You are on page 1of 176
| CATULO [Cavo Vacerio Caruto] POES{A COMPLETA EDICION BILINGUE Traduccién, notas eintroduceién: Lfa Galin couture €cLASICA [Catulo, Cayo Valerio Poesia completa ~ 1° ed, 1° reimp. ~ Ciudad Autonoma | de Buenos Airas : Colihue, 2013. "352 p. 3 Lx12 em. (ColshueClasica) ‘Traduecion de: Lia Galin ISBN 978.950-563.040-0 1. Poasia latina. 1. Galin, Lia, protog. 11. Galén, Lia, rad. 111, Tralo cpp s7t Coordinador de coleccién: Lic. Mariano Sverdloff po deproduecdn ioral: Leandro Avalos Bacha, Vanesa Fe inate, Pablo Gauna, Jan Pablo Lavagnino y Claudia ipovety. Diseso de tapa: Estadio Lima+Roca “Todor ge derechos reserva, Exepulcaton no pusdeseraproductd,ttloparcalmente ok fegideudsen.otrnmmiigeporunsmtemaderecoperca de van Fermacin.cwningunsformaniporninginmedioseamacanica, SSS Fexaquicn,eectrdnlco, magnésco, cectraspseo pr taco ‘eualgutr or, sin prio previo por ever des evi Solas avtoraalaeprodureon dela topaconrtapa y gina 7 Aelegulese indice completes, dela present braexchaivarente purses promocondes ede rgiatie Mblogsten. ISBN: 978.950-563-040-0 © Baiciones Colihue SRL, ‘Av. Diaz Vélew 5125 (C1405DCG) Buenos Aires - Argentina worwcolihue.com.ar ecolihue@colihue.comar Hecho el depésito que marca la ley 11.728 IMPRESO EN LA ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA, INTRODUCCION Vina ¥ opra pe CaTULO Nonicias siocrieicas lomo ocurre con la mayorfa de los escritores antiguos, los datos biogréficos de Catulo son escasos y en su mayor parte extraidos de la propia obra del poeta. Las més antiguas noticias han sido transmitidas por san Jerénimo, quien en sa Grénicaconsigna: Gaius Valerius Gatullus scriptr ricus, Vronae nascitr (6C. Valerio Catulo, escrito lirico, nace en Verona»), cen el 87 a, C, Mis adelante, en la anotacién correspondien~ te al ao 58 a. C. apunta: C Catullas XXX aetatis suae anno Romae moritu# {«C. Catulo alos treinta afios de edad muere en Rome). Los bidgrafos han corregido, sin embargo, estas fechas con un criterio que puede resultar cuestionable y es el deaceptar que, en efecto, Catulo vivié treinta afios. Asi, se ha fjado su nacimiento en el 84 a. C. y su muerte en el 55 0 54 aC, yaque en los poemas hay menciones que corresponden inequivocamente a fechas posteriores al 58: por ejemplo, las campaias de César alas Galias La familia de Catulo gozaba de una excelente posicién social y econdmica en Verona; su padre posefa una finca en Siemine, 2 orllas del lago Garda, y freeuentemente recibia. Ja visita de Julio César, segin el testimonio de Suetonio, quien 1, § Jerinimo, Chroniton p. 232. 2. S Jesdnimo, op. et, p. 236. we Us cava cera un hugsped habitual de la casa (Aaspitigue patris cis, sia consweat, «con la hospitalidad de su padce, como habie. acostumbrado»). Pese a esto, Catulo es abiertamente hostil a Julio César y le dedica poemas que van desde la ionta y el descién hasta le declarada injuria, en especial por su relacién con Mamurra, un oscuro personaje del circulo cesariano al que el poeta acusa de corrupto y malversador. Si bien no hay datos precisos acerca de sus estudios, Ca tuo revela una elevada educacién, propia de los jévenes de la nobleza, con un amplio conocimiento de la cultura griega y romans, Su establecimiento en Roma, ciudad en la que ppasaré la mayor parte de su vida, es probable que obedeciera al propésito (0 al mandato familiar) de seguir el tradicional cursus honorun, una carrera politica cuya culminacién sig- nificaba aleanzar, [o largo de los afios y de los sucesivos, ‘eargos ascendentes, la dignidad senatorial. Nada de esto sin ‘embargo, ocurre, Catulo, como sucede con otros jévenes de su generacién, se mueve en el circulo del patriciado romano pero desdeiia tanto la vida politica como la militar y se dedi- caa la vida de atte y placeres que su privilegiada condicién socioecon6mica le permite, ‘Losdatos que completan su biografia se organizan a partir de su obra, En varios poemas, Catulo hace referencia la muerte de su hermano, enterrado en Troya y cuya tumba visita el poeta con motivo del viaje a Bitinia. También se pueden encontrar menciones de personajes hist6ricamente identificables, marcados por la polarided amistad-enemistad que abunda en sit poesia. Pero lo que ha grabado en el im: ginario de nuestra cultura el nombre de Catulo es tu historia Vln Catton, o qu ib wri de Meme pete signa ington iin tt econ cade de a ae depos pat ei, seat ener a peur Sacto Deus lt ‘ato fay dutade suse reece al tasme Gato, por su mencin de fos everson aera dediads a Mama serropucadn ve amorosa con Lesbie, nombre poético de Clodia, hermana del teibuno Publio Clodio Pulero y casada con Quinto Meteo Céler (pretor en el 63 a. C., gobernador de la Galia Cisalpina en el 62, consul en el 60, que murié en el 58), perteneciente ‘una noble familia romana, la gens Claudia, Los poemas de- (otium cum digniatd, vigente en los tiempos de Cieerén, comienza a relegerse del lenguaje politic, vaciado de su semiéntca civica y asimilado en laxelacion ‘ocio-lujo (otiem-Lexurig). Ya en Carlo (Carmen 51) se ve que el otien no es ati cum digntte sno que implica un nuevo tipo de vide, desligada de responsabilidades civiles y dedicads. por entero al amor y ala poesia, uma concepcisn que se consolidard cn los poetaselegiacos de la generacién siguiente, ‘Los costs, os crcl, tos conufuia se convierten en los cea ‘eos de la conversacién politica, donde se practica la oratoria, srraonucco x ylapoesta, Asi a vida de salén es ef corolario de li actividad Social en la que se impone la urbanitas(eurbanided) de modo absoluto, entendida esta como el comportamiento elegante de la metrdpolis, en oposicion a la «rusticidad (raticitas) caracteristica de los puebierinos 0 del ehombre nuevo» (komo awa et recién llegado a los selectos circulos del petriciade sgracias a su reciente-riqueaa o a su habilidad para ascender politica y socialmente. ‘Al-calor de la cultura alejandrina, Roma pasa del suefio de Tas conquistas de la constitucién juridica y militar del Estado y del trabajo de los campos, 2 los ensueiios de la pasion. La dorada iuuentus del siglo I a. C. propone, como centro de in terés, una mujer seductora y voluble: la femme fale ocupa el escenario, com algo de eso que siempre suenaa decadentistso porque presupone opulencia y fusuria interesante evolucion seméntica de la palabra, desde elujo» a eapetito sexual). La estrategia comienza en Catulo cuando presenta a Lesbia como arrebatadora mezcla de diosa y prositta, unade lsimgenes nds persistentes en tode la literatura occidental posterior. Asi el romano (o quien se declara tal porque comparte los c6digos urbanos, como Catulo}, con més tiempo y mejor disposicién para entregarse al ium, se erpapa de cultura sriega, particularmente alejandrina, que matiza la severa antitsis «matronas / eprostitutar (matrona / mereris) de la Roma arcaica con graciosas cortesanas de comportamiento ‘exético, y mujeres patricias que se comportan como cortesa- nas de sangre azul. Esta mujer, primero Lesbia y después sus sucesoras en le poesia elegiaca augustea, capturan no solo el interés de los ociosos jOvenes romanos, sino incluso su vida :isma, un movimiento que comienza en Catulo y que culmine excel lamado seruitium amoris(eesclavitud de amor») elegiaco, con la nocién del maximo dominio de la mujer y la subordi nacién proclamadamente servil del var6n. La elegia amatoria latina ~que Catulo inangura con el Carmen 68- representa x us cata una alteracién de las consignas que componen la sociedad romana arcaica y un recambio de los valores acreditados; testa alteracion significa no solo la adoption, por parte del enamorado, de actitudes de sumision caracterizadas como femeninas, sino de comportamientos femeninos equiparables alos masculinos. La Lesbia que presenta Catulo en los calle- {jones romanos 0 en los tugurios no se diferencia rmucho de Camerio o del mismo Catulo otiosus. Asi, estas mujeres que resultan dignas de poesia dctzepuellad) son presentadas como infieles y perjuras, engatiando cuando menos ados hombres, el marido y el amante. Por si lado, el poeta enamorado se sumerge en un dolor actual, sue y se tortura casi exclusive: mente por el amor, y proclama una fidelidad que envidiarian iitches matronas romanas. Por primera vez. aparece, como se ha dicho, Ia imagen de amor-poesia -0, como muchos, criticos lo Haman, el «amor romantico>- como centro de ‘una existencia masculina que contrasta asi con la concepci6n tradicional del wir bonus, cya maxima virtud se mostraba cen el servicio a la res publica, imagen que Virgilio repondré cen la Encda, Esta nueva imagen establece su dignidad en el sufrimiento emergente de una pareza interior que ye aparece ‘enunciada en el uile furiteregt (Carmen 76, 19}, dado que el poeta no se considera mancillado por intereses materiales ni ambiciones politcas, sino que mantiene sa obediencia, ser- vicio y completa abnegecién al amor y a la amada. El poeta yuede promunciarse en estos términos porque tiene con las dactaepuellas, esto es, porque ahora aparece un publica Femenino alfabetizado que resulta sensible e tales enunciedos. No parece ajeno al desarrollo de la poesia erdtica romana el hecho de que, hacia los ‘limos tiempos de Ia replica, las, mujeres hayan sido los nuevos lectores que esperan escuchar hablar de si mismos, remooucooy x ‘LesBlAa ¥ La BIOGRARA DE LA PASION Cusndo se aborda la obra de Catulo, es normal presentar, como marco contextual de su estudio, un prolijo relato de los turbulentos amores del poeta con Clodia Metela, cuyas alternativas apatecen reflejadas en los poemas con sugestiva precision. Esto, sin da, no es el producto de una simple lectura comprensiva sino el fruto de un estudio més o menos particularizado de la bibliografia ertia, que establece una identidad Clodia-Lesbia en sentido més o menos lato, y construye el relato aproximadamente asi: Catulo sun joven provinciano'de familia acaudalada que llega a Roma y, en vez de ingresar en un recomendable cursus hanorum, se deja arrastrar por sus conocides de la Rema Bene a una vida de ‘atinen. Como es sabido, otiunt quiere decir, aqui, activa vida social de fiestas, paseos nocturnos, amantes y placeres del intelecto, ie poesia, ya que en este ambiente juvenil no hay mucho espacio para la severidad de los filésolos. En una de esas salidas, el mchacho conoce a Clodia, una dama iberal y seductora, sefiora culta y disipada, a quien poéticamen: te rebautiza Lesbia -segiin un uso difundido en la poesia aznatoria~ para homengjearia en los versos de Safo, que se re-presentan para celebrar este primer y deslambrante en- cuentro de amor (C. 51). Aquf Catulo tiene una premonicién: sera destruido por el mismo otium que alimenta su pasién y 4 Exe somtido de ote que tesimoni a poesia de Cat y pot ‘ormente retoman fos poeaselegiacas,remte a restmameaion dolos eonceptos que ve prodce ena juventidcesaiana por watiae dun tempo dedcado aa aap ys parade tedcional sentido dsl ote lowfco,austero y meditativ que elogia Ccerdn. Par exe tema, veuseelvallono estudio deJ-M. And, Lesion dso vm dtinteletacromelng Pa, 1989. 5. Eos relatos sucen no face diferencias fundamentales entre Catal ? go poten y Caio / stor penton hie. a Us aan sus versos. En el ciclo de Lesbia, esto se confirma al cabo, conftiendo a la historia un tono de tagedia sentimental que hha deleitado a los lectores posteriores. Lesbia, por su lado, es una mujer patricia casada’, que engatia a su marido con fingimientos (C. 88) y que, en una casa prestada, se retine fartivamente con su amante (C. 68), quien no ha cesado de cantaele su amor (C. 7} impulsindola a latransgresién (C. 5). Sin embargo, ella no parece necesiter laliento del uiuamus.. acque amemus(5, 1) para gozar, pues es rivola, promiscua e inconstante, ycambie répidamente de amantes (C. 70, tc) Catulo la ama verdaderamente, con unt pasién auténtica que no distninuye ante engaies y destlenes de la mujer, sino que se acrecienta por la fuerza aniquiladora del deseo. Mucho menos consigue resignarse a su pérdida (C. 8, C. 2) y, para completar el cuadro de desgracias, muere el hermano lejos de Roma (C. 101, C. 68), Catulo cae en ls desesperacién y la enfermedad del alma (C. 76), por lo que recurte a los dioses para su alivio, exhausto ya de tantos padecimientos del coraz6n. Comprende, finalmente, que quella que cantare como diosa es una procaz buscona que se pervierte en los callejones de la ciudad, Generalmente se considera que el periplo sentimental ermine entre los poemas| 68 y 11, considerandose este el riltimo de la serie. EI C. 11 presenta lo que se entiende como adespedida definitivar, en los pauca sed non bona dicta, pocas ~no buenas palabras que adoptan la forma de un epitafio amatorio. Catulo disefia su historia volviendo al gusto por Safo y lige, para si y para su amor, la imagen delicada de la flor derribada por el arado, ofreciendo una visién final de la 6, Tiene como mascota un gorioncito, que al poco tempo muere ayy = que al poeo tempo 7 Al cabo, resulard ser solo uno de sus amantes, 1 nunc quadviet ongporti/ lbitmagraninas Remi gptes (58,45) srRopucioN xa amada que revela, con hiperbélicaelocuencia, su insuperable incomprensién dle Ja noble propuesta amatoria. En efecto, ellanno entiende la fineza del enamorado, que le propone un pacto eterno de santa amistad (aelemum hc santas fds ‘anicitiee,C. 109, 6), y prefer los desenfcenados y poco stiles placeres de la cupiditas Como toda historia de amor dotiente ¢ incomprendido, Ja de Catulo ha cautivadio el gusto de los lectotes posteriores, ue han identificado, sin ms al autor-Catulo con el o lirica presente en los poemas,ruina que se haejercitado con toda {a licica «personals o esubjetivar posterior, en especial con In elegia augustez. No ve tala, sin embargo, de um werroo® moderno llamado a subsanatse por nuevas perspectivas hermenéuticas, quizas mas esclarecedoras del entremado compositivo, Pr el contrario, hay dos puntos fundamentales| aque considerar cuando se analiza la cuesti6n: ‘A. Existe, con respecto a la hisioria de Catulo y Lesbia, una larga tradicién de leetura biografiea, que puede retro- traerse hasta la generacién inmediciamente siguiente a la de Catulo’. Los poetas elegiacos, en particular, validan, a ultranza la identificacin vida-poesia”, convirtiendo la historia en referente de privilegio para el disefo del caso amatorio, Hasta qué punto estos poetas suponian estar frente a la version poética de una historia féctica es muy dificil saberio. El hecho es que poetas como Propercio ‘Tibulo aceptan la convencién y Ia trabajan en distintos sentidos, elaborando productos nuevos, 3 Prop 2.3 45 (Awd at lem em impact Life OT 2. 1 438 ft ve la tat sap Catlin, faa Talia romer ct, Marea, Ep 1,9, te 10, Ea Catal hry, no obsane certo grado de diferencia etre pony poum cose lr eel 7100 (nme pie ici pane Fei an pte pointe iy ent 58 {an ssn de pm portant, wre tii wc x Un eacas B. Laidentificacion persona historica/ yo poético se eonstruye desde el texto mismo, por obra del sujeto discursive que ‘opta por el nombre del propio autor, cumpliendo incluso cl papel de dedicatario, como en el C. 8 (Miser Catull, desinas ingptir..).Catulo apela ana estrategia del discurso segtin la cual asume la autorreferencialidad de un «yo» {go que se presenta como individuo real, y que habla de Jos intimos sucesos de su persona provocando un «efecto de sinceridach"" que marcaré decisivamente a Ia poesia clegiaca posterior. Esta propueste estética habilte solo, @ nuestro entender, para aceptar nticleos tematicos de privilegioe interés por tra bajar en el orden del arte con el material de las emociones, n0 pata inferr, con excesiva insistencia, una historia dificilmente docummentable del siglo Ia. C. através del testimonio de los, poeimas Sin embargo, Ia eritica postvista del siglo XIX ~y sus prolongaciones en el siglo XX~ ha convalidadio este tipo de investigaciones esiableciendo una via hermenéutica que por ‘mucho tiempo ha sido el logar comtin de! estudio eatuliane: la triste historia de un joven, noble, provinciano y poeta, y de una sophistiate lady, rica, cuta, seductora e inconstante, testimoniada en verso por un escritor de puma fécil, répido verseador y buen conocedor del griego. En este caso, la observacidn textualista es pertinente al considerar dudoso el estudio de un texto a partir del «con texto», dado que muele ser el propio texto el que proporciona tun contexto dentro del cual el «texto» debe ser comprendido. Tal perspectiva escandalizaré, sin duda, a quienes proponen 11. Esta eiGrica dela esinceridad ha sido enudiada especialmente en Ia legis cf: eldsico estudio de Alle, A. «*Sincerity in the Roman Elegists, CPAAS, 1950, 165-160; también Veyne, 2 Liligeeetique romaine: Pameour, ta pode o VOcidet (Pars, 1983) (La eligi mca romana: emer, l poate ye! Ozidnte (Mexico, 1991) vtmopueagx aw el directo conocimiento del mando romano @ través de sus textos. Pero no hay motivo de alarma por temor a un ano nadamiento de la realided hist6rica, ya que no se trata de negat su existencia sino de considerar la complejidad de los +ecurs0s por los que esa realidad historica se hace presente y contribuye a Ta formacion del repertorio de imagenes de la sociedad romana. ste proceso dindmico e interactive entre literatura y sociedad ya ha sido largamente desarvollado por socidlogos y teorizadores de la literatura, por lo que no nes detendremos en su exposicin. La, historia poetizada de Lesbia y Catulo resulta nor. malmente muy exitosa porque aparece como faciimente reconocible en el imaginario de lectores que frecuentemente simpatizan con este tipo de construcciones lterariss. La straccidn aumenta si Jos poemas se tratan como testimonies de une realidad histories que maravilla por su proximidad y transtemporal elocuencia. Esta forma de lectura es com: pletemente legitima, a condicién de que no sea establecida como tiniea y excluyente, y de que remita insoslayablemente al arte de la palabra por el que datos imprecizos de la tem- poralidad historica se organizan, toman forma y reformmulan luna historia en el texto, de modo que aleanzan Ia dignidad de verdad ~en términos aristotélieos, en los que la poesia es tnds everdaders» que la historia~referidos en este caso al proteico orden emocional, Dicho eso, trataremos brevemente tes casos, que comside: ran otras formas de acceso alos poemas del Ciclo de Lesbia. 1. El Carmen § Uno de los Ingaves comunes al hablar de la historia de Lesbia y Catulo es seguir cierta secuencia tradicionalmente cestablecida por la flologia del siglo XIX, segtin la cual el C. 51 y el C.5 se cuentan entre los primeros de la serie. El do. ovr Ln cata ‘cumentado estudio de F. Caimns® sobre el C. § cumple con el propésito determinado: mostrar los andamentosintelectuales de los poemas de besos, que reflejan elaboracién y madurez, discutiendo con quienes hacen de Catulo «una colegiala. sentimental» (a sentimental schoolgirl), En efecto; la existen- cia de una forma poética como el sepigrama aritmeticon™ sigaifica un interesante dato informativo cuando se llega ala cuenta de los besos (C. 5, 7-10), un pasaje que, apenas revi sado en su aspecto compositivo en especial las reteraciones, y bimembraciones), no puede explicarse meramente como 1 entusiasmo desbordante de un joven enamorado tras una sesion de besos. La ilusién de realidad ha sido creada cuida dosamente por la mimesis del ritmo discursivo emotional. La forma exhortativa de los subjuntivos evivamose, camemos, tc. (uiuamus, amen} y la mencién inmediata de la amada como dedicatario (mea Lesbia)introducen en el Ambito de lo ivado y de o intimo, irrumpen en una situacign de dialogo erético en Ia que el «yo» protagonista exhibe su pericia dis- cursiva y ret6rica de seduccién. El impulso inicial e detiene fn un paso de reflexién, como ocurre en otros poemas del ciclo. Esta reflexién profundiza el sentido de la invitacion al goce de la vida no se trata de un frivelojolgorio, sino de alcanzar la plenitud de una existenciaeffmera, asediada por Jadecrepitud y la muerte. Es manifesta aqui la presencia de tuna compleja red intertextual que tradicionalmente ha sido estudiada como el emotive del carpe diem, la caracteristica invitaci6n a disfrutar de la vida que se enlaza con una imagen tenebrosa de la muerte 0 del inexorable paso del tiempo, 12, Cairn, 1078, 1522 13, Caien, By op ct. 1, 14, Exe sofistcad gna orithatbn, ayo ejemplo se encuentra.en Ja Anaya Pellatina XIV) es epresentaivo de une vigje wadicgn en la,que se asume un problema computacionel ct aire Fe bien ‘~Cetalls! Besa Poems (6, 7, 48}, Maemesyae XXVI, rmosucadn ovr Los versos finales no serefieven a una simple versificacign de creencias populares acerca de la fascinato (Baskania; pasaje remite al prologo de los Aitie de Calimaco donde los ‘elquines (Tedaiives Frag. Act. 1.1) atacan al poeta como log alvados o los fascinatores lo hacen con Catulo. El artiulo de Cairns se detiene en la elaboracién de un antidoto contra Ja adjudicacién de'romanticismo a estos poemas de Catulo, pero quizés hoy sea necesari introdueir algunas precisiones Y correcciones acerca de la cuestiGn del «romanticisino» y apuntar que, hasta en el més fervoroso poeta romantico del siglo XIX en el que pueda pensarse, hay una destreza formal yuna elaboracién expresiva que reclaman operaciones del intelecto, y conocimientos lingtisticos y literatios extensos para que el sentimiento pueda configurarse en el formato de obra antistca 2. El Carmen 51 Bl otto poema en cuestion, de los considerados habitual- mente iniciales 0 tempranos, es el C. 51, que presenta una versién latina de un poema de Safo" Se ha desarrolledo uma abundante bibliografia critica de esta composicién, en primer Jugar en toro al problema de Ia inclusién de la estrofe final de otium, inalmente aceptada como constitutiva del poema; en segundo lugar, en relaci6n con el establecimiento de 1a situacién amatoria. El C. 51 presenta una versién persona lizada del estado de enamoramiento, en el que la aparicion del nombre de Lesbia representa el normal gesto de apro- piacién del material lterario a disposicién del poeta. Catulo canta, como Safo, su deslumbramiento ante la armada que rie duleemente De Ia solucién que se proporcione a los problemas antes 18, Frag 1 LP [ee. Apéndice, pp, 278.270) sos Us can -mencionaclos, se desprenderé una interpretacion particular del poema, Pera se ha tatado, por sobre todo, de encontrar Ja coherencia de la historia amorosa organizando una se cuencialidad de los poemas que permita i hilando un cuento con principio, medio y fin, Parece incontrovertible, como se ha dicho, que esta composicion pertenece a los inicios del amor. Fl estado de encantamiento erético ocupa una destacada parte del poema, que se abre con un inguietante ill aquel que permanece en el éxtasis de Ta hierofanta fe- ‘menina. Los comentarios de uso universtatio suelen repetir Ja misma explicacin: este ille es un sival, un hombre que puede disfrutar de Ie directa vision y audicién de Lesbia, y ue, por esta tnica razén, Catulo e3 capa de considerarlo, 1o ya igual sino incluso (s es apropiado ~si fas et-) superior 2 los mismos dioses. Blsentido destructivo del otium, que aparecera en la estrofa final, est sugerido desde el principio y el azonamiento suele serel siguiente: Catulo se enamora de una mujer inconstante y ;promiscaa, a quien el poeta conoee en un episodio de seduccion “una secuccién encaminada al ileque, de rebote, opera sobre el poeta que él mismo también experimenta y quelollevaréa la ruina, porque se nota de entrada que Lesbiaesiana graciosa ddama que coquetea con los hombres. Fin y comienzo se enlazan enlatriste moraleja del sloco amor» que se ha vuelto a escuchar con misica de Karl Orff. Se comienza con Safo y se termina con Safo (C. 11) La imagen fernenina se desaerolla en un solo sentido: al comienzo parece tener un amante, yal final resulta tener trescientos, con lo que se satisace la fatalidad del C. 5 Efectivamente, se tratzba de un mal negocio, ‘Sin embargo, no es esta la iniea posibilidad interpretativa del C. 51. Nuestra propuesta hermenéutiea" consiste en con- 16, Eltemase encuentra extensamente desarllado en nuesto estudio en su movimiento pasional, y en este sentido han abun- 17 Pare.un estudio detallado del pooms, ek Sarkisian), Catal 68. ‘hu Interrttion. Leen, 1983. 18, Grimal,P, Lame Rome, Pass, 1979, 63 y ss. | IwtRoDuccion oo dado los estudios psicolégicos y psicoanaliticos de la obra catuliana. La riqueza de esieenfoque hermentutico radica en su particular atencion a los poemas extensos ~especialmente en la década del 70- rescatados con particular énfasis de sq situacion de traducciones o simples ejercicios literarios de erudicién alejandrinista, El peligro, en ocasiones no salva do, de esta manera de andlisis consiste en la aplicacion de criterios cfentificistas que desarticulan o pierden de vita el sentido estetico y atistco de los poemas catlianos. Catilo, en consecuencia, puede resulta un personaje abrumado por laindefinicion genérica y agobiado por un oscuro impulse de autocastracién, ante la mujer dominadora que hace temmbalear y finalmente destruye su masculinidad® Alrrespecto, nos interesa destacar el aporte de tales estu- dios, pues constituyen un nuevo aspecto de atencién que ha contribuido, no solo arescatar del menosprecio alos poernas extensos, sino también a proporeionar nuevos sesgos de lee tura, Pero este aporte no puede confundirse con la lusion de encontrar el «yo profundo» del escritor Catulo, como clave ‘omnivalente para el estudio de su obra. En todos los e205, ‘mediacin del arte hace que cualquier impulso particular se transforme y defina en el escenario cultural, donde la tradi- cin literaria y la educacién retérica representan el material de base para ia creacién postica. Otra vez regresamos @ la historia de Lesbia y Catulo, y al principio atistotélico de Ia «verdad de la poesia. La memoria retiene formas que devuelve ala sociedad a través Gel lenguaje. Cualouier dato documental sobre Clodia sera ‘olvidado en favor de Lesbia, La construccién del arte avamza 19. Bs el caso de estudios como los de H. Bardon (Prpastons mr Catal Brells, 1970), J. Granarolo feCetulle outa hanteve doin, Latoraus 3, 1978, 368-386), C. Rubino («Myth and mediation in Ihe ‘Atts poem of Catalluss, Remar, 1974, 152-175) te, 2x) Us cuas sobre [a historia fctica hasta dictaminar sobre el modo.en que esta historia debe ser entendida. Estas operaciones reclaman, sin duda, un estudio mas detenido y quizas profundo de la poesia de Catulo. Y, probablemente, mas interesante para el etico literario, pues impliea preguntar no solo qué realidad hay adetrés del textor, sino que realidad «detras del texto» se elabora a partir del texta y qué posibles elaciones pueden Jeggtimamente establecerse entre el texto y la eultura que lo ‘enmares. La historia de Clodia y el poeta puede imaginarse de muchas maneras; por obra cel ace, la historia de Lesbia y Catulo es solo una. La rorsia pe Catuo. Dado que la critica lterara en este siglo haido eambiando ‘con progresiva rapidez sus principios bermenéuticos, pasando de un modelo de analisis a otro en sucesién vestiginosa, con tuna celeridad no antes registraca en el estudio textual, resulta tal vez reiterativo sefialar que en este vaivén han entrado tex- tos y autores latinos, Escritores y escrites de la Roma clisica han sido sometidos # nuevos andlisis, revisiones y correc ciones, mostrandose nuevas perspectivas de consideracién ‘eayo ingenio saludamos con cierta insoslayable solidaridad epocal. Hasta los 80, todavia se hablaba, incluso, ce interpre- taciones superadas y superadoras aplicando categoria de las ciencias naturales en especial -en las que el evofucionismo del siglo XIX asenté la nocicn de pragreso y arance en el eo- nnocimiento~ segin las cuales una teorfareemplaza y supera ‘otra cuando puede ofrecer una explicacién, interpretacion y verifcacion mis profunda, integral y comprobable de un inismo objeto que Is teria que la precede, cuyos postulados son estimados defectuosos o incorrectos para la descripcién ¥ el conocimiento de dicho objeto. Asistimos a productos ‘rticos (mirabiles wird) que proponen una perspectiva herme- Nmooucaen eat néutice nueva, distinta, interesante, sugerente, provocativa, que supera de tn plumazo lo de ayer, lo de antes de ayer y Jo de siempre, En lo que toca a la poesfa de Catulo, es necesario advertr que la linea de la poesia amatoria latina ha gozado del favor de la critica, y que la critica psicoanalitica, el estructuralismo los formalismos hin encontrado un terreno apropiado para sus ensayos alli donde los silos habian pasado de largo. De Ja prictica de lecture de un Catalo helenistico, de} Catulo bbarroco, perito en el adoro y el artficio a la griega, en el neologismo y la mitologia extravagente, del Catulo que se saluda en nugae( Carmen 1,4 nugas) ~xbagatelas», spavacites», sfrivolidades» aceptando sin sospechas el pacto poético, se seguia un juicio menguado acerca del talento aristco de un poeta menor que apenas alcanzaba a remedar con cierta frivolidad ta gran poesia griega, Esto todavia se enseitaba fen muestros claustros por los aftos sesenta y se consentia fen admitir que los poemas del llamado «Ciclo de Lesbiax revestian cierto interés por el tema amatorio, Aluin poemita subido de tono aportaba un poco de humor a la solemnidad romana de Cicerén y Virgilio, como contrapunto insoslayeble de la gran poesia, y el resto se presentabe -en particalar los, poemas extensos~ como traduecién de originales griegos en tina versién que solo atenda al artficio verbal, ala imagineria abigarrada y casi excesiva, yal intento de hacer algo con arte en latin, aunque no fuera mucho. La perspectiva critica en Ia que se inscriben muestros estudios representa una versién corregida, particularmente establecida en el mundo angloamericano, sein la cual Catulo alcanza una estatura poética mayor por sus grandes poemas experimentales, un forjador protagonico del clasicismo au- gasteo, un poeta auténticamente original euando se define eb alcance de «originale en las culturas antiguas. Para esto, ha sido necesario despejar algunos conceplos inadecuadamente vay Us caus aplicados, como el de originalidad en poesia, determinado porla nocién romantica de la creacion postica ex mila sin un nies defiido, que mantuvo por casi dos siglos tna especie de suedo de lo no antes dicho. Esta version de lo original fapenas puede ya hoy sostenerse y esto ha hecho que se pon: gan bajo nueva consideracién los principios de generacis fransmision y traduccidn de los textos. La concepeion ancilar algo mecanica de la traduccién yano resulta definitive para Znordar un poema, porque sabemos que el trabajo de llevar poesia de una a otra lengua, de adaptary perfecionar formas, fe imitar imigenes 0 elaborar léxico, es lo que con mayor derecho puede ser considerado actividad podticn. Ast Catal puede ser librado del dudoso mérito (ala acusacin) de ser tin verseador ingenios0, virtuoso téenico, presidigitador de formas que copian y disrazan lo que no ests, eingresar como poeta con dignidad en la més egregia poesia romana ‘La obra ya clisica de Kenneth Quinn (The Catullan Revo- latin sintetiza le revision critica que abre nuevos espacios pore el extudio de le poesia catuliana, Alli se abordan los Aspeétos més caracteisticos que pueden compendiarse en Jas siguientes nociones: I. Los poctae nowy en particular Canalo representaa vino de los movimientos ms originales y creativos de la poesia ro. ‘nana, el primero en ostentar nos que pueden asimilars ale moderna concepcin de lo poético como un hacer en el orden delarte empetiado en la exploracinestétic, en privilegiar ia poesia como modo de vida, en experimentar con la palabra en la conciencia orjadora de formas por emulacidn, corre cin y pesfeccionamiento de textos prestigiosos precedentes, ten imponer um producto nuevo y desafiante de los ednones autorizadosen este caso dela Roma republieana, Como bien fobserva Quinn, el término nygae con que denomina Catulo su Liber en la dedicatoria a Nepote, debe tomarse como un auténtco desfio y no como un abajamiento de sus poemas, intronic we Con respecto a la denominacién de nugas, la critica parece haber resultado excesivamente literal al juzgar, durante siglos, que se trataba de poernas wimprovisados 0 «de ocasiéne, sin detenerse a considerar en mayor profundidad -como parece hhaberlo hecho la critica mas reciente- la factura cuidadosa de estas composiciones. 2. Los poemas breves en general tienen la calidad de la minintura y representan una sofisticada sintesis de mate- Fiales literatios donde confluyen [os aportes de la tradicion helenistica y de la poesia romana arcaica -en particular la comedia-, en conjuncién con un repertorio cuidadosamen: te selecto de palabras y expresiones cologuiales, ¢ incluso obscenas, que consagran el instante, lo momenténeo y Io eventual convirtiéndolo en exquisito arte. La condicién de ugae, es deci, de frivolidades 0 bagatelas, es una elaborada biisqueda estética que trabaja en el sentido de la improvisacién y de la actuslidad, una poética del ahora, del gaz presente, ‘cuyo logro consiste en borrar el complejo entramado de su produccidn en funcién de la levedad y Ta gracia (lepa. Bajo |i apariencia de ingeniosos poemas improvisados al calor de las cireunstancias, se descubre un profundo trabajo artistico que concentra y articula referencias y alusiones, esto es, un proceso de negociaciones intertextuales” que el poeta entrega a quienes pueden apreciarlo, No hay que olviciar que Catulo escribe, en primera instancia, para otros poetas que pueden advertir la riqueza referencial de sus composiciones. 3. Los poemas mayores (Carmina maiora del C. 61 al C. 68) 1 se incluyen en Ja denominacién general de nugaey pueden ser considerados como la empresa de mayor envergadura postica realizada por Catulo. Segsin Quinn, se trata de gran 20, Paaan mis amplio tratamiento dl concept de pros of itr ‘etal nagotaton eninge al estudio de® Hib, p21 xo! UA GALAN poesia, de poesia mayor con la que Catulo se pone a la pat Ee los poetas helenisticos. Le critica del siglo XX ha sido més ppenetrante al respecto y se ha desprendido de los prejuicios Becimonsnicos que, por el exédito dado alos dietimenes de flolégos alemanes como Wilamowiz -quien por su ideologia ‘y30 restringida seasblidad en materia de poesta romana solo podia suponer que se trataba de raducciones medianamente Serves de obras griegas-, desestimaban los poemas exten- 503 como ejerciios de retorica de menguado valor artistic. Ta riqueza y Ia variedad compositiva de estes obras las han convertido en el centro de interés dela eritica de las tltimas| Ldgcadas, consideradas piczas fundamentales en el desarrollo de la poesia latina. Como ejemplo, baste mencionar la im- portancia del C. 6 en Ja obra de Virgilio, o del C. 68 para el desarrollo de las elegias de Propercio, Tibulo y Ovid. LOS POEMAS MAVORES Los poemas mayores (Carmina maior 61-68) de Catulo ‘constituyen un conjunto especial dentro del poemario, no solo por su extensi6n sino también por la magnitud de la empresa artstca, Se trata de la gran poesia de Catulo, su obra de mayor y mas sostenido empero basada en Ia postica alejandrinista romana que buscalsa emular cbras de Calimaco, Apotonio de Rodas y otros poetas helenisticos, Esto no significa, como se ‘sostuvo durante el siglo XIX, que se tratara de simples «imi taciones> o ejercicios retdricos colmados de erudicién. Los ppoemas extonsos son, cuando menos, uta auténtica recreacién de los textos precedentes, con el sentido romano de a emulatio, cs decir, la idea de producicuna obra que superara lo anterior ¥y se constituyera en culmninacién de un género. Este conjunto de Carmina maiora se abre con poemas de tema nupcial, el Carmen 61 compuesto con motivo de las bodias de Manlio Torcuato y Junia (o Vinia) Aurunculeya, y Inmoouecos soem 1 Carmen 62, que puede considerarse un canto nuptial, en el {que se presentan dos coros, uno de jévenes y otro de doncellas, ‘que cantan con motivo del inicio del dia de la boda al aparecer ia estrella matutina y celebran la llegada de Himeneo, el dios que consagrar la unién matrimonial El Carmen 61 presenta una sintesis de elementos griegos yromanos, de erudicién y pintoresquismo popular, frato de Complejas combinaciones en las que se entrelazan elementos imuy vatiados". Dos son las formas centrales que se retinen en 1 poema: un género literario de origen griego, el epitalamio, yuna forma popular de expresicn, la esennina iocatio (oburla fescenina»), proveniente de costumbres propiamenteiilicas El poema se inscribe en un ambiente tradicional en el que se celebra la virtud de Ia esposa, que es una © «versiGn» de la poesia griega orient6 los estudios de modo unidireccional,restringiendo el andiss a Ia investgacién de fuentes con el propésito basico de establecer si habia algin ‘mérito artistico en e producto ulterior que no se hallara en Jos textos precedentes. Inclusola misma terminologia técnica hha significado, tanto en este como en otros casos, una pelicién de principio ya que la nocion de texto original o de «fuente» para el antecedente griego implica la idea de una forma pris- ‘ina superior a todo lo que la sucede. J. Elder sefalaba, més de medio sigio airs, que el Carmen 63 muy raramente haba sido tratado como poesta original, con dos excepciones en el pasado: W. ¥. Sellar y G. Allen*. El juicio de Wilamowit, 22. Elder, J, Catala’ At, en APPR, 1947, p. 294. 23. Sellar, W.Y., The Roman Pot ofthe Repl Oxford, 1863. 24. Allen, G., The Atis of Caius Valeria Catulls London, 1892. 25. WilamowiveM., Uy «Die Galliamben des Kallimachos und Catulass, Hemme 14,1879, pp. 196-201 sxrpopuceian owe segin el cual se trataba de la traduccion de un poema de Calimaco del que se conservan dos versos, decidié por més de medio siglo el destino del poems. Pese a que en 1924 ‘Wilamowitz modifica en parte su interpretacién, admitiendo cierta originalidad en et poema latino”, el jicio general dela critica no eambia sustancialmente y es posible encontrar, en fechas relativamenterecientes, estudios de importancia sobre Catulo que no tratan el Carmen 63 por considererlo une mera teaduccién®. En las stimas décadas del siglo XX, la vision del poema como obra allamente original iniciada por Elder y otros eriticos se ha ido reforzando progresivamente con estudios que vuelven a examinar el texto catuliano sin los Viejos prejuicios de la filologia germénice decimonénica. ‘La obra presenta un econémico soporte narrativo orga- nizado en secuencia cronolégica, lo que permite distinguir tres secciones: 1) Atis llega alas costa frigias movido por su exaltada devocisn a Cibeles; alt se castra en demencial fre nes’ y asciende junto con sus comitesal santuario de la diosa, donde el sterols vence; 2) al despertar, Aus desciende ala costa con una nueva conciencia de sus acciones que lo llevan, al arrepentimiento y al lamento; 3) enterada Cibeles de esta desercién animica y espiritual, envia uno de sus leones para intimidarlo y devolverlo a su devon, porlo que Atis queda definitivamente al servicio de la diosa. El poema puede concebirse como una stragedia en ites ac to, cayo prélogo (vv. [-5) 10 constituyen los cinco primeros, vversosen losque, con magistral economia expresiva, se sintetiza la situacién. Ads, un griego en la versin de Catulo y no figio ‘como en las formas conocidas del mito, ha etravesado el mar 26, WiamovateM. Halls Dicken in dr Zi des Raina, Bean, 192 27. Por empl, ok conocido estudio de David Ross jr, Sl and Ta “dim Eta, Carrie any 1969. 28, Gullemio, Ay sLe potme 63 de Cale, REL27, 1940, 153 ox Us ona. para alcanarlas costasfrigias. El primer acto de esta stragedion Contiene el primero de los discursos ce Atis para excitar alas Calle, esella Ta rvisca y se inicia el ascenso al emplo de la diosa. De este modo, el Atis de Catulo difiere de todo lo cono- cido: tanto en las versiones orientales como en la zomana, los ritos orgidsticos precedian a la castraciOn y la preparaban. En las celebraciones romanas, la eaatraciGn Geurria al tercer di, denominado songueno die snguinis Si Catalo, come suponen muchos exticos, se ha inspirado en las celebraciones de Bitinia 1 de Roma; evidentermente no intentareflejrlas siguiendo su preciso orden ritual; por el contrario, el poema se aleja de lo ocumnental, de la mera descripcisn dem mito 0 una realidad, diel culto. La eastracion precede arto orgiéstico y se excinde de él, queda manifistamente separada, resaltandose asi su naturaleza de acto personal e individual, de modo tal que ya no es la demencia general apoyada por la frenética misica de cimbalosy tambories sino otra locura (fro, mas lejana, la que posee a Atis con especial singularidad y lo impulsa @ un acto no justicable por conductas colectivas. Desde el comienzo, aciemés, Atis es el dx, el guia y el promotor de las acciones, ‘no un participante més de un ritual multitudinasio. Bl escendo Corglastico se aplaca con la llegada al templo, después de lo cual elexhmusto coro es vencido por el sueno. El pasaje al segundo acto se separa con el marcado cam- bio que produce el suetio (guste moll, culminacion y a la vex agotamiento de la Tocura; representa la oscuridad fina, Ja total perdida de conciencia en el especial juego en donde esta pérdida es la abolicién de la conclencia previa, i. de la Focura y la enajenacién anterior El sol del nuevo dia se correspontle con la cider recobra- dade Atis, Ha recuperado su eapacidad reflexiva, aparece la +az6n (rat) con su poder para iiminar las confasas acciones previes. El segundo discurso significa un cambio completo con respecto al primero: la raz6n reemplaza al for, la segunda ssrnepecaes soo persona pronominal earactersica de la acenga alos Galle fe transforma en primera persona y abre una instancia de reflexién donde la forma «yor ei) aparece con marcada {sistencia.£}Jamento ce Ati por la situacion y por el aban: dono dela patria concluye en elarrepentimiento, Entitima parte del poema (tercer acto, la escena cambia y abandona 2 Ais para desplazarse ala figura que téctamente ha dom nado las acciones: Ja diosa Cibeles. Contrariamente alo que fe conoce del mito, aqui Cibeles ha recibido les notcins del sénero humano desde su divina ljanta, sin especial interés tn contemplar a sus fervientes devotos. Noha sido ella quien he solfetado la consagracion: las relaciones con sus segu- dlores soa fas y lejanas. El anuncio de la desercion de Ata, sin embargo, suseita una célera tan rapid como despética La consagracién voluntatia ha sido tomada en cuenta por la dose pese a su displicente distancia, Todas as imagenes ante riores de Ati ~l poderoso guiao, en el pasado de Atenas, e prvilegiado joven dela vida mundana—se desvanecen frente fla colérica respuesta de la diosa y muestran su irrecusable estado de sumisién. Llegedo el ledn enviado por Cibeles ala costa, encuentran stiemo Avis (v.88) yla historia se resuelve ‘épidamente: -huye aquel de la era hacia ios bosques: alt siempre, por toda su vida, fue esclavey. El destino de servidumbre de Atis queda sellado, De este ‘modo, se he aniquilado la imagen del guia (primera secci6n) ‘yha sido sustituida por la imagen trdgica del oven ateniense {cegunda seccién), que se transforma en el antihéroe del final: el chudadano ateniense se ha convert en el esclavo inf de la comedia que merece ser atemorizado con la amenaza de los golpes del leon. Toda posible grandeza del persouaje se desvanece en el casi groteseo desenlace de un Ais asus- tado, escapando de los eoletazos del lesn y cayendo en su Jocura servi, estimulada por el miedo. Contrasiantemente, hay en estos versos finales del relat una especie de fildad 00K un cuan cronistica. El poeta se desapege del personaje registrando la depreciacién de Cibeles: Atis no es més que un misero y temeroso esclavo/a confinado por el resto de su vida a los bosques salvajes en impotente servidumbre, Tal situacién de comedia intensifica las notas de crueldad y bumiliacién que subrayan atin mas lo terrible del destino de Ais, ese a que durante el siglo XIX el Carmen 64 fue poco considerado, durante el siglo XX el poema gan6 el interés de In critica hasta convertrse en un centro de relevancia de los studios catulianos. A tal efecto ha conteibuido el cambio de las perspectivas hermenéuticas, en especial la critica biogréfica y psicologica que, desbordando el tradicional perfmetro de os poemas breves, ha encontrado significativos datos en los poems extensos como personal variante dela interioridad de Catulo. Posteriormente, otras corrienteserticas han destacado Ja fundamental importancia de esta composici6n ubicada en el centro de la obra catuliana, Habitualmente el Carmen 64 ha sido considerado un expo- nente de la especie épica denominada eplio™, definida como un cuiadro heroico de medianas dimensiones en el que se tra- tan episodios extraidos de un antiguo ciclo épico y renovados ‘con detalles de gusto refinado. Las referencias conocidas a ‘otros epylia de poetas contemporaneos y préximos a Catulo levaria.a pensar en un pequetio grupo de jévenesunidos por la edad y los comunes principiosestéticos, que publican un solo liber en el que se combinan un tinieo epilio con poemas, lisicos y disticos elegiacos, més algunas composiciones de rmediana extension en metros variacos. El poema presenta, tres mitos, dos de ellos habitualmente enlazados con las bodas dde Thetis y Peleo y las hazaias de su hijo Aquiles. El texcero, ‘uya relacién con los otros dos ha sido largamente discutida, 28, El rmino sepylion» pasa ets especie Spica se acuta exit guente en el siglo RIX; fe Most Glenn “On the artangement of tals Cmte maton, Phage 25,8, 9 110 at. reraoouccien coat cs a historia de Ariadna abandonade por Teseo en la isla de Dif, tras la aventura del Minotaur. i primer tema narrativo aborda los amores de Thetis y Peleo, y su posterior boda, propiciada por el misimo Jupiter, ala que asisten hombres y divinidades. Una extense seccion del poema se dedica a a descripcin del palacio de Peleo, con ellecho nupcial que ostenta el cobertor en el que se presenta, la historia de Ariacina. La celebracién nupcial culmina con et canto de las Parcas, quienes profetizan el nacimiento de Aqui- Jes, sus glorias guerreras y su muerte heroica. Los versos finales del Carmen contraponen los tiempos antiguos alos modernos, destecarido la impiedad e injusticia contemporéneas. la totalidad del poema admite diversos modos de con sideracién en la organizacion de sus secciones, muchos de cellos surgidos de una forma particular de interpretacién™. Resulta obvia, sin entrar aqui en el probleme de relaciones y significados, la presencia de dos historias en el poeme, una incluida casi abruptamente en la otra. Asien lineas generals, puede diagramarse la siguiente estructura: 1. Protoco: viaje de la nave Argos, enamoramiento de Peteo y consentimiento de la bods. 2. Booas be Tuetts ¥ PELzo: 2 llegada de los huéspedes humanos ’. tapiceria la historia de Ariadne ¢. partida de los huéspedes humanos y Hegada de los, divinos 4. canto de las Parcas 3. ErfLoco: contraposicién de tiempos antiguos y mo- demos. 30. Por gemplo Davi al Ring compostion in Calls 6, C7 5b, hudyp.2dy se) connera qu assecconeste orfenan aparirde tment dela lene maners!prdlogo huepedencberor Arana 1 Tesco eaberor budspede eplogo: ete conto es cl aseniniento de Japon sue cen el gro del poeme ooav Un caus La relevancia del personaje de Ariadna es tan marcada, que los criticos generalmente la consideran ef centro fun. damental del poema. Frente a las difusas figuras de Thetis, Peleo,o alas breves apariciones de otros personajes, Ariadna se yergue con un vigor yuna grandiosidad ausentes en todos ellos. Es, ademas, el nico personaje gue deja ofr su propia vor interior, en el que se revelan los convulsos movimientos de la emotividad, Las demés figuras -com la sola excepcién, en parte, de Egeo- se presentan desleafuera, desde wna pers. pectiva exterior Porel contrario, Ariadna se abre desplegando sus angustiasinterlores, con un dramatisme equiparable solo alde Atisen toda la obra catuliana, A estos efectos concurte la especial técnica ala que Catulo ha recurrido para componer ss personaje, consecuente con el hecho de que se trata de las imagenes de un tapiz. Pero las escenas no se resuelven en un sinnple y logrado estatismo pléstico ~pictérico o escultéric progresivamente la figura de Ariadna se anima, cobra movi- iento, se agita en el desierto paisaje, hasta que finalmente el cuadro aleanza un climax a tutticon el estallido musical de Baco y su cortejo, Sin embargo, la innegable cualidad de Ariadna como centro de gravedad emocional del poema en general, y del lapiz en especial, no debe conducir al extor de consideratla, igualimente, el fundamental centro de gravedad conceptual Ella es, sin duda, uno de los agonistas del drama, que solo se Produce a partirde la decisiva presencia de Teseo, sobre quien ‘ecae una gran parte del peso conceptual del poema. Atiadna y Atisson figuras poderosamente pasionales dela ‘obra catuliana, con variados rasgos en comin y una marcada analogia en las respectivas situaciones. Pero, mas alld de las snltiples coincidencias aparece la profunda separacidn entre lalocura pasional de! hombre (Ati), ue lo convierte en «falsa mujer» (notha mate), y la de la mujer (Ariadna). En Arid na, la agitaciOn de esta locura concuerda con su naturaleza srrnopcaox soo y.se desarrolla en un sostenido movimiento pasional desde ‘el momento mismo en que ve a Teseo; persiste despues del suefio y el abandono, y se establece definitivamente en La. unién con Baco. ‘Asimismo, el Carmen 64 puede ser eomprendido a partir desus res personajes heroicos: Peleo, Tesco y Aquiles. La pio blemética no es el hérofsmo en sf, sino la complejasituacion gue origina st relacién con lo pasional. Podria hablarse de dlos polos de tension en el poema: la evirtud (urd), esto es, cexcelencia heroica como simbolo de lonetamente masculino, yyla pasion como simbolo de lo femenino. Ambos pertenecen ‘alo amano y deben, de alguna manera, entrar en relacion. Estees uno de los planteos fundamentales del poema: en qué medida pueden armonizarse dos érdenes tan esencialmente diferentes, pero insoslayables en el ser humano; dos érdenes dificlmente reductibles como lo masculino y o femenino, lo racional y lo irracional. Solo Peleo y Thetis parecen alcanzar una ideal y feliz armonia, aunque no absolutamente libre de acechanzas. En los restantes personajes a dualidad permanece inresuelta, Teseo y Aquiles son los representantes de la wirtus heroica. No hay ironia en 1as palabras de presentacion del cobertor al hablar de «las virtudes de los héroes», ni en el canto de las Parcas al cantar elas egregiasvirtudes ylasihustres| hazafiase de Aquiles: ambos expresan a excelencia propia del héroe, pero la consagran a expensas de lo pasional. Tienen, sin duda, un perfil crnel y hasta inbumano, que pareciera ser climperative de su propia condicion, La exclusiva realzacion de lo heroico significe la negaci6n de! mundo femenino. En la visi6n catuliana, el exeeso heroico puede resultar tan des tructivo como el exceso pasional. Ambos producen dolor y luto. La alternativa mas desarrollads es a de Teseo y Ariadna, tal vez porque significa el punto medio entre la felicidad de Peleo y Thetis, y los erribles destinos de Aquiles y Polixena. YY quizés porque en ella resuenen més cercanamente Jos con: xo Un cava Slictos interiores del propio Catulo. Solo en Peleo y Thetis se exboza el equilibrio y acceden a toda la felicidad posible de tuna situaci6n inseripta en la contingencia de lo humano. Las mumerosas correspondeneias encontradas porla critica entre expresiones de los poemas 63 y 64, ylos cermina minara, hablan de la existencia de un sujeto ego (eyo>-poeta-Catulo), con uns identidad reconocible en sus rasgos caracterstcos: desdicha sentimental, fluctuaciones animicas, estado de aislamiento o separacién, sentido de pérdida, desengaao, pureza e ingenuidad en el amor, sutocompasién y falta total de correspondencia entre lo imaginado y [o declarado como teal. No nos explayaremos aqui en esta extensa y compleja ccuestién; de modo general, diremos que este ao que habla desde el personaje (Ariadna, Atis) representa otra forma del egopoeta que selecciona, del material ofrecido porlatradicign, las formas que mejor se acuerdan con su persona poética. De este modo, age poeta vuelve tras las mascaras del mito, algo que Propercio retomaré en sus elegias. La seccién que abarca los eérmenes 65-68(b)* del corpus catuliano presenta una especial organicidad que, sea obra del ‘mismo Catulo o de un eompilador, no parece producto del azar, Sus més evidentes relaciones pueden resumirse ast: se trata de cinco composiciones que difieren de las anteriores en metro (distico elegiaco, que se extiende hasta el nal del Corpus), y de los siguientes poemas (69-116), en extensidn. Dos epistolas de dedicatoria preceden una al Carmen 66 y otra al Carmen 68(b). En la parte central se ubica el Carmen 67, con el singular recurso de la personificacion de la puerta. 1Los principales papeles corresponden, por un lado, al yo del Bi. Alo ets dl preents andi el Cran 68 sosera in tegraco por dos secciones diferenciables, comprendiendo le primers. Tos cuarenta versos inciles (68a) yla segunda del v.41 af fi. (68), bien consituyendo un todo organo. pleases tRopucctoN ooo poeta que se dirige a Ortalo (Carmen 65) y a Malio (Carmen 68a), dialoga con la puerta (Carmen 67), y ofrece aspectos de su historia y sentimiento personales como materia del Caren 68:b. Estos poemas presenian, asimismo, un fuerte protagonismo de los personajes femeninos. E! Carmen 66 aborda un tema mitice-legendario, con la historia de amor y pasion de Berenice, separada de su marido y finalmente reunida en vittud de sus devotos sacrifcios. En. lun tono contrastante, pr6ximo al de la comedia, el Carmen 67 oftece un cuadro realista de tortuosas relaciones familiares, dominado por una mujer engatiosa y adiltera que se designa ‘como esposa de Cecilio. El Carmen 68(b) podria interpretarse ‘como una sintesis en la que se integran los variados elementos ternticos de Jos cdrmenes precedentes: el mito (Laodamia yy Protesilao, con la uniGnseparacién de los cnyuges), el ‘motivo de la virgen fingida (Lesbia) y de la adiltera (Lesbia, Helena). ‘Asi, pues, a través de prominentes personajes femeninos, los poemas 65-68 se escalonan de la siguiente manera: 1. Carmen 65: Epistola-dedicatoria (a Ortalo) 2. Carmen 66: Presentacién del mito: Berenice 3. Carmen 67: Presentacion de la realidad®: la espose de Cecilio 4. Carmen 68{a): Epistola-dedicatoria (a Malio/Alio) 5. Cormen68(b): 2. resentacién del mito: Laodamia-Helena b. Presentacion de la realidad: la amada (Cesbia) Estas figuras femeninas tienen en comiin el ser matronae, ‘mujeres desposadas que se presentan en condiciones y cizcuns- 32. Por cuestiones de economia, hemos aptado por hablar de rex. lidads en los caso en los que existen referencias l contexto social e Iisérico del poeta, sin desestimarlo problemitico del temo ai las controversias a as que ha dado lugar sea ua cnn tancias algunas veces disimiles, pero cuya historia guarda una coherencia perceptible en el enlace de las composiciones. El Carmen 68 de Catulo se considera una prefiguracion de la clegia romana, con las notascaracteristicas que constituiran tuna especie lirica singular. Ya en este poema se enlazan dos temas fecundos,el amor y la muerte, ralados desde la perspec- tiva de un ego potticamente omnipotente. El poeta juega con tuna trama de imagenes en espejo, cuyo sentido se construye poropesiciones y conjunciones,y resulta de la visin integral de le composicién, El mito de Laodamfa y Protesilao, el de ‘Helena y la guerra de Troya, y las alusiones a Jupiter repre- senian ¢l conjunto de referencias para la presentacion de las imagenes personales del a, ev amada y su hermano. Estas contra-imégenes recortan Ia individualidad poética sobre la generalidad del mito, trazando su perfil propio por asocia- <€i6n con tal o cual mito, @ partir de un sentimiento bisico de dolor y pérdida produeido por la muerte del hermano y por la muerte de la iusién amatoria Finalmente, resulta interesante destacar la existencia de sutiles analogias entre la trayectoria de Atis y el proceso cemocional que experimenta el «go poético del Carmen 68. En este altimo, el «go postico en el que se reilejael poeta Catulo ememora st historia amorosa con Lesbia y compone un ccuadro que se inicia con la devocién a la amads, vista como candida dia, una diosa como Cibeles. La bierofanta de su legada a la casa prestada es también, de alguna manera, une hhierogemia, una unién nupeial entre seres extraordinarios como son Lesbia y, sin duda, el egodel poeta. Sin embargo, en la secuencia de los mitos que se van enlazando y retomando en el poema, la imagen del poete-amante unido a una diosa se transforma en la de un amanto servil que tiene tratos con una addltera consuetudinaria. Las mupcias divinas solo son, cen realidad, encuentros furtivos en los que la discrecién evita aque el amante resulte molestu: La locura que arrastra hacia la serRopuccox ont mujer-diosa no es mas que es0, une locuraiterativa que al sus penderse revela con crudeza la condicidn humana degradada por le esclavitud pasional, Es asi posible ver reflejadas en el Carmen63 situaciones que el «go postico presenta como inhe- rentes asu realidad personal, aducidas agut aepresentacisn mitol6gica. De todos modos, advertimos muevamente acerea del riesgo de asirlar la construccién personal y situacional del «go poeta con la biogralfahistOrica del poeta Catulo y 12 interpretacion realista de sus poemas. Pero, aun cuendo no consideremos legitimo hacer inferencias biograficas, resulta innegable la correspondencia de tono emocional entre ambos poemas que asocia ago Catulo y Atis como visiones andlogas de una realidad poética que, en el caso del Carmen 68, se constituira en fundamento de la elegta erdtica augustes. La voz del poeta en los versos finales del Carmen 68 significa la personalizacién del relato mitologico con la advertencia de Tosriesgos de une locura pasional de la que, tal vez enunciado con ironta, Catulo espera librarse. A partir de esto, es posible también subrayar algo quizis ya hoy un tanto super, que se refiere ala atribucién de eoriginalidads del Cermen 63. Es «ge-Catulo quien se revela en Atis y acondiciona su personal reptesentacion. Asi, pues, Atis como exaltado y enajenado devoio que corte hacia la diosa y el Ati arrepentido que no puede ya escapar de su esclavitud encontrarin una especial version en el amante elegiaco, con sus desbordes pasionales Yy s1 sentimiento de sujecion servl (la eescavitud de amor» ~seruitium amoris- de los poetas elegiacos augusteos) a la mujer amada. La TRADICION TEXTUAL El texto de los poemas de Catala (Catullé Carmina) que actualments conocemos proviene de mannscrtos medievales datados entre 1350 y 1400. Cuatro son los cédices fundamen- x uscnas tales con los que trabajé la filologia moderna fjando el texto. cen forma definitiva® sel Codex Oxoniensis (Cadex 0}; el Codex San Germanensis (Codex G); ‘el Codex Romanus (Codex R), de tardio hallazgo, redesen- bierto por W. G. Hale en 1896, sel Codex Thuancus (Codex T}, antiguo florilegio que con: tiene solo el Carmen 62, incluido igualmente en los cédices mencionados ‘Todos ellos ~con excepcién del Codex T- transeriben Ja obra completa de Catulo y representan Ia més antigua autoridad en materia de transmisiGn textual. Estos eéclices, sin embargo, derivan de un manuscrito de Verona (Codex Veronensis del sigio X, actualmente perdido, que se ha rela- cionado con una referencia hecha por el obispo dela ciudad: Catallam memquam antea,lectur Catalo nunca antes lefdo») hecha en el afio 966. A diferencia de estos, el CadexT parece provenir de une forma arquetipica anterior de! siglo IX, de la que también derivaria el perdido eédice de Verona. Del cotejo de los mamuscritos se ha deducido laindudable existencia de una tinica tradicion probablemente fjeda entre los siglos IH y 1V de nuestra era, época en que los rollos de papiro pasan a c6dices. Entre Jos siglos I y VII de nuestra era, Catulo es men- cionado alrededor de setenta veces por no menos de veinte escritores, tal como lo muestra la lista de Schwabe. Lo que no se puecle decir con certeza es hasta qué punto era conocida la coleccién completa osi se conocfan algunos poe- 433, 1a cane de palabras yverios que sm hoy permanecen en dincasion son selatvamente cos. 34. Schwabe, L, Quctons Ctullnce. Liber 1. Giese, 162, ob. {Began erudicién ead por Cranaroo Jean, Lande Cutlip rin gitar Pay Les Ses Leta, 16 ee erropucaén xt sas sueltos. En confrontacién con otras colecciones; lama Ja atencion la ausencia casi completa de textos corruptos, espurios o de dudosa atribucién. A lo largo de los siglos, es natural que la coleccisn se haya deteriorado. Sin embargo, solo se conservan alrededor de seis breves fregmentos cuya inclusi6n en el Liber Catullianus es ducosa y, a través de co :mentarios de otros escrtores, se tiene noticia de la existencia. de algunos poemas hoy perdidos. Tal es el caso del citado por Plinio el Viejo -N.A.XXVIL. 19-: Catuto habrie escrito lun poema que se describe como incentamentorura amatoria initatio™ (cimitacion amatoria de encantamientos»), seme- jante al de Virgilio. Sin embargo, hay evidencias que permiten sfirmar Ia existencia de un corpus orginico de obre, conocido bajo el nombre de Liber. Se considera difiell que ys en vida de Catulo esto Liber existiera como tal, o al menos al coz hallegadoa nosotros Es probable que el mismo Catulo publicare al menos alguno delos rolls, ntegrado por poemas que probablemente ya habrian sido dados a conocer en sus circulos habituales, Ello permite difecenciar tres posibles agrupaciones: + las mugae® (poemas del 1 al 60), en metros variados, cuya, ‘extensién (alrededor de 842 versos) bien pudo haber constituido un rollo; + los poemas 6 a 64, extensos y en meteo variado (alte- dedor de 797 versos); “los poemas 65 «116, largos y breves, en un mismo metro {alrededor de 645 verso Resulta poco probable que Catulo considesara nugae—sfri- Gal at pvp gh nan ont 5 IF epg Coumnaeon grasps Rab SRSa staan gapens le Earlene nr rnnnv InN UUnNRe renee erred teeter eee xu UA GAAN volidadess, ebagatelas», enimiedades-— los poemas largos {Carmina maior), cuando en todos los casos se trata de com posicionesaltarnenteelaborads que superan lo estictamente Circunstancial. Asimisio, resulta muy diftel saber si, cuando Jos esertores posteriores hacen referencia al Liber, strata de Ja totalidad o solo de algunas de estas partes. Cticos como Wilamowitz-M.? trtan de demostrar que ‘Catulo mismo, siguiendo la antigua practica grega, ordené sus propios poeras, Sin embargo, no hay en el poematiorastros| {dena ordenacion artistica basads en el metro, tal como, por ejemplo, en las Odas de Horacio, Su técnica de agrupacién parece hallarse en un punto intermedio entre Ia de los alejan- Arinos y la de los romanos de la época augustea. ‘Bs clisica también la agrupacién de los poems en: + Poemas polimétricos, del 1 al 60 (en variados metros lirics). + Poemas extensos, del 61 al 68, donde se unen distintas wvariedades métzicas y de contenido (cpithalamia 0 poemas nupciales, syllia~poemas Epicos breves- y poemas elegiecos). + Poemas breves en metro elegiaco (disticos elegiacos), del 69 al 116. Parece probable que Catulo mismo recopilara al menos un Libellusde composiciones que dedicd a Cornelio Nepote (C. 1) ‘yque puede haber servido, posteriormente, de encabezamien ioala coleccién completa. C. Lachmann, en 1829, estableci6 por primera vez el texto de Catulo sobre bases cientificas, 4 partir de manuscritos de Berlin de menor calidad que los ‘Codex G y O. Estos titimos fueron conocidos a través de I Sillig (Coder G) en 1830, y Robinson Elis (Codex 0} en 1867 [37 Ci Von WilernowitMeellendontf U., HellenstscheDictang in der ‘Zeit is Kallman Berlin 1924, swraopuccion ail Existen, por lo demas, mitiples cédices medievales tardios y renacentistas, todos en general derivacios del O o del G, cuya lectura no ha sido definitivamente establecida. La cuestién de los manuscrtos esté relacionada con el problema de la ordenacién de is poemas y su cronologia. En lo que a esto ultimo se refiere, ios poemas pueden agruparse ¢ pevodos de atividad pote, tal como lo hace F. Della corte: + Periodo veronés de la primera juventud (84-66 2 ©): se presume que no quedan testimonios della actividad artistic, si bien se alude a ella en el C. 68 + Primer petiodo romano (65-60 a. C): tradueciones de Safo y Calimaco, composicién de poemas extensos. Primeras composiciones dedicadas a Lesbia, * Segundo period veronts (60:58 aC): muerte del + Segundo periodo romano (ato 58 2, C) poemas refer dos al conflicto amatorio, viaje & Oriente + Periodo bitinico (57-56 a. C.): poemas en viaje (C. 4, 46, 101) + Tercer periodo romano (56-54 a, C): quieds el mas fecun do de la procuccion catuliana, el mas interesante por Ia posicion politica y el mas dramatieo en su relacion ‘amorosa; poemas contra Mamurra. Estas cronologias, sin embargo, no pueden ser tomadas como definitivas ya que generalmente proceden de una dliscutible identificacién entre vox posta {ego Catulo)-autor, y de inferencias biograficas a partir de los datos textuales, considerados como firente de informacién auténtica, Sin duda, hay referencias que tienen un innegable fundamento Dale Cane, Frenenco, Prag Clin Fence, La Nuova Jialia, 1976. ne ® a xv us ona historico y permiten i datacién aproximada de los poemas; por ejemplo, entre el 55 y 54 a. C,, las eampanas de César en las Galias y Britania (C. 11, 29, 45), la construcci6n del Paseo de. Fompeyo y su segundo consulado (C. 55 y 113), Ia pretoria de Memio (C. 28) 0 el discurso de Calvo contra Vatinio (C. 53), pero la cuestién resulta incierta cuando se pretende organizar datos de la vida sentimental e historizar Jas alternativas de sus relaciones amatorias. PRINCIPALES EDICIONES MODERNAS DEL TEXTO DE CaTULO Bilis, R, Catallé Veoness liber. Oxford, 1878 Bachrens, E., Cotlli Vironesis ib. 2 vol, Leipaig, 1885-99 Schwabe, L., Catulitcarmina, Berlin, 1886. Friedrich, G., Catulé Vronesis liber. Leipaig, 1908. Lafaye, G., Catulicarmina. Paris, 1922. Kroll, W. C., Valerius Catullus: Poemata, Leipzig-Beslin, 1933/89, Cazzaniga, E., Catulli Veronese ber, Torino, 1945. Schuster, M., Catulli Vroness lider. Leipzig, 1949. Mynors, R, C. Valeré Catuli carmina. Oxford, 1958/67 Weinreich, O., C. Valerius Catullas, Samlicke Gedichte. Zinich- Stuttgart, 1969/74. Quinn, K., Catullus, The Poems. London, 1970. Helm, R, Cotull ermine, Bezlin, 197). Bardon, H., Catulli carmina. Stattgart, 1973 Pighi, G.B., Libro dé Gato Valerio Catull. Tarino, 1974 Eisenhut, W., Catulli Vroness liber Leipzig, 1983. Albrecht, M. von, Catull, Similche Gedichte Statgant, 1995/2001. Para la presente traduccién se ha seguido en generat la edicion de R. Mynors, si bien se han tomaco variantes de otras ediciones, especiaimente de la de M. von Albrecht. esa0uccion xv Metaica Dé Los roEmas DE Catv20 1 Hleximetro dacic, vero wid por ls posts jegos, earacteristico del género épico, si bien puede em ee ee eae Virgilio}. Consta de seis pies ritmicos dactilcos (°.1U), com la primera silaba acentuada; el sexto pie puede ser incompleto { cataléctico ya que siempre tiene dos silabas. Dado que la Jengua latina tiene una menor proporcién de voeslesyslabas breves, es normal que el pie dactiico sea reemplazado por tm pie espondaico (el espondeo presenta dos silabas largas, con acentuacién en Ja primera) ritmicamente equivalente al dictilo.Pese a que los reemplazos pueden ocurtir parcial (totalmente en los distintos pies del hexémetro, es de rigor ‘que el quinto pie se mantenga siempre dactilo y coincida la acentuacién de las palabras en el verso con la acentuacion {que tienen en prosa; no obstante, los poetas romanos de la generacién de Catulo, por influencia de la poesta alejandri- nn, reemplazan en ocasiones el quinto pie por un espondeo, como después lo hard Virgilio; esta prictica fue condenada por Cicerén. ELC. 62 y el C. 64 estin escritos en este tipo de verso. Exquema: FUUI EWU FF UULFUUFUU FU (bésico) 2. Distico elegiaco: se trata de unidades de dos versos, sun hexémetro dactilico y un pentémetro (cinco pies ritmivos, ‘en su mayoria dactilos). Es el metro propio de las elegias y de los epigramas, Catulo lo emplea en la mayor parte de sus composiciones, en los poemas 65 « 116. Esquema: Hexameto ?UU|FUU|FUU|FUYTEYU TEU {easico) Pentameto #UU|FUU|F]]FUU[FUU

You might also like