edad y ala soledad. A corto plazo, los niios no solo no se adaptaron a la vida dentro det hosp tal, sino que tencian a lamentarse por ta “mala suerte” y lo injusto de tener la enfermedad. AL relacionar tiempo de hospitaizacién con el ‘ipo de personalidad, se observé que los nifios lextrovertiéas se adaptaron mas ficilmente a las hospitalizaciones que los introvertidos. Asi mis mo, que los nits de 7 y 8 aos, a través det jue go, establecieron lazos de amistad y percibieron coma mis agradable laestancia en el hospital. Sin embargo, para los niios mayores se observaren conductas como aislamientoy la falta de amistad con otros nifios, lo cual incrementé la tendencia 2a inadaptacién, Reacciones de la familia Las enfermedades crénicas son un estresor impor tante que exigen la adaptacion en a familia para adquirir compromisos médicos, nuevas responsa bilidades y cargas financieras. De esta forma, los recursos disponibles en la famita y el contexto social infuyen en et ajuste del niio. Por tanto, cuando se examina el ajuste en et niio afectado por el cancer, es importante considerar también el ajuste en los miembros de la familia (Robinson et al,, 2007), (Cuando se diagnostica una enfermedad oncolégica Infantil la situacién es compleja. Los padres, her manos y demds familiares implicades se enfren tana un amplio espectro de emociones, como ir, miedo, soledad, depresién 0 ansiedad; por allo, ‘4 diagnéstico esté asociado con considerables grados de malestar en ta familia. Deben asumir huevas responsabilidades, como enfrentarse al diagnéstico, ala administraciin del tratamiento y ‘ala explicacién de la enfermedad a nfo Ganyer et al., 1997; Vance y Eser, 2004), Los progenitores no siempre responden del mis mo modo ante la amenaza de la integricad del nino. Sus respuestas estan determinadas por dis Lintos factores, como los rasgos de personalidad, actitudes, valores, creencias y redes de apoyo social. Asi como la estructura familiar, estilos de aftontamiento, experiencias previas, relacién con el paciente y demés miembros de la familia. Sin olvidar la historia previa de pérdidas, recursos sociveconémicns, nivel educatvo, factores socio demogrsfices y 12 condiciin de minoria étnica Dichos factores mediatizan las reacciones emo: Cionales referidas a dolor, culpa, negacin, duelo anticipado, temor, soledad y esperanza. Todo ello puede llegar a afectar la salud fisica y el aien: estar psicoldgico de la pareja y demas familiares (Astudilo, Mendinueta y Casado, 2007; Barakat, Marmer y Schwartz, 2010; Del Pozo, 2007; Det Rincin, Martino, Caté y Montalvo, 2008; Gémez, 2001; Rodriguez otal, 2012) Hay que tener en cuenta, como ya se ha sefalado, que los nies que viven en un ambiente famiiar positive con alta expresividad de emaciones, cohe in y bajo conficto tenen mayer prababildad de adeptarse adecuadamente ala situacién de enter edad, Se ha observado que la cohesion las ex presiones de afectividad pueden asegurar el ajuste fen cada miembro de (a familia y, por consiguiente, neutralizar el estrés. No abstante, en los nos que viven en condiciones hesties, con baja cohesién familar y altos niveles de conficto, el malestar puede exacetbar los problemas en la feria y dif cultar que elnino se ajuste (Robinson et a, 2007), ‘Ademas de los obstculos habituales, los herma: nos también sufren por el diagnéstico del nifo, experimentan preocupaciin por |a enfermedad ¥ por sus sintomas de dolor fisico y emocional Sin embargo, exteriorizan comprensién, madurez ¥y mayor apego hacia la familia. No obstante, en algunos casos pueden experimentar emociones Intrusivas y contradictorias, como miedo, ais miento, celos 0 culpa, aunque, por lo general, no transcienden a psicopatologias graves, segin Prehal y Landolt (2009). Houtzager, Grootenhuis y Last (1999) observaron que la mayoria de los hermanos pueden sufrir trastomos psicalégions importantes, como ar siedad y depresién, y en algunos casos conduc. tas dsruptivas, Por tanto, se ha sefalado que (os hermanos son potencialmente vuinerables a desa rrollar problemas de tipe emocional, conductual y Social, y que por tanto precisan de intervenciones psicolégicas Prchal y Landolt, 2009).