} ELIGE TU PROPIA AVENTURA *
SUPERAVENTURA
TITULOS PUBLICADOS VIAJE
* wate hategoe _ AL ANO 3000 _
7 EDWARD PACKARD
Ilustraciones: LESLIE MORRILL
TIMUN MAS
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AE AL.ANO 3100
‘To asda!
oumey othe yor 3000
“Fadicon olden, Ha Sette
Yada er lengua nga po
EANIAN BOGHS IRC Mew Yrk, 2987
€ Caer Paar, 1987
6 llutrackone Batam Books, be 1987
Al igi rservel
“CHOOSE YOUR OWN ADVENTURES
{rere eel por Bente Books Inc
‘ELIGE TU PROPA AVENTURA®
es rea vet
S EDTORAL TAIUN MAS 5A Bareslona. Eopana, 1987
Para a presene very edn en lenge castlana
(SBN Bx 7r22 0309
Edoral Tinun ae, S.A. Castor, 294 0802 Barcelona
Irerew en Expat” Printed Spar
Inpro y enctaderad a
ESG 8A Lobos, 13, Barber del Vals [Bercelons)
Eeponto taps 1910511987
Querido lector:
Creo que, cuando termines de leer este libro, esta-
16s de acuerdo conmigo en que Viaje al afio 3000 es
una Superaventura, No sélo tiene bastantes més pagi-
nas que los voluimenes normales de Elige tu propia
aventura, sino que estoy seguro de que la considera-
14s una de las ms emocionantes y peligrosas que ha-
yes vivido nunca, Aqui tevas a enfrentar a Styx Mori, el
mayor tirano que ha conocido la Tierra. Tus posibil
dades de éxito son minimas. Si confias slo en la
suerte, las probabilidades de vencer a Styx Mori y sal
var ala Tierra son de apenas una entre cien mil. Sin
‘embargo, con habilidad, valentia, determinacién e in-
teligencia, puedes consequirlo.
‘Apuesto a que te lo pasardss bien con este libro. (Te
deseo suerte y que te diviertas mucho!
Edward PackardADVERTENCIA
No leas todo el libro seguido desde el principio
hasta el final! En sus paginas hallarés muchas y muy
variadas aventuras, que pueden sucederte en tu viaje
al afio 3000, A medida que lo vasas leyendo, te veras
obligado a elegir. De tus elecciones dependeré que la
aventura constituya un éxito o un fracaso,
Tui serds el responsable del resultado final. Te co-
rresponde a ti tomar las decisiones. Una vez hayas ele-
ido, sigue las instrucciones para averiguar qué su-
cede a continuaci6n.
Recuerda que no puedes volverte atrés. Recapacita
antes de decidirte por una opcién. Tu eleccidn puede
conducirteal desastreo... ja un magnifico final! Piensa
que en et afio 3000 el sistema solar esta gobermado
por el més detestable tirano dela historia y que sdlo ti
puedes vencerlo!=;Te gustaria hacer un viaje al aio 3000?
La persona que te hace esta pregunta no es uno de
tus maestros o amigos, sino la vecina de tu casa, la
doctora Irene Grambling, una cientilica muy brllante
que trabaja en proyectos secretos del gobiemo.
= ;Por qué no? —respondes con una sonrisa
—Fiablo en serio —insiste la doctora, una mujer alta
\y un poco regordeta, que parece simpatica cuando
sonrie, y muy severa cuando no lo hace.
|Sidice que habla en serio, tienes que creerle! Abres
Los ojos como platos.
—zSignifica eso que tiene una maquina del tiempo?
—No exactamente —dice la doctora—. Pasarén va
rios siglos antes de que pueda inventarse algo tan
complicado, Lo que tengo en la cabeza es mucho més
senailio.
—2De qué puede tratarse?
—e una cépsula espacial computerizada y auto:
propulkada, en a que puede ponerse en érbita aun ti
pulante en estado de hibernacién durante unos mil
afios, aproximadamente.
—é¥ me esté proponiendo que sea yo quien la
‘ocupe?
Estas temblando de exiltaclén...o de miedo, no sa
brias decirlo con seguridad!
En condiciones normales —continia la doctora
Grambling seleccionariamos a un astronauta para
tn proyecto asi, pero la técnica de hibemacién s6lo
funciona con personas que atinno han terminado de
ctecer. Te he recomendado a ti porque tienes la edad
adecuada, porque eres inteligente, decidido yvaliente.
Y porque te encanta la averitura
Posa a la pagina 2,2
Esto parece mucho mds que una aventura co
rmiente —comentas—. Més bien suena a una supera-
ventura
“En efecto, creo que lo seré —confirma la doctora
Grambling
Pero... gcémo podré rearesar al presente?
—Buena pregunta, Cuando me has preguntado por
una maquina del tiempo, he dicho que nose inventaré
hasta dentro de varios sigios. Pues bien, para el afio
3000 estas méquinas deberdn estar bastante perfec-
ionadas y, si todo va bien —aunque no puedo asegu-
rértelo rotundamente—, podrés regresar al presente
sin que nadie te eche a faltar. Para todos los demés
seré como si nunca te hubieras ausentado.
Dedicas unos minutos a meditar sobre la oferta de
la doctora Grambling, que te conoce muy bien. En
efecto, te encantan las aventuras y ésta parece deme
siado buena para perdérsela,
3
Dos leves impulsos de los cohetes bastan para sacar
tu cépsula de la érbita solar y enviarla velozmente ha
cia Marte. Durantelos dos dias siguientes te contorsio-
nas, estas y sacudes como si fueras una mariposa en-
cerrada todavia en su capullo. Observas por la
ventanilla una brilante estrella roja que se hace cada
vez més brillante, hasta convertirse en un disco que va
aumentando de tamafio a medida que tu cépsula se
aproxima a él. De pronto te notas comprimido contra
lapared. La capsula esté desacelerando répidamente.
“Entramos en la érbita de Marte —anuncia Wins:
ton,
Observas dvidamente los grandes créteres, las os-
carpaduras y cafiones, yas vastas extensiones de de
sierto,lianoy salpicado de piedras, No ves ninginras-
tro de vida. La escena es més desolada quee el propio
espacio, Luego, cuando la capsula entra en la sombra
del planeta, te ves sumergido en las tinieblas. La fia y
amenazadora superficie de Marte es invisible. No
aprecias luz alguna; slo la negrura més absoluta,
—Quied fuera mejor salirde aquie intentar el ater:
zaje en la Tierra, Winston.
—Imposible —responde al instante el ordenador—
No tenemos suficiente combustible.
Pasa a la pégina 153.
Pasa a la pagina 64
Ahora estds completamente despierto y te sientes
realmente agitado. Menos mal que Winston indica
que todo funciona perfectamente... jincluido tu!
“Gracias, Winston —murmuras, después de beber
un aumo de naranja rehidratante a través de un tubo
de pldstico. Contemplas las estrellas por la ventanilla.
Algunas constelaciones han cambiado ligeramente de
forma durante los tltimos mil afios, pero siguen
siendo las mismas estrellas amigas que recuerdas..
salvo una que aparece mucho més brillante que las
demés, y otra mas tenue junto a ella. Por fin, compren:
ds que no se trata de estrellas, sino de la tierra y la
una,
—Pon rumbo a la Tierra, Winston —ordenas con:
fiado—. Y aterriza en el mejor lugar posible.
Esperas escuchar inmediatamente los pequefios
cochetes de maniobras de la cépsula, pero, por el con:
trario, todo sique en silencio.
— Winston? —tratas de disimular tu nerviosismo al
hablar—. Has entendido la orden que acabo de dar?
Desde luego —replica el ordenador. Ya he di
cho que estoy funcionando perfectamente. Es solo
que estoy programado para no iniciar la maniobra
hasta haber encontrado un lugar adecuado pare to-
mar tier
Pasa ¢ la pagina siguiente.
5
—Bien geémo es que todavia no lo has encontrado?
—preguntas con cierta irritaci6n—. Después de todo,
has tenido mas de mil afios para.
—E! problema —interrumpe Winston~ es que no
hay ningun lugar adecuado para aterrizar. Lamento
comunicarte que la Tierra esté completamente con-
trolada por Styx Mori, el tirano mas cruel y despia-
dado dela historia. Sus agentes pululan por todas par
tes... jincluso en otros planetas! No importa dénde
aterricemos, es casi seguro queserés capturado, tortu
rado y asesinado.
Pasa a la pagina 160.6
Una hora més tarde, wuelves a entrar en la zona ilu:
minada, Esta vez la érbita te lleva mas cerca del ecua
dor dal planeta. Cierras los ojos e imaginas que
cuando los abras de nuevo verés un lago o algin
prado. Quizé Winston pueda encontrar algo con sus:
sensores Spticos de alta resolucion,
Transcurre otra hora, Luego, cae de nuevo la oscu
ridad, como un velo negro que te cubriera el rostro,
Hundes la cabeza entre ios brazos v muy pronto caes
dormido, més de depresion que de cansancio. El sol,
brillente ‘todavia, aunque perceptiolemente menor
que el astro rey que estés acostumbrado a contemplar
desde la Tierra, te da en los ojos cuandola cépsula pe-
hetra una vez més en la zona iluminada. Y ante ti apa
rece de nuevo un paisaje érido y desolado.
Posa a la pagina 12.
7
io puedes encontrar un lugar mejor, Winston?
é lo que pueda —responde el ordenador,
mientras la cépsula se desvfa a un rumbo més hacia el
sur-, pero no creo queestés tomando la decisién mas
acertada.
Son las tiltimas palabras de Winston. Su circuito de
alimentacién falla justo en el momento que habia pre-
dicho.
Ta también has pronunciado tus tltimas palabras.
No te queda nadie con quien hablar, mientras la cd
sula mantiene su nuevo curso y velacidad, trazando
una érbita en toro a Marte cada tres horas, doce mi
nutos y veintiséis segundos, afi tras aft.
Fin8
—Quiero ira casa —le dices a Winston—. Me arries:
garé con ese trano Styx Mari. Pon rumbo ala Tierra y
desciende en el lugar més seguro de los Estados Uni-
dos.
= Quertés decir de lo que eran los Estados Unidos
=responde Winston—. Ahora es el peor lugar de la
Tierra, porque es ahf—en lo que hace mil aiios fue un
bonito pueblo llamado Lolita, en Colorado— desde
donde Styx Mori drige sus ejércitos opresores.
—)No me importa! ;Quiero ira casa!
—Esta bien —responde Winston
Los cohetes se encienden y la cépsula espacial ace
lera hacia la Tierra.
“Te sientes cansado por la emocién de despertar y
de enterarte de las terribles noticias sobre la Tierra,
y pasas dormido la mayor parte del viaje. Winston te
saca de tu profundo suenio para avisarte de que estdis
a punto de entrar en la atmdsfera terrestre. Con una
trayectoria perfecta, la cépsula desciende atravesando
una densa capa de nubes y aterciza en un prado, ala
sombra de unas hermosas montafias cubiertas de
bosaties y coronadas de nieve. El corazén te da un
vueleo de emacion y de felicidad durante unos instan
tes. Al poco, observas la presencia de dos aerocoches
que se acercan a tu cdpsula espacial, equipedos con
cariones laser.
Winston —gitas al ordenador de a bordo—, vé
monos de aqui!
“To siento —responde Winston, no tends‘amos
ninguna oportunidad.
Pasa a ja pagina 23,
9
~Toremos tierra cerca de esa cipulaen forma de
burbuja, Winston —ordenas
“ntencido responde el ordenador. Situado
en posicion de entrada,
Be pronto, la c&psula cambia bruscamente de di
reccién.
Fuego enemigo! —infoma Winston—. Es una
base de mando terestre.
=, Qué vamos a hacer? —preguntas.
Winston permanece en silencio un momento.
Luego respond
Stpminente fllo del ordenador... Tendremos que
poseinos en otto lugar de la meseta,
Ta cépsula espacial surca la tenue atmésfera de
Marte. Slo tienes ocastn de echar un vistazo en los
ulimos momentos del descenso. Hasta donde al-
canza tu vista. no hay nada, sao un desierto rojo y
llano, salpicado de incontables rocas de todas as for
mas y tamafios
“Lamento mucho mi fallo dice Winston. Me
temo que estemos inmovilzados aqut.
Pasa a la pagina 30.11
Por la noche, duermes profundamente. Winston te
despierta con su aleare voz habitual
—Preparado para entrar en la érbita de la Tierra.
—{Podemos aterrizar, verdad? Seguro que ahi
abajo las cosas no estén tan mal como piensas.
—Me temo que lo estén —replica Winston, como
podras observar por la ventanilla de estribor.
Dos cohetes se acercan a la cApsula.
—Winston!
—Son misiles defensivos de Styx Mott.
—Pero no necesita defenderse de mil
Winston no dice nada y, en el segundo que queda,
comprendes que es porque no le daré tiempo a termi
nar su siguiente frase. No tiene sentido, pues, iniciarla.
Winston, siempre tan Iégico!
Fin12
—(Emergencial —anuncia Winston de pronto—
Debemos tomar tierra inmediatamente! Existe un 87
por ciento de probabilidades de que mi circuito princi
pal de alimentacién falle dentro de 23 minutos y 14se
gundos, He localizaco dos posibles puntos de ater
zaje. Uno esté en un cafton muy profundo, a 23
ci6n tomar, pero muy pronto un zumbido atrae t=
atencién, Cerca de ti merodea una abeja. Sino fuere
por su extrafio color carmest, podrias confundirla com
luna abeja vulgar de la Tierra.
zaman. Dz... Preferirias que no se te
acercara tanto... Ahi viene otra vez! zzzzz72z... Ahora
se aleja.
Quizé la abeja te haya tomado por una flor venu-
sina. Casi te apena verla alejarse, pues te ha hecho
sentir un poco menos solo.
Sin embargo, la abeja vuelve ahora... jacompaftada!
{Los insectos te estdn rodeando! zzzzzzzzz27.
Todavia no han atacado. Quiza lo hagan o quizéno.
Observas que a lo lejos se aproximan nuevos grupos
de insectos. ;Qué es esto? Jamés habias visto actuar
asf a un enjambre de abejas.
Pasa a Ia pagina siguiente.
97
Querrias echar a correr, pero parece seguro que te
sequirian. De todos modos, es demasiado tarde. Un
enorme enjambre da vueltas en tomo a tu cabeza,
‘zimbando en una gran diversidad de tonos, que for-
man en conjunto-un acorde arménico.
‘Ahora las abejas se mueven en direccién al sol.
Luego vuelven a volar en circulo a tu alrededor, y se
apartan de nuevo en espiral, con unos movimientos
periectamente coordinados. E's como si quisieran que
fueras con elias.
Si decides tomar la direccién contraria,
pasa a la pégina 50,
Si prefteres seguir a las abgjos,
‘pasa a la pagina 103.98
Permaneces inmévil, con la esperanza de que la ex
trafia criatura no te vea. El enorme ser sacia su sed y
agita después sus prominencias oculares, apuntanda:
directamente hacia tl. A continuacién, se inclina de
nuevo y continia bebiendo. Al parecer, no te ha clase
ficacdo coma un posible alimento.
‘hora levanta de nuevo la cabeza, esta ver dite
giendo las prominencias oculares hacia la entrada
Acaba de llegar otra de las eriaturas, que se acerca al
bore del ago yempieza a beber. Luego observas com
sorpresa que los dos seres se acercan a la pared de!
fondo yesconden las cabezas ylos ojos, adoptando a
aspecto de un par de rocas enormes.
Pasa a la pagina 107.
99
Ala mortecina luz de las estrellas, terminas de hin
charla balsa ycargesen ellalas provisiones. Tuplanes
uillzar como vela la ona impermeable, con la espe:
ranza de que el viento te lleve a una tierra segura.
Por fin, la balsa esta a punto, Te lanzas hacia las
‘las, pero la oscuridad casi total no te deja ver la
enorme ola que rompe en este instante. Segundos
después, la balsa vuelca y te lanza a las frias aguas.
Buscas frenéticamente la provisién de nueces verdes,
pero esté demasiado oscuro para encontrarlas. Com
prendes que las has perdido y que ti también lo ests
Fin100
La situacién parece desesperada, pero no tienes
tiempo de pensar en ello. Esquivas a la criatura que s=
teecha encima y, con un rapido giro, extiendes los br=
208 y saltas al aqua. Al instante, eres rodeado por las
amistosas focas. Los extrafios seres de la caverna se
asoman al borde del lago mostrando sus enormes
mandibulas, pero no se atreven a entrar en el agua
Las focas, en su elemento, son auténticas maesiras
Sin embargo, tu situacién no ha mejorado mucho,
pues no puedes permanecer nadando_indefinids
mente y las extrafias criaturas no dan la menor sefiat
de alejarse.
Una delas focas te agarra de las ropas con los dien-
tes y se sumerge, arrastréndote con ella. Ota foca la
imita. Acaso tratan de ahogarte?
Entoneas comprendes que quieren verte buoear
con elas. Sin embargo, :de qué te serviria es0? Quids
los animales no entiendan que no puedes respirar
bajo el agua. Entonces recuerdas algo importante: es
tas focas tan parecidas a las terrestres, tampoco resp
ran bajo el agua. Asf pues, provienen de alain sitio al
aire libre.
No tienes nada a perder. Aspiras profundamente y
te sumerges. Las focas te gufan, empujéndote con et
hocico, Te estén conduciendo por un largo tinel sub
‘marino, pero no tienes la menor idea de la longitud del
ttinel yfalta muy poco para que no puedas contener la
respiracién por més tiempo. {Tu resistencia se esté
agotando!
Si decides volver a la superficie
posa a la pagina 147.
Si decides continuar hacia adelante,
pasa a la pagina 104102
Gortal te repasa de arriba abajo, antes de respon-
der.
—Styx Mori te aprecia tanto que ha decidido no ma-
tarte inmediatamente, sino dejar que mueras de frfo
en Marte.
Intentas protestar, pero es inutil. Styx Mori no en-
tiende de clemencia 6 de compasién. Unos dias més
tarde, eres lanzado de nuevo en una cépsula espacial
estandar. El ordenador ~del habitual modelo Wins
ton— esté programado para llevarte a Marte.
Tras un wuelo de tres dias, la cépsula espacial entra
en la Grbita de Marte. Te sientes tan triste y deprimido.
que apenas puedes pensar con claridad. Pero, des-
pués de tres 0 cuatro drbitas alrededor del planeta,
comprendes que morirds de hambre site quedas en e|
espacio. Preguntas a Winston si puede encontrar un
buen i ore apr pe posarse,
—Desde luego —responde Winsion—. He obede-
«ido el programs dal Emperador Supremo vahora es
toy libre y dispuesto a ayudarte.
103
‘Sigues a las misteriosas abejas magnéticas a través
dela exética jungla, avanzando pesadamente sobrela
resbaladiza alfombra de hojas.
Al fin, legas a un gran bosque de érboles imponen:
tes, cuyas enormes rafces al descubierto se extienden
como los contrafuertes de una catedkal. El aire esté
inundado con el zumbido arménico de las abejas.
Mientras permaneces alli, admirando la belieza det lu
gar y embargado por la extrafia sensacin que te pro-
porciona hallarte dentro de una ciudad de abejas,
lunos pensamientos fluyen en tu mente. De algin
modo, sabes que esos pensamientos proceden de las
abejas. De pronto comprendes que, cuando se reine
una cantidad suficientemente numerosa de abejas, el
enjambre adquiere una inteligencia colectiva; una ex:
trafia caracteristica que rara vez se produce entre los
humanos.
Descubres por esas abejas que no pretenden domi-
nar al hombre ni a otras criaturas. Lo Gnico que de-
sean es que las dojen en paz.
Ahora aprecias que estén captando tus pensamien
tos... incluso aquellos que no te pasan por la cabeza
ahora mismo, pero que existen en el fondo de tu
‘mente; pensamientos que quizés elaborards algin dia,
acaso esta noche, cuando te retires a dormir. Ahora
las abejas teindican un sendero a través dela selva; un
sendero que saben que deberés seguir.
Pasa a la pagina 14
Pasa a la,pdgina 120,104
Aunque tienes los pulmones a punto de reventar,
nadas lo mas deprisa que puedes, siguiendo a las fo-
cas por al estrecho tinel. Te preguntas por qué seré
tan largo. Te gustaria dar media vuelta yregresar, pero
ya es demasiado tarde; jams lo lograrias.
Resisies la tentacién de respirar bajo el aqua. Los
pulmones te estallarén en un sequndo... Pero en ese
instante el tunel termina bruscamente y asciendes
hasta la superficie, donde al fin tomas aire entre ja~
deos, Estés demasiado agotado para nadar, pero las
simpaticas focas te ayudan a sostenerte; no tienes més
que relajarte, mientras ellas te arrastran suavemente
hacia la orilla. Unos momentos después, tus pies to
can fondo, Acaricias alas focas més préximas yles das
unos golpecitos como muestra de agradecimicnto, y
te arrastras por una playa de arena fina, hasta dejarte
caer en ella.
Cuando echas un vistazo a tu alrededor, observas
que has llegedo a un lago que mide, al menos, un kilé
metro y medio de longitud, El lago y sus alrededores
estén en una enorme caverna, Tardas unos segundos
en localizar de dénde proviene le luz. A gran altura, en
Jas paredes de la cueva, a treinta o mas metros sobre el
Jago, hay una serie de lémparas situadas a distancias
requiares. Cada una de elias tiene el aspecto de una
Juna llena vista desde la Tierra. Graciasa esta luz, pue-
des apreciar el suelo ondulado de la caverna. A lo
largo de la orilla del lago, se esparcen unas pequefias
casas de campo y unos edificios de una sola planta
bastante grandes. La panorémica podria correspon
der ala de algin lugar del Sahara, pues no se aprecian
rboles ni tan siquiera alguna brizna de hierba.
105
iAcabas de encontrar vida inteligente en Marte! De
250 no cabe dura. Pero squién vive aqui? ;Se trata de
tefugiados de la Tiena, de personas que huyeron para
escapar a la firania de Styx Mori? {0 més bien se trata
de marcianos que, al descubrir que su planeta se es-
taba secando y que la atmésfera estaba enrarecién.
dose hasta asemejarse a la que puede encontrarse en
las cumbres de las montafias mas altas dela Tierra, se
Vieron obligados a construir una civiizacién a conside-
rable profundidad bajo la superficie, donde todavia
quedaba suficiente agua y oxigeno?
Pasa a la pagina siguiente
Pasa a la pagina 116.107
Avanzas lentamente hacia la entrada. Apenas has
dado unos cuantos pasos cautelosos, cuando la su
petficie del aqua se agita. Dos, tres cuatro... casi una
decena de pequerias criaturas parecidas a focas apo
yan sus aletas en el borde del lago. Observan a su alre-
dedor con gesto nervioso y, una a una, se arrastran
por el suelo de la cueva, hasta una pared entre las ex
trafias criaturas y el lugar que tt ocupas. Una vez all,
se incorporan sobre las aletas traseras y mordisquean
laestalactitas que se han formado en el techo dela ca
verna, Te sorprende que se alimenten de aquella cu
ricsa manera, sobre todo porque parecen animales
destinados a comer pescado. De pronto las extrafias
criaturas cobran vida, asomando la cabeza y exten
diendo sus protuberancias oculares; después, con las
mandibulas abiertas de par en par, avanzan torpe-
mente hacia las focas, que continuian alimenténdose
Al instante, todas ellas empiezan a retirarse hacia el
agua, No son muy répidas, pero tampoco lo son las
extrafias criaturas. Parece que todas las focas conse
guirén escapar, salvo un pequefio cachorro que pa-
rece tener una aleta lesionada. Esta tiltima no vaa lle-
ger al agua.
Cerca de donde estés hayuuna piedra suelta. Sientes
el impulso de lanzarla contra al extrafio ser que esté
més proximo al cachorro de foca. :
Si decides arrojar fa piedira,
‘pasa a la pagina 90.
Si decides no intervenir,
pasa a la pégina 124108
Estés dispuesto a hacerlo posible para ayudar a de
rrocar a Styx Mari, pero no deseas arriesgarte a vol
loco.
“Cuando escucha tu negatha, et doctor Haass
asiente con la cabeza.
No te culpo. Escucha, pronto partirds hacia la Tie
ra, Llévate esta ampolla y guardala siempre en el bol
sillo. Es impermeable. Quizd algin dia la nevesites.
Observas la cépsula de pldstico negro, del tamafio
de un huevo de petirojo.
— {Cuando voy a necesitarla? —preguntas:
wuando lleque el momento, lo sabrés
—{Qué debo hacer cuando lleque ese momento?
El doctor Haass te observa con una mirada fja y
frfa. “A
—Romperia.
Guards la cépoula en el bosllo, Es hora de reu
nirse con la tripulacién espacial.
109
Tienes que utlizar todas tus fuerzas, pero consigues
dar la vuelta ala balsa y subirde nuevo a alla El mast
y la vela han desaparecido ya de la superficie. Tii-
tando, te sientas en la balsa, en un charco de aqua he-
lada, sin comida ni vela ni remos. Tu mochila ha deca.
parecido y estés perdido en un océano de tamanio
desconocido, en un planeta extrafio ya milarios en el
futuro. Resulta dificil imaginar una situacién més de-
sesperada. Entonces observas algo parecido a un
tubo, que sobresale de la superficie del aqua y avanza
lentamente hacia ti. ,Parece un periscopio! Agitas fre
néticamente las manos, pero el periscopio —o lo que
sea ga en otra direct y desaparece luego bajo
las olas.
Posa a la pagina 81
Pasa a Ia pagina 126.110
En un acto de valentia, te adelantas. De pronto te
encuentras dentro de la esfera,flotando en un espacio
‘que no parece contener més que puntos de luz difu-
5a yeluciente, Cuando observas tu cuerpo, aprecias
‘que también éste brilla ligeramente, como si fuera une
vaporosa aparici6n azulada. Te embarga una extratia
sensacién, como si hubieras dejado de existr, como si
ya no estuvieras en el presente
Las luces se apagan y todo queda en la més abso-
lta oscuridad y silencio. Aunque atin conserves la
conciencia, no aprecias la menor sensacién,ni eres ca-
paz de percibir tu cuerpo... hasta que pareces desper
far y cobras conciencia de que has regresado a tu pro-
pia época y a la Tierra, y de que ests leyendo este
mismo libro.
jLadoctora Grambling tenfa razén! En el afio 3000
se habfa inventado una méquina del tiempo, y has te
nido la gran fortuna de encontrarla.
Fin
111
—Resulte bastante espelumante —comentas—
{Unas abejas asesinas superinteligentes!
—Por fortuna —contintia el doctor Haass~, de mo
mento no son hostiles a nuestra presencia. Compren
den que somos gente pacifica y amistosa, que no les
deseamos ningiin mal. De hecho, son aliadas nues-
tras, porque son conscientes de que a Styx Mori le en-
cantaria eliminarlas por completo. En realidad, quiz
constituyen nuestra tinica esperanza de derrocar a t
ano de la Tierra. Al parecer, Siyx Mori no teme a
ningtin ser humano ni a ninggin animal, salvo a esas
pequerias abejas. Ellas son la causa de queal tiranono
le guste poner los pies en este hermoso planeta
={Existe algin modo de comunicarse con ellas?
phldortor Haas seinen hacia ly murmura anvoe
ajar
=Si tomas un poco de cera de sus colmenas, ciertas
enzimas que contiene cambiarén_tu estructura cere-
bral y podrés comunicarte con elias. Sin embargo,
debo hacerte una advertencia: al intentario, existe la
posibilidad de que pierdas la razén., :Deseas, pues, co
ret ese riesgo?
SOUR es 7h
SBR EE SS
fit St
Si respondes afirmativamente,
pasa a la pagina 94
Si respondes negativamente,
pasa a la pagina 108.112
Un rato después, cuando regresa, el capitén Sova
‘echa un vistazo por el periscopio y te indica con un
gesto que te acerques a mirar. El submarino ha en
trado en una gran cueva bajo el mar. El techo yas pa:
redes de la caverna parecen formados de roca vole:
nica profundamente picada, que produce destellos
rosados y ocres a la luz de las teas que cuielgan en las
paredes. El agua tiene un delicado tono azulado. Mas
alld, observas un muelle al que estén amarrados otros
dos submarinos de bolsillo. Al fondo se distingue un
de juefios edificios.
7 Done estamos? —pregunts, mientras el sub
marino asciende lentamente a la superficie. Soya te
dedica una mirada resuelt.
—Estamios en la base secreta de las Democracias
Unidas de la Tierra
‘Sonries, pensando por un instante que se trata de
una broma, pero las facciones del capitan no mues
tran el menor rastro de ironia.
—Debes saber que se ha eliminado dela Tierra cual:
uier libertad. Hoy en dia sélo quedan libres unos po
cos cientos de terrestres, y ninguno de ellos vive en su
pianeta natal. Todos se mantienen en la clandestini
dad, divididos en pequefios grupos que se reparten
por Marte y Venus.
Pasa a la pagina 150
113
Miiy pronto te encuentras encerrado en una celda
Un guardian comunicativo te cuenta que StyxMori ha
enviado tropas para descubric ymatar a todos los refu
gados de la Tierra. Aunque el tirano ha decidido que
no merece a pena colonizar Marte, no puede soportar
la idea de que nadie viva en libertad en el planeta rojo,
La solucion es muy sencilla: encontrar a todo el que
viva alli y acabar con é
El guarcién deja de hablar cuando entra en la celda
Grufurd, el barbudo jefe de las tropas, que te dedica
una mirada de desprecio, No aprecias en sus ojos, de
color gris acerado, el menor asomo de compasion,
de humanidad o tan siquiera de curiosidad. Tienes la
certeza de que pronto recibirés tu sentencia de
muerte.
Mientras habla, Grufurd se pasa de una manoaotra
un puftal de veinte centimetros de hoja.
~Sabemos que hay més refugiados en este planeta,
pero no hemos conseguido encontrarlos. Sdlo nos
queda oxigeno y provisiones para seis dias, y luego
tendremos que regresar a la Therra.
Lentamente aproxima a tu garganta la hoja relu-
ciente del pufial y afiade:
—Dinos donde hay mas refugiados y te llevaré ala
Tierra y me ocuparé de que vivas bien. Delo contrario,
te sacaré de la nave y mis hombres te cortarén en pe.
dazos.
Si decides decir que no has visto a nadie
desde que aterrzaste con la edpsula espacial,
pasa a la pagina 43.
Si decides hablarle a Grufurd de la comunidad
que vive en Caverna,
pasa a la pagina 86.114
Al dia siguiente, el capitan Soya te conduce por un
ttinel subterréneo que serpentea por el poroso subs-
trato voleénico. Tras un viaje de medio dia, sales de
nuevo a la superficie por una abertura en la base de un
acantilado. Te encuentras en un bosque majestuoso,
cuyos ggantescos rboles se elevan cien metros antes
de abritse en una boveda de enormes hojas en forma
de abanico. Elaire esté bafiado de una suave luz verde
por efecto de los rayos del sol que penetran en la bo-
veda. El paisaje es hermoso y apacible, salvo por las
abejas que zumban a vuestro alrededor. Te preguntas
sise trata de las abejas asesinas que, segiin el capitén,
todavia no han matado a nadie. Por tltimo, lleadis a
un gran claro donde se alza un puftado de sencillas ca
sas de madera.
Pasa a la pagina 122116
—;Quién eres ti?
Lavoz de un hombre interrumpe tus pensamientos.
‘Al volverte, encuentras frente a tia un hombre bajo v
corpulento, vestido con unos toscos pantalones azu-
les yuna camisa, Su enmarafiada cabellera ysu barba
forman una guimalda canosa en tomo a su rostro ru-
bicundo y curtido por el aire.
“De dnde vienes? —pregunta el hombre, antes
de que hayas podido responder.
Es una historia muy larga.
—Entonces, ven conmigo —dice con voz educada
pero precavida—, En Cavera hay mtichos que que
én hablar contigo.
“Te tiende la mano y afiade:
—Por cierto, me llamo Tibor.
117
Viajas rumbo a la Tiena en la nave rebelde Osprey.
Cuando la nave se aproxima a la Tierra, los sensores
indican quelos radares de Styx Mori se encuentran en
pleno funcionamiento. Es evidente lo que esto signi
fica: el ticano esté advertido dela actividad rebelde en
el espacio.
=No podemos acercamos a la estratosfera terres:
tre—dice el capitan Soya—. Vamosa dar media vuelta
Sin embargo, tt aii tienes oportunidad de aleanzar la
superficie de la Tierra utiizando la cSpsula espacial
Mark 900.
—Esié bien, si asf estén las cosas
Por tanto, viajardés a la Tierra ti solo.
Pasa a la pagina 118.
Pasa a la pagina 123.118
Tibor te conduce a su sencilla choza de piedra
donde te presenta a su esposa, Tan, ya su hermano,
Andras. Alf te enteras de que son descendientes de
‘unos refugiados de la Tierra, que descubrieron la gran
caverna y se instalaron en ella hace siglos. Un pe
quefio reactor de fusién produce la energia para las
ldmparas que cubren los muros de la caverna y pro-
porcionan la tinica luz. Las noventa y siete personas
que habitan alli sobreviven cultivando verduras en
tanques hidropénicos. Sus tinicos alimentos altemati
vvos son algunos peces del lago y unos cristales comes:
tibles que se encuentran en las estalactitas. El go
biemo de Cavera es de tipo tribal. El jefe, liamado
‘Suruma, ejerce el mando en solitario, aunque también
| esté sometido a las leyes y las costumbres.
—Supongo que Suruma quer conocerme ~co:
mentas,
—Desde luego que sf—responde Tibor—, pero, silo
hace, se ocuparé también de que no puedes dejar Ca-
verna durante el resto de tu vide, Suruma teme que, si
alguien sale de aqui, termine por revelar nuestro en
clave secreto al trano de la Tierra, Styx Mori. A noso
tros no nes importa quedamos aqui, pues éste es
nuestro hogar, pero a ti quizd te parezca estar en una
prisién.
Pasa a le pagina siguiente.
119
~-¢Cémo puedo llegar a la superficie de Marte?
—pregunias @ Tibor.
=No_podemos enseftarte el camino —responde
éste—. Si nos descubrieran ayudéndote a escapar, se:
riamos encarcelados. Sin embargo, te diré como. pue-
des encontrarlo, Es un viaje diftcil, pero, st llegas a la
superficie sano y salvo, quiz puedas unite a otto
grupo de terrestres que tienen una colonia en la super-
ficie, no lejos de la salida. Sin embargo, debo adver-
tirfe que es més sencillo sobreviviren la Antartida que
en la superficie de Marte.
‘Si decides presentarte al jefe Suruma,
pasa a la pagina 93
Si decides intentar escapar a la superficie,
pasa a la pagina 125.120
Siguiendo las indicaciones de las abejas,
avanzas por un sendero serpenteante que as-
ciende més y més, hasta llegar a una meseta
cubierta apenas por la hierba y por algunos
matorrales asperos y de colores cobrizos. Un
jacleo escapa de tus labios al advert lo que
tienes delante. Es una esfera perfecta de color
plateado y de unos dos metros de diametro,
que flota en silencio a unos centimetros del
suelo, como si estuviera suspendida por al-
guna fuerza magica.
Avanzas cautelosamente hasta la esfera. No tiene
puerfas ni ventanas y da una sensacién de absoluta
belleza. No parece haber ninguna razén para temer
nada de ella, Cuando intentas tocarla, tu mano tras-
pasa su superficie como si ésta no existiera Adelantas
la otra mano y también ésta traspasa, sin encontrar
obstéculo alguno, la superficie plateada de la esfera
‘Te preguntas si seré un objeto real o solamente un ho
lograma,
Be
Pasa a la pdigina 110.122
Eso es Amozia —dice al capitin Soya, y ahi
viene el doctor Haass.
‘Un hombrecillo menudo, que apenas debe medir
un metro veinte, se acerca hacia vosotros con paso ré
pido. Ni siquiera estas seguro de que sea humano. Su:
cabello paroce cuero, tienele cuello asombrosamente
largo y sus brazos parecen varillas de acero.
=Venus es un mundo de mutaciones —susurra el
capitan Soya—. El doctor Haass es un miembro de
tuna nueva especie de hominidos. Quizé su aspecto te
resulte extrafio, pero recuerda que también ta le pare-
ces extratio a él.
‘Agradeces al capitén Soya su amabilidad y te unes
al doctor Haass para inspeccionar las colmenas que
cuelgan de algunos érboles.
—Llamamos a estas abejas «asesinas», porque su
veneno es merlal. Sin embargo, s6lo atacan si estan
muy furiosas 0 ven amenazada su vide, Hasta aqui, no
tienen nada de notable. En cambio, resulta sorpren
dente su inteligencia, Una a una, no son més intelige-
tes que las abejas normales, pero poseen un sistema
de comunicacién entre ellas, mediante el intercambio
de unos pulsos electromagnéticos casi imperceptibles,
parecidos a los que se producen entre las células ner
\iosas del cerebro humano. Como resultado de esta
caracteristica, cuando se retine en una zona concret=
un numero suficiente de abejas, desarrollan una intel
gencia colectiva. Y, cuando un individuo de la especie
ha participado en una reunién de ese tipo, adquicre
parte de esa inteligencia colectiva. Si te he de ser sin
cero, todavia no entendemos muy bien cémo fun
ciona el proceso,
123
La peligrosa entrada en la atmosfera de tu planeta
natal se desaroolla sin incidentes. La cépsula Mark
900 esta diseriada para ofrecer la trayectoria yla sefial
infrarroja de un meteorito comtin, Si ha aparecido en
Jas pantallas de radar de Styx Moni el ordenador cen-
tral la ha descartado, pues la capsula se posa suave-
‘mente junto al borde de unas tierras de pasto desier-
tas, en algtin lugar de Colorado. Te apresuras 2
camuflarla con ramas y arbustos y te alejas en busca
de una casa o una granja, con a esperanza de tropezar
con alguien que resulte de confianza. 5
Al final delas tierras de pastos, sales a una carretera.
Una aerocamioneta se acerca. No sabes si hacerle
seffales o esconderte, pero no te da tiempo a pensar
El vehiculo se desvia hacia tiy se detiene sin el menor
ruido. Tres hombres uniformados saltan del interior,
con sus fusiles de léser en la mano.
Uno de ellos arroja sobre ti una red. Los demas t-
van de los extremos de una cuerda y, al instante, que-
das totalmente inmovilizado. Segundos més tarde, te
encuentras a bordo de la aerocamioneta, junto a va-
tias decenas de prisioneros. El vehiculo despesa y
-surca el aire a baja altura, sobre el campo.
Dolorido por los golpes y arafiazos, murmuras al
hombre que esté junto a ti
—4Dénde nos llevan?
~A un campo de trabajo —replica el hombre con
amargura—. Ast es cémo Styx Mori recluta volunta:
Tos.
Pasa a fa pagina 112
Posa a la pdgina 162,124
Las demas focas esperan al borde del lago, chi-
llando frenéticamente y emitiendo gemidos, mientras
Jas extrafias criaturas terminan su banquete. Después
las focas se sumergen, desapareciendo de tu vista. Ini
cias la retirada hacia la entrada de la caverna, pero, sin
que lo hubieras advertido, una tercera criatura acabe
de llegar y bloquea tu tinica salida. De pronto, los tres
extrafios seres cierran el cerco en tomoa tiyse aprox:
man batiendo sus enormes mandibulas.
No te queda otra opci6n. Das tres pasos apresure-
dos y te lanzas al lago, salpicando a las criaturas. Por
suerie, éstas se detienen al borde del agua. De mo
mento estés a salvo, pero eso no parece molestar a las
cextrafias criaturas, que se limitan a sentarse en cfrculo
aleededor de! lago. Comprendes que estén dispuestas
‘2 esperar todo el tiempo que puedas mantenerte 2
flote. Siques nadando mientras puedes. Prefieres aho-
garte que ser devorado por ella.
Fin
125
Intuyes que seria més facil escapar a la superficie de
Marte después die anochecer, y Tibor asiente
—En Caverna no tenemos television —dice—. La
gente suele leer, jugar o practicar sus pasatiemipos fa:
Voritos durante unas horas, y luego se acuesta,
—Entonces, ¢no voy a tropezarme con nadie?
Espero que no, aunque el camino puede estar vi-
Una vez en ia superticie, debes subir ala parte
superior de la meseta. Desde ailf, el camino esta des
pejado,
Lasnoches en Caverna son tan artifciales como los
las. Después de la cena, las lmparas de las paredes
dela cueva son oscurecidas gradualmente, hasta pro.
ducir la misma cantidad de luz que habrfa én la Tien
en una noche de luna.
Unos minutos mas tarde, te despides de Tibor y de
su familia y emprendes el camino por un sendero em-
pinado y rocos0, que recorre una de las paredes late
rales de la cavemna.
Aunque sélo tienes que recorrer cinco o seis kilé-
metros hasta llegar al tinel que conduce a la super.
Ge, tienes que ir palpando durante todo el trayecto.
Bajo la luz mortecina, corres siempre el riesgo de tro.
pezar, yuna torcedura de tobillo puede poner fin a tu
intento de alcanzarla libertad, Sin embargo, continias
adelante obstinadamente, paso a paso, hasta alcanzar
la entrada del tinal, justo cuando las luces de la ca:
verna se encienden de nuevo para la siguiente jor
nada. Antes de iniciar la larga -y empinada ascensién
hasta la superficie, descansas al abrigo de unas rocas
comes algunos de los cristales que has quardado en la
bolsa antes de partir
Pasa a la pdigina 129.126
Unos minutos después, un submarino de bolsllo.
aparece en la superficie, como lo haria una ballena.
Dos hombres salen a cubierta, mientras la nave se
aproxima a ti, y te suben a bordo.
—iRépido, abajo! —dice uno de los hombres con
voz nerviosa.
E] segundo hombre cierala escotila detrés det. En
unos instantes, ol submarino vuelve a sumergirse.
E] capitan Soya, un hombre bajo y barbudo, mueve
la cabeza mientras le cuentas tus andanzas, envuelto
gn una manta y tomando 2 sorbes una taza deté ce
lente
Eres la cosa més extrafia que he visto en Venus
—dice el capitén—. Hemos estado a punto de no reco-
gerte, pues creimos que podias ser un espia de Styx
Mari, el titano de la Tierra.
—Este submarina es lo iltimo que esperaba encon
trar en este planeta —respondes.
—Hemos captado la sirena, capitan —comunica un
miembro de la tripulacion.
—Molvamos a puerto! —ordena el capitén
{A dénde nos dirigimos? —preguntas
pas Palencia yloveres Ahora tengo uabajo que
acer.
Pasa a la pagina 112.128
Una vezhas decidido quedarte en la sla te imitas a
arreglar tu refugio ya decorarlo con maderas arrastra
das por la coment, con caparazones de cangteos y
jarvos, para conseguir que se asemeje m:
Roum, Cada daelolaleanza men ovaltura eno cio,
hasta que un dia no aparece en absoluto. La tempera:
tura baja a unos diez grados, sopla el viento y, pot vez
primera desde que llegaste a Venus, sientesverdadero
fio.
Recoges todas las nueces que puedes ylas quardas
en tu refugio. Muy pronto la oscuridad es intenca du
rantetodgel de, igual quesucere on elPolo Nore de
Tierra durante el inviemo. Recoges un mor
Rows vylas quardas en un rinedn de ta improvi
sacio hogar, teservirin decolchén ydemanta durante
los oscuros meses invernales que te aguardan. Te pre
quntas cémo ser el perfodo més crudo del inviemo,
‘cuanto duraré y si conseguirds sobrevivir en él.
Pasa a la pagina 134.
129
Te encuentras ya en el empinado tinel que as-
iende serpenteando. Salvo en algunos lugares donde
el f6sforo incrustado en las rocas despide una tétrica
uz verdosa, tienes que avanzar en la oscuridad mas
absoluta. Te sientes agotado y desanimado. Te pian
teas continuamente, si no seré mejor volver hacia
airds. Sin embargo, cuando ya estés a punto de aban
donar toda esperanza, observas una luz a lo lejos. El
tanel da una vuelta y, de pronto, aparece la entrada a
pocos metros de donde te encuenias.
Echas a correr, pero te detienes ensequida, ja-
deando en busca de aire, Adviertes que la atmésfera
esaqui extremadamente tenue. Inspiras una profunda
bocanada de la bombona de oxigeno. Después, con
gran cautela, te asomas al desierto marciano,
Pasa a ia pagina 137.130
Resuelto a no estrechar jamds la mano del tirano,
‘metes los putios en lo més hondo de tus bolsillos. Alli
palpas la cépsula en forma de huevo de petirrojo que
te di6 el doctor Haas en Venus.
=iTe atreves a rechazar mi mano! —oxclama Styx
Mon, rojo de célera. Desenfunda una pistola laser yte
apunta a le cabeza. Clavas la ufia del pulgar en la cép-
sula que llevas en el bolsillo ynotas que la cubierta se
parte. Al instante, notas algo que se mueve en la
palma de tu mano. Cierras con cuidado los dedos en
tomo a ese objeto que se mueve y sacas la mano del
bolsilo
—Prepérate a morir —dice Styx Mori
‘Sin embargo, en ese mismo instante abres el pufioy
extiendes ja mano anteel tno, para que pueda ver
abeja venusina que llevas guardada en su interior
Un grito escapa de los labios de Styx Mor. Al ins-
tante, los quardianes aparecen en la puerta, De pronto
la abeja echa a volar, zumbando en tora la cabeza
del tirano.
—Despide a los soldados 0 morirds! —ritas
—Fueral Fuera todos! —exclama Stux Mori
Los guardianes se retiran
—Dame la pistola ldser, Styx Mori
La abeja sigue zumbendo y dando vueltas en tomo
alla cabeza del trano.
—|Por favor! ;Por favor!
Eltirano se encoge de miedo delante de ti, suplicsn
dote que tomes su pistola léser.
|
131
Una vez tienes el arma en tu poder, das unos pasos
hacia atrés,
=iY ahora recuerda: un falso movimiento y eres
hombre muerto!Descuelga el teléfonoy ordena a tus
fuerzas que se rindan a ZI
INo, por favor! —suplica Styx Mori.
—jazlo enseguida!
Como impulsada por tu vor, le abeja desciende en
picado hacia los ojos del tirano. Este se cubre el rostro
con una mano, encogiéndose. Le aproximas el radio-
trasmisor.
—jEnseguidal
Pasa a la pagina siguiente.
Pasa a la pagina 143.132
A primera hora dela mafiana siguiente, te unesa un
grupo de gente que avanza por el desierto marciano
hacia la estacibn espacial. Todos los componentes del
grupo llevan un poncho de camuflaje para confun-
dirse con el rojo paisaje del desierto. Aunque el aire
‘esté muy enrarecido, el viento sopla con tal fuerza que
casi te dertiba. El sol est4 muy alto, pero se halla de-
masiado lejos para calentar mucho. Te estremeces,
mientras contintias la marcha con el grupo paso 2
paso, penosamente.
marciano, tefiido de rojo. Esta pendiente de las tropas
de Styx Mori. Silos vehfculos de resonocimientor de
éste se aproximaran al grupo, todo el mundo deber‘a
tirarse al suelo al instante y ocultarse bajo al poncho.
| Token, el jefe, observa constantemente el cielo
i
j
Posa a ia pagina 152134
Durante el mes siguiente vives en una oscuridad to-
tal, en unas tinieblas que a veces te hacen pensar que
vas a volverte loco. Ni siquiera tienes una luna pare
consolarte, pues Venus no tiene ninguna. Al menos,
estén las estrellas, las mismas constelaciones maravi-
llosas que veies en la Tierra mil afios atrés, La ViaLac-
tea se extiende en el frmamento como un sendero de
relucientes granos de arena. Una estrella mucho més
brillante que las demas presenta una hermosa mezcla
de verdes, azules y blancos. Ti sabes que no se trata
de ninguna estrella, sino de tu planeta natal, ja Tierra.
Y es la vision de esa Tierra, mas que ninguna otra
080, lo que te proporciona la esperanza yel valor suf
cientes para resistir esa noche oscura, solitaria e inter-
minable.
Pasa a la pagina 139,
135
Suruma dispone que vivas con Nibor ysu familia, Te
encanta trabajar junto al lago yayudar a entrenar a las
focas para que traigan a los peces hacia la orilla, y
pronto conoces por sunombre a muchos de esos inte-
ligentes y amistosos animales. Llegas a considerarlos
buenos amigos, igual que muchos delos habitantes de
Caverna,
Lavida no es mala aqut. Tienes mucho tiempo para
jugar y divertirte, pero echas de menos el sol, los arbo-
les yla hierba. Y también echas de menos la Tierra. te
prometes que algtin dia encontraras una manera de
volver a ella
Fin137
Mires donde mires, no ves més que una llanura roja
salpicada de rocas. No hayrastro de vida, ni plentes, ni
ubes en el cielo; sdlo el sol, mas pequefio y menos
brillante que en la Tierra, Por lo menos aqui puedes
apreciar ligeramente su calor. La temperatura debe
ser de unos diez grados. As{son los medidas en la
zona tropical de Marte. En cambio, la noche seré algo
muy distinto. Cuando se ponga el sol, la temperatura
| Puede bajar facilmente a —15 grados. Comprendes
que antes de que anochezca debes encontrar la colo-
nia que mencioné Tibor, 0 quedaras totalmente con.
gelado mucho antes de que vuelva a amanecer.
Unos cientos de metros al norte estd la meseta de
que hablaba Tibor. Recorres lentamente la distancia
Que te separa de ella, tratando de utilizar la menor can:
tidad de oxigeno posible.138
Tardas una hora en aleanzar la parte superior dela
meseta, pero allf te aguarda lo que tanto anhelabas
encontrar: a cipula plastica de los colonos terrestres,
camuflada con dibujos rojos y pardos. Corres hacia
ella saltando sobre las rocas pequerias y bordeando
las de mayor tamafio. Bajo la ligera gravedad de
Marte, puedes sallar como un gamo. En la edpula es:
pacial habrd, sin duda, abundante oxigeno, de modo
que consumes Avidamente tus reservas.
‘Cuando te dispones a entrar en la cdipula, aparecen
apresuradamente dos hombres vestidos con unifor
mes militares. Cada uno de ellos empufia una pisto-
la ldser que apunta directamente hacia ti. En las man
gas dela guerrera lucen una insignia, una aspa dentro
de un cfreulo, No parecen en absoluto los rebeldes
que esperabas encontrar. En unos instantes compren:
des que has caido directamente en manos de las tro
pas que estén al servicio da tirano Styx Mori
Pasa a la pagina 113.
139
Han transcurrido seis semanas y sigues vivo.
que os inviemo en el Polo Norte de vein, las cl
raturas se mantienen por encima de cero la mayor
parte del tiempo. En el lugar donde te encuentras el in~
vierno no es més frio que en las zonas templadas de la
Tierra. Sin embargo, a menudo tiritas de frio mientras
Ppermaneces en tu refugio, envuelto en un montén de
hojas secas. En la oscuridad cuentas las nueces que
atin te quedan. Sélo tienes reservas suficientes para
unas cuantas semanas, pero la ascuridad en el polo
Norte dela Tierra se prolonga durante casi seis meses,
gho es asi? Tui llevas ahora casi tres meses completos
3 pues Jamis en la vida te habias sentido tan de-
imido.
Si decides preparar tu balsa
y hacerte a la mar bajo la oscuridad,
pasa a la pagina 99.
Si prefieres esperar a que vuelva la luz,
asa a la pdgina 85,140
Unos minutos después, doblas un recodo del
cafi6ny el corazon te da un vuelco de alegria. Una co-
mmiente de agua mana del acantilado cayendo en una
pequefia laguna, Junto a la orilla de ésta se alza un
menudo edificio de piedra roja marciana. Sobre el
fondo del cafién asoman unas hileras de ventanas. En
eltecho del edifcio hay instalada una antena de radar
yen las riberas de a laguna hayun invemadero. En su
interior puedes observar la presencia de plantas!
Echas a correr hacia el exifcio en el preciso instante
en que un hombre sale del invemadero dando gritos
Inicias la retirada, pero el hombre se dirige a ti:
—No tengas miedo.
Después van apareciendo més personas, Se trata
de gente que se ha refugiado allf huyendo del tirano
Siyx Mori, Tras escuchar el relato de tus aventuras, te
acogen como nuevo miembro de las fuerzas rebeldes
cuyo abjetvo ultimo es demrocar algtin dia al tirano de
la Tierra yreinstaurar en ella un auténtico régimen de-
mocrdtico. Los rebeldes te informan que te encuer
tras en una posicién intermedia entre la estacién espa-
cial rebelde y una colonia secreta. Site unes al grupo
que se dirige a la estacin espacial, tendrés que acom
pire losrebeldes de staan una pellosa mist
la Tierra. Cuando amanezea, dos grupos abandon
rénla posicién intermedia, uno en direccién a la colo-
nia secreta y otro hacia la estacién espacial.
Si decides unirte
ala caravana que se dirige a la colonia secrets,
pasa « la pagina 39
Si decides unine
a los que se dirigen a la estacién espacial
pasa a la pagina 132
|
141
Nos hemos convencido de que dices la verdad
de quero eres un espia de Styx Mori —atirmea Norie-
Fe acogemos como miembro de nuestra comunidad
0 ad.
Puedes vir en la casa de us nuevos amigos. Esau y
‘Se alza entre los reunidos un grito de jubilo. Te
ilo. Tod
los presentes te abrazan. incluso el propio jefe.
ee eae
Pasa a fa pagina 157.143
Lloriqueando, el tirano de la Tierra carraspea y
luego, lentamente, levanta el transmisor.
—Cédigo CQE Tres. Orden del Emperador —mur-
mura con la voz mortecina y mecnica de un hombre
derrotado—. jRendicién inmediata a 2!
‘Styx Mori deja caer lentamente e] transmisor. A
continuacién, grta alarmado:
iLa tengo en el créneo!
No hagas el menor movimiento —respondes con
tranquilidad—o te clavard el aquijén en el cuero cabe-
lludo.
‘Styx Mori permanece inmévil, con los ojos fuerte-
mente cerrados estremeciéndose de miedo. Media
hora més tarde, la puerta se abre y entra en la estancia
‘una mujer frégil y anciana con el cabello largo y ca-
noso. Mientras se aproxima a ti, hace resonar en el
suelo la punta de un baston. Detrds de ella aparecen
seis quardianes con el uniforme rebelde.
—Yo soy Z —dice la anciana.
—ane
La mujer asiente y, tras tomarte de la: mano, afiade:
—He esperado mucho tiempo este momento, yte
estoy muy agradecida. Hoya gente dela Tierra vuelve
a ser libre, y ojal4 continue asf para siempre.
Fin
ae144
Accionas con cautela el mecanismo de apertura de
la escotilla de emergencia y la abres unos milimetros
Al instante, se abre de golpe y te arrastra al exterior
‘una intensa coriente de aire, Se te taponan los ofdos y
jadeas en busca de aire. Al fin, te encuentras sentado
sobre la arena de color oxidado, Temes ahogarte en el
tenue aire marciano, pero pronto empiczas a sentirte
mejor, pues en esa zona hay suficiente aire para respi
rar. Winston sabia lo que estaba haciendo y te ha de
jado en una boisa de aire marciano rico en oxigen
tuada por debajo de la altitud media de la superficie
del planeta. Silogras sobrevivir unos dfas, tu cuerpo se
acostumbrard al aire enrarecido, igual que sucede en
la Tera entre los que ascienden a altitucies considera
dies.
Echas un vistazo al paisaje, arido ysin rastro alguno
de vida. No divisas un solo drbol, ni un cactus, ni si
Quiera una mata de artemisa. Tampoco haya la vista
ni un solo péjaro, una hormiga o una mosca, Sin em
bargo, el coraz6n te da un vuelco cuando adviertes
una abertura en la pared del carion. La parte superior
de la abertura forma un arco casi perfecto, tallado se
guramente por unas criaturas inteligentes. Quizés sus
‘autores hayan sido los refuglados humanos de la Tie-
ra de cuya presencia te habl6 Winston. Regresas a la
cépsull y tomas la linterna del equipo de superviven:
cia. Aunque todavia tienes dificultades para respirar
te sientes ligero como un pdjaro, ya que tu peso es
apenas un tercio del que tendrfas en la Tierra.
Pasa a la pagina siguiente.
145
Fas la linterna sobre tu cabeza como una lampara
de minero y te introduces por la abertura, que con-
duce a una zona del tamafio de un gran salén: En una
de las paredes descubres un angosto tinal. Te gustaria
explorarlo y saber a dénde conduce, pero desciende
contal inclinacién que tienes miedo perder pie yener
resbalando hacia lo desconocido.
Si decides correr el riesgo
de descender por el tinel,
asa a fa pagina 25,
Si decides regresar ol exterior
y explorar el fondo del cafién,
asa a la pagina 44,146
Levantas la piedra y la lanzas contra las abiertas
mandfbulas de la extrafia criatura que se acerca hacia
tidesde la entrada de la cueva. fn rlatura rerocede,
. antes de que hayas podido pasar, hace presa
Contos dientes en tu pantorrlla. Gritas de dolor y tra
tas de liberarte con gestos enérgicos, pero, un se
gundo después, aparece junto a ti una segunda cria-
tura, y luego ota, y otra, v...
Fin
147
Es demasiado arriesgado y estés realmente asus
tado. Das media vuelta y regresas ala superficie. Las
focas vuelven contigo y te empujan para que puedas
alcanzar la superficie lo mas pronto posible. Tesientes
agotado y las extrafias criaturas siguen aht, Deseassu-
mergirte de nuevo, pero ahora estas demasiado can-
sado para intentarlo. Observas a las criafuras que
aguardan junto a la orilla del lago con sus protuberan-
cias oculares fijas en i. Nadas hasta el centro del lago,
lo més lejos posible de esos seres. Todavia tienes fuer
zas suficientes para seguir sosteniéndote en el agua
durante un rato,
Fin148
Entras apresuradamente en la cavema, pero el
suelo de ésta desciende de modo muy pronunciado.
De pronto te encuentras cayendo por la empinada la-
dera. Ruedas sin control hacia un nido de monstruos
de piedra
Fin150
Unavez el submarino ha salido a la superficie, el ca-
pitén Soya te’ invita a acompafiarle en la cubierta
mientras los demés conducen la pequefia nave hasta
al embarcadero, En la orilla, varios hombres corren
para ayudar a asegurar las amarras.
—Gracias al perfeccionamiento de la energia de fu
si6n en el siglo XXIII —contintia Soya—, hoyes fil ge-
nerar la enerafa necesaria. Ademés, Venus es rico en
fuentes alimentarias, pero el clima es tan duro y exis
ten tantas criaturas peligrosas como, por ejemplo,
esas absjas asesinas, que Styx Mori ha decidido no co-
lonizar el planeta.
—jAbejas asesinas! Espero que no haya muchas
por aqui —exclamas,
realidad, las hay ~responde el capitén—, pero
tienen una inteligencia extraordinaria yno nos atacan.
‘Al menos, todavia no han matado a nadie. De hecho,
quizd consfituyen nuestra mayor esperanza para de:
rrocara SiyxMori, pues el irano siente por ellas un pa
nico mortal.
El capitén se toma el tiempo necesario para ama-
vrar bien su nave. Luego'se vuelve hacia ti y affade:
Si quieres, puedes quedarte a vivir con mi familia,
—Colaboraré en todo lo que pueda —afirmas
Pasa a Ia pagina siguiente.
i i
151
E! capitan Soya te observa fijamente como si inten-
tara adivinar tu carécter.
—Creo que podrds colaborar con nosotros —dice
por fin~. Te gustaria avudar el doctor Haass con las
abejas asesinas? El trabajo es muy importante yno re-
sulta tan peligroso como pueda parecer. Hasta ahora,
no han picado a nadie. ¢O quizé te qustarfa mas incor-
porarte a una misién enla Tierra para ayudar alos re
beldes a capturara Styx Mori? Nuestro aliado en latie-
rma, al que llamamos Z, es el jefe de los rebeldes, La
mayoria de los generales del ejército del tirano desean
derrocarlo, pero le temen demasiado para intentario.
Una vez lo hayamos capturado, ya no temerdn apoyar
a Z para restaurar la libertad en la Tierra,
Si decides trabajar
con el doctor Haass
¥y las abejas asesinas,
pasa a la pagina 114,
Si prefieres ir en la mision a ja Tierra,
pasa a la pagina 62,152
Mientras avanzas no puedes evitar pensar de nuevo
nla lamentable situacidn existente en la Tierra y te in-
vade una oleada de tristeza, Tokan debe haberlo ad.
vertido, pues se coloca a tu lado y comenta:
~Eres un rebelde lleno de valor. No protestas por
nada y estoy muy contento de tenerte en mi equipo.
&Y qué voy a hacer en tu equipo?
Tokan se cubre la boca y la nariz con el paruelo
pera protegerse del polvo que transporta el viento.
—Escucha y lo sabrds. Mafiana despegaremos con
rumbo a la Tierra, Efectuaremos un aterrizaje secreto
en Norteamérica y nos reuniremos con otra fuerza re.
belde. En la Tierra hay mucha gente contraria al ti
ano, ynuestro jefe se llama Z. Si Styx Mori cayera en
nuestras manos, Z podria tomar el control de su ejér-
cito y devolver Ia libertad a la Tierra.
No tienes fuerzas para caminar y hablar al mismo
tiempo, demodo que sigues avanzando en silencio. El
futuro no puede presentarse més peligroso, pero te
sientes mejor después de haber escuchado los planes
de Tokan. Estas impaciente por volver al espacio.
153
_ Qué ha sucedido? Notas Ja cabeza como si estu
viera llena de algodén mojado. Nunca te habias sen
fido tan tenso, ¢Qué es esa musica que te ha desper-
‘ado? Es una marcha... Sf, e! himno norteameticaro.
Donde estés? La luz mortecina que te rodea se hace
més trillante y tienes que forzar los parpados para
mantenerlos abiertos, pues se te caen de puro suero.
£Qué es esa aguja que llevas clavada en el brazo? La
arraneas y un brazo de robot coloca inmediatamente
un esparadrapo en la herida,
Pasa a la pagina 54.
Pasa a la pagina 155.155
‘Te incorporas un poco en tu pequeto catre.jVayal
Empiezas a recordar lo sucedido: la propuesta de la
doctora Grambling, el entrenamiento para el vuelo es
pacial, las clases te6ricas en la base de lanzamiento,
laslecciones sobre el funcionamiento del ordenador,
sobre todo, la sensacién terrible que te invadié
cuando cerraron la escotila de la cépsula, encondn
dote en su interior para pasar alli més de mil afios
Luego, el despegue, la progresiva oscuridad del es-
Pacio, la Terra una bola blanca y azul con el norte
de Africa asomando entre las nubes— encogiéndose
hasta convertirse en una pequefia media luna suspen,
dda en el vacio y, finalmente, el suefio que te invade
Mientras la cépsula entra en érbita a medio camino
entre la Tierra y Marte.156
De pronto saltas del catre. ;Debes estar en el afio
000!
Sr ilivembiis lena tu cépsula espacial que, igual
que el interior de un huevo vacio, no tiene ni techo, ni
paredes, ni suelo diferenciedos.
—Buenos dias —te saluda una vor alegre—. Bienve
nido al afio 3000. Estamasa 14 de enero, fecha terres-
tre, para ser exacios. Por silo has olvidedo, soy Wins-
ton, tu ordenador de a bordo, y estaré a tu servicio
hasta que efectuemos un aterrizaje con éxito. Antes de
nada, me alegra informarte de que te has recuperado
perfectamente de la hibernaci6n, En segundo lugar,
he de decirte que todas mis capacidades también fun"
cionan a la perfeccién, igual que los sistemas de pro
pulsién y direccién de la c4psula espacial
Pasa a la pagina 4.
157
La vida en la aldea, llamada Nueva, te resulta senci
lla y agradable. El principal alimento son las raices de
helecho, que saben a boniatoTambign hay nueces
verdes yv bayas. Las gentes son amables y trabas una
buena amistad con Egon y Esai
Un dia, cuando ya hace ‘algun tiempo que vives en
Nueva, Nori te conduce a un rincén para charlar con.
tigo.
—Tenemos un acuerdo simbistico con las abejas
=te dice—. Ellas nos proporcionan miel y nosotros
cultivamos flores. Cuanto més numerosas son las abe.
jas, ms aumenta su inteligencia colectiva, Esperamos
que ésta baste algiin dia para descubrir el modo de de-
Trocar al tirano Styx Mori ypara hacer dela Tienay de
Marte un lugar seguro para todos nosotros.
Te sientes mAs feliz que nunca en la nueva casa. Lo
extafio es que, a pesar de haber llegado a un futuro
gue dista mil afios, la vida que estés llevanco no se dt
ferencia gran cosa de cémo debi ser en la Tierra hace
miles de anos,
Fin158
Estiras y empujas la puerta hasta que se abre. De-
bajo aparece un refugio subterrdneo apuntalado con
troncos de arboles caidos. Tus ojos distinguen una li-
tera, una mesa con un banco, una lona impermeable,
cajas de suministros, lintemas, radios, unas cajas va
fas, una balsa hinchable y una bomb de aire compr'-
ido y jdos esqueletos humanos!
Empiezas a retroceder pero llama tu atencién un
pedazo de papel colocado sobre la mesa, En él, hay
lun mensaje escrito: LES FRUITS ROUGES SIGNIFENTLA MORT.
Parece como si hace muchos arios hubieran lle
gado alli exploradores terrestres que hablaban fran-
6s. Cubres los esqueletos con la lona pues no te gusta
verlos,
‘Tras inspeccionar el refugio, no encuentras en él
nada que comer y decides buscarlo fuera, ya que estés
hambriento.
Si decides comer algunas nueces verdes,
pasa a la pdigina 26
Si decides comer algunas de las frutas rojas,
pasa a la pagina 41160
Te sientes frio y débil al recibir las noticias. ;Pobre
planeta Tierra! Y pobre de ti!
Reprimes el panico que te agarrota la garganta y
preguntas
= Hay algain otro lugar al que podamos ir? zAlgiin
planeta o estacién espacial?
—Quizd exista la posibilidad de diricirme a Marte.
Algunos refugiacos dela Democracia de las Américas
huyeron alli hace varios siglos y tal ver sus descendien-
tes hayan logrado sobrevivir en algin oasis del de-
sierto. Sin embargo, debes saber que Marte es un lu-
gar temiblemente trio y desolado.
— Qué me dices de Venus?
Winston ilumina la pantalla con el mensaje ESPERA,
POR FAVOR, pero unos instantes después responde:
—Hace siglos, la Federacién Mundial eliminé la
capa de nubes de Venus con una descarga nuclear
‘masiva en un intento de eniriar el planeta, aumentar
su velocidad de rotacién y hacerlo habitable. Sin em-
bargo, poco después, la Tierra se vio asolada por va-
las guerras y no encuentro ningtin dato sobre lo que
haya podido suceder desde entonces.
= Y la luna?
~Eestd sin desarrollar —responde Winston—..No du-
varias alin dos minutos.
—{Alguna idea més?
Pasa a Ia pagina siguiente.
161
Mantienes le mirada fija en el altavoz de la consola
de Winston, con la vana esperanza de que el ordena-
dor encuentre una solucién a tu problema. Sin em-
bargo, pasan los minutos ylas hores. El silencio yla so-
led te resultan insoportables. jTienes que hacer
an
Si decides ordenar a Winston
que te lleve a Marte,
pasa a la pégina 3
‘Si decides ordenarle que te lleve a Venus,
asa a la pégina 15,
Si decides ordenarle que te lleve a la Tierra,
pasa a la pagina 8
‘Si decides volver al estado de hibemacién
durante unos siglos mds con la esperanza
de que entonces las cosas hayan mejorado,
Pasa a la pdgina 24,162
Han transcuntido dos semanas desde que llegaste a
la Tierra y has descubierto que Styx Mori hace trabajar
a todo el mundo para su propia gloria personal. Tu
trabajo consiste en formar parte de un grupo de jéve
nes obreros que colaboran en la construccién de una
nueva ala en el palacio de verano de Mori, Trabajas
diez horas diarias colocando ladiillos. Tus compatie:
ros te recomiendan que no protestes. Dicen que aqui
la vida es mucho mejor que en los campamentos mil
tares, donde los guardianes azotan a los obreros y les
hacen levantarse a cualquier hora de la noche.
No gozas de ninguna libertad, ni siquiera de la lier-
tad de permanecer en silencio, pero conservas el va-
lor. Eso nunca te lo podrén quitar. Cada dfa, cuando
te obligan a recitarla férmula deadhesi6n a StyxMori,
ti piensas en otras cosas. Piensas en que algun dia es-
ceparés, en que Styx Mori seré vencido yasf el mundo
recobraré la libertad.
Fin