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Boletin Geoldgico y Minero, Vol. 104-2. Afo 1993 (205-224) INFORMACION El método cientifico y la Geotecnia Caminos, su Escu ‘cacién, hhabia pasado al Ministerio de Edu: Perdia asi el Ministerio lo que habla constituido la clave de su estructura técnica, lo que parecia garantizar su ‘excelencia. Y quedaba una llaga sangrante en aquel luger fen donde la Escuela habia estado adherida. Sin embargo, los teidos de asta llaga demostraron tener tuna gran capacidad de regeneracién, y esto fue porque, después de muchas dudas y alguna transaccién, se habia acordado que los Laborstorios principales de la Escuela ‘aquellos que se habian levantado por encima del nivel meramente didéctico, quedasen en el MOP. Estos ndcleos, fon lugar de decser al ser separados de su matriz, tuvioron tuna vitalidad més que suficiente para cicatrizar la herld «, integrados en el Centro de Estudios y Experimentacién de Obras Publicas, se desarrollaron con ritmo sostenido y. fen alguno de ellos, espectacular. No es posible abordar el anilisis del papel de! Labore- torio del Transporte y Mecénica del Suelo, durante el largo lapsd en el que ha estado constituldo de esta jn apoyarnos en alguna base conceptual sobre las Interacciones entre la Ciencia y la Técnica. Y. so bre esta cuestién, no puedo por menos de introducir aqui, resumidos, algunos pérrafos de una conferencia que pronunclé en Oxaca, en 1982, dentro de las celebraciones del 25 Aniversario de la Sociedad Mexicana de Mecénica del Suelo. La conferencia tuvo como titulo El lugar de Ja Geotecnia en el Panorama de la Ciencia y. dado que tuvo poca difusién impresa en México, y précticamente nula ten Espafia, no me parece inoportuno el extractarla en esta ocasién (1) Dr, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos; Acadé- rico de la Real Academia de Ciencias Exactas, Fisicas y Naturales. 93 Por J. A. JIMENEZ SALAS (") Hay un hecho verdaderamente singular en ta historia de Ja Mecénica del Suelo, y este es el que tenga una partida de nacimiento. Para una gran mayoria, su fundador claro fe indiscutible es Terzaghi, y la fecha del nacimiento es 1925, el afio en el que se publica la Erdbaumechanik aut bodenphysikalischer Grundlage. No altera esta singularidad el que en los paises del Este feuropeo [y podemos decir que, casi exclusivamente en Rusia) se dé otro nombre y otra fecha algo anterior, ya ‘que, en todo caso, se establece una fecha y un padre, lo ‘que no es frecuente en una rama de la Ciencia, y menos fen una de la Técnica, que viene a irse formando por la acumulacién de elementos empiricos y clentificas, que poco @ poco van siendo organizados por la accién mete- bélica de los segundos. LOS MOVIMIENTOS PREMONITORIOS Y, sin embargo, bien pudiera objetarse en contra de esa datacién el que, en los textos que estudiamos, vemos constantemente citados nombres muy anteriores @ esas fechas, tales como Coulomb, Rankine, Reynolds, Boussi- esq, Massau, Prandt! y otros muchos. Pero observemos que, si bien sus aportaciones fueron importantes para el nacimiento de la Mecénica del Suelo, no representaron para ellos mismos més que episodios, de su carrera cientifiea que, en algunos casos, ni siquiera tenian intencién de referir al suelo. BOUSSINESO (1885) ¥, sobre todo, PRANDTL (1923) resolvieron sus ecuaciones sin prestar excesiva atencién a que los modelos elegidos tuvieran una correspondencia real con el suelo. Y esto fes mucho més cierto en el caso de REYNOLDS (1885), el cual establecié una de las propiedades fundamentales de Jos suelos, la dilatancia, mediante una culdadosa experi mentacién con arena. Pero lo curioso es que no buscaba doterminar el comportamiento de ésta, sino que solamente le tomaba como un modelo fisico para explicar la razin de las antitéticas propledades del éter, rigido frente @ las 2-206 solicitaciones instanténeas y blando ante las lentas, Prect- samente el tipo de rescclones de densa saturada, No pudo por menos Reynolds de darse cuenta de las posibles implicaciones geotécnicas de sus descubrimientos y. asl, dice, de paseda, que podrian colocar las teorles de empuje de tierras sobre bases verdsderas; pero ni él, ni ninguno de los otros autores citados, slumbré la Me- Cénica del Suelo, sunque proporcionaran materiales muy valiosos para construiria. Sus incursiones en estos domi- ‘ios, lo que demuestran, es que la Gootecnia era en aquel fentonces un terreno vago. cientificamente vacio, por el cual cruzaban, casi indiferentes, estos lustres transein- tes, en su camino hacia sus verdaderas ocupaciones, No deja de producir perplelidad el hecho de que no se sintieran atraidas por unos temas que, en una época pos- terior, iban @ concentrar Ia atencién de tantos investiga: dores. Las causas pueden ser varias y corresponden a diversas hipétesis entre las que se han formulado sobre el desarrolio de la Ciencia. La realidad correspondera pro- bablemente @ una combinacién de las mismes LOS PRECEDENTES INMEDIATOS Podemos localizar también otro momento eritlco para Ia Ingenieria Civil, en los problemas del terreno. Esto ocurre en 1913. En esa época, en Suecia, Estados Unidos, Panamé y Alemania, hablan ocurrido accidentes catastréficos en ‘obras que implicaban movimientos de tierra de gran in ortancia, los cuales habian llegado a ser posibles gracias al progreso de los medios mecénicos de excavacién En Suecia, se forma una Comisién para estudiar los corti mientos de los nuevos muelles del puerto de Gotemburgo, y otra diferente para Investigar los que se habian produ- cido en los ferrocarriles. Para estudiar los deslizamientos en las riberas del canal de Kiel, se moviliza la atencién del Laboratorio de trabajos hidréulicos dé Berlin, drigido por Krey. En los Estados Unidos, los catestréficos corr mientos del Canal de Panams, demuestran la insuficlencla de los conocimientos disponibles. y la Sociedad Americana de Ingenleros Civiles, ese mismo afio de 1913, forma un Comité presidido por Cummings, para analizar Ia situact6n. Todos estos frentes de ataque consiguen resultados que, fen buena parte, seguimos utilizando hoy: la Comision Fellenius (Gotemburgo) formula el método sueco de est bilidad de taludes que, aunque perfeccionado, todavia empleamos. Krey desarrolla y_afina la teoria de empui de tierras. Todo ello aument6 la cantidad, la calidad y la temperatura del ambiente gootéenico, pero sin sobrey tun nivel, en el fondo, empirico. Incluso, si las cosas so hubleran desarrollado de otra forma, estos avances par- les hubleran podido ser retardadores de! nacimiento de la Mecénica del Suelo, ya que daban reglas, recetas, de aspecto de gran pracisién para resolver aquellos pro- blemes que habian sacudido la conciencia de los profe- sionals, ¢ incluso habian llegado al conocimiento del pi- wh blico general. Aqui, como tantas veces ha sucedido, ol éxito pragmético hubiera podide ser una barrera para el progreso del conocimiento racional del hecho, ¥ de todos los trabajos que durante ese periodo de gran dedicacion al to los que llegaron a tadas y fecundas fueron los de la Comisién americana. Describieron con gran detalle los. fenémenos, pero llegaron a pocos resultados «pricticos» A cambio de esto, efectueron la lucida recomendacién d que era muy necesario llegar a identficar magnitudes jelos, sin lo cual no se podria, en ab- LOS ANOS FUNDACIONALES DE LA MECANIGA DEL SUELO Pero, para ello, hubo que esperar al afi 1917. en el declive de la primera Guerra Mundial, cuando Terzaghi es reclu- tado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de su pals, como profesor de la Escuela Técnica de Constantinople, capital de un pais hermano de armas, a cuyo desarrollo tecnolégico Austria se ha comprometido @ colaborar. Ni el momento ni el ambiente tienen nada de propicio a la Investigacién. En cuanto a los medios, han quedado rela- tos de como en un petio, Terzaghi monté sus eparatos ‘compuestos con elementos, algunos procedentes del La- boratorio de Fisica, pero la mayor parte procedentes de la cocina de Ia instituoién; lo cual debe servir pera hacer reflexionar @ tanto investigador, que no hace nada porque ‘no le proporcionan et dltimo modelo de un aparato que vio descrito en una revista. Para esta clase de investigedores se formulé el dictado: Quien compre un aparato, quizé hiclese mejor en comprar los resultados. Terzaghi, en cambio, consigue ir acumulando datos con sus rudkmen- tarios dispositives, y estableciendo para eu interpretacion algunas teorias que publica, primero, fragmentariament que luego articula y sistematlza on el libro fundacional, fen su Erdbsumechanik VALOR DE LA INVESTIGACION HEURISTICA Habiemos visto antes, en la activided de las Comisiones sueca, americana y alemana, ejemplos, cuyo valor de ge- neralidad no pretendo establecer. do rolativa esterili de la investigacién «de encargo, iniclada bajo la pre inmediata de una necesidad profesional 0 social. Contra esto, existen centenares de ejemplos en los que ol resul- tado fue favorable, pero me atrevo a afirmar que, en la mayoria, si se estudla ef caso con detalle, se encuentra que dichos resultados consistleron, en una parte, tan sélo fen un limitado ensanchamiento de la préctica empirica, y, fen otra, en un desarrollo de un descubrimiento provio, ‘quiza muy escondido en ocasiones Esto no debe llevar de ninguna menera a la idea de que INFORMACION no hay que prestar oido a las necesidades précticas. Muy al contrario, creemos que éstas constituyen el medio en el que se engendra el descubrimiento, EL METODO CIENTIFICO A partir de los primeros escritos que #2 conocen sobre el método cientifico, no ha cosado la discusién acerca de cusl 8 e| adecusdo, entre dos caminos distintos, para liegar al conocimiento. | primero es comparable @ una creacién. Es el impulso que lleva al hombre a construir on ‘su mente una explicacién del mundo. Es un camino noble y atractivo, pero la capacided de a mente humena es Ii- mitada, y es dudoso el que se haya llegado asi, sin des- larse de su forma pura, mucho més alld de una amplia Arltmética ‘camino puede llegar a grandes resultados: asi pueden construlrse pirémides y catedrales, y a construir y explo- tar los complejos sistemas hidréulicos del antiguo Imperio Chino. Durante muchos siglos, y aun milenios, Ia situacion puede ‘quedar asi, aumentando cada vez el gran alma nocimiento Pero, de vez en vez, en el seno de esta =sopa ficae’se engendra una hipersolucién coms ‘Al conjunto de estas hiper- soluciones es a lo que llamamos Ciencia DESCARTES;Y LOCKE. CIENCIA Y TECNICA Esta definicién no satisferé, sin embargo, a los admire: dores del método deductivo. Como dice HOLTON (1982) alosando un articulo de Weinberg: La unificacién y sintesis, que, a través de un aumento en Ja economia de! pensamiento nos hace esperar un aumento de la comprensién, es miembro de un conjunto de the: ‘mata ... Por qué la Naturaleza, con toda su aparente com- Dlejidad, es como es, Kepler, que preguntas en el pro- facio de Mysterium Cosmographicum por qué los planetas estén a las distancias a las que estén, por qué tienen el niimero y los movimientos que encontramos que tienen, y n0 otros, habria estado de scuerdo con esta descripcién de una de les esperanzas persistentes del hombre, Esta esperanza subyace, sin duda, en cualquiera de nues: 95 2.207 actividades intelectuales, pero hoy nos hallamos le- jos de la ingenuidad con la que Descartes vela el futuro desarrollo de su método, comenzando por su femoso prin- cpio; como si fuese tan evidente lo que es penser, y tan claro lo que es ser, y tan ciertas las relaciones entre lo tuno y lo otro Hasta el primer tercio de este siglo ol método cartesiano habia tenido éxitos limitados. Su reino ora el de las Matemiticas, en donde la mente tiene las mayores pro babilidades de aprehender Ia realidad, puesto que la reali dad de que se ocupa es, en puridad, la de los mecanismos J6gicos de le propia mente. Pero ain estos éxitos se oscurecen con el pesimismo Postgadeliano de la segunda parte del siglo. No fue sufl- ciente la «retirada estratégicas de Hilbert con sus for ‘melizaciones, ni siquiera la desbandada promovida por Whitehead y Russell sl abandonar todo el campo de le Fislea para encerrarse on el Monte Athos de Ia Légica, A este periodo corresponde Ia cinica confesién del ditimo cuando dijo: La metemética pura es un campo de estudio fon el que no sabemos de qué estamos hablando, ni tam: poco si lo que estamos diciondo es verdadero. Lejanos ‘quedaron los tiempos en los que Cicerén alababa a sus ‘conciudadanos porque gracias @ los dioses, no son como los griegos y saben limitar el estudio de las Mateméticas al dominio de las plicaciones dtiles. Ante este panorama de incertidumbre, no le resulta fécil al técnico el poner mucha esperanza en esta Ciencia de creacién, que, en su vocacién de pureza, se ha alejado del mundo, hasta casi perder contacto con su realidad y sus problemas. Pero. al mismo tiempo, por su retirada sl amparo de las murallas de la Légica, han quedado solitarios extensos campos, que antes se encargaban ellos de defender de la invasién de los subditos del empirismo. En su origen, fue muy tenue la linea que separaba la Ciencia de la Técnica. Arquimedes destilaba sus preocu- aciones clentificas @ partir de problemas técnicos muy concretos. y esta forma de proceder nunca ha desapare- ido desde entonces, recogida por los alejandrinos. Un nuevo ejemplo importante lo constituirén los ingenieros del Renacimiento, y, entre ellos, Leonardo da Vinci, el cual amaba sobre todo a Arquimedes y a la Mecénica, que para él representaba e! paraiso de Ja Matemitica, Es muy dificil separar, on osa época, al ingeniero del inven: tor. ya éste del cientifico. Les teorias clontificas se elaboran, on aquella coyuntura, por ingenieros, que al mismo tiempo son artistas, art Heros, como Tartaglia, 0 fabricantes de pélvora, como Biringuccio. Son precisamente las observaciones hechas durante la practica las que estimulan las teorias cienté ficas, y 6s en el Arsenal de Venecia, y no en ningin ce niéculo clentifico, donde Galileo pronuncia su Discurso en 1638. 2-208 Como hace noter MERTON (1967) hace tres siglos, le acti- vided cientifica no era un valor evidente por si misme. ‘Sin embargo, grecies a una interminable serie de logros, To instrumental se trensformé en 10 fécil, ef medio en el ‘objetivo. Asi fortalecido, el clentifica llegé a considererse Independiente de le Sociedad, y 9 considerer la Ciencia ‘como una empresa que se convalide a si misma, que osté ten Ia Socledad, pero sin ser de ella. Es esta une situacién relativamente nueva en Ia historia de la Humanided, aunque puede considerérsele como une Version secularizada de la ciencia mégica oriental o de tos guardianes del calendario inca, pero ha sido un gran triunfo el haber podide alcenzar prestigio en los paises de tradicién grecolatina, que siempre fueron tan refra tarios a toda pretensién esotérica ‘Quizé por ello, sentar algunos signos de i dice, en otro lugar: Los ataques inciplentes, pero mani fiestos, a le integrided de la Ciencia, han llevado 0 Ios ‘clentilicos @ reconocer su dependencie de tipos particu fares de estructure social, Una torre de mart es insos: tenible cusndo sus muros gon atacados. Después de un periodo prolongado de relative segurided, durente el cual la busqueda y le difusién del conocimiento se habian levedo a un lugar descollante en Ia escala de los valores Culturales, los clentificas se ven obligados @ justificer las ‘ecciones de la Ciencia ante e! Hombre. Esto resulta hoy ineludible por el hecho, tembién nuevo. del peso econémico que la actividad de investigacién ha tomado. En el tiempo en el que este peso ere pequefo, podia ser aceptado sin una justificacién explicita, del mis: mmo modo que se asumian los gastos suntuarios del noble © del soberano. Pero el mismo prestigio de la Ciencia Te ha permitido conseguir una parte tal de los recursos feconémicos del pais que es dificil que no provoque pre- ‘guntas acerca de los resultados obtenidos. ta situacién excepetonal no deja de pre: bilided. EI mismo Merton LA VALIDAGION POR LA TECNICA Cada vex més, por otra parte, se toman estos resultados como el més legitimo eriterlo de titulacién de le validez de una teoria, Esto susclta siempre las protestas de mu thos cientificos, indignados ante tal filisteismo. Pero Ie Historia pone ente nuestros ojos largos cortejos de teo- rias que, una tras otra, fueron primero aceptedas, después esechadas, mientras que hoy endurecemos fa arcilla con fl fuego igual que lo hacia el hombre primitive. Hoy tendemos @ pedirle a una teoria que tenga fecundi dad, vide, més que el que sea verdadera, ya que, como facabamos de decir, nos sentimos fundamentalmente in- Seguros de que podamos llegar a saber si realmente lo es. Y esto es lo que permite que ocurra. tal como vemos todos: Jos dias, que dos teorias contrapuestas coexistan, y, cuan- do una prevalece, no es prueba de que ésta fuese verda- ddera y la otra felsa, sino que una ha sido més poderosa fo ha tenido mejor suerte en su enfrentamiento dialéctico. 96 snromacion Un ratén y un gato son ten verdaderos. tan seres vivos ‘uno como otro, aun cuando sus posibilidades sean distin- tas en el caso de un encuentro, ‘Tales conceptos son particularmente necesarlos para lle- var algin énimo a quienes nos ocupamos de algo tan textremadamente complejo como es el terreno, tanto en ‘su distribucién como en su comportamiento. Pero no nos fautocompadezcamos pensendo que los que se ocupen de ‘otras ramas de la Clencia son Invulnerables a estes angus- tias de la dude. Asi, pues, EINSTEIN (195%) escribié: Las condiciones externas que se manifiesten por medio de los hechos experimentales, no le permiten al cientitico ‘ser demasiado estricto en la construccién de su mundo conceptual mediante la adhesién @ un sistema epistemo- Togico. Por eso tlene que aparecer ante el epistemdlogo sistemético como un oportunista sin escripulos. Y, de una manera més conereta y elaborada, FEYERABEND, ‘en une conferencia pronunciada en Roma en 1981, nos dijo, por su parte: Le recomendacién (que se remonta a Newton, y que todavia es hoy muy popular) de aceptar uno alternative tan s6lo cuando les relutaciones hayan llegado a desacre- diter la teorie hesta el momento ortodoxe, equivale co focar el carro delante del caballo ... Un cientifico que dese meximizar el contenido empirico de los puntos de Vista que sustenta y que qulera comprendarlos tan cle Tamente como sea posible, tiene que introducir, sogun To dicho, otros puntos de vista; es decir, tiene que edop- tar une metodologla plurelista ... Procediendo de esta forme, esteré dispuesto 2 tener en cuenta las teorias ‘acerca del Hombre y del Cosmos que se encuentran en fel Génesis ... Quizd descubra entonces que la teoria de fa evolucién no es tan buena como generalmente se su: pone, y que debe completarse, o sustiturse por completo, por una version corregida y mejoreda del Génesis, Com- Cebido de esta forma, el conocimiento no consiste en une Serie de teorias autoconsistentes que tienden @ converger fon una perspectiva ideal, no consiste en un acercemiento Gradual hacie le verded, Por el contrario, el conocimiento {26 un océano, siempre en aumento, de elternativas in Compatibles entre si (y tal ver inconmensurebles) ... NO hay nede esteblecido para siempre, ningtin punto de vista puede queder omitido en una explicacién comprehensi va... Plutarco, Didgenes, Laercio y no Dirac, o von Neu. mann, son los modelos que representan un conocimiento do este tipo en el que le historia de une rama de la Cien- ‘cia se convierte en parte inseparable de la Ciencla misma. Debemos reflexionar profundamente sobre estos pérrafos de Feyerabend, aun cusndo, como con todos los escritos de este autor, tengamos que buscer la estructura debajo {de los adornos berrocos de su habitual exaltacién LAS CRISIS CIENTIFICAS Y es cierto que la historia de Ia Ciencia es la de las INFORMACION 2 luchas por el predominio de unas toorias sobre otras, ‘més antiguas; luchas que pueden enmarcarse dentro de ‘un esquema, que merece la pena examinar Este examen puede conducl¢nos a interpretaciones. muy diferentes, segin el estado de aninio con ol cual lo em prendamos, Asi pues, Ia versién triunfalista, le més co- man y la més superficial, nos prosenta a la tooria pre- valeciente como dotada de una mucho mayor generalidad que la antigua. EI campo de cuestiones que la nueva teorla puede responder es mucho mayor, y los desarrollos futuros son extensisimos. Pero, pasado algin tlempo,"o bien segin un examen més critico, se llega @ comprobar que la nueva teoria explica mejor tan s6lo une parte de les cuestiones cublertas por la antigua, por lo que es muy frecuente que se llegue @ una sintesis de las dos. La teoria antigua no siempre ha sido desechade, sino que ha sido metabolizeda. Los desarrollos futuros siguen pareclendo importantisimos, 10 cual es facil de aceptar, ya que se trata de un futuro, Pero algunos podrén pensar que la teoria antigua también tenia posibllidad de desarrallas futuros, quién sabe si tan Importantes y, en todo caso, probablemente diferentes, que los de. la nueva teoria. Y det mismo modo que se plensa que es importante no desperdiciar material gené- too, aun el que parezca més inadaptado a las circuns: tancias actuales, pues quizé en 61 se encuentre la clave de la adeptacién a clrcunstancias futuras, no debemos olvidar las teorias derrotadas, siguiendo el consejo de Feyerabend, de que Ia historia de la Cloncle os parte do Ja Ciencia misma, No estaré de més anotar que, en general, la teoria derro- tada no experimenta desarrollos ulterlores, pero que esto no ocurre por puras causas racionales, sino por otras mucho més materiales y administrativas, que cenelizan compulsivamente la bisqueda de nuevos hechos en una direccién. Los posibles continuadores de la teoria prece- dente dificilmente encontrarén créditos para sus experi- mentos, y las revistas prestigiosas no admitiran sus tra- bajos en sus reverenciadas paginas, bien protegida de cus! quier herética desviacién por sus expertos. Siendo Ia historia de la Mecéinica del Suelo muy reciente, podemos rastrear este fenémeno de la canalizacién mu cho mejor que en la Fisica o la Quimica, por ejemplo: no puede negarse quo la ascensién de la Mecénica del Suelo tuvo como consecuencla un cierto abandono de la actitud naturalista, observacional, respecto a los fenémenos del terreno. Es claro, y muchas veces se ha dicho, que ol mismo Terzaghi fue consclente de este perjudicial efecto secundario, y asf, dedicé sus ultimos sos de actividad docente a la Ingenieria Geol6gica. Pero esto no fue sufi lente para reparar el dafo, y hubo un momento en que al cuerpo de doctrina disponible tan s6lo podia aplicarse @ las Arcillas Azules y @ las Arenas Limplas. Y era més préctico rebuscar los antiguos libros. con sus tablas em Piricas de cargas admisibles, cuando nos encontrébamos 97 209 ‘con un caliche, 0 con la ereta, el loess, e! albero, la Isterita © incluso el amplisimo universo de los suelos semisa. turados. Por otra parte, en clerto momento, llegamos a olvidar que ‘existian movimientos esponténeos del terreno que no con- sistfan en corrimientos, preferentemente circulares. Y, por otro lado, el elegante y detallado desarrollo de la ‘teoria de le consolidecién de Tedzaghi, debido a la capaci- ‘dad matematica de Frohlich (TERZAGHI y FROHLICH, 1936) dejé en ta sombra la teoria de BUISMAN (1996), con lo ‘cual la consolidacién secunderia qued6 relegada al papel do ese pariente pobre que todo el mundo sabe que esté, ero que se procura que aparezca poco en las visitas. Lo cual resulta curioso, porque parece que Terzaghi fue mo- vido @ preocuparse por la consolidacién diferida ante el caso de la catedral de KOnigsberg, que sigue asentando desde 1333, fenémeno que, evidentemente, no tiene nada ‘que ver con la teoria hidrodinémica. En cuanto a la aparicion de la Mecénica de las Rocas, puede parecer un cisma sin sentido para un espectador alejado, pero tuvo su justificacion en el desintorés, © incluso’ apartamiento de cualquler problems, programa 0 investigacién que se refiriera a esa clase de materiales. LAS INSTITUGIONES TECNICAS DE INVESTIGACION Todo esto puede traducirse en razones para la existencis de unas instituciones que estén integradas en la estruc- tura de los organismos ejecutores, en este caso, de las Obras Pablicas, do modo que resulte imposible el que se ‘mantengan en la Ignorancia, o aun en la indiferencia, de los problemas reales. Es preciso no dejarse sugestionar por el sofisma de que ‘una institucién as{ debe dedicarse a la Ciencia Aplicada, tras de lo cual se pasa a considerar a ésta una cien menor, de puro desarrollo 0 control, sin mordiente para conseguir un avance verdadero del conocimiento. Este es consecuencle de le polimerizacion, y esto es tan probable, © quizé més, en un conjunto de hechos acopiados a partir de hechos reales, sin previa canalizacién, que en las series de resultados de unos experimentos, consecuencia do un plan diseado para probar o refuter un paradigma prejuzgedo, No existe Ciencia Aplicada, porque la Ciencia es dnica, ya que Unico es el Universo. Lo que si existen son apll: caciones de la Ciencia, y cada una de elles vale por un experimento, siempre que se observe con espiritu clent! fico. La enorme masa de solicitaciones que un Ministerio como el de Obras Publicas. hoy también de Urbanismo, Impone sobre el mundo material, implica un torrente de resultados, de reacciones, de un valor Inmenso, tal como no lo pudieron sofiar Arquimedes o Galileo. Su explote- cidn no necesita medios excesivos, sino principalmente guia y espiritu. 2-210 F @ cabo esta misién: las respuestas de tan gran riimero de sollcltaclones no componen un conjunto acordado, sino un ruido confuso, Hay una fuerte tentacién de concluir que es un ruido blanco del que no pue traerse ninguna consecuencia. Pero esto no es ast y hoy. mas que nunca, no podemos aceptarlo, cusndo hasta los intimos secretos de la vida femplezan a quedar encerrados en e6digos genéticos, cus- litativamente comparables a aquellos con los que alimen- tamos nuestras computadorss. Sin embargo, desde el punto de vista cuantitativo, esta estructura matematica nos resulta inaprehensible dentro de la limitada condicién humana, y, no de manera dis- tinta a cuendo el posta enlaza palabras, que tan sélo lejanamente pueden representar sentimientos, los trete- mientos matemiticos que somos capaces de formular tan s6lo pueden simbolizar modelos simplificados de la r dad. La validez de lo que asi se consigue puede ser muy diferente en cada caso, aunque habitualmente no queda Justificado el pesimismo de Goethe, para quien muchos fenémenos fisicos eran entidades elementales, stributos Inescrutables de la creacién, Y decia: Las mateméticas son como los franceses; todo cuanto se les dice Io tra- ducen @ su idioma transforméndolo en algo completamente distinto Los que nos dedicamos @ la Mecénica del Suelo luchamos e continuo por no separarnos de la pluralidad de la parte del Universo que es objeto de nuestro estudio pero, muy a menudo, la Imagen que conseguimos es tan borrosa que llegamos @ preguntarnos si tiene algun nexo con el mundo exterior. Pero, en esta noche oscura de la inteligencia hay algo ‘que nos salva, y e8 la Técnica, Esa Técnica, hoy més cerca que nunce de la Ciencia, legitima nuestras concepcione nuestros célculos. nuestras teorias. No son combinaciones sofadas las nuestras, porque los suefios no levantan di ques, ni excavan tineles, ni soportan edificios La Técnica es hoy, cuando hemos visto caer tantas bri- liantes concepciones del mundo, la dltima justificacion de la Ciencia, y las teorias de Einstein tan s6lo han dejado de parecer geniales paradojas cuando las centrales nu- cleares han comenzado a producir millones de kllovatios. Pero, en este iltimo ejemplo es en el que esté contenida otra caracteristica de la moderna actitud frente al queha- ccer humano: de eémo une idea cientifica puede vitalizar de un modo inictalmente Impenssble un conjunto de apli- ccaviones précticas. ‘Asi pues, los diferentes elementos que hemos ido exe: ‘minando se articulan en el ciclo tecnolégico que es pre: iso que fluya gil y eficazmente, si queremos que la Ingenieria sea capaz de superar el desafio de cubrir las necesidades futuras del pais. Y este fluir tan sdlo puede lograrse con una proximidad entre los organismos cient ficos y los ejecutores. 98 Le acoleracién del citado ciclo seria suficiente para jus- tiflcar su existencia. En alguna ocasién se ha demostrado ue la diferencia entre el tiempo necesario para la puesta ‘en préctica de una innovacién, llevada a cabo por una Intitucién integrada, 0 por una separada, es de més de dos afios. Tan s6lo esta razén implica el disponer de un cepital suplementerio de dos aos de conocimientos. Pero esto no es lo més importante. Una institucién inde- pendiente recibe la informacion de los resultados, siem- pre de una manera incompleta y con retraso. Siempre le liege a través de un filtro, a veces excesivaments critica otras. adulador, y slempre, de una manera u otra, cen- surado, La observacton de las rescclones del medio natural es una parte fundamental det método clentifico; més ain, es la nica parte autosuficiente, ya que muchos de los avances 's0 han efectuado tan s6lo contando con este medio. Es, puede haber entre que pirity analitico, por lo cual ta facilidad, o mejor, Ia obligatoriedad de la pre sencia de la institucién integrada de Investigacion hace toda la diferenci En el caso de las Clencies del terreno, entided tan varia y heterogénea, tan reluctante a dejarse encerrar en es- quemas abstractos, esta posibilidad de observacién di- recte de los resultedos de Ia splicacién es més necesaria, quizé, que en algunas otras ramas do la Técnica Le Geotecnia, apartada de lo que pudiéramos llamar ac- tividad «clinica», deriva hasta ser una rama més de la Mecénica de los Sélidos, pero probablemente une de las dde menor validez, no sélo préctica, sino también cientfica, dado que los suelos son pseudosélides, con procesos fis ccoquimicos que influyen en su comportamiento de manera ‘en ocasiones predominente. Lf tontacién de olvidarnos do estas circunstancias. nos conduce a una actitud que es puramente regresiva. Es simplemente volver a los tiempos preterzaghianos de Boussinesq y Rankine, aunque se nos presenten disfra- zados, revestidos con los ricos ropajes de los programas de computador. Si hoy la Geotecnia es un ente vivo, es decir, capar de ‘engendrar soluclones a problemas antes nunca propuestes, nuevos procedimientos y nuevas teconologias, es porqu ha llegado a componerse de unas largas cadenas, on las {que encontramos trozos de teorlas matematicas, otros de Mecénica (el paraiso de Leonardo), muchos de Geolo- sia, pero también alguno de Boténica, largos sectores de Fisicoqulmica y todo ello organlzado dentro de una mem- brana, también activa, de Tecnologia. Y, de la misma ma- era que resulta muchas veces més fécil para combatir ‘@ una célula actuar sobre su membrana que intentar enetrar hasta sus cromosomas, no habria manera més sencilla de esterilizar la Geotecnia que el dejar que se momifique su membrana de tecnologias, fo cual no puede ‘ocurrir si existe una Integracion con los organismos eje- cutores,

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