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AANVELGAR GIA FERRAND ST ASPECTOS SOcidlas DEC Pspoere CAPITULO 2 La naturaleza cambiante y evolutiva del deporte El deporte, fendmeno caracteristico y destacado de las actuales sociedades de masas, esconde detrés de su aparente simplicidad una enorme complejidad social y cultural. Su aparente simplicidad surge del hecho de que el lenguaje y el simbolismo deportivos, basados en el cuerpo humano en movimiento a la bisqueda de resulta- dos destacables, son asequibles a todas las personas con independencia de su nivel social y cultural, lo que justifica su universalidad. Pero, al mismo tiempo, el deporte, como una instituci6n social propia de las sociedades industriales, tiende a complejizarse, y progresivamente va adquiriendo las connotaciones de toda sociedad burocratizada, racional, formalizada, jerérquica, técnicamente eficiente, y fuertemente comercializada (Pearson, 1989, p. 51). Pese a la existencia de una amplisima literatura periodistica y ensayfstica sobre temas de- portivos, en realidad no se sabe tanto en términos cientificos sobre el deporte, ya que es dificil encontrar documentos hist6ricos precisos y veraces sobre los origenes y desarrollo de las actividades deportivas, y son relativamente escasos los andlisis sociolégicos que se ocupan de estudiar la evolucién del deporte contemporaneo. Como sefiala Mandell (1986, p. XVIII), el reportaje deportivo siempre se ha distis guido, tanto en la antigiiedad como en nuestros dias, por su superficialidad, la exageracién, el chovinismo y 1a vanalidad, lo que dificulta grandemente el conoci- miento preciso de la institucién social del deporte, ¢ incluso su propia definicién. Por unos momentos, detengémonos en la consideracién de la compleja organi- zaci6n del deporte en los paises industrializados. La unidad basica de la actividad deportiva es el club, que abarca desde el modesto club deportivo local, con su sencillez organizativa y su reducido ntimero de miembros, al multimillonario club de deporte espectaculo y profesionalizado, que al igual que las modernas sociedades an6nimas, presenta una densa red de intereses de signo muy diverso, y en el que participan numerosas personas, desde los deportistas profesionales hasta los socios y los espectadores en general, pasando por los directivos y los técnicos. Los clubes deportivos estén organizados a su vez en federaciones, que se encuen- tran estructuradas a nivel provincial, nacional ¢ internacional. Tanto las federaciones ‘como los clubes estén fuertemente condicionados por los marcos socioculturales que los engloban, y se rigen por un complejo repertorio de reglas y normas que contri- buyen a delimitar el funcionamiento del juego deporti n OOWRAAIA AISAAS SAVAR 28 ASPECTOS SOCIALES DEL DEPORTE Los diferentes clubes y asociaciones deportivas acogen actividades deportivas tan diferenciadas como las que hacen posible el deporte de élite 0 el deporte escolar, el deporte profesional o el deporte aficionado. Pero, ademés, se encuentra el cre- ciente niimero de personas que practican alguna modalidad deportiva desligados de toda disciplina federativa o de club, lo que contribuye sin duda a popularizar el deporte, a la vez. que hacerlo, como venimos diciendo, més complejo y variado. Si con el término deporte se denotan actividades tan diversas, resulta evidente la dificultad de encontrar una definicién que convenga a tal diversidad. Dificultad que se agrava cuando nos percatamos, como hace el historiador del deporte espafiol Miguel Piernavieja (1985), de que se denomina indistintamente deportista tanto al que juega o se cjercita fisicamente, como al espectador que contempla al anterior sentado c6modamente en un asiento. Esto resulta impensable en el mundo del arte —no se es miisico por asistir a un concierto ni pintor por visitar un museo—, pero cs asi en el mundo del deporte contempordneo, quizés porque en sus origenes, y todavia carentes de buenos equipamientos e instalaciones deportivas, jugadores y espectadores, escasos en niimero, participaban en comiin de las dificultades del jue- g0 deportivo desarrollado en un entorno por lo general precario, ineémodo y a veces hasta inhéspito. SD Pero sea cual fuere la raz6n de tal denominacién, lo cierto es que el ser humano siempre ha necesitado jugar, divertirse, deportarse, y ha seguido ese mandato, como destaca Piernavieja, sin preocuparse de estudiarlo. El desarrollo del deporte con- temporéneo por un lado, y el de las ciencias por otro, ha venido a transformar por completo este panorama, y ha dado lugar a una ciencia del deporte compleja y ambiciosa, que problematiza el acto deportivo y provoca la polémica cientifica a su alrededor. Origen del término deporte.—Frente a los que vulgarmente creen que el término deporte proviene del inglés sport, Piernavieja sefiala que la cuna de la palabra deporte fue la lengua provenzal y de ella pasa a otras lenguas romances, como el francés y el castellano. En su acepcién etimol6gica original la palabra deporte sig- nifica regocijo, o sea, diversion, recreo, y este significado ha perdurado hasta nues- tros dias y figura en la base de todas las definiciones modernas. ‘Siempre siguiendo a Piernavieja, sefialaremos que en Espafa, la forma verbal deporte aparece por primera vez en el Poema del Cid 0 Cantar del Mio Cid (1140) cen su significado de divertirse. Es posible conjeturar, como hace Menéndez. Pidal, la existencia de la voz depuerto a partir del siglo x, en la medida que el uso colo- quial de un término precede a su versin escrita, en este caso en el Mio Cid. La sustitucién de la palabra castiza castellana depuerto por el término actual deporte, se produce a partir del siglo XIV 0 del siglo xv ‘Asi, pues, es falsa la idea o nocién que atribuye a la voz sport la acepcién actual de deporte, pues se origina dicha palabra sajona por el sentido de economfa de este pueblo, mediante la abreviacién de despor, llevada a Inglaterra por los normandos. En resumen, pues, la etimologia del antiguo francés deport, y del castellano antiguo depuerto, se encuentra en el latin deportare, esto es, divertirse 0 regocijarse. Un significado tal ha perdurado hasta nuestros dfas y figura en la base de todas las definiciones modernas de deporte. Asi, las tiltimas ediciones del diccionario de la Real Academia Espafiola de la Lengua definen el deporte como «recreaci6n, pasatiempo, placer, diversiOn, o ejer- cicio fisico, por lo comin al aire libre, practicado individualmente, 0 por grupos, con el fin de superar marcas o adversarios, siempre con sujecién a ciertas reglas». Aparte de conservar el significado original de diversién, la definicién de deporte que ofrece la Real Academia, ¢s totalmente insuficiente para denotar la variedad LA NATURALEZA CAMBIANTE Y EVOLUTIVA DEL DEPORTE 29 de comportamientos ¢ instituciones sociales que abarca en la actualidad el término deporte. Y es que como ya sefial6 hace algtin tiempo el soci6logo francés Jean Marie Brohm, el término deporte es extraordinariamente polisémico, al referirse a reali dades sociales variadas y complejas (Brohm, 1976) Algunos autores destacan como rasgo fundamental y constitutivo del deporte el esfuerzo del hombre por conseguir resultados destacables («concern for excellence») y por perfeccionarse a s{ mismo (Lenk, 1974). Otros destacan como elemento subs- tancial del deporte la capacidad del hombre para competir —el hombre como animal competidor— y la necesidad del logro («need for achievement») que le lleva a plan- tearse constantemente nuevas metas (Riezu, 1972; Landers, 1977). La capacidad utilitaria del deporte de ensefiar a quien lo practica a superar obstaculos en la vida, a forjar su carécter y fortalecer su personalidad, ha sido destacada por numerosos fildsofos © idedlogos del deporte (Wiss, 1969), La caracterizacién del deporte por el derroche esponténeo de fuerzas, de libre esfuerzo superfluo, por el placer de su propia realidad, ya fue destacada por Ortega en su clasico «Origen Deportivo del Estado» (Ortega y Gasset, 1966), de igual modo que ya forma parte del acerbo comin de significados las clésicas ideas de Huizinga en el Homo Ludens, el hombre que juega, tanto al hacer deporte como en cualquier otro confportamiento cultural (Huizinga, 1972). Otros significados del deporte que han sido destacados por mas autores, y de los que ya me hacfa eco en Deporte y Sociedad (Garcia Ferrando, 1982) son los de eritrenamiento ético, fendmeno estético, modelo de sociedad competitiva, reaccién de compensacién y adaptacién frente a las condiciones de vida del trabajo industrial, valvula de escape de la agresividad, reaccién del instinto de conservacién de la especie y descarga de los apetitos, medio para aumentar la producci6n al servicio de la lucha de clases y para acabar con Ia alienaci6n, y representacién simb6lica de! conflicto familiar padre-hijo para obtener el reconocimiento de la madre (Garcia Ferrando, op. cit., pag. 19; Lenk, op. cit. pég. 15; Beisse, 1966). Se trata de definiciones y significados que descansan unos en teorias mas o menos asentadas en el sentido comin —valvula de escape, competitividad, ete.— y otros Oo ‘en concepciones més complejas —marxismo, psicoandlisis— del hecho deportivo como realidad social, pero que en cualquier caso «sefialan sin lugar a dudas la extraordinaria plasticidad del deporte y su compleja insercién en nuestra sociedad» (Garcia Ferrando, op. cit. pag. 20). Y es que, como sefiala Liischen, el comporta- miento deportivo es muy variado, abarcando desde los juegos de los nifios a las competiciones de los deportistas profesionales, mientras que la institucién del de- porte se extiende al campo de la educacién, de la economia y de los medios de comunicacién (Lischen, 1980). En este tltimo sentido, el deporte abarca tantas manifestaciones en diversos, 6rdenes de la sociedad, que ya se viene hablando en los tiltimos tiempos de la industria del deporte como grupo diferenciado de actividades productoras de distrac- K) cin, entretenimiento, espectéculo, educacién, pasatiempo y, en general, bienes y servicios relacionados con el ocio y la actividad fisica, competitiva y recreativa. No es de extrafiar, pues, que Cagigal, en su tiltimo libro ;Oh Deporte! Anatomia de un gigante (1981), afirmara que «todavia nadie ha podido definir con general aceptacién en qué consiste el deporte: ni como realidad antropocultural, ni como realidad social». Ademés, argumenta Cagigal, cada vez va a ser més dificil definirlo porque «el deporte cambia sin cesar y amplia su significado, tanto al referirse a una actitud y actividad humana, como al englobar una realidad social muy compleja» (Cagigal, 1981, p. 24). 30 ASPECTOS SOCIALES DEL DEPORTE Como prueba de este cardcter cambiante de lo que se entiende por deporte, baste recordar con Mandell (op. cit. p. 3), que durante siglos «deporte» significé en Inglaterra més que nada caza, Después, ya en el siglo Xx, con la conquista del mundo por parte de un reducido nimero de competiciones formales y de encuentros denominados genéricamente «sport» en inglés, la palabra ha sido adoptada por casi todas las lenguas del mundo e incorporada a substantivos, verbos y adjetivos para designar las mas diversas actividades. Los historiadores del deporte, como nos recuerda Mandell, han usado este tér- mino para referirse a muchas actividades que existieron miles de afios antes de que apareciera el deporte moderno, el cual ha evolucionado y se ha extendido demasiado como para que nuestras lenguas actuales se adapten a sus modas, a.sus sutilezas y variantes regionales. Por lo que se refiere a las practicas deportivas antiguas, ningiin observador contempordneo de aquellas actividades se refirié a ellas con la expresion «deporte», lo que dificulta atin mas la tarea de relacionar el deporte moderno con las précticas deportivas de la Antigiedad. EI deporte moderno posee caracteristicas diferenciales que se originan en las circunstancias sociales y ambientales creadas por el desarrollo de la civilizacién in dustrial. Y aunque la etimologia de Ia palabra deporte no sea inglesa, si han sido cexclusivamente ingleses, durante un periodo de tiempo en el siglo XIX, la produccién industrial y el deporte moderno. En efecto, Inglaterra ha sido la cuna de la Revo- lucién Industrial y de los deportes modernos més caracteristicos —futbol, rugby, atletismo, remo, etc.—. Posteriormente, fabricas y deportes se extenderian a préc- ticamente todo el resto del mundo, creando una nueva etapa en la civilizacion hu- mana, la civilizacién industrial, de la que es, pues, parte substancial el deporte moderno (Hobsbawn, 1980; Ashton, 1973). Por ello, no resulta dificil aceptar el cardcter innovador y cambiante del deporte moderno, que hace que las actuales actividades deportivas, en su tremenda diversi- dad, constituyan, como sugiere Mandell (op. cit.), impulsos creativos y productos de una inventiva més reciente que lo que pretenden aquellos que sittian en la Grecia clasica el origen del deporte contempordneo, como por ejemplo el creador de las Olimpiadas Modernas, el barén Pierre de Coubertin. Al menos habré que convenir en que el invento del cronémetro y de los materiales con los que se construyen los actuales ingenios deportivos, la aparicién de los periddicos de gran difusion y la televisién, la teoria constitucional (antecesora de los reglamentos deportivos) o las exposiciones internacionales (antecesoras de los grandes encuentros internacionales deportivos tales como los Juegos Olimpicos), son elementos que han influido en el deporte actual. Al igual que lo ha hecho la difusién de determinadas actitudes so- ciales como la igualdad de oportunidades, la idea de salud publica, el patriotismo y el nacionalismo, la ensefianza gratuita y obligatoria, el ocio como politica de pro- greso o el anilisis cientifico del cuerpo humano. ‘Todos estos son elementos que contribuyen a configurar las complejas caracte- risticas del deporte contempordneo, y atin reconociendo la influencia simbolica de los Juegos Olimpicos de la Antigiedad, permiten rechazar cualquier paralelismo simplista entre éstos y aquél. El deporte moderno, nacido de la civilizacién urbano- industrial, participa de las caracteristicas innovadoras de ésta. La renovaci6n conti- nuada de’las normas y reglas de las Federaciones Deportivas Internacionales més antiguas, la aparicién de nuevos deportes, la biisqueda de nuevas formas de expre- sin corporal, entre otros, avalan la tesis del caracter cambiante de los deportes contempordneos, y aconsejan entenderlos de forma amplia y flexible, de tal manera que puedan incorporarse a lo que entendemos por deporte actividades que ni si- LA NATURALEZA CAMBIANTE Y EVOLUTIVA DEL DEPORTE 31 a quiera sofiaron aquellos caballeros ingleses que difundieron en el siglo XIX por el a mundo la idea del fair play y la organizacién del club deportivo amateur. al Definicién de deporte.—Por todo ello, si se ha de dar una definicién del deporte, 8 habré que hacerlo de forma amplia y flexible, destacando sus elementos esenciales,y si tratando de que sea inclusiva en lugar de exclusiva. Sin afén de entrar en polémica a con otros autores que han dedicado grandes esfuerzos bibliograficos a revisar las diversas acepciones del término, entiendo que tres son los elementos esenciales de todo deporte: 1, es una actividad fisica e intelectual humana; 2, de naturaleza com-{o) petitiva; 3, gobernada por reglas institucionalizadas. Tales caracteristicas hay que entender que se encuentran presentes de forma variable en las diferentes formas deportivas, En unas modalidades deportivas el esfuerzo fisico sera mayor que en otras, de igual manera que variardn su intensidad segiin el tipo de resultado que se persiga, En unas modalidades deportivas seréin més precisas que en otras cualidades intelectuales tales como grado de concentra- cién, estrategia o téctica, aunque resulta evidente que s6lo una concepcién dualista y anacrénica del ser humano pretenderd separar con rigidez la dimensién fisica de la intelectual, toda vez que el comportamiento humano, incluido como es natural el deportivo, es esencialmente integral. El cardicter competitivo del deporte esté presente en todas sus modalidades, aun- que resulta més evidente, e importante, en unas que en otras. El atleta que busca la victoria en una competicin de alto nivel, o el equipo que pretende ganar un 3 partido en una liga de cardcter profesional, representan el paradigma de lo que es : competir en deporte, aunque quizés no compitan con menos entusiasmo y ahinco que el grupo de nifios y nifias que participan en un campeonato escolar, o el excur- sionista que en solitario se esfuerza por coronar un pico montafioso. A todos ellos, deportistas de élite y deportistas modestos, deportistas profesionales y deportistas amateurs, les mueve idéntico afin competitivo, aunque las consecuencias de sus actos deportivos tengan resultados diferentes. Las reglas son tan esenciales al deporte como al propio movimiento humano que regulan Las reglas esn presentes siempre en Ia competiciin deportva, aunque la forma en que se vela por su fiel cumplimiento variaré de unas formas de deporte a otras. En el deporte formal, son los jueces deportivos legitimados por las Federa- ciones que los nombra, los que se encargan de que los participantes cumplan fiel- mente las reglas oficialmente aprobadas, castigando a los trasgresores, mientras que en el deporte informal, esto es, el practicado fuera del control federativo, son los propios participantes los que tratan de cumplir y hacer cumplir las reglas, aunque fen este caso el sistema de recompensas y castigos sera probablemente més flexible que el que opera en el deporte formal federado. Esta definicién permite deslindar con relativa facilidad cuando una misma acti- vidad es deportiva y cuando no lo es. Asi, nadar puede ser un ejercicio fisico rea- lizado por recreo y placer, mientras que si se realiza buscando un buen resultado en competencia con otros en el marco de un campeonato oficial, se convierte en actividad deportiva. Lo mismo se puede decir de la navegacién a vela o de la carrera , a pie (jogging), que pueden practicarse por motivos puramente higiénicos y recrea- tivos, o bien como deportes cuando se participa en una regata o en una marat6n Snyder y Spreitzer (1983) por un lado y Mandell (op. cit.) por otro, que utilizan tuna definicién del deporte andloga a la expuesta aqui, sugieren més ejemplos que ayudan a diferenciar entre juego, ejercicio fisico y deporte. Asi, la pelea de gallos © las carreras de galgos son actividades competitivas gobernadas por reglas, pero no son deportes en tanto que no contienen actividad fisica humana. Por el contrario, las carreras de caballos o las competiciones de motocicletas y automéviles si son 8 a 5 r 1 3 1 32. ASPECTOS SOCIALES DEL DEPORTE deportes porque los jinetes y los conductores, respectivamente, ponen todo su es- fuerzo fisico y mental en lograr la victoria en competiciones gobernadas por reglas institucionalizadas. Con esta definicién en mente, puede resultar més facil relacionar la naturaleza de los juegos y del ejercico fisico con los diferentes tipos de deportes. 1.2. Juegos, ejercicio fisico y diferentes tipos de deportes Una correcta delimitacién de su alcance y contenido es condicién necesaria para desarrollar una sociologia del deporte. Como quiera que el juego y el ejercicio fisico son elementos integrantes del deporte, conviene que delimitemos con mayor preci- siGn estos fenémenos, con el objeto de dejar el camino expedito para seguir aden- tréndonos en el estudio sociolégico del deporte y comprender la naturaleza del deporte moderno. IL2.1. Juegos y deporte El conocido etnélogo y erudito norteamericano Allen Guttman (1978) hace una sugerente exposicién de la diferencia entre juego y deporte, describiendo el momen- to en que Roger Bannister se dispone a iniciar la hist6rica carrera que le levaria a romper por primera vez la barrera de los cuatro minutos en la milla. Se trata de una competicion atlética en las hist6ricas pistas de atletismo de Oxford, y en esa tarde ventosa del 4 de mayo de 1954, todo esta preparado para registrar una nueva plusmarca mundial, para batir el record. Bannister ha demostrado ¢n carreras an- teriores encontrarse en un momento excelente de forma y los espectadores estén ansiosos por presenciar un nuevo record. Los jueces de ia Federacién Inglesa de ‘Atletismo se aprestan concienzudamente a preparar y cronometrar la carrera para que ningin detalle quede suelto y se puedan homologar los tiempos registrados. Cuando Bannister termina la carrera en el para entonces fantdstico tiempo de 3:59.4, ha entrado en la historia del deporte por ser el primer atleta en romper la barrera psicolégica de los cuatro minutos, y répidamente su hazafia recorre a través de los medios de comunicacién el mundo entero. La historica carrera de la milla del joven estudiante de medicina Bannister con- trasta con las carreras que el nifio Bannister solia realizar por la playa, con los pies descalzos, sintiendo la brisa del mar y los rayos del sol en su piel, como relata posteriormente el doctor Bannister en su autobiografia. Si se compara, como hace Allen Guttman, el momento en que Bannister corre la famosa milla con ese otro momento de su vida en el que describe el gozo puro de correr descalzo por una playa en un dia soleado, se obtendré la diferencia entre jugar y deporte moderno. El juego, entendido como hace Guttman, como «cualquier actividad fisica ¢ intelectual no utilitaria que se realiza por el simple gusto de hacerla» es una defini- cién que engloba muchas actividades humanas y a la cual sin embargo no se ajusta exactamente el «deporte-ejercicio fisico» realizado con fines utilitarios 0 crematisti- cos. El idioma inglés diferencia, lo cual no es el caso del francés, del alemén y del espafiol, entre jugar (play) y juegos (games), entre el «jugar esponténeamente» y el «jugar de forma organizada» («participar en un juego», en inglés «to play game», Jo cual en espafiol resulta una redundancia). Esta diferenciacién permite a Guttman proponer una clasificacién que delimita con claridad la actividad deportiva de la que no lo es. Veamos cémo desarrolla su clasificacién. ¢ LA NATURALEZA CAMBIANTE Y EVOLUTIVA DEL DEPORTE 33 En los juegos el individuo se mueve fuera del contexto en el que realiza activi dades dirigidas a satisfacer necesidades, pero sin embargo se constrifie voluntaria- mente a un entorno de accién regido por una normativa. Es evidente que muchas bod normas se ponen para establecer una situaciGn de reto, y este es precisamente uno de los objetivos que persiguen las normas que regulan el deporte. Por ejemplo, en cl golf seria més sencillo llevar al hoyo la pelota directamente con la mano, 0 en baloncesto seria més sencillo encestar la pelota si la canasta estuviera situada a menor altura de lo que realmente lo esté. Tales normas crean un contexto de referencia artificioso ¢ implican la persecu- cién de un objetivo dentro de las mismas. La idea o concepto de ganar, la victoria, emerge, pues, fuertemente de esta situacién, lo que es consecuente con la idea del «ethos del deporte» de Vince Lombardi, aunque por otro lado entra en colisién con el énfasis actual en la importancia de la vivencia en la realizacién de una actividad, més que en el resultado. Esto conduce a Guttman a otra distincién necesaria entre juegos sin ganadores ni vencidos cuyo objetivo es pura y simplemente su realizacién (por ejemplo, la mayorfa de los juegos infantiles del tipo «corro de la patata») y los juegos en los que el ganar o perder es esencia del mismo como pueden ser el baloncesto 0 el fatbol. A estos dltimos los denomina Guttman «concursos» (en inglés «contest». La importancia que nuestra sociedad concede a los «concursos» hace dificil el per- catarse de la cantidad de juegos que existen y han existido, que no suponen un concurso y que constituyen un referente cultural importante en cada sociedad. Se puede tener una idea més precisa de la importancia de los concursos en nuestra cultura si nos fijamos en la etimologia de las palabras. El término griego athlo quiere decir concurso y athlon, premio, y ambos términos estén en el origen de la moderna palabra atleta. Por otra parte, muchos juegos infantiles occidentales suponen una situacién de concurso, lo cual nos diferencia de otras culturas (mas primitivas?) con sus juegos ingenuos. Existen, ademés, otros concursos a los que cabria mas bien la acepcién de «con- tienda» que no pueden ser considerados como juegos, por ejemplo las guerras. En este sentido, Guttman discrepa abiertamente de la tesis de Huizinga (1972), para quien el juego est4 en el origen de toda cultura y que sostiene que toda competicion es también juego. Para Guttman, no tuvo en cuenta Huizinga la diferencia entre juegos competitivos y aquellos otros que no lo son, lo que le condujo a suponer que ‘todos los enfrentamientos son juegos, pero ello no es asi. Hay enfrentamientos, esto ‘es, competiciones 0 concursos, que no son juegos, del mismo modo que hay juegos que no representan enfrentamientos, que no son competitivos. Precisamente, segin Guttman, y as{ nos lo parece a nosotros, los deportes serfan una forma de juegos competitivos. Del mismo modo, Guttman muestra su desacuerdo con la clasificacién de los juegos que realizan los antropélogos Dohn M. Roberts y Brian Sutton-Smith en juegos organizados de esfuerzo fisico, juegos organizados de estrategia y juegos organizados de azar, porque no distinguen entre juegos organizados que son 0 no competitivos. Tampoco comparte Guttman el criterio clasificador del francés Roger Caillois (1958), quien ha desarrollado un complejo esquema para relacionar tipos de juegos organizados y estructura social. Parte Caillois de, los polos: paidos (juego) y ludus (juego organizado); y cuatro categorias, alea (suerte), agon (competicién), mimickry (mémica) e iliux (vértigo), que dan lugar a ocho formas diferentes de juego: paidos alea (lanzar monedas), paidos ag6n (carreras), paidos mimickry (imi- taciones infantiles), paidos iliux (columpiarse), ludus alea (loteria), ludus agon (aje- drez), ludus mimickry (teatro), y ludus 34 ASPECTOS SOCIALES DEL DEPORTE Para Caillois los juegos organizados y estructurados reflejan sociedades estruc- turadas, y a partir de esta idea trata de establecer no tanto una sociologia de los juegos, como més bien una sociologfa a partir de los juegos. Pero resulta arriesgado caracterizar a una época 0 a una comunidad dadas en base al juego o juegos que practican de forma preferente. Y lo que es mds, como sefiala Guttman (op. cit. p.11), es dudoso que el tipo de juego, tal como queda determinado por los antro- Pologos, sea tan importante como la percepcién cultural del juego que tengan los propios jugadores, porque aun cuando se puede saber bastante sobre una sociedad a partir de los juegos que desarrolla, también es cierto que el «mismo» juego varia cen su significado de un contexto cultural a otro. Por todo ello, parece pertinente tener en cuenta la clasificacién que propone Guttman, porque sin ser excesivamente ambiciosa, clarifica un panorama que con excesiva frecuencia se complejiza initilmente, por el intento de algunos autores de tratar de explicar la sociedad entera a partir de la idea del juego. La clasificacién de Guttman quedarfa esquematizada del siguiente modo: Juego ey Juego espontineo Juego organizado a juegos juegos ‘no competitivos competitivos {concursos) Concursos Concursos 0 intelectuales competiciones Tisicas (deportes) A partir del concepto basico y previo de juego, el deporte quedarfa representado como un concurso o competicién fisica en forma de juego, 1o que no deja de ser una abstracci6n independiente de la historia concreta, a la’ vez que se trata de un dispositivo heurfstico que permite situar ordenadamente al deporte en el marco cultural y antropolégico del juego. Ahora bien, es evidente que las formas més profesionalizada’ y elitistas del de- porte moderno tienen poco de juego, en el sentido de actividad no utilitaria, ya que las fuertes cantidades de dinero que mueve dicha forma de deporte hacen de él cualquier cosa menos que sea «no utilitario». Lo que a su vez no impide aceptar, como ha mostrado el francés Bouet (1969), que los deportistas profesionales por é1 estudiados se diviertan con su trabajo deportivo y que sientan que realmente «jue- gan» cuando compiten en las ligas profesionales. El carécter dual y con frecuencia contradictorio del deporte hace posible que los deportistas de élite y profesionales puedan tener sensaciones de juego y libertad, por mas que tales actividades se realicen en un contexto cada vez mas dominado por intereses comerciales 0 mone- tarios, que no admiten que se juegue libremente con ellos. 11.2.2. Ejercicio fisico y deporte Esta drdua incursién que hemos realizado en el campo de la antropologfa cultural y de la sociologfa del juego, no ha de desviar nuestra atencién del cardcter de actividad fisica del deporte, sobre todo en unos momentos hist6ricos en los que una parte cada vez més significativa de la poblacién de los paises industrializados, ha snes. tar, or él jue- cia ales 5 se one- ural de una ha LA NATURALEZA CAMBIANTE Y EVOLUTIVA DEL DEPORTE 35 instalado en sus estilos de vida actividades y ejercicios fisicos inspirados en el de- porte, y realizados con fines de recreo y/o salud. Por eso puede ser titil que nos detengamos a realizar unas breves pero necesarias, precisiones terminol6gicas. Cuando se habla de ejercicio, desde el punto de vista de las ciencias de la conducta humana, conviene distinguir como hacen Caspersen y colaboradores (1985) entre actividad fisica, que puede tener una base recreativa ‘ocupacional, ejercicio, que se puede considerar como una actividad fisica emprendi, da de forma voluntaria, y forma fisica («physical fitness»), la cual es simplement un indicador de actividad fisica al intervenir fuertemente factores constitucionales, ya que el mayor o menor nivel de forma fisica no s6lo dependerd del ejercicio practicado, como también de las condiciones naturales de la persona. Incluso puede ayudarnos a relacionar mejor la anterior clasificacién con el de- porte, si se sigue la propuesta de Shephard (1989) y se descompone la categoria de gjercicio en deporte, el cual suele implicar competici6n interpersonal y no siempre incrementa la forma fisica, ejercicio en sentido estricto, que se realiza con el propd- sito deliberado de mejorar la forma fisica, la fuerza y la resistencia, y que suele ser considerado por Ia poblacién sedentaria como demasiado exigente en esfuerzo, la recreacién activa, que comporta una satisfaccién social y generalizada, y pasatiempos activos tales como la jardineria. Estas distinciones son relevantes desde un punto de vista médico y de salud publica debido por un lado a la influencia directa del ejercicio en el sistema cardio- vascular y estado general del individuo, y a que por otro lado se-admite cada vez més que la prdctica prolongada del deporte de élite y profesional puede acarrear serios riesgos para la salud del deportista (Mufioz, 1988). Desde el punto de vista de la sociologia del deporte también interesa delimitar su objeto principal de estu- dio, el deporte, de otras actividades mas o menos relacionadas con él, pero que tienen intencionalidades personales y consecuencias sociales diferentes, lo que por supuesto no ha de impedir que haya quien insista en lamar deportistas tanto a los espectadores de las competiciones deportivas como a los que gustan de realizar algun tipo de ejercicio fisico con el fin de conservar y/o mejorar la salud o el aspecto fisico. 112.3. Diferentes tipos de deportes Habiendo situado el deporte moderno en el contexto cultural y antropolégico de los juegos, y delimitada su proximidad y diferencia en relacién al ejercicio fisico, puede resultar de interés ensayar algunas clasificaciones de los tipos de deportes ya que la propia diversidad de las actividades deportivas en nuestras sociedades, acon- seja un minimo ordenamiento conceptual de dicha diversidad. Ante todo se ha de sefialar que no conviene realizar una sola clasificacién de los deportes, toda vez que la propia versatilidad de las formas deportivas, y su cardcter cambiante ¢ innovador, permiten presentar clasificaciones diferentes, segin la perspectiva que adopte el autor o la dimensién o dimensiones del deporte que se pretenda realzar. Teniendo en cuenta la mayor © menor presencia del cardcter no utilitario del juego, se pueden clasificar los deportes en un continuo en el que en un extremo se tendrian los deportes formales, como son los de alta competicién y los deportes profesionales, en los que tiene escasa relevancia el juego, mientras que en el extre- ‘mo opuesto estarfan los deportes informales, en los que los elementos de juego y recreo son determinantes de la actividad deportiva realizada. Entre ambos extremos se podrian situar a los deportes semiformales, que se realizan desplegando su caricter competitivo y organizado, pero sin que sus participantes estén profesionalizados 0 se dediquen con tanta intensidad al entrenamiento deportivo. 36 ASPECTOS SOCIALES DEL DEPORTE Se trata de una clasificacién escasamente rigida y relativamente abierta, que, como se ha dicho al principio, conviene entender no como categorias estancas, sino ke) més bien como un continuo cuyos extremos vendrén determinados por los tipos polares, y opuestos, de deportes tal como se practican en un momento hist6rico en cada comunidad. Asf, por ejemplo, los deportes no profesionalizados de alto nivel (atletismo, nataci6n, esgrima, remo, etc., de élite) se parecen cada vez més a los deportes profesionales tradicionales (fitbol, baloncesto, tenis, boxeo, etc), en la medida que la cuantfa de los premios, becas y otras ayudas que reciben sus practi- cantes, se van incrementando en su valor monetario, y que las competiciones en las que participan reciben més atencién de los medios de comunicacién de masas, par- ticularmente de la televisién, y se ven sometidas paulatinamente a los condiciona- mientos de la publicidad comercial. Si se mide el carécter profesional de una actividad deportiva no tanto por el dinero que perciben sus practicantes, como por la cantidad de tiempo que dedican a los entrenamientos y a la competicién, es indudable que tan profesional es una gimnasta o un atleta de élite que pueden entrenar hasta 30 0 mas horas semanales, como el jugador de fitbol o de baloncesto de un club deportivo de primera divisién. En este sentido, el cardcter de aficionados que reclaman para sus deportistas de élite los dirigentes deportistas de los paises socialistas pierde todo su significado, por la evidente dedicacién «profesional» de los mismos a la consecucién de sus resultados deportivos. Y opucstamente, Ia masifcacién del deporte popular o para todos, va haciendo que cada vez sean mas numerosos los practicantes que hacen deporte de manera informal, fuera de disciplinas federativas, y aunque continden respetando sus roles, reglas y responsabilidades como practicantes en una competicién deportiva, lo hagan bajo su personal responsabilidad y no bajo la formal vigilancia del club, juez o 98 federacién. El deporte practicado de manera informal se acercara cada vez més al juego o actividad fisica recreativa, a medida que sus practicantes presten menos atencién al cumplimiento de las reglas formales, y més a la prdctica gozosa y recrea- tiva, en cierto modo espontanea, de su actividad. Este seria el caso del grupo de jévenes que sin constituirse en equipos rivales, juegan a baloncesto «a los puntos» en una canasta del colegio o del polideportivo municipal, 0 el caso cada vez mds frecuente de amigos que se retinen a jugar al tenis en el fin de semana, o se van a esquiar 0 a navegar, en lo que son actos que tienen tanto de deportivos como de recreo y relacién social. Y es que la creciente formalizacién del deporte de alta competicién a la que se asiste en los tiempos presentes, va acompafiada, como complementacién dialéctica, de la creciente difu- F5} siGn de la préctica deportiva informal, del deporte esponténeo y liberador. Una clasificacién como la aqu{ expuesta no entra en contradiccién, sino mas bien amplia o matiza los criterios que puedan utilizar otros autores cuando proponen sus propias clasificaciones. Ese seria el caso de la diferenciacién que realiza Cagigal (1975) entre deporte praxis y deporte especticulo. En el primero de ellos, «el pro- tagonista, el centro del suceso, es el deportista: un ser humano con una conducta caracteristica, especificada por cierto tipo de «prixis»; un ejercicio liberador de talante liidico, confrontacién de capacidades personales, evolucionadas hacia una competitividad>, mientras que el segundo tipo de deporte se ha «desarrollado hacia sa vertiente espectacular programada y explotada, apto para la difusién, la propa- ganda; objeto de exigencias campeoniies; descubierto y utilizado por las finanzas, la industria y el comercio; con frecuencia vinculado a la profesionalizacién» (Cagi- gal, op. cit., pp. 54-60). LA NATURALEZA CAMBIANTE Y EVOLUTIVA DEL DEPORTE 37 Como se puede observar, Cagigal pone el acento de su clasificacién en la inten- cionalidad del que hace deporte y en el entorno social que lo rodea. El deporte praxis es asimilable al deporte informal, en tanto que el deporte espectaculo lo es al deporte formal, aunque hay que convenir en que la bipolaridad de la clasificaci6n propuesta por Cagigal s6lo de forma aproximada se adectia a la diversidad de formas deportivas que existen. Otras clasificaciones bipolares tienden, al igual que en el caso anterior, a destacar algiin componente que se desea utilizar como eje director de la clasificacion, Asf, la dicotomia deporte de competicién-deporte de recreo pone el acento en el cardcter competitivo o recreacional de la forma en que se practica el deporte, mientras que si se pretende destacar el hecho de que muchas personas utilizan el deporte como un medio para realizar una actividad fisica recreativa y saludable, frente a los ex- cesos del. deporte de alta competicién, la anterior dicotomia puede reescribirse en términos de deporte de resultados (competitivos)-deporte salud. Por otro lado, en la dicotomfa deporte profesional-deporte aficionado o amateur, destaca el cardcter de remunerada o de gratuidad de la actividad deportiva y la cantidad de tiempo que se le dedica. N6tese que todas estas clasificaciones anteriores, utilizadas conjunta y adecua- damente, sirven para descubrir con mayor precisién el sentido del cambio social que tiene lugar en el deporte contemporaneo. El cardcter cada vez mas formal, y co- mercializado, del deporte de alta competicién lo va acercando abiertamente al de- porte profesional y espectaculo, a la vez que su practica continuada incrementa los, riesgos de lesién y otras patologias fisicas y psfquicas, en tanto que la creciente informalizacién de ciertas practicas deportivas populares y de masas, las convierte en actividades cada vez més puramente recreativas y saludables. Y ello es-asf, al tiempo que surgen nuevas formas de practicas deportivas, los Hamados deportes californianos, en los que su cardcter informal no impide la bus- queda intensa de la aventura y del riesgo, y de que existan dirigentes deportivos y politicos locales que, siguiendo a veces el deseo de muchos practicantes, se esfuerzan en darle cardcter formal al deporte para todos, insistiendo en el reparto de premios, clasificaciones jerarquicas y énfasis en la victoria, en practicas deportivas que en otros lugares y con otros participantes, son mas bien informales fiestas del deporte popular que imitaciones locales y esperpénticas de los grandes y formales campeo- natos deportivos nacionales ¢ internacionales. 11.3. Caracteristicas del deporte moderno Son muchos los autores que han sabido escribir bellas paginas literarias, desta- cando el cardcter dual, indeterminado, parad6jico ¢ irénico del deporte contempo- réneo, representdndolo en términos de la agonia y del éxtasis, de la bella y de la bestia, 0 del angel y el demonio. Como seftalan Snyder y Spreitzer (1983), el deporte esta repleto tanto de violencia como de ternura, de alegria y de desesperacion, de belleza y de repulsién, de orden y desorden (Liischen, 1983). El éxtasis de la vi toria, la dulzura del triunfo, deben aceptarse con la convicci6n de que pronto 0 tarde legaré la amargura de la derrota, el mal sabor que deja el perder. El dualismo paradéjico del deporte comienza, como han sefialado Elias y Dun- ning (1972) de una forma que ya resulta clésica, con la tensién que rodea al acon- tecimiento deportivo. En él tiene que producirse un equilibrio entre demasiada ten- sién, que puede abocar en violencia y lesiones, y poca tensién, que puede desem- bocar en el aburrimiento. La competicion deportiva debe contener cierta tensién 38 ASPECTOS SOCIALES DEL DEPORTE para que transmita emoci6n al enfrentamiento entre equipos o atletas rivales. La tensién debe controlarse con delicadeza por medio de reglas, con el objeto de al- canzar los objetivos y la continuidad de la competici6n. Como sefiala Eric Dunning (1967), la modificacién de las reglas que realizan periédicamente las Federaciones deportivas y los organizadores de competiciones y campeonatos, tienen precisamente ese objeto, el de mantener y realzar unos nivel de tensién y emocién que permitan experimentar el juego deportivo de forma pli centera, tanto por parte de los jugadores como por parte de los espectadores. Segiin Dunning, los deportes con mayor grado de persistencia en el tiempo y con més nivel de éxito entre practicantes y espectadores, son aquellos que comparten junto con otras actividades pertenecientes a la «esfera mimética» de la vida social, una funcién que es intrinseca y fuente principal de satisfacci6n para los que en ellas participan. Son configuraciones sociales estructurales de tal suerte que generan emocién tensa, esto es, una forma de emocién que es placentera para los que la experimentan. Todas las sociedades humanas poseen actividades e instituciones que realizan la funcién de generar emocién tensa. Tratan de contrarrestar la rutina de la vida co- tidiana y ordinaria. En las modernas sociedades industriales, con sus elevados grados de rutinizacién de la vida en general —tanto en el Ambito del trabajo, como en el de la familia, vida sexual e intimidad— el deporte cumple un importante papel al suministrar emoci6n y tension. El deporte, en palabras de Dunning, es una actividad emocionante en el marco de una sociedad escasamente emocionante. La emocién y excitacién con que se puede vivir el «partido» del fin de semana, tanto por parte de los participantes como de los propios espectadores, contrasta con la monotonfa de la vida durante el resto de los dias laborables. Mas adelante volveremos sobre este punto cuando nos ocupemos del deporte espectéculo y de la violencia en el deporte. Ahora continuaremos destacando otro aspecto paradéjico del deporte mo- derno. El éxito del deporte formal, su continua comercializacién y especializacién, con- trasta con la difusién del deporte informal, practicado por parte de un ntimero creciente de j6venes y adultos, para mitigar los estragos que en el cuerpo humano produce la vida sedentaria a la que se ve abocada la mayoria de la poblacién en las sociedades urbano-industriales. En efecto, la monotonfa de la vida cotidiana en las sociedades avanzadas, va acompariada de la realizaci6n de trabajos que apenas requieren esfuerzo fisico, ya que son las méquinas las que se encargan de realizar las tareas mas penosas y fatigantes. Los trabajos manuales van desapareciendo, a la vez que se crean nuevos puestos de trabajo que obligan a los que los realizan a permanecer sentados buena parte del tiempo. El desplazamiento de la casa al trabajo se suele hacer también en un medio de transporte en el que se permanece sentado o de pie sin moverse, y buena parte del tiempo libre se emplea en actividades también sedentarias, tales como leer, escuchar misica, ver televisi6n, o estar en una cafeteria con unos amigos. Esta situacién que ademds tiende a agravarse —las grandes ciudades en las que vive una parte creciente de la poblacién tienen cada vez mas problemas de tréfico y de desplazamiento, al tiempo que las oportunidades de nuevos trabajos se suelen presentar en el sector servicios, que no suele exigir grandes esfuerzos fisicos—, conduce a que se haya convertido en una necesidad publica la creacién de equipa- mientos ¢ instalaciones deportivas, en las que la poblacién pueda recrearse, depor- tarse, a la vez que realiza actividades fisicas que contribuyan a restablecer la movi- lidad articular y muscular de unos practicantes que realizan una actividad sedentaria el resto del tiempo. ' t : ' ' LA NATURALEZA CAMBIANTE Y EVOLUTIVA DEL DEPORTE 39 Naturalmente, los criterios con los que hay que organizar las actividades de una reducida minoria de deportistas, normalmente con talento natural para la competi- cién, que buscan la mejora de resultados en un contexto dirigido por las Federacio- nes deportivas, y aquellas otras actividades de miles de ciudadanos que lejos de! control federativo y no preocupados por el rendimiento deportivo, buscan evasién, recreo y ejercicio fisico en la practica informal de un deporte, han de ser bien diferentes. Por més que ambos tipos de practicantes participen en comin, aunque con diferente intensidad, de buena parte de las caracteristicas que delimitan la na- turaleza del deporte moderno. Siguiendo de nuevo a Allen Guttman (op. cit., 15 y ss), siete son las caracteris- ticas que diferencian a los deportes modernos de las actividades deportivas de épocas anteriores: 1, Secularismo; 2, Igualdad de oportunidades para competir y en las condiciones de la competencia; 3, Especializacién de roles; 4, Racionalizaci6n; 5, Organizacién burocrética; 6, Cuantificacién; y 7, La biisqueda del record. ‘Secularizacién.—La secularizacién del deporte moderno hay que considerarla en contraste con el cardcter ciiltico de los ejercicios fisicos de los pueblos antiguos y de los pueblos primitivos. El alemén Carl Diem (1971) comienza su monumental historia del deporte, con la contundente frase de que: «Todos los ejercicios fisicos fueron cilticos en sus orfgenes». Y en efecto, existe una amplia base documental que pone de manifiesto que los pueblos primitivos incorporaban con frecuencia a sus ceremonias y rituales religiosos concursos de carreras, saltos, lanzamientos, lucha y hasta juegos de pelota. Tales ejercicios fisicos no recibfan, como se ha visto con anterioridad, el nombre de deporte ni tampoco les podemos ahora conceder tal nombre en el sentido mo- derno, ya que tales rituales solfan tener una intencionalidad utilitaria, tal como lograr mejores cosechas, tener hijos, curar enfermedades, prolongar la vida, etc. Y aun cuando parece un tanto taxativo afirmar como hace Diem que fodo el «deporte» primitivo estaba socializado, lo cierto es que los propios Juegos Olimpicos antiguos, los concursos de Olimpia y Delfos, estaban culturalmente més préximos a los «de- portes» de los pueblos antiguos que a las modernas Olimpiadas. Pues como esta bien documentado histéricamente, tales Juegos, junto con los Pitios, Nemeos y Co- rintios, eran fundamentalmente festivales sagrados y un importante aspecto de la vida religiosa de los antiguos helenos (Durantez, 1975). Con todo, el evidente culto que rendian los griegos al cuerpo y la admiracién que sentfan por la excelencia atlética —el culto al héroe, al atleta vencedor— son los primeros atisbos en el mundo helénico de un inicio de la secularizacién del deporte. Y como sefala el propio Guttman, la sociedad romana continué y aceleré dicha tendencia, como lo prueba el hecho de que los romanos no estuvieran tanto inclinados a los festivales atléticos, como mas bien a la condici6n fisica como pre- paracién de los guerreros y al espectéculo circense. En tal sentido, los deportes modernos estén més cercanos al modelo romano que al griego. Posteriormente, y durante siglos, tanto la Iglesia Catdlica como la Protestante contemplaron con sospecha, cuando no con abierto rechazo, el culto al cuerpo que suponfan las competiciones deportivas-y mas recientemente las modernas gimnasias. Sin embargo, han acabado por aceptar la presencia del deporte moderno ¢ incluso Jo han promovido como disciplina del cuerpo y moderador de las pasiones El deporte moderno, pues, se ha desvinculado de la religién. Las Olimpiadas modernas han perdido completamente el cardcter religioso, de culto a las divinida- des, que tenfan en la Grecia clisica. En la actualidad, el deporte se encuentra completamente integrado en Ia sociedad secular, por mas que atin queden vestigios religiosos tales como las acciones de gracias de los equipos vencedores a las image- 40 ASPECTOS SOCIALES DEL DEPORTE nes religiosas veneradas localmente, la bendiciGn de nuevas instalaciones deportivas, el acto de santiguarse que realizan algunos deportistas antes de iniciar una compe- ticién, pero todo ello tiene un caracter meramente anecd6tico y periférico al hecho social del deporte. Igualdad y democratizacién.—La segunda caracteristica del deporte moderno es Ja de Ia igualdad en el doble sentido del término: 1, cada cual debe tener, al menos e6ricamente, una oportunidad para competir; y 2, las condiciones de la competicién deben ser las mismas para todos los contendientes. En la préctica actual, todavia existen muchas desigualdades al igual que existen en el conjunto de la sociedad. Pero al menos en las sociedades democrdticas avan. zadas, con a incorporaci6n a sus constituciones del derecho de los ciudadanos a las Précticas fisicas y deportivas como medios para el recreo y la salud, se ha avanzado mucho no solo con respecto a los tiempos antiguos en que tinicamente los mas poderosos socialmente podian intervenir en los concursos y torneos, como también con respecto a los tiempos més recientes en los que ha tenido su origen el deporte moderno. Para muchos pueblos primitivos, la pertenencia o no a un grupo era el determi- nante de su posibilidad de participacién, y la disposici6n 0 habilidad del sujeto no tenfan précticamente un papel relevante porque los «deportes» que practicaban no epresentaban una situacién de competicién 0 concurso. Por ello, la pertenencia a ‘un equipo se efectuaba por adscripcién y no por la capacidad personal del participante. Entre los griegos, la capacidad y el rendimiento contaban bastante més que la mera adscripci6n, aunque ello no queria decir que todo el mundo podia participar. De hecho, s6lo lo podian hacer los ciudadanos griegos libres, y estaban excluidos sisteméticamente de los juegos més importantes los extranjeros, los esclavos y las mujeres. No obstante, dentro de estas restricciones, todos los competidores tenfan los mismos derechos y se les aplicaban las mismas normas, lo cual fue un evidente logro para la época. Los romanos invirtieron algunas tendencias de los griegos, por ejemplo, haciendo que los gladiadores llegaran a ser practicamente todos esclavos. Y con el fin de darle mayor atractivo a los especticulos circenses, se buscaba a veces la disparidad més absoluta entre los rivales, por ejemplo, combates de mujeres contra enanos. En, la Edad Media, la participacién en justas y torneos estaba reservada a la nobleza, y tales restricciones feudales se han mantenido, aunque atenuadas, hasta bien entrado el siglo xvi. El pueblo lano tuvo que organizar sus propias actividades fisicas de recreo y competicién, y buena parte de los deportes tradicionales tienen su origen en tales actividades. La polémica actual, aunque cada vez menos relevante, entre deporte profesional y deporte amateur, es un claro vestigio del origen aristocratizante de muchos con- cursos deportivos, y de hecho la defensa a ultranza del amateurismo ha sido con frecuencia un pretexto para excluir de las competiciones de ciertos deportes a los estratos menos afortunados de la sociedad. En efecto, y como es bien sabido, el deporte inglés fue claramente aristocratico en sus origenes. Los primeros reglamentos deportivos publicados a mediados del siglo xix, los Participants Regulations del inglés Henry Regatta, definen como de- Portista amateur al que no ha tenido nunca entrenadores y no ha recibido previa- mente instrucci6n deportiva, y se insiste en la conveniencia de mantener a los tra- bajadores alejados de 1a préctica del deporte, para que no se distraigan de sus obligaciones laborales (Garcia Ferrando, 1979, pp. 34-35). Esto explica que cuando se escinde de la Asociacién de Rugby una Liga Profesional de Rugby en 1895, el conflicto que se produce entre las concepciones amateur y profesional en el deporte, 5 1 : > ' LA NATURALEZA CAMBIANTE ¥ EVOLUTIVA DEL DEPORTE 41 tenga en realidad todo el aspecto de un conflicto de clases (Dunning y Sheard, 1976), al igual que sucede més tarde al ir democratizandose el deporte. ‘Aun cuando quedan destacados reductos aristocraticos y elitistas en el deporte contemporéneo, y aunque hayan surgido nuevos estilos de vida que tratan de marcar diferencias mediante consumos deportivos exclusivos, es evidente que su importan- cia queda relativizada frente al empuje imparable del deporte de masas y del deporte para todos. El propio deporte profesional y el deporte de alta competicién, conver- tidos en multimillonarios espectaculos de masas, son una avenida de movilidad social ascendente para jévenes de uno y otro sexo de clase trabajadora y media, con talento deportivo. La incorporacién progresiva de la mujer a la practica deportiva y la lucha contra el apartheid, son los diltimos frentes en los que se esté produciendo actualmente la lucha por a igualdad social en el deporte. Clase social, sexo y raza son, pues, las tres dimensiones en las que todavia es posible encontrar restos de la anterior desigualdad en el deporte. Paradéjicamente, y en el campo del deporte de alta competicién, como contraste a la mayor igualdad en el acceso a la participaciGn, se produce una mayor desigual- dad en sus resultados y es probable que nunca haya existido una diferencia tan grande entre el deportista de élite y el deportista aficionado, como la que existe en Ja actualidad. Especializacién.—Como correlato a la creciente especializacién que se produce en el mundo del trabajo en las sociedades industriales, con sus numerosas funciones especializadas ¢ interrelacionadas, el deporte moderno esté cada vez"més dominado por el especialista. La especializacion deportiva es, pues, un reflejo de la divisién del trabajo existente en Ia sociedad industrial, y tanto en un caso como en otro hay que considerarla como condicién del progreso. ‘Con todo, no hay que pensar que en Ia sociedad antigua no existiese especiali- zacién deportiva. Esta especializaciOn se encuentra de forma notable en el deporte ariego, y puede considerarse que dicha especializacién di6 paso a la profesionaliza- cin en el sentido de obtencién de beneficio econémico y dedicacién intensiva y extensiva a la actividad atlética. El profesionalismo deportivo se extendié en la sociedad romana, con el especticulo del circo. En la Edad Media y principios de la Edad Moderna, la actividad deportiva estaba ‘menos especializada, como lo ilustra el hecho del ideal del hombre completo rena~ centista. Mas tarde, en el siglo xix, los primeros caballeros ingleses «deportistas» en el sentido moderno del término, también cultivaron el ideal de la préctica de varios deportes. Con el éxito del deporte en nuestras sociedades se ha vuelto a acentuar la espe- cializacién del deportista, la cual viene acompafiada de la especializacién en el in- trincado sistema de personal de apoyo que gira alrededor de la competicion depor- tiva, desde el entrenador al periodista deportivo, pasando por técnicos, dirigentes y cientificos. Dada la l6gica interna de los deportes modernos, profesionalizaci6n y especiali- zacién son inevitables, y representan dimensiones diferentes de idéntica situacién Notese, como ya se ha indicado con anterioridad, que el factor fundamental en la profesionalizaciGn no es el dinero sino el tiempo dedicado a su practica. El profe sional, de hecho, es cualquier deportista especializado hasta el punto en que la simple excelencia atlética, la busqueda del resultado destacado, es, por un periodo de tiempo, su principal propésito en la vida. La especializacin resultarfa de la moderna btisqueda del logro —el principio de «achievement», de logro, de McC! Hand (1961}—, que conduce al deseo de liberar al deportista de los modestos y perturbadores detalles de las necesidades econémicas inmediatas 42. ASPECTOS SOCIALES DEL DEPORTE Racionalizacién.—Es el acto y efecto de hacer las técnicas y organizaciones mas adecuadas a sus fines, més eficientes en su funcionamiento. La racionalizacién en ti deporte, en tanto que tendencia a la utilizacién de métodos para mejorar el ke) rendimiento y las condiciones del acto deportivo, no es mas que la aplicacin al campo del deporte de la general tendencia racionalizadora de la sociedad industrial. La racionalizaci6n en el deporte actual hay que verla como un proceso evolutivo que va desde la improvisacién y el juego de los primeros deportistas modernos, hasta la actual planificaci6n minuciosa y estricta en biisqueda de dbjetivos muy concretos: ganar una lige, batir un récord, organizar las actividades de un polideportivo muni- Kad cipal por el que pasan diariamente cientos de practicantes. Técnica y ciencia se utilizan entonces al servicio de tales objetivos: entrenadores, preparadores fisicos, médicos deportivos, gerentes, y un largo etcétera de profesionales que coordinan sus esfuerzos y funciones en aras de lograr los objetivos propuestos. Por otro lado, las normas que regulan la competicién deportiva moderna, se diferencian de las que regulaban el deporte en las sociedades antiguas, no tanto por el néimero de ellas como por su naturaleza. Las normas en el deporte moderno estan racionalizadas, esto es, representan un medio para conseguir un fin, segin a nocién de Max Weber. Ahora bien, las normas evolucionan segdn la conveniencia de los {5} practicantes y se convierten en artefactos 0 dispositivos culturales mas que instruc- ciones divinas. El baloncesto representa un buen ejemplo de un juego disefiado ad hoc siguiendo los principios de racionalidad lidica, y cuyas normas se van adaptando continuamente a las necesidades y exigencias del deporte contempordneo. Otros deportes, con una raiz cultural antigua, al racionalizarse evolucionan en modernas actividades deportivas, como por ejemplo el tiro con arco o la esgrima. En el sentido de racionalizacion de las normas, el deporte griego podria decirse que se encuentra a mitad de camino entre la antigiedad y la modernidad. Por un lado, las normas de competicién estaban muy diversificadas y faltas de estandariza- cién —no existia la nocién de récord—, pero por otro lado parece que existia una cierta racionalizacién del entrenamiento, de la técnica y hasta de la alimentacién de los atletas, Ahora bien, el deporte moderno se ha desarrollado extraordinariamente gracias a la aplicacién y desarrollo de las ciencias aplicadas a un mejor y més racio- nal entrenamiento, en la bisqueda de los limites humanos, por lo que no cabe compararlo con el deporte antiguo. Tal tendencia a la racionalizaci6n y cientifizacién del deporte, ha despertado muchas criticas de que se est4 robotizando al deportista de alto nivel, lo que por otra parte no impide que contintie progresando la racio- nalizacién del deporte moderno. Burocratizacién.—Se trata de una caracteristica que va {ntimiamente unida a las dimensiones 0 procesos de racionalizacién y especializacién. La creciente compleji- a dad de los clubes y federaciones, asi como de todas las actividades deportivas en general, ha ido cambiando la organizacién simple de los primeros tiempos del de- porte moderno, en complejas estructuras de organizacién y administraci6n. Los grandes acontecimientos deportivos competitivos se apoyan en una estruc- tura burocratica importante: COI, FIFA, NBA, etc. Pero tal complejidad burocra- tica ha legado también a la organizacién del deporte para todos en las sociedades avanzadas. En efecto, para atender la demanda deportiva de miles de ciudadanos, se han desarrollado en los pueblos y ciudades de Espafia, al igual que en otros paises avanzados, complejos y burocratizados servicios ptiblicos de deporte, que con crite~ rigs basados por un lado en los avances de ta educacién fisica y del deporte, y por otro en la gestion de empresas, emplean a numerosos técnicos y personal de servi- cios y mantenimiento, para que atiendan las necesidades de deporte y recreo de los ciudadanos. LA NATURALEZA CAMBIANTE Y EVOLUTIVA DEL DEPORTE 43 En el plano competitivo, las burocracias deportivas realizan la doble funcién de vigilar, por un lado, que se cumplan las reglas y normas aprobadas por las federa- ciones, y de organizar, por otro, los campeonatos y concursos deportivos que son enormemente complejos, sobre todo en los casos en que tienen una repercusi6n de cara al gran piblico y a los medios de comunicacién de masas. Y en el plano del deporte para todos, las modernas burocracias han de atender los complejos proble- mas que surgen de las actividades deportivas y de recreo de miles de ciudadanos. Cuantificacién.—Los deportes modernos se caracterizan por una tendencia casi inevitable, ¢ irresistible, a transformar cada accién deportiva en una medida cuan. tificada. Todo el avance tecnol6gico de los relojes electrénicos y ordenadores, y todo el aparataje disefiado en laboratorios de biomecénica, kineantropometria y medicina del deporte, se han puesto al servicio de un deporte avido de mediciones. Se mide hasta la centésima o la milésima de segundo, mediante la foto-finish, para dilucidar el ganador en competiciones muy igualadas. Para valorar el precio en el mercado de contrataciones de un jugador de baloncesto, se miden y se comparan los resultados en términos de numero medio de rebotes, asistencias, defensas, tiros libres, tiros desde fuera, etc., por no decir también su altura en centimetros, su peso en kilogramos y sus medidas, en general, de tipo antropométrico. Pero esto no s6lo ocurre en el deporte de alta competicién. El modesto jogger corre con zapatillas que llevan incorporados unos chips que miden el nimero de zancadas, su frecuencia y su amplitud. Con el cronémetro se mide la cantidad de minutos que ha de correr, la frecuencia cardiaca que alcanza. En las clases de gimnasia de mantenimiento se mide con precisiGn el niimero de repeticiones de cada movimiento, y si este es el caso, los gramos de peso corporal perdidos en cada sesién Est4, pues, generalizada hasta la obsesién la medicién en el deporte moderno, o que ha conducido al desarrollo de una estadistica deportiva que sirve a los fines burocraticos de los clubes y federaciones, y a los fines de comunicacién de los periodistas deportivos. No deja de ser curioso que a pesar de sus grandes aportaciones a las mateméti- cas, los griegos no compartieron nuestra preocupacién actual por la cuantificaci y los datos que se han conservado en este sentido son dificiles de creer o de inter- pretar, tales como saltos de longitud de mas de diez metros, o lanzamientos de disco y de jabalina que sobrepasan los cien metros (Durantez, op. cit.). Esta carencia hizo imposible en el pasado establecer comparaciones entre competiciones separadas en el tiempo o en el espacio. La contabilizacién del nimero de victorias de un deter- minado atleta constituye, sin embargo, el primer indicio de cuantificacién en el mundo griego, tendencia que continuaron e incrementaron los romanos. La biisqueda del récord.—La combinacién de la tendencia a la cuantificacién y el deseo de ganar, de alcanzar la excelencia, de ser el mejor, conduce al concepto de récord que simboliza el valor intrinseco de una ejecuci6n, y que trasciende al tiempo y al espacio concretos en que se realiza. La aficién por el gusto de lo supremo no es moderna y se pueden encontrar precedentes en el deporte primitivo. Los griegos, sin embargo, no parece que tu- vieran un sentido del récord tal como se concibe en la actualidad. Prestaban mas atencién a la victoria, al ganador, que a la ejecucién en si. Los modernos récords son, en realidad, una.abstraccién que permiten competir con personas que no estén © que incluso ya no existen. En palabras de Guttman (op. cit., 54), «habiendo desaparecido los dioses del Monte Olimpo 0 del Paraiso de Dante, ya no podemos correr para apaciguaflos o para salvar nuestras almas, pero podemos establecer una nueva marca. Es una forma de inmortalidad excepcionalmente moderna». 44 ASPECTOS SOCIALES DEL DEPORTE Un interrogante que surge ante la incesante bisqueda del récord, es de si llegaré un momento en que se constituyan en referencias de desdnimo o desaliento cuando se pongan tan caros que resulten de hecho insuperables. Sin embargo, es tanto lo que se est avanzando en los tiltimos afios en campos tan diferentes de investigacin como nuevos materiales y nuevos diseiios, nutricién y ayudas biol6gicas, biomecé- nica y fisiologia, y un largo etcétera de areas puestas al servicio del deporte, que los limites de la capacidad humana contintian ensanchdndose en los tiempos actuales. En resumen, pues, se puede decir que el récord necesita cuantificacién, especia- lizacién y racionalizacién, las cuales para ser logradas tienen que producirse en el contexto de una organizacién burocratica. Ahora bien, todo ello serfa una fase si no existiera igualdad y democracia, y ambas son m4s compatibles con un sistema secular. Por todo ello, parece plausible la idea de Guttman de que por la seculari- zacién de la sociedad debié comenzar la din4mica del deporte moderno. Antes de pasar al estudio de la critica marxista al deporte moderno, puede re- sultar conveniente realizar una breve incursién documental e histérica por el deporte en la Antigiiedad, particularmente por el deporte en la Grecia y Roma clisicas, ya que continuamente hemos hecho referencia a él al glosar la naturaleza cambiante y evolutiva del deporte-contemporéneo. Y Jo vamos a hacer, siguiendo los profundos estudios realizados, entre-otros, por autores de la talla de Peter C. McIntosh, Sir James Frazer 0 Harold Harris. De la mano de estos autores se han preparado las notas que siguen, contrapunto ‘hist6rico antiguo en un texto cuya temética principal ¢s el deporte moderno, particularmente en la sociedad espafiola contemporédnea. 11.4. Notas para una Sociologia del Deporte en el Mundo Antiguo Resulta dificil reconstruir 1a realidad de las competiciones y juegos deportivos del mundo antiguo,-debido a la limitaci6n de las fuentes de datos y a la dificultad de su interpretacién},ya que para las culturas mas antiguas, de las que no se con- servan documentos hist6ricos directos, hay que confiar en vasijas y otros objetos arqueolégicos, y en los relatos de autores posteriores. Buena parte de lo que se conoce sobre la cultura griega del tercer y segundo milenio antes de Cristo, se ¢ontiene en los poemas homéricos La Ilfada y La Odisea. Sus versos recogen casi dos mil afios de historia transmitida por la tradici6n oral, y Homero los escribié alrededor del afio 800 antes de Cristo. Tal como sefiala McIntosh (1981), un rasgo persistente de los poemas de Homero es el énfasis que ponen en las proezas fisicas, manifestadas en los combates armados, en competiciones deportivas, en la danza acrobética, en aventuras eréticas o en la mera capacidad para sobrevivir que el héroe Ulises demuestra en la vuelta a su casa en Itaca desde Troya. Dado que estos poemas eran considerados por los griegos como un elemento importante de su cultura, trataron a partir del siglo IX de recrear su pasado heroico en el que la proeza fisica era,una caracteristica basica. Los gran- des festivales atléticos y religiosos de Olimpia, \Delfos, Istumia y Nemea fueron festivales panhelénicos que unfan a todos los griegos de la cuenca mediterranea. En La Iliada y en-Ea-Odisea se relatan las celebraciones de competiciones de boxeo, lucha, carreras y lanzamientos, al igual que de'juegos de pelota no compe- titivos. También se relatan demostraciones de danza acrobatica, que en la cultura cretense fue muy importante. Asi, en Creta y Grecia las autoridades mantenfan un cuerpo profesional de danza acrobatica. El patronazgo de éste tipo de danza era istintivo de la aristocracia. : La importancia de las competiciones deportivas era evidente entre los estilos de vida de los griegos y troyanos més relevantes. En el libro XXIII en’el que se relatan

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