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La vida no terrestre éEstamos solos en el universo? _ Estamos solos en el universo? RBA Direcelén cientfica de la eoleecién: Manuel Lozano Leyva (© Juan Antonio Aguilera Mochén por el texto © RBA Contenidos Ecitoriales y Audiovisusies, SAU. InTRODUCCION © 2016, RBA Coleccionsbles, S.A. Realizacion: EDITEC capiru.o1 Disetio cubierta: loreng Marti Disefio interior: tactilestudion captruvo 2 Infogratias: Joan Pejoan = Fotografias: Archivo RBA: 56a; Sebastien Decoret/123R portada; BSA: 111, 149; ESOMR, West: 148; NASA: 123b, 167, 167; NASAVAdlen/ a Universidad de Chicago/Wesleyan/JPL-Caltech 73, 7; NASMAPL- Caltech: 84, 117, NASAJPL-Caltech/AS/Comelk 125, REUTERS! Cortion Press: 151a, 161b; Science Photo Library/Age Fotostock: ‘56, 164 Reservados todos los derechos. Ninguna parte de sta publicacign puede ser reproducida,almacenada ‘© tansmitida por ningrin medio sin permiso del editor, capiruto 4 coapiruLo s capiruLo 6 ISBN: 978 84.473-8685-9 ‘Depésito legal: B-13300-2016 Sree Impreso y encuadernatlo en Rodesa, Villaterta (Navarra) Impreso en Espatia- Printed in Spain LECTURAS RECOMENDADAS oo. ‘La vidac origen y definicién 2Qué tipo de vida? EL universo como escenario biolégico . ‘Basqueda y expansi6n de la vida en el sistema solar . . ‘Basqueda de vida més ald del sistema solar Elcontacto con inteligencias lejanas . . 2 19 - 153; 17 173 " Pocas cuestiones nos conmueven tanto como la de si estamos solos en el universo, o si, por el contrario, hay ms vida «ah fue- ‘ray. Y, por primera vez en la historia de la humanidad, estamos en -disposicién de alcanzar respuestas cientificas. Si, de algtin modo, laveriguéramos que no la hay, el sentimiento colectivo de soledad seria hondisimo, a la vez. que, al vernos con un estatus tinico, nos ~_sobrecogerfa la responsabilidad por mantener la lama de la vida {la inteligencia césmicas. Si resulta, en cambio, que si existe, la ‘excitaci6n serfa descomunal, cambiarfa nuestra perspectiva de _ c6mo encajamos en el universo. :Se parece a nosotros?, jes inte- ligente?, gpodemos comunicamnos?, znos beneficiard, 0 perjudi- ‘card? El fisico y eseritor briténico Arthur C. Clarke (1917-2008) rresumié el alcance del dilema en una eélebre frase: «Existen dos posibilidades: que estemos solos en el universo o que no lo este- mos. Ambas son igualmente estremecedoras». Desde que se ha reflexionado sobre el asunto, en general ha. prevalecido la Lawn: ORIEN DERIION 8 La carncterizacién tal vox sea demasiado abstracts, hasta el punto de que no desecha la vida artificial, Pero para diversos ‘autores, lo peor de la vision de Maturana y Varela es que elude os aspectos evolutivos de la vida, los que hacen hineapié en la reproduceién, la herencia y las propiedades colectivas y ecol6- Lavnecesidad de conciliar las dos perspectivas se aprecia cla- ramente en los estudios sobre el origen de la vida, Para conse- uir su aparicién se busca integrar metabolismo y reproducci6n, ‘010 que es lo mismo, redes de reacciones que sostienen el siste- ‘ma (mediante autocatélisis y sistemas de control), junto con el ‘empleo de moléculas que transfieren informacién entre genera- ‘clones de manera «imperfecta». Y la NASA, zqué opina? Bn 1994 Ia NASA intent6 recoger los pares de aspectos (indi- vidual y colectivo, actual e histérico, metabélico y evolutivo) ‘cuando adopt6 como nueva definicién «de trabajo» de la vida la {que acababa de proponer el bidlogo molecular estadounidense Gerald Joyce (n. 1956), que a su vez ampliaba la de Sagan: un ser vivo es «un sistema quimico autosostenido capaz de experimen- ‘tar evolucién darwiniana>. ‘A pesar del avance que esta definicién representa frente a otras anteriores, no deja de tener inconvenientes, Lo primero {que choca es que esa definicién se considere «de trabajo», pues, por todo lo que ya comentamos antes sobre la planteada por Sa- {gan, se ve muy dificil de aplicar en la exploracién espacial. De hecho, la propia NASA no la aplica. En segundo Iugar, zla evolucién debe ser necesariamente danwiniana? ¢Xo cabe imaginar otra posibilidad, como una evolucién lamarckiana, en la que se hereden caracteres adqui- ridos? Bn las primeras fases de Ia vida en la Tierra pudo funcio- nar una evolucién con un importante componente lamarckiano, ‘cuando el ARN presuntamente hacia todo el trabajo importante, y las mutaciones que afectaban a sus capacidades también se TAWA: ORIEN y DEFIUCION an, de modo que no existia la diferencia posterior entre tipo (el conjunto de ta informacién genética) y.fenotipo (la wsidn de esa informacion), {Unos sistemas asf, con toda una de capacidades metabdlicas, de relacién... y de evolucién, smerecen ser considerados vivos? ‘También es digna de tener encuen- Hay un numero infinito de mundos, Ja opinién de los defensores del lla- algunos como el nuestro, otros fo «metabolismo primero», segiin SVcirawevclcientea: una época de reproduccién sin feplicacién, en la que habria evolu- {l6n, pero de nuevo no darwiniana. La propuesta de la NASA si resuelve el problema de los vi- Tus, que participan de la evolucién darwiniana pero carecen de ‘antosostenibilidad. Sin embargo, esta no es todo o nada. No consideramos vivas a las células pardsitas a pesar de su gran dependencia? Y de nuevo nos vemos con el caso del fuego que, ‘aunque no seria vivo por carecer de evolucién darwiniana, si es autosostenible. Algunos echan en falta, ademés, alguna mencién de la organizacién y el metabolismo que posibilitan la autososte- nibilidad de la vida, ¢Podriamos integrar la definicién evolutiva y la de Maturana y Varela mejor de como lo hizo la NASA? Quiza diciendo que un ber vivo es «un sistema material autopotético, producto inme- diato o secundario de la evolucién por seleccién natural». Pero’ claro, la brevedad de esta definicién se basa en todo lo que signi- fica «autopoiético». De modo mas explicito podriamos proponer que un ser vivo es «una red material semiabierta al medio, de procesos cataliticos fuera de equlibri y controlados, que se at- tolimita y autorregenera, y es producto inmediato o secundario de la evolucién por seleccién natural». Asi, la autopoiesis se recoge como rasgo esencial de los indi- viduos vivos, pero afirmando su naturaleza material, que excluye ala vida artificial; se prefiere hablar de un sistema «material» a ‘mmo «quimico» para no descartar de entrada a los sistemas que pueden estar mas sustentados en la fisica que en la quimica. Y se resalta —frente a las definiciones de Sagan, la NASA y otros— ‘UAWDK: ORGEN DEFINIION EPcuno que ol ser vivo en «producto» de 1a seleceién, en vex de «eapaz cella, con lo que se resuelve el problema de los estériles, BL producto puede ser inmediato (los seres vivos conoeidos hoy) 0 secundario, lo que recoge los eventuales resultados positivos de Jn biologia sintética y la robética, La propuesta no esta libre de problemas; seguro que el lector puede encontrarlos y hacer sus propias aportaciones. EL RECONOCIMIENTO DE LA VIDA ‘Como hemos ido viendo, de cara al reconocimiento de cualquier tipo de vida las definiciones que se ofrecen son en exceso con- eretas (y propician falsos negativos) 0 demasiado abstractas (que favorecen falsos positivos). Es decir, no hay «algo» sencillo {que baste para reconocer la vida —Io que llamamos un biomar- ‘cador— cuya ausencia sirva para desechar su existencia. Hay biomarcadores muy inequivocos, pero solo para la vida de tipo terrestre, no para «toda» la vida posible. Es decir, en ge- neral podremos estar mas seguros al afirmar que hay vida que al negarlo, Veamos en qué puede basarse el diagnéstico, La deteccién in situ Solo in situ es posible el reconocimiento directo, que se res- fringe a la exploracién del sistema solar. Identificar vida de tipo terrestre serfa trivial. Bastaria encontrar «alguna» de sus ‘caracteristicas «exclusivas> (como el ADN, las protesnas, ete). ‘También valdrfa, claro est4, alguna peculiaridad distintiva 0 pro- ducto de la actividad de «ciertos» seres vivos (por ejemplo, una pluma). Incorporamos las evidencias de tecnologias mas 0 me- nos simples o avanzadas (como un termitero 0 un rela). La lista incluirfa formas o estructuras, moléculas biogénicas (compues- tos quirales, macromoléculas...), ciertas relaciones de is6topos (Gtomos de un mismo elemento quimico con distinta masa) y determinados comportamientos 0 procesos. LAMA: OFIEN YDeFBNCION Con todas tas posibles pruebas hay que ser precavidos, Ress ‘pecto a las morfologias, hoy sabemon, gracias a los trabajos rea~ Hizados con biomonfos por Juan Manuel Garefa Ruiz. (n. 1953), profesor de investigacién en el Laboratorio de Bstudios Crista- lograficos del CSIC, en Granada, que las formas celulares y fila- Mentosas, e incluso otras més sofisticadas, no son exclusivas de _ la vida; se deberia analizar la estructura interna, comprobar la ‘existencia de membranas u organulos, etc. Si, como ocurre con Muchas formas supuestamente fésiles, esto no es posible, puede que se necesiten mais pruebas que las morfolégicas. Vislumbrando en fa lejania A distancia, sera casi imposible reconocer la vida de modo que se ajuste a las mejores definiciones propuestas. {Cémo certificar Ia existencia de evolucién biol6gica, de sistemas autopoiéticos, ¢etc.? Para proponer biofirmas hay que recurrir, mal que nos pese, ‘a las definiciones que llamébamos «clasificatorias». Durante el reconocimiento de una hipotética forma de vida, tendremos que conformamos, generalmente, con algunas de las caracteristicas adjudicadas a los seres vivos y a la vida, y quiaé estas no nos den siempre seguridad. Naturalmente, no se deben crear falsas expectativas con la mera presencia de alguna de las «condiciones» para que surja Ja vida, como los llamados geoindicadores. Eso ocurre, por ‘ejemplo, cuando se proclama la simple existencia de agua liqui- da como casi una prueba de vida. El eslogan dela NASA «sigue el agua» tiene sentido solo en la btisqueda de requisitos necesarios para la existencia de vida como la que conocemos, pero no es un criterio «suficiente». Tampoco lo es la mera deteccién de molécu- Jas orgénicas, ni siquiera de compuestos . Esa complejidad se basa en Ja reactividad del carbono, pero no ignoremos de antemano que pueden existir otras posibilidades capaces de generar una varie- dad y potencialidad equiparables, No se trata solo de disponer de moléculas complejas, sino de que puedan almacenar informacién de cara a sustentar una evolucién mediante seleccién natural, y mostrar actividades suficientemente especificas y precisas, Para todo ello se requieren moléculas grandes en al menos luna dimensién, Parece que no hay més salida que la de recurrir a polimeros lineales (como el ARN), léminas u ordenaciones tridimensionales. Ademés, el almacenamiento de informacién rrequiere que las moléculas incluyan caracteristicas variables que no destruyan el conjunto. Si queremos encontrar una alternativa a la quimica del carbo- no, debe ser otra basada en elementos abundantes, y con al me- nos alguno de ellos capaz de enlazarse consigo mismo, 0 con va- rios otros, para formar grandes moléculas complejas y estables. De entre los 91 elementos naturales, nos interesan los que ade- més de estables sean capaces de formar como minimo tres enla- ces covalentes (fuertes y no iGnicos). Dos se necesitan para que 20ve TPO DE MOK? angi cadena ...) 0 anillos; Los restantes, para uninse con otros elementos que introduzcan varledad y, eon ello, posibi- Jidades de informacidn, Solo nueve elementos satisfacen los re- quisitos, Con tres enlaces: boro (B), nitrogeno (N), f6sforo (P), aarsénico (As) y antimonio (Sb). Con cuatro enlaces: carbono (C), silicio (Si), germanio (Ge) y estatio (Sn). Ademés, hace falta una abundancia minima; en el universo, como muestra la tabla, el C, LN yel Sipredominan sobre el resto de los citados. En la corteza terrestre destaca el Si, y muy detras P y ©. En la hidrosfera, el C. En la atmésfera, N y C. ‘De todos ellos, el carbono es el que posee la mayor capacidad para formar enlaces covalentes consigo mismo y con otros en. unas condiciones «suaves». Uniéndose a otros étomos forma las largufsimas y muy estables (pero flexibles) cadenas de proteinas y dcidos nucleicos. Estos tiltimos se caracterizan por tener un es- ‘queleto con muchas cargas negativas (polianiénico), clave para. oo | ms | 75 24 az [os | os para. la estructura del ADN, Por eso es de esperar que quier genética extraterrestre se base en polimeros con un to en el que se repitan las cargas negativas 0 las positivas. el contrario, las moléculas cataliticas —Ias proteinas— si A que se plieguen. Para eso es muy adecuado también su queleto, no cargado sino con dipolos que tienden a asociarse. “Al margen del carbono, solo el silicio parece capaz de generar “un buen andamiaje de enlaces covalentes. Al estar bajo el car- ‘bono en la misma columna de la tabla periédica, tiene el mismo fiero de electrones (4) en su capa externa. Estos electrones Antervienen en las reacciones quimicas, y los de ambos elemen- tos tienen propiedades (como la moderada electronegatividad) ‘similares. El silicio, ademds, es abundante, a diferencia de los otros elementos de Ja misma columna de la tabla —germanio (Go), estaiio (Sn) y plomo (Pb)—, que, por su mayor tamaiio, di- fieren mucho mas del carbono y del silicio en sus propiedades. Lo mismo que el carbono, el silicio puede unirse mediante en- aces covalentes a otros cuatro étomos, incluidos otros de Si. Ast, ‘mientras el C se une a cuatro étomos de H formando el metano (CH), e1 Si hace otro tanto formando el silano (SiH,) (figura 1). zi_| goss | Ns os | wa | so | ws | NS waae | oom | os | oo | oo | ms | ona Fistro | 90008 | of | of | WS | NS | 08 enue TPO DE vO? Que TIPD DE OK? 45 dhe dl eon lo precio ogi sen er ‘pos rocosos del sistema solar, {COmo es que, a pesar de esto, la ‘vida se basa en el carbono y no en el silicio? Para empezar, el enlace Si-H es mucho mas reaetivo que el C-H, por lo que el silano es mucho menos estable que el metano. Cuando se unen més étomos de carbono ¢ hidrégeno se forman hidrocarburos, mientras que con silicio e hidr6geno se obtienen silanos © polisilanos, Sin embargo, hidrocarburos y polisilanos tienen propiedades muy distintas. Los polisilanos son menos es- tables porque los enlaces Si-Si son menos fuertes que los C-C, ‘como se comprueba en la tabla de esta pégina; para que no se rompan los Si-Si, la temperatura ha de ser muy baja, y mejor si la presidn es alta, Ademés, los enlaces Si-Si son mucho ms sonsibles que los C-C a los acidos, las bases y la luz. Por todo ‘es0, mientras que es muy facil obtener largas cadenas de dtomos de carbono, no lo es con los de silicio, y los polisilanos son muy ‘eseasos en la naturaleza, La afinidad del silicio por el oxigeno hace que este descom- ponga faicilmente los silanos; de hecho, estos muestran pirfo- ‘ricidad: se inflaman en presencia de aire esponténeamente, sin necesidad de uma fuente de ignicién. La fuerza del enlace Si-O 383 452 22 381 360 30 sie nei deena tis cet Cy ot en Ka, ave TPODE woK? ‘yée Si, Mientras ‘ue 00, deserve nal, S10 representa proporcin de atoms {fe Siy de, prs cada foro dei enaza can cut de 0, en tarto que cada (Ose ue aso dos ove ODE VON? a actiia, en definitiva, en contra del uso do tis cadenas dle silicto como moléeulas biologiens Una bioquimica basada en Jos silanos exigiria un ambiente sin oxigeno y disolventes como nitrogeno, etano u otros, pero no agua, Bhudiendo al oxigeno, los silanos pueden formar en- samblajes macromoleculares flexibles. Su estabilidad decrece al ‘aumentar la longitud, pero en menor medida si se sustituye el hidrégeno con grupos orginicos (carbonados), y asi se han con- seguido polisilanos de gran tamai\o. Los anfipdticos (con cargas, Oo polares, por un extremo; sin cargas, o apolares, por el otro) se ‘antoagregan exponiendo sus zonas polares («hidréfilas») a las cargas opuestas del agua y crean vesiculas, tan importantes de cara a la delimitacién de estructuras celulares. ‘Algunos autores especulan con polisilanos como equivalen- tes de los ‘icidos nucleicos en un «mundo del silicio». La infor macién residiria en la naturaleza de las cadenas laterales, que harfan el papel de las bases de los acidos nucleicos. Pero las pruebas a favor son muy escasas. Volvamos a la asociacién del silicio con el oxigeno, pues hay otra posibilidad més esperanzadora. Al fin y al cabo, los polime- ros biol6gicos criticos (4cidos nucleicos y proteinas) no tienen esqueletos ~C-C-C-..., sino de C unidos a otros atomos, como O,NyP. Unos interesantes compuestos orgénicos de silicto: los siloxanos Los llamados siloranos poseen una cadena principal -Si-O- Si-0-... y, mediante enlaces Si-C, cadenas laterales orginicas (figura 2). El nombre de siloxano procede de silicio, oxigeno y alcano. A diferencia de los silanos, si que son estables, y de he- cho estan presentes en multitud de productos cotidianos (cos- éticos, aislantes, aditivos alimentarios...). Los siloxanos més conocidos —como las siliconas— parecen demasiado inertes para sustentar vida, pero otros podrian con- formar moléculas informativas gracias a la diversidad de cade- nas laterales, de modo anélogo a como antes deciamos de los {UE TPO De VON? mae cH, cH, oH | | | ‘id Nemoto ay t | oH, BBs a | Slorane Inga y los, ppolisilanos, y a lo que podria darse en los polimeros de silicio y initrogeno, Pero en todos los casos falta apoyo experimental y, de todas formas, esos polimeros sustentarian sistemas considerable- mente menos complejos que los de carbono. En la superficie terrestre predominan los silicatos, que son muy inertes, pero los reputados Gerald Feinberg y Robert Sha- " piro propusieron que podrian existir organismos basados en tllos en los fiujos de lava y en el magma, a los que lamaron lavobios y magmobios, respectivamente. La informacin nece- aria para la vida residirfa en las irregularidades de sus mallas cristalinas, Pero sin respaldo experimental ni tedrico, la espe- culacién es muy gratuita. En resumen, un mundo en el que el silicio constituya una mejor posibilidad para la vida que el carbono deberfa impedir €1 éxito de este, y ser escaso en oxfgeno y agua, Seria extre- madamente frio (con disolventes como metano), 0 bien —con mucha menos verosimilitud— tan caliente que los disolventes serfan minerales fundidos. En cualquiera de esas temperatu- ras extremas, una quimica pro-biol6gica parece mucho menos probable que la conocida del carbono. De hecho, los silanos y otros polimeros complejos de silicio son raros en los meteori- tos y otras localizaciones interestelares, salvo en el disco pro- - toestelar W33A, localizado en la constelacién de Sagitario, a 12000 afios-luz de la Tierra. La quimica del carbono parece ser, en cambio, ubicua en el cosmos. Se han identificado un cente- nar de moléculas orgénicas, mientras que las que contienen ave To DEM? uilicio no Hegan ala decena, De estas, la mitad inelaye también carbono, En definitiva, el siliclo no se percibe con claridad como ele- mento base de una bioguimiea alternativa a la del carbono, de- ‘ido, en primer lugar, a la debilidad de los enlaces Si-Si y Si-H, y ala fuerza de los Si-O. En segundo lugar, por su incapacidad para formar enlaces dobles, lo que limita de manera dramstica sus eventuales capacidades bioquimicas. Y en tercer lugar, por que no existe una molécula equivalente al CO,, Sin embargo, el silicio sf que puede auspiciar procesos biolégicos... basados en el. carbono. El silicio como asistente del carbono Aunque el silicio no sirva como elemento basico sustentador de vida como lo es el earbono en la Tierra, si puede tener una ira- portancia poco resefiada en la prosperidad de la vida carbonada, Es muy conocido que muchas reacciones de interés probiético focurren mucho mejor en presencia de arcillas (silicatos) en un medio acuoso, Ya vimos que Caims-Smith propuso que los or ganismos de arcillas pudieron dar paso a la vida orgénica, Mas recientemente, Martin Brasier sugirié que los silicatos en forma de piedra pémez pueden constituir una localizacién excelente para el origen de la vida por su alta relacién superficie-volumen, su flotabilidad en agua, y su notable capacidad para adsorber ‘compuestos orgénicos, fosfatos, metales... y eatalizadores como las zeolitas (otros minerales microporosos de silicatos). Por otro lado, el silicio se encuentra en muchos organismos, alos que proporciona rigidez estructural; por ejemplo, en los ta- los de las plantas, los huesos de los animales y los esqueletos de las diatomeas y equinodermos. Nos quedamos, por tanto, con el earbono (con esa inestimable ayuda del silicio) y mantenemos como opeién poco probable el silicio. {En qué medio liquido? El que conocemos como idéneo parala vida es el agua, pero ghay altemativas verosimiles para otra quimica del carbono 0 del silicio? gue TPO DE WK? 18 DISOLVENTES DE LA VIDA amos muy bien que las reacciones quimicas necesarias para ‘Vida se producen mucho mejor en fase Nquida. En fase ga- ‘os, las Teaceiones se limitan a las Sustancias suficientemente tiles, es mas improbable su encuentro y se hace més dificil itener juntos los componentes de una estructura compleja. fase sélida, la difusidn es lentisima, y las posibilidades de en- ¢ntros moleculares también son demasiado reducidas. La vida antoja, pues, muy improbable en un medio sélido 0 gaseoso. sf que resultan de mucho interés las interfases liquido-s6li- (roca) y Hiquido-gas. Inefieacia del agua para la vida es evidente, pero no desdefie- de entrada posibles alternativas. El papel de la base liquida ser disolvente y transportadora de una variedad de nutrientes otros compuestos implicados en el metabolismo. No hay mu- is Sustancias que sean buenos disolventes y suficientemente jindantes en algiin ambiente eésmico; por esta titima razén feliminamos de entrada compuestos como los de fidor y f6sfo- ro. A temperaturas no muy diferentes a las nuestras, destacan el ‘agua, la formamida (HCONEL) y el écido sulfirico. A més baja temperatura, metano, etano, nitrégeno liquido y amoniaco. A tem- pperaturas elevadas, podemos considerar como fase liquida la ice 0 silicatos fundidos. Lamentablemente, tenemos muy pocos datos experimentales sobre las posibilidades de sistemas vivientes en disolventes dis- {intos al agua. Pero un importante criterio de discriminacién se “basa en la conveniencia de que el disolvente sea liquido en un “amplio rango de temperaturas, para evitar su pérdida (por con- gelacién 0 evaporacién) en los eventuales cambios meteorolégi- 08 y climéticos. Como vemos en la tabla de la pagina siguiente, en este sentido destacan, por encima del agua, y a temperaturas similares y superiores, la formamida y el 4cido sulfirico. A més altas temperaturas, la sflice, ¥ a bajas, el etano. En realidad, el ‘agua es liquida solo en una pequefia fraccién de los ambientes eésmicos; lo mas frecuente es que esté helada, aunque a bajas ‘temperaturas pueden funcionar las mezclas de agua y amoniaco. eave To DEA? 51 se) Mo eT oe earl nats ie a ‘esto H,50,) 10 337 er ‘le (10) 1713, 2280 st7 Pants de cngelacin yo ebulicibn a1 atm de pes para sstancis que pian ‘nvr de mado luo praia vida. stints preanes con dvetsas sustancias ‘Sues, los tervals son ferns Merece resaltarse que la velocidad de una reaccién quimica se duplica aproximadamente con cada incremento de 10°C, Dado ‘que cualquier origen de la vida probablemente requiere muchas reacciones quimicas, y quiz4 muchos ensayos y errores, puede ser clave que la temperatura las facilite. Sin embargo, las tem- peraturas demasiado altas desestabilizan muchas estructuras, como las proteinas y los cidos nucleicos; por es0 no se espera que ningtin organismo terrestre pueda vivir a més de unos 150°C, El agua, el top de los disolventes Las propiedades por las que el agua desempefia un papel esencial para la vida en la Tierra provienen de que su molécula es un dipo- Jo en el que el oxigeno queda con una carga parcial negativa, ¥ los hidrégenos positiva. Esa polaridad favorece que se establez- can «puentes» 0 enlaces de hidrégeno entre las moléculas de agua (figura 3), 0 de estas con otras. {UE TPO DEVON? ace de itigeno Frmacn coun puerta de hicrgeno entre dos moc Ge agua. 8° y&-representan cio arcs postvasy negates, epectvanent. __ Bstos puentes son los responsables de que el aguaseatan buen westabilizador de la temperatura» y de que se expanda al conge- e, al revés que la mayorfa de las sustancias, que se contraen. Bsto es titil para crear suelo a partir de rocas, pues el agua infil- trada, al congelarse, ayuda a romperlas. Pero lo més relevante es e el hielo flota, lo que dificulta la congelacién total de grandes jtimenes de agua, ya que la capa helada superior afsia el agua, abajo y permite que permanezca liquida a temperaturas muy jas. Sin embargo, esto también tiene una seria contrapartida ativa: el hielo superficial aumenta el albedo (el porcentaje o disminuye la absorci6n de energfa, 1o que puede contribuir a enfriamiento desbocado que conduzca a una glaciacién. a), tienden a agruparse entre sf en medio acuoso. Este efecto s clave para que las colas apolares de los fosfolipidos se agrupen 'y formen membranas, que son esenciales a su vez para la compar- (nue TPO DE VIR? 58 ‘fimentacion celular, necesaria en ¢l aislamiento de los organismos y laaacelén de la seleceién natural, También es fundamental para ‘elplegamiento de las proteinas, en el que los aminovicidos hidrof- bicos se refugian en el interior y los hidrafiticos o «amantes» del ‘agua quedan fuera, en contacto directo con ella Por supuesto, el disolvente —el agua en este caso— impone lmitaciones sobre las biomoléculas y su quimica, Por eso, aunque nuestra vida se base en el carbono, no abundan las biomoléculas totalmente apolares como los hidrocarburos (con solo carbono © hidrogeno), y sf, en cambio, las que poseen grupos hidrétilos (como los hidroxilo, amino, carbonilo, carboxilo y fosfato). Bl agua no es un disolvente inerte, pues esté implicada directa- mente en muchas reacciones. Precisamente un posible inconve- niente del agua es que favorece las reacciones de rotura, 0 hidré- lisis, que aparecen como un gran obstéculo para la formacién de {icidos nucleicos y protefnas en la Tierra prebidtica, y por tanto para entender el origen de la vida en nuestro planeta, Sin embar- o, en la bioquimica actual las hidrédlisis son esenciales para la destruccién controlada de las moléculas, con obtencién de ener- ‘gia metabétliea. Por ello hay enzimas que las catalizan (las hidro- lasas), lo que hace evidente que no siempre son algo a evitar, sino ‘que cumplen su papel en el conjunto de las redes bioquimicas. Y esa no es la tinica muestra de la reactividad del agua. No es de extrafiar que los quimicos la eviten cuando quieren tn disol- vente inerte. Habitualmente, los quimicos orgénicos, en particu- lar, suelen preferir otros disolventes, como los hidrocarburos. Si buseamos disolventes alternativos al agua (hidruro de oxf- geno, H,0), podemos empezar por los mas parecidos a ella, que son otros hidruros no metilicos, como el cloruro o sulfuro de hidrégeno (HCI, H.S). ¥ también el metano (CH,) y el amoniaco (NHL), relevantes por su abundancia en algunos ambientes. Vida en otros disolventes? El agua (H,0) y el amoniaco (NH,) son moléculas parecidas porque el oxigeno (0) y el nitrégeno (N) lo son, y al unirse al oue nD De vox? 10 quedan con carga parelal negativa, menor en el caso nitrégeno, Aunque el amoniaco e# un compuesto Iiquido en tango de temperaturas més estrecho que el del agua (véase tabla de ta pig. 52), el intervalo aumenta a presiones mayores. j, como veremos, es una molécula relativamente abundante en sistema solar, Si para las propiedades del agua eran fundamentales los puen- 8 de hidrdgeno, también lo son para las del amoniaco, pero este ie menor capacidad para formarlos, de ahi que hierva con més fucilidad. El amoniaco también disuelve muchos compuestos {finicos, y por ello es utilizado a menudo en los laboratorios. suelve mejor que el agua las moléculas hidrofsbieas, pero esto puede ser una dificultad a la hora de usar el efecto hidrof6bico para generar compartimentos. El amoniaco no soportaria la qui- ‘mica de la vida terrestre. El bioguimico estadounidense Steven ‘Benner sugiere que con ciertas adaptaciones, como convertir los enlaces C=O en C=N, cabria imaginar un metabolismo en amo- ‘niaco, siempre que no haya oxigeno molecular, pues este lo oxida y destruye. Teniendo en cuenta su abundancia en ciertos lugares, podria ser un buen disolvente para la vida —con una bioquimica {iferente—a bajas temperaturas. Los hidrocarburos sencillos como el metano y el etano (CH,-CHL) tienen algunas ventajas frente al agua como di- solventes para la quimica orgénica. Sobre todo, no destruyen ‘compuestos mediante hidrdlisis. Incluso en la vida que cono- cemos se saca partido de la reactividad organica en un medio apolar, pues muchas enzimas funcionan porque sus centros activos estan en microambientes apolares. Los hidrocarburos son abundantes en algunos Tugares del sis- tema solar, especialmente en Titén, satélite de Saturno. Se es- ppecula que en un lago o mar de hidrocarburos apolares, los que tengan grupos polares podrfan facilitar la formacién de compar- timentos, dando lugar al aislamiento necesario para que funcio- ne la scleccién natural. Se ha propuesto un modelo teérico de membrana conocido como azotasoma en el que unas moléculas ‘a base de nitrégeno («azoto»), carbono e hidrégeno generan ve- siculas similares a los liposomas. Estas vesiculas se ensamblan ave TPO De Ox? 56 cave TPo De WA? Cabeza aol ‘partir de fosfolipidos con colas apolares y eabezas polares, Las ‘ewes quedan expuestas hacia el medio Ifquido, En los azoto- ‘somas es al revés, 1o que asoma hacia el medio son las eabezas apolares de sus componentes (figura 4), ‘Como el ‘cio sulfirico (H,S0,) es un disolvente razonable- mente bueno, algunos autores han especulado con Ia posit ‘dad dle que pueda sostener vida. Aunque tiene en su contra que ‘08 muy corrosivo y destructor en presencia de agua: su accién ‘eorrosiva consiste en que acelera reacciones de hidrélisis. En ‘eambio, en ausencia de agua es un disolvente a tener en cuenta, Valoraremos esta posibilidad en el marco de la atmésfera de Venus. La formamida (HCONH,) se forma por la reaccién de HON ‘con 11,0 (ambos abundantes en el cosmos), y al ser también po- lar disuetve casi todo lo que se disuelve en agua. Pero es menos reactiva; en la formamida se forman muchas moléculas que son inestables en agua, como el ATP, los nucledsidos, los péptidos ‘e incluso los ARN cortos. La propia formamida podria servir de principal precursor en la sintesis de los ARN. En suma, es un ‘compuesto interesantisimo como disolvente y como precursor probistico. Por otro lado, el SiO, (sflice) en forma liquida también se pos- ‘ula como un posible candidato a disolvente para la vida, pero no se vislumbra cémo esta podria prosperar a temperaturas superio- res a los 1700 °C. Nadie ha encontrado fosiles de los supuestos avobios 0 magmobios en granitos 0 basaltos. En definitiva, aunque no se descarten definitivamente otras posibilidades, el agua aparece como el disolvente mas intere- sante para la vida en cualquier parte del universo, Y no olvide- ‘mos que es la molécula triatémica més abundante, tan ubicua que podemos decir que el universo es bastante «hiimedo, aunque el reparto del agua sea muy desigual y el agua Ifquida no sea tan ‘comin (en el medio interestelar, por ejemplo, se encuentra prin- cipalmente en estado sélido o gaseoso). Por todo lo dicho, gran parte del esfuerzo astrobiol6gico en los iiltimos aftos (en parti- cular el de la NASA) se ha basado en la consigna de «seguir el ‘agua (iquida). Pero esta, como sabemos, no basta. QUE TPO De VON? 7 ‘Para la vida tal como la conocemos, ¢! disolvente liquid no es ‘mas que uno de los tres factores cruciales, que también ineluyen ‘un eonjunto de elementos biogénicos (como ©, H, N, 0, P y 8, © Si y otros) y una forma de energia utilizable, Para que haya energia disponible para la vida se requiere un desequilibrio ter- ‘modindmico. En la biisqueda de ambientes habitables, por tanto, se deberfan incluir los procesos que puedan mantener un dese- quilibrio quimico suficiente. En nuestro planeta, los seres vivos obtienen su energia en liltimo término de dos fuentes: la luz solar y la energfa quimi- ca, La primera solo cabe en organismos de superficie. En las, fumarolas negras, submarinas, la energia procede sobre todo de procesos de oxidacién-teduccién en ambientes ligados a fuertes desequilibrios térmicos en los que se se promueven gra- dientes (diferencias de concentracién) de protones y diversos ‘compuestos. Cabe la posibilidad de que otras formas de vida hagan buen uso de otras fuentes de energfa, Por ejemplo, los gradientes de resin podrfan servir en planetas como Venus y los gigantes gaseosos. O la energfa cinética, allf donde hay grandes movi- ientos de conveccién, como, de nuevo, en los gigantes gaseo- ‘sos, También la energia de las mareas es muy notable en varios ‘satélites del sistema solar, sobre todo donde sirve para mante- ner «subocéanos» liquidos. ¥ se ha apuntado asimismo el posi- ble uso de Ia (poco eficiente) energia térmica, los campos mag- néticos y la radiactividad. OTRAS BIOQUIMICAS DEL CARBONO ‘Hemos especulado con la posibilidad de una vida basada en otros elementos distintos al carbono, pero no olvidemos las va- riaciones sobre su propia reactividad. Es decir, el caso de una ‘vida basada en una quimica orgénica que no implique a los éei- dos nucleicos, las proteinas, etc. «que nPo De von? En Jos estucios sobre el origen de lit vida, 1a hipdtesis mis ‘extendida incluye, como sabemos, una etapa conocida como el del ARN», en el que este haria unos trabajos que ahora reparten entre el ADN y las proteinas (aunque los ARN siguen_ esenciales), Pero, daclo que el paso del mundo del ARN al ADN + ARN + protefnas no se vislumbra con facilidad, jes posi- que en otras «historias» no se consiga, y que la vida se quede estancada» en el mundo del ARN? La pregunta podria extenderse Jos posibles precursores del ARN, los pre-ARN, en los que puede er otras moléculas en lugar de Ia ribosa. _ Lacuestién es, al fin y al cabo, si los fundamentos de nuestra ‘Vida son los mejores, 0 més probables, en todas las condi nes. {Cabe esperar que en cualquier ambiente la vida se base en eélulas, ADN (0 ARN) como material genético, proteinas, mem- branas lipidicas, etc.?, ,0 hay otras posibilidades en la evolucién quimico-biol6gica? ‘Una respuesta adecuada nos levaria a seguir paso a paso el ca- mino hacia el origen de la vida, pero como est tan leno de incer- _ tidumbres, nos detendremos solo en algunos aspectos. ‘Aminodcidos, si. Pero cuales? En los experimentos de simulacién de la Tierra primitiva, bajo diferentes supuestos aparecen algunos compuestos claves en la ‘vida que conocemos que también estén presentes en los meteo- ritos. Entre ellos destacan siempre algunos aminodcidos. No es dificil especular, por tanto, con que otros seres vivos también hagan buen uso de ellos. Los aminodcidos son los constituyen- tes, mediante polimerizacién, de las proteinas, las grandes tra- bajadoras encargadas de catalizar las reacciones metabélicas mediante las que nos abastecemos de energia, mantenemos _ nuestras estructuras y propagamos la informacién genética, Pa- rece probable que, de existir otras formas de vida, también las utilicen, Pero también sirven los aminodcidos como fuentes de ear bono y de nitrégeno para la formacién de otros componen- oué Teo De WDA? tos de los weres vivos, como aatieares y nucledtidos, y para el aprovechamiento de su energia mediante oxidacion, Algunos, ‘como la glicina, funcionan como neurotransmisores en el siste- ‘ma nervioso central, Su versatilidad es tal que, unida a su facil ‘aparicién prebidtica, hace dificil pensar que en otros sitios la vida no los haya aprovechado de alguna o varias de las maneras sefaladas. {Qué aminoscidos? Como hay algunos que se forman con tan- ta facilidad en circunstancias tan diversas, son grandes candida- {os a la universalidad, Nos referimos sobre todo a la glicina y la alanina, pero también a otros. Sin embargo, hay varios que casi seguro no estaban al principio, pues son de dificil formacién. ‘Su incorporacién a las protesnas requitié el desarrollo de rutas bioquimicas para su biosintesis, Es el caso del tript6fano y la tirosina, En definitiva, no extrafiaria encontrar en la vida extrate- rrestre una serie de aminoacidos comunes con los nuestros (los iniciales) y otros diferentes (los tardios). Para que haya vida similar a la conocida, se necesita que la Informacién que dicta las secuencias de las protesnas esté alma- cenada en otro tipo de moléculas, pues las protesnas son incapa- ‘cos de replicarse. Se requieren pues los dcidos nucleicos wu otras macromoléculas con el mismo papel, y una suerte de cédigo ge- nético: hasta qué punto similar al nuestro? Otracuestiénesladelasecuencia, u orden, delosaminoacidos fn las protefnas. Aun en el caso de que estos fueran exactamente Jos mismos en otras formas de vida, y de que se desarrollaran algunas actividades enziméticas idénticas a las terrestres, glas secuencias serfan parecidas? Supongamos una enzima de 100 aminoacidos. Considerando 20 tipos de estos, hay 20x20x20.. (cien veces), es decir, 20" formas de construir una proteina de ese tamafio, un mimero inmensamente superior al de atomos en el universo. Entre esa enormidad de posibilidades zhay que en- contrar una sola capaz de exhibir la actividad buscada? Por lo ‘que sabemos dc las secuencias terrestres, no, A menudo encon- tramos distintas soluciones para conseguir una misma actividad. Eso si, observamos que, cuando se encuentra una de estas sol ciones, se hereda (a veces con pequefias modificaciones) y no se 2208 TP De VON? «busean» otras, Puede haber miles de maneras de conseguir una ividad determinada efieiente, y no os necesarlo encontrar «la igjor», basta con dar con una buena entre las muchas que hay, ‘eso no es tan diffell. Asi que es probable que incluso las enzi- con exactamente las mismas capacidades que las terrestres ‘tengan una secuencia muy parecida, pues procederan de otra ueda azarosa en el espacio de secuencias, Las primeras poblaciones de individuos Ta evolucién darwiniana debe actuar sobre variadas poblacio- nes de «individuos». Los primeros ya serian células delimitadas por membrana, y también el antepasado universal, LUCA. Ya Sabemos que la formacién de vesiculas que aislen parcialmente y protejan un espacio interior no es dificil: basta con una concen- traciGn suficiente de sustancias anyipdticas (en un medio acuo- 0, con colas apolares y cabezas polares). En nuestra vida, estas Sustancias son Ios lipidos, pero en las células terrestres apare- ‘cen dos tipos, parecidos entre sf: uno en las arqueas y el otro fen bacterias y eucariotas. Cualquiera de ellos servirfa en otros lares, pero también podrian valer otras moléculas anfipaticas. {Eucariotas, pluricelulares. La sencilla estructura procariética de bacterias y arqueas parece casi inevitable en la aparicién de cualquier tipo de vida. Pero {debe la evolucién de los procariotas conducir inevitablemente a algo como los eucariotas (con niicleo, membranas intracelu- ares y orgénulos como las mitocondrias)? Esto es mucho més dudoso. En la Tierra, el «paso» se demoré quizé més de 1700 Ma, ‘por lo que no parece que fuera sencillo. Una vez aparecidos los eucariotas, hicieron falta otros 1000 Ma para la conquista de la pluricelularidad, lo que por un lado hace pensar que tampoco fue trivial, pero por otro nos consta que se consiguié de manera independiente repetidas veces. QE TOBE VON? a [tone [ese | uc (seu enue TPO DE woK? ‘UGA Ser esse Represertacin elas dos oonas qucles (Ly0) coun ‘inn, que TP DE VDA? CONVERGENCIAS EVOLUTIVAS UNIVERSALES Parece que en la'Tierra se exploraron multitud de posibilidades de ‘morfologias pluricelulares, como las que se ven en el yacimiento ‘ail de Edincara, en Australia (de unos 600 Ma) y las que resulta- ron de la llamada «explosion Cémbrica» (570 Ma), y solo algunas pervivieron. Todo indica que hay patrones morfoldgicos que son ns Inevitables, porque son muy ventajosos y accesibles. Unas si- metrias se generan mejor que otras, ¥ ofrecen mas ventajas. Las afinidades y constricciones fisicoquimicas ya generan lo que po- driamos llamar «convergencias moleculares», Cuando se aporta ‘enerffa a una mezela de gases, unas reacciones son mucho mis probables que otras debido a factores cinéticos y termodinami- ‘¢08 que deben ser universales. De ahi que la pronta aparicién de ompnestos como el formaldehido (formol), el cianuro, y algunos ‘aminoficidos, sea la norma: la facilidad dle su formacién (cinéti- (ea) y Su estabilidad (termodinémica) casi lo aseguran. Que los compuestos anfipaticos se autoorganicen dando lugar a vesiculas ho es un azar, y cabe esperarlo en cualquier sitio del universo. Como también es de esperar que predominen unas simetrias so- bre otras debido a su més facil formaci6n y mayor estabilidad. Un siglo atrds, ya el bidlogo y matemiético escocés D'Arcy Thompson (1860-1948) hizo perspicaces reflexiones sobre el papel de la fisica en la determinacién de las formas y estructuras de los seres vivos. Apelando a los mecanismos evolutivos, el paleontélogo inglés Simon Conway Morris (n. 1951) defiende —sobre todo en su libro de 2015 Las runas de la evolucién— que en otros planetas debe haber una vida vegetal y animal similar ala terrestre, Recwrre para ello a la convergencia evolutiva por la cual, por ejemplo, los ojos de los pulpas y de los vertebrados son muy parecidos, aunque apa- recieron de manera independiente. También, para moverse en un medio acuatico, se han reinventado infinidad de veces las aletas y Ja forma de pez, tanto que podriamos considerar que son formas , as{ como «debilidades» aso- iadas: la codicia, la violencia... La inteligencia teenolégica se da- ria solo en especies de tierra, as tinicas que podrian usar el fuego yconstruir artefactos. El autor espera que existan extraterrestres parecidos a los humanos en al menos algunos de esos planetas. ‘Sin embargo, es un asunto controvertido. La mayor parte de la vida sera seguramente més simple sobre todo por limitacio- nes energéticas; Schulze-Makuch caleula, por ejemplo, que en la ha Europa, sobre la base de sus fumarolas submarinas, no po- dria haber organismos més complejos que los camarones. En la ‘Tierra parece que fue necesario que unas bacterias dieran lugar a las mitocondrias (al ser engullidas por unas arqueas complejas), e0ué TPO DE WOK? evolucién se hace cargo, emergen dle lageavedad (ouaumento promueve temas comunes, y lo mismo es ‘Simow Conway Monas 5 LA TIERRA ‘Por otra parte, hay autores que afirman que las investigaciones sobre el origen de la vida no respaldan la esperanza de encon- trarla més allé de la Tierra, que por tanto responde més a un deseo que a una prediccién racional. Esta visién se ha concre- ‘tado en lo que se conoce como de formas de vida, sencillas y complejas. eave TPO De WA? Para considerar las posibilidades de vida en el universo, necesitamos conocerlo partiendo de "su propio origen y evolucién hasta el momento presente. Entonces podremos calibrar dénde es mas probable que haya aparecido o pueda atin surgir algtin tipo de vida, lo que Ilamamos las «zonas habitables». Pero estas pueden ser mds 0 menos longevas. sr ts hee RNA eth Aen ey wens ego ra “AN "Bl universo esté en expansién. La distancia media entre las ga- axias no deja de aumentar, Eso significa que en el pasado es- _ tuvieron més préximas, y que hubo un momento en el que la expansién comenz6; fue en el llamado Big Bang («Gran Explo- ‘sidn»), que se estima ocurri6 hace unos 13800 Ma. Afortunadamente para la vida, la expansiGn no es incompati- ble con las agregaciones locales de materia debidas a la fuerza de la gravedad. Esta ha dado lugar a las galaxias y sus agrupa- ciones, que no se expanden internamente. La mayor parte de las galaxias se formaron probablemente menos de 2000 Ma después de la Gran Explosién. Asi ocurrié con la nuestra, la Via Léctea. En las galaxias, por la misma gravedad colapsan las nubes de gas y polvo. Las estrellas nacen cuando se alcanza una densidad de material suficiente para iniciar los procesos de fusidn nuclear, en los que cada cuatro nticleos de hidrégeno (H, con 1,0079 uni- ‘dades de masa at6mica) se funden, generando, en varias etapas, otro mas pesado, de helio (He, 4,0026 u.m.a.). En estas reaccio- __ nes se pierde algo de masa, que se transforma en energia segtin la conocida ecuacién E=mc? (en la que E es la energia, m la ‘masa y ¢ la velocidad de la Iuz). A su vez, tres niicleos de helio L UUVERSO COMO ESCENARIO BIOLOGICO ‘pueden fundinse generando uno de carbono (C, 12,0108 wuan.a.), ‘Tin estrellas como el Sol, la fusion no va mas alld y no we generan ‘elementos més pesados que él carbono, pero las mis masivas si- quen adelante formando otros tan importantes para la vida como €1 oxigeno, el fosforo, el azutre y el hierro, ‘Los plantas nacen al mismo tiempo que las estrellas, cuando ‘parte del material de la nube iniclal experimenta una acrecion en tomo a la estrella central. Giran aproximadamente en el mismo plano, en una estructura que acostumbra tener forma de disco. Sojgin su composicién y tamafio, se distingue entre planetas to- c0808 (0 teltiricos) y gaseosos, Los primeros, con mayor propor- cidn de elementos pesados, son mas pequeitos y densos. De los nogundos (que a pesar de su nombre pueden tener un nicleo 10Co¥0) nos interesardn sus a veces grandes satélites. Una estrella eviver mientras tiene material para Ia fusién, y la velocidad a la que 1o consume depende de su masa: cuanto mayor es esta, mayor es también la densidad y la temperatura de Ati miicleo, y més rapido el consumo de combustible. La vida del Sol estaré en torno a los 10000 Ma, pero las estrellas de menos ‘masa pueden durar cientos de miles de Ma. Las muy masivas, en cambio, acaban en pocos Ma con enormes explosiones lamadas supernovas, en las que esparcen el material estelar por un amplio entorno. Asi pueden contribuir a nuevas mubes de gas y polvo con el que se forman otros sistemas planetarios. De particular interés 6 la liberacién de carbono y los elementos pesados sefalados ‘antes, pues son esenciales para la vida que conocemos. De ahi que Carl Sagan y otros dijeran que somos o simplemente ‘zona hubitables, Bn una zona habitable se dan unas condiciones que se esti- man adecuadas, o propicias, para que prospere una vida similar ‘ala terrestre, pero por supuesto eso ‘no garantiza nada: no debe confun- Teniendo en cuenta que las dirse nunca «habitable» (si se prefie- [galaxias] elipticas son mucho re, «potencialmente» habitable) con jg hospitalarias para planetas «habitada», ni la capacidad para al- bergar vida con la de generarla. En. habitables, se plantea la general solo se contempla la existen- interesante pregunta de sila vida cia de agua liquida sobre la superficie aqui en la Via Lactea es solo una den planeta rocoso durante un tiem- — extravagancia de la naturaleza. po prolongado (de al menos unos cientos de millones de aftos). Pero hay que tener en cuenta las posibles «agresiones» del entomo galctico. En el centro de mu- chas galaxias, incluida la nuestra, parece haber un agujero negro, yas radiaciones gamma y X que libera, junto a las emitidas por las estrellas de neutrones prdximas, pueden ser nefastas para la vida, Ademés, cerca del centro galactico son frecuentes las supemno- ‘vas, que pueden menoscabar gravemente la habitabilidad de los planetas hasta a decenas de afios-luz, El flash inicial de una super nova puede destruir la capa de ozono de un planeta préximo, ex- poniendo la vida a radiaci6n UV y rayos césmicos... y més tarde llega el grueso de las eyecciones de la supernova. También pue- den perjudicar sus efectos gravitacionales, que perturbarian las 6rbitas planetarias, y a veces favorecerian impactos de grandes cuerpos que podrian acabar con la vida existente. Las temibles supemovas son frecuentes, ademas de en los nticleos galdcticos, en otras regiones densas, como las zonas de los brazos espirales con una alta tasa de formacién estelar. Segiin algunos autores, el paso del Sol por una de estas zonas pudo ser la causa de algunas extinciones masivas, pero ahora est fuera de ellas y, al ir a la velocidad de las brazos, no se acerea a ninguna regidn peligrosa. ‘Mucho menos frecuentes que las supernovas normales son las de tipo gigantesco, o hipernovas, que parecen las princi- ELUNVERSO COMO ESCENARIO BIOLOGICO Parka Daa Palos responsablow de las colosalen exploniones de rayos gam: ‘ma (GRU, do Ins wigan on ingléy) que pueden asolar la eventual Vida a distancia mucho mayores que uns supernova comin, Afortunadamente, su frecuencia disminuye conforme envejece ol universo, En general, conforme nos alejamos del centro galiictico des: clonde el riesyo para la vida, pero también disminuye la propor. ‘clon de elementos pesados, 1o que los astrofisicos denominan ‘equivocamente mefalicidad (como si todo lo que no sea hidroge- hoy hello fueran metales), A mayor metalicidad, mayor frecuencia de planetas. Pero una metalicidad muy alta puede ser perjudicial pra la vida, pues tal vez. promueva en exceso Ia formacién de {igantes gaseosos con cierta capacidad de atraer y destruir a los planetas rocosos habitables, Bn suma y a grandes rasgos, al apartamnos del centro galdctico primero aumenta a capacidad de soportar viday luego desciende. Como resultado, la zona habitable galictica es aproximadamente luna corona esférica 0 gruesa céscara intermedia (galaxias elipti- as), obien un anillo (galaxias espirales,figura2). Se ha estimado {que en la Via Lactea esta zona ocupa entre los 15000 y los 38000 aflos-luz desde el centro, Por debajo de 15000, el agujero negro y Jas supernovas impedirian la vida —sobre todo la compleja—, yimds allé de 38000, la baja metalicidad limitaria la formacion de planetas terrestres. Ese anillo incluye en torno al 20% del total de estrellas de la galaxia. Naturalmente, la zona habitable faléctica va cambiando con el tiempo. Por ejemplo, la Via Léctea se ha ido haciendo en promedio més bioamigable al dismimuir el niimero de supernovas y la actividad del niicleo galéctico, y al aumentar la metalicidad. Ala luz de lo dicho, zhay diferencias en la habitabilidad de los distintos tipos de galaxias? El proyecto de investigaci6n Explora- cidn Digital det Espacio, de la Fundacién Sloan, ha analizado ‘en 2015 més de 150000 galaxias «préximas» y ha realizado el primer «modelo cosmobiolégico» sobre la habitabilidad del uni- verso. La astrofisica india Pratika Dayal (n. 1984) y sus colegas han mostrado que las galaxias que tienen mas elementos pesa- dos son, por lo general, las més grandes, que suelen ser elipticas. FLUNWESO COMO ESCENAA BILOGICO aoa habit ea a Lact Como ademés son més pobres en supernovas, estiman que pue- den albergar unas 10000 veces mas planetas habitables que las espirales como la Via Lactea. Si es asf, somos afortunados (o, si se quiere, no serfamos tan «mediocres» 0 «copernicanos»), pues no estamos en una galaxia éptima para la vida. Pero no todas las galaxias son iguales en cuanto a tranquilidad. Hay muchas que sufren colisiones con otras, lo que aumenta la EL UMIVERSO COMO ESCENAIIO BIOLOGICO 0 ‘Heneruclén de swupemovas y otras perturbaclonos, 1a Vin Lietoa ‘parece haber sido sosegaca en este sentido, aunque puede que co- lisione con Andromeda en unos 6000 Ma, Para conclulr podemos afrmar que habltamos en lo que pare- co ser ina buena region del universo, aunque ni extraordinaria- ‘mente singular ni especialmente privitegiada, ‘ZONAS HABITABLES DE LAS ESTRELLAS. La vona de habitabilidad 0 zona habitable (ZH) de una estrella ‘es la regién de su alrededor en la que las condiciones permiten Ja existencia de agua Kquida permanente y abundante sobre la superficie de un planeta similar a la Tierra. Se Ja suele considerar in anillo més o menos amplio, En la re- {gi6n interior al anillo se producirfa una aceleracién del efecto i ‘yernadero, que origina un calentamiento excesivo (como ocurre ‘en Venus), y en la exterior una desaparicién del agua liquida por ‘congelacion (como en Marte) (figura 3). Por eso se la denomina ‘A veces zona «ricitos de oro», segtin el cuento popular en el que ‘una nifia, ante las sopas de tres osos, se toma la que no esta ni demasiado fria ni demasiado caliente. Es decir, la que esta a la temperatura adecuada. Los valores mis aceptados hoy como limites de la ZH, para stierras» con atmésferas N,-CO,-H.O, los argumentaron el ge6- Jogo estadounidense James Kasting (n. 1953) y colaboradores en 2018: para el sistema solar, entre 0,99 y 1,7 unidades astronémicas (UA: distancia media entre la Tierra y el Sol, unos 150 millones de km), Para el limite interno consideraron la pérdida de agua debida a un efecto invernadero desbocado y, para el exterior, la condensacién del CO,, Como vemos, la Tierra, a 1 UA del Sol, estd dentro de esa ZH por los pelos, en el borde del sobrecalen- tamiento. Venus, a 0,72 UA del Sol, ahora queda fuera, pero Marte, 4 1,52 UA, dentro (esté o no habitado). Puede que no sea rara la presencia de més de un planeta habitable en torno a una estrella (tenemos otros ejemplos) y, si sus Grbitas se aproximan, se elevan Jas posibilidades de panspermia. UNNERSO CONDO ESCENARE BIOLOGI0O De las zonas habitables nos interesa, ademas de su extensién, su duracién y estabilidad, y todo ello depende en gran medida de Ja naturaleza de la estrella. Tipos estelares y habitabilidad Hay una gran diversidad de tipos estelares, y unos parecen mu- cho mas idéneos que otros para originar y sostener durante largo tiempo alguna forma de vida. Lo primero que percibimos de las estrellas es su brillo, que depende de su luminosidad real y de la distancia. Por ejemplo, Sirio no es una estrella muy luminosa, pero esté relativamente cerca (a unos 8,6 afios-luz) y es la més brillante del cielo noc- turno, La luminosidad tiene que ver con la temperatura super- ficial de la estrella, que a su vez guarda relacién con la masa y se refleja en el espectro de la estrella (una especie de «cédigo de barras» que nos dice cémo absorbe las distintas frecuen- clas de la radiacién), que determina su color (véase la tabla de a pagina siguiente). FL UWVERSO COND ESCENARIO BHOLGGICO a a ‘lone tr pine po espa. Les magnitudes masa aco y uminasiadse etblecen con ‘Wp Bo (1), En ods ls cass ee orecen valores pos. Por todo ello se ha impuesto la llamada clasificacién espectral de Harvard, que se establecié en esta universidad entre finales del siglo xx y principios del xx. En ella, los principales tipos de estre- las se denominan, yendo de las més masivas y calientes a las me- nos con las siguientes letras maytisculas: OBAFGKM (derivadas, de un orden alfabético previo basado en ciertas caracteristicas, espectrales). Hay una regla mnemotéenica en inglés, de dudosa correccién, para recordarlas: Oh, Be A Fine Girl/Guy Kiss Me (Oh, sé una buena chica“ buen chico, bésame ahora mismo dul- cemente»). Cada tipo espectral se divide en subtipos del 0 al 9. Por ejem- plo, las GO (o «G tempranas») se parecen a las F9 (0 «F tardias») ¥ las G9 alas KO. El Sol es una G2. Los distintos tipos estelares difieren mucho en su capacidad para mantener vida. Las estrellas de mayor tamafto (0, B, Ay F ; tempranas) son demasiado energéticas y poco longevas. Veamos, q elresto. LUNWERSO COMO ESCENARIO BOLO ‘Law ontrollas F tartan (de Fit on adelante), @ y K parecen tas ‘mis adecuadas para acunar vida debido a su estabilidad, ampll- {ud de la zona habitable y duracién, Las G, que suponen el 7% del {olal, son las que requieren menos explicaciones, pues el Sol es luna de ellas. Asi que podrfamos considerarlas, en principio, las ‘ms favorables para la vida, sin embargo, mas © menos la mitad de ellas surgieron antes de que la proporcién de elementos de alto 1peso atdmico en las nubes de gas y polvo fuera suficiente para formar planetas de tamafio terrestre con compuestos de interés probidtico. Por otro lado, més de la cuarta parte son més jovenes que el Sol, por lo que en sus planetas ha habido menos tiempo para desarrollar una evolucién como la nuestra. ‘Segrin nos , en la actualidad, Cabe ain dad de una respuesta positiva, que seria extraordinaia- mente apasionante, y del mximo interés desde el punto de vista cientifico. La cuestién sigue en el aire debido a que la profusion de nuevos datos cientificos obtenidos por las decenas de misio- nes espaciales exitosas, atin no responde a las preguntas clave, La pequeiia masa de Marte (1/10 de la terrestre) determina una ‘BUSQUEDAY EXPANSION DE LAVIDA EN EL SISTEMA SOLAR gravediad (1 38% de la nuestra) ineapaz de retener una atméstera densa, Y recibe ta mitad de luz solar que la ‘Rerra, Su muy baja temperatura (46 °C de media), una atmésfera muy tenue (con luna presién de menos del 1% de la terrestre) y la ausencia de agua iquida permanente en la superficie, hacen que esta no parezca ‘compatible con la vida, Més atin, la ausencia de una capa de 020- no permite la llegada de una daftina radiacién UV que, junto a la radiacién césmica y la presencia de peréxido de hidrdgeno (H,0,) ypercloratos (C1O,), pueden destruir la materia orgéniica. La historia del agua marciana Hay pruebas de que, al menos ocasionalmente, ha habido abun- dancia de agua liquida en Marte. Para empezar, contamos con pruebas visuales de dos tipos de «canales». Unos son valles an- chos que se interpretan como productos de grandes fujos de quidos que cireulaban répidamente por la superficie. Otros son canales sinuosos de lo que constituirfa una red fluvial muy ra- mificada a lo largo de cientos de kilémetros, sobre todo en el hemisferio sur. En los dos casos, el Iiquido solo pudo ser agua. Ademés, las fotografias obtenidas por la Mars Global Surveyor en 2006 mostraron los efectos de flujos de agua liquida muy re- cientes (de menos de diez. aftos). Y en 2016 las imagenes obteni- das por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter han probado la presencia de agua Iiquida salada durante los meses de verano, cuando la temperatura ronda los 20°C. ‘Todo indica que Marte fue més célido y htimedo en el pasado. Los més optimistas calculan que hace 3800 Ma habria suficien- te agua para sostener océanos de mas de I km de profundidad; incluso hay pruebas recientes que apuntan a que dos impactos de asteroides sobre un gran océano del norte del planeta causa- ron sendos tsunamis gigantescos hace unos 3400 Ma, Los menos, creen que el agua normalmente estaba congelada y solo alguna vez se fundia a causa de la actividad volednica o de cambios en la inclinacién del eje de rotacién de Marte. En todo easo, gdénde fue a parar esa agua? BUSQUEDA Y EXPANSION DE LA OA EN EL SISTEMA SOLAR 105 ‘Hasta hace unos 8800 Ma, Marte debié de tener una atmésfern ‘ew en GO, gracias, sobre todo, a una actividad volednica como la que originé el monte Olimpo (la mayor montafa del sistema solar, con 27 km sobre la elevacién media), Debido al CO,, la presién atmosférica seria superior a la terrestre actual, y Ia temperatura ‘media estarfa por encima de los 0 °C. Abundarfa el agua Iiquida y ‘generarian las grandes cuencas fosiles, Pero se duda si el agua estaba presente de manera continua durante decenas 0 inclu: 80 clentos de millones de afios, 0 solo de forma esporadica. En. ‘cualquier caso, pudo aparecer la vida, En los siguientes centenares de millones de afios, el CO, at- mosférico se fue perdiendo, en parte debido a la formacién de carbonatos. El problema de los planetas pequefios como Marte (es que se enfrfan antes que los grandes, y eso inhibe su vulcanis- mo y la salida de gases a la atmésfera. En la Tierra, el CO, atra- ado en forma de carbonatos acaba reciclindose a la atmésfera ‘gracias al vulcanismo, pero en Marte no pudo ocurrir. Hoy Marte esté geol6gicamente muerto, Sin embargo, recientemente se ha estimado que los carbonatos visibles en todo el planeta son muy insuficientes para dar cuenta de todo el CO, que habria cuando se formaron los valles fluviales. 4Dénde fue a parar el resto del CO,? Probablemente se perdié enel espacio, sobre todo hace unos 3000 Ma. El CO, se debié de «romper» debido a la radiaci6n UY, lo que liberaria stomos de carbono y oxigeno, y estos, posiblemente, se verian arrastrados al espacio por el viento solar (figura 2) Esta pérdida se relaciona, ademés, con el campo magnéti- co marciano, Marte probablemente tuvo un micleo de metales fundidos, a semejanza del terrestre actual; los movimientos de conveccién de este micleo, junto con la rotacién marciana, ge- nerarfan un campo magnético suficiente para formar una magne- tosfera que protegiera a la atmésfera de las particulas del viento solar, El campo magnético se debilitarfa al enfriarse el planeta y cesar la conveccién del niicleo, dejando la atmésfera a merced del viento solar, que la arrastrarfa en buena medida al espacio (figura 3). Por si eso fuera poco, los impactos también irian ero- sionando la atmésfera, [BUSQUEDAY EXPANSION DE LA VIDA EL SSTEMA SOLAR La rota por del CO, 1,0 te elniranda estos compuasts de Mart a timer mis caer cst Unateamds t0 tiniceomés cae" non aero romps wwe resins ees cept matin \ ‘sence anc tte SS Interna > campo gc ooh | mcsgaes roraets ctr i mo veacsnen om : anomie hoe Se eee oe } / ‘ene ede Ladin nogreeton cannons » hapomngeawne . cotter Laman nis” Lashdna cant pr ‘unt proto a prado wn ira is cdo atnstoe _atmésfera del viento solar posiblemente més homedo (MARTE ACTUAL ‘MBA TEMPRANO Hoceunes 300 Ma, Marte pudo perce su camgo magni, dejan su atméstera vunerable a vet sol. ‘BUSQUEDA EXPANSION DE LAVIDA UL SISTEMA SOLAR ‘07 Adomés, so congelaria CO, en lax capas allan de la atméstera, ‘con 1o que se reflejaria mis radiacion hacia ol espacio (es decir, un ‘mayor albedo) y bajaria ain mas la temperatura, Otra fraccién del CO, se condensé y esti en los casquetes polares, parte se incor ord quimicamente a las rocas, y algo permanece en la atmésfera, E] agua sufrirfa una pérdida similar, mediante rotura causa- da por UV en dtomos de Hy O, seguida de arrastre del hidrégeno por el viento solar, El oxigeno procedente del CO, y del HO se pperderfa en parte por el mismo viento solar, y el resto reaccio- narfa con rocas de la superficie, contribuyendo a que podamos hablar del planeta «rojo», un tono generado principalmente por Ja oxidaci6n del hierro. Se estima que el agua Ifquida pudo ser estable hasta hace 3000 © quizé. incluso 2000 Ma, Entonces, la presiGn atmosférica y la temperatura superficial atin serfan considerablemente mayores a las actuales. Cuando las temperaturas méximas bajaron de 0 °C y el agua liquida desapareci6 de la superficie, si habia vida, al menos ahi se extingui6. Si la extincién fue total, todo lo que po- drfamos encontrar hoy son restos fésiles. Fue muy popular el ha- lazgo, en el meteorito de origen marciano ALH84001, de supues- tos vestigios de organismos y de actividad biolégica (que también se hallaron en los meteoritos Nakhla y Shergotty). Sin embargo, todo lo que se encontré podfa tener una explicacién inorgénica, de modo que est pendiente la btisquedia de fésiles verdaderos. En definitiva, la pérdida de gran parte del CO, y H,O atmosté- ricos fue resultado del pequefo tamafio de Marte, que ocasioné su enfriamiento temprano, El planeta rojo solo es grande para retener durante un tiempo limitado el calor interno que impulsa el vulcanismo y la desgasificacion. Pero atin queda agua en Marte. Subsiste, como sabemos, en los casquetes polares, y se piensa que el suelo tiene atrapada una gran cantidad de agua helada, a lo largo de miles de metros de profun- didad. Incluso puede aparecer ocasionalmente agua liquida su- perficial El eje de rotacién de Marte sufre grandes cambios de in- clinaci6n, y cuando esta es acusada propicia un calentamiento de Jas zonas del planeta mas expuestas al Sol. En esos periodos, el vapor de agua puede alimentar el efecto invernadero y es posible ‘BUSOUEDAY EXPANSION DELAVIDA EN EL SISTEMA SOLAR que el agua Kquida «vuelvar «1a superficie con elerta abundancia, ¥; de existir vida en el subsuelo (quizé en animaciin suspendida durante millones de afios), también esta podria «retornar», PERO... HAY HOY VIDA EN MARTE? ‘Tal vez la eventual vida marciana resista en nichos muy loca- lizados. Hay dos que parecen mds interesantes. En la roca roja sedimentaria, a pocos centimetros bajo la superficie, y quiz hasta a decenas 0 cientos de metros de profundidad, puede haber agua y comunidades semejantes a las criptoendoliticas (Constituidas por organismos de suelos profundos) halladas en la Tierra. ¥ también cabe que la vida resista en lagos subterré- neos. Precisamente se estudia aqui, en el «tercer planeta», la vida de ambientes que se asemejan en algunos aspectos a los del «cuartoy: Ia del rfo Tinto (Huelva, Espatia), la del desierto de Atacama (Chile) y la de la Antartida, Las pretensiones de que atin hay vida en el frigido Marte pro- vienen sobre todo de dos fuentes: los datos obtenidos por las sondas Viking y los referidos al metano atmosférico, Las misiones Viking Los aterrizajes en Marte, en 1976, de los médulos Viking Lander Ly 2, fueron éxitos extraordinarios de la NASA. Tras fotografiar el anaranjado paisaje marciano, los Viking tenfan como misién realizar cuatro tipos de experimentos, que se efectuaron sin con- tratiempos. En primer lugar se analizé la composicién del suelo marciano. Hasta el limite de Io detectable, no se encontré nin- guna materia orgénica. Fue una sorpresa, pues se pensé que al ‘menos habria alguna procedente de objetos espaciales, como las condritas earbondceas (meteoritos rocosos con cierta abundan- cia de compuestos de earbono). En cambio, los experimentos biol6gicos en los que se buscaba tun metabolisto degradativo o biosintético dieron, asombrosa- DBISQUEDAY EXPANSION DE LA VIDA EN EL SISTEMA SOLAR mente, resultados parcialmente positivos, En particular, el ersa yon el que al afadir a suelo mareiano nutrientes marcados con © (radioearbono) se obtuvo “CO, (di6xido de carbono 14). BI diseftador del experimento, el ingeniero estadounidense Gilbert V, Levin (1, 1926), sigue eonvencido de que el resultado se debid ‘a clerta actividad biol6gica sensible ala temperatura, e : Sin embargo, la conclusién oficial de la NASA fue que no se i tficas europsas, cootdinades poral Instituto de Asirofsioa de An- detecté presencia de vida. En palabras del responsable de los ‘ hier — experimentos biol6gicos, Harold P. Klein (1921-2001), «...todos BoM ae a 108 datos, en su conjunto, sugieren una interpretacién no biolégi- ea, inorgénica, de todas las reacciones observadas». La aparente alles ha used ausencia de compuestos orgénicos sugerfa un mecanismo que “Mientras tanto a NASA cesar dl vericul exporador Mars 2000, quo sera lanza ee los destruye en la superficie marciana: esencialmente, radiacién / afio para Intentar shoontrar huellas de vide. Recogens ee ee ea UVy oxidaci6n, tal vez por agua oxigenaada (H0,). Pero hoy esta Be ee onal ence capone eee =) Guetta experimental no fue’el més\adecuatio: Re: 2028, Por otro lado, fa risién «rempshisioss loebresker Life cueia penetrar en el subsuelo clentemente se ha comprobado que la materia orgénica que hu- | Geles 2onas ples en eusca ce vid Bromareadores, pro framers ee ceca: alae biera en el suelo marciano se destruiria, en el mismo proceso de |e feorpae un proyecto smi, Baenae une nile tec, anéllisis, por las sales llamadas percloratos (C10) que la sonda. eee Phoenix encontré en 2008 en el propio suelo: estos no la atacan ae ie significativamente a bajas temperaturas, pero si Ia destrayen a ecient ies as sete te re Jas altas empleadas para los andlisis (en los que, ademés, si se © Camno edo es sensato haere cuando se akegan Mere ya Tera, cosa que ooure Gace 26 detectaron los posibles productos de la destruccién). meses ls astronauitas daberlan esperar casi doa afios dara regresar. Ei coste seria devenas Estos resultados obligan a reinterpretar los ambiguos y con- de veces superior al de una misién fusos datos de los Viking, y dan crédito a autores como Schul- soap aiieapocatnny sulla zeMakuch (Universidad de Washington) y Joop Houtkooper ae centaur eae (Universidad de Giessen), quienes argumentan que el conjunto Hand teketes Gr atte ol de resultados se explica mejor biolégica que abiéticamente, por _. dia responder alas cuastones acer- Jo que sostienen que en las muestras marcianas probablemente spurs vin rests ty A © ce de tid en Marta mejor que los s{ que habia vida, Quizd fueran organismos con un interior rico fi <= Sn || tetaeeroniticase Eo vas inten fn agua y agua oxigenada. Tanto esta como los percoratos set er suai cen dol ecto virfan de anticongelante (igual que la sal comtin, que por eso se Tee aen tents Fed Hi utiliza para licuar el hielo) y, por ser higrose6picos (capaces de Gerticas, Seg.remente s0 rake, absorber la humedad), ayudarian a eaptar la poca agua disponi- . bere despue ce 2020, i ble en el ambiente. i Precisamente un amplio equipo internacional encabezado por Visit artstica det vehicula de exploracién el espaiiol Javier Martin-Torres (n. 1970), del Instituto Andaluz ' “ainbianapiuampniaaaeeeipli de Ciencias de la Tierra del CSIC, ha demostrado en 2015, con ‘BUSQUEDAY PARSON DE LAVIDA EWE. SSTEMA SOLAR ‘BUSOUEDAY EXPANSION DE LAVIDA EVEL SISTEMA SOLAR m ‘ayuda do 1o¥ datos do la ostacién meteoroldgica del rover Curio~ sity, que los percloratos marclanos cada noche pueden absorbor ‘aqua atmosférica y mantenerla liquida en los centimetzos supe- viores del suelo marciano, formando salmueras; durante el dia, el ‘gua se evaporaria, Eso también explicarfa los desprendiniien ‘tos de material que se han observado en el planeta, Bs evidente que los experimentos Viking se disefiaron para de- tectar procesos metabélicos tipicos de organismos de la ‘Tierra, por lo que Sagan y Lederberg ya avanzaron que los resultados, si ‘eran negativos, excluirian solo una subserie de las posibles cla- ‘ses de organismos marcianos. Ademés, solo se analizaron mues- tras de los 6 cm superiores del suelo, y los materiales organicos, 0 incluso seres vivos, embebidos en las rocas escaparian a la deteccién. Por descontado, los experimentos tampoco podian ‘excluir que haya vida en otros lugares de la superficie, El enigma del metano de Marte Bs muy intrigante la deteccién de metano en la atmésfera mar. lana que realizé en 2004 la sonda Mars Express, pues en 2012 1 vehiculo todoterreno Curiosity no pudo encontrarlo, aunque en 2014 si. El metano de Marte es, pues, una gran incégnita, y algunos cientificos hablan con soma de «creer» 0 no en su mera existencia, Hace falta explicar la causa de su variabilidad y, por tanto, su origen. Elmetano marciano no deberia durar més de unos siglos debi- do a las reacciones quimicas que lo eliminarian, de modo que debe de haber una «fuente de metano en Marte, y se especula que puede ser vuleanismo... o vida (figura 4). Hay mucha expectacién porque en la Tierra casi todo el me- tano es de origen biol6gico. Ademis, Ia cantidad de metano at- mosférico parece variar en las distintas regiones de Marte y con las estaciones, lo que sugiere que sea producto de la accién de organismos metanégenos. Pero el vuleanismo también puede explicarlo: vias de escape desde el subsuelo que se abren més en verano que en inviemo. Sin embargo, aunque la fuente sea vol- [BISQUEDAY EXPANSION DE LAVIDA EU EL SISTEMA SOLAR ve! i) piper cc del metano en Mart. El etano presente eno planeta rojo puede tne in ergen glyco ilo. Enel segundo cao, ce supoe que procedea de comunidaces mirodara. cénica, tiene interés biolégico, pues el calor (geotérmico) nece- sario para liberarlo probablemente sirva también para mantener agua liquida subterrénea, ‘Algunos autores sefialan que tiene especial interés medir la re- lacién H/metano; un cociente inferior a 40 indicaria con mucha probabilidad actividad biol6gica. Para realizar estas medidas y responder a més cuestiones, la proxima misién de la ESA a Mar- [BUSOLEDAY EXPANSION DE LA VIDA EH EL SISTEMA SOLAR 113 o,ExoMAr, evar un detector, NOMAD, dived para tar lama rma rsa de metano, Se eatulant de tend eae ¥ d6nde y cuando se plerde, Se espera con cierta ansiedad que NOMAD aclare definitivamente el enigma del metano marelano, VIDA EN CERES Y PLUTON ‘Entre Marte y Jiipiter se encuentra el «cinturdn de asteroides», que alberga millones de pequefios cuerpos rocosos, El mayor es Ceres, un planeta enano (subié de rango en 2006, igualindose con Plutén, que baj6) con unos 950 km de didmetro, En 2014, el Ob- servatorio Espacial Herschel confirmé que Ceres contiene agua ‘en abundancia, y que desde su tenue atmésfera expulsa al espacio hasta 6 ky de vapor por segundo. Desde marzo de 2015 lo orbita Ja sonda Dawn («Amanecer») de la NASA. Su superficie —plaga- la de criteres— probablemente es una mezcla de agua helada y minerales hidratados como arcillas y carbonatos (que originan Sugerentes manchas blancas), todo lo cual sugiere la existencia ‘en el pasado de agua liquida. Tal vez hubo un océano muy salado entre una superficie helada y un nticleo rocoso, ¥ se especula con la posibilidad de vida en surgencias hidrotermales. Pero que hoy ‘se mantenga esa situacién parece poco verositil, pues es muy udoso que a Ceres le quede suficiente calor interno. Para salir dde dudas habré que esperar nuevos datos, como los de la Agencia Bspacial China, que ha sorprendido con su plan de enviar en la «écada de 2020 una sonda a eres que traeria muestras ala Tierra, En cuanto a Plutén, los datos de la reciente misién Nuevos Horizontes, de la NASA, sugieren un océano intemo de agua que ‘Se mantendrfa Iiquida gracias al calor de la desintegracién ra- diactiva. Ademés, Plutén tiene mucha agua helada y una tenue atmésfera muy rica en nitrégeno, pero que también contiene me- tano y monéxido de carbono. La incidencia de la radiacién UV Sobre estos ayuda a explicar que haya compuestos onganicos de diversa complejidad, que incluso pueden caer junto al metano en forma de nieve. Pero parece muy poco probable que se pueda haber desarrollado vida. 'BOSCUEDAY EXPANSION DELAVDA EN EL SSTENA SOLAR VIDA EN JUPITER Y SUS SATELITES ‘Tipiter se caracteriza por su gran masa y tamafo, y por su en- voltura muy rica en hidrégeno y helio, Bajo ella puede haber un iiicleo rocoso 10 veces més pesado que la ‘Tierras se espera que Ja sonda Juno que, enviada por la NASA, lleg6 a Jipiter en 2016, lo verifique, Pero no hay que hacerse ilusiones con la superficie de este nticleo, pues soportarfa unos 20 000 °C y 500 millones de atmésferas. La temperatura externa de Ia atmésfera joviana cae, en cambio, hasta los ~110 °C. Entre ambos extremos hay una zona «templada> en la que Carl Sagan y otros propusieron la posible existencia de organis- ‘mos, pero la intensa radiacién, la escasez. de agua y las condicio- rnes generales no apoyan esa posibilidad, Los planetas gaseosos también se distinguen de los teliiricos en que la forma dominante de C en sus atmésferas es el metano, en vez del CO, A veces se presentan como gigantescos laboratorios naturales de quimica prebistica que producen, entre otros compuestos, acetileno, eta- no y HCN, mediante el uso como fuentes de energia de la luz y Jas descargas eléctricas, ademas del calor primordial liberado desde el interior. Aunque parece poco probable que esa quimica ‘pueda ir mucho més allé, veremos qué sorpresas nos trae Juno. Los cuatro satélites mayores de Jipiter (fo, Europa, Ganime- des y Calisto, de mas cerca a més lejos) fueron descubiertos por Galileo (1564-1642) en 1610 (de ahf que se les llame satélites «ga- lileanos»), Ganimedes es més grande que Mercurio, y Calisto no es mucho més pequetio, fo tiene impresionantes volcanes acti- ‘vos, pero nos importan mais los otros tres, que tienen la superficie cubierta de hielo, carecen de atmésfera significativa y presentan densidades que indican que estén formados basicamente de hielo yrocas. Lo ms interesante es que hay pruebas de la existencia de focéanos subsuperficiales de agua liquida en Ios tres. Como es posible que tengan agua liquida con tan poca irradia- cién solar? La respuesta es la energia mareal, con alguna contibu- cin de la geotérmica. Las fuerzas de marea en los satélites de un planeta gigante generan suficiente calor para mantener un océano de agua liquida bajo una capa de hielo. De hecho, son responsa- DBISQUEDA Y EXPANSION DE LA VION EN EL SISTEMA SOLAR, 15 6 blow del vuleanismo extremo en el eereano fo, In la acelin mae oil nfluyen, ademas, las resonancias orbitales entre los distintos ‘satélites, que asi mantienen érbitas no perfectamente circulares La ESA esté desarrollando el Explorador de las Lanas Hela- das de Jipiter (JUICE, de las siglas en inglés), con lanzamiento propuesto para 2022 y legada en 2030, Hstudiarfa, ademas de Jipiter, sus Tunas Buropa, Ganimedes y Calisto por su interés astrobioldgico. ‘Vida en Europa Buropa presenta una superficie sorprendente, muy plana, hela- da, con multitud de grietas y pocos criteres. Fue estudiado por las Voyager 1 y 2, y sobre todo durante ocho afios (1995-2003) por la sonda Galileo. Tiene una atmésfera muy tenue que contiene algo de O, pro- bablemente procedente de la rotura de moléculas de agua por efecto de las radiaciones. La superficie, compuesta sobre todo de hielo de agua, esté a unos -160 °C en el ecuador y -220 °C en los polos. Puede que ocasionalmente se activen criovolcanes (que no emiten roca fundida, sino materiales como agua, amo- niaco, metano, etc., a baja temperatura). La ausencia de relieve superficial relevante sugiere que el agua ha ascendido desde el interior y ha formado una capa de hielo, que tiene entre 10 y 30 km de espesor. Puede incluso que en los comienzos del satélive hubiera agua liquida superficial. Pero donde es casi segura su presencia (segtin los datos de la Galileo) es debajo. Parece ser que la capa de hie- Jo cubre un océano salado que puede llegar a tener el doble de masa que los océanos terrestres, y estaria implicado en el cam- po magnético del satélite (figura 5). En el fondo ocedinico puede haber Areas de transferencia de materiales y calor andlogas a las chimeneas termales de los océanos terrestres, aunque no llega- rian a sostener una biomasa similar a la terrestre. Pero estudios recientes muestran que incluso sin actividad hidrotermal, el océ: no podrfa tener temperaturas, presiones y una quimica orgénica H)SQUEDA ExPRSION DE LA DAE EL SSTEMA SOLAR, ‘Secctn cet salt Europa, Detacan bs civolcanes ve gran coon salad que sorta bj una capa {ail y que poi ear lg po de via releve poo accdeniad yl leva abe de sta luna de Jit se coresponde con una superclass, jen y acta ‘compatibles con la vida. ¥ en la corteza helada se han encontrado silicatos, presumiblemente procedentes del impacto de asteroides ‘© cometas, que pudieron aportar materia orgénica, Por todo ello, Europa suele considerarse el cuerpo del sistema solar de mayor interés astrobiolégico, junto con Marte. ‘Aunque la quimica prebistica a bajas temperaturas tiene sus defensores, muchas reacciones de interés no parecen ser tan fun- cionales. No parece muy probable que se haya originado vida en Europa, pero estamos expectantes. Sf es mas verostinil que las adaptaciones de ciertos organismos terrestres (como los que ha- bitan en el lago subglacial Vostok, de la Antértida) les permitirian sobrevivir si se les introdujera en un océano «europeano». [BUSOUEDAY EXPANSION DELAVIDA EUEL SISTEMA SOLAR 17 Aprenderemos mucho sobre la habitabilidad de Europa me: diante a ettada misién JUICE y con la Mision de Sobrevuelos: de Buropa (del inglés, EMFM) de Ia NASA, cuyo lanzamiento se planea para 2022-2029, y en la que tal vex la BSA colabore con un . Consiste en determinar la modificaci6n que un planeta causa en ciertas propiedades 0 comportamientos de la estrella sobre la que gira, como la posicién y el brillo. Hay cuatro métodos de deteccién indirecta, basados en astrometrfa, velocidad radial, trénsitos y microlentes gravitacionales. Los dos primeros se basan en que la estrella y el planeta giran en tomo al centro de masas comiin. Este seria equidistante a ambos si tuvieran la misma masa, pero como la de la estrella es muy superior, el centro est4 mucho mas cerca de ella, incluso en 10 coplos (figura 1), mejor sos plantas son grandes yIejanon, como ocurre en nuestro sistema solar. Pero dada la duracion de ‘as drbitas (por ejemplo, unos 12 alos en el caso de Jupiter, 29 ‘el de Satumo), a veces hay que esperar afios o incluso décadas para detectarlos. El método de velocidad radial mide las variaciones en la ve= ocidad de 1a estrella debidas al efecto de un exoplaneta que Ii orbita, Cuando la estrella se nos acerca, las lineas de su espectro ‘se desplazan al azul, mientras que cuando se aleja se mueven hacia el rojo (es el mismo efecto Doppler por el que cuando un coche con sirena se nos acerca el sonido se hace mas agudo, y ids grave cuando se aleja) (figura 2). La frecuencia del cambio nos dice el periodo orbital del planeta. Naturalmente, la mejor deteccién se produce cuando la én bita est en el mismo plano que la linea que une la estrella con ‘nosotros, pues si la érbita es perpendicular a esa linea no habria alejamientos y acercamientas. Este método produce un sesgo a favor de la deteccién de pla- netas masivos en 6rbitas cortas y proximas a sus estrellas (los llamados «jupiteres calientes»), por la mayor influencia gravita- cional del planeta sobre la estrella. Fue el método de mayor éxi- to hasta 2012, pero sigue empleandose con instrumentos como el hispano-aleman CARMENES, que trabaja con estrellas mis ‘pequefias y frias que el Sol. Elmétodo de las microlentes gravitacionales (figura 3) se basa. en que, obedeciendo la relatividad general de Einstein, cuando i una estrella se sitia entre la Tierra y otra estrella ms lejana, hace de lente gravitacional, y los rayos de |a estrella lejana se desvian ligeramente produciendo un débil aumento de su brillo. Si la estrella préxima tiene un planeta, contribuye a la desvia- cién de los rayos. Con este método se puede estimar la masa del planeta y su distancia a la estrella. En los poco frecuentes casos en los que se consigue aplicar, permite detectar planetas mas pequefios y La postin de una eset stamboles un poco po eta do un pant, Eidiimeto angular to nestrolasbamboleas cto Doplr cei al giro do una esl en tan aun planeta ‘BUSQUEDA DE VDA MAS ALLA DEL SISTEMA SOLAR [AUSOUEDA De IDA MAS ALLA DEL SISTEMA SOLAR 138 de masa terrestres de st estrella, Los planetas salvajes —sobre todo al Hon grandes— también pueden actuar como lentes, y por tanto detectarse, Asi s¢ esti, comprobando que son muy abundantes, quizé haya miles de millones de planetas en Ia Via Léctea, Tilinétodo de trénsito es el que en tos iltimos afios ha permit: do encontrar més exoplanetas, Mide el descenso del brillo de In estrella cuando un planeta, al orbitarla, pasa por delante de ella desde nuestro punto de vista (figura 4), Claro que esto no oeurre siempre, depende del éngulo entre el plano orbital y la Iinea que nos une a la estrella, de manera que nuchos planetas se nos eseaparén. Estas perturbaciones se de tall fuente [BUSDUEDA De VOR MAS ALLA DL SISTEQRA SOLAR tectan mejor cuando el planeta es grande y estd muy proximo a Iaestrella, Mediante esta técnica se detecté el primer exoplaneta en toro a una estrella de tipo solar en 1995, Cuando hay suerte, el descenso de brillo nos informa del tamaiio del planeta; el pe- rriodo orbital y la distancia a la estrella se calculan a partir de la frecuencia del oscurecimiento. Ha sido el método empleado por la misién COROT (que, lide- ada por la Agencia Espacial Francesa, obtuvo datos entre 2006 ‘y 2012) y, sobre todo, por la muy exitosa misién Kepler de la NASA, un telescopio espacial «cazaplanetas» que empez6 a fun- cionar en 2009 y, tras una averia en 2013, se consiguié reactivar en 2014 (imisién K2) con gran resultado. Estudia continuamente los posibles transitos en unas 150000 estrellas situadas a 500- 3000 afios-luz en una zona del cielo entre las constelaciones del Cisne, Lira y Draco, que supone aproximadamente 1/400 del cie- Jo total (véase la imagen de la pag. 137). EXOPLANETAS CONOCIDOS EI satélite Kepler ha encontrado, mediante el método de triinsi- to, casi 5000 candidatos a exoplanetas, mas de 2300 de los cua- les se han confirmado, a menudo mediante otras técnicas. De __ ellos, nada menos que 1284 se incorporaron, a la vez, en mayo de 2016, incluyendo nueve probablemente rocosos en zonas habita- bles. E] total de planetas confirmados en esta fecha supera los 3300. Como miinimo el 20% (cabe esperar que sea mucho més) forma parte de sistemas planetarios (varios planetas en torno a.una misma estrella). En la figura 5 podemos observar el gran ‘impacto de Kepler (¥, por tanto, del método de trénsito) en el hallazgo de nuevos exoplanetas. “Antes se suponfa que el patrn de planetas del sistema solar, rocosos interiores y gigantes gaseosos exteriores (amés de 5 UA), seria comin, pero Ios hallazgos iniciales no concordaban con él. La mayoria de los exoplanetas eran gigantes gascosos, y sobre todo muy préximos a su estrella, incluso mucho mas que lo que est Mercurio del Sol. Deben tener altas temperaturas en su. st- BUSQUEDA DE VDA MAS ALLA DEL SSTEMA SOLAR 195 Nino do plantas neva 400 EvOPLANETAS DESCUBIERTOS HASTA MAYO DE 2016 1200 }- encore go isin Kolry condos en mayo de 2016 Daabeiienae anteriores do amin Keplok2 nm BB escutrmionias no kaperanos mon gas ‘Ao del escubimient ‘optneas scabies cada ao. ol se inten os contematos, pero hay més cance Los desutimints eta msn Kepler 9ebesaran ene modo Ge rns, Los <0 keserinose Inyo ste metodo y oes. Perficie, de ahi que se les ame jipiteres calientes. Sus periodos orbitales son muy cortos, tfpicamente de menos de 10 dias. Pero eso no quiere decir que la mayoria de los planetas sean asi, sino que eran los més faciles de detectar con las técnicas usadas hasta entonces, Hoy se piensa que los jjipiteres calientes fueron antes gigan- tes gaseosos mucho més alejados de su estrella, pero que migra- ron hasta sus proximidades. Puede que Jipiter no lo hiciera por el efecto de Satumo (al que, en ese caso, podriamos deberle la vida), pero, en un futuro lejano, cuando el Sol se convierta en una. gigante roja, tal vez si se convierta finalmente en un jipiter ca- 1% ‘BOSOUEDA De VIDA MAS ALLA DEL SISTEMA SOLAR eet een Coates ages La prt superior dea imagen musta ta regin det ilo estusiaca por la ms Koplr dea NASA, Ls puntos blaoos indian planets de especial tr; cuando hay vars muy pixios se cael nimero Dick repo ‘8 deta, en pare erode a image, en el conjrto del contexn gic ‘BUSOUEDA DE VBA MAS ALLA DEL SISTEMA SOLAR 137 Hionte, Conform avanaan tas tenleas do deteectin, comproba- ‘mos que los japiteres calientes no son la norma, ¢ incluso pueden ser relativamente raros. Pero tampoco parece frecuonte ol sie ‘ema solar; en realidad, todavia no sabemos que tipo de sistema planetario es el mas convin, Se calcula que, en promedio, cada estrella de la Via Lieto tiene al menos un planeta, y se estima que los pequefios, roco- ‘808, son més abundantes que los grandes. ,Cudles serdn, en principio, habitables? Se pueden establecer diversos niveles de Plausibilidad de vida, segrin hasta qué punto se satisfagan los re- quisitos para su aparicidn (fuentes de energia, compuestos onde nicos, medio liquido, atmésfera, est lad). El problema esti ‘en reunir esta informacién de cuerpos muy alejados. HABITABILIDAD DE LOS EXOPLANETAS En abril de 2014 se anunci6 el descubrimiento del primer pla: neta de tamafio terrestre en la zona habitable de su estrella: Kepler-186f, a casi 500 aftos-tuz de la Tierra. ¥, conforme las técnicas ¢ instrumentos de deteccién mejoran, cada vez se van ‘encontrando més tierras y supertierras en zonas habitables. Con Jas titimas halladas, ya tenemos 42, algunas tan cercanas como Wolf 1061c (Gliese 628c), a solo 14 aftos-tuz. Los gigantes gaseosos extrasolares también tienen interés res- ecto a las posibilidades de vida, pues es posible que, como los gigantes solares, tengan muchos satélites, algunos con ambien- tes habitables al modo de Europa, Titan, etc. En cuanto a los jpiteres calientes, la probable migracisn que Jos acereé tanto a su estrella pudo ser catastréfica para la vida. Se piensa que si en sus sistemas habia «tierras» 0 supertierras ccon vida, en muchos casos la migraci6n la perjudicaria y tal vez acabaria con ella, pues el proceso expulsaria o cestruiria los pla- netas pequefios que inicialmente estuviesen entre la estrella y el japiter. Las has de los propios gigantes también sufririan el efecto pernicioso de la migracién. No obstante, segiin algunos modelos, muchos planetas habitables quedarian indemnes. ‘BUSQUEDA DE VOR MAS ALLA EL SISTEMA SOLAR Cul es 1a habitabiidad de los planetas conoeidos? Para es- timarla, a menudo se utiliza simplemente el Indice de Similitud con la Tierra (IST) del que ya hablamos en relacién a los cuerpos del sistema solar, Bn la tabla de esta pégina vemos trece de los exoplanetas mas destacados (todos en zonas habitables), segtin este indice y otros criterios. Animamos al lector a consultar datos actualizados del «Archi- vo de exoplanetas de la NASA» y del «Catdlogo de exoplanetas habitables de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo». En este ya habia, a mediados de 2016, 42 planetas habitables (13 tierras epee 2066 L667 Ge ope 420 ple | ele 4520 Hopler1544b Kepler 288¢ Kepler 296F Wot 10516 Koper 16200, Koper 12290, ep opie-te61 | wT | ot | om | a6s | 070 ‘Wovedelo evopanetas habables més smares aa Tara ordenads Sep lS, en 2016, Se aac Jncce de habided HITE cuando so cspane de Espana sb dia igo eal y lal planeta es nat (7) o sparta ST). Dist. PE dance ene l planeay su estela, go fujoderanacn est, respecoal teres Rado: on rlcin al terest Dit Sadana ene la exlay a Sa. ‘BOSCUEDA DE VDA MAS ALLA DL SISTEMA SOLAR En ol HITE ene mucho peso la oxcentricidad de la Orbita y elalbedo, Una alta excentricidad puede suponer periodos de ex- cesivo acercamlento a la estrella (¢ influjo energético); un alto albedo, menor energfa disponible en la superficie. El HITE no tiene en cuenta, en cambio, la presencia de ozono, magnetoste- 1a, tecténica de placas, etc., sencillamente porque hoy no tene- ocalzacn doa ostret Glee 687, en a constelekn de sear, y 20 supertierras), tres en torno a la enana roja Gliese 667 C, la ‘menor de un sistema triple que a simple vista aparece como una estrella tenue en la cola de Escorpio (figura 6); en la tabla hemos dostacado la candidata a terra nova Gliese (GL) 667 Ce (la «e» {inal indica que es el tercer planeta respecto a la estrella). Casi todos orbitan estrellas K y M, pero Kepler 452b y 1638 giran en toro a estrellas G, como el Sol. Para hacer una lista con criterios lo més objetivos posible de cara a priorizar la busqueda de vida en los exoplanetas mediante Jos instrumentos que se van a poner pronto en marcha, Rory Bar nes y otros han desarrollado en 2015, desde la Universidad de Was- hhington, un nuevo Indice de habitabilidad para planetas en trénsito (HITE, del inglés Habitabitity Index: for Transiting Exoplanets). Este parémetro no se limita a considerar la zona habitable, sino que también pondera otros criterios para estimar la probabilidad de que un planeta pueda mantener agua liquida en su superficie. Esto lo diferencia del indice IHP que vimos en el capitulo 4, que buscaba eludir el «chovinismo» del agua y de la vida terrestre; con datos suficientes, conviene considerar las dos perspectivas. BH)SOUEDA DE VIA WAS ALLA DEL SISTEMA SOLAR, ‘mos acceso a esa informacién de los exoplanetas. Curiosamente, el HITE de algunos planetas es superior al de la propia Tierra (0,829). Entre los planetas confirmados destaca en este sentido Kepler442b, con un HITE de 0,836. Como explican los autores, 10. que ‘ocurre es que 1os mejores candidatos tienen niveles de radiacién incidente del 60-90% de la terrestre, que vienen a corresponderse con la mitad de la ZH. Recordemos que, por el contra- ‘Nuestro Sol es uno de los 100000 millones de estrellas en nuestra galaxia. Nuestra galaxia es una de las miles de millones de galaxias que pueblan el universo. Seria el colmo de la presuncién pensar que somos los tinicos seres vivos en esa enorme inmensidad. Werner vou Braun, oiseiavon De Los ccoveres V2 v Sarurwo 5 rio, la Tierra esté muy cerca del limite interior de la ZH del sistema solar, por lo que tendria un HITE mayor si estuviera algo mas alejada del Sol. Ena figura 7 vemos la relacidn entre el HITE y la luz recibida por los planetas detectados, incluyendo los no confirmados. BIOMARGADORES PARA LOS EXOPLANETAS Cuando se descubre un exoplaneta, los primeros datos que nos orientan sobre su habitabilidad son el tamaiio, la masa, Ia dista cia a la estrella, y el propio tipo estelar. Después, la excentrici- dad y el albedo. Pero estos datos, con todo el interés que tienen, se nos quedan cortos a la hora de pronosticar la presencia de vida de manera convincente. El siguiente paso es, por tanto, detectar signos de su existen- cia. Desde la distancia, la mejor opci6n es analizar la quimica de laatmésfera planetaria por medio de su espectro. Este nos puede DHOSQUEDA DE VDA MAS ALLA EL SISTEMA SOLAR, 11 cc (noo de natin (rE) 1 0 05 o4 03 a2 oo OS 40 15 2028 30 35 4045 ur ostlrecibida en planeta ‘lows de HITE dens planets on uncin ea intersidad de ut edete dese su esr Las ees (+) Ion ences0 de ener, as spas) esas, los cvacrads (2) un Ifo ade, tamara de s| noose proporcional a tanato de los planets (i aod aT. Sia aclzecon de Venus, In Tioray Mere. ‘BUSOUEDA DE VIDA MAS ALLA DL SISTEMA SOLAR informar de 1a temperatura de 1a superficie del planeta y de su aumésfora, y también de la composicién de esta, B incluso de ta presencia de vegetacién. 4Qué composiciones atmosféricas son prueba inequivoca de la presencia de vida, es decir, biomarcadores o biofirmas? El ob- Jetivo ideal es no aceptar falsos positivos ni desechar falsos ne- ‘ativos, pero hay una gran controversia sobre e6mo conseguirlo. Laos falsos negativos parecen inevitables, pues es muy posible ‘que haya formas de vida (por ejemplo, las localizadas en mares subsuperficiales) que no afecten de una manera muy ostensible alla atmésfera planetaria, De entrada, interesan como biofirmas as composiciones ga- seosas que estén varios érdenes de magnitud fuera del equilibrio termodinimico. Se necesita entonees que los gases no solo sean detectables, sino cuantificables, para lo que debe haber unos mini- ‘mos niveles a nivel planetario. En la Tierra, el gas-firma dominante es el O, (y su producto fotolitieo O,), quiz seguido del N,O/NO; en la Tierra primitiva el principal delator de vida pudo ser el CH,. Otros biomarcado- res propuestos para planetas con atmésferas como la terrestre incluyen el metanotiol (CH,SH), el clorometano (CH,Cl) y otros gases con azufre, Hay més gases producidos en abundancia por algunos seres vivos, como el CO,, pero también pueden tener un origen abiético, por lo que por si solos no nos dicen nada. ¢¥ si se encuentra O, u otro gas de presunto origen biolégico en otros planetas? En todas las ocasiones, hay que descartar que se trate de fal- sos positivos. Por ejemplo, la fotodisociaciGn del H,O 0 del CO, puede liberar oxigeno diatémico o dioxigeno (0,) hasta niveles detectables; el O, se puede acumular especialmente en un pla- neta seco y rico en CO,, De modo que la mera presencia en una atmésfera de O, a la vez que de abundante H,O 0 CO, no significa actividad biolégica. Es el caso del reciente hallazgo, por la sonda espacial Rosetta, de O, entre los gases del cometa 67P/Churyu- mov-Gerasimenko, Se pensaba que no podria haber ahi O,, dada ‘su reactividad, pero repdrese que es el cuarto compuesto més abundante, tras el agua, el mondxido de carbono (CO) y el CO, LBUSOUEDA DE IOA MAS ALLA EL SISTEMA SOLAR us Lo espocifica de la ln existencin almultdnea de nivelos apasionante para saber cémo relativamente elovados, y en relaclo- gngajamos en el cosmos. nes muy alejadas del equilibrio, de «varios» productos, como O, (muy oxidante) y metano (CH, muy reduc- tor). Lo malo es que en la préetica puede ser dificil cuantificar todos los gases necesarios para esta- Dlecer la conclusién. Por ejemplo, en un planeta lejano idéntico ala Tierra identificariamos bien el O,, pero tal vez no el metano. En cambio, este si se apreciarfa en una Tierra primitiva, en la que seta més abundante... pero entonces habria demasiado poco 0, Solo en una no muy larga etapa intermedia se detectarian bien los dos gases a la vez. Una posibilidad realista es la presencia de un solo compuesto en niveles suficientemente altos. Por ejemplo, aunque es posi- ble encontrar , en un planeta sin vida, no parece que Io sea en niveles tan altos como en la Tierra. Pero estas predicciones se prestan més a falsos positives que las conclusiones basadas en dos o més gases. Cuando nos encontremos con datos reales, es probable que no Poundani rettia ‘ompaacin de las nos den una certeza de vida, sino una cierta probabilidad, segdin

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