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esulta dificil “legar a una practica de la lengua cada vez més simple”. Las clases que aqui se incluyen, dictadas en su mayoria en 1985 para estudiantes de segundo ano de la carrera de Psicologia, en Rosario. tienen el peso de ese esfuerzo. Una rara persistencia las hizo seguir circu- lando en incertas fotocopiadoras. en una degra- dacién tipografica en el limite de lo legible. No se si en esa especie de clandestinidad residia su valor, probablemente la decision de publicarlas las mezcle en el olvido de lo accesible: pero segu- ramente me permitira sacarmelas de encima. Resultara evidente para el lector que la confe- rencia Pulsién. de muerte, colocada al final, se excluye de las razones indicadas. Posee otro es- tilo, acaso su presencia se justifique por tratarse también de una exposicién oral, y ser ademas un punto de tropiezo frecuente en los conceptos de la metapsicologia que recorren estas clases. Decir en este caso que sin las personas que nombro a continuacién este libro no hubiera existido, no es solo una retérica del agradeci- miento: Rosangela Rodriguez de Andrade, Cecilia Gorodischer y Claudio Serbali, han llevado a ca- bo la tarea de grabar. desgrabar y ordenar: so- bre eso hay algunos agregados de los afios 89 y 90, hechos posibles por Margarita Scotta y Bea- triz Sudrez, Mi revision introdujo leves modifica- ciones. nsefar lo que sélo sucede una vez. jMenudia contradiccion en los términos! Ensenar gno es repetir, siempre? Y eso es no obstante lo que Michelet creia quem haber hecho: "He tenido siempre mucho cuidado en no ensefiar nunca mas que lo que no sabia... Yo habia transmitido esas cosas tal como eran entonces para mi apasionamiento, nuevas, animadas, ardientes (y lenas de encanto para mi) bajo la primera atraccion del amor”. R. Barthes Indice Clase 1 Introduceién, La cuestion de! sufeto en psicoandlss Retoro a Freud. N Clase 2. 21 ‘Sexualidad y lenguaje. signo y significante. ae Clinica médica y clinica psicoanalitica. ‘La metapsicologia. Clase 3 41 El progreso de la clenciay la antepistemologia del psicoandliss.Psicoandlisis y Psicologia (Paget Mutaciones en la constructién freudiana de aparato psiquic, Clase 4. 59 Prohibicion de incesto, Pulsion y representante: la fjacion. Contrainvestidura en la represién primaria, y enla reps secundaria Clase 5. 7 Represion primarta; represion secundaria El problema de fa temparalidad de los eanceptos psicoanalitices. Vivencia de satisfaclén: ruptura centre necesidad y deseo. Necesidatl-deseo demanda, EL sufetoy et Otto (allenacon - separacion). Clase 6. 93 Los cuatro términos de la pulsién, Razones para un concepto fundamental E circuito de la pulsion. Bl agujero de loreal. Posicién del sujeto en el recorido pulsional Clase 7. El complejo de Edipo. Lo preexistente- Jo transindividual. La feminidad: falo-castracton. Los tres tempos del Edipo, Clase 8 Narcisismo. Estadio del espeo:tépica de Jo imaginario. Ideal del yo - yo ideal. El ser y tener. Amor de transferencia, Clase 9. Representacion cosa; representacion palabra El inconciente. Condicién de figurabilidad y texto del suefio. Metafora y metonimia. Clase 10, Problemas de la préctica psicoanalitica, La transferencia(Sujeto supuesto saber El deseo del analista, Bosquejos acerca del ‘acting out. El dialogo de Socrates y Alcibiades (Ei Banguete, Paton} La Pulsién de Muerte Conferencia desarrollida en el Colegio de Psicdlogos de Rosario 113 de octubre de 1985. R CLASE 1 Introducci6n. La cuestién del sujeto en psicoandlisis. Retorno a Freud. augurar un programa, resueltamente de pslcoandllsis, con un punto como la problematica del euleto. se expliea no slo por lo Eructal que resulta este concepto en psteoanilisis y en lo que se rnombra como ‘ctencias del discurs0”, sino tambien por el nombre de la materia y por la relteracién del termino “sufeto” en toda la extension del plan de estudios. Se trata, al menos. de bosquejar algunos interrogantes, algunas in- aquietudes, es decir. que no nos recostaremos cdmoda y desculdadamente cn tn uso ligero de este concepto, En primer lugar deberiamos recordar que no existe come concepto, aunque obviamente si como término (es decir. aparece la palabra sin es- tar en una relacion de determinacion con el resto de los conceptos) en la tra de Freud. El sufeto se hace concepéo, palabra clave en paicoensll sis, recién a partir de Lacan. Desde alli transcribe la dimension freudia~ hha del aparato psiquice divdide (inconciente, preconciente, ello, yo, 0- peryo) 1 s desde Lacan. entonces. que esta region toma vigor teérieo: lo ‘que supone la necesidad de establecer las consecuencias mini- ‘mas de ese movimiento, a saber: No confundir sujeto con subje- tividad. no identificar al sujeto del psicoanalisis con el sujeto de la psico- logia o de la ideologia, y ademas, solidariamente con esto. no ubicar al sujeto en relactin con el discurso como aquél que lo expresa sino como aquél que lo sure. aquel que depende de las vicisitudes de la palabra. Es decir, en el marco especifico de la préctica analitica dejar de pre- guntarle al paciente por la razén de sus sintomas, sino mas bien interrogar al sintoma sobre la razén de ese paciente: raspar, inda- gar en la estructuracién de los suehos, de los sintomas, de toda esa regién discursiva, por el sujeto que ella produce. Brevemente traigamos la referencia etimologica que es claro que invis- te la historia de la Filosofia y tambien de la Psicologia: sub;jectum. aque- To que sostiene debajo. en lo invisible. en el lugar del fundamento de las manifestaciones vistbles. y de la conducta, es decir. el sujeto como la sustancia de anclaje éel “individuo". Desde ese sitio se expresaria el dis- curso, se situaria la raiz del pensamiento, la intencionalidad. Hoy la cuestién la hemos de plantear en el corazin mismo de ese sujeto. a sa- ber. su cambio de posicién, en el hecho de que depende del discurso mas que ser su emisor determinante Podemos tomar un relato de Borges. “Borges y yo” a modo de epigrafe de esta clase, Alli reencontramos de un modo aleyérico esta cuestién. hay tuna grieta y una vacilacién para poder ubicar quien escribe. quién habla. Para poder aproximarse a la nocion de que el Yo no es el sujetoy que éste no depende de algo “intimo". introspectivo. sino como en este caso. de la escritura, ella le crea sus lugares extrahos en donde nace el sujeto Borges. Como toda referencia literaria no.es puntual. no busca traducir 0 ejemplificar la teoria del “sujeto efecto del significante” de una manera r- Gida, es s6lo una resonancia. uni estado del concepto sujeto en el campo de la literatura. Dice asi: “Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro. acaso ya mecanicamente, para mirar el arco de un zaguan y la puerta cancel: de Borges tengo noticias por el co- reo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario bio- grafico. Me gustan los relojes de arena. los mapas. la tipografia del siglo XVIII. las etimologias. el sabor del café y la prosa de Stevenson: el otro comparte estas preferencias. pero de un modo vanidoso que las convierte cn atributos de un actor. Seria exagerado afirmar que nuestra relacion es hostil. yo vivo. yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su litera: tura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logra. do ciertas paginas validas, pero esas paginas no me pueden salvar. quiza porque lo bueno ya no es de nadie. ni siquiera del otro, sino del lenguaje © la tradicion. por lo demas. yo estoy destinado a perderme. definitiva mente. y sélo algiin instante de mi podra sobrevivir en el otro. Poco a po- co voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de fal: sear y magnificar. Spinoza entendié que todas las cosas quieren perseve- rar en su ser. la pfedra eternamente quiere ser piccira y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mi {si es que alguien soy). pero me re- conozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace aftos yo traté de librarme de él y pasé de las mitologias del arrabal a los juegos con el tiempo y con el iniinito. pe- ros esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Asi mi vida ¢s una fuga y todo lo plerde y todo es del olvido. 0 del otro. No sé cual de los dos escribe esta pagina” El sujeto no es algo que yace debajo de otra cosa, como nos indicaba la etimologia. si aqui yace no es para sostener la escritura sino para ser determinado, permanentemente en fuga, El problema del autor. del supuesto psicologismo de la persona del autor. esta activado en esto. La conviccién ingenua de que un autor es al- guien identificable con la persona que escribe lo que quiere decir. Fou: cault, a través de un articulo que se llama precisamente “Qué es un au- tor” conmueve este territorio. y accede desde alli a “Qué es un sujeto” Asi como veremos que se instalan reglas precisas, funcionamientos precisos de la palabra para forjar al sujeto deseante en un suefio, un lap- suis, cualquier formacién del inconeiente. asi. en esa misma direccion Foucault muestra qué tipo de reglas. de disposiciones del discurso de la cultura van fabricando. y metamorfoseando al autor. Resulta notable observar que la colocacién del autor de textos de clen- ccias no ha sido siempre la misma. El anonimato que hoy lo marca no era el que se le exigia siglos atras cuando por un régimen de autoridad se de- bia reconocer. garantizar un texto nacido de Hipécrates. por ejemplo. pa- +a garantizar justamente, su sitio en la clencia. Se produjo una modifica- cién, probablemente con el poder que en las ciencias fue tomando la ma- tematizacion: a saber. un discurso hecho de letras. formulas vacias de sentido. letras determinantes por su combinacién y no por sus significa- dos, alli el sujeto sélo es contorneado en el anonimato. Con respecto a los textos literarios se plantea un recorrido distinto, es decir. desde el anonimato de las epopeyas. de los relatos miticos. de las voces transcriptas de los Dioses:e va haciendo imprescindible nominar, encontrar el autor de esos relatos: nace lo que se conoce como el derecho de autor, elemento que lo situa y lo coloca. en definitiva. expuesto al cas- tigo. responsable de ciertos discursos. Ubicar al autor entonces, no es una tarea simple. espontanea, en don- de uno podria transitar del libro a la pluma, sino que. como lo pone de relieve el articulo. a partir de una referencia a San Jerénimo se exigen criterios, condiciones, diriamos, de fabricacién de un autor. La referencia a este exégeta de la Biblia se hace para indicar exigen- clas que. se podria decir. conservan atin hoy su vigencia. Al considerar tres de esas exigencias se tiene la figura del autor dramaticamente deter- mingda por esos criterios. San Jerénimo dispone que st entre muchos libros uno es inferior a los otros, es preciso retirario de la lista de obras de ese autor. se impone alli la necesidad de un orden que ubique al autor: partir del nivel: del mismo modo st algunos textos estan en contradicctén doctrinaria con otras obras deben ser eliminados del conjunto de escritos. Es definido entonces a partir de un campo de coherencia conceptual y tedrica. ‘Ademas excluir las obras que estan en un estilo diferente. con palabras y ‘giros no habituales, es decir, un criterio de unidad estilistica. Hay en el orden de las clencias un aforismo crucial que exige muchos argumentos: No hay sujeto en la ciencia. El autor de un texto clentifico muestra alli tambien estar cruzado por distintas imposiciones de la len- gua que lo habla. Y en ese mismo texto puede cambiar nitidamente de hu- gar hasta llegar. como lo indica la frase mencionada, a funcionar como tal. como autor siendo abolido, quedando en el anonimato en tanto suje- to. Todos los discursos que estan provistos de la funcién-autor contienen esa “pluralidad de ego". El ego que habla en el prefacto de un tratado de matematicas no es idéntico en su posicién ni en su functonamiento al que habla en el transcurso de una demostracién (Yo concluyo, Yo su- pongo’). En el primero estamos ante un individuo sin equivalente, al- guien ubicable en el tiempo y espacio de su exposicién, en el segundo ca- 0, eualguiera (subrayamos su anonimato) con tal que haya aceptado un sistema de signos. el mismo grupo de axiomas: puede ocupar ese lu- gar, puede ser bablado por esa lengua artificial (la matematica) que lo excluye. Sin alejarnos demasiado plensen sencillamente en lo que implica en este aspecto la idea de “ruptura epistemolégica” ( por fin cuestionada). El taplal que se colocaba al circunseribir el nacimiento del psicoanilisis en el Capitulo 7 de la “Interpretacion de los Suefios”, desalojando hacia lo inservible de la ideologia los textos anteriores. como por ejemplo “La afa- sia” o el “Proyecto de tina psicologia para neurélogos”. Alli se establece el criterio de que el autor del psicoandlisis, Freud, no era tal antes de ese escrito. Freud no era Freud, o si ustedes quieren. no era freudiano antes del_esquema del aparato psiquico que presenta en la “Interpretacién de los Suenos". Ordenamiento que vamos a tratar de indagar a lo largo del aio y por empezar. en la préxima reunién. Poder demostrar que el “lente” de la ruptura epistemologica podra ser valido para los discursos cientificos. y atin asi no deberiamos apresurar- 1nos en el optimismo. pero que resulia una violencia ajena cuando se pre- senta como herramienta de garantia cientifica para avalar al psicoanali- sis, que saltea forzadamente su engranaje singular. la especificidad de su practica. y disuelve groseramente la heteronomia del campo freudiano en beneficio de una cosmovisién(1). El régimen que dirige el discurso teérico del psicoandlists supone la inclusién de un sujeto: de un funcionamfento del lenguaje que remolca al sujeto deseante. a saber: las connotactones. las vacilaciones, las lagunas en la coherencia semantica.. son las figuras que determinan la creacin intermitente (no es un sujeto que siempre esté alli, sustancialmente } de este sujeto. El discurso teérico del psicoandlists es un discurso infectado por des- plazamientos y condensaciones. por deformaciones y censuras. un dis- curso afectado por el mismo material con que se edifican, con que crecen los suefios, los sintomas. En Freud. en el texto de Freud, en muchas zonas, aparece una suge rencia explicita de que sin fantaseo. sin especulacién. no se podria dar un paso. Fundamentalmente este tipo de giro en donde Freud apela a la especulacién, a la fantasia, son los giros que delatan a la metapsicologia. La metapsicologia, alma doctrinal de la teoria psicoanalitica debera res- ponder. paradojicamente. a ese funcionamiento: cémo puede alguien en ‘medio del trabajo cientifico. apelar a que el obsticulo en psicoanalisis. en ¢l momento en que esta teorizando, ha de ser sobrellevado dando vias de factlitacién al fantasma, a la fantasia (1). Si ustedes toman “Mas alla del principio del placer” {texto clave en el cual se pueden sacar las conclustones que dividen todas las corrientes psicoanaliticas. sobre todo alrededor del concepto de pulsién de muerte.) 10 alli podran encontrar, paso a paso, lo que es la incidencia de Ia asocia- cfén libre, en el campo de la teoria, Esto no supone, en absoluto una falta de rigurosidad, lo que si supone es que la teoria psicoanalitica (veriamos si la ensehanza u otros campos del psicoanalisis). tiene que ser permea- ble, tiene que dejarse infltrar. de lo que sucede en la practica. Con esto quiero decir lo siguiente: que si en el discurso de la practica, en la forma en que alguien habla en una sesién. lo que rige eso. es justamente un. serpenteo, algo del orden de lo impredecible, si eso es lo que ha de ir or- denando el discurso, algo de la cuerda, digamoslo asi por ahora. transfe- rencial de una sesién, algo de eso tiene que ser alojado en la teoria. Sino hay algo de ese estilo, tinica forma de surgimiento del inconciente. o que se produzea el inconciente, si no hay algo de ese estilo en el campo de la teoria, estaremos ante tna teoria que obtura esa practica, Una aclaracién fundamental en esta cuestién lamentablemente, para nuestras voluntades, no hay una intencién de “jugar al inconciente” en la teoria, Quiere decir lo siguiente: alguien puede hacer teoria psicoanalit ca, pero nadie puede decir: “bueno. ahora me voy a poner a asociar libre mente para hacer teoria psicoanalitica’. Por el contrario, eso en los textos de psicoanilisis se detecta en cierto funcionamiento. se detecta en un ‘equivoco, en tna inversién. Un ejemplo. los remito al diccionario de La- planche y Pontalis. cuando explica en el articulo de energia libre y ener- Bia ligada, cuando plantea de que forma Freud adopta estos términos del segundo principio de la termodinamica, alli Freud se equivoca, si quie~ ren entre comillas. se equivoca porque toma el concepto de energia libre en el sentido en que la termodinamica usa el de energia ligada y vicever- sa. Ese equivoco, en el que el texto de Freud toma algo de las otras cien- clas, ha de ser un estilo, La relacién que tiene el psicoandlisis con el discurso de las ciencias, de equivocos, desviaciones, olvidos, es interior a la arquitectura de la teoria psicoanalitica. Piensen en Lacan, gustedes creen que el significante lacanfano es el mismo significante que el de lingiistica? En absoluto, hay todo un trabajo, tambien si lo prefieren, entre comilllas. de deformacion, de transformacion. de perversién. alrededor del signo saussureano. alrededor del significante de los linguistas. Este trabajo en donde algo toma ciertas dimensiones de deformacion y de ficcién no ha de ser. paraddjicamente, el obstaculo, si no la posibilidad. Seguramente iremos retomando esta cuestién. pero me interesa que planteemos esta distincién entre el discurso de las ciencias y el discurso psicoanalitico con el eje del sujeto. 2 sta forma fragmentaria, de lagunas, de marchasy contsmar Peseta en ay pein or la Wena de las definlone. cuando Geedes een y doen, pero aqui no indica fo mismo que dee custro paginas aelaneae eat a loha de suponer otro sujeto que el sujeto que supone el estilo del discur- 0 exacto de la Fisica, No podremos. por lo mismo, entender a Freud co- mo una obra en el sentido “gestaltico”. en el sentido de la buena forma. ni como se entiende a los filésofos, ni como se entiende a los clentificos: la obra freudiana irrumpe mutilada, diseminada. Si ustedes toman el texto a trabajar este afio, “Lo inconciente". del primer capitulo al sépti- mo. notarén que plantea diversas hipétesis. que por ultimo parece que- darse con una. pero en el campo de la practica y en la relacién con otros textos. nos daremos cuenta que cualquiera de ellas, de acuerdo a la co- yuntura teérica, a qué coordenadas se le impongan. obtendra alguna vi- gencia. No existe evolucien en la obra de Freud, la lectura contradice la idea de que el “Proyecto de una psicologia para neurélogos” [esto es. anti- rupturista) que se escribié antes de 1900. no sirve. Hay algo en este tex- to, que Freud no quiso publicar. en el momento en que se publica, marea tun desplazamiento del centro de gravedad de toda la obra de Freud: sus relactones con el discurso fisico, con el discurso neurol6gico. elementos que retoma en 1920. Desde ese punto de vista, aqui hay algo que Foucault dice que indica de qué forma un texto recuperado en el psicoanilisis 0 en el campo de ciertos discursos (Foucault incluye a Freud y a Marx. fundamentalmente) supone una modificacién en los desarrollos que hasta ese momento se hi- cieron. en este caso. supone una modificacién del psicoanilisis. Al con- trarto. la posibilidad de que se descubra un nuevo texto de Galileo o de Kepler no ha de modificar el desarrollo de la cosmologia. El parrafo dice lo siguiente: “La revisién del texto de Galileo puede muy bien cambiar el conocimiento que tenemos de la historia de la mecénica, nunca puede cambiar la mecénica misma, por el contra- rio, la revision de los textos de Freud modifica el psicoandllisis mis- mo.” Entonces alli apareceré una relacién distinta entre el funda- dor de una ciencia y el fundador, en este caso, del psicoandlisis. Esto es en definitiva lo que justifiea la conocida expresién “retorno @ Freud”. El fundador de una ciencia se va a perder en un territorio. de transmisién en formulas, en rupturas y refutaciones. En Freud ly no es casual que el campo del psicoandlisis esté plagado de bio- grafias y de tantas remisiones a las asociaciones de Freud acerca de sus suehos, como base de la interpretacién de los suefios) el su- eto sufre otra ubicacién. Existe un capitulo de Koyré sobre historia del pensamiento cientifico, tun capitulo que se llama “Pensamiento ctentifico y actitud estética’, en donde el autor analiza el descubrimiento de Kepler de la érbita elipsoidal: Kepler y Galileo eran contempordneos, Kepler descubre la érbita elipsoi- dal y Galileo, que de algin modo era ia vanguardia cientifica, no acepta ese descubrimiento, En ese punto del descubrimiento, hay un manojo de anécdotas: las resistencias del propio Kepler a aceptar que las érbitas po- dian ser elipsotdales y no circulares. como disponia la buena forma rell- siosa (el circulo como forma perfecta): la excesiva, la rabiosa adhesion de Galileo a todo lo que fuera el poattivieme y a la puleritud més diafana en 42 clencia, es decir. desechar todo lo que sea manierista, barroco. Esa acti tud cientifica la tenia en cuanto al campo de la literatura y la pintura, Por esa razén. Galileo no acepta la elipse de Kepler. porque la considera: ba manierista. barroca. una deformacién del cireulo. La rechaza por con: viecion positivista y no por su creencia religiosa. ‘Toda la mecanica de Galileo era superior a la de Kepler. pero en este punto, el mas impregnado por la ideologia religiosa del mismo Kepler. es. te logra superario a pesar de todo y Galileo no lo pereibe. Koyré explica que Kepler se dirigia a los tecnicos v ademas lo condicio. naba la acumulacion de experimentos de Ticho Brae: quedo acorralado en la idea de que la elipse era lo que podia,explicar mas sencillamente el funcionamiento astral, Esta “anéedota’ supone varias conclusiones: una. que no hay garan tia en el descubrimiento cientifico. es decir. que la “desideclogizact del descubrimiento. de la ruptura. no es voluntaria. También que el con glomerado de actitudes estéticas. religiosas. filoséficas. 0 sea, extracienti ficas. no indican necesariamente que operen de un modo extracientifico. no indican necesariamente que operen a la manera de obstaculo. Ahora bien. eso esta en la historia del pensamiento cientifico pero no esta en la iencia. A nosotros nos llegan las posibilidades que abre. en el desarrollo de la astronomia. el descubrimiento de la orbita elipsoidal. Desde ese punto de vista una formula de Lacan, en su escrito “Ciencia y Verdad la ciencia no tiene memoria, esta en resonancia con esto. Es decir. este sujeto. victima de sus prejuicios. efecto de sus actitudes estéticas. depen: diente de sus creencias religiosas, supeditado a un funcionamiento as tal que tenia una especie de alma central que lo hacia girar: ese sujeto con toda esa trama. esta eyectado en el descubrimiente. esta expulsado, El sujeto de la ciencta queda alli, decididamente rechazado. Entonces. ese sujeto, lo podemos reconguistar. redescubrir a traves de un historia dor del pensamfento cientifico: pero queda en el campo de la historia, ¥ no en el campo de su ciencia. Pregunta: -Digamos que el psicoanilisis. lo que hace en relacion a la ciencia. es tomar lo residual, lo que la ciencia desecha como resto. ¥ que esa es la ruptura que se produce en el campo epistemolégico entre la ciencia y el psicoanalisis . Ahora. a lo largo de todo lo que vos decias, no se veia esa ruptura en cuanto a ese sujeto, :Cual es el sujeto del psicoa: nalisis y cual el de la cfencia? -En el texto mismo de Lacan. aparece la idea de que el sujeto de la cfencia es el sujeto abolido. aquél que es necesario que esté eyectado pa: ra que la transmisién cientifica se sostenga. Por otro lado. convendria atin asi. revisar la nocion de sujeto. en tanto se trata de un sujeto que puede ser expulsado. Ahora bien.quedemonos por el momento. con la Idea de este “no hay sujeto en la ciencia’. En el campo del psicoanilisis esta textura de los discursos ambiguos. vaeilantes, “estéticos”. “ sos" supone la posibilidad de producir un sujeto. Hay una cuestin que me parece cast necesaria que la retengan. por: que es la llave para posibilitarnos despejar de qué estamos hablando. So- 43 bre lo primero que deciamos de Ia relactin del discurso y del sujeto:Ob mo, segiin qué condiciones y bajo qué formas, algo como un sujeto Puede aparecer en el orden de low diecursos. {Qué lugar puede ocx ar en cada tipo de discurso, qué funciones puede ejercer y obede. Clendo a qué reglas? ®: Ahora. sobre io que vos Habias dicho de Borges, de acuerdo a lo que Borges dice. o sea que no habria relacén transparent entre fo que Sed. ce y lo que se quiere deci. gPero el pstcoanalisis no lo vucive otra ver a se sujeto al terreno del habla? O sea. que el habla ria atras, mantendia tn origen -Vames a verlo. Es muy interesante porque hay alli una erica acerca de lo que podemos entender nosotros por hablar o per comprender. cuando alguien ae acuesta en un dvan y habla, zereeremos que eat ex presando lo mas indmo de si misma? zo deberemos. buscar otra perspec tiva? Derrida es el que hace de algun modo las critteas al psicelogema det habla, Lo que decian aqui. es que fo que constituye al sufeto es el discurso Decidtdamente se esta ancipand a una formula hacl la cual vamos. & tuna definilon gue quisds hoy la entensamos parciaimente, Y es que et Sueto es un efecto del discurso, pero la adoptaremos cast como punto de legada, : PrgPuede tener eso alguna relacion con el parrafo de Borges en donde ace ite ene! fondo et suelo, eigamon.limplo. de la tbra, siempre vaca optar por salir de a obra de Borges? Siempre va a estar 9 oplar por lo gue Borges escribe en la obra de Borges mismo? “Que ha de estar determinado por eso que él escribe, que en la escr tura no sabe quién eseribe si Borges 0 ta fanetén de autor cubre. en el tempo de la egertura, fo que él es, En este punto usurpa lo que poremos decir “yo soy fulano te tal en exe estado esta depenidiendo del Borges que escrive sorb Mises Borges, aloe dma. no se puede presentar de ora jorma que no sea como autor. Sobre todo porque va a pasar la posters dad como Jorge Luis Borges. el autor, pos * poste “Estabamos en la cuestion de la ciscriminacion de los discursos ¥ del Suto de cada discurso. Lo que suipone entonces. que no vamos a hablar It del mismo discurso i del mismo sujeto cuando hablamos del discurso dela tdeologa. del discurso dela economia o del dscurso del deseo: por aque no vartos a hablar alt del mismo sujet en tanto que no vamos a identfear el sujeto del deseo con el sujeto de la ideologia o con el sujet dela matematica, La idea es que el sujew aparecera en determinado fancionamiento del discursey. de acuerdo a que tipo de funcionamiento, vanes a poder dec dir cual es ef sujeto que se pone en juego all. o sea. que cuando habla: mos de suleto del Inconetente se plantean determinadas condliones. de- ‘erminadas regs. que habiltan fa produccién. la emergencia de ese Su Jevo Hay un pasaje en “Subversion del sujeto”. de Lacan, que esta casi en 14 cl pentagrama de todo lo que estamos diciendo hoy aqui: “A saber, ta manera justa de contestar a la pregunta, quién habla cuando se trata del sujeto del inconciente. Pues esta respuesta no podria ve- nir de él, si él no sabe lo que dice, ni siquiera que habla, como la experiencia del andlisis nos lo ensefia”. Desde el lugar del analista el interrogante ha de apuntar a eso que di- cey al sujeto que produce. Qué sujeto produce eso que él dice. Aunque no sepa lo que esta diciendo, 0, fundamentalmente. cuando no sabe lo que esta dictendo. Entonces alli habremos de desubicar la cuestién del “yo digo tal cosa” o “yo sé” 0 "yo quiero decir". con esto otro de “yo repen- tinamente soy hablado por algo de lo que estoy diciendo*, obviamente. si gue siendo ilustrativo, lo que leiamos de Borges. 3 ‘curso amoroso. “Fragmentos de un discurso amoroso". que evi- dentemente, para lo que hace al psicoandlisis, no es contingente hablar del discurso amoroso. Inmediatamente nos reenvia al campo de la tranaferencia y ya con esta podemoa hacer tina minima anticinacién de que al campo de la transferencia no lo habremos de delimitar, sencilla- ‘mente. por la cuestién afectiva o pasional, sino que. en el campo de la transferencta, ese amor que crece en el ambito de la neurosis de transfe- rencla de la transferencia positiva, de la transferencia negativa. eso tiene ‘una arquitectura discursiva, tiene una modulacién significante. La forma en que se va hilvanando un discurso ha de permitir que surja. en este caso, el “sujeto del amor. Este sujeto, para Roland Barthes, plantea al- gunas funciones especificas. algunos temas especificos. como por ejem- plo el tema de la ausencia o el tema de la nostalgia. Hay clertos hilos con los cuales é! ordena esta especie de diccionario del enamorado. Es intere- sante porque esta ordenado de una forma bastante sugestiva. su yo se encuentra absolutamente comprometido en este texto, no es el texto de un ensayista sino que es algufen que va recordando sus lecturas acerca del amor. va incluyendo sus proplos decires acerca del amor y esos deci- res son los que aparecen arbitrariamente, serpenteantemente en cada te- ma que eligid. otorgandole un orden de diccionario. siendo ese orden lo {inico que simula ser del Otro. La forma (que es tal vez fo tnico de ensa- yo que hay en este texto), en que él define estas figuras, esta contenida en lo siguiente: Las figuras estan fuera de todo sintagma, es decir. fuera de toda organizacién (digmoslo por ahora asi). fuera de un sistema don- de cada elemento esta sumamente determinado. ordenado. por su rela- clén con el otro. “El discruso amoroso no es dialéetico. gira como un ca- lendarto perpetuo. como una enciclopedia de la cultura afectiva” En “Rayuela". hay un pasaje donde Cortazar describe dos amantes en lun mapa urbano, en qué sitios se encuentran uno y otro en determinado 18 E xiste un libro muy hermoso de Roland Barthes, que trata el dis- momento. esos lugares, a medida _que se desplazan van formando una especie de telarafia imaginaria que é la compara con el vuelo de las mos- as, absolutamente quebrado e impredecible. Esa idea, de un discurso que funciona asi, nos aproximara, sera soli- daria. con lo que planteamos en el discurso de, asociacién libre. A saber. que alguien diga lo que se le ocurra. Desde ese punto de vista es la Unica forma que se puede producir eso que nosotros habremos de supo- ner _como sujeto del inconciente. Para que afirmemos un poco més la idea de este discurso amoroso. les ofrezco un parrafo de lo que dice Barthes acerca de la ausencia (concepto imantado en psicoanilisis), aquéllo que estara alli permitiéndole al que habla girar en torne a cierto vacio y que alli despliegue un hecho de es tructura. El ausente en la transferencia ha de ser el dispositive mis- mo de la transferencia y esta en el centro, también, de la tematica del amor. Dice: "Dirijo sin cesar al ausente el discurso de su ausencia. Si tuacién en suma inaudita. El otro estd ausente, como referente, presente como alocutor”. O sea, yo me dirijo a él en tanto que estd ‘ausente, por eso hablo de él y hacia él, pero sin embargo esta alli sosteniendo eso que digo. “De esta distorsin singular, nace una suerte de presente insostenible, estoy atrapado entre dos tiempos, el tiempo de la referencia, hablo de él, y el tiempo de ta alocucién, le estoy hablando a él”. “Has partido, de ello me quejo. Estas alli. puesto que me dirijo a 8. Sé entonces lo que es el presente: ese tiempo diffell, un mero fragmento de la angustia” ‘Agreguemos una demarcacién mas . Fundamentalmente para situar luna confusién habitual con el sujeto de la historia, inclusive con el suje- to de la ideologia. Si ustedes se fijan las zonas conceptuales por donde transita el psico- anélisis, tendr que ver siempre con algo (una palabra que me parece pe ligrosa pero util) transhistérico, con algo que apunta a lo que podria- mos llamar. en una aproximacion. Ia estructura de la historia. ‘Tenemos una serte de zonas conceptuales que estudian la historia de la estructura; que estudian los diferentes modos de produccién. las dife- rentes relaciones de produccién y que estudian diversos modos de las s0- ciedades y la modificacién en las estructuras, en las formaciones socia- les. Pero habra algo donde habitualmente el psicoanélisis pone su ojo. al- go transhistérico, algo que atraviesa la historia. Lo cual no quiere decir gue se plantee como idéntico a si mismo, ni como una idea platénica, si no que Uene sus manifestaciones histérieas, pero hay algo que las verte bra, que aparece en el nticleo de lo que es el discurso psicoanalitico. Ha- blo por ejemplo de la prohibicién del incesto, del orden del deseo, del pro- blema del goce. de los suenos. Todos estos temas acompanan a la cultura desde que la cultura hizo su forzosa pérdida de la naturaleza. Hay aqui una referencia de Levy Strauss que plantea que el pasaje de naturaleza a cultura reclén se supone a partir de que puede reglar las 16 relaciones elementales de parentesco. Es una hipétesis antropologica. pe- ro obviamente el psicoanilisis la expande: incluso. ya esta planteada an tes de Levy Strauss en “Totem y tabi" y otros textos: pero en lo que pode- mos poner el acento nosotros ahora. és que desde el momento en que se plantea la posibilidad de la cultura y la posibilidad de las reglas. naceran elementos en reverso. la otra cara de Ja cultura, que seran su sombra siempre. casi como un hilo rojo a través de la historia: la prohibicion del Incesto (que no se restringe a los tres personajes del Edipo), el deseo. el cuerpo y el erotismo. en definitiva, la trama misma de la locura, La locw: aes el reverso de la cultura y. tal como lo dice Foucault. en su “Historia de la locura”. no vamos a poder suponer que la locura se ha de extirpar de la historia de la humanidad come se extirpé la tuberculosis o la lepra, ccon los progresos de la medicina. Aqui estamos con una tela de otra na: turaleza. Aqui. y esto es capital. nos debemos preguntar desde donde va. mos a escuchar el espacio de la locura y que, precisamente, no tiene que ser el mismo que tiene su medida en la extirpacién, eso en todo caso es del imperio de Ia medicina: el anhelo de ia quimica 0 el electroshock. de poder mutilar una historia come si se tratase de la tuberculosis ola lepra. P:-¥ desde qué lugar escucharle... -Dijiste escucharlo. ya eso es un lugar. Estas planteando lo inextirpa: ble. El hecho de escuchar ya coloca en un lugar distinto, P: Vos dijiste. creo, una entretela © algo asi. Como algo que puede es- tar entrampado y que no se puede desligar de esa locura, -Bueno.... yo no sé si esta entrampada o en la misma entretela, plie gue de la cultura donde se setmbra la locura. Lo que si podemos encon- trar es que en el fascismo no vamos a tener la misma relacion con la lo- cura que puede haber en otra sociedad. No tendremos. a diferencia del medioevo. la nave de locos. donde se los enviaba a la deriva, en una es pecie de hospital ambulante. Hay que incluir el psicoanslisis tambien alli. observar qué lugar ocupa. -Bueno. la historia de la confesién eristiana como forma de arran- car los velos a esa sexualidad oculta, es tambien otra forma de entretela, de la cultura. En una oportunidad Sabato planteaba. en Abadon creo que esta ex- puesto. que el suefio era algo que evitaba al hombre entrar en la locura y que la literatura era el suefo social. La literatura como via que permite que la cultura no estalle en locura, ‘Aqui hay una espacio que dentro del orden del saber. dentro del orden de la episteme, podriamos situar al psicoanalisis. Algo que no se va a re- ducir. aunque mantenga sus relaciones. al sujeto de lo social o de la ide- ologia. Por supuesto que hay una gran cantidad de articuladores ¢ inte- rrogantes, pero la precaucion o la advertencia primera es evitar la cosmo- vision de lo que en una época fue el freudomarxismo o las congestiones y las armonias imperiosas. que todo ingrese en un Unico sistema. una for- ma de clerta “vanguardia intelectual’ Para ser rigurosos hay que plantear cuéles son las estructuras inter- 4z nas de la “Interpretacién de los Suenos". y qué elementos aparecen en tuno y otro. antes que irse de boca, a lo que en una época fue el régimen althusseriano, una epistemologia global y regional. Vicio que impregna la tacita armonia del sujeto de la biologia. del sujeto de la sociedad. del su- eto de la psicologia. y todo pegado de una manera bastante pastosa y es- téril. en cierta epistemologia veladamente realista(2). Creo que hay que plantear ciertos ejes rigurosos para poder definir. por ejemplo. qué sujeto se produce en psicoanalisis y qué operaciones permite. Lisa y llanamente el hecho de que haya determinado funcionamiento del significante de los elementos de una historia. como por ejemplo, que aquél nombre que se le puso a ese hijo haya sido de un hermano que murié tres aos antes. Ese Lipo de funcionamiento de los nombres, en este caso, o la forma mas tr vial de esperar en el lugar del hijo. algo que en definitiva remitia al padre del padre. teje una historia en la escucha analitica. forja las postbilida- des de irrupcién de ese sujeto. El sueno de Freud abre el siglo. y con el sueho ingresa el campo del deseo. Ia via regia. Por algo es el suefio. por algo que hay en el dispositivo del suefo. cier- ta combinacion de las plezas , que el discurso del suefo relatado produ: Fijense que cuando a Freud se Jo interpelaba sobre cémo pretendia hacer una ciencia, ly es esta otra cuestion: la aspiracién clentifica de Freud. que atraviesa todo el texto de Freud. lo cual no quiere decir que estemos dentro del campo de esa aspiracién. Dentro del campo de la fis ca ode la biologia, que eran las aspiraciones de Freud. el hecho de ma nejarse con el dispositive onirico. le permite. en el relato. producir un ob- Jjelo nuevo, inédito, el inconciente. subvirtiendo el lenguaje de la fisica. de la anatomia. etc.) Les decia, de eémo puede hacer una ciencia del sueno, si nunca se lo cuenta igual, se olvida la mitad. se lo desfigura, se lo muti- la. Y Freud responde que la ciencia no es del sueno como cosa en si. si- no de las deformaciones, de las leyes de deformacién del sueno. P: Del dicurso del sueno? De eso que de algin modo s¢_va. laboriosamente, moldeando en el re lator Entonces. desde ese punto de vista, plantear Ia interpretacién de los suenos es plantear las posibilidades que se abren en el relato de un sue: ho. Y. plantear el campo de las lagunas. y esto es algo que querria subra- yar, que esta en “Lo inconciente”. es clave para dos cosas: para entender qué es un texto y como leemos y, qué es un texto psicoanalitico y como escuchamos en psicoanlisis. Exige tomar el vector de las lagunas del discurso (.3) para interpolar en esas lagunas lo inconciente, Esto quiere decir que hay un texto o hay un discurso. hay un relato. que esta flecha- do por lagunas y que el inconciente surge alli, en lo comandado por esas lagunas: por alguna razén en la primera entrevista hablo del padre recién cuando se acordé del perro. o por algo en la secuencia de un analisis se |recorta el olvido del segundo nombre durante los ocho primeros meses. [esas marcas en un diseurso son las que posibilitan la interpolacion de ‘una red de representantes que determinan la irrupeién vacilante del su- Jeto del inconctente 18 4 inconciente, a veces se la cndilga a Klein. pero que habita én to- ios nosotros. que es Ja de un inconciente que esta detras-del tex: toy no la de un inconciente que aparece en las lagunas del texto. Como _ cuando se habla. del sentido inconciente de un relato. de una especie de segunda capa, lo que esta “debajo" de lo que se dice en lo mantiiesto. co- mo si el inconciente fuese un metamensaje que acompana permanente mente el mensaje conciente, P: O referido a lo jatente. -0 tomar Jo latente como eso. tomar lo Jatente como una segunda ca pa. como un seyundo mensaje. En Freud aparec nfaticamente. la fdea de una tr Jo que posibilita el retome de algo son esas contradicciones. esos huecos un modo desdibujade del relata. Freud ponia el acenio en un suehio cuando, en un Sueno absolutamente limpido habia una zona de penum bra. al colocaba su oreja. Esos lugares. en el discurse producen el suje Lo del pstcoanalisis. En definitiva se trate de preguntamos. de qué forma la regla de la prohibicion del incesto esta infiltrande la misma tela del Inconeiente. y Ge que forma esa regla esta otorgandole e! hugar al analista. Porque esto es algo que tambien esta subrayado. y creo que también fue subrayado en el programa, que el analista ha de ser parte del concepto de incon femte, No lo podemos pensar como una especie de exterioridad, ajena a discurso de la asociacion libre. La existencia del anaiista solo es posible 2 través de que se formula. se produce. cierto discurso, El ejemplo es muy sencillo, si ustedes reieen “Psicoterapia de la histe- ria’. hay una parte en donde se hace un relato de diferentes formas de funcionamiento del aparato psiquico. Cada forma. leyéndola detenida mente, responde a un determinado funcionamiento y a un determinadc lugar de! otro. Por un lado Freud dice, tenemos una estrueturacién del aparato psiquico lineal, cronolégiea, piensen en Ana O.. responde al tiempo de la hipnosis: se parte de tal fecha. una especie de aparato psiquico fecha bile. y se llega al punto del trauma, una linea cronologica. Alli el que esta del otro lado es el que hipnotiza. no se podria pensar en este lugar al analista, nada podria hacer el analista con una concepcion del relato en historia lineal La otra forma de organizacion. es la concéntrica. por eapas concén- tricas alrededor del niicleo patégeno, que. a medide que nos aprox: mamos, la resistencia adquiere terquedad. Esa concepcion de aparato psiquico es solidaria con otra técnica, con otro lugar. el de la sugestion. Ustedes recuerdan que Freud indicaba que para saltear. cruzar. en defi nitiva. esas capas hasta el micleo patogeno habia que poner la mano en la frente del pactente y sugerir que hiciera un esfuerzo para llegar a dicho JA 3 zoisames inainoar un comrapunto con una noion usual de na en donde 4g niicleo. Recién se puede decir que es cuando se plantea un aparato psiquico {en esas tres posibilidades que da Freud). como una red, con puntos de confluencia y dispersién, que se plantea decididamente en un dise- fo reticular, (recién leimos algo acerca del discurso amoroso): es decir, ciiando se plantea la asociacién libre, es cuando “alguien” puede estar alli en el lugar del analista y no de hipnotizador ni de suges- tionador. P: -Ademas yo. pienso que si hay discurso es porque hay al- guien que esta escuchando. ‘Si. pero la pregunta es, cémo estaba escuchando. y a partir de qué discurso se podia ubicar. Porque si ustedes hipnotizan a alguien para es- cucharlo, dificilmente pueden colocarse en el lugar del analista. Hay cier- ta consideracién de la resistencia. o mejor dicho. cierta desconsideracién, de la resistencia que ha de impedir cualquier lugar de ese tipo. P: gE] mismo discurso que atraviesa al paciente, al analizando. es el mismo discurso que atraviesa al analista? Desde cierto punto de vista. si. los dos estan bajo algo que los some- te, el lenguaje. Uno no puede decirle al paciente cuando le interprete: “Mire. yo le interpreté esto en este sentido. pero usted lo tomé en este otro. El hecho de decidir esa palabra con funcién interpretativa, expone a la palabra del analista a las mismas reglas de asociacion que esta ex- puesto el paciente. @ esos mismos rlesgos: “por qué adopts esa via. por- qué escuché eso” La interpretacién no es un dominio auténomo de la palabra del ana- lista. Por hoy. dejamos aqui, NOTAS: * Desde 1983 y hasta 1992 se dieté como Estructura Psicolégica In- dividual del Sujeto 1. Sin duda un verdadero collage, pero con un efecto conceptual y estético desagradable. 1) Para profundizar este punto es necesario remitirse a la segunda clase y a la bibliografia dada en la misma. principalmente el texto “Intro- ducctén a la Epistemologia Freudiana” de Laurent-Assoun. Capitulo 3. punto 3, dela primera parte y la “Conclusién” 2) Las materias del plan de estudio llevan una base nominal (e igno- miniosa) que pretende unificarias: Estructura Social del Sujeto: Estruc- tura Pstcolégica Individual del Sujeto: Estructura Biolégica del Sujeto. 3) En la traduceién de las Obras Completas de Freud. de Lépez Ba- lesteros. en vez de “lagunoso” aparece “incompleto”. CLASE 2 Sexualidad y lenguaje. Signo y significante. Clinica médica y clinica psicoanalitica. La metapsicologia... acerca del sentido y su funcionamiento. Uno de ellos. (en otra epoca nombrado como lectura “sintomal"). donde el texto no establecia ni la preexistencia ni la expresividad del sentido sino que nos conducia a un laborioso trayecto en red. a un paseo por las sobredeter- ‘minaciones y a un relevamlento de las transacciones. es decir. un traba- {Jo que aspiraba seguir el ritmo de las formaciones del inconciente. de} sintoma, Recuerden el articulo mencionado en clases anteriores. el ensa: yo de Foucault sobre “el autor": alli encontraran una disposicion de es los mismos elementos cuando se aproxima a la cuestion del “Retomo a” como figura de activacion de los textos fundantes de un discurso. Se puede oponer. les decia. con otro caracter de lectura. una lectura.de or- dien exegetico hermenéutico. Con esto queremos decir una lectura que supone un sentido preexistente, oculto en el texto. Ese sentido coéulto en el texto tendria “lectores autorizados” que los descilrarian ade- cuadamente. Histéricamente, la ortodoxia analitica se fue encargando de estable cer cuales eran los patrones de lectura de Freud. El otro criterio. que también puede correr el riesgo de hacerse ortodoxo. supone no una sus tancia de sentido preexistente. sino la posibilidad de que al ir confron tando los distintos textos. las distintas épocas. las distintas traduccio nes. los blancos en un libro de Freud, las cosas que Freud no dice pero gue aparecen recortadas. las cosas que con el tiempo. a partir de ciertos Indicios. se ponen a la vista. que estaba alli pero que sin embargo no se veia. Toda una serie de movimientos que nos permitiria pensar que el texto no se plantea como una lengua muerta, como un “esperanto” del pstcoanaliss. sino que hay alliun trabajo de produccién. una violen Cladel lector sobre el texto a partir de los recortes. las selecciones. las di recciones quetoma en su lectura. Esto supone entonces. no solamente un criterio distinto de lectura. sino un eriterio distinto del problema del sentido. Hoy vamos a trabajar acerca de eso. (* La primera parte de la clase alude a puntos incluidos en el progra~ ma,JEl punto C de la primera unidad se llama "Campo Freudiano: se 21 E: Ja problematica de la lectura es posible oponer dos criterios xualidad y lenguaje’. Este punto trata de poner el énfasis en lo que su- ponemos ordena el campo freudiano y nos ha de servir de puente para entrar en la segunda unidad Es lo que rige. por lo menos. en dos aspectos. Por un lado ustedes van a reconocer con el simple hojear las obras de Freud una tematica persistente en él: “Tres ensayos""Pulsionés y sus destinos". e] complejo Ge Edipo. la etiologia sexual de las neurosis. las perversiones. el fetichis ‘mo: un registro que alude directamente al orden de la sexualidad, Pero. en solidaridad con esto, lo que ustedes encuentran es*Psicopa tologia de la vida cotidiana’. plagada de lenguaje. “El chiste y su rela cién con el inconciente”, tambien inundade por el lenguaje. . el relato de los suefios. el relato de los casos clinicos. de lo que los pacientes dicen Es decir, hay toda una orbita que alude a como el lenguaje va a fun: cionar de un modo solidario con esta otra constelacin de la sexualidad. Sencillamente. todo lo que tiene que ver con el. problema del sentido. es decir del lenguale (por ahora io identificamos)..se lee en Freud anudado. invadido.por lo que es de la sexualidad, de la pulsion. del cuerpo er6ti- 0. Eso lo tienen que pensar ustedes como un nude... nudo freudiano. Loire moda de tluminar le cuestion hace a la forma que toma en Freud la consideracion de la sexualidad humana. Una sexualidad que. para ser humana. necesita estar determinada. articulada. enjaulada por leyes. por regias. esas reglas tendran ver con las estructuras del lenguaje. con estructura: muy generalmente. del orden de'los simboios. de prohibiciones. La sexualidad humana no puede entenderse sin esa arquitectura. sin estar atravesada por ese or den de prohibiciones. Alli también tienen a la vista. nuevamente. el nu do que recién comentabamos. Que el Edipo aparezca como estructura fundante, del sujeto. es casi el concepto que condensa esos cos ¢jes. Esta alli le sexualidad con la forma de un mito. esta la sexualidad ali con el imperio de los simbolos. ‘Ahi también el campo Ireudiano reafirma su identidad entre el lenguaje y la sewualidad En cuanto a la bibliografia. que ha de aparecer mas detalladamente ‘con el programa. la que corresponde a Ia primera unidad se refiere fun damentalmente al sueto de la tnyeccion de lrma v al primer capitulo de “Lo inconciente” de Freud. que se llama “Justificacién del concepto de lo snconelente’ Hay otros textos que conviene que tengan en cuenta. Dos de ellos por Jo menos los habiamos comentado. de los que hacen al punto A de la primera unidad: los dos capitulos del Seminario 2 de Lacan sobre el sue ho de la inyeccion de Irma y el articulo de Foucault “Qué es ser un au tor”. de la Revista “Conjetural". niimero 4. Dos textos de bibliografia complementaria que no habia mos mencio. nado: “E] descubrimiento del inconeiente” de O. Mannonl, los tres pri meros capitulos. y de Masotta, “Lecciones de introduccién al psicoanali sis". el capitulo uno. Paso a las dos unidades que siguen. En la segunda unidad se preten: 22 de establecer un nexo entre dos temas del psicoanalisis. Por un lado, Ja Metapsicologia. con la que queremos nombrar los siguientes conceptot la represién originaria. el problema del representante, de la represen- tacién-cosa, de la representacién-palabra, lo que hace a la diferencia entre necesidad y deseo, la cuestion de la vivencia de satisfaccion ‘como enlace y ruptura entre necestdad y deseo: todo un grupo de_con- ‘ceptos apiiados alrededor de lo que habiamos definido como metapsico- logia. de esos tres niveles. lo econémico, lo tépico y.lo dindmico. En definitiva, se trata de ver qué es el aparato psiquico a partir de esos con- tos. "La idea seria. no identificarlo a una zona de abstraccion. que es pro- blamiente el prejuicio que pesa sobre la metapsicologia. sino tratar de producir una lectura de la metapsicologia infiltrada por la tematica del Edipo. Es decir. plantear cémo se hilvana la constitucién del sujeto a través de la estructura edipica y la represién originaria en tanto aconte- cimiento fundante del aparato psiquico. Plantear de qué forma se puede anudar la experiencia de satisfac- ‘ton, la constitucién del deseo con la zona del narcisismo, reubicada por Lacan en el primer tempo del Edipo. Ver como pueden entrar por el mis- mo riel_los fantasmas originarias que. como saben. coinciden con las e!- catrices del Edipo: los tires fantasmas originarios no son sino otra forma “de indicar Ia estructura del Edipo: seduccién. castracién, escena prima- ria, Por el acceso de la transferencta, poder situar en qué consiste la cli- nica psicoanalitica a diferencia de la clinica médica. Ver alli la relacion que puede haber entre el sufrimiento y el goce como una dimension par- cular de esa clinica. Y establecer. de algin modo. las cuestiones éticas inherentes a las practica psicoanalitica. inherentes al deseo. Lo que interesa subrayar hoy. tambien con el objetivo de la introduc- cfén, de que consigamos una especie de vista aérea de los problemas del psicoanaiisis. es la constelacién de problemas que alberga el lenguaje. En Ia reunién anterior habiamos quedado con el sueho de la inyec- cién de Irma (*)y alli habiamos mencionado. en un punto, lo que hace a Ja puesta en funcionamiento de la condensactén y el desplazamiento y en la asociacién de Freud del término “propilenc’. Al final del suenio Freud establece el nexo entre propileno - después hay un agregado en el capitulo sets - y el término “propileo”. que lo remitia a ciertos pérticos {que él habia encontrado no sélo en Atenas sino en Munich. Alli conecta este término con el amigo que le garantiza. que lo autoriza. que lo dis- culpa de su transgresién: con Fliess. En Munich lo habia atendido a Fliess y éste estaba en estrecha relacion con la formula final del sueio. con la trimetilamina, Era una formula que lo conectaba a Fliess. ustedes recuerdan. porque desde alli aparecia el vector sexual de todo el suefio, la trimetlamina como un componente quimico de la sexualidad, que pa- recia explicar el drama. el vértigo del descubrimiento del inconctente. (() Falta en las desgrabaciones. Enlazar a través del propileo a Fliess, segiin Freud, era poner en el 23 suefo el grupo de asociaciones que le daban razén a su descubrimiento dela etiologia sexual de la neurosis. Pero el propileo derivaba del propileno y éste habia nacido del olor de ese licor bastante horrible que le habia regalado Otto. desde donde sur- gian las criticas mas severas, el que le habia communicado lo mal que an- daba Irma. Freud indicara que en esa palabra, propileo. se juega una conden- sacién, una transaccion. Alli se recubren. entran en interseccién. la 6r- bita de Otto con todo el grupo de acusaciones, de sanciones. y la érbita de Fliess, que le autoriza el privilegio de la sexualidad como razén de las neurosis. Esa condensacién en esa palabra supone algo del funcionamtento del Jenguaje. Alli nosotros habiamos dicho junto con la férmula escrita, la trimetilamina, es0s tres carbonos con los tres hidrégenos, que se revela- bba como Ia arquitectura tltima del suefio. En ese punto habiamos leido una cita de Lacan en donde la idea que era desde alli desde donde Freud Podia hablar sin culpa, Lo que descubria el ineanciente era eaa firma alli donde ya no hablaba él. era eso que estaba escrito, trimetilamina, provenia desde un lugar impersonal. Lacan sefala que hay alli algo que esta en Freud pero que est mas alla de Freud. y ubica en ese escrito de Ja formula, en esa escritura, al inconciente. Distingutendo asi al yo del sujeto del inconelente. ‘Tanto por el lado de la formula, de esa escritura. como por el lado del propileo, pondremos el acento en la pregunta acerca de qué funciona- miento de la palabra hay alli para que algo del inconctente haga su apa- riclon. para que algo del inconciente produzca una ehispa. En la formu- Ja hablo no se sabe quién. este Otro, del que esta hecho Freud pero que sin embargo no es el yo de Freud. 1 lomo punto de ingreso podemos tomar la revision que produce Lacan con respecto al signo de F. de Saussure. Ustedes saben que Ferdinand De Saussure es un linguista que la historia colocé en el lugar del fundador del estructuralismo. De alli La- can toma estas nociones de signo, las toma y evidentemente las defor- Entonces, cuando nosotros nos preguntamos acerca del lenguaje nos vamos a preguntar no por la informacion sino por cémo se va a producir el deseo a través de ese lenguaje subvertido. Nuestra pregunta es diferente, radicalmente. a la del linguista. De alli que se puede empezar a explicar ese cortocircuite que vamos a mostrar entre el signo De Saussure y el signo de Lacan. Es un modo de aproxi- 24 marse a los problemas del lenguaje y, de un modo mas amplto. a los pro- blemas del sentido, es decir. a eso que el psicoanalisis fue poniendo en tela de Julcto, escuchando sus pacientes. Alli ustedes en el pizarrén tlenen cuatro graficos. Separenlos de a dos. a la izquierda y a la derecha. El de la tzquierda es de Lacan y el de la derecha de F. De Saussure. En el primero se lee: Caballeros - Damas. dos barras. y abajo dos puertas gemelas. Abajo de éste se lee: Significante (el signo de la diferen- Cia). “no es igual a*, otro significante. Debajo de la barra. significado y significado. En el dibujo: el significante. - la diferencia con otro signifi- cante - y, abajo. significado y significado. El otro dibujo, el del arbol (un arbol rodeado por una elipse) y dos fle cchas a los costados. una para arriba y otra para abajo. El dibujo de aba- Jo. el slgntficante. la barra. y el significado. Convendria que a éste tam: bbién la hagan la elipse y las dos flechas. yoo oO oO ie 1 f PPP Comencemos por el de la derecha. Para explicar la significacién pro- duciéndose en la relacion de las dos caras del signo, tiene que formali- zarse con la imagen aciistica (arbol) y la imagen conceptual (el significa- do. La relacién entre esas dos caras ha de productr la significacion. ‘Ahora bien, De Saussure agrega otro aspecto: diré que para entender l problema de la significacién no nos sera suficiente la relacién entre significante y significado. sino que vamos a tener que tomar también una relacién horizontal. de varios signos. Da el ejemplo de una moneda que puede cambiarse por determinadas cosas. pero. para saber el valor de una moneda tenemos que incluirla en el sistema monetario. en una correlacién de monedas. y comparar estos cincuenta pesos con estos cien pesos. 0 sea que no ha de ser suficiente una relacién vertical sino que va- mos a necesitar de lo que se conoce con el nombre de “valor” del signo lingiistico. Alli ustedes tienen junto con la idea de significacién. con la idea de valor. de signo. la idea de que tanto el significante como el significado son entidades materiales. podriamos decir. cast sustanciales. 25 Podriamos ubicar todo un grupo de significantes. todas las palabras que se nos ocurran, pero también deberiamos ubicar todo un grupo de significados. Esta Idea del significado como algo material. como algo pasible de ser agrupado. es la Idea que estalla en el contrapunto que Lacan establece ccon respecto a la generacién del sentido. Estalla de la siguiente forma. En Lacan no aparece la intenclén de oponerse a De Saussure. No, Lacan toma a un signo. y en el trabajo so- bre ese signo, en el interior del campo del psicoanalisis. comlenza a fun- clonar de otra forma. ‘Uno podria recordar como se “tradujo" al espafol el titulo del Escri- tos 1 de Lacan. hace muchos aftos. Se lo titulé asi: “Lectura estructu- ralista de Freud”. Y se lo tituld asi equivocadamente. porque la lectura estructuralista de Freud seria tomar este signo y leer y operar con este signo. en la érbita del sueno. en el orden de la “Pstcopatologia de la vida cotidiana’. en el inconetente freudiano. a la manera de un modelo. El es- tructuralismo modelaria asi al inconciente freudiano. El titulo deberia ser exactamente al revés: “Lectura freudiana del estructuralismo". La “herramienta” es “Psicopatologia de la vida cottdiana’. todos esos, "ejemplos" que da Freud. sobre el signo de F. De Saussure. ¢En qué es- tado va a quedar el signo de F. De Saussure? Con el sueio de la inyec- ‘in de Irma. con el ejemplo de Signorelll. de Boltrafito. con esos relatos. zcémo vamos a poder entender el estructuralismo de Saussure? Por empezar. con los graficos. con ¢s0s signos. tenemos una especie de efecto parédico. casi burlén. porque cuando nosotros decimos “Caba- eros" y ponemos una puerta. y decimos “Damas” y ponemos otra puer- ta, si nosotros queremos entender en qué puerta debemos ingresar. ten- dremos que poner atencién en la cara superior solamente, estable- cer una conexién alli, porque si dependemos de la conexién verti cal nada podriamos sacar. El signo, en si mismo, es una respuesta nula. Alti dependemos de un efecto de la diferencia de los signift- cantes. En ese ejemplo el significado se convierte en un efecto de la dife- rencia de esos dos significantes. Sin esa diferencia no podriamos saber rningan significado. Esto nos lleva a direcctones distintas de las que nos conduciria la lin- gaistica, En primer lugar. el significado no seria una instancia positiva. .Qué quiere decir eso? No elevar el significado como aquello que nos da la sensacién de encamar la Cosa, de que en él se consolida el Ser. se onto- logiza el Lenguaje. Como lo historiza Foucault en “Las palabras y las co- sas": “La tarea fundamental del “discurso” clasico es atribuir un nombre a las cosas y nombrar su ser en este nombre. Durante dos siglos, el discurso occidental fue el lugar de la ontologia”. La Cosa encuentra, en el artificio del verbo “ser” un sustituto que la proton: 92, imagindndola en el significado y nomindndola en el significan- te: el signo es alli el desarrollo externo de lo Real. Existe un ejercicio lingiiistico. bastante conocido, consistente en el 26 intento de definir exactamente un objeto. El Diccionario es en ese alarde tuna verfladera institucién del fracaso semantico. Podriamos recorrer to- das sus paginas. con todas sus definiciones y. de las cosas que ama- rran el mundo, del “cuerpo” unfvoco del sentido sélo obtendremos una remisin incesante. Evoquemos el efercicio, cast el Juego, que consiste en poder escuchar que cuando decimos, por ejemplo, diario, para asir con él cierto tipo de objeto. la fragilidad denotativa de la palabra nos expone al abanico de desvios (en principio los que ya convencionalmente se alojan en la len- igua) que pendulan desde “la salida diaria del sol” hasta llegar al periédi- Co. pero con él. si queremos reforzar esta cuerda. apelaremos al matuti- no y podremos llegar al Clarin. a La Capital. etcétera, donde la cosa ya se empeora. En el recorrido de sinénimos forjaremos una significa- cién pero perderemos lo Real. La Cosa se resiste a la cobertura de las palabras. Como lo escribe Borges: “es el hecho de que nadie crea en la realidad de los sustantivos lo que hace paraddjicamen- te, que sea interminable su ntimero”. Entonces. la idea de este ejem- plo del diario, el periédico. el matutino. el Clarin y lo que se les ocurra. apunta a damnos de un modo bastante patético y evidente la sensacion de que desde el orden del lenguaje no podemos atrapar la Cosa, la Cosa en tanto Real: el significado ha de ser un efecto de la diferencia de signi- ficantes y nunca una sustancia que nos permita encapsular al referente ala Cosa Real. Sélo obtendremos el perimetro de un hueco. La idea seria, desde ese punto de vista, que el lenguaje no funciona de un modo nominal. Qué quiere decir esto? Que no tenemos la Cosa y Ia etiqueta de la Cosa. el nombre. No tenemos tampoco las cosas con un sentido interior. preexistente a las que les ponemos un nombre sino mas bien que a partir de los nombres vamos recortando lo real, hacemos des- cifrable lo Real. lo arrancamos de una suerte de amorfo puro. en donde se moveria “antes” de ser nombrado. Lo Real. antes de ser nombrado, aungue perturbe. no es. (Perturbacién que nos preserva del idealismo}. Hay siempre algo que. en esta perspectiva del lenguaje. nos previene contra cualquier recaida en la drbita de la omnipotencia del lenguaje. Nunca el lenguaje puede atrapar lo Keal sino que stempre persevera un obstaculo. una zona donde el lenguaje no podra morder. siempre habra. en los términos de Freud, un ombligo del sueio. un limite. El lenguaje recorta. funda lo real, pero no lo cubre. no lo hace trans- parente, siempre lo dira a medias. Piénsenlo en un sentido mas clasico: la postura heiddeggeriana o los ejemplos antropolégicos de Heiddegger, que es una teoria del lenguaje que pesa en Lacan y en el psicoanalisis. Podriamos decir que esta silla gue hoy en nuestra cultura tomamos como una silla, a partir de los sim bolos que le dan esa condicién. si la arrojamos en medio de una tribu del Matto Grosso se puede convertir en un totem, como en cualquier otra cosa. Ha de ser el montaje de simbolos que posibilita que ese real de Ja silla se instituya, El aparato de los significantes. del sentido (por el ‘momento usamos términos un poco generales), que apoderandose de 27 eso, le confiere existencia. Desde ese punto de vista, entonces, subrayaria varias caracteristicas gue hacen al lenguaje, que le dan al lenguaje una especie de poder es- tructurante. En primer lugar la diferencia. No podriamos ingresar en la interpreta- clon de un sueno sino a través de las diferencias que se producen entre luna palabra y la otra, entre una asoclacién y la ora, entre un término y lotro. La secueneia discursiva, los pliegues de la palabra que en su vacila- clon. en su incertidumbre, produce diversas significaciones y. en el me- Jor de los casos, significaciones nuevas. Por otra parte. la caracteristica transindividual del lenguaje. Con esto queremos decir que la estructura del lenguaje funciona en una direccion estrechamente vinculada con la prohibicién del incesto. también del or- den transindividual. La prohibicién del incesto es una estructura (des- ues veremos en qué sentido decimos estructura, pero anticipemos que Ro se apoya obligatoriamente en lo atemporal) que ha de ser condicion fundante y determinante del sujeto. Lo mismo en cuanto a los fantasmas originarios. Son originarios segin Freud porque poseen la universalidad de lo transindividual. Freud los nombré con lo filogenético. Convendria pensar que es del orden de la lengua. porque esos fantasmas originarios se transmiten la cultura. a partir de la novela familiar. a partir de esas condiciones que estan a la espera y que envuelven los nacimientos y la ‘edstencia, Alguien nace ya siendo hablado por una lengua. siendo fantaseado por los duendes de esa novela familiar que habita en los padres, siendo tocado por la prohibictin del incesto, mediada por esa novela, edipica 2 lenemos entonces diferencia y transindividualidad. Conven- dria sugerir, aunque no se entienda muy bien por ahora. lo que toca al lenguaje por el costado de la pulsion. supongo que ya tendran los oidos acostumbrados porque es una muletilla que se usa co- Udianamente: la pulstén no tiene objeto. Voy a tratar de decirlo de la forma mas sencilla posible porque nos estamos anticipando a clertos temas. La cuestién seria asi: si la pulsion a.diferencia del instinto no tiene un objeto predeterminado para la satis- faccién, no hay un encuentro arménico con el objeto conventente: se fa brica asi un calidoscopio que va de lo homosexual a lo heterosexual. a un pedazo de tela en el fetiche (0 como lo muestra Woody Allen). a las “postbilidades” de la zoologia y seducirse con una oveja. Si tenemos esa cantidad de matices inherentes a la sexualidad humana: si eso nos em- Puja a pensar que la carne del objeto no se hace del instinto sino de otra 28 cosa ... bueno. de qué se hace? Se hace del orden del simbolo. Bs lo que nos determina de qué forma intentaremos llenar el blanco del objeto. lo que nos determina de qué modo intentaremos cubrir e inventar algin objeto para ese objeto para ese objeto en hueco, no garantizado de la pulsion. ese objeto que falta. Lo que nos determina tendra que ver ya no con el orden estricto de la pulsién sino con el orden de los representantes, con el orden de los sim- bbolos. del lenguaje. Un fetiche se construye a partir de simbolos. a par- tir de sustitutos. El lenguaje, viene aqui a suplir lo que en la pul- sién falta. Eso es lo que quiero subrayar. Fl lenguaje tiene con res- ecto al sexo una relacién de suplencia: lo que falta en un lado, y precisamente porque falta en ese lado, es que aparece el dispositi- vo del lenguaje. Si aili no faltara, si la pulsién se satisfaciera, si estuvieramos justamente en el campo del instinto, dificilmente po- driamos hablar, dificilmente podriamos contar chistes. Desde ese punto de vista, la sexualidad no se expresa por el lenguaje. Con esto quiero decir que eso que esta en la sexualidad no aparece ex- tendido positivamente del lado del lenguaje. Esa seria la definicién de fantasia en Klein: la fantasia. exptresin mental de los instintos: vamos de las pulsiones. de los instintos (en la definicion se confunden estos términos). al registro de las fantasias: lo que esta en un lado ahora lo encontramos exactamente igual pero en otro lado. Esta idea. insisto, es compleja, la vamos a repasar. la vamos a ver mas detenidamente cuando veamos la relacién entre pulsién y represen- tante. Esta idea, desde Freud y desde Lacan, no seria de exprestén, sino que, porque falta en un lado es porque esta lo otro. Seria de suplencia y no de expresién. Entenderemos mejor mas adelante. Haganse la idea de que fundamentalmente el lenguaje sera la forma que se le ofrece al suje- to para satisfacer lo que no se satisface en el orden de la pulsién. lo cual no quiere decir que se satisfaga a través del lenguaje. Estamos ya deci- didamente en el orden de los sustitutos, resueltamente identificamos sustitutos con este montaje de lenguaje, y lo que involucra la teoria del inconciente freudiano. Ustedes saben que para Freud los suenos. los lapsus, los sintomas, las lagunas del discurso. son sustitutos. Decir sustitutos es identificar un terreno marcado por el orden del lenguaje . Esto quiere decir lo si- gulente: que el psicoanalisis no se va a plantear en un funcionamiento del lenguaje que encuentre su clave en la comunicacién. No se va a tra- tar de que se le “informe * al analista lo que padece o siente, No se trata de preguntarle al paciente por sus representantes, que exprese sus re- presentantes, sino de hacer hablar a esos representantes para ver de qué sujeto se trata. de preguntarles a los representantes. a los sintomas. por ese paciente. No se trata de comunicacién porque lo que hace girar el analisis es justamente el malentendido. Es justamente esto que repen- tinamente se toma distinto de cémo se habia querido decir. Es eso que se ordena en un chiste. es eso a lo que el lenguaje animal no puede dar cabida. Tenemos el lenguaje animal y tenemos el lenguaje animal de los 29 humanos. el esperanto. una lengua artificial, una especie de lengua pre- fabricada para que todos nos entendamos. Una lengua que murié antes de nacer. . E] lenguaje nos da posibilidades de que se produzcan esos fenéme- nos que el psicoandlisis privilegia, los malentendidos. los contrasenti- dos, las connotaciones. toda esa zona infectada por la vacilacion, por la ambigiedad. por lo impredecible. por lo no calculable. Zona de fastidio para el esquema lingiistico de la comuntcactén. En psicoanalisis no se trata de la comuntcacién, de un emisor y de tun receptor que comparten el mismo cédigo (ese es diagrama para la co- municacién). sino que el receptor. el analista. tiene que estar en un lu- gar que dé posibilidades al emisor de recibir st propio mensaje en forma finvertida. Una frase, por la forma en que sera escuchada, por el lugar ‘en el que se coloca ese otro que es el analista, por el modo en que va a acentuar una palabra o cortarla, por la conexién con otras cosas que ese mismo paciente dijo, ha de posibilitar que ese mensaje retorne, aunque ‘ya quebrado del sentido intencional que lo dirigia. Un paciente que diga 7M excitan las fotos de una mujer bien dotada en pelotas”. Hay alli cier- tas puntuaciones. comenzamos a escuchar qué pasa con “una mujer bien dotada en pelotas”, qué sucede con una mujer que nos puede hacer suponer algo en otra resonancia. Una “mujer bien dotada en pelotas” no estaba en el querer decir del paciente sino que retorna y puntia de una manera diferente. ese significante, esa palabra mujer. De fotos de una mujer pasamos a preguntarnos alli qué pasa con el registro de la mujer ‘que surge a través de esa puntuacién, qué pasa con las mujeres a las que este paciente exije que tengan pelotas. Les digo entonces esto. que no sélo nos permite considerar que se trata del derrumbe de la comunicacién sino que nos permite suponer que una cadena significante (tendriamos que pensarlo ahora con la frase fen cuestién) ira tomando posiciones, en cuanto al sentido, de una ma- nnera no lineal. Digamos. el sentido de “me excitan las fotos de una mujer 1.7, ese sentido se instala_recién después. cuando se puntie el final de ja frase. Existe un diagrama de Lacan que puede ilustrarlo. s? En esos dos vectores. el primero. el que va de la izquierda a la deve- cha. lo consideramos el de la frase: y el segundo, el que retorna en una curva, de derecha a tzquierda. y que corta al primero lo podemos enten- der como la puntuacién de esa frase. El lugar. la significacion que adop- taré el primer significante, la primera S. se va a generar recién cuando retomne desde la segunda S' . 0 sea, recién cuando situemos alli “en pe- lotas”, aparecera este segundo vector que coloca la significacién de esas primeras palabras. La significacion depende de una cadena y de la forma fen que esa cadena se articula en un tiempo. porque aqui necesitamos i- rremediablemente. de un determinado tiempo para poder ajustar la no- cién de inconciente y la idea de interpretacién. Este tiempo que esté marcado por estas dos lineas. la primera de an- ticipacién. en donde se enuncia la frase. y la otra de retroaccién. se fun- da a partir de Lacan con el nombre de tiempo légico: concepto que ha- bria que argumentar bastante y argumentar por qué Lacan habla de tiempo. No es el trabajo de hoy. pero lo que si podemos sugerir es que ‘ese tiempo esta recorriendo toda la reflexién freudiana. Yo diria que sin ‘esa nocion de tiempo que ahora vamos @ ahondar un poco mas. no en- tenderiamos nada del psicoanilisis. . Por las siguientes razones: st bien en Freud no aparece conceptuall- zada esa nocién del tiempo. aparece dicha: aqui tenemos un funciona- miento del tiempo distinto a la nocién de tempo que estamos acostum- brados a pensar. distinto a la nocion de tiempo cronolégico. lineal. de antes y después. de pasado. presente y futuro. Lo vamos a encontar en el acto de la escritura de Freud. en como Freud va estructurando. modelando sus conceptos. En todos los con: ceptos de Freud reencontraremos el problema del tlempo. Piénsenlo como una especie de primer ejemplo bastante claro. ya desde la teori del trauma, Ustedes saben que la teoria del trauma tiene varios momen- tos antes de ser “reemplazada” por la teoria del fantasma. Inclusive po- driamos pensar que la teoria del fantasma no reemplaza absolutamente a la teoria del trauma. Podemos pensar que la légica del trauma, que va- mos a tratar de comentar ahora, ha de persistir en la teoria del fantasma yen muchos sectores de la obra de Freud. En un principio Freud identificaba al trauma con el suceso. con el hhecho empirico: lo traumatico lo situamos alli. Aquel hecho donde esa nif fue seducida, se vié “violada” por un adulto: la masturbaron, le hi- cleron cosas que no estaba en condiciones de tramitar y en ese aconteci- miento se produce la ruptura del equilibrio, de la homeostasis de su aparato psiquico. Ese exabrupto energético es lo que Freud denomina trauma. Ahora bien, rapidamente Freud empieza a distinguir dos tiempos en el trauma y empieza a decir: esas cosas de las cuales habla la histérica de lo que le han hecho, esas cosas que sittia en algiin momento de su vi- da, que las recorta muy empiricamente: - acaso alli vamos a situar el trauma? Y Freud diré que no, que el trauma lo tenemos que colocar re- cién cuando a partir de la reminiscencia, ese hecho cobra vida psiquica. 31 Si la seduccién o la masturbacién se registré en tal momento, en tal fe- cha (plénsenlu cone qulerant puryue se vaut a dar cuenta que e90 €9 lo mas contingente). el valor de ese hecho lo va a adoptar por la forma en que esté combinado posteriormente. Si ustedes quieren, para hacer el ejemplo mas sencillo, cuando ese heché se transcriba en el campo del Edipo y cobre, aquella masturbacién por parte de un adulto, una dimen- sign fuertemente incestuosa. El hecho en si ha de quedar perdido. lo unico que va a considerar Freud es la reminiscencia. Es mas. con lo tinico que podra instalar una escucha® en el modo en que es formulado ese recuerdo en el momento del sintoma, en el momento en que ¢s relatado. en el momento en que es sofado, Lo traumatico esta en el segundo tiempo. es aquella reminiscen- fa. Dira en definitiva, la histérica sufre de reminiscencias. Entonces, tenemos dos tiempos, pero tenemos la determinacién retroaetiva a partir del segundo tiempo. Tenemos alli una nocién del tiempo para nada cronolégica. en absoluto causal, sino rotundamente cireunscripta en esta cadena retroactiva de anticipacién y retroaccién. Esto ustedes pueden tomarlo al modo de un atomo légico v pensar muchas zonas del psicoanalisis que. como les decia. involucra a la aso- ciacién libre. a la teoria del trauma. al sintoma. en definitiva a Ia teoria del inconciente. Porque vamos a ir pensando que este inconeiente no es ta hecho en algiin lugar. en clerta zona infantil y que se expresa ahora. sino que el hecho de que este inconciente hable en este acto constituira cen él su vigencia. No es contingente que alguien hable para dar cuenta de su inconciente. Esto es absolutamente nuclear: el inconciente se po- nne en acto y en este acto se constituye. Si no se habla no poctriamos plantear la existencia del inconciente: la represién. la condensacién. el desplazamiento. El inconciente es la puesta en acto de esa memoria. Pe- ro no una memoria que tendriamos que envolver o colocar en un recep- taculo. Cuando veamos el articulo “Lo inconciente” de la metapsicologia. trataremos de ahondarlo. de rasparlo hasta sus consecuencias clinicas. Fundamentalmente. cufdarnos de pensar al inconciente como una cap- sula sustancial: tratar de ver en cambio cémo se juegan las marcas. las anticipaciones. la memoria y el relato, esa especie de destiempo. 3 significante podremos establecer discriminaciones entre lo que es la medicina y lo que puede ser la psicologia. El funciona- miento del significante en el saber médico no ha de ser el mismo. que en el orden del psicoanalisis. Cuando planteamos la relacién de los sinto- ‘mas con la enfermedad. posee en este caso la consistencia del significa- do, no ha de prevalecer la connotacién, o la multiplicacion del sentido ‘que caracteriza al psicoanalisis, En el campo del saber médico reconoce- 32 D: acuerdo a cémo nosotros conetbamos el funcionamiento del mos también el problema del significante pero de otra forma. En primer lugar. yo les decia. cuando pensamos la naturaleza de ia enfermedad en medicina surge un acompafamiento biunivoco entre la cadena de los, significantes y la cadena de los significados. Por ejemplo. determinados sintomas. la tos, el dolor tzquterdo en un pulmén, problemas al respirar esos significantes seftalan la pulmonia: un miicleo de sentido, el orden de los signos con clerta transparencia. Para el saber médico los sinto- ‘mas son significantes que ponen en escena, de un modo muy visible, los significados. Los sintomas son la via para hacer visible lo invisible y con ‘esto quiero decir que alli lo que dirige al significante. en la medicina. es ‘el ofo, la mirada clinica: el trayecto en la historia de la clinica médica. que va desde una capa de signos denotativos del cuerpo enfermo. pasan- do por el auscultar, el palpar como “miradas" opacas mediadas por el oi- doy el tacto. pero que busean en iiltima instancia el dominio del ojo: lle gando finalmente a la posibilidad de abrir los cadaveres para mirar en ellos. en la muerte, la verdad de la vida. ‘Con el tacto, con el auscultar. lo que se queria era mirar. rendirse al Justo lugar de la mirada como estructurante del gaber mismo. y eso su- pone un funcionamiento distinto del significante. En medicina esta estructura semiolégica (la semiologia, el saber sobre el sintoma), esta estructura semiolégica es externa a lo que se esté estudiando. Quiero decir lo siguiente: son enfermedades lei- das desde el cédigo de los significantes: un montaje formado con es- tos cuatro sintomas que remiten a tal significado. a tal enfermedad. Es un modo de leer el cuerpo enfermo. Yo tomo ese codigo. ese eequema y leo el cuerpo. La enfermedad no tendria nada que ver con esos sig- nificantes, es un modo de operar, de leer. Y la terapéutica en su base tampoco va a tener que ver con esos significantes. En el peicoandlisis la enfermedad estd hecha, su misma tela, su sustancia si se quiere, esté hecha de lenguaje. El enfermo esta alli enfermo del aparato de simbolos. Puede resultarles raro escuchar ‘que esta enfermo de lenguaje. El enfermo est en esa misma tela con la que se lo escucha. O sea que eso que se pone en marcha en el trabajo lanalitico, escuchar esas palabras. esos significantes, de eso mismo. es de lo que esta hecha ese enfermedad. La relavion entonves e bastante distinta. Me gustaria que nos dediquemos ahora a aclarar cosas que quedaron pendientes. Pregunta.: -Vos dijiste algo asi como que al inconciente habia que pensarlo no como un receptéculo con sustancias. De qué manera tendri amos que pensarlo? También habia dicho, para ampararme, que esa cuestion tiene cier- to punto en el programa muy especifico. pero sin embargo no quiero que renunctemos a la pregunta. cuando yo me referi a sustancial me referia por lo menos a dos cosas. Por un lado, a no situar el inconciente en tér- minos de un tesoro de Imagenes. atin del cédigo. como una habitacion ‘que retiene en si un grupo de imagenes. un grupo de significados. No pensar que la interpretacién es descubrir el sentido oculto, que nos lleva al mecanismo de la traduccién, nos lleva a que todo lo alargado es pene y todo lo agujereado es vagina. aunque haya tradueciones mas sotisfica- das. Eso por un lado, Por otro lado. una cuestion que esta en Freud (las dos estan en realidad en Freud). la tépica. La idea de topica alude a una teoria de lugares. A ese esquema del capitulo siete de “La interpretacion de los suefios” en donde Freud divide el aparato en lugares y a cada lu- gar le adjudica un funcionamiento. es decir. un sistema. La idea de tépica es imprescindible. para Freud y para nosotros tam- bién. para permitimnos construir la nocién de un aparato psiquico dividi- do, para darle una realidad mas fuerte. el inconciente no puede ser di- suelto. tragado por la duracién-conctencia. Freud le quiere dar una re alidad tan positiva como al preconciente y al conciente. y una de las me- Jores formas de hacerlo es plantearlo en una teoria de los lugares virtua- les. de esas cosas que estan alli pero que no estan. no estén de un modo real, no estan en el cerebro. pero se pueden localizar: ahi tenemos un sistema. Entonces lo dibuja ‘Ahora bien. eso no podriamos divorciarlo de lo econémico y lo dina~ mico. no podriamos entender la t6pica separada. Si cargamos excesiva~ mente las tintas en la topica vamos a recaer. a volver a introducir la idea de un inconciente como receptaculo, una habitacion repleta de presen clas. La regresién seria alli un “regresar a” un lugar y un tempo. Cuan- do. en realidad. la regresién es un “regreso de” estilos. de palabras. cier- tos retornos. puntos de traspié en la vida del sujeto. Si bien en el sujeto hay una historia de marcas. esas marcas no tienen un sentido preexis- tente y, segundo. sin que sean cargadas. sin que sean activadas. habla- das. rio podriamos saber nada de ellas. Es mas. no estariamos frente a la _existencia de lo inconeiente sino ‘cuando se plantean por lo menos. dos cosas: una. que sea una combina- cién de elementos sin sentido previo: la marca. la huella. esos significan- tes. y no en el “significado inconciente’. pero que por combinacién pro- ducen una significacién nueva y no un sentido que ya estaba cocinado en la “etapa’ infantil. Y. ademas. ese relato siempre va dirigido a otro. sin el otro que escu- cha ‘no podemos plantear el inconciente. Y que lo escucha de determi- nada manera. porque si alguien escucha desde el nivel comunicacional dificilmente podra instaurar lo inconciente. Si lo escucha como lo escu- charon siempre 0 lo escucha como lo escuché mama, entonces entrara en el mismo circuito de comunicacién que confabulé lo imaginario del sintoma. Debera escuchar desde otro sitio. Ese otro sitio es inherente a la nocién de inconciente. esta hecho de la misma pasta: no podriamos separar el inconciente de ese Otro que escucha: el analista s parte del concepto de inconciente. De acuerdo a cémo esté ese Otro situado para escuchar. de acuerdo a cémo se construya ese Otro al cual va dirt- do mi mensaje, podra producirse o no algo de lo inconciente. No es la actualizacién aristotélica, algo que estaba y que se po- ne ahora en acto: ese acto no es contingene con respecto al incon- ciente. A saber. que alguien lo diga. que alguien produzca un sintoma. 34 no es accesorio para que se plantee la estructura de lo inconciente. P.: Vos dijiste que no se podia identifiear al lenguaje con lo sexual y que en el lenguaje aparecen expresiones de deseos sexuales. {Como se podrian diferenciar estas dos ideas? -Yo traté de aludir a que en el campo freudiano tenemos dos efes: Jenguaje y sexualidad. que se anudan. que no son excluyentes pero que son diferenciables. Cuando digo sexualidad me refiero fundamentalmen- te a la cuestion de la pulsién. el cuerpo erético, pero que ese cuerpo ‘erdtico no ingresa en el aparato. al orden de lossignificantes. no ingresa plenamente. Esto quiere decir que para que la pulsién meta su cufia en el aparato necesita de un agente que la represente. de un mediador. Concretamente. Freud dice que no podemos hablar de pulsiones incon- Gientes. de pulsiones reprimidas. Lo reprimido. lo inconciente es el re- presentante de la puisién. La pulsion esta alli en el limite. no entra en el aparato. esta en la frontera del aparato. insistiendo. De esa insistencia. de esa carga. nosotros vamos a tomar por la via del representante. que tes lo que se inviste. y lo que trata de dar cuenta de la pulsién. El repre- sentante suple la falta de objeto de la pulsién. toma la insistencia. el ‘empuje de esa pulsién. pero lo toma ya en el orden de los representan- tes. en la dimension de los destinos. Ya en ese campo tenemos que pensar que la puisién es una historia, una novela: que esa pulsién ha de estar tramada. sometida por los hilos de esa novela. El cuerpo erético se ira moldeando. marcando en puntos voluptuosos a partir del tejido de la novela. de los fantasmas del lengua- Je. se anudan: pero uno sefiala algo que esta mas alld del aparato o en el limite y lo otro es. fustamente, el aparato psiquico afectado por un mas alla, Debemos observar qué quiere decir Freud cuando dice’la pulsién es ‘un concepto limite entre lo somatico y lo psiquico”. Con esa localizacién introduce una diferencia: la pulsién no es expectante del orden de los re- presentantes. Los representantes son también la sexualidad porque re- presentan a la pulsion. pero aqui es indispensable incluir el termino de- ‘seo. El deseo. aunque emisario de la pulsion. ya es del aparato psiquico. La pulsién es eso que esta en e! limite: cuando nosotros decimos que el ‘suefio © el sintoma son realizaciones de deseos. como se realizan, cémo se cumplen esos descos? Se realizan 0 se cumplen con representantes: con propileo en enlace con amilo y con propileno, con esos elementos ‘se constituye el deseo. Hablar de deseo ya es hablar de la sexualidad en el campo de lo sim bilico. A diferencia de pulsién. que es hablar de la sexualidad en la fron- tera del aparato. 1a sexualidad como aquello crudo. insistente. desnudo y. fundamentaimente. con un elemento que es un agujero. Insisto, tu pregunta me lleva un poco a eso. trato de aclararlo en lo posible pero ne- cesitamos ir un poco mas adelante. 35 4 -Con respecto a esto de la comunicacton, cémo se maneja la verdad en el ambito psicoanalitico. en esa relacién donde el que recibe el mensaje es el-mismo sujeto que lo emitis, pero esta puntualizado por el analiste? “Tu pregunta parece plantear de qué forma se puede manejar la ver- dad en el contexto del psicoandlisis. desde dénde se parte en la idea de mensaje invertido, que el emisor recibe del receptor su proplo mensaje en forma invertida, a saber. puntuado de un modo distinto, produciendo tun descentramiento de la significacion. Me conformaria con dar una respuesta en negativo, por ahora. es de- cir, la verdad que no es la del psicoandlisis. Esta verdad, que obviamen- te responde a la interseccién de la verdad con el deseo. no es una ver- dad pensada en los términos clasicos o positivistas (para dar una sola referencia): la armonia entre el sujeto y el objeto. Qué es una verdad? Poder establecer una idea, llevarla hasta la coincidencia con el objeto y reencontrar en sus movimlentos la confirmacién en la representactén, Una fdentidad entre la idea y la naturaleza del objeto, alli sttuamos la verdad. En psicoanalisis la verdad que se pone en juego tendra que situarse en dependencia de la novela del sujeto. cuando algo, a través del error. atrapa. en su retorno algiin efecto de verdad. Con esto quiero decir: el sujeto sera el eco de una verdad al retomar el sedimento de su mensaje. fa través de sus asociaciones. Ese arrastre alude a una verdad que nos plantea el deseo de ese su- jeto. Es una verdad definida en la érbita de la singularidad de una histo- ria, no buscando la coincidencia con el objeto exterior sino creciendo en el modo en que es dicho algo, cémo produce ese sujeto el objeto que le falta, la verdad del fetiche, por ejemplo, ha de tener que ver con la esce- nna del horror a la castracién de la mujer. Esa es una verdad, o el velo de la verdad del fetichista. Pero de esa escena no obtenemos ninguna ver- dad objetiva ni absoluta. Recibiremos chispas. efectos, insinuaciones de esa verdad a partir del fetiche. De como alguien necesita para llevar a cabo su acto sexual un pedazo de una corbata en su mesita de luz. De como ese sustituto encamado nos reenvia a una “escena” en donde se configura la verdad del fetichista. Pero siempre vamos a estar plantean- do (no creo que sea una respuesta muy satisfactoria porque es necesario recorrer una multiplicidad de matices) una verdad singular y.segundo, siempre en plus 0 como efecto de verdad. Otendremos un relampago de la verdad. siempre ha de aparecer esa verdad en el tejido sinuoso de las asociaciones y munca. (a excepcion de Ja angustia) la plena desnudez del objeto. Ese saber del fetiche (porque de algan modo e! fetiche “sabe” de qué forma se accede al goce) nos su- glere una verdad, nos indica més una verdad de la fe que un resultado snoseolégico. 36 ‘Yo lo pensaba desde las distintas érbitas que hay en el psicoanéli- sis, las distintas lineas: andlisis Kleiniano, lacantano, etc. Por qué lado aparece el efecto de la verdad. lo que nos haga decir que si. que es as Estamos trabajando en algo que no nos viene puramente desde la teoria. ‘como el caso de la medicina que vos decias. En uno tenemos una cadena de significantes y en otro una cadena de significantes. Claro. entiendo que va mas alla a la cuestion de lo objetivo de la in- terpretacion, 0 del requisito de verdad de una tori o el erierto de ver dad de una teoria. 0 de una interpretacion. P.: -De la efectividad del analisis, me parece. -Puede tener que ver. pero no son exactamente lo mismo. P.: -Esa sintomatologia que se da en el fetiche. por ejemplo, puede ser revertida por el anélisis? -No quiere decir que alli disolvamos la estructura perversa que sos- tiene ese fetiche. Se puede disolver al fetiche como montaje, pero es in- dispensable sefialar el espesor de la estructura perversa que esta consti- tuyéndose con el fetiche. P.: -Creo que él se referia antes a saber cémo se determina si una in- terpretacion es verdadera o no. valida o no. Ps -Yo lo pregunto desde la teoria, mas alla de que el analizado sien- ta que el andlisis o la interpretacion es valida. “No hay teoria de la interpretacion. es decir que no podriamos calcu- lar la verdad de la interpretacion. Probablemente, los indicios los siem- bre la practica, justamente cuando esa practica impacta en el saber ted- rico del analista, Pero si nosotros nos preguntamos desde una teoria de la interpreta- cién de qué modo procurar una verdad 0 cémo podemos de antemano saber que eso que se interpreta toca una verdad. la respuesta es negati- va. En principio porque no podemos plantear una teoria de la interpreta- cién, no podemos planterar que haya una teoria de la técnica que nos indique cémo, cuando y que interpretar. Si tenemos una teoria del inconciente y desde alli probablemente nos podamos apreximar a una nocién de verdad a partir de considerar las lagunas del discurso. a partir de privilegiar la negacién, los lapsus en un discurso. Pero no desde una teoria de la interpretacién: lo veremos. cuando al final del programa nos encontremos con la practica analitica. pero ... la introduccién tiene ese cardcter, de ser general y anticipar un poco todo: éste es el precio que pagamos. De algiin modo. en el campo de la interpretacion. esa falta de teoria es causa de teoria. Si tuviésemos una teoria de la interpretacion que nos pudiera indicar en dénde opera la verdad técnicamente. probablemente no habria psicoandlisis. Desde ese punto de vista no seria entonces por el lado de una teoria de la interpretacién sino mas bien por el lado de una teoria del incon- clente. P.: -Yo lo planteaba por la gente que, como nosotros. no se analiza. 37 Por lo tanto, no tenemos esa practica. Desde la teoria, cémo podia mar- carse un cierto criterio de verdad? -Se trata de una teoria del inconciente que permita situar de qué tipo de verdad se trata en la practica. Por eso me cuesta dejar al margen la cuestién de la practica. Inclusive hay una serie de referecias histéricas, tuna “teoria” de la sorpresa. de Theodor Reik. que plantea esto como indi- ce de verdad en cuanto al inconciente. el impacto de la sorpresa. Lo que indica la torpe conflanza en la complementariedad teoria-practica. reves- tir al paciente con la teoria del Edipo. meterlo en un cofre de semante- ‘mas preexistentes. 2Qué vamos a escuchar? el narcisismo, la castracién. el Edipo. etc. Encontrar teoria contradice a la teoria. P: -En ese sentido ahi esta lo peligroso. porque la interpretacién pue- de ser algo que ya viene de antes de que el paciente emita su mensaje. -Si. pero esos peligros dejan sus “sintomas” en un andlisis. Si alguien interpreta desde ese lugar. a pesar de él. podemos estar frente a la irrup- con de algo. de un acting-out: ese lugar de maestro en un analisis se pags P.: -gPor qué el lenguaje se le ofrece al sujeto como satisfaccion de la pulsion? Bien, empiezo con una aclaracién: buscara la satisfaccién en el len- guaje. lo cual no supone que alli la encuentre. En el orden de la pulsién, por ahora. ponemos el acento solamente en la falta de objeto. como una especie de punto teleologico de descarga. La falta de objeto nos reenvia a otro orden. distinto al del saber de la naturaleza. de los ciclos sexuales. donde hay clertas sefales. hay un acoplamiento, una resolucion arméni- cade la tension. Este otro campo viene a pagar el precio de la falta de objeto. Esos re- presentantes que se eligen para satisfacer la pulsién. han de ser, para- dojicamente. no una descarga de la pulsién. sino que serén carga, in- vestidura. Para que haya representante tiene que haber carga. O sea que el representante toma la posta de la pulsién pero no la descarga si- rno que él mismo se convierte en una carga y en una cadena asintética, metonimica. de derivacién de esa carga que responde. en definitiva. a las formaciones del incanciente. Las fermaciones del inconciente son el tra- bajo de derivacién de esa carga pero sin llegar a la descarga: el incon- lente no se disuelve. ni con el final del analisis. ni con la interpretacién. ni con nada. Es constitutive. Entonces es la via por la cual se busca la satisfaccién pero con una carga en derivacién perpetua. Desde este pun- tw de vista, se subraya que lo que se transmite de la pulsin al aparato es algo indescargable. es fundamentalmente algo bastante dificil de ser encontrado. como el nombre del film, “Ese oscuro objeto del deseo". P. : -gQueé papel juega el psicoanalisis dentro de la psicologia? Claro. eso yo lo anuncié pero no llegué. es lo que voy a retomar en la proxima reunion. De todos modos ya te contestaria con otra pregunta: et psicoandlisis, - esta dentro de la psicologia? El psicoandlisis es una psicologia mas? Et psicoandlisis es una escuela psicolégica dentro de las psicologias? Entonces tenemos la psicologia conduc: 38 tista, Plaget, la psicologia experimental y el psicoandlisis? O ten- dremos que suponer otra cosa? Pu: Cuando hablaste de la teoria del trauma dijiste que lo traumatico esta en la reminiscencia. Entonces. el hecho empirico cobra calidad de trauma en el relato 0 esta mezclado abi el hecho y el discurso del sujeto? -Para ese momento de la teoria de Freud cobra calidad de trauma en la transcripcién, en un segundo momento.. Eso es lo mas notable: que el trauma justamente esté en un lugar donde no es empirico. No esta en el lugar donde pas6. sino en el lugar donde se transeribio. Por lo cual uno puede suponer que si el hecho se hubiera reorcenado de otra forma probablemente no hubiese hecho sintoma, es decir. no hubiese sido traumatico Entonces lo que es determinante es la transcripcién y no el hecho. El hecho queda perdido. queda desecho en el tiempo logico. P.: -En la pulsion, como ausencia de significante. se podria hablar de significado? No del lado de la pulsién sino del lado del lenguaje. o sea cuando estructura al lenguaje. -No entiendo bien donde localizas el significado en relacion a la pul- P.: -Con la ausencia de significante. -No sé, si te referis a que la pulsion no tiene un significante. lo cual nno quiere decir que queda desligada de significante. La pulsién no va a tener un significante que la represente: va a tener. en cambio. una con- secuencia de fundamento sobre los significantes. Para poner en marcha a la pulsién oral no necesariamente se recurre a los términos que semanticamente hablan de comida, 0 de la boca. Hay en cambio besos del significante. tensiones. investiduras de una historia que acufan la pulsién oral. Pero no seria un significado. sino que seria. un grupo de significantes que permite que crezca alli la pulsion. Si el significante esta en el lugar del objeto de la pulsién no es un significado. no la satisface. la deriva. CLASE 3 El progreso de la ciencia y la antiepistemologia del psicoanilisis. Psicoandlisis y Psicologia (Piaget). Mutaciones en la construccién freudiana de aparato psiquico (el lugar del analista) nun punto del programa de la unidad 1, ustedes van a encon- trar un intento de discriminacién entre psicologia, peicoa- ndlisis y medicina. La vez pasada habiamos planteado cler- tas nociones acerca de la estructura del signo en lingdistica y las complicaciones y deformaciones que suponia esa nocién del signo en el campo del psicoanalisis. De alli partiremos hoy. de algin modo tomar Ja estructura del signo para distinguir su funcién en el saber médico y la funcién en el campo freudiana. ‘Algo habiamos comentado en relacién al efe que toma la medicina para leer los sintomas. Este ee es. fundamentalmente. lo que se conoce ‘como la mirada clinica.o el ojo clinico. Eso que rige esa practica, esa cli- nica, tiene una concepcién del signo. Tomen como referencia bibliografica el texto de Foucault “El nacimiento de la clinica’. Alli se precisan varias cuestiones alrededor de la relacién que hay entre el sintoma, el signo, la mirada y la conciencia. Esos elementos estan abroquelados. so- breimpresos en la concepcién del saber médico, fundamentalmente a partir del siglo XVII. Hay entonces, en primer lugar. un lazo estrecho entre la clinica y la percepcién. Aparece el horizonte de la mirada clinica dirigiendo la estruc- tura de la clinica. La verdad de esa clinica esta dominada por la mirada, pero para que eso funcione, debe establecerse la identificacién del sin- toma con el signo. La vez pasada habfamos indicado que la relacion entre significante y significado era reefproca para el conocimiento médico: o sea. que el signi- ficante 0 los significantes than a remitir a la base semntica de la enfer- medad. Habiamos sugerido. al pasar. el ejemplo de la pulmonia, de la pleuresia, a partir de clertas sefiales. de cierto dolor en el pecho, cierto dolor intercostal, dificultades en la respiracién. O sea que ese grupo de signos ofician como significantes de un semantema. Ese grupo de signifi- cantes remite a un semantema “patologico". constituyendo un signo de funcionamiento casi arménico. Alli, la idea del signo era funddmentalmente una idea de lectu- ra. La medicina aprovechaba la concepcién del lenguaje para arrojarla at sobre el cuerpo y hacer hablar a ese cuerpo: la medicina se enfrentaba a un espectaculo y a partir de ese espectaculo constituia un lenguaje. Des- de alli se deducia que la teoria del signo formalizada en el saber médico era externa a la enfermedad que se trataba. En el psicoanalisis habiamos planteado que no solamente la cuestion del significante era un montaje para analizar de qué se trata el incon- ciente, sino que también, en el orden de ese sujeto del psicoanalisis, nos enconirébamos alli ante una enfermedad del lenguaje. No s6lo el efercicio de lectura esta hecho de significante, sino que la tela misma de esa en fermedad ha de estar constituida por significantes. Vamos a reconocer @ esos significantes en los sintomas. en las formaciones del inconciente en general. en los suefios, en los lapsus. en la usurpacién del cuerpo orgaini- co por la anorexia psiquica. 1 @ idea que en el campo de la medicina el ojo ordena la en- fermedad, es solidaria con la nocién de una soberania de Na conciencia. Por qué? Porque la relacion transparente entre significante y significado sélo se puede pensar con el régimen de la con- ciencia. La conciencia es esa suposicién que nos conduce a que ¢l senti- do, por clerta combinacién. puede expresarse, puede ser exhumado de la oscuridad. No quiere decir que no haya una opacidad de base. pero si que hay un camino. una posibilidad de salida a la luz en el horizonte del sentido. La verdad de la enfermedad se promete enteramente enur- ciable para la medicina. Cuando esa enfermedad no es enteramente enunciable, se codifica como obstaculo, como tropiezo 0 limite a desva- necer, pero no como la esencia del saber médico. Contrapunto bastante claro con lo que sucede anilists: algo indigente de significacién no es necesariamente ruina del trabajo interpretativo. En el suefio de la inyecién de Irma. ustedes recordaran, el significante aparecia en todo su vigor de incomprensién, la trimetilamina dirigia, a partir del final del suefio, retrospectivamente, todo el régimen del suefo, La idea de una enfermedad enteramente enunciable fue. en la clinica médica del siglo XIX hacia otra concepcién que también tenia como ee la mirada, aunque ya el lenguaje perdia peso. La idea era la siguiente: si nosotros deciamos. en el siglo XVIII, que hay signos que nos revelan la posibilidad de estructurar una enfermedad, que pueden encamar en un Ienguaje una enfermedad. atin asi estamos poniendo un espaciamiento con la verdad de la mirada clinica. Habia una distancia que esa mira- da debia recorrer: los signos. Con el acceso a la mirada clinica de un modo mas directo se consigue pasar de un lenguaje a la clasificacion del cuerpo, se consigue pasar a la localizacién de la anatomia patolégica. mirar el cuerpo directamente. No estoy hablando de otra cosa que de la posibilidad de la medicina de em- a2 pezar a abrir los cadaveres. O sea. cuando la autopsia puede vencer el cereo de prejuicios religiosos. alli se instaura el poder de la mirada médica. Eso fue lo que la mirada médica estuvo esperando durante si- glos. El auscultar. el tacto. el golpetear el cuerpo, son formas de ver a partir de otras sensibilidades, se rinden en definitiva a que la claridad de la muerte disipe, como lo dice Foucault. la oscuridad de la vida. La posibilidad de abrir los cadaveres plantea ia muerte incluida en la vi- da como tinica forma de hacer progresar el saber de la medicina. el saber de esa clinica. Alli encontramos un lenguaje que funciona estrictamente en el horizonte de las clasificaciones: nos encontramos en lo que ya habi- amos comentado con Freud. en el horizonte de la anatomia patologica. Ya localizamos en el cuerpo. hacemos una sintaxis sobre el cuerpo. Este trayecto apunta, muy suscintamente. a la posibilidad de que va yamos pensando que un saber produce sus objetos de acuerdo a como esta funcionando ese saber. O sea que si alli el eje que estructura el sa- ber es la conciencia, el signo, la mirada, estamos indicando de qué forma se-va a forjar el objeto de ese saber. Esto es casi lo que nosotros podraimos considerar. por el tema aue nos toca, una especie de introduccion a la problematica del psicoanalisis, en relacion a los otros discursos. Si nosotros tratamos de distinguir al psicoanalists de la psicologia y de la medicina, con eso no solo estamos tratando de hacer recortes en el campo del saber sino que estamos tratando de constituir el perimetro del objeto. Es decir. que cada discurso esta forjando la singularidad de 1un objeto. Podemos tener la idea de que la ciencia es una especie de gran cespejo que refleja la realidad y que, de acuerdo a cémo la refleje. vamos a ubicar el campo de la medicina. el de la psicologia o el del psicoanali sis. Es decir. por un lado reflejar lo inconciente. por otro a la conducta y a lo organico. Esa seria. de algin modo. la ilusién de un sujeto nico. in- diviso, que reclama distintos saberes para la construccién de una ciencia unificada. De algin modo esa es la ilusién positivista, Ia tlusion de que ese objeto que ha de ser estudiado se refleja repartido gnoseolégicamen- te. Por el contrario, debemos pensar que la nocién de cuerpo que se pro- duce en la medicina. no tiene nada que ver con la nocién de cuerpo que se produce en el psicoanilisis. : Borges ejecuta la ilusion de la ciencia en el escrito “citado" que se lla- ma “El rigor de la ciencia’: En aquél imperio el arte de la cartografia logré tal perfeccién, que el mapa de una sola provincia ocupaba toda la ciudad y el mapa del imperio. toda una provincia. Con el tiempo, esos mapas desmesurados no satisfacieron y los colegios de cartografos levantaron ‘un mapa del imperio que tenia ¢l tamaho de un imperto y coincidia pun- tualmente con él. Menos adictos al estudio de la cartografia, las genera- ciones siguientes entendieron que ese dilatado mapa era inutil y. no sin impiedad, lo entregaron a la inclemencia del sol y de los inviernos. En los destertos del oeste perduran. despedazadas. ruinas del mapa habitadas por animales y por mendigos. En todo el pais no hay otra reliquia de las 4B disciplinas geograficas” Las conclusiones que podemos sacar son las siguientes: por un lado. la tusién de una disciplina que pueda reflejar puntualmente la realidad: cs cast un grotesco de la ciencia. Si el discurso del saber 0 de la ciencia aspira a eo, se va a sumergir. en definitiva, en una {dentidad de percep- cién autodestructiva. Lo otro que podemos indicar. es el destino que to- ma, en esta cita de Borges. aquel mapa perfecto. aquel mapa puntual: queda a la manera de residuo ancestral mezclado con la realidad. En la textura de la realidad no esta sélo ella, sino que alli tendremos mezclados signos. lecturas. una confustén de discursos. en eso que pre- tendemos real. Piensen. sin ir mas lejos. lo que habfamos dicho acerca del lugar desde donde partia Freud en “La interpretacién de los suenios” no del suefio en st positividad sino de todo lo que se habia dicho acerca del sueho. Me detengo ahora. La idea de hoy es trabajar estas diferencias con el saber médico. Yo solamente tomé. en principio. la diferencia con ¢l fun- cionamiento del signo en medicina y en psicoanalisis. Vamos a trabajar también algunas diferencias acerca de la nocién del cuerpo y de la practi- ‘ea en uno y otro campo, y luego recorrer algunas demarcaciones de la pstcologia y el psicoanalisis. Pr: -Me gustaria que ampliaras un poco mas lo que diste como ejem- plo. Aparte. que nos sirve para epistemologia porque nos esta pidiendo que relacionemos las dos materias. -Si, no sé si exactamente como ejemplo epistemoldgico. La idea que Inclui aqui era que no podiamos sostenernos sobre la concepeién de que Freud trabajaba sobre el suefio en si. No tomaba al suefio softado. no lo dejaba al margen de cualquier tradicion conceptual. Lo que ustedes ven 3 que no solamente toma el suedo relatado, con sus deformaciones. sino que también se sostiene sobre lo que planteaba la concepcién médica so- bre el suefo, la concepetén religiosa. acerca del sentido. Eso seria Justa- mente, los restos de viejos mapas que se sobreimprimen en esa realidad. P: -Quisiera que te refirieras a lo que habias planteado en relacton al obsticulo en medicina. en donde era irremediable no saltearlo. y el obs- taculo en psicoandlisis. que es justamente lo que hay que alcanzar. Hoy. con respecto al tema de la metapsicologia {que es con lo que va- mos a terminar la clase como para poner un ple en la préxima unidad), algo vamos a decir de eso, pero de todos modos la idea era la siguiente: en el saber médico, el obstdculo es exterior al saber y, de algin mo- do, incluirlo 0 superario supone disolwerio en el progreso de la me- dicina. Rfectivamente, seria lograr exhumar aquel signo que se per- did en la oscuridad del obstdculo. El obstaculo no es la miseria del psicoandllisis, sino su especift- cidad, lo propio de su funcionamiento. El error, la falla, tiene esta tuto de categoria. Para retomar el ejemplo que ya habiamos dado acer- ca del sueno y su deformactén, situando alli la cuestién de que ningiin suefo puede ser relatado igual, vienen con baches. con lagunas. con olv- dos. alli, esa categoria del error es la que dirige la interpretacion del sue- 44 fio, Insisto. el error toma, de algtin modo. una funeién de régimen teéri- P: san (no se entiende) -No necesariamente lo que no se puede decir. sino lo que en el decir aparece como no dicho. como un traspié, dicho deformado, con un olvt- do. 0 dicho tomando al cuerpo como significante. No hagamos con el sig- nificante una fenomenologia: no identifiquemos significante a palabra. Puede haber actos que sean significantes y muchas veces puede haber palabras muy huecas. palabras que no son significantes. P -Lo que seria transparente en medicina seria el significante, no? -Lo que seria transparente es clerta nocién del lenguaje. -Lo transparente en medicina seria el lenguaje. inclusive usado como instrumento. Trataria de dar cuenta de una verdad. El simbolo. de wlti- ma, puede dar una verdad. “Si, la idea es que ese instrumento esta. como vos decis, ornamentado sobre la vision de la transparencia. En otro texto que yo habia recordado aqui de Foucault, “Las palabras y las cosas”, situando la nocién del len- ‘guaje que prevalecia en ese siglo (S XVIII) alli. en un pasaje, insiste en gue 1a nocion seria la de alojar el ser en el lenguaje. No es casual la afint- dad de la ontologia con la filosofia occidental. El lenguaje tiene la capaci- dad de introductr el ser sobre todas las cosas que interroga. La enferme- dad es un signo que, en su nervadura, en su despliegue, nos muestra su lenguaje. nos muestra la forma en que habla. Entonces, un buen clinico seria aquél que puede entender el lenguaje que ya tiene ese cuerpo. Des- de ese punto de vista hay una transparencia en la forma de considerar ese instrumento. P: -Ademas. el trabajo clinico yo diria que es no interpretar ese signo, sino descubrirlo y justificario. -Si, y producir un saber. No sé st Justficarlo en el sentido peyorativo, ‘sino justificarlo en el sentido de la episteme del médico. producir un sa- ber sobre ese sintoma y poder abrochar ese saber al sintoma. No sé st hojearon el libro de Masotta “Lecciones introductorias al psi- coanalisis". En un pasaje él subraya claramente esa cuestién: seria un mal médico el que renuncia al saber sobre ese sintoma pero seria un pé- simo psicoanalista el que se erige en el saber sobre ese sintoma. General- ‘mente en las racionalizaciones o en las teorias de la personalidad creadas por el paciente. encontramos una explicacién de ese sintoma. Malamente intervendriamos en el sintoma st sobre esa explicacién ponemos otra. P -gSeria como una especte de hermeneuta que puede leer el sentido? -Si, sobre todo el médico del siglo XVIII, tenemos que considerar la ‘omnipotencia de la mirada médica que. en este momento, tiene que ver con la posibilidad del electrocardiograma, de la tomografia computada. El ‘oo tomé un dispositive tecnocratico que le posibilita abrir los cuerpos sin la muerte. Sigue el dominio de la mirada. P -zEsta evoluctén en el campo de la medicina en cuanto a la mirada. el hecho de abrir los cadaveres, se traduce después o va a dar diferentes formas de ensehanza con relacion a la transmision de ese saber médico? 45 Siguiendo tu hilo de razonamiento. lo que @ mi se me ocurre. es la forma en que Freud toma la transmisién de Charcot, Hay alli una especie de flexién del espacio de la mirada a otro espacio. Charcot le mostr6 las histéricas y Freud las escuch6. Ustedes recuerden. algunos lo habran visto el afio pasado, que era un ‘montaje solidario con esa misma histérica poder llevar a la escena el ata- que histérico. En la forma en que Freud toma ese escenario. ya lo hace salir del horizonte de la mirada. lo conduce hacia la escucha. Bsa flexion. ese pliegue que se produce. es casi el bautismo de como se va a ir transmitiendo luego el psicoanalisis: no por el orden de la mos- tracién [el muestreo. ese semidtico visible de los pacientes. de ir al hospi tal y ver una serie interminable de pacientes). sino de poder escuchar bien a un paciente. En los historiales de Freud. como un ¢je de la transmisién. supone que alli se van a mezclar. se han de aglutinar. no sélo el paciente sino to- da una serie de fantasmas de Freud y de otros pacientes. En un texto co- mo “Pegan a un nif", Freud no ene reparos cn mezclar el discurso de muchos pacientes para mostrar lo que es la clinica. Alli se va elaborando mas alla de ver a tal o cual paciente: se va estableciendo un tejido de los discursos, 2 brayado el tema del cuerpo como algo central donde podemos instaurar distinciones. Hay una cita que les voy a leer de una autora. una analista. que se llama Castoriadis-Aulagnier. Me pareci6 que el modo en que concebia el cuerpo desde la optica de posibles enfermedades psicosomaticas era una suerte de interpretacién, en el sentido mas analitico del término. de lo que podriamos considerar como la ideologia psicosomatica. No confunda- mos la ideologia psicosamatica con los fendmenos psicosomaticos. Que denunciemos en este caso una biocracia de lo psicosomatico. no quiere decir que incluyamos la constelacion de los fenémenos psicosomaticos. Pero en la aspiracion de cierta ideologia médica (no hablo de la medicina) ‘encontramos una especie de “tratar de explicar” causalmente el deseo a través de las funciones. a través de lo somatico y de lo biolégico, estable- clendo alli nuevamente un sujeto indiviso. Lo que plantea Aulagnier es en relacién con el escenario donde se edi- fica la relacién de una madre con su hijo. La cita dice asi: "Mientras el nifio no habla, la madre puede preservar la ilustén de que existe una concordancia entre lo que ella piensa y lo que cree que él piensa. Un sa- ber implica una estructura en la cual esta obturado, fundamentalmente, el lugar del otro. Que en ella no esté inscripto su lugar narcisista como perdido implica que, permitiéndole al hijo la palabra que desgarre esa 46 Pp® al segundo punto de la cuestion de la medicina. Yo tenia su- tustén. le demostraria ella que el deseo de encontrar en el hijo lo mismo que en ella, es irrealizable. Para evitar este riesgo le sale al cruce sobre- catectizando al cuerpo como conjunto de funciones” Alo cual nosotros podemos agregar que cferta légica del buen funcio- namiento o de la buena programacion impide el acceso a la palabra. No se interroga sobre como desea o qué es lo que quiere, sino como caga. c6- ‘mo mea, o si come bien, Esa especie de ideologia de las funciones va a reemplazar el espacio de la pregunta por el deseo. de algo que esta mas alla del cuerpo metabé- ico. Cuando nosotros estudiemos el complejo de Edipo. vamos a poner el acento en algo que hoy ya podemos vislumbrar: leer el cuerpo desde el psicoanalisis supone instalarle. desde cierto aspecto. un cédigo extracor. poral. Piensen en como Freud describe el horror que esta en la base de! fetichista. Freud habla del horror a la castracién en la mujer. como pun to de nacimiento. como genealogia del fetiche. para que podamos percibir de donde surge ese horror primero. tenemos que instalar la exigencia fali- ca. Si hay un horror por lo que no esta, ese cuerpo fue leido con la ihu- sion de que algo debia estar. El falo empieza va a ser prescripcién de lec- tura de ese cuerpo en Ia teoria sexual infantil y ha de ser invariablemente el eje por donde el psicoanalisis ira construyendo la nocién particular del cuerpo. Por otro lado (lo cual no quiere decir que esté desvinculado) pueden pensar también lo que se plantea como cuerpo pulsional o, decididamen- te. como cuerpo erstico. El cuerpo erotico es el que se desprende de las funciones metabélicas: el labio que. aparte de ser el inicio del aparato digestivo. habra de servir para otras cosas que no tienen que ver con el metabolismo. O sea. la po- sibilidad (piensen en “Tres ensayos...") de construir otro cuerpo a partir del discurso conceptual del psicoanalisis. Es lo que nuevamente nos tra- za una diferencia en relacion al cuerpo de la medicina. Podemos agregar también lo que ustedes probablemente hayan escu- chado mas frecuentemente: la estructura de una representacion plastica del cuerpo: lo que se conoce como el estadio del espejo. La necesidad de una imagen “ortopédica”. artificial. dada por otro o por un espejo para que el cuerpo anticipe sus pasos de unificacién, para que el cuerpo. en Principio fragmentado neurolégicamente. se aliene en esa imagen y pue- da tener clerto soporte. para la futura unfficacién neurologica. Esa idea ‘que nosotros vamos a ver desde alli, desde el espejo, es también un mas alla del cuerpo médico. Desde alli, desde esos tres ejes. si quieren (la nocién de falo para leer Ja castracién, la cuestion del cuerpo pulsional y este cuerpo del nar- cisismo, en definitiva. ese cuerpo de la imagen perfecta y unificada que nos devuelve el espejo). desde alli. el psicoandlisis comienza a transitar por una consideracion bastante especifica, bastante propia sobre la sin- tomatologia y el cuerpo. Desde alli podemos pensar la problematica de la conversion, de cémo algo del cuerpo. muchas veces algo del cuerpo prag- 42 mtico, del cuerpo que “afrve para algo". Porque podemos decir que el ‘cuerpo pulsional no sirve para nada. no tiene ninguna determinacién instintual. Podemos entonces pensar cémo el cuerpo para comer, para mirar, en relacién con su equilibrio con el mundo externo, cémo esas funciones pueden, en determinadas circunstancias, ser obturadas. Pode- ‘moa encontrar una ceguera histérica o hablar de una anorexia (imposibi dad de engullir ningin alimento). plantear que ese cuerpo de la nece: dad. del buen funcionamiento, esté a veces usurpado por un sintoma. a veces infiltrado por algo que va a buscar su razén, no en el funciona- miento biologico, sino en ese montaje de simbolos que se apaderé de esa parte del cuerpo, que se apoderé de su funcionamiento. Entonces alli, va- ‘mos estableciendo determinantes de lo que podria ser el cuerpo en el campo del psicoanalists. Inclusive por varios ejemplos que podemos leer en autores que se de- dicaron a los fenémenos psicosomaticos, (encontramos consideraciones bastante interesantes y también cosas realmente abominables. es una bolsa de gatos) consideraciones que entrelazan las nociones de cuerpo que indicamos. En una enfermedad como la psoriasis se sttua la relacion con el otro. Las manchas en la piel funcionan como ojos sustitutos. una mancha que llama a la mirada del otro, que desvia la mirada del otro de ‘su propia mirada. Cosa que nos sorprende cuando se verifica que esa en- fermedad no aparece en los ciegos. Esta idea del cuerpo es util también para plantear algunas cuestiones de distincién con la pstcologia. Yo creia que. a esta altura del partido, resultaba superfluo seguir in- sistiendo sobre la peligrosidad que puede tener que el saber médico fago- cite al psicoanilisis. Pero, llamativamente, parece que cada vez se hace mas necesario insistir sobre esto. Freud eseribié un articulo que se tradujo de muchas maneras: “Psi- coanalisis y medicina”: Etcheverry tradujo “Pueden los legos efercer el psicoanilisis?". Lo escribio en funcién de respaldar a un discipulo suyo, ‘Theodor Retk. de una amenza legal que sobrevolaba sobre su cabeza. en EEUU. La amenaza consistia en que no podria ejercer el psicoanalists sin ser médico. Como defensa a su discipulo, Freud eseribe este articulo, que esta incluldo en el programa. y. entre otras cosas, insiste en la impertt- nencia de hacer del psicoanélisis una rama de la medicina. A partir de eso va sugiriendo por dénde tenemos que buscar esas diferencias: pre- guntamos si los enfermos de los médicos son los mismos enfermos con los que trabaja el psicoanélisis: preguntarnos si el estatuto del sintoma es e] mismo: preguntarnos si en el psicoandlisis no debemos recurrir a otra cosa que a los mecanismos y los dispositivos de la medicina: a la pa- labra. Desde esos aspectos, Freud va planteando que no quisiera ver en el futuro que el psicoanalisis pase a ser. dentro del manual de psiquiatria, luna parte de la medicina. Alli, no sélo establece distinciones con la medi- ina, sino que también establece distinciones con la psicologia. Si bien empieza apuntando para el lado de no ser una parte de la pstcologia, ter- mina planteando que la psicologia encuentra su fundamento en el psico- anilisis: pone al psicoandlisis en el fundamento. En cuanto a esta clinica, esta practica que Freud se debate en dife- enclar (no solamente porque el discurso que él va implementando sub- vierte a ese otro discurso del cual partié y que nunca le desperts el de- seo (aunque si los ideales): el de ser médico. Sobre esa practica se va a establecer algo que podemos tomar como lo vertebral de la clinica pstcoa- nalitica (y que obviamente vamos a retomar a lo largo del afio). la cues- tion de la transferencia, Vamos a entender que alli la transferencia esta puesta como eje de la practica en tanto que encarna la nocién de que el analista forma parte del concepto de inconciente y, por lo mismo, nos coloca en la post- cién de no poder preguntarnos por el sintoma, no poder preguntar- nos por el sintoma y el sujeto en un andlisis, sin interrogarnos qué Papel cumplimos en su interior. ‘Salimos de una clinica en donde leemos los sintomas desde clerta ex- terioridad. “La transferencia, entonces, como eje de la practica en tanto que encarna la nocién de que el analista es parte del concepto de inconciente y, por lo mismo, nos coloca en la posicién de no poder Preguntarnos por el sintoma y el sujeto en un andilsis sin interro-| garnos qué tenemos que ver nosotros, qué tiene que ver nuestro lu, gar, en eso que esté alli, desarrollandose”. -En el orden del psicoanalisis, de la terapla, lo que se produce no va| a ser lo mismo que lo que se produce en el campo de la medicina, porque aqui va a haber una satisfaccion directa de la demanda por parte del mé- dico, que es el que sabe. En el psicoandlisis no, porque el analista no res- ponde a la demanda. | P -Directamente no, pero a través de la asociactén libre se permite que el mismo paciente se dé respuestas. Para mi. igualmente, el enfren- tamiento entre analista y analizado sigue estando, indirectamente, como en el caso de la medicina. -Yo creo que si se plantea el enfrentamiento. estamos circunscribien- do la transferencia a nina drbita {maginaria, Ahora, vos estabas de algiin ‘modo respondiendo, porque si vos decias que esa demanda (yo no sé si se puede hablar en definitiva de que hay respuesta) ha de. transitar. en_} su biisqueda de respuesta. en el camino de las asociaciones y alli produ- | cirun saber, alli, estas descolocando. despersonalizando, el lugar del sa: ‘bet. Hay un Tugar del saber que 8 apoya en el lugar del analista, pero | que ino tiene que ver corr la persona del analista. P -Si, pero en la identificacién con el rol tiene que ver con la persona del analista. ~Bueno. entramos en un terreno delicado que es el de la llamada tée- nica analitica. Podriamos pensar los riesgos que puede haber cuando la persona del analista se identifica con el lugar del analista. Alli. pueden producirse cosas bastante poco analiticas. Aqui alguien dice que alli no hay anélisis. En principio, hay algo que 42 no se analiza. puede ser un episodio que produzca un acting-out P-De una forma o de otra, con estas palabras o con otras. creo que no lo podemos dejar de reconocer. Al contrario. Justamente hay que reconocerla para analizarla. Pero la estructura més vigorosa de un andlisis ha de transitar en la posibilidad de disolver esa creencia: ha de transitar en poder mostrar que en ese cie- lo no hay nadie. Si hay un ingreso. digémosio asi, religioso, colocando al analista en clerto horizonte del sujeto supuesto saber, el fin de un anéli- sis responde a dejar vacio ese cielo. P -Lo que sucede es que todo ese andlisis del discurso, esa busqueda de asociaciones, implica un saber que esta, que va a estar desde el pri- mer dia entre el analista y el pactente. Los dos saben perfectamente que existe esa relacién. que es la tinica que va a permitir eso para lo que se vva: para la ayuda a poder lograr la asoctacién. “Si. pero de todos modos creo que queda oscuro el tema de cual es el lugar del analista para poder ayudar a esa asociacién. “Mientras se reconezean esos lugares. después se va a profundizar ‘como se dan y como se van a relactonar. Cuando recién se decia “no responder a la demanda”, se caia en una formula que toma un cuerpo de slogan y que conviene desmenuzarla. No responder a la demanda no es idéntico a no responder. Inclusive. por al- go absolutamente seneillo, el analista no puede colocarse en el lugar del saber sobre lo que, en definitiva, no hay saber. Si nosotros estamos di- ‘elendo hasta el cansanclo que no hay saber sobre el objeto sexual. desde donde el analista ha de infatuarse de que sabe sobre ese saber? P-Eso con respecto a un saber absoluto. Pero si sabe sobre un saber determinado. Maneja un saber, porque si no no podria enunciar algo ni permitir la asocacién. “En todo caso ha de saber que no tlene que obturar con clerto saber. Pero eso no ¢s controlable por el saber. Es una cosa distinta que en la medicina. P-Si, yo no lo planteo pontendo las cosas en el mismo lugar, con res~ pecto al saber de la medicina y el psicoanalisis. Pero creo que igualmente hay un rol, hay un lugar y hay un papel que se esta jugando, que hay una toma de posicton. entonces... -Inststo: la cuestién alli radica en que si en esa forma de encarnar ese lugar se facilita o no el discurso del paciente. Desde ese punto de vista, no podriamos Jamas identificarnos con el lugar del saber. No es volunta- rio, aunque tengamos una teoria del limite del saber: esto tiene que ver ccon el inconciente. Aqui agregaron “y los agujeros del analista’. De no ser asi no habria analista. No podria escuchar algo que esté mas allé de su teoria, si no tuviera agujeros. 3 avez pasada alguien pregunte si el psicoanalisis podria incluirse como una rama de la psicologia. Muchas veces en Freud esta esa ‘vacilacién taxonémica. clasificatoria de si es una parte de... Co- ‘mo muchas veces también esta como una parte de las ciencias naturales. Desde ese punto de vista. pociriamos recorrer las diversas identidades que se da Freud a si mismo. considerar la identidad en la metapsicologia que Freud se da a si mismo. Inclusive ewando Freud trata de meterse en el campo de la psicologia, no deja de salirse de las ciencias na- turales porque la incluia en ellas. Partia de la psicologia experimental. de la sombra de Wundt. de la tradicion de Herbart, 0 sea. de cierta psico_ logia nacida en el clima de la fisiea. Esa autoinclusién freudiana nos podria llevar por mal camino. Ten driamos que leer (lo vamos a hacer después) algunas cartas a Fliess. al: unos pasajes en los que él le pregunta, con cierta angustia, qué es lo que esta haciendo, que psicologia. y si a esa psicologia la puede llamar ‘metapsicologia. Pero antes de llegar a eso. nosotros tenemos una larga reflexion de la psicologia para distinguirse de la medicina. una tradicion bastante soll da: yo diria que mas que desde la psicologia y la mediecina. desde la pst- cologia y la biologia. En los términos de establecer un espacio clentifico de autonomia de un saber. tomen las diferencias mas rotundas. tomen a Piaget. a Wallon. Alli hay nociones que se plantean de un modo definitive en cuanto a lo que el funcionamiento fisiolégico no puede explicar. no puede dar razon de las estructuras psiquicas. Los remito a textos de Piaget. donde se in- siste fundamentalmente en que la nocién de conducta. como nocién fun- dante de la psicologia. responde a como el individuo entra en equilibrio con el medio. Es una nocién que. si bien tiene una base bioldgica, Piaget va a mostrar que hay ciertos resortes activados por el psiquismo, que no son explicaclos por el equilibrio biolégico. La idea de mundo intemo-mun: do extemo, la idea de individuo. de organismo y de ambiente, aparecen como base central, tanto en biologia como en psicologia. Esta alli la idea de la vida biopsiquica como un equilibrio. El psicoanalisis nada va a te- nner que ver con eso. pero vamos por pasos. Lo que va a introducir Piaget. es un punto de no retorno. Inclusive en cl campo de la epistemologia genética de Piaget y de alguien que en esta misma facultad. Raimundo Pardo {fue uno de los mejores profesores que tuve la suerte de tener]. descie el campo de la epistemologia genética ¢ ideando una epistemologia propia. insistia en la imposibilidad de expli- car de lo biologico, de lo natural, las categorias racionales. En varios de sus textos. Pardo se empefia. se detiene en la cuestién de que no podria- mos pensar las categorias racionales como una prolongacion de lo biofi- siolégico 0 de lo biopsiquico. Y las creencias epistemologicas de cierta época lo demuestran. Creencias como. por ejemplo, pensar que el espa: a cio euctidiano era el esapcio natural del hombre o que ta mecénica newtoniana era la mecénica que se creaba por un desenvolvimiento natural de cémo estaba hecho el homo sapiens. Esas ideas, Juntamente con las rupturas en esas disciplinas, fueron. evidentemente mostrando lo no natural de las construcciones naturales. ¥en esa distincién de las categorias racionales, de la nocién de in- teligencia y de lo biolégico, se funda una distincién neta entre psi- cologia y biologia. Piaget plantea precisamente que nosotros podemos suponer ciertos. rellejos mentales en cuanto a las operaciones matematicas. no en cuanto a las reacclones mentales. neurologicas. En eso. Piaget no habla de es: tructura, sino que habla de una relacion de causas. Piaget. en el funcio namiento de los reflejos mentales supone un funcionamiento en fisiologia absolutamente causal (podemos establecer toda una interdependencta) pero. en esos reflejos mentales, no vamos a encontrar la razén del fune namiento de la inteligencta. Vamos a tener que aplicar. por lo menos. dos estrueturas (alli si estructuras del funcionamiento de la razon. desde el punta de vista de la iteligencia), Ia inelusién y la reversibilidad. (© sea que la posibilidad de que | mas 1 sea 2. en cualquier orden que se plantec, ya sea en cl orden logico formal o en el orden de la experien- cla mas trivial, y la posibilidad de que eso sea reversible (que dos menos uno de uno). supone un funcionamiento que no podria encontrarse en los reflejos mentales. Alli ingresamos en un espacio, en una episteme. que necesita de otros horizontes. de otras vias para dar cuenta de ese funcionamiento. Tenemos alli algo clave La idea con que traigo esto es la siguiente: que en el campo de la pst- cologia, a mi Julclo ya rigurosamente distinguido con Piaget. de lo bioldgi- co,se genera un escenario que es el del individuo con el mundo y va @ tratar de construir ese mundo en el campo de la inteligencia. No se si conocen la cantidadl de ejemplos que da Piaget. en donde se trata de resolver relaciones entre la distancia y la velocidad, de poder disolver la ilusién empirista que puede tener un chico de creer que en las distancias mas lejanas el mévil va mas despacio, a partir de que tarda mas. En una comparacién, esa especie de eferciclo lleva su transito hasta poder llegar a categorias formales. abstractas dice Piaget. del espacio y el tiempo. Bs una especie de kantismo genético el que va a implementar Piaget, lo cual abre a muchas discusiones. Pero la cuestion es alli de c6. mo poder. a partir de clerta légica, reconocer la verdad de ese objeto. Desde ese punto de vista, tomen un ejemplo clasico en los problemas de logica, desde San Agustin en adelante: la percepeién no debe superpo: nerse con la verdad ni con la logica de la inteligencia. El famoso ejemplo del “remo quebrado": nosotros vemos debajo del agua un remo quebrado. pero sabemos que es por la difraccién que el agua produce: hay una construceién légica que se sobrepone a esa percepcion y permite la ver~ dad de ese objeto. ‘Ahora. en psicoanélisis. qué le puede importar al chico si el remo lo cengafia? Con esto voy a que en paicoanallisis la cosa no va a pasar por el 2 Individuo y el mundo, sino que va a pasar por el sujeto y el otro. Freud en varios pasajes (algo de eso esta en la bibliografia). funda- mentalmente en un pasaje que se llama “La experiencia de satisfaccion” © tLa vivencia de satisfaccion’. en un apartado del “Proyecto de psicologia, cfentifica’, de algin modo desarrolla esta escena y la retoma en el capitu: 107 de “La interpretacién de los suefios". cuando reflexiona sobre la rea- lizacién de deseos. Las dos descripciones son muy parecidas pero en una, la del Proyecto, se acentia mas nitidamente la funcién del otro. La cuestién pasa por el hecho de que el chico. absolutamente indefenso en su nacimiento, esta sometido. sumido, a las atenciones fisiologicas del otro, Pero al cubrir esas atenciones fisiologicas. el Otro, que evitara que ‘se muera (porque la cuestién alli es la existencia, a diferencia de los otros. animales, en donde la capacidad biologica esta mucho més desarrollada desde el momento del nacimiento, en el ser humano la cuestion es de vi- da o muerte), ese Otro primordial. decia, va a cubrir también un univeso semantico. a plagar de signos. De contrabando. con el alimento. han de venir contrasenas. cédigos. lugares: un mas alla del alimento. Alli Freud le da a ese otro el lugar. Io Alice en estvs térintnos (ane 1696), de fuente primordial de todas las motivaciones morales. Desde alli. ese otro le ofrece su atencién. le da lo que le pide. le da mas de lo que pide, y le dice en definitiva cémo pedirio. Pero también in- troduce el enigma de que por algo le esta dando todo eso: hay algo que el chico. en algin punto. se ha de preguntar: qué quiere este otro de mi, que me cubre con todas estas cosas? Habré un intersticio alli. vamos a llamarlo el deseo det otro. y que le proyecta a ese chico la pregunta de si “ese nombre que me puso, ese ob- Jeto que me did. en definitiva. ¢ eso soy yo": eso me engaha 0 no? La ‘cuestién es aqui ai el otro me engaha y no si ese objeto, reducido a la percepcién en vias de inteligencia, me engaha. Eso queda al margen. En todo caso, si eso se incluye en el campo de la inteligencia. para Freud sera gracias a cémo vaya ordenéndose el de- ‘8e0 del Otro. Desde ese punto de vista. la pregunta. la clave que podemos tomar por este costado. consiste en que no se trata aqui de una rela- cién del individuo con el objeto, no se trata de una pregunta de si el objeto me engaiia, no va a ser una relacién de objeto, sino que ha de ser 1a pregunta que se instala en el peligro de que otro me enga- Ae y de que esos significantes, el nombre propio que me impone, son 0 no vias de engaiio. En esta idea de la psicologia como armonia, como equilibrio entre el individuo y el medio, es donde el psicoandlisis, corta oblicuamente la ccuestién. Ya no se trata de una psicologia ni de una rama de la psicolo- ‘a. Aqui construimos otro objeto que se va a definir por Ia relacion del sujeto con el otro. Y este “objeto de estudio". si quieren ser prolijos . que es esta relacién del sujeto con el otro, ha de plantear que no estamos en el dominio ni de las necesidades. ni de la inteligencia. ni, en definttiva, de Jo Uti para vivir. El deseo no se lee desde la éptica de lo pragmatico. de lo 3 ‘que conviene. hay una tozuder repetitiva en reincidir en lo que no convie- ne y de es0 esta hecho el inconciente. ‘Me gustaria leer un pasaje de Lacan del Seminario 2. donde plantea Justamente que el sujeto, este sujeto del deseo. no es el individuo: y que alli por ese intersticio en que el sujeto no es el individuo. se introduce el inconciente. El individuo, en todo caso, tomar cuerpo en el yo. y en términos de la psicologia. no del psicoanaiisis. haciendo coincidir ei yo con la intell- gencla. El yo del psicoandlisis lo ubicamos a partir del inconciente. Se incluye con esto algo que va mas allé de la psicologia: la metap- sicologia. Dice Lacan: “Pues bien. Freud nos aporta lo siguiente: tas elabora- ciones del sujeto en cuestién de ningiin modo son situables sobre un eje donde a medida que fueran més elevadas se confundirdn ca: da vez mas con la inteligencia, la excelencia, la perfeccién del indi- viduo". O sea. lo que se plantea en Piaget. deseribir la evolucién de la 16 ‘gica formal en el nio. “Freud nos dice: el sujeto no es su inteligen- cia, no esta sobre el mismo ee, es excéntrico. El sujeto como tal, funcionando en tanto sujeto, es otra cosa y no un organismo que se ‘adapta. Es otra cosa y, para quien sabe oirla, toda su conducta ha- bla desde otra parte, no desde ese eje que podemos captar cuando lo consideramos como funcién en un individuo, es decir, con un cierto ntimero de intereses concebidos sobre la areté individual. Por ahora nos atendremos a esta metéfora tépica: el sujeto esté des- ‘centrado con respecto al individuo. Yo es otro, quiere decir eso”. De algiin modo. aqui Lacan agrega. con clerta tronia, qué impacto tie- ne en el campo del psicoanalisis. el famoso auge de “la psicologia del yo". como psicologia psicoanalitica. Va a cargar las criticas en la idea de que por ese lado. “con cierto alivio™. dice, volvemos a los caminos de la psico- logia general, es decir. a meter en lo que era el inconciente. nuevamente alyo. Lo entiende. obviamente, como una recaida del psicoandlisis en el campo de la psicologia: perdié en el camino el descubrimiento que habia producido. Todo eso que esta pensado en los términos del yo fuerte, del yo débil. de la buena adaptacion del yo a la realidad. reinstala alli la cuestion de la adaptacién abusando de los términos de Yo, Ello y Super- yo. P (Hace una pregunta para aclarar la diferencia entre Piaget y Freud. No se escucha bien} -Lo que pasa es que en el desarrollo plagetiano, ese individuo. ha de estar sufeto a la intelgiencta. De algtin modo. va a estar sujeto a ciertas estructuras que no podriamos colocar en el inconclente, sino en las es- tructuras formales de la inteligencia. En el psicoanalisis, la inteligencia es pensada a partir de las vicisitudes del inconciente. La pregunta sobre €l fracaso, cierta difcultad de aprendizaje, muchas veces la tenemos que | dirigir al deseo inconciente. Alli, para Freud, el funcionamiento logico va, | estar supeditado a la forma en que se pudo hacer la construccién del 54 ) inconciente, La negaetén légica va a ser un sustituto mas “elevado" de la Pp 2Que diferencia hay entre el egocentrismo de Piaget y el narcisime de Freud? “En que en el egocentrismo de Piaget no hay otro y el narcisimo de Freud no se puede pensar si no hay otro. El narcisismo de Freud depende de la imagen del otro para amarse a si mismo. En el egocentrismo de Piaget se va a plantear que la estructura Togico formal no pudo incluir un otro. un caracter de abstracelén que le Permlta mirar desde otro lugar que no sea el de él. La caracteristica de} Efocenrismo e8 que no hay lugar para ese otro punto de vista. Probablemente en lo que puedan coincidir estas etapas es en las eda- des, Pero hay. de entrada, una disparidad de objetos en cuestion. En tuno, ese afio, esa edad de la inteligencta es evolutiva. La “edad” del narc sismo no es evolutiva: en todo caso. habra una transcripeién de acuerdo f la compaginacin del deseo. Pero ese nareisismo no se disuelve. En Pla et. va‘ tender a desaparecer: ahi tenemos otra vez la idea de evolucién. P Qué quiciete decir cuando dijiste que Piaget llega a un punto de no retomo? ‘Un punto de no retorno en cuanto a la diseriminacién con la biolo- gia. Deste Piaget se produce un estatuto para la psicologia. Es cientifico fen cuanto a la inteligencia y a la conducta. Al pstcoanslisis le inieresa la cuestion del psiquismo fetal? “El psiquismo fetal es una hipétesis del genetismo psicologico y no del psicoanalisis. Es empezar a pensar cémo se relacionan el feto con ese mundo fetal y qué mensajes se pueden transmitir. qué armonia puede haber. qité equilibrio. £s tratar de llevar el inconciente a un territorio que le es impertinente. En el psiquismo fetal tendriamos una especie de in- conciente rudimentario y preverbal. Yo creo que es un exabrupto hablar de psiquismo fetal. Habria que plantear ese equilibrio como dependiente de lo bioligico, El psiquismo en esa érbita, ya depende de las fantasias con las que la madre acaricia la pariza: ese es el psiquismo fetal. la preexistencia de ese tro en relacién con el nacimiento. Entonces. si vamos a usurpar el ter- mino que ubliza Rascovsky. que es de por si bastante indigente. seré pa ra dar cuenta de que ese psiquismo ya esta en otro lugar. ya esta en las fantasias que se ponen sobre ese pedazo de carne que esté en la paza. Porque si sigue slendo un pedazo de came para la madre, por mas equil biro biopsiquico que haya dentro de la panza, el destino probablemente lo convierta en un psicético. Tiene que ver. en todo caso. con el psiquis- mo [para mantener e] térming) del otro. Nuevamente en el psicoanalisis, reencontramos la cuestion del sufeto y el Otro. P -La madre psicotica es la que encarna en el hijo ese pedazo de car- ne, por ese pedazo que a ella Ie falta ‘Aunque no necesariamente una madre psicdtica produce un hijo pst- cético. Probablemente. porque no le falta nada a esa madre es que lo co- loca como un pedazo de carne. porque si estuviera tocada por la falta. 5 podria otorgarle un estatuto falico. 4 Hise abaya stew yuna apertura para la proxi unidad ue barca los conceptos de la metapsicologia. Responcie a aquello que les decia que surgia en Freud, una especie de pregunta inquietante acerca de su psicologia. pregunta que tomaba como via las cartas a Fliess. y en donde Freud trataba de encontrar su identi dad en el campo del Saber. Voy a recordar un poco el pasaje que dice: ~..Por lo demas. tiene que decirme seriamente si puedo ponerle a mi psi cologia el nombre de metapsicologia. Esta es una pregunta que se podria tomar como “qué es lo que yo voy a hacer. qué es lo que hago en el cam- po del saber. Es verdaderamente metapsicologia lo que hago?” "Aqui esta la idea. evidente. de ir mas allé de la psicologia. de introdu- cir la cuestion del inconciente . mas alla de Herbart y Wundlt, de lo que era la psicologia en ese momento. Esa identidad “epistémica’ de la metapsicologia supone varias cucs- Uiones, que es el lugar en donde en Freud van tomando cierta consisten cia los fantasmas. Los lugares mas “esotérteos” de Freud. van plasman dose en el campo de la metapsicotogia, ‘Con esto quiero decir algo que habiamos comentado antes: que sien do la metapsicologia lo mas “general” de la teona. tiene que haber alo de lo mas intimo de Freud. Sus especulaciones. sus fantasias. tienen un hu kar metapsicologico y. en el momento en que surge el termino metaps- ccologia y no lo publica. surge el nombre oficial. que si publica: psicoand- lisis. Derivado del analisis quimico, de productr {también inspirado en Uter- bart. aunque no lo meneiona} en cierto atomismo de las representacio- nes, definidas por oposieién de una con otra. un quimismo de las repre sentaciones. La metapsicologia queda como el lugar secreto del psicoanalisis y Lransita, no sélo en esos textos agrupalos bajo el nombre de metapsico logia, sino en toda la obra de Freud, de un modo irregular. Les subrayo dos cuestiones de la metapsicologia: una, de cémo en Freud se detecta el “fantasear” operando en el campo de la teoria: y lo tro: que tipo de relzeion existe entre Ia forma en que Freud piensa su objeto y el descubrimiento del objeto. para definir la metapsicologia ‘Acerca de la primera cuestin, les leo de “Analisis terminable e tnter- mimable", cuando Freud eseribe: “Hay que decirse. asi la bruja tlene que intervenir. 0 sea, la bruja metapsicolégica’. Alude a la bruja de “El Fausto", que era reclamadas en clertos momentos dificiles. “Este recurso se Justifica de este modo: sin una especulacién y una teorizacién, por po- co digo la fantasmatzacion metapsicologica. no se adelanta ni un paso. Por desgracia, las informaciones de la bruja no son ni muy claras al muy 56 detalladas” En otro pasaje del Proyecto. se le: “durante estas sltimas semanas he dedieado'a ese trabajo cada tano de mis minutos Hbres”. Se reflere ala construccién de esta pscologia metapsicolglea. "Todas las noches. entre fas 11y las 2. no he hecho mas que imaginar.fantasear, trasponer. al vinar y sélo me detenia cuando me topaba con una absurdidad o cuando Yyarno podia mas. ‘Aqui aparece. aparte, la idea de la “trasposicén’: dice “trasponer”. “fantasear®, Recuerden que el aparato paigulco que imagina Freud. sabre todo en ese momento, se basa en huellas que se trasponen de un sistema 2 otro. Aparece la idea de adivinar. algo de la eategoria de lo erratieo, Después veremos el derecho que tiene la conjetura y el azar en psicoa- naliss. Les leo un iltimo pasaje para afirmar este aspecto de la inclustén te9- rica, es de “Mas alla del principio del placer”, donde se destaca el faneto- namiento de la asociacién libre. Dice asi: “Abandonarse (K: _como justifi- Cando su derecho) a un itinerarto de ideas, proseguirlo hasta donde leve. por simple curfostdad cents. En todo caso, no es posible levar mas Edelante esa idea ‘sin combinar, conjumtamente, repetidas veces, To. que pertence a los hechos con lo que incumbe a la especulacién pura. Sabe- fos que, mientras mas a menudo se proceda ast en la constniccién de tina teoria, menos conflable sera el resultado final, sin que su grado de incertidumbre sea asignable. Se puede tener la suerte de acertar pero tambien de equivecarse ignominiosamente. Es raro que se sea imparcial Cuando se trata de las cosas intimas. de los grandes problemas de la Ciencia y de la vida. Creo que cada uno, en estas materias, esta bajo el {nfluje de predilecciones inumas que estan profundamente arraigadas en lune y por cuya cuenta toda su especulacion trabaja sin que lo sepa. Por Consigatente, hay que contentarse con los retonos de sus propias cogta- ‘ones, disfazados por la lengua igurada propia de la pslcologi It que subrayo de estas tres citas es la posiblidad de encontrar. en la actividad tera, una modalidad del fantasear. No que la teoria sea fan- tania, sno que vamos a encontrar Incrustada en el campo de la teoria al- fo del inconclente que. en otras oportunidades, nosotros lo habiamos Sinculado al funcionamiento de la asoctaclén bre. Esa forma de hacer Crecer el discurse. esa forma singular del discurso de la préctica anal ca, infiltra la teoria. El sequndo punto. es la idea de que Freud ha de abordar un objeto inddito, el inconclente, con una mezcla de discurso clent{fico, ana- témico, tépico, quimico y del dominio de los mitos: la metapelcolo- gia y el Edipo. La forma en que Freud accede, al producir esta mix- fara, determina el objeto que descubre- Yes leo esta cita de Laurent Assoum, que me parece bastante clara. Dice: “El procedimiento {se refiere al procedimiento, en este caso, de los discursos que se plantean para decir algo del saber) es una verdadera categoria heuristica, No es solamente un auxillar de ta investiga- cién, sino su puesta en forma, algo asi como una ecuacién mate- vd rial. Esta racionalidad del procedimiento puede resumirse asi: pa- ra averiguar lo que busco hay que comprender cémo puedo encon- trarlo. O sea. en otras palabras. el instrumento constituye el objeto”. CLASE 4 Prohibicién del incesto. Pulsién y representante: la fijacién. Contrainvestidura en la represién primaria y en la represién secundaria. ‘amos a partir del primer punto de la untdad 2. La unidad 2 con- sistia en el intento de establecer una conexién entre lo que es el territorio de la metapsicologia y el complejo de Edipo. Ese pri- mer punto se refiere especificamente a una operacion estructurante del aparato psiquico y su correlato en el campo del Edipo. La operacién es- teucturante es la represién originaria, nocidn estrictamente cenida a los textos metapsicologicos de Freud. En el Edipo encontramos una opera: ion tan fuerte, tan marcada, tan determinante de la constitucién como lo es la represién primaria, y que es lo que vamos a tratar de definir con los términos de prohibicién del incesto y de castracién. Hoy fundamen- talmente giraremos alrededor del primero de ellos. Si bien hoy comenzaremos principalmente con la represién primaria u originaria, vamos a necesitar usar como telén de fondo la cuestién del Edipo . la prohibictén del incesto. En primer lugar una aclaracién: ustedes se van a encontrar en la obra de Freud con varios conceptos que tienen un elemento comin que, en aleman. es el prefijo “ur” y que se traduce habitualmente como origi- nario, primario o primordial. Hay. por lo menos a simple vista, tres zonas conceptuales que anidan este prefijo. Por un lado. la represién primor- dial, en aleman el prefijo ur precede justamente al término represtén. verdrdngung. Esa palabra se incluye en lo que ya es una tradicion en la literatura y en la poesia alemana: lo originario, io proto, eso que esta an- tes de, y que esta necesarlamente para que lo que viene después. suceda. O sea, viene primero pero no solamente es primero en sentido cronolégico (inclusive ese es el sentido que menos nos interesa) sino que es primor- dial, que es primero en sentido logico: que es necesario que esté eso para que el resto de las cosas exista. Por eso les decia que es fundante. consti- tuyente. Lo van a encontrar también en las fantasias 0 los fantasmas ort- Sinarios, los fantasmas primordiales. Esos fantasmas que Freud ubica en el orden de lo filogenético. Y por iltimo también en lo que se conoce co- mo la primera experiencia de satisfaccion. Esa primera experiencia de satisfaccién ubica en Freud la operacién que permite distinguir el espacio de la necesidad del espacio del deseo, y alli se establece esa experiencia primera y finica de satisfaccién bautizando y fundando el te- raitorio del deseo. Esta idea de lo proto, lo originario, lo Ur, se sittia en un campo de re- flexiones bastante oscuro. Sobre todo porque nos puede conducir a un ‘grupo de explicaciones metafisicas acerca del origen. No seria exacta- mente ése el angulo de reflexién freudiano. Lo primero que salta en este orden de lo originario es si la represin primaria resulta una operacién tan abstracta. tan hipotética, tan conje- tural, que nos serviria exclusivamente para dar cuenta con una mitologia tedrica del origen del aparato, pero que seria de algiin modo prescindible en el funcionamiento de la clinica. En realidad. no es asi. Si bien es una construccién netamente teérica (eso quiere decir que no “aparece” de un modo positivo en la practica analitica), no podriamos concebir cuestiones de base de la practica analitica, si no tenemos la nocién de represtén pri- maria. Freud mismo llega a la nocién de represién primaria a partir de preguntarse, de recorrer. los problemas de la represién secundaria, La necesita como una hipétesis que sostenga esa operacion (de la represion secundaria) que. en la practica aparece en carne viva, mucho mas palpa- ble. Con esto digo que la represin primaria no es sélo una fébula de los origenes, clausurada, de la cual no podriamos dar testimo- nio en la clinica, sino que irrumpe y astilla lo que se conoce como los tres tlempos de la represién. La represién primaria, la repre- sién secundaria 0 propiamente dicha, y el retorno de lo reprimido. ‘Trataremos de mostrar, si es posible. que podremos reconocer un hilo 16- agico que une a las tres y que lo empuja a Freud a incluirlos. no como tres, estructuras distintas. sino como tres tiempos de lo mismo, o tres fases de lo mismo. Es decir, que algo de la represién primordial lo reencontrare- ‘mos en el retomo de lo reprimido. ‘Algo mas acerca de esto: la cuestién de lo clinico. acentuando ahora lo que hace a las turbiamenie llamadas “estructuras psicopatologicas”. nos lleva también a la necesidad de dar cuenta de la represton originaria para distinguir. en muchas ocasiones. entre psicosis y neurosis. Esta operacién, la represién originarla, excesivamente tipica de la neurosis, inos ha de servir de referencia para precibir lo que fracasa en la psicosis. Esto esta dicho por ahora solamente para indicar que. si bien es una operacién que hace al el origen del aparato, observemos que no podemos reducirla a una abstracci6n desentendida de la practica . Se puede decir que es una especie de mito teérico: ¢s una construc cion que trata de dar cuenta del origen del aparato. Como todo mito su verdad proviene no de un hecho empirico. de poder recortar con certeza fen qué momento se da. sino de una necesidad légica. El mito encuentra ssu verdad en la forma que organiza el relato, en la forma que organiza la transmisién, y no en si fue o no un hecho circunseribible en lo empirico. 1 ‘entro de esta palabra, mito, es desde donde se va configurando juna de las hendijas por donde nos ha de resultar mas facil pen- sar la operacion de la represién primaria. No hablo del mito teé- rico en este caso. sino del mito como construccién. digamoslo asi por ‘ahora, antropolégica. Es la antropologia. yo diria mas especificamente. desde Levy Strauss. desde donde se puede empezar a precisar también algo que responde al origen y servira para poner algunas figuras en esta oscuridad de la represion primarta. Desde Levy Strauss se plantea el gru- po de problemas que viene con la prohibicion del incesto. Se trata de sa- ber qué es lo que puede distinguir naturaleza y cultura. El puente entre la represién primaria y la prohibicién del incesto esta- 4 dado por lo fundante. pero en este caso. sencillamente, por el hecho de que alli también se necesita de una operacién que divida érdenes y que trata de explicar un pasafe. Divide el orden de la naturaleza del or- den de la cultura, y trata de explicar ese pasaje. La pregunta de Levy Strauss acerca de esa diferencia entre naturaleza y cultura. conceptos absolutamente" antiguos", no es una invencién de Levy Strauss . Pero probablemente sean dos los elementos que lo singularizan en Levy Strauss: por un lado. lo que descubre de esa diferencia y. por otro lado, esa diferencia aparentemente se sostiene un concepto muy claro, pero que, como lo veremos. mantiene ain su penumbra, que es justamente e! concepto de prohibicion del incesto. Me explico. Naturaleza y cultura tradicionalmente, dice Levy Strauss, se distin- guen, una, por tener un eardeter universal y espontaneo, la natural la otra, por tener un cardcter relativo y artificial, la cultura. Pero vamos @ encontrar alli un elemento que es a la vez universal y que, sin embargo, pertenece (o es el punto de ruptura) para el orden de la cultura, la prohi- bicion del incesto. La prohibicion del incesto posee el caracter de ser en- contrada exclusivamente en la regién de la cultura pero que sin embargo, carga con el rasgo con el cual definiamos la naturaleza: la universali- dad. Levy Strauss define la cultura. entonces. como la presencia de reglas en los comportamientos.. Pregunta Te referis a la prohibicién del incesto del hijo con la madre? -No necesariamente. Es necesariodistinguir la practica historica de la prohibicién, de la ley de prohibieion del incesto. ya que. desde el momen- to que lo estamos circunscribiendo como incesto. es decir como transgre- sién, lo estamos reconociendo con una ley. Conviene recalear que en otrassociedades puede permitirse algo que en esta consideramos inces- tuoso. Eso no quiere decir que en esa otra cultura no se reconozcan re- las que ordenan tambien las relaciones elementales del parentesco. P-No tendria que ver con lo que plantea cuando dice lo del intercam: bio de mujeres? Claro. lo relaciona fundamentalmente con eso. Indica que la prohibi $1 lon del incesto supone dos cosas: la alianza y el intercambio. La alianza :se pueden relacionar. pero con determinadas restricciones y esas restric- clones suponen, como consecuencia, un intercambio. Pero el psicoanali- ‘sis muerde por otra zona. Hay un pasaje de Safouan . en donde se trata de dar cuenta de que en el psicoanalisis no es suficiente el lugar de la mujer como bien, como objeto de intercambio, sino que tendremos que esclarecer el sitio de la mujer como objeto de deseo. ‘Con esto se trata de abordar la cultura como la presencia de reglas en los comportamientos sustraides de las determinaciones instintuales,.. Ali hay una especte de légica de balanza: cuando interviene la regla (esta regla que es universal, la de la prohibicién del incesto} va a despojar el orden de determinaciones instintuales, Cuanto mas mareado nos encon- ‘tremos en el campo de las reglas. menos vamos a encontrar una razén biolégica, instintual. En ef libro “Estudios sobre el Edipo" del psicoanalista arabe-francés. Moustapha Safouan. que, retoma la cuestion de Levy Strauss. Dice: “Es- ta concepetén india de la ley de la prohibicién del incesto como una ley de intereambio. si ella, aleanza a explicar la exogamia (o sea, Ia razén por la cual ese objeto sexual hay que buscarlo fuera de la tribu). no explica la prohibicién del incesto. No hay nada en la perspectiva de esta teoria que impidiera, por ejemplo, que se confie la iniclacién del joven a su madre, antes de lanzarlo al mercado de los hombres casaderos, 0 también de los compradores de mujer”. El agrega: “Reconocemos ahi un fantasma bastante tipico del obsesivo" (de los compradores de mujer. ¢ otro problema que tiene que ver con los lazos de la neurosis obsesiva y la prostitucién). ‘Aqui, de lo que se trata de dar cuenta, es de que la razén que explica 1a exogamia. no explica por qué no puede haber una iniciacion sexual de Ja madre sobre el hijo para después productr el intercambio. La iniciacién no seria un problema para el intercambio. No obturaria el intercamblo que la inictacién esté en manos de la madre. Y sigue: “Ese fantasma nos pone en contacto con una problemética del deseo. El caracter unitario, simple. del modelo del intercambio. atin cuando respondiese a las exigencias de una conceptualizacién sociolégi- ca, asegurando la formalizacién de las estructuras del parentesco. no ex- cluiria la necesidad que se impone, cuando nos situamos en la perspect! vva de la experiencia analitica, de distingutr entre la mujer como bien o como objeto de intercambio, y la mujer como objeto de deseo”. Es decir que, en la cuestién propiamente psicoanalitica, no ya de la antropo- logia estructural. tenemos que incluir, para dar cuenta de la prohibicién del incesto, no sélo la razén sociolgica. de qué es necesario para el inter- cambio y para las allanzas, sino la razén que coloca a la mujer. ademas. como objeto de deseo. Probablemente sea mas universal el estatuto de objeto del deseo que el de intereambio. puesto que como objeto de inter- cambio esta reducida a un pasaje histérico. or un lado, estamos en un campo que. en el orden del saber. es muy conocido y que estamos tratando de enfocarlo desde otro angulo, la ca- racteristica de fractura, de grleta, que atraviesa a la condicién humana. Que el sujeto nace. en tanto sujeto, como dividido. Que el sujeto ha de estar separado del objeto natural que le convendria, abismado de la ma- dre filica. de aquella que lo envuelve y le permite un cuerpo libidinizado, como dice Masotta. no podemos ejercer la sexualidad con aquella que la aprendimos. Esa condicién humana. el psicoanalt mente Por otro lado. esa grieta es trabajada en la drbita de un desencuentro irremediable con el objeto natural. Hay dos pasajes, absolutamente generales. que nos pueden ir contor- nenando la cuestion. antes de entrar resueltamente en el campo de la ‘metapsicologia, para después volver al del Edipo. Hay un pasaje de La- can, de “Funcion y campo de la palabra’, en donde habla de ese encuen- to fallido del hombre con el objeto que le conviene. y dice lo siguiente: “En el momento de su conjuncidn esencial y. por asi decirlo. en el punto cero del deseo (0 sea. antes que el deseo comience). el objeto humano cae preca del embargo que. antlando ou propiedad natural, Io somete a las Condiciones del simbolo” (que lo sustrae de ese objeto natural y lo escla- viza en un orden de sustitutos que ya son simulacros, sefiuelos ) Ese objeto. que podria ser el que teleoldgica o preexistentemente est allf esperando el desenlace natural. la satisfaccion arménica. digamoslo asi. del deseo, ese objeto es sustraido y empieza a ser dominado por una légica que no responde a la naturaleza sino que responde (digamoslo. ya gue tenemos este preludio) a la cultura. Ya el objeto esta definido en un desfiladero desefuelos... El objeto natural cae preso de un embargo ‘Lo que quiero afiadir en este marco es un pasaje que esta en este li- bro. muy lindo. de Silvia Molloy, sobre Borges."Las letras de Borges” Dentro de los comentarios y el analisis de la obra borgeana es. sin duda uno de los mas exhaustivos. Justamente. trata de dar cuenta de la per- sistencia que hay en la literatura borgeana. de las nociones de grieta, de abismo. de aquello que en la metapsicologia expondremos como la repre- sién primaria. Pero que. sin embargo. se introduce. se inftra. como una sombra en cualquier espacio de la existencia. Aqui se cita, a su vez, un pasaje de una novela de un autor ingles. Thorndike. en el siguiente: “Yo creo dijo Miriam- que no hay persona que no eche una mirada a esa grieta en momentos de sombra y de abatimiento. es decir. de intui- cién. Esa grieta, dijo su amigo. era slo una boca del abismo de oscuri- dad que esta debajo de nosotros. en todas partes. La sustancia més firme de la felicidad de los hombres es una lamina interpuesta sobre ese abis- mo y que mantiene nuestro mundo {lusorio. No se requtere un terremoto para romperla. Basta apoyar el ple”. La escena sefiala que nos sostenemos en una grieta, en una especie de nada. Recuerda bastante a Sartre. sobre todo el primer pasaje. en donde eso se descubre. dice, en momentos de sombra, de abatimienio y de lucidez. Hay una experiencia radical, en donde, para Sartre, algufen puede tocar, palpar, su contingencia, la inutilidad de su existencia, la la teortza metapsicolégica- ‘experiencia de la néusea. Un término que en Ia érbita sartreana, inscribe ‘también una grieta constitutiva. P-La cuestion del incesto. no se podria pensar desde el punto de vista ‘que plantea Freud cuando del padre, como juez y ley... jueda, ahora, por plantear la cuestion de la prohibietén del nces- to, que le otorga otra luz a la metapsicologia, ver en eso su relacién con la represién primaria. Se vincula con “Totem y tabu. P -Es todo el orden de lo simbélico. -Exactamente. Inclusive la idea de que en esa mitologia freudiana, un mito no verificado antropolégicamente pero que conserva su verdad en tanto reencontramos ese drama sobreimpreso en el Edipo. Ese mito plan- tea el pasaje de un registro en donde existe un padre terrible de la horda primitiva, dominaba a todas las mujeres. y era la ley. Lo que vamos a su- brayar es cémo el asesinato de ese padre transcribe en la memoria de la humanidad las prohibiciones, desplazadas, que encarnaba ‘aquel padre. Fundamentalmente, lo que tenemos alli es un pasae . or- namentado antropolégicamente. del incesto y del erimen, hacia la memo- i -Como recibe el objeto este encuentro con la prohibicién? gComo un encuentro con la realidad o como un rechazo de la madre? -Yo diria que son la misma cosa, porque la tinica via para encontrar- se con la realidad es ser atravesado por la prohibicion. Porque si estamos hablando de la realidad del deseo, para concebir esa realidad, la tnica forma es este corte que ya alberga la madre. Ese encuentro con la reall- dad depende de cémo esta inscripta en ella la prohibicién del incesto: no podriamos decidir diagnésticamente una psicosis desde la realidad. No podriamos caractertzar al psicético desde una pérdida de la realidad. por- que no entiende o alucina esa realidad que todos, supuestamente, com- Partimos. La pregunta por la realidad no la vamos a tener que buscar en la rea- lidad misma, sino en cémo fue constituido, digamoslo por ahora asi. con qué cédigo fue enrejado ese sujeto para que produzca una realidad de naturaleza “psicética’. El encuentro con la realidad siempre esta mediado por la prohibicién del incesto. por este rechazo de la madre. Nunca la re- alidad proviene desde un exterior objetivo: nunca la realidad dice lo que est prohibido o no, porque la naturaleza de las cosas son del orden de la prohibicion misma. Lo empirico, no es el régimen del deseo, no se esta- bblece por ensayo y error: no sucede al modo de: se acuesta con la madre y le cortan el pito, sino que se asienta en el mecanismo de lo simbélico, y no en un empirismo del complejo de Edipo. % -Ademnés. yo creo que el sujeto se hace tal por la prohibicion del in- cesto. lo cual no quiere decir (esto vale como advertencia al margen. porque es correcto lo que decis) que debemos tener la idea de que si no se instaura la prohibicion del incesto. queda en el orden de la naturaleza © del salvaje. No ha de ser exactamente lo mismo un sujeto psicético aco- rralado por la prohibicién del incesto, de un modo diferente que en las neurosis, que el salvaje de Aveyron. por ejemplo. que el chico lobo. al- gulen que crecié en la naturaleza. Digamos. el sujeto va a estar tensedo por algtin lado. comprometido. con el peso de la prohibicién del incesto, aunque no lo podamos definir del mismo modo que al neurético, como tun sujeto deseante. 2 + -Con respecto a la represién primaria, aparece en el discurso del analizado. se articula alli, o queda fuera, como limite del lenguaje, de lo que no se puede hablar. ‘Vamos a precisarlo ahora. pero esa puede ser una aproximacién: una de las definiciones de represtén primaria, puede ser esta: un limite del lenguaje. de lo cual més allé no podriamos decir nada. Vos pregunta- bas si en la préctica eso se palpa: como es necesario que haya algo en la represion secundaria, en el retorno de lo reprimido, algo de la represion primaria para que eso funcione. P: -Por qué dijiste que la represion secundaria esta como a la vista. -Dije eso porque es el punto clinico desde donde se lo pregunta Freud, cuando Freud describe los sintomas. los suefios. la censura y las sustitu- clones, esta trabajando directamente con la represién secundaria y con cl retorno de lo reprimido. Esta trabajando con esos elementos que se sustraen del campo de la conciencia. Los palpa alli. en las lagunas, en las contradicciones. en los retofios de lo que qued6 fuera: es alli donde surge “el caballo” reemplazando cierta alusién a la castracién del padre. Ese tipo de engranaje son los que cotidianamente recorre Freud. y esta plantenado alli un aparato que funciona con divistones. Para que algo se sustraiga de un campo y caiga en otro, para que lo reprimido vierta en el inconsciente algo. tiene que haber una hendidura alli. Esa es la reflexion de Freud: piensa que esto se sustrae y va a parar a otro lado y eso que va ‘a parar a otro lado no se disuelve sino que sigue manteniendo su trabajo, tiene vigencia en la memoria, sigue produciendo retofos, sigue insistien- do, torjando sintomas. Pero, entonces, como se puede suponer un apa- rato que funcione asi, si no se supone previamente una divisién. zCémo puedo pensar la represién secundaria si no plenso antes un aparato psi- quico fracturado? Adénde vierte esoa elementos? zDe qué modo concibe la censura? ,Desde dénde? De no proponerse un aparato psiquico fracturado, se deberia figurar un efercicio interminable de ta repre- ‘sién secundaria (la figura de quien saca el agua de un bote agujere- ado). Por lo cual Freud desde la represién secundaria construye, retroac- tivamente, la necesidad de la represion primaria. Esto quiere decir que construye la necesidad de que el aparato psiquico sea desde su naci- miento, dividido. La represién primaria es, mas que un rechazo, una divi- sion. Aclaracién que hace al término: represién, supone contrarrestar. hidraulicamente, una presi6n: la represién originarta no es eso, ten mosque decir ahora por qué, porque no se sabe bien qué frena. Esa re- presion primaria es mas que nada una fractura. De ahi que surja esa tra- ducctén (la encuentran en Etcheverry) de que la represion secundaria es la represién propiamente dicha. Existe en Freud una definicién de represién primaria (ustedes la pue- den encontrar en el articulo “La represion’) que dice més o menos asf: @ un representante de la pulsién (ahi pone el término “representante de la representacton”. término complejo que veremos mas adelante, por aho- ra vamos a utilizar de un modo amplio el término representante), se le ve negado el acceso a la conciencia. Al negirsele el acceso a la con- clencia, queda ese representante fijado a la pulsién que le daba su impulso. En esta definicion de represin primarta hay cuatro términos. por lo menos: pulsién, representante, fijacién y contrainvestidura. que es esa operacién que niega al representante de la pulston el acceso a la conctencia. Reltero: se le ve negado al representante de la pulsién el ‘acceso a la conciencia. y a partir de alli, queda fjado ese representante a la pulstén que le daba origen. que le daba impulso. Entonces. tienen: fijacion de la pulsion y del representante: y la ope- racién que niega el acceso a la conciencia. que es la contrainvestidura. La contrainvestidura es una nocién que surge en Freud para explicar. econémicamente. desde el punto de vista de la energia. la dinamica de la represion. Freud indica que para que se produzca la represién secunda- ra tlene que haber por lo menos dos operaciones. Partimos de lo siguien- te. tenemos un elemento en el preconsciente. el representante que quere- mos desalojar. que queremos. en definitiva. reprimir. La primer operactén. ha de ser la de sustraer la carga, la investidura preconsciente que inviste a ese representante y que le permite estar en el preconsciente. La idea de Freud. desde el punto de vista de la energia. es que es la investidura la que permite o coloca un representante en tal o cual sistema. O sea. que para que esté el representante en el preconciente. debe estar envuelto. regido. por la investidura preconsciente. ‘La primera operacién, entonces, es sustraerle, quitarle la auto- rizacién, sustraerle esa investidura preconsciente. Ese representante de alguna manera. cae en el inconsciente. es vertido en el inconsciente. Esa investidura preconciente que queda libre, se desplaza y toma otro representante. que tendra una conexién con el representante repri- mido. Si se trata de un representante que justamente, en funcién del dis- placer que producia, fue reprimido. puede conformar en el sustituto, un sintoma. Ese sintoma, que recibe la investidura abandonada, oficia- r4.de contrainvestidura. Esto quiere decir dos cosas: que este representante nuevo, sustituto. que se hizo cargo de la tnvestidura libre, tene por funcién impedir que retome el representante reprimido pero que. a su vez, revela conexiones con lo reprimido, eso es un sintoma. Con esto queremos decir que no es casual la eleceién de un representante para el sintoma. Si se elige deter- minado ritual, clerto animal. o algiin érgano, ha de haber un hilo légico entre lo reprimido y aquéllo que lo sustituye. La contrainvestidura es esa operacién que se apodera de un representante nuevo. de un representan- te sustituto, para impedir el retorno del representante reprimido. La ex: plicacion de la contrainvestidura también se puede consultar en el dic- clonario de Laplanche y Pontalis, ademas del capitulo cuatro de “Lo in- consciente". “Tépica y dindmica de la represién”. Esto, por ahora, lo usa- ‘mos como un apoyo para explicar la represién primaria. P: -Cémo actuaria la censura? Si, la censura es localizable en el efecto de la represién, que obliga a una deformacién. Freud habla de dos censuras: entre inconsctente y preconsciente y entre preconsciente y conciencia. En un pasaje de la metapsicologia, en el articulo “Lo inconsciente”. dice que no son dos censuras sino una, que se corre. dando idea de que la segunda censura se explica por la raciona- Iidad de la primera, Si hay alguna dificultad para pasar de lo preconcien- te a lo conciente. es por la resonancia de la primera censura, de lo incon- ciente a lo preconciente. P: -Qué relacion Uene esto con la derlegacton? -La denegactén, es otra forma de traducir la negacion, el concepto de negacién. distingutendo la negacién logica. de la negacion en el orden del psicoanilisis. Lo tinico que podriamos decir por ahora, es que la nega- ion, aquella del ejemplo “no es mi madre” (Freud en su articulo “La ne- gacién'), se apoya inevitablemente en la represién, siempre se instaura fen funcién de algo reprimido. La negacién no es una operactén fundante. Lo que dijimos acerca de la contrainvestidura se reflere exclusivamen- te a la represion secundaria, es decir. al aparato psiquico ya constituido. Estamos hablando de contrainvestidura preconsciente, en relacién con lo inconsciente, lo reprimido. es decir. que estamos hablando de un aparato psiquico fracturado y en functonamiento. ‘Si nosotros definimos la represién primaria por un freno al acceso a la conciencia , y st ese freno dice Freud, es una contrainvestidura, y st, co- mo habiamios dicho, la contrainvestidura surge de la sustraccién de la ‘carga preconsclente, la pregunta ha de ser entonces: de dénde proviene la contrainvestidura en la represtén primaria, si no tenemos sistema preconscfente, ni tenemos investidura preconsctente previa’, Freud afirma: el tinico mecanismo de la represién primaria es la contrainvestidura, esto quiere decir. que la barrera a la descarga pul- sional, el freno a la descarga pulsional. esa contrainvestidura, tiene un origen oscuro. Freud descarta la procedencia del superyo. éste se cons- truye con postertoridad. También prueba con una explicacién energetis- ta: alude a ese freno como algo del orden traumético: un exabrupto ener- _gético que fractura la defensa de un aparato psiquico rudimentario. Pero la incégnita del lugar de origen de la contrainvestidura en la re- presién primarla se mantiene. La cuestion seria, entonces. la siguient tratar de pensar desde dénde surge la contrainvestidura, la barrera ini- cial a la descarga de la pulatén. Eso por un lado, pero antes de llegar a ‘es0, Io que es necesario precisar es lo que decimos cuando hablamos de pulsién, de fjacién y de representante, que son los otros tres términos a7 Implicados en la definicion que dimos. Es una definicién absohitamente tramposa, porque esta usando para definir la represion primaria, para definir la constitucién del aparato psi- guico, los términos que atin no estén definidos: habla de pulsién, habla de representante, habla de negacién del acceso a la conciencia. Y sin em- bargo, son términos que nacen a partir de la represién primaria. Enton- : -La pulsion también? -La pulsién también. Hay un autor, un filésofo, que a pesar de tener ‘una vision fuertemente tmpregnada por la hermenéutica, dice algo que puede sernos util, Paul Ricoeur. Tiene varios textos, uno muy interesan- te, que se llama “Freud: una interpretacion de la cultura’. En un pasaje dedicado a esta cuestién, dice lo siguiente: “Por eso, Io que tomamos co- ‘mo expresién originaria de la pulsién (0 sea. que la pulsion salga a la luz ‘viaiblemente, vaya en busca de su objeto. de su descarga) resulta ser ya producto de una fjacién . to que significa que no podremos pensar la pulsin sin el representante. No sélo que no la vamos a poder pensar, ‘sino que la pulaién no existe ain el representante, Frend en “Sentimien- tos inconscientes". indica que cuando hablamos de represtén, de incons- lente, siempre hablamos de representantes y nunca de pulsién. La pul- sién no se reprime, la pulsién no es inconsciente: lo que se reprime, lo que es inconsciente es el representante y no la pulsién: la pulsién. para que tenga existencia psiquica, necesita indispensablemente, constituirse partir del representante). “La relacién entre expresién y pulsién nunca ‘se nos muestra sino como relactones instituidas, sedimentadas". Es decir que la pulsion stempre esta mediada, Ajada. inscripta. El término en ale- ‘man, flrlerung, se puede traducir también como inscripcién: cuando se- ‘Aalamos que una pulsion queda fijada a un representante, se podria de- cir: la pulsién queda inscripta, queda registrada en el orden de los repre- sentantes. “Habria que remontarse més alla de esa represtén primaria para llegar a una expresién inmediata, sélo que Freud Jamas ha dicho c6- ‘mo seria posible remontarse més alla de la represién primaria. Repre- sca ese amen ene emi entoya expresado, en lo ya dicho". co A ~, P: -Cuando vos decis representante, ,2 qué te referis? A signo. lo que esta en lugar de otra cosa? -En sentido general, podria tomarse el término signo. algo que esta cn lugar de otra cosa. Como st dijésemos que en vez de la satisfaccion de la pulsion, tenemos algo que la sustituye. Pero nos daremos cuenta que no es exactamente un signo. sino que se trata del significante. por la ra- zén de que este represeniante no esta en el lugar de la expresién inme- lata de la pulston, de la satisfaccién de la pulsion, ese representante no lava a satisfacer. no le va a indicar claramente, semanticamente, el obfe- to que le conviene. No se puede satisfacer con un objeto natural pero tampoco se va a satisfacer con un objeto cultural. Si fuese asi, seria efectivamente un signo. Al ser un significante, algo que no es claro, que es incierto en la herencia de la pulsion, la engancha en una cadena in- satisfactoria. La pulsién no se expresa, eso que esta en la pulsién no lo encontramos de un modo idéntico en la cultura 0 en los simbolos sino que habré un hueco entre la pulsién y lo que la suple; la ope- racién que anuda firmemente y constituye a la pulsin y al repre- sentante, es la represién primaria y depende de esa contrainvesti- dura, depende de una burrera para ta descarga de ta pulsién. Freud, insisto, habla en términos que no podrian definirse sino retroactivamente, de ahi que el grafico es usado en funcién de ese tiempo. Una primera flecha. que va de izqulerda a derecha. que trata de tlustrar el empuje de la pulsién a través del representante y el limite mar- ccado por el segundo vector. que retorna, de derecha a izquierda, que gra- fica la contrainvestidura. Es a partir de que la segunda flecha corta la primera que podemos hablar alli de pulsién y de representante. O sea gue tenemos los términos pulsién y representante en el primer vector pe- ro solo cuando el segundo vector, el de la contrainvestidura, pone un fre- no. es rectén alli cuando se fija. cuando se inscribe, cuando exactamente podemos hablar de pulsién y de representante. Es decir que el primer elemento toma lugar sélo retroactivamente; pulstén y representante son {inica y exclusivamente a partir del freno. de la contrainvestidura, La in- tencién es, fundamentalmente. acentuar el cardcter logico que tiene la represion primaria. Si nosotros decimos que no podemos situar la proce- dencia de la contrainvestidura en la represién primarta, aunque sea la contrainvestidura la operacién que la explica, queremos decir que no po- demos plantear la contrainvestidura como algo intrapsiquico. No hay una barrera del sistema, porque lo psiquico no esta atin constitutdo. No pode- ‘mos hablar de un limite a la descarga, porque el sistema todavia no esta instalado. Entonces, desde dénde viene ese freno, esa contrainvestidura cen la represién primaria? 3 's aqui donde vamos a tratar de introducir este enlace: Bt Edipo y la metapsicologia. ‘Hay un pasaje (no son muchos en Freud) en donde encontramos la se- fhal nos hace pensar que esa contrainvestidura no es exactamente in- trapsiquica, no es una especie de engranaje del aparato psiquico, antes de que el aparato se funde, sino que apela a algo afeno al sistema. Esta contrainvestidura originaria, motor de la represién primaria, operacién ‘que permite la Ajacion de la pulsién en el representante. y por lo tanto, también de la division entre preconsciente € inconsclente, puesto que el representante es fundante del inconsciente: esa operacién en Freud apa- rece oblicuamente conectada con otras zonas de su teoria. En un texto que se llama “Sobre una degradacién general de la vida erética’, del aio 1911. Se incluye en una obra un poco mayor que se llama “Aportaciones a la psicologia de la vida erética’. Ahi Freud dice lo siguiente: "A mi jul- clo, y por extrafio que parezca, habremos de sospechar que en la natura- leza misma de la pulsion sexual existe algo desfavorable a la emergencia de una plena satisfaccié Una primera aclaracién: Freud dice “en la naturaleza misma de la pulsién sexual”, alli, ya hay algo desfavorable a la plena satisfac. eién. Tengamos cuidado con entender que la pulsién se autolimita sin referencia a la represién, porque alli nos desbarrancamos en las hipétesis “culturalistas” que suponen que la represién es del or- den de lo sociocultural, externa a la légica de la pulsién, que viene a aplastar el empuje libertario de la sexualidad. La formula teorica de E. Fromm. En Freud la represtén es algo inherente a la pulsién. Piensen en “Pulstones y sus destinos". La represin es uno de los des- tinos de la pulsién. no es algo externo, ¢s algo inherente al functona- miento de la pulsién, con esto queremos decir que sin represién, no hay pulsién. La represién no es del orden de lo social (cuando yo me referi a culturalista, no aludia al criterio de cultura que estabamos comentando hoy, sino al orden sociologico de la cultura, algo ceniido histéricamente), sino que se trata de una represion fundante de la sexualidad. Sin esa re- prestén fundante no hay pulaién. Entoncee, hay algo inherente a la natu- raleza misma de la pulsion que impide la plena satisfaccién. Freud prosigue: “En la evolucion de esta pulsion larga y complicada, se destacan dos factores, a los que pudiese hacerse responsables de tal dificultad”. Veremos uno de ellos. “En primer lugar. a consecuencia del desdoblamiento de la eleccién del objeto y la creactén intermedia de la barrera contra el incesto, el obje- to definitive de la pulsién sexual no es nunca el primitive, sino tan sélo tun subrogado suyo". El desdoblamiento de objeto supone que el objeto que, en definitiva se ha de elegir sera distinto del objeto primordial. por- que sobre ese objeto primordial cay6 la prohibicién del incesto. Aqui te- hemos que hacer una aclaracién inevitable: acostarse con la madre no es zo dre no es acostarse con el objeto primordial. porque el objeto primordial no es exactamente la madre de la realidad. sino que es la madre falica. es la madre con pene. una construccién tlusoria. Es decir que acostarse con aquella madre seria un imposible de la estructura, la concrecién ya seria un simulacro. Desde ese punto de vista. es una recomendacién saludable para los que quieran verificar el positivtsmo en psicoanalisis. Dice Freud en el ultimo pasaje: “Pero el psicoanalisis nos ha demos- trado que cuando el objeto primitive de un impulso optativo sucumbe a la represién (fijense que pone en el mismo lugar prohibicién del incesto y represién del objeto primitivo, Para Freud la represién del objeto pri- mitivo es la misma operacién que la prohibicién del incesto. Ahi es donde tenemos un contacto entre esa zona tan oscura, enigmatica de la metap- sicologia y el Edipo) es reemplazado, en muchos casos, por una serfe in- terminable de objetos sustitutivos. ninguno de los cuales, satisface por completo”. Lo que debemos subrayar aqui, que es lo que nos ha de servir cast de guia. es la logica de sustitucién que encontramos tanto en Ia idea de prohibieién del incesto como en la idea de represién primaria. La re- preston primaria como el freno a la descarga, agreguemus uliurs, Inacla lun objeto primordial. La prohibicién del incesto instaurando un universo en donde sdlo vamos a obtener algo de satisfaccién a través de la esfera del simbolo, a través de los sustitutos. Hablar de sustituto, es hablar de la logica que sostiene el psicoanall- sis para pensar las formaciones del inconsciente. y todo el campo de las neurosis. Que la sexualidad deba y tenga como tnica postbilidad la de transitar por algo que reemplazé, que suplié lo natural. ‘Una cosa mas acerca de este quiasma pulsién-representante, Hay un articulo de Michel Tort en donde trabaja el problema de la pulstén, del representante. de la traducctén. En un pasaje se detiene en esta cuestién de la retroactividad. Dice: “La relacién entre pulsién y su representante no es mas Ia de una esencia con su expreston’. No es mas la naturaleza de la sexualidad que sale a expresarse a través de lo mental. Ahi tendria- mos la esfera biolégiea y la esfera mental. y la pulsién quedaria en lo bio- légico. Sabemos que la pulsién no es lo biol6gico, sino un concepto limi- te, No es exactamente lo biolégico. ni es exactamente lo representativo. Vamos a tener que ubicarlo como un cuerpo que no es el cuerpo somatl- co, pero que es un cuerpo que necesita a su vez un representante para Ingresar en el aparato psiquico. Entonces dice: “La relacién entre pulsién y su representante no es mas la de una esencia con su expresién. ola de tuna excitacién somatica con su fenémino psfquico, sino un vinculo, una fijactén, el encuentro, en consecuencia, de dos elementos exteriores el uno al otro (0 sea, que son distintos: a uno lo estamos ubieando dentro del aparato psiquico, y al otro en el limite). La problematica del destino de pulsién, que partia de la pulstén. no podia conducir sino a suponer una suerte de estado mitico de la pulstén, anterior a sus representantes psiquicos”. La creencia de que primero esta la pulsién y después el Tepresentante, es absolutamente falsa. “En realidad, evidentemen- ua te, y tal es el sentido de la represién originaria, el encuntro, la de terminacién psiquica de la pulsién, son los originarios”. es decir. que es a partir del encuentro que se fundan originariamente pulsién y re- presentante. Que la pulsién no puede ser captada sino en sus represen- tantes, significa que antes de estar fijada a un elemento significante, es ‘una pura cantidad psiquica, es decir. nada. Freud. al evocar el problema de la cualidad de las pulsiones. sostiene que, como tal, la pulsién no tiene cualidad, las pulsiones no poseen nin- guna cualidad por si mismas. sino que existen s6lo como una cantidad susceptible de producir un cierto trabajo en la vida psiquica. Trabajo que lo vamos a reconocer justamente en la vida psiquica. El trabajo de la pulsién lo seguimos en las formaciones del inconsciente, Pero, mas precisamente, el que sea a propésito de la pulsién que ocu- rra esta reestructuracién comporta otra significacién, a saber, que el or- den de la pulsién es, en rigor. el mismo que el de lo psiquico en su fun- dacién, en lugar de estar planteado en una anterioridad falaz” . Esta es la ‘dea que se trata de enfatizar, la de no poder separar la construccién del simbolo de la construccién del cuerpo erstico. no poder separar al repre- sentante como artificio fundamental del aparato psiquico. No tenemos el cuerpo en que se expresa, sino un cuerpo erético que nace a partir de los representantes, porque sino supondriamos equivocamente que la fuente de la sexualidad es una especie de expresividad, de florescencia de lo interno, de lo btolégico. que se expresa por un signo. No. La idea es alli plantear que si la pulsién. si el cuerpo erético no nace sino a partir de los representantes. si es exactamente asi. tenemos, irremediablemente que apelar a la incidencia del Otro sobre ese cuerpo. para que nazca la pulsién. Es a través de los simbolos. de los representantes, de las novelas familiares del Otro, que nace la pulsién. que se produce. retroactivamen- te, la pulstén. Es recién a través de la contrainvestidura que viene del Otro. de la cultura, donde es posible pensar esa inscripcion. P: -St la pulstén y la representacién se fundan juntas, cémo es que la pulsién seria lo innombrable. estaria mas alla. Seria nombrable. desde ese punto de vista si nace ligada a una representacién. No exactamente. El hecho de que ee plantee la fundacién conjunta no supone una sintesis. por eso no refrendaria la palabra dialéctica. Que se funden juntas no quiere decir que haya una sintesis dialéctica. El poder inscriptor, lo que hace inscribir y producir, es el fraca- ‘s0 de la pulsién por satisfacerse. Es una divisién por el hecho de que Ja pulsién queda fuera del campo de (re) presencia del aparato psiquico. ‘Solamente vamos a obtener una fuente de trabajo. alli, en el aparato psi- quico. La pulsién, en si, solamente tiene su inclusién en términos de ausencia. Entonces, si estamos diciendo que el representante es algo que repre- senta a la pulsién justamente estamos poniendo el acento en que no son lo mismo, Tenemos que detenernos a meditar sobre ese representante o sobre ese mecanismo de representacién. Decir representacion significa m2 que hay algo de la pulsién que se perdié. que no entré en el aparato psi- ‘quico. Hay algo de la pulsion que qued6 alli como un hueco. por ese en- cuentro, y no es alli otra cosa que el objeto. El objeto de la pulsién es ese ‘elemento que nos empuja a resolver algo de la pulsién en otro campo. Al- {go del cuerpo. pero en otro campo que el del cuerpo. Algo de la satisfac- cién, pero en el campo engafoso de la intersubjetividad o en los fetiches © en el marco fantasmatico. La division se puede traslucir en el hecho de que algo de la pulsién tendra que ser “resuelto” en los desfiladeros del re- presentante. Con esto estamos ante la idea de que para que haya sentido, para que el psicoanilisis trabaje con el sentido, algo tiene que faltar en lo sexual. El sentido, aqui la representacién. no es una expresion de le sexual, sino ‘que esta en el lugar de lo que falta. Porque falta algo en lo sexual es or eso que aparece algo del sentido, la fuerza de las palabras. P: Se trataria de pensar en una sola cosa. en un solo elemento. Yo diria en una sola operacién pero en dos elementos. P: -La pulstén estaria fundada en la prohibicion del incesto y en la re- presién? ¥ despiiés tendriamos el representante? A partir de alli se anuda a un representante. No se si podriamos ha- blar de después. A partir de alli queda inscripta en un representante. P: -En el campo del lenguaje. la pulstén vendria a ocupar el lugar de Ja enunciacién. Habria enunctado y no habria enunciacién. -No. En el campo del lenguaje, ta enunciacién es el acto de alteri- dad de los representantes, tiene que ver con el inconsciente. El incons- lente. y esto es una cuestién sustancial, no es la pulsién, pero el incons- ‘ciente carga con el agujero de la pulsién. carga con el hecho de que hay algo que en el campo de lo sexual, no se puede satisfacer. que hay que tlevarlo al dominio del simbolo. Pero en el dominio del simbolo tampoco ‘se puede satisfacer. El hecho de que el inconsciente fracase también en. la satisfaceién de la pulstén. es alli donde precisamente detectamos la pulsién. -Pero en tiltima instancta, la funcién del lenguafe. -Si, es un fundamento. Aqui dicen algo bastante claro, bastante con- tundente: la pulsién esta fuera de esos representantes pero sin embargo cotructura, 0 incide, yo diria, es una cua, fuerza de trahajo, para los re- presentantes. Es un agujero del que los representantes tienen que dar ‘cuenta, Cargamos con la no-satisfaccién: cémo hacemos para derivar. para trabajar esa no-satisfaccién? Y es aqui donde se instaura el papel de los sustitutos. de las formaciones del inconscente, La cuestién radica, entonces, en saber si el inconsciente, siendo otra cosa que la pulsién, es una simple exterioridad. No. El inconsciente no es la pulsion, esta en una relacién de ajenidad con la pulstén pero hay algo de la pulsién que deja su sello en el inconsciente, su blanco, su agujero, su impostbilidad de satisfaccién, la falta de objeto. si quieren. Ahora bien, eso solamente es concebible a partir de la prohibicion del incesto, Bz swou(mo $e escucha) -Es titil esa idea. Lo que queda en la pulstén es, en todo caso, el mo- zw tor del funcionamiento de los representantes, es una fuerza de trabajo para los representantes. Los representantes son herederos de ese trabajo. El trabajo de los representantes es el deseo. El deseo lo ubicamos de- cididamente como el trabajo de lo sexual, sobre lo sexual, pero en el aparato psiquico. ya en el orden de lo inconsciente. Cuando vos decis que el suefio es una realizacién de deseos. lo definimos como desplazamiento y condensacion de representantes. Entonces, hablar de representantes es hablar de deseos. El deseo no puede aparecer si no es ya alienado {uso la expresion descriptivamente) en los representantes. El funcionamiento del deseo es sinénimo al funcionamiento de los representantes. El deseo arrastra el fracaso de la pulsién. P: -No perderia su destino asi? -Es que ese es el destino de la pulsion. P: -Quedan los representantes. -Exacto, y ese es el destino de la pulsién. Cuando Freud habla de des- tinos de la pulsién, da cuatro: vuelta hacia la propia persona, transfor- macién en lo contrario, sublimacién y represién. Cualquiera de esos des- tinos ya supone un recorrido que no es la expresién inmediata de la pul- sin, sus destinos la llevan fuera de si. No seria que no puede satisfacerse el deseo porque la completud seria la muerte? Seria que la no satisfaccién es inherente a la pulatén. porque la figu- rade la satisfaccién del deseo seria la muerte del aparato psiquico. ‘Necesita ser deseante para seguir siendo, por eso Freud habla de que... -Pero sigue viviendo (risas). Ese es un tema que vamos a ver detenida- mente. Porque si bien en la psicosis no hay deseo. como vos decis, no quiere decir que el psicético no esté tocado, no esté comprometido por el problema del deseo. Hay algo del deseo que lo acorrala. Expliquemos un poco. Por qué no hay deseo? No hay deseo porque no funciona esa sexualidad psicética en los términos que estamos definien- do hoy, represién, representantes reprimidos. retorno de lo reprimido. sustitutos. deformaciones. Ese es el engranaje del deseo. En el psicético no encontramos represién. retorno de lo reprimido, sustitutos. Encontra- ‘mos otra cosa, Pero es0 que no encontramos de esa forma. en esa moda- Iidad. lo reencontramos con otro aspecto. Con esto quiero decir lo si- gulente: no podemos pensar el psicdtico sino es desde (no con) el deseo. Porque podemos caer en la idea de que el psicético se define fuera de la prohibicién del incesto, fuera de la castracion, fuera del deseo. Y en reali- dad lo que palpamos en la clinica de la psicosis es que el psicético esta acorralado, desde otro lugar. no desde lo reprimido sino. digamoslo asi. desde lo real. por la prohibicién del incesto. por la castractén. por el de- seo. Ya sea en términos de alucinacién, en términos de delirio, en termi- nos de una atraccién por sistemas carcelarios de la psiquiatria, por muti- lactones corporales: toda eso esta hablando de lo que. en la neurosis. nos retorna desde lo reprimido. Pero lo esta diciendo desde lo real. Qué quie- re decir desde lo real? Lo esta diciendo desde un lugar que no tiene el “a montaje de simbolos. de sustitutos. como lo tiene el retomno de lo repri- ido. Lo real no es lo exterior. Tomen como ejemplo una alucinacién au: ditiva y una fobia. En Juanito tenemos la fobia a los caballos. es algo ex- terior. es algo que se puede evitar. Pero eso esta absolutamente estructu- ado en un complejo de significantes. Hay un enlace entre ese caballo que hay que evitar. entre esa calle. entre ese carro y algo que se sustitu- ‘y6: hay una légica de sustituetén en la fobia. y eso esta en lo exterior. En ‘cambio, en la alucinactén auditiva, ustedes pueden detectar que hay vo- ces de las cuales no se puede escapar. no se pueden reprimir tampoco: que no estén adentro del sujeto. no las siente internas a él, pero que sin embargo las reconoce como algo que tiene que ver con él: son voces ex- ternas a él pero que no las puede localizar espacialmente, en un exterior. Esas voces tienen que ver con lo real, con algo que habla del simbolo. pe- ro desnudo de lo simbélico. Es una especie de primera aproximacién a un concepto absolutamen- te complejo, muy duro. que es lo real. Pero creo que es muy clara en este ejemplo la distincién de que lo real no es lo exterior y que alli se habla, en la psicosis, de algo que involucra al lenguaje. Con esto quiero decir: de algo que tendria que haber quedado registrado en el inconsciente. de algo que tendria que haber funcionado con el retomno de lo reprimido, pe- ro que en su lugar hubo una mutilacién, un rechazo. y retoma desde ‘otro sitio. De otra manera estariamos en el caso del salvaje de Aveyron: alguien que crecié en la selva, entre los lobos y que. cuando de grande lo enfrentaron a la cultura. no se trataba alli de hacer un sujeto, sino de domesticarlo. porque no tenia las bases para producir un sujeto, y no era tun psicético. El psicdtico es el que esté comprometido, el que esta aco- rralado en el orden de la cultura, en la prohibicién del incesto. Pr sane 8¢ escucha) en relacion a la prohibicién del incesto, cuando uno puede su- poner que llevar a cabo el incesto es una confirmacién de que la prohibi- ci6n no existe. a eso le contestabamos que no. porque acostarse con la madre no era lo mismo que acostarse con el objeto primordial. Porque ese objeto primordial y reprimido se sittia en relacién con la madre falica, con una madre completa. madre con pene, en el imaginario del nifo. Deede eve punto de vista, Ia idea del falo of cea: la premiss universal del pene. por es0 deciamos una madre con pene. El falo es la exigencia, desde el orden del cédigo de la macire (esto es algo que necesita muchas ‘mas explicaciones. lo vamos a tener que retomar en otra reuntén) la ext- gencia de que todo y principalmente el otro tenga pene. Esa exigencia, esa busqueda de confirmar de que si no lo tiene ¢s porque le falta, res- ponde al falo. Es buscar una falta en donde en realidad no hubo nada. Exigir que el otro, la madre, en tanto primer Otro, posea un pene, es ex- gi la presencia de un objeto tlusorio. Cuando se pierde eso, se plerde al- go que nunca estuvo. Entonces insisto, la prohibicién del incesto no se trata de una refe- rencia empirica. Es més, si estamos hablando de transgresién, nadi¢ dice ‘que la transgresién no se pueda hacer. en todo caso esta hecho e! campo a de la prohibicién como un campo propicio para la transgresién, P: -Podria decirse que no hay incesto con la madre real. -Mas que con la madre real, con esa madre en lo imaginario. porque es una madre que esta envuelta en el velo de lo falico. Es esa madre que. de algin modo, es todo. Y. reciprocamente. el chico se ubica siendo todo para ella. La envoltura falica. el juego de completud, supone el ambito de Jo imaginario. Yo presiento que estamos ingresando en un terreno en el que necesi- tamos ir mas ordenadamente, al menos creo que tengo que dar otros ar- gumentos para contestar eso. Yo les diria que. al ser tan arida esta cuestién de la represién prima- ria, se tomen el trabajo de leer el articulo de represién originaria en La- planche y Pontalis, y el punto tres, inclusive el pasaje que les lei hoy. mas coneretamente, de “Sobre una degradacion general de la vida erdti- E| préximo teérico lo dedicaremos a las preguntas que ustedes pudie- ron establecer a partir de la lectura de los textos y de la charla de hoy: Probablemente alli surja alguna precision. CLASE 5 Represién primaria; represién secundaria. El problema de la temporalidad de los conceptos psicoanalfticos. Vivencia de satisfaccién: ruptura entre necesidad y deseo. Necesidad - deseo - demanda. El sujeto y el Otro (alienacién-separacién). oy comienzo repasando algunos puntos de la clase anterior sobre represién primaria y luego pasamos a las preguntas que haya sobre este tema. Lo primero que me interesa recalcar es la nocién de contrainvestidu- ray de alli tratar de situarla en el contexto puntual de la represién pri- mordial: probablemente sea esta pregunta, por la contrainvestidura, la de mas importancia. y que sostiene la necesidad . dentro de Freud, de apelar a otras regiones mis alla del texto donde Freud da la noctén de represién primordial Nosotros habiamos dicho que la contrainvestidura se planteaba co- ‘mo una operacién indispensable en la represién y que para poder dibu- Jarla necesitabmaos el primer movimiento de la sustraccién de la inves- tidura preconsciente. Esto quiere decir que un representante, en esta concepeién econémica de Freud acerca de la represién, un representan- te ha de ser autorizado a tener el estatuto de preconsciente al estar in- vestido por la energia preconsctente. Términos, ustedes ya lo saben. bastante dificiles de situar; no estamos hablando de energia desde el punto de vista sustancial. O sea que, la primera operacién para que se desaloje a un representante del preconciente es la sustraccion de la in- vestidura que lo estaba habilitando. Ustedes ven que en el grafico el representante que esta rodeado y rayado, el primero, no el representante prima, ese es el que (indicacién con la flecha) ha de caer fuera del campo del preconsciente. La investidura, ahi graficada con ese circulo rayado queda libre para tomar otro representante que sustituya al anterior. Entonces, las dos operaciones son las siguientes: una , la sus- traceién de la investidura preconciente y, en un segundo tiempo, tomar otro representante que va a oficlar de investidura contra el representante reprimido. Dar vuelta la expresién puede aclarar que la contrainvestidura es la misma investidura que esta ultlizada para evitar el retorno del repre- sentante reprimido. La funcién de la contrainvestidura seria mantener el representante desalojado por el primer movimiento, por el movimien- to de sustraceién de la carga preconciente, ese movimiento no es sufi- lente para enarbolar la contrainvestidura, es indispensable esa segun- da operacién en donde la investidura es desplazada a un nuevo repre- sentante que tiene la caracteristica, para decirlo muy sencillamente, de no ser tan displacentero como el anterfor. La légica del placer-displacer es la que regula la razén de la represion. si el primer representante es desalojado del preconsciente lo es en funcién de la cuota de displacer que introduce. Hay una cuestion para aclarar, al menos parcialmente, que es la si- guiente: cuando Freud plantea esta explicactén en el capitulo cuatro de “Lo inconciente”, sittia esta argumentacién en lo que se conoce como la hipétests econémica o funcional, lo cual supone que no tendria que sos- tenerse en el modelo tpico para explicar la represién. Sin embargo. €5- ta. ala vista que mi grafico se Justifica tépicamente, sino no tendria por qué estar esta raya dividiendo preconciente e inconciente. Si ustedes recuerdan ese capitulo pueden notar la vacilacion de Freud cuando plantea qué es lo que sucede cuando se le sustrae la car- ga preconciente al representante. Y Freud da varias alternativas, nos deja en la duda de si ese representante desalojado del preconciente to- ‘ma una carga inconciente que ya tenia o si se queda con la carga incon- lente que nunca abandon6, aun estando en el preconciente. O sea. da una serle de marchas y contramarchas, yo creo. porque no puede pen- sarse la represion exclusivamente desde el punto de vista funcional. de ‘que un representante pueda ser preconciente o inconciente, de acuerdo a la investidura que lo tome, que lo baie: es necesario la t6pica yla di- namica para plantear el problema de la contratnvestidura. Ya ustedes, de algiin modo, lo tienen a la vista, se habla de dos t!- pos de energia. tacitamente ya hay una divisién, aunque no se lo plan- tee topicamente. el hecho de colocar una divisién en el campo de las in- vestiduras indica que se puede hablar de energia libre y de energia liga- day nose puede desdibujar totalmente la idea tépica que Freud parece abandonar con mucha facilidad en este capitulo IV. Esa seria una de las aclaraciones: detrés de la categorizacién de las energias. sigue la- tiendo la nocién de una tépica. la nocién de una division de lugares. 78 Entonces bien. la contrainvestidura supone. y eso es lo que acen- tuamos. su funcién de barrera y de barrera permanente. es necesario insistir en el punto de que tiene que haber un nexo dado por el incons- ciente, que permita que el representante prima sustituya al primer re- presentante. La razon no es cuantitativa, tiene que haber una logica. tiene que haber algin punto donde el caballo. en Juanito, reemplaza a un representante displacentero. ese nexo es el que de algun modo trai- clona la perpetuidad de la contrainvestidura. Porque si bien la contrain- vestidura resiste, frena el retorno de lo reprimido. al mismo tiempo le da cierta grieta para que. a largo plazo. esa represién fracase y que ese Fepresentante que pudo escudarse del displacer. y que pudo escudar al aparato del displacer. empiece. de algiin modo. a desenmascararse y re- vele su nexo con lo reprimido: y se tenga que reiterar nuevamente la ‘misma operacién tratando de encadenar otro representante. Desde ese punto de vista estamos diciendo que la contrainvestidura ¢s firme pero que hay todo un trabajo en funcién del retorno de lo repri- mido. caracterizado por la insistencia de lo reprimido. La firmeza de la contrainvestidura se la puede ejemplificar con la institucién del sinto- ma. el sintoma es el indice de la contrainvestidura. 1 fen el articulo “La represién”. en donde situa este primer tiem- po de la represién como una necesidad logica v con una post bilidad de inclutria. a partir de la represion secundaria. de la represion propiamente dicha, El segundo grafico que esta alli trata de dibujar lo que se pone en Juego en esta definicion. D ¢ la represién primordial tomamos la definicién que da Freud wanes Nosotros habiamos anticipado que no podiamos concebir esa defini- cién en forma lineal, porque para definir la represién primordial Freud utilizaba términos que recién se definian con esta conceptualizacién. O sea, Freud habla de pulsién, de representante. de conciencia. y esos 79 términos reclén se instituyen, recién se instalan cuando la represién primordial est operando en el aparato. La definicién es esta, dice: “Pues bien, tenemos razones para supo- ner una represién primordial, una primera fase de la represién, que consiste en que a la agencia representante psiquica de la pulsién, se le denfega la admisién en lo consciente. Asi se establece una Aijactén, a partir de ese momento, la agencia representante en cuestién, persiste inmutable y la pulsién sigue ligada a ella”. El primer vector del grafico, el que va de izquierda a derecha, trata de sugerir la direccién de la pulsién, y mejor dicho, la direccién de ese representante, de la agencia representante de la pulsién hacia la des- carga. El vector con direccién inversa. que la cruza dos veces, intenta aqui flustrar el freno, la denegacién que proviene de la conciencia e im- pide que la pulsién, a través de su representante, acceda a ella, que se descargue. O sea que, en el primer cruce, situdndolo de derecha a iz- quierda, en el primero alli situamos el freno, el limite sobre la agencia representante de la mulaién. ¥en el segundo. también de derecha a iz- quierda, vamos a poder colocar el efecto de esa barrera, el efecto de esa contrainvestidura, El efecto es la fijacién de la pulsién con el represen- tante. Es decir que, si no planteamos ese freno a la descarga pulsional. no podriamos situar la fjacién de la pulsién y el representante. Habiamos dicho que el término fijacion, del aleman, se puede enten- der también como inscripcién, es decir que la pulsion queda inscripta. queda registrada en el orden de los representantes. La pregunta que empunabamos era de dénde salia la contrainvesti- dura que Freud coloca en la inauguracion de la represion primordtal. en tanto que, como lo vimos recién. la contrainvestidura recién se pue- de plantear con el aparato psiquico funcionando. con el aparato psiqui- co constituido. Hablabamos de contrainvestidura a raiz de la sustrac- cién de la carga preconsciente y otra serie de cosas. Es decir. que nece- sitabamos el funcionamiento del preconsciente, el funcionamiento del inconsciente y por supuesto la represion secundaria. O sea que de dén- de podria sacar la contrainvestidura esa energia, si en realidad todavia no tenemos el aparato psiquica instalada, desde dénde situar un freno. si todavia no existe la divisién del aparato? Es decir, que aqui recaleamos algo que también habiamos comenta- do la vez pasada, la represion primordial tiene que ver mas con una di- visi6n que con un desalojo. De ahi que ustedes encuentren en la tra- duccién de Etcheverry la caracterizacién de la represién secundaria co- ‘mo represion propiamente dicha. Bueno. me detengo aqui porque sino podria terminar reiterando la reunién anterior y no seria ese el sentido, sino ver qué cosas se enten- dieron, qué cosas hay oscuras y reconsiderar todo, en funcion de las preguntas. Pregunta -Si podés ampliar un poco la cuestion de la atraccién de los representantes originarlos o reprimidos originariamente que aparece comentado muy claramente en el diccionario de Laplanche y Pontalis. 80

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