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germdn colmenares REGION -NACION: PROBLEMAS DE POBLAMIENTO EN LA EPOCA COLONIAL * Conferencia dictada durante el ciclo “Sceiedad y Cultu en Colombia”. Universidad Nacional, Seccional Medellin. Facultad de Ciencias Humanas el dia 17 de mayo de 1988 la trarseripcién de la estudiante de la carrera de historia Libia Restrepo G., no pudo ser revisada por ef autor Creo que, en general, en los estudios histéri- cos en Colombia hay una apertura permanente hacia nuevos temes; hoy hay unas ciertas tenden- clas a explorar fendmenos de conciencia —fené- menos de conciencia colectiva—, y pareceria co mo si los temas de la historia econémica, de la historia social, de la historia politica que nos han ocupado desde hace veinte afios estuvieran a pun- to de perder vigencia por esas nuevas tendencias, que creo estén un poco condicionadas por el momento en que vivimos. Tengo la impresién, por ejemplo, de que la respuesta a la primera violencia que vivié este pais, fue una respuesta intelectual en el sentido de buscar en la objetividad de lcs fendmenos mismos, en los procesos econdmicos, determinaciones. Creo que era, inclusive, una bus- queda muy instintiva. La diferencia hoy radica, a mi manera de ver, en que la busqueda es muy consciente hacia pa- frones culturales, hacia recurrencias en la concien- cia, inclusive en el subconsciente. Sin embargo creo que la tematica que se esbozaba a partir de los afios sesentas, fue una tematica que finalmen- fe, por la misma intensificacién de los estudics histéricos en las regiones, puso de presente la importancia de los estudios regionales. Y natural- mente puede ocurrir que la novedad tematica que se nos presenta hoy con cierta urgencia, en cierla manera deje problemas sin resolver, problemes viejos © que ya parecen viejos. Que de alguna manera no se resuelven; que de alguna manera se dejan de lado porque hay urgencia de otros temas; porque hay una preocupacién —inclusive de tipo moral—, por perseguir raices en el ser coleciive y en la conciencia colectiva de coses que nos alectan hoy dia, Entonces temo —y realmente en Medellin uno corre ese riesgo, donde siempre hay esta apertura hacia cosas nuevas—, estar evocando una serie de problemas y una reflexién que puede parecer ya pasada de moda. En fin, tengo la contianza sin embargo de que pueda ofrecer por lo menos un enfoque un poco nuevo frente a un problema que ya se esta volviendo viejo: El problema de la na- cién, de la regién y de cierlos modelos de pobla- miento en la época colonial En la época de la Independencia, cuando ha- bla curas desafectos al régimen republicano se busceba a veces confinarlos, es decir, sacarlos de su region y mandarlos a otra parte, En uno de estos casos, me encontré alguna vez en un do- cumento, que un cura que se lo mandaba de Cali a Boyaoa, se quejaba amargamente de que se 10 estaba ex'ranando de su patria. Es decir, en ese Persongje habia un sentimiento de raigambre, de Pertenencia a una patria; de una petria que no feniz nada qué ver con fo que hoy es la nacion ‘colombiana, Ahora bien, creo que este sentido subietivo que tiene la cente con respecto a une regién, @ ios datos inmediates en los cuales se desarrollan sus posibilidades de accién, sus relaciones familiares, Sus negocios, sus posibilidades de poder o de in- fluencia es algo muy peculiar de fines de la Co- lonie. Es decir, que naturalmente, todavia no se ha forjado toda esa retérica poderosa en torno de la rnacién que empieza a forjar la época de la In- dependencia, sino que la gente tiene un sentido de pertenencia a lo inmedieto Greo sin embargo, que al hacer énfasis en los estudios regionales —y creo que la historiogratia €1 los ditimos diez afos, por lo menos, ha hecho Wn énfasis extraordinario en los estucios regiona- Jes—, se tiende a ver ia regién, en cierla manera, ‘como una antitesis de Io nacional. En cierta ma- nefa se tiende a ver la region como algo formado que esiaria oponiendose a la formacion nacional. Be atro lado se piensa también, o podria pensarse, ‘que [a region es, en cierta manera, anterior a la hacién;, en el sentido de que la nacién seria el agluinamiento de una serie de regiones; que la uf naci6n seria el resultado de conciliar unos inte~ reses antitéticos dentro de unas regiones, o dentro de un perfil mas 0 menos diversificado de regio- nes, en la cual todas las tegiones tienen unas c2- racteristicas muy peculiares. La nacion surge en ciesta manera, conciliando pare de esos perfiles regionales para hacer posible el surgimiento de une unidad superior que es la nacién. Ahora, jo que quisiera proponer en esta charla sencillamente, es que esa vision de antitesis con respecto a la nacion de un lado, o la region an- terior a la nacién, es un falso problema. Que ‘puede desorientar mucho —a mi manera de ver— el problema de los estudios regionales. {Por qué? Voy a sostener una hipétesis en el sentido de que creo que realmente las regiones en este pais se conforman paralela y al mismo tiempo que la na- cidn, Puede parecer un poco violento, dado un tipo de adherencia a una serie de creencias re- gionales, que por ejemplo, ia regién antioquenia no existia realmente a finales del siglo XVIll. Es decir, que no habia una esencia de la antioquefi dad —en cierto sentido—, a finales del siglo XVII. Esto puede sublevar. Como no habia una esencia de lo santandereano; ni de lo vallecaucano; ni de lo costefo, Eslas regiones se forman paralelamente a la nacién y no se forman en antitesis con la nacion, 8 Esa seria la tesis. Ahora, zcémo podriamos susti- tuir 0 cOmo podriamos fundamentar esta hipdtesis? Me parece que cuando se ve o se trata de exa- minar el problema, digamos, de la conformacién espacial en la ép0ca colonial —y creo que ésle en parte es el problema—, como es que se con- forman unos c'ertos espacios; en virtud de qué. habria que ser un poco mas cuidadosos en el uso de ciertos conceptos que son tipicos de la Colonia y que nos remiten al verdadero problema. El verdadero problema para mi no esta en la formacién de regiones sino en cierlos modelos de poblamiento que se dan en la €poca colonial, Pero antes de eso, quisiera observar que en la época Colonial hay unos conceplos basicos desde el siglo XVI, que presiden la formacion y el poblamiento en los territories conquistados; que son conceptos forlados en la epoca; que designan a una repu- blica de los espanoles y a una republica de los indios. Estos dos conceptos no quieren cecir de ninguna manera que haya una igualdad como lo sugiere la similtud entre los dos conceptos: repu- blica de los espafioles y reptblica de los indios; sino que de alguna manera la repUblica de los espafioles esté montada sobre la sujecién de la epublica de los indios. Y luego, naturalmente, ta idea de la Corona espafola, de que, de alguna manera los indios tienen su propia organizacién social y que hay que conservarla para darle alguna base de sustento a la repiblica de los espafoles. Pero este problema de la repiiblica de los s- Paholes-repiblica de los indios, nos remite a 10 que yo llemaria el primer modelo de poblamiento, posiblemente el més obvio de la época colonial. Me refiero al poblamiento de la regién de los al- tiplanos de Santa Fe, es decir las jurisdicciones de Santa Fe y de Tunja que tenian la densidad indi- gena mas grande. Son las ciudades del Nuevo Reino, el niicleo de la Colonia por la densidad indigena. Esto es lo que permite en Tunja el 1e- arto Ce grandes encomiendas; encomiendas que pueden tener en promedio més 0 menos trescien- 108 © quinientos indigenas que sirven a un vecino; y con esto naturalmente, vemos como desde 1537 aproximadamente, hasia 1570, los excedentes de las economias indigenas van a alimentar esta 1e- publica de los espafoles que son los centros ur- anos. Quiero hacer énfasis en este concepto del centro urbano como catalizador de una politica de poblamiento, para que ustedes vean cémo real- mente en tado el curso de la época colonial no puede realmente surgir una regién propiamente dicha; sino lo que aparece es un centro urbano con una jurisdiccién territorial, con unos términos que muchas veces son teéricos. Son términos a los cuales se adscriben unos recursos en indios, en minas, en mano de obra, en bosques, en aguas, etc., etc.; y las ciudades defienden celosamenie estos privilegios patrimoniales mediante los privi- legios que concede la Corona espafola, pero que esto en manera alguna ‘unda una region. Real- mente son centros .urbanos antitéiicos unos de otros, a veces dentro de la misma regién. Piensen ustedes por ejemplo, en la antitesis Cartagena-Mompox-Santa Marta; 0 en la antitesis Santa Fe de Antioquia-Medellin; o en Ia antitesis Cali-Popayan-Buga; 0 en la antitesis que plantea Santa Fe-Tunja-Vélez-Pamolona. Son ciudades que se excluyen ungs a tras por cuanto los privilegios territoriales se cefienden celosamente. Entonces es un concepto més bien patrimonial. Nuestra forma- cién en una regién es un concepto patrimonial. Ahora, una segunda observacién que me pa- rece importante, Creo que no se puede entender bien qué es lo que oourre en la Colonia a base de este concepto detivado de nuesira preocupacién por la formacién nacional que es la regién. {Por qué no se puede entender? Porque, sencillamente, la Colonia monta una jerarquia de niicleos urbanos dentro de un contexto imperial, no nacional. En- fonces la regién se entiende dentro de una nacién ero no se puede entender dentro de un impario.. 2Por qué? Porque observen ustedes cémo —si ha- ‘cemos unos ciertos cortes entendemos mejor las cosas—., si en ver de pensar, por ejemplo, en re- giones derivadas de nuestra idea de la nacién, Pensamos en términos latinoamericanos, 0 en tér- minos imporialos mojor, ol cuadro varia complota- mente. Ustedes pueden agrupar por ejemplo, de una manera mucho mas Idgica para el estudio de las relaciones, Portobelo —el puerto que esta en Panama—, Portobelo-Cartagena-Santa Marta para estudiar todas las relaciones de ese complejo por tuario con Sevilla y con jas isias del Garibe; con Santo Domingo, por ejemplo; e inclusive en ia epoca colonial tardia las relaciones de Cartagena con Jamaica, con Kingston, se entienden mejor si no tratamos de ver Carlagena 0 Santa Marta como parte de una cosa que no existe que es la nacién. Existen dentro de un marco imperial. Entonces esos puertos crean un complejo comercial de una cierta contextura. Ademds se trata de un polo, de un niicleo que se contrapone netamente a otro nticleo que es el de Poiosi. Es decir, ese complejo, que se da en Potosi en torno a las minas de plata, el eje Huancavélica-Potosi que ha ilustrado un tra- bajo de Asadourién, que hace por ejemplo, que el norte de Argentina, Bolivia —lo que es Bolivia, la Audiencla de Charcas— y el Port, inclusive Quito, queden integrados dentro de una gran uni- dad a través de esa actividad oconémica quo son as minas de plata Luego miremos otras regiones. Popayén-Pasto- ali se pueden entender mucho mejor y perticu larmente Pasto, cuendo pensamos en sus afinida des con la Sierra Norie de! Ecuador. Por ejemplo, hay una cosa curiosa que ocurre en Pasto que no ‘ocurre en ninguna otra parte det pais: el peonaje por deucas, de la misma manera que en la Sierra Nore del Ecuador; o el transito, por ejemplo, 0 e! tipo de mercancias que circulan entre Quilo y Po- payan; que son lienzos burdos de los obrajes de Quito para vestir las cuadrillas de esclavos del sur. Pensemos en la otra regién, en la region de lo que hoy son los Santanderes —porque era la ju= fisdiccién de Pamplona, de Ocafis—, se entiende mejor esia regién conectandola con San Crist6bal eon Mérida y con el goifo de Maracaibo que con Santa Fe, que s2 supone que es la capital; y asi sucesivamente. El valle del Magdalena aparece a veces vincu- lado a Santa Fe, a veces a Popayan; entonces esto fos esté mostrando cémo no podemos entender la Colonia a través de un concepto de regién —y ae region entendida como una antitesis de la nacion— porque estamos realmente usando un concepto subsidiario de la nacién para estudiar un fendme- no donde no tiene nada que ver la nacién. Por eso creo que hay que insistir para he- cet Claridad sobre este problema. Creo que hay Que insistir primordialmente en la funcién que tie nen los ndcleos urbanos y en el caracier de esos MMicleos urbanos. Luego insistir: es un concepto eiamente patrimonial. Una ciudad es ciudad en la medida en que alcanza unos privilegios corpo- falvos. No en el sentido de que es un gran mer- cado. No. EI concepio de ciudad en América no el mismo concepto que en Europa. En Europe, luna ciudad, desde la Edad Media, es un mercado, fe una especializacién de funciones, En América no. En América es un centro de poder; es un cen- to de poder en torno a una plaza; una plaza que tiene una iglesia; que tiene una carcel; que tiene lun cabildo; que tiene una escribenia; eso es una “ciudad. Y cuatro 0 cinco buenes familias en torno "ala plaza y el resto... por ahi regado alrededor. Eso es una ciudad, es un centro de poder, y de “poder patrimonial. Entonces gcudl es ol problema? El problema ‘adica en que, para constituir una regién, esta ciu- ‘ded concobida on términos patrimoniales tiene que jontrar rivalos —en poblamionto— nuevos, es fei, en una red real urbana para constituir una gin; no creo que Antioquia como regién hubiora ido constituirse en torno a los términos de San- Fe, Ant oquia se constituye como regién cuando se una nucleizacién de ciudades que le pue- fn dar una eniidad de centros urbanos, es decir, 9 cuando hay a mediados del siglo XVIll un despla- zamiento, por ejemplo, de los centros mineros ha- cia les regiones altas; de las regiones bajas a las regiones altas. Entonces Medellin puede realmen- te competir con la vieja capital, Senta Fe de An- tioquia; cuando aparece Sonsén, cuando aparece Rionegro; la creacién de la regién tiene que pasar primero por esos poblamientos. Ahora, creo que el problema, y reduciendo este problema a esios términos, nos cembia un poco, porque aparece un nuevo problema. Aparece el problema de qué modelos de poblamiento hubo en las diferentes zonas dal pais. Y creo que alli es donde comenzamos a ver —en esos modelos de poblamiento urbana y semi-urbano— rasgos dis- tintivos. He usado cuatro ejemplos para ilusttar el « eardeter de estas diferencias que radican precisa~ mente en la aparicién de nuevos centros urbanos frente @ los viejos centros urbanos privilagiados, a esa repiblica de ios espafioles de! siglo XVI. & Estos modelos son, brevemente, el modelo del alliplano chibcha, el modelo de las parroquias tem- pranas del siglo XVII en la jurisdiccion de Velez y Pamplona —lo que hoy es Santander—, y un modelo que me patece interesante contraponer a estos otros dos: que es el de la formacién de los nucleamientos podlacionales en zonas esclawistas. Naturalmente que podriamos incluir, tal vez, a An- ticquia en medio de los dos. Zonas esclavistas con dos epicentros, uno que es la provincia de Carta- gena y otro que es la provincia de Popayén El primer modelo, el modelo mas temprano, es sin duda el de la jurisdiccién de Vélez y, el de la jurisdiccién de Pamplona. gPor qué? En esta jurisdiccién ocurrié una revolucién popular de vas- tas magnitudes —como sabemos l2 Revolucion de los Comuneros es un hecho indudable—. Ahora, uno se pregunta, ypor qué el epicentro de esa rebelién fue Santander? Sinceramente quisiera abocar este hecho, Revolucién de los Comune- ros, para ilustrar, a para tratar de ver cémo cier- tos modelos de poblamiento tienen unas proyec- ciones histéricas dentro de un marco mas o me- nos conccido. ZQué es lo que pasa en la ju- risdiccién de Vélez y Pamplona? La jurisdiccién de Velez y Pamplona ve el primer modelo de pobla- miento que rivaliza con los centros sefioriales que habian repartido encomiendas en el siglo XVI. En el siglo XVI una ciudad es viable en la medida en que tenga trakajo de indios; en la medida en que tenga ticrras roturadas por los indios y unos exce- dentee de economia indigena, Entonces surgen asi ciudades como Tunja, como Vélez, como Pamplo- na que reparten entre sus vecinos esos excedentos de las economias indigenas. La sociedad espafola reposa integramente sobre el trabajo indigena. 10 Los espaftoles, como sabemos, no es que sean perez0s0s, no, lo que pasa es que la oportunicad de fundar una sociedad seftorial es demasiado grande —1o que no ocurria por ejemplo en los Estados Unidos—, aqui habia sociedades organi- zadas, sociedades jerarquizadas, sociedades indi- genas con clases, con una diversificacién social y Productiva, que permite que esta replica de los espafioles descanse, repose integramente sobre los indigenes. ‘Anora bien. La primera ruptura de esto se pre- sento precisamente en la region de Velez y Pam- plona. gPor qué? Porque surgen partoquias oe Dlancos en el siglo XVII que no tienen trabajo in- digena. Ellos (los blancos) tienen que trabajar. ES decir, parroquias de lebradores, de blancos pobres, de mestizos entonces son San Gil, Socorro, Girén, que aparecen sucesivamente y recortan los térmi- ‘nos patrimoniales de las jurisdicciones de Vélez y Pamplona —contra el querer de Vélez y de Pam- piona que ponen el grito en el cielo—. Esos po- blamientos, dicen ellos, no tienen razén de existir, no tienen con qué sustentarse, van @ ser un foco de subversién, van a ser un foco de desorden es: tos blancos pobres; estos mestizos son unos ele- ‘mentos en los que no se puede confiar; una ciudad debe tener nobles; una ciudad debe tener una capa social que establezca un control social. Los blan- cos pobres, los mestizos no dan esa garantia, y 3 que en la época colonial, el sistema de clases es, en cierta manera, una prolongacién del sistema politico. Una prolongacién del sistema politico en el sentido de que el hombre que tiene privilegios, el conquistador, el encomendero, esta encargado de velar por el orden. Recuerden ustedes que no hay ejército, son los vecinos los que tienen una calidad militar. Y muchos vecinos nobles tienen titulos militares dentro de las milicias. Estas per- sonas, estos blanccs pabres que no tienen caballo, or ejemplo, para armarse a defender la Corona en los derechos legitimos, no son una garantia. No es un azar que estos nuevos poblamientos surjan en contradiccién con los privilegios patrimoniaies y se- fioriales de los viejos centros urbanos. Enire otras cosas les recortan la jurisd'ecién, Socorro le recorta la jurisdiccién a Vélez; y mas tarde, inclusive entre estos nuevos poblamientos surgen conflictos de ju- Tisdicciones; de términos, de cual es el espacio que domina cada uno. Pero de todas maneras ve~ mos en esta regién, por primera vez, un nuclea- miento de cantros urbanos, que podria darnos a entender que alli comienza a forjarse una regién tempranamente El segundo modelo, es el modelo que yo creo que es el mas conocido, ©! modelo clasico de la transicién de sociedades indigenas a sociedades campesinas en nucleamiento de tipo semi-urbano. ECuél es ol problema? Inicialmonte hacia finalos del siglo XVI se fundan y se establecen unos pus blos de indios en torno @ une plaza a la menora de Ios espafioles; se pucblan a son de campana, para faciliar el acceso @ la mano de obra, para facilitar tembién labores de adoctrinamiento, de control social, etc. A estos pueblos como sabemes, se les otorgan a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, resguardos; enionces surgen esas co- munidades indigenas con resguardos, que todavi no son sociedades campesinas en el sentido clé- sico. Pero con el tiempo y con la catdstrofe demo- grafica que se prolonga hasta el siglo XVill, sur- ge una masa de mestizos en tomo a estos pue~ bios; los mestizos tienen una posicién muy embi- gua en la legislacion espafiola, en el seniido de que el mestizo es un hombre libre por definicién, Pero no es un espaol; tampoco es un indio en et sentido de que esté sometico al tributo; el mestizo nace parte de una podlecion flotante en los cen- tos urbanos, que es supremamente incomoda des- de el punto de vista legal y desde el punto de vista El mestizo en el fondo prefigura mucho lo que somos los colombianos. Para el espafol es la fuen- te de desorden, el hombre belicoso que siempre es pugnaz, que es rebuscador, etc. Yo no sé si ustedes han leido alguna vez “Sons of the Shaking Earth”, un libro muy bello de Eric Wolf, donde des- crbe como es el mestizo, el hombre que se mete en todos los intersticios, que usa un verbalismo falso, como Cantinflas, para defenderse; entonces este mestizo, que no encuentra una ubicacién en la sociedad, no tiene, por ejemplo, el privilegio de contratar mano de obra; se ve muchas veces im- pelido a agregarse, casi con una condicién similar a la de los indios en las haciendas; pero logra desplazar a los indios de los resquardos toman: doles en arriendo la tigrra. Esta realidad que se ve muy claramente a mediados del siglo XVIil, en la famosa visita de Verdugo y Oquendo, propicia la desintegracién de los resguardos, con el argumen- to ce que esta pablacién es mucho mas numerosa y hay que darle tierra. Entonces, timidamente, un visitador, Verdugo y Oquendo hacia 1756, comien- za a rematar, a refundir pueblos de indios para cejar tierra libre de resguardo y rematarla entre los. mestizos. Esto lo va a llevar a cabo un criollo, Moreno y Escandén; el proceso esté muy bien ilusirado en la visita que ha publicado ei Banco Popular que se llama "Indios y Mestizos en la Nueva Granada’ Con ese titulo aparecié publicada la visita. Los pueblos de indics tienen un rol subordina- do frente a la ciudad. Sin embargo tienen sus pro- u pias justicias, tienen su cabildo, tienen una cierta autonomia que les permite si no competir con Tun- ja, por lo menos tener una serie de iniciativas que van a dar origen a una vida municipal, @ una vida campesina en el siglo XIX. Esie seria —digémosio ast—, el sequndo modelo de poblam‘ento, de trén- sito de sociedad indigena a sociedad campesina. E| caso de los epicentros esclavistas tlene al- gunas similitudes, pero me parece que es mucho mas complicado, y es més complicado porque hay varios modelos posibles —a mi manera de ver—. Hay el modelo vallecaucano, y hay el modelo cos- tefio, el modelo de la provincia de Cartagena. ,Qué ocurte en el caso del Valle del Cauca? En el Va- lle del Cauca se sabe que la sociedad escla- vista se consolida a raiz de una frontera minera que aparece y toma auge en la regién del Choco y en el Pacifico a fingles del siglo XVII. A finales del siglo XVI y en la primera mitad del siglo XVII hay una imporlacién masiva de africanos hacia es~ 12 tas regiones mineras. Una imporiacién masiva de africanos que no hubiera sido posible sino por la aparicién de riquisimos yacimientos que permitian esa inversion. Pero es una inversién que se just fica por la presencia del oro. inclusive dentro del mismo sector agrario se justifica llevar algunos esclavos excedentes de las minas a trabajar en haciendas, porque la hacienda seguramente ya tie ne un mercado asegurado de aguardiente, de car- ne cecina, de una serie de menestras y de abas- lecimientos que se venden a precio de oro en los centros mineros. Asi vemos como se funda o se forma una so- ciedad esclavista y cémo aparece un tipo de ha- cienda subsidiaria de esta procucoién minera. Este es un modelo bastante conocide. Esta forma de integracién, haciendas, minas, etc., es un modelo que ha sido explorado y estudiado suficientemente. Ahora, el problema reside en que paulatina- mente va apareciendo una poblacién mulata, de blancos pobres también, una poblacién de mestizos que comienza a tener un cierto auge en el sector agrario; que comienza a nuclearse en tomo a ca pillas de viejas haciendas, o en los margenes mis mos de la hacienda y va constiluyendo poblamien- tos. Yo he tratado de ilustiar esto con una famosa pelea entre Quilichao, que es un pueblo que se funda en las cercanias de las mings de los grandes seflores payaneses —Ios Arboledas, por ejemplo—, y que discuten durante medio siglo su derecho a existir como pueblo, contra el parecer de los gran- des mineros que dicen —y de nuevo los argumen- tos—, ese pueblo de mestizos, de liberos y de manumisos, no tiene una clase social que garan- tice el orden Quilichao surge y se consolida on contra de los grandes sefiores terratenientes y también de los centros urbanos privilegiados, aquellos contros patrimoniales que quieren controlar un torritorio. Quilichao, por ejemplo, no tione téminos, o sus érminos son muy pequefios, entonces los otros dicen: ustedes no lienen ni siquiera términos, de onde ven a sacar la lefla, de donde van a sax car los recursos para vivir, ustedes tienen que de- dicerse al robo si quieven sobrevivir. Este es un caso cldsico. Podriamos decir que @ Palmira, por ejemplo, Llanogrande en sus orfgenes, le ocurre algo similar. Es un poblamiento de mestizos, ne~ G10s, manumisos, etc., que pelea a la muy noble ) leal ciudad de Buga su derecho a existir como pueblo. Yo creo que esta pelea esta ganada en el largo plazo por e| deterloro mismo del sistema esciavista en el sentido de que en el sisiema es- clavista se ve muy claramente como los precios descienden desde el siglo XVII haste el siglo XIX. Hay una curva perfecta de descenso de precios que signif‘ca que el trabajo esclavo se esla reempla- zando por trabajo libre; muchas veces ciertos pro- pietarios de haciendas necesitan una mano de obra abundante, un nicleo, por ejemplo familiar, no un lrabajo esciavo, como en el caso del tabaco en la misma Palmira; entonces hay una especie de con- fluencia de intereses, a veces, entre los terratenien- les y estos nucleamientos poblacionales. Estos ndcleos poblacionales son importantes por uanto en el sigio XIX —y particularmente después de 1624—, van a recibir una sancién del Estado. Lo primero que ocurre después de las guerras de Ja Independencia es que muchos de estos nuiciecs ‘Como Tulua, Palmira y el mismo Quilicheo, en un @0io revolucionario se erigen a si mismos como Wis. Y {qué hace la Reconquista? La Reconquista esparole les quita el titulo. Entonces observen que Jo que se peleaba en la Independencia no era fanto la libertad del hombre como la libertad cor Porativa de los pueblos. Es decir, en cierta manera, lsiglo XVI le habia dado privilegios a unos cen- ies urbanos, Santa Fe de Antioquia, Vélez, Pam- ‘plona, atiota con la época republicana los quisren Todos los pueblos tengan o no un cardcter sefio- fie, tengan 0 no recursos; quieren tener privilegios Tcorporatvos, quieren tener sus alcaldes; quieren @le fa justicia no se les imparta desde las ciuda- és; sino que elios quieren tener su propio alealde Yauieren elegirlo, Greo que ese paso, esa creaciOn inicial es muy iiportante, porque en eso se va 2 apoyar el juego We los partidos politicos en el siglo XIX. Por eso Samos a ver aparecer pueblos godos y puedlos Betas, ;por qué, por ejemplo, Quilicnao es libe- fa? Porque 21 General Santander le dio el titulo 13 de municipio y por eso se puso Santander de Qui lichao. Caloto ypor qué es godo? Porque es le vieja ciudad que tenia los privilegios patrimoniales, Creo que antes que la regién son estas nuclei- zaciones lo que nos permite ver un juego politico @ partir de unos hechos sociales. El otro modelo es la provincia de Cartagena. eQué ocurre en la provincia de Carlagena? Tam- bién hay una sociedad esclavista y hay una ha- cienda esclavista, ¢Cual €s la diferencia con res- pecto a la del Valle del Cauca? Que la hacienda del Valle del Cauca es una hacienda subsidiaria de las minas, es decir, para construir una hacienda hay que desplazar capitales de las minas hacia las haciendas; hay que desplazar capital, hay que desplazar mano de obra; en cambio en Cartagena la hacienda es subsidiaria del comercio mismo de esclavos. Si ustedes observan, por ejemplo, un mapa de las haciendas de Cartagena, ven como las haciendas de los trapiches estan en torno a Cartagena y los propietarios son los que se dedi- can a la trata de esclavos —que siempre les sc- bran algunos—, claro, es muy llamativo vender lavos en Zaragoza, o en Remedios, o en Novila, en las regiones mineras. pero no siempre se ven- den todos. Entonces un rico comerciante o tratante de esclavos puede fundar una hacienda con es- clavos En el siglo XVIll —esto s2_ve muy claramente en trabajos recientes—, se amplia esa frontera y surge el hato ganadero; esto dio como resultado una tesis de Meisel que sostenia que se esiaba operando un proceso de enfeudamiento. Yo no creo. Lo que ocure es que el hato ganadero se funda sobre una extensisima frontera interior en 10 que son hoy practicamente todas las llanuras ce los departamentos de Cérdoba, Sucre, alii se fun- dan hatos ganaderos enormes y vuelve a aparecer este fendmeno dei blanco oobre, esto si lo ha subrayado muy bien Orlando Fels Borda en su trabajo sobre “Mompox y Loba”. ;Cémo surgen peque'ios pueblos en contreposicién a la ciudad de Cartagena y a la ciudad de Mompox? Ahora bien, la caracterislica curiosa de estos pueblos es que a diferencia del Valle del Cauca donde los quilichehuefios y los palmiranos o la gente de Llanogrande, luchan por un reconocimien- lo juridico, en la costa son gtrochelados, es decir, poblaciones esponténeas que lo que buscan es huir de la ciudad, si ustedes han leido @ Henri _ Pirenne, 61 menciona el hecho de que en la Edad Media el aire de Ia ciudad hacia libres a los hom- bres, es decir, que dentro del régimen feudal ta gente que se refugiaba en la ciudad dejaba do ser sieiva de la gleba. Pues bien, yo creo que en Car lagena, entre nosotros, ocurre lo contrario, el aire de las cludades en la época colonial hece esclavos, y le nica manera de revobrar la libertad es arroche- larse, es irse al monte, es abrir monte. Y es fun- dando estos pueblos nuevos como se pueden dis culir jos privilegios de Cartagena. Hay un informe bellisimo de Fray Joseph Palacios de la Vega, que muestra este fendmeno. Después de que Antonio de la Torre y Miranda puebla la tercera parte de la poblacion de Carta~ ‘ena, cuarenta mil personas, pues la poblacién ‘otal de la provincia eran ciento veinte mil perso- nas, es decir, los reduce de esos arrochelamientos en las margenes del rio Cauca, del San Jorge, clusive dal Parcs y del Nechi, y los lleva a pueblos, esta gente catorce afios después sigue por ahi en Jas brefias, enmontados, alegres, cometiendo in- estos, cometiendo toda clase de actos escanda- losos, sobre todo no yendo a misa, que es lo que escardaliza a Fray Joseph Palacios de la Vega; no acereandoso a los eacramentos, es decir, viviendo una vida absolutamente disoluta —segiin las re- glas—. Pero yo creo que éste es un proceso crealivo en el sentido de que se va conformando una serie de nucleos semi-urbanos y se va produciendo un transito de una sociedad esclavista @ una sociedad campasina. Bien, Estos son cuatro modelos pesibles de lo que serian los poblamientos en la época colonial tardfa. Pero luego tenemos el problema del si- alo XIX. Creo que debariamos abordar antes que cualquier intento de hacer una historia social un recensamiento sistermAtico da la manera como se dan los poblamientos. No sdlo estas descripciones de cases conocidos sino también en el valle del Magdalena. Creo que, inclusive, el caso antioquefio podria enfocarse en esia perspectiva, de cémo los ueves niicleos urbanos discuten los privilegios de los antiguos. Es decir, yo no creo que sea un caso quo co salga do la posibilidad de verio desde estos madelos de poblamiento. Pero entonces el proble- me nos queda esi reducido de una prosunta region a unos modelos diferenciados do poblamionto; a una serie de luchas sociales quo tienen quo ver con la dindmica y las caracteristicas propias de determinadas regiones. Es decir, si hay una base esclavisia las consesuencias son diferentes de si hay una base indigena. Y de esta manera podria~ mos aproximar 105 problemas de la historia eco- nomica con los problemas de la historia social y con los problemas de la historia politica. A continuacién so transcriben dos respuestas a proguntas no captadas en la giabacién: R: Si, claro. La cosa es ésta. Es que si ta, por ejemplo, coges os circultos, la carrera —que se llaman les carreras de las Indias— es evidente que un comerciante puede desembarcar en Carta- gena e Ir con escavos hasta Lima. Y eso se 10 permite el marco imperial. E50 no es posible en la Repablica. Entonces la conexién econom'ca es tan vasta que no significa nada en ultima insiancia, © significa algo pero dentro del marco imperial. Ese @5 mi argumento. Dentro de ese marco es perfec tamente l6gica. {Qué pasa cuando viene la Inde- pendencia? gQué ocurre cuando se acaba la Co- lonia? Que dejan de circular estas cosas. Estos Circuitos tienen que ser sustituidos e inclusive, hay cambios de ejes. Por ejemplo, Cartagena, que te- ‘nia unos privilegios como plaza fuerte, como cen- tro comercial, poco a poco se va viendo desplaza- da por Barranquilla. Popayén, como sabemos, se va viendo desplazada por un interland agricola mucho mas rico. Claro quo ol proceso de! desplazemiento puede ser largo realmente. Sélo en este siglo se ve des piazada Popayan por Cali. Entonces dentro de lun marco, ol marco imperial, las cosas tienen un sontido, pero la tondencia de los estudios histéri- cos es —con este bencito problema de la nacién y todos los problemas los enfocamos por ose la- do—, y no nos damos cuenta de que realmente no tiene sentido sino dentro de un contoxto imporial, las redes, las rulas y todo este tipo de integracion; la integracién, por ejemplo, minera {.Cual es e| problema de los liberales en el siglo XIX? Salir de lo que ellos creen una economia atrasada, para entrar en otra economia atrasada. Pero es de alguna manera una economia en torno ala comercializaciin de la agricultura, mucho mas integradora que le extracsién minera, porque la extraccién minera da privilegios 2 los sefiores de Popayan y posiblemente a algunos comerciantes: de Medellin, pero no integra. Creo que la respues- ta a eso es la colonizacién. Considero que es un poco el marco de la unidad de analisis en la que tenemos que ser muy conscientes cuando hablamos de la Colonia; por que yo creo que la tendencia es siempre ver y rescatar elementos de Ia nacién en la Colonia. Eso es absurdo. Por ejemplo, una cosa que es clari- sima os osa discusiéa tremendamente provinciana sobre Zurbardn y sobre la exposicién de Zurbaran Si usiedes fueron a Bogoté haco poco a ver la famosa exposicién de Zurbardn, uno se quedaba aterrado de que sélo habie un cuadro de Zurbaran. Todo lo demés era salido de un taller que mandaba desde Espafie al mercado de Indias. Como si us- tedes hoy dia pensaran mandar elgunos articulos, por ejemplo de plastico —no sé qué—, al mercado de Caquetd, por alld @ una provincia ignota. En- lonces, ;claro!, la preocupacion de Gabriel Giraldo Jaramillo era la de que “jAy! El arte nacional era muy pobre en la Colonia. ¢Cual arte nacional? Lo que pasa es que esto era una provincia como Ex- tremadura, una provincia pobre. Entonces esa idea, digamos, del orgullo nacional nos impide compren- der la Colonia. Insisto que los historiadores tenemos que en- tender la Historia. Es lo menos que podemos hacer. Pero claro, hay esta imagen de que el histonador es un individuo dedicado a crear sentidos de fina- lidad y crear un sentimianto patridtico. Eso no tiene nada que ver con el oficio de un historiador. Las cosas hay que entenderlas en sus propios términcs. R: Veo cud! es el sentido de tu pregunta. El problema esta en esto —y claro, ahi hay una serie de implicitos que cabrie desarrollar—. Uno de ellos €9, por ejemplo, los circuitos de un mercado. Es decir, el Imperio espaol cree una jerarquizacion entre ciudades, villas, pueblos de indios, y a finales del siglo XVill, perroquias. Ahora bien, el régimen republicano crea los municipios; ciertamente hay municipios ms poderosos que otros pero juridica~ fal weet 1 mente son iguales. Entonces eso permite unas re~ laciones de mercado que no son de dependencia de una regién a otra, sino —si t6 quieres—, una base mds democratica que hace posible la per- meacién de un espacio a través de unas reiaciones, no de sujecién, sino de unas relaciones, de cier'a manera, de igualdad. Entonces la regién se forma en la medida que se crea una posibilidad de crear ndcleos urbanos con comunicaciones, inclusive, ung clea densidad demografica. Lo que es pro- blematico en regicnes coloniales es esto: En que si usted observa un mapa de Antioquia y le pone punticos con intensidades de poblacion, resulta que hay una gran concentracién en ciertos sitios y lo demas esta absolutamente despodiado. Cuando ta empiezas a encontrar oltos nlcieos, entonces el espacio empieza a tener un sentido, un sentido social, un sentido politico, un sentido econémico. El Imperio se puede mover perfectamente en vastos, espacios porque todo esti canalizado en torno a la economia del or9; a los intercambios con Sevilla, etc, etc. Por eso digo que la formacién de la nacién es. paralela y simulténea con la regién, Y no son tér~ minos antitéticos como quieren hacerlo creer. a NEE eS RLS ES

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