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VIVIENDA Beatriz Cuenya Politicas habitacionales en la crisis: El caso de Argentina Introduccién Bena parte de ta actual reflexidn sobre polfticas sociales en Argentina muestra que los procesos de reestructuracién y ajuste de la economfa, establecidos a partir de los ochentas en respuesta a la prolongada crisis del sistema capitalista mundial y nacional, estén produciendo cambios profundos en todos los campos de la sociedad. En el plano politico institucional se asiste a un desmantelamiento de las instituciones del Estado y a una consiguiente reduccién de sus programas sociales, con impactos ‘egativos para vastos sectores de \a poblacidn. El objetivo de este trabajo ¢s plantear algunas reflexiones sobre eémo se manifiestan estos procesos en el campo 36 habitacional, pues lo que es evidente en otras dreas de las politicas sociales -tal vez la educacién y la salud- no lo es tanto cuando se trata de la vivienda: el sistema politico, institucional y financiero montado en décadas pasadas se resiste a la reforma, con Jo cual las politicas tradicionales siguen su curso. La hipstesis es que no estén en cuestién las instituciones de un incipiente Estado benefactor -como postulan algunos y se lamentan por ello- sino el andamiaje de un modelo de Estado burocratico autoritario, que sirvi6 a los intereses de ciertos sectores de la industria de la construccign y de las burocracias puiblicas. La fortaleza de esa alianza explicard las resistencias a la reforma de la gestidn en vivienda que se Promueve desde los imperativos del ajuste. EL trabajo se bas6 parcialmente en una investigacién sodre Proyectos Alternativos de Habitat Popular en Argentina, que desarrolla un equipo de! Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR) bajo mi direccién, y que cuenta con el apoyo de la Fundacién Interamericana (IAF, vIVIENDA PANORAMA INTERNACIONAL USA) y del Consejo Nacional de Investigaciones Cientfficas y ‘Técnicas (CONICET, Argentina). Asimismo, la ponencia recogié algunas ideas de una monografia sobre Politicas puiblicas € integracién social, originalmente preparada en relacién a un proyecto de investigacién mas ‘amplio que promueve el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), en el que participan varios centros de la regién, Estado benefactor y politica de vivienda Al igual que otras politicas sociales, las politicas habitacionales en Argentina van conforméndose a lo largo de un proceso hist6rico que acompafia la progresiva creacién de las instituciones del Estado benefactor: un tipo de Estado que, aun en su versiGn latinoamericana, tuvo un rol protagénico en el desarrollo socioeconémico y en la aceptable distribuci6n del producto social que evidencié el pafs entre 1940 y 1970, aproximadamente, En su proceso de regulacién, este Estado adopt6 una estrategia industrialista (con base en el patron de industrializacién sustitutiva de importaciones), la generalizacién de la relacién salarial en distintos sectores y amas de actividad y la provision de bienes y servicios de consumo colectivo a través de politicas sociales que, de manera creciente, aspiran a un contenido universalista (S. Pefialva, 1991). Estos elementos estuvieron en la base de cambios sociales notables que se produjeron en el pafs y que se expresaron en la incorporacién de vastos sectores pobres al Volumen 3 Nimero 3, spiombelicimbre 1992 mercado de trabajo, contando con proteccién social, cobertura educativa y posibilidades cde mejorar sus condiciones de vida (Minujin), En materia de vivienda, el proceso que da lugar a la formacién de las instituciones del Estado benefactor tiene antecedentes a principios de siglo, al producirse las primeras las politicas acionales en Argentina van conformandose a lo largo de un proceso histérico que acompana la progresiva creacion de las instituciones del Estado..." intervenciones directas del Estado en dicha materia. Pero, recién se completa en los comienzos de la dScada de los setentas al quedar conformado un sistema jurfdico, institucional y financiero de gran envergadura. En correspondencia con ese proceso surgen y van afindndose los distintos instrumentos de politica del Estado: c6digos de subdivision y urbanizacién del suelo, iegislacién sobre expropiaciones y reservas fiscales, aranceles de importacién y exportacién de materiales y tecnologfas, control de alquileres, inversiones directas en la provisin de infraestructura; en fin, hasta la constitucién de un sistema bancario oficial. La historia de la politica habitacional a lo largo de ese periodo muestra la progresiva construccidn de bases materiales, institucionales y politicas que sirven tanto a la integraci6n social como a la expansién de la acumulaci6n en el sector de la construccién, En consonancia con un modelo de Estado destinado a jugar un papel central en la modernizaciGn e integracién social, la politica habitacional condensa un doble contenido: de integracién social y de regulacién econdmica. Para ello, el Estado apela a una doble estrategia: incide en la demanda por medio de una politica de subsidios que incrementa su solvencia, asf como en la oferta de vivienda, facilitando las realizaciones privadas. El paradigma de ese modo de intervenci6n del Estado en el campo habitacional es la provisién de vivienda completa © vivienda "Have en mano”, inserta en grandes conjuntos habitacionales, construida por empresas privadas y financiada por el Estado a través de fondos sociales especificos y eréditos subsidiados. Este modelo nacié en ‘Argentina en 1972, al crearse el Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVD. Se consolidé hacia 1977, afio a partir del cual se 37 ARGENTINA incrementaron sus recursos, provenientes de gravamenes sobre sueldos y salarios a cargo de empleadores y trabajadores auténomos. sectores de recursos insuficientes, en cuanto a demanda, y a las grandes empresas constructoras, en tanto productoras de las obras. Por un lado, la expansi6n y abaratamiento del crédito puiblico (reduccién o eliminacién de intereses y no aplicacién de reajustes) contribuy6 a cierta redistribucién del ingreso y a la satisfaccidn de reivindicaciones de amplios sectores populares que habfan apoyado al gobierno en el poder en los inicios del sistema, el peronismo; sectores hasta entonces excluidos de todo reparto y privados de la ciudadanfa social. Por otro lado, las caracterfsticas de la construceién masiva que implicaban los grandes conjuntos propiciaron la participacisn de las empresas de capital mas concentrado, entre las que se encontraban algunas de origen extranjero (Yujnovsky, 1984). ‘Congregadas en una cémara cempresarial, las grandes empresas presionaron al Estado para continuar este patrén de consumo de vivienda y de politica social habitacional El esquema modernizante y redistributivo tuvo este doble alcance mientras las co socioecondmicas lo permitieron; esto es, hasta mediados de la década de los setentas, 0 sea muy poco tiempo después de su surgimiento, El esquema de financiamiento de la vivienda con largos periodos de amortizacién, 38 muy bajas tasas de interés y ausencia de sistemas de ajuste de capital, no comprometis demasiado la posicién financiera del sector puiblico mientras existi6 ‘un mercado de capitales considerablemente bien abastecido y con fondos colocados a mediano y largo plazo que le permitfan compensar en casi todos los casos- la pérdida real en su cartera activa, vfa inflacién (Lumi, 1990). ‘econdmico se desenvolvia en niveles crecientes de inflacién. En [a préctica, los aportes obligatorios sufrieron un altsimo grado de evasion que aument6 con la inflacién, pues Jos contribuyentes optaron por colocar los recursos que debfan aportar al Estado en el mercado financiero a corto plazo. La alimentacién del fondo por medio de las cuotas también fue disminuyendo hasta ser Pero, las politicas de subsidio al consumo de una vivienda cara ~una vivienda cuyos altos estandares normativos justificaba la participacién y rentabilidad de la empresa privada en su produceién-aceleraron los desequilibrios presupuestarios, en la medida que el sistema practicamente nula, con lo cual los niveles de subsidio Hegaron a representar casi el 90 por ciento del valor de la vivienda. Del Estado benefactor al Estado burocritico autoritario Hacia mediados de los VIVIENDA PANORAMA INTERNACIONAL setentas, los presupuestos de este modelo entraron en franca colisién con las nuevas reglas politicas y sociales de corte neoliberal que impuso a la sociedad argentina el régimen militar gobernante ente 1976 y 1983: la apertura econémica, el disciplinamiento social y la reduccidn de la accién del Estado bajé el principio de la subsidiariedad. Sin embargo, a contrapelo de Ia ideologfa privatista del grupo en el poder, y a pesar de la discusién que se generé alrededor de los fondos del FONAYVI en el seno del gobierno, el modelo no s6lo siguié operando durante este periodo, sino que senté las bases ppara su consolidacién ional. Se incrementaron ‘Volumen 3 Nieo 3, spimbreldiciembre 1992 los aportes obligatorios," aumenténdose su capacidad operativa, y se implements una reforma institucional que otorgs un rol atin mds protagénico al Estado, especialmente a los organismos puiblicos del nivel central. Con el nuevo ordenamiento legal, el FONAVI se constituy6 en un fondo permanente para el financiamiento de la vivienda, al igual que otros similares existentes en México 0 Brasil (Yujnovsky, 1984). Esa contradiccién entre la aplicacién del programa de estabilizacién, de vertiente ortodoxa, con los objetivos distributivos que significa el mantenimiento del gasto puiblico, ilustra claramente la contradiceién que, a nivel macroecondmico, supone la polttica de vivienda del Estado. El pensamiento te6rico sobre este tema justamente ha contribuido a mostrar que las politicas de vivienda, a través de la distribuci6n selectiva de beneficios, modifican las condiciones de acumulacién desigual entre fraceiones econémicas y también las, posibilidades de satisfaccién de necesidades sociales. Actéan, por Jo tanto, sobre las contradicciones. entre los distintos agentes que participan en la produccién y la vida en la ciudad (propietarios, promotores, empresas constructoras, bancos, consumidores) (Topalov, 1984). Desde el punto de vista sociopolitico, el sostén de este esquema de politica habitacional encuentra su explicacién en el cambio que se operé en el Estado durante la década de los setentas, como expresin de los nuevos patrones de dominacién politica que surgieron en Argentina y otros pafses de América Latina con las dictaduras y la coal de intereses que elias representaron: sectores burocrdticos civiles y militares, capital internacional radicado en la sociedad y las capas més dinémicas de la burguesta nacional. El Estado benefactor se transformé en un Estado burocratico-autoritario (de acuerdo a la conceptualizacién que propone Guillermo O'Donnel); un tipo de Estado al que se atribuye el ejercicio de formas de dominacién politica mucho més autoritarias y burocréticas que las del Estado 39. ARGENTINA benefactor, tales como: “represiGn, intentos de despolitizacién y control del sector popular, manipulacién ideol6gica, extension y perfeccionamiento de mecanismos corporativos, aumento de inversiones estatales, asuncién de nuevas actividades empresariales por el Estado, miicleos tecnocréticos que surgen en tradicionales burocracias piblicas..." (Oszlak y O'Donnel, 1976, p. 5). Un tipo de Estado que se caracteriz6 por "haber extendido su accién territorial en perjuicio de autonomfas regionales, haber expandido su control sobre diversos sectores sociales y albergado micleos técnico burocraticos con creciente autoridad interna y externa” Se asocia su surgimiento en la regién con la necesidad de poner en forma las economfas -a partir del agotamiento del periodo sustitutivo y redistributivo- y garantizar el disciplinamiento social. Ese cardcter "més auténomo, expansivo y penetrante” del Estado, le permitié generar intereses propios y abrir espacios ‘a determinados sectores de la burguesfa. Eso es lo que explica, en buena medida, la perdurabilidad de un modelo de politica habitacional que procede de una configuracién socioeconémica y diferente. En torno al FONAVI se cristaliz6 un sistema de alianzas muy aceitadas entre las burocracias piiblicas (con su manejo clientelfstico de partida de viviendas y asignaciones presupuestarias) y ciertos sectores ‘empresariales de la industria de la 40 construccidn (la "patria contratista” en la jerga politica), que manejaron la politica de vivienda como "un costo prohibido” al ingreso de otras fracciones del capital 0 de la sociedad. Las instituciones de gobierno se convirtieron en un espacio institucional donde disputan y negocian no s6lo las fuerzas polifticas y sociales de la sociedad «la disminucién de la capacidad operativa del Estado va a implicar una reduccién en los niveles y tipos de ofertas de bienes y servicios de consumo colectivo, hist6ricamente insuficientes". civil sino también las instituciones burocréticas del mismo Estado (lsuani, 1990). La politica de vivienda es una clara expresién de la apropiacién de recursos piiblicos por parte de las empresas. Esto también permite entender por qué en Argentina nunca egaron a tener significacion ‘operaciones de vivienda popular difundidas en otros patses -¢ incluso propiciadas por organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo 0 el Banco Mundial como os lotes con servicios, ef mejoramiento de vivienda, ta urbanizacién de asentamientos irregulares y el apoyo ala autoconstruccién. Cualquiera de ellas hubiera significado repartir el botin de los fondos puiblicos con sectores excluidos de la alianza, ya fueran pequefias medianas empresas, organizaciones no gubernamentales 0 grupos de base. Los recursos del FONAVI, ‘a pesar de la crisis, siguieron existiendo en forma continua y representando montos nada despreciables en el marco de la recesin econémica creciente, Procesos de ajuste, reforma del Estado y politica de vivienda AL inicio de los ochentas, 1a crisis del endeudamiento externo (@erivada del alza en las tasas de interés internacional) y el impacto de la reestructuracién del capitalismo a nivel mundial, empujaron alos gobiernos democréticos emergentes en Argentina (como en el resto de Jos pafses de América Latina) a implementar politicas de ajuste que presumiblemente producirén efectos profundos en todos los campos de la vida social. Uno de los cambios es el debilitamiento de 14 capacidad financiera del Estado que debe destinar una parte importante de su presupuesto a sufragar los intereses de la deuda, sin poder aumentar su déficit fiseal como VIVIENDA PANORAMA INTERNACIONAL mecanismo compensador de la falta de recursos. La concepcién mds reciente del ajuste que fundamenta la necesidad de esta reforma del Estado, parte dela biisqueda de un equilibrio ‘en el déficit fiscal.’ Se contempla la aplicacién de diversos instrumentos que incluyen, por el lado de los gasto actualizacién de las remuneraciones del empleo paiblico por debajo de {a inflacién; suspensién de la inversion publica; reducciGn del gasto social; control de transferencia a provincias y municipios; esquemas de despidos, eteétera, Por el lado de los ingresos se implementan reformas tributarias, impuestos indirectos y privatizacign de empresas paiblicas, con resultados desiguales Bustelo, 1991). Se presume que la disminueién de la capacidad operativa del Estado va a implicar una reducciGn en los niveles y tipos | de ofertas de bienes y servicios de consumo colectivo, ist6ricamente insuficientes. Su | correlato serd un incremento en el | dficit de estos bienes en términos uantitativos y cualitativos, junto con la heterogeneidad de las situaciones de pobreza. Sobre esto existen varias evidencias. Pero, en realidad, el efecto ‘mds importante que se vislumbra | esuna transformacién de fondo en el modo de regulacién del Estado y en el perfil que tendrén las politicas sociales en el futuro inmediato. Hay quienes interpretan que lo que se esté produciendo en este periodo es un “chantaje explicto del "incipiente ‘Volumen 3 Nuno 3. etembrldiconhr= 1992 Estado de bienestar” y la produceién de un "Estado de Malestar" caracterizado, entre otras cosas por: "caida de las expectativas de acceso social por parte de vastos sectores de la poblacién; vacfo presupuestario; descentralizacién de servicios; privatizacién total 0 parcial de los mismos; ritualizacién de los ministerios sociales que no disponen de fondos ni politicas; utilizacién de organismos no ‘gubernamentales y la familia, no por sus méritos organizativos y participativos sino por su nula significacién financiera para el sector puiblico” (Bustelo, E., 1991, p. 9). El cuestionamiento de la supuesta organizacién y vigencia del Estado de bienestar levarfa, por un lado, a la quiebra de las politicas sociales tradicionales de cardcter universalista & incremetal y, por el otro, al auge de las politicas "compensatorias" dirigidas a grupos especificos de poblacién y diseftadas segiin criterios minimalistas (Pefialva, 1991). Estas interpretaciones, que parecen aplicables al campo de la salud, 1a educacién 0 la previsién social, no lo son tanto en el caso de la vivienda. Como en otros pafses latinoamericanos (México, Costa Rica, Chile), la intervencidn estatal en materia de habitacién presenta signos contradictorios que exigen un andlisis cuidadoso. Nuestra hipétesis es que la politica habitacional en este periodo, al igual que en el anterior, no acompafia en forma estricta la politica general de reduccién del gasto piiblico social, Tampoco evidene una continuidad sin fisuras y conflictos. Mas bien, se fragmenta atendiendo separadamente, aunque con istinto énfasis, a sus metas de regulaciGn econémica y de integracién social. En la base de este desdoblamiento se ubica una pugna entre sectores que colocan, de un lado, los intereses del sistema en su conjunto, expresados en los imperativos de las politicas de ajuste y reduccidn del déficit; del otro, los intereses de la industria de la construccién y representados en el sistema de financiamiento publico; finalmente, los intereses de los sectores excluidos, los sin techo, 4 ARGENTINA junto con los grupos que los acompafian o los representan. Esto se expresarfa en las, siguientes tendencias: 1. A pesar de la crisis y el ajuste, el sistema de produceidn y financiamiento puiblico de vivienda sobrevive. Aunque eventualmente disminuido en su capacidad operativa, se mantiene institucional y financiero estructurado alrededor del Fondo Nacional de la Vivienda/Secretarfa de 1a Vivienda/Institutos Provinciales de Vivienda/empresas. En torno a este sistema siguen implementéndose los programas de produccién de vivienda compieta que son el eje de las denominadas "politicas tradicionales de vivienda”. Es més evidente en ellas su intencionalidad y efecto de favorecer al sector empresarial ligado a la industria de la construcciGn, agudizéndose las contradicciones entre los intereses sectoriales que conlleva este modelo versus los imperativos del sistema econdmico en su conjunto, Una evidencia de esto serfa el fracaso del convenio de préstamo firmado a fines de 1988 con el Banco Mundial. Mediante este convenio, el BIRF otorgé un préstamo por 300 millones de dolares al gobierno argentino, que se comprometi6 aportar una cifra similar. El propdsito era conformar un fondo destinado a la construceién y ampliacién de la vivienda econémica y, simulténeamente, a la introduccién de reformas profundas en el sistema de la vivienda, tendientes a mejorar y 4 sanear su funcionamiento.* Luego de prolongadas gestiones para obtener este recurso internacional y una vez que estuvo a punto de ejecutarse (aun cuando no se coneret6 ningiin plan), hacia fines de 1991, el BIRF resolvié anular el préstamo por incumplimiento del gobierno de los acuerdos pactados que inclufan; reformular el FONAVI; cancelar las obligaciones no cumplidas de los institutos provinciales con el FONAVI, mejorar el sistema operativo e individualizar los subsidios. Esto ocurrié en el marco de disputas entre el Ministerio de Economia y el sector vivienda. Con esto, se ponfa de manifiesto, por un lado, el gran poder e influencia que tienen sobre Ia estructura del Estado las “organizaciones que expresan los intereses sectoriales ligados ala industria de la construccién; por otro lado, la relativa autonomfa de las burocracias: estatales, particularmente a nivel de las provincias, que sitéan sus ‘motivaciones clientelistas por encima de los imperativos de la politica econémica nacional. Como en el periodo anterior, se un modo de relacién entre sociedad civil caracterfstico de la sociedad argentina y al que se atribuyen algunos problemas claves que afectan a la politica social: grupos pugnando por satisfacer sus necesidades sectoriales prescindiendo de fuerzas politicas débiles y por encima de un proyecto global (Isuani). viviENDA PANORAMA INTERNACIONAL 2. Por otro lado, al margen del organismo central, en algunas entidades oficiales, especialmente de nivel nacional y municipal surgen intentos de poner en marcha lineas de politica que rocuran introducir nuevos ‘enfoques en el tratamiento de la ‘euestién habitacional. Son éstas las llamadas “politicas alternativas de vivienda”. Se trata de Programas que apuntan a nuevos vinculos entre Estado y sociedad il, ala vez que aspiran a una mayor equidad en la distribucién de los recursos del sistema. Son impulsadas por nuevos funcionarios, que acceden al ‘sector puiblico con el retorno a la democracia, actores excluidos de las burocracias mas consolidadas; aunque resultan marginales al sistema son disipados. Volumen 3 Niner 3, sepicmbrelicembne 1992 En los dos itimos gobiernos democraticos existieron evidencias de estos fallidos intentos de destinar parte de los recursos del FONAVI para financiar las operaciones alternativas. La més reciente data de pocos meses atrés. Se trata de unas resoluciones aprobadas por la Secretarfa de Vivienda de la Nacién, mediante las cuales se darfa curso a programas no convencionales (lotes con servicios, vivienda progresiva, créditos individuales para mejoramiento de vivienda precaria). No esta claro, sin embargo, cudl es la viabilidad de su instrumentacién. Se presume, incluso desde el propio organismo central que le dio sustento, que habré fuertes resistencias -si no es que ignorancia- en los institutos nciales para Hevarlas a la . Por otro lado, los recursos que se destinarfan a su ejecucién son de escasa relevancia 3. Finalmente, esté el surgimiento de un conjunto de iativas desde la sociedad civil, viabilizadas por la reinstaura del régimen democratico Fundamentalmente promovidas por organizaciones no gubernamentales (ONGs), estas experiencias intentan no slo solucionar problemas materiales coneretos de los segmentos mas pobres de la poblacién urbana, sino también crear espacios de participacién que permitan a dichos sectores incrementar su presencia y poder en la sociedad. Los cambios que intentan promover involucran también a los propios promotores de los proyectos, a través de una préctica profesional con contenidos y metodoto; nuevos. La acci6n de estos grupos tiende a lenar lo que se visualiza como dos grandes vacfos que deja el modelo dominante de intervenci6n piiblica en el cxmpo socio-habitacional. Uno tiene que ver con el conjunto de realidades deficitarias desatendidas (la de los sin techo, villeros, inquilinos pobres, pobladores de asentamientos y loteos clandestinos, autoconstructores en lote propio); otro, se refiere a la ausencia de mecanismos que garanticen la participacién de los sectores pobres en la economfa y en Ia politica. ARGENTINA Los proyectos que ejecutan los equipos técnicos y ONGs pueden considerarse ejemplos demostratives de una amplia gama de acciones que pueden llevarse a cabo en materia de habitat popular, con criterios de equidad, participacién y adecuacidn a las distmiles realidades locales. Sus contenidos son miiltiples y contradictorios. En la medida en que buscan mejorar las condiciones inmediatas de acceso de la habitacionales tienen una dimensién imegradora, en el sentido de evitar grandes contlictos y asegurar el ‘mantenimiento del status quo. Al mismo tiempo, como toda iniciativa que plantea la satisfaccion de necesidades sociales y que organiza a la poblacién para lograrlo, se ‘pone a la ldgica del desarrollo urbano actual que, de modo cada vez més evidente, supone una eciente exclusién y diferenciacién social Algunas conclusions Es absoluamente cierto el hecho de que en los tiempos actuales, el intento de desarticulacion del andamiaje institucional del Estado se apoya en una prédica ideolégica que resalta su ineficiencia hist6rica. Este argumento sirve para minimizar su presencia en la economia y entronizar nuevamente el mercado como el Ambito mds eficaz para asignar los recursos. También es verdad que quienes se lamentan de la actual desestructuracién del Estado, en realidad pretenden garantizar el acceso a 4 determinados bienes bésicos -el derecho de la ciudadanfa- Jo cual no es posible con un Estado ausente, Sin embargo, en el caso dela vivienda, esa constati debe hacer perder de vista dos cosas: En primer lugar: el Estado que se intenta desmantelar no es ya el Estado benefactor, sino un Estado burocratizado y autoritario, et cual eristaliz6 en tiempos de Ja dictadura convirtiéndose en un instrumento muy vitl para los intereses de determinadas fracciones del capital y de la burocracia estatal. La fortaleza de esta alianza -que se da especialmente a nivel de los ‘organismos provinciales- explica justamente la enorme dificultad para llevar adelante una reforma descentralizadora de la gestién habitacional. En segundo lugar: la erftica a las polfiicas de ajuste en relacién a la reforma del Estado no debe evar a reiterar el "mito" del Estado benefactor; mito que el pensamiento tedrico y el estudio detenido sobre su funcionamiento se encargé de cuestionar. En este sentido es importante tener en cuenta que el Estado benefactor en Argentina y en América Latina fue inexistente para los sectores més pobres; de esto hay abundantes pruebas estadisticas. En consecuencia, creo que Aiscutir sobre los alcances y contenidos de una politica habitacional que contemple el punto de vista de los sectores socialmente excluidos lleva a jerarquizar todo aquello que fue ‘marginal en los modelos de intervencién hasta ahora dominantes. Esto se liga a una concepcién de politica social que pasa por la desburocratizacién, descentralizacisn y autononizaciGn de actores con capacidad de brindar bienestar individual y colectivo (Isuani. Notas 1. La Ley 21.581 de modiados de 1977 ineromenté la contribucién del 2.88 por cionto do los suoldos y Salarios a cargo del empleador 155 y adem s agrog6 los fondos ‘equivalentes al 208 de los aportes de trabajadores auténomos (Yujnovehy, 1984). 2. En su primera version de 1972, ¢l organitmo de aplicacién del fondo fra ol Ministerio de Bienestar Social VIVIENDA PANORAMA INTERNACIONAL tsiatido por un Consejo Asesor Petmanento on el quo estaben epresentados el Ministerio de los Empresarios de la Construccién. Gon a reformo de 1977, la Secretar de Vivienda quedé encargada de los aspectos gonerales de planticacién, rminaciGn de prioridades y normas de las operaciones respective quedando a cargo de los organismos programas. Las unidades construidas f¢ esignaban de acuerdo a un sistema puntaje aprobado por la Secrotara, 3. En un primer momento los paquete: de ajuste se disefaron en funcién del lendeudamionto externo: "busearon un ‘2qulibrio en e balance de pagos ‘penerando un superdvit en la balanza ‘Comercial, expandiendo las ‘exportaciones de biones transables, ‘comprimiendo las impartaciones ‘contrlando las restantes variables Imacroecondmicas. Sobre todo la Un comercio internacional en "expansién con los pal industiaizados recuperando sus riveles de crecimiento y un mercado Internacional de capitales con tasa de intorés ala baja" (Bustelo, E., 1991, .2). Ese esquema no dio los tesultados esperades. 4, Los cambios expicitos qu promueven ee coneentran en disminuit fos costos de construccidn de vivienda para los grupos de bajos ingresos, por medio de a creacién de nuevas disofcs de vivionda; promover el __aporte de ahorros previos de los futuros usuarios; clever ol retorne de les préstemos del FONAVI; establecer ‘subsidios expictos y claros; crear togistros de los destinataros a: Viviondas; mejorar los procedimientos de lictacion y delimitarcrterios ttansparentos para la asignacién dd los recursos que se destinan los institutos de vivienda. Vlanca 3 Niner 3. septiembrldicembre 1992 Bibliografia BUSTELO, Eduardo, “La produssin del Entado de malestar. 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