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Rafael Aguirre (ed.) Asi empezdé el cristianismo 2 AS EMPEZO BL CHUSTANISMO 29: i i Je reflejan el desarrollo En conclusién, estas dos generaciones que reflej glo de a tradicién paulina son un magnifico ejemplo del proceso de cién de unas comunidades que naieron con una fecha de ca d muy cortay que, como una novia que sigue experando a cf. 2 Cor 11,2), aprendieron a vivir es espera de modes d- es y creatives, todos ellos marcados por una tension en- cer Siiad de ser pace del mundo ene que vivian y fade no confundirse con él, VIL Las comunidades jodnicas: tun largo recorrido en dos generaciones Carmen Bernabé Ubieta 1 El jodnicon, unas fuentes que reflejan fai | ro jd ico.aJo Jargo del tiempo Las fuentes principales de las que disponemos para acceder a la historia del grupo o grupos jodnicos son, fndamentalmente, el cvangelio de Juan y las tres cartas que llevan su nombre. Todas elles forman lo que se conoce como «el corpus literario j ta antigiiedad, se ha percibido en estos escritos unas afinidad: rarias y teoldgicas que parecen establecer una relacién entre estilo y el ie de 1-2 Jn? son muy similares al que se enc endl rangelio' aparece en elas los tétminos crstolbgcos carause tticos del cuarto evangelio‘ ¢, incluso, pueden aprectarse en estos ‘sctitos algunas expresiones que solo aparecen en ellos’. Es cierto que ‘iene la revelacia se lama Juan buys al Discipulo «mado identifeado con tiaiodchSfeear tee fo pocsemspa gene edn, gs 1 mismo que el dela? Jn aunque la problemas s nee hae tee ln, ian ots roma fe proessce dinadas con ka), mare Es Mtidade cdl pater inaes h sec ig sa ee eee Una comp Com tei: eer Jn: Tener I pecados, 294 Ast EMPEZO EL CRSTIANISNO también hay diferencias‘, pero podrlan explicarse si estos escritos, atin procedicndo de un mistno cfrculo, espondicranadiferentes mo: ments de su historia. El acercamiento habitual al evangelio de Juan ha sido, durante mu- cho tiempo, el literario-teolégico y esto ha facilitado la consideracién ‘temporal y descontextualizada de su mensaje. La lectura de sus ense- fianzas y desarrollos 1s mds caracteristicos hecha exclusivamen- te desde estas claves impide, sin embargo, apreciar todo su valor y su al- cance. Es cierto, sin embargo, que no ha sido esta Ia tinica forma de acercarse al corpus jodnico. Hay que mencionar la linea de trabajo que hha hecho un esfuerzo por estudiar estos escitos y su mensaje teol6gico inserto en la historia de sus ‘BMupos, y a estos en su contexto socio-his- ‘rico. Ejemplos de esta perspectiva de trabajo son Barnabas Lindars, Oscar eeiiRns Radolf Schnackenburg, Marie-Emile Boismard, Jean Louis Raymond Brown, 4 1 ara un pablico general y que to no serian veh{culo apropiado para acceder a aquellas’. Sin embargo, hay que afirmar a posibilidad de que en un escrito se den alla vez el universalista y un origen y destino comunitarios, ya que es I6gico que tun grupo quiera dar a conocer su cosmovisién y su posicién’, “Todo escrito, deja traslucir el lugar social del autor o autores que csctiben una obra. Es cierto que muchas veces el texto no hace alusio- nes directas a ese momento y circunstancias pero eso no significa que no se puedan descubrir 0, al menos, vislumbrar de forma indirecta. ‘ence yh ” Prograr Rethinking te Gop diene, Fort P Aerie en pcan Edd ease A. Timothy bod, Hendrickson 2000, * Sobre la nacualeza comuni cia en el cuarto. ‘mace. West {AS COMIMIDIDESJOANICS UN LARGORECORRIDO EN DOSGENERACONES 995 Dos razonest primero, en los mismos escrtos hay detalles y pistas (s- quemas mentales desde los que se explicae interpreta la realidad, ex. presiones y formas de discurso...) que, con el método adecuado, pu. den ser puestos de manifiesto. Existen numerosos estudios que, desde el acercamiento socio-cientffico adecuado, han logrado decit algo so. bre las caracteristicas del grupo donde ha sido escrta la obra analizada ¥ su situacién vital’, Segundo, las circunstancias y caracteristicas mds significativas de los perfodos donde se desarollaron las primeras gene raciones de seguidores de Jess van siendo conocidas cada vez mejor y ellas nos ofrecen un marco general, que habri que perfilar y adaptat a ‘eada caso, pero que nos ayuda a tener una idea de la situacién general del perfodo donde surgié el escrito’ Martyn popularizé la idea de que el evangelio de Juan fo como un drama en dos niveles. A parti i , este autor descubria en el evange nio, el de Jess y el de la comunidad. En Cuando leemos el cuarto evan, ias parece muy intense, Por orra part, la relacién que existe entre autor, comunidad, y escrito es mucho més compleja y plantea la cuestién de si un evant * Dos arcculos pioneros: Wayne A. nine Sectaianism, JBL 91 (1972) 44 CChiiscian Group. The Evidence ofS ara evanglio que ententan en gnc 2m an he estes es a tempor que vs dl 90-1, If ous Maryn, Hiory and They nthe 4 Gap, Harpe & Row Pa Ncw York 1968, p17.” He # Gopal Harps 8 Row Ph 6 ssl EMPE2O CUSTUNNO 29 " i del sérmino, 0 en io es obra de un autor" en el sentido moderno {qué medida la comunidad es coautora de la obra, A pesar de Ai evangelio lleva el nombre de un autor ~puesto por la retion= Se acepta mayoritariamente que las comunidades tuvie- fon un gran papel ens laboracin, canto en la conservacion dela, tradiciones como en su reclaboracién y renovada aplicacién a las di- ferentes situaciones comunitarias. . Ea los dos punts siguientes se abordard primero el modelo de la. memoria que ayuda a entender y da base légica al proceso de las cura dela caicén, y despues la historia literati dl compus jodnico tomado como un todo. Se trata de aspectos mis eécnicos aunque interesantes, los lectores que no estén interesados en est erfos pueden pasar directamente al apartado 4 donde se desaro- Ila la historia de los grupos jodnicos. 2. El proceso de relectura y 1a. memoria,colectiva i icho mas arriba que el corpus jodnico tenia un aire de fa- mi pare que entre gus escrtos habla ambien diferencias Por owa pare, la mayorta de los experts et de acuerdo en que evangaio de Juanes fruto de un proceso de elaboracin prog va", Pensamos que tanto el aire de familia como la histori tienen que ver con el proceso de relectura'* que la comuni de sus tradiciones a lo largo del tiempo y que, por lo tant fen esuecha relacin con su historia, Fl modelo dels memoria cole va, tomado de la psicologia social y la sociologia de los grupos, pu ada. Hace Juan, Las dla gang ean in cn ourmh tae cen oaaoe inp over ee es que aparecan en el rangtlio, pero que no lo te ah Gp igi, Nee TLE a Sy oT i Far Gp age Neel ah me “mee nce ‘cr fara yteogics, en varios aspecos. 1S COMUNIDADES JOANICAS- UN LARGO RECORRIDO EN OO GENERACIONES 297 de ser de gran ayuda para comprender el proceso de elaboracién del cevangelio y para sicuazlo en su historia, la memoria y (cf. cap{tulo V), por eso no ser necesario explicar por extenso el modelo o repetir de forma echoes tiva lo que se ha dicho ya en otros lugares, Aqui nos interesa el emg de la memoria colectiva en cuanto puede iluminar el proceso de le sucesivas relecturas de una misma tradicién. Un grupo hace memo- tia de su pasado en determinadas circunstancias que, normalmente, tienen que ver con momentos de seria difcultad en su presente, bien porque su i lad est en juego y su continuidad como tal grupo peligra, o bien porque el grupo estd en un momento de en rucijada donde el camino que hay que seguir no estd claro. En eros tos, la mirada al pasado supone una selecciSn de hechossig- ivos en virtud de fa situa in presente y con vistas al futuro deseado. La memoria sociales la parte de la memoria coleciva que ibn, legitimidad y sentido de percenencia a incluso en relacién a los antepasados, pues la actividad anamnética establece un nexo de unign entre el pasado y el presente, Memoria y relectura estén estrechamente relacionadas. La relec- tura implica el es decir, rememorar el pasado, ha- cerlo un presente, Desde la urgencia existencial ra al pasado reflejado en las tradiciones escrtas y se fja icados no vistos, en alcances no intuidos y desarrollos no los en los acontecimientos recordados, o bien rectifica desa- anteriores, Estas relecturas pueden dar lu- nes orales, que aplican la tradicién recor lacién, a inserciones en el mismo texto, o incluso ‘a textos nuevos. «la practica de la relectura sefiala ala ‘vez la necesi- dad de la memoria y su perpetua renovaciénn El tema de la memoria en el sentido mencionado es un aspecto esencial en el evangelio de Juan. De hecho, en el mismo texto hay tuna reflexign explicita sobre este tema que queda plasmada en for, ima de prolepsis a lo largo del evangelio: «Cuando resucité de entre los muertos, sus dscipulos recordaron que habfa dicho eso y ereye- ron en la Escritura y en las palabras que habia dicho Jestise (2,22, también 12,16; 20,9), La memoria Para Juan es una combinacién "Jean Zumstein, aLe procesus de rlectut..»,p. 174 298 sf EMPEZO BL CRISTIANISMO compleja donde entran varios elementos: recuerdos de los testigos, rememoracién y fe, cuya importancia se pone de manifiesto en la afirmacién de que ¢s el Paréclito quien guia a la comunidad en este hacer memoria (14,26: 16,4.13) que se manifiesta como la profun- dizacién del significado de ciertos hechos del pasado que, reletdos a la luz de las Escricuras y del presente, es permite conocer la verdad de lo acontecido y les leva a la fe". «Juan utiliza el mismo verbo ‘mnémoneub para describir tanto los recuerdos de aquellos sucesos ue tienen los discfpulos como la subsiguiente interpretacién me- sidnica de las escrituras que clarificé su experiencia. Para Juan, por tanto, hacer memoria no es simplemente un recordar estético de la experiencia personal que puede decaer progresivamente con el tiem- po; es més bien una actividad compleja y dindmica que co formacién sobre el pasado con la reflexién sobre el significado alti mo de la muere de Jess» ". Memoria ¢ identidad grupal estén relacionadas estrechamente. 3s que dan identidad a un grupo frente a otros forman la memoria social de ese grupo y permiten conocer algunas cosas de él. Como se ha dicho, ef hacer memoria supone una selec- cién de los recuerdos y tradiciones, y por ello observando la seleccién hecha, ze puede conocer algo de quien la hace. En el caso de los escritos jodnicos, la relectura de las tra nes y su desarrollo en un sentido y no en otro desvela la comunidad ue esté detrés y que se identifica con esa relecrura de las tradiciones lesde el acontecimiento de Jestis. El proceso de relectura e interpre- tacién era un fenémeno muy propio del mundo judfo. Los méradios scaban la actualizacién de la Escriturame- iciones antiguas desde el presente de Ia jo de Juan usa profusamente iados por el Pariclito, la nue- lad que los ha teste recurso con la conciencia de ser vva presencia de Jess en la comunidad. Este modelo de la memoria y las relecruras sucesivas jusifican arios que algunos autores descubren en mo su relacién con las cartas jodnicas. La izo necesario hacer memoria y releer 75. and History in an easly en Alan Kirk y Tom Thatch ad.ion, and Society of Biblical Literature (2003) 79-97 (eta 83-84). SCOMUNENDESIOBUEAS WN LARGORECORNDO EDO CNERACONES 99 mo confirma el estudio histérico-critico del corpus jodnicc rece haber quedado testimonio de ess relecuuas en ef mismo terror, ico y en las carvas lo que nos permite un acercamiento ala histo. "ia comunitaria, aunque sea en forma de tentativa, Por tant, utilien, remos la historia literaria del cuarto evangelio ~a pesar de su cardcter ico~ para tratar de decir algo de los grupos” alos que estaba destinado preferentemente, de sus caracteristicas y de su historia, ‘Unos grupos que parecen extenderse en el tiempo y en la geograf ‘Ademés del evangelio y las tres carts existen también ottos do- cumentos que muestran cierto parentesco con esta tradiciSn, Al nos parecen ser relecturas y desarollos de la tradicién comin fo entraron en el canon y con los que la tradi ble que se confrontara en algiin momento de su desarrollo. En el son perceptibles elementos de la tradicidn jofinica o,al menos, tos ecos, de su memoria coleciva. Todo este corpus lterario perm: te acercarnos, con la necesaria contextualizacién, a rentes de la historia de estas comunidades, sus tela nes y a sus conflicts, a sus buisquedas y a sus posicionamientos; y debe set te, rnido en cuenta a la hora de esbozar la ficados con la tradicién jodnica. En los siguientes apartados veremos que medi: telecuras de su tadcion few profandisns ce la persona de Jesis de Nazarer hasta llegar a la confesién cristo de los grupos identi- Iogi- ca caractersticamente jdnica; es decir, que eas relecruras confor ‘maron la memoria social de la comunidad, aquella que fue su sefia de identidad més caracterstica, la que la dferenciabn de las donee reid y llegé a ser su méxima aportacién al caudal de la 3. Historia literatia de los escritus jodnicos El andlisis histérico-critico del texto evan; élico y las cartas ds acceso a una historia redaccional compleja yen faves sucesivas que nos permite vislumbra, aunque sea en grado de tentativa, la histo a de la particular comunidad de memoria que esté detrds de estos escritos. ;Quiénes eran, de dénde procedian, cual era su telacidn con los grandes grupos de seguidores de Jes I sis que nos son més co- nocdos? Cul ie Su trayecora? Cues con a problemas? " La pluraidad de grupos puede ser apreciads en ls caras de Juan, 300 AST ENPEZ0 EL CUSTUNISMO Aunque los autores coinciden mayoritariamente en afirmar una larga y compleja historia literaria, no se ponen totalmente de acuer- dova la hora de determinar el niimero de sus fases y proponen un rnimero diverso de etapas en el proceso de formacién del corpus jod- nico, dependiendo de la mayor o menor sistematizacién en su des- ctipcidn, Existe, sin embargo, una gran coincidencia en los mo- mentos esenciales del proceso. a. Fase inicial de la tradicién: unas tradiciones propias para escribir un evangelio La primera impresin que se tiene cuando se lee el cuarto evan- gelio es que se estd ante una obra que poco o nada tiene que ver con Ios tres sinépticos. Jess aparece haciendo largos discursos y moné- logos que son uno de los rasgos mas caracteristicos del evangelio de Juan, Sin embargo, si se eliminan estos discursos, el relato, tanto en ‘sus materiales (milagros, dichos, relaco de la pasién, cos) como en su estructura, es muy similar a los evange - cos. Esto lleva a pensar que, por una parte, estos discursos son desa- rrollos de una fase posterior realizados con el fin de profundizar en el sentido teoldgico de la accién narrada®; y, por otra es inevitable preguntarse por la forma literaria que tuvo el estadio anterior, cuan- do ain no habian sido elaborados los discursos. Una de las pro- ppuestas que, con algunas diferencias, hacen un niimero considerable de estudiosos es la existencia de un evangelio previo que habria si muy similar al de Marcos”. Un evangelio que, como sucedid ® En 1957, John A. T. Robinson habia hablado de un -New Look en los est dios dg anc omens dee main dae ain de un i comier de exulis sobre Juan yas fuentes Toque rodo tain y a comunidad que eb 'y Dwight Moody Smith, Raymond Brown ¥ Robert Snackenburg, famosa an algunas direc mpi . yosra de a Pasion, y que podeia ‘habia sido watar de probar que na, The Gapel ofS the Fourth Gospel. Cambridge Unive “SCOMUMDIDESIRNEA LARGO RECCRIDO Bi DoScHNERONES 591 ‘con Marcos, que fue rele(d i 0 releido y profundizado en M ria sue frido elaboraciones y profundizaciones posterines er cine oe mentos de la vida de los grupos depositarios de esta tra La cultura de o1 jones y a nuevos isto los hallazgos de to, ¢s muy fictible que un p y algunos dichos o ensefianzas, gelio primicivo * Ese evangelio inicial habria comenzado con Ian aly a mad cond ng fimo" seguido por su actividad sanadora y haba acabado con la Pisoni 7 Pasién y los relatos pascuales. Es decir que el mismo ‘material tradicional podria haber indica la estructura compote, fe haciéndolo muy similar al de Marcos. Es muy probable que est crane también dichos primitivos de Jestis, al es. flo de los que fueron recopilados en Q: En los discusos et post bie adivinar algunos de esos dichos que parecen haber sido latbase de desarello posterior que se consol en los dscursos, al slo de lo que sucedié en otros textos como el Evangelio de Tomas o los Did. erfobar faenay hon tet tt John Knox Press, rey ba Gospel in Conn ba 58 Brg Moody manna co ces heen pp. 303-304. ey Ancient Gel Their Hit and Dee ii Bas Se amet, Ty ee rags moma en 2 Alguos empl de exe feco se pden vi Jn 13.20¢QiLe 106, Jn tate OIL Ca any Jn 335 (Qe 1022), SMe 3g, 2 10) ‘Ast EMPEZO Et.CRSTIANISMO 302 logos del Salvador”, La tra el reino de Dios habrian sn de dichos y la proclamacién sobre » por tanto, modificadas en el momen- to posterior de composicién de los discursos. Al releer a antigua tra- dicién en otro momento, la ensefianza de Jest yrofundiza en una direccién determinada que la transforma hasta llegar a ser una reve- lacién sobre su persona. Este evangelio bésico”, tan similar al de Marcos, suele datarse en torno al 80 y habria contado en su base con unas tradiciones seme- jantes a las que se pueden encontrar en los evange i aunque sin una depender ‘mo varias de esas tradiciones bésicas parecen haber sido propias de fos grupos jodnicos, pueden ofrecer alguna informacién sobre el ori- gen de estos y de su tradicién, que probablemente esté en Jerusalén. 1) Una coleccién de milagros que puede adivinarse detris de la enumeracién que se hace de los mismos, ya que Save la légica na- trativa pero si parece responder a una légica propia donde varios mi- lagros/signos hubieran estado enumerados, como se puede ver en la secuencia 2,11 (I* signo) — 2,23 (otros signos) ~ 4,54 (2° signo) y en el final, 20,30-31, que muestra un claro matiz conclusive. Algu- rnos de estos milagros/signos son muy similares a los de los sinépr os: la curacién del hijo del funcionario re si aralitico (5, cf. Mc 3: versién del agua en vino sn de Lézaro (11,1 43), que, aunque son propios de Juan, pueden ser clasificados como rmilagros de dédiva y resurrecciones de los que existen otros ejemplos en los sinépticos, como se acaba de mencionar (Jn Mc ?, 2) Diversas tradiciones sueltas que resultan muy interesances por ‘su «colorido local» ya que pueden dar alguna pista sobre su origen: unas, especialmente desarrolladas en el evangelio de Juan, son sobre Juan Bautista; otras son de carécter local y las poblaciones donde se Cf, Helmue Koester, Ancient Christan Goel. pp. 113-128; especialmente ga Set Vie Leet tn de coger yb police eal Un evfoe sion, Nebo Divino, Ela 3003, pe {US COMUNIDADESJOKNICAS UN LARGO RECORRIDO EN DOS GENERACIONES desarrollan cos: Efraim sic ques el evangelio de Juan se encuentran mucho més desarrollados Ima gan cone de ga (Jenualen Bora” 3) El relato de la pasion que n El 10 presenta depender i cos sindpcos sine gu eis ua rte oral comin cuyo' un gran niimero de autores lo sida en or razones que apa alo que The lana isd amano uusencia de nombres propios como forma de ibn de posi. bls egos ain vives y fetamlisrdd, por panel heen rose los protagonistas de los sucesos y los cargos desemperiados re pel que juega el Templo y las aucoridades religioses™. 9 ln agen le dan a la cruz, lo cual apunta probable in de los grupos jodnicos con los seguidores de Jesis tas», como se verd mds adelante. El tono teoldgico de este evangelio bisi confesién de Jes como cl Mesias esperado que de instituciones judias. Jestis es entendido como cls lugar hermenéut instituci sal empl ls fees, [ecm ce des inaaciones judas tempo, esa, de descr la imporanciag lesarrolladas mediante las té derisicas de ret crap habituales en el judtsmo de a épocs. «Pata les judo, 7 la bisqueda del sentido inagorable,pleno, dela Biblia, y su actualizacién para las nuevas circunstancias presentes, basado en el Gpncepto de la Escritura como palabra de Dios, palabra viva que se rigea los hombres de todos los tiempos». También los seguido. haber sido la a obsoletas las ™ Gerd Theisen, Calorido lay conte hr lamanca 1997, p. 189-222 Aden das ones meter ce Re Se FSGS cue eos pce ores mena et dP, ogo spunea Agua Del Agua Pare ofl devs cttolgico Unive de Nea 98 hy ade ss ere20 LCST 1s COMUNIDADESJOFNICAS UN AGO RECORDIDO EN DOS GENERACONES 304 jos we de inter- le Jesis y el grupo jodnico lo hacen ast, pero la cla Tees al adontcimienco Jess, Su vidas interpre desde hs éscrtuas y estas se profundizan desde su persona y su vida, basa Ilegat a ser entendido como la Palabra que Dios dirige al de depediag manos. " iciones sobre Jesis en el trasfondo del interesante destacar que los temas que presentan ests discu- Lee eee gedtiones como de sus wadiciones Rin sos escin centrados mayortariamente en a relacién ente Jest dentes y el hecho de plasmarlo en un relato, probablemente escr- Dios. La forma en que estén construidos los relatos, esto 0 milagro St peape jodico de Jesiis mas discurso posterior en forma de monélogo, o bien un logo, con largas exposiciones por parte de Jess, son ios recursos é iterarios que el autor o autores han elegido para plasmar de forma ‘dio, hecha desde Jesis y propuesta como verdad, se convittié en narrativa el resultado dela profundizacién teologica que conllevs la sicmente generador de identidad pero también en fuente de con- nueva relectura de la radicdee flictos ques a su vez, parecen haber fortalecido su identidad grupal. Los discursos som a Se taba de un subgropo que tenia una memoria socal diferent 3 remoria colectiva de la sociedad en la que dam soe exo. ala ver que les daba idetida, les hacia eirpt en cnflicto con otros grupos que pretendian proponero im 305 v. 19-47). Se pueden examinar otros inagoga de Cafarnatin después de la acién de los panes y los peces (6,28), 0 en los discursos edida que van después del gesto del Lavatorio de los pies en dicio mds claro de esa relectura, a la vez que muestran el sorprendente desarrollo teolégico que habia do lugar en el seno de la comunidad. Relectura y profundizacién que respondicron a nuevas circunstancias que, como veremo: piciaban y requerfan una nueva mirada hacia atrés y una r colectiva como la memoria oficial y por tanto, es- racién de forma renovada de la memoria del acontecimient ones memoria clectiva como via cial. Como Ia datacién de esta fase del evangelio suele ponerse tablecer un: encre el 90-100, el situar esta relectura y la profundizacién conse- . cuente en el contexto histérico del perfodo de finales de la segun- b. La gram ransformacn del evangelion da generacién y comienzos de la tercera nos permitiré entender en una profundizacién teolégica en linea cristolégica todo su aleance algunas noras caracteristicas del evangelio y de st i mensaje teoldgico. inales del siglo 1, en los albores de la tercera generacién, este je ceol6gi ee Rick ono io una lcs gue dopo a boracién profunda de la eradicién, fruto dela cual surgig . Las cartas como respuesta a una gran crisis intracomunitaria muy trasformado, muy parecido al que conocem ‘Aunque | ras di 1 id rrcunstancias que pudieron causar wunque las cartas son obras distintas al evangelio, se conside- hoy. Veres os és adelante las ci \cias que puc ran dentro de la historia literaria del corpus jodnico y las relectu- semejante transformacién. con a5 que estas cartas recogen pertenecen a un petiodo cron El episodio de la visita de Nicodem? denis Ce eed. previo a la ultima releceura hecha y reflejada en el evan mnes para entender el mensaje in fatiseo, es amplia- como se verd en el punto siguiente. Las cartas 1-2 Juan dejas mente podria haber sido una controversia con uf Tansee ae to una situacién comunicaria en la que ha habido una esci do cen el discurso sobre las cone ci Me J nocer (wv 12-21; el 2,19) por cuestiones teoldgicas, cristolégicas (1 Jn 4,2; las conoce y que solo él puede darlas a conocer (vv. al estilo de los sinép- éticas (1 Jn 3,17-18; 4,20), a la vez que ofrecen algunas imonio de Juan Bautista (3,22-30) ciones al respecto. mo eesigo que da testimonio de que esis es mes al resp fics, es presentado como esd ae lo con dn discurso Segiin Raymond Brown, los que se separaron del grupo josinico alguien SP a oe cealaet del paralieo de Be- sostenfan que la existencia humana de Jestis no era imporcante para se eva ec 0 ee easel la salvacidn, sino solamente un medio en la trayectora del Vetbo, y oe Ge lo ampliado cone ASI EMPIZO EL CRISTIANISHO 306 ria y en su preexistenci 58), en su serio al encarar la muer subrayado de la muerte como elevac¢ cidn (3,1415;12,32-33), y la insistencia en su con (2,23-25:6,0)®. Otros dos grandes conflictos reflejados en 1-2 Jn son: 1) las con- secuencias éicas dela fe. Algunos parece que pensaron que el amor a Dios era mero sentimiento interior sin repercusiones. en el com- portamiento hacia el préjimo. El autor de la carta llama la atencién de forma contundente: «Quien dice que ama a Dios a quien no ve y no ama a su hermano a quien ve es un mentiroso» (4,20). El tema sale de forma abundante en la 1 Jn (2,3-4.6. 10 ), y también vuelve a aparecer en 2 Jn 5-6.2) La poses . Aunque, en este caso, el problema habria que derectarlo, mis bi jue sobre el tema existe en la carta. Las ve- ces . one sptrcu tienen un mati polémico (3,24-4 6.13; 5,6-8), lo que puede estar indicando que los secesionistas apelaban al Espiritu como legitimador de su relectura™. En 3 Jn, sin embargo, el conflicto parece ser un choque de au- icas, més 0 menos itinerantes, y las loca- ‘omienzan a no aceptar la aucoridad de los apés- enos a la comunidad (w. 9-10). udio critico de las cartas hecho en paralelo con el evan- elo ule afirmarse, con bastante probabilidad, que reflejan un ‘momento entte la gran transformacién de este y su forma final don- de se afiadieron ciertos desarrolios teméticos a los discursos ya exis tent, con a ebjeivo de corre a posible reectura que, como habia comprobado, podia hacerse del evany ue Veremos en punto siguience. La datacién de las cartas suele sittarse hacia el 100- 110, es decir, en préxima vecindad con la forma final del evangelio. ® Raymond Brown, La cmnided del dco amado, Sige, Ssamance 1983, pp. 108-109, Leigh en fo fandamentlSenén Vida, Ls cera. pp. 31-34 se TAZ Raymond Brown, Le comida. pp. 13-136 LASCOMURIOADESJOAMIAS LN LARGO RECORNCO IN DORGANERACONES 397, 4. La sradicin sigue siendo relelda en situaciones nuevas se afiaden nuevos desarrollos Aunque se ha discutido fa probat sean afiadiduras, incluso se discute si (como por ejemplo 14,31) son o no rastros de inserciones posteri res ala gran transformacién , parece haber un acuerdo mayoritario én que el capitulo 21, que pone un segundo punto final 2 la obra después del que se lee en 20,30-31, es claramente posterior al evan gello transformado, es deci, que e admite una telecrara posterior 2 'a fase de profundizacién mediante los discursos, El modelo de la memoria social y las relecturas de la tradicién apoyan la tesis de que ciertos pasajes son afiadidos y glosas que ac- tualizan la tradicién en una determinada direccién que es fill de adivinar cuando se las considera en el conjunto de la obra tarfa de una actualizacién que parece sis surgida en el seno de los grupo: Jas cartas, como se ha idad de que ciertos pasajes iertas «durezas» en el text ‘regir aquella que habfan hecho los secesionistasy que el autor de las Gatas (yuna parte de la comunidad) considera ertonea. Es mds pro. blematico discernir los pasajes exactos donde se ha plasmado est se. lectura posterior que detecrar su exstencia. Se han propuesto alga. 3 de ella y parece que los discursos de por la connotacién de Testamento de Jesis que tienen, son un lugar en el que podsian detecrarse abundantemente: 14,14, 15: 15,7.16; 16,23b-24.26-27, donde se subraya la dimensin évca, © aquellos otros donde aparece la dimensidn del amor y la unidad in tracomunitaria (13,34-35; 15,9-1 .20-26). El tema cristolé- gico de la importancia de la muerte de jess aparece mis bien en pas sajes como, 6,5 1c-58.66-71; 19,34, wnlarias (13.34.35; 16,236-24.26-27), 308 Sf EMPEZO EL CISTUNISMO Resumiendo, podemos decir que los escritos jodnicos y la tradi- ciéna la que dan expresién cubren un periodo largo que toca las tres primeras generaciones en las que hemos dividido la historia del na- Eimiento del cristianismo”: la primera porque a ella se remontan las tradiciones propi y son distintas alas que en- contramos en jos de la segunda generacién, euando se redinen aquellastradiciones en un primer relato evang o, probablemente escrito; y el final de la segunda generacién ‘comienzos de la tercera, cuando aparece el evangelio con los discur- Sos, se escriben las cartas y se aftaden atin otros desarrollos fruro de las relecturas posteriores, y el capitulo 21. ee caice ioduke 3X6 large de las dos primeras,generaciones ‘A partir dela historia literaria que refleja las sucesi ras realizadas por es0s grupos, creemos que es posible llegar a la historia de la comunidad de discipulos de Jestis que se sentian identificados y depo: sn que estd en la base del evangelio de Juan’, asi como a conocer algo de sus caracteristicas propias Es imprescindible contemplar los textos y sus releceuras a Prine de las notas socio-historicas caracteristicas de cada genera- idn y ponerlos en relacién con lo que conocemos de otras comu- nidades para intentar conocer algo més el perfil de estas comuni- dades. a. La primera generacién Esta primera generacién abarca desde los discfpulos de Jestis has- ta la guerra del 70, que coincidié con la muerte de la mayorla de de rangi de Jan fn ie Beh apd LAS COMUNIDADES JOANICAS: UN LARGO RECORUDO EN DOS GENERACIONES 399, aquellos que consticufan los testigos direcos, Sabemos . ue, iuerte de Jers se dieroncita en Jerusan agunce de se dcp los y que sé les unieron otros muchos de diferentes procedencias, al ggunos de los cuales pudieron haber escuchado al mismo Jess. En. tte aquellos habja judios de otras partes de Judea y también habla fos legados ala ciudad santa desde la Didspora para pasar os ult timos afos de su vida y ser enterrades en ella Un grupo judeo-helenista de Jerusalén o sus alrededores Las tradiciones basicas del evangelio de Juan parecen sit oxigen de los grupos jodnicos en Jerusalen osu entorsey cts len judios helenistas que se habfan unido al movimiento de Jest en la ciudad. El conocimiento de Jerusalén y de su topografia (los cs ticos en la piscina de Betesda que la arqueologia ha sacado yura de Je- la importancia Templo, sus ritos y s cruz que recorre el evangeli de «Sabidu- «Logos» 0 «Hijo» que se le dan en én ay os helenisas de Anciogula Ia inporcnca de sonst ie acogida que le dan a Jestis alli (4,3-42); el protagonismo de Felipe en relacién con los paganos (12,20- son aspectos que pare- cen situar a este grupo entre los judeocrstianos” helenist los judios procedentes de la Didspora que se unieron al movit iado por Jestis y cuyas caracteristicas conocemos por otros f. cap. IV), Por otra parte, el hecho de la coincidencia de siasesperado, secu Nhe mo ha ecibid a tenn uciene nse han ado toda nt con 310 ‘Ast EMPEZO BL CRSTIANISMO materiales tradicionales entre Lucas y Juan‘! que se explica como conexién entre fuentes orales que como dependenci también parece esr sfalando una relacin ene origen que setae ambiente de los circulos de judeo-helenistas seguidores de Jestis en Jerusalén, ; La salida de Jerusalén de los judios helenistas seguidores de Jesis pudo producirse en diversos momentos, pues no todos parecen ha- berlo echo en fecha tan temprana como la crisis del 36-37 cuando, segin Hechos 6, avo lugar el inchamiento de algunos de ellos ode sus Ifderes (Hh 7: lapidacién de Esteban). Desde ese momento has- ta el 66, en que estallé la primera guerra judia, hubo varios mo- mentos en los que la situacién politica y social pudo haber hecho aconsejable la salida de ‘aquellos que eran criticos con el sistema cul- tual y las aucoridades del Templo. Uno de estos momentos fue a la- mada crisis de Caligula (con el derribo del altar imperial en Yam- nia), en torno al 40-41, que complicé mucho la in, sobre todo para grupos critcos con el Templo, y més si profetizaban su destruccién®; mds tarde, en los albores de la guerra, rambién pare- un movimiento de seguidores de Jest hacia el nor- te yel este. En todo caso, la salida del grupo jodnico hubo de acac- er en un momento en el que ya se habia formado el elato oral de la Pasién, cuya composicién se sitéa en Jerusalén en un tiempo no muy Iejano a los hechos, pues forma parte del patrimonio josnico desde sus inicios. La importancia de Samaria sus contecvencas, cf Gerd m8 salamanca muchos aioe piensan que LS COMUMIDADESJOAMICS UN ARGO RECORRIDO EX DOSGENERACONES 34 ‘Martyn y aceptada ampliamente en sus lineas generales, permite in- tuir que también en los origenes del grupo jodnico el Templo fue © de confficto. En la repetida confrontacién entre Jesis y las idades judias en el Templo (2,11-25; cc. 7-9.10) se puede ver reflcjada la experiencia de la comunidad. ¥ esta transparencia narra- tiva, como se veré mas adelante, es la que también permite afirmar que el grupo o grupos que estin detrds del cuarto evangelio tuvie~ ron que salir de Jerusalén hacia el norte“. As{ parece confirmarlo el «episodio de la Samaritana que se sitia inmediatamente después del gesto en el Templo. aparece como un lugar importante para la extensién adhesin de nuevos creyentes al movimiento de Je- y de algunos miembros al grupo josnico. Es a la Samaritana a Jesis se revela en primer lugar (4,26) y son los habitantes de iudad de Samaria quienes confiesan a Jestis como Salvador del mundo (4,42). La pericopa de la Samari ademas de apoyar la tess a aporta algunos datos interesantes, reictet mayoritariamente judeo-hele- nista del grupo , quienes, como sabemos por Lucas, tuvieron un papel importante en la extensién del mensaje por esta regidn. Este relato del paso de Jestis por Samaria puede haber sido, en su origen, un relato etioldgico sobre la fundacién de una com nidad jodnica en Samaria o simplemente de la adhesin de algunos miembros al movimiento, hecho en el que una mujer samaritana pa rece haber tenido una importancia decisiva, Por lo tanto, estarfa te- flejando la estancia en esas tirras, al menos durante un periodo de tiempo, del grupo jodnico. Las palabras de Jestis a los dise{pulos so- bre «cosechar lo que otros plantaron» (4,37-38) parecen aludir tarea misionera del grupo inal en Samaria, En dio se habla de la conversién de algunos samaritanos que con a Jesis como Salvador del mundo y le piden que se quede con Ck ga A Me nk of Bo hrs the sen nes a Seco ii Yeni Se Seal org Cod eee Peper ere mene 3 josnics podcian log helenisas ewieron un imporante entce ellos la figura de Felipe parece haber ocu- rs eu P 312 AS{EMPEZO EL CRISTANISMO ichos mds los que I texco acaba: «Se qued6 alli dos dias. ¥ fueron mut Goecen en €l por sus palabras» (4,40) Es muy plausible que to aluda a la estancia del grupo jodnico entre aquel gent tancia en la regién de Samaria parece haber aportado un tio patimonio Ceologicoy unos temas de seer que resuenan con fuerza en ef cuarto evangelio: las tradiciones sobre % profera al estilo de Moisés que habria de venir (Dt bre Jacob, asi como la insistencia sobre el lugar de adoracién y culto. Los discipulos del Bautista ms rtancia en los origenes de los grupos jodni- arenas hablo J moveniento de Juan Bauti tienen una importancia muy gran- (1319-51; 3,22-30) y, aunque también la io de Juan presentan unas c2- ‘como son el que Juan Bauris- de Jestis, un rasgo propio de la 5), el que por su tesdimonio algunos de sus 5-40) y el esfuco por jusifcar la se sefial de que el tema era controveri- wietths Un sen de continued discipulos sigan a Jess prema dees sbe Jan seal de gue aymond Brown sobre esto: « tie ppulsarfa a la comunidad jodnica, en la época en fue escrito y, a pesar del conflicto con otros segui- 28), a pretender que su peculiar y su- se hallaba en completa armonta con el testimonio dado por Juan Bautista, hasta el punto de hacer hablar a este como un cristiano jodnico», El comienzo de una nueva etapa en algiin lugar en Galilea o Siria iu si iento del gru Ha sido bastante habitual situar el asentamiento nico, una ver slido de Jerusalén y Judea, en Efe donde fabri sido esrito el evangeio que conocemos.Algunosestudiows sein este escrito ciertos datos que, en su in pleno sent en esa ciudad®. Sin embargo, los testimonios de la presencia de la "ad in Ep, Leiden 1996, Pal Teen, Te ny Chiao phat Pr ad fat, WOZNT 16, Mah Seek 2004 LASCOMUNABESJOOEAS UNA RECORIDO DOS GINERAGONES 515 tradicién jodnica en aquella ciudad son cards (finales del siglo 1); el primero de ellos es de Irineo (AdHie III,1.1), pero actualmmente se considera poco fiabl. Por otra parte las evidenciasintemnas apun- [2m como veremos, a otros emplazamientos més cercanos al lugar de los hechos, por lo que, actualmente, cada vez son mis los autores que optan por otras localizaciones mas cercanas a Palestina donde Poder dar razén de estos y otros aspectos de la obra jodnica, Samarfa pudo ser lugar de paso, pero no parece ser el lugar defi- vo donde el grupo jodnico se habria asentado por un espacio de iempo prolongado. Ese lugar parece estar mds al norte, como in, dicarfa, ni : «Pasados {os dos dias, partis de ali para Galea. Pues Jesis mismo habia dado testimonio (emartyrésen) de que un profeta no goza de estima en su patria. Cuando llegé a Galilea, los galileos le hicieron un buen reci- Bimienco, porque hablan vist tod le que habia hecho en Jerusalén durante la ficsta, pues también ellos habian ido ala fiestay. Este pay saje se aclara si, en lugar de referirse a Jesis, que en Juan apaivee siempre como originario de Galilea (1,45; 6,42; 7.41.52), se refere al grupo jodnico cuyo lugar de proceden temporalmente Samaria); esta prenderles porque Jestis ya lo habia testimoniado con sti - bfa sido el primero en suftir el rechazo por parte de sus corveligio. natios. La segunda parte del pasaje toma ms sentido porque Galilea se converte en la terra que les acoge y en la que encuentran quiad tuna mayor sintonfa con sus posiciones respecto al culto yal Templo, En Galilea existfan algunas grandes ciudades donde, con proba- i, se hablaba griego” y donde los seguidores judeo-helenistas de Jesis, que utilizaban esta lengua y estaban acostumbrados al mundo urbano, podfan sentirse més cémodos. Los estudiosos del 1B psi ques Fandara un grup en Samaria qu queda ll compartendo ke tradicin jdnics con ors grapes que sigueon hac ote Du fs acne caso dela tadicign paulna, Esto se ve muy ‘En exa diteceidn apuntan Jougte M. he in Johannine Community Researchn, CEQ 43. 8 AvayenIn Sech of Ear Ca en 2008 pp tetas urez0 BL CRSTINISMO 314 “s ccuarto evangelio han optado por varias localizaciones que puedan dar azn de algunas caracterlticas refljadas en la obra como son el hecho de que el evangelio esté escrito en griego, que en él no hay apenas metéforas del mundo rural y que, sin embargo, su imagina- tio, las tradiciones empleadas y su forma de aplicarlas, sus proble- ‘mas y sus controversias si indo judio. Su mundo simbélico esté dominado por de una interaccién més amy leos y samarit bable que todos estos cole “Todos estos aspectos ya no se detectan en las cartas. ‘arias ciudades podrfan haber acogido a los grup. Ja baja Galilea, cerca de Nazaret y Cand, estaba Séforis, que las ex- cavaciones etin poniendo de manifesto como una gran ciudad he- leniza también con mucha poblacién que seguia la fen wa yous prescrpciones®. Al note de Galilea la arque ‘esti dejando al descubierto la importancia que también tuvo la dad de Cesarea de Filipo, fronteriza con Siria®. Fuera ya de Pal na, algunos autores han propuesto como posible lugar de estancia de estos grupos alguna ciudad de la Batanea o Gaulanftide, en los do- mminios de Filipo y luego de Agripa II’. Esta zona estaba bajo la in- veces es una denominacisn geogriica ‘en contaposicién alos de Galles 0 Se- sms, en Jacob Neuse te: Studie for Morton Si se Gaile Apri dade rust, Salamanca 2006, espone ues aspectos que hacen suponer que sis hal bane judal ia de huesos de ce Ente autor, sin embargo, deo que no hay signo eve ‘ASCOMUNIDADESJOMSICA UN LARGO RECORNIDO EN DOSGENERACIONES 31.5 fluencia misionera de Galilea, habfa una poblacién judia considera icas mencionadas tendrian cabida, ién en Galilea de esta primera etapa de 8 es que explicarfa la adquisicién de la tradicién de dichos que subyace en los discursos, as{ como la teflexién sobre la Sabidurfa que esté decris del Prélogo, y la adquisiciin dels wa diciones locales elacionadas con lor parentes dd Sener ‘Aunque, como se ha dicho en el capitulo Il, Ia influencia misionera de ‘grupos cristianos galileos ~grupos de Q y los hermanos del Sefiot (1 Cor 9)~ en la zona Siria cercana a Galilea también habria hecho posible el conocimiento de estas tradiciones si el grupo jodnico se hhubiera asentado en alguna ciudad de Batanea o Gaulani nos autores hablan de la posibilidad de que el grupo se estableciera cen alguna ciudad de la zona de influencia de Antioquia de Siria, in-

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