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Construin una culture de paz implies perder el miedo a te diversidad y 9 las di Ferencias. Si ls cultura as auitive y forma de cuidannes, la divensidad abordada 6m este estudio ee aquelia que ha sido objeto de axciuaién aaciel (mujeres, in migrantes y personas con discepacidad). En sentido progresive, cade sparta Go del articule aborda un émbito de la divereidad excluida y sua interacciones, Nuestre cropuesta, © través de le voz de law mujeres, los inmignantes y las per ‘sons con iscepacidad, es que le paz es posible y que Se puede legen a elle POF medio de le educacisn, PALasnas CLAVE: Culture de paz: Diversidad: Género; Discapaciciad; Inmignaciin. Cultura de paz, diversidad y género Olga M* Alegre 1a educacion para la paz se ha ido convir- tiendo en uno de los nuevos retos de la educa- cién, aunque los ritmos de su implantacién escolar han sido desiguales. Conviene situar la educacion para la paz en el marco de una edu- cacién pluridimensional, mediante la cual la persona, en distintos ambitos, y en distintos momentos a lo largo de la vida aprende y construye conocimientos y valores, a través del Aesarrollo del juicio eritico y de la accién. Por otro lado, es evidente que, si entendemos la ‘educacién como un proceso global dirigido tanto alos individuos como a la sociedad para ‘que sean capaces de satisfacer sus necesidades y resolver los problemas colectivos, es impres- ‘indible que la educacién para la paz se realice ‘en todos los émbitos de la esfera humana. Tal ‘como se indica en el Informe de la Comisién Internacional sobre la educacién para el siglo XXI (Delors, 1996), “saber conocer, saber ha- cer, saber ser y saber convivie” constituyen los ‘cuatro pilares de esa educaci6n. gous 8 Univrsidad de Le Lagunat Considerar ala otra persona como enemi- 42 supone partir de una concepcién negativa y amenazadora de la diversidad. Desde el pro- yecto internacional “Educacién para el pre- sente sin violencia: Construir una cultura de paz’, en el cual estamos implicados, se pre- tende avanzar desde el miedo a la diversidad al valor de a diversidad, Para ello es necessrio repensar nuevas formas de ver al otro y ala otra y analizar qué valor tiene para el ser hu- ‘mano la diversidad. Par y respeto a la divers dad se hallan, pues, en estrecha vinculacion: “La paz se encuentra intimamente unida al valor dela diferencia. La diversidad es lo més genuinamente natural en el ser humano. La diversidad implica afrontar el riesgo del con- flicto y de la incertidumbre” (Alegre, 000). La cultura de paz es un conjunto de valo- zes,actitudes y comportamientos que rflejan el respeto a la vida, al ser humano y a su dig- nidad y que ponen en primer plano los dere- chos humanos, el rechazo ala violencia en to- * Departamento de Dita e ivestiacin uosta. Fauted de Eucacin. Emi egre@ul os Le ata es miem- bro ao grupo de invesigecén acs de gtnero, masculidedes, vara de genre inarcaturaled des Unters te de Le Logan "2 Atiauoreiido ef 29 de marzo de 2008 yaceptado en mayo de 2008, [+] das sus formas y la adhesion a los prin de libertad, justicia, solidaridad y tolerancia, asi como la comprensién entre los pueblos, los colectivos y las personas. La violencia es el re- flejo de una sociedad en quiebra. La paz es si- nénimo de justicia social y de respeto por los derechos humanos, sociales y culturales: “La pr, se crea y se construye con la superacién de las realidades sociales perversas. La paz se crea se construye con la edificacién incesante de la justicia social” (Freire, 1986). En este articulo queremos refljar la voz de tues grupos diana: mujeres, inmigrantes y per- sonas con discapacidad, como ambitos desta- cados de la diversidad, que manifiestan que construir una cultura de paz. es posible y se puede llegar a ella por medio de la educacién. Mujeres y cultura de paz: primera exclusion “Me extremecié ls mujer del posta. me estre- _mecié la mujer que parié once hijos,meestremecie ron mujeres que la historia anot entre laurles y otras desconocidas gigantes que no hay libros que Tas aguanten, me han estremecido un montén de _mujetes, mujeres de fuego, mujeres de nieve.” (Si- vio Rodiguez, 1978) Importantes relaciones se establecen entre los estudios de género y los estudios para la paz (Comins, 2003): a) deste una perspectiva crit ca que nace de la necesidad de hacer un andl sisediagnéstico de Ia situacion de la mujer y la ‘opresién @ la que se ha visto sometida, ya que en muchas ocasiones las dominaciones y subor- dinaciones estén enmascaradas formando parte de la violencia cultural: y b) desde una perspec tiva constructiva que arranca de la conviccién de que la experiencia de las mujeres en la histo- ria es un legado imprescindible que ha alimen. tado valores tenidos por femeninos pero que en realidad pertenecen a hombres y mujeres. La prevalencia existente de casos de violen- cia familiar contra la mujer y en etapas de em- barazo, parto y puerperio es recogida por Co- Jombo y colaboradores (2005) en un estudio ‘con entrevistas @ 529 mujeres en Buenos Aires. Destacan los resultados obtenidos en el senti- do de la importante incidencia de violencia fa- miliar en poblacién joven, asociada con emba- razo de adolescentes, y la significativa inciden- cia de mujeres victimas de violencia que tiene gran n‘imero de hijos. Sefialan que la violencia afecta tambign a la poblaci6n con alto nivel de instruccién, lo que confirma la tesis de que es tun fenémeno extendido entre distintos grupos socioculturales. Lievada al émbito escolar, Dunne y colabo- radores (2006) exploran la violencia de género «en las escenas escolares como fenémeno exten- ido en muchos paises. Las conexiones entre las relaciones de género y la violencia de géne- ro son claras en las escuelas estudiadas. Las es- tructuras y practicas cotidianas se relacionan también con el género y la violencia y se vin- culan con la violencia perpetrada por estu- diantes a otros estudiantes, por profesores a estudiantes y por estudiantes a profesores. Esta violencia es palpable en paises desarrollados y ‘muy poco investigada en escuelas de pafses po- bres, aunque no hay duda de que en los mis- ‘mos se practica igualmente. En la base de dicha violencia estén los este- reotipos de género, segtin Anggird (2005), que anali26 a ocho nifios preescolares en sus histo- ris narrativas, que tenian alto contenido este- reotipado de género. Tras la intervencién, se ppudo observar cémo las nifias son capaces de dejar los “caracteres” femeninos y jugar @ pa- ples activos, y los nifios dejar a sus héroes y hhacerse amigos con los enemigos. Los nifios Iegaron a usar las historias creativamente. Son los profesores masculinos, en el recien te estudio australiano de Martino y Frank (2006), los que Ilegaron a la convicci6n de la importancia que el impacto de la “masculini dad” ejerce en sus précticas pedag6gicas y en las relaciones con los chicos. De manera simi Jar Rocca (2005) obtuvo datos interesantes en relacién con el papel que el profesor desempe- fia respecto a la violencia verbal y los compor- tamientos comunicativos de los estudiantes, Ejerce un rol fundamental el profesor en la construccion de la masculinidad y feminidad, tal como indica Paechter (2006). a propuesta curricular que hacemos en el proyecto “Educacién para el presente sin vio- Jencia” contiene el tema de “la educacién senti- ‘mental”, el cual despert6 gran interés por parte del profesorado participante (fue trabgjado por 147 nifios y nis adolescentes en Espafa, Ita- lia, Alemania y Dinamarca, y sus 10 profesores y profesoras), y dos de cuyos bloques concep- ‘tuales giran alrededor del autoconcepto y la au- toestima. Ciarrochi y colaboradores (2003) en- contraron dificultades en adolescentes en la di- reccién de que aquellos que tenfan bajas com petencias emocionales, también tendrian pro- blemas de identidad, més ideas suicidas y me- nos habilidades de busqueda de ayuda y apoyo social. gualmente Liaw y colaboradores (2003) encontraron que los estudiantes de secundaria due indican menores niveles de adecuada edu- cacién emocional tienen puntuaciones més al- tasen estrés, depresion y quejas somaticas Es importante la vinculacién del sistema de sgénero con las relaciones interpersonales y so ciales. Asi, mediante autoinformes, se han en contrado relaciones positivas entre una buena educacién emocional y una mejor calidad en Jas relaciones sociales (Schuite y colabs., 2001). Desde edades tempranas, se ha encontrado ue los estudiantes de primaria que obtenian mayores puntuaciones en competencias emo- cionales, eran evaluados por sus compafieros como menos agresivos y sus profesores los ‘onsideraban mas propensos a los comporta- mientos prosociales que los estudiantes con baja puntuacién (Rubin, 1999). Lopes, Salovey y Straus (2003), por su parte, hallaron eviden- cias sobre la relacin entre una buena educa- cin emocional y la calidad de las relaciones sociales. Los estudiantes que puntuaban alto en inteligencia emocional mostraron mayor satisfaccién en las relaciones con sus amigos € interacciones més positivas, percibieron un ‘mayor apoyo parental e informaron de menos conflictos con sus amigos més cercanos. ¥ los amigos manifestaron que sus relaciones de amistad con ellos se caracterizaban por un "mayor apaye emacional, mayor mimero de in teracciones positivas y menor mtimero de inte- racciones negativas. Ciarrochi, Chan y Bejgar (2001) constataron que las mujeres presenta- ban mayores puntuaciones en inteligencia emocional que los hombres y que las adoles- centes con alta inteligencia emocional eran més capaces de establecer y mantener relacio- nes interpersonzles, tenfan mis amigos © ma- yor cantidad de apoyo social, sentian mayor satisfacci6n con las relaciones establecidas en Ja red social, tenian més habilidades para iden- tificar expresiones emocionales y presentaban comportamientos més adaptativos para mejo- rar sus emociones negativas cuando se contro- laban los efectos de otras variables psicoldgicas como autoestima o ansiedad. Modelos de mujer no décil, invisible y es- peciales se muestran en el estudio actual de Rodda y Bartholomew (2006) con mujeres j6- venes estudiantes de matemsticas donde se re- chaza la imitacién del modelo masculino. Por su parte Gordon (2006), con mujeres jovenes de paises nérdicos, en un estudio etnografico € historias de vida, muestra las diferencias vivi das en la educacion y en la vida cotidiana co- ‘mo ciudadanas. Rodriguez y Diaz (2005) abor- dan las diferencias de género como elementos articuladores en el tratamiento de la diversidad dentro de un enfoque particular de formacién en valores en la escuela, Se presenta c6mo pue- de plantearse la cuestin del yénero dentro de tuna propuesta de formacién en valores. Sexismo y guerra han estado siempre uni- dos (Readon, 1985) y la raiz es el miedo a la diversidad, Tanto la sociedad sexista como cl sistema de la guerra son manifestaciones de la capacidad de usar la violencia contra esos ‘otros que nos producen miedo. En el sexismo, la violencia es el fruto del temor que tiene el hombre 2 perder el poder o el control (Vla- chova, 2005). En la guerra, la violencia es fruto del miedo a perder el poder o la ambicién de tener més poder. Readon (1985) insiste tam- bién en que el origen del sexismo y la guerra es el profundo miedo a la capacidad humana pa~ 1a el cuidado, porque el cuidad, el interés, el afecto y la preocupacién son una amenaza a la aceptacién incondicional de la autorided y por e:0 se han confinado estos valores a las esferas privada y femenina, [=] [»] En el proyecto de investigacién en el cual estamos implicados ~"Educacién para el pre- sente sin violencia’ los contenidos curricula- zes propuestos como alternativa a ese miedo a la diversidad serfan dos: la generalizacién del cuidado como valor humano y no meramente de género: y la creacién de unos roles de géne- ro ms flexibles. El cuidado y el interés tienden «estar orientados hacia las personas y las rela- ciones mas que hacia las estructuras y las re- las. Cuando las estructuras o las reglas son vistas como daninas para las personas, una perspectiva femenina se saltaria las reglas o se saldrfa de las estructuras. Bl patriarcado ha tendido a impedir el desarrollo de los valores de amor, cuidado y generosidad y ternura en el hombre. El miedo en los hombres es encauza- do por la agresién, y en las mujeres por la su- rmisiOn: “La demostracion de miedo en las mu- jeres resulta femenino, mientras que en los hombres indica cobardia” (Readon, 1985). La ‘mejor forma de educar en el valor del cuidado a mujeres y a hombres lo propone la coeduca~ cidn. Todos los contenidos curriculares del proyecto “Educacién para el presente sin vio- lencia” tienen un enfoque coeducativo. Cita Quintero (2005) el articulo del escri- tor colombiano Héctor Abad Faciolince (EI Colombian, marzo 2003) titulado “Blogio a la ‘mujer brava’, del que extraemos algunas frases sis signficativas. "Estas nuevas mujeres si no logra amarrar y ‘poner bajo contro al butro machista que levamos dito, son las mejores pais. A os hombres ma- chistas, que somos como el 96% de la poblacion ‘masculina, nos molestan las mujeres de caricter de- ido... En reliad les tenemos miedo ¥no vemos Thora de hacerespagat muy caro su desafio al po- der masculino, que basta hace poco habiamos de- tentado sin cuestionamientos. A estos machistas in corregibles que somos, machistas ancestrales por -cultaray por herencia, nos molestan istintivamen- te ess feras que en ver de someterse a muestra vo- Junta, atacan yse dofienden” Contintia Quintero planteando el contraste entre Ia idea de mujer que en él mismo perdu 1a, frente a esa nueva idea de mujer igual y compattera: “La hembra con la que staan... onsite en ‘uma pareja joven y mans, dule y sumiss, sempre con tna sonrss de condescendenca en a boca. Una ‘mujer bonita que no dscuta, que sea sap ydi- ga foses amables, que jamds reclame, que abra la boca solamente para ser correct, clog nestros ‘actor ycelebrarnos bobadas, Que use Int manos po ra la cri, par tener I aia impecabe, hacer bu nos plats, servr bien fos rags yacomodar ls flo res en floreos... Estas mujeres nuevas nose dejan ‘da Ordenes,ni paderosdejarlas plantadas, tra- as, 0 arrinconadas,enslencio,y, de ser posible, en roles subordinados y en puestossubalternos. Las mujeres nuevas estudian més, saben més, tienen sds diciplina mas iicatvay quizd por eso mis smo les queda mas dif conseguir pareja, pues 10- os os machista es tememos Finalmente, el autor plasma que, cuando es

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