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3 Con eficiencia y mesura Modernismos ‘Coma hemes venido sosteniendo en la primera parte de este libro, la Arquitectura Moderna se diferen- 2 de ba Arcuitectura tradicional, de matriz clésica, en dos registos principales. Por un lado, la Arquitectura Moderne fue consecuencie del proceso de creacion de un fenémeno inéai- ‘Seams era la fabricacion de vivienda como mercanca, lo que suponiaasimilar las formas del habitar alas ‘condiciones de producciin,distribucién, cambio y consumo, que caracteizan @ a ttalidad de las mercan- (G25 En otras palabras, la Arquitectura se moderniz6 al adaptarse a la division dl trabajo, a la separacin “S522 velar de uso y valor de cambio, a la novedad de sus destinatarios andnimas y de sus constructores (22205) iguelmente andnimos y enajenados respecto de sus productas. La tendencia @ la homogeneiza- Sy campactacién o, en términos mas generales, de sometimienio a las exigencias de masividad que ta- |E\cendiciones suponen, produjo una conmecién absoluta en las estructuras de una cisciplina que preten- Se =aulr eobernsndose segin sus propias eyes, las que a su vez estaba leitimadas desde la tradicion y, ‘e9 tiie inctancia, por su cualidad mimética con la naturaleza coma ereacién Divina, Pero ademés, come producto cultural, la Arquitectura Moderna fue consecuencia de las grandes trans. “exmeciones que Sedimayr ha condensado en la formula de la “pérdida de centralidad”, Aunque no es po- “SE en esia sede extenderse sobre las bases y el sentido de esa “pérdida”, para nuestra trabajo es de pii= Pea imporiancia registrar que la puesta en cueslion de la tectonica tradicional -basada en esfuerzos de “=S=er=si6n- Ie disolucion de los mites entre lugares y entre interior y exterior (transparencia, la desvin ‘=sl=cén con al contexto inmediato urbano o natural (abjetvalizacién), el cuestionamiento de la mediacién ‘Seats en el concepto de mimesis, la negacién del pasado y a consecvente necesidad de autolegitima: [SSE liguidacion de todo rasgo de caracterizacién, fueron y son los nudos prablemations explorads por ‘@ Arquitectura Moderna y como medio de esa “pérdida”. Es iminos generals, la “pérdida del Centro” y la condena a ta permanente autotundacién treen coro “Sestencie dos sensaciones opuestas: en una direccin, esa ausencisy esa condlena provocan la anigus- Scere soledad y la melancola por la fugacidad caracterstcas del arte moderno, Pero, precisamente, de ‘== pedis y sobre esa autotundacién emerge ls libertad como e! principal valor de la modernidad ‘ tendencia hacia la homnageneizacién, la universalizacion y la abstraccién que definen a los pracesos ‘25 de modemnizacicn deben componerse sin embargo con impulsos de signo opuesto, Debido a que esos [SFSSSSSs Son producides y sostenicos por formas estatales y nacionales determinadas, las expresiones de 1S aderismos esteticos se completan mediante tendencies en las que se acentua la celebracién del ca- Se ees) 0 es nostaleias por la "cualidad” perdicla [De manera que las variantes de los modernismas no solamente son muchas sino que asclan entre a “eiebrsc de los infinitas posibildades de eleccién estética, programética 0 técnica, la angustia subjetiva, | Disputes de cicizns universales de entendimiento, enunciacién y representacion, a veces electivamen- = cSreartides 0 en ocasiones impuestos,o la exacerbacién de rasaos de identidad local ‘A oterencia de la rolacion democracia-arquitectura moderna que Tue especialmente sostenida por his Sears des segunda pesquerra, como Bruno Zev, ls historiograta recente ha detico reconacer que en (Sees rece no fey contradiccién entre “madernizacién” y “autoritarismo” u olras expresiones pol- ae 1930 1940 1. fii Kavanagh. Sancher, Lagos De a Tare. Buenos Aires eifiio Kavanagh es una buena muesta ela ambigua reacin etre madenismo y ‘raccin carcino arquitctra de ‘se peredo, Su masa se ozariza de mane ‘a smetria y,ailaca al modo clsico, cle- 1a fentalmente el espacio dela plaza San Martin, Pool voz, eta conformade a pat de ls mati bianglar de su planta, of rscacioosorce su arta aguda Raia el ti, generand una isin de excorn de ot maeinatla dais, 1, Museo Nacional de las Anes. teria ‘Norco Bus, Bueres Ara 2, Musso Nacional de Aelas Ars, an, pro Bus, Bueces Ares. 3, Aro Tua. letcie an la Esta de ruta Como no peda ser de oto med, la cam- prensin de ls transformaciones en curso ‘Pe ea homagtnea ri, mucho menos, acer- tad. Junto con trabaos de Virasoro y Gelly Can, Croce Mui yOtzolaen la prime- presetacin dela “Arguitectra Moder a” ralzada por la Socledad Cental de ‘Arcuitectos, se Incuyeron obras de Aljan- 0 Bustilo y ejericis con referencias celica. CON EFICIENCIA Y MESURA ticas “reacclonarias”. En lo que se refiere las representaciones, ha sido también advertido, en sentida con ‘rari, que tarpoco existe ninguna relacién de necesidad entre sistema politico democratico y retindicacién de cualquiera de las formas de los modernismos, Es clea que puede hablarse de ‘moderismos reaccionarics", come Io ha hecho Jeffrey Herf, en la m= dida en que se busque caracterizar aquellos pracesos de transformaciones econbmicas, sociales y cuts les parciales impulsados por elites para las que as mds corweniente identiicarse con temas y represenita= ciones mdernistas como emblemas de un “mundo nuevo", escamateando simulténeamente las reformas de las relaciones sociales, sobre toda las referdas a la expansién de las tbertades. Péro atin asf, no parece ‘cil encontrar un frente homogéneo de relacion entre estética y potica, y mucho menos en el émbito de las insttuciones del Poder estatal Estas observaciones son necesarias para comprender la necesidad de una revision de los paradigmas historiograticos que han construido la “arquitectura madera" en la Argentina, ‘Obturada su vison por el presupuesto de contradiccién entre autoritarismo y modernisiro, la historiograe ‘a ha sostenido habitualmente que, a dlferencia de lo ocurrido en otros pafses, en este el Estado que ‘suralé del golpe militar que en 1930 rompié la continuidad institucional mantra desde fs inicios de madernizacién, pero que como expresién de las vejas elites oligérquicas no apoy6 0 no dio lugar ala argue fectura moderna. A lolargo de este captulo veremos que esta afirmacisn puede desmentise failment, BE ro podremos también comprotar cue eso na significa negar que de alin modo, gracias a la conjuncion d= corrientes intelectuales, fuerzas sociales, tradiciones e intereses polticos y econdmicos se haya producise la consolidacion de tines hegemanicas. En otras palabras: no todas las expresiones maderistas que s= eo rrecen en la escala internacional tuvieton lugar en la Argentina. Seré un propisito de este capitulo intentar ccaractetizar esas lineas de hegemonia y buscar comiprender sus condiciones de emergencia, Modernismo Si observamos lz produccién arquitectonica de ls Argentina entre 1930 y 1939 comprebaremos que, bien tuvieron lugar Ios procesos de condensacion y cuestionarniento de i legalidad clésica de la discipin= necesarios para la masificacién de la edlicia, no acur lo mismo ni con los procesos industiales de praduc= cin ni con los aspectos culturales sefialados en segundo tSemino, tendientes a la "pércida de centralidad”. La eleccién de ambas fechas no es azarosa. Nas referiremos mas adelante a la rupture que obsens- mgs en 1939. En cuanto al inicio en 1930, se debe 2 que en enero de ese afo ls Sociedad Central d= Arquitectos publicé un nimero de su Revista de Arquitectura dedicado al fentmeno de les “tendencies rmadernas". A este motivo podriamos agregar el de la vista de Le Corbusier en noviemére de 1929 0 le “revolucion” que inicié el nuevo ciclo neocanservador que caracieriza el tipo de construcciones realize das durante la década, Es cierto que las obras que pueden verse en elcitado nomero de dicha revista representan expresion=s lingifsticas que van desde e! art aco de Virasora 0 Squiru y Croce Mugica hasta el clasicismo de Bustle de Otasla y Rca, ode Gelly Cantilo y Mall y también es cierto que sélo Virasoro fue reconocido por la his taringrafia posterior como un “pianero” de la Arquitectura Moderna en la Argentina. Sin embargo, €5 post ble advert en ese conjunto heterogéneo ciertos racgos comunes de cardcter. Aunque embrionariaments ¥ ‘alin confusamente expresados, son los mismos que permiten identiicar a la Arquitectura Moderna en la Ar= entina hasta 1999. Es una arquitectura que en términas fornales puede definise casi con rasgus opues= tsa los senalades en el segundo nivel otservado al principio en tanto es: soda, de volimenes cibicos ele mentales claramente articulades, de minimas indicaciones decoratvas, discret, prioitariamente muraria ‘paca, con voluntad de permanencia y tendiente a desculdar la materialidad en favor de la abstraccién, De= bbe advertise que estas primeras expresiones en las que explicitamente se reconoce le condicion “mma 1a” remiten a un gusto por las formas simples y con escasa decoreciOn que al tiempo que busts abana nar rasgos esisticos anacrénicos reacciona 2 las exuberancis del arte nuevo, Aunque susle mencionars= na supuesta“influencia francesa" en su adopci6n, en el utimo tramo de la década del vente este guste tenia amplia dfusion internacional, a tal punto que la Revista de Arquitectura reproduce los términos dele bate en et Reyal institute of Bish Architects ‘Como no pacia ser de etre mado, al pravenir de una instucion conservedora esta primera presentecion 155 nuevo fenérneno si revelaba por un lado una aifundida curiosidad y un ereciente reconocimiento de su -Sptad, expresaba simultaneamente una igualmente creciente praocupacion y cautela ante lo que ~como [= relieja especialmente en varios comentarias— se intula camo une crisis de proporciones hisiéricas, Caracterizadas desde afuera en 1930, tres aflas més tarde, con en el Primer Salén de Arquitectura Ar= [S=rtine Contemporénea, las nuevas corrientes generaran su primera autorrepresentacién Anunciaron ali su toma de partido Wiadimiro Acosta (edficio Cicateen, Berlin}, Nicolds Lasta (edifcio '& Teuari 372), Joselevich y Douilet (Comega), Stock y Olezza (casa colectiva), Mansila Morena y Twoll {§Gisdad Universitaria, en Tigre), Ocampo y Rodriguez Remy (ilesia parroquial), Alberta Prebisch (lelesia, ‘Ase Martinez (casa individual), Eduardo Sacriste (casa individual), Felkx Sluzk (casa individual) y Emesto Nester (casa Individual). Como puede comproberse, ningun de los participantes figuraba como “moder 92° = lsia anterior; algunas presencias sorprenden (Mansila Moreno y Tal); Son sugerertes las ausen. == Jorge Kalnay, Antonio Vilar, Leén Dourge, Fermin Bereterbide, Sanchez, Lagas y De la Torre, pera ‘serorder las més importantes. De este conjunto, en el que a pesar de las ausencias puede observarse una selurtad programatica que @ lo largo del periodo habré de dilurse, algunos serén los que a su vee integren [= 1935 el primer embrion del grupo argentino del CIAM: Acosta, Isaac Stak, Prebisch, Vautier y, esta Sez), Borotorbide y Dourge. Fara ve2 -al menos en el periado al que estamos haclendo referencia- las arquitecturas que en nues '=2 22's procuraron dojar aids los estilismos tadicionales acompararon las distintas alternatives transtadas 1. Pagina de eit de GACYA, 2, 3 Proyectos de estates roerisas pubtiads en revista del CACYA Las concepelones modemists mas adie les y exluyentes fueron albergseas por el Centro de Constructoes,Aruitects y Ate res (CACYA), una institucin altemativa 8 la SCA. A diferencia de esta titima, en et CCACYA se nucleaban segmentos profesio- nals y empresatos con escasas vncule- clones orgicas con la lite tradicional CON EFICIENCIA Y MESURA por la Arquitectura Moderna en otros paises “incluso de Latinoamérica, alternativas en las que se acentua- ‘on valores de atectonicidad,transparencia, mimesis biologista, culo @ los nueves materiales, transitoiedad elocuencia discursiva y lnearidad, ‘No faltaron razones para que nuestro modernisma adoptara esta direccin: técnicas, culturales, pro fesionales y poliicas. Pare comprenderlas es necesario advertir que a diferencia de los Estados Unidos donde el procesa de modemizacién se habia iniciado mas de un siglo antes, en nuestro pats el moder risro estético forms parte de una modernizacién gestada por sectores tradicionales, ne acompaftada de ln proceso masivo de taylarizacién, pero s{ nor ifiportantes mavimientos sociales hacia utopias de trans formacién global. Son los mismos factores que Perry Anderson ha sefalada como caracteristicos de lo modernismos europeas. Como ha sido analizado par estudiosas de la historia poltica y econémica, une particularidad de! caso argentino en relacion con otros palseslalincamericanos, como Brasil 0 México, €= Que las poltcas estatistas anticrisis fueron piloteadas por los sectores ligados al modelo tradicional ‘agroexportador, de manera que las bases "antiguas" de la formacién social argentina, igadas a la rent de la tierra, no fueran afectads. ‘Asi, mientras que la Arquitectura Moderna europea como tipo ideoldgico resultéajena a la cultura nor teamericana précticamente hasta la mitad del siglo y avanzado el New Deel, en nuestro pals adquiié un temprano valor retérico, precisemente porque servia como demostracion visible de un progreso y una rao-

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