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HOMI KHARAS: AYUDA AL DESARROLLO. JOSE ANTONIO DIAZ: ACTITUDES HACIA LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA. CARLOS FERNANDEZ Y ERNESTO GANTMAN: LA ADMINISTRACION DE EMPRESAS EN ARGENTINA Y ESPANA. JOSE FELIX TEZANOS: EL METODO DELPHI Y LA ANTICIPACION DE ESCENARIOS Y TENDENCIAS SOCIOPOLITICAS. ELIAS DIAZ: JOAQUIN RUIZ-GIMENEZ, IN MEMORIAM. NOVIEMBRE 2009 El método Delphi y la anticipaci6n de escenarios y tendencias socio-politicas The Delphi method and the forecast of socio-political scenarios and trends José Félix Tezanos (UNED). fsistema@teleline.es RESUMEN El extraordinario dinamismo de los procesos de cambio social que esta teniendo lugar on las soviedades de nuestro tiempo esté dando especial relieve a los estudios de pros- ‘ectina'y andlisis de tndencas sociales y polices. En este contexto, los estudios Delphi cobran un ts psa ‘interés como herramienta analitica que permite anticipar escenarios de futuro y determinar probabilidades de eventos, a partir de las prevsiones realizadas ‘or experios cualficados en la materia. En este texto se explica la ligia analitica de los eetudios Delphi y se detallan los procesos metodol6gicos que permiten levarlos a cabo Se manera adecuada, explicando sus origenes y principales antecedentes y valorando su ‘plicabilidad en la previsiOn de escenarios y tendencias socio-politcas. Palabras clave: prospectva, tendencias sociales, cambios sociales, escenarios de futuro. ABSTRACT Prospective studies and analysis of social and politcal trends are becoming increasingly important due to the extraordinary dynamism of the social change processes that are taking place in the societies of our time. In this context, Delphi studies take om special ‘ators as an analytic tool which, based on the foresights made by qualified expert in the subjech, allows us to anticipate future scenarios and estimate the probabilities of the events, This article shall explain the analytical logic of Delphi studies, the methodolo- ical processes that enable us to prosecute them in an adequate way, and its origins and srincipal antecedents it sball also assess its applicability in the forecast of socto-plii cal scenarios and trends. words: prospective studies, social trends, social changes, future scenarios. zs La mayor parte de los ciudadanos de las sociedades de nuestros dias apenas tie- nen nociones precisas en torno a la naturaleza y las posibilidades que ofrece el méto- do Delphi y otras técnicas de prospeccién que suelen ser utilizadas para la anticipa- Gin de escenarios de futuro y para la identificacién de tendencias socio-politicas. Pero lo cierto es que, més all de algunas oscuridades y complejidades, tales méto- dos suelen set empleados con frecuencia por aquellos que tienen que hacer planifi- caciones estratégicas rigurosas, tanto en el plano de la vida politica y social como en las esferas econémicas y tecnol6gicas. En la medida en que ningin futuro es totalmente impredecible y que la infor- macién y el andlisis siempre ayudan a optimizar las oportunidades de actuacién, las organizaciones mAs serias suelen recurrir a informaciones de esta naturaleza cuando se disponen a hacer apuestas de alguna entidad 0 cuando emprenden iniciativas que requicren cierto grado de ponderacién de las posibilidades de éxito. O lo que es lo STEMA . 213/2009 JOSE FELIX TEZANOS mismo, los andlisis prospectivos se imponen cuando se hace necesario reducir las inseguridades de actuaciones futuras. Tales maneras de enfocar los andlisis y de intentar reducir, de alguna manera y en algin grado, las incertidumbres que conllevan determinadas iniciativas 0 dilemas decisorios son practicamente tan antiguas como la misma historia de la humanidad de la que se conservan testimonios escritos. La cuestién no estriba solamente en la conveniencia de intentar aminorar las angustias que suscitan las situaciones nuevas, sino de utilizar la oportunidad de trazar campos concretos de posibilidades y esce- natios plausibles, a partir de los que se puedan tomar decisiones més reflexivas y adecuadas. Los antiguos intentaban descubrir en la naturaleza algunos indicios que les pudieran permitir operar con mayor grado de certeza y sentido de la oportuni- dad. Y para ello se fijaban en fenémenos atmosféricos —muy importantes en aque- las épocas— o en el vuelo de las aves y el comportamiento de algunos animales; lo cual también se conecta con los ciclos vitales, los tiempos y las condiciones climato- logicas, que tanta influencia han tenido en la fortaleza econdmica y en la misma esta- bilidad de las sociedades agrarias. Es decir, los antiguos no estaban tan descamina- dos cuando intentaban encontrar en la naturaleza determinados indicios que les permitieran anticipar las oportunidades de eventuales expediciones militares 0 ini- ciativas politicas 0 person: 1. LA LOGICA ANTICIPATORIA Algunos restos arqueolégicos y fuentes escritas nos permiten conocer con cierto detalle los recursos que fueron utilizados en diversas civilizaciones antiguas (los chi- nos, los etruscos, los griegos, los romanos, etc.) para dat respuesta a esa necesidad subyacente y permanente de conocer y evaluar el futuro. Ciertas técnicas adivinato- rias del pasado suscitan hilaridad cuando son valoradas desde la perspectiva actual del conocimiento, pero no deberiamos subvalorar desde el presente el papel que lle- garon a cumplir y la légica que las inspiraba en relacin a procesos naturales basi- cos y a demandas psicolégicas bien especificas. Légicamente, en las sociedades de nuestro tiempo las funciones previsoras y anti- cipadoras se satisfacen por otras vias y procedimientos, al tiempo que la presencia de tal tipo de demandas tiende a hacetse presente con una fuerza creciente, tanto en el campo econdmico y politico como en el tecnol6gico y el militar, A veces, incluso, las demandas de anticipacién se viven con notable exageracién; por ejemplo, en los procesos electorales, en los que cada vez se publican més sondeos y encuestas con Jos que se intenta adelantar lo que va a pasar en las urnas con varios dias de antela- cién. Determinadas prdcticas anticipatorias legan a ser verdaderamente ridiculas, como es el caso de los sondeos a pie de urna, con los que se pretende avanzar —no siempre con mucho éxito, por cierto—, y sélo por unas pocas horas, los resultados de las elecciones. De esta forma, se ha convertido casi en una ceremonia ritual que, nada més cerra- das las urnas, y antes de que resulte posible efectuar recuento alguno, las cadenas de radio y televisién pugnen por «informar» solemnemente sobre quién ha ganado las clecciones. (Merece la pena realizar tales esfuerzos y efectuar tales gastos para anun- iar dos horas antes quién es el partido vencedor? ¢No se puede esperar solamente dos o tres horas para disponer de un recuento basado en datos reales? ¢Existe deman- e SISTEMA 213/2009 EL METODO DELPHI Y LA ANTICIPACION DE ESCENARIOS ¥ TENDENCIAS da suficiente para este tipo de iniciativas? Seguramente debe existjr tal demanda, en la medida en que son muchos los medios de comunicaci6n y las drganizaciones que incurren en tales dispendios econémicos, sin caer en la cuenta de la perplejidad que se produce, por esa via, en los ciudadanos més ingenuos, que ho acaban de enten- der cémo es posible que se les anuncie con tanta premura y solemnidad una noticia de un escrutinio electoral que atin no ha comenzado siquiera. Realmente tal proce- der resulta bastante exagerado y no hace sino reflejar el peso que continiia teniendo en nuestras sociedades el deseo de anticipar eventos y la capacidad estimuladora que suscitan las dudas e incertidumbres sobre aquello que puede ocurtir en el futuro, aunque sdlo sea un futuro de un par de horas. En asuntos més de fondo, y més situables en el medio plazo, lo cierto es que en las sociedades més avanzadas se estén realizando esfuerzos notables por anticipar ten- dencias y escenarios plausibles de futuro, utilizando métodos bastante més rigurosos y sofisticados. De hecho, tal esfuerzo anticipatorio forma parte de planteamientos mds generales que entroncan con aspiraciones propias de la ciencia moderna en su esfuerzo permanente por conocer més y mejor y pata poder predecir con mayor exac- titud. Hay que tener en cuenta, en este sentido, que lo que valida Ia ciencia social- mente es precisamente su capacidad predictiva. 2. DIFERENTES TIPOS DE ESTUDIOS PROSPECTIVOS campo de las ciencias sociales existen bésicamente tres vias o formas de estudios prospectivos: la via l6gico-deductiva, la via del anilisis de ten- via de los estudios prospectivos como tales. ilisis Légico-deductivos es posible pronosticar o anticipar de alguna inane puede cocurrir en el futuro, y de hecho son muchos los estudiosos que anv desdifpliado teorias interpretativas de indudable alcance practico sobre la diné- imica higtiica. En este terreno, posiblemente las teorias mas conocidas son las de thdg! spre Ja evolucién de la poblacién y los alimentos y las de Marx sobre la crisis ae FApitalismo. Tanto en uno como en otro caso, la influencia practica que han tenido fog pronésticos realizados ha sido muy notable, al menos en la medida en que han Servidb para alentar estrategias politicas y para generar reacciones y respuestas que Kan acabado desviando o neutralizando, al menos por algiin tiempo, el cumpli- miento de las profecias. Es decir, el hecho de que se hayan formulado determinados pronésticos ha permitido poner en marcha un conjunto de contramedidas que han terminado por modificar el curso de unos acontecimientos que, en principio, esta- ban bien formulados y que posiblemente se hubieran terminado por producir si nadie hubiera alertado sobre ellos. Se trata de casos bastante tipicos de lo que en las Cien- cias Sociales se conoce como «la profecia suicida, o que tiende a incumplirse a si misma»! En las sociedades actuales podemos identificar bastantes casos de este tipo de teorias I6gico-deductivas, tanto a nivel concreto y cotidiano como en planos mas gene- rales y articulados. Teotias que a veces se sustentan en diversos datos concretos. Un caso relevante de este segundo tipo puede ser la teoria de «el choque de civilizacio- " Véase, en este sentido, Robert Merton, Teoria y Estructura Social, Fondo de Cultura Econémica, México, 1964 (primera edicién en inglés en 1949 y 1957), pags. 137-139 y 421. Seen ® 213/2009 ‘JOSE FELIX TEZANOS: nes»?, que es posible que también se vea frustrada a tiempo. Otras formulaciones de cierto alcance de este tipo son, por ejemplo, la «teoria sobre el cambio climati- co» o la «teoria del fin de las ideologias» o del «fin del trabajo» (0 de su declive), asi como la teoria sobre la légica del «auge y caida de los grandes imperios», que se cumplié significativamente en la antigua Unién Soviética y que puede cumplirse también en el caso de otras grandes potencias de nuestro tiempo. Lo cual permite comprender que tal tipo de enfoques anticipatorios no tienen, en principio, que ser tomados a priori como «profecias suicidas» o destinadas a quedar siempre incum- plidas. Ademés, est atin por ver si alguna de ellas no acabaré reactivandose a medio plazo, en el caso de que no cambien de manera sustantiva algunos aspectos de las ecuaciones predictivas. Lo que esté ocutriendo con la evolucién de la poblacién y con los problemas de diseminacién de los alimentos, asi como con las crisis recu- rrentes de los modelos econémicos preponderantes, proporciona buenos elementos para la reflexién. La segunda manera de abordar las funciones predictivas es la realizacién de and- lisis de tendencias concretas sobre la base de informaciones estadisticas contrastadas. Esta es, precisamente, la via més utilizada en la Sociologia actual. La manera mas segura de proceder para identificar tendencias es seguir la evolucién concreta de series de datos estadisticos, Esta via suele set empleada por los demégrafos para iden- tificar diferentes modelos y procesos de conformacién de la poblacién, como la «tran- sicién demogrfica», y para subrayar las pautas de reproduccién que van a afectar los futuros demograficos posibles, utilizando indicadores como los indices de natali- dad, de fertilidad, de nupcialidad, etc. También en el campo de la economia se han desarrollado sistemas de indicado- res bastante complejos y detallados que proporcionan mucha informacién sobre la propia marcha de la economia y sus perspectivas de evolucién. Aunque lo cierto es que la enorme cantidad de informacién econométrica acumulada apenas ha servido para anticipar la crisis econémica que se avecinaba. Posiblemente el problema es que estos andlisis econométricos suelen dejar fuera de la éptica de computacién variables tan decisivas como los famosos «activos t6xicos», al igual que irregularidades y fan- tasmadas como la de Enron, o estafas como la de Madoff, por no mencionar los efec- tos de la codicia desmedida y descontrolada de algunos agentes econémicos y finan- cieros y los mismos estados psicolégicos de los consumidores y de los ciudadanos medios, que de pronto dejan de «confiar» en el sistema y entran’n un estado de pesi- mismo y de retraimiento econémico no previsto ni por los econémetras de turno ni tampoco por los exégetas de Marx y sus continuadores, que no tuvieron en cuenta que el capitalismo podia entrar en crisis no a causa de que los trabajadores ganaran cada vez menos, como se postulaba en la famosa teoria de la «depauperacion del pro- letatiado», o por otro tipo de contradicciones del sistema capitalista, sino por la inci- dencia afiadida de factores psicolégicos y de desconfianza de las clases medias ante una funcionalidad financiera desbocada que en la préctica, en no pocos casos, se ha acabado deslizando por el terreno de la estafa y el engafio a gran escala. ? Samuel P. Huntington, El chogue de civilizaciones y la reconfiguracién del orden mun- dial, Paidés Ibérica, Barcelona, 1997 (primera edicién én inglés en 1996). > Paul Kennedy, Auge y caida de las grandes potencias, Plaza & Janés, Barcelona, 1989 (primera edicién en inglés de 1988). . SISTEMA 213/2009 EL METODO DELPHI ¥ LA ANTICIPACION DE ESCENARIOS Y TENDENCIAS Para superar los limites del unicausalismo analitico y el reduccionismo econo- méttico, algunos estudiosos suelen recurrir a marcos analiticos més amplios, aten- diendo a un gran niimero de indicadores estadisticos que permiten identificar com- plejos haces de tendencias. En esta linea analitica podriamos situar los trabajos, por Gjemplo, del Grupo Internacional de Cartografia Social Comparada, que ha venido centrando sus andlisis en diversos tipos de tendencias y en los procesos sociales de convergencia y divergencia que estén teniendo lugar en las sociedades avanzadas’. Desde esta dptica también es posible desarrollar enfoques més proyectados hacia el futuro que hacia el pasado, Es decir, se pueden identificar tendencias no sélo sobre Ta base de lo que ya han registrado los datos (tendencias de «direccién»), sino de lo que indica la proyeccién de los datos hacia el futuro. A tal efecto se pueden utilizar técnicas de proyeccién estadisticas, como los coeficientes de correlaci6n lineal 0 pon- derada, por ejemplo, que permiten anticipar lo que va a suceder en diversos esce- narios temporales, siempre y cuando se mantengan constantes las tendencias que han sido identificadas hasta el presente a partir de los datos concretos. Estas técnicas proyectivas son utilizadas también por los demégrafos para anti- cipar escenarios poblacionales a corto y medio plazo. El problema de esta técnica es que generalmente no se consideran todas las variables que pueden influir en un futu- * tendencial, de forma que en ocasiones los pronésticos pueden acabar resultando bastante desviados. Esto ha ocurrido en Espafia, por ejemplo, en los pronésticos sobre poblacién que se hicieron hace sélo unos pocos afios y que no consideraron en su momento que importantes procesos de inmigracién acabarian trastocando por completo las proyecciones —mias estaticas y lineales— que anticipaban incluso retro- ccesos en el volumen total de la poblacién espafiola. ‘La posibilidad de cambios, inflexiones y etrores en los elementos de célculo pue- de ser modulada considerando diversos escenarios alternativos de futuro —por ejem- plo, hipétesis méxima, minima y media— y, desde luego, utilizando modelos expli- tativos més complejos, en los que se pondere la interaccién de un mayor niéimero de variables y datos sociolégicos. En los anilisis especificos de tendencias sociales hay que considerar también los diferentes tipos de tendencias posibles. Por ejemplo, las macrotendencias que se refie- ren a los aspectos mas globales de las sociedades como tales y las microtendencias ue se cifien a dimensiones 0 ambitos més concretos y acotados. Atendiendo espe- Gicamente a los contenidos y las variables, Theodore Caplow ha propuesto distinguir entre tendencias de tipo A (o de desarrollo), que son «continuas, acumulativas, cohe- rentes ¢ itreversibles», que se relacionan con factores cientifico-tecnol6gicos, que tie- nen un potencial predictivo relativamente alto sobre todo en el corto plazo (en tor- ho a diez aiios), como las referidas a tendencias de poblacién o a factores técnicos, las de tipo B (o mixtas), que se refieren a fenémenos agregados «influidos por poli- ticas plblicas y/o variaciones accidentales», que suelen set menos predecibles a lar- 0 plazo, como la evolucién de los accidentes laborales y otros comportamientos sociales (tales como las migraciones, la asistencia a especticulos, la incidencia de enfermedades de transmisién sexual, etc.); las de tipo C (0 motivacionales), que son 4 Véase, por ejemplo, Salustiano del Campo (ed.), Tendencias Sociales en Espatia (1960- 1990), tres voltimenes, Fundacién BBV, Bilbao, 1993; Simon Langlois y Salustiano del Cam- po (eds), cConvergencia 0 divergencia? Comparacién de tendencias sociales recientes en las sociedades industriales, Fundacién BBV, Bilbao, 1995, etc. ‘sen a 213/2009 JOSE FELIX TEZANOS tendencias de «las actitudes y practicas de los miembros de una poblacién en areas de motivacién de alta intensidad, sobre todo, el dinero, el sexo, la salud, etc.», que pueden «ser continuas, acumulativas y coherentes, pero nunca irreversibles con segu- tidad», como ocurre, por ejemplo, con la tendencia al aumento de la deuda perso- nal, o a la reduccién de la edad de la primera relacién sexual, o la disminucién del consumo de tabaco, etc.; en cuarto lugar estén las tendencias de tipo D (0 institu- cionales) que afectan a instituciones como la familia, el trabajo, la educacién, la reli- gidn, etc, cuestiones en las que inciden una gran variedad de factores y tendencias que manifiestan tanto continuidades como «sibitas reversiones» y fluctuaciones que a veces no son faciles de explicar. Tendencias de este tipo son las que tienen que ver con las tasas de divorcio, las de natalidad, la sindicacién, la litigacién, la corrupcién politica, etc. En este caso, como resalta Caplow, «su potencial predictivo ha de valo- rarse caso por caso y con mucha cautela». En quinto lugar estén las tendencias de tipo E (0 adversas), que «reflejan cambios en el modo en que una poblacién se divi- de en grupos potencialmente hostiles por su ubicacién, etnia, religion, partido, cla- se, ideologia, etc», como las huelgas, los asesinatos, los actos terroristas, las insu- rrecciones, los cismas, los acontecimientos politicos, etc. En este caso el potencial predictivo es bajo, tanto en lo que se refiere al tipo de conflictos como a su even- tual ocurrencia en el tiempo. Pese a la complefidad que conllevan todas estas variables y factores, con sus correspondientes grados de capacidad predictiva, lo cierto es que la notable estabi- lidad de los comportamientos humanos hace que diversos indicadores sociales pre- senten un grado considerable de continuidad que facilita las proyecciones de futuro. ‘Aun asi, en lo concerniente a las dimensiones més complejas y volatiles de la reali dad social Ia capacidad predictiva de las proyecciones es mucho menor y més limi- tada en el tiempo. Por eso, los esfuerzos desplegados en estos ambitos son mucho més escasos y limitados. De ahi la pertinencia de estar prevenidos contra la «como- didad pseudopredictiva», en el bien entendido, como recuerda Caplow, que es pre- ciso «distinguir entre las tendencias sociales que nos dicen algo sobre el futuro y las que solo nos informan sobre el pasado» 6. Finalmente, la tercera via de aproximaci6n a estas cuestiones es la propia de los. estudios propiamente prospectivos, mediante los que se intenta anticipar futuros plau- sibles a partir de diversas técnicas de andlisis. Es preciso tener en cuenta que en este caso nos encontramos en un campo en el que no se han producido atin demasiados desarrollos metodolopicos y en el que se contindan utilizando enfoques que fueron puestos en marcha hace varias décadas. Precisamente uno de los métodos prospec- tivos més reputados continia siendo el «método Delphi». Las insuficiencias metodolégicas que se registran en estos ambitos analiticos y los Iimites que presentan los métodos disponibles no significa que no se pueda utilizar con provecho una combinacién de enfoques que permita obtener datos de primera mano y emplearlos, a la vez, conjuntamente para identificar tendencias y escenarios de futuro baséndose en modelos explicativos mas complejos y omnicomprensivos. Esto es basicamente lo que venimos intentando hacer desde 1995 en el marco de las investigaciones desarrolladas por el Grupo de Estudio sobre Tendencias Socia- > Véase Theodore Caplow, «Tipos de tendencias», en José Félix Tezanos (ed.), Ten- dencias en identidades, valores 9 creencias. Séptimo Foro sobre Tendencias Sociales, Sistema, Madrid, 2004, pags, 65-73. Ibid, pag. 71. . SISTEMA 213/2009 EL METODO DELPHI Y LA ANTICIPACION DE ESCENARIOS Y TENDENCIAS les (GETS). En dichas investigaciones se conjugan los datos obtenidos a través de una serie homogénea de Encuestas sobre Tendencias Sociales, mediante las que se sondean las percepciones de los ciudadanos sobre un conjunto amplio de tenden- cias, con los pronésticos realizados por expertos en varias materias a través de una serie también homogénea de estudios Delphi, a los que se.afiade la propia elabora- cin de indices prospectivos de tendencias. A todo esto se afiade la celebracién de unos Foros académicos en los que los investigadores del GETS tienen la oportuni- dad de debatir con expertos de varios paises los resultados de sus investigaciones en marcos tebrico-interpretativos de caracter general’. 3. Et Métopo DELPHI El método Delphi fue una aportacién metodolégica que la Rand Corporation, desarroll6 a principios de los afios cincuenta del siglo xx, en el marco de diversos trabajos encargados por las Fuerzas Aéreas norteamericanas. La idea nuclear que se persegufa era intentar encontrar un método predictivo grupal que permitiera poner en comin el conocimiento de un conjunto de expertos cualificados en las materias ‘objeto del pronéstico, en una forma que pudiera ser objetivada y en la que se neu- tralizaran, mediante el anonimato y el trabajo particularizado de todos los expertos, las influencias de autoridad y dependencia psicol6gica que se suelen producir cuan- do se retine un grupo reducido de personas. ‘A partir de estos presupuestos, en 1951 se realiz6 el primer estudio Delphi de entidad sobre un asunto que no podia ser evaluado adecuadamente por otros pro- cedimientos®. En concreto, se intenté que un grupo capacitado de expertos en gue- rra nuclear formularan previsiones plausibles sobre el ntimero de bombas nucleares de 20 kilotones que serian necesarias para afectar hasta niveles criticos la propia pro- duccién armamentistica norteamericana en un eventual conflicto con la Unién Sovié- tica. La cuestién estribaba en estimar, a partir de lo que cada cual sabia, en qué momento la URSS alcanzaria determinado potencial destructivo y cual era, por lo tanto, el nivel critico de inseguridad de los Estados Unidos en funcién del aumento del arsenal nuclear soviético. Las cuestiones de fondo que en aquellos momentos se habian encargado a los expertos de la Rand Corporation concernfan bésicamente a la seguridad de los empla- zamientos de las bases aéreas de los Estados Unidos y a la vulnerabilidad de sus avio- nes y sus depésitos de combustible ante el riesgo de un eventual ataque nuclear sovié- tico®. Cuestiones, desde luego, que también podian ser objeto de anilisis y 7 Una informacién més detallada sobre Ia labor del GETS puede verse, por ejemplo, cn los diez libros publicados en la serie de los Foros sobre Tendencias Sociales; véase, pot ejemplo, Jose Félix Tecanos (ed), Juventud exclusion soil. Déino Foro sobre Tenden cias Sociales, Sistema, Madrid, 2009. "En realidad, la primera aproximaci6n «telativa» a los enfoques propios del método Delphi fue un experimento un poco peculiar efectuado en 1948, mediante el que se in 6 comprobar la mayor capacidad predictiva grupal en algo tan trivial como la prediccién de los resultados de las carreras de caballo. *" Véase Bruce L. R. Smith, «La Rand Coporation», Revista Espaiiola de a Opinién Pablica, nims. 21-22, julio-diciembre de 1970, ntimero monografico sobre El futuro: pre- vision y politica, pags. 147-182. SESTERAA 2 213/2009 ‘JOSE FELIX TEZANOS. evaluaciones légicas, atendiendo a los criterios de los expertos de mas autoridad. Pero de lo que se trataba eta de anticipar escenarios y eventualidades de futuro a partir de la consideracién de varias opiniones expertas objetivizadas que no estuvieran influi- das por criterios de autoridad. Incluso en un primer momento se ensayé el procedi- miento de aislar a los expertos en diversas cabinas, mientras proporcionaban res- puestas y previsiones que se trasladaban inmediatamente a todos los expertos, sin que ninguno de ellos conociera su procedencia. Pero, al final, por elementales razo- nes logisticas y de accesibilidad se recurrié a un procedimiento de cuestionarios con- vencionales !°. El método Delphi se aplicé también en otros campos militares y tecnolégicos, permaneciendo clasificado como «materia reservada» prdcticamente hasta la década de los afios sesenta, en la que se informé péblicamente, se dieron a conocer los pri- meros estudios y se extendié su aplicaci6n a diversos tipos de materias civiles, sobre todo en el campo de las innovaciones cientifico-tecnolégicas. De hecho, el primer estudio Delphi sobre tematica no militar no se realiz6 hasta el afio 1963, efectudn- dose en 1964 un gran cuestionario a varios comités de expertos a los que se pedia previsiones sobre el estado del mundo dentro de veinticinco o cincuenta afios !!, La expresién utilizada para denominar a este método puede parecer en prin- cipio inapropiada, ¢ incluso frivola, ya que con la palabra inglesa «Delphi», que todo el mundo ha asumido, se hace referencia al célebre santuario que tanta fama adquirié en la Grecia clasica en la realizacién de vaticinios. ¢Qué tenian que ver —podriamos preguntarnos— las pitonisas de Delfos con un método predictivo moderno que pretende ser riguroso y que en nada se relaciona con las viejas artes y mafias adivinatorias? Posiblemente los expertos de la Rand Corporation, cuando eligieron este nom- bre, estaban pensando en el papel social, politico y militar que lleg6 a adquirir el santuario de Delfos y el alto grado de acierto que se atribufa a sus augurios. En la Grecia clisica las predicciones de Delfos llegaron a tener una importancia social central. Practicamente nadie emprendfa una iniciativa civil, econémica o mili- tar de alguna importancia sin «pasar» previamente por Delfos. Pero lo més destaca- ble no era, desde luego, el mero cumplimiento del «tramite» obligado, sino el grado de credibilidad que merecia. Es decir, el pronéstico se atendia, se valoraba e inspi- taba las acciones ulteriores en alto grado. O si queremos expresarlo de otra manera, «se hacia caso» a los ordculos. Y esto en si mismo devino en un hecho social que tenfa su propio impacto y sus consecuencias practicas en una forma que es dificil de imaginar desde el presente. Herodoto, por ejemplo, explica con detalle en el libro VII de su Historia 2.la influencia que los vaticinios realizados en Delfos tuvieron en la Segunda Guerra Pini- ca. Todo empezé con la obligada expedicién de emisarios atenienses que acudieron al santuario para recabar un pronéstico ante la llegada del ejército de Jerjes. El vati- cinio de la pitia no pudo ser més trégico y negativo. «Desdichados —dijo—, huid al fin del mundo, abandonad vuestras casas...», «las devastadoras llamas» destruirén los Bemice B. Brown, «La técnica Delfos. Metodologia usada para obtener la opinién de los expertos», Revista Espariola de la Opinién Piiblica, nisms, 21-22, pag, 221. ™ Bernice B. Brown, «La técnica Delfos. Metodologia usada para obtener la opinion de los expertos», op. cit. pag, 222, ¥ Herodoto, Historia, Libro VII, 140 y sigs., Gredos, Madrid, 1985, pigs. 185 y sigs. ” oma 213/2009 EL METODO DELPHI Y LA ANTICIPACION DE ESCENARIOS ¥ TENDENCIAS «templos y las imagenes de vuestros dioses...», asi como «la circular ciudad de los eminentes baluartes» —es decir, la Acr6polis—. Légicamente, los emisarios quedaron desolados y no tardaron en pedir un segun- do vaticinio, a ver si tenfan més fortuna y podian ser alumbrados sobre las alterna- tivas que tenfan, En el segundo vaticinio se les dijo que Zeus «concederia [...] un muro de madera tnico, pero inexpugnable, baluarte...» que permitirfa la salvacién de sus hijos. Y se acababan haciendo algunas referencias confusas a la «divina Sala- mina» y a una «aniquilacién» en el momento «cuando se esparce Deméter». Los atenienses, presos de Iégica preocupacién, tanto por el vaticinio como por la propia cercania del poderoso ejército de Jerjes, discutieron vivamente sobre lo que debian hacer ante el «andlisis de situacién> que les proporcionaba el ordculo. Unos sostuvieron que el significado de fondo de! vaticinio apuntaba a la necesidad de for- talecer la flota, en tanto que otros pensaron que se estaba haciendo mencién a la vie- ja empalizada de madera que antes rodeaba la Acropolis. Pero lo cierto es que cuando Jerjes se acercé a Atenas, la mayoria de la pobla- cién hizo caso a la pitia —«huid, desdichados»— y puso pies en polvorosa. Pero los que se quedaron tenfan tanta fe en la segunda parte del ordculo que se aprestaron a levantar en torno a la Acropolis un endeble muro de madera con todo lo que tenian al alcance, incluidas las puertas de sus casas. Y hecho esto se resguardaron detras de tal «barticada de planchas», como explica Herodoto ®. Légicamente los persas superaron facilmente el obstaculo tomando al asalto la Acrépolis, matando a sus defensores y saqueando e incendiando los templos, tal como habia anticipado el ordculo. Sin embargo, poco después la flota griega —como si de un auténtico «muro de madera» se tratara— derroté a la Armada persa, poniendo freno a su avance y deter- minando el final del conflicto. Ademés, se dio la circunstancia de que tal batalla tuvo Iugar poco antes del principio de Ia siembra (en septiembre del afio 480 a. C.), es decir, antes del momento en que se «esparce Deméter», como también se habia espe- cificado en el vaticinio 4, En la literatura clasica encontramos muchos ejemplos similares que explican el grado de credibilidad social de los ordculos, que, en cualquier caso, siempre ayuda- ban a cavilar, a ponderar y a detenerse a analizar con mayor detalle los pormenores de cualquier iniciativa de entidad. Obviamente, los oréculos estaban formulados en términos lo suficientemente confusos y polivalentes como para que a posteriori fue- ran posibles las interpretaciones més convenientes al caso; lo cual suele ser un recur- so de uso bastante comtin entre la mayor parte de los «adivinadores» que vinieron después, incluido Nostradamus y sus famosas y confusas cuartetas. Ademés, en el caso de Delfos existen indicios que muestran que algunos ordculos fueron objeto de retoques y afiadidos a posteriori, con la finalidad de dejar la via abierta a otras inter- pretaciones plausibles. Una de estas sospechas es, precisamente, la que se refiere a Ia mencién a Salamina en al ordculo que hemos comentado. En cualquier caso, nada de esto invalida el papel social que instituciones como el santuario de Delfos cumplieron en un determinado momento, no sélo como ins- tancias generadoras de certeza, sino también —y esto es posiblemente lo més impor- tante— como proveedoras de marcos generales de andlisis de situacién que obliga- ® Herodoto, Historia, Libro VII, op. cit., pags. 50 y sigs. “ Herodoto, Historia, Libro VIL, op. cit, pag. 141, 4. SISTEMA a 213/2009 ‘JOSE FELIX TEZANOS: ban a reflexionar y, por lo tanto, a ponderar opciones y a tomar decisiones més medi- tadas y aquilatadss. El solo hecho de hablar del futuro o de algo que ain no ha suce- dido es un procedimiento que ayuda a evaluar alternativas, a considerar riesgos, a valorar posibles decisiones, etc. Por ello, aunque los pronésticos no sean acertados, cumplen una funcién en sf mismos. Y si son ambiguos el efecto funcional es mayor, ya que obligan a pensar y a calcular en mayor grado. ‘Mas allé de las «ambigiiedades calculadas» de los pronésticos y de la practica de las «racionalizaciones» a posteriori, el cardcter provisotio de Delfos se instituyé en la Grecia clésica como un auténtico hecho social. Y, por lo tanto, también como un objeto de manipulacién, Plutarco, por ejemplo, da cuenta en Vidas paralelas de uno de los casos mas conocidos de manipulacién. Cuando Alejandro el Magno acudié a Delfos, antes de emprender su campatia contra el Imperio Persa, lleg6 al célebre san- tuario, precisamente, en uno de los dias considerados «nefastos», en los que no esta- ba permitido consultar el oréculo. No obstante, «lo primero que hizo —segin expli- ca Plutarco— fue lamar a la profetisa; pero, negandose ésta, y objetando la disposicién de la ley, subié donde se hallaba y por fuerza la trajo al templo. Ella, entonces, mirandole como vencida por aquella determinacién expresé: “jEres inver cible, hijo mio!”, Lo que ofdo por Alejandro, dijo que ya no necesitaba otro vatic nio, sino que habia escuchado de su boca el oréculo que apetecia» . Alejandro evidentemente lo que pretendia era obtener un oréculo favorable, que le diera fuerza e infundiera énimos en su ejército. Por ello, se aproveché de la que- ja de la pitia, en el sentido de que «siempre tenia que salirse con la suya», para hacer de tal protesta el mejor vaticinio que podia llevarse desde Delfos. Algo que varios de sus soldados y amigos habian podido ofr perfectamente de labios de la sacerdotisa y repetir cumplidamente sin mentir por ello. En cualquier caso, el procedimiento de introducirse en una cueva y dejarse lle- var hasta entrar en trance, a causa de unos humos téxicos —segtin lo que sabemos—, no parece que sea un buen ejemplo para establecer paralelismos con un método de andlisis moderno que pretende ser riguroso y cientifico. Pero el nombre esta acuiia- do y poco se puede hacer ya para remediatlo, Por ello, lo més pertinente es atener- nos a la funcion social que tal enfoque hist6rico propicié. 4, ANTECEDENTES DIRECTOS: EL METODO VATICANO El antecedente més directo ¢ inmediato de los estudios Delphi podemos encon- taro en el «anétodo Vaticano», al que a veces se ha calificado también como «mini- \lphi». Se conoce como «método Vaticano» el procedimiento seguido por los cardena- les de la Iglesia catélica para alcanzar ciertos consensos en temas considerados impor- tantes pata la fe cristiana. La idea de partida es que el grupo como tal —el Colegio Cardenalicio, en este caso— es més sabio que cualquier individuo por si solo, y en ai supuesto dle exis diversos pareceres ce puede legar al consenso mediante una serie de anilisis, reflexiones y biisqueda de aproximaciones. El procedimiento seguido por los cardenales para llegar a consensos por aproxi- macién era el siguiente: en primer lugar, se entregaba a los cardenales unas hojas % Plutarco, Vidas paralelas, vol. II, Planeta, Barcelona, 1991, pag. 498. ” Sis 213/2009 EL METODO DELPHI Y LA ANTICIPACION DE ESCENARIOS Y TENDENCIAS divididas en varias columnas (tres) en las que debian hacer un listado de los argu- mentos a favor y en contra de determinadas tesis. En la columna central se situaba y se definia la cuestién a considerar y en las columnas laterales se incluian los argu- mentos a favor y en contra de la postura en cuestién. Es decis, se empezaba hacien- do un ejercicio de andlisis omnicomprensivo, en el que se exploraban todas las posi- bilidades a considerat. A continuacién se recogian las hojas y se discutian los diferentes argumentos y posiciones en pablico, explordndose eventuales sintesis y aproximaciones. Es decir, se verbalizaba lo escrito y se daba vueltas a los argumen- tos, intentando que todos contemplaran la cuestién analizada desde diferentes pris- mas, sabiendo que existia una intencién de fondo —incluso una necesidad— de lle- gar a un consenso, El siguiente paso era hacer uria nueva entrega de las hojas (segunda circulacién), repitiendo el mismo procedimiento hasta que se legaba a un consenso a través de aproximaciones progresivas y sucesivas Esta logica de exploracién, verbalizacién y basqueda del mayor grado de con- senso posible es similar al procedimiento que también siguen los cardenales para la eleccién del Papa, empezando por un sistema preliminar de votos exploratorios o de tanteo, que permiten evaluar los apoyos iniciales que tienen los posibles candidatos, realizando a continuaci6n varias votaciones sucesivas, légicamente influidas por las posibilidades cuantificadas de cada cual, hasta llegar a una eleccién final. 5. ¢EN QUE SE BASA EL METODO DELPHI? El método Delphi se basa, en primer lugar, en una conviccién general sobre la superioridad de la previsién grupal sobre la individual. Es decir, se parte de que un grupo de expertos sabe més que cualquier individuo aisladamente considerado. En realidad, en el método Delphi no se opera mediante un grupo como tal, sino mediante una conjuncién de individuos que proceden por aproximaciones y median- te un conocimiento anénimo de las previsiones. Existe una interacci6n analitica orien- tada a afinar las previsiones, pero no se da propiamente una interacci6n inicial cara a cara entre los diferentes expertos. La razén de que esto sea asi, como ya hemos indicado, es evitar las influencias, los liderazgos y el peso excesivo de los criterios de autoridad que suelen darse en los grupos de configuracién experta. Por lo tanto, @ priori nadie puede set considerado como més experto 0 cualificado que otro, ni nadie tiene una mayor autoridad institucional o académica, lo que permite que todos empie- cen haciendo sus previsiones en igualdad de condiciones. Y, para ello, de manera similar a lo que se hace en el «método Vaticano», se comienza utilizando unos cues- tionarios, que no constituyen propiamente una encuesta. Es decir, el método Delphi se articula de una manera compleja. No se trata propiamente ni de una encuesta ni de un grupo de anilisis, pero presenta carac- teristicas de ambos. Es un método que utiliza criterios cualitativos y cuantitativos a la vez, ya que se recurre a personas muy cualificadas y singularizadas que apor- tan una opinién experta y, al mismo tiempo, se recaban informaciones que son- susceptibles de ser computadas. Por ello, al final se aportan datos concretos cuan- tificados. % Jon Landeta, El método Delphi, Ariel, Barcelona, 1999, pags. 32-34. SISTEMA . 213/2009 JOSE FELIX TEZANOS. De ahi que el método Delphi pueda ser definido a partir de cinco o seis carac- teristicas generales (vid. cuadro 1). En primer lugar, es un método prospectivo, cuya finalidad es obtener informaciones que anticipen futuros plausibles. En segundo lugar, es un proceso anénimo, en el que se consideran los datos obtenidos en su conjunto y no de una manera particularizada referida a cada uno de los participantes. En ter- cer lugar, es un método recurrente, repetitivo, en el que las previsiones obtenidas cir- lan varias veces entre todos los expertos participantes. En cuarto lugar, se basa en una retroalimentaci6n controlada de los datos y las argumentaciones, de forma que Jos expertos pueden reajustar sus previsiones en funcién de aquellas que han sido formuladas por otros expertos, después de conocer los argumentos y razones esgri- midas en el proceso. En quinto lugar, el método Delphi se orienta a buscar el mayor grado posible de consenso y coincidencia en las previsiones y, por ello, en el trata- miento estadistico de los datos se priorizan medidas como la mediana, En su conjunto, pues, podemos definir. el método Delphi, de una manera sinté- tica, en la forma en que se recoge en el cuadro 1, aunque se trata de un método que més bien debe ser explicado y comprendido que definido (vid. cuadro 2)", Cuapro 1 Definicion basica del método Delphi EI método Delphi se basa en el empleo mixto de enfoques propios de la investiga- cién sociolégica cuantitativa (encuestas) y de la cualitativa (reuniones de grupo) para la obtencién de informaciones prospectivas, mediante la biisqueda de previsiones por con- senso (el mayor posible) entre un grupo de expertos cualificados en la materia que se aborda. Cuabro 2 Caracteristicas del método Delphi — Bisqueda de previsiones especificas y cuantificadas. — Proceso interactivo y recurrente/repettivo entre los expertos participantes (varias circu- laciones de cuestionarios que exigen dedicar un cierto tiempo). — Retoalimentacién contolada de la dseminacion de la informacisn en el grupo (se envia a todos los participantes por el equipo investigador). — Anonimato (los participantes no conocen les opiniones especificas de ls otros exper- tos, ni pueden ser influidos directamente por cada uno de ellos y s6lo se consideran las opiniones del grupo). — Basqueda del maximo consenso/convergencia en las previsiones del grupo (los exper- tos deben valorar las posiciones del grupo y, en su caso, pueden rectificar sus posi- ciones o argumentar sus ratificaciones).. — Tratamiento estadistico de los datos orientado a expresar el mayor grado de coinci- dencia y/o dispersién de las previsiones (prevalencia de la mediana). * Véase también Jon Landeta, op. cit., pag. 44. 2 CSTEMA 213/2009 t { i EL METODO DELPHI Y LA ANTICIPACION DE ESCENARIOS ¥ TENDENCIAS En consecuencia, la mejor manera de entender en qué consiste tal método es atendiendo a las diferentes etapas a través de las que se articula y desarrolla en la practica, 6. PRINCIPALES ETAPAS DEL METODO DELPHI En términos generales, podemos esquematizar el método Delphi a través de un proceso de conjunto que implica al menos once etapas (vid, cuadro 3) 8. Légicamente, el primer paso es la determinaci6n y definicién de un tema espe- cifico de investigacién, un tema que no puede ser genérico e inconcreto y que debe ser planteado de tal manera que pueda ser objeto de previsiones espéciticas. Lo cual supone asumir que no todo tema es susceptible de ser objeto de anilisis mediante el método Delphi, que no es una técnica exploratoria totalmente abier- ta, del tipo de las investigaciones en las que se preguntan cuestiones genéricas como equé espera Ud, del futuro, y después se detiene uno a ver «qué nos encontra- mos», como hacfan los antiguos exploradores del Africa lejana o de otros lugares remotos y desconocidos, El segundo paso, también elemental, es conformar un equipo investigador capaz de llevar a cabo el trabajo en las diversas etapas, con un coordinador que dirija ade- cuadamente todo el proceso investigador y que realice un papel de «conductor» 0 animador, ya que se trata de una técnica de investigacién en la que existen procesos de interaccién. La tercera etapa es realizar una tarea previa de gabinete, recabando la informa- cidn necesatia sobre el tema, documentindose en los diferentes aspectos concemi- dos, estudiando los antecedentes disponibles, preparando bien el trabajo y, sobre todo, situando debidamente el arranque de la investigacién a partir del punto con- creto de conocimientos al que se haya llegado previamente. La cuarta etapa es la seleccién del grupo de expertos cualificados en la mate- ria que se vaya a investigar, Esta es posiblemente la etapa més crucial de todo el proceso investigador, ya que si el grupo de expertos se selecciona bien y esta for- mado por aquellos que tienen buenos conocimientos de las cuestiones analizadas, las posibilidades de obtener previsiones tities y bien afinadas son mucho mayo- res que si los expertos se seleccionan de manera menos exigente. Por lo tanto, a esta etapa debe dedicarse el tiempo necesario, en la medida en que una buena 0 mala seleccién va a condicionar la validez y la utilidad de los resultados. Habra casos, incluso, en los que no sera posible garantizar la disponibilidad de un nime- ro adecuado de expertos en una materia especifica como para poder hacer un estu- dio Delphi. '® Puede verse, en este sentido, por ejemplo, Harold A. Linstone, «The Delphi Tech nique», en Jib Fowles (ed.), Handbook of future research, Greenwood Press, Londres, 1972, pags. 274-375. Sobre las aplicaciones especificas del método Delphi pueden verse tambié las publicaciones del GETS sobre estas materias, con sus consiguientes explicaciones meto- dolégicas. Véase, asimismo, en este sentido, Antonio Lopez Peléez, Nucvas tecnologéas y sociedad actual: El impacto de la robotica, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Madrid, 2003, pags. 30 y sigs. SISTEMA 7 213/2009 JOSE FELIX TEZANOS, CuADRO 3 Principales etapas en un estudio Delphi 1. Definicién/seleccién de un tema especifico de investigacién (no genérico 0 incon- creto). 2. Formacién de un equipo de investigacién y un coordinador que dirige todo el pro- ceso («conductor»); hay interaccién. 3. Realizacién de tareas previas de documentacién, estudio, preparacién, etc. 4. Seleccién de un grupo de expertos cualificados en la materia especifica que se va a estudiar. 5. Preparacién del primer borrador de cuestionario (con reuniones y entrevistas pre~ vias con expertos conocidos, a los que también se puede pedir listados de otros 108). 6. Pilotaje del primer borrador de cuestionario para verificar su idoneidad, especific- dad, claridad, duracién, ete. 7. Envio (por correo, fax, Intemet o en mano) de la primera circulacién del cuestio- nario a los expertos (incentivando su cumplimentacién con razones de fondo, ofte- ciendo la oportunidad de conocer los resultados, con un regalo apreciable, etc.). 8. Anilisis y cuantificacién de la primera ronda de las respuestas (mediana, primer cuar- til, tercer cuartl y lstados literales de los comentarios, observaciones y argumenta- ciones de los participantes, que también deben ser incentivados). 9. Elaboracién del cuestionario de la segunda circulacién (y en su caso de la tercera) con los datos anteriores del grupo, y en el que también se incluyen —como recor- datorio y a efectos comparativos— las primeras respuestas de cada participante (s6lo en su cuestionario) para ver si rectifica 0 confirma sus previsiones iniciales, en cién de las posiciones y argumentos del grupo. 10. Anilisis y cuantificaci6n de los resultados obtenidos en la segunda circulacién del ‘cuestionario (y en su caso de la tercera), en la que verosimilmente se dara una mayor convergencia y consenso de las respuestas. 11. Realizacién del informe de resultados, obtenci6n de conclusiones y envio de la infor- maci6n resultante a los destinatarios. Existen diferentes procedimientos para seleccionar a los expertos adecuados: uno de ellos es acudir a los registros académicos y a la documentacién de publicaciones sobre el tema objeto de estudio, otro es atender a la propia informacién proporcio- nada por las empresas y los centros de investigacién. Por ejemplo, en determinados casos lo mas fiable y cercano es preguntar a los investigadores y a los centros que estén desarrollando una determinada tecnologia o linea de andlisis de una manera concreta. En términos generales, un buen procedimiento para seleccionar a los exper- tos més pertinentes es establecer cadenas de referencias, de manera que se puede preguntar a los expertos més conocidos y reputados quiénes son los mejores exper- tos en la materia, Siguiendo esta via, al final se terminaré seleccionando para parti- cipar en el estudio a los especialistas que sean «tecomendados» un mayor néimero de veces; es decir, aquellos que suscitan mayor consenso sobre su pericia. La quinta etapa, que puede discurrir en paralelo a la anterior, consiste en pre- parar un primer borrador de cuestionario, Para ello, es conveniente celebrar previa- ‘mente reuniones o entrevistas abiertas con algunos expertos especialmente cualifica- dos en la materia, de forma que ellos mismos puedan orientar sobre las grandes cuestiones pertinentes y la forma de abordarlas o plantearlas. Ni que decir tiene que - SISTEMA 2413/2009 EL METODO DELPHI Y LA ANTICIPACION DE ESCENARIOS Y TENDENCIAS estas mismas reuniones y/o entrevistas pueden ser aprovechadas para obtener —o completar— las listas de los expertos més adecuados, en funcién del mejor conoci- miento de aquellos a los que se recaba tales informaciones. ‘La sexta etapa consiste en hacer un pilotaje, o prueba, del cuestionario de la pri- mera circulacién de la encuesta. En este caso, lo mejor suele ser realizar varias entre- vistas-piloto, de forma que varios miembros del equipo sigan directamente la cum- plimentacidn del cuestionario con los experts que colaboren en esta tarea, verificando sobre la marcha la ideoneidad, claridad, especificidad, etc., de las distin- tas preguntas, cuestiones e indicadores. ‘Una vez concluidas estas tareas, y una vez preparado un cuestionario adecuado, el siguiente paso es proceder a su envio por correo, fax, Intemet o entregindolo en mano a los expertos, fijando claramente los plazos en los que debe ser cumplimen- tado y remitido de nuevo al equipo investigador. Este también es un momento impor- tante en el proceso de investigacién, en el que es necesario motivat suficientemente a los expertos para que dediquen el tiempo necesario a cumplimentar debidamente el cuestionario, incluyendo los argumentos y razones que sustentan las diversas pre- visiones. A tal efecto, se pueden argiiir razones de fondo sobre la propia utilidad e interés de la investigacién, asi como utilizar otras motivaciones de indole més pric- tica, como la posibilidad de conocer de primera mano todos los resultados de la investigacién (que se incluyen en la segunda circulacién del cuestionario). En cual- quier caso, siempre es conveniente afiadir algtin incentivo adicional, anunciando que se hard llegar a los expertos un «regalo» personal, una vez concluido el estudio, como agradecimiento por el tiempo que tendran que dedicar. En este caso, es necesario pensar en un regalo que sea suficientemente motivador. La octava etapa es la recepcién, 0 recogida, de los cuestionarios, con el corres- pondiente andlisis y cuantificaci6n de la primera ronda de respuestas. Los datos reco- gidos se computan obteniendo la mediana de las respuestas y el primer cuartil y el tercero, con el objeto de poder constatar adecuadamente la dispersion de las r puestas; también se elaboran listados literales de todos los comentarios, observacic nes y argumentos proporcionados por los participantes. ‘A continuacién, con todos estos datos, se elabora el cuestionario que sera utili- zado en la «segunda circulacién» del estudio (y en su caso en la «tercera circula- cin», si es necesario). En la nueva circulacién se recogen los datos correspondien- tes a las respuestas de todo el grupo de expertos, acompajiados por los argumentos y comentarios que se hayan proporcionado para formular las previsiones y, como recordatorio y a efectos comparativos, en cada uno de los cuestionarios de cada uno de los expertos se incluyen también sus primeras respuestas, pidiendo o bien que confirmen sus previsiones, o bien que las cambien o las modulen —si se apartaran de las respuestas del grapo—, en funci6n de las respuestas de los otros participan- tes o de los argumentos proporcionados. Para situar adecuadamente a los expertos en el marco de las respuestas genera- les (con las correspondientes medianas y primer y tercer cuartil), resulta dtil utilizar determinadas representaciones graficas, que permiten identificar plasticamente el gra- do de dispersién 0 concentracién de las respuestas y previsiones en el grupo. Lo cual se puede hacer en una forma similar a la que utilizamos en los estudios del GETS. También pueden incluirse, a efectos practicos, las medidas de seguridad y de peri- cia que aporten los propios expertos en cada una de las previsiones o tendencias for- muladas, con lo que cada uno de los participantes puede tener una informacién bas- SSTERA a 213/2009 JOSE FELIX TEZANOS: tante completa, a partir de la cual valorar si deben reajustar 0 no sus ptimeras pre- visiones en la segunda (y/o tercera) circulacién del cuestionario En realidad, excepto en cuestiones excesivamente abiertas o controvertidas, la experiencia practica demuestra que dos circulaciones son suficientes para alcanzar un grado de consenso razonable en el grupo, y que en aquellos casos en los que se fecttian «terceras circulaciones» de los cuestionarios la mayor parte de los datos sue- len ser reiterativos. Cuando se estime necesario, también se puede realizar una reunién de grupo final con todos los participantes, para ajustar y comentat los resultados, pero la ver- dad es que, aparte de los problemas y costes afiadidos que acarrean este tipo de con- vocatorias, tales complejizaciones apenas aportan nada nuevo y presentan el proble- ma de acabar cansando y «quemando» a los expertos participantes, que suelen ser personas bastantes ocupadas y muy dedicadas a las cuestiones de su competencia Por lo tanto, el formato de las dos circulaciones de cuestionarios suele set el més indicado —y el mas realista— en este tipo de investigaciones. Especialmente importante en las dos fases de cumplimentacién de los cuestio- narios es obtener las respuestas de la mayor parte de los expertos seleccionados. Si esto no se logra seré dificil evaluar la calidad y pertinencia de les respuestas obteni das. De ahi que sea imprescindible realizar un seguimiento permanente de esta labor por parte del equipo investigador, fijando con claridad los plazos para la entrega 0 recogida de los cuestionarios, dando todas las facilidades posibles para esta tarea (por ejemplo, proporcionando desde el principio sobres franqueados para las respuestas 0 facilidades para cumplimentarlos y enviarlos por Internet o fax), llamando por telé- fono para insistir a los que se retrasen y, desde luego, utilizando adecuadamente la estrategia de incentivos que antes hemos comentado, Un momento delicado en la recogida de cuestionarios es el de la segunda circu- lacién, cuando los expertos ya han podido ver satisfecha su curiosidad de saber qué piensa o qué previsiones hace el grupo. Por ello, contra el envio de las respuestas de la segunda circulacién de los cuestionarios hay que tener prevista la entrega de un buen regalo a los participantes. Cuando no se tienen en cuenta todos estos aspectos y cuando no se hace un seguimiento detallado y constante de estas fases de la investigacién, no es extraiio que se produzcan retrasos y falta de respuestas suficientes que reduzcan sustancial- mente la validez del estudio o incluso que lo hagan fracasar por completo. Una vez recopilada toda la informacién procedente de los expertos, las dos élti- mas fases de una investigacién de esta naturaleza son, pot un lado, la computacién de los datos de la segunda circulacién de las respuestas (y en stu caso de la tercera), en Ia que casi siempre suele darse un grado mayor de convergencia y consenso en las respuestas, y, por otro lado, la realizacién del informe final de resultados y el envio de la informacién obtenida a los destinatarios del estudio. 7. ALGUNAS CUESTIONES METODOLOGICAS CONCERNIENTES A LOS ESTUDIOS DELPHI El método Delphi suele suscitar algunas cuestiones metodolégicas que conviene precisar. Algunas de ellas tienen que ver con las razones de las medidas utilizadas, otras conciernen a la amplitud de las muestras de los expertos consultados (y a su 98 Sisrau 213/2009 EL METODO DELPHI Y LA ANTICIPACION DE ESCENARIOS Y TENDENCIAS «cualificacién») y otras al propio valor de las previsiones obtenidas (vid. cuadro 4). Por ello, nos vamos a referir aqui, aunque sélo sea muy escuetamente, a cada una de estas cuestiones. En primer lugar, como ya hemos indicado, los datos de los estudios Delphi se suelen proporcionar en medianas y en cuartiles y no en porcentajes o en otros indi- ces o medidas més habituales. Por qué se procede de esta manera? Basicamente por razones de la propia Iégica del método utilizado, que se orienta a buscar el mayor grado de consenso posible entre el grupo de expertos consultados. CuaDRO 4 Algunas cuestiones metodaldgieas relativas al valor de los estudios Delphi Cuestiones de medida on le edecuads: de dos expegis de las previsiones — La mediana de las previsié- | —. Debge. espe- | — Los propios expertos pue- res permite evitar el peso | iat oF eifcins den colaborar proponiendo El —#l a en excesivo de las respusétis tudiadas.| los nombres de otros ex- extremas. fe ero adecuado de. pers especialmente cut — Los datos sobre el pritfiér y] ~expatfus estd entre 8 6 9 y icados para hacer previsio- el tercer cuartil posttiffén | 49-650 feon'menos no hay |’ pes precisas («cadenas de identificar las eyentuales|

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