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“Una cinta de medir y una gran lupa redonda” EL DETECTIVE COMO CIENTIFICO Ahora que hemos formulado y explicado los criterios con los cuales / podemos juzgar hipétesis, estamos en condiciones de describir el esquema general de la investigacién cientifica. Antes de hacerlo, sin embargo, ser4 util examinar una ilustracién de este método. Un eterno favorito, a este Tespecto, €s el detective, cuyo objetivo no es el mismo que el'del cientifico puro, pero cuyo enfoque y cuya técnica ilustran de manera muy clara el método clentifico. El ejemplo clésico del detective astuto que puede resolver atin el més desconcertante misterio es la inmortal creacién de Conan Doyle, Sheriock ~ Holmes. Este, cuya estatura no disminuye con el paso del tiempo, seré nuestro» héroe en lo que sigue. 1. El problema Algunos de los cuadros més vividos de Holmes son aquellos en que los recordamos ocupado con una lupa y una cinta de medir, escudrifiando y descubriendo pistas fundamentales que habfan escapado a ia atencion de esos esttpidos chapuceros, los “expertos” de Scotland Yard. Aquellos que sean menos vigorosos de temperamento pueden preferir recordar a Holmes el pensador, “...que, cuando tenfa en la mente un problema no resuelto andaba iia, dando vueitas ai problema inquieto durante dias, y 2 veces duraba una por todos lados, reordenando los datos, contemplandolo desde todos los angulos, hasta que Jo desentrafiaba o hasta que se convencfa de que losdatos de que disponfa eran insuficientes”! En una oportunidad, segtin el doctor Watson: Eaneada con Camscanet \ Se sacé la thaqueta y el chaleco, se puso una larga bata azul y luego anduvo por la habitacién juntando las almohadas de su cama y los almohadones de! sof y los sillones. Con estos clementos hizo una especie de divén oriental y Juego se acomodé allf con las picrnas cruzadas, con una onza de tabaco y una caja de {6sforos a su aleance frente a sf. A la tenue luz de la kmpara lo vi sentado alli, con una vieja pipa de escaramujo entre los labios, los ojos distraidamente fijos en la juntura del cielorraso, las volutas de humo azui brotando de sus labios, silencioso, inmévil, mientras la luz destacaba sus acusados rasgos aguilefios. Asf estaba cuando me quedé dormido y asi estaba cuando me despert6 una brusca exclamacién y vi brillar dentro del departamento el sol estival. La pipa atin se hallaba entre, sus labios, el humo _seguia arremolindndose hacia arriba y Hénaba la habitacién con una densa “pruma, Pero) no quedaba nada del mont6n de tabaco que habia visto la noche anterior.” Pero tales recuerdos son incompletos. Holmes no siempre buscaba claves 0 reflexionaba acerca de las soluciones Todos recordamos esos oscuros perfodos especialmente en las primeras novelas~ en que Holmes para la gran preocupacién del bueno de Watson, se intoxicaba con morfina 0 cocaina. Eso ocurrfa, naturalmente, entre los casos. Pues, cuando no hay misterio que desentrafiar, ningéin hombre en su sano juicio se dispone a buscar pistas. Estas, en todo caso, deben ser pistas de algo. Por eso, ni Holmes, ni nadie puede empefiarse en profundos pensamientos, a menos que tenga algo en lo cual pensar. Sherlock Holmes era un genio para resolver problemas, pero hasta un genio debe tener un problema antes de poder resolverlo. Todo pensar reflexivo, y esto incluye tanto a la investigacién criminal como a la busqueda cientifica, es una actividad de resolucién de problemas, como muy bien han afirmado con insistencia John Dewey y otros pragmatistas. Antes de que el detective o el cientifico puedan ponerse a la tarea, deben sentir la presencia de un problema. ; 2 certezal As page te 7 den 8 Claro que la mente activa ve problemas donde el tonto sédlo ve / ,objetos familiares. En una oportunidad, durante la época de Pascuas, el 4 J doctor Watson visité a Holmes y hallé que éste habia usado una lente y pinzas Eaneada con Camscanet * para examinar “...un raido y desdoroso sombrero de fieltro duro, de. uso imposible y rasgado en varios lugares”. a Después de cambiar saludos, Holmes le dijo a Watson respecto al sombrero: “Le ruego que no lo contemple como un ore6n estropeado, sino como un problema intelectual’.* Asf ocurrié que el sombrero los condujo a una de sus més interesantes aventuras, lo que no habria sucedido si Holmes no hubiera visto en él un problema desde el principio. Podemos caracterizar un problema como un hecho, o un grupo de hechos, para el que no tenemos ninguna explicacién aceptable, que parece desusado © que no se adecua a nuestras expectativas o preconceptos. Es obvio que son necesarias ciertas creencias previas para que algo aparezca como “ problematico. Si no hay expectativas, no puede haber sorpresas. Claro que a veces los problemas llegaban a Holmes ya clasificados. La primera aventura relatada ‘por el doctor Watsori comenzé cori el siguiente mensaje enviado por Gregson, de Scotland Yard: Mi querido sefior Sherlock Holmes: Durante la noche del 3 ocurrié un desagradable suceso en Lauriston Gardens, cerca de Brixton Road. Nuesiro hombre de servicio vio allf una luz a eso de las dos de la mafiana y, como la casa estd deshabitada, sospech6 que pasaba algo raro. Encontré la puerta abierta y en Ja habitacidn del frente, que estd sin muebles, descubrio el cadaver de un caballero, bien vestido, en cuyo bolsillo habia tarjetas con el nombre de “Enoch J. Drebber, Claveland, Ohio, USA”. No hubo robo, ni hay tampoco ningun indicio a cerca de lo que pudo causar la muerte del hombre. Hay manchas de sangre en la habitacién, pero en su cuerpo no hay ninguna herida. No sabemos cémo lego hasta la casa vacia; en realidad, todo el asunto es desconcertante. Si quiere ir por'la casa a cualquier hora antes de las doce, me encontrar’ alld. He dejado todo como esté hasta ponerme al habla con usted. Si usted no puede venir, le daré mds detalles y esumaré como una gran gentiieza de su parte que me diga su opinién: Lo saluda cordialmente TOBIAS GREGSON® Eaneada con Camscanet Este era verdaderamente un problema. Pocos minutos después de recibir.e] mensaje, Sherlock Holmes y el doctor Watson “se encontraban ambos en un cabriolé, yendo a toda velocidad hacia Brixton Road”. 2. Hipétesis preliminares Mientras se dirigfan a Brixton Road, Holmes “charlaba a cerca de los violines de Cremona y de la diferencia entre un Stradivarius y un Amati”. El doctor Watson regafié a Holmes por no pensar en el asunto que tenia entre manos. a lo que’ Holmes replicé: “Atin no disponemos de datos. Es un error capital teorizar antes de tener todos los elementos. Deforma el juicio”.® Holmes expres6 este punto de vista muchas veces. En cierta ocasién, sermoneé a un detective m4s joven: “La tentacién’ de formar teorfas prematuras es el azote de nuestra profesion”.’ Sin embargo, a pesar de toda su cautela en la materia, sobre este particular Holmes estaba completamente equivocado. Claro que no se debe emitir un_juicio final antes de haber examinado gran cantidad de datos, pero esto es algo muy distinto a _no ea pr a nS cee 7 eer ang aaa teorizar, De hecho, es completamente imposible hacer ningiin intento serio por reunir datos sin haber teorizado de antemano. Como observé el gran bidlogo y autor de la teorfa modema de la evolucién, Charles Darwin: “...toda observacién debe estar en pro o en contra de algtin punto de vista, para que pueda prestar algiin servicio”. Lo que ocurre es que hay demasiados hechos particulares, demasiados datos en el mundo, para que nadie pueda registrarlos a todos. Todo el mundo, hasta el mAs paciente y minucioso investigador, debe apartar y elegir, debe decidir cudles hechos estudiar y cudles dejar de lado. Debe tener alguna hipdtesis de trabajo por la cual, o contra la cual, escoger datos pertinentes a ella. No necesita ser una teoria completa, pero debe ser al menos un esbozo a grandes rasgos. De lo contrario, ¢cémo seria posible jad “de todos los decidir qué hechos’ seleccionar, para su andlisis, de ia tot hechos, que es demasiado vasta hasta para comenzar a filtrar? A este respecto las actitudes de Holmes eran més sabias que sus palabras. Después de todo, las palabras fueron dichas en,un cabriolé que corria Eaneada con Camscanet * hacia la escena del crimen. Si Holmes no hubiera tenido realmente alguna teorfa sobre la cuestién, gpor qué dirigirse a Brixton Road? Si todo lo que buscaba eran hechos y datos, cualquier viejo hecho y cualquier viejo dato, sin hipdtesis que 1o guiaran en su seleccién, gpor qué simplemente abandond Baker Street? Habia montones de hechos en Jas habitaciones de 221-B, Baker Street. Holmes podia haber gastado su tiempo en contar todas las‘palabras de todas las paginas de todos Jos libros que habfa alli, o quiz4 hacer mediciones muy exactas de las distancias entre cada par separado de articulos de moblaje de la casa. Podfa haber reunido datos a discrecién y de paso se habria ahorrado el costo del coche _* Podria objetarse que los datos que pudieran-haberse reunido en Baker Street no tenjan nada que ver con el caso, mientras“que los que aguardaban a Holmes en la escena del crimen eran claves valiosas para la’ solucién del problema. Naturalmente fue esta consideracién la que inst6 a Holmes a ignorar los “datos” de Baker Street y apresurarse para reunir los de Brixton Road. Debemos insistir, no obstante, en que la mayor importancia de: los tltimos no podia conocerse de antemano, sino que solamente podia conjeturarse sobre la base de experiencias previas con crimenes e indicios. Fue, en realidad, una hipétesis lo que indujo a Holmes a buscar sus datos en un lugar y no en otro, 0 sea la hipétesis de que hubo un asesinato, de que el crimen se cometié en el lugar en que fue encontrado el cadaver y de que el asesinfo quizé dej6 un rastro o un indicio que permitiera descubrirlo. Siempre se requieren algunas de tales hipdtesis para guiar al investigador en su btisqueda de datos atinentes al problema, pues en ausencia de toda hipétesis preliminar hay demasiados hechos en este mundo que examinar. La hipétesis preliminar debe hacerse exclusivamente a titulo de ensayo y debe basarse en el conocimiento previo. Pero, para comenzar toda investigacién seria, la hipétesis preliminar es tan necesaria como la existencia del problema. Debemos destacar que una hipétesis preliminar, tal como aqui la concebimos, no necesita ser una solucién completa dé! problema. Lo que condujo a Holmes a Brixton Road fue la hipétesis de que e] hombre fue asesinado por alguien que dejé indicios acerca de su identidad, en o cerca del cuerpo de la victima. Esta hipétesis es, obviamente, incompleta: no dice quién cometié el crimen, 0 cémo se lo cometid, o por qué. Tal hipétesis preliminar Eaneada con Camscanet puede ser muy diferente de la solucién final del problema. Nunca serd completa: puede ser’una explicacién esbozada a titulo de ensayo de una parte, solamente, del problema. Pero por parcial y aproximada que sea, es menester ‘una hipétesis preliminar para que pueda procederse a la investigacion. 3. La reunién de hechos adicionales Toda investigacién seria comienza con algtin hecho o grupo de hechos cuyo. cardcter problemético atrae la atencién del'detective o del cientifico y “con los cuales se inicia todo el proceso de la busqueda. Habitualmente los datos iniciales que constituyen el problema ‘son demasiado.escasos para sugerir por si mismos una explicacién totalmente ‘Satisfactoria, pero pueden insinuar —al investigador competente- alguna hipétesis prelitinar que lo conduzca a la biisqueda de hechos adicionales. Se espera que estos hechos adicionales sean pistas importantes para-la solucion final. El investigador inexperto o chapucero ignora todos, excepto los mas obvios de ellos; en cambio, el trabajador cuidadoso tratard de ser completo en su examen de los “hechos adicionales a los que lo ha conducido su hipétesis preliminar. Holmes, por su puesto, era el mas precavido y laborioso de los investigadores. Holmes insistié en bajar del cabriolé a unas cien yardas del lugar de destino y se aproximé a la casa a pie, para mirar cuidadosamente a su alrededor y especialmente el camino que conducfa a ella. Cuando Holmes y Watson entraron en la casa, los dos funcionarios de Scotland Yard, Gregson y Lestrade, les mostraron el caddver. (“ No hay ningtin indicio”, dijo Gregson. “Absolutamente ninguno”, repitid Lestrade.) Pero Holmes ya habia comenzado su propia busqueda de hechos adicionales y estaba revisando el cadaver: . sus dedos giles volaban de un lado a otro por todas partes, mientras palpaban, presionaban, desabotonaban, examinaban... tan répido era el andlisis que nadie habria podido adivinar la minuciosidad con que lo Eaneada con Camscanet realizaba. Finalmente olfated los labios del muerto y luego eché una ojeada a las suclas de sus botines de charol.* Luego dirigié su atenci6n a la habitacién misma: _..sac6 de su bolsillo una cinta de medir y una gran lupa redonda. Con estos dos implementos recorria de un lado a otro la habitacién, se detenia a veces, ocasionalmente se arrodillaba y cn una oportunidad se tiré a Jo largo boca abajo. Tan absorto esiaba.en su tarca que parecfa haber olvidado nuestra presencia, pues hablaba para si mismo en Vor baja continuamente, con un consiante fluir de exclamaciones, grufiidos, silbidos, y. pequefios gritos de estimulo y expectativa. Mientras yo Jo observaba, me vino a la mente de manera irresistible la imagen de un faposero de pura sangre y. bien adicstrado, cuando salta hacia adclante y hacia “dtrés a wavés del huidero, gimoteando en su ansiedad hasta que da nuevamente con el rastro perdido. Contino sus investigaciones durante veinte minutos més, midiendo con el mayor cuidado la distancia entre marcas que eran totalmente invisibles para mi y aplicando ocasionalmente su cinta de medir a las paredes, de manera igualmente incomprensible. Recogié muy cuidadosamente de cierto lugar del suelo un montoncito de polvo gris ¢ hizo una envoltura con él. Finalmente, examiné con su lupa la palabra que habfa en la pared, recorriendo cada una Ge sus letras con la mayor minuciosidad. Hecho esto, parecié quedar satisfecho, pues volvié a guardar en su bolsillo la cinta y la lupa. “Dicen que el genio es una capacidad infinita de laboriosidad”, observ con una sonrisa. “Es una mala definici6n, pero se aplica a la tarea del detective.” Hay un punto que debe poneise bien en relieve. Los pasos 2) y 3) no son completamente separables, sino que por lo habitual se hallan vinculados intimamente y son interdependientes. Es cierto que necesitamos una hip6tesis preliminar para comenzar cualquier examen inteligente de los hechos, pero los hechos adicionales pueden sugérir nuevas hipétesis que pueden conducir a nuevos hechos, los cuales pueden sugerir a su vez nuevas hipétesis que pueden conducir a nuevos hechos adicionales, y asf Eaneada con Camscanet sucesivamente. Después de su cuidadoso examen de los elementos : disponibles en la casa cercana a Brixton Road, Holmes se vio conducido a formular una hipotesis ulterior que requeria el testimonio del policia que hallé el cadaver. El hombre estaba fuera de servicio en ese momento y Lestrade le dio a'Holmes el nombre y la direccién del policia. Holmes tomé nota de la direccién. “Venga, docior, iremos a buscarlo”, dijo. “Les diré una cosa que quizé pueda ayudarlos en este caso”, continué, volviéndose hacia los dos detectives: “Ha habido un asesinato aquf y el asesino era un hombre-de mds de seis pies de alto, en plena juventud, de pies pequefios para su altura, que usaba botines ordinarios de puntas - cuadradas y fumaba un cigarro Triquinépolis. Llegé aqui con su victima en un cabriolé de cuatro nuedas tirado por un caballo que tenfa tres herraduras viejas y una nueva en la pata delantera derecha. Es muy probable que’el asesino tenga un rosiro encamado y que las ufias de su mano derecha sean sumamente largas. Son sélo unas pocas indicaciones, pero quiz puedan serles titiles.” = Lestrado y Gregson se miraron uno al otro con una sonrisa incrédula. “Si ese hombre fue asesinado, je6mo lo fue?", pregunté el primero."Veneno”, dijo laconicamente Sherlock Holmes, y salié a grandes pasos.'° 4. Formulaci6n de la hipdtesis En una u otra etapa de su investigacién, toda persona —detective, cientifico o mortal ordinario— tendr4 la sensacién de poseer todos los hechos que necesita para la solucion. Tiene su “2 mas 2”, por decir asi, pero atin queda por realizar la tarea de “articularlos”. A] llegar ese momento Sherlock Holmes se sentaba durante toda la noche, consum{a una pipa tras otra y trataba de imaginar cémo habian sucedido las cosas. E] resultado o producto final de este pensar, si tiene éxito, es una hipdtesis que explica todos los datos, tanto los del conjunto original de hechos que constituian el problema, como los hechos adicionales que indicaban las hipétesis preliminares. El descubrimiento real de semejante hipétesis explicativa es un proceso creador, en el cual hay tanta imaginacién como conocimiento. Holmes, Wid. - Eaneada con Camscanet que era un genio para inventar hipétesis, describfa el proceso como un - razonamiento “hacia atrds”. Para decirlo con sus palabras: Si usted describe una serie de acontecimientos, a mayoria de las personas le dirdn cual puede ser el resultado. Pucden articular esos acontecimientos en sus mentes y razonar a panir de cllos para concluir que deberd ocurrir tal o cual cosa, Pero hay pocas personas que sean capaces, si usted les dice un resultado, de claborar por su propio razonamiento cudles fueron los pasos que condujeron a ese resultado."! j , / Tal es la descripcién que hace Holmes de! proceso de formuilar una hipétesis explicativa. Pero una vez propuesta una hipétesis, su estimacién debe hacerse segiin tos criterios para evaluar las explicaciohes cientificas (atinencia, posibilidad de ser sometida a prueba, compatibilidad con hipétesis previas bien confirmadas, poder predictivo 0 explicativo, simplicidad). Adm: atinencia a los hechos, su posibilidad de ser sometida a prueba y su compatibilidad con otras creencias bien confifmadas, el criterio final para estimar el valor de una hipdtesis es su poder predictivo. 5. La deduccién de consecuencias adicionales Una hipétesis verdaderamente fructifera no solamente explicard los hechos que originariamente la inspiraron, sino que también explicaré muchos otros. Una buena hipétesis sefialard, mds alld de los hechos iniciales, la direcci6n de otros cuya existencia no se habria sospechado sin ella. Como es de suponer, la verificacion de esas consecuencias adicionales tenderd a confirmar la hipétesis que condujo’a ellas. La hipétesis de Holmes de que el hombre habia sido asesinado pronto fue sometida a tal prueba. Pocos dias mas tarde fue también asesifiado el secretario y compaiiero de viaje del hombre. Holmes pregunto a Lestrade, que habia descubierto el segundo cuerpo, si no habia hallado nada en la habitacién que pudiera suministrar una pista del asesino. “Nada”, respondié Lestrade, y mencioné unos pocos efectos totalmente comunes. Holmes no estaba satisfecho e insistié: “,Y no habia Eaneada con Camscanet nada mas?”. “Nada de importancia”, contest6 Lestrade, ¢ indicé algunos otros pocos objetos més, el titimo de los cuales era “una pequefia cajita de ungiento, que contenia un par de pfldoras”. Al ofr esta informacién, Sherlock Holmes, salié de su silla con una exclamacién de alegria, “El \ Ultimo eslabén", profirié exullante. “Mi caso esté completo”. Los dos detectives lo contemplaban con asombro. “Tengo en mis manos todos los hilos que han contribuido a formar esa marafia”. dijo mi compafiero con tono seguro, “Les daré una prueba de mi conocimiento, ;Tiene usted a'mano esas pildoras?” oa 4 “Las tengo”, respondié Lestrade, y sacé una cajita blanca..." Sobre la base de su hipétesis acerca del primer crimen, Holmes pudo predecir que las pfldoras halladas en Ia escena del seSundo crimen contenfan veneno. La deduccién desempefia un papel esencial en el proceso de toda investigacién cientifica 0 inductiva. E| valor primordial de toda hipétesis reside en su poder predictivo o explicativo, lo que significa que de una hipétesis apropiada deben ser deducibles hechos adicionales. De su teorfa segtin la cual el primer hombre habia sido envenenado y la segunda victima habfa hallado la muerte a manos del mismo asesino. Holmes infinié que las pildoras encontradas por Lestrade debian contener veneno. Su teorfa, por seguro de ella que se sintiera, era sdlo una teoria y necesitaba ulterior confirmacién, Obtuvo la confirmacién al someter a prueba las consecuencias deducidas a partir de las hip6tesis y hallarlas verdaderas. Después de usar la deduccién para hacer una prediccién, el paso siguiente consistié en someterla a prueba. 6. La verificacién de las consecuencias Para ponér’a prueba las consecuencias de una hipétesis, esto es, las predicciones hechas sobre la base de esta hipstesis se pueden réquerir medios diferentes. Algunas sélo exigen observacién. En ciertos casos Holmes no necesit6 més que vigilar y esperar, como en La aventura de la Liga de los pelirrojos, en la que sélo tuvo que aguardar a que Jos asaltantes del barco Eaneada con Camscanet

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