You are on page 1of 46
109 ‘EL COMPLEJO BAGUA Y EL SISTEMA DE ESTABLECIMIENTOS DURANTE EL FORMATIVO EN La SIERRA NORTE DEL PRRU Ruth Shady y Hermilio Rosas Bagua Chica se encuentra en el sector bajo y ancho del valle fornado por el rfo Utoubanba, que nace en el lago de Atuon, a 3,500 mM.Seneme y desemboca por 1a margen derecha del rfo Marafién (figs 7). Pertenece a la provincia del mismo nombre, departanento de Amazonas. Eoté ubicgda al noreste del Peri, entre las coonienadas 78°21'30" long. ceste y 5°52400" lat. sur, y a 522 m. de altura sobre el nivel del mar. La topograffa, en general, es ondulada, con sectores Manos y ranificaciones de la cordillera central de los Andes, que atraviesa la zona, siendo cortada por et rfo Marafién en el Pongo de Rentema, a poca distancia de la incorporacién de las aguas de los rfos Utoubamba y Ghinchipe. Las condiciones climéticas de Bagua Chice son diferentes de las nomales descritas para la selva tropical (Atlas, 1970, pp. 139, 1435 Pulgar Vidal, 1946, p. 220). All{,1a temperature es alta, con un prome- aio de 30-32' Cs, una minima de 18°, y una mdxima de 40-45" C. Pero le precipitacién pluvial es baja, con 600-600 mu. por afio y esto le da una configuracién bidtica my particular. A ello contribuye 1a ubicacién gecgréfica, la altura y el relieve irregular, con llamuras, quebradas y pongos. La formacién vegetal es designada como sabana o bosque muy seco tropical (Tosi, 1960, ppe 88-95)+ Una cubierta vegetal espinosa caracteriza a lag panpas de EL Valor y Rentena, en Bagua. AL1f se encuentra algarrobo (Prosopis sp+), huarango (Acgoia macracantha), y variedades de cactus, "cajaruro" (varie~ dad de nopal), "cuyuchina", y otras plantas espinosas (Shady, 1971, p+ 15), que recuerdan el ambiente desértico de 1a costa norte. El sector de las quebradas, con respecto a Bagua, muestra también varieciéar estén a més altura, tienen mayor humedad, el calor es atenuado, y son mks boscosas. AL valle del Utcubanba le corresponden formaciones sedimente- ris. in Bagua predonina un suelo gredoso alcalino, en el que es muy fugaz el nitrégeno, con un pH 7 como m{nino, debido a la escasez de pre-~ cipitacién pluvial. Ie capa ininica es casi’ inexistente o con 2% 3 56 de materia orgdnica, cambiando hacia las partes més altas, boscosas, del. valle 0 quebradas. Las Bxeavaciones Ios materiales culturales en base @ los cuales defininos esta fase, provienen de cortes estratieréficos, que realizamos en los sitios El Salado y Alenya en 1969 (fig. 1). Ademds de ellos, en posteriores reconocimientog en 1972-73 hemos identificado 20 sitios con materiales 140 relacionados que nos han proporeionado informacién adicional sobre 22 patrin de establecimientos en el rea (Shady, 1971, pp. 19, 73)«! Alenya En el pequefio caserfo de Alenya, ubicado al gureste del pueblo de Bagua Chica y a unos 15 im., se encuentra el sitio arqueolégico deno~ minado "Huaca Alenya". Este consiste en un mont{oulo pequeflo que viene stendo ocupado y es adem4s utilizado por los pobladores que extraen materiales para la construceién de sus viviendas. Al sur del sitio se halle una extensa llanura levemente incli- nada hacia la mazgen derecha del rfo Utcubanba. las tierras aledafias al caserfo pueden ser regadas con las aguas de un riachuelo llamado Sénora © Copallin de caudal regular que, segin nuestros infommantes, solfa tener pescado en el pasado Realizanos dos cortes estratigréficos de 4 por 2 me ¥ 365 por 2m, (fig. 3), excavados por niveles de 15 y 20 om. Ellos presentaron cinco capas bien diferenciadas en un espesor de 1-1.4 m, Sobre el piso original de la elevacién, de color amarillo y consistencia dura con tro 708 de roca, se asentaba un ampli depSsito de areilla zoja, my fina,2 que tenfa unos 60-80 om. de espesor en el corte 4, ubicad> en la cima del nontfeulo. Esta capa no contenfa otro resto cultural. Hneima de este depésito se apoyaba el estrato III con los primeros restos de ocu- pacién hunana del sitio. Es de color marrén blanquecino, duro, con caliche. Descansaba en este estrato el II, caracterizado por un color narrén grisiceo y por 1a frecuencia de ceniza. Por tltimo, Ja capa I consiste en un suelo color café, hunoso, duro, con abundantes rafees, restos orgénicos en descomposicién, y elementos modernos mezclados a los antiguos. El Salado Bsté ubicado a unos 700 m. al este de la Plaza de Armas del actual pueblo de Bagua Chica, en la margen derecha del Utcubamba, y @ unos 16 km. de Alenya. En un sector poco apropiado para la agriculture, donde la roca emerge casi en Ja superficie, destaca un mont{oulo de tama- fo mediano (unos 142 por 60 m.) en cuya cima se encuentra construcciones de adobe y eafa de los pobladores actuales. Eh los alrededores de la huaca se hallan terrenos de cultivo, y el agua de regadfo proviene de una acequia que bordea por el noreste, conduciendo agua desde las altu- ras cerca del pueblo El Parco. Asimiamo, 2 unos 200 m. al ceste se halla un puguial, ojo de agua, del que s¢ proveen para el consumo diario y cuyo volunen es pernanente. Se efectuaron dos cortes, de 2-5 por 1.5 me ¥ de 4 por 2 me, excavados por niveles de 20 cn. La conposicién estratigndfica en anbos aparecfa disturbadas se observaron graves resquedrajaduras o grietas en el terreno, y profundas intrasiones de los estratos superiores, inclusive dentro del suelo natural rocoso. EI s{tio arqueolégico esté sobre un montfeulo rocoso, de color Wt amarillo cono se observa en las afloraciones de los terrenos de cultivo aledafios. Sobre esta elevacién se asionta el estrato III que representa la primera ocupacién del lugar. Es de color amarillo y consistencia dura. La acumlaeién no es horizontal; se halla mezelada con el mate~ rial proveniente de niveles superiores. 4 continuacién se encuentra el estrato II, de tierra marrén grisécea. Su disposicién es muy irregular; de el provienen la mayorfa de intrusiones al estrato III. Al finalizar la acumulacién de esta capa se produjo el fenémeno que ocasiond las intrusiones. La capa I est4 compuesta de tierra vegetal, humosa, color café. El espesor del contenido arqueolégico alcanzé entre 60 y 100 om. La Fase Bagua Hemos utilizado la informacién estratigréfica de Alenya como dase para la definicién de la fase Bagua. Eh este infome presentanos sélo los materiales de esa fase. Restos de origen animal (Nuestra: 208 iuesos, 36 conchas) Entre los restos identificados de Alenya,” cormesponden a la fase Bega: Inesos de venado (Odoeotleus penuvianus), canélido, laguzto, caracol (Strophocheileus popelairianus), (Rana pipiens), y cangrejo de rfo. Objotos 1fticos (Muestrar 9) Casino henos encontrado objetos mamufacturades en piedras Recuperanos a6lo pulidores, hechos a base de cantos rodados de rfo, cuyo tamafio varfa entze 25 y 45 mm. Pueden ser de forma redondeada, alargada ovoide, o alargada de cara plana pulida. Houmas de la cenfntoa Vasijas ablertas (Muestra: 457 tiestos) donque estas vasijas fueron fabricedas con los rasgos que pre senta 1a cerémica ordinaria, son perticulamente frecuentes en la cert mica fina decorada con ineiaiones cortantes, con incisiones y pinture polferoma, incisiones superficiales, y con pintura polferoma. Por lo general, las paredes de las vasijas abiertas se adelgazan hacia la base. Predominan cuatro formas de vasijas ablertas. A. Platos de lados casi verticales o ligeramente constreiiidos hacta la boca, labio aplanado o redondo (figs. 6-11). Didm. boca, 14-20 comes espesor de paredes, «5%75 ome B. Platos de lados encorvadéos hacia adentro cerca de la bocae Pueden ser poco profundos con labio adelgazado, redondo, o planos base aplanaia o redondeada (figs. 12-18) Didm. boca, 10-20 ems espesor de paxedes, .55-.79 ome C. Platos de lados divergentes, borde directo, labio plano o 112 zedondo, base aplanada (figs. 19-25). Didn boca 20-26 ome} espesor paredes, «65-677 ome Ds Platos de lados my divergentes, torte expandido, labio plano o redondo, base aplensda (figs. 26-30). Did, boca, 20-26 ome espezor paredes, «55-75 cme Yasijas cerraday (Yuestra: 163 tiestos) Se manufacturaron en cerfmica llana ordinaria, o fina decorada en Ia modalidad de incisiones finas en reas pintadas. Entre las vasi~ jas cerradas estas dos variantes de cuello expandido son las formas predominantes. E. Ollas de cuello corto (4.7 cme), cuyos lados se encorvan ligera~ mente hacia afuera en el sector superior del borde. Didmetro del cuello es mayor que el de la boca (figs. 31-36)« OLlas de ouello més alto (5-8 om), lados expandidos desde 1a parte media del borde (figs. 57-43)« las vasijas tienen 10-15 om, de didmetro en la boca, labio aplanads con ligezo reborie o redondeado, paredes de grosor unifor me de .55-.66 cms, cuerpo esférico, base redondeada, Son de cerfmica rojiza con superficie alisada o de pulido tosco e interior restregado. Eh menor minero aparecen las siguientes formaa: FP. Vasija de cuello pequefio con bore corto y expandido y engro- sado en la parte superior, volteado hacia afuera. Pertenece a vasijas de cuerpo semiesférico, cuello incipiente, boca ancha, Jabio adelgazado o redondeado, y baso redonda (figs. 44-52). Didm. boca, 9-20 ome ‘Se encuentra en cerdmica ordinaria y en la fina decorada con ineisiones finas en &reas pintadas. El interfor lleva restregado horizontal. Nuestra: 12 tiestos. las formas G y H son atin m&s escasas. Presentan entre .65 y +73 ons de espesor en el sector del cuerpo, ¥ .82-1.2 cm, en la seccién del porte. Gs Ollae sin cuello, borde exgrosado on la parte superior, labio plano (figs. 53-55). Didm. boca, 6-10 om, H. Olla de borde ligeramente levantado o de cuello inciptente, labio redondeado (figs. 56-57). Didm. boca, 8 ome I. Bortes de golletes pertenecientes a cfntaros de asa estribo, Se observa dos variaciones. (1) Borde combado que se adelgaza hacia 1a boca donde ge expande (fig. 142), (2) Borde combado, reforzado en la boca donde presenta reborde (figs 143). Didm. boca, 345-405 cmes espesor de pareden, «49.59 cm. Se encuentra en la cerémica pulida. Un ejemplar (fig. 144), vecuperado en excavaciones que realizamos en la localidad vecina de 113; Bagua Grande, miestra una asa estribo baja y ancha (4.1 cm. en la vase), decorada oon pinture polferoma sin incisiones. El disefio (#ig.’144a), pintado sobre el asa estzibo en blanco y x0jo, se relaciona a motivos florales representados en el estilo de otros complejos formativos. Labios En Bagua se aprecda un ligero predominio del lebio plano sobre el redondeadc 0 adelgazado. Hl labio plano a menudo presenta un canal pronuneiado en el centro. ih las vasijas abiertes decoradas el labio puede estar pintado o inciso, presentando rayas verticales espaciadas. Bases Pueden ser planas o redondas. Hay un solo ejemplar de base anular procedente de Alenya, capa II del corte A. Mene 1-32.7 om. de alto por 9.5 em. de didmetro. Cerdmica ondinaria (Muestra: 2,264 tlestos) Pasta La pasta es medtanamente arenosa. Hn un microscopio binocular fueron identificades partfculas pequefias de cuarzo y caleita y algunas de biotita y plagioclasa. Regular cantidad de mica se trasluce en la superficie, El anglisis por la técnica X-ray dispersive en el gcanning electron mleroscope permitié reconocer la distribucién de los elementos Individualest mayor cantidad de sflice, regular cantidad de alimina, seguida en orden decreciente por calcio, flerro, y potasio. Los diagra~ mas 1 y 2 del Apéndice corresponden a la pasta de dos fragnentos, uno de cerémica ordinaria y otro de cerémica con incisiones y pintura polferomas 1a composicién y distribucién de los elementos es similar en ambos, extura Distribucién unifomme del desgrasante, pasta fina, bien mezcladas Color No es regular, varfa de marrén a rojo ladrillo, rera vez gris. Soceién De regular a buena oxidacién. Algunos tiestos muestran franjas grises en el centro de la pasta. Dureza, Tm la escala de Mohs, 3-5 a 4. Su fe Color @Mpico rojo claro a marrén, menos comm gris que con nfs fre- cuencia se observa en la superficie interna. Algunos presentan manchas 114 oscuras en una o en ambas guperficies por mal contzel de 1a coccién. Tratamiento De pulido mate a pulido esmerado, el interior de las vasijas cerradas lleva restregado horizontal fino. Forma Ocurzen la forma Ey A-D. La base puede ser plana o redondeada. Otros zasKos Unos tiestos de la forma E presentan decoracién, mediante pur zado con instrumentos de punta roma atcha, alrededor de 1a base del cuello. Gerémica fina Presenta caracter{sticas de mamfactura, pasta, y formas simi lares e Ie cerdmica ordinaria, diferencidndose de Esta en el tratimiento de la superficie y en la técnica y motivos decorativos utilizados. Se eprecian Jas siguientes modalidedes decorativas, Inciso coxtante (Nuestra: 312 tlestos; figs. 58-92) ‘Tratamiento superficial No se halla un patnén regular. Le superficie extema presenta, con ms frecuencia, un pulimento mates en otras piezas el pulido es ele- borado; o las piezas llevan 4reas pulidas que alternan con otras sin puliz. as vastjas ablertas pueden tener en anbas superficies una capa gruesa de engobe rojo, aunque mds generalizado es un ligero bafio de fa¢ color que, pot efecto Jel yulido, mati una supezficie de colox matizado marrén-rojiza. También se encuentra piezas sélo pulidas, sin engobe. Foma Predominan las formas A-D, Una menor cantidad corresponde a vasijas cerradas cuyas formas no han podido ser identificadas. Decoractén Log disefios fueron realizados mediante incisién sobre la super ffele externa, debajo del labio, siempre delimitado por wna 1{nea o danda incisa. La incisién es cortante, hecho antes de pulir, con cama en Uo en Y, presionada hacia un lado, ejecutada con instrumento de punta roma. Las terminactones de las 1fneas son redondeadas o triangulares. Jn un fragnento la incisién finaliza en una drea excisa triangular de 7 por 1.5 mu, Niel didmetzo ni la profundidad de la incisién es uniformes varfanenun mismo tiesto. Las medidas m4s frecuentes se presentan entre 1,2-2.6 ma. de ancho por 1.1-1.6 mn. de profundidad. 115 Un rasgo decorativo, presente en pocos fragnentos, se compone del contraste entre dreas pulidas frente a otras sin pulir que estén cublertas con sayas inas (hatoning) © puntos redondos (figs. 58-59)« Otro rasgo que se observa en unos tiestos es la aplicacién de pintura roja, post-coccién, dentro de las incisiones o en dreas de la superficie delinitadas por incisiones. Los labios de algunos bonies llevan rayas incisas verticales y espactadas 0 rayas verticales pintadas de color blanco (fig. 60). La vase o superficie interna no fué decoreda. Ios motivos son a base de figuras geonétricas: 1. Bandas escalonadas entre 1{neas horizontales simples 0 paralelas (figs. 61-64). 2. Bandas diagonales con semic{reulos o ganchos, en direccién opuesta entre sf (figs. 65-70). 3. Areas triangulares, rectangulares, trapezoidales, etc., a dase de la combinacién de bandas rectas, verticales o diagonales (figs. 71-82). 4. Puntos almendrados 0 rayas, que cubren 4reas de otros disefios ineisos. Pueden ser superficiales (9.2 mm. de largo por 1 mm. de profundidad), Ligeramente punzantes (3.35 mm. por -%1-5 mm con un mimo de 10,5-12.8 mm. por 1.1=1.6 mn.) (fig. 83), 0 punzantes sobre un 4rea sin pulir, delimitada por incisién en contraste con la superficie restante, pulida (fig. 84). 5. Puntos redondos, pequefios (035 ma} cubriendo dreas de disefio denarcadas por incisiones (fig. 59 6. Areas delimitadas por incisiones y cubiertas de lfneas incises Giagonales, cruzadas, a modo de rejilla, o de 1{neas diagonales finas (fig. 58). 7. Banda horizontal cuyo lado inferior tiene adosados tridngulos con el vértice hacia abajo. Hl interior de éstos, en unos tiestos, se ha cubierto con 1f{neas incisas diagonales. 8. Volutas, bastones, ganchos, simples o enlazados (figs. 85-88). Inciso policromado (Muestrat 283 tiestoss figs. 93-115) Tratamiento superficial Ia superficie extema lleva una capa de engube que puede ser de color ocre amarillo, ocre rojo, o rojo oscuro.4 En la mayorfa de las piezas el engobe es grueso. En los fragnentos que llevan una capa delgada, la superficie muestra una tonalidad matizada. Adends de la aplicacién del engobe, la superficie fué pintada y pulida. La superfi- cle interna tanbign fué pulida y lleva engobe, y algunas veces toda la pared esté cubierta con pintura roja o blanca hasta pocos cent{netros del fondo, mostrando contraste de colorido entre las paredes intemas y el fondo, éste dejado con el color de la pasta. Zou Predominan las formas A-D y en menor cantidad la Ee 116 lecoracién Se decors la superficie extema, excepto la base, mediante la ejecucién de disefios incisos y la aplicacién de pintura pre-coccién. Primero se trazaron los disefios con incisiones pre-pulidas 0 pulidas, de cana en Uo en V, superficiales o profundas (.6-1.9 mn.), anchas 0 angoa tas (.6-1.8 mm.), y de trazo uniforme o irregular. Estas variaciones pueden ser observadas aun dentro de una misma pieza- Algunas veces la teminacién de las incisiones es de forma triangular. Posterfomente se aplicé una capa de engobe, y sobre Seta se afiadié pigmento negro y blanco en las dreas @iagramadas por las incisic~ nes, siempre alternando los colores, incluido el ocre amarillo o rojo del engobe.5 Asf, las incisiones separan dreas de diseiio pintadas de color alterno negro, blanco, u ocre Tojo o amarillo. El labio puede llevar e1 mismo color del engobe, aunque con nayor frecuencia esté pintado de negro, rara ves de blanco. Los disefios ooupan la superficie externa, innediatamente deba~ jo del labio, que se encuentra delimitado por una 0 dog ifneas incisas. Son frecuentes las bandas dlagonales con semicfroulos o gan- chos (figs. 93-99, 105-106, 109), y las bandas escalonadas, que pueden Mevar rayas incisas o estén agociadas a otros disefios (figs. 100-104, 106-108). Adends se trazaron yolutas 0 bastones, simples o entrelazadoe (rigs. 110-112), bandas rectas con puntos almendrados (4-5 mm. por «6-1 mm.), y bandas rectas paralelas, horizontales, diagonales, o verticales. Diffeil de identificar, por lo fragmentado del material, son dos motivos que parecen figurativos y recuerdan representaoiones felfni— cas, comunes 4 varios estilos del Fermativo andino: 1. Ojo rectangular de pupila excéntrica, enmarcado a modo de ceja por una banda que se encorva hacia un extremo (fig. 113); 2+ Colmillo (fig. 114). la fig. 115 también posiblemente pertenezea a este grupo. Ingigo superficfal (Nuestra: 295 tiestos; figs. 116-124) Tratamiento superficial, Superficie bien pulida. Puede llevar engobe rojo, en particu- lar en el interior de las vasijas abiertas. Como en las otras modalida- des decorativas de esta fase, se observa contraste en el colorido de las paredes internas y el fondo. Foma Las formas A-D, con predominancia del labio redondoy en menor proporeién la forma Ey Decoracién Los disefiog Meron ejecutados mediante inoisiones delgadas de cana pulida, trazo més o menos regular, profundidad de mediana a super ficiel y my variable aun dentro de un'misuo tiesto. El labio puede llevar rayas verticales incisas, espaciadas. 117 Los motivos se concentran en el drea extema dedajo del labio, que sienpre estd delinitado por ua Linea incisa, hasta 162 em. antes de 1a base. Los disefios son similares a los que se ejecutaron en las otras modalidades decorativas. Se agregan unas dreas incieas rectangulares con une raya en el centro (figs 124)« Inciyo fino (Muestra: 218 tiestoss figs. 125-141) Dratamionto superficial Se utilicé téenicas diversas en una misma Vanija. La superfi- cle externa, 2a base, y el labio fueron pintados y bien pulidos, mien ras que el’ cuerpo sélo fué pintado y alisado o lleva un pulimento opacos Bl interior de las vasijes abiertas leva engobe xojo, © ante en algunas, y pintura zoja en otras, hasta pocos centimetres antes del fondo, ofre~ eiendo contraste de color entre éete y las paredess adends eaté bien pulido. in el interior de las vasijas cerradas 20 utilizé 1a téonica de alisaio o restregado horizontal y, menos comin, pulido estriado, espe- Cialnente en el dzea del cuello, a exceyeién del labio que fus pintado de rojo, por lo general, en una banda de 7-14 mm. de ancho. Forma Predominan las vasijas de 1a forma E con labio plano o redondo, con tendencia a remarcarse en el exterior. Decoracién Se caractertza por ol contraste decorative dado a cada pieza, ya soa en el tratamiento de le superficie (dreas alicadas © de puriso Opaco frente g otras bien pulidas), en el colot (rojo, negro, blanco por Pinture, alends del color fe 1a arcilla), y en la teenica de xeprosente~ Ein de’ loo diseloe (mediante incisign y con pintura). $1 prosedimiento fud of siguiente. Cuando la aivilla ce oncontrsba ain hinela se trace~ ron Gisefios incisoss las ineas son angostas, superficiales, o cortantes, de perfiles sinuosos. Para su marufactura emplearon una cafa o instrumento punzante. Presentan 0.4-1.4 mm. de ancho. Los disefios incisos fueron concentrados en la parte media superior de la superficie extema, drea que osté aligada o tiene un pulimento opaco. Fosteriormente, esa Area incisa fué pintada de color blanco, en mareado contraste con el labio. Este lleva una banda que puede ser de color ocre amarillo, ocre rojo, 0 rojo oscuro (figs 125+ 429, 135)3 0 dos bandas, ima a contimaciin’de la otra (fie. 152), en wma'de las variedaies de rojo y negro, en una extensiém de 1-10-1075 om. Esta dreq del labio mostra buen pulinento. El sector inferior de la vasija, desde poco antes de la curvatum de Ia base tanbién fué pintado Ge rojo y est& pulide. i conjunto, se aprecia una drea intermedia inois2, Pintada de blanco, alisada o de pulido mate, entre dos dreas pintadas Ge rojo, 0 rojo y negro, bien palidas. Tn las vasijas cerradas, se concentra la decoracién en el cuello, entre el labio y la parte superior del cuerpoy en las vasijas 118 abiertas en una drea central de la superficie extema, entre la banda trazada debajo del labio y la que delimita la base. También se observa, en la superficie interna de las vasijas abiertas, contraste de color entre rojo o ante y el color natural de la arcilla. i algunos casos, la pintura roja es reemplazada por blanca. Aunque poco frecuente, se encuentra la representacién de rayas o cfroulos blancos sobre el labio, pintado previanente de negro. Los motivos son_a base de figuras geométricas. Se repite con cierta frecuencia un disefio compuesto de haces de M{neas verticales pare~ lelas entre dos bastones enlazados o simples (figs. 125-131), que adends pueden estar asociados a hileras de unadas dispuestas en el sector infe~ rior del labio. También se presentan bandas escalonadas, bandas cubier tas con rayas incisas (5 por 9 mn.) (fig. 133), 1{neas cruzadas (fig. 134), y L{neas curvas formando disefios no identificados (figs. 135-139). Vartantes Existe un fragmento pintado de blanco con incisiones profundas yanchas. lleva disewos geométricos, con areas cublertas de puntos almendrados de 5.9-6.9 mn. por 1.92.1 mm. (fig. 140). Hay un fragmento del borde de una vasija de la forma ¥, de cuello pequefio, engrosado. ia superficie externa superior del borde presenta una banda pintada de rojo (1.68 cm.). Una hilera de puntos almendrados incisos (de unos 6.3 por 2.5 mm.) circunda el cuello. Deba- jo de la banda pintada, lleva disefios angulares con otros romboidales coneéntricos (fig. 141+ Pintado polferone (Nuestra: 195 tiestoss figs. 142-160) Pasta, tratamiento superficial, y formes como en la cerémica decorada con ingisiones y pintuze polferoma. Pero se agrega unos fragmentos de bordes de la forma I (figs. 142-144). Decoracién Se trazaron los diseifos solamente sobre 1a superficie externa, engobade de color ocre rojo u ocre amarillo, utilizando pintura negra y Dlanca. Se puede observar con cierta frecuencia la aplicacién de sélo pigmento negro sobre rojo. La ejecueién de los disefios no es unifome sino, por el contrario, parece hecha en forma descuidada. Los motivos son geonétricos, similares a los que se trazaron en las otras modalidades decorativas. El sector del labio merecié especial cuidado. Esté pintado de negro 0 blanco hasta una banda de 3-10 mm. de ancho en la superficie ex tema prolongéndose en algunas piezas hasta el interior. Dos fragmentos presentan una sucesién de Ues entrelasadas, pintadas de color negro, cuberte, luego, el Srea interna de 1a U con pintura blanca (figs. 146- 147) 19 Cerémica pulida (Muestra: 2,423 tiestoss figs. 161~162) Tzatamiento superficial Bn las vasijas abiertas la superficie leva un buen pulido, algunas veces pulido estriado en el interior. Muchas piezas llevan engobe 70jo, que varfa de una capa gmesa a una delgadae Bh este caso, por el pulimento, la supexficie adquiriS wn color matizado, mezcla del color rojo del engobe y el de la arcilla, incluidas las manchas grises ae coccién. Homa Predominan las formas A-D, en menor cantidad la forma Bs Raros fragnentos, muy pequefios para determinar a qué forma de vasija corresponden, pertenecen a golletes de céntaros con 4 om. de didmetro en la boca, borde expandido, y labio plano. Decoracién Pocos tiestos tienen en el labio rayas verticales, incisas o pintadas de blanco (figs. 161-162). Miscelénea Bscasos tlestos presentan las siguientes téonicas decorativa 1. Rayas excisas (fig. 163)- 2. Disefios parecidos a uliadas (fig. 164). 3. Acanalada simple, formando secciones rectangulares verticales, paralelas, alternadas. Canales de 2-3 mm. de ancho por 10 mn. de largo. 4. Acanalada modelada. Secciones rectangulares verticales, para— elas en relieve, rebajadas en direccién al canal ancho que las separa. En conjunto se presenta como una banda de 1.85 om. de aidnetro (figs. 165-166). 5+ Pellizeado (fig. 167). 6. Botones aplicados e incisos (fig. 168). 7. Punzado (fig. 169). 8. Aplicacién de una tira delgada (5.5~5.6 mm.) de arcilla que Leva sobre ella punteado redondo 0 romboidal, o depresiones a modo de muescas (fig. 170). Obietos discoidales de cerdmica (Muestra: 143 figs. 172-175) Son fragnentos de arcilla trabajados en los bores para darles forma redondeada o rectangular. Fueron hechos a base de cerdmica lana © decorada, en las diversas modalidades. Tienen un espesor promedio de 4-5-6 m., y en un ejemplar hasta 10 mm. 120 Condiciones Geogréficas para el Poblamiento Humano Para obtener una mejor comprensién del ambiente en que se Gesarrollaron las poblaciones asentadas en Bagua, henos hecho acopio de informacién etmogréfica y etnohistérica. Patmones de gultive an Bama Chica Antes de ser incorporado un terreno al cultivo, se roza la vegetacién del denoninado "nonte puro", constituida por plantas espino- sase Posteriormente, el terreno dejado en descanso se va cubriendo en fora natural con arbustos, vegetacién denominada "éanagual. Los pobladores se dedican al cultivo de ee), de clima tropical-semitropical tales como yuea (i t esculenta), mafz (Zea Rays), camote (Ipomoea batatas), café (Coffea sp.), cacao (Theobroma Gacao), calla de aztcar (Saccharin officinarum), manf (Arachis a), Plgtano (Musa epp.), variedad de oYtricos (Citrus spp-), papaya (ani ), ‘algoaén (Goesypiue sp.), frijol (Phaseolus wigaris), calabaza Tiggmnatte sp-), y aepello (Cugurbita sp.)s Dejando aparte el arroz (Oriza sativa), cultivo especializado que se esté efectuando de modo intensivo en los W1timss afios, el sistena agrfcola tradicional de la zona es "asociado". Hemos observado que en Bagua Chica siembran juntos, en una pequefia extensién ("chacra"), plan tas como mafz, frijol, yuce, papaya, canote, ete. (fig. 4). La alter, rancia de los cultivos s horizontal y vertical, mediante la separacién de cada uno de 1-4 m. La combinacién de ellos es variada. Hay terrenos con cultivos asociados de cacao, yuca, pldteno, mafz, y frijol; de yuca, Plétano, papaya, y calla de azfoar; o de mafz, frijol, camote, yuca, papays,'y Lima, ‘como puede apreciarse en la fig. 4 que representa un terreno de 23.4 n. de largo. Analizando la representacién se observan las siguientes patronest 1. La repeticién de cinco, Cinco son lay hileres o survos de mafz, cinco las de mafz-frijol, cinco las de mafmyuca. 2. El canote es ol cultivo mks generalizado que separa Aileras de sienbra diferentes. 3+ las siembras bésicas parece que son de mafz-frijol y mafzyuca. Se produjeron variadas conbinaciones para evitar el encuentro de elas, 4+ Tos surcos de mafz separan grupos o conjuntos de surcos. Cada conjunto tiene 4, 5, ¥ 3 surcoa que hemos designado con les letras xf en la fig. 5, 5 los conjuntos de sureos se coresponden por pares. Los grupos by d son de 5 surcos y repiten la misua combinacidn sucesiva de siombra. ios grupos cy e, con 3 surcos en similar disposi~ cign, representan los dos tipos bésicos de sienbra combinadat mafe-frijol y mafz-yuca, Los grupos a y f, con 4 sursos, estén ubicados al comienzo y al final del termens y exhiben le conbinacién invertida. 424 Esta técnica de sieaba mixta es similar a la que se desoribe para el sector de ‘terra firme" en la selva amazSnica. 1 hombre ha adaptado su cultive agricola a las condiciones geogriéficas del medio. Le mezcla de cultivos con diferentes requerimientos mutricio- nales . . + disminuye la competencia por algin elemento determinado y permite la utilizecién ndxima de la gana de nutrientes disponibles. La ausencia de grandes cultivos uni~ formes ayuda a protegerlos de pérdidas debidas a las plagas, que se propagan con menos facilidad, cuando los individues de wea, Riana empeote estén aislados y dispersos. (Meggers, 1976, pe 38 Este procedimiento de sienbra mixta de Bagua también est ennarcado den— tro de la estructura cultural andinas el esquena de distribucién refleja patrones que se encuentran actualmente en diversas manifestaciones cultu rales inéfgenas, tales como cuentos, leyendas, ritos ceremoniales. Con 1a ascciacién de tipos diferentes de plantas se da la siew bra de tanafio altemado. Cuando estén creciendo, por ejempls, plantas de mafz en unos surcos, zecién se sienbra mafz en otros surcos, de modo que al cosechar los prineros ya estén creciendo los segundos. iste pro cediniento, tanbién practicado con la yuca, asegura la proviaién pema~ nente de 10s productos alimenticios principales en una econonfa basicanente autosuficiente. Similar procedimiento es desorito para un sitio de esta drea en el siglo XVII. Hn Cusipampa (Loja, Houador), "casi en todo el allo se siembra y coge ex 1 trigo y mafz, uno en in mismo tiempo estf en berza oto se siega, en otras partes eran para sonbrax" (Lirdraga, 1ib. 1, cap. LVIy 1346, p+ 103)e Zonas de gultivo Apante de las caractéristicas del senbrfo ascciado, se encuers tra diferencias con sitios de zonas vecinas, en razén principalmente de la altura, la que configura zonas ecolégicas definigas. In el sector inferior, en la parte baja de los valles o quebradas, se sienbra plantas de elima tropical cono las mencionadas para Bagua Chica. A esta zona se ‘le denomina en el drea como "temple", nomindndose "playa" a la inmediata al rfo. ws 0 menos desde los 1,800 mes.n.m. hasta "donde da bien el nafz", se conoce cono "quichua".” All{ se produce mafz, frijol, zapallo, calabaza, racacha (Arzacacia sp.), papa (Solanum tuberosum), y’ yacdn ‘Polymnia sonchifolia, Bh Bagua sélo se hace mencién a las dos zonas de "temple" y “quichua! por ser las nfs cezeanas. Im canbio, aunque existe un pueblo denominado La Jalca en la parte alta del valle del Utcubamba, la "jalca" no se nonbra como zona en Bagva a pesar do ser reconocida en'la ouenca ‘cima det, Ghotano ner enclaa do oo 2,900 g- Hots os una gone Zefa, Gedicada al eultive de tubéroulos como’ ova ‘tuberosg), olluco (Giiuug fubezosus), s papa, asf cone a ia orfa de ganado (aoeas y shady, 19704 1974, Dp» -10)s Ia "quichua" es la zona mejor ubicada para el contacto entre 122 las poblaciones asentadas en las diferentes zonas ecolégicas. A ella confluyen las gentes con productos de abajo y de arriba, y este contacto debe haber contribuido a que en la "quichua” se desarrollaran importantes centros ceremoniales durante el Formativo en esta drea. EL fenfmeno de lag inundaciones en Bava v1 rfo Maraiién, ontre Sellavista y su confluencia con el Chinchipe (véase fig. 1), atraviesa terrencs Llanos, por las denoninadas panpas de Bl Valor y La Papeyas y continéa por un cauce més estrecho y con mayor caida a través de la Cordillera Central, pasando las panpas de Rentema, Yuyo, y° Cangario.& Mn el sector de Bagua se producen inundaciones en amplias extensiones debido al rebalse de los rfos Marefién y Utcubamba. Ellas ocurren del modo siguiente: en poca de avenida, el Chinchipe, que tiene fuerte gradiente en su confluencia, empuja las aguas del Marafién y Utoubanba, rfos que discurren en este sector casi a nivel, sin gradiente y con poca velocidad y fuerza, produciéndose, en consecuencia, los des- donies. Heisten dos tipos de inundacién. Una, identificada como "repunta de puna o montafia", cuyas aguas gon dé color chocolate, canga- das de nateria orgénica, fertiliza las tierras. la otra consists en un desborie de aguas no fertilizantes de color anarillo, con greda, piedra, © arena. Recoginos informacién en 1a localidad que, en ailos de intensas Luvias, al retroceder les aguas del Naraiién y Uteubanba, se formaba una enorme laguna desde el lugar denominado La Papaya hasta la Shupinaz e igualmente en un extenso plano sin gradiente desde el sitio Cerro Paguilla o Chilete hasta 1a quebrada de Mandingas (Bague Grande). EL Uteubamba inundaba parte de Bagua Chica, Huarangopampa, Alenya, y Bagua Grande. Segin nuestros informantes, desbories grandes se han producido durante los meses de febrero, marzo, y abril. Hn documentos de los sig- los XVI y XVII se menciona que los grupos: humanos que vivfan en el drea del Chinchipe, Chirinos, y Maraiién, tenfan establecimientos dispersos, esparcidos "porque faltaban tierras secas . . la mayorfa son anegadizas" (Espinoza Soriano, 1973, p+ 30)« Esta caracterfstica del medio gecgnifico de Bagia es impor tante para comprender la ubicacién de los asentamientos humanos en el pasado y como el honbre, mediante la ocupacién de los lugares elevados, on colinas naturales o mént{culos artificiales, fué adaptdndose a las condiciones del medio desde, por lo menos, 1,500 alos a.C. in el estado de desarrollo inicial de las fuerzas productivas, los terrenos inundab- les favorecerfan la prictica agrfcola y el asentamiento permanente de la poblacién en esta zona. caracterf{sticas del Asentamiento Hunano Durante el Formativo Los sitios que tienen componente de la fase Bagua se encuer— tran en lugares adyacentes a los cursos de aguat a lo largo de 1a queb- rada de Copalifn. El mifmero de sitios identificados sugiere un 123 poblamiento intenso de esta parte de la cuenca durante el Formativo. Los restos arqueolégicos del Formativo gon hallados en los mon tfoulos que destacan en la llanura de Bagua, quizds relacionados a un patrén de tierras elevadas a salvo de las imundaciones que henos mencic~ nados 0 se encuentran sobre las elevaciones naturales, laderas do las estribaciones andinas. Bn todos los casos observados, ellos se kallan en lugares elevados, por encina del nivel del rfo. Bsta ubicacién hacfa posible que le poblacién estuviera cerca a la fuente de agua, en sitios drenadcs, @ salvo de las inundaciones y de los insectos, pero también Gel calor Intenso, sofocante. Los sitios que excavamos, alenya y EL Salado, se encuentran cerca de fuentes de agua, puquiog, o rfose im Alenya’ se abasteven pemsanentenente de un riachuelo, Sénora o Copallfa, que lo utilizan tanbién para regadfo. £1 Salado digpone de un puguial’o manantial, de volumen permanente, y de un canal que trae agua desde la parte alta de la quebrada de La Peoa. El tanaiio de los establecimientos indica poblados pequefios, aldeas, con wna extensién aproximata de 50-150 m. por 100-300 m. Lan evidencias arqueolégicas indican un patrén de asentaniento disperso, com fomado por estableoinientos pequefios (aldeas) gue albergarfan de 5'a 25 unidades donéstioas cuyas viviendas, posiblenente edificadas con material perecedero con yaredes de calla, ome en la actualidad, estaban dispes- tas en la cima de montfeulos o en las laderas de las quebradas. Recursos alimenticios Ia ubicacién de los asentanientos de la fase Regua en tomo de los rfos se debié, ademds de la seguridad del aprovisionamiento de agua, a los recursos alimenticios que ellos ofrecfan. Se basa este plantea- miento en la informacién obtenida por nosotros acerca de la rica fauna que habitaba en los rfos de la Peca y Utcubamba: "solfa haber muchos pescados, y en época de inundacién no sabfamos donde ponerlos". Nos ha sido men¢ionada la existencia de una variedad de peces: gamitana, Yocachico, zingaro, e&balo, tucunare, ealtén, doncella camara, cashca, chojo, plateado, y bagre. ‘Hay crustdceos como cangrejos y canarones; moluseos como caracoless quelonios; saurios como lagertos y cocodrilia~ nos, caimanes, ete. La carne de la mayorfa es my apreciada por los pobladores en’ la actualidad. Igualmente abundante es 1a vide animal en los bosques de Bagua. Los Arboles de algarrobo que se encuentran en ellos, ademds de ser apro- vechables mediante la recolecta de sus fmtos, atraen a los aninales de caza, como venado y sajino, que proporcionan una rica provisién de came. El hallazgo en mestras excavaciones de mesos, en particular pertenc~ cientes a venados (doco: sp.), esté evidenoiando que la cacerfa fué practicada por la poblacién de la fase Basua. En los documentos del siglo XVI que hacen referencia a los grupos del Nehipe o Chinchipe, se nenciona 1a existencia de "una enorme cantidad de venados, los que eran cazados con redes y Jazos" (Bspinoza Soriano, 1973, pe 334 Palomino, 4965, p+ 166).? th los bosques también viven caraccles de tierra, actualmente denominados "linguash", y que si bien ya no los comen, apa~ recen en nuestras exeavaciones. os ancianos recuerdan que "sus mayores 124 log sabfan comer asados 0 cocidos". Segin informacién de los siglos XVI y XVII, los grupos Stnicos de esta drea, como Jos Pacamros del Zanora, tenfan "sus aguas y tierras de caza y recoleccién bien delimitadas" (Espinoza Soriano, 1973, P+ 30)+ Aunque on los rfos de Bagua se orfa una munerosa feuna, ésta no es suficiente para garantizar el asentamiento permanente y el desa~ rrollo de una poblacién, como ocurrté en sitios del litoral marino. La misma limitacién ofrecen los terrenos de caza, agotables después de un tiempo. Pero las acumulaciones de los restos culturales de los sitios reconceides, los cuales, en la mayorfa de los casos, evidencian sucesi~ vas ocupaciones sin mediar niveles estériles de separacién que sugieran abandono del Ingar, ast cono la extensién en que estén distribufdos, son nanifestaciones de wna poblacién sedentaria que habfa consequido alap~ tarse a las condiciones del ambiente geogréfico y estaba obteniendo mi aprovisionaniento permanente de alimentos. sto s6lo pudo ser posible a través de la prdctica agricola y actividades complementarias para cl aprovechamiento de la fauna acudtica y terrestre. Conociendo la periodi~ cidad de las inundaciones, los pobladores podfan aprovechar los terzenos Llanos, que estuvieron cublertos por les aguas on una amplia extensién y por el material orginico, fertilizante acarreado, para el cultivo de plantas de corta maduracién, cin una tecnologia my elaborada. Finalmente, era posible el acceso a recursos de climas més tem plados o frfos. Sm Begua, se recuperaron en las excavaciones huesos de canélidos, los que también han sido eneontrados en zonas nds altas del Utcubamba y en la cuenca del rfo Chotano, donde estuvo asentado el cen tro ceremonial de Pacopampa, con el cual, como veremos, la zona de Bagua estuvo en relacién. Si bien en 1a actualidad no se crfa ningin tipo de canélido en el frea, hay referencias del siglo XVII aceroa de la existen cia en la regién de “rcbafios de ovejas de la tierra” (Vdsquez de Espinoza, 1948, p. 1189)+ Vias de commmicacién (vase fig. 1) La red fluvial ha desempefiado funcién importante como via de comunicacién entre los pueblos asentados en el grea. Basdndose en Palomino (1965, p. 185), Espinoza hace notar que las gentes del Nehipe (Chinchips), une poblacién vecina a la de Bagua, preferfen utilizar las aguas turbulentas y caudalosas del rfo para comnicarse de un lado otro, y que los espafioles quedaron sozprendidos de verlos nadar tres y cuatro leguas sin descanso (Espinoza Soriano, 1973, pe 33)+ Preferfan viajar y realizar sus caminatas no por senderos torzestres, sino empleando canoas y balsas por el curso de los rfos. ..'« fueron wos expertos y extraordinarios nadadozess emazaban los rfos caudalosos conduciendo ms equipajes en una mano 0 sobre sus cabezas. (el mismo, ps 21) Ia natacién era un arte que lo aprendfan tanto hombres como mujeres desde que comenzaban a dar aus primeros pasos. (el misao, p+ 33) 125 Langlois (1939), baséndose en 1a infomacién de algunos cro- nistas, menoiona que toda le provincia de Chachapoyas estaba alineada en el sentido del valle del Merafién y de sus afluentes de la mazgen derecha, y gue estos valles formaban un pasaje que era transitado por las poblae ciones que viniendo del Amazonas se remontaban hacia los Andes; as{ como también por las que venfan del norte, del Houador. La ruta del Amazonas habrfa sido utilizada por 200 indios del Brasil que, siguiendo e2 Marafién, llegaron a Chachapoyas en 1549 (Rowe, 1956, pe 28). La misma ruta esté indicada en la referencia que hace Raimondi (1876-79, tomo III, pp 415-425) a la expedicién del ingeniero Werthenan en 1870, quien, siguiendo el Utoubamba pasé al Marafén y de ali{ al Amazonas. También se menciona que "en 1743 la generalidad de los viajeros que se dirigfan al Anazonas, lo hacfan por una trocha en la selva, entre Bagua Chica y el rfo Muchinguis" (Rojas Ponce, 1969, ps 53). a principios de este siglo, Bagua exportaba ganado vacuno a Iquitos, bajdndolo por el Marafén en balsas (Grénica, 1918). Ia conexién entre pueblos del sur del Ecuador y norte del Peri est indicada en las referencias a viajes que eran realizados de un lado a otro del 4rea. Ia Condamine, en 1743, atravesS ioja, Jaén, y Mainas, descendiendo al Marafién por el Chinchipe en balsa (Raimondi,’ 1876-79, tomo II, pp. 292-295); y Humboldt, en 1802 visité las provincias de Quito y Loja, pasando luego a Huancabamba, Jaén, Mainas, y Cajamarca (Raimondi, 1876-79, tomo III, pp. 16-17). Hemos verificado que estas tutas son utilizadas ain en la actualidad. Ta commicacién de esta cona con la sierra andina al sur es atestiguada por Cieza de Ledn al relatar el viaje que efectué Alonso de Alvarado, encazgado de Pizarro, para la conguista de la provincia de Chachapoyas (Cieza de Leén, 1965, pps 15-164). De Trujillo, Alvarado pasé a Cochabanba y, siguiéndo un camino casi paralelo al rfo Ghotano (la cuenca donde se halla el centro ceremonial de Pacopampa), llegd al Marafién y después a Bagua donde encontrs 8,000 {ndios que defendfan el paso de un gran rfo (Utcubanba) y, finalmente, @ Chachapoyas. Nosotros hemos observado que, en le actualidad, ee prefiere usar esta ruta para el movimiento de personas o dienes entre los pueblos de Cajamarca, Chota, Gutervo, y Bagua-Jaén. Seliendo de Bagua o Jaén, denoran dos dfas, @ lomo de’bestia, para llegar a Pacopampa, on el valle del Chotano. Bm cuanto @ 1a conexién con 1a costa del extremo norte son mencionados dos caminost uno por Ayabaca, siguiendo el curso del rfo Canchis, y el otro por Euancabanba. Saséndose en unas referencias al uso de conchas para adomo que hace Palonino (1965, pps 186-187), Espinoza propone la existencia de un "apreciable tiueque de conchas mari- pas con productos de la tierna de Jaén" (Espinoza Soriano, 1973, ps 148)+ Adem&s, para obtener sal, las poblaciones del 4rea caminaban hasta el pueblo de la sal negra cerca del rfo Marafién, y otras veces a la costa de Piura (el mismo, p. 49)+ Podenos concluir que Bagua ocupa una posicién estratégica, como lugar de contacto, puerto de comunicacién y tréfico de gentes ¥ dienes de: (1) las poblaciones de los valles interandinos del sur del Eouador a través del Chinchipe o Tabaconas, (2) Las tierras bajas, o 126 selva, del Amazonas al este. (3) Ia sierra andina, al sur, Chota, Gutervo. (4) Las que vienen del occidente, pasando Huancabamba y signiendo por Tabaconas, Jaén. Bagua conecta sitios de la costa y sierra andina con los de la selva amazénica. Estas vfas son importan- tes para explicar las relaciones que se observa entre los componentes arqueolégicos del 4rea durante el Formativo. Tradicién e Interaccién Multirregional Durante ¢1 Formativo Im dase al hallazgo de fragnentos relacionados al estilo de Bagua en las fases Pacopampa-Pacopampa y Kotosh-Kotosh, se puede fechar a ese complejo entre 1,500 y 1,200 afios a-C. la relacién de 1a cerdmica del complejo Bagua a complejos de zonas alejadas como Cerro Narrfo y Monjashuaico en la sierra sur del Bouador sugiere la existencia de una tradicién comin langanente establecida en el norte andino (valles inter. andinos del extremo norte del Peri y sur del Ecuador), drea donde ha sido encontrado el mayor mimero de exponentes en un espacio casi con- tinuo.6 Existen, sin embargo, notorias diferencias entre los varios com Plejos arqueolfgicos que han sido descritos hasta la fecha, hecho que sugiere que 1a distribueién de esta tradicién debié produoizse en un tiempo m4s lejano.9 Dentro del drea regional del norte andino (figs 2) es evidente la relacidén de Bagua con log complejos reconocidos de Paita, en los valles de Piura y Onira, en particular con Paita C de la secuencia pro- Puesta por Lanning (1963, pp. 156-162). Este autor sugiere un fechado de 1,500 a.C. para la fase previa, Negritos, y anota fuertes similitudes con cer&mica temprana de la sierra ecuatoriana. Hacia el oriente, en el valle de Huancabamba, ubicato a medio camino entre la costa y el valle del Utoubamba, ha sido identificado otro complejo formativo, Huancabamba, que presenta mayor vinculacién estil{stica a los complejos del Ecuador asf como a Bagua (Rosas y Shady, 1974). Los complejos de Cerro Narrfo y Monjesimaico, de los pocos que han sido investigados en los valles de Cafiar y Cuenca en la sierra sur del Souador (Collier y Murra, 19435 Bennett, 1946), son los que muestran relaciones estillsticas con Paita 6, Huancabanba, y Baguae Se ha obtenido un fechado de 3926 + 60 (1978 + 60 a.C.) pare Cerro Narrfo (Bunleigh, Hewson, y Meeks, 1977, p» 149). Bs interesante que todos estos complejos, que pertenscen a la misma tradicién cultural, se encuentran en una regién donde la comunica~ cién se facilita a través de una importante red fluvial y que tiene un ecosistena similar, al que los grupon humanos se han adaptado de modo Farecido (véase Rosas y Shady, 1974, ps 313 Bennett, 1946, De» 13). Hacia el sur, en el espacio limftrofe inmediato del norte andino, se encuentran algunas plezas que revelan relaciones entre los compléjos del norte andino y los de Pacopampa-Pacopampa, Kunturvasi, y Jequeteyeque (en Cajamarca y la Libertad), que se hallan en una zona intermedia entre dos dreas, 1a norte andina y la central andina, de tradiciones culture- les distintas durante el Formativo. Allf{ se edificaron centros pirami- dales, como Pacopampa y Kunturwasi, commes en el Area central, los cuales no han sido encontrados en el norte andino. Al parecer, en el norte tampoco hubo, a través del tiempo, una organizacién pol{tica estatal compleja. 127 Ja incorporacién de rasgus estil{sticos comunes a complejos de otvas areas, o la presencia de piezas alfarezas relacionadas al estilo de Bagua en complejos de otros lugares (algunos distantes), permite inferir Ia existencia de contactos, interacciones, e intervanbio de bie~ nes a nivel mltirregional entre varios grupos culturales coeténeos durante 1a parte temprana del Fomativo, antes de que se produjere la distribucién de raggos del complejo havin, la que al parecer, tud mayomente en un a6l0 sentido, Tanto en Pacopanpa-Pacopanpa Como en Kotosh-Kotosh aparecen piczas relacionadas a Bagua y, en el caso de Hudnuco, completamente extrafias al estilo Kotosh (Izumi y Terada, 1972, pp. 198-200, pl. 45d 6-8, 12-13, 18). Tanbién hemos identificato una vasija del estilo Bagua én una Colecoin procedente de excavaciones clandestinas en el valle de Jequetepeque.!0 For los datos disponibles al presente, se muede plantear que mientras en la costa ecugtoriana se producfa cerémica de las fases tam afas de Valdivia, en el drea de la sierra sur ecuatoriana y sierra nom oriental peruana’se desarrollaba una tradicién estilfstica diferente, la existencia de fuerte interaccién entre las poblaciones del mundo andino en etapas previas (Burger y Asaro, 1979, pp. 295-320) coadyuvd a gue el quehacer cerémico fuera incorporade comd actividad artesanal, cuando se dieron las condiciones necesariag hacia los 2,000 aflos a«Gs, entre los diversos pueblos andinos del Perf. Ellos expresaron en el varro las modalidades estilfsticas del 4rea en que interactuaban, Amponiendo simult&neamente su particular estilo, y los rasgos que incorporaban en sus relaciones con diversos grupos. Inferencias SociceconSnicas y 1a Fomacién de Centros Cerenoniales Sugerimos que, durante el Formativo en la sierra del norte del Peri, las poblaciones estuvieron organizadas en aldeas agrfcolas disper sas, con una econonfa bdsicamente autosuficiente con su respectiva estructura social y actividades religiosas} ¥ que los centros cerenonia~ les gurgieron en lugares de contacto e interaccién entre las poblaciones, no s6lo pare el interoambio entre comunidades sino para el tréfico comer cig? entre los centros a cargo de una élite de funcién, que realizaba servicios piblicos, vinculados a mecanisnos religiosos. #1 poder de esta élite depend{a de su prestigio y funciones} situacién que podrfa encontrarse en la gestacién de una organizacién estatal pero que carecla todavfa de los rasgos que caracterizan a ésta. Los sitios fomativos de Bagua presentan caracter{sticas de aldeas de distritucién dispersa, tanafio variado, pudiendo albergar entre 5 y 25 unidades familiares cada una, con su respectiva tierra de cultivo y lugar ceremonial. Las viviendas debieron ser de materiales m4s bien endebles pues no han dejado restos reconocibles. Se fabricarfan recin- tos de cafia y ramas entretejidas, como es usual hoy en la regién. La distribucién de los sitios formativos, comparada a la actividad que rea~ Lizaban sus ocupantes en los sigios XVI y XVII y en 1a actualidad, sugiere un tipo de econsnfa basicanente autosuficiente en caida aldea, donde 1a agricultura fué practicada como principal medio de subsisten cia, suplementada por 1a caza en los bosques y la pesca en lon rfos. Sin embargo, un margen de la produccién de bienes era sacado de la aldea 128 para su contacto con el mundo exterior y, al parecer, hasta distancias considerables. La similitud que muestra entre si la cerdmica de todos los sitios, on particular en el enguage de fomas, técnicas, y disefios deco rativos, asf cono en la utilizacién de las misnas clases de pignentos, indica la existencia de comunicacién e interrelacidn entre las cominide- des aldeanas asentadas en el valle. Piesas de cerdmica Bagua encontrado en el centro cerewonial de Pacopampa atestiguan al contacto con poblacio- nes més alejadas, mientras que el hallazgo de fragnentos de valvas de choxo negro indican e1 contacto con lugares distantes como la costa marina. Queda por ser determinada Ja forma de acceso a estos dienes exé- ticog y st ellos expresan algin tipo de tréfico o intereambio a nivel de gldeas oa través de un centro ceremonial, eje de las relaciones en el area. Ios sitios con grandes centros cerenoniales, reconocidos en esta drea_son Kunturvasi y Pacopanpa, los cuales presentan edificaciones monunentales con estructuras piblicas. Mientras que el primero se halla en un valle interandino de las vertientes occidentales, el segundo es' ubicado en la vertiente oriental, préximo a un tributario de la cuenca del Amazonas (fig. 2). Kunturwasi ge halla en un punto estratégico pam la interaccién, intercanbio, o comergio entre las poblaciones de la costa y de Ja Sierras Pacopampa es nds aceeeible a los grupos que habi- tan la sierra y los valles bajos y célidos del oriente. Ambos ocupan posiciones claves para la comunicacién y contacto entre las poblaciones de regiones con diferentes recursos. El intercatibio entre estos dos cen tros pemitirfa el acceso de las commidades del &mbito de influencia del centro de Pacopampa a los recursos de la costa, a través del centro de Kunturvasi, y viceversa, a las del dnbito de fete a los recursos del oriente a través de las relaciones de intercambio de su élite con la de Pacopampa. Dentro de su microrzegién, ambos centros eatda ubicados en una zona ecolégica intermedia, entre el 1fmite superior del."temple" y el inferior de la "jalca", en la denominada "quictwa", donde se produce racacha, na{n, frijol, calebaza, y zapallo. Pero todavfa mis importante, desde ella se facilita la interaccién y e2 acceso a recursos variadost del "temple", frutas, medicinas, y productos tropicaless de la "jalca", tubéreulos, Pastizales, y bosques (fig. 176). Hstos centros se han fom mado en sitios estratégicos para el acceso a recursos diferentes y desde donde la distancia a conas ecoldgices distintas es mds corta, facili- tando la interacoién y tréfico de bienes entre las poblaciones. Ellos habrfan funcionado cono el eje de integracién entre las commidades que residfan en las aldeas dispersas en la microrregién y, reforzaron su prestigio al desenpeliar un rol importante en la importacién de bienes exéticos cono conchas marinas, pignentos, sal, etc., los cuales podrfan haber sido obtenidos a través de vinewlos con’ otros contros cerenoniales (£ige 177)« La importancia de la zona esolégica "quickua" ha sido puesta en relieve en una comunidad ind{gena en 1a cuenca del rfo Pampas: 129 + + 1a zone "Keshwa", [donde queda el pueblo mismo y que da parte de la produccién agrfeola] es un nicho my importante para la agricultura, pero nos parece necesario insinuar gue su importencia ec halla més al nivel ritual... . Es aqui tam ign donde se desarrolla la vida diaria asf como la mayor parte de la vida ritual de la commidad, (Vallée, 1972, pe 1703 véase también Rosas y Shady, 1974, pe 22) Tanto on Bagua cono en Pacopanpa se encuentra sitios forma- tivos disperses, cuya distribucién y ovidencias arqueclégicae sugicren un patrén de aldoa désicanente autosuficientes, que adends tenfan involucradas actividades ceremoniales. Con referencia a este aspecto, vinculado con la organizacién de las sociedades andinas, puede acudirse a la siguiente informacién, que nos transmiten los cronista: cada pueblo tenfa su huaca principal que era como patrén y Jas Lamaban cuncahuacass y cada ayllo y pareialidad adoraban otras huacas yartioulares que se declan ayllo-huacas (Prado, 1918, pe 184). fuera de los adoratorios commes y generales de cada nacidn y provincia habfa en cada pueblo otros muchos menoress ¥ sin estos, cada parcialidad y familia tenfa los suyos particulazes (Cobo, 123. 13, cap. KII3 1956, tomo 92, pe 167). No hay muchacho que en sabiendo hablar, no sepa el nombre de la huaca de su ayllos porque cada parcialidad, o ayllo tiene su muaca principal, y otras menos principales algunas veces, y de elias guclen tomar el noubre los muchachos (irriaga, 1621, pe 12)« Cabe preguntarse si estamos encontrando en el Formativo los primeros indicios de la constitucién del ayllo, base de la organizacién socic~ econémica y polftica andina; gue subyace en las varias formas de organizacién polftica prehispdnica. El hecho de no encontrar en Bagua estructuras monunentales, comparables a los centros cerenoniales eonocidos, nos enfrenta al deba~ tido tena del surgimiento de sociedades complejas y si la presencia de un centro ceremonial implica ya una organizacién estatal. Bas&ndose en sus investigaciones etnohistéricas, Espinoza ha concluido que los grupos étnicos de esta zona, en la que se encuentra Bagua, "No con- stituyeron Estados organizados ni unificados. Fueron auténticas behetrfas . ... la confederacién s5lo fue posible en casos de emem gencia o de peligro." Mds adelante vuelve a insistir "que jamds se Instituyeron en Heinos ni Curacazgos" (Espinoza Soriano, 1973, pps 21, 30). Bs posible, sin embargo, que durante e] Fomativo, las comunidades de Bagua integraron el drea de influencia o prestigio dé un centro cere monial ubieado en otra zona, como se infiere del hallazgo de ese estilo de cerémica en Pacopampa, el oual absorberfa su excedente, a cambio de los productos exSticos que les daba, para eatisfacer la necesidad social que generaba el mismo centro cerenonial. Como puerto a la selva, Bagua debié aportar dienes de esa regidn. 12 130 Si acudimos a Ja analogla etnogrdfica, encontranog, ain on la actualidad, lugares que concentran el interés de la poblacién de toda ung regién, y algunos hasta de regiones distantes, en tomo a la celebra- cign de una festividad religiosa de prestigio mltirregional. Gon la peregrinacién de la gente en fechas tradicionales, se realizan en estos lugares ferias para el tréfico o intercambio de bienes. También rele- cionadas a esta cuestién, y quizds menos aculturadas, son las comunida- des de brajos, que funcionan en determinadas localidades, y que igualmente tienen prestigio mltirregional. A ellas acude gente pom tando bienes que entrega @ cambio de los servicios que requiere del honbze-brujo. Ea el norte del Peri, en Huancabamba, hay una my afamada a le cual llegan gentes desde regiones apartadas, mo sdlo a nivel nacio~ nal. Los varios honbres-brujos que alif residen en establecinientos dispersos, en particular en €1 paraje denominado "Las Huaringas", donde se hallan ios de nds prestigio, reciben gu pago en dinero o bicnes a cambio de los servicios que prodigan en los més variados aspectos de la vidat enfermedades, negocios, relaciones sociales, etc. Un estudio sobre el] funcionamiento de estos centros serfa de interés para la arqueo— logfa en la medida que ellos podrfan estar realizanda actividades que detentaron los centzoa religiosos prehispénicos. Bs interesante tam pién, que entre log Tapajés del Amazonas todos daban un diemo de su cosecha de mafz para los dioses (Meggers, 1976, p. 198). La posicién clave de Pacopampa para el tréfico o intercambio de bienes podria haber sido una de las condiciones, ademds de una base econémica estable y el nivel de poblacién adecuado, para el surgimiento de un centro ceremonial. Las comunidades allf asentadas, beneficiadas socialmente por 1a interaccién y econémicamente por el trifico de bienes, habrfan aumentado su prestigio, concentrando la atencién de las otras commidades. La edificacién y mantenimiento del centro ceremonial, para el culto de la huaca mds prestigiada, estarfa sustentada en el aprovecha- miento de los recurson hunanos y materiales de las commidades, justifi- Gao por la fumeién que el realizaba, la funeién de servis cone centro de las relaciones del mundo, e intemmediario entre el mundo de los uze- nos y el de los seres o fenémenos sobrenaturales, prodigando el equilib- io requerido. Cuando esta funcién de organizador del mundo no pudo ser cumplida (cuando se produjo el caos) estos centros y la élite formada en tomo a ellos no tuvieron razin de sex y dejaron de existiz. 30 de novienbre de 1978 corregiao 20 de octubre de 1979 431 APENDICR Ia composicién de Ia pasta y pignentos que Leva le cerémica decorada con incisiones y pintura polfcroma fué analizaia por el Sr. Vietor Matricardi en un scanning electron microscope de 30 KV, en julio de 1978. Destacamos el interés y colaboracién del Sr. Matricardi y del Sr. David W. Von Hndt, del Smithsonian Institution, Washington, D.C. Ja utilidad de este tipo de andlisis podré apreciarse cuando se disponga del estudio de mestras relacionadas pero procedentes de otros lugares. Se sonetié al andlisis los siguientes especinenes, todos procedentes del sitio de Alenya, estrato III (ver fig. 3)+ Diagrama 1, pasta de un fragmento de cerfmica omiinario. Diegrama 2, pasta de un fragmento de cexfmica oon incisiones y pintura polferoma. Se puede apreciar que le naturaleza y dis- tribucién de los componentes son las mismas, tanto en la ceré~ mica oniinaria como en la decorada con incisiones y pintura polferoma. Diagrama 3, pigmento rojo extrefdo de un fragmento con incisiones y pintura polferona. Diagrama 4, engode xojo extrafao de la superficie interna de cerémica incisa y pintada polfcroma. la distribucién de los elementos es similar a Ia obtenida para la muestra 3. 5+ Diagrana 5, pigmento blanco obtenido de cerénica polferoma sin inoisiones. 6, Diagrama 6, pigmento negro extrafdo de un fragmento con incisiones y pintura polferoma. 132 : Diagrama 1 Pasta Fragnento de cerémica ordinaria Diagrama 2 Pasta 7 Fragmento de cerémica con incisiones y pintura polferoma al Pennine’ K Co Nee Cot Te Dem cost Diagrana 3 Conposicién del pignento rojo cerémica con incisiones y pintura policroma 3 WOR rohan wee seer jegrana 4 Composicién del engobe, superficie interna Cerémica con incisiones y pintura polfcroma 134 * Diagrama 5 Composicién del pigmento blanco . Corémica polferoma sin incisiones , Diagrama 6 Composicién del pignento negro Cer&mica con incisiones y pintura polferoma 135 NoTAS ‘r1 material ilustredo en esta publicacién proviene en su nayorfa del sitio Alenyas cuando no es asf, indicamos su respectiva procedencia. Los sitios de 1a fase Bagua han silo calificados en base a los rasgos que se observa en el naterial cerknico. la coleceién se encuentra en el Museo Nacional de Antropologfa y Arqueclog{a, Lina. eos. pobladores actuales extraen este material para enlucir con el las paredes de sus casas. Fa muestra es muy reducidas en ella destacan los huesos de rena. Ia identificacién fué hecha por el Sr. Takeshi Ueno. 4gemos identificado los colores segiin el diccionario de Maerz y Paul (1930), con los resultados siguientes: ocre rojo, ple 4, 10J3 ocre amarillo, pl. 5, entre 114 y 124s rojo oscuro, pl. 7, GH} negro, pl. 8, Pas blanco, ple 10, 2B. yer el Apéndice, Diagranas +6. Stamentablenente, no fug posible disponer de mapas @ escala ade cvada o de fotos aézeas de esta zona, por considezaciones de estzategia militar. Tan 1a cerémica de estilo Moche hay repetidas escenas que ilustran ta cacerfa de vonados, en bosques de algarrobos, mediante el cercado de estos aninales y Ia utilizacién de zedes. ®Que algunos elementos como los doles de lados derechos, base plana, labio biselado, engode rojo, disefios fel{nicos, que se pensaba ezan exclusivos a la distribucién Chavin, se encuentran en varios complejos no Chavin es una indicacién mds de 1a participacién de los pueblos en una esfera de contactos durante 1a parte tenprana del Formativo. San la cerkmioa de 1a provincia de Ios Rfos, Quito, procedente de excavaciones clandestinas, se puede cbservar la combinacién de téonicas y disetios decoratives relacionados a la tradicién de la que participa Sagua, en formas commnes a Chorrera (Betty J. Meegere, commicacién persoral, 1971), Sato indicarfa diferencias oulturales y/o tenporales entre estos complejos, cuyos componentes estuvieron histéricamente relacionados. Preradecemos al Sr. Walter Alva por mostramos las diapositivas, ‘inicas evidencias que existen sobre una importante coleccién de ceramios procedente de saqueos en el valle de Jequetepeque y cuyo paradero actual 3e desconoce. ‘restos de Mytilus chorus y espejos de antracita han sido hallados en varios sitios de Pacopampa, ademds del centro ceremonial, asociados a cerémica Pacopampa-Pacopampa. ‘Tanto en Pacopampa, Kunturwasi, Jequete peque, Bagua, y Huancabanba se emplearon pignentos de varios colores en 136 la decorecién de la cerémicae Un estudio comparativo acerca de la compos sicién de los pigmentos procedentes de los diferentes sitios, asf como la identificacién de las fuentes en que eran obtenidos estog materiales y otros como cinabrio, antracita, y cristales de roca, podrfa proporcic— nar interesantes datos sobre las relaciones entre diversas poblaciones, y las rutas y direccién de las transacciones. 12m, Pacopanpa, a diferencia de Bagua, la distancia entre zonas ecolégteag con recursos diferentes es cortas Esto habrfa facilitade 1a interaccién entre las comunidades en ellas asentadas, el bienestar econd- nico, ye) desarrollo del centro ceresonial con une élite de fumeién, el cual’ irfe anpliando el dabito de sus zelaciones sooiceconénicas. BIBLIOGRAFIA Arriaga, Pablo Joseph de 1621’ Extirpacién de la idolatrfa del Pirv. Geronymo de Contreras, Lima [edicién facsimilart Buenos Aires, 1910]. Atlas 1970 _ Atlas histérico-geogréfico y de paisajes peruanos. Instituto Nacional de Planificacién, Asesorfa Geogréfica, Lima. Bennett, Wendell Clark 1946" Hxcavations in the Cuenca region, Ecuador. Yale University Publications in Anthropology, No. 35. New Haven. Burger, Richard Lewis, y Asaro, Frank 1979 Andlisis de rasgos significativos en la obsidiana de los Andes contrales. Revista del Museo Nacfonal, tomo XLIII, 1977, pp. 281-325. Lima. Burleigh, Richard; Hewson, Andrews y Meeks, Nigel 1977 | Britigh Museun natural radiocarbon measurements IX. Radiocarbon, vol. 19, no. 2, pp. 145-160. New Haven. Cieza de Leén, Pedro de 1965 Primeros descubrimientos y conquistas de los Chackapoyas por el capitan Alonso de Alvarado [1553]. Relaciones Geogréficas de Indias, —Peri. Biblioteca de Autores Espafioles (continuacién), ‘tomo 185, pp. 158-164. Baiciones Atles, Madrid. Cobo, Bernabé 1956 Obra del Ps Bernabé Cobo de le Compafife de Jess. Biblioteca de Autores Espaficles (continuacién), tomos 91-92. Biiciones Atlas, Madrid. (citas a su Historia del Nuevo Mundo [1553]) Collier, Donald, y Murra, John Victor 1943 Survey and excavations in southern Ecuador. Field Museum of Natural History, Anthropological Series, vol. 35+ Chicago. BT cxénica 1918 Diceionario geogréfico peruano y almanaque. "Ia Crénica", Lina. Espinoza Soriano, Waldenar 1973 Los grupos Stnicos en la cuenca del Chuguimayo, siglos XV y XVI. Bulletin de l'Institut Frangais a'Btudes Andines, Boletin del Instituto Prancés de Estudios Andinos, tome II, no. 3, DD+ 19-79. Lima Inumi, Seiichi, y Terada, Kamo 1972 Andes 4. Excavations at Kotosh, Peru, 1963 and 1966. University of Tokyo Press, Tokyo. Tanning, Hiward Putman 1963 "A ceramic sequence for the Piura and Chira coast, north Peruse University of California Publications in American Archaeology and Ethnology, vol. 46, no. 2, pb. ivi, 135-284. Berkeley and Los Angeles. Langlois, Louis 1939’ Uteubambas investigaciones arqueolégicas en el valle de Yeeubdanba (Departamento de Amazonas, Peru). Traducido del original inédito en francés por José Eugenio Garro, Publicaciones del Museo Nacional, Servicio de Traducciones, No. 3. Lima. Lizarraga, Reginaldo de 1946 Desoripcién de las Indias [1595-1605]. Los Pequefios Grandes Libros de Historia Americana, serie I, tomo MI. Lima. Maerz, Aloys John, y Paul, Morris Rea 1930 A dictionary of color. Primera edicién. McGraw-Hill Book Company, Inc., New York. Meggers, Betty Jane 1976’ Amazonfa: hombre y cultura en w parafso ilusorio. Siglo ontime Biitors 8.4., Mbcicoy (Feinera edicién en inglés, 19116. Palomino, Diego 1965’ Relacién de las provincias que hay en la conguista del. Chuguimayo [1549]. Relaciones Geogréficas de Indias. —Pert. Biblioteca de Autores Espafioles (continuacién), tomo 185, pp. 185-188. Ediciones Atlas, Madrid. Prado, Pablo de 1918 Mis#én de las provincias de los Buachos y Yauyos, Anua del allo de 1613. Revista Histérica, tomo VI, entrega II, pp. 180-197. Lima, 138 Pulgar Vidal, Javier 1946 “Historia y geograffa del Perf, tomo I. Las ocho regiones naturales del Peri. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima. Raimondi, Antonio 1876-79" Historia de la geograffa del Peru. Hl Perf, tomos II y IIl. Imprenta del Estado, Lima. Rojas Ponce, Pedro 1969 La "Huaca" Huayureo, Jaén, Cajamarca. Bolet{n del Seminario de Arqueologfa, 4, ppe 46-55. Pontificia Universidad Catélica del Peri, Instituto Riva-Agiiero. Lima. Rosas, Hemilio, y Shady, Ruth 1970’ Facopampa. Un’ centro forativo on la sierre nor peruana. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Seminario de Historia Rurel Andinas Lima, 1974 Sobre el perfodo formativo en la sierra del extremo norte del Perk. Arqueolégicas 15, pp. 6-35. Lima. Rowe, John Howland 1967 Un memorial del gobierno de los Incas del affo 1551. Revista Peruana de Cultura, nos. 910, Diciembre, 1966, pps 27-39 Lima. Shady, Ruth 1971 Bagua, una secuencia del perfodo formativo en 1a cuenca inferior del Utcubamba, Tesis de Bachiller, Universidad Nacional Mayor de Sen Marcos, Lima. 1973 _ la arqueologfa de la cuenca inferior del Utoubanba. ‘Tesis de Doctorado, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima. Shady, Ruth, y Rosas, Hemilio 1910 Informe puelininar de las explozaciones axqueclégicas en la cuenca del Marafién. Presentado al JXXIX Congreso Intemactonal de Americanistas, Lima, 2-9 de agosto de 1970. Mimeografiado. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima. Tosi, Joseph Andzew, Jr. 1960 ‘Zonas de vida nature] en el Perus memoria explicativa sobre el mapa ecolégico del Perf. Instituto Interamericano de Ciencias Agr{colas de 1a OBA, Zona Andina, Proyecto 39, Programa de Cooperacién Técnica. Bolet{n Técnico no. 5. [Turrialba] Costa Rica. Vallée, Lionel 1972 La ecologfa subjetiva como elemento esencial de la verticalidad. Actas y Monorias del XXIX Congreso Internacional de Anericanistas (Lima, 2-9 de agosto, 1970), vol. 3 (publicado simultaneamente como Revista del Museo Nacional, tomo XXXVII, 1971), pps 167-173+ Instituto de Estudios Peruanos, Lima. Vasquez de Espinoza, Antonio Compendio y descripeién de las indias occidentales (1629]- 1948 Smithsonian Miscellaneous Collections, vol. 108. Pig. Pig. Fig. Fig. Figs Figs Fig. Pig. Pig. Figs Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. Pig. Figs Figs Pig. Figs Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. CLAVE DE LAS ILUSTRACIONES Idminas XIX y XX Washington. 139 las reconstrucciones de las formas, figs. 6, 12, 13, 19, 26, 31, 37, 44, 51, 53, y 56, se han reproducido a una escala 5 veces menor que la de los bordes. ldmina XXI Toda la cerémica de esta ldmina procede del sitio de Alenya. 58. 59. 60. 61 62. 636 64. 65. 66. 61. 63. 69. 70. The Tee Bs 74. Be b. Toaa The B+ 196 80. et. a2. 83. Bae 85 86. ee Corte Corte Corte Corte Corte Corte Corte Corte Corte Corte Corte Corte corte corte Corte Corte Corte Corte Corte Gidm. 20 om. capa III, didn. capa III, didn. capa III. capa III, didn. diam. 22 cm capa IIT, dién. capa III, didm. didn. 14 on. idm. 23 om. didn. 18 ome cape III. capa III, didn. capa III, didm. capa III, didm. capa III. capa III. capa III, dim. a4 19 22. 18 20 24 21 16 19 Lémina XXII one on. cm. cn. on. cn. cn. la cerdmica de esta ldmina procede del sitio de Alenya. Corte Corte Corte Corte Corte Corte Corte Corte Corte Corte Corte to bo Bo bt ws Bb capa III, didn. capa III, didn. capa Tit, didn. capa III, didn. didm. 24 om. capa III. capa III, diém. capa IIT. capa IIl, idm. capa III, ign. 19 21 16 20 20 18 at on. on. ome om. on. on. 140 Pig. 88. Corte B, didm. 17 om. Figs 89, Corte B, capa III, didm. 15 om Fig. 90. Corte B, capa III, didm. 17 om. Figs 91. Corte B, cape III, aidm. 16 om. Fig. 92. Corte B, didm. 21 om. Lémina XXIII Toda le cerémica de esta 1dmina provede del sitio de Alenya. Pig. 93- Corte B, capa III, didm. 19 cm Fig. 94. Corte B, capa III. Fig. 95. Corte 3, capa III, didm. 17 om. Fig. 96. Corte B, capa III, didm 24 om Fig. 97+ Corte B, capa III, diém. 22 om. Fig. 98. Corte B, capa IIT, didm. 20 om. Fig. 99. Corte 3, capa III, didm. 21 on. Fig. 100. Corte A, capa Il, didm. 18 cm. Fig. 101. Corte B, capa III, digm. 22 om. Fig. 102. Corte B, capa III, didm. 20 cm. Fig. 103. Corte B, capa IIT, diém. 18 om. Fig. 104. Corte B, capa III, idm. 19 ome Fig. 105. Corte B, capa III, digm. 21 om. Fig. 106. Corte B, capa III, didm. 19 cm. Fig. 107. Corte B, capa III, didm. 17 om Fig. 108. Corte B, capa TII, didm. 18 om. Lénina Xv Toda la cerémica de esta ldmina procede del sitio de Alenya. Fig, 109. Corte B, capa IIL. Fig. 110. Corte 3, capa IIT. Fig. 111. Corte B, capa IIT, didn. 18 om. Fig. 112. Corte B, capa IIT. Fig. 113. Corte B, capa IZI, didm. 20 om Fig. 114. Gorte B, capa III. Fig. 115. Corte B, capa IIT, diém. 19 om. Fig. 116. Corte B, capa II, didm. 14 om. Fig. 117. Corte 3, capa IIl. Fig. 118 Corte B, capa ITI, didm, 18 om Fig. 119. Corte B, capa III, diém. 19 om Fig, 120. Corte B, capa III, diém. 20 cm. Fig. 121. Corte B, capa III. Fig. 122. Corte B, capa III, aidm. 21 om Fig. 123. Corte B, capa III. Fig. 124. Corte B, capa IIT. L&mina 2y Fig. 125. Alenya, corte B, capa IIL, aigm 14 om Fig. 126. Alenya, corte 5, capa III, didm. 13 om. Fige 127, Alenya, corte B, capa III, didm. 14 om 141 Fig. 128. Alenya, corte B, capa III, didm. 14 cm. Fig. 129. Alenya, corte B, capa III, didm. 12 om. Fig. 130. Alenya, corte B, capa III. Fig. 131. Alenya, corte B, capa IIT. Fig. 152. Alenya, corte 3, capa IIT. Fig. 133. Alenya, corte 3. Pig. 134. Alenya, corte B, capa III. Pig. 135. Alenya, corte B, capa ITI, aiém. 14 om. Fig. 156. Alenya, corte B, capa III, didm. 11 om Fig. 137. Alenya, corte B, capa III. Fig. 138. Alenya, corte A, capa III. Fig. 139. Alenya, corte 3. Fig. 140. Alenya, corte B, capa III, Fig. 141. Alenya, corte B, capa III, didn. 20 om Fig. 142. Gollete de ase estrito, Bagua Grande, corte I, capa IT (60-80 cm.), didm. 4.5 om. Fig. 143. Gollete de asa estribo, Bagua Grande, corte I, capa IT (60-80 em.), did. 3.5 om. Fige 14d. Asa estribo, Bagua Grande, corte I, capa II (60-80 on. didm. de la base del estribo 4.1 ome; fig. 144a, decoracién del asa. Fig. 145. Alfarerfa polfcroma, Bagua Grande, corte I, capa IT (60-80 cms), didm. 18 om. Lémine KXVL oda la cer&mica de esta ldmina procede del sitio de Alenya. Fig. Corte B. Fig. Corte A. Figs Corte A, capa IT. Fig. Gorte A, capa II, didn. 17 cn. Fig. Corte A, capa IIT, didm. 20 om. Pigs Corte A, capa III, aida. 13 om. Figs Corte B, capa II, didm. 23 cm. Pig. Corte B, capa II, didm. 16 on. Fig. Corte B, capa II, didm. 24 on. Figs Corte B, capa II, didn. 15 om, Fig. Corte B, capa II, diém. 20 om. Fig. Corte B, capa III, digm. 16 on. Fig. Corte B, capa III, didm. 16 on. Fig. Corte B, capa III, didn. 19 on. Fig. Corte B, capa IIT, didm. 16 cm, Lémina XXVII Figs. 161-162. Alenya, corte Bs Fig. 163. Alenya, corte B, capa IIT. Fig. 164. Alenya, corte B, capa IIT. Fig. 165. Alenya, corte B, capa IIT. Fig. 166. Alenya, corte 3, capa II. Fig. 167. Alenya, corte 3, capa IT. Fig. 168. Alenya, corte B, capa II. Fig. 169. Alenya, corte 3, capa Il. 142 Fig. 170. Alenya, corte 3, capa II. Fig. 171- Fragnento de areille sin pintura, posiblemente una orejera, Bagua Grande, corte I, capa II (60-80 ease Fig. 172. Objeto de cerfmica con incisiones y pintura roji Figs 173. Objeto de cer&mica con pintura roja. Figs. 174-175. Objetos de cerémica sin decorecién. PONGO MANSERICHE Iémina XVI. Figs 1, ouenca superior del rfo Naraiién en el sector de Hagua. Basado en el "Atlas histérico-geogréfico y de paisajes peruanos" (Atlas, 1970). Lémina XVII. Fig. 2, principales sitios formativos del drea norte andina. ‘wuGRARA FRA som 7] tere cart 7] terme ote ‘Mere narein griefoea ‘Meree anartila ‘Herma sareén Dlanquecing Term ain excarar perereretetrotetetetretrereieiot OORT OOO OTOL OL eee r ot ovesoreen pererpeperepvorereteyorerereret Peo oToeor ore ei esor of eoes ores Poterefereyoreyopoyoieieyoyeor o 06 xe © oeox 0 oxoe oH 7 Ue + uel © emote ieee | ee eorere)lilesoliloxes Lémina XVIII. Fig. 3, djagrema del corte B excavado en Alenyay fig. 4, @iagrama de un terreno de 23.4 m. de largo mostrando la naturaleza "asociada" de la agriculture tradicional de Paguas fig. 5, regvlaridades observadas en la distritucién de las diversas plantas. ws Mla a Lémina XIX. Formas de vasijas abiertas. Figs. 6-11, forma Aj figs. 12-18, forma Bs figs. 19-25, forma 0; figs. 26-30, forma D. Véase la Glave'de las Tlustraciones« asses a2 LOWY 8 6EK 3 I\ 40 .\H a MW 5% a \ we 3° Tdmina XX. Formas de vasijas cerradas. Figs. 31-43, forma Ey figs. 44-52, forma Fs figs. 51-55, forma Gy figs. 56-57, foma H. Véase la Clave de las Ilustraciones. Ldmina XII. Gerdmica con incisiones y pinture polfcrona precoociéns Véase la Clave de las Tlustraciones. J, CZ 1. 123 Lénina XI. Pigs, 109-115, cerfniea decorada con incisiones y pintura polferona precocoiéns figs 113-115 tienen disefios poeiblenente figurativos. Figss 116-124, cerdmica decorada con incisiones superficiales. Véaso la Clave de las Tastraciones. hia LLL Ul S ‘SeuOTOBIZSNTT SeT ep axeTO eT ase~A “SoUOTSTOUT UTS wUOTOZTOd exNGUTd uOO BpETODED FOTUBED *IAXK SeUTUpT 000749 soemnoax B Ose00e To ze}FTToBS ered opTonpord sszaqey BFxpod SaTeTUoMATeO soXyUeO SOT azyUE sordyythu seuoyoetax ep exesse wun ‘])1 *Bpq seprencodoade ugyoonpoxd ep SeopTe Se axzue oFqueozezUy ep afe uo oxtys onb ,wnyoorb, Bucs ST ue TequouarI ous To “9L} “PEE “#OUOTORTISNTT SOT 9D OAeTD BT a5R94 *oTUBLe ep SoTePTOOTp sozelgo “GL i-ZlL +8945 feoyupxe ep opoesaye ‘1/1 “TJ feoupteosyu ugroessoop uoo Boyupz0 ‘Olio, *sP43 fosyour oprog uoo epyTnd wopupreo *Z9L-L9L “SPR “TTAXK CUTUPT

You might also like