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Tua musica en la antigua Grecia y en Roma diferencia de lo sucedido en las civiliza- As de Mesopotamia y Egipto, la mt: sica alcanz6 en Grecia un significado ico similar a como entendemos hoy este tér- mino. Es significativo que la vox mousiké, de la que deriva la palabra -miisica, se aplicara no sélo al arte de los sonidos, sino a toda elaboraci6n ar- tistica que tendiera a la expresién mas elevada. Es decir, la miisica pas6 a ser un elemento de perfeccién, un instrumento con el que mejorar Ja condueta y el pensamiento de los hombres ppasé a tener, pues, un contenido ético. No deja de resultar indicativo el hecho de que su floreci- miento coincida con el propio de la filosofia ‘cuando en el siglo V1 aC, la miisica fue objeto de especulacién en un grado hasta entonces no al- canzado. © La armonia de las esferas» En el seno de la Grecia arcaica, con Pita- goras a la cabeza, comenzaron los estudios s0- bre la proporcién matematica de los sonidos, lo que hizo concebir la mtisica como una materia, en el sentido de fisicidad. El and cién entre las distintas alturas sonoras y el esta blecimiento de unos tipos especificos de escala fueron determinantes para configurar todo un sistema que llegasia a inspirar la concepcién ar- ménica de la misica en Occidente. Ademés, Piti- goras, influido por los astrénomos y matemticos de Babilonia, formulé una teoria de la rela- césmica que contemplaba el uni- ico, en el cual los planetas emitfan un verso como un espacio armé sonido continuo y favorecian un in- tervalo sonoro anslogo a cia de las notas de una escala. Se- iin el fildsofo de Samos, el sonido mis grave correspondiia a la Luna, por estar mas cerca de ta Tierra, mientras que el mas agudo perte- necia al ambito de las estrellas fi- jas, Segiin €l matemitico, los siete planetas guardaban una distancia de un tono, por lo que la escala ccésmica estaba conformada por las la distan- Paes ecupiae ne dete rrac eapramiitcctonee mata eae oye aire tartan Soe tx stn er eo ena ant qu ata ae insane aca arrest sour be ps de Igbo ae Ap, el dios de la musica, Este, fete treba dtr cringe dt aut gem er Vectra dy, come cai or sche pa rds ve Marts fra ‘espeljaa R siete notas, Esta teorfa, que también tuvo -eproduccién de un vaso detractores, fue conocida como «armonia de las sige gu medraaames sferas. Pero la gran aponacin pitagérica Con- insirmerto partcularmente ist, Sobre todo, en el estudio de las propor- ‘spreciadoen areca _ciones del sonido: tomando como base un clasica. trumento denominado monocordio, que consis- tia en una tabla sobre la cual se tensaba una cuerda montada al aire, y que emitia un sonido fijo © fundamental (do), se observé que al acortarse dicha cuerda a la mitad (2/D sonaba la misma no- ta, aunque a la octava aguda (do- do’), Cuando la cuerda era acor tada en sus dos terceras partes (3/2), sonaba la quinta (do-sol) Asi, sobre estos experimentos, Pitégoras y sus continuadores caleularon, y de un modo acep- tablemente preciso, el resto de los sonidos que conforman una © Funci6n social de la misica en Grecia Por otra parte, el arte de los sonidos se hi: zo inseparable de la tragedia y la poesia: la in flexién de la voz, el gesto de los actores y sus ‘movimientos estaban condicionados por la mé- sica, a menudo tafida por citaristas y auletas —intérpretes de aul6s, una especie de chiri mia— que formaban parte de los especticulos ir el paso, a

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