TONY BENNETT
EL COMPLEJO EXPOSITIVO
Uae crMeNAeol zeaeEn su revision del estudio de Foucault sobre
el manicomio, la clinica y el sistema carcelario
como articulaciones institucionales de las re-
laciones del poder y el conocimiento, Douglas
Crimp propone que “existe otra institucién de
confinamiento (el museo) y otra disciplina (la
historia del arte) que se prestan a anAlisis en los
términos de Foucault”, (Crimp 198s: 45). Sin
duda, Crimp tiene razén, aunque los términos
de su propuesta son engafiosamente restricti-
‘vos, puesto que la aparicién del museo de arte
se relaciond de manera muy estrecha con la de
una gama mas amplia de instituciones (mu-
seos de historia y ciencias naturales, dioramas
y panoramas, exposiciones nacionales y, con el
tiempo, internacionales, galerias y tiendas de
departamentos) que actuaron como sitios vin-
culados para el desarrollo y circulacién de las
nuevas disciplinas (historia, biologia, historia
del arte, antropologia) y sus formaciones discur-
sivas (el pasado, evolucién, estética, el hombre),
asi como para el desarrollo de las nuevas tecno-
logias visuales. Ademés, aunque comprendian
un conjunto de relaciones institucionales y
disciplinarias en interseccién que pueden ana-
lizarse productivamente como articulaciones
particulares del poder y el conocimiento, la pro-
posicién de que deben interpretarse como ins-
tituciones de confinamiento es curiosa. Parece
implicar que, con anterioridad, las obras de
arte deambulaban sin rumbo por las calles
de Europa como los barcos de los tontos en
Locura y civilizacin de Foucault; 0 que los es-
pecimenes geoldgicos y de historia natural se
habjan exhibido ante el mundo como los con-
denados en el patibulo, en lugar de retirarse de
110 EL COMPLEJO EXPOSITIVO
In reviewing Foucault on the asylum, the clin-
ic, and the prison as institutional articulations
of power and knowledge relations, Douglas
Crimp suggests that there ‘is another such
institution of confinement ripe for analysis in
Foucault's terms-the museum-and another
discipline-art history’ (Crimp 1985: 45).
Crimp is no doubt right, although the terms.
of his proposal are misleadingly restrictive,
For the emergence of the art museum was
closely related to that of a winder range of
institutions - history and natural science mu-
seums, dioramas and panoramas, national
and, later, international exhibitions, arcades
and derartment stores - which served as
linked sites for the development and circula-
tion of new disciplines (history, biology, art
history, anthropology) and their discursive
formations (the past, evolution, aesthetics,
man) as well as for the development of new
technologies of vision. Furthermore, while
these comprised an intersecting set of in-
stitutional and disciplinary relations which
might be productively analyzed as particular
articulatons of power and knowledge, the
suggestion that they should be construed
a institutions of confinement is curious. It
seems to imply that works of art had previ-
ously wandered through the streets of Europe
like the Ships of Fools in Foucault's Madness
and Civilzation; or that geological and natural,
history specimens had been displayed before
the world, like the condemned on the scaf-
fold, rather than being withheld from public
gaze, secreted in the studiolo of princes, or
made accessible only to the limited gaze ofhigh society in the cabinets des curieux of the
aristocracy. Museums may have enclosed ob-
Jects within walls, but the nineteenth century
saw their doors opened to the general public
~ witnesses whose presence was just as es-
sential to a display of power as had been that
of the people before the spectacle of punish-
‘ment in the eighteenth century.
Institutions, then, not of confinement but
of exhibition, forming a complex of disciplin-
ary and power relations whose development
might more fruitfully be juxtaposed to, rather
than aligned with, the formation of Foucault's
carceral archipelago’. For the movement
Foucault traces in Discipline and Punish is
‘one in which objects and bodies -the scaf-
fold and the body of the condemned ~ which
had previously formed a part of the public,
display of power were withdrawn from the
public gaze as punishment increasingly
took the form of incarceration. No longer in-
soribed within @ public dramaturgy of power,
the body of the condemned comes to be
‘caught up within an inward looking web of
power relations. Subjected to omnipresent
forms of surveillance through which the
message of power was carried directly to it
80 as to render it docile, the body no longer
served as the surface on which, through the
system of retaliatory marks inflicted on it in
the name of the sovereign, the lessons of
power were written for others to read:
The scaffold, where the body of the tor-
tured criminal had been exposed to the
ritually manifest force of the sovereign,
la vista publica, ocultos en el studiolo de un prin-
cipe, o accesibles sélo a la mirada de la alta socie-
dad en los cabinets des curieux de la aristocracia.
Tal vez los museos encerraban objetos dentro
de sus paredes, pero en el siglo x1x sus puertas
se abrieron al publico en general, testigos cuya
presencia era tan esencial para una exhibicién de
poder como lo fue la gente ante el espectaculo
del castigo en el siglo xvi.
Asi pues, las instituciones, no de confina-
miento sino de exhibicién, formaban un com-
plejo de relaciones disciplinarias y de poder
cuyo desarrollo podria yuxtaponerse de mane-
ra mas provechosa a la formacién del “archipié-
lago carcelario” de Foucault, mas que alinearse
con él. Puesto que el movimiento que detalla
Foucault en Disciplina y castigo es uno en el que
los objetos y los cuerpos (el patibulo y el cuerpo
del condenado), que anteriormente formaban
parte de la exhibicién publica del poder, fueron
retirados de la mirada pitblica conforme el cas-
tigo adopté cada vez més la forma de encarcela-
miento. Como ya no estaba inscrito dentro de
la dramaturgia publica del poder, el cuerpo del
condenado quedé atrapado en una red intros-
pectiva de relaciones de poder. Sujeto a las for-
mas omnipresentes de vigilancia por medio de
las cuales se le transmitia en directo el mensaje
del poder para volverlo décil, el cuerpo ya no
servia como superficie sobre la cual, mediante el
sistema de marcas de represalia infligidas en
él en nombre del soberano, se escribian las lec-
ciones de poder para que otros las leyeran:
El cadalso, donde el cuerpo del supliciado se
exponia a la fuerza ritualmente manifestada delsoberano, el teatro punitivo donde ja represen-
tacién del castigo se ofrecfa permanentemente
al cuerpo social, fue sustituido por una gran
arquitectura cerrada, compleja y jerarquizada
que se integré en el cuerpo mismo del aparato
estatal. (FOUCAULT 1977: 115-16)
Las instituciones que comprende “el comple-
jo expositivo”, en contraste, se dedicaron a la
transferencia de objetos y cuerpos de los domi-
nios cerrados y privados en los que se habian
expuesto antes (a un piiblico restringido) hacia
ambitos cada vez mas abiertos y publicos donde,
através de las representaciones a las que fueron
sometidos, formaron los vehiculos para inscri-
bir y transmitir los mensajes del poder (aunque
de un tipo distinto) a toda la sociedad.
Asi pues, son dos grupos diferentes de ins-
tituciones y relaciones que conllevan entre
conocimiento y poder, cuyas historias, en este
respecto, corren en direcciones opuestas. Sin
embargo, también son historias paralelas. El
complejo expositivo y el archipiélago carcelario
se desarrollaron més o menos en el mismo pe-
tiodo (de finales del siglo xv111 a mediados del
siglo x1x) y lograron articulaciones elaboradas
de los nuevos principios que representaban uno
yotro con diferencia de menos de una década.
Foucault considera que la inauguracién de la
prision de Mettray en 1840 fue un momento
clave en la evolucién del sistema carcelario. Por
qué Mettray? Porque, sostiene Foucault, “es la
forma disciplinaria en el estado mas extremo,
el modelo en el que se concentran todas las tec-
nologias coercitivas del comportamiento que
antes se encontraban en el claustro, la prisién,
112 EL COMPLEJO EXPOSITIVO
the punitive theatre in wnicn the rep
resentation of punishment was perma-
nently available to the social body, was re-
placed by a great enclosed, complex and
hierarchised structure that was integrated
into the very body of the state apparatus.
(Foucaur 1977: 115-16)
The institutions comprising ‘the exhibition-
ary complex’, by contrast, were involved
in the transfer of objects and bodies from
the enclosed and private comains in which
they had previously been displayed (but to
a restricted public) into progressively more
open and public arenas where, through the
representations to which they were subject-
ed, they formed vehicles for inscribing and
broadcasting the messages of power (but of
a different type) throughout society.
‘Two different sets of institutions and their
accompanying knowledge/power relations,
then, whose histories, in these respects, run
in opposing directions. Yet they are also par-
allel histories. The exhibitionary complex and
the carceral archipelago develop over roughly
the same period - the late eighteenth to the
mid-nineteenth century ~ and achieve devel
oped articulations of the new principles they
‘embodied within a decade or so of one anoth-
er. Foucault regards the opening of the new
prison at Mettray in 1840 as a key moment
in the development of the carceral system,
Why Mettray? Because, Foucault argues, ‘it
is the disciplinary form at its most extreme,
the model in which are concentrated all the
coercive technologies of behavior previouslyfound in the cloister, prison, school or regi-
ment and which, in being brought together
in one place, served as a guide for the fu-
ture development of carceral institutions’
(Foucault 1977: 293). in Britain, the opening
of Pentonville Model Prison in 1842 is often
viewed in a similar light. Less than a decade
later the Great Exhibition of 1851 brought to-
gether an ensemble of disciplines and tech-
niques of display that had been developed
within the previous histories of museums,
Panoramas, Mechanics’ Institute exhibi-
tions, art galleries, and arcades. in doing so,
it translated these into exhibitionary forms
which, in simultaneously ordering objects
for public inspection and ordering the public
that inspected, were to have a profound and
lasting influence on the subsequent develop-
ment of museums, art galleries, expositions,
and department stores.
Nor are these entirely separate histories.
At certain points they overlap, often with a
transfer of meanings and effects between
them. To understand their interrelations,
however, it will be necessary, in borrowing
from Foucault, to qualify the terms he pro-
poses for investigating the development of
power/knowledge relations during the for-
mation of the modern period. For the set of
such relations associated with the develop-
ment of the exhibitionary complex serves
as a check to the generalizing conclusions
Foucault derives from his examination of the
carceral system. in particular, it calls into
question his suggestion that the penitentia-
Ty merely perfected the individualizing and
la escuela o el regimiento, y que reunidas en un
solo lugar, sirvieron como guia para el futuro
desarrollo de las instituciones penitenciarias”
(Foucault 1977: 293). En Gran Bretaiia, la in-
auguracién de la prision modelo de Pentonville
en 1842 a menudo se considera desde la misma
perspectiva. Menos de una década después, la
Gran Exposicién de 1851 reunié un conjunto
de disciplinas y técnicas de exhibicién que se
habjan desarrollado dentro las historias ante-
riores de museos, panoramas, exposiciones del
Instituto de Mecanica, galerias de arte y salo-
nes. Al hacerlo, las convirtié en formas exposi-
tivas que iban a tener una influencia profunda
y duradera, debido a que ordenaban los objetos
para inspeccién publica y simultaneamente or-
denaban al puiblico que los inspeccionaba, en el
desarrollo subsiguiente de museos, galerias de
arte, exposiciones y tiendas de departamentos.
Estas historias tampoco estdn separadas
por completo. En ciertos momentos se superpo-
nen, a menudo con una transferencia de signifi-
cados y efectos entre las dos. Sin embargo, para
comprender sus interrelaciones sera necesario,
recurriendo a Foucault, puntualizar los térmi-
nos que propone para investigar el desarrollo
de las relaciones entre poder y conocimiento
durante la formacién del periodo moderno,
puesto que el conjunto de relaciones asociadas
con el desarrollo del complejo expositivo sirve
como freno para las conclusiones generalizadas
que Foucault deduce de su examen del sistema
carcelario. En particular, hay que cuestionar
su propuesta de que la penitenciarfa se limité
a perfeccionar las tecnologias individualistas
y normalizadoras asociadas con un verdaderoenjambre de formas de vigilancia y mecanis-
mos disciplinarios que legaron a permear la
sociedad con una nueva y dominante economfa
politica del poder. Esto no quiere decir que las
tecnologias de vigilancia no tuvieran lugar en
el complejo expositivo, sino que, mas bien, su
intrincacién con formas nuevas de espectaculo
produjo un grupo més complejo y matizado de
relaciones mediante las cuales se ejercia el poder
y se transmitia (y, en parte, a través dey por) ala
plebe de lo que permite el anilisis de Foucault.
Por supuesto, la preocupacién primaria de
Foucault es el problema del orden. Foucault
concibe el desarrollo de las nuevas formas de
disciplina y vigilancia, segin lo plantea Jeffrey
Minson, como un “intento por reducir el popu-
lacho ingobernable a una poblacién diversa y di-
ferenciada”, partes de “un movimiento histérico
que pretende transformar conflictos econémi-
cos sumamente negativos y formas politicas de
desorden en problemas cuasi técnicos o morales
para administracién social”, Estos mecanismos
suponen, contintia Minson, “que la clave de la
rebeldfa social y politica dela plebe, y también el
medio de combatirla, radica en la ‘opacidad’ del
populacho para las fuerzas del orden” (Minson
198:
una respuesta al problema del orden, pero que
funcioné de manera diferente, ya que trataba
: 24). El complejo expositivo fue también
de transformar ese problema en uno de cultu-
ra: una cuestién de ganarse los corazones y las
mentes, ademds de disciplinar y entrenar los
cuerpos. Como tal, sus instituciones constituti-
vas invirtieron las orientaciones de los aparatos
disciplinarios para que las fuerzas y principios
114 EL COMPLEJO EXPosiTIVO
normalizing technologies associated with a
veritable swarming of forms of surveillance
and disciplinary mechanisms which came to
suffuse society with a new - and all perva-
sive - political economy of power this is not
to suggest that technologies of surveillance
had no place in the exhitionary complex but
rather that their intrication with new forms
of spectacle produced a more complex and
nuanced set of relations through which
power was exercised and relayed to -and, in
Part, through and by- the populace than the
Foucaultian account allows.
Foucault's primary concern, of course, is
with the problem of order, He conceives the
development of new forms of discipline and
surveillance, as Jeffrey Minson puts it, as an
‘attempt to reduce an ungovernable popu-
lace to a multiply differentiated population’,
parts of ‘an historical movement aimed at
transforming highly disruptive economic
conflicts and political forms of disorder into
quasi-technical or moral problems for so-
cial administration’. These mechanisms as-
sumed, Minson continues, ‘that the key to
the populace's social and political unruliness
and also the means of combating it lies in
the “opacity” of the populace to the forces of
order’ (Minson 1985:24). The exhibitionary
‘complex was also a response to the problem
of order but one which worked differently in
seeking to transform that problem into one
of culture - a question of winning hearts
and minds as well as the disci
ning and
training of bodies. As such, its constituentinstitutions reversed the orientations of the
disciplinary apparatuses in seeking to ren-
der the forces and principles of order visible
to the populace - transformed, here, into a
people, a citizenry - rather than vice versa.
They sought not to map the social body in
order to know the populace by rendering it
visible to power. Instead, through the provi
sion of object lessons in power ~ the power
to command and arrange thing and bodies
for public display- they sought to allow the
people, ard en masse rather than individu-
ally, to know ledge. Yet, ideally, they sought
also to allow the people to know and thence
to regulate themselves; to become, in see-
ing themselves from the side of power, both
the subjects and the objects of knowledge,
knowing power and what power knows,
and knowing themselves as (ideally) known,
by power, interiorizing its gaze as a prin-
ciple of self-surveillance and, hence, self
regulation.
It is, then, as a set of cultural technologies.
concernec to organize a voluntarily self-reg-
ulating citizenry that | propose to examine
the formation of the exhibitionary complex.
In doing so, | shall draw on the Gramscian
perspective of the ethical and educative
function of the modern state to account for
the relations of this complex to the devel-
‘opment of the bourgeois democratic polity.
Yet, while wishing to resist a tendency in
Foucault towards misplaced generaliza-
tions, it is to Foucault's work that | shall look
to unravel the relations between knowledge
del orden fueran visibles para el populacho
(transformado aqui en pueblo, en ciudadania)
en lugar de que fuera al contrario. No trataron
de trazar un mapa del cuerpo social para cono-
cer al populacho y volverlo visible para el poder.
En cambio, mediante la imparticién de leccio-
nes objetivas de poder (el poder para ordenar
y disponer objetos y cuerpos para exhibicién
publica) trataron de permitir que el pueblo, en
masse més que en lo individual, conociera mas
que ser conocido, y se convirtiera en sujeto mas
que en objeto de conocimiento. No obstante,
idealmente, también trataron de permitir que
la gente se conociera y, por tanto, se regulara,
para llegar a ser, viéndose desde el lado del po-
der, tanto sujeto como objeto del conocimiento,
conociendo el poder y lo que el poder conoce y
conociéndose a si mismo como (idealmente) lo
conoce el poder, interiorizando su mirada como
principio de autovigilancia y, por consiguiente,
de autorregulacién.
Es asi, como un conjunto de tecnologfas cul-
turales que tienen que ver con organizar a una
ciudadania que voluntariamente se autorre-
gula, que propongo examinar la formacién del
complejo expositivo. Al hacerlo, me basaré en
la perspectiva de Gramsci de la funcién ética y
educativa del estado moderno para explicar las
relaciones de este complejo con el desarrollo
de la politica democratica burguesa. No obs-
tante, aunque desearia resistirme a la tendencia
en Foucault hacia las generalizaciones fuera de
lugar, recurriré al trabajo de Foucault para des-
entrafiar las relaciones entre conocimiento y
poder que producen las tecnologias de la vision