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No 103 SERIE C : Islam NOVIEMBRE 1980 y Cristianismo EL SEUDOEVANGELIO DE BERNABE por el Reverendo Jan SLOMP Uno de los escollos que m4s se oponen al didlogo y encuentro entre musul manes y cristianos, hoy dia, es el tan trdido y llevado "Seudoevangelio de Ber- nabé". ¥ como, en estos casos, lo mejor es dejar a un lado prejuicios y seudora zones e ir directa y cient{ficamente al tema, traemos este trabajo del Reveren: do Jan Slomp, especialista de fama mundial sobre el particular. El Dr. Slomp es miembro de las Iglesias reformadas de los Paises Bajos. Asimismo, es Secretario Honorario del Comité Consultivo Europeo acerca del Is— 14m, y de la Conferencia de Iglesias Europeas, ambos con sede en Ginebra. El ~ autor trabajé en Pakistan desde 1.964 hasta 1.977 como miembro de la Direccién del Christian Study Center. A partir de Julio 1.977, trabaja en Holanda apor - tando informacién y experiencia practica a las Iglesias y cristianos de los - Paises Bajos, en contacto con los musulmanes residentes en ese pais. Al agradecer al Dr. Slomp su colaboraci6n, brindamos nuestras paginas a un trabajo similar que,cientificamente,de a nuestros lectores la versién musul mana sobre el evangelio de Bernabé. Creemos que una presentacién objetiva y se. ria de estos temas vidriosos; puede aportar luz para todos. _ ‘BAJO EL PATROCINIO DE LA COMISION EPISCOPAL DE RELACIONES INTERCONFESIONALES Ditige: Emilio Galindo Aguilar Redacci6n y Administracién: Aleald, 41-30. Madrid-14 Deposito Legal: M-14723.1975, B1 Consejo Mundial de las Iglesias y la Iglesia Catélica Romana, esti. mulados por el Concilio Vaticano II, estén esforzdndose en mejorar las relacio- nes entre Musulmanes y Cristianos, entre Islém y Cristiandad. A tales efectos, - ge han venido organizando reuniones internacionales y locales. Merced a las mis- mas, la cooperacién y el didlogo estén siendo promocionados. Se va imponiendo la evidencia de que hemos de vivir todos juntos sobre un mismo globo terrestre, no- obstante 1a existencia de diferencias ideolégicas y teolégicas. Los libros y r vistas que se han ido publicando con la finalidad de activar las iniciativas --- arriba citadas, son muy numerosos en 1a actualidad. Sin eubargo, las tentativas- lievadas a cabo, tanto por los Musulmanes como por los Cristianos, en pro de la mejora de relaciones de su parentesco religioso, han conocido obstrucciones. Por parte de los Cristianos resuena la falea alarma de que el movimiento ecuménico,- al proceder al didlogo, promueve el sincretisuo. Por parte de los Musulmanes, se alega el infundado aserto de que los actuales Cristianos no siguen la auténtica~ religién de Jestis, sino una desvirtuada versién de la misma, siendo San Pablo el responsable de ello. Los Musulmanes, como prueba de su punto de vista, evocan el denominado Evangelio de Bernabé. E1 sector del Isl4m que mantiene tales asevera- ciones sostiene, aden4s, que los Cristianos de tendencia pro-paulina dieron al - traste con este “evangelio" durante siglos; pero que, afortunadamente, pudo vol- ver a ser descubierto en Amsterdam, en 1.709, en un manuscrito de lengua italia~ na. Laura y Lonsdale Ragg tradujeron dicho manuscrito al inglés en 1.907. Con ello, procuraron al mundo, por primera vez despues de centurias de "supre - sin", la lectura del "verdadero Evangelio de Jestis, llamado Cristo, nuevo Pro- feta enviado por Dios al mundo. Segiin la relacién de Bernabé, su apostol”. En dicho "Evangelio", Pablo, el predicador de que Jesis es el Hijo - de Dios, es tachado de embaucador ; tanto en su pr6lijo titulo como en su dl- timo capitulo (222). El tema de 1a corrupcién paulina en la originaria Cristian dad ha sido tratado en paginas apologéticas de estos escritores Musulmanes des- de que, en Espafia, Ibn Hazm de Cérdoba (m.1064) 1o tomara del judaismo a t{tulo de "Isra'iliyyat". La version inglesa del seudoevangelio no alcanzé notoriedad- ni en Occidente ni en las Iglesias Cristianas. Quizd debido al hecho de que sus editores lo presentaron como una falsificacién, atribuida: bien a un Cristiano- convertido al Isldm; o bien, a un Judfo que, habiendo sido forzado a convertir- se al Cristianismo, adopts finalmente el Islém (cfr. en pérrafos ss.) Por el contrario, en los paises Musulmanes, este “evangelio" puede - considerarse como un best-seller. Se han publicado numerosas ediciones en len - gua &rabe (1a dltima de ellas en 1954) y en lengua urdd (como la reciente de - 1974); asimismo, han visto la luz ediciones persas e indonesias. En 1973, el Te niente Coronel M.A. Rahim -Secretario General del Consejo Cordnico de Pakistén y de la Confraternidad Pakistani del Congreso Mundial Musulm4n- publicé una -- edicién que constituye un plagio respecto a la versién inglesa debida a Lauta y Lonsdale Ragg. El Teniente Coronel Rahim, en su obra, no incluyé ni el texto ~~ italiano ni la introduccién erftica. La puesta en circulacién de dos publicacio nes que se muestran tan sumamente opuestas en su respectiva exposicién de un ~ Sinico y mismo tema, ha relanzado el debate acerca de ‘evangelio" bastardos del cual en 1977 se ofrece una nueva traduccién francesa, publicada por Beau -~ chesne, en Paris. DEFENSA MUSULMANA DEL “EVANGELIO DE BERNABE" Hay Musulmanes que defienden el “Evangelio de Bernabé" porque éste pa rece venir a confirmar sus propias ideas acerca del original Evangelio (perdido) que descendiera a Jestis. Por ende, el Jess del Seudcevangelio -quien ayuna y - ora como un musulmén- niega ser el Hijo de Dios e, incluso, ser el Mesias (82). Para tal "Evangelio", el ministerio de Jests se circunscribe solamente a Israel, mientras que la misién de Mahoma tiene alcance mundial. Jestis mismo repite la = kalima musulmana: "S6lo hay un Dios y Mahoma es el mensajero de Dios" (41) .Je - sts mismo confirma 1a tendencia musulmana de que todo libro posterior es dado a fin de corregir 1a contaminaci6n sufrida por los libros anteriormente otorgados: "Si el libro de David no hubiera llegado a contaminarse, Dios no me hubiera en- comendado el Evangelio" (124; cfr. 44,191,192). Ismael fue el hijo cuyo sacrifi cio le fuera demandado a Abraham, su padre. Al final del Seudoevangelio aprende mos que Jestis no fue crucificado, sino Judas. Jesiis fue rescatado de 1a cruci - fixién por Dios, pero regres6 junto a sus discfpulos al objeto de designar a Ber nabé como escritor del verdadero evangelio de Jestis. Mas, de las propias pala bras de Jess, se deduce claramente que la verdad acerca de su muerte, ni siqui; ra el “evangelio" de Bernabé podré desvelarla. Tal privilegio queda reservado a Mahoma, el mensajero de Dios (220): "A fin de que yo no fuera confundido por los demonios en el dia del Juicio, Dios ha tenido a bien confundir a los hombres del. mundo respecto a mi, mediante la muerte de Judas. Esta confusi6n se prolongaré - hasta el advenimiento de Mahoma, el mensajero de Dios; el cual, cuando venga, es. clareceré 1a confusién en bien de aquéllos que creen en la ley de Dios" LOS CRISTIANOS RECHAZAN ESTE “EVANGELIO" POR UNA MULTIPLICIDAD DE RAZONES En un articulo tan breve no nos es posible citar todas las razones en Jas cuales basan los Cristianos su xechazo del Seudoevangelio. Pero, ante todo,- hemos de decir respecto al Wltimo pérrafo del apartado anterior, 1o siguiente:ni la Biblia ni el Corn muestran a los profetas hablando de personajes y de aconte cimientos del futuro,de manera tan minuciosa que incluya nombres precisos de gen tes y de sucesos. Incluso Maulana A.A. Maududi, en la edicin de lengua urai de- 1974, ko reconoce asi. La especifica referencia al Profeta Mahoma y la detallada escripcién de los hechos del Viernes Santo, dada su coordinacién con 1a ulterior exégesis post-cordnica, permiten pensar que la totalidad del texto del Seudoevan- gelio es, muy probablemente, obra de un Musulmén posefdo de apasionado celo. Tal- desconocido autor intenta,, esforzadamente, llevar a sus lectores a la conviccién- de que Mahoma es superior a Jestis. Para lograr su propésito, incluso reclama para Mahoma -y no para Jesiis- el t{tulo de Mesias. Esta reclamacién la pone en labios de Jess. Por supuesto, todo ello resulta imposible de creer para los Musulmanes- que conozcan el titulo que da a Jestis el Cordn: "al-Masth", Mestas. Es obvio que- e1 autor no posefa un correcto conocimiento del Santo Corn; si bien, como vere - mos en pérrafos posteriores de nuestro articulo, hay Musulmanes que estén més fa- miliarizados con la ensefianza cristiana que con las propias doctrinas de su reli- gidn. La contradiccién que para un Musulmén entrafia la negaci6n a Jess de su ti- tulo de Mesfas queda muy acentuada en las ediciones en lengua 4rabe y en lengua - urdd (1916) del "evangelio de Bernabé". Tradicese en ellas la palabra italiana - Nessia (cuyo significado no puede ser sino Mesfas) por Mastyya, y no por el corres pondiente vocablo correcto : Al-MasTh. En el titulo del Seudoevangelio vimos cémo- Jesiis es denominado Cristo (en italiano Chrissto, con doble ese) Facilmente se con cluye, pues, que el desconocido autor ignoraba que il Messia y Chrissto exan voc blos que daban a entender lo mismo. Mientras que el Cordn cita solamente siete cie Jos, dicho autor habla de nueve. La doctrina Cat6lica Romana de que Maria dié a luz a Jess sin dolor (senza dolore) es asimismo 1a del Seudoevangelio, pero no la del Corén (Cor.19:23). Iuego, para un musulmén, el supuesto "evangelio" no puede - ser el que descendiera sobre Jess. Si fuera éste, habria de evidenciar su concor- dancia con la creencia musulmana ortodoxa; deberfa mostrar su total afinidad con - el Santo Cordn. La ortodoxia musulmana cree que la Tara (Ley Mosaica), los Zabiir (Salmos de David), el InffZ (Evangelio dado a Jestis) y el Santo Corén contienen - basicamente el mismo mensaje; las diferencias de lugar geogrdfico y de circunstan- cia hist6rica, constituyen el embri6n de las excepciones a dicha regla. Todos es - tos indicios nos ponen en la pista de un escritor que conocfa mejor la Biblia que el Corén. No obstante, su estudio de las fuentes de 1a religién cristiana era sufi ciente para dar vida con éxito a 1a supuesta obra de un apostol, con solo fabricar un evangelio apto para su aceptacién merced a sus valores extrinsecos. Su ignoran- cia acerca de la geografia de la Tierra Santa y de las circunstancias hist6ricas - del Imperio Romano de los dfas de Jestis, le hicieron perder frecuentemente el pe - dal del relato. De entre los muchos ejemplos que, a tales respectos, cabria citar, voy a entresacar algunos. En los capftulos 20-21, Jestis sube desde Cafarnaum hasta Naza- reth; en realidad, tendrfa que haber hecho lo contrario, bajar, pues Cafarnaum se- encontraba en la ribera del Lago.Leemos que Pilato lera el gobernador de Judea ya- en los @fas del nacimiento de Jess! En el capftulo 98, se describe cémo los roma- nos pusieron en pie una armada de 600.000 hombres en vista de los disturbios origi nados por la predicacién de Jestis; sin embargo, en la éspoca de éste, la totalidad de la armada del Imperio Romano no superaba el niimero de 300.000 soldados. FECHA Y LUGAR DE ORIGEN DEL MANUSCRITO DEL SEUDOEVANGELIO DE BERNABE Algunas plumas musulmanas, en sus afanes apologéticos, tratan de identi- ficar el “evangelio" italo-hispano que acabamos de citar con el Evangelio ApScrifo- de Bernabé mencionado en el denominado Decreto de Gelasio. Este Decreto ha sido ~~ atribufdo al Papa Gelasio (492-496) ,-; mas fue escrito, probablemente, por un clé- rigo, en el Norte de Italia o en el Sur de Francia, hacia comienzos del siglo VI. A favor de la identificacién preconizada por los escritores musulmanes no se ha hal: do prueba alguna. No se ha conservado ni una sola palabra de ese Evangelio Apécrifo. Quizé nunca existié, sino que su existencia fue inventada. La explicacién de cémo - llegose a tal invenci6n, la hallamos en un libro ap6crifo del siglo VI, las Actas - de Bernabé. Dichas actas relatan 1a historia de las actividades de Bernabé en Chi - pre, su pafs natal, del cual sale tras dejar a Pablo (cfr.:Hechos de los Apostoles, 15: 39). Leemos en ellas jernabé, habiendo abierto el Evangelio recibido de Mateo~ eu compafiero de trabajo-, comenz6 a instruir a los Judfos". Posteriormente, la 1 yenda nos dice que los Obispos chipriotas, al encontrar los restos mortales de nabé, vieron que “tenfa sobre su pecho el Evangelio de Mateo copiado por el propio- Bernabé" (literalmente: escrito por )Si nosotros omitimos las palabras que hemos -- ido destacando a lo largo de las dos Ultimas frases, habremos tambien inventado © copiado el Evangelio Apécrifo de Bernabé. El Seudoevangelio, tema de este artfculo, fue hallado en un manuscri- to italiano, No contiene indicio alguno del original griego o arameo. Recorde - mos que los Cuatro Evangelios Canénicos se difundieron a través de gran niimero— de manuscritos en lengua griega (1a original), de traducciones y citas de los - Padres de la Iglesia, de una tradicional e ininterrumpida cadena de testimonios que va desde los siglos 11 y III hasta nuestros dfas. Del denominado Evangelio- de Bernabé no tenemos texto alguno anterior al del manuscrito italiano, que da- ta de una fecha tardfa del siglo XVI. El papel, 1a modalidad de escritura y el- tipo de encuadernaci6n, indican que el libro pudo haberse elaborado material - mente a finales del siglo XVI. La lengua italiana del manuscrito presenta una — extrafia mezcla de los dialectos veneciano y toscano; las faltas de ortografia - que se advierten son numerosas. Ambos dialectos italianos se hablaban en la Uni versidad de Bolonia; a ésta acudfan estudiantes procedentes de Espafia. El jesui ta espafiol De Epalza ha demostrado que las citadas faltas ortogrdficas son las- propias de un hombre cuya lengua materna fuera el espafiol. La presentacién del texto del Evangelio de Bernabé es 1a de sinopsis concordada. Este tipo de sinopsis, o textos diatessaron, contienen todo el ma~ terial de los Cuatro Evangelios Canénicos redactado a manera de cuatro evange- Lios en uno; e1 texto resultante suele ser extrenadamente largo. £1 Seudoevan- gelio de Bernabé consta de 222 capitulos. Ya desde el siglo XVI, habfan visto- 1a luz sinopsis concordadas de los Cuatro Evangelios Canénicos, en versiones - correspondientes a los dos dialectos italianos ya mencionados. Su difusién fue muy amplia. En 1938, el Vaticano publicé6, en un solo volumen, dos sinopsis e - vangélicas concordadas: una de ellas, en dialecto toscano; 1a otra, en dialec- to veneciano. En el capitulo 82 del Seudoevangelio de Bernabé, su autor pone en la- bios de Jesds las siguientes palabras: "El afio del Jubileo ahora adviene cada— 100 afios, mas el Mesias reduciré el plazo de espera de su celebracién en cada- lugar". La Biblia, empero, habla unicamente de un Jubileo que tiene lugar cada 50 afios. Fue el Papa Bonifacio VII quien, a partir de 1300, introdujo por pri- mera vez la celebraci6n jubilar cada 100 afios. El desliz de calendario en que- incurre el autor del Seudoevangelio de Bernabé parece evidenciar que 61 misno- habia vivido posteriormente al afio 1300. Adem4s, la referencia arriba citada - respecto a la reduccién de plazo entre dos Jubileos consecutivos, demuestra - que dicho autor no desconocfa que los Papas posteriores a Bonifacio redujeron, en efecto, este plazo a 25 afios. Tal préctica es la mantenida atin por la Igle- sia Catélica Romana ( el Ultimo Afio Jubilar tuvo lugar en 1975) EL MEDIO AMBIENTE NATAL DEL AUTOR: LA ESPANA MORISCA Aparte de los datos que aportan todas las indicaciones generales - que hemos ido exponiendo en Lfneas anteriores, disponenos de otros mAs preci - ‘sos que nos permiten orientarnos acerca del lugar y de 1a fecha en que el Seu- @oevangelio de Bernabé fue escrito. Hacia 1976, en Australia se hallé un manus crito incompleto de la edici6n espafiola del Seudoevangelio (ver nota I al final de este artfculo). En 1a introduccién de 1a misma se dice que un monje, Fray Ma Pino, sustrajo el Evangelio de Bernabé de 1a biblioteca del Papa Sizto V (1585~ 1590), mientras Su Santidad dormia. !Imaginaos un Papa actuando de biblioteca -— rio de su propia biblioteca! Fray Marino se convierte al Islém tras la lectura- de la obra por él sustraida. El mismo Fray Marino, que es quien escribe la in - troduccién, afirma que la traduccién espafiola se basa en un texto italiano, y - que fue hecha por un musulmén, de nombre Mustafa de Aranda, Aranda es una ciudad del Norte de Espafia. Teniendo en cuenta que los conversos se cambiaban de nonbre, es probable que Fray Marino, al convertirse al Isldm, adoptara el nombre de Mus-: tafa de Aranda. Tanto de las faltas que se observan en el texto italiano (acerca de las cuales ya expresamos que son las propias de alguien cuya lengua madre fue ra el espafiol), como de los fragmentos adicionales que comporta la edicién espa- fiola (cuyo autor fue el espafiol musulmén Mustafa de Aranda), parece desprenderse que el origen de esta falsificacién del “evangelio" habria que situarlo logica - mente en Espafia. Los Judios y Cripto-Judios espafioles (denominados Marranos) y - os Musulmanes espafioles (o Moriscos), se encontraban penando bajo 1a Inquisicién en el periodo en que el manuscrito espafiol es elaborado. El Tribunal inquisito - rialdejaba a unos y a otros el siguiente margen de opcién: conversién al Cristia nismo o expatriacién. Recay6 el rigor de la Inquisicién sobre aquellos que, ha - biendo profesado el Cristianismo s6lo externamente, siguieron creyendo en las - doctrinas musulmanas y practicando ritos islémicos. Estas persecuciones tuvieron lugar entre 1575 y 1610. Presentaban suficientes motivaciones para que un Moris- co, tras haber sido forzado a seguir la ensefianza de la religion cristiana, se - vengara de los Cristianos mediante la elaboracién de un Evangelio falsificado. - Esta falsificacién no podfa, en modo alguno, ser publicada entonces en Espafia. - Pais éste en el cual, incluso las ediciones privadas de los Evangelios Canénicos, despertaban el ojo receloso de la Inquisicién, puesta en guardia ante posibles - infiltraciones de la herejfa protestante. Las presunciones que acabamos de razonar no son meramente hipotéti - cas. En Espafia, en unas excavaciones en la ciudad de Granada, a partir de Marzo- de 1588 se hallaron fragmentos de escritos redactados en lengua arabe, pero de - supuesto origen apost6lico. Afios despues se descubrié que los falsificadores de tales fragmentos eran dos intérpretes moriscos: Alonso del Castillo y Miguel de- Tuna, Bstos hallazgos de Granada suscitaron una controversia que mantuvo, en E: pafia, un especial estado de nerviosismo durante més de un siglo (ver: Bibliogra- f{a, Kendrik). En mi opinién, no hemos de albergar duda alguna en lo concernien- te al medio ambiental del autor del Seudoevangelio de Bernabé: hay que buscarl dentro del de 1a perseguida minorfa morisca de Espafia. Por su parte, la Numismética nos aporta precisiones que confirman jas conexiones entre Espafia y el Seudoevangelio de Bernabé. En su capftulo 57 se hace mencién de un denario de oro dividido eh 60 "minuti". Solicité a David Mac. Dowall ~Profesor de 1a Universidad de Durham; Secretario de la British Numisma - tic Society- que me informase acerca de los lugares en donde tales tipos de mo- neda tuvieron curso legal. Su respuesta vino a confirmar mis suposiciones. En - carta del 7-6-1974 (ver: Apéndice I) me comunicé que dichos lugares se encontra~ ban en la pre-islmica Espafia Visigoda. El autor del Seudoevangelio de Bernabé procedié a buscar nombres de- monedas muy ant{guas. Los nombres m&s antiguos que le fue posible hallar, dentro de su propio medio ambiente espafiol, correspondian a la época visigética. Le que atin no he explicado es 1a conexién del Seudoevangelio de Berna- bé con Italia y con el Papa Sixto V. Wenecia, entre 1557 y 1771, constituyé uno de los principales centros de refu - gio para los converscs de 1a Pentneula"... "En Venecia, la persecucién de los - conversos, por parte de la Inquisicién, alcanzé el mizimo rigor en la década - 1558-1568, siendo Inquisidor Fray Felice Peretti de Montalto (posteriormente Pa- pa Sizto V). No obstante, el Tribunal Venectano, comparado con el de Roma, era - Jumano, y parece ser que nunca procedié a dictar eentencia alguna de muerte" (Cfr: articulo acerca de la Inquisicién, Encyclopaedia Judaica, New York, Mac. - Millan, 1971, vol.8, pag.1400; escrito por Cecil Roth) . Pues bien: nos encontramos ante el mismo Sixto V mencionado en la in - troduccién de los fragmentos espafioles del Seudoevangelio de Bernabé; el Sixto V relacionado con Fray Marino. En cuanto a los refugiados en Venecia, se trataba - de judfos que habfan sido forzados a abjurar de su ancestral religién y profesar 1a Cristiana. La Inquisicién comprobaba de vez en cuando la sinceridad de tales- conversiones. ‘Todo indica que bajo el habito religioso de Fray Marino se ocultaba uno de los referidos conversos; no dej6 escapar 1a oportunidad de vengarse de su antiguo Inquisidor. Gregorio Leti, el posterior bidgrafo del Papa Sixto V, re: ‘ta cémo Montalto no vacilaba incluso en actuar contra miembros de su propia Or den Franciscana, en sus tiempos de Inquisidor de Venecia. Tanto el autor judfo Shlomo Pines como Luigi Cirillo, han intentado - buscar el origen del Seudcevangelio de Bernabé, o al menos su primer niicleo de - difusién, en los circulos Judeo-Cristianos de la primitiva Iglesia. Mas no han - logrado aportar pruebas convincentes que avalen su hipétesis. Es verdad que la - Sinagoga se presenta a si misma como irreductible y tenaz adversaria del Mesia - nismo de Jestis. Nas el autor del Seudoevangelio entra en conflicto con la Biblia y con el Corén, precisamente por adherirse a tal actitud. AMSTERDAM (Afi 1.709 Y POSTERIORES) Llegados aquf, debemos regresar a nuestro punto de partida: el descu - brimiento del manuscrito italiano en Amsterdam, en 1.709. No obstante numerosas indagaciones y presunciones, todo cuanto sabenos hoy en dfa respecto al Seudoevangelio de Bernabé no es mucho més de lo aportado ~ por Laura y Lonsdale Ragg en su introducci6n a la primera impresién tipogréfica ~ del manuscrito en 1907. Los Ragg obtuvieron informacién.a partir de Wazarenus, la obra de John Toland, publicada en Londres en 1718; tambien 1a obtuvieron a través de Miscellaneous Worke, obra péstuma del mismo autor, publicada en Londres en 1747. A continuacién, transcribimos literalmente una lineas de John Toland: "ante todo, podré usted hallar 1a sucinta historia de un nuevo Evangelio que dei cubrt en Ameterdan, eh 1.709. Se trata de un Evangelio mieulmén, que nunca hasta- ahora se ha dado a conocer entre Cristianos. El esclarecido caballero que me puso en conocimiento det miemo (el viaconde Craner,Consejero del Rey de Prusia, pero residente en Amsterdam) obtuvo el correspondiente ejemplar en la biblioteca de una persona cuyo presttgio era grande en dicha ciudad, tanto por su nombre como por eu autoridad. Dicho pereonaje, a lo largo de eu vida, obtwvo seguridades de que la referida pieza bibliogréfica entrafaba singular valor" Como yo vivia en Holanda, hice algunas visitas a los archivos de la- ciudad de amsterdam durante el verano de 1970. El antiguo bibliotecario de los- mismos, Dr. I.H. van Eoghen, tuvo la amabilidad de sugerirme los documentos que debiera revisar. Michel Fremaux supuso que el personaje evocado en el libro de Toland, pero cuyo nombre no cita, era un magistrado (op.cit.pag.556) En teorfa, dicha - suposicién cabfa dentro de 1o posible. Pero las palabras inglesas tambien deja~ ban via libre a otras adecuadas identificaciones. En todo caso, yo examiné cui- dadosamente la historia de Amsterdam comprendida en el periodo 1590-1710. No af con ningtin magistrado de grandes ambiciones intelectuales; mucho menos con hom- bre alguno capaz de leer un manuscrito italiano. Pero sf encontré algo mucho més interesante. Gregorio Lett, el antes mencionado bidgrafo del Papa Sixto V, se refugié en Amsterdam tras haberse adhe rido al Calvinismo, llegando a ser el historiador oficial de 1a ciudad. Habfa — nacido en la ciudad italiana de Bolonia (ver: De Epalza, para hipétesis acerca- de esta ciudad y conexién con el posible autor del Seudoevangelio de Bernabé) - En Amsterdam, Gregorio Leti llega a ser persona de indiscutible prestigio y au- toridad personales. Tras su muerte, su biblioteca fue vendida el 25 de Octubre~ de 1.701. De las palabras de Toland puédese claramente concluir que J.F. Cra - mer, el diplomAtico prusiano, entré en posesién del valioso manuscrito italiano a la muerte de Leti. CONCLUSIONES Creemos estar en condiciones de afirmar que el Seudoevangelio de Ber nabé debe su origen al clima de represin religiosa que, propulsado por 1a In quisicién, ha lugar en Espafia y en Venecia a finales del siglo xv. Cuando los Sres. Ragg publicaron su obra (1907), ya no habfa Inguisi, cién, No obstante, en dos o tres pafses adviértense reacciones similares a las- antafio producidas por este Tribunal. Se trataba de paises en los que el Islém - hubo de ponerse a la defensiva del activismo desarrollado por las misiones cris tianas extranjeras presentes en su territorio patrio. Es entonces cuando el Seudoevangelio de Bernabé va a comenzar a esgri mirse en defensa del Islém. Tanto en Egipto como en el Norte de la India y ~pos: teriormente- en Indonesia, algunos circulos apologéticos musulmanes no vacila - rén en servirse de este supuesto “evangelio" a fin de poner en aprietos a las mi siones religiosas extranjeras. En opinién de dichos circulos, éstas representa = ban una amenaza para el Islém, una amenaza dentro del propio suelo islémico. Re- cordemos que los tres paises citados se hallaban pcupados por las potencias co - lonialistas occidentales. A partir de 1973, advert el renovado interés que el Seudoevangelio de Bernabé volvia a suscitar en torno a si por parte de tres frentes: los me- dios musulmanes -sumamente apologéticos- de Jama'at-e-Islam (Pakistén), la mi si6n Ahmadiyya -opuesta a los anteriores-, y los cfrculos de la Federacién - Mundial de la Misién Islémica -con sede central en Karachi-. Estos tres fren- tes se valfan de cualesquiera instrumentos apologéticos que estuvieran al al~ cance de su mano. Bl presente autor empez6 a escribir acerca de la temdtica de este art{culo en 1973. Afortunadamente, pude contar para ello con el minucioso - anélisis del Seudoevangelio de Bernabé llevado a cabo por Fray Jacques Jo - mier 0.P, (El Cairo), en lengua francesa. E1 hecho de que la lengua inglesa fuera la utilizada por mi en mis estudios al respecto, obtuvo como resultado que éstos alcanzaran mayor difusi6n que los de Jomier. He recibido comunica~ ciones de gentes procedentes de numerosos paises. De esas reacciones de mis lectores se desprende un denominador co- min concerniente a todas ellas. El Seudoevangelio de Bernabé se utiliza don- dequiera que los Musulmanes se sienten amenazados -o atacados- por parte de- sus oponentes religiosos. Es de desear que, sin tardanza, se aperciban de la poca credibilidad del instrumento elegido para proceder a su defensa del Is- lém. Mas, este triste obstéculo ha de representar tambien una lecci6n para - los Cristianos. En efecto, si el Seudcevangelio vié 1a luz fue debido a las~ consecuencias atrafdas por los fallos de los Cristianos (1a falta del respe- to debido a gentes que profesan creencias diferentes a las suyas) Sf. Clertamente nosotros, los Cristianos, no podemos por menos de sentirnos avergonzados de sucesos ocurridos en el periodo de 1a Historia de la Iglesia evocado en este art{culo. El denominado Evangelio de Bernabé el resultado indirecto de la errénea normativa que los Cristianos ~incluidos sus adalides- aplicaron a Musulmanes y Judfos, en Espafia y Portugal, duran- te la Reconquista y periodos posteriores.Hoy en dia, ese mismo “evangelic se alza dentro del mundo Musulm4n a manera de escollo para nosotros. Se nos- vienen oponiendo alegacicnes basadas en el Seudoevangelio de Bernabé; hemos- de rechazarlas con 4nimo de contrici6n y de enmienda. Esperemos que el Espf- ritu de Dios, ofda nuestra oracién, nos conduzca a la auténtica obediencia - de 1a ensefianza de Jesis. con destino a las personas interesadas en 1a temAtica del presente articulo, acto seguido pasaré a citar 1a bibliografia de las fuentes que he- manejado para escribirlo: 1) Cfr. J.E. Fletcher, "The Spanish Gospel of Barnaba: tum" (1976), vol.XVIII, Fasc. 4,p.p. 314-320. el "Novum Testamen, Se trata del manuscrito menetonado por George Sale en su comentario acer- ca del Corén (1734); se "perdi" desde entonce. Cotejéndoto con su equivalen te italiano, se advierte que ee han extraviado los capttulos que van desde el 121 hasta 200, inclusive, ast como el 222. Tales desaparictones son my — signtficativas. Para satiefacer el interés del lector, incluimos en nuestro- APENDICE IT la Introduccién del nuevanente descubierto manuscrito espaol to nada del arttculo de Fletcher. Fue Fray J. Jomier quien me puso al corréente de 1a valiosa aportacién constituida por el arttouto de Fletcher. -10- 2) El presente articulo es la edicién corregida y aumentada de otro que escribi para Encounter, y para el “Bulletin”, Secretariatus Pro non-Christianis, ne 31, 1976/XI, 1, D.p. 69-76. carta de Master D.W. Mac Dowall University College M.A.D. Phil. F.S.A. The Castle Durham DAT 3RW ‘Telephone 65481 Al Reverendo Jan Slomp, de fecha 7 de Junio de 1974. Querido Jan: Me plantea Vd. una cuestién, tan dificultosa como interesante, acerca de las referencias numism&ticas contenidas en el capitulo 57 del Evange - lio de Bernabé. El denario de oro ha de considerarse como derivado del patrén ro mano de moneda de oro, genericamente denominado “denarius aureus"; en tanto que- el correspondiente patrén acuflado en plata, recibié el noubre de “denarius arge! tarius". Pero las apelaciones corrientemente usadas para la moneda romana, fueron: la de "aureus", si se trataba de acufiaciones en oro; y la de “denarius" si se tra taba de acufiaciones en plata. Las primitivas denominaciones de las monedas drabes de oro, de~ rivaron de las usadas por Romanos y Bizantinos en épocas histéricas, cronolégica~ mente avanzadas. El dinar Arabe de oro debié su apelacién al “denarius aureus"; - el “fals" (pl: falus) 4rabe de cobre, al “follis" postrero de Romanos y Bizanti nos. ‘Tanto en las series Numisméticas bizantinas como en las Bizantd no-Arabes, el patrén de moneda de cobre representaba un valor real de 40-nummia = por pieza monetaria. En Espafia, durante el periodo visigodo, el sistema monetario se basaba principalmente en la pieza “tremis"; un "tremis" equivalfa a un tercio del "solidus" de oro de los Bizantinos. El "tremis", difundida denominacién mone- taria bizantina, en Espafia constituy6 -mas o menos- un patr6n monetario. En el pe riodo medio de la Historia de Bizancio, el tipo de cambio monetario fué el siguien te: 1 "solidus" de oro valfa 180 unidades de 40-nummia de cobre. Por lo tanto, un “tremis" de oro valfa 60 unidades de 40-nummia. En la época en la que Anastasio introdujo 1a moneda de 40-numnia en el sistema monetario bizantino, el tipo’de cambio debié tener un valor mucho ~ nfs alto; Quizé, 1 "solidus" de oro llegé a alcanzar las 220 unidades de 40-numnia de cobre. En este preciso momento, sin proceder a investigaciones més minuciosas, Jo que no me es posible asegurar a Vd. es el periodo hist6rico exacto durante el cual 1a tarifa de dicho cambio monetario consistié en 180 unidades de 40-numnia de cobre. Pero, cuando nuevamente me encuentre en Londres o en Oxford, podré cercio— rarme debidamente de ello, si a Vd. le sigue interesando. Cabe dentro de lo posi-~ ble que, cuando yo haya lefdo su artfculo, me sea factible profundizar en 1a bis- queda de datos, intentando aportar algo nuevo, respecto a referencias numisméticas, fen una relacién que le remitiria. Sinceramente suyo, =e ¢ BAKNABAS Apostol, Mrologe al Lector: Del que bre se Hama Fray Marin, al Lecter. cqucho euydady ha estado ini pensuniente, vacilindo te deg. com el pueblo Hebres se aya conservado ado Bil a jento q. ¢8 impossible ohanites, sind tambien los muy’ periters rseritura han entendide con grande difficuldad ? Por leguial me pasado por el pensamiente q. ansi como el pueblo de Israel in- adores q. sobre cada canon han escrito ictamente, no lus filusofos Ian declaradiy de sus antecessores, y los inficles oy di a tienen glossas ne sulo subre li Biblia sino tambien de los decretus de sus Papas, y summas de sts confessores y_ceremonias: esta en-mi opinion q. el pueblo y tanto mas me he mas he considerado q, siempre han sido abandonados de los Profetas Ductores: con el qual pensa- micnto discurriendo me reer, oq. las tales glossas than sido quemadas en tantas (p. 2) calamidades como ha pudecido el pueblo Hebrev, oq. la malicia humana las avia occultado. Y estando afirmado en este, estando en el officio de la difmicion de los casos Papales, y teniendo mano en a inquisicion, sucedio q. un dia un gentithombre de la casa Ursina me vino a buscar, y me truxo quatro libros vejissimos, escritus en Latin, diziendo q. eran de los antiguos Profetas, y que por ser oppuestos a la ley Christiana los tenia por hereticos, o verdaderamente por de mingun provecho: por lo qial me los entragava, para q. dispusiesse dellos como me pareciesse: Preguntele porq. via, 0 porg. camino le avian venido a Jas manos? a lo qual respondio, q. en la libreria de sus passados Jos avia hallado, y q,, no sabia otra cosa: Wo un poce de espaciv en mis negocios, hallandome desecupado en ini officio, tonne lus Libres creyendo q. fuessen algunas Biblias, y halle q. eran quatro glossas sobre la eseritura, es & suber, de Isayas profeta, y de Ezechiel, y la de Daniel, y la de Joel profetas, as quales ansi como sin pensar Jas halle, ansi con el coragon las abrazé: empero dezir quan diferentes sean de lus de nuestros tiempos, basta dezir q. fueron escritas por profetas, lo qual viendo y considerando, nacio en ini otro pensamiento acerea de la escritura de loy Apostoles, los quales fueron doze, y q. se repartieron en doze partes del mundo & predicar despues de ta partida de Jesus, y halle jx impossible q. solos los quatro huviessen escrito Evangelio, piendome a la memoria q. Hieronymo (dicho sancto de los stianos) dice traduziendy el Evangel re tantas suertos de Evangclios avin traducido quatro en Latin, que parece q. concuerdan mas q. otros: Este pensamiento me hizo sospechar ton ip. 3) 4. fuesse verdad, cunsiderando q, toda la cantidad se avia reducide a aquellos quattu, y aquellos elegides ike uno solo juyzio nly qual iva discurriendo, y ine vino & la memoria ta discordia q. uve entre Pablo y Barnaba, parece q. quede con sospechia destos lies q. esctivié Nieronyino, y despues de mnuchos discursos vine a creer q era itnpussible q. los Apostoles & sus disciploy & ke Virgen huviessen dexado de eserivir alguna y dando entero credito a este pen- 1 estado en el casi un afio, sucedio q. una dama de la ceasat Colona oe le murié st jo con dus hijos pequefios, y avielo hecho invent tenis ola y ovenido q. de Pablo, al punto atandolos en una balsa de tela me tos trusé con grande secreto, rogandome q. no dixisse nada, purg. el difunto no fuesse desenterrado y quemado: lv qual le 11 y treet lus tus, y ella se fue, y mirandolos halle q. tun era de la Virgen, y estava escrito por Ignacio: el otro eserite de Zia diseipulo ide lus Apostoles, y otra de Inenio discipule de Ignacio: q con ny poca razon habla contra Paulo, alegande en su auctordid el Evangelio de Barnaba, Piensa agora tu, a hermano, peru el piadoso ocius en secteto, yun dia lu del suche, y se quedo iG tne gata de |p. 4y leer, y ene y’ y abrien- an deseatbat, que es el Evangelio. im ‘adv ed aquel terme celestial, ed ido por espacio de dus aiius, me resolvi de venir & la fee, y cficio de los fivles escreville, seguro de q. es verdadera neritura y doctrina, en laqual esta claramente anunctado iv de Divs, y y calidad demonstrada q. no lo pueblo ser may: por logual, hermano, lee en este ibro, y' del proveche q. del sacares da los luores a Divs que es aquien el honor y las gracias: y muegale por mi peccador”. p. 5 has the heading: “Enel nombre de Aluh todo poderoso, ¥ con su favor y ayuda, comienga la vida del suncto Alnabi de Ala Heca, comunmente Uamado de los Christianos Jest Christo, laqual escrivio por su mandado Burnuba uno de sus Uigiplos, por loqual se Haman los Evangelios de Barnaba, tradugida de Htaliano en Castellana, por el Honrrado Muzlim Mostafa de ‘Aranda natural de Ambel en Aragon, estante un Estambor”, estava dutty, y ye come pumende i mane sob dole vig. eta cl q de Barnabas Apostol, el qual esconli en el preanier Ui nto Mi Cora Papa, me despedi del, Hevando commnig INGLES... A partir de 1973, se han efectuado reimpresiones de 1a traduccién realizada por Laura y Lonsdale Ragg; no contienen la introduccién del manuscrito italiano ni las notas marginales en drabe: a) Begum Aisha Bawany Wafi, Karachi, 1973.- Varias reediciones més, pero -- sin presentacién ni apéndice alguno, preparadas por N.A. Rahim; la cuarta edi-- cién es de 1975 (23000 ejemplares en total) b) Islamic Publications, Lahore, 1974. ¢) Edici6n distribuida desde los EE.UU. por Kazi Publications, 1529 N.Wells Street, Chicago 1b 606, LO. a) Reedicién en facsciculos en el "Monthly Muslim News International", 1973- 1974, Publishes Begum Aisha Bawany Wafi, FRANCES... "Evangile de Barnabé" (Recherches sur la composition et l‘origine, par Lui- gi Cirillo. Texte italiene et traduction, par Luigi Cirillo et Michel Fremaux. Préface, d'Henry Corbi) Paris, Beauchesne, 1977, 598 pags.- Cfr: M.v.Esbroek, ~ Anal.Boll.t.96 (1978), Bruxelles, pp.220-223. Varias ediciones desde 1907. Hasta ahora, sin precisiones acerca de las mis mas; se han solicitado a Fray J.Jomier (El Cairo) URDU. "Injil e Barnabas ka Urdu taijanah", por Maulvie Mohammad Hallen Ansari (tra ductor oficial, para textos 4rabes, del peri6dico “Akhbar-e-Watn") .- Publicado- por Malik Kashmir Book Depot Okarah 1916, 369 pp.; impreso en el Lahore Art —~~ Press,- Esta edici6n contiene, traducida, la introduccién de la edicién érabe;~ traducciGn que realizé Khalil Sa‘adah Mishri Nasihi (egipcio cristiano) .- Esta- obra, en 1a misma fecha (1916) se imprimi6 en Lahore; dicha impresién fue reali zada en el Hameediah Steam Press, conteniendo retoques hechos en su texto por - Babu Niz&m-ul-Din Mutajir. “Barnabas ki Injil", con introduccién’de Maulana A-A.Maududi. Lahore, Isla- mic Publications, July 1974, 286 pp. INDONESTO. .. Dos traducciones. “Indjil Barnabas terdjeman dalam Bahasa Indonesia dari Bahasa Arab." Oleh: Husein Abubakar, Basjmeleh. Sulinan Dr.Khalil Saadah. Penerbit: C.V.Pelita Ban, dung-Japi, Surabaja (1970), 642 pp. “Indjil Barnaba". Terdj.J.Bachtiar Affandie, Djilid Ke-I. Penerbit: C.v. - Jasana, Djakarta (1969) PERSA... No poseemos detallada informacién de las ediciones que se han hecho en len gua persa del Evangelio de Bernabé. ESTUDIOS_SOBRE_EL_EV POR CR: BERNAB! JANOS DESDE. 1.907 SELIM ABD-UL AHAD, y TEMPLE GAIRDNER, “Gospel of Barnabas. An Essay and Enquiry", (Madras, Christian Literature Society,1908/and Cairo. Una nueva edicién de esta~ obra fue preparada por J. Slomp; se publicé en 1975 por el Henry Martyn Institute of Islamic Studies, Hyderabad (India) EDITOR THE EPIPHANY en "The Muslim World", vol.XIII, no 3, July 1923, pp.277-281. J. JOMIER, "L'Evangile selon Barnabé", en Mélanges de 1'Institut Dominicain d'ztu des Orientales du Caire (M.I.D.5.0.), vol.6, 1959-1961 ,pp.137-226.- Calle Masna = al~Tarabich, n@ 1, Abbassiah, El Cairo (Egipto) H. BERGEMA, “Het ‘evangelie naar Barnabas", en "Christus prediking in de wereld", studies op her terrein van de zendingswetenschap gewijd aan de nagedachtenis van- Prof.Dr.JOHAN HERMAN BAVINCK. Kampen: J.H.Kok, 1965.- BERGEMA describe, en rela - cin al Evangelio de Bernabé, cémo fue recibido en Indonesia y cémo fue tratado - en la Literatura Musulmana apologética. M, DE EPALZA, “Sobre un posible autor espafiol del Evangelio de Bernabé", en "Al- Andalus" (Madrid, 1963), vol.28, pp.479-491. ELIAS ZAHLAWI, “Haul al Injfl Barnaba" (Juniah, Lebanon, Paulist Press, 1971) J. SLOMP, "Pseudo-Barnabas in the context of Muslim-Christian Apologetics" (Rawal pindi, Christian Study Centre, June 1974).- C.S.C. Series no 9, 24 pp. YUSUF JALIL, "Ja'li Injil e Barnaba" (Rawalpindi, Pakistan, Christian Study Cen - ter, 1974), 128 pp.- En lengua urdd. ‘IWAD SAMA'AN, "Ingil Barnab& fi dawa‘al tarih wa-1'-din" (El Evangelio de Berna- bé a la luz de la historia, de la raz6n y de 1a religi6n) El Cairo, 1974 GRANT HENNING, "Why Christians do not accept the Gospel of Barnabas", pp.1-7. di~ fusi6n en circuito privado, 1974. BARKAT A. KHAN, "Tabsarah Injil e Barnabas". Sialkot: Publicacién privada, 1975 - 62 pp..- En lengua urdd. J. SLOMP, “Evangelievervalsing en zending".- "Geref.Weekblad" voor de opbouw van het gereformeerde leven. 30 jg. n_ 25-27, december 1974, pp.156-157. J. SLOMP, "The Pseudo-Gospel of Barnabas. Muslim and Christian evaluations", en- *Bulletin", Secretariatus Pro Non-Christianis, Roma, 1976, XI/I (31), pp.68-77.- Nueva reimpresién en "Encounter", Documents for Muslim-Christian Understanding,— ne 18, Oct.1975, pp.1-7; y en Al-Mushir.- Una edici6n (ciclostilo) fue llevada a cabo por el I.A.P. en Kenya. 3.E, FLETCHER, “The Spanish Gospel of Barnabas", en *Novum Testamentum",vol.XVIII (1976), pp. 314-320 S, SYRJANEN, "Dialogue between Muslims and Christians. Obstacles in the Pakistani Situation", en "Temenos", Studies in Comparative Religion Presented by Scholars - in Denmark, Finland, Norway and Sweden, vol.12, 1976, pp.117-124, J. SLOMP, "The Gospel in Dispute". Una evaluacién critica de la primera traduccién francesa, conteniendo el texto italiano y la introduccién del denominado Evangelio de Bernabé. “Islamochristiana Iv", 1978, Pontificio Instituto di Studi Arabi,pp. 67-111. J. JOMIER y J. SLOMP, "L'Affaire de 1'évangile de Barnabé et ses derniers dévelo ppements" en “L'Expression de la foi chrétienne en contexte de dialogue islamo chrétien. Journées Romaines", 1979, Roma, pp. 90-93. J.W.3. KRITZINGER, "A critical study of the Gospel of Barnaba: Southern Africa", vol. i, no 1, January 1980, pp.49-65. ", en “Religién in J. JOMIER, en "M.I.D.E.0." (carencia de informacién precisa respecto a lds traba jos de este autor en 1980) RELACION DE AUTORES MUSULMANES DEFENSORES DE LA AUTENTICIDAD DEL “EVANGELIO DE - BERNABE (Adem&s de los ya citados traductores, editores o presentadores de edi - ciones) K.A. RASHID, "The Gospel of Barnabas" 23, Dec. 2, Dec. 10, 1973. en “The Pakistan Times", I, II,III, Nov.- MIRZA MASUM BEG, “The Gospel of Barnabas", Rawalpindi, Jama'at-e-Ahmadiyya,1973 ADAM PEERBHAT, “Missing documents from the Gospel of Barnabas", Islamic Institu te, Durban, South Africa, 30 pp. (hacia 1973) BASHIR MAHMUD, “Injil e Barnabas ka Mutala‘a", Darul ‘ulum, Islamia, Baffa, Ha~ zara, Pakistan, 180 pp., 1974. M.H. DURRANI, "The Gospel versus de Gospe: Jan. pp.14-17, Febr. pp. 25-28, 1975. + en "Muslim News International", - RELACION DE AUTORES MUSULMANES QUE RECHAZAN LA AUTENTICIDAD DEL "EVANGELIO DE - BERNABE" C. ABBAS, "Mahmud al ‘aqgad, The Gospel of Barnabas", en “Al-Akhbar", Cairo, 20 October, 1959.- Reeditado en "Al-Sharq wa-1-Gharb", vol.56, n@ 10, Dec.1959, pp. 364-368; traducido por K. CRAGG en “The News Bulletin of the Near East Christian Council", Eastertide 1961, pp.9-12 AL-HRSIMT MUHAMMAD YAHYA, “Ingil Barnaba Fitna ‘bayna 1' -Masihiyyin wa-1-Musli- min" (El Evangelio de Bernabé es una manzana de discordia entre Cristianos y Mu~ sulmanes), “Etudes Arabes", vol.48 (1978), n@ 171, pp.13-20. Contiene el texto - 4zabe y su traduccién francesa, realizada ésta por M. BORRMANS. NOTA: Para informarse acerca de otros frentes de rechazo del Seudoevangelio de ~ Bernabé, ver “Islamochristiana IV", (1978), p. 68, nota 1.

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