GUSTAV RADBRUCH
' ARBITRARIEDAD LEGAL
Y
DERECHO SUPRALEGAL
ABELEDO-PERROTsition
El Nacionalsocialismo supo maniatar a
sus secuaces, por una parte a los soldados,
por la otra a los juristas, por medio de dos
principios: “Srdenes son érdenes” y “la
ley es Ja ley”.
El principio “érdenes son érdenes” nun-
ca "goz6 de validez_ilimitada, La obliga-
cién de obediencia cesaba. respeto de
oiglenes orlentadas hacia fines deli
quien Tas daba (Cédigo Penal Militar, ar-
ticulo 47).
El principio “la ley es la ley” no cono-
cié Por-etcontrario “ninguna limitacién.
ra resion del pensamiento juridico
positivista que durante muchos decenios
predominé casi sin oposicién entre los ju-
ristas alemanes. “Aribitrariedad legal” era
por lo tanto una contradiccién en sf, lo mis-
21mo que “derecho supralegal”. Sin embargo,
la prdctica se ve Mevada a enfrentarse una ,
y otra vez con ambos problemas.
‘Asf fué publicada y comentada en “Siid-
deutsche Juristenzeitang” una decision del
Tribunal de Primera Instancia de Wiesba-
den, segiin la cual “las leyes que declara-
ban transferidas al Estado Jas propiedades
de Tos judios estaban en contradiccién con
el derecho natural y eran por lo tanto nu
las_desde el tiempo de su_promulgacién”
(SIZ, pag. 36). "
:
22
nag
El mismo problema ha sido planteado
dentro del campo del derecho penal en la
zona soviética, particularmente en debates
y decisiones.
J. En una audiencia ante el Jurado de
Nordhausen en Turingia, fué condenado
a prisién perpetua el funcionario judicial
Puttfarken, quien por medio de una denun-
habia promovido la condena_y ejecu-
cién del comerciante Gatti (7).
~Puttfarken habia denunciado a Gottig
por una inscripcién puesta por éste en un
retrete piblico, que devia: “Hitler es un
(1) Otro ‘proceso por causa de denuncia tuvo I~
gar contra los denunciantes de los hermanos Scholl ante
In Cimara (Spruchkammer) de Munich,
23asesino de masas y culpable de la guerra”.
Ls condena no fué resultado dnicamente
de ésta inscripcién, sino también del hecho
de haber escuchado radioemisoras extran-
jeras.
El alegato del Fiscal General de Turin-
gia, doctor Kuschnitzki, ha sido reproducido
detalladamente por la prensa (*Thiiringer
Volk”, Sonneberg, 10 de mayo de 1946):
El Fiscal General discutié en primer tér-
mino el problema: zera el hecho ilegal?
“Si el acusado declara que hizo la denun-
cia por sus convicciones nacionalsocialis-
tas, esto es juridicamente icrelevante”. “No
existe deber juridico alguno de denunciar,
ai ain por convicciones politicas. En el
tiempo de Hitler tampoco existia tal deber.
Es decisivo determinar si el acusado estaba
al servicio de la-administracton-de-justicia.
Esto presupone que la justicia esté en-si-
tuacién de ejercer sus funciones. Legalidad,
aspiracién de justicia, seguridad juridica
307, oui de Ta judistura Ls justicia
penal en el tiempo de Hitler carecta-de-les
(zes_presupuestos”,
“Quien en estos afios denunciaba a otro,
Oe
24
debfa contar con ¢l_hecho —y también él
lo hizo— de que entregaba al acusado no a
un procedimiento judicial legal con garai
vss Juridicas _para_el_esclaresimicnto. de
la verdad y para un juicio justo, sino a_la
arbitrariedad”.
“Me adhiero plenamente al dictamen j
ridico que, respecto a este problema, pro-
dujo el Decano de la Facultad de la Univer-
sidad de Jena, sefior profesor doctor Ri-
chard Lange. Tan conocidas eran las con-
diciones en el Tercer Reich, que se sabia
ciertamente que si alguien durante el tercer
aiio de la guerra se le pedia cuentas por la
inscripeién “Hitler es un asesino de.masas
y responsable de la guerra”, no podfa sa-
jir con vida de ello. Cémo Ja judicatura
violarfa el derecho, no podia por cierto un
hombre como Puttfarken entrar a inspec-
cionar, pero podia estar seguro de que eso
ocurriria”.
“No existia tampoco ningéin deber juri-
dico de denunciar de acuerdo con el artic:
lo 139 del Cédigo Penal. Ciertamente en
esta prescripeién se impone una pena al
que tiene conocimiento verosimil de un pro-
25,pésito de cometer alta traicién y omite dar
cuenta de ello a las autoridades; cierta-
mente consta que Gittig fué condenado por
al Triana Superio wr del Land de Kassel”
por “actos preparatorios de alta traicién”,
pero de ningiin modo habian existido_en__
sentido juridico tales actos preparatorios
de alta traicién”.
“La frase valientemente proclamada
por Géttig: «Hitler es un asesino de ma-
sas y culpable de [a guerra» era, en to-
do caso, la pura verdad.”
“Quien esta difundia y proclamaba no
amenazaba ni al Reich ni a su seguridad.
Sélo trataba de contribuir a eliminar al
corruptor del Reich, y asi salvar al Reich;
lo contrario, por tanto, de la alta traicién,
Se debe rechazar'todo oscurecimiento de
este claro hecho por consideraciones juri-
dico-formales.”
“Puede ser ademés dudoso si alguna vez
se pudo del todo considerar al llamado
Pihrer y Canciller del Reich como jefe le-
gal del Estado, y por lo tanto, protegido
por el articulo sobre alta traicién. Asi, el
acusado de ninguna manera ha reflexiona.
26
do al hacer su denuncia, acerca de la sub-
suncién legal de su accién, y a su enten-
der ni siquiera podia hacerlo. Tampoes ha
aclarado nunca que hubiera denunciado a
Gattig por haber visto en la accién de Git-
tig un intento de alta traicién y creerse por
ello obligado a denunciarlo.”
El Fiscal General se vuelve luego al pro-
blema: jera el hecho culpable? “Puttfar-
ken admitié en lo esencial que habia que-
rido Hevar a Géttig al cadalso. Una serie
de testigos ha confirmado ésto. Esto confi-
gura propésito de homicidio en el sentido
del articulo 211 del Cédigo Penal. Que un
tribunal del Tercer Reich haya condenado
a Géttig no obsta a la antoria de Puttfar-
ken. Este es el autor mediato. Debe admi-
tirse que el concepts de autor mediato des-
arrollado en la jurisdiccién de los juzgados
del Reich tenia en general en vista otros
hechos, preponderantemente aquellos en
que el autor mediato se servia de instru-
mentos invotuntarios o inimputabiesZn et
caso, nadie habia pensado antes en que un
tsbynal alemn pudiera ser insrumente de
27>
tenicta-antijuridiea, no puede oponerse a ta
(sae-ae Ta aatorla mediata. Por lo demés
Jas dudas subsistentes son eliminadas por
la Ley Complementaria de Turingia del
8-1-1946, la que en el articulo IT pardgra-
fo 47, apartado 1 del Cédigo Penal, em-
plea la siguiente redaccién, para allanar
ias dudas:
i
Ya cuando la profesién de verdugo cra
todavia una especie de oficio manual here-
ditario, se preocupaban los poseedores de
esa profesién de disculparse siempre en cl
sentido de que ellos solo ejecutaban, pero
"el juzgar era tarea del juez. “Los sefiores
aTmandan la desgracia, yo ejecuto su senten-
cia final”, este aforismo de 1698 aparece
siempre de nuevo asi o parecidamente en
Jas hojas de Jas espadas de la justicia.
Asi como una sentencia de muerte di
da_por_un_juez sdlo_puede_presentarse_co-
mo bomicidio punible si se funda en una
viotactowdet derecho; de igual manera un
op logo silo puede ser penedo por una Ge
cucion st 0-action se adecka a Ta Greuns-
tanctas del delito del articulo 345, és decir,
ejecucion premeditada de wha pena qué ho
debe ser ejecutada, Karl Binding (Trata-
do, Parte especial, vol. II, 1905, pag. 569),
dice sobre las circunstancias del delito: en
relacién semejarite-a la del juez ante ia
ley, esta el funcionario ejecutor, con res-
pecto a la sentencia ejecutoria; su total y
finico deber consiste en su rigurosa reali-
zaci6n. La sentencia determina toda su ac-
tuacién, “ésta es justa, en tanto observa lo
dispuesto pro aquélla, es injusta, en tanto
que de aquéila se aparta. Dado que en este
desconocimiento de Ja tinica autorided com-
petente para la ejecucién como tal se en-
cuentra el punto esencial de la culpa, se
48
puede designar el delito (del
imo violacion desentenciaer swt 245) &
La verifieacién de la lo
sentencia, Bitimidad de la
tencia, no incumbe al verdugo, El
hocimiento de la ilegitimidad de aa.
49v
No somos de la opinién mencionada en
Nordhausen, de que las dudas juridico-for-
males son apropiadas para oscurecer los
claros hechos.
er
pués de doce afios de negacién de la segu-
Ce are ee ae
gerse por medio de “‘considetaciones juri-
dico-formales” contra las tentaciones que
fécilmente pueden haber surgido en aque-
Hos que han pasado doce afios de peligro y
opresién.
See
ioismo tiempo a Ta seguridad juridica, por-
que es ella misma una parte de la justicia,
y yolver a construiy de nuevo un estado de
derecho que satisfaga en lo posible ambos_
51pensamientos. La democracia es por cier-
: ca
empero, como el pan cotidiano, el agua que
se toma, el aire que se respira y lo mejor
de Ja democracia 15-4 es que ella es Ta Yiniéa
apropiada _para_asegurar el estado de de-
xecho.
52,
Bote Mbro se termind de
imprimir el 18 do abril
de 1962, en Ios Talleres
Xx Gairico / Insrnesones,
Nicaragua 4462, Bs. Atres,