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si ‘OBRAS DE JEAN LAPLANGHE EN ESTA BIBLIOTECA © Vida y muerte en psicoanillss La angustia Problendticas 1 ° Castracién. Simbolizaciones ‘Problemdticas I La sublimation Probleréticas I El inconcionte y el ello Problenticas IV En preparacion: La cubeta, Trascendencia de la trasferencia Problemticas ¥ EE Nuevos fundamentos” para el psicoanalisis La seduccion originaria Jean Laplanche ‘Traducci6n: Silvia Bleichmar Amorrortu editores Buenos Aires. Cap-6,7,8 Fundar el psicoanilisia; vamos llegardo ali poco a 70+ co, a través de estos prolegsmenas que pretenden ser tat- bién una -catézticas. Y bien, si se debe afirmar que no puede ser fundado en aquelio a partir de lo cual —sobre To cual— se recorta, gquiere decir que se fo puede fundar directamente en lo que él se da por ser, en su inmedia- tez, 0 sea, en su prictica? {Se po- Lo onscineto dla, sin mds, extraer de esta pric- beta cura nenirs tica'un saber positivo que no re~ NECESAREAMIENTE curriera en suma mas que a sf mis- ON ORICINARIO mo y a ella misma? Es sin duda, svoRco en clerto modo, la ambicién de Freud 9, en todo caso, uno de los aspectos segiin los cuales 6! presenta al psieoandlisis; pe- ro, después de todo, entre presentar y fundar hay dife- rencias, como él sabe también recordirnoslo. Entre una presentacién que se pretende explicacién y un fundamen- to gue quiere partir de Ins origenes y construir el objeto ante nosotros, el encaminamiento es sin duda diferente. Gomoguiera que sea, es claramente a partir de la situa ciGn aralitica o'a pattir de los resultados inmediatos de esta situacién como Freud se ve Hevado con frecuencia, sobre tndo ext textos didacticos, a presentar el psicoand sts. i No fuedar el psicoandtisis sino en Io que él hace oft, rns alld de las contingencias, como su situacion funda ‘mental, {wo Seria to que yo he reiterado al hablar de la scubetar, es decir, una sitiacién que se funda a st mi que crea su propio campo y su propia clausura, el ei de fa sesi6n y de Ia cura analiticas? Bs necesario sin bazgo considerario un poco mds de cerca en cuanto a [a cubeta, porque se trata de una cerrazén totalmaiite rela- tiva, No es cerrazén Crente a la vida cotidiana en gene- ral, sino frente a esta en tanto movida por los «inter! ses. Pero, si mismo tiempo, esta corrazén es una sgencia, es decir que todo lo que ocurre en la vida cotidians encuentra alli su aco. Y, sabre todo, esta situacién anal tlea es uina apertura sobre otra cosa, apertura interne tativa, que se tiene que formuiar en Jos términas de de- én, y esto resulta capital, por referencia al pasado. La cubeta psiecanalftica est forzosamente abierta sobre Ia dimensién del pasudlo, ¥ la interpretacin psicoanalitica no podria, aun si prote diora permanecer sin cesar on ef hiz et nunc, olvidar est referencia. Decie que es un pasado mftce, decir que abwor- amos un snifio mitico-, esté muy a fa moda, per al rie mo tiempo es jugar con las palabras. Desde lego que :t>~ sotros mitifieamos el pasado, pero a a busca de una ver~ ad, ala busca de mis verdad sobre e! pasado. Ni at paciente en andlisis, nl a aquel que nos interrogs sobre zuestro saber, podemos responder simplemente que crea de lo cual tenemos que dar razén es, ‘que el individu humano sea mitizante (a veces: mititi- canta), que sea auto-mitificante. Ni 1) ese poder mitizan- te o teortzante (y ompleo esos térniinos, por el momento, como equivalentes), ni 2) aquelio sobre lo que reeae, & decir, qué hay para teorizar, cul ex eve reiduo que re por teorizar en el ser huumana?, a genes, sus primeros pasos, pod puesta. En otros términos, adh. tun fundamento del psicoandlis ei dera storia de la apa = peGairalten, apuriin que debe Ser staada por eidn.a.una historia mds vasta, pero, ela, co psicuar 2: la historia jpfonul Una ver fecha esta onc , Ros os fripos seguir adelante sin examinar, con mix deter en al caso de las Zamadas cieacias conexas (quo fie va bajo ef término emorfictwnes), ia rebar ain tan compleja ~talseada, veremtes por Gib det pi. coandlisis y te la psicologte, en patie Genito, TER ste Ingar avanzamos sobre am terveno mak quel del punto de vista genstice donde plat lentendias sobre las fal han sedimentado fos efectos retroactivos ims in fieados, pero también los més tanaces, donee una ese= cie de consenso hz tests que car ble, como aquclla,*por alempto, de qui seria une teoria psicoidgica globae, unitar slo puede ser buseado Ac ver Rumano y, Siusdmente, del ser hina no, Algunos psicoanalistas se mostrarian mas bien pre dontes en cuanio a esta raivindioncidn, pera utros se at Jan de cuerpo entero en esta respuesta a la demanda de luna psicologia general. Hablé de un terreno minado, y por eso mismo no sé si avanzo demasiado lentamente 0 demasiado rapido; los términos como tales son sospecho- Hisrow, 0s: historia, desarrollo, génesis, DESARROLLO tigen, cada und de estas palabras emesis puede ser aceptada o rechazada, > ontomatio cada una puede ser tomade 2or el buen Iado o pot el malo. Intnte- mos definir un poco aquello que vainds @ utilizar, aun- ‘que nunca dejard de ser una clerta aproximacién y tal vez dependa en parte del humor del momento. Desarz9- Wo, se qulera o no, implica que algo se desenrolla (en ale- ‘min: sich entwickelt), que potencialidades ya presentes se despliegan, y ello en un orden preceterminado: desa- rrollo significa sucesidn de etapas, de" éstadios. Seguras mente «desarrollo» merece sér tomado por el mejor lado: no hay razén para rechazar esta nocién, a condic!in de que no excluya les mutaciones, las reorganizaciones, Ios Yeestrenes; un desarrollo no implica necesariamente una. continuldad: puede ser dialécticn, Desarrollo, ademas, n9 {inplics Torzosamente que se uate de und unidad simnle. monddiea, segin el modelo del grano o del gormer, que fuere desplegando sus potenciaidades aisiadas. O, mas exactamente, se puede tomar comna sujeto del desarrollo Incluiron esta unidad, subeoniuntos: el po md recente ‘Para estas deseripclones de un desarrollo serd-aquel que incluja, en la uniied de pectida, a madre oal ambie te, 311 a un desarrollo de.la relacion hg madre. Es decir que existe sin duda un punto de vista del desarrollo y, legitimamente, una psicologia del des- frrolo, Se trataria mas bien de volver 9 Gate 9a lugar {qe 20 es pslooanattica, Otorgarlesu lugares al mismo tiempo situar en otra parte al psicoandlisis, porque el fun- Gamento para el psicoandlsis no puede ser encontrado en un desarrollo. La aparicign del inconciente es un acon- tecimiento no inscrito en un programa, cualquiera que. sea, ni aun cuando se incluya al organismo de la madre en ese pro : Pi ia. ftica»? Es dificil encontrar en estas pa~ labFas una gran diferencia con «picologfa del desarrollon ‘Segurathente el término de «géhesi> iria mas lejos: Géne- Sea surgimiento elie sis se dice en aleman Entsiekung, surgimiento, melaso 64 é creacién.®? Como hay que decidirse entre sentidos flo- Eales, Yo elegiré tomar la psicologia genética. como si nonimo de «psicologia del de: ow: un dominio que no ¢s directamente aquéi del psitoaridiss incluso siel pa! coandlisis interviene alli; pero es importante datle el sen- tido mds fuerte a este enter venir; 6linterviene como uno Jo hace bruscamente en una sala para interrumpir a al- gulen: el psicoandlsis interviene en el desarrollo, el iat conciente interviene enJa-gendiico, Como no puedo de- purar completamente mi lenguaje, no proscribiré la paia- bra «génesis- en la expresiOn «génesis del inconcientes, que xo significa ese desarrollo del inconciente contra el cual acabo de tomar posici6n, sino por el contrario el adveni- riento, el surgimlento de este, «Historia». Aqui también el debate serfa muy extenso ¥ me TmTit4e a una breve mencisn. No rehtiso Gecir que at psicnanilisis debe estar fundado en un punto de vista histérico, 0 sea que site lo que detecta por referencia @ una sucesién temporal. No pienso, si se afirma que et inconciente adviene, que uno pueda sustracrse de decir rs o menos en qué momenta, siquiera en un individuo determinado, y bajo qué forma ee puede detectar esta intervencién, ni, por lo mismo, de afirmar que antes de tal o cual época no estaba presente. No me referiré, en Principio, ao que se Hama la erueva Historian, esta es: uela moderna, fecunda por Iss innovaciones gue apor. ta, y una de euyas opelones més avanzadas prece ser tua oposicién alo acontecial. Se pretende haber barrio To acontecial, pero yo pienso més bien que uno lo ha pues. to mejor en su lugar, situado por relacién a sus condicio- ‘nes de posibilidad, de surgimaiento: la historia de las men- talidades o aun la arqueolégica (en el sentitio de Foucault) encuentra allf una de sus principales significaciones..E1_ psicoandlisis, por su parte, en la medida (clerta) en quie dopta tambian tt punts Ye Viste HstorGG das Foes asamben on panto de Viste Hstprico, debe Tact: suyos. = el auma, los acontetiraientos de la infancia siguen siendo ‘un polo indispensable de nusstra referenciay pero-inta ‘amos tarabién poner en evidencia, en situaciones més uuniversales, algo que se asemejaria, mufatis mutandis, 5 iba obliga; stinque st echamos un vistazo lo que hace Chou, ‘aqui para retraducir a Bibl, advertimos que el Gnesi ha desapare- doy ahora es inate el ttuio de ese primer Ubre: neologismo osado, 18 28 65 TCR RIO LE PT jek sis 7 sccbats erase pong oT en el sentido de una genesis ge fo oxiginatio y no en el _ sonEdO estrecho icologfa genética. En otros tér- minos, el fundamento del psicoandlisis no esta en el alo sarqueolégicos: no s6lo el marco en el cual se inscribe iento, no sSig_el fondo sobre el cual Jos acontecimientas vienen a recortarse, sino lo que per- mile ¢-un acontecimiento existir, Jo que le conflere su_ I | especificidad psicoanalitica. = F | acon gue a ae | | i | | | na tiempos llamados emiticoss, sea en In historia individual o colectiva. Pero al mismo tiempo ef fondamente del plcoandlis debe dilerensane da_una dal desarrol sigue sise mar jctura, porque este ha quedado definitivamente (hay que lamentarloy marcado por els ture ia especificidad de su objeto, es dacir, ef inconcient ista.59 Por mi parte prefiero retomar el viejo término yla Resmi oye ooo 7 ‘Freudiano co dad de reinyectarle algin sentido Ahora bien, sieste destinde entre personal: aquel de, del cual sabemos. que Exvemuamos ——_la.génesis de lo originario y lo ge- viene a traducir el prefiio Ur-obion el adjetivo wrspritng- trkuroconseavacton “Réticd d pértanéeiente al deserro” ror tasexvauinao... lo no es facil, geudl seria it razin “Proftnda de oto? Bs que tos ‘movimiento del sor huzmann miso eonsste ox ar o, si se qulave, en relnvesti, la vida pete conjtinto con motivariones sexuzlos en stan cientes: La sexualldad, oso, viewe a vicar axtoconservacin parcialmonte faltante.en al este punto, propondré una imagen pare thistear i af macién: pensemos en la consttuccion proyresiva de uh Ss ediffelo en el.curso de fos siglo, iucs0 de los milentios, | OY} un-patiio o un temtplo protahistcties con las eareotae, ciones y las adjunciones sueesivas que esta even trae consigo. Cada soberano, cada gee: seordotes eonstraceidn, vero jeasable para mi employ do de thle sle eats. lich. Lo originario es algo que trasciende el tiempo, Pe- [s que permaneee al mismo Hempo ligado al tempo. De- ipo ligado al tiempo. satzolané la iden de una situacion originaris, que, en mal gpinién, debe dar razén de una intervencién, de un sur- < Siniente: tanta del inconciente como de a pulsidno, aun, | dlaparte del alma. ; 8 ‘eabo de jar alguras palabras, pero eso munca basta | Q para disipar los malentendidas, muy en particular cuan- | 7 dio se trata de los origeres. Me refiero alas innumerables | © sedimentaciones, retraspecciones del adulto sobre el ni- fo, acurulacioa de afirmactones que a fuerza de ser re- petidas (eatiendo: tesis «psicoanaliticas:) terminan por ha- cerse m4s opacas, mds impenetrables, mds consistentes : que los hechos, se trate de las tesis del estado enobjetal 6 del narcisismo primario o aun de las tesisKleinianas. De estos desljizamientos, de estos paralogismos, de estos | recubrimientas © confusiones de campo, Freud no esté exento. Ne pocas perspectivas esclarecedoras son oscu- recidas por esta confusion de puntos de vista. Paro i pa- sumos ala posteridad freudiana, desaparecen entonces los recaudos, ls distinciones conceptuales, ¥ —tambign ¥ sobre todo— io que he dencminado, a propésito fie Freud, dlamados al otden. nse aa é Formulemos otra vez nuestro punto de partids, por- que es complejo: afjrmamos que el fundamuato del xsi Soandliis no puede evibarreferze 4 una Uitots duns btoria, que_ debe ser, en axe sentids, HISinco o gendtion: pert genet Be esto sie, Page oersted, vol. IV, 2? 18, 1979, pls. 8%. Breotrada Recimentacion niales. Se ha pasado de la madera al adobe, de este ala piedra, sin mortero 0 con mortero, excétera. Evidentemente, si se construye en piedra sobre el la- dritlo crudo, los cimientos se hunden, ;Habra entor.ces que rehacer todo de nuevo o sers posible wrecalzar? Re- calzat es, previo encofrado, excavar los cirnientos para recimentarlos més sélidamente (hoy se «inyecta» hormi- gn sin haber cambiado nada en las superestructuras). Evidenteme a pare Te rel siieara or la se 2 eLserhumand. Una recuperacion en ree: Ice, sin embar- 80, RO €s totalmente lo mismo que el vicariato, porque ella se realiza de un solo golpe, en todo caso por grandes movimientos, en tanto que el vicariato se produce peda- 20 a pedazo yde manera iva: Seiatio hepa RRR Cease ET Dor wodas & “hen a infilrar, ain = contervacldt ds 0 sate Exists entonces |S una tendencia, sino natural al menos esponténea, del ser { ir humane a este lnbor de recalee, que & aun ote nome | & bre para designar lo que yo llamo lz cowo Huonsthro y. pansesualamo.Etpansezuationo + © rem ortauson | Fa ade yan movimiento de | rarcisunsasay | la realidad knumana antes do ser {5 raursiconvaivtes | una aberracién atfibuida a {5 Freud. En cuanto aljpampsicoana: | ©, aot 2 S {THR no oe sino 1a forma degradada Gel pateeroeT | =e nest auch ~ Je vicariato, ha perdido su vigor, ha ido degradado en { telacién de objetos, €5 decir: cuando su distinc cigu- Es entonces por ent sesgo my presto cel vento, en el ser humano, de lo no sexual por lo sexual, como yo pretendo abordar, y pasar por el tamiz de la critica, el vicariato epistémico de la psicologia por el psicoand- lisis. Si intento denunciar algunos errores epistemolégi- ‘cos que desembocan en la confusién de campos es con la advertencia solemne de no olvidar que esos errores re- miten, como a su fundamento, al hecho de que es el suje~ to lamar mismo (oma maerroarytecn) a es as 68. ¥. induce a error porque ha cambiado los cimientos de su edificio, - Freud emples en otro contexto (pero que no esté tan algjado, se podria mostrar de qué modo), a propésito de Is histérica y de la teoria de la seduecién, el término de ‘eiirov Vedios; esto significa por supuesto primera men. Hira, pero también primer error 0, como se diria, primera smentira objetivar; primera «falaciay, he traducido yo a veces: la histérica no es alguien que miente por el placer de mentir, hay una mentira en la sittacion histerdgena misma. ¥ bien, ampliando 0 desplazando este término, yo diré que lity tin roiirov petéos en acto en el ser huma. Ho, que funda el dominio psicoanalitico y que induce cons. tantemente las Fecaldas epistemolégicas que se nos apa- Fecen como errores. Para desmontar estos errores, hay que aprehender su resorte. No se trata simplemente de volver a Freud, ya que él mismo es capturado en este movimiento de la falacia, como Io veremos en un ejem- plo, Todos esos errores estan «bien fundados, es esto lo que intento mostrar; estén fundados en una propensién del ser humano, en un movimiento real: el movimiento Gel conocimiento tiende a realizar, a Hever a su cul ‘nacién, un movimiento real Las Hlustones Sofi varias, pero to- Surerrosiciones das se resumen en una consigna: Agusivas asimilar el psicoandlisis a una psi- Det PSICOANALISS cologia general. En vista de que YDELAsicotoca el psicoanilisis cree tener algo pax ta decir acerca de todo, cree po- der interventr (retomo este término) en todo, es jrre- tender, bajo ese pretexto, que él es todo y actuar para ue, como saber general, intente realizar esta pretensién. Desmmontar esas pretensiones del psicoandlisis neces! ta algtin desarrollo y, en primer lugar, mostrar que la si- tuacién no es totalmente la misma segin que se hable del adulto, del nifio o, aun, de la relacién (epistemologica y también real) adulto-nifio. Diversos procederes discuti bles se proponen, que, por otra parte, se complemantan— Elpti te. La racotocin extender ls resultados adquiridos PSICOANALITICA, por el método psicoanalitico a una Devapuero -——_palcologla-Geferal del aduito. Es sta_una fendencia universal del movimiento freudiano: el aparato del alma es descri- E 42 como aparato psigitico en general y, ¢ partir de este” joattayarbretoie dest fatar us an aso Y sbre ede a ate, oun asap s del. sconciente-preconcienter, se proba na explicacién general de los comportamlentos y é ento en que Se ancontré con un psieslogo demasiado feliz de hallar al fin una doctrina at alcance, Rapapért. Pero mu. chas otras escuelas van hacia el mismo resultado, aun si es bajo un aspecto diferenteljog Klenianos|no procéden de otro modo cuando piensan que no existe otra psicolo- sia que el psicoandlisis; y la tentativa tal vez Ja mds for- malizada, pero también la mds generalizada, serfa cie-ta- -ments_la de Bion! Digo que se trata alli de une ilysibn, pero, para el caso del adulto, es una ilusién relativanen- te bien fundada porque en el adulto estamos ante Is in ‘capacidad de celimitar un caimpo psicolégieo que no sea en fin de cuentas y sia cesar reinvestido, rehebitado por motivaciones sexuales inconcientes. La extincién de una Psicologia adutea no psicoanalitica no es entonces un azar. Queda por saber sin embargo si, en esta extineién ¥ en esta armpliacidn, no es también el psicoandlisis el que fe- nece porque yerra la especificidad de su abordaje: preci samente aquelia que lo aisla dentro de lo que hemos es- dazado como una cubeta, en derivacién sobre el campo de los sinteresess, tangente a ese carapo pero no confun- dido con él, Si no hay casi, psicologia del adulta « icologia de Procesos oniricos», Una lectura moderna, renovada, mas- ‘ra hasta qué punto se han dejado pendientes probiexas bropiamente psicoldgicos que se deberian retomar desde ‘si base, con wna descripcién mis exacta, fenomencié- ica, de lo que es verdateramente el «tueiko soiiadon! % Nueva puesta en obra deta Traumadewtuny, cays programa Fat de ser fortulado. 7 | . Si el pampstcoanalitismo puede Rassreccion encontrar una excusa, para et caso De concerros del aduito, en of hecho de que ox scomnatimicos te es completamente reinvestide Bviassicotote , ._~ por lo sexual los procederes com et mio cernientes a Ia psicoto iio estan mas (Unda, viciados, se trate de fetroproyectar los dat ‘coandliss adulto sobre una psteslogia dt ‘ni ef el dominio propio de Ia infancia, fo qv del pstccandlisis 716 qua'e3 asequible «una pile {ogfa 02 una psite-fisiologia. Con, en esta iltima Conf sidn, dos aspectos diversos sogiin se produzce | bajo la égi- da de conceptos surgidos de fa situacién ‘psicoanalitica —so- reconoceri i . procederas, en of Tondo, no ésnstitliyen sino uno. ios eoneaptes extiatds fel anliss, de a situacion o deta observa in psicoan itica, nun incluso del psicoandlisis exira-cuzs, pueden pro- ven tanto del adulto (ejeraplos son los eoncentos de pars eisisms, de autoerotismo o incluso tos estadios de In se xualided que provi Psleoanalftico del adulto) comin det nino y de ‘ejemplo es Melanie Klein con sus -posi diodes, Geptos extras de la situactén sralitica con e! aluivo 0 con ol nifo): sigpre hay retroproyeccion a relro-nyeceitn, Bvt entemente lo qe de teorfay de prdctia we jueya tued parecer diferente en los dos casos que hemes ais 4o: segtn que los coneeptos reinyectadas fi Ja infancia guatien ono su consistoncia peicoanaltion Si esos conceptos conservan su rigor (jserfan empuces de fogs prasenta se soit ose $2 oriftama Hel mita o dei néiia inition Encontramos represeniada esta tend ya. antiguo pero muy instruetivo, de de Psychanatyse sobre et nifio.*® En. (an Lela, vol. 19, 1979, cin psicoandlisis-psicolegia. Estamos siempre en presen cia de un mixto de uno y otra, es decir que hay siempre ala vez corrimiento {décalage] entre el nifio psicoanaliti- co y el nifio observado y bastardeo de los conceptos psi- coanaliticos para intentar hacerlos coincidir con el lac- tante observado. Finalmente, estas dos soluciones, lejos. de que una sea rmejor que la otra, ermuinan por agravar= se la una ala otra. Hay entbnees, nds todavia a propdalto del nfo, una ilusi6n cientifica. fundamental, ligada al rowror paves [ El descubrimiento psicoanalifco, nunca se tnsistiré bas- taiite en ello, @s fl del inconciente y de [a sexualiaad) en el sentido que Freud Te ds, Lo que el peicoandliss on situacién puede describir (se hable del adulte o del nifio, porque existe una situacion analitica ¢on’el nifio, Mela- Pile Klein lo ha demostrado suficientements) 6 certo ei tado, son estadios, ex clerta génesis, que de manera et pect sponden al sector propiamente pslcoaral Bes SSSI unr te iusto on fos patois al "menos para buen ndmero de ellos, consiste en creer que pueden redescubrir esas situaciones, no como estadios de Ja sexualidad infantil (habria por otra parte que ponerlos en evidencia, lo que no es tan simple), sino como evolu- cion de la relacién generalizada del nifio con su mundo. En este procedes, es otra vez el pansexualismo el que es- td en acto. Pero cada vez que el pansexualismo se, fen acto; cada vez que la sexualidad pretende que ella es todo (aqui: que los estadios de la sexualidad infantil son ‘el todo de Ig relacién del individuo con su ambiente) es que ella no es ya nada. Si el psicoandllisis es el todo de + Er palcologta del nif la sexuaiidad se disuelve ahf come | pletamente, como lo hemos visto en todas las tentativas de pansexualismo y, én particular, en la de Jung:. Cosa curiosa, esta re-inyecci6n ilu- siona 2 los psicdlogos mismos: no hay mds que abrir cualquier obra ‘de psicologia del nifto para ver los derechos de cuidadenfa acorda- dos, en el mismo plano que a'las tesis de un Piaget 0 de cualquier otro psicélogo de la observacién directa 0 ax- perimental, ato que se ha converido en lamar, sin peyo- ,, Faacion, por otra parte, en estas obras, el modelo de ins~ | piracién psicoanalitica; sin empacho de yuxtaponer en ese Ineroxteacion pz 108 PSICOLOGOS POR FL PAMPSIGOANALITISMO modelo puntos de vista tan divergentes conto los de Spitz, m2 > | ‘Mahler, Winnicott, Melanie Klein, para no hablar de Freud, que esta, pese a todo, un poco olvidado. Este de- echo de cuidadania acordado sin justificacién alguna a tesis evolutivas supuestamente analfticas no es més que un homenaje indirecto a la fuerza de persuasién, de into- micacién, que emana del pampsicoanalitismo cuyo dina~ misma gculto es el parsexulismo espontineo del ser hur mano. + Estamos entonces en plena confusién, una confusién consentida en definitive por los psicoanalistas (salvo aque- los que se refugian en el «mito») y por los psicdlogos que aceptan utilizar parcialmente no- ciones y secuencias extraidas de ‘una perspectiva psicoanalitica so- : bre el desarrollo de Ia sexualidad iiimana como si se estuvieran refiriendo a la misma cosa de que tratan ellos cuando hablan de la constitucién del objeto'o de la adquisicién de relaciones logicas. A partic de un comin acuerdo entre los psicoanalistas-psiablogos de la infancia, ¥ los psicGlogos més experimentalistas, se opera un plegamiento entre los términos que esquemaii- 20 por medio de las dos columnas que expongo 2 conti- nuacién: Purcavaewros coNcEPTUALES bjto det Winsch seal (deseo | Objeto de la necesidad y de la pereepetia: Percepeign gula de fa vida > Peroopeida gula de Ia necesl- pew cad {er tanto que Freud, como veremos, hace deriver lo uno de fo otro) ‘Gali fits bio [ste delimitar y poner, " sextal Sein a Via trazada "|" camo independiente, un ebicto or eho «P= Yer., *F |! perseptivomotor (Piaget, ete.) vipiionis Manado ache fthéercign de una_étape preten- del deseo (cuye modelo lo cors-|didamente_alucinatoria ‘en el tuys el seo)! | acceso a la realidad exterior i 5 ‘Avéencla de objeto real mentado, Indiferenciacion suleto-objto, simbiess, ete. © 38 Ch, eximo tin elempio, ta parte teériea de una obra recente co- i la dd Annie Vines, L'odtation ciel noavecund, Neuchstel-Paris: Delachaak & Niet, 1985, 18 °- 28 . 2 Este piegaritiento no es silo confusién de conceptos, sino superposici6n de fases y de evoluciones. Toda la evo- lucién es colocada a Ia sombra de una descripeién freu- diana que se aplicabs a la emergencia de la sexualidad. Pero, correlativamente a este imperio freudiano sobre el desarrollo, el freudismo es completamente vaciado de su sustancla porque toda t2 evolucién es desexualizada. y Vil. Un elemplo notable de confustén: el estado «anobjetale Un ejemplo central: son las confusiones groseras ve hicuizadaé por las nociones de narciismo y.de narcisis mo primarie. Aqu, serd necesaro civar a Freud mismo. Por Gut read otorgaros ese ues Cavan =) recho y pretender. elegir «nues- sotnnenanctiGxo tro» Freud, o el bueno contra el stalow? Este proceder seria total mente inaceptable si no demostréramas la existeicia ‘lresorte dat plegamianto antes denunciado y explicado, Ea cleccién por operar no es més que la operacion inver- sa de la confusion que expusimos ampilamente. Pero lo que fegitima también este sclivajes es la bre- sencia,en textos fundamentals, de talo cial pasaje ere fico, monitorio, del tipo llamado ot ordone, wecupsre. ‘ns lecatmas, donde se nos adverse que et pscoandlisis ts algo diferente de lo que se acaba de deeeribir y qve, tal ver, la petspectiva debe serinvertida. Ast, en el Mo- mento mismo en que he soltado el término. porlo menos [ ambiguo y tal vex funesto, de marcisiome primario det | itor Freud nos defa entender claramont> que el tnico | nareiismo en cuestiGn en «Su Majestad elt ebées el nar- | Bioblo amor de sty, precismente, sus di tos prover tds. Una lectira interpretativa y clivance ce Impone en- tonces, que atraviese los textos de Freud pera no, en mex ' do alguno, segin una demarcacion cronoldg sa: en particular sobre esta cuestion del arcsism), un proto- i Freud que fuera absolutamente puro, ni un denttero-Freud totalmente olvidadizo de st mismo, que esttviera scho- cho», No entro entonces en la historia de este plegamien- toy mé conformo con remitir, por ejemplo, a lertos tex tos, sobre todo a los del Vocabudeive con Pontslis -Auto- ay m+. : | cisismo de tos padres, ‘proyectan sobr | este nirio su s, que proyed eee eet Se iee seca goatee erotismor, aNarcisisinos, sNarcisismo primario y secun- éarios), que registran 1o ecencial de los textos freudia- nos. ¥, d2l mismo modo, a ui articulo wiay aguco de B. Viekiyn, «Naciriento de los concepts: autoerotisma y var: cisismon 37 2Q8 comprobamos en Freud? Una genealogis puede trazar asi, y que despussse hard complejo: gutogrotisma, nar- cisismo, elecoidi de sbjeta. ES una Beniealogia-cronoldgiea, es una ge~ nealogia de sucesin; no se puede tergiversar pretendien- do que se trata de un falso tiempo o de una génesis miti- ca: és claraniexte una a continuacién de otra cor _onen estas tres posiciones. Desde ahoi “HarGSinG, en esta geneslogin, no esta al rns, como se dice de un ladrdn entre dos yen narcisimo est bien weneuadrador porque (ene lo ect co'@ ambos [ilos!ticrie autoerotismo antes y elecris objeto después, y szbemos que para Freud esiz ro este ser otra cosa que la elecciGn de objeto de amor. Segura mente ustedes dirin que entre el axtoerotisao anterior {y elamur posterior habria también que justificar ese bio de términos... Pero es precisamente el narcisismo De ig EROTIC) el encirgado de dar razén de ello. Recordemos fos cuatro aspectos que carzcterizan a! primer térmi- no, el eutoerotismo 0 «estadior —ya que hay que expresarse cla- antonréuico: hay sa Lisgfaccién in situ, on tal o cual parte del cuerpo, en el lugar mismo Ur que la excitacidn sa produce: fo que Fread ama placer de érgaro, Se trata de una saliefaccisn no nifieada, fragmentada, ave no remite @ otros draxaos ni, con mayor razén, al conjuinto del euerpe, sino que se agota alli donde ella nace; es Ia imagen de'vm polipera de placeres. Por otra parte, como io indica et prefij axLo, elausoerotismo'no dons objet eateri@r.'sea este una per- ona o, lo que e5 igual, un objeto parcial, Por otiima, ia actividad autoerdtica no 3 puede defi Luteo y aun loo fantsmét, fo que 09 ee otalmente fo mismo. Demos testimonio de ello por ol he to Hariado amoecd- Ex adrororisno QUE, ee aIsM0. 180 ES PRIMERS. papshonalyse a CUntserstt, 1986, eee SEES | 4 sugede a otra cosa en el tiempo, si bien constituye el tico de un analizado et psicoanalista no deja de Dusit? y de encontrar el fantesma subyacente: no hay mastir” bacién sin fantasma y el interés de Ia masturbacién por parte del analista es el fantasma. Pero no es este el caso solo para el adulto: esta dimensién de la representacisn fantasmatica, por lo tanto de la memoria, es postulada desde el origen, desde el prototipo oral del autoerotismo: que la accién del nifio qu ja de un plac ~‘Seiialamos antes que el narcisismo estaba «bien rodea- do» en una secuencia, lo que significa, por consecuencia _dbsoluta, que,po es el primero, sino que es el segundo: autoerotismof Varcisismo?élecci6n de objeto. zEquivale esto a decir que el autoerotismo seria el primer término, concretamente, en el desarrollo del individuo? Freud, en {Un pasaje célebre, afirma que este no es el caso: sn la época en que la satisfaccién sexual estabe ligada ala nu: si6n sexual encontraba su objeto fuer: echo materno. Este objeto fué ulte- ‘viormente perdido... La pulsion sexual devino, ¢ partir de entonces, autoerdtica, y sdlo después de haber supe- * ado ef periodo de latencia la relacién original se resta- blecié... Excontrar el objeto sexual no es en suma més j © que-reencoftrarle. © He comentado muchas veces este ¢ 5 ppasaje,* capital pare Ja teoria llamada del eeountalamien: fon, pero hoy queremos superar esta nocién de apuntala: | = talento; explicaremos por qué. Lo que nos importa aqui } ©) e3.que el autoerotismo no es en_absoluto primero; que | t g mer estadic idependiente de la sexualidad; no es el co- | i ‘Imienzo de Is relacion con ef mundo, sino que marca 10 que hemos llamado el tiempo sauto», que supone una re- troversiOn de la relacidn con el mundo, -—“~ Frogreserios ahora del diutoéro- Ec wancisiso, “Tren SEXUAL, De UNIFICAGION Facterjza'el nareisismo por rela cin a este primer tiempo de re~ twoversién? En los textos mas ex- “38 & Freud, Tres ensiyes de torta se>sal,en 00,1, 1078, ig 164. (Hlemeos resets fa traducci orecid por Jean Laplanche WN. dela} Gt, ibid. pig. 202. Lis bastardilas son de Zean Laplanche. ® Por ejemplo en Vida y muerte en psicoandiiss, Buenos Aires: Aviorrorty editores, 1973, pigs. 25 y si . plicitos de Freud, él se define como unificacién del auto- erotismo (por esencia disperso) en un objeto tinico, pero objeto que es él mismo «auton, un objeto que es siempre interno, «reflejado», y sin duda que por eso se ‘arci- lo bauitiza con el nombre de ese héroe del espejo, so, Este objeto reflejo es conjuntament encal silenciado 0 descuidado en suradicalidad, texto inaugural de Freud, suena asic gqué relacién guarda el narcisismo, de que ahora tratamos, con el autoerotismo que hemos descrito como un estado de la libido en su comienzo {como vernos claramente: esta- do de la libido en su comienzo, no quiere decir estado del individuo en su cothienzo}? Es necesario admitiz que no existe desde el comienzo, en el Individuo, ui "Yor el ¥o debe Cxperimentar un desaio: _Afg, Emmparo las pulbiones autoeroticas existen desde el ori. uya [dos Coinéntarlos esenciales park Freud se trata “Ge una secuencia explicitamente temporal, y no mitica, El nacimiento del narcisismo es absolutamente correla. vo, del nacimfento det yo). Dent (autoerotismo, narcisisino, eleccion ‘ros procuramos reducir a lo esencial, no se trata enton- ces de todo el individuo sino de su vida sexual, del objc de la pulsid “Esta fondo de.una vida 6 é ‘que Ia preexiste: es Ia vide del: vida Gea ete lan a separarse. Las nociones de apuntclamiento 7 de tiempo -autos significan que Ja ‘vida sexual no estd alli desde et ccomienzo 0, pare ser més claro: su ‘comienzo no padria ser confundi- 4 con el comienzo de la vida de relacién. f por otra par- {2 (en esta genealogia freudiana, al menos) no hay otro narcisismo primatio u originario que este, y no hay auto- erotismo mis primario que este. De modo que nuestra, concepcién es la de una vida sexual que viene, como un Caosotocta pet AUTOEROTISNO ¥. DEL NARCISISMO 4 §, Freud, wintroductii del narcsomor, en OC, M4, 1979, pi. 74. Entre corchetes, comentarios de Jean Laplanche. ao i injerto 0 como una emergencia (Ia cuestién sé deja abier- ta) sobre la vida de relacidn (caracterizada en esta época de 1910-1916 por los términos de pulsiones de autocon- servacién, 0 de necesidad). Aquf va a plantearse una cues- tién esencial, lade la escalarizactne 0 del estadismo; jde qué manera concebir esta secuencia: autoerotismo, nar cisismo, homosexualidad (que Freud, en wn momento da- do, ha intgrcalado aqui) y eleccién de objeto heterose- xual?, zy eSino articularla, incluso hacerla corresponder fen unas tablas cronolégicas sindpticas, con esa cantidad de otras secuencias a las cuales son tan aficionades los analistas: sucesién de estadios oral, anal, genital, y des- pués todos los estadios descritos por Ferenezi a propésito del sdesarrollo del sentido de la realidad», pasando por el encadenamiento de las posiciones» kleinianas, hasta sautismo, simbiosis, separacion, individuatién, etc? 0 ‘aun: zhabria, por relacién a la evolucion gradual y ma- durativa de la relacin del sujeto con el mundo objetivo (descrita y afinada a partir de un Piaget), un estadismo sexual que se debiera situar dentro de un simple corti- miento {éécalage} cronotégico? Si decimos que la secuen- cia autoerotismo, nareisismo, eleccién de objeto viene a injertarse sobre la vida de relacién, ¢se podria decir que or ejemplo. ave hapela comenvaét lis dos 9a I seses? (En at z A partir de que nos hemos desettbarazalo de a hea de que estas etapas freudianas son estadios del individuo, nada permite reiterar, a pro- pésito de ellas y sin matices, una nueva escalarizacién. [AURDETOLRTIU'y. RaFeEEEHIG|mo definen modos funda btules de olac eon elmundo ph genera jonamiento sexal y de placer_Desde el mo- mento ef que elios se recortan sobre el fondo de una t= Jacién general con el mundo, que durante ese tiempo evoluciona y prose lo puéden sef Concebiaes como ‘arte presentan diferencias esencia- “las en el estatuto temporal de uno y otro, La secuenc en dos tiempos ~satisfaccién sexual ligada a Ia necesi- dad, retroversién en el autoerotismo~ se renueva un ni- mero incalculable de veces. Pero naca obliga a imaginar que esas microsecuencias se contiuaran mevnicamen te cada vez en un tercer estadio que aportarfa su corona- miento a la triada: apuntslamiento, autoz! sismo, isisnig peimarig, por su es 73 + olidacion, se presta mejor a una evolue riomentos estricturantes, y es importante. aque une de las elapas capitales para cefir su surgimiento haya sido descrita por Lacan como un momento de mu tacién, ex el estadio del espejo. No porque el estatio det espejo sea el alfa y omega del nercisismo, sino que es pro- de estos momentos cruciales de precipitacién, de consolidacién o de cristalizacién (como se dice a propisi- to del «amor», yino es un azar). Seria sin emibargo absur- do, a partir del momento en que hemos situado el narsi- sismno en la secuencia sexual, hablar de fase narcissia pu- ra. Es por otra parte claramente aquello que Freud nos significa, 2 propésito de la tercera de nucstras etapas, Ja de la eleceién de objeto: elecciin de objeto narci nionto est "SfeceSH de objetoe: desde luoyo entendemos eicecisn de objeto se- xual. ;Cémo este tipo de seciten- cia puede ascilar dentro del pen sammiento psicoanalftico et tna se- ccuencia. que escande el acces 2 In objetividad? gCémo esto puede oscilar en primer lugar en Freud? Eso ascilé ya otrora; no hubo tun momento en el cua! las sas estuvieran per- fectamente elaras y un momento donde se embarullaron: {y habia ya oscilado antes de ser enunciadio. La teora no evoluciona linealmente en el sentido de ese plegamiento que yo denuncio. El plegamionto de fo sexual sobre ia Sutoconservacién esté presente, debemos decir, aun an tes del ensinciado claramente formulado det narct En concreto, tres textos: sutroduccién del narcisismo- de 1914, «Formulaciones sobre los dos principios del acze- cor pstqicos de 191] y, por dltimo, Pulsiones y destinos de pulsién» de 1915. Al texto sobre los dos ta ro podemos més que shincarle el dientev"3 (si yo lo he Bxecwox ne otto. ‘oRETIVIDAD: RAISES FREUDIANAS ‘BE UNA CONFUSION 4 §, Freud, Porimulacianes sobre los do principos del acaecer poe icp, en 05, 12 1980, ples. 220.21. “@ fa expeesién que emplea Jean Caplanche es egarder tae dent amsida! hacia algo 0 algulen, Hrios eleide para ta tacue~ el diets porque ee que mea pane Ze maciesta ct picae fo qua sigue, donde el ator no vais en rsrifescsr su dssacuerdo eon ‘ee testo freudtano pero, pars hacerlo, se Rinen sf dienter, como & rena cole (N. ve fe) traducido, :fue tal vez para mejor ejercer ni diente?) en Ja medida misma en que es el texto fundador de tna psi- cologia psicoanalitica del nif, que denunciamos como confusional. : Las cuatro primeras péginas de ese texts nos presen- tan explicitamente una evolucién de las fulsiones del yo © de autoconservacién; las pulsiones sexuales no son lia ‘madas en quxilio hasta el parrafo 3 y para decir que las cosas ocurren de un modo bastante diferente en su caso, Perfecto, todo va bien, gest por lo tanté éstablecida la istineién? No; pr'el contrario, Puscawteno todo va mal porque se ha descri- BELA svoLUcION toy en esas cuatro primeras pagi- SEXUAL Sonn La 1s, el desarrollo de las pulsiones ‘suroconsenvacion de autoconservacién segiin una ‘Secuencia calcada sobre la seéuen- cia sexual, y comenzando por ttn estado originario cerra- do sobre si mismo, inicialmente autosuficiente y monadi- ¢o (mientras que «auto», en el dominio sexual, serfa‘elre- sultado de un proceso y no un origen absoluto). Un esta- o'del cual hay que salir después por no se sabe qué contorsién, que es Ia contorsin propia de todo idealis- mo: ze6mo un idealismo podria abrirse sobre el mundo si estd cerrado? Todo idealismo se contorsiona paraen- ; Gontrér aquello que ha perdido. Lo que yo estigmatizé to! mo un idealismo o un solipsismo bioldgico est en su ao- 800 en estas primeras piginas de Los das principios. Las! Pulsiones de autoconservacidn, el individuo pstenbiolégi- Go, el lectani,tendfanqoe apron vi el clot} = ¥ seré necesario, dado esto, encadenar, er uta verdade- ¢, ya deduccin de una psicologia racional muy invérosimil, © Jas funciones psiquicas sucesivas: coriciencia, atencién,* 5 memoria juicio, ete. Después de todo, este texto podria: © enrolarse bajo el estandarte de la wimbiosis si se toma en cuenta esa famosa notaM que hace entrar lds euida- 05 maternos (no la madre) en el huevo inicial. Ast, des- de antes que el mareisismo sea verdaderamiente que enseftarfa al pequefio ser humano a vivir, pero, pre~ cisemente, on Freud Ia Versagung no es frustracién —o no es es0 sélo—; es acto de rechazo por parte de un ser hhumano adulto, un srehusarse a», 0, como intentamos tra- ducitio zctualmente, un «rehusamlento ake ‘Otro punto que es netesario cues tionar, aunque se haya terminado por tomarlo como adquisicién in- discutible a fuerza de haberlo ofdo repetir desde Freud, es la nocion de alucinacién primitive y la confusién que ella vehicu- liza, Sabemos que esta nocién encuentra su origen, en el «Proyecto de psicologiay, en lo que Freud llamaba ent ces sexperiencia de satisfaccim y que presupone preci- samente la apertura originaria al mundo para una satis- faccién. Después, se nos dice, en ausencia de la satisfac- cién el objeto seria alucinado. Alimentarse alucinando: qué se saldria de ello? gPor qué un poco de frustra- ‘ign sé toleraria gracias Ia alucinaclOn y por qué mucha, frustracién Ilevaria a renanciar 2 esta? De hecho se pue- de mostrar aqui, Sobre todo en la posteridad freudiana, el mismo plegamiento. Lo que deseribia con eilo Freud. era una suerte de surgimiento, de génesis de la sexuali- ded. Enel sProyector, lo «alucinador son uni Coviustones soar. SUA ALUCINACION 82 ts Genny ignos que * Snastosts dcompasiansa la satlsfacidn, v nas obeta de lasts -faccion, Hems insistido en este desplazamiento metoni- ‘ICO Wel objeto, en el surgimiento de la pulsién sexual a partir de las funciones de autocongervacién. En cl ejem plo prototipico, este modelo, casi ficticio, del amamanta- iento, no hay coincidencia sino total desplazamiento de Ta leche al pecho. La salucinaciéns no es entonces algo real imaginado que sustituyera alo real, un alimento que sustitayera a otro alimento. Lo podrfamos mostrar tam- bién en el ejemplo que sin embargo parece ir ms lejos en el sentido de una satisfaccién sustitutiva: me refiero a los suefios de inanicién, segin Freud los estudia en La interpretacien de los sueos, La alcinacién llamada pr- mitiva no nutre; no sustituye a lo real: ella es el neci- rmiento del fantasma, el despegue de In geneatogia sexu. La alucinaciéa primitiva (si «alucinacidi kay) nunca so- 4 desautorizada por la realidad, no puede serio. (Volve- remos sobre este esquema porque. cumo tal, es ait isfactorio:. forma parte de la construccién tlamada del sapuntalamientor, una construccién que no es més que tun mociento para legat a otra cosa. El apuntalamiiento, como al, propone todavia un movizniento de aspecto en- dégeno; en el esquema de I experiencia de salistaccién y del apuntalamiento, es cierto que el atro humano esta. ht antes, pero su rol se resume a avsentarse.) ‘A otro avatar de este pleyemien- to alo mencionamos a rafz de la inclusién, en el huevo inicial, de Ta madre. La via estd aqui totalmente trazada hacia lo que se Hama dada 0 adualismo, o también simbiosis. Pa- Tafomar este dltimo término: vezicvliz, bajo su apatien cia dé evidencia, todas las confusiones posibies. La sim- biosis és una.nocién biolégica, objetiva tai vez, pere de Ia cual se pretende extraer Ia ides de ta simbiosis sub- jetiva..En ei plano biolégico, segin el diccionario de fo- bert, se trata de una sasociacién durable y reciprocamente beneficiosa de dos orgenismos vivoss; y se nos dz el ejem- del liquen. Pero aun biclégicamente, aun en el piano Ge la autoconservacién, esa reciprocidad que haria bene- ficiosa para atbas partes la usociacién madre-hifo es dz~ dosa. Hay disimetrias fundamentales. En hirsts sentido, tro modelo bioléaico de. ir ge al fio ex el pesto dela are "aversamente (efreste caso toni | | | | | Fisitor en el sentido moderno, siurgido de I comunica-

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