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TiruLos DE 1A ct Byung-Chul Han Antonio Valdecantos 1a moral como anomal Antonio Campillo Fl concepto de lo politico en la sociedad global ¢ "I Simona Forti El toaliarismo: trayectoria de una idea limite Lu Pabe E ancy Frater Excl de usacia os Mas Roberto Esposito Co) swinida y biopolitica Faw (tad che Te Fernando Broncano La melancolia del ciborg . fA \F ctor Re Ste conf 22(m (201 Richard Bernstein ‘Amelia Valea Judith Shklae Los rostzos de la Victoria Camps El gobierno de lis John Dewey La expulsion de lo distinto Percepcién y comunicacién en la sociedad actual Tradu Alberto Ciria i6n de Wendy Brown Estado Slavoj Zizek Is Luis Siez Byung-Chal F Antonio Campillo Tierra de nadie Byung-Chul Han La sal Remo Bodei Generaciones Byung-Chol Han Topol Antonio Valdecantos Teoria del sibito Javier Sadaba La religién al descu Manuel Cruz See sin tempo Byung-Chul Han Sobre el poder Cass R. Sunstein Paternalismo libertario Herder sda El ocaso El terror a lo igual Los tiempos en los que existia ef otro se han ido, El otro como misterio, cl otro como seduccidn, el otro como eros, el otro como deseo, el otro como infier- no, el otro como dolor va desapareciendo. Hoy, la negatividad del otro deja paso a la positividad de lo igual. La proliferacién de lo igual es lo que consti tuye las alteraciones patolégicas de las que est aque- do el cuerpo social. Lo que lo enferma no ¢s la retirada ni la prohibicién, sino el exceso de comuni- caci6n y de consumo; no es la represi6n ni la nega~ cidn, sino la permisividad y la afirmacién. El signo patolégico de los tiempos actuales no es la repre- sion, es la depresin. La presion destructiva no vie~ ne del otro, proviene del interior. La depresién como presin interna desarrolla unos rasgos autoagresivos. El sujeto que, viéndose forzado a aportar rendimientos, se vuelve depre- sivo en cierta manera se muele a palos o se asfixia a 9 si mismo. La violencia del otro no es lo tinico que resulta destructivo. La expulsin de lo distinto pone en marcha un proceso destructivo totalmente dife- rente: la autodestruccién. En general impera la dia- léctica de la violencia: un sistema que rechaza la nega- tividad de lo distinto desarrolla rasgos autodestructivos. A causa de su positividad, el violento poder de lo igual resulta invisible. La proliferacién de lo igual se hace pasar por crecimiento. Pero a partir de un de- terminado momento, la produccién ya no es produc- tiva, sino destructiva; la informacion ya no es infor. mativa, sino deformadora; la comunicacién ya no es comunicativa, sino meramente acumulativa. Hoy, la propia percepcién asume la forma de Binge Watching, de «atracones de series». Eso designa el consumo de videos y peliculas sin ninguna limi- taci6n temporal. A los consumidores se les ofrece continuamente aquellas peliculas y series que se ajus~ tan por entero a su gusto, es decir, que les gustan. Se Jos ceba como a ganado de consumo con lo que siem- pre vuelve a resultar igual. Los «atracones de series» se pueden generalizar declarindolos el modo actual de percepcion. La proliferacién de lo igual no es carci- nomatosa, sino comatosa. No topa con ninguna de- fensa inmunolégica. Uno se queda mirando la pan- talla como un pasmado hasta perder la conciencia. ~ Lo que provoca la infeccién es la negatividad de Io distinto, que penetra en una mismidad causan- do la formacién de anticuerpos. El infarto, por el 10 contrario, se explica en funcién del exceso de lo igual, de la obesidad del sistema:no es infeccioso, sino adiposo. No se generan anticuerpos contra la grasa Ninguna defensa inmunolégica puede impedir la proliferacién de lo igual. > La negatividad de lo distinto da forma y medida a.una iiimidad. Sin aquella se produce una prolife~/ raci6n de lo igual-Lo mismo no es idéntico alo igual, siempre aparece emparejado con lo distinto. Por el” contrario, lo igual carece del contrincante dialéctico que lo limitarfa y le daria forma: crece convirtiéndo- se en una masa amorfa, Una mistnidad tiene una for- ma, un recogimiento interidjuna intimidad que se [| debe a la diferencia con lo distinto. Lo igual, por el con- |; trario, es amorfo. Careciendo de tensién dialéctica, Jo que surge es una yuxtaposicin indiferente, una masa proliferante de lo indiscernible: Lo Mismo solo se deja decir cuando se piensa la dife- rencia, En el portar a término decisivo de lo diferen- ciado adviene a la luz la esencia coligante de lo mismo, Lo mismo aleja todo afin de limitarse solo a equili~ brar lo diferente en lo igual. Lo mismo coliga lo dife- rente en una unién originaria, Lo igual, en cambio, dispersa en la insulsa unidad de lo que es uno solo por ser uniforme. 1. M.Heidegger, Conferencias y artiulos, Barcelona, Ediciones del Serbal, 1994, p. 187. n El terror de lo igual alcanza hoy todos los ambitos vitales. Viajamos por todas partes sin tener ninguna experiencia. Uno se entera de todo sin adquirir ningin conocimiento. Se ansian vivencias y estimulos con los que, sin embargo, uno se queda siempre igual a si Uno acumula amigos y seguidores sin experimentar jamis el encuentro con alguien distinto. Los medios sociales representan un grado nulo de lo social. La interconexi6n digital total y la comunicacién total no facilitan el encuentro con otros. Mis bien sir ismno. ven para encontrar personas iguales y que piensan igual, haciéndonos pasar de largo ante los descono- ~ cidos y quienes son distintos, y se encargan de que nuestig horizonte de experiencias se vuelva cada vez mis estrecho. Nos enredan en un inacabable bucle del yo y,en tiltimo término, nos llevan a una «auto: propaganda que nos adoctrina con nuestras propias nociones».* Lo que constituye la experienciaen un sentido! enfitico es la negatividad de lo distinto y de la trans~ formacién. Tener una experiencia con algo significa ©" que eso «nos concierne, nos arrastra,nos oprime 0 1 esencia es el dolor Pero lo igual no duele. Hoy, el dolor cede paso a ese aie gusta» que prosigue con lo igual. nos anima». m Internet rmiindigt werden, ich, Carl Hanser, 2012, p. 22. 3. M, Heidegger, De camino af habla, Barcelona, B Serbal, 1987,p. 145. nes del Fe La informacién simplemente esti disponible. El saber en un sentido enfitico, por el contrario, es un proceso lento y largo. Muestra una temporalidad to- talmente distinta. Madura. La maduracién es una tem- poralidad que hoy perdemos cada vez mis.No se compadece con la politica de los tiempos actuales, la cual, para incrementar la eficacia y la productividad, fragmenta el tiempo y climina estructuras que son es- tables en el tiempo. Inchiso ese acopio maximo de informaciones que son los macrodatos dispone de un saber muy escaso. Con la ayuda de macrodatos se averiguan correlacio- nes. La correlacién dice:si se produce A, entonces a menudo también se produce B. Pero por qué eso es asi no se sabe. La correlaci6n es la forma de saber mas primitiva, ni siquiera esta en condiciones de averiguar la relacin causal, es decir, la concatenacién de causa y efecto. Esto es asi y punto. La pregunta por el porqué esti aqui de mas. Es decir, no se comprende nada. Pero saber es comprender. Asi es como los macrodatos hacen superfluo el pensamiento. Sin darle més vuel- tas, nos dejamos llevar por el esto es asf y punto. El pensamiento tiene acceso a lo completamen- te distinto, Puede interrumpir lo igual. En eso con- siste su caricter de acontecimiento. Calcular, por el contrario, es una inacabable repeticién de lo mismo. A diferencia del pensamiento, no puede engendrar un estado nuevo. Es ciego para los acontecimientos. Un verdadero pensar, por el contrario, tiene cardcter de 3 acontecimiento. «Digital en francés se dice num rique. Lo numérico hace que todo resulte numerable y comparable. Asi es como perpetiia lo igua En un sentido enfitico, también el conocimien- to resulta transformante. Genera un nuevo estado de Su estructura se asemeja a la de una re- dencién. La redéncién hace mas que resolver un problema: traslada a los necesitados de redencién a un estado éntico completamente distinto. En Amor y conocimiento, Max Scheler sefiala que, «de una forma extraiia y prodigiosa», San Agustin atribuye a las plantas la necesidad concienci: de que los hombres las conten como si gracias a un conocimiento de su ser al que el amor guia ellas experimentaran algo anilogo a la redencién.' Si una flor tuviera en si misma su plenitud 6ntica no tendrfa la necesidad de que la contemplaran. Es decir, tiene una carencia, una carencia 6ntica. La mirada amorosa, ese «conocimiento al que el amor guia», la redime del estado de indigencia, de modo que tal conocimiento viene a ser «andlogo a la re- denciém». Conocimiento es redencién. El conocimien- to entabla una referencia amorosa con su objeto en cuanto distinto.En eso se diferencia de la mera no- 4. M.Scheler, Liebe und Erkenntnis, Prancke, Berna, 1970,p.28 [txad. cast: Amor y conocimiento y otros escrites, Madrid, Palabra, 2009]. M4 hy ticia o informacién, que carece por completo de la dimensién. de alteridad, > D4 he Beant Algconteciniont® Je es inherente una negativi- dad, pur engendraténa relacién nueva con la rea~ lidad, un mundo nuevo, una comprensién nueva de lo que’es) Hace que de pronto todo aparezca bajo tuna luz totalmente distinta, Ese «olvido del ser» del que habli Heidegger-na significa otra cosa que esta wera hacia [os.acontecitnientos. Heidegger diria que / hove et euido dete cominicacion, Ja tormenta digital | ! ose Infarmacianes (aos hace sord6s para el

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