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2. Entre el naturalismo y la psicologia: el comienzo de la “ciencia social” en la Argentina CARLOS ALTAMIRANO SOBRE EL INGRESO DE LAS CIENCIAS SOCIALES En su notable reconstruccién del industrialismo como tradicién inte- i los “padres Marx, Weber, Tocqueville y John -gentina, como en el conjunto de latina, los modos de descripcién e interpretacién del mundo social que llamamos sociol6gicos no fueron el producto de una reflexién endégena, y no podria hablarse del surgimiento, sino mas bien del ingreso, la adopcién y, eventualmente, Ia adaptaci6n de esas formas todavia nuevas del discurso sobre la vida so- cial. Ahora bien, :fue igualmente el advenimiento del eapitalismo indus- trial lo que dio impulso a ese ingres respuesta obliga a un rodeo preliminar. Cuando Sarmiento, por en su obra de la vejez, Con- ‘Slcto y armonias de las razas en América (1883), invoca entre otros apoyos acreditados el de la sociologia para certificar la solvencia cientifica de su estudio, los problemas que se propone plantear no son los relatives al in- dustrialismo, sino los que ya habia interpretado, aunque con instrumen- tos que ahora juzga insuficientes, en el Facundo, “En el Conflito de las raza 31 U pasar simplemente por alto Conf 1 dela raza. El racialismo cons ‘ituird todo un film de las ciencias sociales en nuestro pais, que avecesS* ‘manifestaré de modo tajante y con juicios duramente desfavorables fe pecto de la composicin étnica de los hispanoamericanos, eomo en Nit 2 a la ensefanza de lo que eran entonces: yes y sus modos de razonamiento- fue tatea de cuya produccién intelectual no estaba ya en el oca- so en los aos ochenta del siglo XIX, como ocurria con Sarmiento, sino aque apenas comenzaba en esa década. El grupo de quienes convergieron in este esfuerzo no es numeroso y proceden de los dos tinicos centros que por entonces daban autoridad y eredenciales para hablar de cuestiones so- ciales, la Facultad de Derecho y Ciencias Socials y la Facultad de Medi- cina de la Universidad de Buenos Ai Dentro de ese grupo magro es posible recortar un niicleo atin més re~ Aducido, cuyos integrantes habian nacido hacia los mismos afios -alrede~ dor de'1860, un poco antes o un poco después~: Juan Agustin Garefa, 33 min so la pertenenda ak: todos ellos se doctoraron en la Facultad de Derecho, heey ma facultad y en la de Filosofia y Let is en los terrenos histérico y juri me Iténeamente carrera destacada en el foro y en h este micleo hay que agregar los nombres de Francisco y José Ma ‘Mejfa, José Ingenieros, Carlos Octavio Bung cl de Antonio Dellepiane." Desde el conjunto del grupo reflejaba ya los cambios que joducido en la Argentina criolla. Cinco de ellos -los Re Quesada, Garefa y Matienzo- eran descendent criollas de posi de fails social encumbrada; Bunge pertenecia a una fant de origen alemsn; Rivarola procedfa de un matrimo: unque no de inmigrantes pobres, ¢ Ingenieros, que 26 su apelido era hijo de un tpografo, Sin embaago, a Sime ccidn de la posicién de cada uno de ellos en el espacio social no proveié \inicamente de ese origen. Mas allé de las disparidades resultantes de fortuna y de los lazos fami los calificaba a todos como mies bros de un mismo gry intelectual, era la posesién de“ pital cultural”, ese conjunto de saberes y destrezas de orden se cuya acreditacién formal pasaré poco a poco a manos de la inst Universitaria A medida que se avanzaba en el proceso de modernizacién econsia y social en que se hallaba embarcado el pais, los indicios de difere nciaci ‘entre esfera politica y esfera cultural se harian més perceptibles tabi 4 Aleta es expec Y para qu estaban loss lanee: . Ja componen”.* Le dice en que elise Yes eonsmieas urante su pri is _estos dos polos el tersecaban aqui y all a través aproimadas pode ‘namientos de la “ las elites, junto cor pais que iniciaba ‘cambio con proceso de elaboracién di por entonces intercambiables) en la Argentina se desarroll6, e509 mas de fe, hoy ox do sefialado muchas veces, bajo el signo dominante del pesiivsme 28 ‘Martinez Pay en 2 positivismo no hay que entender aqi seema o una escuela fi neral atribuida a la 9 sec a {eerminads, sno una ealtra, clara intelectal mis bien 6.2 ost sno para as do, se hicieron de un nombre ida social (por «jemplo, el concepto de evolucién) y contrario en general a consi Ia sociedad como un reino de la naturaleza, Dellepiane defenders la idea de una sociologia que tome en cuenta la raiz psicolégica de los fenéme nos sociales y el hecho de que el hombre es capaz de obrar por reflexiGn y por calculo, es decir que no es mera funcién del medio, El punto de vista de Dellepiane nos remite, por contraste, ala posicé ‘puesta, la del naturalismo, que afirmaba el fundamento biolégico de los hechos sociales, concebia la historia humana como un proceso presidido Por la ley de la evoluci6n —ley que regia todos los érdenes de la re: proporcionindole a la idea de progreso las garantias cientifi logia~” y entendia la raza como un factor clave de esa Jo expresara claramente José Ingenieros al definir lo que llamaba soci sia biol6gica: “La sociologia es una ciencia natural que estudia la evolu- i6n general de la humanidad y la eve Ta compone: dca en que ellas evohucionan dentro de leyes biolégicas especiales: ls le- yes econdmicas. ya sea natural 0 Durante su primera etapa, ‘a en la Argentina marcha entre estos dos polos: el naturalistay el psicol6gico. Sus fronteras cronolégicas aproximadas podemos situarlas entre 1890 y 1916. En esos afios los raz0- namientos de la “ciencia social” se incorporaron al bagaje intelectual de {as elites, junto con la idea de que esa ciencia no podia ser ignorada en un pafs que iniciaba su carrera en direccién al industralismo. Ciencia del cambio controlado (el progreso) la sociologia debia ser a su vez una cien- cia del orden. “Antes la subordi Ja solidaridad, el orden, eran dog- mas de fe, hoy es necesario que sean verdades positivas”,escribia Enrique Martinez Paz.en el prologo de su manual de sociologia.” Esta misin ge- neral atribuida a la sociologia no s6lo era una idea corriente de la cultura positivista, sino que estaba en consonancia con la visién que los grupos in- 37 pio sehanza dea sale sed ia habia dosh ovestgacion en ignatura universitaria y con el on Den aparece ya en 1896, en el plan de estudios dela Fite Pri de Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Este a hos después y en el nuevo la materi evs 9004 ro se dicta s6lo un afio, 1899, cuando esta co de istoria, La citedra no s€ smel). Pero mostraban también que intelectualment ppensamiento europeo. A través de Ia preocupacién por especificar investigacin empitica las cosas no se modifican. Dentro del cuadro general que ofrecfa la soc primera década y media del siglo XX, sobresale sada al frente de la citedra de Sociologi 1924, cuando se jubilé. Desde 1921, sus escritos dejan ver la importancia {que tiene a sus ojos la obra de Oswald Spengler, Lat decadencia de Occiden- 4 ala que consagra varias monografias. Pero este giro intelectual, que in- 9 , : fomProbaci bal Pons en un admirauvo reat, “todo lo que quo: GP, bia cienei tinisto, senador y catedrtico, decano y diplomético”.” Reconod ° j Pi i ii vvertible. En suma, no d s6lo de ofdas (“de auditu”) 1é “un mundo de lineas fi des relativas que cambian sucesivamente, ¥ ‘es momenténea, y que mas adelante se modifi ‘que se redujera a las solas operaciones de observar y gene “ idades generacionales y diferentes categorias de cers.” ‘TeORIA Y ENSENANZA DE UNA CIENCIA FILOSOFICA siento solic que expo Queue pie ei género que Bans y Becker han mado “sciolog S Ambos design on et nombre forma predominate 16, en ss comienzos, la ensefianza de la sociologia en la mayor América latina, y cuyo contenido residia en una cruza de sociologiss 2 tancia prictica | preocupaban aI 1 existia en tor puesto de mods ‘isivo y capital do la civilizaci6 Los enuncia que Quesada p cas del mundo ‘ontar con el f perturbador “e ual era tan pr mis adecuado, es 1s adecuado, en rea spacion sto que es tanto social como intelectual, y el esfuero ft que se afanaba por exhibir equilbrio en elu como de las falencias del pensamiento que toast ido orden de t6picos, rlativo a programa de 1908 hay tres unidades dedicadas al tema, ae ‘teorias racistas europeas de la époc icz a Houston S, Chamberlain-y 8) “Aplicacin del criterio de la raza al esl NNo conocemes qué tratamiento dio Quesada a esas tei otros escritos suyos sabemos que la raza era a sus ojos, COMO! |4 mayoria de la elite intelectual argentina, un factor hist6rico “ puede verse y Letras sobre el resultado mario’ o de trabajos prictic ‘edactando su monografia con espfritu personal y cr rar a través de la sciolo LAS CIENCIAS SOCIALES Y EL CARACTER NACIONAL Durante este periodo, la eitedra de Sociologia por antonomasa fe la de Emesto Quesada. La autoridad que se le habia reconocido selo como profesor titular fue reforzada a lo largo de la década siguiente, 6 yuedar ligada a a obra ni ala di rsidad de Cérdoba fancin, magisterio de Enrique Me, ‘que tuvieron a su cargo la enseiany Martinez, Paz. no lo animaba ninges redra adoptando alguna de las doc ‘en el pensamiento sociolgico europeo. Come do un articulo referido a la direccién que le yo nuevo”. En Las elementos de la socilogia habia d= carieter cientifico de la disciplina en términes az igumentos de Quesada; pero a su juicio, ake la sintesi ain no habia legado. Como puede verse en ese lis al compuesto sobre la base de sus clases, el centro de swene aba del pensamiento social y en la expliacinst les corrientes de la sociologia, explicaciin aii que ninguna estaba en posesién de la clave defintin , si al hablar de los comienzos de la ciencia social hay # ‘lstcar un foco de emision indvidualizado en el seno de la unveil eeu ‘que no fuera la ensefianza de Quesada, ese foco n0 seri Dai, ited de Juan Agustin Garcia en la Facultad de Derecho aiceldt de Buenos Aires. No nos referimos, sin embargo, 2H, ‘ive Garcia asumi6 en esa facultad en 1908. En 4) Programas y la versién taquigritice aM ‘Que proseguir a través de cursos % ‘que “el derec ductos regior bres". Pero ¢ Is orientaciés Seccog ecplie Es impos para las cie on su ense ‘que agitaba Stier ‘mimero, en nacional. C fas nacions ‘érminos de siva del ext ef “LG Le rtantes: bre todo, tic, son pro- sultado de los sentimientos y dese los hom- emas de razones teéricas, una finalidad civica para mal de este campo de estudios: {que se llama alma nacional de un pueblo culo, tradiciny dela ley, comunidad Aisciplna drida yfastdios,jponque ls estudiaremos con amor” Es imposible no relacionar tanto la prescripcién del enfoque nacional ppara las ciencias sociales como el designio patriético que Gareia asocia con su ensefanza universitaria con el oleaje de afirmacién nacionalista ie agitaba las filas de las elites stelectuales desde la década le 1880. La inmigracién europea, q ba al pais cada alo en mayor ntimero, era el hecho que estaba en el origen de esa activacién del eelo nacional. Como lo ha mostrado la investigacion més reciente, las campa~ fias nacionalizadoras no podrian ser interpretadas, simplemente, en los términos de un movimiento mecénico de reaccién ante la presencia ma £ td ffs oD siva del extranjero, percibida como amenaza real o potencial. Fs decir, no ” tersos que contrbuyen a formar la sociedad” Y hase gue be Tia" qo ieaamlnenkaeolaieaaet ahaa sol, el risgo caacterisco de su pueblo seal hetrogenead et velan, segtn las lecciones de su propio curso, que los vices & argentino (el cult al coraje, el desprecio dela ley y el afin dee- comenzaron muy tempranamente en la colonia y seguan obs ccuela hist6rica” del derecho y la tesis correspondiente de las leyes eran el reflejo de las coscumbresy el espiritu de un pueblo ere onal que “son el producto mis intimo y genuino de una sociedad en la leita ame la vida" Garefaresuma la perspectva opuesta ala sua ene“ Bs ly cobino”, prototipo de la concepcién abstracta del derecho, yen 107, ideas y sens, smaba el “método deductivo” en las ciencas juries y S455 aus moe distintvo del método deducivoo especulativoconsianen purSrACPS bres, general sips generals, apicables en cualquier empo yew de ee Ci egy deducfan las leyes y las instituciones. Ejemplos de este tipo ro Ponde Garefa abstracts eran la igualdad entre ls hombres, la soberania de # SAR EERE EES EAE RY SSL volucin de la sociedad y del derecho; incorpo ial de una manera permanente y defnitvacomols smunes, la simpatia Ia familia, el patioisma.* Es verdad que la economia constituye también una clave y a interpretacién de La ciudad indiana (“He tratado de ma del factor econémico que influye de manera tan activa en todas las mat festaciones de la vida social: en ciertos momentos soporta slo el pesos la Historia”): 50 iaciones profesionales de sociélogos consagradas ala reflexién y ala investigacin sociol6gicas,* pe Jogia no se ordena en torno de un paradigmtateérico dominante| recido a esto fue la escuela durkheimiana, pero s6lo dentro ‘inicamente después de que Durkheim hubiera obtenio las, ‘ictori insttcional en su duelo con Tarde, quien no eis ds ‘Aunque muchos la pensaban como el relevo positivo, es deci peculativo, de la flosofia de la historia, la sociologia no era considerada s TRADE MARK sgorosos para ser poten Fenos, capaces de concil necesidades de lo mejor 40s *cerebros ilustrados” no era noved n politica e intelectual argentina, pero ahora se crefa que era ce «que daba fandamento a esa pretension, venia de los origenes y hacia ms to iso podia rete transitoria de os z at entre ls recomendados para tess doctorles de sociologi en a Facil Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos Aires (de hecho, set Americano de Ciencias Sociales, ya mencionado, bajo a rbrica de“ logs Poles. El mismo Joaquin V. Gonzdlez nos ofrece una vers iS papel de las elites en Bl juicio del siglo, ensayo de interpretacion de ién politica, institucional y social del pais desde 1810. No obs lS vances registrados desde 1853 en la educacién general, observa Gol ‘80 se habia podido modifcar todavia Llp devia civicaconsttido por ls vicioshereiarios, 1s 286° or ls viios os y los ahondados en Ia larga época dela anarquia y la dicta ¥ °° 58 lp dees reason Amc Some ional de La Matanza, 200, tk eras industrias se han atimatado, y eros) "sy ifs Men ida x enraas del fae ese 60 eee Ln gel Can, end Revita dela Universidad de Buems dir, 8h In gran culpable en la vida amet eee yon eatin pala pron mee 1a Nora Reid Bn drs Rava Se, 80418 Ps al of Da i oath OO cdentca”, ob ct, pigs. 273-278, a ———— Peuser, 1923, pig. 35. (Este tral imera vex en la Reva Argentina de Ciencias Palin, 92, Juan Aj Juan A lets, Dig. 12 % Buenos Aires, impi cugenism en los meds plist ‘Zaamermann, Las bea roms “4 >. Aas indiana. Buenos Aires deste 1600 bata mediades pig. 475. ‘Again Garcia, Inorducin a ceca scales argentina, en Obras com 6

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