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Libro 1,2 ya y un jefe natural. En cambio, el que es capaz de realizar las cosas con su cuerpo es stibdito y esclavo también por naturaleza. Por tal raz6n amo y esclavo tie- nen una conveniencia comin. De tal modo, por naturaleza, estan definidos la mujer yelesclavo. (La naturaleza no hace nada precariamente, como hicieran los forjadores el cuchillo de Delfos, sino cada cosa con una tinica finalidad. Asi como cada 6rga- no puede cumplir su funcidn de la mejor manera cuando no se le somete a varias actividades, sino a una sola.) En- tre los barbaros la mujer y el esclavo ocupan el mismo rango. La causa de esto es que carecen del elemento go- bernante por naturaleza. Asi que su comunidad resulta de esclavo y esclava. Por eso dicen los poetas: «Justo es que los griegos manden a los barbaros», como si por naturaleza fuera lo mismo barbato y esclavo. (De las dos comunidades, la originaria es la casa fami- liar,ly bien lo dijo Hesiodo en su poema: «Ante todo, casa, mujer y buey de labranza.» Porque el buey hace las veces de criado para los po- bres.\La familia es la comunidad, constituida por natura- leza, para satisfaccién de lo cotidiano} por los que Ca- rondas llama «companeros de panera», y Epiménides de Creta, «los del mismo comedero». La ciudad es la comunidad, procedente de varias al- deas, perfecta, ya que posee, para decirlo de una vez, la conclusion de la autosuficiencia total, y que tiene su ori: gen_en la urgencia del vivir, pero subsiste para_el vivir bien|\Asi que toda ciudad existe por naturaleza, del mis- mo modo que las comunidades originarias. Ella‘es la fi. nalidad de aquéllas*Y'ti' Raturaleza es finalidad) Lo que cumplirse el desarrollo, eso de¢; Mos que es en de un hombre, de un cabal, o de una casa. Vaden x causa final y la perfeccion es Ip mejor. Y la autosuficiencia es la perfeccion, y 6ptima. "Por lo tanto, esta claro que la ciudad es una de las cosas naturales y que el hombre es, por naturaleza, un animal cj. vico. Y\el enemigo de la sociedad ciudadana es, por natu- “ valeza, y no por castialidad, bien un ser inferior 0 més ‘que un hombre! Como aquel al que rectimina Homero: «sin fratria, sin ley, sin hogar». Al mismo tiempo, semejan- te individuo es, por naturaleza, un apasionado de la gue- tra, como una pieza suelta en un juego de damas. \La razén de que el hombre sea un ser BoA nds que cualquier abeja y que cualquier otro animal gregario, es clara|[La naturaleza, pues, como decimos, no hace nada en vanoJ Solo el hombre, entre los animales, posee la pa- labra. (La [vozles una indicacién del dolor y del placer; por eso la tienen también los otros animales) (Ya que por su naturaleza ha alcanzado hasta tener sensacién del do- lor y del placer e indicarse estas sensaciones unos 4 otros.) [En cambio, la [palabr: existe para manifestar lo conveniente y lo daftind, asi como lo justo y lo injusto. Y cada ser es, despue esto és lo propio de los humanos frente a los demas ani- males: poseer, de modo exclusivo, el sentido de lo bueno y logn , lo justo y lo injusto, y las demas apreciaciones La participacién comunitaria en éstas funda la casa fami- liar y la ciudad. Es decir, que, por naturaleza, la ciudad es anterior ala casdy a cada uno de nosotros. Ya que el conjunto es ne- cesariamente anterior a la parte. Pues si se destruye ¢! conjunto ya no habra ni pie ni mano, a no ser con nom- 62

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