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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

UNIVERSIDAD EN LÍNEA EDUCACIÓN A DISTANCIA


FACULTAD DE CIENCIAS NATURALES Y MATEMÁTICA
MATERIA: GEOLOGÍA

MATERIAL DIGITAL DE APOYO DE LA UNIDAD V

GUÍA DE ESTUDIO PARA LA ORIENTACIÓN DE LA LECTURA UNIDAD V

AUTOR: M.Sc. César Armando Alvarado Batres


Editado:Lic. René Alexander Castillo Rivas

Unidad V. INTERACCIÓN DE LA RADIACIÓN SOLAR CON LA TIERRA


Objetivo: Describir las principales propiedades físicas y químicas de los gases que componen
la atmósfera
El contenido de esta guía de estudio se centra en la unidad 5 del programa de estudio de la materia.
A continuación, se enlistan las temáticas que serán abordadas:
5. Unidad V. INTERACCIÓN DE LA RADIACIÓN SOLAR CON LA TIERRA.
5.1. Atmósfera. Radiación solar. Procesos atmosféricos
En esta unidad se abordará la temática a partir de diversas fuentes bibliográficas, pues su contenido
es muy amplio, la información que se muestra en esta guía, procede de diversas fuentes, principal
mente la primera de las siguientes.
- Camilloni, I., & Vera, C. (s.f.). Ciencias naturales "La Atmósfera". Argentina: Ministerio de
Educación Ciencia y Tecnología.
- METED. (2017). The comet program. (The University Corporation for Atmospheric Research)
Recuperado el 1 de Agosto de 2018, de COMET METED:
https://www.meted.ucar.edu/intromet/atmosphere_es/navmenu.php

Por lo que esta unidad será estudiada principalmente a través de esta guía, en la que se
presentarán las respectivas figuras a las que se haga referencias en el texto.

5.1. Atmósfera
La atmósfera de la Tierra es una cobertura gaseosa compuesta principalmente por nitrógeno (N2) y
oxígeno (O2) molecular, con pequeñas cantidades de otros gases, como vapor de agua (H2O) y
dióxido de carbono (CO2). Aunque nuestra atmósfera tiene un espesor de varias centenas de
kilómetros, cerca del 99 % de su masa gaseosa se encuentra dentro de los primeros 30 km cercanos
a la superficie terrestre (Camilloni & Vera, s.f.).
La tabla 1 muestra que el nitrógeno representa cerca del 78 % y el oxígeno, el 21 % del volumen
total de la atmósfera cerca de la superficie terrestre. En la atmósfera existe un balance entre la salida
(destrucción) y entrada (producción) de estos gases. Por ejemplo, el nitrógeno es removido de la
atmósfera principalmente por procesos biológicos que involucran las bacterias presentes en los
suelos, y retorna a la atmósfera por medio de la degradación de la materia orgánica por la acción de
microorganismos. El oxígeno, por su parte, es removido de la atmósfera por la degradación de la
materia orgánica y por los procesos de oxidación en los que se combina con otras sustancias. El
oxígeno también es consumido en la respiración de los seres vivos, por la que se libera dióxido de
carbono. La incorporación de oxígeno a la atmósfera ocurre, en cambio, en los procesos de
fotosíntesis (Camilloni & Vera, s.f.).
Tabla 1. Porcentaje por volumen de gases que se encuentran en la atmósfera (Camilloni & Vera, s.f.).

La atmósfera también contiene vapor de agua, un gas importante que contribuye a la formación de
las nubes y a la precipitación. La concentración de vapor de agua típica varía entre menos del 1 % y
cerca del 4 %. Casi la mitad del vapor de agua se encuentra aproximadamente en los 5 km más bajos
de la atmósfera (METED, 2017).
La cantidad de vapor de agua varía por región, zona climática, altitud, estación y hemisferio. La
cantidad es mayor en los trópicos y menor cerca de los polos, y mayor en el hemisferio sur que en
el hemisferio norte. El vapor de agua afecta a la cantidad de precipitación, que a su vez determina
las zonas climáticas de la Tierra. El contenido de vapor de agua disminuye con la altitud. A nivel del
mar, el contenido de vapor de agua de la atmósfera oscila entre el 2 y el 4 % y se acerca al 0 % a
6 km por encima del mar (METED, 2017).
La atmósfera se describe en términos de capas que se definen en base a los cambios en la
temperatura del aire que se observan con la altitud entre una capa y otra. La temperatura disminuye
con la altitud en la troposfera, la cual contiene entre el 75 y el 80 % de la masa total de la atmósfera.
La temperatura aumenta con la altitud en la estratosfera, que es donde reside la capa de ozono.
Por encima de la estratosfera se encuentra la mesosfera, donde la temperatura disminuye con la
altitud. La mayoría de los meteoritos se queman en esta capa, ya que contiene suficientes moléculas
para crear fricción (METED, 2017).
Por encima de la mesosfera, la temperatura comienza a aumentar otra vez con la altitud, en
la termosfera. Sin embargo, las moléculas de aire son tan pocas que, a pesar de las altas
temperaturas, el aire transfiere muy poco calor. La termosfera suele considerarse como el «límite
del espacio exterior» y tanto el transbordador espacial como la Estación Espacial Internacional
orbitan la Tierra a estas altitudes. Los gases ionizados forman una capa interna a la termosfera
llamada ionosfera, que es donde ocurren las auroras boreales y australes. Más allá de la termosfera,
en la exosfera, hay incluso menos moléculas de aire. Esta capa marca la transición al espacio
interplanetario (METED, 2017).

Una «pausa» marcada por cambios de temperatura y densidad separa cada una de estas capas. Por
ejemplo, la estratopausa marca la división entre la estratosfera (donde la temperatura aumenta con
la altura) y la mesosfera (donde la temperatura disminuye con la altura). La mayor parte de los
fenómenos atmosféricos que determinan el estado del tiempo en la Tierra ocurre en la troposfera,
la capa más cercana a la superficie. El límite superior de la troposfera (la tropopausa), que puede
llegar a 20 km de altitud en los trópicos, apenas alcanza los 7 km de altitud cerca de los polos, donde
el aire es más frío y más denso (METED, 2017).

Figura 1. Capas definidas de la atmósfera (METED, 2017).

5.2 Radiación solar


La fuente natural de luz y calor de la Tierra es el Sol. La luz solar que vemos alcanza la Tierra como
luz blanca, la cual combina todos los colores del espectro visible, la porción del espectro
electromagnético que podemos ver. Cada color del espectro visible representa luz de una longitud
de onda diferente, que aumenta de longitudes más cortas (violeta) a longitudes más largas (rojo
intenso). Podemos usar un prisma para descomponer la luz solar en sus longitudes de onda
constituyentes y ver los colores individuales del espectro visible (METED, 2017).

Figura 2. Espectro electromagnético de las ondas de luz y sus longitudes de onda (METED, 2017).

A medida que la luz solar atraviesa la atmosfera terrestre, cuando las ondas luminosas chocan con
moléculas de gas, aerosoles o partículas de polvo, la luz se dispersa en todas las direcciones por un
proceso llamado dispersión de Rayleigh. La dispersión de las moléculas de aire depende de la
longitud de la onda de la radiación, siendo las ondas más cortas (los azules y violetas y el índigo o
añil) las que se dispersan más efectivamente. La dispersión de las longitudes de onda azules, más
cortas, predomina sobre la dispersión de los colores de longitudes de onda rojas, más largas, y por
eso vemos un cielo azul (METED, 2017).

Las moléculas de gas que forman la atmósfera terrestre tienen diámetros mucho más pequeños que
la longitud de onda de la luz solar. Sin embargo, el tamaño de las gotitas de agua que forman las
nubes es del orden de las longitudes de onda de la luz solar. Cuando las gotitas y las ondas luminosas
son de tamaños similares, se produce un tipo diferente de dispersión llamado dispersión de Mie. La
dispersión de Mie no diferencia los colores por su longitud de onda individual. Cuando las ondas
luminosas del Sol chocan con las gotitas, las longitudes de onda de todos los colores se dispersan en
igual medida. El resultado es la dispersión de cantidades iguales de luz solar blanca y por eso las
nubes se ven blancas. La combinación de la dispersión Rayleigh y de Mie explica los colores de las
nubes durante el amanecer y el atardecer (METED, 2017).

El Sol determina las condiciones meteorológicas de la atmósfera terrestre. Es la mayor fuente de luz
y energía térmica de la Tierra y su atmósfera y afecta directamente a la temperatura de nuestro
planeta.
Figura 3. Longitud de onda de la luz visible y diversas partículas que poseen tamaños del orden de la longitud de onda
(METED, 2017).

La energía solar alcanza la atmósfera terrestre en forma de radiación de onda corta. Cerca del 51 %
de esta radiación atraviesa la atmósfera y es absorbida por la superficie de la Tierra (continentes y
océanos). Esta energía absorbida irradia calor a la atmósfera en forma de radiación infrarroja de
onda larga, calentándola. Aproximadamente otro 19 % de la radiación de onda corta entrante es
absorbida por la atmósfera y las nubes, y aproximadamente el 30 % se refleja de vuelta al espacio,
particularmente por nubes blancas, arenas de color claro y terrenos cubiertos de nieve. A nivel
mundial, existe un balance entre la cantidad de energía solar que alcanza la superficie de la Tierra y
la cantidad de radiación terrestre que regresa al espacio (METED, 2017).
Figura 4. Balance energético entre la energía solar que entra y sale de la Tierra (METED, 2017).

5.3 Procesos atmosféricos


Los procesos que se dan en la atmósfera, ocurren principalmente por la energía que el sol aporta a
la Tierra entre estos procesos tenemos la transferencia de calor que ocurre de diversas maneras.

Tipos de transferencia de calor


Los principales mecanismos de trasferencia de calor dentro de la atmósfera terrestre y entre la
atmósfera y la superficie son la radiación, la convección, la conducción y la liberación de calor
latente.

La radiación es el proceso de transmitir la energía a través de un medio (aire, suelo o espacio). En


este caso, hablaremos de la radiación en términos de la energía solar que después de atravesar el
espacio entre el Sol y la Tierra, pasa por la atmósfera terrestre hasta llegar a la superficie. ¿Alguna
vez has notado el calor en tu cara cuando te detienes frente al Sol? La luz solar pasa por el aire y
produce poco efecto sobre el aire mismo. Sin embargo, la piel absorbe esta energía y la convierte
en energía térmica que te calienta el rostro. El mismo efecto ocurre en la superficie de la Tierra, que
absorbe la radiación solar y la convierte en calor (METED, 2017).

La conducción es la transferencia de energía térmica de una sustancia (rocas, suelo, metal, agua,
etc.) al entorno circundante o en el interior de la sustancia misma. Si dejas una cucharita de metal
en una taza de café caliente, verás que se calienta por conducción: la temperatura de la cucharita
aumenta a medida que la energía térmica del café se transmite a la cucharita, que es más fría. El
calor siempre fluye de una sustancia más caliente a una más fría. En el sistema Tierra-atmósfera, el
calor pasa del suelo al aire más frío, calentando ese aire en el proceso (METED, 2017).

La convección es el transporte vertical de calor y humedad en la atmósfera. El proceso de


convección es impulsado por las diferencias de calor en el aire. A medida que la energía térmica
pasa por conducción del suelo cálido al aire más frío justo encima de él, ese aire se calienta y se
vuelve menos denso (más flotante) que el aire a su alrededor. Este aire cálido sube y transfiere la
energía térmica hacia arriba, por convección. El aire cálido ascendente se expande, se enfría y, en
presencia de vapor de agua, se forma una nube y se libera calor latente (METED, 2017).

El flujo de calor latente describe el intercambio de calor que ocurre como resultado de un cambio
en la fase o el estado del agua. Se debe agregar cierta cantidad de calor o energía al agua líquida
para convertirla en vapor de agua. Esta cantidad de energía, que se conoce como calor latente de
evaporización, es un proceso de enfriamiento en la atmósfera. La energía latente o almacenada se
libera al ambiente (un proceso de calentamiento) cuando el vapor de agua se convierte en líquido.
Esta energía térmica es el calor latente liberado por condensación (METED, 2017).

Figura 5. Esquemas de los diversos tipos de transferencia de calor (METED, 2017).


En la troposfera la temperatura tiende a
disminuir con la altura y en esta capa se
manifiestan los procesos meteorológicos. La
troposfera se extiende desde la superficie hasta
un nivel entre 9 y 18 km sobre el nivel del mar. La
tropopausa marca la parte superior de la
troposfera y la separa de la estratosfera. La altura
de la tropopausa tiende a ser mayor sobre los
trópicos y menor sobre las regiones polares. La
tropopausa marca la posición de los intensos
vientos conocidos como corriente en chorro que
serpentean en estrechas bandas a través de los
hemisferios norte y sur con una trayectoria de
oeste a este. La tropopausa representa además el
límite superior de prácticamente todas las
manifestaciones meteorológicas de la atmósfera
(METED, 2017). Figura 6. Disminución de la temperatura, densidad y presión
con el aumento de la elevación dentro de la tropósfera
(METED, 2017).

Bibliografía
Camilloni, I., & Vera, C. (s.f.). Ciencias naturales "La Atmósfera". Argentina: Ministerio de
Educación Ciencia y Tecnología.
METED. (2017). The comet program. (The University Corporation for Atmospheric Research)
Recuperado el 1 de Agosto de 2018, de COMET METED:
https://www.meted.ucar.edu/intromet/atmosphere_es/navmenu.php

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