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LA REFORMA DEL ENTENDIMIENTO. En Ios momentos criticos de la historia se ha hablado siempre de una «Reforma del entendimiento», de una critica que el intelectose hace a si mismo, volviéndose sobre si, para tomar conciencia de sus propias fuerzas y, mas atin, de sus deficiencias. Revela esta actitud humana dos actitudes al parecer contrarias: desconfianza y fe en la razon. El hombre siente la falibilidad del instrumento intelectual con el cual tiene que avanzar entre la realidad, porque esta realidad ha sido mas fuerte, se ha resistido a las explicaciones que el hombre intentaba dar de ella y se ha mostrado terrible e indescifrable. Pero, al mismo tiempo que la realidad sobrepasa asf al entendimiento, siente el hombre que slo cuenta con su entendimiento para habér- selas con esta tremenda realidad y recuerda, volviendo la mirada a las épocas felices en que la raz6n aparecia en ecuacién casi perfecta con los acontecimientos, y entonces de estos dos sentires contradic- lorios nace la reforma, la critica del entendimiento. Hay dos maneras, por lo pronto, de intentar esta critica del en- tendimiento: una, volverse hacia el instrumento mismo, analizar su estructura y su funcionamiento «puro», es decir, con independencia lel objeto de su aplicacién. Es lo que ha hecho la critica del idealis- ‘no moderno contra el realismo grecomedieval. El otro camino ha silo muchas yeces intentado y tal vez, por su misma complejidad, ho ha sido logrado de modo tan ejemplar y clasico. Pero quiza exis. {i obra raz6n para que asf nos parezca, y es que esta segunda critica tenga que realizarse en cada paso fundamental que el hombre dé para orientarse en la profunda realidad que le rodea, es decir, que ‘onstituya una tarea ineludible de cada época, de cada salto en la Historia, ya que, al parecer, la historia humana st procederfa por siltos, Este segundo modo de hacer la critica del entendimiento in- 143 ESCRITOS ¥ NOTAS DURANTE LA GUERRA CIVIL cluirfa, para ser completa, una conciencia de todo aquelo que no entra bajo la luz del entendimiento, o al menos de aw exis! ‘ aa i a cuestin de la raz6n y de lo irracional que se cruza con la del s u eee cecordar el origen mismo del entendimiento, o seas de To que el hombre ha erefdo ingennamente que era su entendimiento, cuestién intimamente ligada a lo que el hombre ha crefdo ase ell realidad que le rodea. La raz6n y el ser son decabie al ae tiempo por el hombre griego, y su deseubrimiento es el comisaid mismo de la filosofia. Y encontramos que ante el juctuar a "4 j turaleza, ante la inseguridad en que el griego se Basie ot fluir incesante de las cosas naturales, y para salvarte ‘c oa Be al pensamiento, creyendo implicitamente ya, en i ec] 0 “ acudir al pensamiento en demanda de pelacic jos cos s existia aparte de la realidad fluidiza, © incapable por su. misma variabilidad, otra realidad inmutable, permanente 1a we ae traida al tiempo y a toda relatividad, y que esta realidad ver aa coincidia con la esencia misma de la raz6n humana. esta a ia verdadera se llamé ser y se la contrapuso a la apariencia cambia 9 de los fendmenos naturales; el ser era algo absoluto; a rao a su parte, al captar este absoluto de un modo pleno, era al | eae estos dos absolutos, el hombre se sint6 seguro ered a dogmatismo metafisico racionalista y absolutista sie fe ee q con todas sus consecuencias mas de veinte Siglos de histo ia. vg es que en medio y atrayesando este dogmatismo metal isico no . tieran otras intuiciones y hasta concepciones filos6ficas, ie sug ea mente que han quedado siempre en segundo plano y mmochas Yea ahogadas o semidesconocidas ante la vigencia de la metafi y de la razon. 4 sel Renacimiento cuando se siente de nuevo la angusta los dfas de Grecia. La situacién del hombre ha cambiados ya 7 el sentirse perdido en medio del enigma de los senomenes a aa sino que el hombre siente la duda intelectual; duda de aquel ‘ - que la cultura escoldstica le ha proporcionado y ant ie aa como siempre ocurre cuando surgen nuevos conn ro nf un lado insuficientes y por otro excesivas y recargadas. ore 4 hay que olvidar que las ideas fueron hechas para ond cont : ae la realidad, mas no para nutrirse de ellas como una larva ¢ 134 UA REFORMA DEL ENTENDIMIENTO. ha Ilegado a ser para las ideas. Pero en este mismo instante las ideas han perdido su maravillosa realidad de intermediarias, de ventanas comunicadoras, poros por donde la inmensa realidad penetra en la soledad del hombre para poblarla y alimentarla, y se convierten en una palida imagen de sf misma, en una mistificacién de las ideas verdaderas, y asf el extremo intelectualismo viene a hacer traicion a la verdadera inteligencia en el instante mismo en que se vuelven de espaldas a la realidad. ‘ Esta situacién se da por primera vez quiz en la época del Rena- cimiento, en que existiendo ya una cultura de varios siglos de elabo- racin, esta cultura ha hecho crisis. gY por qué, cabe preguntarse, por qué esta crisis? Justamente porque hay historia, es decir, porque el hombre en su ser no puede permanecer alli donde ha llegado, sino que la vida humana es de tal condicién que exige que el hom- bre viva como viajero que no se afinca en parte alguna y que todo lugar sea casi al mismo tiempo de llegada y de partida. Al haber crisis en la historia, quiere decir que una nueva reali- dad aparece ante el hombre, y una realidad para el hombre es siem- pre y en primer término un problema a resolver, algo que le exige ser descifrado y en lo que tiene que desarrollar una actividad. Po- drjamos decir que una realidad que no pide al hombre una activi dad no es una realidad, aunque ya esto supone en cierto modo una metatfisica. Pero asi es; la caracteristica en Filosofia es que no sea posible atacar un problema aisladamente, sino que cualquiera de cllos hace referencia inmediatamente a la totalidad. Y ocurre que ante esta nueva realidad, nueva trinchera que el hombre necesita conquistar, las ideas forjadas para anteriores con- quistas legan a ser un obstaculo; ocultan en ver de iluminar, En el Renacimiento, el filésofo Descartes rompe audazmente con estas ideas y hace tabla rasa de todo lo aprendido para encontrar directa- mente, de modo inmediato, transparente, una verdad original, ha- llada por él mismo en respuesta a su propio problema. La encuentra en la existencia de la conciencia. El ser ya no es primaria y radical- mente la realidad fisica, sino la realidad pensante. El centro de gra- vitacién del pensamiento es ya el ser dado en la conciencia humana. [| hombre sabe que existe porque lo encuentra en su pensamiento, que es identificado a conciencia. Un nuevo racionalismo nace, que lleva ya en sf el germen del moderno idealismo alemén, tltima forma del gran racionalismo (jue naciendo en Grecia cubre toda la historia del pensamiento eu- topeo. Y es este idealismo quien se pone a la tarea de hacer la criti» ca de la raz6n misma en su funcionamiento «puro», es decir, con 135 ESCRITOS Y NOTAS DURANTE LA GUERRA CIVIL independencia de la experiencia y, por tanto, acondicionando Ia ex- Tacuctl en este racionalismo un cierto absolutismo, pudiéramos decir paradéjicamente, un relativo absolutismo desde el na en que se habla de una razén humana int genere, que no se puede confundir en ningdn momento con la raz6n de un hombre concreto, con la razon psicol6gica. Pero este absolutismo queda ya disminui- do en el momento en que Kant genialmente siente la necesidad im- periosa de criticar, de examinar el funcionamiento de la raz6n. Esta necesidad filoséfica es la necesidad concreta de encontrar la validez del conocimiento de la Fisica moderna de Galileo. Desde otras posiciones filos6ficas se siente la urgencia de vol verse hacia el funcionamiento de la raz6n humana. Locke y Tt escriben ensayos sobre el cntendimiento humano. Espinosa, el fil6- sofo del maximo dogmatismo metafisico, escribe su De emmenda- tione intellectus; Leibniz, desde su metafisica sustancialista, siente ién este apremio. a a i fe ah la raz6n subsiste plenamente y esta misma critica 0 examen kantiano de la razén permite después el imperialismo ra- cionalista de Hegel. En él se cierra el circulo de la metafisica de la razon y del ser que hemos visto abrirse en Grecia con Parmer Raz6n y ser se identifican totalmente en el pensamiento hege i de tal manera que lo irracional queda plenamente absorbido por lo Senet en la Filosofia de Hegel un elemento que habia quedado eliminado de la metafisica de Parménides: el tiempo. La Filosofia de Hegel incluye esencialmente una Filosofia de la Histo- ria, porque la raz6n se realiza en la realidad histrica, que se da en)

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