You are on page 1of 10
Lemna infeawactonme Ae P S- Be 1997 ti 4 Meee Ere win 25 Hoke, LETRA* 2gare IMaxoaie pe Par: I/9¥oR Cultura, identidad e historia | iF Edward W. Said ‘Hasta finales del siglo XIX se considerd que las artes éer- que el espiritn humano se earucteriza por ser radicalmente ‘ian af doble proposite de crear coeas bellas a la par que poético. La obra de Vico puede asimilarse uw Ia de los ro- ‘moralmente edificantes; dolce ¢ utile. Los recelos de Plats con respecto a la poesia se basa en la sospecha de aque {a capacidad de seducridn del are se impone a veces verdad ¢ la bondad moral que Ts obra anstica po- dia tradsmitir, Hegando a anularias; en efecto, Platén Jaiza ea el fom us ataque contra la inspiracidn, tratando de demositar que el impulso auistico pede ser tan fuerte ‘como para asociirse. amén qué ea la fgnorancia, com la icresponsabilidad, Con t-ato, incluso Ia erftica platénica del arte hace suya la relacidn Bésica que existe entre ef ane y fa enschunzs moral, si no filoxétiea. 1¢ ha sido el motive de que. durante sigios, se e tara li labor del poeta, aun cuando algunos erfticos mo- demos, como Nietzsche, hayan leido en el arte elésico y renacentista un subtext prufusdamente subversivo, El concepto-de paideia, incluye en todo caso a las artes: ¥ a Jo his entendido la tradiciOn cultural europes, partiendo del periodo elisico ¥ pasando por el Renacimiearo. Algunas figutas de findies de-esie-periodo, come Erasmo-y ——seuliger, acemetieron la tarea de csclarecer el. componente cesiicialmicnte motal y tice de las artes, Hacis finales del siglo XIX, se produce un viraje deci- a concepesta de las artes, si bien, como: apunta Frank Manuel en The Elghteeath Century Confronts the Gads, ya es posible discernir elementos de ese cambio cuando el sigle no estaba tan avanzado Fn la obea de los grandes artistas y pensadores romdn- tisos —acuden a la mente Wordsworth, Coleridge. Blake. Schiller, Beethoven, Kant, Victor Hugo y tantos otros— el davninic de la estética adquiere autonomia y deja de defir nigse por su mimetism con lu realidad @ por su vincula- Buena parte de los estudios del siglo XX se han consagrado a analizar este cambio, que hoy ya se considera candnieo. Estoy pensando en The Mirror and the Lamp de M. H. Abrams, en The Passions and the Interests de Albert Hirschman, y en varius obras de Michel Foucault. La clave de! cambio es que la imitacién de la realidad y la edificacin mocal dejan de ser ef con {ido fundamental del arisia, que ahora se concentra en la expmesividad. En el gusto y el estilo estéticos se: produce tuna gevolucién que lieva al piblico s pensar en el artista Coin gf Un Ser apurte, cuye genio y capucidad de expre sid clea obeas que celebran la imaginacién, Ia creativi- dad, el ingenio y la originalidad, Aunque 1a naturaleza continga siendo en muchos casos Ia Tuente principal de lus bras extéticas, la cobierencia ¥ el significado de éstas de- penden uhara de la capacidad det artivt> para modetarlas, Entre los proferas de este espectarclar cambio de perspec- lisa se cuenta el oscurr sulusofo y ret6rico napolitano Giambattists Vico, quien, en la tercera edicién de su Cieticéa nueva (publicada postumamente en 1745), afirma ‘minticos, en tanto en cuante proporeiona una criticr iden Iggica de las certidumbres de fa Hustracién, y muy en es- pecial de aguellas que postulaban que 1k naturalezs hrumana y los preceptos morales eran entidades estables y susceptibles de ser conocidas. En su notable obra Sources of the Self, cl ilésofo canadiense Charles Taylor relaciona Ia revolucién rnmé-tica con Ia transformacién del con- copie: de idemtided humana, «La revolucién expresivista ‘constituyd una prodigiosa revoluciix ... " rannvo de la inwospeceiGa posagustiniana moderns, en la verticnte del ‘eoneeimiento de uno mismo: Encoatrumos, en efecto, lex bases de una fuerte orien- tacign hacia la introspeeciGn en Tas wasposiciones del pen- samiento agustiniano realizaday por Descartes y Montaigne, asf come en las prieticas tiberadoras de recre- ‘acidn del yo, 0 en In autoindagaeida religiosa y moral, que surgieron al comienzo de las Gempos modcrnos. Nu obs tanle, sélo ca la idea expresivista de manifestar muestra ‘naturalezaprofends cneeatramos-fundaments pars otar de una dimensién «profunda> al dominio de Ia vida inte- rior, es decir, de entenderlo como un dominio que se pro- Jonga mis alls de toda posibilided de manifestacién, que truspasa los confines de la expresidin aun més Libee. En las eras moderna y posmodenis el panorama # com- pplica. Tuylor sestione que las fuentes morales del yo gene yan conflistos intemos que trastocen ta identidad humains, alefindola de la concepcidn hervic’ y coberente que de etla ‘se tuviera en el periodo. romintico. El instrumentalismo ne se lleva. bien oon el expresivisma; las aspiraciones autorita- vias fandadas en la religign y en el iefsme lian pordurado, al ticpo que surgian alegatos no menos imperativos en favor pasado, la jerga con que en ambos lugares se hablaba de la identidad na- ional tents come prem’ss basica la inferioridad de los otros, yal Tueran rivales-0 subondinados, FUNDACION BARTOLOME MARCH SERVERA v Premio pe Novela Breve Juax Marcu Cecio comteguteent pana ba cancion de ene sets ocular dee ter Sele Coeuenll atime i eres sin ec nnn lent se oes Decker reniune wes copies antes ‘el 31 de sara de 1997 1 jurado entieg se decane el peimer jueves de mes Se apc. fhe ee Ma a po Pints pe ent taptter de Pooyese "hw oe 1 met oa eng et wire ese Curtura, Identicad © historia LETRA* Lo paradéjicn del asunte es que si bien todos los impe- ‘ios se-imitaban entre si, siempre se insistfa en la singula- ridad de, pongemos por caso, ¢}.imperialismo briténica versus el Kancés: ahora bien. lax més enérgicas proiestas provedfan de los estadounidenses, empefiadas en demas- tar que ellos no ersn como los britdnicos. La cfectividad de los programs imperiales puede apre- slaree observando cunto transformaron los lugares done echaron rafces y se pusieron en funcionamiento, En América y Australia, enormes tertilorios fveron sometidos 8 Jo que Alfred Crosby ha denominado imperialisma exe logico, una actividad que no es en absolute exclusiva de Jos imperios modernas, ya que también la practicaban los ‘més antigues. Los sistemas agrieplas ancesttales 5¢ sus {uyeron por otros més modernos, orientados a rentabilizar Iatierra, Se introdujeron nuevas especies animales y vejpe~ tales, ‘veces con Ia infencidn de transforma un te- rritorio desconocido en algo semejante al propio pais. Las jerras reciblan un noeve nombre, sc recsiruciuraban y se explotaban, y esos procesos solian ser concomitantes al exterminio de los pueblos autdctonos; en los casos de Inlanda y Argelia, también ce

You might also like