You are on page 1of 29
CIENCIAS SOCIALES ENSAYO. EL LIBRO UNIVERSITARIO HANNAH ARENDT LOS ORIGENES DEL TOTALITARISMO 3. TOTALITARISMO idn de Guillermo Solana i Alianza Editorial, |. We Alianza Editorial 62 ‘Los origenes del totale totalitarias responden a las necesidades de las nuevas masas desarti. sgedas, pero resulta casi imposible conocer cudntas de esas personas, si llegaran a verse expuestas a una.constante emenaza de desempleg, aceptarian de buena gana una «politica demogra cn la eliminacién regular de las personas excedentatias, 7 ‘vex que hubieran comprendido completamente su cteciente incapa cidad para soportar las carges de la vida modetna, se conformarian de buen grado con un sistema que, junto con la espontaneidad, eli mina la responsabilidad. En otras palabras, aunque conocemos Ja forma de operar y la fancidn especifica de ia Policia secreta totalitaria, no sabemos hasta qué grado corresponde el esecreton de esta sociedad secreta a los ddeseos secretos y a las complicidades secretas de las masas de nues- ‘to tiempo. 3. Dommactén Torar, Los campos de concentracién y exterminio de los regimenes to talitarios sirven como laboratorios en los que se pone a prucba la creencia fundamen le. En comparacién con éste, todos los demés experi importancia secundaria, incluyendo aquellos tealizados en dela Medicina, cuyos horrores han sido detalladamente expuestos fen los procesos contra los médicos del III Reich, aunque resulta caractetis tales Ieboratorios fueran utilizados para experimen: tos de todo tipo. La dominacién totel, que aspira a organizar la plutalidad y dife- renciacién infinitas de ‘los seres humanos como si la Humanided fuese justamente un individuo, s6lo es posible si todas y cada de las personas pudieran ser teducidas a una identided nunca ct Biante de reacciones, de forma tal que pudieran azar cada uno de estos haces de reacciones. El problema es fabri libertad» consistfa en de lograr este obje- de las formacio- fermion de su epee (p34 ios cuales perecen evo fas m “2, Hl totalitaismo en el poder 63 jones de Alte se han convert, en realidad, en aplicacién prética “Gal sdoctrinamiento ideolégico —en terreno ‘de pruebas en el que Wiebe dem: e éste— mientras que se supone que el aterrador “especticulo de los mismos campos ha de proporcionar la comproba- Gign «tedricar de la ideologia. ‘Los campos son concebidos no sélo para exterminar a las perso- “pas y degradar Tos seres human * fantdsticos experimentos de eliminat ijo condiciones cientfficamen- a ‘controladas, a la misma espontaneidad como expresién del com- “fostamiento humano y de teansformar a la personalidad hnmana e& “a simple. cosa, algo que ni siguiera son los animales; porque el erro de Pavlov, que, como sabemos, habia sido preparado para icra hambee, sino’ cuando sonaré una eampant, pervert stancias normales esto no puede ser jamés llevado a ef enteramente eliminada frisma vida, en el sentido de Ios campos de concentracién es posibl . sblo «la société la dal © do exterior, ast el experim: © de concenttacién depende sampos de concentracién y itades para la verdadera ia, que permanece o desapa- ue It existencn de extoe campos de concen porque, por improbable que pueda parecer, “tales campos son fadera instituciGn central del poder organi- 2ador totalitario. _ Existen numerosos informes de supervivientes ™. Cuanto més auéénticos son, menos tratan de comunicar lo que rehitye a la com- To ors infomes sobre lov campos nae de cocentrcéa. son Ios de Dave Boos bar, Bueen Kocon, Sethe (Se mayo oe re Nat Cn eBoy Yr ge © fc os capon ovine eco se fy cxodente Song HSE 4 Sm cs ns pibleta Bajo el lobe 4 Los orfgenes del totaling (2, Hl towltamo en el poder 63 prensién humana y la experiencia humana —los suftimientos, le decir, lo que transforma a los hom! i ee quejan» *. Ninguno de esos rela. pasiones de ultraje y simpa siempre movilizados en pro que hable o escriba acerca de {de que los judios serian extetminados como piojos (es decir, con @ nadie no creetles. trfnseca- altado inceridad, como si hubiese con. do ua psa con ie read ca duda de las personas respecto de sf mismas y respecto Ia realidad de su propia experiencia solamente revla {0 ae los sc zis siempre habfan sabido: que los hombres tesueltos ‘« cometer crfmenes hallarén oportuno organizarlos en la escela més asta y ms improbable, No sélo porque ello toma inadecuados y ubsardos proporcionados por el sistema legal, sino porque Ja misma inmensidad de los crfmenes garantiza que los asesinos, que proclaman su inocencia con toda clase de menciras, serén més fll , quienes dicen la verded. Los nas gl Heaton «consist necro reserve a a nos tf devorando & sus propios hijs, porg este descubrimiento. Hitler hizo publicar millones meee oe oon oar oe su libro, ea cl que dedaraba que-pura rener 62 fie los que pudieran set desctitos en una capscidad o en otra como qe ser enorme —Jo que no impidié que In gente le creyera, como, | hijos de la revolucién —las facciones tusas, los centzos de poder dle manera similar, Ia afirmacién de los nazis, repetida ad nauseam, ait ol Zico 1a buncceacs. Mischos’ de fos bechoe se ” [en nuestros dias se han convertido en especialidad del Gobierno “totalitaio son muy bien conocidos a través del estudio de la Histor jempre ha habido guerras de agres ‘matanzas. de Its carecieron de frenos hasta que edentes y analogia icial de Ia dominacién totaitaria sirve, desde luego, 8 adversarios y de ace impose comienza sélo despues ando el régimen ya no to se ha sefs- ss se han con- oposicién ulterior; pero el hhaber sido superada esta fase ido en el fin, pero ello es, sélo un reconocl- 10, bajo paradéjco disfraz, de que ya no se aplica la categoria justifica los medios», de que el terror ha perdido su que ya no son los medios los que asustan a Ja gente ya la explicacién de que la revolucién, como en el porque el Dark Side of the Moon; también Davia J, Dissay, of. city aungue sus infor rmaciones son | porgue’ proeden de" adanacadass todos los imperios de Ia antigieded s de los esclavos propiedad del Estado, que etigian sus edi licos. Ni siquiera fueron invencién de los movimientos totalita- 8 campos de concentracién, Emergieron por vez primera du- la guerra de los boers, al comienzo del siglo, y siguieron siendo sng, tanto como en la India, para gut hallamos por vee primera el ino acustodia pre que fue més tarde adoptado por el “AIT Reich, Estos campos corresponden en muchos aspectos a los | campos de concentracién al comienzo de la dominacién totaitaria; tan utilizados para «sospechosos» cuyos delitos no podian ser pro- Sahel de pn anerde ve No “le di ce Los oxigenes del totalitatism bados y que no podtan ser sentenciados tras procesos legal natios. Todo ello sefiala claramente a los métodos in; todos éstos son elementos que se utilizan, an y sobre la base del principio nibilista de que «todo esté permitido», yn por supuesto. Pero alli donde nuevas formas.de dominacién asumen su estructura auténtice ue sigue ligado a fos mo. os y al interés propio de los dominadores y penetran cen un terreno que hasta ahora nos resultabe completamente deseo- nocido: el terreno donde «todo es posible». Y, de forma bastante xfstica, éste es precisametne el terreno que no puede quedar io ni por motives utilitarios ni por el interés propio, cual- que sea el contenido de ést Lo que se rebela contra el sentido comin no es el pi hilista de que «todo esté petmitido», que se hallaba ya cont cn la concepcién utilitaria y decimonénica del sentido comin, Lo gue el sentido comiin y Ia agente normal» se niegan a creer es que todo sea posible”, En.la experiencia presente o recibida tratamos de comprender elementos que simplemente superan dad de comprensién. Tratamos de clasificar como criminal a algo para lo que, como todos sentimos, no hal jante categoria, ¢Qué significedo tiene el concepto de ase do nos enfrentamds con la produccin en masa de cad mos de comprender el en los campos de concentracién y de los hombres de las SS, cuan- do lo que debe comprendetse es que el verdadero espftitu’ puede set destruido sin legar siquiera a la destruccién fisica del hombre; y que, desde luego, el espititu, el cardeter y la individualidad, bajo tancias, sélo parecen exptesarse por la rapidex que se desintegran ™, En cualquier caso, el re sultado final es el hombre inanimado, es decir, el hombre que yt no puede ser psicolégicamente comprendido y cuyo retorno al mundo psicolégicamente humano o inteligiblemente humano se parece trechamente a la resurreccién de Lézato. Todas las declaraciones del sentido comin, tanto si son de naturaleza psicolégica como s gica, sirven sdlo para animar a aquellos que consideran «supe: detenerse en los horrores» Si es cierto que los campos de concentracién son le institucién ‘més consecuente de la dominacién totalitaria, adetenetse en los ho Hl primero en comprender esto fue Roussty, en L'univers concentration aig, 1947 ouster, op. city p. 587. ™ Véase Guoncns Bataizi, en Critique, enero de 1948, p. 72. 42, El totalitarismo en el poder or © stores» parecerfa indispensable pata 1a comprensiéa del totalitaris, * mo. Pero la rei cencia no puede lograr més de lo que logra el {ncomunicativo relato de un testigo ocular. En ambos “tina tendencia inherente a apartarse de le experies © tacionalmente, ambos tipos de relat denotan bismo que separa al mundo de los vivos del de los muertos vivien tes, de no poder proporcionar més que’ una serie de hechos records: fos. que parecen tan increfbles @ aquellos que los relatan como & quiches les escuchan, Sélo pueden permitizse seguir pensando, en B Gsos Horrores las temerosas imaginaciones de aquellos que se han sentido conmovidos por semejantes hechos, pero que no los han su- Fedo en su propia carne, de aquellos que, en consecuencia, se ven Jibres del terror bestial y desesperado que, cuando uno se enfrenta © con el terror presente y real, paraliza inexorablement fho sea una simple reaccién, Tales pens para Ia percepcién de los contextos politicos y pat He las pasiones politicas, Un cambio de personali fque sea, no puede ser inducido por el hecho de reflexionar {bs hortores, como tampoco puede inducislo la experiencia real del ower, La relia den bomb «un az de econ It ‘tan radiealmente como una enfermedac toi [o-aue dex tro de € es personalidad o carfcter. Cuando, como Lévaro, sut “de Tos muertos, halla _su i acter i sate €l los dei6, _y-[eeoma: El torce : SOE Fa alsma aianere que el horror, o pensar sobte el hotrof, no wede provoear, en los hombres un cambio de carécter, no puede acer a'los hombres mejores 0 peores, tampoco puede convertirse ea la base de una comunidad o de un partido en su sentido més estre cho, Los intentos de construir una dlite europea con un programa Ge comprensin inteacuropea basado en Ia experiencia comein europea dde los campos de concentracién fracasaron de la misma manera que {os intentos que siguieron a la primera guetta mundial para extraer ifismo de Ia posguerta, pot ejemplo, la guerra, no de la experiencia de guetta. En luget de producir un pacifismo desprovisto de realidad, In pereepeidn de la estructura de las guerras modernas, guiadas y ne muchos de tales eatisbos» sobre Spalmente en 1, observacion de que a ‘Ge lor internados es diffeimente Los efgenes dl toaitrsny podia haber conducido a Ia comprensisn “inica norma para una guerra necesazia es la lucha conten iones bajo las cuales Ia gente ya no desea vivir, y nuesha evince abe of ifirno atormentador de los campoe tox ros nos ha ilustrado muy bien acerca de la posibilidad de seme tes condiciones Aa, cf remorw lo¥ cimpos de conceit fy [esultante percepcién sobre Ia naturaleza de la dominacién total pue: den servir para invalidar todas las anticuadas diferenciaciones pall cas de la derecha a la izquietda y para introducir junto a ellas y por io més importante pare juzgar los aconteci. de nuestro tiempo, es decir, para determina” si sitven 0 no sieven a la dominacién total En cualquier caso, Ta imag taja de disolver las interpretaciones so que se hallan basadas en la supersti que algo bueno puede at del mal, Semejante acrobace dilécca ela ona cena lc justficacién mientras lo peor que_un hombre podia muerte, Pero, como hoy sabemos, la ado, EI asesino que mata a un hombre —a un hombre que en cualquier caso tiene que merit, se mueve dentro de un terreno que nos es familiar, el d y el de la muerte; ambos tienen una necesaria conexi ue se halla establecida 1a dialéctica, incluso aunque no siempre se ‘esc El asesino. deja un cadaver tras de sf y no si borra todos tasitos son los de su propia identidad, y dolor de las personas que amaban a la vi pero no desttuye el hecho de la misma a. Los nazis, con la precisién que les caractetizaba, acostumbroben strar sus operaciones en fos campos de conentracién con le riibrica «bajo cubierta de la noche» (Nacht und Nebel). El radica. smo de las medidas encaminadas a tratar a la houbieta existido, y para hacerla desaparecer-en Ia palabra, con fretuencia no resulta evidente a primera vi ue tanto el sistema alemén como el 1us0 no. son unifor consisten en una serie de adas de forma muy dif gorias soln exist en el mism PO, pero sin unas con ottas. Frecuentemente, slamiento entre las categorias spropiado fadir que con la iar ng toda la cuestién de la guerra ha expe ‘decisivo. Un debate sobre esta cuestiGa supers, desle Iuego, los limites del teme\en este Hbro, 2, Hatin oe ae ¢ cyellWoqice ~ an mis estricto gue el sisamient respect del mundo exterior. 5, debido a consdeacons racials, os cudanos de otros pueb enemigos declatados de los ‘en dos grupos: el de aquellos cuyo «ex- do en In agenda para fecha inmeslata (como (os) o pod eaperatse en un futuro previsible ‘polacos, los rasos y los ucranianos) y-el fa afectados por instrucciones selat- , como en el caso de los ‘otra parte, hemos de dis- ir tres sistemas spendientes. En primer lugar, 3s de auténticos eabsjadores forzados que viven en xtraotdinariame ‘elevado, pero que se hallan ese fs cca er oe Ng ios campos de aniqulamiento, en ode is intemador son sistem feamente exterminados a través imbre y 1a aus goatee «oe nb I ewes EI auténtico hoxor bs, 1pos ee cocoa gem As io tadica en el hecho de que los internados, aunque consi fo sina’ ‘ellen role ‘efectivamente aislados del mundo de = ‘porque el terror impone el olvido.. to sasez de nuevos envios humianos, surja puede resultar que, por esc: eer 10 de la despoblacién de los campos y se dé la, tee Sol er aS bat Laiwunda & hl ima da Terror res de campo que, «ted tos log commandant de campo qu, ‘sexo Th, bike & 660 Lo crfgenes de totaling tital6 sus relatos sobre el perfodo pasado en un campo de concentig. cién alemén Les Jours de notre mort, y, desde luego, sucede con si existiers una posibilidad de dar permanencia al mismo proces de morir y de imponer una condicién en la que tanto Ia 'macne obstruidas con idéntica eficacia, in-de algin fal tadigal)anteriormente de que pone fin a Tz nocion de desarroll le que ; que realmente nunca 3 debiera haberlo estado, tal como nosotros comprendemos la politics 3 saber, el todo o nada. Todo significa una indeterminada infinided B de formas de vida en comin, La nada, es decir, una victotia de los 55 campos de concentracién, significarfa pera los seres humanos el mis. § mo destino inexorable que el empleo de la bomba de hidrégeno ® seria pare el destino de la raza humana, 3 cin. Su ‘puede sarcado completamente por Simaginacién por Ia simple raz6n de que permanecen al margen de 9 la vida y de la muerte, Nunca puede ser dotalmente desctito, por $ taz6n de que el superviviente retorna al mundo de los viv $ le hace imposible creer por completo en. sus. propias exper = pasadas. Es como si hubiera tenido que relatar lo sucedido en otro 2 planeta, porque el status de los intemados para el mundo de los J& vivos, donde se supone que nadie sabe si tales internados viven o han m », es tal como si jamds hubieran nacido. Por ello, todos los paralelos crean confusién y distraen Ia atencién de lo que es esen EI trabajo forzado en las prisiones y en las colonias peniten- deportacién y la esclavitud parecen, por un momento, ‘ofrecer comparaciones vilides, pero en un examen més atento s¢ advierte que no llevan a ninguna parte. EL trat forzado como castigo se halla limitado en el tiempo i condenado conserva sus derechos sobre su nado, La deportacién expulsa al deportedo sélo de una parte mundo a otra parte del mundo también hebitada por seres humat le excluye pot completo del mundo humano, A través de la me los eampos de con de Wiarain Stantinern, Wara f2: El totlitarismo en el poder 661 concentraci6n, apartados de la viste y, por ello, de Ja proteccién de . Como instrumentgs de trabajo, tenfan un precio defi- 10 propiedad, un |valor}definido, El intermado en el campo rcién no tiene precio, porque siempre puede set susti- sabe a quién pertencce, porque nunca es visto, Desde ta de una sociedad normal es absolutamente supertluo, jungue en tiempos de aguda escasez de mano de obra, como en lado para el trabajo. ‘cidn econémica permanente en el campo ha ‘propio aparato supervisor; asf, desde el punto de vista econé- jnico, los campos de concentracién existen ptincipelmente en. su buroctacia soviética ha decidido dignificarles con este nfs forzado no es Hrusos, que carecen de I | tlamente reclutados para trabajar en cualquier momento, La inverosimilitad de los horrores e: is condujeron esta inut rodante, establecieton enotmes y costosas ffbricas de exterminio y transpottaron millones de personas de un lado para otto ™. A los sap pute de_ ajo elado en g Bien era aupetivo, o habla ‘oes Tambien ugar come efit ae Sod annie ‘i'pemona a ules [ot nics tla fos yarn Gonstantemnente nuevos planes de colonzaién: Los origenes del tr ojos de un mundo es entre estos actos y la ‘empresa un aire de enloquecida isrealidad, Esta atmésfeta de enloquecimiento e irrealidad, creada por una ta de objetivos, es el verdadero teldn de scero que ocults todas las formas de los campos de concentracién de las mitadas del mundo. Vistos desde fuera, esos campos y las cosas que suceden pueden set descritas s6lo mediante imagenes extral a muette, es decir, de una vida despro- exrenal, ‘Los campos de concent pueden 5 dos en tres tipos, correspondientes 4 Jas tres concepciones bésicas occidentales de la vida después de la ‘muerte: Hades, Purgatorio e Infierno, Al Hades cotresponden esas formas relativamente suaves, antafio populares en los pafses no tote- litatios, para apattar del camino a los elementos indeseables de todo tipo —refugiados, apéttidas, asociales y parados—; asf, los campos de personas desplazadas, que no son nada més que campos pare per- sonas que se han tornado superfluas y molestas, sobrevivieron a la queda tepresentado por los campos de trabajo tea, donde Ja desatencién queda combinada con abajo forzado. El Infierno, en el sentido fue encamado por aquellos tipos de campos perf nazis, en Jos que toda la vida se hallaba profunda y sisteméticamente forganizada con objeto de proporcionar el mayor tormento posible. ‘Los tres tipos tienen algo en comin: las masas humanas encetta- das en esos campos son tratedas como siya n0 si lo que les sucedieta careciera de interés para cualquiera, como si ya estuviesen muertas y algtin enloquecido espiritu maligno se divir tieta en retenerlas durante cierto tiempo entre la vida y la muerte vista de ilambradas como Ia irrealidad expertamente ienes cercan lo que ptovoca tan enor ce parecer af exte Petfecamente normal, Todo lo que se ha hesho en os es conocido del mundo de las f crversasy maligna, Lo de comprendicr ex que, como tales fontuates, 2otoe hanibles mrgula, de ease especialmente vial of the ‘Major War rinats, Nuremberg, 1947. 42. El totaliturismo en el poder 663 fesarrollen en un mundo fantasmal que, sin embargo, sited por ext dail, en un mundo que std completo cos los datos sensible de la realidad, pero que case esa curoctura de consecuecia yd respon sin coal iad sigue siendo para nosotros una masa de datos incompren- angst esltado ee que se ha estableldo un lugar donde lot mbes pueden ser torturidos y asesnados y, sin embargo, ni los stormentadores alos atormentados,y menos an Tos ue, bali fuera, pueden ser conscientes de que lo que esté sucediendo es algo és que un cruel ° a fgalas que los aliados presentaron en Alemania y en todas F me de a demostraron claramente que esa atmés- partes después de la gue meni ope ae fera de insania y de irrealidad no quedaba Je. Para el observador in prejucos, ‘como las fotograffas de susta ee arte Hl sentido comb tescrionaa vty con ese argument plausible: étos cuando les hicieron tales c a, entre el hambre, la superpoblacién y ol 12 que dejéramos de gasear a los judios!»; fio generalizado: «{Lés e clo genet aaen, can exe eet encogimiento de hombros que yy en todas partes, con “aguarda a la propaganda Sorta demand toner, eB ia porque resu siado monstruose, 6 post rows pata aguellos que siben por su propia imaginacién lo gue son “ Gxpaces de hacer y que por ello. se muestran perfectamente descosos “se cert en a realidad de lo qe ban vito: Stbiamente of topmt | evidente que cosas que durante mi inacién. hu- “ fhana habia apereado' un lugar més all de la competencia humena, |W peraacnnns, op. ty setae uel do de or amon sera So are, fe Gitar de iad, sma «ede ow ioe © inter Los origenes del totalitatieny logradas aqui Purgatorio, ¢ incluso una 108, tepetidas en muchos relatos del mundo de los parcoen expresat mas que un desesperado intento de td fuera del terreno de la expresiOn humana, Nada tan radicalmente «Jas modemas masts pérdida de la fe en un Juicio faa be pede eet y er arkow ba peddle na pas Incapsces de vivir sin temor y sin esperanza, estas masas se sienten atrafdas por cualquier esfuerzo que parezca prometer Ia fabricacién hhumane del Paraiso que ansiaban y del Thficrno que temfan, De la ‘misma manera quel icas popularizadas de Ia sociedad sin clases fcula semejanza con Ia Edad Me- de los campos de concentraci imagenes medievales del Infierno. ook sinio awe no puede reproducrse es To. que hacta toler wombre las concepciones tra del Infiemo: el Juicio Ia idea de una norma ab: ia combinada con Ia p. dd fina de rain, Porous en J consideacién humane pecado proporcionado a los tormentos eternos del to. De abi el destoncerto del sentido comin, que pregunta: Gul czimen habrin cometido esta personas para suftir tan inhumanamen- tranapareatey 7 lis es preces r la fea y-politicamente inteligible, de cadéveres vientes. El impulso y, lo que es més importante, el técito asen! Rowen, op. cit, passim, sbrayé aye Ie vida en un campo de cones ‘tracién era, simplemente, un proceso de prolongacién de la ‘goal coves BI totalitariimo en el poder 65 to semejantes condiciones sin precedentes, son producto de = acontecitmientos que en el perfodo de desintegracién poll- ; repentina e inesperadamente, dejaron a centenares de miles de 's humanos sin hoger, sin patria, fuera de la ley ¢ indeseabl tras que millones de seres humanos se tornaban econémica- Mente superfiuos y socialmente onerosos metced al desempleo. Ello suceder porque los Derechos del Hombre, que fos, que nunca habfan sido polfticamente gar jplemente proclamados, habfan perdido toda validez en su adicional. El primer paso esencial en el camino hacia Ia dominacién total tar en el hombre a la persona juridica. Ello se logra, por un fo, colocendo a ciertas categorias de personas fuera de Ja protec- ‘ci6n'de Ia ley y obligando al mismo tiempo al mundo no totalitario, ento de la desnacionalizacién, al reconocimiento lado, situando al campo de mal y seleccionando & sus 1ados fuera del proce nel definido cotresponde jue por otras zazones son un elemento esenci campo de concentracién, s6lo son enviados habitualmente a un ‘campo para completar su sentencia de cftcel, Bajo todas las circuns- s, la dominacién totalitaria trata de que las categorfas reunidas ‘1 campo —judios, portadores de enfermedades, representantes de indas— hayan perdido ya su capacidad tanto como una medida que ptiva a las personas de su capacided de actuar. Las desviaciones de esta horina en Rusia deben ser atribuidas a Ia catastrfice escasez. de prisiones y 2 un deseo, hasta shora no realizado, de transformar todo al sistema penal en un sistema de campos de concentracié ‘La inciusién de delincuentes es una necesidad para hacer plausi ble Ia afirmacién propagan co segiin Ia cual institucidn existe para los elementos asociales ®, Los delincuentes ste en que los delineventes munca debieran ante el tiempo de encarcelamiento que les in fue tal que en el ao 1925-1926 sentencas de Lot tebunales ron siempre una gran importancia « la sos eampoe. Ne fubo campo alguno 666 Los origenes del totalitstisme no pettenecen ptopiamente a los campos de con sdlo sea porque es més diffeil matar a la persona j bre que es culpable de algiin delito que en una inocente. Si constituyen una categoria nados, es una concesién del Estado to: nos tio a los prejuicios de Ia jue puede de esta manera acostumbrarse més facilmente ue los delincuentes sean enviados a los campos sélo tras 1a conclusién de su sentencia, es decir, cuando tienen derecho ertad. Bajo cia alguna debe convertirse el campo racién en igo calculable para delitos definidos. a los que leguen después que han aterrizado en el ms bajo nivel de Ia sociedad. Pronto resulta, verdaderamente, que tienen todas las razones para envidiar al ladrén o al asesino més bajos; pero, mientras tanto, el bajo nivel es un buen comienzo. Ader rno pasa nada peot que lo que merecidamente les pasa a los delin cuentes. En todas par Jos campos. (En Alema incuentes constituyen la aristocracia de » drante la guerra, fu : cién en campos de tx pico de limitada duraci cabeza no es tanto la a elementos delictivos (en 1 Unidn Soviética los supervisores no son aparentemente, como eran las SS, una élite especialmente preparada 667 ipara cometer crimenes) "* como el hecho de que sélo los criminales than sido enviados al campo en relacién con alguna actividad defi- rida. FEllos al menos saben por qué estin en un campo de concen tracién y por eso han conservado un resto de su persona juridice. ara los politicos esto es s6lo subjetivamente cierto; sus acciones, les y no simples opiniones 0 sospechas de sn como norma alcanzada por el sistema normal del pais ni est fn juridicamente definidas ™. ‘A la amalgama de politicos y de delincuentes con que comen- zaron los campos de concentracién en Rusia y en Alemania se afadié, fen una fecha temprana, un tercer elemento que habfe de constituit pronto la m mados en los campos de traci6n, Este grupo més nume gonas cuyos actos en manera alguna, tanto en su propia conciencia de sus atormentadores, guardaban telacién con st de- 5 en Rusia, por cualquier grupo que, por una u otra razén qt ue ver con sus acciones, Thabia cafdo en desgracia ant tes en todos los sentidos, son los més eonvenientes para ién de expolio y destrucién de Ia cello ambos constituyen cuslitati ids exencial de Ia poblacién del campo. Este principio sleanas su més plena realizaci6n en las efmaras de gas, que aunque sélo fuera por su enorme capacided, no podian ser concebidas para casos indi- | Niduales, sino sdlo para ‘personas en general, En este contexto, el islogo ‘siguiente resume i individuo: subraya que westo ho fue tesltado de Ia propaganda a eo que de cualquier maneee les impedila express 508 campos la ropapand de 12. Bl totalitariamo en el poder om en una absoluta soledad. Por eso es por lo que estamos sometidos a todo lo que pueda suceder» ™. ‘Los campos y el asesinato de los adversarios parte de un olvido organizado que no sélo alcanza a los portadores de la opinién pi au oral, sino gue se extiende incluso ima, Estén prohibidos el do- a una mujer presentard una después de Ia detencién de su smarido para’ salvar las vidas de sus hijos; y si su matido regress, le arrojaré indignada de le casa, Hasta ahora el mundo occidental, incluso en sus*més negros perfodos, siempre otorgé al enemigo muerto el derecho a ser recordado como un reconocimiento evidente por sf mismo del hecho de que todos somos hombres (y solamente hombres). Sélo porque Aquiles accedié a la celebrecién de los func- tales de Hietor, slo porue los més despSticos Gobierns bonrron al enemigo muetto, sélo porque los romanos permitieron a los eris- tianos escribir su martirologio, sdlo porque la Iglesia mantuvo a sus hetejes vivos en el recuerdo'de los hombres, es pot lo que nunca se perdié ni jams se podr4 perder su memoria. Los campos de con- centracién tornaron en s{ misma andnima la muerte (heciendo posible determinar si un prisionero esté muerto 0 vivo), privaron ado como final de une vida realizada, En tun cierto sentido arrebetaron al individuo su propia muerte, demos- [ tcando por ello que nada le pertenecla y que €] no pertenecia nadie. Su muerte simplemente pone un sello sobre el hecho que en realidad nunca habia existido, Este ataque contra Ia persona moral podia todavia haber que- dado neutralizado p 2. city pe 464. informe’ de Sergei Malajov, en DALa¥, op. cit, pp. 20 y 9, on Los origenes del totalitarisme nazis permitieron decidir cuél de sus tres hijos tendrfa que ser > ot ‘A través de la creacién de condiciones bajo las cuales la con. ciencia deja de set adecuada y el hacer el bien se torna profunds- i la complicidad conscientemente organizada de to imenes de los regimenes totalitatios se ex- Los hombres de responsables de gran parte de ‘esa manera con el desesperanzador dilema de si enviar a sus amigos ayudar a matar a otros hombres que result serles extrafios y, en cu ligindoles a comport ‘mo asesinos "®, El hecho no es sélo que el odio fuera desviado de quienes eran culpables (los Kapos eran mfs odiados que los hombres de las $S), sino que se hallara constantemente entur! centre el perseguidor y el perseguido, entre el de reparar) ". {Eos métodos para tratar con esta singulatidad de la persona hu- ‘mana son numerosos y no intentaremos enumeratlos. Comienzan con oe haaea Canes, en ty Ss ‘consiste ‘Zrrlamente en di he el proeso pos equa guard rvabanecondclonadot's avian del ‘chnpo y icnian a verdad ex que ala vee Siszcléa de lor campos cs ls jor posible dentro del campo». 32. BI totalitariamo en el poder Co Jas monstruosas condiciones de los transportes a los campos, cuando centenares de seres humanos son hacinados desmudos en un vagén de ganado, précticamente soldados entre sly trasladados durante 1 ding de na a otta parte del pas; consinéan con la egad al cam el bien organizado shock de las primeras horas, el rasurado de beza, la grotesca indumenta concluyen con las i las no para matar el cuerpo, en cualquier caso no para matarlo répidamente. El props- sito de estos métodos, en todas las ocasiones, es manipular el cuerpo hhumano —con sus infinitas posibilidades de sufrimiento— de tal ‘manera que sea destruida tan inexorablemente 1a persona hy consiguen ciertas enfermedades mentales de origei Es aqui donde se torna mds evidente Ia profunde insania desde luego, stica esencial de toda Ia Policia y de todo el aparato j ‘eada dia para hacer hablar a la. gente. ivo definide y racion po, €8 muerto. iadis en los primeros y-en las celdas de la Gestapo otra ilizeda en su mayor patte pot waia objetivos ni era sistemética, sino que dependia de la i anormales. La mortalidad era tan alta que s6lo unos pocos interna- dos de los campos de concentracién de 1933 sobre pimeros aioe, Este tipo de torture parca eto, lada instituci6n politica como una concesién del régimen a sus ele- inales y anormales, que eran as{ premiados por los ser- vicios prestados, Tras Ia ciega bestialided de los hombres de las SA cexistia a menudo un odio y un resentimiento profundos contra los fisicamente eran mejores que ellos, quienes se hubiesen hecho red Bi se encontraban en el poder. Este resentimiento, que nunca se centeramente en los campos, nos sorprende como el tltimo ves- de un sentimiento humanamente comprensible EE verdadero horror comenad, sin embargo, cuando los hombres 3S se encargaron de Ia administracién de los campos. La anti- a bestialidad esponténea dio paso una destruccién absolutamente ay ste temética de los cuetpos humanos, calculada para destrait tres un profesot. Ya no eres un tpo importante. Ahora aGlo etes un’ enano, ‘Yan peaiefo como pueda seo. El imporante soy yo shora.> Los orfgenes del totalitaisms dad humana. La muerte se evitaba o se posponta indefin 13, Tdeologfa y terror: una nueva forma de gobierno oar is bésicas de ambos hombres, finidamence progresiva, significa en realidad que la N: éremos, exté siendo arrastrada en Le His a considera histria, La ley «natural» de ta supervivencia de los més aptos es, pues, una ley histérica, y puede ser utilizada tanto por el racismo como por le ley marxista de las clases més a través {que conserva su vida individual y reproduce Ia especie ®, Eng wisig muy clatamente Ia ania enre as concepions bias de los dos hombres, porque comprendié el papel decisive que desem- wb feoulas el concepto de fa evolucién, EI tremendo jue tuvo lugar a mediados del siglo pasado con- a aceptar nada «como es» y en la con- todo como base de una evoluciéa pulsora de ruraleza_o Historia. En estas rmino mismo de a manos de los dot palabras, In ley de matar, por Ia qué 3s se apoderan y ejercen el poder, sepu miento eungue lograran someter a su dominacién a to nidad. Por Gobierno legal entendemos un cuerpo politico en el que se necesiten leyes positivas para traducir y realizar el inmutable ins naturde 0 los mandamientos eternos de Dios en normas de lo justo Salo en estas norma, en el cue , pueden lograr su realidad pol mandamientos de superfluss las leyes, sino fecto gobierno, asi el tenor en el Gobir set un simple medio para la supresién de Ia oposicién, aunque es también utiizado para semejantes fines, Hl tetror se convierte-ea total cuando ee toma independiente de ton oposi forma suprema cuando ya nadie se alza en su camino. Si la legeligad es la esencia del Gobierno no tirénico y le jlegalidad es In eset cia de le seme, entonces el Yeror es In esencla-deIa domincién tara, —— ei realizacién de Ia ley del movimiento; su objetivo P ‘posible que la fuerza de Te Navurileza o In His- tora conta Horemente través de Ia Homanidad sip topenar con ninguna accién esponténea. Como tal, el terror trata de «egtabilizar» 3s ombtes pace Liberata las fcrzas le Natorleat 6° ae Ie to el que si a a los enemigos de la Hmanidad contra los cuales ea clase o'de Ia raza. La culpa y cen nociones sin sentido; «culpable» es q del proceso natural o histérico que ha formul las en el racismo no si una genuina curiosidad por las tazas humanas como campo de exploracién cientffic ino que es le «idea por la que se explica el movimiento de la Historia como tun proceso consecucnte, La «idea» de una ideologfa no es ni la esencia eterna de Platén eaptada por los ojos de la mente, ni el principio regulador de In razén de Kant, sino se ha convertido en un i ideology, a Historia no aparece Histori 1ede ser contemplada sub misma esté mds alld del 10 como algo que puede ser calculado por jar a la «idea» en su nuevo papel es su propia eno que es consecuencia de la misina de ningtin factor exterior para ponerse en marcha. El racismo es la creencia de que existe un movimiento inhe- tente a la misma idea de raza, de 1s manera qi es la creencia de que hay un movi inherente a la misma nocién de Dios. rl Se supone que el mov de esta nocién se correspond pase, todo sucede s« {nico movimiento de deduccién a proceso de del siguiente mo no es diferente en principio, tuna vez que es utilizada por una ideologia; 1a primera tesis se con. gl Glalitvisma eval poe 13) Tdeologa y terror: una nueva forma de gobiero 5 vierte ch premisa, y su ventaja para Ia explicacién ideol6gica es que este recurso dialéctico puede prescindir de hhecho como fases de un movimiento idéntico y consecuente, Tan pronto como la légica, como movimiento del pensamiento =y no como un necesario control del pensamiento—, es aplicada ‘una idea, esta ide se transforma en una premisa. Las explicaciones ideolégicas del mundo realizaron esta opetacién mucho antes de que Iegara a resultar tan eminentemente fructffera para el razonamiento totalitario, La coaccién puramente negetiva de la I6gica, es decir, In prohibicién de contradicciones, se convirtis en «productivan, de forma que pudo ser iniciada e impuesta a la mente toda una linea smentacién, Es jor una nueva idea (qu srupo de consecuend pptoceso argumentativo no podia ser interrampido brie sido otra premisa con un dife- é pmo PE TGr Welscbetingen e idologlas del siglo xx 20 son en a is is, y aunque el racismo y el comunismo se co ologla on ser politicamente més tes que los de las demés En este sentido, 1a victoria ideol6gica del racismo y del sobre todos los dems ismos fue decidida antes de que ntos totalit mente de estas en elementos esarrollados complets- 8 y ello crea Ia impresién enga- fiosa de que sélo el racismo y el comunismo son totalitarios en su carfcter. La verdad es, més bien, que la verdadera todas las ideologies estaba revelada s6lo en el papel que 696 os oxigenes del roulitarsmo desempefia en el aparato de dominacién total Vistos desde este aspect, aparecen tres elementos especificamente peculiazes a todo el pensamiento i En primer Ingar, en su reivindicacién de una expli nen tendencia a explicar no lo que es, sino lo que que nace y perece. En todos los casos se ocupan cexclusivamente los elementos en movimiento, es decir, de la His- toria en el sentido habitual de la palabra. Las ideolog! siempre orientadas hacia la Historia, incluso ‘cuando, como en el caso "a premisa de Ia Naturale cidn de explicacidn total prom Ia xplccén total det pasado, el conoimieno total del presen y la fiable prediccién del futuro, En segundo ly sided, ol pensamiento ideol6gico se torna independ vpliencin de In ue 20 puede aprender nada neevo inl f algo que acaba de suceder. Por eso, el pensamiento ideolégico se fortis eimaneipedo de la realidad que percibimos con nuestros cinco sentidos ¢ insiste en una realidad «més verdadera», oculta tras todas cosas perceptibles, domingndolas desde este escondrijo y requ riendo un vexto sentido que nos permite ser conscientes de ella. Este fexto. sentido es precisamente proporcionado por la idcologfa, ese especiel adoctsinamiento ideol6gico que es ensefiado por | fuciones docentes establecidas exclusivamente con esta finalidad, Ia de preparar a los «aoldados politicos» en las Ordensburgen de los nzis 0 en las escuelas de In Kominter o la Kominform. La propa- ganda del jento totalitario también sirve pare emancipar al Pensamiento de la experiencia y de In realidad; siempre se esfuerza or inyectar un significado secreto en cada acontecimiento pablico F tangible y para sospechar la existencia de una intencién secreta tras cada acto. politico péblica. Una vez que los movimientos han Hegado al poder, proceden a modificar la realidad conforme a sus alismaciones ideologicas. El concepto de enemistad es reemplazado de conspitacién, y ello produce una mentalided en d—enemistad reel o amistad real— ya no es experimentada yy comprendida en ios términos, sino que se asume automé ticamente que signifi . Dhorwihselt En tercer Inger, como las ideologfas no tienen poder para trans- for calidad, logran esta emancipaci6n del pensamiento de la a través de clertos métodos de demostracién. El pe jsgico ordena los hechos en un procedimiento sbsolu- ‘que comienza en una premise exiométicamente acep- 13, Tdeologla y terror: una nueva forma de gobierno on tada, deduciendo todo a partir de ahi; s decir, procede con una tonsistencia que 0 existe en perte alguna en el terreno de lidad. La deduccién puede proceder légica 0 dialécticam cualquier caso supone un proceso consistente de argumentacién que, porque lo considera en términos de un proceso, se supone set capaz Ee comprender el movimiento de los procesos suprahumanos natu- tales 0 histdricos. La comprensién se logra imitando mentalmente, es de los movimientos «cien- de imitacién. La argument fica, corresponde a los dos elementos de las ideologfas ya mencio- hades —el elemento de movimiento y el de emancipacién de Ia rea- lidad y de la expetiencia—, primero, porque su penstmiento sobre el movimiento no procede de la experiencia, sino ado, y segundo, porque transforma el tinico y fs tomado y aceptado de Ia realidad experiment txiomética, dejando a partir de argumentaci6n completamente tlterior. Una vez establecida sup EL recurso por el que ambos gobemantes totalitarios acostum- braban a transformar sus respectivas ideologias en armas con las que cada uno de sus sibditos se obligeba a marchar al paso del movi- Imiento del terror era engafiosamente simple y nada coaspicuo; tomaban en serio, Se jactaba uno de su supremo don del Eltiwiininne sib yademér race veineyla doled El tewemo du Teecov & analedad. 702 ‘Los orfgenes del totalitarismo diciones s6lo queda el puto esfuerz0 del trabajo, que es el esfuerzo por mantenerse vivo, y se hella rota la relacién con el mando como artificio humano. El _hombre aislado, que ha perdido su lugar en el terreno politico de Ia accién, es abandonedo también por el imitido, ‘Ya tio es reconocido como un Borio faber, sino tratado Como un animal laborans cuyo necesatio «metabolismo con la Naturaleza» no i iento se torna soledad. La ti- el tislamiento deja generalmente i toras del hombre; smiento corresponde sélo al terreno p soledad cotresponde a la vida humana en conj Los Gobietnos totalitarios, como todas las ‘cuanto que no se contenta con este aislamiento y destruye también la vida privada, Se basa ella misma en Ia soledad, en Ia experiencia de no pertenecer en absoluto al mundo, que figura entre las expe- tiencias més radicales y desesperadas del hombre. steno propio del terror, Ie esencia del Gobiemo icologia o la 6gica, la preparacién de trechamente relacionada con el desatraigamiento ‘que han sido el azote de las masas modemas desde én industrial y que se agu auge del imperialismo a finales del siglo pasado y la 1 instituciones politicas y de las tradiciones sociales en nuestro propio a empo, Estar desir no tenet en el mundo unl a reconocido y garantizado por Ios démés; ser superfluo significa Ho & pertenecer en absoluto al mundo, El desarraigamiento puede ser Ia << dycondici6n preliminar d Zaislamiento puede ser prcliminar de la soled ccausas histéricas y smo tiempo contraria a los requerimientos hhumana. Incluso Ja experiencia del mundo material y sensualmente dado depende de este hallarse en contacto con otros hombres, de nuestro sentido conmin, que regula y controla todos Jos demés sen- tidos y sin el cual cada uno de nosotros quedaria encerrado en st 13. Teologla y terror: una auevs forma de gobierno sropia particularidad de datos sensibles qu bis Y tlloaos, Slo porae, enenoe slo porque la Tierra no esté ombres, podemos confi en a : Sin embatg, hemos. de recordarnos a nosotros mlomos que un da dejaremos ente mundo comin, que segurd como antes y pure cae continuidad resultamos superfluos, si es que queremos ‘comprender Is soledad, Ia experiencia de ser abandonados por tode y por todos. Ta soledad 6 ex fa oervotearin La vida slitria ruler estat solo, "SEFEVela mas agudamente en compa- fila de los demas. Aparte de algunas erradas observaciones (usual- ‘mente enmarcadas en un estilo para Catén, citada por Cicerén, De Re Publica, I, 17: Nunquam minus solum esse quam cum solus esset, «Nunca estaba menos solo que cuando estaba solo», 0, més «Nunca estuvo menos i \ésofo de origen tinguir entre Ia soledad y la vida solitaria, Su descubrimiento, en tierta manera, fue acci lo a ntereseba principalmente Ia vida soltaria ni la soledad, sino el estar solos (monos) en a, Como Epicteto le ve (Disser- lo 13), el hombre retraido (eremos) se ‘otros con los que no hostilided est expuesto. El solo, y por es0 «puede estar unido consig dado que los hombtes tienen Ia capacidad de «hablar con solitatia, en otras palabras, yo soy «por mf mismo», con mi yo, y por eso somos dos en’ ano, mientras que en la soledad yo soy realmente uno, abandonado de tados los demis, To pensamiento, estrictemente hablando, es claborado en la vida soli- taria entze el yo y el sf mismo; pero este didlogo de dos en uno 10 pietde contacto con ef mundo de los semejantes, porque estd tepresentado en el yo con el que se dialoga. El problema de la vida solitaria es que este dos en uno necesita de los demés para conver- firse en uno de nuevo: un individuo incambiable cuya identidad no puede ser confundida con la de ningiin otro. Para la confirmacién de mi identidad, yo dependo enteramente de otras personas; y esta gran gracia salvadora de la compafie para los hombres solitarios es eg Js converte de nuevo en un econjntoy, les salva del dig lel pensamiento en el que uno permanece’ siempre equivoco y restaura In identdad que les hace hablar con la vor singular de ‘una persona incambiable, Los otigenes del totalitarismo La vide solitaria puede convertirse en soledad; esto sucede cuan- do yo mismo soy abandonado por mi propio yo. Los hombres soli- tarios siempre han experimentado el peligro de Ia soledad cuando ye no pueden hallar la gracia redentora de Ia compaifa para salvarles de la dualidad, del equivoco y de la duda. Histéricamente, parece este peligto sélo en al siglo xix se hubieta tornado lo sufi- te grande como para set advertido por los demés y sefia- Tado por In Historia, Se revel6 claramente por si mismo cuando los filésofos, los Gnicos para quienes Ia vida solitaria es un estilo de vida y una condicién de trabajo, ya no se contentaron con el hecho losofia es solamente para unos pocos» y comenzaron fstica al respecto hubiera podido decirse de cualquier otro gran fi die me ha entendido, excepto uno; y él también me entendi6 mal.» sma manera, siempre existe la posibilidad de que un hombre retraido se encuentre a sf mismo y comience ygo pensante de Ia soledad. Esto es lo que, al parecer, sucedi6 a Niewsche en Sils Maria cuando concibié Zarathustra, En dos poemas («Sils Maria» gen») habla de su vacia espera y del anhelo ex- fo hasta que de repente: unr Mittag war's, da 7 sequros de la victoria, unidos celebramos la fiesta de las fiestas; / lleg6 el amigo Zarathustra, el invitado de los invitados»), ‘Lo que toma tan insoportable Ia soledad es la pérdida del sf rmisino, que puede tealizarse en la vi , pero

You might also like