You are on page 1of 19
Violencia publica en Colombia, 1958-2010 CapfTULo I GUERRA FRIA Y REVOLUCION En los comienzos: Frente Nacional y Revolucion cubana La década de 1960 empez6 con grandes expectativas. Pese a las disputas intes- {inas, mas acusadas en el Partido Conservador, a incidentes de violencia politi- crn muchas localidades, al espiritu conspirativo que rodeo el regreso de {Rojas Pnilla al pas y su juicio en el Congreso, los drigentes del Frente Nacio- wa (ea) podian estar optimistas porque, en To fundamental, el reparto biparti- ‘ists extaba funcionando bien. La izquierda liberal era tna minorfa creciente J respetable, En 1962 la candidatura presidencial de Lépez Michelsen habia iogrado la nada desdefiable cantidad de 625000 votos, el 249 del total, que {eZron anulados por inconstitucionales pues el turno correspondia a unt core waevedor La izqulerda radical despertaba ante los acelerados y sorpresivos vi- ‘jes de la Revolucién cabana que entré en colisin frontal con Estados Teeace, realiz6 una reforma agratia a fondo, expropié empresas norteameri- Tunas, trajo el campo sovitico a la América Latina y se proclamé socialist, Tado en menos de 30 meses. En 1959, cuando apenas echaban a andar el FS ¥ STrégimen de Fidel Castro, Eduardo Franco Isaza publics la segunda edicién Ge su libro sobre las guerrillas del Llano (haba sacado ia primera en Caracas gn 1055) que terminaba calficando a Cuba de gran bito histérico: el primer ‘$onfo pucrrillero en el continente ltinoamericano, dados los fracasos de Tas Ener de la Revolucién mexicana y las liberales en Colombia, Bajo esa pre= Sica ungi6 aleanza, @ partir de Cuba misma, ‘la solidaridad de los pueblos Ponta dictaduras cviles[...] bindadas con la policfa yel ejército por razones Ge orden puiblico” (Franco fsaza, 1959, pp. 348-349). Con el exguerillero fue Son muchos los dirigentes politicos (generalmente ventan del gaitanismo o de Ip izquierda liberal radical) y los jacobinos charlatanes que en S08 afi en ‘renlieron la peregrinacidn a La Habana, aver de cera el milagro. La socie Tad y la urbe caribenia debieron pareceries de mayor riqueza material y cultural y con una intelectualidad més cosmopolita quela bogotana; pero than. S buscar apoyo, “solidaridad’ que, en alguna forma, obiuvieron.* ‘san, Ministerio dt Tnteror,Despacho del Ministro, sbre el protien de Cuba ye coms oe eye aupeta 14,1961. Hay guna informacion sobre les jer, a Ua Nacional « (GUERRA FRIA-Y REVOLLCION a divisién del “movimiento conuunista internacional” -y la iequierda marxista El cambio cultural marcé la década: los Beatles, a pildora, la rebelién estu- diantil en Estados Unidos, Europa y México; el poder negro y los veranos Calientes en las grandes urbes estadounidenses; la guerra televisada de Viet ‘nam y los tartamudeos de la gerontocracia comunista de Moscty las capita- les de Europa del Este; todo eso debi6 contar en el imitado ascenso de una intelectualidad rebelde que cuestion6 los dogmas y desafié la autoridad de los viejos jerarcas del Partido Comunista Colombiano, satisfechos con nuevos catecismos posestalinianos como el Manual de Marxismo-leninismo de Otto Kuusinen (1960), 0 el Manual de Economia Politica de la Academia de Cien- cias de las uRss, (1960), Dado que la Guerra Fria y la modernizacién socava- ron los muros de la “ciudad letrada”, la izquierda doctrinaria fue, quizas, su. {iltimo refugio, Por via de ejemplo y nada més, puede mencionarse la apari- cidn entre 1962 y 1964 de tres niimeros de Estrategia: revista de critica con- fempordnea a cargo de un grupo de intelectuales que habfan roto con el rec e inspiraron a otros a formar un Partido de la Revolucién Socialista, (PRs). En. cesa revista, Matio Arrubla publicé varios articulos (posteriormente los reco- ‘216 en un libro muy lefdo) que cuestionaron Ia linea politica del rec basada ‘ena alianza con una "burguesfa nacional’ supuestamente antiimperialista y democratica, y postulé la revolucién socialista a la que afiadié esta premisa: ¢l “capitalismo dependiente”? no podria desarrollarse en Colombia (Arrubla, 1969). Con todo y su timbre provinciano y alambicado, Estrategia abordé problemas centrales del pais y del mundo a la luz de un marxismo menos cerrado que el de las burocracias leninistas, abierto a la apropiaci6n critica del psicoanslisis o del existencialismo sartreano, En la izquierda se replante6 el tema del momento actual del desarrollo capitalista, (Lenin, claro estd, pero también Sweezy o Baran o atin Gunder Frank) a la luz de la Informacion comenida en reportes econdmicos de la ccePat (Comisién Econdmica para América Latina y el Caribe) o en algunos studios monogréficos del DANE 0 de los ministerios. En pocas palabras, se ‘rataba de establecer, primero, si el pais era fundamentalmente precapitalis- ta (es decir semifeudal y semicolonial) o si ya era capitalista y como funcio- naba el capitalismo dependiente; en esta perspectiva, qué significado podia atribuirse al fracaso de la reforma agraria y al tipo de desarrollo capitalista cen el sector rural; segundo, sila estrategia revolucionaria debia ser de “fren- de Estudiantes Colombianos ex), Movimiento de Ober yEstudlantes Campesinos (080) y ins Jiwentudes del Movimiento Revohcionaio Liberal (ua). sobre la Famcsa Replica del “Taquendam, Gerardo Molina yl Universidad Libre "Valea aclrar que este concept, “capitalism dependientc” smo" ena “socologa de ls dependencia lee distingurse del “capitals: (GUERRA FRIA Y REVOLUCION te patriético" con la “burgues‘a nacional antifeudal y antiimperialista” 0 si tal petsonaje de la lucha de clases no existia realmente; tercero, Lenin en ‘mano, se debatia si habia o no una situacién revolucionaria y en ese caso {qué era lo pertinente: la lucha armada como via fundzmental o la “combina- ion de todas las formas de lucha de masas”.? Aun cuando se hablaba mucho dde masas, las discusiones eran acaclémicas, cerradas, abstractas. Este conjunto de problemas, expuesto aqui esquematicamente, no ter consistencia interna, Por ejemplo, si alguien crefa que ya estaba cerrada la via del capitalismo dependiente, podia concluir que habia llegado el momen- to de tomar las armas para alcanzar el socialismo. Al respecto, escribié el Comandante Milton Herndndez del sts: Vale la pena destacar que en estos momentos existia cierto estancamiento en el proveso de acumulacién del captalismo dependiente y del desarrollo de las fuer- as productivas en miestto pafs, que no fue analizado demanera objetiva por algue ‘hos tedricos,surgienda algunas corrientes que caracterizaban este estancamiento ten el desarrollo econémico como manifestacion de una crisis defnitiva, irrever- sible, tanto en nuestro pats como en el resto del continente,y se Ilega ala conclu sion de que estabamos cerea de un momento insurrecc-nal, revolucionario, que haria estallar répidamente la estructura social. Como impulsor de esta corriente sobresalié Mario Arrubla, con su obra Estudio sobre el subdesarrllo colombiaio, tenire otros libros (Hemmdndez, s. ni pie de imprenta). “La Sierra Maestra en los Andes" asada la década, todos habfan perdido y duro. El experimento bipartidista se habla desgastado; habia fracasado la iniciativa de reformas prometidas (Ia ‘graria, la administrativa, la tributaria, la laboral) que se quedaron a mitad de camino; mas grave, el ru pareci6 perder, si no perdi realmente, las elec- tions presidenciales de 1970 ante In aNAFO de Rojes Pinilla quien, de reo condenado, pasé a ser el lider mas importante del peis 0 de la oposicion en todo caso. De la izquierda legal, el Movimiento Revolucionario Liberal, MRL, (nicialmente, de 1957 a 1960, la signifies de Recuperacién), se habia des- trozado en sus querellas internas, personalistas 0 ideol6gicas; de estas dti- ‘mas, 1962 fue un afo decisivo y Cuba, la manzana de la discordia; mientras ps indiscibe, habia escrito Lenin en 1915 en su polémica zon Karl Kautshy, que es im ‘posible hacer una revlucion sino hay una stuacin revoluconsria, aunque no toda stuacin ‘evolcionayiaconduce a la rovolucién’, Se legaba una “stusckn revolcionaria” cuando, 1) Incase dominante se divide iternamentey no puede obernar eoforme a sus formas habe [es 2) se ayudizan el sufrimiento y necesiades dels oprimidos 3, 3) como consecvencia de 10, ‘nicror se intensifica It actividad de las masts que no se someten a as utoridades y piden ‘amo poten. (Lenin, 1978, vol 22, p. 310) ” ‘GUERRA FRIA Y REVOLUCION aque, en diciembre, en una convencién en Tbague, su jefe y fundador Leper see esc puso tierra de por medio con la Revolucion cubana y con el Fee Ui Seco tempo habrfa de acomodarse en el Partido Liberal frentenacionals- (apes meses atrs las juventudes del mL, sunt, bajo la direecion de Luis wae porda, se habian proclamado marxistas-leninistast y adoptaron fi vier cnre sus signos, la bandera roja y negra y la consigna “(Ni un paso sitter” que heredarfa el HLN; su peri6dico, Vanguardia del mes, defendia a ul- ae dl modelo revolucionario cubano en el momento de los “come cande- segs fandticos de la“aceldn directa”. Formaron entonees una organizacién. er paestina urbana, el ELS, que las disolviéen 1965. A mediados de la década ot Ncvimiento Obrero Estudiantil Campesino 7 de enero, morc, fundado en {550 bajo el liderazgo de un joven estudiante, Antonio Larrota la primera drpanizacign colombiana que trat6 de crear una "Sierra Maestra en los An sree Ti960-1961), se paraliz6 en medio de un intenso {accionalismo que Hews aay duptura en su Congreso de 1965 El grueso de Ia izquierda era tn con- junto de onganizaciones de las cuales la ms venerable continuaba siendo el it que apenas podia idlar con los efectos de la disputa sino-soviétiea que le caesar audisidencia, aparte de que debié atender al indéel aliado fidelista Gi, al menos hasta el fracaso del Che en Bolivia en 1967, ofrecié su propia syed a, xaos, Boot (ne) 1962 Arcs 1y2- stable gem oe dn loa ay ler lca aie oe Se ea antibwetn oor sabe as ness Nac dpa a eg cabs ls rman comunist: nha de cas, habia La earl Comando Nacional Yer anbien, pez Miele, (123, iss201 200 nema dl wot ice ucho del abet dela cada. Un pt de patie pe eee ne ocamentagamoe Sl bot anénticopardo mara eit Be er sere nt “El primer de ore de 1965 cl Ta primera Cee eT dein del none pr tartos decd prolemas ners a a ote el oportno ye erenrio en el Movin. Dee ‘ona am Ss el cme op dein fone an coe ers Rica anche presen aa conden dl Conan Ec acai qe fu dso, credo y spl Comando econ vo Gamal sn een ator de las expres dl ovine como oe ai san adpondns que tan tanca debe cit sein x. 1808 Zale revlon ed ipod, cores de qu dea steal ich nr Fa a i ceusteennsnedoende cl tire del oy paca defen es sn clerian’ documento complet een ence en tpl rome pverpei=1879 ee Pt nose cso delete meh 1969 un peut ge poe oe andalres del oven Ober Indpeneie evoke a an ee cman ge cect, hasta el presi, Anngue su secin joel so rn inde hie fre en slgunes iversiades pubes, eb *ectado en Medina, ( £), Cuademes de historia del rc, im. 1. Sobre eondena al band levismo, Pzaro Leongémer, (1991, pp. 211-218). (SSS lien a oma enn a dase ant term sts *° (GUERRA FRIAY REVOLUCION La caida de Rojas, que habfa puesto fuera de la ley al cc y habia hecho las “guerras de Villarrica’, abri6 espacios para desmovilizarse y negociar. Los comunistas, ademds, habfan apoyado el rx y dado el voto a Lleras Camargo, Aunque mantenian la politica de “autodefensa armada” del Tolima y el Su- mapaz (Londofo Botero, 2009, pp. 575-581). En medio de enormes presio- hes y hostilidades de los liberales oficialistas, Juan de la Cruz Varela y los ‘gratios entraron en arreglos, siempre precarios; pese a todo, Varela ocups ten 1958 un escafo en la Asamblea Departamental de Cundinamarca y en ‘general, el #cc tuvo buena representacin politica en el Sumapaz. “Los sureiios” también se movieron en la direccién negociadora del PCC, sinos tenemos a una rimbombante carta de intencién del grupo de Marque talia que, los cuerpos de inteligencia militar hicieron sonar a conspiracién, Posesionado Lleras, se reports esta entrevista de un dirigente comunista del ssur del Tolima con oficiales del Batallén Tenerife: ‘Se encuentra en Neiva el bandolero comunista Jorge Arboleda, segundo coman- dante de las guerrillas que operan en Ia Gaitania, v las que son dirigidas por Mar. feo Fermin Chairy [alias Charro Negro] entrevistindose con el comandante y bficiales del Batallén Tenerife, tratando sobre la formula de arreglo para deponer las armas y cesar actividad. Unos dias después se produjo la "Declaracién suscrita por los exguerti- Ileros del Tolima”: ‘Los comandantes encargados de los grupos que operan en ¢l alto sur del Tolima, ‘occidente del Huila y oriente del Cauca, suscribieron la siguiente declaracién: ‘Ante los resultadas de los cambios del 10 de mayo de 1957 que colocé en la presidencia de la Repiblica al Dr. Alberto Lleras Camargo, ilusire figura del Frente Nacional a quien le correspondlié Ia magna labor patridtica de reconstruc- cign moral y material de la nacién, empenado en desarvollar Ia campatia de paci- ficacion de la Kepablica, declaramos como compatsiviss que luchames en los ‘aos anteriores al 10 de mayo de 1957 contra las dictaduras despoticas que sem- ‘braron de rina los campos y ciudades; no estamos interesados en luchas arma- ‘das y estamos dispuestos a colaborar en todo lo que estéa nuestro aleance con la tempresa de pacificacién que se ha dispuesto adelanta el gobierno del doctor Al berto Lleras Camargo. ‘Segundo, de parte de esta agrupacion de excombatientes no tendré obsticu- Jo alguno para ejercer las funciones que la patria le ha encomendado y ademés ‘no existe razGn alguma para la resistencia armada. Este comando no autoriza ni patrocina ninguna accién armada, cualquiera que se presente, sin continuar de- 2 archivo General de a Nacin (ta), Ministerio del Interior, caja 4, carpets 30,1958, Bole tun de den public, nim. 185.5 sep. 58 ‘GUERRA FRIA Y REVOLUCION a sarrolléndose la violencia contra los ciudadanos patiotas y honrados; cualquiera, de elas se catalogara como bandolerismo contra lo cue deben estar unidos todos Jos colombianos, ‘Tercero, queda concdenado el robo y el crimen cualquiera que sea responsa- be de un acto de estos le pediremos a las autoridades In més severa sancion y ‘continuaremos obedeclendo a las autoridades legitimamente constituldas ya las leyes tal como lo prometimos las comisiones de paz dispuestos a prestarle toda Jn ayuda necesaria cuando ella lo solcite pare reprimir la violencia y el desorden, labor en la que los principios fundamentales de paz, orden y derecho recobren su. ‘méxima importancia, ‘Cuarto, los excombatientes nos encontramos vinculados a la honrosa labor el trabajo, interesados en el bien comtn ¢ invitamos a todos Jos ciudadanos ppara que no oculten a los antisociales colaborando zon las autoridades para ex- tinpar a todos los que solo les interesa el robo y el crimen, animados todos los ‘buenos colombianos por los principios de la Constitucién social, derechos, pa tia y patrimonio, Quinto, ereemos que, para evar a completa cabaldad los propésitos que ‘nos animan es preciso que todas las funciones piblicas sean desemperiadas por personas de una pulcrtud intachable que ser la base pant la Constitueion de la rueva reptblica (Fdo.) Ex-mayor Manuel M, Vélez, Ex-mayor, Manuel Ciro Castano, ex te- niente Isafas Pardo, ex teniente Jorge Arboleda y secretario del Estado Mayor, Guillermo Suarez. ‘Como puede apreciarse en este manifiesto no firma el guerrillero coronel Fermin Chatry a, Charro Negro, pues parece que ha habido un rompimiento con, Jos firmantes del manifiesto y el dirigente bandolero que atin no ha resuelto de- poner las armas.” En el siguiente boletin del Comando de las Fuerzas Armadas se dice que Charro Negro tenia planeado asaltar Viotd donde tenfa “el respaldo del Partido, Comunista”. Anade que “segiin informaciones de Jorge Arboleda al hacenda- do Tomas Ramos quien confidencialmente las surainiste6 a la Seccional’, el asalto del Charro se prepara en una finea de Neiva ePor qué se enredé el acuerdo? A pesar de las intenciones politicas del liderazgo nacional, el gobierno (como por ejemploel “Plan de Rehabilitacién > ss, Ministero del Interi, ajs 4, carpeta 30, 1958. Comando de las Fuerzas Armada, [Boker Informatvo, ny, 167 del 8 sep. 1958, Sine contexto que aga se resume, omiiendo Algunos detalles, este documento spareci6 con el peréicalibtal de Thagué, Duna, 8 de p= tiembre de 1958 y fe epredueldo en Sanchez, (984, pp. 264265). "sae, Ministerio del Interior, cain 4, carpta 30,1988. Covad de las Fueras Armada, oletin Informative, se. 168, 9p. 1958, Ds (GUERRA FRIA Y REVOLUCION del Tolima") y el rec, el conflicto sectario del sur del Tolima segufa en res- coldo. Al desmovilizarse los limpios, cada jefe reeibié wn territorio para con- tolar y eso pudo inducirlos a cerrarle el paso a los comes, y presentarlos ‘como instigadores empecinados (Fajardo, 1974, p. 125). En este contexto se produjo en enero de 1960 el asesinato del principal dirigente comunista del Tolima, Fermin Charry 0 Jacobo Prias Alape, Charro Negro, en enero de 1960, abatido en el casco de Gaitania por sicarios de su viejo rival, Jestis Ma- ria Oviedo, Mariachi, un limpio reinsertado que luego seria congresista por el Tolima en la bancada del Movimiento Revolucionario Liberal, MRL. Es in- teresante anotar que poco mas de un afo atrés, Bl 26 [de noviembre m. v.] se entrevistaron los jefes de guerrillas Jess Maria Oviedo [alias Mariachi] y Fermin Charry [alias Charro Negro] con el gobermadlor del Huila con el fin de solicitar la construceign de la carretera Palermo-El Car- Imen-Gaitania y al mismo tiempo ofrecer su respaldo a la politica del Frente Na- ional. El mandatario accedié a lo solictado, ya que la construccién de esta ‘carretera est incluida en el plan de rehabilitacén [..]]os exhorté nuevamente a ‘que contribuyan sinceramente a la pacficacién total del Departamento.” El poc concluyé que este asesinato habia marcado un cambio cualitativo 4que abrié una nueva etapa de violencia. Sin cejar en el localismo sectario, los comunes abrieron nuevos frentes de colonos en la zona indigena de Rio- chiquito y en El Pato y Guayabero que los cfrculos militares empezaron a amar ‘repablicas independiente” expresién que populatiz6 el dirigente conservador Alvaro Gémez Hurtado en un célebre debate en el Senado (oc- tubre de 1961). La expresién hacia parte de la guerra de propaganda, Una publicacién anticomunista de Bogota, plagada de inexactitudes, describia Jas "Ligas Comunistas” como: [.-] onganizaciones campesinas ubjcadas generalmente en zonss de violencia, bajo el control del partido entre las cuales merecen cltaise lw del Tequersdama, dirigida por Victor J. Merch, varias veces miembro del Comité Central y la de Gaitania, dirigida por Jacobo Prias Alape, bandolero a cuya cabeza el gobierno le ‘puso precio v miombro del Comité Central. 2 Sobre el Plan, ver aah, Ministerio del Interior, Despacho del Ministro, caja 4, earpeta 34 958.1981, * ao Ministero el Imoror, Despacho del Minsto, caja 4, campota 30,1958 28 Ver ia secein "Llamamientodelos campesinos de Marquet”, en Documentos Polticos, 3637, ener Iebrero de 1964 Panorama General del Comenismo en Colambie, Centro de Investigacion y Acién Social (Bd) Bogors, 1963, 5, (GUERRA FRIA Y REVOLUCION 2 Como vimos, hacia tres afios que Charro habia muerto. Ahora bien, en su {informe al 26 Pleno del Comité Central (1982) el secretario de la Organizacion del cc defendi6 Ia “autodefensa popular de masas’, condené las “gentes des- ‘moralizadas de tipo bandolevo utilizados por la reacciGn’ y a “grupos guerville ros que andan anarquizados" y emplaz6 a “movimientos como el morc, el llamado ‘gaitanismo’, [el run] algunos grupos socialistas asi como otros de ascendencia conservadora [..] a aterrizar con un balance objetivo y concre- to de su propia situacién’” (Barrero, 1962, p. 5 y ss). De su lado, la derecha, incluido el alto mando militar, presionaba al gobierno a realizar una opera. cién de limpieza en las “repiblicas independientes” Para aliviar la presién military conservadora, el presidente Lleras Camar- g0 dispuso en 1962 un rpido operativo en Marquetalia, Dos afios después, en mayo de 1964, el gobierno de Guillermo Leén Valencia (1962-1966) dio luz verde a la mayor ofensiva realizada hasta el momento en América Latina en ‘el marco de la doctrina de la contrainsurgencia: I "Operacién Marquetalia” ‘que fue Hevada inmediatamente a las otras “repablicas independientes" Ante la inminencia de la Operacién, el partido envi6 dos de sus cuadros a la zona, Hernando Gonzalez Acosta y Jacobo Arenas, antiguo “obrerista” 0 “due ranisia”. EI primero cayé abatido por tropas del ejército cuando intentaba cevadir un cerco militar; Arenas permaneci6 en la guerilla, afios después pus blicé un testimonio sobre “la resistencia de Marquetalia” y se convirtié en cl principal ideslogo fariano (Arenas, 1973), Siendo abrumadora la superioridad del Ejército colombiano (las cifras van de 1500 a 16000 soldados) los “48 campesinos de Marquetalia” se reple- garon. Apenas repuestos, el 20 de julio de 1964, dia de la Independencia na- cional, lanzaron una proclama campesinista y, al menos nominalmente, se unificaron en un comando las “autodefensas de Marquetalia, El Pato, Gua- yabero y Riochiquito”, que llamaron el Bloque Sur. En una entrevista “del periodista Jacobo Arenas” con el comandante Ciro ‘Trujillo en Riochiquito este refiere asf “Ios bombardeos del 15 de septiembre de 1965": stan creyendo que nos vamos a morit de susto, Ellas piensan que los campest- ‘nos de ahora son los mismos de hace 15 aflos que se defaban matar o hua so- brecogidos de espanto cuando los aviones hacfan cabriolasylanzaban sus cargas mortferas...] Ells se olvidan de los trones de ruana que tuvimos con Ins fuer 22s oficiales en la otra violencia ¥ ahora no saben que nosotros hemos acumula- ddo muchas experiencias en este tipo de lucha [..1. ®Pende un debate bizantino sobre el nombre oil de In Operaci: i Laso (en ef marco el Latin American Security Operation, 1480) 0 Lazo con zeta. FI primer términe queria dese ‘ue fue conceida en el Pentgono, como en efecto ocurvo; el segundo atibuve le estrategia a los comandantes del eércio eolombiano, oe Prokariz nim. 109,27 de enero de 1966, p.3. Ver también el reporaje (com fotos) de ‘Jean Pierre Sergent (publeado en L#tmanité, augue no da la fecha) alos guerillas com o” (GUERRA FRIA Y REVOLUCION ‘Sin embargo, atin no se ha narrado cémo se produjo esa unificacién, En 1966 el Bloque se transformé en las rare, una guerrilla “mévil y ofensiva”, ni local, ni “esponténea”, como las que se habian desarrollado conforme a la K- nea de “autodefensas de masas contra la violencia oficial” Frente ala segun- da “Operacién Marquetalia” el rcc reforz6 su linea de “combinar todas las formas de lucha”. Aunque el 30 Pleno del Comité Central, reunido del 27 al 29 de junio de 1964, acord6 estructurar y estabilizar las guerrillas, no se pue~ de perder de vista que la organizacién militar era precaria, los recursos fi- nancieros limitados y dependian completamente de la proteccién politica del Poe." Si las enemistades de limpios y comunes habfan sido manipuladas por los gobiernos locales y el ejército, permitieron, sin embargo, recrear una me- ‘moria de la organizaci6n comunista en el plano local: el momento fundacio- nal de El Davis que en 1964 fue reelaborada por los marquetalianos como fuente primigenia y sacralizada de identidad politica del grupo."* De los sig nos de identidad y resentimiento valga subrayar el papel de vocablos como "guarida” o “bandolero”, seguido generalmente de un alias. Em un extenso reportaje al “comandante Richard’, que public Voz Profetari, el semanario, del roc, el guervillero se refirié asi al asunto del “bandolero Marulanda” y "Marquetalia como guarida de bandidos": Los bandoleros —alijo Richard som los que especulan con el aticar, el arroz, la leche [..] som antisociles aunque vivan en las ciudades, usen corbata y automévil particular Pero para la Gran Prensa yel resto de reaccionarios los bandoleros son. Tos dirigentes campesinos [..] Oiga yo le evento tna cosa en el ao de 1953 y des- ‘puts en 1957, cuando los oigarcas querfan que ces4ramos la lucha armada y nos ‘entregramos, en sus cartas, muy melosas por cierto, yo las conserve todas, no se hablaba de bandoleros sino de hérees del pueblo. [..1 Bl propio Marulanda fue durante un tiempo, después del 10 de mayo del 57, alto empleado de lo que la- ‘maran entonces Carretera Neiva-Cali y que en tantos aiios no ha aleanzadlo a le- tar siqulera a Gaitania. [..] Eso de bandolcros, e# una palabra con la cul 3° ‘descalifca, se aisla de Ia sociedad las personas que se qulere asesinar, para que ‘ng haya protestas por si muerte. Pero ya est de moda en el ejércto abligar a los soldados a asesinar a los campesinos, cambiarles su ropa civil por prendas mii tres, sus alpargatas por tenis, ponerle un arma al lado, fotografiarlo y luego pu- nistas de base y “alos comandantes Marulanda, Cito y Sasa, Vor Prietara, nim. 148, 31 de marzo de 1966, pp. 1213. "7 er Documentos Politicos, nim. I-42, junio de 1964, especialmente pp. 79's. El Davis ts un paraje on Ine estabaciones de Ia Corilera Central en el municipio RCo Blanco, al sur del Toima a donde lego en 1980 "la Colum de Marcha” de la primera resist fia armada Iberal-cominita, poco anes de la ruptura de linpias y comune. Ver, Maruanda Vale. (1973, pp 25-60) el reatento de Guaraea 0 Guaracas en Matta, (1999 pp. 56-78) Alape, (4989, pp. 120208), (GUERRA FRIA Y REVOLUCION =) blicar un comunicado oficial en el cual el compafiero aparece resehtado coma ‘peligroso bandalera’ que usaba un apodo repugnante. Mientras tanto los verda~ dros enemigos de la sociedad se agazapan detrés de investiduras oficiales 0 se- miofcales.” [No todos los sobrenombres eran repugnantes. Habfa unos como el que adopts Pedro Antonio Maria, Manuel Marulanda Vélez, en honor de un sind calista del pcc asesinado por Ia policia; 0 el de Juan de la Cruz. Varela, Lasper cio Montalban que més bien parece de radionovela. Otros habia que merecerlos: Vencedor, Terror, Peligro, asi como los que comenzaban por Capi- tnt, Teniente, Sargento. Algunos venian del cine: Tarzin, Charro, Mariachi. En todo caso, del personal de 476 guerrilleros de la tabla 1.3, el 76% llevaba un alias. Figuraban, por ejemplo, tres Tirofijo: Severo Perdomo, liberal, en San ‘Martin, Ariari; un comunista de Villarrica, no identficado; y, el citado Pedro Antonio Marin, comunista de Planadas.” La descamada deseripeién de Ri- chard, asesinar campesinos a sangre frfa, cambiarles la ropa y lo que sigue, confirma que Ia prolongacién de una guerra sucia crea habitos. Hoy dia se ‘emplea cl eufernismo “falsos positivos". as rarcy el PoC En la guerra de Villarrica en 1985 y a comienzos del rw era corriente una ma- rrativa muy del tipo Guerra Frfa en torno al “peligro comunista" encarnado en “16 repdblicas independientes” que, mas que ambitos territoriales eran tun pasado de comunidades de campesinos, mestizos ¢ indfgenas, muchos gaitanistas que después del 9 de abril de 1948 transfirieron sus lealtades al Poe y que armaron el mito salvador gracias a la resistencia a los cercos y bombardeos aéreos de 1964." Bs decir, inventaron un relato propio, una ges- ta de lo que, hasta ese momento, no pasaba de ser un rudo empate local de ‘pequenas handas, movidas por la inercia de una ruidosa enemistad publica que databa de 1952 ‘Aqui debe subrayarse cierta singularidad del pec en el panorama de los, ‘comunistas latinoamericanos. Aunque en la década de 1960 los partidos de Venezuela y Guatemala también habfan avalado coyunturalmente la opcién guerrillera, s6lo el por qued6 amarrado a la formula precubana de la “combi- nnacién” de su Vi Congreso de 1952 que ratificé en sus congresos de 1961 y 1966 (Pizarro Leongémez, 1991, pp. 167-169). Esta nota peculiar requiere “Entrevista con Alfonso Casta, “Richars, Vox Prolara, 7 de mayo de 1964, p.7. “Ver Gonzéler Arias, (1992, AS) Curiosament el tama no ha reid la atencion que ame rita, excepto en Vilanueva Martine, (2007). "Pharr Leongdmme. Ede mayo de 2008), Maret mito fundaciona de as rae UN eric, ni. 87 Recuperad de hiphistricounperiodicounaedu.caEdilones!S703 him a ‘GUERRA FRIA Y REVOLUCION una breve digresién. Aunque el plebiscito de 1957 devalvi6 el vec a la legalt- dad, las normas de la paridad y Ia alternacién del Frente Nacional le quita ron incentivos a participar en las elecciones, de suerte que debié resignarse a fungir de aliado menor del heterogéneo Mat. Pero el momento politico del nacimiento de las rare debe situarse en el cruce del momento cubano de la Guerra Fria y la disputa sino-soviética. Al igual que los demas partidos pro- Moscii, el pce hizo hincapié en textos canénicos de Lenin como La enferme- dad infantil del izquierdismo' en el comunismo (1920). Frente a las disidencias pprochinas y a la teoria del foco insurreccional que tachaba las autodefensas ya las marc de ‘adormiladas’ (Debray, 1967), el pec mostré hacia adentro, a su militancia, y hacia fuera, a los “aventureros pequefio-burgueses de extre- ma izquierda”, que tenfa “brazo armado” campesino y que habia formado una “reserva estratégica” de la revolucién colombiana, ‘Durante toda la década de 1960 y parte de la siguiente, la izquierda co- Jombiana vivié ofuscada, en inagotable polémica bizantina sobre “las vias de Ja revolucién”, El postulado soviético de coexistencia pacifica y transicién ppactfica se hicieron pasar por el cedazo leninista de la “situacién revolucio- naria”. La doctrina soviética imperante apoyaba las luchas de liberacién na- cional y, en los paises coloniales y neocoloniales, distingufa un sector proimperialista, “la gran burguesfa comercial” de un sector de “bunguesia nacional". Elcorolario de tal clasificacién se conocia desde la 1c: silos comu- nistas se aislaban del “frente de liberacién’ la burguesia nacional asumiria el liderazgo. Segén esto, en Colombia, los revolucionarios debian estar prepa- rados para un golpe militar preventivo y el ascenso de la derecha fascista. Para impedirlo, el pcc recomendabs alianzas con sectores del mR. de Alfonso Lopez Michelsen que, segdn una vieja ortodoxia de los afios 30, (que ya era pura jerga) representaba a la burguesfa nacional. Ademas, durante el climax de la disputa sino-sovistica un destacado intelectual del cc alardeé de las arc en la revista del Comité Central: El partido comunista participa en ls luchas iegales, en las tomas de tierra en los ‘campos y en las cludades, en la construceién ilegal de viviendas....] participa en los debates electorales, aprovecha las condiciones que se presentan en éstos, cuando hay una mayor libertad para la exposicién publica de las tesis politicas [Lud BI partido comunista no oculta su papel en la direceién de las guerrillas de Jas fuerzas armadas revolucionarias de Colombia [.,.] no niega, sino que declara ‘con orgullo, que algunos de los comandantes de las raxc pertenecen a la direc- cidn del partido comunista, son destacados miembros de su comité central, En- tonces siguiendo las orientaciones de Lenin, siguiendo el camino téctico para Lenin, el partido comunista colombiano cree que ha sido fel a su Jegado y que ha logrado combinar todas las formas de lucha de masas y ha hecho un aprendlizaje ya bastante rico para ir ganando el titulo de la fuerza dirigente de la revolucién ‘colombiana (Arizala, 1969, pp. 101-102), —— ‘GUERRA FRIA Y REVOLUICION ” En 1973, cuando atin no se extingufan los debates sobre las “condiciones revolucionarias” y "las vias de la revoluci6n”, Gilberto Vieira, secretario ge- neral del pec de 1947 a 1991, expresé claramente que: Hoy en dia, el hecho real es que el rce participa en la lucha armada, tiene una ‘organizacin, las raKc, y cree que ese movimiento tiene perspectivas de cre. :miento y desarrollo. Ys la situacién politica colombiana conduce a una dictadu ra militarsta [..] de cardeter reaccionario, los coministas estamos seguros de ue esas agrupaciones guerrillers [..] van a convetirse en fooos de atraccisn, ppara grandes sectores del pueblo colombiano y en la forma principal de lucha para nuestro pueblo” (Collazos & Valverde, 1973, p. 57) Quince aitos después, en un reportaje con Marta Harecker, esposa del comandante Pifeiro, “Barbarroja”, Vieira corrigi6 un poco esta version. Ala, pregunta de la entrevistadora, Me parece extratio que Ud, able de las rake, desu programa y de sit lucha, ‘como mirdndolas desde lejos. ;Acas0 las FANC no estén relacionadas con el rc? Vieira: Son guerrillas campesinas que se identlican con Ia politica del re (Hamecker, 1988, p. 27). Pero, insiste Harnecker, —zentonces hubo realmente lun Congreso o una decisién de las FaRc sin que ustedes, la direccién del Partido, estuvieran presentes y orientaran ese event? Vieira: Hay que entender que desde que se desat Ja lucha guerrillera es ab- solutamente imposible que el Partido asuma la direc:ién del movimiento arms do, Este tiene su propia direccién, sus comandos operatives que actian (Harnecker, 1988, p. 28). El asunto crucial de las relaciones del rc y las rare requiere, pues, mas investigacién, Sin embargo, de cualquiera de las dos versiones de Vieira pue- de colegirse que la direccién del partido no mantuvo una linea organica de mando en lax rane ni renuncié a sus actividades legales.” La dependencia clientelar del rcus Jo obligé a alimentar la ambigtiedad con el movimiento, armado y su debilidad organizativa lo orillé a desentender el problema mi tar de la guerrilla y el nexo politico con las razc. No supuso que algtin dfa los marquetalianos podrfan desbordar los méngenes de auutonomia operativa y plantear su independencia politica y organizativa. El liderazgo comunista tampoco anticipé, nadie pudo, que el muro de Berlin, erigido en agosto de “Enel mismo reportae Vieira puntualizé que la opininpablica es como un pido y que ‘en fos momentos en que el pueblo se sions con agin dirgen tradicional, las guerillas de ban repegaseexperando a que cesaran las lisiones para aleanrar de miev el apoyo popula. “Los campos de preferencia dl partido eran el sndialy el universltario pore Como se ha submyado, de el frente electoral en segundo plano; augue ertableiaconliciones o, ena $0s, presenta mst props lists, Vet, Dugue Bara, 2008), | ‘GUERRA PRIA Y REVOLUICION 1961, caer un dia de 1989, predmbulo de la implosién de la Unidn Soviet ‘ca y su bloque politico-militar, Cuando esto ocurri6, el poc no pudo seguir Smaginando el futuro, enearnado en la URSS El golpe emocional fue dernole- dor Para entonces las FARC se gobernaban més por los prncipios de acum lar recursos de guerra desde nichos locales que por la idcologta clasista del tnarxismo leninismo, Relatiamenteaislados en sus campamentosselvéticos {ymentales, soportaron mejor la transiciém a la incertidumbre de un mundo Sin URss ni campo socialist En el pico de Ia Gucrra Fria Ia eseision del comunismo mundial, las ranc fueron una estratagema politica del ree para dar la impresion de que se tovia a "Ia izquierda”y desprestigiar los ML (marxista-leninistas) prochi- hos y al ELN procubano. La tétice, sin embargo, acentus el faccionalismo jnterno latente que estalé en la década de 1980 y forz6 al Secretariado del cc a mantencr la disciplina con base en expulsiones. Fue el caso de los “pa Falelistas" que “eecutaban acciones en apoyo de los guerileros sin la anuen- Cia o el visto bueno de las direcciones regionales”, notoris en el Valle del Cauca. En Ia esquina opuesta se situaron militants y dirigentes medios que planteaban que los “paraleistas” no solo ponian en peligro Ia linea del re Sino la vida de los camaradias y pedfan que, de ser aprobadias por las instan- cias regulares de partido, tales “acciones paralelas" fueran consideradas ex- cepcionales puesto que la principal forma de hicha era "a linea de masas” En 1983 fueron expulsados los paralclistas (Duque Dazs, 2006) y pese all divorcio, la tensién pcc-Farc no cesé (Ferro Medina & Uribe Ramon, 2002, pp. 144-151). Bajo el signo de estas incertidumbres arrancaba la década de 1980 “Ver también, Guerrero, (1983, p. 13-15); Cardona Hoyos, (1985) CapiTULo m1 GUERRA A LAS DROGAS, ESCALAMIENTO_ ‘YY GUERRA SUCIA INTRODUCCION A diferencia de la década anterior, en la de 1970 rebajé la intensidad de la ‘Guerra Fria y fue una época de reflujo revolucionarrio. Estados Unidos perdi6 la guerra de Vietnam; en China la Revolucién Cultural terminé en descrédito y ‘el nuevo liderazgo dio el timonazo hacia “las cuatro modernizaciones”. Esta- dos Unidos mejoré las relaciones con Ia uRss y las restablecié con China. ‘Aunque en América Latina fracasaron las guerrillas castristas y salieron a flote las limitaciones del modelo econémico cubano, continué la tolerancia cestadounidense y de la oa a las dictaduras militares de derecha (la més sim- bélica, la de Pinochet). En Colombia, el agotamiento del modelo de industrializacién inducida por el Estado produjo las primeras manifestaciones de neoliberalisimo. Este conjunto de factores llev6 a replantear la politica. La crisis de legitimidad se ‘manifesté agudamente durante el paro cfvico de 1977 que, literalmente, de- Dio ser reprimido manu militari. El episodio era como la punta del iceberg {que ocultaba un acumulado de muchos pendientes y agravios: el trauma de las elecciones de 1970 y de los acomodos subsiguientes del general Rojas; el posterior colapso electoral de ANAPO y el aumento de la abstencién; la desins- Uitucionalizacion y represién de la protesta rural masiva, mis concentrada en el Caribe latifundista, y la falsa salida del pacto de Chicoral el ingreso del pais a la economfa mundial de los estupefacientes, inicialmente con mari- hhuana; el crecimiento caético de las ciudades (de campesinos) y las crecien- tes demandas, siempre insatisfechas, de nuevas pobiaciones. Pero la crisis no se tradjo én una reforma ordenada de las instituciones del Estado, de los partidos politicos y de sus sistemas obsoletos de representacién. Por el con- trario, las reglas de exelusividad frentenacionalistas se endurecieron; el acce- soa la politica se hizo mAs arduo y reavivé el espiritu represivo en las leyes ¥ cn las précticas. De las lecciones del paro cfvico de 1977 se Ileg6 a una redici6n de la Doc trina de la Seguridad Nacional, mejorada por los dictadores argentinos, que adoptaron los gobiernas de Lopez y Turbay mediante la expedicién dela legis F colombia es conocida porel conflicto armado. Asi la gran pared Pere rena) reer eet ie tance er Seer ee eae ee ae desde 1948, la expresiin Colombian troubles, También se sabe eee ee ee eee su clatidad estratégica, los procesos de paz, con las guerrillas eee eee eT ees ferret eee eed et eee eee eee Nr ens ey eee eee eet) ligereza en sus didlogos de paz, incluso, cuando combaten y Cee oer eee Violencia pablica en Colombia, 1958-2010, enfoca con particular ee eee et ee ae ee ea eee eras See eet eres Se Eee eye eee ee ee een eae tent Se een tees eee ec pete ee eee een) Cee ee Ree ae eee eee eon ee en eee Cenee ee act ete ea eee etc eee cee ere) limite de la soberanta nacional colombiana: la subordinacién A ee ee es politicas de Washington: la Guerra Fria, la guerra a las drogas, Ja guerra al terrorismo y al crimen organizado, gna

You might also like