizacion >, los defini ax “Plabigndose ido de todos los esamentos, ets gente muens, rasnochinty por sus valores, ya no constiufan un estamentos sino wn med, en cay primer rango s enconteaban maestros, ‘hombres de letra.) estudiantes] funcionatios egyesados de universidades ode sminarios religiosos, gente de ls baja nobeea,hijs de oficiales y subofcalesm, A Hereen, Sobre. cit, tomo XVI p. 217; XH, pp. 101-102, El nfs me pertenece, 21 Sobre odo, ¢larcculo «Fl Conde Cavour» en N.G. Cheenyshevski, Paha. city omne VI 22 N.G.Chemnyshevski,Pioe.. somo VIL, p. 670. 25N.G,Chermyshersk, Péshoe city tomo VIL pp. 670, 673 24 N.G. Chernyshevski,Panoe.. cit, tomo VIL, p. 670 25 En ese caso, como los revolucionaros, se encontatin asldos del pueblo: ,exterio- res a la medicina, Admirativo, ef padre de Katia afirma que Kirsinoy, es «un hombre terrible», quien a su vez piensa para si: «quiere decir que no conoce hombres terrbles, si le presentase a Rajmetov...».? Kirsinoy actita solo un mo- ‘mento como Rajmetoy, y como en el caso de Vera, su paciente puede entonces devenir en «una mujer nueva». En otras palabras, las mujeres y los hombres deben, para advenir a la condicién de gente nueva, o bien contar con Rajmerov ‘bien actuar como él. Para que esta idea no se le escape al lector, en medio de ly confrontacién ya mencionada entee la gente nueva y Rajmetov, Chernyshevshi deja caer, como si fuese obvio y en dos ocasiones, a misma frase que restime la Ainica intervencién del revolucionario profesional en la novela: «Rajmetoy era solansente wn instrumento de Lopijov™.* El «medio no habieual>» significa entonees un tipo de accién que no se co- a, de la civlizacion stesponde con la norma del ser nuevo, ordinatio pero so ‘moldeada en la politiea moderna curopea. La moralidad social: condici6n previa al socialismo ‘Unos meses antes de escribir el ;Qué Hacer?, Chemnysheyski redacta un volumi ‘oso trabajo sobre Stuart Mill donde ~a veces le hace decir lo que a él mismo le pteocupa. Segin Chernyshevski, Mill habria expresado sobre el socialismo «una sola dudas el nivel actual de moralidad social es muy bajo. En su situacién actual es capaz la gente de adoprar algtin régimen correcto? Es una duda obviamente fundamentada>. Sin embaggo, no hay en estas palabras ninguna sorpresa, el socialismo, el comunismo, son promesas de un porvenirlejano, Las lineas que siguen al pérrafo citado son las que iban a sorprender a sus contemporaneos, porque en ellas apa recen como imposibles ~para ese momento- objetivos mucho mds modestos: «: «permitanme no enunciar espe Fanzas que no tenemos.” Apenas presentado, el modelo de revolucionario pro- fesional comenzaba a dividir aguas en el movimiento, Esee pasaje contiene dos mensajes. Fl primero, nada se consigue con una sola centativa, esti dirigido a la gente nueva: «Este tipo de gente nacié hace poco y se mulkiplica répidamen- te. Es un hijo de su tiempo, es un signo de su tiempo y ~zhace falta decitlo?— esas personas desaparecerén con st tiempo, con sat breve tiempo. (..] Pocos afios después los llamar “Sslven- nos” y lo que ellos decidan se hard. Al cabo de algunos pocos afios mas 0 quizis de pocos meses serin maldecidos y expulsa- dos de la escena, abucheados y deshonorados [...] Saldean de la «scena, oxgullosos y modestos [..] Los afios pasarin y la gence ind “con ellos nos fue mejor, aunque quedé mal” ¥ cuando di- gan esto, habré llegado la hora de la resurreccidn de este tipo de personas {..] yas seguir la historia hasta que la gente diga “ahora estamos bien” y entonces ya no existi\ este tipo patticu- lat porque todos serdn de este tipo. El segundo, un llamado a la eficacia y a la necesidad de poseer tna inteligencia fila, se dicige alos que estén por comenzar el combate clandestino contra el zaris- ‘mo. Asi, cuando Rajmetov le pide a Vera que «preste atencién ala expresién “sa El Revolucionario Profesional » 125 liede la escena”> porque ello no significa desaparecer para siempre, Chernyshe- ‘ski concluye: «Rajmetoy dirige la causa como un gran maesteo (..] conoce las leyesde a preparacién gradual y sabe aplicarlas».° A su vez, Kirsinov, el médico quese comporta cuando es necesario como Rajmetoy, suele decir: «trabajo para Jaciencia, no para los enfermos. No curo, solamente obscrvo y exp\ CCheryshevski comenta que «sus estudiantes lo alaban agregando que solo los tontos traran de curar porque ahora todavia no se puede eurar.!° Bjemplar en ese sentido es el didlogo el didlogo entre Marfa Aleksievna, la madre de Vera, y Lopiijow, que simboliza la relacién entre los socialistas y el pueblo: stom, ¥ «.!" La misién del revolucionario profesional «lr a todas las clases» En h eradicién historiografiea, la presencia de Rajmétov es evidente: su tarea es hacer la revolucién socialista. Sin embargo, luego de hacer posible larealizacion de Vera en su vida personal o, a través de Kirsdnov permitirle a Katia emanci- patse, Rajmétov «sale de la escena». Chernyshevski afirma que no sabe dénde «esti y eampoco sabe «si alguna vez lo volverd a ver, pero por lo que eseuché, supone que después de esa desaparicién se fue a viajar por Europa. A través de un conocido se enteré que, en cada pais, Rajmetoy «se acercd a todas las clases Cree que ira también alos Estados Unidos, que considera «necesario» quedarse alli mucho tiempo, quiz4s para siempre si encuentra algo para hacer. Peto es po- sible que regrese a Rusia dentro de tres afios porque a lo mejor har falta que esté aqui. En Occidente Rajmetov quiere conocer los principios, las costumbres, 126 © Claudio S. Ingerfiom las instituciones, en otras palabras, quiere iniciarse en la civilizacién europea y ara ello, Fue a ver a todas las clases sociales. Como vimos, en Rusia, ef campo le aceién de los individuos «dotados de iniciativa» debi ser ef conjunto de la sociedad. Ahora bien, para cumplir con esa misin debié irse de su pals porque jen Rusia la atomizacién de lo social, expresada en la verticalidad de la relacién. amo-esclavo que incluye al conjunto de la poblacién, impide la emergencia de ‘esas mismas clases sociales a las que el revolucionario deber dirigitse. No tiene nada que hacer en Rusia: Rajmetov sale de la escena apenas dio su primer paso ‘que no fue sino su propia emergencia. En conclusién, su partida responde a la lbgica de Chernyshevski: no e puede logear «nada con los esferzos de una sola tentativa», «Una mecela de locura y de inteligencia» Lanaturaleza «especial» de aaccién —«nada se obtiene en Rusiacon losesfuer- 2os de una sola tentativa»— determina la nataraleza igualmente «especial» del revolucionario ruso, quien aparece en el :Qué Hacer? mediante dos hipéstasis: el ser nuevo y el ser especial. Kirsinov es un ser nuevo, como Vera y Loptijow, pero de ser necesario debe actuar como Rajmétov para ayudar a Katia a emanciparse. A primera vista, lo que parece una contradiccién es en realidad una posibilidad de descodificar la novela: para decidirse a dar el primer paso contra la mancomu- niidad despética la gente nueva debe incluira «titanes» © «genios de lucidez», pero al mismo tiempo seres «ordinarios», como una suerte de antihéroes. El mayor obsticulo a la emancipacién no reside en la capacidad de represién que posee el zarismo, sino en la doble trampa que esconde el sistema: por un lado, la reproduccién en el interior del nuevo medio social de elementos funcionando despéticamente y, por otro lado, en el aislamiento del revolucionario quien, en ausencia de relevos sociales naturales, conduce ala secta. Asi, Rajmétov «duer- me sobre clavas, no tocaa las mujeres» y se siente superior a Masha-Para neutra Tizar esa teampa, Chernyshevski coloca al «ser nuevo» el anticuerpo necesario para asegurar quc a accidn revolucionaria tenga una dimension humana. En [a biblioteca de Kirsinov, Rajmétov se detiene ante las Observaciones sobre las profecas de Daniel y el Apocalipss de San Juan, de I. Newton. Recor demos, porque seguramente no fue por casualidad que Chernyshevski puso ese libro en las manos de Rajmétov, que Daniel profetiza la Ilegada del Mesias, iientras que el Apocalipsis 0 la Revelacién de San Juan que concluye el Nuevo El Revolucionario Profesional » 127 Testamento, constata 0 anuncia —segtin la interpretacién~ el desastre general zado."* Rajmétov afirma: «Es un libro que merece ser estudiado», porque las Obseroaciones constituyen «una fuente clisica de entrelazamiento de locura y de inteligencia, Es una cuestién de alcance histérico universal porque existe en vodos Jos acontecimientos sin excepcidn [...] Pero agu/ cl entrelazamiento esté expues- to de manera ejemplat>. A continuacién, Rajmétov insiste sobre el «aqui. y Chernyshevski agrega que: «Rajmétov es el tinico al que la lectura del ese libro Je procura placer». Si la mezela es entonces universal, y su aleance es historico, alla se expresard en la mision del revolucionario profesional en Rusia de «la ma- era mis ejemplar» a saber: «la més normaly la mas genial de las inteligencias conocidas» con «una locura reconocida e incontestable." “Aparecen entonces yuxtapuestos el ser ordinario y el monstruo, el revolu- cionario y el tevolucionario profesional. Aqui adquicre pleno sentido aquella desconfianza que Chernyshevski verti6 sobre Rajmetoy, pues el autor elabora ¢ prototipo del revolucionatio profesional, al tiempo que le imprime elementos ‘que deben atemorizar a los seres ordinarios. La advertencia dirigida a éstos ti- timos es clara: sean capaces de comportarse a fa Rajmetoy, pero sin dejar de ser gente ordinaria, Cumplir con la misién ~subvertie a servidumbee general~ es indispensable, pero su dificultad es tan enorme que lega al limite de la locura, Seamos explicitos para cvitar malentendidos: la focura no es la patologia personal del revolucionatio profesional, es el Apacalipis, Segiin Chernyshevski al servilismo generalizado reine las condiciones para que un cambio violent conduzca a un nuevo despotismo, mas racional y eficaz que el actual, legicima- do por la accién de un pueblo que terminard entonando canciones en honor al mucvo déspota, La barra protectora Con todo lo dicho, fa incompatibitidad radical entre la gente nueva y una Rusia pensada enteramente como un conjunto de servidumbres, lleva a pensar que la injsién revolucionaria roza aqut con la locura. La inteligencia, por su parte, resi- deen la capacidad de acercarse alos samodurs, al pueblo atado a la mancomuni- dad amo-siervo, Por esa razén, Chernyshevski subraya la proximidad de Lopijov yla madre de Vera: «la semejanza de sus ideas era tan amplia» que se podria Pensar que «la gente como Loptijov no se distingue en nada de la gente como Maria Aleksievna».!* Los samodurs, continia, cuando son buenas personas, 3on 128 » Claudio S.Ingerfiom capaces de jugar un papel positivo en las relaciones sociales y politicas si se logra cambiar la atmésfera general; «yo los respeto», no nos olvidemos que Maria Aleksievna trajo al mundo a Vera." Reparemos en este clogio de la iniciativa popular, pues se inserta en la polémica con una tendencia que comenzaba aver a Iz con La Joven Rusia (1862)." pero que se expresaba también entre los parti- dacios de Herzen y de un socialismo ruso mesisnieo. Sin embargo, lo que podia- ‘mos llamar la antropologia de la revolucién, la preocupacién chernishevskiana por elestado actual de «moralidady ef grado de servilismo individual y colec- tivo, era ajena a esas corrientes que redueian al pueblo una simple referencia de tuna accién Mlevada en nombre de principios ideologicos. «Leen libros, piensan en vuestro nuevo ségimen, piensan en cémo hacer el bien para la gente» lanza agresiva y burkindose, Maria Aleksievna a Vera." El tema que ese didlogo intro- duce es el dela carne de cain y el de la libertad individual: el primero se vuelve un terreno complejo donde los evolucionarios corren el riesgo de coineidir con Ja aucocracia: «me hace falta, le dice la “novia” emancipacién a Vera gente que no sea una “marioneta’», «quiero que los sees se transformen en personas, no en marionetas[..] elo nico que necesito” A su ver, cuando Kiessnov actita con Katia como lo habria hecho Rajmétoy, define en estos términos los limites de su accién: «adopto una regla: no hay que hacer nada para beneficiar a una persona, sista se opone; la libertad esti por sobre todas as casas, incluso por encimade la vida». Unas piginas més lejos, como si temiese que el mensaje no pase, Cher- nyshevski martillea nuevamente: «usted conoce mi regla: no hacer nada contsa In voluntad de la persona favor de la cual yo quisiera actuar>> 2 La barrera de proteccién qite Chemnyshevski levanta al lanzar sobre la arena al revolucionario profesional es doble: ayudar a transformar a cada uno en cit- dadano activo, dotado de iniciativa y a respetar Ia libertad personal. Mezelar la Focura con la inteligencia. La perspectiva optimista La ausencia de cambios positivos a carto 0 medliano plazo esta presente en toda anovela, péro se hace mis intensa hacia el final; vavias piginas trégicas, ambien- tes tensos,revolucionarios que se sienten condenados al fracaso, una «dama en negro» en duelo por su pareja desaparecida... terminado, se ageega un tilkimo capiculo opcimista, pero, an frigil es esta pers- pectiva, que el capitulo se reduce a menos de una pagina. El compafiero de la in embargo, cuando todo parece 1 Revolucionario Profesional » 129 -, y solo el iempre mantuvo distancias con 4144 © Claudio. Ingerfiom temor de ser asimilados a la socialdemocracia alemana condujo a la mayoria de Jos militances a preferir un nombre ruso.' Més tarde, Aleksandr Uliénov encon- tr6 una senda comin a la teoria de Marx y al terrorismo antizarista,? ‘Lo que interesa destacar es que el origen personal e ideoldgico populista del rmarxismo ruso no ser ajeno al tipo de revolucionatio profesional que entrard en escena en la etapa leninista. Fueron dirigentes de la organizacién populista y cehiida de anarquismo «Reparto negro» ~Georgi Plejinov, Vera Zasilich, Pavel Akselrod y otros~ quienes fundan en 1883/la primera organizacién marxista rusa,el grapo: «Liberacién del Trabajo». Han lefdo E! Capital, se escriben con Marx, manticnen una relacién constante con Engels. Son los primetos en afir- mar que la expansién del capitalismo en Rusia estaba insertando al Imperio en el. concierto de naciones civilizadas ~xérmino que designaba a ls sociedades bur- uesas~, Io que demostraba la unicidad de la historia, Sin embargo, al principio de la década siguiente Plejénov vuelve, pero ya desde el marxismo,a una idea ta dicional dela intelligentsia rusa y especialmente del ala populista: una diferencia fundamental existe entre la historia de Europa Occidental y fa rusa, diferencia, aque se situarfa no en el grado diferente de un mismo desarrollo, sino en el ipo de desarrollo. El giro no es meramente un desplazamiento de ideas, sino que es tun cambio de légica euya eausa son los interrogantes que plantea la gigantesca hambruna de 1891-1892; los contemporineos no vacilaron en hablar de una auténtica catdstrofe humana con sus cientos de miles de muertos. Las preguntas, «eran: ges a hambruna una consecuencia del desarrollo capitalista? co es un efecto de todo el sistema social y politico autocrético que incluye ya a la acumulacién capitalista primitiva? De la respuesta depende el tipo de revolucién a la orden del dia. En el primer caso ella sera socialista, mientras que, en el segundo, la refe- rencia podria ser 1789. Empero, surge una dificultad que enturbia la claridad de ‘esas respuestas tan individualizadas, Si la historia rusa produce un capitalismo triunfante que no suscita sin embargo la emergencia de una sociedad burguesa =o sea una sociedad de clases- es decir, si el capitalismo y el desporismo estén imbricados,yel primero no destruye, sino que procura nuevos recursos al segun- do, entonces, esas respuestas asi separadas, no se corresponden con la realidad. En conclusidn, aqui se entiende que la indefinicién en el diagnéstico de la estructura socigeconsmica ~subrayémoslo, no solo econémica~ pesati sobre la definiciSn del tipo de revolucionario necesario. En las paginas que siguen entra- mos en la génesis directa del revolucionario profesional leninista 1 Revolucionario Profesional © 145 ainmiscuirse en el desarrollo espontaneo del capitalismo? ‘Ante la hambruna, los socialistas los populistas como los marxistas~ se divi- diezon. En el plano teérico, antes de la hambruna, todos los marxistas estaban, de acucrdo: el desarrollo del capitalismo condenaba al campesinado a desapa- recet: En tanto que la mayor parte de los campesinos se proletarizaria, ya sea en Ja industria 0 como asalariada en el campo, otra parte minoritaria, se transfor- inaria en burgueses: propietarios de tierras con trabajadores rurales asalariados. Sin embargo, la gravedad de la catastrofe ya urgencia de salvar vidas humanas suscitaron interrogantes que recibieron respuestas diferentes, y a veces radical- mente opuestas. Algunos marxistas afirmaron que fa hambruna, al igual que dlesaparicin del campesinado, era parte del inevitable y deseado desarrollo capi- talisea. Entre ellos se encontraba Vladimir Ulidnov. Segtin uno de sus camaradas, Vladimir pensaba que: «la hambruna era un factor de progreso» en la esfera dela economia ~al arruinar la aldea ella expulsa a los campesinos a las ciudades por lo que contribuye ala constitueidn del proletariado yala industralizacion—, yen politica, al obligar al eampesino a reflexionar sobre la naturaleza del capi- talismo, destruyendo de paso, su fe en el zan” Ante esos argumentos se rebelé Fedoscev: «reviste la mis alta importancia excluir de nuestras fils marxistas a «305 estiipidos o fariseos venales que confunden al capitalismo con la acurnula- cidn primiciva del capital y protestan contra toda ayuda alas aldeas»."" Fedo- scev afirmaba que lo que sucedlia no eta la vietoria social de la burguesta, sino un capitulo més de la despiadada acumulacién primitiva del capital, por lo que el campesinado exprapiado no se iba a transformar en proletariado industrial, sino que se morirfa de hambre y enfermedades. Los marxistas, concluia, deben poner codos sus esfterzos en «debilitar la ruina del campo y ayudar a los proletarios amuinados a transformarse en propietarios independientes». Por su lado, Ulis- nov pensaba los terratenientes ya la burguesia como dos clases en oposicién tan absoluta que el triunfo de una significara la eliminacidn de la otea. Eta el reflejo de una teoria elaborada por Marx a partic de otras historias y estructuras eco- némicas, sociales y politicas, pero que Vladimir aplicaba sin mediacién a Rusia, centendiendo asi que la ruina del campesinado ruso en 1891-1892 era el iltimo episodio marcando el eriunfo definitivo de la burguesfa, y la constitucién de un prolerariado asalariado rural. Las divergencias en el seno de la familia socialista derivaron en polémicas sobre la tarea de los militantes: gorganizar a solidaridad con el campesinado 0 146 © Claudio S. Ingerfiom ‘no inmiscuirse en el proceso espontineo del desarrollo econdmico? El eseritor populista Mijailovski lo explicité dos aitos mis tarde con todas las leteas: «es 0 ro aceptable influir conscientemente en la evolucién econémica?»." Defendia asf ~comentando la respuesta de Marx a Zasulich sobre las posibilidades de Ru- sia de evita el eapicalismo y drigitse ditectamente al socialismo-, el derecho de Ia intelectualidad y de la politica a intervenir en ef desarrollo espontinco de la ‘economia para orientarlo en [a diteecién apropiada hacia el socialismo, El joven Ulidnov le respondié de manera ambiguas proclamé su ortodoxia determinista, alsefalar que la evohuciin de las relaciones econémicas sociales no depende de la voluntad ni de la conciencia de los humanos. Al mismo tiempo, no se pronun cid sobre la posibilidad de intervenir politicamente en el desarrollo espontineo, y se dej6 una puerta abierea al subrayar por un lado, que la carta del autor de ET Capital .!* De esta manera, sise trata de cambiar todo e orden social cexistente", te incluye un sector capitalista: ¢se puede seguir postulando una revolucién exclusivamente «politica»? Es coherente limitar la consigna a la «caida de la autocracia»> cuando el capitalismo ya triunfS? Nuevamente surge la pregunta: za qué debe dedicarse el revolucionatio ruso? En un autor cuyos textos se caracterizaban por la coherencia y el estilo di- dictico, este desacuerdo interno es el sintoma de un desplazamiento, pues donde antes reinaba la precisién ~el eapitalismo triunfé y la revolucién debe ser socia~ lisea~ aparecieron dificultades; estas se hacen evidentes cuando el Plejinov eco- nomista intenta definir «el orden existente>. Desde la aparicidn de El Capital, fos marxistas tenian dos formulas para defini la economia y, mas ampliamente, la sociedad que precede ala «formacién capitalista: para Europa, Marx hablé de formacién feudal, y para el resto del mundo, prefera la palabra «precapitalis- ta». En los dos casos, las formulas presentaban la ventaja de ser claras al definit cel objeco en el mazco de una teoria evolucionista de la historia, y con ello hacer del capitalismo a formacién capaz de integear al mundo, ala vez.que tambien era 148 © Claudio. ngerflom 1 inico terreno en el que se podia inseribir el objetivo socialista a la orden del dia, Pero... Plejénoy evita cuidadosamente cl empleo de esas formulas y escribe: <«Vemos que el desarrollo del eapitalismo acarre6 consigo no s6lo la ruina definitiva dela economfa campesina {..] Hla mina- do las bases de fa autocracia y suscitado la emergencia de clases amadasa sepularla [..] Esla negacion completa de a estagna- ci6n asidvica antafio rasgo distintivo de Rusia. [..] las relaciones internas en Rusia son similares a las de Europa occidental [..] El viejo régimen econdmico se deshace como un castillo de car- «a [-.] nosotros, los enemigos del orden existent hacemos pie Nicestro tiempo llega En consecuencia, el revolucionario tiene un objetivo claro: concientizar ala clase obrera y provocar la revolucién anticapitalistay socialista, El joven Ulidnov de los afios 1892-1894 comparte el diagndstico econdmi- co de Plefénov: el capialismo triunfé plenamente en Rusia. En consecuencia, fa palabra «campesino» figura entre comillas en sus escritos ycon signos de inte- rrogacién; un nuevo paso en adelante de la téeniea y el campesino se transfor- ‘mari en obrero."' Uliénov no desconoce la existencia de campesinos, pero pien- sa que colectivamente, el «campesinado» no tiene intereses en comiin y est proximo a su desaparicidn, por lo que llega incluso a usar la palabra «mito». La diferenciacién dél eampesinado ya ha avanzado tanto que no se trata de una clase, su existencia es s6lo juridica, por lo tanto se trata de un estamento.” Los vestigios de la servidumbre existen en la economfa como en las relaciones de cla- ses, pero son moribundos y desaparecerin junto con los restos del campesinado, Siel capitalismo atin no los destruyé, se debe a que no terminé de desarrollarse.* Volvamos al iltimo fragmento citado de Plejnov pues es limpido: el «asia- tismo» ha sido definitivamente superado por el capitalismo. Pero, ereinta pi- ginas antes, ese mismo folleto comienza con unas lineas que Chernyshevski y Dobroliubov hubiesen firmado sin dudarlo: «casi la mitad de la Rusia europea y una parve de la asistiea han sido golpeadas por una terrible calamidad [la ham ‘bruna, Nd] yen vano buscarfamos un fenémeno similar en la historia moderna de Europa Occidental. Sélo bajo los despotismos barbaros del Asia bérbara son posibles fendmenos tan indignances».® Entonces, cabe preguntarnos: para el El Revolucionario Profesional » 149 Plejinov de 1892, zRusia es un despotismo asidtico o una sociedad burguesasi- mila la occidental? Qué revolucién al orden del dia? Ese vaivén refleja la dficultad de defini las relaciones entre la estructura social y econdmica agraria rusa ~que incluia un sector eapitalista y otro dominado aun pot relaciones de facto serviles-,y el capitalismo, coneebido como una época en Iahistoria, Esta dificulead parece no existir en Ulidnov puesto que, en su vision dela economia, ignoraba el papel del terrateniente inserto en una relacidn de cla- ses tradicional heredada de la servidumbre 0 lo consideraba un vestigio que po dia no ser tomado en cuenta, «La contradiccién social y declase> esa misma en todo el pais, tanto en Ja ciudad como en el campo: porlo tanto «la tinica forma de resolverla es la Icha de clase entre el proletariado y la burguesta>.** En con- secuencia, la clase obrera esa absoluta y tinica referencia para un marxista rus Plejanoy, como vimos unas lineas més arriba, oscila entre sociedad burguesa y despotismo asiético, pero disimula la dificultad con un discurso econémico marxista ortodoxo. Empero, esa dificultad provoca un desacuerdo profundo ‘entre su diseurso econémico y su reflexién politica; en ésta no hay huella alguna de una actividad al servicio exclusivo dela clase obrera. Al contratio, la referencia es Rusia encera; Plejénov retoma una consigna central del programa de Naro- dnaia Volia en un lenguaje que apela a las més antiguas tradiciones nacionales como el llamado a una «Asamblea de la Tierra» que deberia autoproclamarse constituyente segiin un esquema que recordaba a la Revolucién francesa.’ La Asamblea debe tomar la defensa de los intereses campesinos.” Recordemos que, en a interpretacién marxista la Revolucién fra agtiella que habia terminado con el feudalism. En 1883, cuando adhiere al marsismo, Plejénov piensa que era posible acercar las etapas democritica y socialista de la revolucién si la propaganda del partido en los medios proletatios era lo suficientemente exitosa. Pero, toda su fuerza polémica estaba dirigida contra las ilusiones de una conguista répida del ‘poder por los socialistas,y ponia el acento en la diferencia de las dos etapas. La revolucién democritica llevaria ala burguesia al poder y esto serviria alos intere- ses de los proletatios, pero para ellos era una causa ajena. Nueve afios mis tarde, «en medio de la hambruna, la democratizacién sigue siendo una etapa previa, la aera la revolucién burguesa, 150 © Claudio. ingertiom isin de otra clase. Sin embargo, aparece més como un supuesto tedrico en un plano histérico general, que como una linea politica propuestaa los n Elimperativo moral ‘Se asoma una novedad, que en Ia estructura de su discurso parece como mar ginal, pero que no dejé de sorprender a sus lectores. Plejénov insiste sobre la obligada participacién de los militantes en la lucha por evitar la repeticién de las hambrunas, y acompaia su insistencia con un imperativo moral reiterado: «esta actividad es ahora moralmente obligatoria (naestvenno obiazatelnoi) y politicamente necesatia>.” La novedad perfora el dagma cuando Plejénov pone en escena Ia écica, como si el ex populista grtase en medio del drama que no se podia ser indiferente ante canto suftimiento, y que la ética era también un ctiterio para lamarse socialista, Fste era un lenguaje nuevo pata los militantes social demécratas, mis inesperado ain, porque su autor erael mismo que tantas veces les habia exigido que se dejen guiar solo por el andlisis de la economia y de las relaciones entre las clases. Sin embargo, la responsabilidad moral referia 2 otto registro ~precisamente el que habia comandado aquel sacificio de dos generaciones de revolucionarios-, basado en un lenguaje mas pr6ximo al clisico y conocido sentimiento de culpabilidad de lajuvencud de origen noble frente al pueblo, o al idealismo politico, que a su formula preferida: «la ciencia, la ciencia severa e imparcial>».® dla patria o la clase obrera? En este nuevo lenguaje, los «deberes» del revolucionario ante la clase obrera son situados en el mismo plano que los deberes ante el pais en general. Es més, Plejinov cita como ejemplo alos «decembristas>, los nobles constitucionalistas que se levantaron en 1825 contra Nikoldi I: «todo aquel que no quiere, como decia Ryleev deshonorar en el momento fatidico la dignidad de ciudadano», debe luchar contea las causas de la hambruna.® Cuando Plejénov agita en sus lectores «la consciencia de los deberes civicos» choca con la concepeidn, que €l mismo més que cualquier otro habia conteibuido a difundie en Rusia, segin la cual [a clase obrera era la inica referencia para un socialista. Cuando exige a los militantes revolucionatios ~que se reconocen en el marxismo~, pensar en tdiminos de «pattiay, va a contrapelo de uri cierto Manifest comunista que 1Revolucionario Profesional » 151 todos habjan lefdo, Pero, agrega, para luchar contra la hambruna solo se necesita set «chonesto».* Los propésitos sobre la «patria» ylos «deberes civicos» no estén aislados. Por el contrario, se insertan en la misma pagina enere la referencia al Asia biebara y despot seguir el ejemplo de la energia de otros sectores de la sociedad Ilamados «libera- referencia que los significa, y el llamado a los revolucionarios a Jes» que organizaron la ayada alos hambricntos. Silos sacrifcios ylaenergia de los socialistas son inferiores alos de los liberales, concluye Plejénoy: «a partir de hoy los socialistasrevolucionarios rusos no tendran el derecho moral de llamar- se los defensores mas intrépidos y mas activos de los intereses populares.» EL cambio de discurso fue tan significative que Plejénov se vio obligado a eseribir un nuevo texto cuyo subtitulo indicaba a quien se divigla: Carta a los jévenes camaradas. Alli leemos: «me han escrito de Rusia que algunos jévenes cama- radas han sido desagradablemence sorprendidos [por el folleto anterior, NAA], vieron ali una renuncia ala lucha de clases» * Prosigue explicando la necesidad de una alianza con la mayoria del campesinado y anticipa: «estas palabras van a sorprender a mucha gente». Posteriormente, Pavel Akselrod ~defendiendo las tesis de su camarada Plejinov- escribe que sélo un malentendido explica que la smayorla de los militantes de origen populista no hayan adherido al grupo mar- xista luego de los textos de Plejénov, y reeuerda que muchos jévenes socialde- sécratas en cambio estaban en desacuerdo.™ Ya vimos que uno de estos ilkimos era Uliénov, puesto que a sus ojos toda cuestién econémica o politica debia ser evaluada en funcién de su utilidad para la clase obrera.” Asi, en 1894 Ulisnov sigue en una posicién ran Iejana a lade Plejfnov que en su polémica con Mijai- lovski ~quien generalizando acusaba a los marxistas de «quedarse en la posi- iG de meros espectadores» de los suftimientos campesinos-, le respondié que cfectivamente, los marxistas jams comarin partido en los conflictosinternos a la burguesia -léase campesinos pequefios o grandes propictatios-, y ance ellos siempre serin meros «espectadores».*” Marx en Europa, pero en casa. JLos marxistas que protestaron contra el texto de Plejinoy ~entre ellos no esta- ba Ulidnoy~ lo acusaron de retornar a posiciones populistas.* En realidad, Ple- jéitov pensaba con las mismas categorias que Marx ~ «economia», «clase», y estaba convencido que solo el triunfo del capitalismo era capaz de insertar a 152 © Claudio S. ngerfiom Rusia en la historia europea coneebida como el je central de la historia. Pero si recupera el lenguaje de sus predecesores -inmovilismo asiitico, barbatie~ es Porque en 1892 considera que transformar las «condiciones sociales» equivale a silir de-un cance hisérico que perpetia la estagn: oriental, para sumarse entonces a la sociedad de clases occidental. Para los marxistas, recordemos que parcialmente también para Herzen, Occidente era el ejemplo del desarrollo eco némico acompafado armoniosamente por la constieucién de las clases sociales y la lucha entre ellas que conducirfa al socialismo. El progreso social iba de la ‘mano con el desarrollo ccondmico, pero es dicha visién de la historia occidental Jaque le plantea un problema terico a Pejénov ya que constata la ausencia de esa armonia en la historia rasa. Escribe entonces una frase que inauguta una nueva ‘etapa en el pensamiento marxista: «La europeizacién econémica de Rusia aportard la europei- 2acién politica. Desde el punto de vista eeérico esto es indi ‘cutible. ¢Quién ignora que la constitucién politica de un pais resulta de sus relaciones econdmieas? Sin embargo, la actual realidad rusa nos obliga evidentemente a dudar de la exactitud deste postulados.® Es mAs que una simple «duda, es un problema, y doblemente tedrico. Por un lado, Plejdnov abre un debate que un siglo mas tarde estaré en el centeo de los studios poscolonialcs: los limites de las ideas europeo-occidentales a vocacién tradicionalmente universal Por otro lado, es una interrogacién teérica, y ella ex- plica por qué Plejinov lama a cambiar Zodo el régimen social. En este sentido, lo 4que el marxista Plejénov cuestiona, como Chernyshevski, pero treintaaiios més tarde, es toda la espontaneidad histivica rasa Pues bien, comienza a precisarse aqui la misién del revolucionario marxista ‘Rusia: la revolucién politica no tienc limites porque la clase obrera es i tiniea que puede dirigir la transformacion; «ella estd destinada a jugar el papel més europeo en la vida politica rusa>. Observemos la terminologias clase obrera, Europa, Rusia. Asoma aqui la problemstica tradicional del pensamiento raso del siglo XIX, y quc los marxistas habfan creido superada: la de los tipos de historia. Pero, en matxista, Plejénov designa aa clase que podria unificarlos. Por ahora, Ulidnov esti lejos de la innovacién tedrica de este Plejinov que en el pasaje citado enuncia que la economia y la politica en Rusia son dos es- £1 Revolucionario Profesional » 153 {eras relativamente auténomas. En 1894 Ulisnov no distingue entre economia y sociedad como tampoco reconoce la problemitica de los tipos de historia. Con- ceptualiza el desarrollo de Rusia de tuna manera tan general que bajo su pluma| clearictertnico del desarrollo capitalista mundial aparece como una evidencia.| El paralelo con Europa Occidental es explicito: «Rusia sigue ese mismo camino} capitalista», y esa es la respuesta «definitiva a la pregunta sobre el capitalismo| en Rusia».** En contraposicién, mientras que Plejénov reflexiona en términos detiposde historia, Ulidnov cuestiona el poco tiempo que tuvo el capitalismo cn} Rusia para desarrollarse; lo que en el siglo XX se llamari el «atraso» o el «sub- desarrollo» Por lo tanto, Ulidnov insiste en que la supervivencia de focos de produccién y de relaciones sociales heredadas de la vieja Rusia, se explican por el corto plazo transcurrido desde la abolicién de la servidumbre en 1861. Lo que no era posible en tiempos de Chernyshevski ~Ia emergencia de actores sociales cspontineamente capaces de iniciativa~, ya no esta a a orden del dia, porque el capitalismo .° Pocas piginas mas adelante: «Toda la historia y toda la politica interior de Rusia atestiguan que la misién de nuestro Estado en proteger iinicamente a los terratenientes poseedores de siervos y ala gran burguest[..] Y naturalmente esta ¢s su misién natural porque ef absolucismo 154 © Claudio S.Ingerfiom y la burocracia estin totalmente impregnados hasta la médula pore espiritu servi y burgués y que, en el dominio dela econo- mia reina y gobierna exclusivamente la burguesia>." La diferencia entre los dos pasajes de un mismo eexto es neta. El primero comes: ponde al diseurso econdmico: si soda Rusia es eapitalista, su Estado es burgués Entonees, zpor qué introducir al rerrateniente con sus sievos y al espiritu servil que rompen la coherencia de la afirmacién anterior? Las ilkimas palabras ibran la respuesta: sila burguesta no comparte el poder econémico, :0 ¢s que el po- dee politico ~en cambio~ esti compartido? La sensibilidad politica de Uliénov fisara la caherencia de su discurso econémico. Volvamos a este iltimo para es- crutarlo desde la fisura politica. Ulignov, como ya vimos, menciona los vestigios de la servidumbre, pero para agregar inmediatamente después agregar que son. moribundos y que s6lo subsisten porque el capitalismo es todavia muy joven. Pero prestemos atencién, porque esa tesis general ~que domina todos sus es- critos de la época~ se acompatia de otras frases menos frecuentes, y que pasa. nds inadvertidas quizds porque suenan como meras denuncias, Ulidnov escribe: «esos vestigios son “poderosos" y el capitalismo agricola (..] no recubre todas las relaciones econémicas y sociales en el campo. A su lado subsisten relaciones, de servidumbre en el dominio econdmico [..] y mas atin en las esferas social, juridica y policica».°* Nuevamente, estas afirmaciones entran en contradiceién frontal con otras como: «la explotacidn de toda la poblacién trabajadora en Ru- sia es por su esencia una explotacién burguesa».® Por otra parte, se sittan en un contexto particular: Ulidnoy esta analizando Ia «reflexién de nuestros antiguos [enel sentido de predecesores (prezhnyj) NdA\ socialistas».* Al mismo tiempo, Ulidnov reconoce que existen «formas scrviles de explotacién> porque el capi- talismo, incapaz de someter al obrero simplemente comprindole por su valor su fuerza de trabajo, lo aprisiona en una red muy firme de prestaciones usureras. Aqui lo que nos interesa es el encadenamiento de sus ideas: evoca el socialismo ruso premarxistae inmediatamente indica las insuficiencias del capitalismo ruso Examina el populismo como un sintoma de la realidad, ya que: «hay que expli- car la ideas “populistas, mostrar su base MATERIAL [las maylisculas son de Ulidnov, NdA] en ls relaciones econdmicas y sociales actuales», y prosigue con ‘una descripeién de las relaciones agrarias en la cual subraya los aspectos extrae- conémicos y precapitalistas™ Continia explicando las ventajas que presenta el capitalismo: el obrero puede pensar, lanzarse a la lucha de clases y dejar atris la ElRevolucionario Profesional » 155 sevuelta desesperada, De esta manera, argumentaba por coneraste que cl espacio agratio ruso desconoeia la lucha de clases como las relaciones sociales eapita- listas. Salteamos unas paginas, y vemos que cuando afirma que una vez mds el populismo se explica por la realidad rusa, resbala hacia un razonamiento que, cn contradiccién flagrante con su discurso econdmico, seesferza por superar la insuficiencia mayor de este dilsimo, a saber: el pasar poralto la especificidad rusa, Habia teafirmado que los marxistas siempre serin meros espectadores ante las cuestiones que interesan a la burguesia, pero here aqui, que exige de ellos que ha- gan suyas cuestiones alas que «sélo os pequefios burgueses pueden atribuir una importancia particular», les pide apoyar medidas que «no tienen nada de so- cialiseas», y reivindicaciones burguesas que deberian si satisfechas «contribuir a desattollar ain més répido> el capitalismo.” Es precisamente en medio de esos propésicos sobre la politica socialdemécrata, que nos enteramos de la existencia en Rusia de «dominios de grandes tereatenientes» que constituyen un «baluar- te» dela servidumbre, La irrupcién de los excluidos del discurso econémico se explica porque le patecen estar en relacién con las dificultades de la clase obrera éta no puede triunfar sin aliasse a la «democracia radieal>> y «al proletariado del campo, o sea, al campesinado que ahora aparece como reniendo intereses en comin, contrariamente a lo afirmado por el discurso econémico. Pero habia sun problema mayor: esos aliados no estaban en condiciones de luchar, ya que los Famosos vestigios de la servidumbre les impedian accedera una conciencia poli- tica. Entonces, habia que democratizar. Peroen 1894 domina un enfogque utilita- rio dela cucstién, pues la eliminacién de los vestigios precapitalistas es indispen- sable solo en Ja medida en que la clase obrera lo necesia para organizar su lucha contra la burguesia.* La democracia no es un objetivo en si mismo, y no tiene la dimiension tedrica que autores como Chemnyshevski y Plejinov le atribufan, no cs mis que una etapa previa a a victoria final. Pero, aun asi, la socialdemocracia no podia ya, como lo exigia el discurso econémico, ocuparse exclusivamente de Ja clase obrera, La dimensién tedrico-politica de la democracia El contraste entre la concepcién de la democracia en el Ulidnoy de 1894 y el Plejdnov de 1892 ¢s irrecusable, Frente a la catiscrofe, y reflexionando sobre sus causas, Pejénoy concluye que los intereses del desarvllo socal general son Ja prioridad para un revolucionario uso. En otras palabras, silo traducimos en 156 © Claudio. Ingefiom términos politicos, el imperativo moral significaba que toda aecidn tendiente a destruir el «despotismo barbaro» y democratizar al pas es prioritaia, respecto de cualquier consideracién sobre lo que es 0 no econdmicamente progresisea La democratizacién no es un simple momento previo que permite al proletariado organizarse politicamente para hacer la revolucién, sino pate integrante de la razén de ser de un revolucionario, Reaparece aqui la dualidad de los héroes cher- nyshevskianos: democriticos -seres ordinarios de la sociedad europea, y revo- in Plejénov, la dualidad concierne la revolucién: cémo articular Jucionarios. democracia y socialismo si el punto de partida de la democratizacién es claro, pero el de arribo no lo es, puesto que el agente que democratiza es «nacuralmen- te socialista? Elérmino «democratizacién» ha sido tan banalizado que, cuando se lo lee bajo Ia pluma de un dirigente revolucionario, se pierde de visea lo que significaba a fines del siglo XIX en Rusia. En una lectura ahistérica se lo puede, por ejemplo, leer como una reivindicacién utilitaria esgrimida por los revolucionarios para sgozar de mas facilidades. Pero, una lectura que respeta la historicidad del concep- to «democracia» deja ver que el contexto despético le atribuia una dimension, tedrico-politica: la transformacién del movimiento objetivo y espontineo de la historia rusa, gracias a una accién politica revolucionaria que debia desembocar cn Ia integracién de Rusia alla historia europea. La ausencia de una parte importante del vocabulario con el que Marx habia conceptualizado la historia, as lismo asiético y dinamismo social a la europea, revefan en el Plejénov politico ‘una preocupacién inscripta en Ia linea de pensamiento de Belinski, Dobroliu- bo y Chemyshevski: gcémo construir una sociedad en Rusia? La autonomia de Plejénoy en su reflexion politica con respecto a su razonamiento puramente -omo la presencia de Ia oposicién entre inmovi- cconémico, y ala letra de Marx, crea un espacio nuevo para los revolucionarios. Una parte de la socialdemocracia rusa podré, entonces, sali de la inereia engen- dtrada a partir de la conversién al marxismo del grupo populista en 1883, y de su Tectura de Marx independiente de la realidad rusa. El Plejénov politico levé a la socialdemoeracia rusaa no considerar ninguna cuestin ligada ala democratiza- cin como extranjera a la tarea revolucionaria. Mas tarde eso significard que ningiin aspecto social es ajeno a los que se consideran «representantes de la clase obrera>. El pensamiento marxista de la década que separa la hambruna del :Quié Hacer? de Lenin se buscari en el surco trazado por Plejinov en 1891-1892. El Revolucionario Profesional © 157 Hacia la subordinacién de la economia a la politica ‘Vimos que lareflexién politica de Ulisnoy, obsesionado por ausencia de lucha, se revela capaz de inmiscuirse en su discurso econdmieo al atribuir alos vestigios un papel importante. La fisura se ensancha répidamente, ya que al sostener que Jos intereses econdmicos no estén claramente diferenciados, comiena aatribuir aquellos vestigios una funcién no desprectableen la economia. Aqutel discrso econémico, espoleado por la sensibilidad politica, comienza progresivamente a evolucionar; al interior de éste, Ulidnov piensa el capitaismo en términos de estadios. Sin embargo, en tres oportunidades, cuando evoca los vestigis en co- nexién con ls teorfas populistas y sus propias preocupaciones politicas, Ulisnov invierte la explicacién de la relacién entre vestigios y el capitalism. ;Ya no es as el insuficiente desarrollo del capitalismo ~debido a su poca antigiiedad en Rusia~ el que explica la existencia de los vestigios de Ia servidumbre, son éstos tilkimos los que impiden al eapitalismo desarvollarse! ««La economia capitalista frenada hoy por una “tutela” excesiva, por vestgios, por tributos servile, por la sujecién de los campe- sinos ala terra [..] estos vestigios medievales que condicionan Ia estagnacidn politica y econdmiea ...] Las instituciones de la servidumbre [..] mantienen el capital en sus formas medieva- les El reconocimiento del rol econémico de los vestigios es un momento esencial en ese razonamiento que comienza —Ulignov es un joven de 24 afios~a percibir Jas particularidades rusas, a pesar de un diseurso econdmico que asimila por el ‘momento la historia contemporénea rusaa la de Europa occidental. Un deslizamiento similar ocurre con respecto a los intereses de la clase obre- ra que constituyen ~en el discurso econémico~ el punto de partida y legada de toda reflexi6n, Pero traducida a la politica esa concepcién pone en criss las certitudes del autor, puesto que lejos de ser la iniea referencia obligada, la clase ‘obrera comparte con el campesinado la atencién de los socialdeméeratas. Pero hay algo més: la primacta de lo politico deja lx puerta abierta para cuestionat las bases tedricas sobre las que trabaja el joven Uliénoy, es decir su concepeién del ‘ol del capitaismo en la historia rusa y la relacién entre la espontaneidad histori cay la accién revolucionaria. El eriterio para juzgar al capitalismo es politico. El - es progresista porque: 158 © Claudio. Ingefiom «ha descruido las antiguas condiciones de vida, generadoras dle torpeza mental y que no permitfan alos productores tomar «en sus manos su propio destino [...]sélo el capitalism cxeé las nes que hicieron posible la protesta del individuo [..] La politica “razonable” es la que no frena, sino que desarrolla al capitalismo (..] porque ella [..] eselarece la xazdn de aquel que es el tinico que puede cambiar la sitwacién y le desata las Aqut estamos en terreno conocido: si Ulidnov insiste sobre el capitalismo ruso 5 porque reacciona ante una problemética que ninguna generacién de revolu- cionarios rusos pudo evitar. Ulidnov la considera superada, pero solamente en la medida en que el capitalism juegue en Rusia el mismo rol que en Occidente. De «sta manera, inesperadamente, reaparece bajo su pluma el vocabulario politico tradicional de los antidespéticos rusos; «el ultraje asitico de la persona [.} es permanente». En otras palabras: le llegé el taro al joven Ulisnoy de estar attapado en el dilema de Plefinoy ~edespotismo asitico o sociedad burguesa occidental? y perceptible en Narodnaia Vola evando en la carta a Marx define a Rusia como el «reino de as tinieblas bizantinas y del desporismo asidtico», pero, en el Programa evocaal mismo tiempo al «Estado burgués» que mantiene su dominacién en forma similar a la de los mongoles del Genghis Khan don nando a la antigua Rusia. Por lo canto, el capitalismo es algo mas que un meto hecho econdmico, po- see tina dimensién social y no se justifca sino la realiza. Cualquier duda sobre un posible incumplimiento de su funcién deberd acarrear modificaciones profan- das en la logica de Ulisnov, Sil capitalismo logea cumplir eon su funcién, no ha- bien el plano politico ninguna novedad tebrica con respecto ala experiencia de Ia socialdemocracia alemana. Si, en cambio, Uliénoy es levado a considerar que cl capitalismo fracasa socialmente en Rusia, la interrogacién de Chernyshevski y Dobroliubov se actualizars y la respuesta clisica socialdemderata ya no seri vie lida, Pero en 1894 no estamos todavia ali, Primeramente, porque la légica de la ‘obra cle Marx en la Keetura que hace Ulidnov funciona como un velo entre ély la historia rusa. En segundo lugar, porque sus canocimientos del capitalismo raso son todavia muy elementales. En esas condiciones, la misién del revolucionario reside por ahora sélo en la «ayuda» a la clase obrera. | ElRevolucionario Profesional » 159 Noes 1 Sobre la proximidad entre Nardi Voiay el marsismo, vet‘. Shani, £1 Mare cardio y la fa usa, Editorial Revolucién, Madrid, 1990, passim: C, lngerlom, Le Citoyen imposible. Les rines user éninone, Payot, atis, 988, pp. 131-135; AL, Reuel, Ruska elomamiches- ua myst 60.703 gadov XIX ve i marksizm (El pensamiento econémico uso en las décadas 1860-1870 ye marxismo), Mosei, 1956, pp. 348-363; V. A. Teardovskaia, E/pypuiome rao, Siglo XXI, México, 1978. 2 «da ewestién diflell que debemos resolver esl siguiente: en el continente la sevolucién es Jnminentey toma ambign insediatamentc un cadeter socials. En est pequeto rinedn no yaa sr accsaramenteapastada, dado que en un sector mucho mds vaso, el movizlento de Ta soviedad burguesa s todavia ascendiente?», Carea de Marsa Engels, 8 de aceubte de 1858, en K. Mats, E Engels, Conespondance, Pai, 1975, somo V,p.225- 3. Lacompilaciin ms completa (810 paginas) de los trabajos donde Marx y Engcle se referen 1 Rusia, dela correspondencia entre ellos dos y con los rusos es K: Marks, F Engel i evoliar- sionnaia Rosita (Mars, Engels la Rusa tevolucionaria), Mosc, leddatelsvo polcicheskot literatury, 1967. Consulta igualmente Russie sooremenniti o K. Markse | FEngelse (Marx y Engels en los recuerdos, consespondenciay arcculos de sus contemporsincos ros), ada telsvo politichesko lneracury, Mose, 1969, 336 p., Un mtonogrfia may erudita sobre ls tclacones personas e idoldgicss entre lo rsos y Marx desde la décsd 1840: S.S, Volk, Karl Marks i rashie obscbestvennye diate (Marx y las personalidades de a sociedad eusa), Idatelstvo Nauka, Mose, 1969, 216 p. En espaol, la excelente compilacin ya ctada (iy lfc de encontrar!) de Teodor Shanin pero que habia que ampliaryreeditar. 4 Dos volmenes cuidadosamenteeditadosreinen los documencos dl «Parti socal-tevo- Iucionaioruso Narédnata Voia» (nombre completo dela organizacién) y una considerable cortespondencia entre sus nlembros: Rvolasionnoe Naraduchevo Semidesaye godow XIX seka (1 Populsmo revolucionato de los as 70 del siglo XIX), cdc prepara por SN ‘Valk SS, Volk B.C. Irenbergy Sh M. Levin tomo I (1870-1875), Nauka, Mose, 1964, 530 tom I (1876-1882), Nauka, Mosei,1965, 472 p. En espaol ver los estulos de F. Vent El popu rao ci: V. A Trardovskaia, El ppulisna. cit, Narita Vlia nacié en 1879, euro dela eacsin de Zemin Volis (Tiere y Libertad). Sus miltances se opusieron al bakunismoy prorizarom la acct pola. Convencidos dela imposibilida de loge la de- ‘mocratizacin por medios pais y en reacin als cxacciones delasautoridades,cligicron ‘como métedo politico el error contra los avtresdecichasexaccones y cont clan, pensan sdoque su arcsinato provocarl elquiebre des carisma yuna insureccién populas Eléxito del szentado de 1981 contra Alejandzo Il fue el principio de a derrota politics La ongenizaciin fue descabezada, Ella e regia por un principio éco que jugabs conteas crecimiento: «lo los dlrgentes desu comitécjecutivo patticipaban en acciones que suponian poner en peligro sus vids; se prohibl compromete en ella ritantes del ase 5. «EI Capital echoy un sro de cabecera dela gonte ct» en Resa esribe el Comité geci- vode Narédnaia Voli a Marx el 6 de noviembre (nuevo calendario) de 1880, Hl orignal ruso, «serio por Andrei Zheliabor fre publieado por primera veren 1917 en la zevista Bylo (El ps sada}, im I, Pezograda, 1917, p. 54, El original rus yl versinenvinda a Marx, en francés, 160 © Claudio. ingerfiom . Por ejemplo: «La supresin [.] de toda as rabas medievaes..] lees absoluramente nccesria an clase obrera pat faciitale Ia lucha contra el rgimen burguts, [Es exo aada mis, Sol los burgueses pueden olvidar que dems dels intereses soidavos del

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