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2000 Funtowicz y Ravetz La Ciencia Posnormal PDF
2000 Funtowicz y Ravetz La Ciencia Posnormal PDF
en el sentido articulado po: Thomas Kuhn (Kuhn
1962). Peto cuando nes enfrentamos a os enigmas cientificos y
alos aceruijs politicos que conciernen a fa coma de decisiones
57ambientales globales, ya no podemos sostener la fiecién de una
Gencia cconémica enormal». Las variables ecoldgicas no pueden
scr medidas mediante una analogia simple con lo que resultaba
{ adecuado en la épaca de Adam Smith. Si los bienes valorados
que dan riqueza a nuestras vidas se reducen a las mercancias,
| cntonces lo que hace significativas a eas vidas se ve traicionado.
Los nuevos problemas de la economis ecoldgica, exigen una
«ciencia posnormals, En ella, ya no se concibe a la ciencia como
4 la actividad que provee verdades y la calidad se constituye en
un nuevo principio organizativo, La ciencia pesnormel es dind
mica, sistémica y pragmética y, por ello, exige una nueva meto-
dologia y organizacion social del trabajo (Funtowicz y Ravetz
J 1992), Come hemos dicho, el principio de calidad nos permite
rangjar les incertidumbre: iereductibles y las complejidades éci-
| cas que son centrales a la resolucién de los problemas en este
\ huevo estilo de ciencia, Su préctica conlleva la democratizacion
del conocimiento, pues la comunidad de pares se extiende de
manera de lograr el reaseguro de la calidad. En la medida en que
el proceso politico se transforma en un didlogo, la ciencia
posnormal abarca la muultiplicidad de perspectives y compromi-
sos legitimos proporciona nuevas formas de pmieba y de dis-
‘curso. El enfoque de la cienci posnormal nos permite mirar de
tuna maneza renovada los problemas de claboracién de una co
nomia ecalégica.
Valoraciones
Elenfientar as paradojas de establecer un valor monetario para
un ruisefior ineemplazable nos fuerza a ser un poco mis clavos
1 acerca de qué c& lo gue se eité valorando, cémo se hace y. por
| Gerto. qué es el valor Ha habido (y sin duda sigue habiendo)
muchas instaneas en las que el valor efecrivo de un ruisefior era
tuna cuestidn bsstante directa, Hubo una época en que algunos
recolectores buscaban con avidez ruisefiores individuales salva-
jes, muertos 0 vivos, pues constitulan bienes para mercades bas-
tante definides y regulates, Por cierto, parte de la fuerza rets-
rica de la pregunta que abre nuestras a’irmaciones es que to-
dos sabemos que en la actualidad posee un auevo significedo.
El incerés de la economia ccolégica no atafic a la provisisn de
especimenes que puedan venderse sino a la eupervivencia de
las especie, de sus variedades o de los ecosistemas. ¥ este nue-
vo tipo de pregunta acerca del valor no se relaciona exclusiva-
mente con las cosas bellas; incluso las especies modestas,
obstrusivas y desagradables (que no peseen ningtin valor de
mercado) podrian de pronto adquirir preemineacia si algunos
individuos grupos llegin a ver con preocupacidn su biencs-
tar, como una cuestién de principio o de étiea, y los defende-
ran activamente contra la extincién o el desplazamiento, Para
algunos, les cosas ticnen un valor simplemente en virtud de
exist, independientemente de lor mercados y aun de la civili-
zeci6a humana
Bi] suisefior que se encuentra en peligro zepresenta un nuevo
problema de valuaciéa, en el que las mediciones no pueden ser
independientes de la metodologia y de la ética. Algunos opinan
que un recurso puede ser valuado en términos monetarios a los
fines de poder entrar en consideraciga on los debates politicos
racionales. Otros ven casi como un sacrilegio atribuir un signo
monetario a las especies. A mitad de camino estan los que con-
cuerdan con esto dlkimo, pero aveptan a cegafiadientes la nece-
sidad préctica de una cuantificacin lineal, unidimensional de
todos los valores. Quienes luchan por prservar esta tierra hic
eda, 0 aquella especie interesante, encuentran que la balanza
los ubiea en el lugar de producir un valor monetatio hipocético
para ellos, de modo que puedan ponerse en escala comparativa
con los beneficios calculables que alguien podria ser capaz de
derivar de su exploracin y consiguiente dato o destrucciéa,
Trcluso quienes en principio rechazan la cuantificacién mone-
tatia, a justificarn pragmaéticamente en un contesto forense si
59cotistituye la dinica manera de asegurar la compensacién por los
datios que ya se lian praducido (jemplos son los de la Bhopal
para la gente, y Exxon Valdez para el ambiente natural). Cual-
quiter proceso de valuacién parece estar obligado a ajustarse a
Ja convencién de que e! dinero es ua lenguaje comin natural
y.en consecuencia apropiado para la adopcién y uso por parte
de todos las que ponen algo en juego en cualquier problema
ambiental
Ese es el extads de cosas en la economéa actuals pero eit la
medida en que se desarvolle la economfs ecolégica, surgiré una
concepcidn diferente del valor y de sus mediciones. En primer
Jugar, el precio monetario sera visto como medida de un a
to del valor que zefleja un tipo parcicular de interés. Elegir una
definicién operacional particular pata el valor implica tomar una
decision acerca de qué es importante y real; definiciones alter-
nativas reflejarin los compromises de las otras personas que
artiesgan algo en el juego. Algunos bienes culturales literalmen-
te «no tienen precio», de manera que las personas preferirian
morir antes que perdciles. Cuando les negociadorcs reconozeaa
Ja complcjidad ireeductible de los problemas que estin en jue-
0, apareceré un nuevo y entiquecido lenguale comin que no
estaré dominado pos la cosmovisi6n de un tipo particular de
agente involucrado (expeesade en un ertindar monetario). Esto
implica una pluralidad de perspectivas legitimas y de valores,
incluyendo el de! icreemplazable cuisefor.
Podemes incluso argiir que en el mancjo del sistema eco-
dmico tal como funciona actualmente, la situacién no es muy
diferente. Cualquicr economia nacional conduce sus politicas
tomando en cuenta en gran medida consideraciones esteacégi-
cas; politicase incluso éricas. Las prediceiones acerca del furu-
to préximo en las cuestiones econémices son notoriamente
poco fiables, e incluso no les va mucho mejor a las explica-
ciones de nuestros estados prosentes. Cuande se usan en la
regulacidn los indicadores ctantitativos de la economia, tales
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como «recurso monctation, no son eficaces para operar con for
mas de précticas que cambian rpidamente. «EI mereado librer
entre las naciones depende de estructuras reguladas elaboradas
y de definiciones que certifiquen su presencia genuina, Los ar-
gumentos basades en las virtudes de un mercado no regulado
requieren tantas suposiciones especiales y artificiales que per
renecen ms bien al reina de las visiones de la inspiracién que
al andlisis cientffico. En consecuencia, no hay necesidad de
aceptar el principio de una cuantificacién simple de los valo-
res ambientales y, por ello, una mereantilizacidn de los bienes
ambientales
‘Antes bien, deberfamos comenzar por tomar conciencia de
que el valor de un tuisefior (en el nuevo estilo) no sélo no pue-
de sino que incluso no deberla set del mismo tipo que el valor
de un ruisefior (en el viejo estilo). El foro en el que se crea y
opera este nuevo tipo de valor no es el de wregatear y engators
caracteristica del mercado de pequefins productotes individua-
les de Adam Smith, sino el de la negociacién y mediacin de
procesos politicos institucionalizades. El enfoque analitico tra-
dicional que, implicita o explicitamente, ~educe todes los bie-
hes a mercancias puede ser reconocido como una perspectiva
ceatce otras, legitimo como punto de vista y como reflexién aceica
de las escructuras de poder reales, pero ran sélo parte de lo que
puede decirse acerca del tema. La rarea es comenzar la construc-
cida de un sistema de conceptos y précticas para la economia
‘en el que todas las perspectivas complementarias puedan ser ar
ticuladas en un diflogo racional. Bsto puede lograrse en la eco-
nomia ecoldgica que es una cieneia posaorml.
Elementos de la ciencia posnotmal
Aquf vamos a esbozar los elementos de una ciencia posnosmal
que pueden ser usados en el desarrollo de una economia
ecolégica. Incluyen el manejo centifico de la incertidumbre y
61de la calidad, la pluralidad de perspectivas y compromisos, y es-
tructutas inselectuales y sociales que reflejan vatiados tipos de
actividades tendientes a la rescluciéa de problemas.
‘Muchos de estos clementos ya estdn presentes en la discu-
siéa de los problemas relacionados con la economia ecolégica
gracias a que en el discurso popular se plantcan problemas ta-
les, Hoy, si entran en dl debate sobre el ambiente, atin los eco-
rnomistas de corte tradicional se ven forzados a adoprar la ret6-
rica de un enfoque ecolégicamente sensible. A pesar de sus
‘esfuerzns por alcanzar conclusiones ortodoxas, su propio lenguaje
refigja hasta qué punto se ven obligadas a reconocer y abarcar
los nuevos problemas de la economia en un contexto ecoldgico.
En este trabajo vamos 2 aclarar y explicirar lo que ya comenzé 2
curtis de una manera no consciente ¥ no disciplinada, mostran-
do aime el voncepto de ciencia posnormal nos proporciona ele-
mentor para elaborar una economia ecoldgica coherente. Nues-
ta ilustracién se basard en un articulo de W. D. Nordhaus
(1991) sobre la economfa del efecto invernadere gue formé parte
de un importante debate (Dailey etal 1991). Dado que el art
culo exhibe una considerable sofisticacién en el manejo de las
incertidumbres en Tos datos, sus fracasos mas profiandos en re-
lacién a cllos resultan particularmente instructivos.
El manejo apropiado de la incertidumbre
En primer Ingar, ae incesticumbres multiples de los prablemas
ecaldgioos furerzan a los economistas a tomar con més cautela
Jos aigumencos cuanticatives que hasta aqui han estado de moda.
Aslel arciculo de Nordhaus esti salpicado de advertencias que
incluyen lineas elegidas tales como «Ahora nos desplazamos deste
Ja tierra firme del cambio climitico hacia la tierra inedgnita de
los impactor sociales y econémicos del cambio climético» (p.
930). Los tltimos dos de los cinco puntos de su conclusién es-
tin dedicados a considerar las diversas y graves incertidumbres
presentes en su anilisis. Sus recomendacionss con respecta a este
modelo estin cuidadosamente redactadas con frases alrededor de
su debilided: a pesar de estas simplificaciones el enfoque pre-
sensado agai puede ayudamos a clarificar las cuestiones y pue-
de ayudarnos a identificar los problemas cientificos, econdmi-
os y politicas que deben sostener cualquier decisién racionab.
Aqui no se habla de prediccién cuantitativa o siquiera de
implicaciones politicas: «clarificar las cuestiones» e identificar
os problemas» son metas adecuadamente modestas (p. 937).
Hasta aqui cntoaces, nuestro autor exhibe buena compien-
sidn del hecho de que la economia ecolégica no poses el mismo
grado de control de las incertidumbres que, digamos, la quimi-
ca analitica, Esto no implica que sca inferioy, pues cs el tinico
enfoque que proporciona alguna respuesta. Esperar que las cien-
cias de alta precisiéa relevantes estén a disposicién para hacer
algo acerca del secalentamiento global o la preservacién de las
especies representaria un coniejo’en favor de la perfeccién in-
distinguible de un consejo para el desaliento. Ninguna ciencia
cempitica esta libre de las incertidumbres; incluso las «constan-
esr bdsicas de la fisica denen una historia de cambio y sus «ae
lores aceptadass van de un punto a otro, cambiando freeente-
mente en mds de una «barra de error con respecto a la
estimacidn previa (Fumtowicz y Raverz 1990, p. 4). La cucstidn
consiste en manejar las ineertidumbres que son caracteristicas
de cada campo, de modo de lograr obcener de ellas le informa-
cidn de mayor calidad posible.
El manejo de las incertidumbres en las ciencias cuantitativas
maduras se logra en vietud de destsezas arresanales heredadas, a
menudo inconscientes. En los nuevos campos, particularmente
los que se relacionan con cl ambiente; dance ks incertidumbses
caracteristicas son grandes, complejat y menos bien comprendi-
das. es necesatio paseer lineamientos guiss explicitos para st
manejo. Proporcionamos estos lincamiences cn un sistema de
notaciones NUSAP, en la que distinguimos tres tipas de incerti-
3dumbres, a saber; las técnicas, metodolégicas y epistemalégicas.
‘Como hemos visto, NUSAP es un acrénimo que presenta cinco
posiciones para un enunciado cuantitativo completo. Los prime-
0s tes, Numeral, Unidad y aleance (Spread) son familiares ala
prdctica cientifica estandar. [Los dos tilrimos, evaluactén
(Assessment) y Pedigree. describen los juicios més cualitativos
sobre la cantidad. Bl «aleance» constiruye un puente entre am-
bos aspectas, expzesa les incertidumbres sécnieas y se relaciona
con el grado de precisi6n al que los experimentalistas denomi-
nan vetror aleatorio» y controlan por medios estadisticos. La weva-
luacién» transmite la falta de conflebilided. Se relaciona con el
grade de exactinud, 6 con lo que los experimentalistas denomi-
nan You might also like