You are on page 1of 16
‘Te isn de Evora Vi ev era compa er en sasfocer las necesidades de as personas, con recursos euyo contenido glove ol Sehorlesueristo y promueve pin: pos bios. SIMPLEMENTE CRISTIANO Por qué eleristanismo tiene sentido icin an espaol publiade por ‘torial Vida 2012 Miami, lvida Dasdeade « Sauph py Elle Ruth (©2012 por W-T. wight ‘Greatly published in Published by permission of Wn. 8 ema Publishing Company, Grand Rapids, Michigan DOS 105 DERECHOS. A MENOS QUE SE INDIQUE LO CONTRARIO, 0 SE TOMO DELA SANTA BIBLIA NUEVA VERSION INTERNACIONAL, INTERNACIONAL, Ison: 978-0-9297-5008-5 ‘CATEGORIA Vida estan / General IMPRESO EN ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, PRINTED INTHE UNITED STATES OF AMERICA 121gieisises7esaaza + El libro inspirado por Dios E: un gran libro, eno de grandes historias con gran- des personajes. Tienen grandes ideas (no solo con respecto a 108) y cometen grandes errores. ‘Trata sobre Dios, la codicia y la gracia; sobre la vida, la ju ria, la risa y la soledad; sobre el nacimiento, los comienzos sobre hermanos, peleas y sexo; sobre el poder y la oracién, la prisién y la pasion. 'Y solo estamos hablando de Génesis. La Biblia, con Génesis a modo de maravillosa obertura, es un libro colosal, pasmoso. Lo he mencionado ya con bastante frecuencia, pero al fin hemos llegado al momento de centramos en lo que ella es en si. Imaginela como un enorme mural: si pintase todas las figuras a tamafio natural, necesitaria la mayor parte de la Gran Muralla China para representarla. Al tomarla en sus manos, usted debe recor- dar que no solo sostiene el libro més famoso del mundo, sino aquel que posee un extraordinario poder para cambiar vidas, comunidades, y el mundo. Lo ha hecho antes, y puede hacerlo otra vez. Pero, (podri decir alguien), en verdad solo Dios cambia el mundo de esa manera, {Cémo podemos decir que un simple libro pueda hacer tal cosa? 198 SimPLemente CRISTIANO Eso es lo extrafio. Por eso la Biblia es un elemento no negociable, vital, fundamental en la fe y la vida cristianas, ‘No se puede hacer nada sin ella, aunque muchos cristianos han olvidado qué hacer con ella. En cierto modo, ce haber delegado (por asi decirlo) en este libro al menos algunas de las cosas que tiene intencién de hacer en el mun- do. Este proceso no es exactamente lo mismo que hacer testamento, pero es bastante similar. Tampoco coincide de forma precisa con el caso de un compositor que escribe una pattitura para que ottos la ejecuten, pero la idea no se aleja demasiado. No es del todo como cuando un drama- turgo escribe una obra, pero también se aproxima bastante. ‘Ni siquiera se puede decir, aun siendo esta 1a descripeién més definida, que la Biblia sea “la historia hasta el momento actual” dentro de la verdadera novela que Dios todavia esté escribiendo. Es todo eso y mucho més. Esta es, sin duda, la razén por la que existen tantas luchas acerca de ella. De hecho, hay tantas batallas en estos dias en torno a la Biblia como en el interior de sus paginas. Y algunas de ellas son por el mismo motivo. Rivalidad entre hermanos: desde Cain y Abel hasta los dos hermanos an6- nimos de la historia que Jesis cont6 sobre el hijo prédigo, y en la actualidad las numerosas variantes de cristianismo que hay en el mundo, cada una con su propia manera de leer la ia. Todas se nutren y sustentan por medio de esa lectura, ¥y se supone que intentan poner en préctica las lecciones que aprenden. elmporta esto? Bueno, si, importa. Trigicamente, la historia del cri nismo se ve ensuciada por algunas maneras de leer la Bi que, en realidad, la han amordazado. El ordenador en el que estoy escribiendo ahora puede hacer un millar de cosas, pero yo no lo uso més que para escribir, y acceder a Internet y al correo clectrénico. Del mismo modo, muchos cri —generaciones y, a veces, denominaciones enteras— tienen un libro capaz de hacer mil cosas, no solo en y para ellos, sino por medio de ellos en el mundo. Sin embargo, no lo EL Lipro INSPIRADO POR Dios 199 usan més que para mantener las tres o cuatro cosas que ya hacen. Lo tratan como una especie de papel de pared verbal: es bastante agradable verlo de fondo, pero uno deja de pen- sar en él en cuanto leva unas semanas viviendo en la casa. En realidad no importa que no seque provecho més que a una pequefia parte de la capacidad de mi ordenador. Pero ser cristiano y no permitir que la Biblia desarrolle todo lo que es capaz de hacer a través de y en uno mismo, es como intentar tocar el piano con los dedos atados. {Qué es, pues, la Biblia y qué debemos hacer con lla? €Qué es la Biblia? Empecemos con hechos. Los que ya conozcan todo esto tal vez quieran saltarse esta seccién; pero muchos que no estén familiarizados con la Escritura quizas quieran ponerse La Biblia consta de dos partes, a las que los cristianos se 10 el “Antiguo Testamento” y el “Nuevo Testa- Antiguo Testamento es mucho mas extenso, casi je paginas en la mayoria de ediciones, frente a ‘unas treseientas dei Nuevo. El Antiguo se formé durante un EINuevo, en menos de un siglo. El término “testament” es una traduccién de Ja pala- bbra que también significa “pacto”. La afirmacién cristiana fundamental es que los eventos relativos a Jestis fueron el medio por el cual, en cumplimiento de Ia antigua profecia asi, rescat6 al mundo. Muchos de los primeros :nos asi lo expresan, conectando explicitamen- te con el Antiguo Testamento, mediante citas 0 baciéndo- 1 nombre de “Nuevo este modo, mediante 1ados pero diferenciados, es, por tanto, una ‘manera de subrayar una afirmacién y una pregunta por este orden: la Biblia judia sigue siendo una parte de la Escritura 200 Simpcemente CRISTIANO cristiana, Por tanto, ;e6mo ha de entenderse y aplicarse por parte de los que creen que este “‘pacto” fue realmente reno- vado en Jestis? Los libros que los judios laman la Biblia, y los cristianos definen como el Antiguo Testamento, estaban agrupados en tres secciones. Los primeros cinco libros (Génesis, Exodo, Levitico, Nameros y Deuteronomio) se consideraron siem- pre como fundamentales y especiales. Se conocen como la Tord (Ley) y la tradicién los atribuye a Moisés. La siguiente coleccién, conocida como los “Profet para nosotros, suelen ser parte de lo 2 de Samuel, 1 y 2 de Reyes) asi como los libros de los “Profetas” (Isaias, Jeremias, Ezequiel) y los denominados profetas “menores” (Oseas y el resto). La tercera divisin, encabezada por los Salmos, se conoce simplemente como los “Escritos” ¢ incluye algunos de los materiales mas anti- guos y algunas partes —como el libro de Danicl— editadas y aceptadas en los dos iltimos siglos antes de Cristo. Incluso en tomo a la época de Fesis, algunas personas seguian deba- tiendo si todos los Escritos formaban realmente parte de su Biblia (Ester y el Cantar de los Cantares eran fuente especial de discusién). La mayoria entraron y asi han seguido, La Tora, los Profetas y los Escritos: treinta y nueve libros 's muy probabie que la Ley y los Profetas ‘ones fijadas con bastante anterioridad a De un modo u otto, las tres secciones se convit que significa “regl de medir” para referirse a ella, Esta palabra, que encontra- 1 acerca de los Evangelios, se ha aplicado a los libros del Antiguo Testamento desde el siglo ITT oTV de la era cristiana, La mayoria de esos libros se escribieron en hebreo, razén por la cual el Antiguo Testamento se menciona a menudo como la “Biblia hebrea”. Partes de Daniel y Esdras, mas un versiculo de Jeremias y dos palabras de Génesis (un nom- bre propio) estén en arameo, que es al hebreo clasico més EL LIBRO INsPiRADO POR Dios 201 © menos lo que el inglés actual al medieval. La mayoria de eruditos coincidiria en que muchos, si no todos, del Antiguo Testamento alcanzaron su forma final proceso de edi implicando quizds la incorporaci nueva. Sin embargo, los distintos libros de los que se podria decir eso con bastante probabilidad (por ejemplo, el profeta as) mantienen una destacable coherencia interna. Nues- tro conocimiento del texto original del Antiguo Testamento se ha visto enormemente enriquecido por el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto, documentos que segtin se cree fueron escrit to. Entre ellos se hallan copias de la mayorfa de los libros del Antiguo Testamento, y muestran que los manuscritos ds tardios en los que se han basado las corrientes principa- les del judafsmo y el cristianismo se cifien bastante, pese a ‘pequeiias variaciones, a los textos que se habrian conocido en los dias de Jesis. Alrededor de unos doscientos atios antes Jestis, todos esto: blemente on Egipto, pensando en la creciente cantidad de Judios que lo tenian como primera lengua. Produjeron una Biblia griega, en varias versiones distintas, que utiliz6 la ‘mayoria de primeros cristianos. Se conoce como la Septua- etenta”, en latin) porque se comentaba que habian participado en ella setenta traductores. iso momento de Ja historia aparecieron los libros que legaron a conocerse como Apécrifos (literalmen- te, “ocultos”). Durante largo tiempo hubo un largo y com- plejo debate en la iglesia primitiva con respecto a su estatus y validez, que resurgié en los siglos XVI y XVII. Como resultado del mismo, unas Bil \cluyen los Apécrifos ¥ otras no, Aquellas que si los integran suelen imprimir los ros relevantes (afiadiendo también a veces algunos extra) entre el Antiguo Testamento y el Nuevo, aunque de Jerusalén y otras publicaciones oficiales del catolicismo romano tratan los Apécrifos como parte del Antiguo Testa- 202 SimPLeMENTE CRISTIANO mento sin més. Por desgracia, hoy dia son muchas mas las personas enteradas del cardcter controvertido de esos libros aque las que los han Ieido. Como minimo, esos libros (igual que otras obras de ese periodo, como los Rollos del Mar Muerto y los escritos de Josefo) nos dan mucha informacion sobre cémo pensaban y vivian los judios de los tiempos de Jesis, Algunos de esos libros, como Sabiduria de Salomén, aportan importantes pat te, hasta fuentes para algunas de las Nuevo Testamento, en particular en los escritos de Pablo. ‘Los veintisiete libros del Nuevo Testamento fueron todos escritos en el curso de dos generaciones en tiempos de Jestis —en otras palabras, como muy tarde, a finales del siglo I—, aunque la mayoria de expertos siti la mayor parte de sus libros en fechas ms tempranas. Las cartas de Pablo son de finales de los cuarenta y de los cincuenta, y, aunque se dis- cute que escribiera todas las cartas que llevan su nombre, representan el primer testimonio escrito de los explosivos acontecimientos de Jesis y de la més temprana iglesia. En el Capitulo Siete hemos considerado los _actuales debates en tomo a los Evangelios, y he dejado claro que no encuentro motive para suponer que libros como el Evan- gelio de Tomas —con frecuencia Hamados “Apécrifos del Nuevo Testamento”— se aproximaran tan siquiera alguna vez a pertenecer al material canénico ni por fecha ni por sustancia, La importancia de los libros de esta categoria no radica tanto en su testimonio del propio Jesis, sino en la evi- dencia que proporcionan para el pensamiento y las practicas de un periodo posterior. En contraste, los cuatro Evangelios, Hechos y las trece to como auténticas y autoritativas: desde principios hasta mediados del siglo I, en el caso mas tardio. Persistian las dudas sobre algunos libros, como Hebreos, Apocalipsis y algunas de las cartas mas breves. Ciertas iglesias y maestros del siglo Il y III conferian autoridad a otros libros como Ia Epistola de Bernabé y el Pastor de Hermas (ambos inclui- EL LiBRo INsPIRADO POR Dios 203 dos en Jo que ahora conocemos como “Padres Apostélicos”, una coleccién de escritos cristianos muy tempranos y fici- Jes de conseguir en traducciones modemnas). La mayoria de los cristianos primitivos, sin embargo, aun valorando dichos escritos, no los consideraban al mismo nivel que las obras que, para ellos, eran “apostélicas” y que, por tanto, portaban, una insignia de autenticidad. Bs necesario subrayar que las evidencias que tenemos para el texto del Nuevo Testamento se encuentran en una catego- ria completamente diferente a las de cualquier otro libro del mundo antiguo. Conocemos a los principales autores: a los griegos, como Platén, Séfocles, e incluso Homero, gracias a un pequetio puiiado de manuscritos, 1muchos de ellos medie- vales; y a Jos romanos como Tacito y Plinio, por unas pocas en algunos casos una o dos, en algunos casos muy tardias. Por el contrario, contamos literalmente con cientos de manuscritos tempranos de algunos 0 de todos los libros del Nuevo Testamento, lo que nos coloca en una posicién sin parangén para trabajar a partir de las pequefias variantes que se cuelan en cualquier tradicién de manuscritos y dis cemir el probable texto original. (Cuando digo “tempranos”, por cierto, me estoy refiriendo a los seis o siete primeros siglos, petiodo muy anterior a los manuscritos mas antiguos que quedan de la mayorfa de autores clisicos. Contamos con docenas de manuscritos del Nuevo Testamento de los siglos. IILy IV, ¢ incluso unos pocos del Il. Ciertamente, bas pueden haber introducido alteraciones aqui y alld, pero Ja abrumadora evidencia disponible da a entender que nos encontramos sobre un terreno extremadamente seguro para saber Io que los autores biblicos escribieron en realidad. La presiOn sobre la iglesia para establecer su lista de libros autoritativos no procedi6, como algunos han dicho en estos tiempos, de un deseo de presentar una teologia politica 0 s feroces, aunque inte coaccién llegé mis rivales que, en algunos casos, cortaban pasajes clave de los 204 SIMPLEMENTE CRISTIANO. libros principales, como por ejemplo Marcién, un maestro romano del siglo Il. Otros, los gnésticos por ejemplo, afia- dian nuevos libros con ensefianzas diferentes como parte de su afirmacién de poscer ensefianzas secretas de lo que Jeséis y los apéstoles “realmente” ensefiaron. Durante buena parte de a historia de la iglesia, las comu- nidades cristianas orientales leyeron la Biblia en griego, y las occidentales, en latin. Uno de los grandes lemmas de la Reforma del sigio XVI fue que la Biblia tenia que estar dis- ponible para todas las personas en su propia lengua, un prin- cipio que ahora goza de reconocimiento més 0 menos uni- versal en todo el mundo cristiano, Eso precipité un frenesi de actividad traductora en el mismo siglo XVI, dirigida por el reformador alemén Martin Lutero y por el inglés William Tyndale, Hacia el siglo XVII las cosas se habjan asentado; en 1611, el mundo de habla inglesa adopté la Versién Auto- rizada (la King James) y siguié contento con ella unos tres- cientos afios mas. Conforme se descubrian més y mejores manuscritos que revelaban toda clase de ajustes, pequefios pero interesantes, que se hacian necesarios, los eruditos y s de la iglesia de finales del siglo XIX !legaron a la isin de que era aconsejable una nueva a abrir las compuertas, de modo que los ui afios han visto un nuevo frenesi de traducciones y revisiones, permitiendo que haya literalmente docenas de versiones dis- ponibles. Se pueden contar historias similares de las traduc- ciones en otras lenguas. Organizaciones como la Sociedad Biblica o Wycliffe han trabajado sin descanso para traducir las Escrituras a més y més lenguas nativas del mundo. La tarea es colosal, pero desde hace ya muchas generaciones la iglesia lo ha considerado como una prioridad. Es necesario contar esta historia de la composicién, reco- pilacién y distribucién de la Biblia. No obstante, hacerlo de este modo es un poco como intentar describir a mi mejor tando un andlisis bioquimico de su configu- racién genética. La informacién técnica es importante; de hecho, si mi amigo no tuviera esa configuracién genética en EL usro INsPIRADO POR Dios 205 particular no seria la misma persona. Pero se pierde de vista algo vital, Y ahora nos dedicaremos a buscar ese no sé qué extra, La Palabra inspirada de Dios {Por qué es importante la Biblia’ A este respecto, la mayo- ria de cristianos de todo tiempo han dicho algo acerca de que es inspirada, {Qué significa es0? Con ese calificativo se han querido decir diferentes cosas. A veces no han querido decir realmente temente se le ha dado un 10 significado de la palabra “inspirada”. En ese sentido, el término no se refiere al efecto de algo sobre nosotros, sino a la verdad sobre esa cosa en si misma, En este sentido, la gente suele decir unas veces que “fue una inspirada puesta de sol”, cuando (presumiblemente) quiere decir que conllevaba una cualidad especial que pare- cla destacarla de otros atardeceres corrientes, En el mismo sentido, la gente habla de una pieza musical, una repre- sentacién teatral 0 de danza como algo Ja puesta de sol, y hasta la més sublime sinfonia, son parte del orden general de la creacién. Si al decir que la Biblia es “inspirada” estamos diciendo: “Es més © menos como Shakespeare u Homero", no estamos dando el significado que normalmente tiene “la inspiracién de la Escritura”. Las ‘personas que pretenden este tipo de comparacién dentro del orden general de la c an, tal vez deliberadamente, colocando la “inspiracién” biblica a un nivel parecido al de la cosmovisién de la Primera Opeién. A veces la gente sigue esa téctica para evitar Ia Segunda Opeién, que contempla “la inspiracién de la Escritura” como un acto de intervencién “sobrenatural” pura, pasando por 208 SimpLemente CRISTIANO alto la mente de los escritores. Por supuesto, en una versién estricta de la Segunda Opcién, ninguna intervencién divina seria posible, dado que Dios y el nando —que ineluye a los seres humanos— viven en esferas distintas, separadas por un gran abismo. Pero muchos de los que han insistido en la inspiracién de la Biblia han intentado hacerlo dentro de ese paradigma, se han imaginado a Dios dictando libros desde una gran distancia o bien dirigiendo por control remoto a los escritores con alguna especie de rayo lingtistico de largo alcance. Me temo que muchos de los que han reaccionado contra la idea de que la Biblia esta realmente “inspirada” en un sentido rico y pleno, en realidad estin intentando descar- tar ese tipo de afirmacién de , con todas las extrava- gancias que parece conllevar. ;Quién puede culparles? Des- pués de todo, un vistazo a Pablo, a Jeremias o a Oseas basta para sefialar hasta qué punto esti viva y se ve bien activa la personalidad del escritor en el texto. Una vez més, la Tercera Opcién acude al rescate. 2Lo hace suponiendo que Ja Escritura, como los sacramentos, es uno de los puntos en los que el cielo y la tierra se superponen e interrelacionan? Como en el resto de puntos como este, es un misterio. No da a entender que podamos ver de una vez qué es lo que sucede. En realidad, nos garantiza que no podemos, pero nos capacita para decir algunas cosas nece- sarias que, de otro modo, resultarian dificiles de expresar. En particular, hace que podamos decir que los escritores, redactores, editores e incluso recopiladores de la Escritura fueron personas que, aun teniendo diferentes personalida- des, estilos, métodos e¢ intenciones, se vieron involucrados en los extrafios propésitos del Dios del pacto (intenciones que inclujan la comunicacién, por escrito, de su palabra). Asimismo, hace que podamos decir que Dios el Creador (a quien conocemos por encima de todo a través del Verbo viviente, Jess) es, por Opeién nos faculta para insistir en que, aunque las palabras no son la tmica especialidad de Dios, representan una parte central de su repertorio, A su vez, nos ayuda a ver que, cuan- EL LIBRO IsPiRADO POR Dios 207 do este Dios va a obrar dentro de su mundo, quiere hacerlo por medio de sus criaturas humanas portadoras de su ima- gen, y que, deseando su colaboracién inteligente en la medi- da de lo posible, pretende comunicarse verbalmente con y por medio de ellos, como un afiadido y a la vez un punto interno fundamental a sus otras muchas formas de hacer que las cosas se digan y se hagan. En otras palabras, la Biblia es mucho més que lo que algu- nos solian decir hace aproximadamente una generacién: que no era més que el (0 un) “registro de la revelacién”, como si Dios se revelase por otros muchos medios y la Biblia no fuese mas que el recordatorio que unas personas escribieron de lo sucedido, La Biblia se presenta, y asi la ha tratado la iglesia en general, como parte de la revelacién de Dios, y no como un mero testimonio 0 eco de Ia misma, Parte del problema estriba en asumir que, después de todo, Jo que se Tequiere es “revelacién”, la comunicacién de algiin tipo de conocimiento verdadero. La Biblia ofrece, efectivamente, gran cantidad de informacién, pero primordialmente pro- porciona energia para la tarea a la que Dios esta llamando a su pueblo. Hablar sobre la inspiracién de Ia Biblia es una manera de decir que esa energia procede de la obra del Espi- rita de Dios. Resulta de gran ayuda recordar constantemente, en todo esto, para qué se nos da la Biblia. La Biblia misma expresa una de las declaraciones mas famosas sobre la * de la manera siguiente: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y util para enseftar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté ente- samente capacitado para toda buena obra” (2Ti 3:16-17). Enteramente capacitado para toda buena obra, esta es la cuestién. La Biblia sale del aliento de Dios (el té irada” es en este caso theopneustos, literalment salido de Dios”) con el fin de modelar y formar al pueblo de Dios para que haga su obra en el mundo. Dicho de otro modo, la Biblia no existe para ser un punto de referencia exacto para las personas que, queriendo con- 208 SIMPLEMENTE CRISTIANO sultar cosas, tengan la seguridad de obtener la informacion correcta, Su funcién es capacitar al pueblo de Dios para que evar adelante sus propésitos de nuevo pacto y nueva crea ccién, para facultar a las personas en su trabajo por la justicia, espiritualidad mientras lo hacen, para crear mnes a todos los niveles, y para generar esa nueva creacién que tendré algo de la belleza de Dios guia que indica cémo llegar al ugar donde nos dirigimos. Y nuestro destino es hacer que se produzca la nueva creacién de Dios en su mundo, y no limitamos a encontrar nuestro propio camino seguro a través de la vieja creacién. tan afirmar cuando usan palabras como “ de que la Biblia no nos va a engaiiar) e “inerrante” (Ia idea, ‘més fuerte, de que Ja Biblia no puede equivocarse), por Io general suelo resistirme a usar dichos términos. Irénicamen- ‘para adoptar toda clase de teorias que no hacen al conjunto de la Escritura su gran historia, sus mas en personajes de sus epi- insistencia en cuanto a una Biblia “infalible” o “inerrante” ha crecido dentro de una compleja matriz cultural (en particular, la del protestantis- ‘mo estadounidense) en la que la Biblia se ha considerado el bastién de la ortodoxia contra el catolicismo romano por un lado y contra el modemnismo liberal por el otro. Por desgra- los presupuestos de esos dos mundos han condicionado el debate, No es casualidad que esta insistencia protestan- te en la infal idad Roma insistia en la in ‘mo de Ja Tlustracién infectase incluso a los que lo estaban combatiendo. EL LBRO INSFIRADO PoR Dios 209 tencién de Ia ver- ia. Recuerdo una historia acerca de Karl Barth. Cuando una mujer le pregun- {6 si la serpiente de Génesis realmente habléd, é1 contest: hablé. Lo que importa sobre definiciones particulares de las ia es semejante a que un matrimonio Jos dos ama més a sus hijos, cuando debieran ocuparse de amarlos cridndolos y déndoles un buen ejemplo, El cometido de la Biblia es capacitar al pueblo de Dios para hacer su obra en su mundo, y no para convertirse en la excusa para sentarse de brazos cruzados con aire de suficiencia, sabiendo que posee toda la verdad de Dios, Catorce a La historia y la tarea ‘na de las cosas que los cristianos suelen decir acerca de la Biblia es que es “autoritativa”, pero lo que quieren decir con ello se ha hecho dificil de entender. Un lugar excelente por el cual empezar es algo que el pro- pio Jesis dijo sobre la naturaleza de la autoridad, Los gober- nantes paganos, afirmé, se ensefforean de sus sibditos, pero no ha de ser asi entre ustedes. El que quiera ser primero tiene que ser siervo de todos, porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos (Mr 10:35-45). Si la autorid: s facultad permanente y propia en Jesiis, y si va tal autoridad como procede: na, cuando calificamos la Biblia de “autoritativa” estamos aseverando que, de alguna manera, se convierte en un ins- trumento autoritativo de lo que Dios llevo a cabo por medio de Jestis, en particular mediante su muerte y resurreccion. En otras palabras, para que la muerte de Jestis tenga el efecto debido, tiene que comunicarse al mundo por medio de la “palabra” del evangelio. (Como hemos visto en el Capitulo Diez, para los primeros cristianos, el “verbo” 0 “palabra” de Dios era la poderosa proclamacién del sefiorfo de Jestis). Al establecer las rafces del relato cristiano en el 212 Stmptemente CRISTIANO Antiguo Testamento y su plena floracién en el Nuevo, desde muy pronto se consideré que ia Biblia era la representacién habia cumplido en Jestis. De hecho, no se trata de la simple deseripeién auto- ritativa de wm plan de salvacién, a modo de mera fotografia aérea de una poreién particular del paisaje. Es parte del plan de salvacién mismo, semejante al guia que le lleva a uno por el paisaje y le muestra como puede disfrutarlo al maximo. Por eso, la “autoridad” de Ja Biblia obra de una forma totalmente distinta a la de, digamos, las reglas de un club de golf. Ciertamente contiene listas de reglas (Ios Diez Man- damientos, por ejemplo, en Exodo 20), pero, actualmente, ‘en su conjunto, no consiste en una enumeracin de deberes y prohibiciones. Es una historia, una grandiosa narracién pica que transcurre desde el jardin del Edén, donde Adan y Eva cuidaban de los animales, hasta la ciudad que es la Esposa del Cordero, de la que fluye el agua de vida para alivio del mundo. Es, después de todo, una historia de amor, aunque con una diferencia. Y la autoridad de la Biblia es la de una historia de amor de la que estamos invitados a formar parte. En ese sentido, mas bien parece la “autoridad” de una danza a la que se nos invita a unimos; o la de una novela en la que, teniendo ya su escenario establecido, su trama bien desarrollada y su desenlace planificado y a la vista, todavia queda un camino por recorrer y se nos invita a ser persona- jes vivos, participativos, inteligentes, que toman decisiones dentro de la historia, a medida que se encamina a su destino. Este modelo de “autoridad” nos ayuda a entender c6mo leer la en tanto que Escrituras cristianas. La “auto- ridad” del Antiguo Testamento es precisamente la que ten- dria una escena anterior en la novela, cuando ahora esta- mos viviendo en otra posterior. Es importante que la esce- nna anterior fuera exactamente lo que fue. No obstante, ha cumplido su trabajo y nos ha Hevado @ la escena siguiente, donde algunas cosas han cambiado radicalmente. La trama hha avanzado. Incluso en las novelas mas posmodernas, los LA HISTORIA ¥ LA TAREA 213 personajes de los capitulos finales no suelen repetir lo que hicieron y dijeron poco después del comienzo. Esto no significa que se nos deje en una situacién de “sale vvese quien pueda” en la que cualquiera podria decir: “Bien, ahora estamos en un nuevo instante del plan de Dios, asi que podemos deshacernos de todo lo que no nos gusta de Jos antiguos momentos”. Sigue siendo la misma historia que era, y es, el relato de cémo el Dios creador est rescatando a la creacién de su rebelién, desolacién, corrupcién y muerte, Lo ha Hevado a cabo por medio de la muerte y resurrec- cién de Jess el Mesias, en cumplimiento de las promesas a Israel, y de la historia israelita. Todo esto es innegociable. Cualquier cosa que contradiga 0 socave esto impide que la novela prosiga hacia la conclusidn prevista, Pablo argumen- ta esto repetidamente a lo largo de sus cartas, y deberiamos preparamos para hacer lo mismo. Vivir con “la autoridad de la Escritura” significa, por tanto, vivir en el mundo de 1a historia que ella misma nos cuenta, empapamos de esta como comunidad y como indi- ‘por medio de ‘Asi es como llegaremos a tener los pies firmes sobre nuestra propuesta o reflexién sobre nuevas iniciativas o sugerencias en cuanto a la forma en que la comunidad eristiana debe res- ponder a nuevas situaciones, por ejemplo, detectando lo que el mundo necesita ahora, cumpliendo algunos de los planes mis profundos de la Eseritura, en la justicia econémica glo- bal. Como comunidad, esto entrafia estar atentos no solo a lo ‘que nuestras tradiciones dicen sobre la Escritura, sino a ella misma, que gracias a ella seamos capaces de vivir por medio de la vida del cielo, aun estando en la tierra. Todo esto representa nuestro llamado a ser personas que aprenden a oir la voz de Dios que habla hoy en el texto anti- ‘guo, y llegar a ser tecipientes de esa palabra viva en el mun- do que nos rodea. 214 SIMPLEMENTE CRISTIANO Oir con atencién Ia voz de Dios Dios habla realmente por medio de la Escritura: a la igle- sia y, ojald que también por medio de ella, al mundo. Ambas cosas son importantes. Podemos entender esta idea si la situamos en la ya familiar nocién del traslape de cielo y tie- 17a, y en la maneta como los propésitos futuros de Dios, revelados para aleanzamnos en Jestis, han de ser ahora imple- ‘mentados en vista del dia en que Dios haga nuevas todas las cosas. Leer la Escritura, como orar y participar en los sacramen- ‘tos, es uno de los medios por los cuales se interrelacionan la vida del cielo y la de la tierra. (A esto se referian los escri- tores antiguos cuando hablaban de “los medios de gracia”. No es que controlemos la gracia de Dios, sino que existen lugares, por asi decirl porque Dios ha prometido encontrarse alli con su pueblo, aungue a veces itamos pueda parecer que él se hubiese ita, Lo habitual es que sea 2 la inversa). Lee- mos la Escritura para oir a Dios dirigiéndose a nosotros: a nosotros, aqui y ahora, hoy. La forma en que esto sucede es misteriosa, Millones de cristianos a lo Largo de los si testimonio de que si courte. Se han desarrollado técnicas para facilitarnos el escuchar la voz de Dios en la Escritura, ‘muchas de las cuales son itiles (esquemas de lectura priva- da, por ejemplo, para ayudar a las personas a estudiar siste- ‘méticamente la Biblia durante un affo, o tres o los que sean, sin que se les indigeste al tratar de leer los cuatro Evangelios de una vez, 0 todo Levitico y Numeros en una sentada). Se han formado sistemas completos de espiritualidad en tomo a Ja lectura de la Escritura como oracién. En el evangelicalis- ‘mo, el “tiempo devocional” de leer la Escritura y escuchar la voz de Dios ha sido algo crucial; muchos evangélicos se sor- prenden al descubrir que San Benito, y algunos otros maes- {ros catélicos, habfan desarrollado wn sistema muy parecido, conocido como fectio divina. En algunos de dichos métodos La HISTORIA ¥ LA TAREA 215 los lectores buscan en oracién “convertirse en” personajes de la historia que estn leyendo, para luego observar y esperar, a medida que se desarrolla la historia, hasta ver qué se les dice o se les pide. Y, por supuesto, a lo largo de la historia de la iglesia, los predicadores han inten- tado entender lo que la Escritura decia en su contexto ori- ginal y, a su vez, transmitir a sus oyentes lo que esto podia significar en sus propios dias. En realidad, no seria exagera- do decir que esta es la columna vertebral de la predicacién Los peligros son obvios y no hay técnicas que logren eli- minarlos; tampoco deberian, porque al hacerlo podrian apa- gar también al Espiritu, La forma en que “oimos” la Escri- tura y, por tanto, la voz de Dios que nos habla a través de esta, esté sujeta a toda clase de factores “‘subjetivos”. Por supuesto, esto no es del todo malo. De no ser subjetivo, tam- ia, en ese sentido, real para nosotros. Pero oir la voz de Dios en la Escritura no es simplemente un asunto de precision y pericia técnica. Es una cuestién de amor, que, como ya hemos mencionado, es el modo de conocimiento que se requiere para vivir en la interseccién entre el cielo y la tierra, No obstante, como nuestro amor sigue siendo frégil y en la mayoria de los casos nuestras propias espe- ranzas y temores estén estrechamente supeditados a este, necesitamos comprobar que oimos la voz. de Dios al leer la Eseritura mediante referencias a otros cristianos, del pasado y del presente, y a otros pasajes de la propia Escritura, Es puro sentido comin. Escuchar la voz de Dios e1 no nos coloca en una posicién que asegure Testis mismo: en pos vida entera o para el minuto siguiente. Las vocaciones son frdgiles y se prueban en su desempeiio, y, por tanto, es pare- cido a vivir en la interseccidn del ci Sin embargo, su ejecucién no solo tiene que ver con nues- tro peregrinaje privado. Consiste en llegar a ser agentes del nuevo mundo de Dios, trabajadores en pro de la justicia, 216 SimpLeMeNTe CRISTIANO exploradores de la espiritualidad, hacedores y reparadores de relaciones, creadores de belleza, Si Dios habla efectiva- mente por medio de la Escritura, su objetivo es comi narnos para tareas como estas. La Escritura cristiana tiene la impronta, en su forma, su propésito y su modo de uso globales asi como en sus partes individuales, no solo de la ‘unién del cielo y la tierra, sino de la super raccién de presente y futuro. lefdo por aquellos que estén del futuro de Dios, ese que llegé en Jest y ahora exige ser ica que tanto las Escrituras como la ora- cién cristianas, tienen su propia forma distintiva. Leerlas como parecen pretender y Tequerir que lo hagamos es, asi- a. Es pre ‘grandes escritos de la tradicién in hindl el Bhagavad Gita, en particular— no presentan una historia dominante en la que los lectores son llamados a convertirse en personajes. No habla de un dios tinico quien, como Creador, elige obrar en una familia y un lugar concretos, descartando a todos los demés, para dirigirse de ese modo al mundo entero. Esto afecta tanto a la forma como al contenido. El Corén, majes- tuoso monumento a Mahoma, es algo de otra naturaleza, més en Ia linea del tipo de libro marcadamente “au tivo”, como algunos guisieran considerar a la Bibl el que podrfamos decir que algunos quisieran convertir a la Bibl, Ni sigue judasmo, cya Biblia ha hecho propia sia, cuenta una historia continuada como la cristiana, cen la que los lectores son lamados a convertirse en nuevos personajes. Si hay algo en el judaismo que ocupe el mis- ‘mo lugar que Jesiis en el cristianismo, serian, en todo caso, es sobre la Tord que hay en la Misné y el Talmud, aunque aqui volvemos a ver una obvia diferencia de forma y propésito, asi como de contenido, La HISTORIA Y LA TAREA 27 fica que el Dios que es Seftor de toda la crea- cién, y, a la vez de Abraham, Isaac y Jacob, no tenga nada que decir a través de ninguna otra escritura. Mas bien expre- sa que lo que el cristiano cree sobre Jestis genera una narra- al se le ha llamado a vivir; que hacerlo ‘una vocacién particular dentro del es el libro a través del cual Dios sos- tiene y dirige a los que procuran obedecer a dicha vocacién como seres humanos inteligentes, pensantes, portadores de su imagen. La Biblia desafia constantemente a sus lectores no conformarse. Dar a la iglesia un don asi era una mane- 1a de sefialar a cada generacién su necesidad de crecer, de ser més plenamente humanos, en nuestro pensar. Particular- mente, esto se hace al dirigirse Dios a nosotros con palabras, que nos obligan a optar entre retraernos en una superficial negacién de encogimiento de hombros o pensar con mayor profundidad, para entender lo que él es y lo que quiere para nosotros. Y, de manera més conereta, lo que él quiere hacer por medio de nosotros. La Escritura est ahi para capaci- ‘tarmos en cuanto a ver la tarea que tenemos delante y nos ‘convirtamos en el tipo de pueblo a través del cual pueda ser abordada y cumplida, El desafio de Ia interpretacién 4Cémo, pues, ha de interpretarse la Escritura? En cierto sentido, todo este libro es una respuesta a esa pregunta, Otra ‘més completa insistiria en que nos fijéramos en la naturale- za de cada libro, cada capitulo, cada silaba, Los contextos, los significados en diferentes culturas, el lugar general que ‘ocupa un libro, un tema, una linea en esa cultura y tiempo, y en el Ambito y aleance de la Escritura misma; todos esos aspectos importan. Examinarlos con el rigor y la atencién que merecen constituye una tarea colosal, aunque hoy existe toda clase de cosas que nos animan y ayudan a emprenderla, Peto los aspectos principales a reconocer son la intenciéa de Dios de que tengamos, leamos y estudiemos este libro, de manera individual y como grupo; y de que, por el poder del 218 SimPLEMENTE CRISTIANO Espiritu, dé testimonio de mil maneras de Jesiis mismo y de lo que Dios ha hecho por medio de él. Repito un argumento que ya he expuesto, pero que es la Biblia no es simple- mente un depésito de informacién acerca de Dios, de Jestis y de la esperanza del mundo, Es més bien parte del medio por el cual, en el poder del Espirit, el Dios vivo rescata a su ‘pueblo de este mundo y lo lleva adelante en el trayecto hacia ‘su nueva creacién, y nos hace agentes de esa nueva creacién a medida que lo vamos recorriendo. Pero iqué sucede con la frase que siempre oimos cuando hay una discusi6n en torno a la Biblia, ya sea en circulos eclesiales o fuera? “Todo depende —dijo un reportero en ias hace unas noches— de si la gente esta leyendo ia literalmente 0 como algo que necesita interpreta- cién”, O, como recientemente oj afirmar con gran énfasis a un conferenciante: “Algunas personas se toman la Biblia de 10 algo met iteralim Qué significard Icerla “metaforicamente™? ;Tiene alguna utilidad plantear asf la euesti6n? En general, no, no la tiene. Para empezar, debemos agitar un poco la vieja discusién entre lo “Literal” y lo “metafri- co” antes de que nos sirva para algo. Avveces significa sencilla mente “en realidad, de veras”, cuando de hecho se reconoce tacitamente que lo que se dice no es real ni verdadero: “Mi jefe es literalmente Hit Pero, cuando se usa en relacién con la Biblia, surgen ecos de una controversia en particular: la interpretacion del relato de la creacién en Génesis. No hay nadie en Estados Uni- LA HISTORIA Y La TAREA, 219 dos que no recuerde los polarizados debates entre los que ian, y siguen insistiendo, en una creacién literal de sie~ , Y los que porfiaban, y Io siguen haciendo, en una tura de Génesis 1 a la luz de la ciencia evolucionista. El debate que se ha dirigido en términos de “creacién frente a evolucién” se ha visto atrapado en todo tipo de controver- sias afiadidas (sobre todo en la cultura estadounidense) y ha puesto un telén de fondo singularmente instil para To que deberia ser un andlisis serio de otras partes de la Biblia. De hecho, todos los lectores de la Biblia que he conoci- do, de cualquier trasfondo o cultura, han sabido instintiva- ‘mente que al menos algunas partes de ella se expresaban literalmente y otras tenian un significado metaforico. Cuan- do el Antiguo Testamento deciara que los babilonios captu- raron Jerusalén y la quemaron, significa, literalmente, que lo hicieron. Cuando Pablo dice que habia naufragado tres veces, quiere decir que eso fue lo que Ie ocurri6, Por otro lado, cuando habla de la venida de un ladrén en la noche, de Ja mujer que esté con dolores de parto, de la necesidad de no estar ebrios ni dormidos, sino de permanecer despiertos y con la armadura puesta (1s 5:1-8), habria que ser un lector bastante inepto para no reconocer una de sus mas especta- culares combinaciones de metéforas. Y cuando el mensajero del rey asirio grita a los hombres de Ezequias que Egipto es un “bastén de cafia astillada, que traspasa la mano y hiere al que se apoya en él” (2R 18:21), el hecho de que las catias abunden en Egipto y de que la metéfora pueda ser muy apro- piada no nos impediré ver que se trata, en realidad, de una metafora Entre otros ejemplos obvios estén las pardbolas de Jesiis ‘No he conocido munca a un lector que tuviera la impresién de que la historia del hijo prédigo hubiera ocurrido en realidad, de tal mancra que visitando un mimero suficiente de granjas en Palestina uno Megaria a encontrarse con aquel padre y sus hijos (suponiendo en todo caso que hubiesen arregla- do su disputa). Pricticamente todos los lectores tratan estos asuntos sin pensarlos siquiera. Jesus mismo lo subrayé en 220 SimpLemente Cristiano cocasiones (y no porque sus oyentes pudiesen equivocarse al respecto) y sefialé los significados “literales” (“Anda enton- ces y haz tit lo mismo” [Le 10:37]). A veces, los escritores de los Evangelios actuaron del mismo modo, como cuando que la nica “verdad” en las pardbolas sea el argumento por el cual se puedan, por asi decirlo, intercambiar. Las paré- bolas son “verdad” en ‘les muy diferentes; reconocerlo no es una forma de decir: “Las tnicas ‘verdades’ reales que importan son los significados ‘espirituales’, las cosas que no han ‘ocurrido’ como sucesos del mundo real”. La verdad (gracias a Dios) es mas complicada que eso, porque el mun- do de Dios es mas complejo —més interesante, de hecho— que todo esto. En este punto surge otro problema que es una fuente de confusién sin fin. Ademés del uso informal de “iteralmen- te” que acabamos de mencionar, la gente usa hoy las pala- bras “literalmente” y “metaforicamente” para expresar dos tipos de cosas distintos. Por un lado, y de acuerdo con el verdadero significado de ambas palabras, se refieren a Ja manera en que las palabras se refieren a las cosas. “Padre” significa literalmente alguien que ha engendrado un hijo. Una “flor” se refiere, literalmente, al objeto con ese nombre. Pero si tuviera que decir a mi nieta: “Ti eres mi flore estaria denotando a una persona, pero refiriéndome metaf- ricamente a una flor, para adomar a la primera con parte de los atributos de esta iiltima (bonita, fresca, de dulce aroma; ‘espero que no espinosa). Y, cuando un devoto parroquiano se refiere al sacerdote como “padre”, asumo que la referen- cia es obligatoriamente metaforica, dotando al hombre con cualidades de paternidad que no nada que ver con engendrar. Aqui, las palabras “literal” y “metaférico” no nos dicen si las cosas de las que estoy hablando son abstractas 0 coneretas, sino que indican si los términos “flor” y “padre” se estin usando en sentido literal, para referirse @ un padre real y a.una flor de verdad, 0 en sentido metaférico, para referirse (no a una entidad abstracta, sino) a personas de ver- La HISTORIA ¥ LA TAREA 224 dad que en realidad no son padres ni flores, pero a las que entendemos mejor si, por ast decirlo, las vestimos con esas palabras por un momento. “metaférico” han llegado a significar, tam- bién, algo relacionado con el tipo de cosas a las que nos efiriendo. “Fue wna resurteccién literal 0 meta- ”. Todos sabemos lo que el hablante quiere decir: {Ocurrié de verdad, o no? Pero, por comiin que pueda set este uso de “literal” y “met me se presta mucho a con- fusion, Hace que el termine i de “concreto”, mientras que “metafé tracto” 0 de cualquier otra idea no conereta (“espiritual’ tal vez, aunque esto dé paso a un ejército de confusiones ulteriores). Esto es solo la punta del iceberg de la discusién que podria- ‘mos tener en este punto, pero quisiera subtayar dos cosas. Primero, no deberiamos permitir que el telén de fondo de Jos debates més viejos e initiles acerca de Génesis nos lle- ‘ven al necio pensamiento de que todo el que insista en que alguna parte historica de la Biblia ha de leerse literalmente, y que est ahi para denotar cosas que ocurrieron realmente fen la realidad concreta, se tome por un bobo incapaz de leer textos o de vivir en ef mundo real de hoy. Tampoco debe- ramos permitir que esa polarizacién nos haga imaginar que alguien que insiste en leer las espléndidas metéforas de la ejemplo, que “el Hijo del Hombre que viene sobre las nubes” es una metéfora que indica vindieacién y exaltacion— es un peligroso antilite- ralista que ha dejado de creer en la verdad del eristianismo. La Biblia esté Hena de pasajes que en realidad no preten- den describir cosas ocurridas en el mundo real ni tampoco pretenden ordenar y prohibir diversos tipos de acciones que ‘curren en él. El Dios del que habla la Biblia es, después de todo, el creador de este mundo. Una parte de la cuestion de toda esta historia es que él ama a este mundo y pretende rescatarlo, que ha puesto en marcha su plan mediante una serie de acontecimientos coneretos en la historia real, y que 222 SIMPLEMENTE CRISTIANO tiene la intencidn de que este se lleve a cabo por medio de la vida concreta y del trabajo de su pueblo. Peto, como casi todos los grandes escritos, la Biblia nos trae de manera regu- lar y reiterada el aroma, los significados, la interpretacién adecuada de esos eventos reales, coneretos en el tiempo y el espacio, por medio de complejas, hermosas y evocadoras formas y figuras literar Reconocer (en realidad, celebrar) la referencia literal pre- tendida, investigar los hechos concretos a los que se hace referencia y explorar todo el alcance del significado meta- ffrico son tareas que cabe integrar, juntas, como elementos clave de la interpretacién biblica. La segunda cosa que quiero subrayar es que esté, pues, abjerta a que cualquier lector, comentarista o predicador exa- les son las porciones “lite- rales”, cuales las “ y cudles deben tomarse en ambos sentidos, antes de dedicamnos, como segundo paso, a preguntar si los fragmentos con intencién literal sucedieron ‘on la realidad conereta, Esto no se puede decidir de antema- no ni con la insistencia de que “todo lo que hay en la Biblia debe ser interpretado literalments” ni de saber de antemano que la mayoria “se deberia tomar metaféricamente”. ‘Tomemos el ejemplo del pasaje del “Hijo del Hombre” al que acabo de referirme, que procede de Daniel 7. Esta porcién habla de un sueiio en el que Daniel ve cuatro mons- truos, o bestias, saliendo del mar. Para empezar, aunque es muy posible que el pasaje nos remonte a una persona real Tlamada Daniel que tuvo unos sueiios extrafios y turbulentos que deseaba interpretar, el libro esté estrechamente relacio- nado con un género bien conocido que utiliza la construc- cién, consciente y deliberada, de “suciios” con el propési- to de exponer una alegoria. (Pensemos en EI progreso del peregrino de Bunyan). Es una posibilidad que, al menos, deberiamos mantener abierta. Al margen de esto, las cuatr ‘ pardo, el oso y la bestia final con diez cuernos— son mani- fiestamente metaféricas, Ante la pregunta de si el suefio de LA HISTORIA Y LA TAREA 223 Daniel se cumplié, nadie en el mundo antiguo, y creo que tampoco en el modemo, investigaria si tales animales “exis- tieron en realidad”, o si se podian ver en la selva o en el cho de que fueran cuatro tenfa un significado muy literal. Asi lo lefan los antiguos judios (que caleula- ban con temor y temblor en cual de las cuatro secuencias se encontraban) y asi lo leen los comentaristas actuales. La casi con seguridad, en el siglo Ta. C. como a Siria, y en el siglo Td. C. como una referencia a Roma, no subrayar que el lenguaje metaférico indi- conereta, aunque las distintas generaciones tengan opiniones distintas en cuanto al posible referente literal De nuevo, cuando el suefio insiste en que las bestias salfan del mar (7:2-3), no vemos ninguna contradiccién en que el Angel que interpreta el suefio dice que son “cuatro reinos que se levantarén en la tierra” (7:17). Muchos judios antiguos consideraban el mar como ubicacién y fuente del caos; y parte del argumento de Daniel 7 (irénicamente, en vista de donde ha empezado esta discusién) es interpretar Génesis 1, con Ia vida que surge del mar y un ser humano que orga- niza todas las cosas conforme al orden de Dios. Los reyes proceden metaféricamente del mar, pero son gobernantes coneretos con ejércitos de verdad con base terrestre y no ctiaturas o ideas abstractas en las mentes de las personas. ‘Y ese “alguien de aspecto humano” de 7:13 no se interpreta como una figura humana que va volando en una nube, sino en los metaforicos pero absolutamente coneretos términos santos del ” es decir, los judios leales, que rin el reino, y sera suyo para siempre, j eee 10 pi pre, {para siempre Todo esto es una forma de decir que la polarizacién entre interpretacién “literal” y “metaforica” se ha convertido en algo confuso y que confunde. Las personas que se encuen- tran atrapadas en ella deberian contar hasta diez, leer algu- nas de las gloriosas metaforas de la Biblia, pensar en los 228 SimPLEMENTE CRISTIANO ‘echos concretos a los que se refieren los escritores y volver a empezar. Deberiamos poner un cuidado especial para evitar una sutil pero fuerte linea de pensamiento. Es demasiado fécil supo- ner que, si realmente la ‘no debe “tomarse de forma literal”, sino que por encima de todo su interpretacién ha de ser “metafbrica”, los escritores (y puede que incluso Dios) no estan verdaderamente interesados en lo que hacemos con nuestras circunstancias concretas, con nuestra vida fisica, econdmica y politica. Decir “metaférica, no literal” nos pue- de llevar répidamente a una teoria, atin més poderosa por no declararse abiertamente, segin la cual Dios solo se preocu- pa de nuestra vida, pensamientos y sentimientos inconcretos (“espirituales”). Deberiamos reconocer esa insensatez que sale de! mar tan pronto como nos encontremos con ella. Es Ia monstruosa mentira dualista que ha abrazado la mitad de nuestra cultura y que toda la Biblia, lefda de forma literal, metaférica o cualquier otra que se nos ocurra, deberia derro- tar y destruir. Ningtin judio del siglo I y ninguno de los pri- mefos cristianos habrian pensado de esa manera. ttt ‘La interpretacion de la Biblia sigue siendo, por tanto, una tarea colosal y maravillosa. Por eso debemos ocupamos cen ella todo lo que nos permitan nuestro tiempo y nuestras capacidades. No debemos hacerlo tan solo de manera indivi- dual, sino también por medio de un estudio meticuloso, con oracién, dentro de la vida de la iglesia, donde los diferen- tes miembros tendrén distintas habilidades y conocimien- tos que ayudarén. La tinica regla segura es recordar que la Biblia es verdaderamente el regalo de Dios a la iglesia, con cl fin de equiparla para su trabajo en el mundo; el serio estu- dio de ella puede y debe convertirse en uno de los lugares cn los que, en y por medio de ella, el cielo y la tierra se interrelacionan y los propésitos futuros de Dios Hegan al presente. La Biblia ¢s parte de la respuesta de Dios a la anti- gua busqueda humana de justicia, espiritualidad, relaciones y belleza, Léala y vea.

You might also like