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II CONGRESO INTERNACIONAL DE NEUROPSICOLOGÍA EN INTERNET

(http: www.serviciodc.com/congreso/): SÍNDROMES NEUROPSICOLÓGICOS ESPECÍFICOS

Alteraciones perceptivas y práxicas en pacientes con traumatismo


craneoencefálico: relevancia en las actividades de la vida diaria
M. García-Peña, A. Sánchez-Cabeza

PERCEPTIVE AND PRAXIC IMPAIRMENTS IN TRAUMATIC BRAIN INJURY PATIENTS:


SIGNIFICANCE IN ACTIVITIES OF DAILY LIVING
Summary. Objective. The main goal of the present study is to describe the implication of different perceptive and praxic
deficits in activities of daily living (ADL). We also review some assessing scales and intervention techniques used in the
training of these mentioned alterations after a traumatic brain injury (TBI). Development. There are three kinds of processes
important for a correct ideation, motor planification and execution of a learned purposeful movement (praxis). Some of these
processes are related to the visual basic perception of the objects (colour, form, size, etc). Others are related to the most
complex perception functions (depth, location, recognition ,etc). The third group of functions are those integrating the sensory
information (discrimination right-left side, corporal scheme disorders, etc). If ADL performance needs a suitable functioning
of different structures of the nervous central system, then assessment and treatment will be necessary to obtain the best
independence level of TBI patients. This is the main objective in occupational therapy. ADL may be separated in two different
groups: basic abilities (feeding, grooming, dressing, etc) and instrumental abilities (meal preparation, managing money,
shopping, using public transportation, etc). Conclusion. Impairments in both praxic and perceptive processes constitute one
of the most prevalent deficits in TBI patients. From a clinical point of view, these deficits may lack the capacity to carry an
independent life. [REV NEUROL 2004; 38: 775-84]
Key words. Activities of daily living. Agnosia. Apraxia. Occupational therapy. Perceptual impairment. Traumatic brain injury.

EPIDEMIOLOGÍA Y DEFINICIÓN el análisis de la información visual; de ahí, una vía continúa


La incidencia de traumatismos craneoencefálicos (TCE) en hacia el lóbulo parietal y contribuye al análisis de la informa-
Europa se sitúa en los 150-250 casos por cada 100.000 habitan- ción espacial, la percepción del movimiento y la atención, y la
tes, lo que supone del orden de unos 80.000-100.000 nuevos otra vía, hacia la parte inferior del lóbulo temporal. Esta segun-
casos al año en nuestro país [1]. De estos casos, unos 2.000 se da vía está relacionada con la percepción de la forma y el color
considerarán como graves y presentarán serias secuelas físicas y el reconocimiento de objetos [7,17-21].
y neuropsicológicas, que incapacitarán a la persona para des- Por otra parte, en relación con los déficit práxicos, Steinthal
arrollar un trabajo habitual y para las actividades de la vida dia- acuñó, en 1871, el término apraxia, que significa etimológica-
ria (AVD) [2,3], por lo que necesitarán asistencia intensiva. mente ‘sin movimiento’; no obstante, en la literatura también
Podría definirse la percepción [4,5] como.un proceso diná- aparece el término dispraxia, utilizado habitualmente en Pedia-
mico de recepción de información del entorno a través de los tría o en relación con los déficit práxicos asociados a los trastor-
sentidos y su transformación en un concepto significativo basa- nos del desarrollo en niños.
do en e influido por la experiencia previa del entorno y/o el De forma genérica, las apraxias se pueden definir como los
aprendizaje [6,7]. La visión es un importante prerrequisito para trastornos de la actividad gestual aprendida, ya se trate de movi-
la percepción y la cognición. Influye tanto en la planificación mientos adaptados a un fin o de la manipulación real o por mími-
motora como en el control postural, y nos permite tener una exi- ca de objetos, que no se explican ni por lesión sensitiva, motora o
tosa adaptación al medio [8]. Según la gravedad y localización perceptiva, ni por alteración mental o de comprensión verbal, y
de la lesión, pueden existir varios déficit en la percepción [9-15]. que aparecen tras lesiones en determinadas zonas cerebrales [22].
Algunos autores describen el procesamiento visual a través De acuerdo con la definición anterior, se deduce que la des-
de la teoría general del procesamiento de la información [16]. cripción de los déficit práxicos se establece en parte por exclu-
La primera fase, o input del procesamiento, resulta influida por sión, es decir, se identifican éstos a partir de otros signos que se
la integridad del sistema óptico; en la segunda fase, o integrado- descartan. No obstante, conviene indicar que en la práctica clíni-
ra, la información sensorial y propioceptiva se interrelacionan y ca diaria es poco frecuente observar casos con alteraciones puras
producen como resultado un concepto o plan que servirá como y concretas, en los que no interfieran otras, ya que, habitualmen-
guía para una acción o respuesta. La fase final incluye la inte- te, coexisten diferentes déficit, como puede ser la presencia de
gración de la respuesta oculomotora, la relación entre la conver- trastornos perceptivos asociados a déficit práxicos.
gencia y la acomodación, la fusión y la integración visuomoto- Las primeras hipótesis y descripciones clínicas acerca del
ra. Desde las áreas visuales primarias, la información viaja has- procesamiento práxico las realiza Liepmann en 1900, al diferen-
ta las áreas de asociación del lóbulo occipital, donde tiene lugar ciar las apraxias de otro tipo de alteraciones neuropsicológicas
[23]. Este investigador propuso, en 1905, una hipótesis sobre el
Recibido: 31.05.03. Aceptado: 25.02.04. sistema de procesamiento de la acción lateralizado en el hemis-
Unidad de Daño Cerebral. Hospital Beata María Ana. Madrid, España. ferio cerebral izquierdo, a partir de casos reales en los que obser-
Correspondencia: Dra. Marta García Peña. Unidad de Daño Cerebral. vó la presencia de apraxia asociada a una lesión cerebral izquier-
Hospital Beata María Ana. Vaquerías, 7. E-28007 Madrid. Fax: +34 915 da y en los que se establece como hemisferio dominante el
731 188. E-mail: mgciap@yahoo.es izquierdo, tanto para los movimientos como para el lenguaje.
 2004, REVISTA DE NEUROLOGÍA En estudios más recientes realizados por diversos autores,

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M. GARCÍA-PEÑA, ET AL

como Geschwind y Heilman, se confirmó el papel del lóbulo pa- Tabla I. Clasificación de los déficit visuoperceptivos.
rietal contralateral a la mano dominante, como ‘almacén’ de la
memoria de acción necesaria para los movimientos implicados en Unsworth (1999) Déficit perceptivos simples (agnosias)
la utilización de objetos. Asimismo, otros autores, como Gold- Déficit perceptivos complejos: visuoperceptivos,
berg, plantean, además, una analogía: las áreas premotoras y el visuoconstructivos, alteraciones del esquema
área motora suplementaria (AMS) –la cual recibe proyecciones corporal y visuoespaciales (síndrome de relaciones
espaciales, desorientación topográfica, negligencia
del lóbulo parietal– cooperan en el control de la actividad en las unilateral)
áreas motoras primarias, de la misma forma que un piloto y el sis-
tema de navegación controlan el vuelo de un avión [24]. Umphred (2001) Negligencia
De acuerdo con estos y otros estudios similares, se estable- Ceguera cortical, alteraciones del color
ce una serie de características comunes que describen el mode- y agnosia visual
lo neuroanatómico, que integra el lóbulo parietal izquierdo co- Alteraciones visuoespaciales
mo responsable del conocimiento semántico (conceptual) de las
acciones (gestos, función de los objetos a utilizar, etc.) con las Alteraciones visuoconstructivas
áreas motoras en los lóbulos frontales encargadas de los compo- Alteraciones del análisis y síntesis visual
nentes de ejecución de las mismas.
Posteriormente, las investigaciones realizadas por autores Zoltan (1996) Habilidades de procesamiento visual: agudeza
visual, control oculomotor, rastreo y campo visual,
como Roy y Square en 1985 [25], así como Rothi et al en 1991 inatención, convergencia, fijación
[26], coinciden con los trabajos pioneros de Liepmann, si bien
sugieren actualizar el modelo anterior. En el modelo de proce- Alteraciones del esquema corporal: agnosia de
dedos, anosognosia, somatognosia, discriminación
samiento de la información se identifican dos componentes: sis- derecha-izquierda, negligencia unilateral corporal
tema semántico (conceptual) y sistema de producción. El pri-
mero procesa la asociación entre la función del objeto y la Habilidades para la discriminación visual: forma,
figura-fondo, profundidad, relaciones espaciales,
secuencia de acción, y el segundo asume las funciones de espe- desorientación topográfica
cificar las relaciones espaciotemporales del movimiento y acti-
var la ejecución del mismo. Agnosias: visual de objetos, prosopagnosia,
simultagnosia, del esquema corporal,
Desde una perspectiva operativa, con relación a las bases visuoespacial y apractoagnosia
teóricas anteriormente expuestas, podrían describirse tres fases
generales en la realización con una actividad aprendida [27]: Arnadottir (1990) Disfunción cortical: alteración de la corteza visual
primaria, alteraciones de la corteza visual
– Ideación: formación del concepto/idea para saber lo que hay secundaria, agnosia visual
que hacer.
– Plan motor: organización de la secuencia de movimientos Alteración de la fisiología del procesamiento
de la información visual
necesarios para realizar la tarea/actividad.
– Ejecución: realización de la secuencia de movimientos pla-
neados previamente de manera correcta.
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS E IMPLICACIONES
Cuando se pide a una persona que ejecute un gesto, debe recordar, FUNCIONALES DE LOS DÉFICIT PERCEPTIVOS
en primer lugar, su configuración general, y luego, ha de ser capaz Y PRÁXICOS: CLASIFICACIÓN
de transformar esta configuración en un patrón bien coordinado La descripción de los déficit visuoperceptivos se divide en un
de órdenes, que han de transmitirse a los centros ejecutivos moto- gran número de categorías: negligencia unilateral espacial,
res. Este conjunto de órdenes que permite la consecución del ges- ceguera cortical, alteraciones en la percepción del color, agno-
to adecuado se conoce como programa motor, y determina la co- sia visual, alteraciones visuoespaciales, déficit de las funciones
rrecta posición, orientación y precisión del movimiento funcional. de análisis visual y trastornos en la síntesis visual, entre otros.
Una vez que los programas motores se aprenden y automatizan, Todos estos problemas presentan una relación directa con la
se consolidan como engramas motores en la memoria y activan interpretación del estímulo visual y, aunque cada uno de estos
redes de procesamiento que implican al lóbulo parietal izquierdo, términos representa síntomas reconocidos por sus diferentes
como engramas visuocinestésicos. Junto al concepto de progra- autores, hay que recordar que no existen límites claramente
ma motor único y específico se debe destacar el término ‘esque- establecidos en todos los déficit [28].
ma de acción’ para referirse más globalmente al conjunto de com- Las clasificaciones relacionadas con los déficit visuopercep-
ponentes sensoriomotores de la secuencia de una actividad. tivos utilizan varios criterios: la relación anatómica y funcional
Cada esquema estaría formado por varios subesquemas y, a de las estructuras corticales implicadas en estas funciones; las
su vez, el conjunto de secuencias de cada subesquema se activa- repercusiones clínicas y la expresión del déficit (síndromes y
ría cuando se necesitara realizar una actividad y lograr un objeti- déficit clínicos); también existen las basadas en el intento de
vo. Por ejemplo, la tarea de preparar un café (esquema de acción) simplificar tan variada clasificación según los dos criterios men-
requiere la activación de diversos subesquemas, tales como lle- cionados anteriormente (percepción visual básica, alteraciones o
nar la cafetera con agua, añadir el café, encender el fuego, espe- déficit simples y alteraciones o déficit complejos) (Tabla I).
rar a que hierva, elegir una taza, etc. Por tanto, la repetición de un Las apraxias constituyen, junto a las afasias, agnosias y am-
patrón motor al llevar a cabo una actividad permite que se conso- nesias, entidades neuropsicológicas clásicas, si bien conceptual
lide este esquema motor (esquema de acción), así como los pa- y taxonómicamente, autores como McCarthy y Warrington [29]
trones de movimiento normal que constituyen el punto de partida destacan la particular inconsistencia y la confusión en relación
del movimiento funcional y la actividad gestual [27]. con la terminología utilizada para referirse a estos déficit, lo que

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ha provocado la aparición de numerosas revisiones en relación del gesto, así como de las secuencias de movimientos y el orden
con las variadas y alternativas clasificaciones que han surgido de los pasos que se precisan para la actividad, por lo que la per-
en la literatura. sona no sabe qué tiene que hacer [7]. Este tipo de apraxia se ha
Uno de los aspectos de especial relevancia, y directamente interpretado como una ‘agnosia del uso’, aunque De Renzi y Lu-
relacionado con el tema de este artículo, es la particular situa- chelli [30,32] consideran que ‘amnesia del uso’ podría ser una
ción que existe respecto a la denominación de determinadas descripción más adecuada. Los principales errores que pueden
alteraciones (apraxia del vestido, apraxia constructiva o cons- evidenciarse en la observación clínica son [24,30,31]:
truccional, etc.) utilizando la ‘etiqueta’ apraxia, y que todavía – Realización de una acción reconocible, pero inapropiada para
da lugar a discrepancias entre autores que defienden la inclu- el objeto presentado.
sión de éstas como un tipo de apraxias en determinados casos, – Errores en la secuencia (orden erróneo de los pasos, omisio-
según los mecanismos responsables del trastorno, y otros que nes, elementos mezclados o interpuestos).
consideran que no son verdaderas apraxias de acuerdo con las
descripciones originales de estos déficit, sino que más bien se Algunas de las implicaciones funcionales en las AVD serían [7]:
relacionan con trastornos perceptivos (visuoespaciales, trastor- – Alimentación: utilizar un cubierto inadecuado para el tipo
nos del esquema corporal, heminegligencia, etc.). de alimento (p. ej., emplear el tenedor para comer cereales
No obstante, a pesar de la disparidad existente sobre la ter- con leche en una taza) y asociación incorrecta objeto-acción
minología conceptual que se debe utilizar en cada caso, la cual (p. ej., echar mantequilla en el café en lugar de azúcar te-
tiene una relevancia directa en el diagnóstico y en la práctica niendo las dos posibilidades al alcance).
clínica, la clasificación tradicional, basada en los estudios origi- – Cuidados de la apariencia externa: utilizar el jabón para
nales de Liepmann y referida por la mayoría de los investigado- lavar el lavabo en lugar de las manos, emplear el cepillo de
res contemporáneos, distingue dos tipos principales de apra- dientes para peinarse o echarse la pasta de dientes en la cara
xias: apraxia ideomotora –en algunos casos, como subtipo de la en lugar de hacerlo en el cepillo.
apraxia motora; el otro subtipo es la apraxia melanocinética– y – Vestido: ponerse los pantalones por los brazos, no saber si
apraxia ideatoria o ideacional –para algunos autores, subdividi- hay que atar los cordones de unas zapatillas o abrochar los
da en apraxia conceptual y apraxia ideatoria. botones de una camisa, realizar los pasos en orden erróneo y
La apraxia ideomotora se caracteriza por un déficit en el colocarse en primer lugar el jersey y después la camiseta...
programa motor que se precisa para la realización del gesto –la
persona sabe qué tiene que hacer, pero no sabe cómo hacerlo–. La presencia de movimientos perseverantes (p. ej., repetir el
Los principales errores que pueden evidenciarse mediante la movimiento varias veces, tanto si es correcto como si no lo es;
observación clínica son [24,30,31]: seguir utilizando un objeto que se empleó en una acción previa,
– Errores en la producción temporales (p. ej., velocidad o rit- como el peine, tras peinarse, para una acción posterior, como
mo inadecuados que pueden dar lugar a movimientos frag- cepillarse los dientes) constituye otro de los errores cualitativos
mentados, sin continuidad) y espaciales (p. ej., orientación y aceptado por algunos autores como signo clínico asociado a los
desplazamiento de las manos y los dedos incorrectos res- trastornos práxicos, mientras que otros no lo consideran carac-
pecto al objeto a utilizar). terístico de ninguno de los dos tipos de apraxia descritos [30].
– Utilización de una parte del cuerpo como si fuera un objeto En cualquier caso, y retomando el modelo de procesamien-
(tras una correcta asociación objeto-función-acción; p. ej., to de la información en la praxis, autores como Ochipa et al [33]
utilizar el dedo índice en la boca como cepillo de dientes). plantean como punto de partida para un diagnóstico diferencial
– Realce gestual (p. ej., movimiento exagerado o despropor- el identificar si los errores que se producen dependen de la pre-
cionado en relación con el gesto que se pide). sencia o la ausencia del conocimiento previo del objeto (asocia-
ción objeto-acción).
Algunas de las implicaciones funcionales en las AVD serían [7]:
– Alimentación: dificultad para realizar una prensión correcta
del cubierto y, una vez sujeto, pueden surgir problemas para EVALUACIÓN DE LOS DÉFICIT
orientarlo y desplazarlo adecuadamente en relación con el PERCEPTIVOS Y PRÁXICOS
alimento que está en el plato. Estos procedimientos se basan fundamentalmente en la aplica-
– Cuidados de apariencia externa (p. ej., afeitado): dificultad pa- ción de test neuropsicológicos [34], en los que se aplican estímu-
ra orientar y situar de forma apropiada la máquina eléctrica de los controlados y se solicita una respuesta esperada. A pesar de
afeitar hacia la cara, de forma que las cuchillas puede que no las grandes dificultades que suponen estos aspectos, se han des-
estén en contacto directo con la mejilla para cortar la barba. arrollado gran número de evaluaciones en las últimas dos déca-
– Vestido: dificultad para ajustar o adecuar la correcta coloca- das con el fin de explicar e identificar de manera teórica y clíni-
ción y prensión manual respecto al tipo de prenda –se valo- ca estos déficit. Mientras que algunos evalúan principalmente las
ra la alteración o no de habilidades perceptivas, como la actividades funcionales, otros se centran en los componentes
orientación de la prenda, con relación al propio cuerpo o en subyacentes necesarios para llevar a cabo dichas actividades.
el espacio que forman parte de la misma actividad y que También existen modelos que examinan la capacidad potencial
pueden asociarse– o para el gesto de abrochar y desabrochar del paciente para aprender, con el fin de identificar el tipo de
los botones de una camisa (se descartan otros trastornos: estrategias de rehabilitación que serán más efectivas (Tabla II).
ataxia, dismetría, trastornos de la sensibilidad, etc.).
Evaluaciones funcionales
La apraxia ideatoria se caracteriza por una alteración en el plan Se basan en el examen de actividades funcionales y en la identifi-
ideacional de la acción. Se produce una pérdida del concepto cación de tareas en las que el individuo tiene dificultades [13,

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Tabla II. Principales tipos de evaluación para los déficit perceptivos.

Evaluación Descripción Ventajas Desventajas

Funcional Evaluación de tareas funcionales específicas Conocimiento del grado de ejecución No proporciona información referente
y actividades de la vida diaria del paciente en tareas relevantes. al déficit que causa el problema funcional
Presentación comprensible para
el paciente y la familia

Componentes Evalúan las capacidades perceptivas Identificación de los puntos débiles Se encuentran múltiples déficit.
y construccionales del paciente, y fuertes para el diseño del plan El entrenamiento en los componentes
que se supone que contribuyen de tratamiento (estrategias) afectados no se relaciona con una mejora
a un adecuado desempeño funcional funcional

Dinámica Evaluación que analiza la respuesta Proporciona información sobre la Requiere experiencia clínica.
del paciente a características capacidad de aprendizaje del paciente Sus puntuaciones no están
y modificaciones de la tarea y establece las directrices para la estandarizadas
selección adecuada de estrategias
de intervención

35,36]. Se solicita al paciente que lleve a cabo una AVD donde se con el estímulo objetivo. Entre los test que evalúan aspectos
refleja su grado de efectividad, necesidad de órdenes verbales y simples (únicos) de la percepción visual están el VOSP (del
cantidad, y tiempo necesario para llevar a cabo la tarea de mane- inglés visual object and space perception tests) [49], el MVPT
ra completa. Una crítica a este tipo de evaluaciones es que suelen (del inglés motor-free visual perception test) [50,51] y el TVPS
reflejar de una manera más exhaustiva los déficit físicos, más que (del inglés test of visual perceptual skills) [52]. Mientras que el
los perceptivos, en los pacientes con daño cerebral. VOSP incluye varios subtest en los que cada uno mide un
aspecto de la percepción visual, el MVPT evalúa una combina-
Evaluación de los componentes perceptivos de la actividad ción de habilidades visuoperceptivas (Tabla III).
Se evalúan las capacidades perceptivas específicas para identifi-
car los componentes que interfieren con la actividad funcional. Percepción espacial
La ventaja de este tipo de evaluaciones es que permite identifi- La orientación espacial, uno de los componentes de la percep-
car los puntos fuertes y débiles, para diseñar de manera apropia- ción visual, hace referencia a ‘la capacidad para relacionar la
da las técnicas de intervención y las estrategias que podrían posición, dirección o movimiento de los objetos o puntos en el
conducir a la recuperación de los déficit [37-39]. Sin embargo, espacio’ [15]. Como ejemplos significativos de este déficit, des-
es importante destacar que la mejora en los componentes no se taca la alteración para la percepción de la orientación de las
traduce automáticamente en la mejora de los resultados funcio- líneas y para la orientación topográfica. La primera se evalúa
nales del paciente [40]. Además, en los pacientes con daño cere- normalmente mediante el judgment of line orientation test [48],
bral adquirido, la existencia de múltiples déficit es frecuente, y, en el que al sujeto se le solicita que identifique la orientación de
a menudo, es difícil precisar exactamente qué factor interfiere una o dos líneas que se le muestran con relación a un modelo; la
en la función de manera específica [41]. segunda [53,54] se examina a través de evaluaciones que no
están estandarizadas. Frecuentemente, el paciente se valora a
Evaluación dinámica partir de la observación de sus movimientos dentro de un entor-
Toglia [41-44] propone un abordaje de investigación dinámica, no en respuesta a estímulos direccionales; por ejemplo, ‘indí-
con el fin de sustituir las evaluaciones convencionales que me- queme cómo ir al departamento de Terapia Ocupacional’ o
dían exclusivamente el déficit y poder así realizar un análisis ‘dibuje un mapa para que podamos llegar hasta la cafetería’.
significativo de las estrategias del procesamiento de la informa-
ción del paciente, determinar su potencial de aprendizaje y las Síndromes agnósicos
modificaciones necesarias de las tareas. Enfatiza que la disfun- De manera muy resumida, las bases teóricas que describen los
ción no es específica de la tarea, sino que se relaciona con las déficit agnósicos relacionados con la visión incluyen la descrip-
características de la misma y el entorno en el que tiene lugar. La ción de ambos tipos de agnosias: aperceptivas y asociativas. La
ventaja del modelo dinámico es que proporciona más informa- agnosia aperceptiva aparecería como consecuencia de alteracio-
ción relevante para el tratamiento que los modelos tradiciona- nes en la percepción visual; existe una distorsión del estímulo
les; sin embargo, requiere una mayor experiencia clínica por en los niveles sensorioperceptivos que provocarían un fallo en
parte del terapeuta [45]. el reconocimiento visual del objeto presentado. La agnosia aso-
ciativa es el resultado de alteraciones en los procesos de integra-
Análisis y síntesis visual ción de la información sensorial. Existen varias evaluaciones
Estas habilidades incluyen la discriminación visual, la diferen- que permiten detectar este tipo de déficit. Por ejemplo, el LOTCA
ciación de la figura del fondo, el reconocimiento de objetos (del inglés Lowenstein occupational therapy cognitive assess-
basado en figuras incompletas y la síntesis de elementos disgre- ment) [28,55], que posee una sección específica para el recono-
gados en un conjunto con significado [21,46]. Como ejemplos cimiento visual de los objetos. Así mismo, destacan en este sen-
que miden este tipo de déficit, tenemos el Hooper visual orga- tido aquellas evaluaciones que miden la agnosia para el color,
nization test [47] o el visual form discrimination tests [48], que como el test de Ishihara [56], en el que se solicita al sujeto que
evalúan la capacidad para analizar las características críticas de identifique diferentes números presentados en tarjetas constitui-
las formas e identificar qué estímulos respuesta se relacionan das por colores.

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II CINI: SÍNDROMES NEUROPSICOLÓGICOS ESPECÍFICOS

Tabla III. Principales tests de percepción visual.

Título Autor Descripción

Hooper visual organization test Hooper, 1958; Consta de 30 dibujos de objetos que se han dividido
revisado en 1983 en piezas y que el sujeto debe identificar

Visual form discrimination Benton, 1983 Libro de 16 dibujos en los que el sujeto debe identificar
un objeto entre varias opciones

VOSP (del inglés visual object Warrington y James, 1991 Consta de nueve test: discriminación de formas,
and space perception) percepción de objetos, reconocimiento de letras, siluetas, etc.

Motor free visual perception Colarusso y Hammill, 1996; 36 ítems, donde al sujeto se le pide que clasifique
test (revisado). Bouska y Kwatny, 1983 los estímulos modelos eligiendo entre varias opciones

Test of visual perceptual skills Gardner, 1982 Evalúa siete áreas: discriminación, memoria, relaciones espaciales,
constancia de forma, secuencias, figura-fondo y figuras incompletas

Judgement of line orientation Benton, 1983 Se solicita al sujeto que clasifique líneas con la misma inclinación
que las mostradas por el examinador

Picture completion Weschsler, 1981 Identificación de características de figuras

Tabla IV. Tests que valoran la presencia de negligencia unilateral.

Título Autor Descripción

Line bisection test Schenkenberg et al, 1980 Bisección de 20 líneas de tres tipos diferentes de longitud

Cancellation test Mesulam, 1985 Consta de cuatro test de cancelación: dos que incluyen letras y dos con símbolos

Unilateral inattention test Toglia, 1991 Utiliza la evaluación de este síndrome desde una perspectiva dinámica

The indented paragraph test Caplan, 1987 Se solicita al sujeto que lea en voz alta un párrafo en el que el margen izquierdo es variable

Behavioral inattention test Wilson et al, 1987 Consta de seis test convencionales y nueve funcionales,
como, por ejemplo, marcar por teléfono, leer un menú, etc.

Alteraciones del esquema corporal Los protocolos de valoración de las apraxias han seguido dos
Las alteraciones del esquema corporal pueden incluir diferentes tipos principales de análisis: cuantitativo y cualitativo [24,30].
déficit: somatognosia, anosognosia, alteraciones para discriminar El enfoque cuantitativo ha dado lugar a diversas pruebas, como
la derecha de la izquierda, etc. Las evaluaciones empleadas con- el movement imitation test y el use of objects test [61], que se
sisten en la localización de diferentes partes del cuerpo a la orden administra siguiendo tres modalidades: verbal (el objeto no es
verbal, por imitación del examinador, visualización del cuerpo y visible), visual (el objeto se puede ver a una distancia prefijada)
de los conceptos espaciales (p. ej., a través de preguntas tales co- y táctil (se permite el uso real del objeto). En un trabajo poste-
mo: ¿están tus rodillas por debajo de las caderas?, etc.) o bien me- rior, De Renzi y Luchelli [62] han incluido un nuevo test, deno-
diante evaluaciones estandarizadas, como el test draw a man [57], minado multiple objects test, con el que se valoran varias activi-
en el que se solicita al sujeto que dibuje la figura de un cuerpo. dades compuestas de varios pasos y objetos. Esto nos da una
indicación general de la gravedad del problema, pero no ofrece
Síndrome de negligencia información sobre dónde está la dificultad.
El trastorno perceptivo más frecuente es la negligencia, conside- Como contrapunto, el enfoque cualitativo enfatiza el análisis
rada más un síndrome con manifestaciones variadas que un défi- más detallado de lo que constituye un error y de los tipos de
cit neurológico singular. La importancia fundamental de este sín- errores que se pueden observar. Diversos autores han propuesto
drome se debe a las grandes limitaciones funcionales que experi- clasificaciones para identificar y estructurar los diferentes tipos
mentan los sujetos que lo sufren, así como el peor pronóstico que de errores; destaca el estudio de Alexander et al [63], que identi-
implica para los objetivos de la rehabilitación [58,59]. fica seis tipos de categorías de errores, colocados en orden jerár-
Destacaremos el BIT (del inglés behavioral inattention test). quico según el aumento de distorsión del movimiento: errores
Este test se desarrolló para evaluar a pacientes que presentaban en la producción temporal y espacial, sustituciones –movimien-
negligencia unilateral visual y proporcionar información al tera- tos que no tienen ningún parecido con los que se requieren–, uti-
peuta sobre cómo esta alteración afectaba a la capacidad del lización de un parte del cuerpo como si fuera un objeto, realce
paciente en la realización de sus AVD (Tabla IV). Contiene nue- gestual –exageración del movimiento con o sin autoinstruccio-
ve subtest basados en actividades (rastreo visual de una foto, nes verbales–, errores perseverantes y ausencia de movimiento.
leer un menú, desplazarse por un mapa, leer un artículo, marcar De forma general, en el estudio de la actividad gestual, sí hay
un número de teléfono, clasificar monedas y decir y mirar la un mayor acuerdo en relación con la exploración de las apraxias
hora) y seis subtest que se realizan con tareas de lápiz y papel en tres situaciones diferentes: a la orden verbal, mediante imita-
(marcar líneas, cancelación de estrellas, cancelación de letras, ción y a través de la utilización de objetos [24,31]. Teniendo en
copiar figuras y formas, y bisección de líneas) [60]. cuenta esas tres situaciones, se valorarán: gestos simbólicos sig-

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M. GARCÍA-PEÑA, ET AL

nificativos (p. ej., despedirse con la mano, hacer la señal de cos. La forman tres secciones: una primera hoja inicial de
autostop, etc.) y no significativos, así como movimientos orien- exploración que recoge los datos generales del paciente,
tados al objeto: en ausencia o en presencia del objeto –esta últi- como su visión, su equilibrio en sedestación, valoración de
ma situación con variante visual o táctil–. A modo de ejemplo, se los miembros superiores, prensión manual, dominancia, uso
puede comentar el FAST (del inglés Florida apraxia screening o no de ayudas técnicas, y un apartado de resumen y observa-
test) [64], que valora la realización de determinadas actividades ciones. En segundo lugar, una escala que evalúa cuatro AVD
gestuales en las tres condiciones anteriores: gesto espontáneo básicas: comer, lavarse/secarse, servir líquidos-beber y vesti-
(mediante orden verbal: ‘enséñeme cómo...’), imitación –inme- do (tronco superior); estas actividades se dividen en los pasos
diatamente después de la demostración por parte del evaluador– necesarios para poder realizarse, y se valora si es capaz o no
y utilización de objetos. Consta de 30 ítems, en los que se inclu- (able/unable); se recogen propuestas y evaluaciones adicio-
ye la valoración de gestos intransitivos –sin objeto–, como salu- nales requeridas, hipótesis y comentarios. Por último, aparece
dar con la mano, y gestos transitivos –implican la utilización de un listado completo de características neuropsicológicas que
un objeto–, como utilizar una llave, cepillarse los dientes, marcar se valoran en función de la ejecución en las cuatro tareas eva-
un número de teléfono, abrir una botella de agua, etc. luadas y la exploración inicial.
Las pruebas específicas, como la anteriormente descrita, son
útiles para investigar determinados aspectos diagnósticos de las
alteraciones práxicas, ya que se evalúan gestos concretos que INTERVENCIÓN
nos pueden informar sobre la presencia de dichos déficit, si bien Las pautas de tratamiento para la rehabilitación de los déficit
no ofrecen demasiada información acerca de las limitaciones del paciente que ha sufrido una lesión cerebral son muchas y
funcionales que originan los mismos en el funcionamiento diario variadas; pero, de forma general, se pueden clasificar en dos
de la persona. Así, cada vez se concede mayor importancia a grandes grupos: estrategias adaptativas o funcionales y estrate-
complementar la información de las pruebas estandarizadas con gias de recuperación o restauración. La aplicación de unas u
otras evaluaciones de carácter funcional que registren la implica- otras, o de varias a la vez, dependerá en gran medida de la zona
ción del déficit en el desempeño de las AVD, ya que conseguir el afectada, del grado de gravedad de la lesión, de las característi-
mayor nivel de independencia posible en aquellas personas que cas del paciente y de las características de la tarea y su entorno.
han sufrido un TCE constituye un objetivo prioritario de la tera- Las estrategias funcionales se basan en la asistencia o ayuda
pia ocupacional, sin olvidar que la disminución de la autonomía al paciente a través de su adaptación a los déficit, modificando
en las mismas se convierte a medio y largo plazo en uno de los los parámetros de la tarea y llevando a cabo adaptaciones de la
elementos más discapacitantes para conseguir una mayor cali- misma, así como de su entorno, para facilitar la función. Tam-
dad de vida para las personas afectadas y sus familias [27]. bién utilizan los puntos fuertes del paciente para compensar la
Dentro de las evaluaciones que no son específicas de los pérdida de la función [66].
déficit visuoperceptivos y práxicos, pero que sí nos permiten Normalmente, este tipo de estrategias se suele utilizar con
relacionar dichos déficit con el desempeño del paciente en sus pacientes que poseen un bajo potencial de aprendizaje. Un
actividades cotidianas, destacaremos dos: ejemplo de adaptación sería la utilización de un mantel de color
– Arnadottir OT-ADL neurobehavioral evaluation –A-ONE– muy diferente al del plato donde vamos a servir la comida, con
(evaluación neuroconductual de las actividades de la vida el fin de paliar un déficit en la discriminación de la figura del
diaria en terapia ocupacional) [7]: esta medida se diseñó fondo. También el establecimiento de una rutina y de un entor-
específicamente para evaluar a poblaciones con daño cere- no constante –sin variaciones llamativas–, con participaciones
bral adquirido. Su propósito es doble: por un lado, evaluar el repetidas en actividades familiares para el sujeto, a menudo es
grado de independencia funcional y los tipos de asistencia la estrategia que más éxito tiene. Una limitación importante que
necesarios, y, por otro, identificar los tipos y gravedad de los presenta este tipo de estrategias es la falta de generalización de
déficit neuroconductuales. La forman dos partes. La primera los aprendizajes por la especificidad de las tareas.
parte incluye dos escalas, functional Independence scale y Las estrategias de recuperación enfatizan el uso de las técni-
neurobehavioral specific impairment scale, donde se evalú- cas con el fin de estimular las funciones perceptivas afectadas
an cinco AVD básicas (vestido, aseo personal y cuidados de por la lesión, sobre la base de los principios de recuperación del
apariencia externa, transferencias y movilidad, alimentación sistema nervioso central y la estimulación de nuevas conexiones
y comunicación). La segunda parte, denominada neurobeha- neuronales para el restablecimiento de la función.
vioral scale summary sheet, permite al terapeuta identificar Se basa en que las tareas de lápiz y papel o de ordenador que
la posible localización de la lesión y su posible asociación estimulan las habilidades perceptivas facilitarán la puesta en prác-
con la presencia de déficit neuroconductuales observados tica de las mismas cuando se estimulen en otras actividades coti-
durante la evaluación. Las ventajas que presenta son una dianas; es decir, asumen que la mejora en estas tareas se debe tra-
buena especificidad –diseñada inicialmente teniendo en ducir en mejoras en el desempeño funcional del paciente [67,68].
cuenta las características de este colectivo– y la observación Neistadt [69] opina que sólo los pacientes que poseen una
directa de la realización de las AVD. adecuada capacidad para la transferencia de aprendizajes se
– Structured observational test of function (test de observación beneficiarían de este tipo de estrategias, e insiste en el entrena-
estructurada de la función) [65]: esta escala se diseñó para miento en un entorno lo más similar al real del paciente. Ambos
evaluar la ejecución en las AVD y el funcionamiento neuro- tipos poseen ventajas y desventajas, pero, normalmente, en la
psicológico en las personas mayores con un daño cerebral práctica clínica solemos utilizarlos conjuntamente en función
adquirido. Evalúa cuatro ámbitos de función: ejecución ocu- del problema y de las características del paciente (Tabla V).
pacional, componentes de la ejecución, componentes conduc- Las investigaciones actuales indican que el uso aislado de
tuales (behavioral skill components) y déficit neuropsicológi- una de las dos estrategias siempre conlleva desventajas; además,

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II CINI: SÍNDROMES NEUROPSICOLÓGICOS ESPECÍFICOS

Tabla V. Comparación de los tratamientos ‘recuperadores’ y ‘funcionales’. afianzar no forma parte de su repertorio habitual o se emite con
baja probabilidad– y el encadenamiento –utilizado para estable-
Funcional/adaptativo Recuperador/restaurador cer conductas complejas o cadenas de respuestas compuestas de
Enfatiza las actividades Enfatiza las funciones cognitivas/perceptivas conductas sencillas, las cuales se añaden progresivamente, una
de la vida diaria vez que se realizan de forma individual, hasta lograr la secuen-
cia completa que constituye el objetivo final– [27]. Asimismo,
Su objetivo son los Su objetivo es la causa de la disfunción
síntomas de la disfunción debido a que pueden existir pasos que el paciente no puede rea-
lizar solo, es preciso ofrecer estímulos de ayuda (prompts) para
Utiliza la adaptación Utiliza ejercicios que estimulan facilitar la conducta deseada, así como retirar esa ayuda progre-
del medio y técnicas las funciones cognitivas necesarias
de compensación para la realización de funciones sivamente, a medida que nos acerquemos al objetivo planteado.
de los déficit más complejas Por ello, también se emplea la aplicación y retirada de los estí-
Utiliza la práctica repetitiva Asume que la mejora en los ejercicios
mulos de ayuda como medida adicional y complementaria a las
de AVD para mejorar la propuestos se traduce en mejoras técnicas anteriores.
independencia del sujeto funcionales (generalización) – Abordaje multicontextual: basado en el modelo de interac-
El entrenamiento Sí se produce generalización con la mejora
ción dinámica de J.P. Toglia, este modelo considera la per-
específico en tareas de los componentes cognitivos/perceptivos cepción como un producto de la constante interacción entre
cotidianas no se generaliza el individuo, la tarea y el entorno. La capacidad de transfe-
rencia de aprendizaje del paciente desempeña un papel fun-
damental, y ésta se puede facilitar mediante modificaciones
es fundamental considerar el potencial para aprender del pa- en las actividades y en el entorno donde tienen lugar, así
ciente, su capacidad para generalizar la información, la grave- como a través del empleo de aproximaciones sucesivas y la
dad de la lesión, su estado general de salud, su edad y el sistema graduación de tareas [35,42].
de apoyo (recursos) de los que dispone. – Técnica de tratamiento de Affolter: esta técnica se basa en
Tradicionalmente, se han utilizado de forma aislada; pero, proporcionar al paciente estímulos cinestesicotáctiles. Affol-
en la actualidad, Abreu et al [66] han propuesto un modelo ter describe que la presencia de estímulos cinestesicotáctiles
basado en los principios de ambas estrategias para el tratamien- es esencial para la interacción con el entorno; a través de la
to, en el que las AVD y los contextos donde tienen lugar se uti- conexión entre el movimiento y su efecto sobre los objetos se
lizan para cambiar o modificar las habilidades perceptivas del establece una relación causa-efecto, la cual es parte integral
paciente. Por ejemplo, podríamos utilizar la actividad de la ali- de las AVD. Proporciona el estímulo apropiado para facilitar
mentación con un plato de puré para trabajar la inatención sobre los procesos de percepción, más que en el producto final de
el lado izquierdo del plato o de los elementos situados a este la acción o en una habilidad específica. La técnica utilizada
lado. Variando las características de la actividad y del entorno se fundamentalmente es la guía por parte del terapeuta de las
puede modificar la capacidad de aprendizaje del paciente, así extremidades del paciente –con mayor frecuencia los miem-
como su generalización a otras actividades cotidianas. bros superiores–. Por ejemplo, cuando el terapeuta asiste al
paciente para alcanzar sus zapatos, guía la mano del paciente
Estrategias de intervención a través de toda la superficie de su pierna hasta el pie, con el
Técnicas de tratamiento generales fin de establecer las adecuadas relaciones espaciales corpora-
– Estrategias basadas en el procesamiento activo: se basan en les entre las diferentes partes del cuerpo. Da mayor relevan-
el análisis por parte del paciente y del terapeuta de los objeti- cia a la realimentación no verbal, que debe provenir de la
vos y resultados de las actividades. La conciencia del proble- propia sensación generada por la actividad, más que por la
ma por parte del paciente se utiliza como realimentación realimentación verbal proporcionada al paciente.
durante y y después de la realización de las actividades per- Los principios del enfoque Affolter como técnica de inter-
ceptivas [70]. Por ejemplo, cuando trabajamos el posiciona- vención para pacientes con trastornos práxicos puede diri-
miento espacial durante la actividad del vestido, el paciente girse en el caso de la apraxia ideomotora para facilitar la
debe entrenarse en los requerimientos espaciales que cada continuidad de la actividad, así como para favorecer y guiar
paso de dicha tarea conlleva, con el objetivo de utilizar la acti- una entrada de información más adecuada en la realización
vidad del vestido para mejorar sus habilidades espaciales. de movimientos menos fragmentados y más rítmicos y se-
– Técnicas conductuales: este tipo de técnicas se utiliza amplia- cuenciados. Asimismo, el paciente con apraxia ideatoria pue-
mente a la hora de tratar los déficit perceptivos y demuestra de ser guiado –la mano del paciente– durante una actividad
que mejora la independencia funcional del paciente [71,72]. –p. ej., el cepillado de dientes– hacia los diferentes objetos
El uso de ayudas y de estímulos puede modificarse en núme- –de uno en uno– que se precisan y que se sitúan en el lavabo,
ro, frecuencia y especificidad [73]. Por ejemplo, el terapeuta no sólo hacia el objeto apropiado en el paso indicado, para
podría inicialmente proporcionar ayudas detalladas en cada darle la oportunidad de argumentar y tomar la decisión sobre
paso de la tarea a desarrollar, como ‘mire a la izquierda para la planificación y ejecución de los gestos que va a realizar, y
encontrar el tenedor’. Estas estrategias constituyen una forma fomentar no sólo el aprendizaje de habilidades, sino también
esencial de facilitar el grado de conciencia sobre la actividad, la resolución de problemas implícita en las AVD, cuando no
la detección de errores y el desarrollo de estrategias. hay una automatización de las mismas [74].
– Reentrenamiento con ordenadores: es de amplia utilización,
Algunas técnicas de aprendizaje basadas en los principios de pero presenta un problema fundamental, la poca generaliza-
aproximaciones sucesivas y aprendizaje sin errores son el mo- ción a las actividades cotidianas. Como medida de tratamiento
delado o moldeamiento –cuando la conducta que se pretende aislada no ha mostrado suficiente efecto; sin embargo, no se

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M. GARCÍA-PEÑA, ET AL

recomienda descartar su uso, ya que es una herramienta que Otras técnicas


permite trabajar de manera específica y concreta determina- Otras técnicas de tratamiento, como la estimulación sensorial,
das alteraciones, y la variedad de sus posibilidades proporcio- basándose en los principios del modelo de integración sensorial
na un amplio intervalo de actividades que pueden entrenarse. de Ayres [79], también se investigan por sus posibilidades tera-
péuticas en adultos con TCE. Estudios como el de Butler [80]
Técnicas de tratamiento específicas plantean cuestiones interesantes sobre la efectividad de este tipo
– Síndromes agnósicos: las estrategias suelen dirigirse al re- de técnicas –asociadas a otras estrategias de intervención–, de
conocimiento visual de objetos mediante la presentación en forma inmediata y posteriormente al tratamiento en pacientes
diferentes contextos, posiciones, colores, intensidad de la con apraxia ideomotora.
luz, etc., mediante el acompañamiento de información ver-
bal durante la manipulación de los objetos funcionales rele- Generalización e impacto ecológico
vantes para el paciente o, en los casos graves, poniendo eti- en el funcionamiento diario
quetas a los objetos cotidianos. También se utiliza la poten- Otros aspectos en la neurorrehabilitación como reto de estudio
ciación de la visión central en detrimento de la periférica teórico, experimental y clínico –incluyendo la observación en
[75], así como el empleo de los sentidos indemnes a la contextos reales de la vida cotidiana– es la posibilidad de gene-
lesión con el fin de compensar los déficit visuoperceptivos. ralización. En relación con los pacientes con trastornos práxi-
– Alteraciones visuoespaciales y del esquema corporal: una de cos, diversos estudios, como el de Goldenberg y Hagmann [81]
las recomendaciones utilizada como técnica de intervención y Goldenberg et al [82], basados en el entrenamiento directo de
consiste en que el paciente aprenda a moverse de manera más las AVD básicas e instrumentales, encontraron que cuando se
lenta dentro de su entorno, con el fin de facilitar la localiza- llevaban a cabo tareas específicas –aquellas que se habían entre-
ción de los referentes espaciales que le rodean, así como de nado previamente–, los resultados obtenidos eran positivos; sin
su propio cuerpo, y utilizando pautas verbales como reali- embargo, no hubo mejoría ni en otras actividades –aunque fue-
mentación. Durante la realización de las actividades cotidia- ran similares–, ni cuando se introducían cambios en el entorno
nas, alinear los botones con sus ojales antes de abrocharlos o –realizar la misma actividad en contextos diferentes–. También
trabajar la capacidad de orientar el lazo de las zapatillas pue- se observó que las habilidades entrenadas se mantenían en el
den servir como ejemplos. Las alteraciones del esquema cor- tiempo si éstas se practicaban de forma habitual en el domicilio
poral pueden mejorar facilitando el conocimiento del pacien- (entorno familiar).
te de las propias partes de su cuerpo, reconociendo partes del Por otra parte, cada vez más estudios enfatizan la importan-
cuerpo en el terapeuta, solicitando al paciente que identifique cia de investigar la relación entre el déficit y la implicación fun-
espacialmente unas partes con otras, a través de preguntas cional; es decir, las consecuencias para la independencia en las
–por ejemplo, ¿están tus rodillas por encima de tus tobillos?– AVD, así como en el entorno sociofamiliar de la persona que ha
y empleando rompecabezas de figuras humanas y otros mate- sufrido el TCE. En esta línea, destacan las investigaciones de
riales de rehabilitación que soliciten al paciente la identifica- Foundas et al [83] sobre el desempeño en las AVD, como la
ción de las partes del cuerpo. selección adecuada de cubiertos y su utilización durante la ali-
– Estrategias para el análisis y la síntesis visual: las caracte- mentación en pacientes con y sin déficit práxicos, donde se evi-
rísticas de color, tamaño, forma, dirección y grado de lumi- dencian resultados muy contrastados entre ambos grupos en
nosidad de los objetos pueden entrenarse determinando, en variables como la organización y la secuencia de pasos durante
primer lugar, la competencia del paciente en estas habilida- la actividad, al igual que en el número de objetos correctos y
des. Podemos proponer el siguiente ejemplo como trata- gestos funcionales empleados en la misma. Asimismo, estudios
miento: si el paciente no puede seleccionar una lata de gui- como el de Sundet et al [84] encontraron una relación altamen-
santes del armario de la cocina que está entre latas del mismo te significativa entre la gravedad de la apraxia y la necesidad de
tamaño, el terapeuta podría facilitar la tarea y disminuir el asistencia, así como el grado de dependencia en las AVD esti-
número de latas y, con ello, la densidad de la imagen visual, mado por los cuidadores.
clasificar las latas en cajas diferenciadas, para aumentar el
contraste espacial, colocar la lata que se ha de seleccionar
por delante del resto, para facilitar distinguir la figura del CONCLUSIONES
fondo, aumentar la luminosidad de la zona donde se sitúan Los déficit perceptivos y práxicos limitan en gran medida la
las latas, etc.; de esta forma, el objetivo inicial de tratamien- recuperación de este tipo de pacientes. Influyen tanto en su pro-
to no sería la compensación del déficit, sino la recuperación nóstico funcional al alta como durante el proceso de rehabilita-
de las capacidades de análisis y síntesis visual [76]. ción, y limitan en numerosas ocasiones el éxito de la recupera-
– Síndrome de negligencia: las técnicas específicas aplicadas ción física de este tipo de pacientes.
son diversas, pero, de forma general, pueden clasificarse en: Es fundamental la conciencia sobre las limitaciones de los
recomendaciones generales, técnicas de compensación, procesos perceptivos/cognitivos, así como del movimiento, por
reentrenamiento específico en AVD, técnicas de activación parte del sujeto, ya que determinan en gran medida el éxito de
del hemisferio afectado [77] y tratamientos farmacológicos. las técnicas de intervención seleccionadas para el tratamiento.
De éstas, las que mayor eficacia han mostrado son el entre- De igual relevancia se considera el grado y el análisis de las
namiento del paciente para conseguir un rastreo visual apro- actividades, junto con el potencial del paciente para aprender,
piado, la activación del miembro superior del lado no aten- ya que variando las características de las tareas y del entorno
dido, técnicas de rotación del tronco y el uso de pautas ver- podríamos aumentar la independencia funcional del sujeto.
bales con el fin de jerarquizar la actividad que está afectada Dadas las características de estos pacientes, se necesita el
por este déficit [78]. reentrenamiento en contextos reales, para con ello asegurarnos

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II CINI: SÍNDROMES NEUROPSICOLÓGICOS ESPECÍFICOS

de su correcta intervención y disminuir los problemas derivados recuperar las funciones perceptiva y práxica afectadas y entre-
de la falta de generalización de los aprendizajes. nar al sujeto para lograr el mayor grado de independencia fun-
Las técnicas basadas en los principios de recuperación han cional en dicha actividad.
mostrado ser menos efectivas que las basadas en la compensa- El trabajo terapéutico realizado con las familias de estos
ción; actualmente, se debería tender a la utilización de los abor- pacientes es de vital importancia para el logro de los objetivos
dajes dinámicos que utilizan el uso de AVD, con un doble fin: establecidos en los programas de rehabilitación.

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ALTERACIONES PERCEPTIVAS Y PRÁXICAS EN ALTERAÇÕES PERCEPTIVAS E PRÁXICAS EM


PACIENTES CON TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO: DOENTES COM TRAUMATISMO CRÂNIO-ENCEFÁLICO:
RELEVANCIA EN LAS ACTIVIDADES DE LA VIDA DIARIA RELEVÂNCIAS NAS ACTIVIDADES DA VIDA DIÁRIA
Resumen. Objetivo. Describir la implicación de los déficit percep- Resumo. Objectivo. Descrever a implicação dos défices percepti-
tivos y práxicos en la correcta ejecución de las actividades de la vos e práxicos na correcta execução das actividades da vida diá-
vida diaria (AVD), y revisar algunas de las pruebas de evaluación ria (AVD), além de rever algumas das provas de avaliação especí-
específicas y las técnicas de intervención empleadas para el entre- ficas e técnicas de intervenção utilizadas na preparação das refe-
namiento en dichas alteraciones tras un traumatismo craneoence- ridas alterações após um traumatismo crânio-encefálico (TCE).
fálico (TCE). Desarrollo. Los procesos relacionados con la percep- Desenvolvimento. Os processos relacionados com a percepção
ción visual básica de los objetos (color, forma, tamaño, etc.) y la visual básica dos objectos (cor, forma, tamanho, etc.) e a percep-
percepción más compleja de los mismos (profundidad, localiza- ção mais complexa dos mesmos (profundidade, localização, re-
ción, reconocimiento, etc.), así como otros procesos relacionados conhecimento, etc.), assim como outros processos relacionados
con la integración de la información sensorial (discriminación com a integração da informação sensorial (discriminação direi-
derecha-izquierda y trastornos del esquema corporal, entre otros), ta/esquerda, perturbações do esquema corporal, entre outros),
son determinantes para la adecuada ideación, planificación moto- são determinantes para a adequada idealização, planificação
ra y ejecución de los movimientos propositivos (praxias). Si la rea- motora e execução dos movimentos propositivos (praxias). Se a
lización de las AVD requiere del adecuado funcionamiento de las realização das AVD requer o funcionamento adequado das dife-
diferentes estructuras del sistema nervioso central, su valoración y rentes estruturas do sistema nervoso central, a sua avaliação e
tratamiento serán necesarios para conseguir el mayor nivel de tratamento serão necessários para conseguir o maior nível de
independencia posible en aquellas personas que han sufrido un independência possível naquelas pessoas que sofreram um TCE,
TCE, objetivo prioritario de la terapia ocupacional. Las AVD pue- objectivo prioritário da terapia ocupacional. Estas podem classi-
den clasificarse en dos grandes grupos: básicas (alimentación, ficar-se em dois grandes grupos: básicas (alimentação, asseio
aseo personal, vestido, etc.) e instrumentales (preparación de ali- pessoal, vestuário, etc.) e instrumentais (preparação de alimentos,
mentos, manejo de dinero, realización de compras, utilización de manuseamento de dinheiro, realização de compras, utilização de
transportes públicos, etc.). Conclusiones. Las alteraciones en am- transportes públicos, etc.). Conclusões. As alterações em ambos
bos procesos, perceptivo y práxico, constituyen un amplio porcen- os processos, perceptivo e práxico, constituem uma ampla percen-
taje de los déficit que presentan los pacientes con TCE y que se tra- tagem dos défices que apresentam os doentes com TCE e que se
ducen, desde un punto de vista clínico, en la dificultad para llevar traduzem, sob um ponto de vista clínico, na dificuldade para con-
a cabo una vida independiente. Se destaca la necesidad de evaluar duzir uma vida independente. Destaca-se a necessidade de avaliar
correctamente dichos procesos neuropsicológicos, por su implica- correctamente os referidos processos neuropsicológicos pelo seu
ción en las AVD. [REV NEUROL 2004; 38: 775-84] envolvimento nas AVD. [REV NEUROL 2004; 38: 775-84]
Palabras clave. Actividades de la vida diaria. Agnosia. Apraxia. Palavras chave. Actividades da vida diária. Agnosia. Apraxia.
Déficit perceptivo. Terapia ocupacional. Traumatismo craneoence- Défice perceptivo. Terapia ocupacional. Traumatismo crânio-ence-
fálico. fálico.

784 REV NEUROL 2004; 38 (8): 775-784

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