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CARBAULEDA, ALTRADO "Les CURPOS TPKE N BITPDOS ¢ La jsrercion OY © Socik Hu Wg excoshios DE Ua exccusiow ¥ et Bese? Paibos BS Miges, 208 WD Pres. psa TPR-GD- Purse 7 capiruto 3 Los escenarios de la intervencién. Una mirada metodolégica Las cartogratias sociales y el territorio de la inter~ veneiéa a intervencién en lo soral tiene un émbito espacial .queva siendo definido segin la singularidad de cada ciz~ ‘curstancia, problema o demanda a partir de los cuales se constraye. Ese espacio, higir en que ls intervencidn se em ellon com te conotaisn qu gens Simension geogica determina Ls “Grtopeatan Set dolor” ueizan mie polade de nao a ” Aa JM, Corda padecimiento en so expresin singular y hererogénes, constrayenda nuevos puentes de acceso al actor que s¢ presenta como "sujeto inesperado” demandando incer~ vencin de diferentes esferas. ‘Estas circunstancia, que hoy son eonsiderades como novedosis, se van haciendo visibles, emuestran la nece saria elaboracién de estategias de intervencién desde récticas, programas y polities sociales, ue tengan en ‘czenta lr nocién de eartografia, Esto tal vez le otorgue ‘una mayor poshilidad de hacer, de transformer, ahora, flesde Ia propia esera del sujeto, desde ese otro a partir de su singolaridad, La nocién de escenario de intervenciéa Les exeatos de imervenin no scien ser eaten como esc exicos cy conforma Croce limtespedctsminoe y genera five STowions de dogo ene tetoroy comer. H frees denen, dee eta perpen, con ten, en pincin neconugecn deferens = Imentby ese epeun en npc Ite Sn temo, doa nara que deve istrcment, yes Confer derados andar y papel fos ere ecu proprio be pba sfiacones aoe pres safe de ator seal sg tos queaciny se mere, También: El exer de Ey uc eco se poset oo neta dole dicemes Bons deste yup gers spopare de pe Gis el msm, vlan etna que possn pata Togas omedo" (Cara, 20073) Dees ane ‘Bap cs wo de mesos rors de crac {slat escent, am onl oo et ex Ceadn quedo da cono ens del sce Lev vena intremii, Une irda meee” #1 ‘Deniro del proceso de intervencid, desde un abor- sje familiar institucional, Ia escena se eonstruye segin las diversas tramas que phantean los actores. De teste modo, es posible pensar Is existencia de guiones preestablecidos, de historias que se repiten en contertos Giferentes, stravesados por nuevas signifceciones. Usa centrevist @ unz farilia,en el marco de una institucién de salud, puede ser observada como una escena em lz {que quienes intevienen y quienes demandan la inter~ vvenciGn juegan papeles preestablecidos tanto en Ia ps sentacién del problema como en las posibls respuests La uilizacin de la dimensin teatral como instru- ‘mento deandlsisde la itervenci6n puede aportar nue- ves formas de accesos ala singulzridad y al padecimien- ta, especialmente en el cantesto actual, en el que lo ‘mprevisibleatraviesa todo el proceso de intervencién Por eso, las preguntas o respuestasinesperadas alteran log guiones preesablecides,escritos en la historicidad cde las partes, y les confere ideatidad, pertenencia y, especialmente, sencido. Fn otra palabras, ls narrativas que se escuchan en los procesos de intervenciGn estén ‘amizadas por ls historia previa de quien demanda y de quien interviene. Las circunstancias ocorridas en las sltimas décadas generan situaciones de “azoramiento” frente a sinmciones y papeles imprevistos que genersn dficaltdes para comprender y explicar aquello que se demanda como acontecimiento. La palabra *eatro” ‘iene del griego thea, que significa lugar para con- remplar, espacio de representacion de historias frente a tuna svdiencia. Ess representacida urliza diversos len- _guajes; se expresa a través de la palabra, el cuerpo, lz vestimenta, la propia escenografis. [Los escenarios acrasles mestran representaciones y ‘ecenas que son muchas veces inesperadas. Desde la perspective moderns de Iz incervencin, choral escena b Ales TM, Conbls scj montada para avdenciasy mirada experas, «8 Scr orn ac ira prea, Ioque ples snnsew plano de comple Las pala tray csecnas que Se Jeseiben se adap a ec sade doin mirada exper evel en un lenguaje tue eigesercomprenddo pars ser excichado pot fe thro que pase el saber, aque a read ext rave ‘Sd por nflvenie conexant, hits eideolog- Cis por ls craters de amis. Baa es medic Sala por une forma de expresiin que se scomoda d cyt, ecenario de a ntervencn para que pueda ser comprendida yjstifcada or quien extibe el poder Ac interven sobs el pecs gues presenta. De all In imporancia de rconoce a presencn d eos fco- res com condiconantes de le ntervencin, Este 100. ociniat se hace ms aceable en tien dela toca de scenario de intervencin. Es desc ques ntervine mchas wos, en el cli do de que ete sn “dete delaxcens” qu, no por er treble deja de condiconarl y consi. La inte ‘eneib, en ete apeto se pest emo wn meen tmeque ac ver agello que es por det, ns al. de site de fondo” el cmgo de nero et none cspresan de diferente maners vis denomi- Sentra de presenti manesando que existe tm lenge tual que gener diferentes format de Tere, Es lengusje, quepede ance en esce- tvs tulcomo lagen nde vnc iin flo, en el conocido aprons SS Sy prove ene yd el Po ho de os pms probs qu pee els 1. Sern cane deat de pes e Gotan (9, 1 exenarin dl interven ina mirada metdliges 83 cultad de fos actores para complir con sus papeles, tal vez, por la desconexin com la historia, con lo colectivo, «on los otros, como producto de relaciones y conexio- es que las dkimas décadas deconstuyezon, Por ejemm- plo, un padre que tiene ineonvenientes pra cumpliz con ‘su papel, por razanes que le son ajenas pero que fo atra~ viesan desde el contexto, alters la trams, el guidn y lz cscens familia. Fsas eixcunstancits, si bien “externas”, impaetin en su situacia, lo constrayen como sujeto frente asf mismo y los otros. ¥ también aavisan a la ‘ervencién; expresan, a veces formas ahogadss de la desesperaciin, de la desesperancs, que estin all, detrés de las demands clsicas, Tal dificutad de orden socal y contestal pars scce- der y poner en prictica diferentes guiones que se pre~ sentan como mandato histérico sozal en gu deserrllo, ‘implica y construye una serie de caestiones que se edif- can desde el padecimiento subjesvo. Desde ali dalogan cstrechamente con las problemstices sociales complejes, yy profundizan de esta forma una relacién més imbrica: ‘dec intensa con el context. ‘También, el escenario de la intervencién puede ser entendido como el espacio microsocial donde ésta se conseruye y desarolla. Asi, el andisis de todos los ele- rmentos de la eseena apunta a dscernir de manera siste- rutica sus diferentes dispositvos, especialmente a par- tir de sus significaciones, Agut surge la nocién de elementos escénicos, que permite atribuir a cada componente de [a escena de la intervencién esa caracteristica de modo de hacer posible ‘un andlisis ms pormenorizado de eads uno de ellos. Por cjemplo, en una intervencién gropal vinealada con vio~ Jeacia domeéstica, cada atibuto visible puede ser enten- ido como un elemento escénico, Entonces, es posible ‘conocer en profundidad, desde Ia posicicn de cada uno ” Af JM. Corals de los integrantes durante el sranscurso dels dindmicz igropal, su lenguaje corporal, su vestiments, el lugar ‘onde se realiza, la posicié del coordinadory las esce~ ‘nas que eada miernbro del gropo aporta al desarrollo de Ia intervenci6n. Cada puesta en escena, en tanto coas~ trvceién de una trama narrativa y discursiva, posce sus propias caracreristess, en este caso, signadas por Siferentes expresiones dela evestiin social en wn did {go entre escenario y contexto, También pueden consi- tlerarse elementos escénicos las representaciones socia~ les del problema sobre el que se esti interviniendo, y aque atraviesan las escenas que cada integrante del grupo sports, ‘En otras cteunstaneias, también es posible pensar los elementos escénicos en el espacio de la intervencién a través de las tepresentaciones sociales. Por ejemplo, st alguien demands un tratamiento en el campo de las Adicciones, el impacto de la representacion socal del Tema en la efera de ee mismo sujeto es tambien un ele- ‘mento escénico en el que tambin se pone en juego la ‘artografia social del problema que se esti bordando. ‘Los elementos escnicos en el escenario de la inter- vvendién, por ofza parte, se vinculan con las polieas Sociales relacionadas con el tema desde el que se esti ‘demandando. En este punt, les formas’ de la poltea ‘social, su horizonte y sentido son un componente cave de la escena, a al punto que a eandicionan y direecionan. Otro punto que'se debe analizar como elemento cesclnico es la cultura” de presentacin (tanto del sxje- to como de quienes incervenen), la “presentacidn insti= tncional”? las posblidades de resolucién en tanto Se ened pr prnnci nstcon fos en git Seon piss prs psc srt on rai os enmaris de iteroecin, Una vada medligice $5 tram de diferentes inscripeiones relacionadas eon dis- tintas formas de intervencién y realizadas, esperadas, tanto por el sujeto como por les instituciones. Pero el concepta de elementos eseénicos también abarea al ceapicio en si mismo, los objets, el moblaro, I arquic rectum, el disefo, ea un consultorio, una vivienda o un cexpacio bartal (Carballeda, 20072), ‘A su ver, el concepro de composiciéneseénica puede sportar pars el andlisis de diferentes expresiones del ‘escenario de intervencién, Esta composicidn puede ser ‘definide como “el conjunto de ariculaciones inestbles ‘conformadas por los actores, los diferentes guiones, la escena en s{ misma, su historiidad, en debinitva, su puesta en 2eto como presencia en la intervencién en lo socal” (Carballed, 20072). [Us comporicién excénica sugiere una integracién de siempo y espacio en las diferentes contingencias de cons ‘uccién subjetiva y colectiva del guid de cada actor en clescenario de itervencidn, En definitva, se trata dels telaciones entre las diferentes narrativas, biograflasehis- torias sociales, que se expresan de manera asistemitica © {ntincada en ese escenario, n sintesis, el escenario tras- ciende el espacio predeterminado de ls insttuciones o de los dispositivos de intervencin, pero es asble en Ia ‘medida en que se lo aborde desde una logica analitea. De la misma maneca que la fisica demoser6 que el espa- ‘io.no eel continente de Is materia ni del movimiento, sino que exté formado por materia y movimiento, ef cexcenario de la intervencin esti consttuido por el con- texto, la historia y la ideologia que lo rasiende. En ese escenario, quien interviene eambién constru- ‘ye mediaciones entre diferentes univers; la interven én es, en este aspeeto, una escuch que intent anali= ar y que buses comprender y explicar los diferentes zelutos em forma parcialmente mediaticada a través de la % A JM. Corb onganizacién espacio-iempo, construyendo un Inger polifénico donde diferentes voces se encecruzan y dia logan, con lengusjes disimiles. TE texto y el desarrollo de las escenas son otros ele~ menios que también dialogen y confierensigificacién flo que se esté observando y escuchando: una vatiedad de tetos que se stan en el campo de la accién, en def- nitiva, dela sctuacin en el escenario, En sintess, los escenarios de Ia intervencién en lo social se ubican en forma dinsmice en diferentes ters toros, donde lo que los consttuye se expresa através de las diverse formas de ennciados. Del mismo modo que Lenguaje construye exis realidades, esa organizacién ie textos deviene en discursos por develar, que bablan dde lo material y lo simbdlico. Por otra pare, se inseri- ‘ben en la singularidad de los actores sociales, constr yendo y dessrmando los guiones y papeles que repre Inervencién, poder y saber. Su puesta en escena cen la vida cotidiana ara Michel Foucault, el punto de partida de su né- lisis de lo socal son las prcticasy sus formas discursivas, la relacion entre discurso e intervencién se presenta ‘como una sere de exestones a estudiar. Estas relaciones fentre discurso e intervencidn proponen el surgimiento, de un conjunto de préetcas, categories de andlsisy sg nileaciones que confieren diferentes sntios ala inter~ ‘vencién, que ahora da cuenta de un conjunto de saberes {que se constrayen desde espacios variados y tienen una forma defini de aplicacign, Las saciones en las que se intervene son aquelhs definas como difculosss,y por eso genesan demanda, porque sus entornos som Ii {as eneriy del nerves, Ur ade mete 83 das desde Ia posiiidad de poner en conic la prop cobesin dei socndedo ny eoeunsncie qe me {ta us crc mis contri. as nocincs de cartogratia soil ye scenarios de ingervencion demicrtan divert poilbliade de shor doje tetads elo etry rade pai den Snsporancia del expacio como consrcor de sntidosy Sigalcaines. La sol, bien se eneventaea movi tent permanente, set vincalad cor I inerveniSa search se deen, aungue se metafricaente, ch ‘Space el erstorio donde se conse su escenario, Por ot pre, el interés por lo dcusiv, dese a soneveniy shat dene a conetinln de ps chase sigiicaiones dels vida covdana,y pode felsconeree con el fineionamiento de los preceon de “Saglariacin En exe aspect, sobre le importa ‘dade la corporacion de ategori de andi que fc. Els presen snes como manatee 1a jerargua de os process de sngularzacin se relaciona en parte con la biisqueda de la singularidad de los otos bass en las poteniidadesycapacidades de cd uno dels sujetos sobre ls ees se nevine, desde so propia historia, u heterogeneidad, so particu: inna. No se uae de cambiar na sobjecided por str, sno de flier el devent del propia nga {adn proceo de prodacién de ebjetedad gen ikiplescaesiones en trates de rele qe st peo pone, expresan ss oculan, etre Ia mpd i {id Eco aero se ince del conto én de cnesionesintersbjeas expedaiment es Felicia com a singular, vida coin, oe ect ais los tertrios yl eartograle sociales El lager de cone y de acceso ses racones innersbjsvas, aravesmndo de manera el ece o Aes JM, Carte nario de intervencin, es Ia vida cosidiana, entendida ‘como espacia de constraceién de sentidos, sgnifcacio- nes y simbolizaciones que pueden ser ‘ils para expli- ‘ar as caracterisicas subjetivas de ese “otro”, en c6mo tedifiea su mundo y con qué criterios explica lo que se considera problema socal Fl concepto de vida cotidiana puede abordarse desde diferentes autores y formas de comprender y explicat la sociedad, Desde una perspoctiva histrica, la nocién de ‘ida cotidiana encuentra sus vincolaciones més profin- das en Ia socologis comprensiva de Max Weber, que se apoyaha, a su vez, en lz nocién de “vivenciasigniicati- vv desarrellada por Wilhem Dilthey “Entre los muchos puntos de visa posibles, sobresalen aquellas concepciones de la vida cotidiena que se cen- ‘van en una idea de sociedad atravesuda por tramas dis- ‘Desde esta visién, la sociedad se construye a partis de discurson y es por eso que lo social es considerado tuna forma de “habla”, y es posible acoeder asus rela- cones intersubjetivas. La vida eotidiana surge como 1m espacio, una serie de simbolizaciones que pueden ser vistas desde lo discursivo y construidas desde all. Es, bisieamente, el sitio de construcciéa de diferentes cesferas de vivencia, desde donde surgen y se montan las signiicaciones. Lo cotidiano puede ser entendido, fentonoes, como un agregado permanence de experien~ cas; lo que se répresenta no s6lo es producto del pre~ ‘sente, sino fue se express en Ta propia historicidad de se sujeto. ‘Pero ls nocién de vivencia, en tanto construcciéa histories y socal, no solamente remice al passdo sino {que también objetiva, analiza y comprende situaciones, ‘areunstancis, “hechos” que acontecen entre sujetos en fl presente. Esaractores pueden ampliar los mirgenes os emai de litre. Una mirada metic 99 e su decisién o aocién, 0 sea, su autonomi,convir= tiéndase en sujetos creadores en Is esfea de la acid. Segin Pierre Bordicu (1986), los hechos socisles som “cosas dichas" por sujets, por seres hablantes. La coti= iancidad, desde ena perspectiva, ranscurre ex It esfera del sujeto que la vivencia. Por ejemplo, la estructaracién ‘de la vida condiana de una persona que padece uns sinua- ‘dn de extrema pobreza extéatravesuda por cireunstan- das de diferentes érdenes. Se puede infer que posible~ mente esa persona se relacione con una serie de articulacones de Ia nocién de necesdad constrides a partir de la ider de supervivencia, Esa construcci6n Simple una panes subjesiva de lz nocién del sentido de la vida cotdiana, Ast, lt supervivencia es en algunos casos centeniida como wa “eulura”, como una forma de com prendery explicar, que tiene cerateristicassingulares que ‘Se expresan en le vida diaria, en la que sobresale como primera cuestién el padecimiento objetivo y subjetivo de fsa persona. A su ver, en el devenie de las significaciones ‘desu cotidaneidad, la nocién de cuerpo que tiene este sujeto, por ejemplo, x est ligada aa superstvencis como “cultura, va ase diferente de otasrepresentaciones que pueden observarse en la percepcion de lo mérbido. La desigualded, el padecimienco, la vida cotdiana se inserben en form singular en sx cuerpo, en su habla y fen su mundo de signifiaciones. Lo mismo suceders con las ideas de salud y enfermedad, que se regisran en forma distinta y construyen explicaciones aconies con ‘una cotidianeidad organizada pare sobrevivi. La enfer- ‘edad, en este cao, puede ser algo que trascenda la ‘esfora del dolor y que se relacione estrechamente con la nocién de supervivencis, En o1as palabras, es posible que en este easola demanda de intervencién hacia el sis- tema de saad pase, més que por aleras del cuerpo, por Ia imposibilided de sortenerse econdmaicamente, vo Ae FM. Corb La intervencién en lo social se entrecruza con Is emanda que surge de esta circunstanci, pero también com la necesaria observacin de sus signficados, ya que, sin esa posbilided, ls intervencién se queda sin conocer luna parte surtantiva el problema sobre el cul preten~ dle actuar dentzo del escenzrio institucional or otza parte, es posible reconocer cGimo, en las diversas formas de vivencies de Jo cotiiano, desde lx subjeividad se conoce el mando. La situacin antes des- rita, dentro de la esfera del sujeto, puede tender a naturalizarse hasta ser percibido como una “normali- dad” de la realidad, Ese nocién de normaldad se cons- truye a parir de le recurtencis, de la repeticin, y la situacin de pobreza estructural, por u instripein en el ‘verpo y la percepcién de lo mérbido, puede er enten ‘ida como algo inevestionable © normal. TE} acceso a lo cotidiano como recurrencia es otra posible via de entrada a este universo. En la vida coti~ fiana, lo que se rerenda se torna hébio a partir de que tl sujeto se encuentra en un mundo ya sabido. Se obser- ve. si mismo en dy fz repesicién es lo previsible, lo seguro, aquello que termina construyendo sa mundo ‘con una nocién de naturalidad. El padecimiento de esta manera tiende a velverse habitual, formar pare de un tentramado de sentidos que inlaso, puede otorgercier= ‘a seguridad por la certezs de no estar aim peor. Estas rcunstancias pueden observarseen sitaciones de vio- lencia daméstica, en donde el ejercici de la violencia se puede convertir enn lengusje que otorgasinifiacio~ fs diversas, pero que se introduce en la vida cotidiana como algo que est alll en forma inmodificable. ‘La intervencién en lo social implics, en muchos aspectos, develar extas cxeunstanciss, hacerlsvisibes en Invesers de eve “otro”, desnaturalizanda los escenarios alos que se consruye dia a dia el mundo de Jawa, ex exer dee interomcin Una mirada merit 93 La vide cotidina es tambiém aquell que ranscuree, donde la repticdn, como x fuera algo natural, puede bo progunter i interpreta Lo previsible consraye 2 secs el formato dela natoralzacion, se forma parte de apes, signifiaciones, gue se reproducda desro de la {ociedad, pero en esta facet dela vida cotdans, Jo social queda como apurtado, invisible, Sencillaente el dtor social puede no verse a sfmtsmo en el escenario de is vida coxdiana y se “wefce” (Berger y Luckmann, 1968), y Is exestion puede ser includ dente dele pre- grants que signa a la socologia del conocimiento ‘Como es posible que los signficados subjetvossevuel- ‘an facicidades abjetivas? La intervenciéa en lo social puede intemar constuir algunas respucstas desde el eonacimiento en profandidad ela vivencia de ese otro en su vida cotiiana como tepiesn de padecient. La vida covidiana es una r= [bla interpretable con sgnfiaossujetives, la cual se secede, tl vex, con mayor faciidad dentro dal escenario ‘els inzervencign, que permite observar que la vida cot se aprende como algo ya organicad, dentro de un ‘onden que la precede, Pero, cabin, a tae del lengua~ jeslosobjeras se trnan sgifcados que pueden ser deve Fidos. De alt que la vida ctiian Sea esencialmente la constaceién de un mundo incersubjedvo,habledo, ali smentado ea foroa constante através dl discus, ‘As el mundo cotidian se estucara en un espacio- sempo, singular, propio, heterogeneo y subjetivo, Pero este orden se conslids en la meide en que ex otro tue lo raifique, que To sostenga por medio dela pal tr, del bacen, de ls simbolizaciones, de los sentidos ctorgados 2 ete espacio-iempo. Ea esta ineaceién con dl oto, fo que se contre puede ser enendido desde Ia elaboration de spiieciones que ordenan 0 seafirman cl seatdo def coudianeidad En ste espacio 2 Ale JM. Carats cs donde se construyen las significaciones que, al con- gregese, se organizan en la esera del Jenguae. Las dife- rentesvisiones de la vide cotidian plantean bisicarnente la ides de edmo se constraye Ie realidad social. Para autores como Berger y Luckman, Ia vida cotidiana es ‘produc 2 través de una sere de definiciones compar~ fidss, en dilogo con lo que se esablece como realidad, tanto desde lo objetivo como deste lo subjetivo. En el caso de Gotiman, el planteo es el de una mirada social de la vida cotidiana, desde I intersceién donde se constr ye el intercambio subjetivo, alo que se suma al andlsis {nstnucional en el que se expresa el poder simbélico. En este aspecto, lz vids cotdiana también puede ana- lizare seg los eseenarios de intervencin que constra- yen ls institaciones. Fn ellos, la cotdianeidad se expresa 2 partir de mandats institecionales impuestos, normati- vitados, onginizadas desde determinadas ligicas que en muchos eases ratifcan 0 coastuyen discursos estigmati- ‘antes, como as tambiési nuevas formas de idemtidad Desde ls cacilog{a critica, también se agregs Is dimension del “deber" y su construccién en el escenario de la vida cotidiana, agregindo una visién ideol6gica a Ta nocién de espacio intersubjetivo. Por ejemplo, la vida ‘cotidiana en una institucién psiquidtica puede ser stil ‘para pensar diferentes formas de didlogo e integracion te las definiciones de vida cotidiana desde Ia préctica. Al To catidiano se transforma en un dispositivo en sf 30, al formar parte de un orden, en este caso atifi- al, que confer, establecey construye diferentes jerar= {galas que se organizan de acuerdo con los mandates ns ‘ucucionales acrualese histicos. La ida cotidiana dentro de una institu cerrada 0 total no se aleja mucho de a descripta por Goffman en libro Irernad. Las nfluencias comeextuaes, la esis de eontido de instinuiones y prictics, serian lo nowe- Los emai dele intrncin. Una mirada merdligics” 93 oso en una primera observacién. Inchuso as, ef caric- ter simbélico de la insinsciéa se mantiene y le otorga xin posbilidades de construcciOn deidentidades arave~ sedas por estigmas, que remiten 2 la idea de “locura” {que la sociedad tiene en ese contexto, Las marcas de los spositivos de intervencion que se vtlizan muestran vyariaciones, pero continsan constrayendo identidad al gual que otras insituciones cerrads. De todas manerss, diferentes conceptos pueen ser resemiotizados a partir de repensar sus eatactristicas desde la itervencién. As, por ejemplo, el concepto de “rehabilitacion” puede ser entendido como una recupe- aci6n de habilidades y competencas en funcién del res- tublecimiento de lazos sociales. En este caso, la idea de intervencién en tna institucién cerrada pone su host zone en el sfuera, en la preparacion para enfreatar los ‘omplejoslaberintos de I exclusién social sumados a la ‘stigmatizacién que se constrayé desde antes de! ingre- ‘0 a Ia instucién, La idea de intervencion orientada & fortalecer la formas de relacin deste las potencialida- des subjeivas muestra nuevas posibilidades de nuevos sentides dela aecién en este tipo de insticuciones. Esta modilidad de intervenci6n, en tanto define un hhorizonte claro, se resigaifica en el hacer de la propia prictice, que propone un horizante que se vincula con [a recuperacidn de autonomia, de indvidualizacin, en definitiva, de ensiquecer y recobrar I propia singulai- dda, parcendo de un sujeto con historia y circunstancias sociales tnicas. Es posible reorientar a intervencidn en salud mental desde esta perspectiva: "no se trata de hablar de personas con discapacidades, lo que se trata de reseatar no To que no tienen sino lo que tienen... Se pretende lograr dl grado méximo de autonomss posible Eo eada individu, porenciar sf méximo sus habilidades y capacidades” “” Ate 7M. Cre Enel mismo sentido, también el cambio de horizon se de intervencién da cuenta de la necesidad de revise las formas del hacer: “La rehabiltaciéa es un proceso {gue implica espacios de negociacién, para la fila, pars la coomtmidad que los rodea y para los servicios axe Feoeupan del pacieme; la dinimics dela negociaioh es Continua y no puede ser codificada definitvamente, [pues los etores ~y los poderes~ en juego son muchos y fe multiplcan reciprocamente” Sarraceno, 2003), ‘La intervencién, segin ese punto de vist, da cuenta de la necesidad de bisqueda de nuevas formas de hacer {gue se conjuguen con fos horizontes que se plantean ATesde diferentes marcos te6ricos, Ta orientacién hacia la bisqueda y recuperacién de lo propio ratifiea el cami- ‘no. la singulatizacicn y muestra Ja posbilidad de resig- hificar conceptos y aociones ligados histrieamente a formas’ restrctivas de singularidad y de bisqueda de ‘cambio de subjeividades, como mandato fundacional ‘moderna de las instituciones.

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