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Capitulo 1X DERECHOS DEL HOMBRE I. LA PRIMAGIA DE LOS DERECHOS SOBRE LOS DEBERES ‘uno de sus tiltimos escritos Kant se plantea la cuestiGn de «si ero humano se encuenttra en constante progreso hacia lo . Entiende que, aunque con alguna que otra duda, pod! der afirmativamente a esta pregunta, que consideraba perte- profética de la humanidad, Tratando de nto que se pudiese considerar como una st6rica de la disposicion del hombre a progresat, lo en el entusiasmo que habia despertado en la 0} ial Ia Revolucién francesa, euya causa no podia ser otra que posicién moral de la especie humana». El «verdadero entu- lo.que es puramente moral [..] y no puede insertarse individual». La causa de este entusiasmo, y por lo tanto la -monitoria (Signum prognosticum) de la disposicién moral manidad era, segiin Kant, la aparicién en la escena de del «derecho que tiene un pueblo a que otras fuerzas no le darse una constitueién civ lera buena», una cién wen armonfargon los derechos naturales de los hon sea unia constitucidA Tal que aquellos que obedécen Tas leyes bién, reunidos, legislar»!, Era el mismo Kant que al prin- pio de Metafisica de las costumbres habia afirmado solemne, apo- ricamente, como si Ia afirmaci la facultad moral de obli tatos y adquiridos pero el linico derecho innato, esto es, aquel que la naturaleza y no lo da una autoridad con respecto a toda obligacién impues- ta por la voluntad de otro. En el camino inexorable e irreversible de progreso, nosotros, hombres vivientes y que ha conocido dos guerras mundiales, no tenemos en general de la e comprendido que la historia humana es amt pretada de manera diferente dependiendo de quién la interprete, segiin el punto de vista de Se crefa que el progreso ciemtfico y el progreso avanzaban al mismo ritmo. Hoy no tenemos dudas acerca del progeeso triun técnica. Hemos y puede ser inter- n embargo, seri $0, munca como en estos fe tras la Segunda Guerra Mundi tema de los detechos del hombre, por cuya afir -a motivos para creer.en el progreso moral de sido puesto de nuevo ante Ia ater No quiero extraer ningui tar un motivo de esperanza frente a tant Desde el punto de de vista muy gene principio puramente doctrinal en el pensa tarde practico-politica en las Declaraciones de finales del siglo representa tn vuelco radical en la historia secular de la mota nn en off contex- propia revolucién copernicana, entendida como inversidn del punto de observacién. Al comienzo, no importa si mitico, fantastico 0 real, de la historia de siempre un codigo de deberes (0 de obligaciones), no-de-derechos. Los cédi- 'g0s morales o juridicos de cualquier tiempo estén com as imperativas, positivas o negati 0 deberes. Comenzando por los Diez interpretados como la ley natu- nforme ala naturaleza del hombre. Pero se podrian 512 igualmente otros innumerables ejemplos, desde el Codigo immurabi hasta las Leyes de las doce tablas. Bien entendido er y derecho son términos corrclativos, como padre e hijo, sentido de que como no se puede ser padre sin hijo y vicever- mpoco puede haber un deber sin derecho; pero como el padre antes que el hijo, también Ia obligacién viene siempre antes ‘el derecho. ‘objeto principal del estudio de la moral y del derecho es la ley, un enunciado a través del cual se establece lo que se debe 0:n0 hacer. Sea ésta natural 0 po: ropuesta por los sabios Las grandes obras de es, desde las Nomoi lega hasta n tratados sobre las h squieu. Platén comienza su dislogo sobre las : «@Un dios o un hombre ha sido el autor de ye? Tubere et vetare, ordena y prokibir. . Con una metéfora que se emplea habitualmente, puede de- que derecho y deber son como la cara y la cruz de un, el revés? Depende de la historia del pensamiento mor ico, esta moneda ha sido contemplada mas por cl lado de res que por el de los derechos. No es dificil entender por qué. de qué es lo que se debe hacer o no es, en primer lugar, oblema més de la sociedad en su conjunto que del individuo lar. Los cédigos morales y juridicos suelen establecerse or: po mien al individwo par tupo. Prueba de que este precepto, al que se atribuye un valor universal cia, por lo general, solamente en el interior del grupo en las relaciones de los miembros de otros grupos. Para que fuera posible pasar del enunciado del cédigo de debe- res al cédigo de derechos era necesario dar la vuelta ala moneda: que se comenzase a ver el problema no ya s6lo desde el punto de sta de las del individuo. Era necesa: ria una auténtica revolucidn, Pues bien, el gran viraje se produce en Occidente por me: Ja concepcicn cristiana de la vida (que hizo nis grande filésofo italiano de nuestro siglo que «no pode: eristianos»). La doctrina moderna del derecho natural, en los siglos Xvity x distinta de la doctrina det der 1u0s y que cule é petsona y respeta a los demas como perso: ada desde muchos puntos de vista como una izaciOn de la ética cristiana (etsi daremus nom esse deum). Mientras que para Lucrecio los h fan more ferarum (a modo de fieras), para Cicerén los hombres un empo itt agri bestiarwm modo vagabuntur (vagaban en el campo mo bestias), y para Hobbes los hombres en estado natural se comportaban los unos con los 1a doctrina politica (si bie prietica) ha prvi de vista de q lenar sobre el de aque- Tos que se dirige la orden y alos que se les atribuye sobre todas sas el deber de obedecer, Durante una larga e inintertumpida | = la politica ¢s un capitulo de la fi- mero de siglos icin la doctrina politica tanto clisica como medieval y moder- | considerado la relacidn politica, la relacién entre gobernantes sbernados, mids ex parte principis (desde el punto de vista del ipe) que ex parte civium (desde el punto de \quista el poder o cémo se 's magistrados, cu ibran entre sn y se imponen las leyes, cémo se declaran las guerras y se las paces, cémo se nombran los ministros o los embajadores, i se piensa en las grandes metéforas con las que en est ntado hacer enter {a actividad tipica del gobernan ecesidad de medios de mando, 0 la composi jonado que necesita ce una mano firme y habil para se recom- siones enérgico de un euerpo enfermo. wente un objeto del poder 0 como iO un sujeto pasivo. Mas que de sus derechos, los esc ido de sus deberes, entre los cuales el principal es Fe, comienza el capitulo sobre el estado de naturaleza con estas palabras; «Para entender correctamente el poder politico y derivarlo de su origen, se debe considerar en qué estado se encom twaron naturalmente todos los hombres, y éste es un estado de perfecta libertad para regular las acciones propias y disponer de las posesiones propias y de las personas como mejor se erea, dentro de los limites de las leyes de la naturaleza, sin pedir permiso o depen pues, en un principio no cexistia la miseria, cimientos del westado bes », como lo habria llamado Vico, sino la libertad. ‘Tengamos en cuenta el principio de la cita: «Para rrectamente el poder politico...». En correspo Tencia tradicional del ponde en el otro extremo de litca, que es precisamente la o tun sujeto activo en esta relaci idad, en el que el individuo singular 0 de derechos. tender coe la prevar into de vista del deber sobre el derecho eno , €n continua contraposicién con la consolidada y antigua i6n organica, segiin la cual la sociedad es un todo y el todo ma de fs partes. La concepcién indi ta se ha icha dif porque se la ha considerado Fett entre ellos, cada c contradiecién con “satisfagn las propias necesidades y aleance los, ProPE™ se sieet mero de todos el de Ia felicidad que es un fin fidual por excelencia. 4 ualmente domina en la cier ‘orginica es tan persistente q ‘i social la corriente del deno- Revol Prajndividnalismo metodolégicor, conforme al cual cl es in francesa que proclama los derechos del individuo fren Mla Sociedad debe partir del estudio de los actos de los indivi- al Estado, Edmund Burke escribe: «Los individuos pasan como: No se trata aqui de discutir cuales son los limites de esta cee AE Rp Pero hay otras dos formas de individualismo sin las cua pedo de la Restauracin, Lamennas acu. de la Revoluciy Soe ey oie Ton derechos del hombre se vuelve incom ‘verdadera idea de la obedi ‘| ode Aeddualismo ontolégico que parte del presupuest0, el poder y el derecho». i {fsico o teologico, de la autonon individuo respecto , pasiones y opiniones diversas ja igual di iG, Fel individualismo ético, a concepcién individualista sin seqgin el cual cada individ ; : Dee eaeral, Todas y cada una de estas tres versiones del primer lugar, es decir, el individuo particu mismo, y después v oe rahno contribuyen a dar una connotacién positiva a una el Estado y no vice tha cdo tratada de manera negativa, sea por la cortien- do por el individuo y anus iceversa:el Estado es Bee nato comer cio yor la revo Sorta mae Mento conservador y Feaccionario, sea por la revolt lacecin no fa. Bl individualismo cs la base filosofica de la democracia: i. e,un voto. Como tal se ha contrapuest ‘mpre, ¥ siem- | 1 el famoso articulo Felacon cate indniduo y tradicional i re ri a las concepcidn holistcas de la sociedad y de Ie Estado se derechos ae, vergan de donde vegan tienen en comin el despre ere derecho y dae. Repo on ls ser ae adopt bs ee can See a ictctcs aie las detec’ Lavan Esai Pee sett de hacerlo. Libertad y poder que derivan Je L orp a inves fimiento de algunos derechos fundamentales, in jienables e ~~ pone tes, como sor los derechos del hombre. contra las faeciones que desgarrando el cuerpo p a r ah mers gue para cl indviduaiamo e el crecimiento del indivie re posible de condicionamientos externos. Igu te, respecto al tema de la justicia: seg pene << Desde su primera apaticin en el pensamiento politico del i= Y del xvi la docttina de los derechos del hombre ha recor A eeces aaa Tgego camino, si bien entre oposiciones, refutaciones Y HSL 4a pean dee ie tere car no se ha alcanzado Ia meta final, una sociedad d propiada deo justo ela plas ca por la cual cada = reign vecoreid diferentes eta fer alas que m0 = pons] el cverp lal Tepresar facilmente, En las primeras paginas de 1s oF la con- mo Meinecke escribi6 que la «fe iusnatur: forma cristiana como en la profana, inconmovible en medi ake, Speech : Sei sate Ins tempestades de la historia del Besa pensamiento de los hombres un apoyo absoluto, 1906, 0.357 BP taro ande fucrt silo realzaba la fe erstiana reveladan eR. de Lamenrais, Des progrs de la rvoition et de a {las (180) eka, Ge Somplton Pry 13 i 18. ita 1985, p63 . Meineske, Die Bt ad. cast de J Ming ‘Mattiny T, Marion Molina E ECE, México, 1983, Dios sabe cuantas tempestades ha conocido nuestro pesar de todo la estrella polar finalmente ha reaparecido horizonte. El primer gran documento hist6ric ra, la Carta dk fe en los derechos fundamen valor de la persona humana, en I hombres y de las mujeres, y de las naciones geandes y pei ‘A lo largo de la historia de la progresiva afin derechos del hombre han transcurrido, como he dicho, muchas etapas. La primera, de gran alcance, ha transformado una aspita: cidn secular ideal en un verdadero derecho, en un derecho subjetivo, si bien en el su constitucionalizacién incorporadas en las pri sa set derechos positives. este caso més que de una etapa que todavia ua extensi6n. La primera forma de extene sion ha tenido lugar en el interior mismo de los derechos de liber- tad: baste pensar que el derecho de asociacién, que es uno de los! y social de democracia puntos cardinales de un en el Estatuto albertino y por durante décadas, como se ha dicho, en manos del derecho de polie extensién ha tenido exclusivo de los dere. diante Ia cone: paso que ha representado la transformacién del Estad Estado democritico. La tercera y més di los derechos sociales, tado democritico y liberal en Estado democr La tercera etapa, que acaba di sobre los derechos del hombre en por primera vez en la historia hace del a de pe ivi yun sujeto del derecho internacional, ien en la prictica mas hipotética que real— de reclamar just tuna instancia superior frente al propio Estado. ora quiero aludir a una cuarta etapa, que sdlo se ha alca fen estos tltimos afios y que denominaré de la especificacion derechos. La expresion habitual «derechos del hombre» ya - bre? Ya desde incipio se c bre en aquellos propios de los ciudadanos, en el sentido de que jores respecto al hombre tanto respecto al género, como respecto a li a vida, 6 a las condiciones, no1 respecto atencién cenfermos, de los incapacitados, de weer un recorride por la les que se ocupan sderechos del hombre para darse cuenta de esta innovaci se trata de un fenémeno nuevo; pero bien visto no wente de la idea luo considerado en todos sus aspectos, 195 0 de pretensiones que le deben ser reconocidas en la ima, de la que forn jores argu fones aumentan, su proteccién se hace cada al interior del propio Estado. Se pod! del contraste entre el ideal y la realidad, entre las s grandiosidad de Dado que he interpre- por las palabras, sino por los hechos. De es estén empedrados los caminos del infierno, 5. He comenzado con Kant, con Kant termino. Para é, Progreso humano no era necesario, Solamente era posible. Re fe en la virtud y en la fuerza de EI mundo ha ido siempre ast, como ha iba Kant, con su actitud, hacen cumplirse in, esto es, la inmovilidad y Ia repetitiva monotonia de istoria. De esta forma se retrasan los med el progreso hacia lo mejor. Respecto a las grandes aspiraciones del hombre ya vamos excesivo retraso. Procuremos no inerementarlo com nuestra onfianza, con nuestra indolencia, con nuesto scepticism. tenemos tiempo que perder. La historia, como siempre, andes dad moviéndose en dos direcciones opuestas: hacia la acia la guer tad o hacia la opres no de la paz y de la libertad pasa, ciertamente, por el re to y la proteccién de los dere! wenzando por eb iosa y de concis fue el primeroen guerras de religion que ensangrentaron 's nuevos derechos (como los de la intimidad y tutela de la propia imagen) ndo frentea nuevas formas de opresién y de deshumanizacién provocadas por. elver ipulador del hombre sobre st ne oculta [Traduecin de Magdalena Lorenzo) 1H. LA DECLARACION U ERSAL DE DEREC 'S DEL HOMBRE Origenes historicos 10s nacen libres e iguales en Estas palabras no son nuevas. Las hemos lo muchas veces, Baste recordar el articulo de la Declaracién de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789, que comienza de esta forma: «Los hombres nacen y permanecen libres e iguales eh 520 londe las diferencias son insignificantes. Y remont: Dee sires cess cae i Declareciéa de Independencia dos americanos de 1776, que se expresa a ~Considera testable y events en misma is iguentes verdad: Tos hombres han sido creados fguales, que el Crea c sos dere- jertos derechos inalienables, y que entre esos Beso ea prin ida, la libertad y la bisq aa Ia gala como coc 1 contrario, se agrupa con otros derec tly ad. Verdad os que los redactores dela Deelaractn ui ier isiva sen la redaccién francesa. Pero en fe encontraban presentes ambas, Cuando Eleonore Roo- ent la aprobacién de la Declaracién, vino a deci be acogerse como pare de I A Je ala de la Declaration de los derechos “de los Estados Unidos y a las ‘en otros paises juridicos nuevos, no eran no\ ido, ya ques basaban ela Gotan de los derechos nat Progenitor mis autorizado fue John Locke, q capitulo del Segundo tratado sobre el a r cl discurso sobre el estado de naturaleza, esc otro que wn ead sey dsponer de sus pertenenias 3 reste deo de os ie ‘de pedir cena ni depen [pusston pos ey atu a ci Ae dete volauad deo ooo, samba de lo dry rn. We eigen nacdor cn naa dis 521 et esensessssttalsetille ’s lo es. En boca de Locke y de Y Sinplemente ana tora is wn nat org necesidad ideal, un ia de reali , una aspiracién que habria de rea alguna institueién la acogiera y oe ne n ridicas. En un ses ‘a derechos naturales or a formar parte d const derechos naturales dej se en auténticas pr _- ¢ «igualdad> “e Locke o en las declaraciones de sigho Xvi su conter ha hecho cada vez mis rico y mas denso; st és vinculante. Comencemos por el eXa- significado de libertad. jcado tradicional de libertad —por el que se hablaba de 1 de asociaci intido ge ita facaltad de hacer 0 dejar de hacer determinadas cosas LN7 ibertad. entendida ertad | afirmar que la mn las leyes. Pero la teoria de este ;ya'con Hobbes, quien desde la perspectiva bbertad la situacién, 's, entendido como la esfera de los comporta~ Tex, concebida como esfera de los compor- 525 Liber Suck Hees verticutes pone srs pe pears cociely casper | 0, Ys Por tanto, ropiedad colcctiva los bienes suficientes para gozar de una ‘a, la imagen del hombre libre se presenta como la bre que no debe todo al Estado porque considera siempre in estatal es un instrumento, no un fin; participa del Estado, es decir, en la for- no autono- ca como desarrollo de las a de gobierno como roder efectivo, carac- teorias sociales, de modo dn libre»; la libertad positiva, entos a ‘en a los derechos de seguridad s dos derechos econdmicos, sociales y cul que son «indispensables pa Libre desarrollo de su perso "e tener una esfera de actividad perso- las injerencias de los-poderes exterire r del poder est ia individual, an la far clirectamente 3 a! ialdad social, lamada tan igualdad'de oporcunida- > ya a todos los ci no tambié p corresponde ef momento de la igu wualdad de oportunidades; exigit I ifica precisamente requerit que se at no solo Ia libertad negativa o politica, ra que se eonereta en el reconocimiento de los derechos so-/ magnitud? Se entiende que la respui encuentra en el prinepio de pula ci esr eae il nectsidadn ea cada uno sogin su angon tS ade jo de ignaldad tanto ln mania sa eed mismo», si del criterio adoptado resulta seer bal manos son iguales, como la cada uno segtin 1a cosa distintas, seres humanos son camino de la justicia humana gualdad entre quiénes?», la nto a la segunda pregunta, «i les icidn responde que respecto a los seres hurmanos son iguales, es de dad entre todos, y no s6lo entre los pertenecientes a esta 0 Quiere esto decir que respecto a los derechos ‘umerados en la declaracin todos los seres huma- Hen considerarse pertenecientes a la misma categoria, No es s, mo se ha legado al recono- manos, todos Tos seres derechos fundam decir que na aplicacién del principio de igu: lad, siempre que se consiga demostrar que el individuo prese: fs singulares respecto a la disc Guestion que le permiten con an cuestin que le permiten cons Aigualdid en qué) la Decla los seres huma Respecto a la primera pre universal responde qu ito de que los seres ‘ala misma categorfa respecto a amplios. No obstante, ei de llegada ¢s la conclusisn de wn proceso fequiparaciones de la diversidad, o de sucesivas elimina iscriminacion entre los individuos, que ha hecho desaparecer finamente las categorfas parciales discriminadoras, integr a mneral. ~ snte los derechos fundamentales enun cadets Sal maciGn, Prftcamente esto signin que los dete! hos enunciados en la Declaracién deben conttur una especie de ingen varios concepts y panos de mbién varios conceptos o planos de igualdad, en rrespondiente les primeron, AV momento de ais © negativa corresponde el de en distinguir es_es el resultado de un proc 103 fundamentals cin gradual de las discriminaciones, y, por tanto, de ide aquello que se-reconocia como idénti aturaleza del hombre por_encima de las diferencias de sexo, raza, ‘0s reconocidos por el ordenamiento, lo que comporta una abstracta, y s6lo abstracta, capa deneo de os nites del ees sein prio, Alay mento de la libertad politica corresponde el dad politica, cameretses dl Esto democtiion fended eet eee én alguna por razones soberan popular sufragio universal xo, lengua, r« 20 de cual ‘ambos ‘verse, es idéntica a liana: «Todos K qui cciudadanos poseen Ia misma 529 dso UP \NOaon arson y son iguales ante la ley, sin distinci6n de sexo, raza, lengua, a peondilée peencal gece od 4 entra ens Constuones de osgue racias liberales (por cjemplo, el artcu- 3 de la Constitucién de la Repablica Fedsea Alana de 19) c las democracias populares (por ejemplo, el articulo 21 de Ja Constitucisn yugoslava de 1946). Pero la Declaracisn universal por tratarse de una enun je deben valer para toda la comunidad internaci punto 2 del mis- ilo 2 contra otro género de diseriminacidn, la que deriva c0 0 internacional del pats o del territos dando a entender que entre ls dis- criminaciones superadas aquel tipo de Estado. \s ofiginariamente como manifestaciones del p cl rango, es decir, en Ja méxima de rango». A la discriminacién se ‘que, muy simplificado, puede 1) Se constata que exist duos pertenecientes al grupo B. 2) Se cor de difer superior al idera que estas diferencias jas de valor, de donde se deduce son reveladoras ue el grupo Aes 0 superior, in del prine cen raaén de su superioridad ‘0 de rango— el poder de oprimir la superioridad de una r que, por otro lado, no deriva necesariament sén (se podtia sostener, por ejemplo, que la raza considerada ior tenga el deber de ayudar, proteger y educar a la raza iderada inferior); Ia diseri racial (el racismo) surge ip el tercer momento, es decir, cuando se sostiene que la raza soe tiene derecho, precisamente pot su superiotidad, a opri- fo incluso a exterminar a la raza inferior. fra bien, una rapida ojeada a las discriminaciones que el lo 2 pretende considerar superadas de una vez para siempre, fiega ante nuestros ojos el recortido historico de la humanidady vontinuo y constante (naturalmente, con n de distinciones ancestrales entre indi Tnotoe que mueve Tos avatares jstoria en palabras d la Me los oprimidos contra los opresores, y la meta dima de la ia, el logro de la igualdad, una sociedad de iguales en la que inferiores. E] articulo citado nos previe~ desigualdad de los sexos, Ia intolerancia ftico; contra la opresion nacional y colo~ fora. Pero ea esta prevencion también una constataciGn trégica: la historia hamana es en gran Koria de dominadores y dominados, de explotadores y tados, de amos y esclavos. Hasta cusind: os la ria de los tiltimos siglos, teatro de las guerras de mnquista de la tolerancia para todas las cxeenciass Mes por la climinacién del dominio de una nacién sob rl reconocimiento de las minorfas; de la revoluci Ta consolidacién de la libertad de pensamiento y de acc ace la lucha de clases por la emancipacién del cuarto Es- * fa lenta revoluci6n pacifica (ila Gnica de la historia!) hacia dad de los sexoss y de las guerras contra el colonialismo, no ‘Je ino extraer algunos indicios sobre la direccién de Ia histo- Pero, icudn largo es asin el camino! srete a esta duda, debemos planteamos, por honradez y pri fs, una pregunta: éson las discriminaciones indicadas en el ip 2 todas las posibles entre fos seres humanos? Eviden ones relacionadas en el articulo 2 son todas minaciones histricamente relevantes.que-la + humanidad juzga hoy irrelevantes-pasa-atri- duo algunos derechos fundamentales. Pero ‘dos casos: el de las discriminact gir en el futuro, y el de las dise oral consi por superiores la wr establecer tantes para distinguir entre los i primer caso, se observa que entre las discreciones relevantes no existe hasta ‘ahora ninguna basada en el cardeter psiquico de los individuos concretos, piénsese, por establecer una hipotesis diverti- da (aunque nunca se sabe), e: rovertidos, y que un politico demente dedujera de € por tanto es justo que los extrovertidos opriman a los sualdad que deberd reco- ger un futuro articulo de una futura declaracién, Para el segundo és distincién admitida en todos los ordenamientos

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