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If. SUBJETIVIDAD, SEXUALIDAD Y EXPERIENCIA En el capitulo anterior! deseribi y presenté algunos de los procesos dsrelevantes de la cultara mexicana contemporinea, axl como aque llos discursos sociales que han construido la sexulidad a lo largo de la historia, y los que en la actualidad compiten para definirla, De este modo, ya habiendo descrito los aspectos histbricos y sociolégicos que proporcionan el contexto para la interpretacién de los relatos y de las nes del significado de los participantes, en él presente ca- é del objetivo tedrico del trabajo mediante el desglose de es actuales en las ciencias sociales referentes a los conceptos de género, identidad, sexualidad y subjetividad, a fin de aclarar mi postura ante ellos Exploraré las relaciones entre la subjetividad y la sexualidad me- dante el concepto de experiencia como una via de comprensién de * Capitulo [: La construceibn hibrida de ka sexvalidad en México. 116 Supjerivinan, secuauinan y exPERIENCIy pwAnucnise aquel entrelazamiento complejo entre lo individual, lo cultural y lo social. Dicha tarea es central para este trabajo porque proporcionars ‘marco conceptual para mi principal objeto de estudio: la consteuccién del significado de la sexualidad mediante el didlogo, en un determi nado contexto histirico y social que ofrece a los individuos ciertas posibilidades para la interpretacién de sus deseos, sentimientos y pra ticas, asi como para la construccién de sus identidades. Antes de discutir los conceptos y las teorlas que tienen relevaneia pura el objeto de esta investigacién, es importante indicar que, en tanto reflejo de las relaciones de poder arraigadas en la produccién del conocimiento a lo ancho del mundo, la literatura local de Latinoamé- rea y México esta muy influenciada por las teorias occidentales to cantes a la subjetividad, la sexualidad y la experiencia. Muchos tedricos regionales abstraen conceptos de tales teorfas dominantes y los emplean sin debatir acerca de si son, 0 no, relevantes para la realidad social a la cual los aplican.” La mayor parte de los estudios regionales de género se encuentra aguiada por conceptualizaciones anglosajonas y/o francesas. Si existe alguna produccidn local de teorla © si bien es cuestion de la dificultad que se experimenta en llegar a, y circular en el ambiente académico global, el hecho es que son escasos Jos conceptos nacidos en las di ferentes regiones o. las erticas culturalmente especificas. Mas bien que los ted I campo de lasexualidad y el génes res, usando sus propios términos, aunque la literatura carece pricticamente de ccusiones acerca de la relevancia de dichos conceptos para nuestras calturas (véanse por ejemplo, Tafién 1990, Baz. 1996, Lamas 1996, Lara 1992). Unos cuantos teéricos sociales latinoamericanos, y en especial algu- nos provedentes de Brasil, toman en cuenta el caricter histérico del concepto de la sexualidad y asi lo hacen relativo a su cultura, Parker (1991) lo hace con bastante cuidado en su estudio sobre la cultura sexual del Brasil contemporaneo, ‘te de varias académicas fem mas de identidad, sexo con relaci en la construccién de la sexualidad, a saber: —los di sos sociales y el poder — los discursos locales y la cultura — el didlogo y el significado —Ia experiencia subjetiva del cuerpo on estas autoras y Estos cuatro procesos no deben considerarse como contextos para la subjetividad sino, mas bien, como discursos, marcos de interpre- tacién, 0 voces y modelos que el sujeto entrenta y maneja en el proceso de adscribir significado a su cuerpo, asi como a sus placeres, deseos y actividades, Se analiza a cada uno de estos procesos desde el punto de de la experiencia; es decir, como un por el individuo dentro de su cu liscutir como el concepto maderna junto con otras fuentes de significado " Un ejemplo de esto esl caso de las teorlaspsicoanaiticas y psi como san las voces de Ia comunidad, los dilogos y la experiencia } fueron muy populares durante la década de 1980 en debates concernientesa la subjetiva del propio cuerpo, son manejados por el individuo en la acional mexicana tuccién del significado de las practicas sexuales. ‘Aramoni 1965 y 1984, Fromm y Maccaby 1973, GonzalezPineda 1961 y Ramirez 1983) 118 Supjenvinan, sexuauos0 Y EXPERUENCAy de la sexualidad fue introducido y apropiado de una manera muy par. ticular afin de describir un supuesto cardcter braslefio, Ese autor diseute asimismo Los efectos de esta clase de proceso cultural entre diferentes grupos sociales, Se debe observar, sin embargo, que Parker es wn an trop6logo norteamericano. Dada esta situacién, me vi tos, acuiiados principalmente en Estados Unidos y Europa, con la consciencia de que acaso no existirfa una correspondencia perfecta entre ellos y mi objeto de estudio, La relevancia parcial de 308 con ceptos para el fenémeno social que investigo me invita a advertir sobre Icance limitado de mi enfoque tedrico y a sefialar la necesidad de latinoamericanos contextualicemos la teoria y ks coloquemos en una perspectiva histérica. En este trabajo construire un marco teérico apoyado en los con- ceptos oceidentales. Luego, discutiré el grado de corresponden existe entre ellos y los significados generados durante las conversacio- nes, fin de mostrar la posible relevancia de ciertos conceptos como los de sexualidad, subjetividad, la separacién entre sistemas de género y de sexo, la construccién de una individualidad soberana, auténoma y ciee- tos emblemas de la identidad de género 1, SeXUALIDAD Y suByETIVIDAD Discutir la sexualidad conduce directamente al andlisis de la subjeti vidad, ya que ambas han llegado a estar inextricablemente enlazadas con la discusién de la individualidad y Ia identidad; conceptos que son centrales para la modernidad. De acuerdo con Stanton (1992), como resultado de la reciente pro- liferacibn de estudios relativos a la sexualidad, se ha dado un amplio debate en torno al asunto de la subjetividad, porque: _anwAucirASTE us . la historizacin (y por ende la desnaturalizacién) de la sexualidad puede verse como parte integral de la deconstruccién de una subjeti- dad esencial que ha mareado ala modernidad, y més especificamente, a posmodernidad (Stanton 1992: 44 Esta afirmacién surge de las obras historicas de Foucault (1981, maneras en que la 988b), entre otros, en las cuales se discuten l lernas imos dos siglas de la historia occidental y me plejo de produccién de conocimiento y de tecnologias del poder, la sexualidad ha llegado a ser considerada como nuestro elemento natural mas espontineo (Weeks 1986), As, se pone que nuestro sexo define quiénes somos, lo que hacemos, qui deseamos y qué tipo de pricticas sexuales debemos realizar, como si todo fuera establecido por mandato biologico, La fuerza de esta construccién es tanta que la sexualidad representa casi la tnica cosa dividuo moderno; y la abraza como si fuera el rastro de una identidad esencial ¢ inmutable. Ha sido la his: toria, especialmente desde el punto de vista construccionista cargado con la tarea de seguir I pista de cbmo la se: emblema de la subjet entela de juicio el determinismo biolégico de la identidad sexual y del deseo (Weeks 1992a, 1993). Alo largo de un extendido proceso histbrico de luchas por el po- der en el diante un proceso y la sexologia durante el siglo pasado y éste, En su studio histérico de la construccién del cuerpo sexual en la anatomia Ja medicina, Laqueur (1990) afirma que: 120 Suggerrinan, CUALIDAD YEXPERENH, La sexualidad como un atributo singular y de importancia fundamen. tal, con un objeto espectiico —el sexo opuesto— es el producto de finales del siglo XVIII. No hay nada natural en ella (Laqueur 1999, 134) Este no fue un acontecimiento trivial, pues debido a la delimitacién y descripeidn de la sexualidad, nuevas supe poder —o del 'biopoder;' segiin Foucault— administrar y controlar tanto a las poblaciones como a los individuos cn formas mas eficientes, Segiin indica Weeks (19922) Porque el sexo es el punto a lo largo del cual se desarrollé toda by tecnologia de la vida: el sexo era un medio de acceso a ambos: Ia vida del cuerpo y la vida de la especie; es decir, offecié una manera de regular tanto los cuerpos individuales como el comportamiento de la poblacién (la entidad politica) en su totalidad (Weeks 1992a; 230%) Existe un vinculo muy cercano entre la sexualidad y el poder en la obra de Foucault que se expresa de manera particular en relacid con el concepto de subjetividad. Las ideas de Foucault acerca del sujeto moderno han analizado el papel constituyente que el ‘invento' de la sexualidad ha jugado. En ese sentido, estudiar la subjetividad significa cxaminar las maneras en que los hombres y las mujeres se transforman a simismos en sujetos, y en particular a manera en que Ilegan a cons derarse sujetos de la sexvalidad. El intento de Foucault por coi prender la forma en que el individuo moderno ha hecho una ex riencia de sf mismo como 'sujeto de sexualidad’ (Foucault 1988b: 9), fue precedida por el andlisis de las maneras en que, a lo largo de los siglos, el hombre occidental (y la mujer, debo afiadit), ha llegado a considerarse a s mismo (a) como un sujeto del deseo. Reconociendo que la sexualidad ha llegado a ser un elemento fun- damental de la subjetividad moderna y que es conceptualizada como Ana Anmuci sre 1 tuna relacién de poder, asi el individuo llega a constituirse mediante el poder, lo cual moldea sus pensamientos, sus deseos y limita sus pos- el punto importante seré saber en qué formas, a través de qué canales, largo de qué discursos llega ol poder hasta e permiten las conductas mas tenues y més individuales, qué catnino: ‘mo infitra y controla el poder cotidiano —todo ello eon efectos que pueden ser de rechazo, de bloqueo, de descali , pero también ficacién, en suma: las téenicas polimorfas del poder! (Foucault 1981: 19) Lo que se puede derivar de esta cita ¢s que el concepto de poder no se redice a una imposiién negativa y 0 mds bien, se concibe con un carcter positivo: constituye, incita, delinea, nombra. El ejercicio del poder sa, si van mas sociales. Este argumento se elabora en la obra Historia de Ja sexualidad. La voluntad de saber (Foucault 1981) donde el autor discute lo que "a hipotesis represiva,’ que const las sociedades occ yitesis asume que el sexo ha estado reprimido, do debido a una supuesta necesidad de producir y preservar la cultura, elemento que estarfa siempre amenazado por i¢ la sexualidad es wuestra naturaleza humana que necesita ex- facerse en la misma manera que cualquier otro impulso 122 SuBjenvipan, SexuALIDAD Y EXPERIENGLA Foucault critica esa hipétesis porque fue, de hecho, creada, discutida e incitada a transformarse en una ‘cosa-en-s-misma,’ aunque fuera como un secreto cuya existencia se reconoce. La sexualidad llegé a ser una herramienta de control itil mediante la produccién del conocimiento en torno a ella, lo cual dio ugar a nuevas formas para el ej a patologla, entendidas como cuestiones de salud y, por lo tanto, como preocupaciones para Ja administracién piiblica, ya dejaron de ia de la moralidad y de la religién y se constituyeron en las pales bases para la clasificacién de los individuos de acuerdo con sus practicas sextales. La construccién de la sexwalidad impuso una gama de ‘tecnologias de! yo" que obligaron al individuo @ una auto- vigilancia afin de adaptarse alas definiciones de la normalidad, Una de esas definiciones fne la heterosexualidad y la inequivoca relacién del sexo con el género en la que el cuerpo determina la identidad Mediante su andlisis histérico, Foucault pretendia: - analizar las précticas por las que los individuos se vieron Ievados a prestarse atencién a ellos mismos, a descubrirse, a reconocerse y a declararse como sujetos de deseo, haciendo jugar entre unos y otros una determinada relacién que les permita deseubrir en el desea la verdad de su ser, sea natural o caida, (Foucault 1988b: 9). Al considerarse en detalle, este proceso describe la construccién de la misma subjetividad, si bien de una particular subjetividad que es producto de las sociedades y de las téenicas del poder modernas, en jas técnicas que permi de operaciones en sus propios cuerp figae, cone fin dealeanzar un cierto ad pateath, defelicidad, de purera, ‘ode poder supernatural, et (Foucault 1991: 35). pnaANucnisrecin 123 las cuales la ciencia ha jugado un papel clave al definir las normas rela- conadas con lo que es (y lo que no es) natural © normal; en pocas palabras, al det la 'verdad.' El concepto de la diada saber-poder, cuyos términos se implican el sno al otro en una relacidn inevitable, sujeto moderno: No puede haber ning’ ejercicio de poder sin una cierta economia de discursos de la verdad que opera mediante esta asocia en ella. Estamos sometid ny con base ala produccién de la verdad mediante el poder y no podemos ejereer el poder salvo medi de la verdad (Foucault 1980: 934). produccién Foucault sigue los distintosdiscursos que han construido ala se lidad desde el siglo XVII c ayudaron a que ese concepto Otras obras histéricas (Ariés, Béjin, Foucault y cols, 1987) han cenfatizado la importancia de a religién y de la Iglesia como la princi- pal institucién que mantuvo las ideas dominantes con relacién a la se- swalidad basta el siglo XV catolicismo la bisqueda de la cas- tidad y la vigilancia de uno mismo en cuanto a los place se consideraba como un camino necesario hacia la salvacion y, entre otras técnicas, la confesi6n ayudé a hacer de la autovigilencia una po- Desde el siglo XVIII en adelante, y con el arribo grad modernidad, se dio lugar un tipo de desplazamiento de los discursos Identified como apoyos lel placer perverso//del homosexual como anormal 10 de los nifios izaciin de la conducta relacionada con la procreacién. 124 JETIVIDAD, SEXUALIOAD Y EXPERIENAA de verdad en el cual la ciencia médica tomé la delantera como el mas importante discurso social que definia a la sexualidad y que, de hecho, la cred como una cosa ‘natural.’ Sin embargo, ese cambio no significa que los discursos anteriormente dominantes fueran descartados total- mente, aun cuando en las sociedades modernas ese proceso de secu- ie lo durante un par d sidad atin persiste hoy socialesde la sexualidad que coexisten y que incluyen discursos de otras épocas asf como actuales, con diferentes grados de predominio entre dlistintos grupos sociales y De acuerdo con ese cancepto histirico, la subjetividad en si se esti transformando, no sélo en el tiempo sino también a través de las cu: turas, Para Foucault el término ‘sujeto' tiene dos significados, Por una parte quiere decir: « « sometido a otro a través del control y la dependencia, y sujeto atado a su propia id cimiento de si ados sugieren una forme de poder que subyuga y somete. (Foucault 1988a; 231). ad por la conciencia 0 el co Esta cita introduce un concepto central para al anilisis de la sexua- lidad: el concepto de identidad, concebida por Foucault no como algo esencial para el 10 como una construccién con base en el ASAAMUCH as definir la identidad contradice a las ideas modernas acerca del indivi- dentidad se considera como una relacién de poder adeinds, uno de los procesos mediante los cua -gat a ser sujetos. Por lo tanto, este concepto se los indi- Ive central SIXO, IDENTIDAD ¥ GENERO La idea de una esencia de individualidad y de identidad surgié durante dn en Europa y, con sus variantes y vicsitudes particulares, smo. No se puede decit cena gran parte de en las zonas rurales ¢ indigenas asi como entre los grupos de migrantes a las cindades. Acaso es v nas media y privilegiada se haya infundido un individual, pero el concepto de que el individuo esti culado con su grupo social y con la naturaleza sigue siendo vé poe entre las rca de su sexualidad, su salud y su reproduccién. 7 Véase el cap 1,42. El periodo e (OAD, SEXUAUNAD Y EXPERIENCAA Asi regresamos al concepto occidental del individuo que Hall (1992) describe en términos de sus principales caracterlsticas: El sujeto de la Tlustracién se basaba en un concepto de la persona humana como un individuo centrado y unificado, dotado de las ca- pacidades de razonamiento, consciencia y acciin, cuyo ‘centro! consis. tia en un niiclea cuando el sujeto nacia y s (Hall 1992: 275%) En ese contexto una de las supuestas esencias de la identidad indivi- dual es el sexo, porque impone un sentido ficticio de coherencia y de unidad sobre un conjunto de fimciones, sensaciones y placeres biolé gicos que de otra manera son aleatorios y s 1986). Asi, la cuestin de la identidad trata de los tipos de significados se atribuyen a los euerpos y a sus actividades, en un proceso de construccién cultural de lo bioldgico dentro de los parametros y mas de un determinado periodo cultural ¢ histérico, Tal y como dijo Foucault, el poder he sido nsertado dentro del cuerpo y queda expuesto por el cuerpo en s{ mismo (Foucault 1979) La equivalencia histérica entre el sexo y la identidad de género, entre tener un cuerpo masculino o femenin« hha perdurado durante siglos como algo ‘natural,’ y ata definiciones propuestas por las instituciones y los discursos dominan- tes acerca de lafeminidad la masculinidad, Sobra decir que el género ha jagado un papel definitivo en ese proceso histérico, ya que ha guiado a las ideas dominantes relativas a los cuerpos, la practica sexual la reproduccién y la identidad. En el trabajo mencionado, Laqueur (1990) presenta un detallado anilisis de dicho proceso al rastrear la manera en que las descripciones AnaAmucest 127 cicas europeas de los cuerpos y de los sexos masculino y femenino han sido guiadas fondamentalmente por el género y asi establecen la diferencia sexual —en vez de descubrirla— y atribuyen un significado jerérquico a estas cos eategorias. No obstante, la relacidn inequivoca entre el sexo y la identidad de genero, y el concepto de identidad como caricter unificado del sujeto, han sido impugnados por distintas s en las ciencias sociales y mavimientos sociales de occidente Por una parte, 2 lo largo del presente siglo la teoria social ha desplazado centro de manera importante al proyecto del individualismo. Segiin 1992), esto fue provocado por a) cl marxismo, b) el psicoanslisis, ¢) la lingiistica, d) la obra de Foucault, y ) el feminismo, En su propia y especifica érea de conocimiento, cada uno de estos marcos teéricos locado al sujeto dentro de una telarafia de relaciones sociales, politicas y psicoldgicas, de estructuras¢ instituciones y le ha quitado su soberanfa otorgada por el poder de la razon en algin momento do minante. En primer lugar, el marxismo neg a los individuos toda verdadera fa en el curso de lahistoria debido a su arraigo en las estructu: ras sociales y econémicas de la produccién, que determinan sus condi ciones de vida. Dichas condiciones no serian construidas por los in- duos, sino heredadas de generaciones anteriores, y ax limitantes en gran medida. Marx cuestionaba la idea de una humanidad esencial que tanto defendia la filosoffa humanista, al plantear que son las relaciones sociales —y no el sajeto individual—lo que constituye el nicleo de su construccién teérica. segundo aspecto acerca de como se apart del centro la del individuo soberano lo produyjo la teorfa psicoanaitica, que condi a la identidad como algo aprendido mediante un proceso interaccional J; consecuentemente, no como un elemento esencial. Freud sacudl asimismo al proyecto ilustrado al atribuir al inconscie fuerza e influencia en la vida del individuo ast puso al poder de la razén y de la consci agra tela de juicio 128 Susjenvinko, SexUALInAD ¥ExPERECEA En cuanto a la sexualidad, la teoria de Freud relativa al impulso sexual indiferenciado y carente de un objeto fijo cuestioné la natura- lidad de la heterosexualidad porque consideraba que era s6lo me- diante la socializacién que ese impulso desordenado podria ser domesticado mediante el trabajo de la cultura. La sexualidad en tanto 'perversa y politmorfa,' segin la definicién original de Freud, sacudig que concebfa a la biologia como destino al in. a posibilidad de que lo sexual pudiera ser diverso y la identidad el producto de un proceso de desarrollo. Apoyado en esa rana sexologia se considerd de alli cn adelante que la hetero- dad era un triunfo de la civilizacién que lograba canalizar los Impulsos bisexuales originales por las formas de expresién del deseo y dela act en las practi- cas del coito y de Ia reproduccién, asi como en las definiciones do- iinantes de la masculinidad y de la feminidad En tercer lugar, l n desplaz6 del cei al mostrar que, segin recuerda Hall (1992): al sujeto individual fe antes que nosotros, No podemos ser, en sen autores, Hablar una lengua no si jo alguno, si fica sblo expresar nuestros més s, también significa activar el vasto ignificados que ya estin arraigados cn nuestros sistemas de lenguaje y cultura (Hall 1992: 288%), gnificados no respecto de los abjetos fuera del lenguaje, sino que emergen de las relaciones de semejanza y diferencia entre palabras dentro del sistema, Mé Ana Anucrstecun usido (el discurso) y no como un sistema abstracto que estd stjeto a reglas universales. Este cambio ha introducido a la subjetividad en ese campo de estudio, al enfrentaral arraigo social e histérico del lengua- jecon la nocin de una estructura formal y establ Otro impacto contra la certeza del sujeto de la Tlustracién fue la teoria de Foucault tido de que irmpugna la autogestién indi- vidual al mostrar cémo el sujeto moderno es una construccion histérica del siglo XIX, generada por el despliegue del poder diseiplinario con sa gama de estrategias nuevas de sujecién y control, Mediante su concepto poder’ Foucault mostré que el sujeto no representaba una natu- aia esencial, sino que fue constituido preci ferentes tecnologias de poder que constrifieron al in para que se vigilara a si mismo y ofreciera superfices adicionales para el eje cio de sujeciones aiin més sutiles. El invento de la sexualidad fire un elemento clave en ese proceso, te, el feminismo ha impugnado asimismo la noci6n mo- ‘dentidad como un estado hijo y esencial, al dejar al de somos formados y de que los i {a misma identidad (la humanidad). Este concepto fue reemplaza- do por el estudio del proceso de la construccién de la diferencia se- xual y sus efectos. Ad, el feminism, tanto por su teo aricter de movimiento soci lo del sexo en las sociedades modernas; famosa declaracién de que lo personal es politico," el feminismo llamé la atencién hacia la di- mensidn politica de la subjetividad, y de esa manera otorgé a la iden- lad un cardcter historico y social cam biante Las implicaciones de estos acontecimientos tebricos y sociales son amplias imposibles de medi, Sin embargo, han producido por lo lenos una inguietud acerca de la certeza que las sociedad y culturas ‘modernasalguna vez tuvieron en terminosdel control y de la autonomia n 130 Su AD,S eAD Y EXPERIENCE que se supone el individuo ejercia sobre su vida, Fue la nocién de que el inconsciente determina la conducta, los sentimientos y los pensamientos, junto con la restriccién que las relaciones sociales ejer- cen sobre el individue —tal y coma lo plantea el marxismo— lo que produjo un efecto explosivo tanto en circulos académicos como, més tarde, en la experiencia de los mismos individuos en la medida en que esos conocimientos fueron transformados en discursos populares. Uno de los principales efectos de dichos discursos ha sido que la idéntidad lo de ser vista como una esencia fj y estable del individuo, constantemente de acuerdo con las condiciones histbricas, Queda an por verse qué tan profunda- ‘mente estas transformaciones hayan marcado alas sociedades y cultu- antales, pero mi no solamente no han , el sujeto ilustrado sna no representa una exp! wrevaleciente para muchos grupos sociales, por lo menos en México, No-obstante, estas ideas empiezan a escucharse y a incor- porarse en los medios de comunica nocimiento y en el gobierno, de manera que ahora se consideran con ceptos importantes para la difusion y 10 de los desplazamientos mas importantes respecto del st la Tlustracién aa sido la historizacién de la sexualidad y, en pa de la heterosexualidad, al considerarla como una construc en si, Dichos acercamientos a la sexualida sexualidad de hecho fue proyectada contra el fondo de lo que se consi- deraba como lo no natural, a saber, las précticas entre personas del mismo sexo y las practicas sexuales no relacionadas con la reproduc- cién ras ec aleanzado a la poblac fue el intento por definir de la sexualidad, que hizo precisa una defini t dad’ como norma (...) (Weeks 1992a: 240). Ts ‘ANNAnucuAsrecur 131 Katz (1995) arguye que la heterosexualidad fue inventada por la sexologia durante los ultimos afios del siglo XIX como parte de un intento de los clinicos de produeir una gnoseologia de los impulsos y actos sexuales patolégicos. En aquellas tempranas obras todos los impulsos, pricticas y deseos que no estuvieran relacionados con la reproduccién eran consideredos como perversos yc ciones de la naturaleza, Es por eso que sblo el llamado sexo ‘natural’ la reproduccién— serfa lamado 'impulso sexual, sin prefijo algu- no. Sin embargo, como Katz (1995) recuerda, Krafft-Ebbing recono- a6 que aun los hombres y las mujeres que participaban en el coito a menudo no tenfan en mente la procreacion desvia- de un espacio ambiguo en que la perversion existirla hasta para los individuos que sélo orientaran sus précticas sexuales hacia el sexo puesto. Asi, en el mundo occidental este tipo de sexualidad ha sido cons- truido comola sexualidad ‘normal’ y ha sido tratado como el equivalente de la identidad de las personas que tienen inclinaciones sexuales hacia personas del sexo opuesto, independientemente de sus intenciones de reproducciOn. Esta definicién no carece de consecuencias politicas ya que la heterosexwalidad ha Uegado a ser la norma contra la cual todas lades son medidas. de conocimiento es parte del proceso de la medi- eee les —como son la homosexualidad y el 1a naturaleza paradbjica en el sentido de que, aun cuando estén fads cue patologizacién de la sexualidad, su apropiacién y rede finicién por aquellos que se identifican de esa manera ha proporcio- una base para la solidaridad, para un sentido de comunidad y, ca, De esa manera a identidad ata al 132 ‘SUBjeTWIDAD, SEXUALIDAD YEXPERIENG, a una cierta manera de ser, de conducirse, de desear y de ciones sociales, pero produce a la vez un sentido de pert nencia que aminora la experiencia de la marginalidad y del rechazo producida por el dominio social de una determinada sexualidd, a ber, la heterasexualidad Hasta hace poco, sin embargo, y gracias en parte al feminismo y de liberacion sex la heterosexualidad como un producto de la historia y, por lo tan su significado de normal’ o ‘natural’ jamés habfa sido puesto en tela de 10. No obstante, ese proceso parece estar ocurriendo princi ite en las s¢ no se puede en las identidades sexuales, en términos de homosexuales, lesbianas, bi sexuales o heterosexuales, no puede considerarse como una ingutietud _generalizada para todas las culturas. Mientras que en Estados Unidi Ana AMUCHASTE 133 Es por esta raz6n que es importante que este ecusion de la identidad a la huzde lar yel genero. Las académicas feministas han proporcionado profundos analisis de ymo la cultura occidental ha atado el sexo a la identided, Butler 1992) describe esta interrelacién al decir que ‘para poder calificar como legitimamente bumano uno debe tener su sexo coherentemente jido' (Butler 1992:352*). Dicha coherencia proviene, desde lue- hecho de estar (como son el atuendo, la conducta, los movimientos del cuerpo a deseo hacia el sexo opuesto y de ciertas pricticas sexuales y repro- ductivas, etc.) que se hallan culturalmente agr ido de la pertenencia de uno a un género, e con el sexo biologico, La importancia de la identidad de género es tal que uno no puede lograr tna existencia socialmente significativa fuera de las normas de genero establecidas (Butler 1996). Esto me conduee directamente a declarar mi posicién ante el tema de la identidad de género, que va en contra de las nociones es tas que lo consideran tuna consecuencia directa del cuerpo se udio regrese a la mn entre el cuerpo sextuado dam a ohn; come ni Butler (1996) elabora el tema de la identidad de género al discutir iminaron Ja esencia de la femin lad y permitieron una apron histérica hacia el problema.’ Esa autora arguye que el g * ELlargo debate entre feminists tocante ala diferencia ya igualdad sexos no puede ser abordado aquide manera adecuada, Para| 192) yAmorbs (1994). Bt SUBJERVIDRD, SEXUALIOAD Y EXPEIEN, 135 producto de la eleccién, no en términos de una toma de de racional como en el caso del sujeto cartesiano, sino como una prerreflexiva’ y como 'el producto inestable de un acto ticito y espon: ia en que el ddividuo toma parte al construir y transformar a la vez. aquellos ignficados sociales que definen ciertas formas de feminidad y de mas- tdneo’, como un ‘proceso impulsivo aunque consciente que sdlo puede | eulinidad como una manera socialmente legitima para experimentar el ser reconocido a posteriori’ (Butler 1996: 309). Al hablar de | propio cuerpo. La dentidad sexual concebida desde un punto de vista mujeres, Butler describe su participacién en la construccién de sy | del construccionismo social esdescrita por Weeks (1996) a continuacién: propia identidad en los siguientes términas: Pues la identidad no es un producto terminado sino un proceso continuo que nunca se Jogra 0 se completa totalmente; de moldear y remoldear los fragme /ersas experiencias de la vi Len in viable, organizadas como son mediante las Jentas jerarquias del poder y de la diferencia (Weeks 1992b: 4044), No estamos s6lo construid: culturalmente, sino que en cierto sent do nos construimos a nosotros mismos. Para Beauvoi y $04 jer es un conjunto de actos intencionales y apropiativos, la adquisi a nar gradual de ciertas destrezas, un 'proyecto! en términos sartreanos, para asumir un estilo y una significacion corporates culturalmente establecidos y con un propésito, la adquisicién gradual de una des- Laidentidad se define asi como una narrativa, como una construceién treza, un proyecto! en términos sartreanos (Butler 1996: 303) de significado basada en el lenguaje y la interaccién social; factible sélo dentro de las restricciones de una cultura part Alcoff (1989) presenta.un enfoque semejante al definir laidentidad } lugar la experiencia del individuo, Tal d subraya k importancia dle género como tna posicibn; es decir, como un proceso en el cual el | del lenguaje en la constitucién de la subjetividad y de la sexualidad.” individuo produce activamente un significado relativo a si mismo, } Esta conceptualizacién mostrb ser particularmente itil para estainvesti- el concepto de mujer no se define inicamente por elementos } — gacién porque proporcioné im fondo para la interpretacion de lasrelatos externos que serfan recibidos y aceptados pasivamente por las mu- | ehistorias delos participantes precisamenteen tantonarrativasde identidad, jeres, sino, més bien, ellas mismas son parte del movimiento y con- Esta mnes de genero y de identidad plantean una pregunta, tribuyen al contexto que esboza esa misma posicidn. La naturaleza | central referente al poder porque describen la activa relacion entre de dicha participacion en la construccién de la propia subjetividad es | Jos individuos y las instituciones que pretenden definir su identidad, Ta de la interpretacion y el significado: la identidad de una mujer es el producto de su propia interpre- | 3, AUTONOMIA ¥ PODER. tacién y reconstruceién de su historia, através del contexto discursivo cultural al que tiene acceso (Alcoff' 1989: 15). Tal como se dijo at mente, este est poder de Foucault a parte del concepto de Por lo tanto, y para los propésitos de la presente investigaci pbeessie.n manors identidad de género nunca llega a terminar o fijarse, sino, més bien, © Véase laseociém4. 3, El dilogoy el significado, misadelante en este capitulo, 136 Suny CUALIDAD YEXPERIENCIA mediante la sexualidad en las sociedades modernas, Las ideas que discutiré a continuacién pretenden situar mi trabajo en los debates contemporaneos relativos a la autonomia y la libertad; es decir, se trata del grado en que realmente van en la construccién de la identidad. El concepto del poder de Foucault ha sido criticado por algunos autores que consideran que lo describe como una fuerza omnipresente yabi adlora que no deja campo a | wun cuando F idualidad, McNay (1992) cult se esfuerza por alcancar la identilica- cién de las maneras en que los mecanismos de poder funcionan aun en Jas mas intimas de nuestras acciones, pensamientos y deseos, se enfoca en tales estrategias principalmente dentro de instituciones totales co- mn, y mucho menos en escenarios sociales no tan estructurados, Pienso que esa critica deja de lado el anilisis histrico de la inven- an de i cd (Foucault 1981, 1988), donde este autor estudia precisamente los micromecanisnos, estrategias y técticas que cons- lad! (Foucault 1981) dentro de la privadas e intimas de las personas inmersas en no constituyen instituciones totales. Asi, McNay perderfa de vista que Foucault indica a menudo que el poder no es una \cién total ni tampoco algo que puede ser poseido El poder tiene que ser analizado con algo que circula, o més bien, como algo que no fimciona sino en cadena. No esta nunca localizado aqui o alli, no esté nunca en las m una organizacién reticular viduos, sino que ademis est ese poder, no son nunca el ANS AMUCHASTEGUI 137 son siempre los elementos de conexidn. En otros términos, el poder transita transversalmente, no est4 quieto en los individuos. (Foucault 1979: 144). Es por esta razén que Foucault sugiere un anilisis ascendente del poder; es decir, un estudio de los mecanismos microsociales del poder son usados y transformados por las formas més globales y genera- Jesdel dominio. No hay mejor ilu: de esta tarea que su Historia de la exualidad (Foucaul concerniente a la creacién de un di curso de la sexualidad en Europa que gradualmente acogié la defi- niciin del sujeto, Parece que McNay (1992) no entiende el concepto de poder de Foucault cuando afirma que: Foucault pasa con demasiada facilidad de la descripcién del poder disciplinario como una tendencia dentro de las formas modernas del , a proponer al poder disci io como u que satura todas las relaciones s es. Esto eficacia del poder disciplinario (McNay 1992: Alcoff (1989), otra tedrica feminista, contribuye a este debate al decir: sin embargo, cuando [Foucault y Derrida] parecen borrar totalmente todo espacio para maniobrar del individuo dentro del discurso social o cx ito de instituciones. Es esa totalizacién de la impronta de Ja historia lo que rechazo, En st defensa de una cons- truccién total del sujeto hs y los posestructuralistas niegan la hal lidad del sujeto para reflexionar en el discurso social y desafiar sus determinaciones (Alco! 1989:6). 138 SUEJEN DAD, SEXUAUDAD YEXPERIENA, No comparto estas criticas porque los escritos de Foucault hablan precisamente de la necesaria presencia de la resistencia para el ejerci- cio del poder. Insisten en que la libertad es la condicién del poder, en el sentido de que éste no es otra cosa mas que una gama de acciones, estrategias y ticticas que son ejercidas sobre las posibilidades de accién de los demas en determinados escenarios sociales y perfodos istéricos (Foucault 1988a). Afirma, asimismo, que la lucha consiste en la creacién de nuevas formas de vida que competirin, siempre dentro de relaciones microsociales, ramente de la eleccién cuando discute la preferencia y la prictica sexuales (Foucault 1984b). sas ideas impugnan la critica de McNay (1992), quien afirma que Foucault concibe al cuerpo como una entidad pasiva sobre La cual el poder sella sus propias imagenes. Asi, y segtin MeNay, el género seria concebido por Foucault mds bien como una imposicién que como un proceso dindmico, en la cual la participacién individual no podria ser ejercida debido a los procesos que la constrifien y la constituyen. De nuevo, Foucaul iticasal recordar su concepto de la resistencia, que es la condicién para el ejercicio del poder y, por lo tanto, esté siempre presente en cualquier relacidn: Yo no cor ‘pongo una sustancia de la resistencia a una sustancia del poder, Me limito a decir que desde el momento mismo en que se da una relacidn de poder, existe una posibilidad de resistencia. Nunca nos vemos pillados por el poder, siempre es posible modificar st dominio en condiciones determinadas y segin una estrategia precisa (Foucault 1984a: 162). Sin embargo, estoy de acuerdo con McNay en el sentido de que el de Foucault descansa sobre el estudio de las maneras en que las instituciones ejercen el poder, y que existe la necesidad de incluir un ns. s que estin sujetos al poder. esto es precisamente jue esta investigacidn pretende hacer; 2 saber, un andlisis de la periencia del poder, de las estrategias y ticticas mediante las cuales 3s individuos son construidos y construyen a la vez un sentido de su vexuales dentro de las relaciones sociales. Otra importante critica de Foucault la presentan varias pensadoras feministas (por ejemplo McNay 1992, Stanton 1992, Alcoff 1989 y Butler 1996) que han sefialado que ese autor padece de una 'cegnera de género! (McNay 1992), que es evidente en su silencio, casi abs to, relativo a la construccién de la diferencia sexial y del poder de agénero, De acuerdo con- McNay (1992*): La manera en que Foucault se aproxima al tema del citerpo [viéndolo] como un gé lecuado porque no sera explicar cémo los hombres y las mujeres se relacionan de mane- ra distinta con las instituciones de la vida moderna." ‘Aun cuando el ané sce Foucault de la ‘histerizacién del cuerpo de esta tomado en cuenta en la cita anterior, es de género en si, aun cuando menciona a menudo la rela y campo particular de poder (Foucault 1984a, 1984b, 1979). Desde mi Foucault intenta hacer es romper el concepto de te, sin embargo, en contra de la elaboraciom de una historia del poder disciplinario ejercido exclusivamente sobre el cuerpo de la jer, ya que esto rmarse en otra expresion de la separacion artificial de las experion hombres y de las mujeres. Asi, aun cuando la construccién del género es crucial para el entendimiento del poder, otras rmaciones importancia, Estaaclaracién ‘me parece una contradiccién con su propia posicién anterior, ya que exi Foucault haga precisamente lo mismo que considera peligroso: un ani especticn de la historia de la construccin del cuerpo femenino. ~ 140 SuBjertvingo, SEXUALIDAD YEXPERUENCIK que existen sdlo dos géneros, sélo dos sexualidades (la masculina y Ja femenina, segin su construceiin en la ciencia), para argiiir que hay cuerpos, placeres y actividades que han sido agrupados y constitui- dos como una entidad —Ia sexualidad— que se presume dice la verdad referente a nuestro ser. No obstante, reconace la fuerza opositora de os movimientos de mujeres que han adoptado la n expecificidad irreductibles. Saquemos las eonsecus mos nuestro propio tipo de existencia p ‘a, economia, cultural... Siempre idéntico movimiento: partir de esa sexuslidad en la que se trata de colonizarlas, de atravesarlas, para Iegar a otras afirmaciones (Foucault 1984a: 153). Hasta ahora he discutido las principales coneeptuslizaciones del po- sirven como marco de esta investigact con las cuestiones de la autonomia personal, porque son relevantes a la n de la identidad de género como una cons der participa en forma directa. representados por el determinismo total y la 4n, ubico el marco tedrico de este trabajo en un sitio medio, Aqui la cuestién de Ia libertad se refiere @ la eleccién restrin- gida, Es decir, la identidad y el significado se con: mentos construidos por los indi relaciones sociales y dentro de las restrieciones de su particular con- texto discursivo histdrico y cultural. Esta nocién de la identidad es levante al. estudio porque se relaciona con el género y le sexualidad —sies que de hecho nos dice la verdad acerca de nosotros mismos—, y porque puede ser analizado como una produccién discursiva dentro del material de campo en cuanto a su relacién. AaAMucHAsresut 141 EL PAPEL DE LA EXPERIENCIA EN LA CONSTRUCCION DELASEXUALIDAD, En el contexto de las ideas presentadas anteriormente, este trabajo intenta contribuir al debate concerniente a la autonomia individual al analizar el poder desde el punto de vista de los individuos que se sometidos a él, Es decir, no parte de la perspectiva de as instituciones que ejercen el poder en cuanto a la sexualidad, sino de la expe de los sujetos de tales teenicas. El poder funciona mediante los discur sos de verdad que sirven como marco para la construecién de sign de toda la red social. Tal y como afirmé al principio de 0, ahora examinaré la primera de las cuatro principales fcado que pueden considerarse como elementos que construyen la experiencia individual de la sexualidad. 1. Los discursos sociales y la experiencia Como arguyé Foucault (1981), la sexualidad ha sido construida mediante ciertas pricticas discursivas que han pretendido producir la verdad a | saber y, por lo tanto, han servido como estrategias de poder. En este sentido: los significados que «tribuimos a la sexualidad y al cuerpo son organizados y sostenidos socialmente por una variedad de lenguajes que buscan decirnos lo que es el sexo, lo que debe ser, ylo que pudiera ser (Weeks 1992a: 2254), maneras en que los sujetos construyen el significado acerca de sus 142 Su "VIDA, SEXUALIOAD ¥ EXPERENR, ccuerpos, sus practicas sexuales y su placer reflejan las formas en que se relacionan con tales discursos sociales en la construceién de sus sub- jetividades. Por més penetrantes que sean tales discursos en México, lo que importa a esta investigacién es a experiencia de los sujetos con relacién a.ellos. Aqui se considera que por mas que los sujetos son constituidos por los discursos dominantes, tienen también la posibitidad de maniobrar dentro de dicho dominio discursivo y de tomar una posi- ‘cidn —si bien no de manera racional— ante él, segiin su posibilidad de abarcar amplias partes de su exper . Por lo tanto, esta investigacién no tiene interés e: los procesos mediante los cuales ciertos discursos de la sexualidad Ilegan a ser dominantes en la sociedad mexicana contemporanea, sino describir cémo los individuos se ubican a s{ mismos en relacién con ellos, As este trabajo pretende hacer lo que Stanton (1992) describe como: - la preocupacién con la capacidad autogestiva y la resistencia, mis es interpelado y construido, misintensivos de las n rasen que los sujetos especificos operan dentro de —y en contra de— los discursos sexua- les en situaciones especificas, Tales trabajos ayudarin a Este es el tipo de andlisis que pretendo realizar; es decir, un andlisis intentard dar cuenta de la interseccidn de los discursos sexuales y la subjetividad que, en el caso del presente trabajo, es proporcionada subjetividad mediante la nocidn de experiencia surgié a partir del concepto de que cl poder es ejercido sobre el cuerpo mediante estrategias Locales y dlifusas dentro de situaciones tinicas en que se juega una cierta econo: mia de fuerzas. Ademas, segimn afirma Foucault, "el poder no es solo ANNAmucHAsrectt ae una cuestidn tedrica, sino parte de nuestra experiencia" (Foucault |988a: 228). Apoyado en un acercamiento fenomenol6gico a la subjetividad y al significado, el concepto de experiencia me ofrecié una manera ade- cada para construir el objeto de esta investigacién, ya que el poder y sexualidad no existen independientemente de la experiencia de los sajetos, que a su vez son construidos por ella. Aa, el presente trabajo

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