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Coleccion Argumentos z A Coleccién dirigida por Juari de Dios Gonzilez Ibarra ‘Obras de Oscar Correcs en esta editorial: (Fon/317)* Plaralismo juritico, alternatividad y derecho indlgena, (Easayos) (Atg/16)* Introduesén ala erica del derecho moderao, (Esbo20) (Arg/36)* Metodologia jeridica 1. Una introduccién filesifica (Arg/37)* Metodologiajaréica Il. Los saberesy ls prictcasde los abogados (Axg/60)* Introdwcstn a la socolegia jurtdica (Ang/100)* Sociolegta del derecho critica jrtdica (Arg/108)+ Teoria del derecho (DyS/1)* Blo Keen (DyS/2)+ Acerca de lo derechos bumance (DyS/9)* Kelson y dos marncisias (Dy8/12)* Critica del ideoogia juries (Dy8/17)* Derecho Indiena Meccano 1 (Dy8/18)+ Phralisme juries. Otros berzontes (DyS/30)* Derecho Indigena Mesicano IT (Dy8/33)* Teorta del dercho y antropologiajuridica (Dy8/44)* Le eriminalizacién dela proesta scial en México (SCI/1)* Ragée, retricay derecho, Ura vita 6 Hame 37 METODOLOGIA JURIDICA II Los saberes y las practicas de los abogados Oscar Correas citar fontamara NOTA INTRODUCTORIA Este segundo volumen de Metodologia Juridica puede ser enten- dido de manera independiente del primero, Sin embargo, se com- prenderan mejor las posiciones sostenidas aqui, luego de la lectura de este tltimo. Esto, porque este segundo libro contin ligado a la Filosofia, y el primero preparaba ese camino. La primera parte propone una discusién acerca de la ciencia y lo que puede ser la Metodologia Juridica, El primer capitulo resume conceptos basicos, pensando que el libro pueda ser titi para la ense- fianza. Si asi fuere, estos conceptos iniciales servirdn para constuir un lenguaje comtin que permita entender mejor las propuestas del libro. Ese primer capitulo, pues, no contiene ninguna novedad. El segundo capitulo, insiste en que el concepto modemo de cien- cia, ¢s el que he desarrollado el positivismo, cuyo gran pensador es Hume, que por eso ha sido estudiado en el primer volumen. La dis- cusién, entonces, respecto del concepto de cieneia, es con el positi- ‘visme y no con otras tendencias. Porque, ademds, quienes han inten- lado fundar ina ciencia juridica dogmaitica, han sido los positivistas. Es con ellos, por tanto, con quicnes se debe discutir. ¥ el tercer ca~ pitulo, propone fundar la Metodologfa Juridica en la Filosofia del Derecho. Aunque también se analizan algunas recomendaciones metodoldgicas bisicas, como la cuestién de la falacia naturalista o la diferencia entre el punto de vista sociolégico y el punto de vista ju- ridico, que tanto preocups a Hans Kelsen, La segunda parte, esté dedicada a las ciencias juridicas, Es decir, propone que la Metodologia Juridica no puede reducirse a una re- flexién acerca de la Dogmatica Juridica, como ha hecho el positivis- mo juridico, y lo hacen los otros libros de esta disciplina, sin conver- tirse en una reflexién criticablemente parcial. El libro, por tanto, propone una discusién, tanto acerca de la Dogmatica Juridica, como de otras ciencias sociales que se ocupan del derecho, como la His- toria y la Sociologia. Finalmente, se propone lamar “disciplinas auxiliares”, a la Logica y @ la Informatica juridicas, Posiblemente no acordarin algunos con esta posicién subordinada de la Logica. Para ¢¢s0 son estos libros: para discutir ideas. Respecto de la Dogmitica Juridica, este libro propone que no es una ciencia, simplemente porque no puede cubrir los extremos exi- gidos por el positivismo para construir una ciencia. Esto no es nove- doso. Pero la razén que se da en el libro para sostener esta posicién, si loes. La Dogmiatica Juridica no puede ser una ciencia, porque para escribir una norma es necesario, antes que nada, aceptar que es una norma. Y para que sea tal, es necesario sostener que quien la produ- jo era quien, conforme con otras normas, debia producirla. Y esto es calificar normativamente una conducta. Y esto ittimo, nunca puede ser una actividad cientifica. Es, claramente, una actividad politica. También para discutir, La tercera parte esta dedicada a la argumentacién y la interpreta- cin. Aunque este tiltimo tema ha sido diVidido, y el noveno capitu- lo trata mis especificamente esa prictica que los juristas Haman “apli- cacién” de la ley. Respecto de le Argumentacién, este libro explora 1a idea de razén, y propone Io que el autor considera un aporte ori- ginal: el andlisis del uso de la palabra “razén” permite decir que es un abuso de! lenguaje filos6fico hablar de argumentacién juridica “racional”, También para discutir: la argumentacién juridica queda enel campo de la Retérica y no aleanza a exhibir las calidades de los discursos racionales, o ldgicos. En fin, el libro pretende aportar nuevos elementos a una discusién que ha dado lugar a literalmente miles de escritos. La pretensién no es pequeiia. Pedante, incluso, podria ser considerada. Nuevamente: para discutir. Quien diga que el libro no hace aportes novedosos, it) tendré que entrar a la critica en concreto, Eso seria magnifico: si algo nos falta en estos rumbos, es discusiéa filoséfica entre juristas, El libro no contiene citas de pie de pigina, Se trata de wna estra- tegia que apuesta a que tales citas desvian al lector, aunque sea por segundos. Y eso puede ser suficiente para perder la concentracién y el hilo del discurso. A cambio, oftece una nota bibliogréfica, que propone al lector, especialmente al estudiante, recur a otros libros, alli citados, que disponen de amplias bibliografias. En vez de copiar esos aportes bibliograficos, que ya estan formulados desde hace ‘mucho por autores que han dedicado tiempo y esfuerzo a eso, se ha preferido aqui ofrecer vias de investigacin leyendo otros libros. De todos modos, la nota bibliogréfica abre el panorama completo de todas estas discusiones remitiendo @ los autores mas prestigiosos que actualmente son leidos con profusién, y que son, sin duda, los erca- dores de las discusiones que hoy nos spasionan. E] autor sabe que, para muchos, la profusién de citas de pie de pa- gina —“aparato critico” suelen lamarlo, no sin cierta ampulosidad~, hace la diferencia entre un libro “serio” y uno escrito “al vapor” ~permitaseme este expresivisimo mexicanismo. Este libro apuesta a que eso no es cierto. La falta de citas de pie de pagina, es una estra- tegia intencionada. A cambio, propone ideas nuevas, discusiones, retos, pensamiento critico. El tiempo dird si, por elegir esta estrate- gia, el libro seré o no exitoso. Finalmente, le presencia de un libro sé mide, no por las citas; sino por el tiempo que permanece en el mundo académico. Cuando menos, la experiencia del volumen pri- ‘mero, que tampoco las contiene, es promisoria: ese volumen no ha quedado reducido a solamente la primera edicién. Para terminar esta nota, vale decir que buena parte de los temas merece desarrollos ulteriores. Algunos temas, como el de la relacién centre el Psicoanilisis y el derecho, apenas comienza a convitar la atencién de algunos autores. Pero mas temprano que tarde, tendre- mos que profundizar en ellos, y aparecerén nuevos libros. Abrir es- tas cuestiones en una Metodologia Juridica es también objetivo y aporte de este libro. Las ambiciones del libro, y del autor, son mayores que sus posi- bilidades. Que sea itil, que abra discusiones y panoramas, aunque no Jos resuelva para siempre ~ésa sf que seria pedanteria-, seria suficien- ul te suerte. Y que la pasién, entonces, puesta en el libro, quede como explicacién de las ambiciones exagerades, Este volumen ha sido escrito a lo largo de los tltimos cinco aftos. Imposible fecharlo, entonces, Sélo es posible fechar esta presentacién, México, mayo de 2004. PRIMERA PARTE Las TEORIAS Y LOS METODOS CAPITULO 1 INTRODUCCION A CONCEPTOS METODOLOGICOS, BASICOS En este capitulo nos detendremos, no demasiado, en convenir sobre el uso de algunas palabras a las cuales es recomendable darles siempre el mismo significado, dentro de lo posible, para evitar con- fusiones originadas en el hecho de que distintas personas usan las ‘mismas palabras, pero de distinta manera, Si-logréramos, aunque sea minimamente, evitar discusiones sobre el uso del vocabulario, podria- ‘mos usar el tiempo en resolver otras cuestiones interesantes. 1. DEL METODO Y LA METODOLOGIA La idea generalizada acerca del significado de “método” es ade- cuada. Sabemos que un meétodo es un camino, una actividad, que con- duce a alguna parte, 0 a coneluir alguna cosa. Lo que pasa es que la ‘dea permite usar la palabra en miitiples contextos, y, por eso, resulta que, al final, no dice nada. Cualquier cosa o actividad puede ser vis ta como un método, Por ejemplo, existe un método pare hacer pan, para explotar obreros, para ganar batallas, para hacer bombas molotov, para pensar, para hacer ciencia, para pintar, para dirigir una 15 orquesta, etcétera, De esta clase de palabras que tienen miiltiples significados, se dice que son amhiguas, equivocas, polisémicas. Por su parte, “metodologia” es también una palabra ambigua. Se usa como sindaimo de mérodo pero en realidad bien podria tratarse del estudio del método. Suele hablarse de “la metodologia utiliza- da” en cierto trabajo, y en tal caso se usa como sinénimo de méso- do, Pero en este libro, y en la asignatura denominada “Metodologia Juridica”, la palabra significa la disciplina que estudia el método uusado por los juristas ~aunque no s6lo por ellos. Ahora bien, como “método” es una palabra tan ambigua, resulta que con ella podemos sefialar diversos niveles del discurso. Como ‘veremos con detalle a lo largo del libro, podemos hablar del método en el sentido de la Filosofia, en el sentido de las teorfas, en el senti- do de la activided cientifica y en el sentido de los procedimientos 0 técnicas usados por los juristas. Veremos también que los limites en- tre estos cuairo niveles son muy borrosos. Nos quedaremos, por ahora, con estas ideas simples: método es la actividad destinada a estudiar 0 manipuler un objeto, y metodologia es el estudio de ese metodo, 2, ENUNCTADOS Y PROPOSICIONES Los especialistas en Linguistica y Légica han discutido mucho sobre estas dos palabras: “enunciados” y “proposiciones”. Nosotros ‘rataremos de ser consistentes en usarlas con el siguiente signifi- cado: 2.1. ENUNCIADOS Usaremos “enunciado” para referimos a las oraciones. Es decir, a conjuntos de palabras utilizadas conforme con las regias gramati- cales, de modo que tienen algin sentido; es decir, que transmiten alguna idea, Por ejemplo, no es tn enunciado est prohibido casa con todo 16 porque no transmite ninguna idea, posiblemente porque las palabras del espafiol no estén bien usadas, Le falta, por ejemplo, cl sustanti- vo, u otras indicaciones que padrian informarnos sobre lo que esto quiere decir, En cambio son enunciados bien formados persons es un ente susceptible de contraer obligactones, o bien, es obligatorio pagar fos impuestos antes del primero de abril Son enunciados, entonces, las expresiones lingiifsticas bien forma- das conforme con las reglas del idioma de que se trate. Para lo que nos interesa aqui, esto es suficiente, aun cuando seria insuficiente si nuestro libro fuera de Lingistica, Semiética o Légica, 2.2. PROPOSICIONES Las proposiciones son el sentido que podemos extraer de los enun- ciados, Llamaremos sentido, a las ideas que podemos construir con los elementos obtenidos del hecho de escuchar o leer un enunciado. Pongamos por ejemplo, el siguiente énunciado de le constitucién: Las expropiaciones sélo podrn hacerse por causa de utilidad publica y me- diante indemnizacién (art, 27) De este enunciado podriamos extraer la siguiente proposicion normativa: Los jueces estin obligados a declarr Ia nulidad de las expropiaciones decre- tadas por el gobierno, cuando no tengan la utilided publica como causa Y éste es precisamente el trabajo de los abogados: encontrar las proposiciones juridicas, es decir las normas, en los enunciados 0 textos que producen ciertos individuos, a quienes damos como “au- toridades competentes”, 7 Es claro que, como los enunciados deben, siempre, ser interpretados por el receptor del mensaje, es muy frecuente que se extraiga mds de una proposicién de cada enunciado, y que, incluso personas distintas, obten- gan, del mismo cnunciado, proposiciones contradictorias. Es importante advertir que la proposicién normativa es producto de un trabajo intelectual; de una lectura del enunciado. Por tanto, si este tiltimo es producido por el pariamento, la norma que de él ex- traemos no es ya lo dicho por el legislador, sino lo interpretado por cl jurista. Y, como la tarea de la Jurisprudencia es deseribir las nor- mas validas en un pais, resulta que la proposicién normativa puede ser tanto la norma, como la descripcién de la norma. Sin embargo, parece que debemos establecer una diferencia entre ambas. Esto plan- tea problemas que trataremos mis adelante, 2.3. LAS DEFINICIONES Precisamente para evitar los malos entendidos, los cientificos tra- tan de definir, con el mayor cuidado, los términos que utilizan en su trabajo. Los juristas, por ejemplo, cuando son cuidadosos, definen las palabras como “derecho”, “sistema juridico” o “norma juridica”, y tratan de usarlos de manera consistente, esto es, siempre con el mis- mo significado, y para referirse al mismo objeto, Pero jqué es una definicién? Por més que se le den vueltas al asun- to, definir es, siempre, establecer, o encontrar, una regla para el uso de una palabra, Es deeir, establecer que, en adelante, la palabra x serd usada para denolur y. Se llama definiendum ax y definiens a y. Por ejemplo, podemos definir “derecho” como conjunto de normas. En tal caso “derecho” es el definiendum, y “conjunto de normas” el definiens Pero hay varias maneras de entender esta tarea, Quienes han e3- tudiado esta cuestién con detenimiento, nos brindan una elasificacién de las distintas clases de definicién, ya que existen varias de ellas. Para Jo que nos interesa aqui, podriamos considerar Jas siguientes clases de definiciones, 18 23.1. Definiciones lexicogrificas Si intentamos saber cémo usan los abogados la palabra “derecho”, estaremos intentando una definicin lexicogrifica. También si inten- tamos saber cémo ha sido usado este término en distintas civilizacio- nes. Es clasico el intento de saber qué es derecho recurriendo al uso que se le ha dado a esta voz en distintos idiomas: derecho, droit, dirito, direito, dret. Sucle decirse que, en todos estos idiomas, la palabra se refiere a lo recto, lo que debe hacerse, eteétera, Estas definiciones son titiles cuando, de lo que se trata, es de co- nocer la ideologia de ciertos grupos socia es. Y, puede decirse, el resultado al que Hegamos tiene valor veritativo, esto es, puede predicarse de él, que es verdadero o falso. Por ejemplo, si dijéramos: {os jurstas mexicanos usan la palabra “derecho” para referirse al conjunto de sentencias de los jueces, estariamos produciendo una definicién lexicografica pero falsa. Como veremos, otras clases de definiciones no son ni verdaderas ni falsas. Puede decirse, también, que este trabajo Iexicogréfico no consiste, en realidad, en definir, sino en investigar cémo se usan las palabras en cierto contexto cultural. Lo hemos considerado aqui porque general- mente los estudiosos se refieren a él como una de las posibilidades de realizar la tarea de definir. Pero bien podemos decir que no es asi, y habrfa muchas razones para dérsenos la raz6n. Pero, adviértase, todo depende de la definivién de “definicién”. Si “definir” es encon- trar una regia para usar una palabra, investigar sabre el uso de wna palabra es mas bien encontrar la regla, no fara usar la palabra, sino para saber cémo otros la usan. 23.2. Definiciones estipulativas Esta clase de definiciones es la utilizada por los cientificos al ini- ciar su trabajo. Se trata simplemente de establecer una regla para usar una palabra, Por ejemplo, nos hemos puesto de acuerdo, aqui, sobre 9 el uso que haremos de la palabra “enunciado”. Las definiciones de esa clase, no son ni verdaderas ni falsas. Son, més bien, uitiles o imi- tiles. Por ejemplo, podemos estipular una definicién de “derecho” como conjunto de normas producidas por el gobiemo. {Es verdade- 10 0 falso? Ni lo uno ni lo otro, Todo depende de lo que queremos hacer. Si, por ejemplo, queremos investigar las normas usadas en una comunidad indigena, podemos encontrarnos con que no vemos un “gobierno” a quién atribuir la produccién de normas. En tal caso de- beriamos decir que la definicién de “derecho” que hicimos cuan- do salimos alegremente de 1a ciudad para encaminamos a esa comu- nidad, no sirve para lo que queriamos hacer. Lo mas posible es que, ‘entonces, debamos estipular otra definicién. Era falsa la definicién? ‘Tampoco podria decirse eso. Simplemente era inoperante o inutil. 2.3.3. Definiciones reales Algunas personas ereen que las cosas tienen algo asi como un alma. Expresamos eso cuando usemos 0 hablamos de algo “en si" 0 “de por si”. Decimos por ejemplo tuna norma es en sf una regla de conduca, a bien decimos de por sel derecho es justo, Pero a veces lo decimos de cosas mas tangibles y no sdlo de estas ‘cosas prapias de juristas. Por ejemplo solemos hablar de lo que “en si” es un caballo. ¥ decimos En sel caballo es un animal obien lalluvia es fia de por si Con esta forma de hablar expresamos cieencias profundamente arraigadas en nuestra cultura, creencias que provienen de una forma magica de pensar, donde lo magico consiste en atribuir a las cosas propiedades que no tienen, sino que nosotros les hemos puesto. Como tendemos a ver al mundo como nos vemos < nosotros mismos, y co- mo hemos aprendido a vernos com entidades que tenemos algo mas que nuestro propio cuerpo y nuestras progias sensaciones, pensa- mos que las cosas del mundo también son asi. Creemos que las co- sas tienen un alma que podemos atrapar con el Ienguaje, y a esa alma Te Namamos esencia y pensamos que detinit algo es expresar su ser en si, Su esencia, en palabras, Si pensamos que Tas cosas tienen esencia, entonces una definicién de esa esencia puede ser verdadera o falsa, Si en el definiens acerta- ‘mos con la esencia, entonces la definicién, deeimos, es verdadera, De lo contrario, es falsa. Cémo sabremos si acertamos 0 no, es otra cues- ti6n, pero muy importante. Pues tan pronto advertimos que la esen- cia de las cosas es relativa, que para unos es algo y para otros un algo diverso, entonces nos damos cuenta de que la verdad o falsedad de las definiciones reales depende de la idea que tenfamos de la cosa antes de, supuestamente, haber attapado su esencia en la definicién. Lo mejor que puede hacer la ciencia, entre otras la del derecho, si es que existe, es olvidarse de estos problemas. Es més itil avan- zar en To que podemos estar de acuerdo, que discutir interminable- ‘mente sobre nuestras creencias acerca del mando, De nada sirve dis- cuir si tal o cual definicién de derevhu es vadadera o fulsa, si atrapa ‘no su esencia 0 alma; es mas fructifero penemos de acuerdo en el trabajo cientifico que queremos hacer, y estipular, a partir de alli, una definicién apropiada para aumentar nuestros conocimientos acerca de eso que hemos definido, Lo anterior no significa que las definiciones reales no tengan importancia. La tienen, sobre todo para quienes ven asi el mundo, Pero también para nosotros, porque nos prmiten entender mejor cémo ven ellos el mundo. Por otra parte, grandes, importantes filé- sofos, han pensado que las cosas pueden definirse atrapando la esen- cia de las mismas. Se atribuye a Platén y Arist6teles esta concepcién. Sin duda la tiene Santo Tomas de Aquino. Pero también muchos otros, de los que no puede decirse que no eran grandes sabios. El a

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