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8 Sobre les Prokiemas Sociales POR RLOS VAZ FERREIRA Profesor en [a Universidad de Montevideo MONTEVIDEO prenta de ta “Editorial Aibalres”’ JOSE A, CARFERA 989 1930 Nuestros prapcsites Nuestra Universidad esta en deuda con la Socie- dad, Sin; duda que es la més impresionante y cer- tera acusacién que puede hacérsele a aquélla. Pre- paradora exclusiva de profesionales, ella no cum- ple la funcién cultural y social que el pais necesita y exige con urgencia histérica. De ahi que la re- forma Universitaria deba ser elevada al rango de Jos grandes problemas nacionales. Mas aun, la Reforma Universitaria ya es un ideal dinamica- S nuestro pueblo, Hse ex en sintesis nuestro presrama Digamos finalmente que si hemos eseogida piri iniciar nuestras publicaciones el libro «SOBRE LOS PROBLUMAS SOCIALES» de Carlos Vaz Ferreira, uo ha sido sdlo en atengién al ea rdeter de esa obra y a su valor intrinseco, sino que debe verse en ello también un homenaje a quien ha sido Hevad:, por la juventud reconovida, a la alta promocién de MAESTRO. Vo vaya, ahova, este libro, a fecuadar el alma eolectiva, BES NUESTROS PROPOSITOS 7 Que la cosesha sea Optima para compartirla con tedos aquellos amigos de la «cultura popular> que c tribuyeron eficazmente a la realizaeién de los pre -ésitos que alienta el «Centro Aridl». Comisién Direetiva del Centro, afie 1930: Héctor Gonzdlez Areosa, Carlos Grauert, Ar- turo Figweredo, Pedve Tufré Berta, Ariu- turo Prunell, Enrique Isola, Héctor E. Fu- sanello, Hugo Ferndndez Artusio, Arturo Dubra, Manuel R. Blanco, Lincoln Croce, Quirino Lara, Héctor A. Grawert, Eduardo Siandra, Alberto Becerra. om, NOTA Estas conferencias sobre los problemas sociales dictadas en mi curso de 1920, fueron una reproduc- cidn vesumida de otras mucho mds exiensus y com- pletus que di en mis cursos de 1917 y 1918, y que no fueron recogidas por haber la Universidad su- primido eb servicio taquigrayico de mi Cdtedra de Conferencias poco después de la creacion de ésta. Habiéndose restablecido recieniemente ese servicio, lo udilicé para dictar, ademds de las conferencias nuevas, restanenes de algunas anieriores. Tengo que publicar, pues, las presentes, en las peores condiciones posibles: con todos los defectos de la improvisacién verbal (que ni atin en cuanto ala forma han sido corregidos en esta version ta- quigrdfica), y sin eb calor y la espor uneidad que pudieron originariamente compensay Pero sub- siste lo esencial: la verdad posible de mis ideas (que yo creo que es mucha) y su oportunidad. Sefiores : 1 problema social (0, por si se quiere hacer euestién de palabras, el conjunto de los proble- mas sociales): se puede resolver? y gen qué sen- tido? El problema social seria un problema de accién y de ideal, de los que en mi «Légica Viva», donde desarrollo la teoria rvespectiva, he Namado norma- tivos. Estos problemas, de hacer o de preferir, difie- ven de los explicativos, de conocimiento 0 consta- tacién; y, mientras en los explicativos la solucién pnede, pradctica o al menos tedricamente, ser per- fecta (por euanto soluciéa, en tales problemas, cmiove decir Hegar a conocer los hechos, a eonocer “Ya realidad), no suele suceder lo mismo en nuestros problemas normativos: solveién tiene, aqui, otro sentido, y la posihle puede ser solamente una solu. cién de eleccién, no forzosamente perfecta. .. Esto filtimo todos lo entienden y admiten en cier- tos casos simples y practicos. El hombre que se pre- ennta si le conviene habitar en la ciudad o en la campafia, entiende bien, y todos entienden, que en una y otra cosa hay ventajas e inconvenientes, y que estos tltimos no se pueden suprimir del todo; 12 CARLOS VAZ FERREIRA que, por ejemplo, viviendo en la ciudad, estara, ese hombre, més ceca del centro de sus ocupaciones, pero en cambio, p. ej., crviarad menos sanos a sus hi- jos; que viviendo en el campo, tendra la ventaja y el inconveniente contrarios, ete., ete. il que delibe- va sobre si debe o no hacer un viaje, comprende per- fectamente que no puede conseguir al mismo tiempo las ventajas que habria en hacerlo y en dejar de hacerlo, y que si opta por las posibilidu- des estéticas, higiénicas, econémicas o de cualquier otro orden que el viaje le ofrezca, debera en cam- bio alejarse de los seres queridos, renuuciar a sus habitos, ete.; y al contrario si se queda... Pero es- to, que cualquiera reconoce y comprende para casos simples, ordinarios, materiales, ocurre que no so comprende y sobre todo no se siente tan claramen- te para casos mds complejos; y, sobre todo, para los de orden social. Con respecto a éstos, es estado co- mtn —consciente o no— el de creer que podria y hasta deberia existiv e implantarse algo perfecto, A veces proviene, este estado de espiritu, de una espe- cie de providencialismo fo~reviste esa forma}: tal, por ejemplo, el estado mental de un Mnrique Geor- ge, que expresamente argumenta con el iazona- miento de que debe haber alguna manera natural. e ideada por el Creador, de aplicar impuestos, asi como hay una manera natural de caminar; pero en general (tal vez hasta en casos como el anterior, en el fondo) lo que hay sobre todo es el error comin SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 13 de creer que los problemas de hacer y de preferir deberfan forzosamente tener alguna solucién per- feeta, esto es, que sdlo ofreciera ventajas, sin in- conyeniente alguno. No es asi; por lo menos, no es asi forzosamente ; x lo comin es que los problemas de este orden sélo udinitan lo que hemos MWamado una solucién de eleceidn, Fl verdadero método para tratar estos proble- mas, supone abstractamente tres momentos: pri- mero, previsién y consideracién de todas las solu- aiones posibles; segundo, determinacién y compara- ciones de las ventajas e inconvenientes de cada ima de estas soluciones; y; tereero, eleccién, (1) Ta difienltad especial del primer momento, es la de poder tomar en cuenta’ todas las teorfas po- sibles: muchas eseapan a menudo a nuestra pre- visién. sea por no estar formuladas, sea porqte re- sultarian de eomhinaciones, conciliaciones, ete. de Fn el segundo momento, las que econsideramos. suelen ser inmensas las dificultades que impone la neecsidad de considerar, observar, o prever todas las ventajas y todos los inconvenientes. Y todavia hay que tener en cuenta que el tercer momento, c eleccién, se complica con las preferencias indivi- duales. (1) Ver mi «Légica Viva; Problemas explicativos y pre * blemas normativos. 14 CARLOS VAZ FERREIRA En el caso del problema social, la diticultad eg inmensa; quizis en ningtin problema lo es tanto. Sélo imaginar todas las soluciones del problema so- cial, nos es ya imposible: habria que tomar en euen- ta, ademas del régimen actual, innumerables orga- nizaciones posibles, de las que sdlo algunas pocas, y en grneso, podemos prever. Después, atin sobre esa buse Himitada, el segundo moniento nos presen. ve dificultades mds grandes todavia, pues habria que prever y apreciar todas las ventajas y to- dos los inconvenientes de cada organizacion, lo que mal podemos hacer para la existente, a causa del acostumbramiento, y para las otra: posibles y tedricas, por la imposibilidad de prever muchos efectos. Y, tinalmente, el tercer momento, la eles- cién, supone todavia grandes discontormidades in- dividuales, atin sobre la base hipotétien de la von- formidad de hecho en cuanto a las ventajas o in- convenientes de cada soluciin, pues, por ejemplo, para elegir entire la predominancia de la igtividad o la predominaneia de la libertad, entre la cousi- deracién del biencstar y la consideracién de posibilidades de progreso, influyen en mimeho preferencias y los temperamentos individuales Siempre, sin embargo, el método es ese 3 ¥ su condicién esencial, comprender de antemano que lo que hay que buscar son soluciones da elec On. Bien: yo no voy a intentar resolver, aun con exe alcance, este problema —o este conjunto de pro- las as SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 1b plemas— primero, porque, al respecgo, siento mucho pero sé poco; y, segundo, porque, atin Genee i lo que sé y domino, creo que mos resultara mas fecundo no enearrilarnos en un método demasia- do ordenado que nos lleve a modos de pensar mas bien reflejos... Sentir y obscrvar mas libremente, nos dejaria m4s itil resultado. Y hay, en todo cage, algo en que me siento muy seguro, y que es bueno saber y sentir. Desde luego, si alguien se pore a pensar libr> mente y a sentir libremente —libertad en cuanto a prejuicios, en cuanto a teorfas, en cuanto a inte- reses, ete.—, sobre los hechos y cuestiones sociales, observando todo lo que se puede observar, procu- rando comprender todo lo que se puede compren- der, y, ademas, sintiendo, empezara seguramente por deseorazonarse ante las dudas, conflictos y contradieciones que atacan su espiritu sincero. Pero si entonces, en vez de caer en la desespera- -46n o en la indiferencia, si en vez de abandonar— lo que hacen tan a menudo muchos que son dema- siado comprensivos para entregarse a alguna unila- teralidad— nos decimos: «Bien: no podemos resol- ver del todo, ni siquiera dominarlo todo; pero bus- quemos; intentemos pensar y querer algo mejor, re- ducir el mal...»; entonces se presenta algo utili- simo y bueno, que es lo primero quae voy a tratar de sintetizar aqui; y es empezar por investigar si hay tanta oposicién real como aparente, si no de- 16 CARLOS VAZ FERREIRA berfa haber un acuerdo mayor; si esta bien que, como ocurre en la prietica, las tendencias y las teorfas Iuchen como si fueran contrarias en todo y desde cl principio —o si todas esas tendencias de- berfan tener una parte comtin, sin perjuicio de que el resto signiera siendo materia de diseusién, Y es esto tiltinao lo que voy a tratar de mostrar: que, en vez de oposicién y Incha total (por ejemplo: de conservadores contra socialistas, anarqnistas, ete.), como hay en gran parte y como se eree que tiene que haber, Jos espfritus comprensivos, sineeros, hu. manos, pueden y deben estar de acuerdo sobre un ideal suficiontemente prdctico, enpresable por una férmula, dentro dela cual eaben qrados, Eutenda- monos ya: esa férmnla no suprime el desaeuerdo y atin eahe mucho desacuerdo dentro de ella: Der desacnerdo ya sélo mis bien de grado, dentro de la f6rmula... Paya preparar, veamos. las prineipales tendens 77 ” eias en grueso, el coneepto general Je ellas, y el efecto que nos hacen (o el qne deben ae 7 sabemos ponernos bien sinceros). oposicién ftmdamental es la Tucha de da ten. deneia individualista y la tendencin sovialista; as. ta 8, diremos, la aposicién polarizunte, _ Bien: si se cxaminan esas tendeneias como se ~presentan, hacen mAs o menos este efecto al a no esté fanatizado ni unilateralizado: SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 17 El «individualismo» se presenta como la tenden- cia a que cada individuo aetiie con libertad y re- eiba las consecuiencias de sus aptitudes y de sus actos (esto, esencialmente; pues la parte de «be. neficenciay que admite cl esquema individualista, es como simple paliativo). Y esa tendencia asi formulada produce al espfritu sincero y libre, wna inezela de simpatia y antipatia. Simpatia, porque la tendencia es ante todo fa- vorable a la libertad, que es uno de log determi. nantes de la superioridad de nuestra especie. Y porque es favorable a la personalidad. Y porque es favorable a las diferencias individuales. Y por- que es tendencia fermental... Capacidad y po- sibilidades de pregreso... Fondo humano de to- do ello, en la psicologia individual, y en el iustin- to de nuestra especie en marcha... Pero produca, la tendencia, también antipatia. Ante todo, por su dureza: cierto que gencralmen- te suele presentarse paliada por la heneticencia: pero ésta, encavada como caridad, no nos satistace. Y, ademas de su dureza, el individualismo nos aparece como la teorfa que de hecho sostiene el végimen actual; y entonces, va hacia ella nuestra antipatia: por la desigualdad excesiva; por la in- seguridad; por el triunfo del no superior, 0 cuan- do més del que es superior en aptitudes no supe- riores, por ejemplo la capacidad econémica. De- masiada predominancia de lo econdémico, absor- 18 CARLOS VAZ FERRETRA biendo la vida... Y justifieacién de todo lo que esté, cormo la herencia ilimitada, la propiedad de la tierra ilimitada..., ete. Ahora, el .2' Je pensumiento y accion; que atm en los ces (sinceros y comprensi- vos) de tendene opuestas (sea por tempera- mento, sea por teorfa), la oposicién no debe ser completa; que todos pueden —y deberian— estar en un acuerdo parcial, sin perjuicio de la discu- 22 CARLOS VAZ FERREIRA. sién en cuanto al resto. Y yo opino que ese acuer. do habria de realizarse sobre una cspecie de mul —la llamaremos asi esquematicamente— se expresarfa asf: Alyo aseyurady al individuo «a eada uno, y como tal: por ser hombre); y, el res- to, ula libertad, Y opine yue esa formula dederta ser 6 tin « todos los hombres de pensamiento y de aecién, y la base de todas las teortus; cabien- do Ja diseusién sélo sobre cl grado de lo que ha- bria de asegura sobre la férmula. e (vy modo de hacerlo) pero no y Tédos, asegurar algo al individuo como tal, hasta un cierto grado, hasta un cierto momento, ». Todos, desde ese momento, desde exe grado, de- jarlo a la libertad. Por consiguiente: Parte comin: asegurar por Jo menos un minimum. Difereneia: que unos alin. donarian al individuo a Ja libertad, an tes, y otras lo abandonarian después... so, no se ve bien si se piensa dentro de la apa. rente oposicién absoluta de la teorias (edmo son niladas + ¢6mo Tuchan); pero es que esa opa- sicin resulta en gran parte de contusiones ¥ erro. res: a tal punto que hay casos —j tan lejos estariaa Jas teorfas, bien comprendidas, de oponerse to mente; tan fala nL neiosa e$ esa aparienrin de oposi- cién total!— que hay casos, repito, en que alguna de csas teorfas Hega a entrar mas en log que serfan principios de la otra, que en los propios... ‘sirva . : ee 2 no es puradoja decir que el sogialismo (de La a SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 28 de ejemplo tm solo caso, relative a uno de los wentidos de «individualismo y socialismo>. (1) En cierta signifieacién de los términos (y esto onda en la inteleccién contusa de las teorias), el jodividuclismo tomaria en cuenta fundamental o divectamente cl bien del individuo, y el socialis- mo tomaria en cuenta fundamentalmente a la so- ciedad. Y bien: en cuanto al socialismo, asi seria si el modelo del socialismo fuera la organizactén real de’ ¢i ciedades animales, o ciertas uto- pias que lo toraarfan como base, Suele decirse, en ese sentido, que es socialista, por ejemplo, la or- ganizacién de las abejas, de las hormigas, porque allf el individno no parece ser tomado como un fin en sf mismo: sometido a una funcién determi. (que podria opo- nerse a la nocién de «individualismo»). De él po- jzaciéy. utdpiea de La fm- ... Pezo el socialismo det Lia Tierra —yv es lo que queria hacer net d famiea, no os mas que wnigma biea v, misma vida, i iusién soelal. TL so divin dar idea la or na en la obra de W into de eso, uue es lo opuesto; a ta] punto, 6 Ty a) G)Ver mi obra cL propiedad de la tierra, donde-he indicado varios de estos sentides posibles y sus reldciny nes. 24 CARLOS VAZ FERREIRA tra) es mucho mas individualista (individuista) que el individualismo, I] socialismo tal como se presenta en nuestra humanidad, como se formula, como quiere implantarse, como Ineha, lejos de sa- erificar el individuo a la sociedad, quisiera (wid- picamente o no: ello no nos interesa en este mo- mento) hacer del individuo el centro: dar a cada individuo el mayor bienestar posible; lejos de sa- crifiear los individuos, asevurar a eada uno todo lo posible en materia de bienestar y de feligidad. Y es, al contrario, el individualismo de aqui abajo el que, por su idea de progreso, y de sacrifieio, re- lativo por lo menos, de los individuos peor dota- dos (en la seleecién), atienden mas ala idea de Ja especie en general, a la idea de sociedad; de ma- nera que podria decirse sin paradojas que, en este sentido de los términos, el socialismo es mas indi- vidualista y el individualismo mas socialista. .. Y ese solo ejemplo nos muestra que no podemos pensar claramente si no nos independizamos de esta polarizacién artificial de las teorias como estén hechas. Pensemos, pues, mas bien, directamente (para formarnos un ideal), en la oposicién polurizante entre igualdad y libertud (y también entre hienes. tar presente y asegurado, por wna parte, y pro- gresividad, posibilidad, fermentalidad, por la otra). Y, en cuanto pensemos asi, se 108 sugiere por sf sola la férmula: Nadie quisiera sucrifiear del todo SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 25 la igualdad. Y nadie quisiera sacrificar del todo la libertad. Nadie quisiera sacrificar del todo el bien- estar de cada individuo, una seguridad minima, lo presente. Y nadie quisiera sacrificar del todo el progreso, el mejoramiento, la misma seleccién y las posibilidades del futuro. Entonces: Esquema: co- mo un efreulo interno, asegurado a cada indivi- duo...; de abi, la irradiacién de la libertad. Variable, la proporeién; porque —y en eso con- sistira la diferencia— wmos querrén asegurar més al individuo; més igualdad, mAs bienestar asegu- rado, aunque sea a expensas de la libertad. Y otros preferirén asegurar menos, y dejar mas a Ja libertad, a la individualidad y a las posibilida- des de variabilidad y de futuro. Pero todos de acuerdo en cuanto a la férmula. De modo que el esquema se completa asi: Seenerne) @) p\t El nicleo interior, A, es lo que indiscutiblemen- te debe asegurarse a cada individuo. La corona ex- terior L, es lo que indiscutiblemente debe dejarse a la libertad. La corona intermedia, D, es lo sélo discutible. 26 CARLOS VAZ FHRREIRA Ahora, ¢qué comprenderfa el efrenlo interno: ol 4 wv Pe tap \ niicleo asegtirado, minimum? Venmos provisional mente: Desde luego, lo relative al punto de partida, Por ejemplo: edueacién y defensa del individuo menor, que comprende la edueacién corporal y es piritual: salud, al menos para empezar la Incha; instruccién, al menos para empezar la Jucha l Y eso, en grado bastante para el individuo, na aT siderado como instrumento, sino en sf miaino, erad : con posibilidades variadas, Lo anterior es reconocido (aunqne en grado in- signiticante y sdlo tedricamente y muy wal rea. lizado) por el mismo orden social actual, Pera i aquel niicleo, hase indisentihle para el punte de partida individual, hay mas: Desde luego, otro elemento que, sin ser reconoei. do ni en teorfa (no lo ha sido, que yo sepa, por 7 die), es, sin embargo, tan indigentihle a lox am lo han sido; y es el derecho a tierra de arenes el derecho a... «estar» en el planeta. Lo que ha impedido, no sdlo en la prdctiea sine a fe imi ae en la teorfa, el reconocimiento de este dere. cho, es la confusion a la vex prietica : Ly doetrina- via entre dos clases de tierras: la de habitacién y SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES eee la de produecién (1): en tanto que la tierra de co- municacién, por ejemplo, ha sido claramente distin- euida, y su problema resuelto y bien resuelto en la teovfa y en la prdctica, la distincién entre la tierra de produccién y la tierra de habitacién no se ha hecho, a pesar de su evidente diferencia. En- tonces, tanto en la teorfa como en la practiea, la tierra de produccién, lo que es en verdad algo tan absurdo como si hubiera quedado englobada con la tierra de produccién la tierra de comunica- cién, y como si los defensores, por ejemplo, del ré- gimen de propiedad individual jlimitada y heredi- taria, para la tierra de produccién, no distinguie- yan los eaminos, y sostuvieran que a éstos debe aplicarse el mismo yégimen, mientras a su vez los que combaten el régimen actual en cuanto a la Herra de produceién ereerfan deber combatirlo por las mismas razones que para los cami- nog, ete. Una vez que se aclara la confusién, se bercibe que el derecho a tierra de habitacién (0, ee PEE a si se quiere, el derecho a natural del individualismo. Por una parte, es cierto, derecho de individuos anteriores, que moditicaron el «medio natural tie- rray, ineorporando a él su trabajo. Pero, por otra parte, derecho de los individuos actuales, de- vecho de la generacién presente al medio natural tierra. Y, dando ese conflicto de derechos (entre los de los individuos anteriores y los de los indi- yidues actuales), Se puede y atin se debe Hegar a SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 36 cualquier solucién de conciliacién razonable y justa; pero no sobre la base del sacrificio total del derecho de los individuos actuales, que es precisa- mente le que hace cl régimen presente. Es eurioso que el mismo error que cometen Ins defensores del régimen presente, lo cometen, a la inversa, sus impugnadores. El régimen presente, decimos, al olvidar el aspecto de la tierra como medio natural, sacrifica el derecho de los indivi- duos actuales. Ciertos impugnadores, los Georgis- tas, por ejemplo, tienen o parecen tener en cucn- ta, al contrario, timicamente el aspecto de la tie- rra como medio natural, y prescinden totalmente, o en todo caso prescinden demasiado, del trabajo incorporado que determina los derechos de los in- dividuos anteriores, Ello se ve claramente en los ejemplos favoritos de George, con los cuales nosotros podemos preci- samenite evidenciar nuestra tesis, adaptaéndolos co- mo debemos hacerlo: son los ejemplos del aire y del agua. Si algunos hombres hubieran agua o cl aire, haciendo el agua mas higiénica del punto de vista de su potabilidad o adaptandola a usos industriales, haciendo el aire més puro y adaptiéndolo mejor asi a la respiracién, o adap- tindolo también a usos industriales, ello podria determinar algtin derecho; pero nunea ese dere- cho llegarfa hasta justificar la apropiacién indi- modifieado cl 36 CARLOS VAZ FERREIRA vidual del aire, y su trasmisién hereditaria, inde. finida, a expensas de todas las generaciones gi. gnientes. : Asi en cuanto a la tierra, En evanto a la heren- cia, el individualismo podria tomar dos formas. O bien serfa individualismo de la gener presenic: y entonees tenderia ohn. hacer tabla raga con todo lo que deriva de las generaciones anterio. res y a tracer a eada individno al punto de par. tida. Es posible que, si Jas eneracionos Iumanas fweran como las generacioncs de cicrtos insectos (que naeen de gérmenes dejados por los padres ya muertos — de manera que cada generacién no t0- nace ala anterior, y ademas cada generacién em- Meri en un momento dado y acaha en wn mo. mento dado —~- og posible, digo, que Ta qu la praetica teoria y ue hubieran tomado las formas esqnematicas de este individualismo, Pero, dada la realidad eomo es, dado el entree las generaciones + Tuzsinionty ele i que Ja misma pal racion viene 2 ne tener sentido, entoner dadera yunts de vis 1 ffeno~ . Ol ern del individnaliemo, dube ser establecer distinciones en la herencia, Por ejemplo: aquellos easos en que los indivi- dvos anterleres Jo sacaron todo de st trabajo, es im euso evidente en que el derecho de los indivi. dues anteriores no os privativo con respecto a las seneraciones presentes. Otros easos, en que hay uma parte de trabajo y una parte de apropiacién SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 37 de elementos naturales, pueden todavia parecer- se a los anteriores, mientras la apropiacién de ele- mentos naturales Ilega a no ser privativa. Pero, cuando el aspecto privativo domine, como ocurre cuando hay apropiacién de clementos naturales, entonces, deben venir los temperamentos, las mo- dificaciones, las limitaciones necesarias a la he- rencia, atin dentro del individualismo, y preci- samente dentro del individualismo. Pero esto no se ha visto; y, entonces, ha ocu- rrido lo siguiente. : La tendeneia individualista, que es tan psivo- légica desde luego, y, agrego, tan noble y fermen- tal, en su grado; esa tendencia a defender hasta Jo posible la libertad, la personalidad, y, con ellas, no sélo el bien sensible y posible, ya mds honda- mente entendido que el hienestar material, sino todavia las posibilidades del futuro, nuestros pri- vilevios de especie en marcha; el individualismo, ato; ha engendrado muchos defensores nobles, senerosos, pero equivocados, del orden actual, porque tesvizaciones falsas han hecho ereer que ce} orden sctual realiza el individualismo. Hay que libravse, pues, de Ja sugestién errénea de que teo- vin alyiina, ui la individualista ui otra cualquiera, pueda justificar plenamente el orden actual: des- de Inego, evidentemente, en cuanto a esas dos or- ganizaciones csencial de Ja herencia y de la propiedad de la tierra. De todos modos, dentro Ss 88 CARLOS VAZ FERREIRA de cualquier doctrina, eseucla, tendencia, aspira- cién 0 temperamento, ha de desearse y defender- se una solucién que eve a igualay mas (que aho- ta) el punto de partida de los individuos, Queda la cuestion de grado; pero, de todos modos, igua- lar (el punto de partida) mais que ahora, Y la tiniea defensa posible del orden aetual — no tedriea sino préictica — podria ser la que se basara en consideraciones de ineyitahilidad, de dai- fieultad o imposibilidad de encontrar un susti- tutivo menos malo; pero esas mismas consideracio- nes, consideraciones de hecho, que diseutiremos, no Ievan todavia, no pueden llevar nunea, a de- fenderlo en su totalidad, puesto que sentimos que, por lo menos en un cierto grado, podvia ser modi- fieado en el sentido de nue mt formula ideal (igualar algo meds el punto de partida de los in. dividuos...). Confrontando, pues, con nuestra lérmula el or. den aetual, resulta evidentementa Injustiticado (en cierto grado al menos), y corregible sin duda en dos hechos: en lo relative a la herencia y en Jo relativo a la propiedad de Ja tierra (sobre todo en la combinacién de ambos). Ahora, el orden actual también esx atacado por veto hecho, que para ciertas esenelns es el mas fundamental, + es el capitalismo privado, que es- tableceria la dependencia de unoy hombres con respecto a los otros, y, como pretendida conse. SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 39 cuencia, la divisién de la sociedad en dos clases. de las cuales la una es explotada por la otra. Pero este punto, mucho mas complieado due jos anteriores, queda para ser examinado aparte. Entretanto, nuestro ideal nos ha ae ya pa- ra comprender y sentir con evidencia, confron- tando con é1 el régimen de hecho, que la justifica- clén vorau del orden actual es imposible, Pasemos ahora a confrontar con ese ideal, las teorias, que son, en grueso, dos: Individualismo y Socialismo. Sefiores : Mostrdbamos en la conferencia anterior que el orden social actual no satisface nuestro f6rmula de ideal, fundamentalmente en dos aspectos: en la organizacién presente de la hherencia, y en la organizacién presente de la propiedad de la tie- rra (tal vez, con més precisién, debimos decir: en la combinacién de ambas), Esa parte es evi- dente. : Insinudébamos que es mucho mas complicado el examen del otro punto en que se ataca el orden social actual, o sea en el relativo al capitalismo privado. Mucho mas complicado, porque aqui se trata mds bien de un examen comparativo de bie- _ nes yde males. El capital privado tiene, eviden- . temente, por wna parte, bienes, que se relacionan con la estimulacién de las energias bumanas; y males, més 0 menos grandes pero evidentes, en" cuanto tiende a hacer depender demasiado a unos jndividuos de otros, en relaciones que, atm cuan- do vealizaran tedricamente las [érmulas de justi- cia, no las realizan prdcticamente. Y caben, por consiguiente, al respecto, distintas actitudes, se- gim que esas ventajas y esos inconvenientes se 48 CARLOS VAZ FERIMEIRA Brenicene aprecien, respectivamente, como mayores o me. nores. | Ademas, todavia hay otro punto nee complicado, y es cl de saber si los males del ne tal privado dependen directamente de esa institn. cién en s{ misma, o si dependerian m&s bien de la desigualdad en el punto de partida que las otras dos institueiones mal organizidas, la oe cia y la propiedad de la tierra, crean en las re. laciones- de unos hombres con otros, : Pero, dejando para tm examen ulterior este in- teresante y complicado punto, hemos podido sen- tar en principio que el orden social actual, desde luego, no satisface nuestra formula, por Ja ma. nera como en é1 estén organizadas dos institueio- nes: Ja propiedad de Ja tierra y de Ia herencia. La propiedad de la tierra — deciamos, -—- por dos razones fundamentales: primera, por privar- se al individuo, al indiyiduo actual y eomo tal individuo, de su derecho evidente a tier Na. 0 espa. cio de habitacién; de derecho a «estar en el pla- neta», mas importante todavia que el derecho que so le reconoce, a cirenlar por él; y seaundla, por negarse al individuo actual todo derecho a tierra de produccién, no obstante existir en ésta un as- pecto de medio natural, atin cuando se combine con él otro aspecto, resultante de modificaciones producidas por el trabajo humano de individuos anteriores; se niega, pues, al individuo presente ae SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 43 todo derecho a tierra de produceién, sin darle tampoeo un equivalente por ese derecho que se le gnstrae, — y se tiene en cuenta asi, tmicamente, el derecho de los jndividuos anteriores que han jncorporado su trabajo a la tierra, en lugar de combinar 0 conciliar, de uma manera enalquiera, aquel derecho con el de Jos individuos actuales al (hoy pareialmente) elemento natural tierra. En cuanto a la herencia, su organizacién actual es claramente defectuosa desde dos puntos de vista: Desde Iuego, en cuanto no distingue los ca- gos en que el ejercicio del derecho de disponer un individuo de bienes en favor de ciertos indi- viduos de generaciones futuras, sea privativo de algo para otros individuos de esas generaciones futuras, de los casos en que no lo sea (el caso ex- tremo de herencia Hdad superior... Y de aqui se podria seguir... Zien... 3 PRTG... j Perot: Cuando yo pienso y siento sineeramente sohrs el sotialismo, lo encuentro dneoncreduble, Tneon- eretable, ain en pensanieate.” Yoda cosa a hacer, _heyqie pensarla, no solamente por el fin pro- puesto, o como abstracta formulacién, sino eon eretamente, en accién, taginunda su funciona miento. Ahora bien: no adie yo no predo conere tar el soelalismo —es decir: un ben sdcialismo— gino que, buscando en los eseritores, en los propa- gandistas, nunca lo be podido eneontrar eonere- tado. ‘ Se me enuncia el ideal abstracto; el fin a con- CARLOS VAZ FERREIRA : a to seguir; y medios también abstractos, que, ast for. mulados, parecen sencillos, Pero, ,cdmo es eso? Socializar la produecién y ¢l comercio..., eter. Pero, gcdmo es? gQuién manda? ;Y, eémo? ~Quién mantiene el orden teorizado? ,Cémo es el estado, o lo que haya en sn jugar? gY como entra en @, y eémo se relaciona con Gl cada individuo? 7Qué obligaciones tiene cada uno? , Como se utili- van jas aptitudes de eada mo, y edmo se relacio- nan con ese orden Jas youaciones o las aptitudes especiales, y eémo se hace que cada uno dé lo que podria dar en materia de trabajo y de enerefa? ¥ hay sanciones, y cudles? Y las pregnatas siguen, basta acabar en una gravisima: 4¢6mo se repar- tel... No solamente yo no puedo coneretar el so¢inlis- mo, sino que observe que ninguno de sus propa. gandistas lo ha eoneretado bien, Cuando quieren coneretarlo, me parece que oscilan en un dilema: © suponer un cambio espiritual demasiado g-ande en la humanidad, o suprimir la libertad: 0 le Woz pla psicoldyica, o la tiranta.. Los leo eon todo de- seo y con todo amor; pero los veo siempre, 0 cacr en tna de esas dos disyuntivas, o detcnerse antes que una de ellas se presente demasiado clara, O bien oscilar de la una a da otra... ia una —deefa— es suponer un eambio psieold- gico demasiado grande; la utopia psieoldgica: su- presién del mal y de los malos, no mds criminales; 7 SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 53 no més holgazanes, ete. Unas veees desvriben ex- presamente ; otras, postulan: 0 disimulan; pero es eso: pseudo solucién, por supresién de la realidad. Lo otro, es la imposicién; la imposicién en gra- do excesivo € intolerable. Algunos, la confiesan y aceptan. franeamente. Otros, la eluden con distin- eiones verbales (hoy, por ejemplo, es muy fre- a formula: que no seré «Estado», sino cuente «Administracién>... Si es «Estado» o no, es cues- tién de palabras; pero es lo malo del Estado: im- posicidn, reglamentacién, prohibicidn, jgualamien- to...- Otros, presentan como «provisorioy al Hs- tado, que se gatrofiards cuando deje de ser ne- cesario; pero aqui ya vuelve la utopia psicold- gica... g Ademas, y esto es importante ; la misma férmu- ja (de este socialismo que llamo de segundo gra- do), atm no tratando de conecretarla, atin consi- derada en sf, avin para ideal, es igualmemte de mds, -ufiformizante de mds; no entraria por el grado en la que yo preconizo, por quitar demasiada li- bertad. Y, atin, gravisimo, desde el punto de vista de Ja fermentalidad: tendencia a que se reduzca — salvo una superioridad espiritual grande— el esfuerzo de cada individuo a su minimum; dema- siado poco estimulante ; desventajosa para los mis enérgicos, para los mas activos; aflojante de la humanidad...; mal del DEMASIADO pienestar ase- 54 CARLOS VAZ FERREIRA ry gurados debilitacién de expacidades, energias eaida hacia wn nifiinvum de posibilidades hume- mas... Y rants? Este es otra aspeefo muy impertante de la eves tién: Yo suelo pensar y deeir que los soeialistas (sige refiriéndame a ese soclilisma de segunda grada; este es, del que tenderia a saviukizar toda la produecién y teda el goniereloy se apuntan ed) juego de les comtrerios y siguen jugando eontra ellos, Y lo que wuero sugerir es lo siguiente: En om momenta dado, et régimen de Hbertad, eon sus enormes y dolerases defeetos, ha dado wa producto de carjemte. Bt sovialisma, socializaré esd.produceién y vse comereia, este es, kas acdquisi- ciones que la Pimanidad ha heeho hesta ese mo- mento per el ofta régimen, y seguira de ahi, Pero jmaginémosnos gue ese scelatisme, de soctalizacién total de la produceiin y ef convercio, hubiera sur- gido en wn tiempo anterter; entanees hubiera nide mucho menes sue soelulizer, y hubiera podi- da asegurar mucho menes, Este hace pensar que, atin desde ese punto de vista eonereto y especial Ge Io eeondmico —j con mayor razén, y de tades modes, en euamto a todas Jas fuerzas y posibitidades espirituales!— la orga- nizacién soeializada sea fijante; tendiente a dete. ner a retardar adquisiciones, er gignada, 5 5 : SOBRE LOS TROBLEMAS SOCIALES 55 ¥ esto, sea eval sea cl valor que tenga, nos e- va a algo que a mi me parece muy hiteresante examinar. Se habla a menudo de experioncias de mo; y aan sucle pensarse que tal revolucién pre- gente sea wma experiencia de socialismo, y una ex- periencia con éxito (1). Prescindamos de hechos que, en este gmomento y desde aqui, no podeues po. conocer, ¥, sobre esta enestion de experiencias gibles de socialismo, y sobre Jo que serfa éxito tra- ramos notar lo siguient tandose de ellas, ha Si alguna revolucion 0 evolugién socialis triunfar, lograra asegurar tw minimnm de subsis- fencia: no morivse, comer... (el ragionamiento, por ejemplo, y otros minima), esto desde iRego no “en seria mma experiencia con éxito; el mismo ré cireunstancias actoal es tambiér eapaz en cic’ 6, como se hace, por ejemplo, en las de asopurar ¢ euerras, raciondndose wo ngran ojército,.y hasta wn pig; menteniéndose Jo minimo de la vida... Pero “no se trata de eso. La experiencia, para tener éxito, tendifa, pri- mero, que mantener todo lo que Ja humanidad ya tiene adquirido; no salamente lo gruexo, sino todo, en bienestar, en goces, en clencia, en arte, en el yra- do actual; esto es, aseguvar lo que la humanidad ya ha conseguido. et (Ver, en~el-Apéndice de'esta-obray una-parte velas 56 CARLOS VAZ FERREIRA . " Y cuando hubiera asegaredo eso, no podrfanos decir todavia que seria wa experiencia eon éxito, Aunque asegurara to que lt humanidad ya tiene, aunque no se perdicra nada, ley wyue poder se- guir; y no se podria alirmar el éxite, por consi- guiente, hasta haber visto Jo futwro; hasta haber viste si cse régimen mantenfa fas pasibitidades de yariacién, de transformavidn, de pragrese, de des- eubrimiento, de avanee, de evolaeién; todas las posibilidades fermentales de la buznanided. Y, de acuerdo nuestra razén, nuestro sentimiento y nuestro instinto, nes hacen yeutir y afiimar que no habria bienestar, gace a seguridad presentes que fueran bastente precio y por las cuales ven- diévamas nuestias posibilidades y nuestra aigni- dad de especie ex marche. Muchos otros pantos seenndaries habria que detallar; por ejemplo, cierto efecto perjudicial para ciertas manifestaciones espirituales no sepa~ rables por eemplcte.en e} hecho social-del ostimu- lo econédmics; ventaias, si, pero también algunos inconvenientes, por ejemple, pura la, ciencia, dada esa compenetracién de la ciencia tedrica y de la eleneia prdetiea gue, al mismo tiempo que hace depender los adclantos préecticos de los adelantos teérieos, hace depender, también, en eierto grado, los progresos teédricos de los progresos practicos. Pero lo anterior, sobre todo, basta pava pensar, co- mo resumen, que en ese «segundo grado», el. so- —— y SOBRE LOS PRCBLEMAS SOCIALES 57 cialismo todavia dt de ics a ena de las dos ideas . la idea de igualdad enos lu oli: ded y de x de seguridad, y de mcnos todasfa a la idea de libertad y de persomilid..d. Bn ese grado, pues, lo siento todavia como no deseable (aunque fuera deseable, serfa inupracti- cable, yoatn en pens imiento inconeretable) — lo qne es separable, dicho sea de paso, de su valor y efectos pragméticos, como ideal de combate. 10 ms Ahoia, hebria otros grados de soe! aqui vend Timitados que ese, menos socialiste a el examen, interesuntisimo, prdctico y vital, de todas esas medidas parciales; viejas o nuevas; al- seu 0 guns, incorporadas a legisluciones; y ue, » a, Son relaciona- no de filiacién ideoldgica socials de socialismo. lero ese examen bles con da id Geiailedo no etaria aqui en su lugar, y, sobre to- dy, fo que al plen de este estudio conviene, es’ ha- gular otra cosa, sobre la eval amo da aten- ont ae eats Y os que, en esta via de pensemiento, esto cs: traténdose de socizlismos mas Tinitados, menos socialistas que el que cousistivia en socializar be produccion (y el comercio) asi, en general, se Nos presenta naturalmente wia idcologia que seria, me parece, tipicamente Ja que deberfa Hamarse, y ser,el socialisnio de primer grado, & saber: so- Gializar no toda la produccién, y el comercio de lo mas adquirido y de lo més “necesario. 53 CARLOS VAZ FERREIRA sega Vamos a llamar a esta ideologia saetelizecién da lo gruesa. Yo la considere inte razoness * Primera, porque es defendilte. A diferencia de to que oceurre eon cl so: e segundo grado (a fortiori eon et ce t te socialisme de primer grado es detendible como ideal, y atn puede gserla desde ef punto de las posibilidades practicas. Debevia ser ef gue defendisren Tas sociztistes, Y la segunda razén es qne este scelalisma de primer grado, 0 seeietizaciin de lo gruesa, eons. tituye el otro limite de mi foruada. Antes, deter- minamos el limite de grado de mi fOmuelta, del Tae do individualista; ghora, determinamos su Hmite del lado socialista. Con mis precisién: ya habin- santisima, per dos mos establecide fo menes que se puede dar a la idea de igualdad y hienesiar asegura@e, pera dar jo mds posible a Jas @e Hhertad, personalidad y fermentalidad; ehora, establecemos Jo may que sess podria dar a aquiéss, dejande alge que pueda ser eonsiderado bastante a dstas. Son los dos Ifmites entre los euales eabe la diseusidn y la dudca, puede elegir, y fuera de los enales se esti en e3 error y en el mal. Y, asi, nuestra férmula de ideal ha quedado como encerrada entre limites, lo que Ia ba eonere. tado mas, Todos, deefamos, todos los que piensan libre ¥ ta ae SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 59 sinceramente, deben estar de acuerdo sobre esta formula general: buscar para el individuo como um punto de partida asegurado, y dejar el resto a la libertad. lias, diferencias estarfan en el grado; 0 si se quiere. en el momento en que unos u otros aban- donarian el dndividuo a la libertad. vopos lo acompafiarfan hasta wn cierto grado. Parle, desde Iuego, su punto de partida: asegura- micnto de salud, de instruecién, ete., hasta un cier- to grado de que no da siquiera idea lo Poco que realiza en este sentido el orden actual, atin enan- do ello esté facilmente en sus principios. Y la tievra de habitacién, que es uno de los de- yechos individuales mas claros. Algo més que eso ha de corresponder; desde Iuego por el hecho de que el individuo que nace privado de tierra de produccién tendria, o dere- cho a alguna, o derecho a algiin equivalente. Algo ‘mas, pues, sin duda (comprendiendo la asistencia para el individuo que cae demasiado; y ademas todavia de esto). Y, aqui — pero sdlo aqui — es donde eabria la diserepancia. Unos dardn sélo eso, o poco mas: y ahi que- dardn; el resto, a la libertad. Otros, los de ideas 0 temperamentos mis socia- listas, sostendrin que debe acompafiarse ms al individuo; aseguratlo mas; pero siempre dete- niéndose para dejar bastante a la libertad. 60 CARLOS VAZ FERTEIRA Oey Ahora bien: el limite serfa el socialismo de tudes personales pesibles y las doetrinas pesibles sobre el trabajo impure: suprimiclo tetalmente por Ja sociulizacién (seria al xesperto la doctrina extrema); conservarle a tansa de sug ventajas, a pesar de sus inconvenientes, con libertad rbsoh- ta; a bien eonservarlo, pero limitdndolo, intervi- nivadelo, procurando dominar sts inconvenientes por reglamentaciones, muchas pasibles, entre las que estarfa inclufda la socializacién pareial, la que hemos Uammado soeializacién de lo grneso... Poro, sin perjuicio de esa diseusién, el acuer- do debia ser, moral e intelectualnente, forzoso de ua lado, en cuanto al bajo puro — fede é para respetarlo; del otro, en enanto al fo taba. jo, para combatirlo, Pero no ocurre asi; y sobre esto pido la miyor 68 CARLOS VAZ PEREIRA setae atencion: No ocurre asi; sino que, por un lado, se mani. fiesta de hecho la tendenecia, ¢onseiente o incons. ciente, formulada o no, ds los revolucionarios, a atacar todo lo que no sea trabajo manucl, trabajo corporal, incluyendo entre lo que atacan, al te bajo intelectual englobade con cl trabajo impuro y el parasitismo. Y, por otro, tendencia de los con- servadores a defender todo eso también junta; en. grneso: a defender, englobados, confundidos, al trabajador intelectaal, al capitalista, industrial o comerciante, y al undo heredero, j todos juntos! Ahora bien: si, en momentos como los acinales, un hombre, ce 2. fenares, millares de hombres dedicaran a uo explic S {Ue CSO, A NO es : , a toda el se i ni decir, mas que eso, todos los dia mundo, es absurdo, y lo que puede pasar, expatiteso, Los revolucionarios, en su psicologia yruers, engloban a wn deseubridor ¢cientifico con un yer- no de rico, y los ataean juntos! Les conservadores los engloban igualmente, y los defienden juntos! Y, entonces, no es paradojal decir que (en ese plano grteso, qne es el de accidn y combate) re- Lo que pasa sevian vidas bien empleadi volucionarios y eonservadores tienden a eometer el misno error, la misma contusién (en el hecho; en lo que tiende a ser accién). Y, mientras sea asi, no pueden los hombres sii- re * podemos condenar totalmente la reaecién, por vio- SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 69 ceros fijarse y hacer pie para Ja lucha. Auchas manifestaciones del espiritu revolucio- © nos repugnan: la violencia, la nario nos hier eneia; el ataque global a todo lo existente; > jnintel! alo bueno y a lo malo, ciegumente... Pero reeordumos que ‘la sociedad actual da, y s¢ fae obstina en seguir dando, a ciertos hombres, la eultad de tener y poder todo sin haeer nada, sin eoutvibuir personalnente en nada al bienestar so- cial: la facultad de poder todo, no s6lo én Jo ma- favial, sino en cuanto a la edueacién, al gove ar- tistieo, a la mhisina independencia, Y, entonees, no Jenta e incomprensiva que sea. Y asi se plantea el eontlicto. Y asi ‘se va a po- . probablemente, la Jucha social: préxima... Tavix VY, enteefantos tras los vevolucionarios no entiendan y (y exo tiende a aeeién) que el trabajo in- teleetial debe serv defendido por ellos, toda revo- “judién naceré condenada! Y mientras la sociedad no sienta que no dehe defender al pardsito, jeondenada, condenada y condenada ! Ahora, analizar: Es punto de gran importancia el referente a las velaciones del trabajo intelectual con el cor- poral, 70 CARLOS VAZ FERREIRA Es, desde Iu element] que jos dos son tra- bajo. Pero ya no ser ecomprendido, Y si dijér eomprensién provienc de } o@ que resulta de la nece simplismo indisp ble para le ponetracién de las ideas en las m no dirfamos bien. Esa incom- prensién esté en muchos epsivifus superiores. Y, precisamente, si se quiere busear ur impresionan- es jo primera que empieza a ates que ja in- us espiritas inferlores, ack Ge la aeceién, del te ejemplo, se lo cneventra en la shra de uno de los més givndes espfritus “geniales modernos, de Tolsto?l. Su euente «lvin el imbécils, es Io mas representative que conozco en la literatura moderna del problona sueiat; mucho mis que los Hbvos centificos y doctrimavies: un Libre eomo éste, sera més o menas «soeislistas, serd mas o menos marxiaxe —punio seeundario para nos- atros—; pero es un Ubre focal. Concentra sobre los puntes prineipales, melusive sebre el practi- eamente decisive: ceuands les soldades quicvaa.o Tero ya lo reenerde shore sokumente para la eues- tién que estoy tratunde: Ja de las relaciones ded frabajo espiritual eon el material. En ningiin es- pirita, ni er: ef mds Hmitado, estrecho, incampren- sivo, el errer capital: la exelusién de? trabajo inte- lectuai come trabajo, Ia comdenacida del trabajo es- piritual, con el vulgar complemento de la buna, se manifesi6é eome en ese libre tan terpemente genial La férmula es: «quien no tiene callos en r SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 1 lag manos, no tiene derecho a comers; no quien no trabajd, sino quien no tiene callos en las manos. Y la idea de que ademas de poderse trabajar con Jas manos, se puede trabajar con la eabeza, es jdea del diablo. Pero el yueblo se defiende: eereian que ese sefior les tha a ensefiar realmente cémo se trabaja sin manos, nada més que con la cabeza, mientras que el diablo viejo sélo les ense- fiaba con palabras, cémo se puede vivir sin tra- hajars. Asi, los que trabajan con la cabeza, que no coman... Eso no se refuta; no es digno: Pero era para el pueblo; obré sobre el pueblo; y iqué Jejos esté. el pueblo, aun sin necesidad de que ven- gan sus gufas geniales a confundirlo y enceguecer- Yo mas, de entender, y de sentir, las verdaderas relaviones de} trabajo espiritual eon el corporal ! ;Y qué hondas y apasionante gon! Apuntemos slo algo: Prinero (este aspecto no es todavia el mas profundo; y es, ademas, parcial; pero ya intere- sa), lo del trabajo emixto»; lo frecuente y lo ele- vado que es: por ejemplo, en el arte, escultura, pintura, y en las mas grandes époeas del arte. ae no sélo casos eomo el de un Cellini, a quien no se sabe si Hamar artifice o ar sta, sino el de los mas grandes, en los guales, muchas veces, ha sido mas intima, mas inseparable, la unién del trabajo espiritual con el material. Miguel Angel empe- zaba su estatua extrayendo.el block de mérmol “I re) CARLOS VAZ FERREIRA Heel de la cantera, y lo continuala por todos los gra- dos del trabajo material al espiritnal; 61 esculpia personalmente, pare @ no habia modes, ni repro- duceiones, ni auxiliares puramente manuales. La vida de un Leonards de Vinci presenta mezela- dos histérica y espiritualmente los dos trabajos ; sus innovaciones eran espiritudes y mniteriales: cx la preparacién de tos colores, de Jes harnices, de los revoques (de ahi precismnente alymmos de sus eontratiempos y fracases). Y, en euante a los an- tiguos, quien busea ef nombre det maestro de los Fidias y de los Polictetos, enewentva cel de Agela- des, «el fundiders... En la eieneia, cl deseubridor, jeudntas veces !, no podria siq . separar el trabaje espivitual del trabajo mannel: la téenien de Jahoratorio, la manipulacién, todo cso puede formar parte del mas elevado trabaje cientitieo. Algunas profesiones, como la de eirujano, no se sabe si son espiritueles o manuales. El mismo «obveroy en ef sentido corriente, tiene que ¢on-— servar pensamiento y guste, para Ja varlacién, para la adaptaciér, para la precisién... Y, en la sociedad, los dos trabajos Mevan el uno al otro, y se vivitiean y se alimentan mutuamente; y de obrero se pasa a inventor por transieiones in- sensibles; los obreros perfeccionan, idean, inven- tan; el trabajo espiritual, a su vez, se va convir- tiendo en corporal; pero sélo Megara a ser pura- _ SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 73 mente corporal cuando pierda del todo el espiritu, cuando se haga rutinario, reflejo. Y eso nos lleva a pensar en algo ya mas hon- do: en que el trabajo corporal es trabajo espiri- tual matterializado; trabajo intelectual caido en reflejo: Bl trabajo material es trabajo espiritual que fué (el corporal, fué intelectual alguna vez), Lo que hace wn electricista, un chauffeur, un tintore- ro, fué jnteleetual; o lo que hace el que siembra trigo, o el que injerta; alguien inventdé todo eso; todo vino del esptritu. Y el que conduce un carre- ién de manos, 0 ara, 0 cocina alimentos, o prende fuego, prolonga con gestos, todavia, el espiritu de alguien, con nombre conocido o no, mas o menos remote, que pensd. KL tealado corporal es el reflejo, el gesto del drabajo espivitual. Yun solo hecho de trabajo intelectual, un des- cubrimiento, da para trabajo corporal indefinido. Y, apurando la cuenta, el trabajo corporal de- be ix al chabers del trabajo espiritual. El traba- jo material es hijo del espiritual; y en atacar al trabajo intelectual en nombre del corporal, hay, no s6lo absurdo, sino una especie de horror... Ahora, mas consideraciones : El trabajo corporal es sdlo prolongante y man- tenedor; el intelectual, es renovante y progresa- dor (perdén por las palabras: es para pensar). Y 74 CARLOS VAZ FERREIRA a somos especie cn marcha, por el trabajo espiritual, M4s todavia —j més hondo que todo!: Ja velacién con el sufrimiento, con e} dolor: El trabajo corporal se prescuta como penoso, y pedirfa perdén hasta de que alguien pensara que yo quiero atenuar el sufrimiento que frecuente- mente lo acompana, Pero enficnudase esto: el trabajo corporal es separuble del dolor, del sutri- miente, y, el espivitual, na; cl corporal esta extrin- secamente unide «b dolor; el espivitual, intrinse- eumenté, El corporal es peneso G por por razones materiales, reglamentacién, eso de horas de trabajo, mala remuueracién, falia de la consideraciéu social que le es dehida, ete.; 6 por razoncs materiales: ciertos trabajos que reqoieren demusiado esfuerzo, o son repugnantes o antihigiéuices o peligrasas, ete, ete. Pero, en teori: razones sociales 6 Por razones sociales: mala y quizis en la praetica, lo prime- ro podria arreglarlo una organizacién social me- jor; y, lo segundo, podria urreglarlo la eiencial maquinas, proeedimientos que supriman lo peno- so, o lo sucio, o Jo peligroso. Y, entonces, resneltos esos problemas, el traha- jo corporal dejaria de estar unido al dolor. Y hasta realizaria en cierto sentido un ideal de trabajo, por cuanto deja el alma en paz. Atn hoy, evando no es demasiado penoso el trabajo material, deja, 6 muchas o poeas, sin responsabilidades, sin. 7 SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 73 t angustizs, horas para vivir. Lero en el espiritual, la unién con al sufrimiento es intrinseca; el creador artistico, el pensador, el deseubridor cientifico, y atm cn planos menos al- tos, el profesional intelectual, un médieo conscien- te, un abogado, un juez consciente, tienen el tra- bajo doloroso en st: trabajo que nada podria redi- mir del dolor; y hasta ese dolor, ese sutrimiento es como necesario pata la cualidad eumplida del trabajo. ; Y algo més atm; el manual puede repartirse so- bre todos los hombres; habria organizaciones posi- bles (o puede concebirselas, y tal vez no sean total- gente absurdas, tal vez estén muy lejos de ser ab- surdas), organizaciones que vepartieran el trabajo munual: a cada hombre, su parte. Pero el trabajo espiritual no puede ser repar- tido: tiene sus elegidos. Y, aqui, ser elegido, es ser explatorio, BL trabajo espiritual es trabajo, y es mds tra- bajo que el corporal. Es fuente y condensacién: radium de trabajo. ¥Y todo lo que se haga en nom- bre del trabajo, ha de comprenderlo y enaltecerlo. Y¥, lo que no, condenado! Pareceria, ahora, que quedamos en indecisién, cuando, al coutrario, hemos establecido algo que es bastante cierto y seguro. He aqui, resumiendo, en qué estamos: 76 CARLOS VAZ FERREIRA my Ante todo, tenemes alga gue vale mas que una tearfa: tenemos un mado de pe tir), que debe ser ef de tadé y comprensivas, s ar (y haste de sen- log espivitus sincere planters bien el problema. Y, ese modo de pensar y de sentir, hasta es una formuda (aunque dotada, como es natural, de la suficiente plasticidad). Ya a abstracto: aseenrar al individuo elge, «quia in- dividue», como ial individua, y de; a libertad; eonsistiendo las de puntos de vitsu, sdla en una crestidn de gra- dos: determiner hasta qué grado debe asegurarse al individuo (déindole wu punto de partida, y tam- ploy asistiéndalo en caso de eaida excesiva), y des- de qué grado se le abundoua a la libertad. Pero la f6rmula se conc os cuil era, en ar el resto a difercucias posibles a mas, y es atu mis, porque llega a dvterminar Ifmites extremos de un ado y del atre, De wn lado, la buena y deseable organizagiOn social ha de coimprender mas que cier- to minimum dicia par nium se puede delenninar t stanle bien; de oire ado, uo ha de Lyitarse la libertad sina, a lo mds, hasta tal grado, que puede también determinarse astante bie quiero decir: no se puede abando- nur al individuo antes de cierto momenta y es ne-~ cesario abandonarlo a la libertad wna vez que se ha llegado hasta cierto grado. Y hasta no viene mal de esto una representacién gratica: Un nitcleo, que representa lo que ha de asegu- eada individua; y, we mini- LOS PROBLEMAS SOCIALES Tw parse cada individuo, y, fuera de é, lo que ha de dejarse a la Libertad, Lo tinico diseutible es el radio del ntielvo, entre ciertos Lianites, No puede ser menor que A, y no puede pasar de D. (Sdlo D es diseutible), La divergeneia cabe en lo que esté comprendido entre esos dos limites extrem Que, lo vepito, se determinan, bien: De wn lado, mds que asegurar al individus ia cducadién corporal lo may completa posible, Ja edueacién espivitual lo mds completa posible, y, entre otros varios «derechos individuales» (esta vieja expresiéu es buena), eb derecho individual a tierra de habitaciéa, esto es, wn pedazo de plane- ta para estar, el derecho «a estare en el planeta ademas de andar por él. Y es mds que eso, digo, porque, existiendo imposibilidades para el acceso de todos los individuos a la tierra de produccién, tal privacién, con algo hia de ser compensada: por io menos, y de todos modos, con una asistencia para aquellos individuos que, abandonados a la libertad, cacn demasiado, bajan de cierto limite... Iso, es 78 CARLOS VAZ FERREIRA ! por el lado individualista ; eso es lo menos que debe yeeonocer y asegurar a cada individuo, el que aban. dona pronto los individuos a la libertad: el in vidualista, el libertista, temperamentales o doctri- narios, Y, por el otro lado, por el lado socialista: para aquellos en quienes predomina el punto de vista de la igualdad, de Ja seguridad, como ideales, atin para esos, debe ser demds la socializacién, la eo- lectivizaci6n total; debe ser demas, todavia, la so- cializacién de toda la industria y comercio, Y, el mum de ese lido —para los que quisieran asu- gurar mas a los individuos y asistirlos més; atin Aximum extremo, —sélo puede lexi. para esos— el ma timamente ser lo que nosotros hemos Jlamado la riela vat eviando se yelacién con verdad, ebandonando a la aetividad refleja ciertos actos, pero va ensayando y realizande otros; crece eb clreulo central, y crece Ue carona, porque erece a efreuly total de la actividad psiquiea, Pues bien: fo mismo oeurre en otros mitehos ca fs, ¥, entire ellos, en el nticstvo. Suponiendo que clertus autividades, vy las necesidades y deseos co- ‘prelativos, fueran entrando en el efreulo de las 84 CARLOS VAZ FERREIRA ‘ necesidades gruesas cuya satisfaccién habria que asegurar segtin esta férmula a todos los hombres, eso, no estrecha. el campo de lo libre: nuevas acti- vidades y goces ensancharian siempre las posibi- lidades y las adquisiciones de la humanidad, y en- tonces la libertad, la iniciativa, la diversificacién, tendrian siempre un campo libre y cada vez mas amplia de radiacién... in euanto al «capitals —el trabajo impuro— en este gocialismo atenuado, quedarian, pero no podrian tanto contra los individuos, dado el ma- yor minimum asegurado para cada uno, dada la menor desigualdad en los puntos de partida. Los mules, mds o menos grandes, pero de todos modos evidentes, del capital, eonsisten en dar en ciertos casos a ciertos hombres o instituciones demas poder sobre los individuos aislados; pero ello —sa continuaria diciendo— se debe, en part rable, a que, en el régimen actual, los individuos no tienen. un punto de partida o un mirthoum bien asegurado; de modo que estén a mer ced deleapi- tal, y aungue tedricamente, por ejemplo, en Ja rela- cién de obrero y patrén, haya dos libertades, pric- ticamente sélo de un lado la hay. Esta situacién se atenuaria considerablemente asegurando al indi- yiduo un minimum. Y entonces —se coneluiria— en el capital, en el trabajo impuvo, predomanarian los bienes sobre los males. Tal es la defensa, tal como podria presentarse, da conside- SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 85 de esa otra posicién extrema. Es un esquema seductor. Sus dificultades, son menos de teorfa que de posibilidades prdacticas: Attn tratandose de esa férmula, tanto menos ex trema que el socialismo habitual, todavia ocurre que, enando queremos pensarla concreta, tropeza- mos con muchas difieultades —atin en el pensa- utiento— no sdlo en cuanto a la misma justicia: es ditfcil imaginary modos préeticos de ignalacién, atin. no muy considerable, de manera que no sea qdgs 0 menos a expensas de los mejores, y es eso Jo que habria que evitar De todos modaos, esas son las dos posiciones ex- tremas: Antes de la primera, no es posible que- darse. Mas allé de la segunda, no es posible pasar. Ahora, entre las dos posiciones extremas, ahi si, fay muchas, pricticamente infinitas, posiciones I resultantes, unas, de teorizar y planear de wna sola clase de medidas, y otras, las erosas y las mas variadas, de combinar- En efecto: las medidas euya posibilidad hay que tener en cuenta, las clases de soluciones, son varias. Por ejemplo: Soluciones de socializacién. Medidas relativas a la herencia (supresién, 0 jimitacién, o reglamentaciones). Modificacién en el régimen de propiedad de la tierra. 86 CARLOS VAZ FERREIRA oe Soluciones de tributacidn. Soluciones de asistencia; ete., ete. Y¥, ante esa multiplicidad de elases de medidas, pueden venir, desde luego, dos modos de pensar. El primero, es tomar una sola de esas clases; ef segundo, combinarlas (varias 0 tedas). En el primer easo, un pensador toma una sola de las ideas y busca en ella el remedio: por ejem- plo, la idea de tributacién, o Ja teorfas de propiedad de la tierra; y surgen esas teorfis de que es tipo, por ejemplo, el Georgismo: todo, absolutamente todo el mal, depende del régimen de Ja propiedad de la tierra, y todo, abselutamente todo el mal, se eorrige modilicando cl régimen de la propiedad de la tierra por tal sistema de tributacién. si tantas otres teorfas posibles... Nétese que muchas utopias se forman a menu- do por ese proceso, Y también que las teorfas de esa clase tienen una impresionante presentacién de originalidad; pero es, si bien se la analiza, una originalidad negativa: por supresién de las otras ideas. Permitaseme una digresién, aqui motivada y aplicable, sobre Ios sistemas. ,Qué son, y eémo se forman? Habria, sobre cada orden de hechos o ideas, él sistema completo, general, que resultaria de tomar en cuenta todos los hechos, todas las ideas, todos los puntos de vista, y combinarlos en el sistema, que asi comprenderia y resolveria todo. SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 87 Pero se concibe otra especie de sistema, y es la que generalmente se’ realiza en la practiea: de todos Jos hechos, ideas 0 puntos de vista, tomar uno so Jo; dejar de Jado, o atenuar, «escamotear>, los otros; y, asi, presentar todo como resuelto por una sola idea. Los sistemas de la primera especie, los completos y verdaderamente comprensivos, los ver- daderos, no son imposibles; pero gsélo es légico y humano esperarlo en ciertos casos. No es este el lugar de determinarlos (1); pero, desde luego, puede afirmaise que, cuando se encuentra un SIS- tema en un orden de hechos o ideas muy com- plieado, sobre todo si se vefiere a la vida psico- jégiea o social —un sistema con nombre, con tér- mula para resolver todo— generalmente ha naci- do por el otro proceso; se ha formado por supre- sidn. Tales han sido, en general, los sitemas fi. lostrigos; tales han sido, en general, los sistemas sociales. a Dejando de lado, entonces, ¢sos unilateralismos, qtiedan las posiciones verdaderamente fecundas, sensatas, sostenibles, gue consisten, en nuestro ca- so particular, en examinar hechos e ideas, en pro- yeetar combinado todas esas ideas y hechos; y esto, atin haciéndolo dentro de los limites de la i dgi i r to con 1) En mi obra «Légica Viva> trato ese pun ¢ actone: capitulo «Pensar por sistemas ¥ peasar por ide- as para tener en cuenta> y su apéndice. 88 CARLOS VAZ FERREIRA «formula, netuvahnente es variabil imo, VY cone prende una inmensidad de posibilidades, Bs entonces evade se pucde sentir come wa impresin de desumpuro: povece que ya noe se tie ne « eriterion, parque ya no se es «sociali «anarquista>, 0 «conservadors. .. Pero, en ver- dad, se piensa, ve siente inejor, y cu la prdetiea ge actuard mejor: se proyevtir ' star, o 4 se opinard, o se votard, se hard toda lo que haya que haever, mejor dado que lo que se hag 3 a dentra de los limites de nuestra formula, podra ser a no lo menos mala, pero no podra salir muy male, y no tendrd horro- res, como los tiene el révimen aetual, a cl soeialig. mo doetrinaria, « el amiudguisma doctrinario, y to- do lo que hasta hoy forma sisiema naminada.. 5 Y, entre par s, esta cnestién del nembre, en Ja prdetiea, es, pradctieamente, de lo mas gvave: Lo que yo esiay tratando de explicar, qne creo es verdadero y aueno, podria ser «teorfay para Ja diseusién, y hasta partido pa 1 écdmo emaria? tesi EL que resuelve tade seciilizande, sociatizando en todos les eases, ese, se puede Hamar «socialis- ta». Y el que admite que no debe haber gobierno para nada, ex ningtin caso, ese se pucde Uamar «anarquistas, ete Pero si un hombre piensa, por ejemplo —come parece, sin embargo, tan sen- sato y tan verdadero y tan bueno pensar— que un buen régimen social debe empezar por asegurar ava la accién p-perae—7 | f SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 89 algo al individuo como tal individuo; que, des- pués, debe abandonarlo a la libertad; que entre lo que debe asgurar al individuo deben estar, por lo menos, tales y cuales cosas; que entre lo que se puede socializar, no deben estar mds de tales o cuales; cuando un individuo piensa asi: gqué es? O sea —para la gente— gcdmo se llama? Js mds seusato que los otros; comprende mds que los otros; siente mejor; puede resolver me- jov las cuestiones; pero, ,«qué es»? Lo que parece aqui una ecuestién de pensamien- to, es una cuestién de lenguaje; pero una ecues- tidn de lenguaje que hace un mal inmenso. Nunea se insiste bastanee sobre esto; y ustedes me pordonarin que haga notar un heeho sorpren- dente: encia de Namarse de algtin modo, no |i hace cl pablico en casos mucho mas simples, uientras Ja hace en los m&s complejos: en lo filo- sdfivo, en lo social. Cualquicra comprenderia hoy lo absurdo del nom- bre de secta, si se tratara, por ejemplo, de alguna de las ciencias naturales, que son, sin embargo, mucho mas sencillas, Supongamos que existieran rénomos ¢plurisatelistas», «monosatelistas» y «asatelistas», Unos sostendrian que cada planeta tiene varios satélites; otros, que cada planeta tie- ne un satélite solo; otros, que ningtin planeta tie- ne satélites. Y diseuten... Si, entonces, aparecen astrénomos que dicen: «hay planetas a los cua- 90 CARLOS VAZ FERREIRA Ta, les no se les conoce ningin satélite; otros plane- tas, como la tierra, tienen wo; otros planetas, co- mo Jupiter 0 Saturno, tienen inuchos. Y hay que agregar, todavia: primero, que los planetas pueden tener ms satélites que aquellos que conocemos; se- gundo, que puede haber cuerpos muy pequefios, & los euales no se sabria si Hamarles satélites, y que, sin embargo, girarian alrededor del planeta, etc., ete». Los astrénomos que dijeran esto, no se lla~ marian, por opinar asf, de ningtin modo; y, en ese easo, nadie que no fnera wn jmsensato les exigiria que se aplicaran nombres de secta; no se les pre- guntaria: «Fero, en resumen: aqué es usted»; por- que todo el mundo empezaria por admitir que ni el «plurisatelistas, ui el «monosatelista>, ni el «asa- telistan, tenian sentido comin. Por lo demas, ni se eoneibe que existieran en astrovomia. Alli, todo el mundo, sin necesidad de ponerse un nombre, reco- nocerfa que tales planetas tienen tantos, satélites conocidos, que a tales planetas no se les cones, ningtin satélite; evando se deseubrieran otros, se les anotarian, ete. Resulta, pues, muy sencillo pen- sar en casos como ese, Entre tanto, en el orden fitoséfico, en el orden social, la exigencia del hombre, por el piblico, es, al contrario, imperiosa. Aqui, es forzoso presen- tarse con alguno; y ello es dificil euando se pien- sa de una manera algo comprensiva; en tanto que, el nombre, hasta viene solo cuando se piensa con 7a SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 91 wna sola idea. Esto, para la praetica, es, pues, bien grave, Los que piensan mal, tienen nombre. Para poder com- batir on la prdetica contra ellos, necesitariamos uno; pero, 4¢d6mo hacemos? Y todavia, para colmo, algunos dirdn: «Pero si eso tiene un nombre, y un nombre conocidisimo ! Eso es ser La teoria general que, cn estas conferencias, he esbozado sobre los problemas sociales, es impor- tantisima, en cuanto determina una tendeneia ge- neral de pensamiente, y los limites dentro de los cuales es admisible mantenerse. Creo que esa teo- via es verdadera y buena, con la férmula que la esquematiza; y estoy de ello muy eonvencido, ~AbarSTin enanto a mi posicién o estado dentro de aquellos limites, es cuestién personal y secunda- ria, que no he querido mezclar con lo que reputo importante y cierto, y de la que sélo diré dos pa- labras en este apéndice. » deseabilidad, yo VWegaria, lo més, hasta ase- gurar a cada individuo, ademas de la educacién corporal y espiritual y tierra de habitacién, lo grucso en materia de vivienda, alimentacién, ves- 96 CARLOS VAZ FERREIRA ul tido y abrigo (con una obligacién de trabajo co- rrelativa). Pero, eso, sélo cuando pienso algo abstracta- mente, sin que me posible pensar de ui miu do conereto los medios eficaces: medios, natural- mente, que no fueran a expeiisas del trabajo, de la iniciativa, ete., de los mejores. En posibilidad, me quedo mucho antes. Sin duda, (y a pesar de un temperamento fuer- temente y predominantemente individualista, que me hace sentir la libertad, la individualidad y la fermentalidad como lo primordial), si alguien me lara a concretar aquella solucién de un modo ictico y justo, allé irfa. Pero, como yo no pue- i do hacerlo bien, me quedo antes, me quedo mucho inds del lado individualista; esto es: aseguvar al individuo la edueacién corporal y espiritual en lo posible (ya es bastante asegurar: estuilos tan le. Jos de eso, que ni siquiera en general concebimos bien lo que ello seria). Asegurar los otros «deve- chos individualess, entre los cuales ft mmte, derecho a tierra de habitacién. Ademas, moarfiea- ciones importantes en el régimen de las heren- cias y en el de la propiedad de la tierra (mini- mum: precisamente limitar la herencia de la tie- rra), tendientes @ que el punto de, parlida de ca- du individuo sea menos desigual. Para la heven- cia y para la propiedad de la tierva de produe- cién, en euanto queden subsistentes, obligacién \ ee i ~sheda -ambicién, yo habria cons SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 97 correlativa de trabajo. Todavia, el individuo que cae dema obligacién covrelativa de trabajo, también, en Jo posible). Muy poco mas, si acaso. Y, el resto, a la libertad. Pouiia coneretar mas, — y he intentado ha- ecevlo; pero, aqui, podria comprometer la verdad fundamental de la teorfa con esta cuestidn secin- daria, Lo que yo o cualquiera podamos pens.r dentro de aquellos liuites, no tiene mayor impor- tancia al Jado de la importancia inmensa que pue- de tener comprender que aquellos son los limites; y eomprender cuél debe ser Ja tendencia y diree- y comprender bien que asistencia para ado (con edn del pensamiento; tados los que piensan sensata y acertadamente so- lve los problernas sociales, deben estar de acuerdo parciulmente; y comprender sobre qué deben es- tar de acuerdo, y sobre qué, solamente, han de reeace sus posibles divergencias. Y, en iodo caso, atin euando fuera esa dema- vido wm objeto si hubiera contribuido a separar y dejar de lado lo demasiado erréneo y malo. Complicaciones para pensar (que algunos no toman bien) Primera: Los planos de soluciones: Soluciones en distintos planos; ideales préximos y mis re- motos. Y algo que complica mas todavia: Hay so- 93 CARLOS VAZ PERREIRA Inciones que representin un mejoramiento con re. lacién a lo presenie, pero que no son solueciones ideales; y hay, al respeeto, dos elases de espiri- tus: aquellos que rechazan invariahblemente es: ven y quieren Jas tros que, al contrario, prescinden por sdlo busean, persi, solucioues, ideale: completa de las soluciones idedles, y sdlo busean lus de mejoramiento prdetieo, Los espiritus de ainbas clases parecen en realidad necesarios, atin cuando se manifiesten unilaterales; viene que predominen otros espiritus mas eom- bien con- pletos, que tomen en enenta la bondad de las dog clises de soluciones, y sepan gvaduar y resolver en cada caso. Segunda complieacién: Las soluciones. de com- peusacion, Supongamos que se propone, en la sociedad pre- sente, tha medida, por ejemplo, de asistencia, o de veglamentacién (como las que apoyan todos los socialistas); y una de esas personaisay que uo tienen nombre, por ejemplo, uno que pensara como yo, encuentra, por un lado, que esa solucién dlesvia; pero que, por otra lado, compense. Por ejemplo: estando actualmente el individuo priva- do de derecho a tierra de habitacién, alguna so- ducién «socialistay relativa a la vivienda, podra no parecer buena en sf misma, pero podria s acoptada como solucién de ecompensacién. Estas soluciones de compensacién tienen ventajas e in- SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES 99 inmediatas, precisamente eonveniontes. Ventajas: compensan. Ineconvenientes: que desvian lero exmino, De ahf, grandes eompliea- ciones para pensar, sentir y actuar, pero compli- caciones que, de todos modos, se resuelven mejor porque del vere sabiendo esto que no sabiéndolo.

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