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Carfruto 1 Definicién de mediana edad «Mi periodo del Laboratorio coincidié con esa mitad del camino de nuestra vida enque segiin ciertos ocul- _ > tistas se suele subvertir el sentido de la-existencia... Sin saberlo, estaba virando yo de la parte mis iluminada de Ja existencia a la parte oscura... Hice ese transito, - como un puente-que se extendiera entre dos monta- fias, por momentos'mareado y’sin saber lo que estaba haciendo, y en otros, en cambio, con el gozo irrefrena- ble que acompafia al nacimiento de toda gran pasién.» Ernesto SABATO Escritor argentino contemporineo Los estudios sobre la mediana edad de-Jas personas suelen comenzar. por la determinacién de una edad cronol6gica relativamente especifica dentro del ciclo vital, la que suele ubicarse en el rango comprendido cntre'los 40 y 50 afios de edad. Sostienen que la mediana.edad es aque- llo que sucede a partir de determinada edad cumpliendo un decurso determinado. En este trabajo intentaré detallar las caracteristicas de la mediana edad considerandola una vicisitud especifica del ciclo vital sin centrarme necesariamente en la edad cronolégica que cada persona . posed al inicio de Ja misma, algo que considero de importancia secun-. daria, El vértice psicoanalitico y Ja compléja variedad de Jas vidas indi= viduales, y no s6lo los cambios vertiginosos que estin sucediendo en el ae 13 Escaneado con CamScanner LA TRAVESIA POR LA MITAD DE LA VIDA. mundo. contemporineo, hacen que considere conveniente plantear el tema desde esta perspectiva. Quiero resaltar que planteando mi trabajo desde esta perspectiva evito las discusiones pseudo-sociolégicas, pseudo-atropolégicas, pseudo- filoséficas o legitimamente petiddisticas sobre si la edad cronoldgica de inicio de la mediana edad se ha anticipado 0 demorado por los cambios sociales actuales, o sobre si la prolongacién del promedio de la expec- tativa de vida que vino incrementandose durante todo el siglo xx deter minaria una edad de inicio de la mediana edad posterior, intentando centrarlo en un vértice psicoanalitico, tal como pretendo demostrar con mi trabajo. ‘Tampoco voy a considerar aquellaé generalizaciones que impidan acceder a Ja verdadera complejidad del tema, las que muchas veces impli- can simplificaciones que aluden 4 la universalizacion de fendmenos que | no son necesariamente universales. Por ejemplo, es frecitente hallar refe~ rencias respecto a que la enfermedad, vejez o muerte de los propios padres activa el proceso de inicio de la mediana edad, algo que. dejaria fuera de la universalizacion a quienes hayan perdido sus padres mas tem- pranamente; as{ omo las referencias’a que lo’ que se denomina «nido vacion, es decir la partida de los hijos adultos, como el verdadero motor que activa el proceso, en cuyo caso quedarian fuera de la universaliza- : cién quienes no hayan tenido hijos hasta ese momento; o quienes hayan padecidg lo que se denomina el edemonio del mediodia», intentando promover una nueva vida que cambie abrupta y violentamente la coti- dianeidad que viven. Estos ejemplos s6lo describen conductas y no dan cuenta del proceso intrapsiquico, objeto ‘de la indagacién psicoanali- tica, Mas proxima a mi intento quizés resulte la expresion freudiana Splendid isolation (vespléndido aislamiento») (Masson, 1985), utilizada al inicio de su autoanilisis, metafora apropiada para reptesentar algo de lo que pretendo demostrar como el trabajo psiquico especifico de elabo- racién subjetiva propio de la mediana edad. . Por estas razones intentaré detallar la compleja multideterminacién psiquica especificamente psicoanalitica de los procesos irivolucrados, : poniendo el énfasis en los procesos intrapsiquicos.mas que en las dife- rentes circunstancias por las que pudiera atravesar cada vida individual. En este sentido pretendo que mi aporte implique una catacteriza- cién y definicién de una metapsicologia especifica para Ja mediana edad, ‘trabajo: que-se-veré"seguramente profundizado con mis detalle en la medida que pueda continuarse esta linea de investigacion. Escaneado con CamScanner Capitulo 1. Definicln de mediana edad ‘Por esta’raz6n el centro que articula Ja teorizacién sobre la mediana edad se funda ¥ se articula en torno al trabajo psiquico que demanda la transitoriedad de la vida individual y sus diferentes vicisitudes. Esta es la perspectiva desde la que defino la mediana edad y desde la que redacto este libro. Justificacién Pretendo que asi conio existen especialistas en psicoanilisis de la adolescencia que han generado una especialidad, se promueva el tipo de estudios especificos relativos a la mediana edad que propongo a fin de considerar la eventual especialidad en psicoanilisis de la mediana edad y en metapsicologia de la mediana edad, puesto que la considero una etapa del ciclo vital que posee caracteristicas propias. Del mismo modo, pienso que la comprensién de la mediana edad también determinaria las condiciones de arribo, favorable o desfavora- ble, a la adultéz mayor. De esta manera el arribo a la adultez mayor debe- rfa comprender ciertos jalones que partiendo de la infancia y conti- nuando en la‘adolescencia podrian incluir una evaluacién de todo el proceso activado durante el inicio y el transcurso de la mediana edad. Estas consideraciones no implican que estemos liablando de que deba tratarse al paciente de mediana edad de manera diferente a cual- quier otro, El proceso psicoanalitico es siempre el mismo, lo que pre- tendo que se agregue es una conceptualizacién que integre la idea de que la medianaedad-propone un tipo de trabajo intrapsiquico que vuelve articular la historia personal, entre algunos otros aspectos que detallo en el libro, cuando logra cumplirse.¥ este conocimiento por " parte del psicoanalista agregaria una dimensién de profundidad a la comprensi6n psicoanalitica del trabajo clinico cotidiano. Escaneado con CamScanner * Apartes para una comprension psicoanallts Bt 00 CarftuLo 7 Psicoanilisis del trauma por la propia muerte futura en Ja mediana edad «Si Mors certa, hora certa es la formula de la desesperacion, Mors certa, hora certa sed ignota la formula de la angustia, y,al contratio, Mors incerta, hori incerta In formula de la _ esperanza quimérica, habria que reconocer en “mula disimétrica Mors certa, hora incerta el lema dé una voluntad seria y.militante, tan alejada de la desespera- cién como de Ja esperanza quimérica.s Viapimin Janicinévircn Filésofo y musieélogo feancés de origen ruso (1903-1985) La muerte y el trauma por la propia muerte futura La vivencia de la propia muerte como desenlace final de la vida opera Psiquicamente como una presencia permanente y una amenaza cré- nica, Propongo denominar trauma por la propia muerte fiutura al vinculo subjetivo que cada persona mantiene permanenteniente con el trauma final (definitivo), es decir con su propia muerte futura (Montero, 2004b). Quiero aclarar que més que plantear una disquisicién representacional, pretendo relevar-uh cierto tipo de trabajo metapsicolégico que decanta del conflicto que érigina «el punto mis espinoso del sistema narcisista, esa inmortalidad del yo que la fuerza de la realidad asedia duramenten (Frend, 1914c). : Tt 43 Escaneado con CamScanner Un TRAVESIA POR LA MITAD DE LA VIDA _ 7 Podra objetarse a mi elaboracién la denominacién de trauma para tuna experiencia (traumdtica) que (aiin) no ha acaecido efectivamente, J considerando que una de las definiciones de trauma comprende aque- llos sucesos que desbordan la capacidad representacional del aparato psiquico. La respuesta estaria en el adverbio «atin», que significa aquello que «todavia». y chasta un momento determinado» no ha sucedido, pero implicando algo que inexorablemente se cumpliri. quello que «xin» © «todavias no ha sucedido constituye una presencia psiquica que tiene valor de realidad, siempre presentida, generalmente amenazante. Quiero resaltar entonces que el trauma por la propia muerte futura implica la tra~ mitacién psiquica de la aceptacién (reconocimiento) de que la muerte propia sucedera en algin momento indeterminado del futuro (Montero, 2003 y 2004b). ‘También considero que si se toman en cuenta las reacciones (trans- formaciones) (Bion, 1965) éxtremas tan frecuentes que el aparato psi- ~ quico se ve precisado a emplear en el intento de tramitar el trauma por la” Propia muerte futura, como detallo mas adelante, podra acordarse con- migo que uria defensa tan extrema sélo puede corresponderse con un dolor también extremo.¢ inabaréable; posibilitando_asi inferir,el efecto traumitico a partir del tipo de defensa implementado. Simulténeamente podri objetarse'cémo podria preocupar la muerte a una persona si Freud (1915b y 1919h) mismo se encargé de explicar la imposibilidad intrinseca del psiquismo humano para representar la propia muerte, «pues “muerte” es un concepto abstracté de contenido negativo para el cual no'se descubre ningiin correlato inconsciente» (1923b) y «en lo inconsciente no hay nada que pueda dar contenido a nuestro concepto de la aniquilacién de la vida»-(1926d (1925]). Me pregunto entonces si esta condicién misma de imposibilidad represen- ‘ tacional no estarfa agregando una nueva evidencia ala dimension trau- matica que quierg resaltar. De esta manera el caracter inabarcable e incomprensible de la muerte la constituiria en «el trauma auténtico», aquel dnico trauma del que seria imposible recuperarse u obtener tierto tipo de tramitacién. Freud (1926d (1925}) sostiene que el desvalimiento (Hil its eit) psiquico es directamente ptoporcional al desvalimiento biolégico'plan- teando cémo Ja naturaleza y la imprescindible exposicién crdnica del hombre a los elementos, las enfermedades, y «el doloroso enigma de la muerte, para el cual hasta ahora no se ha hallado ningin bilsamo ni es —s== = «probable-que se‘londescubras (1927c), asedian permanentemente al ser humano. Sostiene también que «el peligro del desvalimiento psiquico Escaneado con CamScanner

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