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Índice de tablas
Tabla I.1. Tasas de delitos por semestre (2005-2009) 19
Tabla I.2. Tasa anual de victimización para ciertos delitos (2005-2009) 20
Tabla II.1. Análisis estadístico del Índice de Percepción de Frecuencia Delictiva (2005-
2009). La Frecuencia Delictiva en la Colonia 25
Tabla II.2. Distribución porcentual del IPFD (2005-2009) 26
Tabla II.3. Distribución porcentual de los delitos más nombrados (2005-2009) 28
Tabla II.4. Distribución porcentual de los delitos más nombrados (2005-2009,
continuado.). 28
Este estudio ha sido posible gracias a los generosos financiamientos de la John D. and
Catherine T. MacArthur Foundation. Asimismo parte del financiamiento ha sido
otorgado por el fondo de Investigación básica CONACYT y el fondo del Programa de
Estudios de Seguridad Pública y Estado de Derecho (PESED) del CIDE. Finalmente, un
especial apoyo fue brindado por el CIDE. Sin éste, el proyecto de investigación jamás
hubiese podido concretarse.
Un gran número de colaboradores han participado en la elaboración de este estudio.
La dirección general del proyecto estuvo a cargo del Dr. Rodolfo Sarsfield. En la
asesoría general, participaron el Dr. Marcelo Bergman, el Mtro. Juan Salgado, el Dr.
Carlos Vilalta-Perdomo, el Dr. José Antonio Caballero, la Dra. Ana Laura Magaloni, el
Dr. Gustavo Fondevila, y la Dra. Elena Azaola. El diseño de la muestra, el trabajo de
campo y procesamiento fueron realizados por la consultora BIMSA-IPSOS. Es
importante considerar un agradecimiento especial a María José Gentili de BIMSA-
IPSOS.
Han también colaborado en distintos aspectos de la asistencia de investigación
Alejandro Miller, Gerardo Covarrubias y Miguel Quintana.
A todos ellos, y a los innumerables colaboradores del PESED, ¡muchas gracias!
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Esta tendencia de ascenso se confirmó durante 2009. Aunque los datos recabados en los
dos levantamientos de la ENVEI en 2009 no permiten afirmarlo de manera contundente, la
recesión económica mundial (que repercutió en la economía mexicana especialmente en
lo concerniente al cierre de puestos de trabajo existentes y a las limitaciones en materia
de generación de nuevos empleos entre fines de 2008 y casi todo 2009) parece ser el
factor desencadenante del aumento de los delitos a partir de 2008.
El aumento de los índices delictivos durante 2009 fue mayor en el Estado de México que
en el DF. Así, en el Estado de México, el índice de delitos totales durante 2009 creció
aproximadamente un 33%, mientras que en el Distrito Federal, tal incremento se limitó a
menos del 5 %.
También es importante destacar que los datos de 2009 muestran un preocupante
incremento de los delitos violentos, tanto en el Distrito Federal como en el Estado de
México. Unas pocas cifras de esta investigación revelan que los delitos en los que se ejerce
alguna forma de violencia crecieron en el DF de 18.56 % en 2008 al 21.52 % en 2009.
Asimismo, en el Estado de México también hubo un importante incremento de incidencia
en este rubro: mientras que en 2008 hubo un 16.49 % de hogares que sufrieron por lo
menos un delito con violencia, esa cifra se incrementó al 22.59 % en 2009.
Los índices y las tasas de victimización no captan todo el volumen delictivo de un área
determinada. En primer lugar, porque no todos los delitos están incluidos dentro de lo
que se puede preguntar mediante la encuesta –el homicidio, por ejemplo. En segundo
lugar, porque lo que se toma es la victimización por hogar y no por individuo. Si se
considera este hecho en conjunción con que se está presentando el porcentaje de hogares
que sufrió al menos un delito –y no se cuentan por separado todos los delitos que
sufrieron miembros de ese hogar- el panorama se vuelve aún más preocupante.
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Capítulo 4. Justicia
Dentro de una tendencia de relativa estabilidad durante la serie desde 2006,2 la medición
del índice de confianza en la justicia de 2009 muestra una leve caída respecto a 2008,
saliendo del patrón de no cambio observado durante 2008. Al comparar el Distrito Federal
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El nuevo módulo incorporado a la encuesta en el año 2008 –expectativa de victimización y temor- permite
indagar con mayor profundidad en este análisis y generalmente refuerza los hallazgos previos aunque no
siempre ocurre una perfecta correspondencia entre ambos tipos de medidas. Sólo a partir de las próximas
encuestas se podrán establecer tendencias a partir de estos últimos indicadores como se ha hecho con los
que se implementaron desde el inicio de la encuesta.
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La batería de preguntas con las que se construyó el índice de justicia fue incluida en el 2006. Por ello, no se
cuenta con datos para 2005.
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Capítulo 5. Impunidad
La principal conclusión a la se puede llegar con los datos en esta materia, es que la
mayoría de los ciudadanos piensa que para las infracciones tales como pasar un alto, usar
el celular mientras se maneja, robar una certera o bolsa, colgarse de un “diablito”, vender
productos pirata e incluso vender drogas, quién las cometa puede evitar una sanción por
medio del soborno (“pagando una mordida”). Este hallazgo es robusto y ocurre de forma
similar para quienes viven en el Distrito Federal y en el Estado de México, para hombres y
mujeres, e incluso para los dos extremos de ingreso que se han analizado en el estudio.
Del mismo modo, otro hallazgo robusto detectado es que sin importar el lugar donde viva
el ciudadano, ni su sexo, ni el ingreso que perciba su hogar, piensa que quién comete
infracciones graves tales como un fraude o abusar sexualmente de una persona, va a sufrir
una sanción grave.
Es de notar la respuesta mayoritaria de la creencia de los ciudadanos de lo que ocurre con
quien comete una infracción tal como no pagar los impuestos. Los ciudadanos del DF, los
hombres y quienes tienen un ingreso menor de tres salarios mínimos creen que quién
cometa esta infracción va a recibir una sanción grave. En contraste, las mujeres, quienes
viven en el Estado de México y los ciudadanos con mayores ingresos piensan que quién
cometa esta infracción puede evitar sanción por medio del soborno. De todos modos, el
hallazgo más fuerte de este módulo del cuestionario es que los ciudadanos manifiestan
una importante sensación de que predomina la impunidad en la sociedad.
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Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional (tasas anuales, 2005-2009). N: 2005 = 1696 (DF),
1808 (EDOMEX); 2006 = 1515 (DF), 1537 (EDOMEX); 2007 = 1478 (DF), 1502 (EDOMEX); 2008 = 1530 (DF),
1492 (EDOMEX); 2009 = 1501 (DF), 1523 (EDOMEX).
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional (tasas anuales, 2005-2009). N: 2005 = 1696 (DF),
1808 (EDOMEX); 2006 = 1515 (DF), 1537 (EDOMEX); 2007 = 1478 (DF), 1502 (EDOMEX); 2008 = 1530 (DF),
1492 (EDOMEX); 2009 = 1501 (DF), 1523 (EDOMEX).
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Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional (tasas anuales, 2005-2009). N: 2005 = 1696 (DF),
1808 (EDOMEX); 2006 = 1515 (DF), 1537 (EDOMEX); 2007 = 1478 (DF), 1502 (EDOMEX); 2008 = 1530 (DF),
1492 (EDOMEX); 2009 = 1501 (DF), 1523 (EDOMEX).
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional (tasas anuales, 2005-2009). N: 2005 = 1696 (DF),
1808 (EDOMEX); 2006 = 1515 (DF), 1537 (EDOMEX); 2007 = 1478 (DF), 1502 (EDOMEX); 2008 = 1530 (DF),
1492 (EDOMEX); 2009 = 1501 (DF), 1523 (EDOMEX).
Hasta este momento, todos los índices están siguiendo una tendencia similar –aumento
muy importante en 2008 y 2009 luego de cierta estabilidad en los años anteriores. Los
datos que registra el índice de delitos violentos no es una excepción. También se registra
el fenómeno aludido de efecto escalón. Al comparar la media de los dos periodos con
patrones diferentes en los tres anteriores delitos, se puede identificar el mismo
comportamiento para los delitos violentos. La media de este índice en el primer lapso
aludido (2005-2007) es de 10.4 % en el Distrito Federal y de 12 % para el Estado de
México. Ambas medias aumentan en el segundo periodo ya referido (2008-2009) a 20.5 %
y 19.5 % respectivamente. Ambas cifras indican que el número de delitos en los que se
amenaza o se cometen con violencia se han duplicado para ambas entidades federativas
(esto más evidente para el caso del DF). Finalmente, baste con señalar que, en promedio,
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2. Tasas delictivas
Como ha sido señalado en anteriores informes, esta encuesta no está diseñada para
cuantificar el número de delitos ocurridos en el Distrito Federal y el Estado de México.
Para tener una buena precisión desagregada de la cantidad de robos, agresiones u otros
delitos ocurridos, se requiere de una encuesta de más de 10,000 entrevistas por año. La
muestra de esta encuesta es de 3,000 casos anuales, un número de entrevistas que sí
permite claramente definir tendencias, analizar cambios y estimar magnitudes. La
fortaleza de la ENVEI entonces está en las tendencias y no en las cantidades.
Sin embargo, dada la homogeneidad del instrumento (se aplica siempre en las mismas
semanas del año, con un mismo período de referencia, en las mismas poblaciones, y con
las mismas modalidades) se pueden estimar algunas tasas de victimización, que se
mueven dentro de un margen establecido por los intervalos de confianza.
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Esta relación en el 2008 era de poco menos de una de cada cuatro personas, lo que muestra el incremento
de este tipo de delito durante 2009.
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Delito 2005 I 2005 II 2006 I 2006 II 2007 I 2007 II 2008 I 2008 II 2009 I 2009 II
Robo de autos 5 4.4 7 3.1 4.1 3.3 4.2 5.8 7.1 7
*
5
Robo o intento 19.1 18.8 18.5 20.6 12.5 13.2 22.5 19.4 24.1 25.7
4
de autoparte *
Robo a casa 2.1 2.9 2.3 2.7 2.2 2 2.3 3.7 3.4 3.6
Robo a 7 4.6 5.7 7.1 7.9 6.2 11.32 14.17 27.5 34.4
persona
Secuestro 0.4 0.5 0.3 0.1 0.3 0.1 0.2 0.7 0.2 1
Agresión 3.4 2.8 2.4 2.4 1.3 3.3 2.9 4.3 4.5 8.2
Respecto al robo de autos es posible decir que hubo un leve aumento entre los dos
semestres de 2009 y el último semestre de 2008, lo que sigue el patrón observado
respecto a la comparación entre 2007 y 2008 en el anterior informe. Esta tasa de aumento
se estabiliza en el segundo semestre de 2009. En términos de tendencia, podemos decir
que el robo de autos aumentó desde el 2006 a 2009.
En términos del robo de autopartes (o intento de robo), también encontramos un
aumento considerable entre los datos de 2008 y los datos de 2007. Lo mismo se observa
al comparar 2008 y 2009.
El robo a casa presenta un incremento importante en el segundo semestre de 2008, que
parece mover una tendencia que (usualmente) está alrededor de 2% o 2.5% hacia cifras
de más de 3.5% en el segundo semestre de 2008 y durante ambas mediciones de 2009. Un
hallazgo preocupante se observa con la tasa de agresión, la cual se duplica en el segundo
semestre de 2009 respecto a la primera medición de ese año. Ésta tasa había mostrado ya
un aumento considerable para el segundo semestre de 2008.
4
Esta caída en la tasa es producto de una modificación de la pregunta en el año 2007. En los dos años
anteriores la pregunta de robo de autopartes contenía además el robo de efectos personales que habían
sido dejado en el auto. Para el 2007 estos robos son capturados en robo personal mientras que en la
categoría robo de autopartes sólo se incluyen solamente las partes del auto robadas.
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Robo o intento de 18.95 19.55 12.85 20.95 24.90
autoparte *
Robo a casa 2.50 2.50 2.10 3.00 3.50
Robo a persona 5.80 6.40 7.05 12.75 30.94
Esta caída en la tasa es producto de una modificación de la pregunta en el año 2007. En los dos años
anteriores la pregunta de robo de autopartes contenía además el robo de efectos personales que habían
sido dejado en el auto. Para el 2007 estos robos son capturados en robo personal mientras que en la
categoría robo de autopartes sólo se incluyen solamente las partes del auto robadas.
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3. Conclusión
Durante los primeros tres años –o seis vueltas- de la Encuesta de Victimización y Eficacia
Institucional las cifras delictivas –tanto a partir de índices agregados como en las tasas de
delitos específicos- se mantenían dentro de un rango razonable de varianza. Sin embargo,
a partir de 2008 hubo un aumento muy importante de la victimización, tanto en general
como en algunos delitos particulares que no sólo se sostuvo sino que se incrementó en
algunos tipos de delitos.
Esto puede significar que, dentro de un entorno general de aumento, el crecimiento en el
delito captado por la encuesta ha sido más pronunciado en 2009 que en 2008. Asimismo,
tal aumento ha sido particularmente importante en algunos delitos tales como el robo
personal, la agresión y el robo de autopartes. 7
Los índices y las tasas de victimización permiten establecer tendencias, particularmente si
se cuenta con varias mediciones sucesivas, como en este caso. En esta línea de
razonamiento, las políticas del control del delito tanto en el Distrito Federal como en el
Estado de México definitivamente no han tenido resultados favorables.
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Como ya se ha dicho, los índices y las tasas de victimización no captan todo el volumen delictivo de un área
determinada. En primer lugar porque no todos los delitos están incluidos dentro de lo que se puede
preguntar mediante la encuesta –el homicidio, por ejemplo. En segundo lugar porque lo que se toma es la
victimización por hogar y no por individuo. Si se considera este hecho en conjunción con que se está
presentando el porcentaje de hogares que sufrió al menos un delito –y no se cuentan por separado todos los
delitos que sufrieron miembros de ese hogar- el panorama se vuelve aún más preocupante.
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El índice tiene una distribución centrada en 3, lo que significa que en promedio, aproximadamente, los
entrevistados reportan la comisión “frecuente o muy frecuente” de por lo menos 3 delitos en su colonia.
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Mínimo 0 0 0 0 0
Máximo 13 12 13 13 13
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En donde se reflejan los datos de más de un año, corresponden a las encuestas realizadas en el segundo
semestre de cada año.
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Esta inferencia parte del supuesto de que las personas que viven en las mismas colonias tienen una
percepción similar respecto a cuán frecuente son los delitos en el lugar en que viven.
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Año 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13
2005 17.69 15.09 14.36 14.10 12.17 9.11 6.72 4.59 2.53 2.19 0.53 0.40 0.33 0.20
2006 19.50 16.66 17.82 14.46 9.23 7.04 6.39 2.97 2.65 1.42 1.10 0.39 0.39 0.00
2007 24.83 14.11 13.45 12.05 7.59 7.99 4.93 3.86 4.59 3.60 1.33 0.47 0.33 0.87
2008 23.59 15.96 13.72 9.83 9.02 7.48 5.61 4.31 4.35 1.92 1.69 1.35 0.41 0.79
2009 17.39 14.80 13.93 12.67 12.14 9.02 7.30 4.71 3.25 2.39 0.93 0.9 0.5 0.0
Los datos confirman que hay un “desplazamiento” del valor de los porcentajes hacia la
derecha del continuo de arriba. El porcentaje de quienes creían que ningún delito (0) era
“frecuente o muy frecuente” cae de 23.59 % en 2008 a 17.39 % en 2009. Lo mismo ocurre
con quienes pensaban que un delito (1) era habitual: de 15.96 % en 2008 desciende a
14.8%. Con quienes percibían que eran frecuentes o muy frecuentes dos delitos (2) se
observa un aumento - aunque muy pequeño.
El total de estos tres grupos cae de 53.27 % en 2008 a 46.12 % en 2009. Esto, en otras
palabras, significa que en 2009 disminuyó el número de encuestados que eran optimistas
respecto al número de delitos frecuentes. Al mismo tiempo, durante 2009 se observa un
aumento de los encuestados que piensan que de 4 a 7 delitos son frecuentes o muy
frecuentes.
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Estrictamente hablando, por ejemplo, una riña o un consumo de alcohol en la calle son faltas.
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Año Riñas entre Asaltos a la gente que Vandalismo Secuestros Disparos de Robos en
vecinos camina por las calles arma casa
Tabla II.4. Distribución porcentual de los delitos más nombrados (2005-2009, continuado.).
Es destacable que, a diferencia de lo observado en 2008 (en el que todos los delitos - con
excepción de las violaciones - fueron percibidos con mayor frecuencia), en 2009 el
panorama es más heterogéneo. Así, se observa una leve baja en cuán frecuente creen las
personas que ocurren la venta de drogas, las violaciones, el consumo de alcohol o drogas
en las calles y el robo de niños.
Al lado de estas percepciones “optimistas”, sin embargo, los datos muestran que las
percepciones sobre la frecuencia de los demás delitos no sólo crecen en 2009 sino que,
para el caso de tres delitos específicos, lo hace de un modo preocupante: de un 26 al 34%
para riñas entre vecinos, del 42 al 52% en asaltos a la gente que camina por la calle y de
un 35 a un 43% para vandalismo. Estos datos hablan de una réplica de lo observado en
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Tabla II.5. Percepción de Frecuencia Delictiva por Entidad Federativa (%, 2009)
DF 46.7 34.8
OBSERVACIÓN: Sólo se reportan los delitos que superan los 5 puntos porcentuales como lo indica el informe
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OBSERVACIÓN: Sólo se reportan los delitos que superan los 5 puntos porcentuales como lo indica el informe
En lo que se refiere a las percepciones sobre frecuencia delictiva durante 2009, al analizar
las diferencias en los delitos reportados como frecuentes por nivel de ingreso, los datos
muestran que la riña entre vecinos, los actos de vandalismos y las llamadas extorsivas son
los delitos que presentan las mayores diferencias. Los sigue la venta de drogas al
menudeo, robo de autos en la calle y los disparos de arma de juego. Respecto a la
dirección de la relación entre percepciones sobre frecuencia delictiva y nivel de ingreso, se
observa que las riñas entre vecinos, los actos de vandalismo, la venta de drogas al
menudeo y los disparos de arma de fuego son percibidos como más frecuentes entre los
que tienen menor ingreso, mientras que los robos de autos en las calles y las llamadas
extorsivas son vistos como más habituales por los encuestados de mayor ingreso. Esto
muestra que hay delitos típicamente percibidos por clase social, los cuales representan las
condiciones de vida distintas de los ciudadanos a las que conduce el nivel de ingreso.
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La formulación explícita de la pregunta en el cuestionario es “Dígame por favor, ¿qué tan seguro se siente
usted cuando se traslada a su trabajo / escuela / hacer sus compras, Muy seguro, Algo seguro, Poco seguro o
Nada seguro?”
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“Y, qué tan seguro se siente aquí, en su casa cuando llega a estar solo: ¿Muy seguro, Algo seguro, Poco
seguro o Nada seguro?”
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2005 (1ª y 2006 (3ª y 2007 (5ª y 2008 (7ª y 2009 (9° y
2ª vuelta) 4ª vuelta) 6ª vuelta) 8ª vuelta) 10° vuelta)
Sensación de seguridad 2.75 2.82 2.81 2.72 2.62
en la vía pública
Sensación de seguridad 3.09 3.17 3.15 3.22 3.13
en la casa solo de noche
Sensación de seguridad 2.92 2.99 2.98 2.97 2.88
promedio
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional (2005-2009).
Un primer hallazgo que arroja el análisis del índice a lo largo de la serie histórica 2005-
2009 es que la sensación de seguridad promedio de toda la muestra se ha mantenido
relativamente estable durante los cinco años en que se ha levantado la encuesta.
Confirmando lo hallado en anteriores informes. las únicas diferencias sustantivas se
aprecian entre los promedios del 2005 y del 2006, donde se registró un ascenso en el
promedio de sensación de seguridad en ambos contextos –vía pública y casa- y entre el
2007 y el 2008, donde el promedio general se mantuvo igual debido a que la baja en la
media de sensación de seguridad en la vía pública fue compensada por un aumento de la
sensación de seguridad del individuo cuando está solo en su casa. Cabe agregar que
durante 2009 hay una leve caída en la sensación de seguridad en ambos ámbitos.
Un patrón que persiste a lo largo de los cinco años medidos, es que los individuos tienden
a sentirse más seguros estando solos en sus casas de noche que en la vía pública cuando
se trasladan a la escuela, trabajo, compras, etc. Recordando que las categorías toman
valores de 1 a 4, podría decirse que, en esta situación, los individuos están más próximos a
sentirse “muy seguros” que “poco o nada seguros”. De todos modos, como examinamos a
continuación la estabilidad de este índice, en términos generales, esconde diferencias
importantes entre sub-grupos dentro de la muestra.
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Tabla II.9. Sensación de seguridad por sexo (2009, tasa anual, toda la muestra)
Hombre Mujer
Sensación de seguridad en la 2.73 2.52
vía pública***
Sensación de seguridad en la 3.25 3.03
casa solo de noche***
Sensación de seguridad 2.99 2.78
(promedio)***
*: Significativo a nivel 0.1; **: Significativo a nivel 0.05; ***: Significativo a nivel 0.01
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional 9ª y 10ª vuelta (2009).
Otro hallazgo que se observa es que los hombres manifiestan, también en ambos
entornos, un mayor nivel de sensación de seguridad que las mujeres. De esto se deriva
que las mujeres se sienten más vulnerables en términos generales que los hombres. Es
importante indicar que estas relaciones, así como también las diferencias que se señalan
antes con respecto a las entidades federativas, persisten a lo largo de las sucesivas vueltas
de la encuesta.
Tabla II.10. Sensación de seguridad por nivel de ingreso (corte: 3 salarios mínimos, 2009)
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No víctima Víctima
Sensación de seguridad en la 2.74 2.49
vía pública***
Sensación de seguridad en la 3.21 3.05
casa solo de noche***
Sensación de seguridad 2.98 2.77
(promedio)***
*: Significativo a nivel 0.1; **: Significativo a nivel 0.05; ***: Significativo a nivel 0.01
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional 9ª y 10ª vuelta (2009).
Finalmente - siguiendo el mismo patrón que en 2008 - los encuestados de hogares que
han sido víctimas de al menos un delito manifiestan una mayor sensación de inseguridad
que quienes no fueron victimizados durante el 2009. Estas diferencias, nuevamente, son
estadísticamente significativas.
Al integrar las diferencias entre varios subgrupos de población observadas arriba - para
establecer el perfil socio-demográfico de los encuestados que sienten menor seguridad –
pueden resumirse en que es más probable que un individuo se sienta menos seguro –en
su casa o en la vía púbica- si se trata de una mujer de un hogar de bajos ingresos del
Estado de México y si vive en un hogar que ha sido victimizado en el último año que si es
un hombre de un hogar de altos ingresos del Distrito Federal que no ha sufrido ningún
delito. Estos perfiles de menor y mayor sensación de seguridad son idénticos a los
identificados en 2008.
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La tabla superior indica que los encuestados sienten que es más probable ser víctima de
algunos delitos que de otros. Por ejemplo, mientras que más del 50% siente que es algo o
muy probable que les arrebaten algo en la calle o que les roben el auto (entre los que
tienen coche), solo alrededor del 26% siente con este mismo énfasis que será abusado
sexualmente sin su consentimiento o que será maltratado o golpeado por la policía. La
lectura de las medias permite una comparación más directa de cada una de las opciones:
por ejemplo, el hecho de que la respuesta promedio para la situación de que le arrebaten
algo en la calle sea 3.27 y la de ser tocado sexualmente sea 2.37 indica que los
encuestados creen que es más probable ser víctima del primer evento que del segundo.
Sobre este punto es necesario insistir en una aclaración que ya se presentaba en el
informe anterior. En primer lugar, la expectativa de ser víctima de algún delito de índole
sexual contiene una clara diferenciación por sexo. Mientras que sólo el 16% de los
hombres estiman algo o muy probable que serán víctimas de este delito, lo mismo se
aplica a casi un tercio de las mujeres, o sea, el doble. La segunda aclaración que debe
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Para las otras variables no se reproducirán las tablas sino que simplemente se mencionará qué sub-grupo
tiene una media superior y si esa diferencia es estadísticamente significativa.
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b. Que sea atacado por un extraño en la calle sin Distrito Federal 1496 3.12 .07
motivo aparente***
Estado de México 1518 3.05
c. Que le roben el auto (si tiene)** Distrito Federal 948 3.34 .17
d. Que alguien lo toque sexualmente sin su Distrito Federal 1496 2.42 .09
consentimiento*
Estado de México 1502 2.33
e. Que alguien entre a su casa cuando hay gente Distrito Federal 1500 2.60 .11
adentro*
Estado de México 1517 2.49
f. Que sea maltratado o golpeado por la Distrito Federal 1500 2.44 .02
policía***
Estado de México 1511 2.46
*: Significativo a nivel 0.1; **: Significativo a nivel 0.05; ***: Significativo a nivel 0.01
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, 9ª y 10ª vuelta (2009).
4. Temor
En este apartado se analiza el grado de temor que tienen los encuestados a la situación de
ser víctimas de distintos delitos. Para cuantificar este temor se utilizan los mismos seis
tipos de delitos que se usan en la batería referida a expectativa de victimización. La
diferencia entre ambas dimensiones es que la primera mide cuánta probabilidad le asigna
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5. Conclusión
Las sucesivas mediciones de la serie de tiempo de la encuesta muestran que no han
habido grandes cambios respecto a la sensación de seguridad medida de modo directo. Lo
que sí se percibe es que hay diferencias sustanciales entre la sensación de seguridad que
profesan ciertos sub-grupos dentro de la muestra. Por ejemplo, ésta es mayor en el DF
que en el Estado de México; los hombres se sienten más seguros que para las mujeres; la
sensación de seguridad es mayor entre los individuos de mayores recursos que para
aquellos de menores estratos socio-económicos; los encuestados que no han sido víctimas
de algún delito se sienten más seguros que aquellos que lo fueron.
42
42
1. Índices
43
43
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, tasas anuales (2005-2009). N: 2005 = 1589 (DF),
1693 (EDOMEX); 2006 = 1446 (DF), 1677 (EDOMEX); 2007 = 1209 (DF), 1282 (EDOMEX); 2008 = 1360 (DF),
1355 (EDOMEX); 2009 = 1405 (DF), 1427 (EDOMEX).
44
44
15
Una ventaja metodológica de entrevistar a víctimas que si hicieron la denuncia - a diferencias de víctimas
que no lo hicieron o a personas que no fueron víctimas - es que sus percepciones sobre el desempeño
mostrado por la policía y/o el Ministerio Público son informadas, a diferencia de un ciudadano que, aunque
también porta una percepción sobre cada una de estas instituciones, no tiene bases informacionales
directas y, por lo tanto, es más probable que estén influidas por impresiones en función de prejuicios, lo que
ha escuchado que otros dicen, o por los medios de comunicación.
45
45
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, tasas anuales (2005-2009). N: 2005 = 55 (DF), 67
(EDOMEX); 2006 = 44 (DF), 55 (EDOMEX); 2007 = 52 (DF), 45 (EDOMEX); 2008 = 113 (DF), 78 (EDOMEX);
2009 = 126 (DF), 109 (EDOMEX).
46
46
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, tasas anuales (2005-2009). N: 2005 = 60 (DF), 60
(EDOMEX); 2006 = 49 (DF), 60 (EDOMEX); 2007 = 47 (DF), 50 (EDOMEX); 2008 = 101 (DF), 52 (EDOMEX);
2009 = 121 (DF), 91 (EDOMEX).
47
47
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional (tasa anual, 2005-2009). N: 2005 = 115
(DF), 127 (EDOMEX); 2006 = 93 (DF), 115 (EDOMEX); 2007 = 99 (DF), 95 (EDOMEX); 2008 = 214
(DF), 130 (EDOMEX); 2009 = 247 (DF), 200 (EDOMEX)
16
El Índice de Satisfacción Total de Víctimas agrega de manera ponderada las víctimas que acudieron a la
Policía con aquellas que lo hicieron con el Ministerio Público. Se decidió construir este índice agregado para
incluir más casos y hacer más confiable la medición. Conceptualmente es una evaluación integrada de
ambas instituciones.
48
48
2. Análisis
Tabla III.2. Protección de los ciudadanos contra los delincuentes (2009, toda la muestra)
Calificaciones Porcentaje
MUY MAL 19.0
MAL 36.8
NI BIEN NI MAL 18.0
BIEN 23.5
MUY BIEN 2.8
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, 9ª y 10ª vuelta (2009). N= 3006.
49
49
Calificaciones Porcentaje
MUY MAL 20.6
MAL 34.7
NI BIEN NI MAL 13.9
BIEN 26.2
MUY BIEN 4.6
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, 9ª y 10ª vuelta (2009). N= 3019.
Hay una mayor opinión positiva respecto a la frecuencia con que la policía patrulla las
calles (31 %) que en cuanto sobre si aquella protege o no a la ciudadanía (26 %)
Finalmente, quienes tienen una opinión indiferente (“ni bien ni mal”) oscilan entre casi el
14 % (frecuencia de patrullaje) y el 18 % (la policía protege a los ciudadanos).
Calificaciones Porcentaje
MUY MAL 25.7
MAL 33.7
NI BIEN NI MAL 16.9
BIEN 20.6
MUY BIEN 3.1
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, 9ª y 10ª vuelta (2009). N= 2865.
50
50
Calificaciones Porcentaje
MUY MAL 13.6
MAL 22.6
NI BIEN NI MAL 24.4
BIEN 34.3
MUY BIEN 5.1
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, 9ª y 10ª vuelta (2009). N= 2963
51
51
17
En la encuesta originalmente hay dos categorías más: las 7 a 10 salarios mínimos, de 10 a 30 S.M. y más de
30 S.M. han sido subsumidas en una única categoría que incluye a todos los que ganan más de 7 salarios
mínimos. Todas las demás categorías de niveles de ingreso mantienen su codificación original. Se ha
reducido el número de categorías para simplificar la lectura de las tablas y por la escasa cantidad de casos
disponibles en las categorías de más altos ingresos.
52
52
Estado de México
20.1 37.7 17.5 22.3 2.5
Sexo Hombre
17.7 36.7 18.5 24.5 2.5
Mujer
20.0 36.9 17.5 22.6 3.0
Variable Categorías
Evaluación (%)
1-3 S.M.
17.7 38.9 17.3 23.7 2.4
3-5 S.M.
20.4 37.0 15.9 23.9 2.9
5-7 S.M.
22.0 32.7 17.8 24.3 3.3
Más de 7 S.M.
18.5 37.8 18.5 20.0 5.2
Fue victimizado
22.4 39.1 17.0 19.5 1.9
*Significativo a nivel 0.1; ** Significativo a nivel 0.05; *** Significativo a nivel 0.01
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, 9ª y 10ª vuelta (2009).
53
53
54
54
Sexo Hombre
20.0 34.7 13.9 26.9 4.4
Mujer
21.0 34.7 14.0 25.7 4.7
1-3 S.M.
20.0 38.4 13.0 25.7 3.0
3-5 S.M.
22.5 32.7 13.9 26.4 4.5
5-7 S.M.
15.0 35.0 11.2 31.3 7.5
Más de 7 S.M.
17.0 28.9 13.3 28.9 11.9
Victimización*** No fue
18.3 31.8 14.7 29.8 5.4
victimizado
Fue
22.7 37.5 13.2 22.8 3.7
victimizado
*Significativo a nivel 0.1; ** Significativo a nivel 0.05; *** Significativo a nivel 0.01
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, 9ª y 10ª vuelta (2009).
Un primer hallazgo de este indicador es que los encuestados del Distrito Federal tienen
una mejor opinión de la frecuencia con que la policía patrulla las calles de la colonia
comparados con los individuos del Estado de México. Estas diferencias son
estadísticamente significativas. Este resultado invierte lo encontrado en 2008 con este
indicador. Por otra parte, la distribución de respuestas de hombres y mujeres es
prácticamente equivalente en lo que a este aspecto se refiere.
55
55
56
56
Sexo Hombre
23.2 34.4 18.3 21.2 2.9
Mujer
20.0 36.9 17.5 22.6 3.0
1-3 S.M.
24.2 33.6 18.6 21.3 2.4
3-5 S.M.
25.4 35.0 16.6 20.0 2.9
5-7 S.M.
23.8 31.3 21.0 21.5 2.3
Más de 7 S.M.
23.0 31.9 17.8 21.5 5.9
Victimización*** No fue
21.3 32.7 19.0 23.3 3.7
victimizado
Fue
30.0 34.7 14.8 17.9 2.6
victimizado
*Significativo a nivel 0.1; ** Significativo a nivel 0.05; *** Significativo a nivel 0.01
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, 9ª y 10ª vuelta (2009).
Tabla III.9. Evaluación del trato y respeto según diversas variables, 2009.
Sexo Hombre
12.3 24.0 24.8 34.3 4.6
Mujer
14.6 21.5 24.1 34.4 5.4
1-3 S.M.
14.5 22.7 24.7 34.5 3.5
3-5 S.M.
16.6 25.6 20.9 32.9 3.9
5-7 S.M.
7.9 18.2 20.6 46.3 7.0
Más de 7 S.M.
9.6 19.3 18.5 39.3 13.3
Victimización*** No fue
12.5 20.8 23.3 37.3 6.1
victimizado
Fue
14.6 24.3 25.5 31.5 4.0
victimizado
*Significativo a nivel 0.1; ** Significativo a nivel 0.05; *** Significativo a nivel 0.01
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, 9ª y 10ª vuelta (2009).
Respecto al indicador sobre trato y respecto, se manifiesta una diferencia robusta entre
los encuestados del Distrito Federal y los del Estado de México, siendo la evaluación
promedio de los primeros más alta que la de los últimos. Por ejemplo, mientras que el 31
% de los encuestados del DF consideran que, en este aspecto, el desempeño de la policía
58
58
Tabla III.10. ¿Han sido víctimas o testigos de los siguientes actos? 2009.
La forma de abuso policial más recurrente durante el 2009 fue – al igual que durante 2008
- el pedido o sugerencia de mordidas: uno de cada tres encuestados o bien lo sufrió
59
59
3. Conclusión
La evaluación de la policía por parte de todos los ciudadanos, medida por el índice de
Satisfacción Ciudadana que capta la encuesta, se ha mantenido relativamente constante
desde las primeras ediciones de la misma hasta el presente (2005-2009). Existen para
2009, no obstante, algunas diferencias estadísticamente significativas según entidad
federativa en dos indicadores (1. si la policía protege a los ciudadanos y 2. trato y respeto),
ambos mostrando una mejor evaluación del accionar policial entre los encuestados del
Distrito Federal comparados con los ciudadanos del Estado de México. Asimismo, se
encuentra otra diferencia estadísticamente significativa en cuanto a si el individuo o
alguien en su hogar ha sido víctima de un delito o no –las víctimas tienen una evaluación
más negativa de la policía que las no víctimas.
Por otra parte, las víctimas están - en términos generales - menos satisfechas con el
desempeño del Ministerio Público que con el de la Policía. Tanto estos índices como la alta
frecuencia de denuncias de distintas formas de abuso policial –uno de cada tres
encuestados, por ejemplo, sufrió personalmente o presenció un pedido o sugerencia de
mordida en el 2009, lo que mantiene los datos observados en 2008 - sugieren que las
policías tienen un amplio margen para mejorar en lo que hace a su relación con la
ciudadanía. De todos modos, aún no se vislumbra un deterioro de esta evaluación a pesar
del crecimiento de las tasas delictivas en el último año. Habrá que ver en encuestas
posteriores si hay un efecto “retrasado” de este aumento de la criminalidad en cuanto a la
evaluación de las instituciones de seguridad y orden público.
60
60
1. Percepción
Con el propósito de medir la confianza en la justicia en términos de las percepciones que
de ella tienen los individuos, se han construido un índice para calificar dicho rendimiento
compuesto de cuatro dimensiones y sus respectivos indicadores.
1. Eficacia: la probabilidad de que la justicia resuelva eficazmente un problema del
ciudadano. En este caso, las opciones son: nada probable (1), poco probable (2),
algo probable (3) y muy probable (4).
2. Trato justo: la probabilidad de que el ciudadano reciba un trato justo en su
experiencia con la institución judicial. Esta pregunta repite las opciones del
componente anterior: nada (1), poco (2), algo (3) o muy probable (4).
3. Honradez: cuán honrados creen los ciudadanos que son los jueces. Las opciones
para esta pregunta también son entre 1 y 4 en orden ascendente –mayor puntaje,
mejor evaluación: nada honrados (1), poco honrados (2), algo honrados (3) o muy
honrados (4).
4. Imparcialidad: cuán imparciales creen los ciudadanos que son los jueces. Las
respuestas posibles son: nada imparciales (1), poco imparciales (2), algo
imparciales (3) o muy imparciales (4).
Como se puede apreciar, en todos los componentes del índice, un mayor puntaje implica
una mejor evaluación del desempeño de la justicia. Para la construcción del índice hemos
reconvertido estas categorías a una escala de 0 a 10, donde el 1 en la escala anterior
corresponde a 0 en la nueva; un valor de 2 en la anterior equivale a 3.33 en la siguiente; 3
en la original es igual a 6.66 en la nueva escala y un 4 en la escala previa corresponde a la
calificación máxima, 10.
Cada uno de estos componentes es promediado, con idéntica ponderación, para obtener
el índice de confianza en la justicia. En el análisis a continuación, mostramos la evolución
61
61
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, tasa anual (2006-2009). N: 2006 = 3118; 2007 =
2708; 2008 = 2769; 2009 = 2846.
Como se puede ver en el Gráfico IV.1, el valor del índice de confianza en la justicia
muestra un leve descenso comparado con 2008, dentro de un panorama previo de
estabilidad (2008) o ascenso (2007). Cabe indicar que la batería de preguntas con la cual
se construyó el mismo comenzó a aplicarse en 2006. Por lo tanto, no existe medición para
2005.
Analizando la serie de cuatro años del índice, se observa que el índice de confianza en la
justicia no se modificó entre 2007 y 2008, y que tal calificación experimentó un claro
ascenso entre 2006 y 2007. Más allá de que el punto de origen era una evaluación en
promedio muy deficiente –menos de 3 puntos- es meritorio que se haya logrado una
mejor evaluación de parte de la ciudadanía, aunque todavía siga siendo menos que una
calificación regular. Finalmente, hay que alertar sobre un cambio en el patrón de la serie
histórica de ascenso o estabilidad (2006, 2007 y 2008) a descenso en el último año (2009).
En lo que sigue se presenta la evolución del índice desagregado en sus cuatro
dimensiones, tanto para toda la muestra como para ambas entidades federativas.
62
62
Al ver los datos de las dimensiones que componen el índice de manera desagregada, es
posible observar que para 2009 el indicador peor evaluado es el de la honradez de los
jueces (2.48), al mismo tiempo que la mejor calificación es obtenida en la eficacia (4.67).
Es importante tener presente que la escala del índice va de 0 a 10, en la que un mayor
puntaje implica una mejor evaluación del desempeño de la justicia. Consideradas las
cuatro dimensiones en conjunto, se puede decir que en 2009 los encuestados, en
promedio, creen más en la capacidad de la justicia para resolver su problema o para
tratarlos justamente que en la honradez o imparcialidad de los jueces. Otro resultado para
resaltar es que durante 2009 todos los aspectos descendieron, aunque por márgenes muy
reducidos que figuran dentro del intervalo de confianza.
63
63
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, tasas anuales (2006-2009). N: 2006 = 1440 (DF),
1678 (EDOMEX); 2007 = 1346 (DF), 1362 (EDOMEX); 2008 = 1395 (DF), 1374 (EDOMEX); 2009 = 1426 (DF),
1420 (EDOMEX).
Durante 2009, no se observa una diferencia para destacar entre el Distrito Federal y el
Estado de México. Cabe indicar que los valores del índice para ambos casos disminuyen
levemente. Por otra parte, los resultados generales del índice para cada entidad
federativa replican el patrón del índice general. Es decir, no hay diferencias sustantivas
entre el promedio de cada dimensión según el estado que se trate y, además, el índice ha
seguido la misma evolución (mejoramiento en 2007, estabilización en 2008 y caída en
2009) en ambos distritos. En 2009, el valor del índice fue mínimamente mayor en el
Distrito Federal que en el Estado de México (3.83 vs. 3.71). El aspecto en el que se observa
la mayor brecha entre ambas entidades federativas - a favor del DF - es en el de la eficacia
(4.76 vs. 4.59). En las demás dimensiones, las diferencias entre ambos distritos son muy
bajas.
64
64
Tabla IV.3. Dimensiones del Índice de Confianza en la Justicia (Estado de México, 2006-
2009)
2. Actitud
En esta sección se analizan las actitudes que mostrarían los encuestados frente a
determinadas situaciones hipotéticas que implican sus orientaciones hacia la ley. Este
análisis, realizado a partir de una batería de preguntas que fue incluida en el cuestionario
en la última vuelta –segundo semestre de 2009- intenta dar un indicio sobre las
orientaciones de los individuos hacia las instituciones judiciales como mecanismo de
resolución de conflictos frente a otras opciones como reglas informales, corrupción o
violencia.
En concreto, se les plantea una situación donde un familiar suyo –o ellos mismos- es
perjudicado por un tercero y se les pregunta qué le aconsejarían a ese familiar que hiciera
en ese momento, dándole a escoger entre opciones de justicia por mano propia o recurrir
a las autoridades judiciales apropiadas. Este índice puede ser considerado, además, como
un indicador indirecto o “proxy” de la confianza en la justicia. Una orientación favorable
hacia las instituciones judiciales se mide por el porcentaje de personas que le sugerirían a
65
65
Tabla IV.4. ¿Qué le diría a un familiar que haga si un inquilino no le paga la renta?
66
66
67
67
Para tratar el tema de la separación de pareja se formula una misma pregunta para
hombres y mujeres pero las respuestas posibles no son completamente equivalentes para
ambos casos. Vale aclarar que cada persona responde por su sexo: a las mujeres se les
plantearon las opciones correspondientes a lo que le recomendarían a otra mujer que
hiciera. Lo mismo fue realizado para los hombres. Las distribuciones de las respuestas de
ambos sub-grupos son interesantes de analizar: las mujeres son más propensas que los
hombres a recomendar al familiar que debería resolver el conflicto con su pareja yendo a
ver un abogado (76.9 vs. 60.2%), mientras que los hombres son más proclives que las
mujeres a aconsejar ir con la policía u otra autoridad (31.5 vs. 13.9%).
Esta diferencia podría estar diciendo que las mujeres confían menos en la policía y demás
autoridades que los hombres. Mientras que el 4.6% de las mujeres declararon que le
sugerirían a su familiar no dejarle a su ex pareja ver a sus hijos, un porcentaje similar de
los hombres manifestó que le aconsejarían no pasarle dinero a su ex compañera (4.4%) –
una opción menos extrema que robarle a sus hijos, expresada por apenas el 0.4% de los
encuestados masculinos.
Tabla IV.8. Porcentaje que contestó que le recomendaría a un familiar ir con un abogado
por cada situación
SITUACIÓN Porcentaje
Un inquilino no le paga la renta por más de 51.4
seis meses
Le dan un cheque sin fondos 61.1
Se separa y su pareja no quiere darle lo que le 76.9
corresponde (Mujer)
Se separa y su pareja no quiere darle lo que le 60.2
corresponde (Hombre)
68
68
3. Conclusión
Las mediciones del índice de confianza en la justicia en 2009 relativiza la idea de que había
un aumento progresivo de la confianza en las instituciones judiciales que la mejoría en la
percepción ciudadana sobre estas en 2008 y 2007 nos hizo suponer en el anterior informe.
Esto ocurre similarmente para ambas entidades federativas pese a que la evaluación
promedio de la justicia en el Estado de México es ligeramente superior a la del Distrito
Federal. De todos modos, el desempeño de la justicia no deja de ser considerado regular -
5 puntos- por parte de los ciudadanos lo cual implica que todavía hay terreno para
instrumentar mejoras.
Con respecto a la dimensión actitudinal, el hecho de que haya un porcentaje sustantivo –
alrededor de 33%- que explícitamente manifieste que lo más recomendable no sería
recurrir a un abogado –y, por ende, no iniciar un proceso judicial- parece indicativo de
que la confianza en esta institución no es demasiado extensa entre la sociedad civil, algo
69
69
70
70
71
71
72
72
Tabla V.3. ¿Qué cree que le ocurre a quien comete estos actos? (%)
Lo perdonan a cambio
68.69 66.45 51.62 51.68 39.82
de una mordida
18
Total 98.68 98.68 98.55 97.69 97.17
18
Los totales no suman 100% por la eliminación de casos perdidos. Es decir, los casos no son el 100% de la
muestra.
73
73
Lo perdonan a cambio
57.55 49.57 39.62 29.20
de una mordida
Un hallazgo respecto a esta batería de preguntas es que en seis de los nueves tipos de
delitos o infracciones indagados una mayoría de los ciudadanos considera que quien es
detectado cometiendo un acto delictivo o una falta es perdonado a cambio de una
“mordida” (soborno). Esto puede señalar que la mayor parte de la ciudadanía considera
que no solo un potencial infractor queda libre porque no es detectado sino también
porque una vez detectado, los encargados de aplicar la ley lo “perdonan” a cambio de un
soborno. Las “excepciones” a esta tendencia general parecen darse para quienes son
detectados por haber abusado sexualmente de una persona, por haber cometido un
fraude o por no haber pagado los impuestos.19
Es interesante observar que sólo en uno de los nueves delitos indagados existe una
mayoría que cree que se les aplicará una sanción severa a aquellos que son sorprendidos
cometiéndolos (abusar sexualmente de una persona). Los infractores, por un motivo u
otro son percibidos como que “no la pagan”, es decir, las personas piensan que hay altos
niveles de impunidad en la sociedad. Sin embargo, también es de notar que la impunidad,
en este caso, no viene por la falla en el mecanismo de detección, sino por corrupción de
quién debe aplicar la sanción. Esto nos provee una imagen muy clara de lo que la
19
El 49.57 % de los encuestados creen que quienes son sorprendidos vendiendo droga en la colonia son
perdonados por sobornos. Dado la cercanía de este valor al 50%, ubicamos este delito entre la tendencia
general de aquellos en los que la mayoría cree que quien es atrapado por el mismo la libra a través de un
soborno.
74
74
20
Debido a la gran cantidad de información que abarca esta sección y para hacer al análisis más ordenado,
presentamos a la misma en tres tablas distintas (V.5, V.6 y V.7).
75
75
¿Cree usted que la libra, lo perdonan a cambio de una mordida, le aplican una sanción severa u otra?
Lo perdonan a cambio de
una mordida 64.3 74.8 63.3 71.2 47.5 57.1
En la Tabla V.5 se observa que parece haber una relación entre vivir en el Distrito Federal
y considerar que, de cometer una infracción, uno podría “librarla”, es decir, no ser
cachado. Los datos muestran que tanto para pasar un alto (27.2 vs. 19.7%), como para el
hecho de usar el celular mientras se maneja (29.6 vs. 23.0%), como para robar un
bolso/cartera (30.0 vs. 22.8 %), los ciudadanos del DF consideran siempre en porcentajes
mayores que es posible librar las posibles consecuencias de estos tipos de infracciones o
delitos, lo que sugiere una sensación de poco control o vigilancia policial sobre este tipo
de infracciones y delitos.
“Librarla”, pues, no debe ser tomada como el pago de una mordida. Más bien, analizando
los porcentajes de las otras opciones, este hallazgo parece decir que en las percepciones
de quienes habitan en el Distrito Federal hay menos vigilancia o policías que entre
aquellos que viven en el Estado de México. Esta suposición parece desprenderse de
contrastar lo que ocurre en las dos entidades federativas respecto a los porcentajes de
quienes creen que evadirían la sanción con una “mordida”: son más los ciudadanos del
Estado de México que los del DF los que consideran que estos delitos son perdonados con
el pago de una mordida. Así, el porcentaje de los mexiquenses que piensan que pasar un
alto se puede librar con el pago de una mordida es 74.8%, un valor mayor al 64.3% de los
que defeños. Lo mismo ocurre con usar el celular mientras se maneja (71.2 vs. 63.3%) y
76
76
Tabla V.6. Desenlace del delito o infracción cuando es detectado por entidad federativa (%,
2009, continuado)
¿Cree usted que la libra, lo perdonan a cambio de una mordida, le aplican una sanción severa u otra?
Lo perdonan a cambio
de una mordida 48.4 57.4 35.7 46.2 54.0 63.2
Al igual que los datos observados arriba, en ambos estados la percepción predominante
entre los ciudadanos es que uno se puede librar del castigo mediante una mordida. En
contraste con el cuadro anterior para estas tres infracciones, para algunos de los delitos
los ciudadanos consideran que el segundo desenlace que puede ocurrir es pagar una
sanción severa. El patrón observado más arriba se repite entre estos tres delitos: es mayor
el porcentaje de mexiquenses que el de los defeños que cree que quien comente algunos
de los delitos mencionados es perdonado a cambio de una mordida: colgar un diablito
(57.4 vs. 48.4% respectivamente), no pagar los impuestos (46.2 vs. 35.7%), y vender
productos piratas (63.2 vs. 54.0%). Estos datos parecen sugerir que la confianza en la
policía como mecanismo de aplicación de la ley es menor entre quienes viven en el Estado
de México.
77
77
¿Cree usted que la libra, lo perdonan a cambio de una mordida, le aplican una sanción severa u otra?
Lo perdonan a cambio de
una mordida 47.44 55.27 35.89 46.55 26.00 34.79
Al analizar los hallazgos para tres delitos más graves (Tabla V.7), encontramos el mismo
comportamiento arriba mencionado: es mayor el porcentaje de ciudadanos del Estado de
México que el correspondiente al Distrito Federal que cree que el cometer estos delitos es
perdonando a cambio de una mordida. Por otra parte, también se observa que la
respuesta “se le aplica una severa sanción a quién comete la infracción” es la primera o
segunda respuesta con mayor porcentaje en ambas entidades federativas, lo que sugiere
que para estos delitos los encuestados de los dos Estados son algo más optimistas sobre el
actuar de las instituciones encargadas de la seguridad pública.
78
78
Tabla V.8. Desenlace del delito o infracción cuando es detectado por sexo (%, 2009)
¿Cree usted que la libra, lo perdonan a cambio de una mordida, le aplican una sanción severa u otra?
Lo perdonan a cambio de
una mordida 71.88 67.94 69.56 65.70 52.45 52.32
Para estas las tres infracciones menores (pasar un alto, usar celular mientras conduce y
robar una cartera), tanto hombres como mujeres tienen como opinión mayoritaria que
quien la comete seguramente es perdonado a cambio de una mordida. Asimismo, la
segunda respuesta más frecuente es que la libra. Para ambos sexos las tendencias en las
respuestas son similares para estas infracciones.
79
79
¿Cree usted que la libra, lo perdonan a cambio de una mordida, le aplican una sanción severa u otra?
Lo perdonan a cambio de
una mordida 50.56 54.62 39.00 42.42 55.70 60.79
Las respuestas sobre estas tres infracciones son parecidas al comparar los dos sexos. Las
diferencias entre hombres y mujeres son, en general, leves. Sin embargo, en algunos
porcentajes se observan diferencias que se ubican entre cuatro y cinco puntos
porcentuales. Asimismo, se nota una diferencia más importante entre hombres y mujeres
en el porcentaje de los que creen que quienes venden productos piratas la libran (29.27
vs. 22.05 respectivamente).
80
80
¿Cree usted que la libra, lo perdonan a cambio de una mordida, le aplican una sanción severa u otra?
Lo perdonan a cambio de
una mordida 49.27 52.96 37.80 43.90 29.24 31.30
Análogamente a como ocurría en el apartado anterior, para delitos tales como cometer un
fraude o abusar sexualmente de una persona, no se observan diferencias importantes
entre los encuestados de ambos sexos. La única excepción a esta regla general es que el
porcentaje de mujeres que piensan que a quien comete un fraude lo “perdonan” a cambio
de una mordida es algo mayor que el de los hombres que creen lo mismo (43.90 vs. 37.80
respectivamente).
21
La decisión respecto al valor de corte en el ingreso se basó en la respuesta modal obtenida sobre esta
variable en la encuesta, la cual fue de 3 S.M.
81
81
¿Cree usted que la libra, lo perdonan a cambio de una mordida, le aplican una sanción severa u otra?
Lo perdonan a cambio de
una mordida 68.68 65.09 66.90 64.80 55.10 49.89
Los datos muestran que no hay diferencias importantes entre los niveles de ingreso
respecto a la distribución de frecuencias de las opiniones respecto a las consecuencias
para quienes comenten alguno de estas infracciones o delitos. La única excepción a esta
regla general se observa entre los porcentajes de mayor ingreso y de menor ingreso de la
respuesta “la libra” si alguien pasa un alto: 22.78 vs. 28.15%.
82
82
¿Cree usted que la libra, lo perdonan a cambio de una mordida, le aplican una sanción severa u otra?
Lo perdonan a cambio de
una mordida 55.12 51.81 45.11 40.68 59.07 60.27
Siguiendo el patrón observado antes, para las infracciones tales como colgarse de un
diablito y vender productos pirata, encontramos similitudes entre ambas distribuciones de
ingreso con la que hemos decidido trabajar. No obstante, hay dos respuestas distintas al
comparar los dos niveles de ingresos. Por una parte, entre los encuestados de mayor
ingreso se nota un porcentaje más alto de quienes dicen que quienes se cuelgan de un
diablito reciben una sanción severa (19.46 vs. 15.08%). Por la otra, hay también una
brecha entre los dos niveles de ingresos en lo referente a aquellos que creen que quienes
no pagan los impuestos lo perdonan a cambio de una mordida: 45.11% para los
encuestados que reciben un ingreso de menos de 3 S.M. y 40.68% para los que tienen un
salario mayor a 3 S.M.
83
83
¿Cree usted que la libra, lo perdonan a cambio de una mordida, le aplican una sanción severa u otra?
Lo perdonan a cambio de
una mordida 49.01 52.87 45.34 38.62 32.79 25.93
Al controlar por nivel de ingreso los resultados para un tercer grupo de infracciones o
delitos (Tabla V.13), se puede identificar una diferencia entre las opiniones de los
encuestados sobre lo que le ocurre a aquel que vende drogas en la colonia: los de menor
ingreso creen menos que se perdona a quien lo haga a cambio de una mordida - y piensan
más que se le aplica una sanción severa-, al ser comparados con lo que perciben los de
mayor ingreso. Respecto a los dos otros tipos de delitos la relación es la inversa: los de
menor ingreso se inclinan más que los de mayor ingreso a creer que se les condonará el
delito a cambio de una mordida. Esto podría indicar una creencia más arraigada entre los
sectores de ingresos más bajos respecto a la impunidad de ciertas infracciones de “cuello
blanco”.
3. Conclusión
La conclusión más importante de este capítulo parece sugerir que la mayoría de los
ciudadanos piensa que para la gran mayor parte de las infracciones quién las cometa va a
librarla pagando una mordida. Este hallazgo es robusto y se observa en siete de los nueves
delitos del estudio: pasar un alto, usar el celular mientras se maneja, robar una certera o
bolsa, colgarse de un diablito, vender productos piratas, vender drogas y no pagar los
84
84
85
85
86
86
Estado de México
48.8
Sexo Hombre
41.6
Mujer
58.4
22
Nivel de ingreso 0-1 SAL. MÍN
16.3
22
Ningún individuo que ganara más de 30 salarios mínimos fue víctima de una llamada extorsiva en el 2009.
87
87
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, 9ª y 10ª vuelta (2009), Cédula de Llamadas
Extorsivas. Pregunta: Y dígame, con lo que usted sabe que pasó, los que lo extorsionaban ¿buscaban dinero
o presionaron para obtener otra cosa? N= 277
La respuesta más reiterada por parte de los encuestados que llenaron esta cédula fue que
no les dieron tiempo a los extorsionadores de pedirles nada. Entre las otras demandas que
les hicieron los falsos secuestradores a los ciudadanos víctimas de este delito, la más
frecuente fue que fueran a un cajero (32.7%), un patrón distinto al observado en 2008,
año en que la solicitud más habitual de los secuestradores fue que compraran tarjetas
telefónicas (46.3%).
88
88
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, 9ª y 10ª vuelta (2009), Cédula de Llamadas
Extorsivas. N= 52
Entre las razones más frecuentes esgrimidas de parte de quienes no llamaron a la Policía,
al AFI o a otra autoridad se encuentra el hecho de que los encuestados opinan que esto
“no sirve de nada” -37%-, que “no tenían los datos suficientes” para hacer la denuncia
(28%) y que “lo pensaron después” (25%), con lo cual se puede deducir que no le
atribuyeron al hecho demasiada relevancia o – lo que es más preocupantes desde el punto
de vista del desempeño institucional - que confían poco en que las instituciones
responsables puedan resolver el caso. Al respecto, vale la pena destacar que casi el 10%
no hizo la denuncia por creer que hay complicidad entre ladrones y policías (1%) o por
miedo a represalias (9%).
89
89
Base: Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, 9ª y 10ª vuelta (2009), Cédula de Llamadas
Extorsivas. N= 208
Policía
La calificación promedio de la policía por parte de las víctimas de llamadas extorsivas en
cuanto al trato que le dieron a la víctima y a su familia fue de 5.65 (en una escala de 0 a
10, donde 0 es muy malo y 10 es excelente), lo cual implica que, en líneas generales,
evalúan este aspecto como “regular”. La calificación promedio del otro aspecto evaluado,
el grado en que le dieron solución al problema de la víctima, es de 4.80. Esto implica que,
mientras que en el trato el desempeño es regular, la calificación de las víctimas de este
delito es sustantivamente menor en cuanto a la capacidad o disposición de la policía para
dar solución a su problema. Ambos promedios son ampliamente mayores a los que se
captaron para el segundo semestre de 2008: 4.85 puntos por el trato y 3.59 por la
solución brindada al problema. Sin embargo, también hay que decir que ambas
puntuaciones del 2009 son menores a las que se obtuvieran en 2007, esto es, 7 y 6.17
puntos respectivamente. Más allá de esta brecha, no sería completamente adecuado
afirmar que se trata de una diferencia sustantiva debido a que la sub-muestra para
calcular estos promedios es muy reducida23, con lo cual puede haber un margen de error
más grande.
23
De los más de tres mil casos de la encuesta se toman sólo los que fueron víctimas de llamadas extorsivas
y, dentro de éstos, los que recurrieron a la policía o a otra autoridad.
90
90
4. Conclusión
El porcentaje de individuos que ha sido víctima de una llamada extorsiva ha crecido si lo
comparamos con su última medición; de todos modos, por el tamaño reducido de esta
muestra es probable que este crecimiento no escape a los límites del intervalo de
confianza (ver análisis de tasas en el Capítulo 1).
Este delito generalmente afecta a individuos pertenecientes a hogares de menor ingreso.
Son muy pocos los casos en los que la suma pedida por los secuestradores virtuales es
exorbitante. Por otra parte, las víctimas de este delito no recurren demasiado a la policía,
a otra autoridad y mucho menos al Ministerio Público para hacer la denuncia
correspondiente, en la mayoría de los casos porque entienden que no sirve de nada.
91
91
La encuesta tiene una periodicidad semestral, dado que el propósito central de nuestro
instrumento es identificar tendencias en la estacionalidad de ciertos fenómenos delictivos,
así como las variaciones en la actuación institucional de las organizaciones encargadas de
la seguridad pública y de la procuración de justicia, tanto en el Distrito Federal, como en el
Estado de México.
De esta manera esta encuesta tiene por objeto realizar mediciones longitudinales. Con
este instrumento no se pretende únicamente medir los delitos y su incidencia, sino que
fundamentalmente se desea tener una herramienta que mida la Eficacia Institucional, esto
es muy difícil de encontrar en el mercado. La fortaleza de este estudio es que mide el
delito, las percepciones y actitudes de los individuos frente a él, y la eficacia de las
instituciones. Todas estas variables son medidas a través del tiempo para poder
compararlas y estimar diversas tendencias de ellas.
92
92
En julio de 2006 se decidió ampliar la población objetivo para que esta pasara a ser la
población con edad mayor a quince años que habitaba en del DF o en las áreas urbanas
del Estado de México.
Ahora bien, con base en la distribución geográfica detallada, el diseño muestral de la
EMVEI es un procedimiento que permite seleccionar muestras probabilísticas de
individuos en las áreas mencionadas. Las muestras de individuos son probabilísticas
porque todos los individuos tienen una probabilidad conocida y positiva de ser
seleccionados. Las muestras probabilísticas tienen la ventaja de permitir conocer la
distribución de frecuencia de los estimadores de parámetros. La selección de individuos se
hace por medio de la selección de hogares; esto es, se seleccionará una muestra
probabilística de hogares de las áreas mencionadas, para después obtener información
sobre los incidentes delictivos sufridos por las personas con quince años cumplidos o más.
93
93
En resumen, la decisión de ignorar a los hogares dentro de las viviendas se justificó por
dos razones. En primer lugar, la EMVEI no tenía como objetivo estudiar temas relativos a
la economía domestica de las viviendas. En segundo, las proporciones calculadas sobre
hogares o viviendas son similares para el tipo de variables que se miden en la EMVEI.
94
94
El informante del hogar puede ser cualquier persona con 15 años cumplidos o más; no se
hace selección aleatoria, sólo se pregunta por una persona disponible para proporcionar la
información. Las fechas de levantamiento de la primera a la novena vueltas y los periodos
de los incidentes delictivos estudiados en cada una de ellas se detallan a continuación:
95
95
96
96
Los recursos disponibles en cada uno de los levantamientos permitieron obtener como
resultado final el siguiente número de observaciones:
1 2,000
2 1,504
3 1,503
4 1,594
5 1,478
6 1,502
7 1,520
8 1,502
9 1,517
10 1,507
Respecto a las incidencias que se esperan observar en las muestras, la Encuesta Nacional
sobre Seguridad Pública en las Entidades Federativas (ENSI-6 2009) permite estimar la
incidencia de delitos esperada.
97
97
DF 19%
EDOMEX 15%
NACIONAL 11.5%
NACIONAL 13.1%
DF 39%
EDOMEX 20%
NACIONAL 14%
En virtud de que tanto las zonas del D.F. como las del Estado de México analizadas en cada
una de las vueltas tienen características económicas y demográficas similares, se asume
que las incidencias de delitos sean similares en ambas.
Las incidencias delictivas son parámetros estimados a través de encuestas; entonces, para
identificar cambios en las incidencias se calcularon los intervalos de confianza por
levantamiento y por año, esto para los principales tipos de delito de la encuesta:
98
98
Levantamiento 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Robo de auto a algún integrante del hogar
Estimador 5 4.4 5.2 3.3 2.9 3.3 4.3 5.8 6 6.7
Límite Inferior 3.6 2.7 3.3 2.1 1.8 1.9 2.8 3.7 4.4 4.5
Límite Superior 7 7.1 8.2 5.1 4.7 5.6 6.4 9 8.2 9.7
Robo de partes de automóvil a algún auto del hogar
Estimador 17.4 18.4 16.7 20.8 10.7 13.2 22.5 19.1 26 26
Límite Inferior 14.2 15.2 13.1 17.2 8.1 10.7 19 15.7 21.6 20.3
Límite Superior 21.2 22.2 21 24.9 14 16.2 26.5 23.2 30.8 32.6
Robo a casa habitación
Estimador 2.1 2.6 2.9 2.4 2.2 2 2.2 3.7 2.6 2.4
Límite Inferior 1.2 1.4 1.7 1.4 1.1 0.9 1.4 2.6 1.7 1.6
Límite Superior 3.5 4.8 4.9 4 4.3 4.6 3.6 5.3 3.9 3.8
Intento de robo a casa habitación
Estimador 0.7 0.9 1.4 0.5 1.1 0.4 0.9 0.5 0.5 1.1
Límite Inferior 0.3 0.4 0.7 0.3 0.4 0.1 0.4 0.2 0.2 0.6
Límite Superior 1.7 2.3 2.8 1.2 2.8 1.4 1.6 1.2 1.3 1.7
Secuestro de la persona entrevistada
Estimador 0.3 0.3 0 0 0.3 0.2 0.2 0.4 0.1 0.3
Límite Inferior 0.1 0 0 0 0.1 0 0.1 0.1 0 0.1
Límite Superior 1.3 1.8 0 0 1.3 1.3 0.5 1.1 0.4 0.7
Hogares con alguna persona secuestrada
Estimador 0.6 0.5 0.5 0.5 0.4 0.3 0.3 0.7 0.2 0.7
Límite Inferior 0.3 0.1 0.1 0.1 0.1 0.1 0.1 0.4 0.1 0.4
Límite Superior 1.4 1.8 1.7 2.6 1.3 1.1 0.7 1.4 0.7 1.2
Secuestros por habitante
Estimador 0.3 0.2 0.3 0.3 0.2 0.1 0 0 0 0.2
Límite Inferior 0.1 0 0 0 0 0 0 0 0 0.1
Límite Superior 0.5 0.6 0.7 0.8 0.4 0.3 0 0.01 0 0.4
Persona entrevistada víctima de robo personal
Estimador 12 6.8 9.4 10.7 10.9 8.1 13.8 18.5 19.1 23.5
Límite Inferior 9.6 5 7.2 8.1 8.1 5.9 10.9 15.7 16 19.4
Límite Superior 15 9.1 12.1 14 14.5 11.1 17.4 21.7 22.7 28.2
Alguna persona del hogar víctima de robo personal
Estimador 16.9 13.1 16.6 17.4 17.6 11.5 20.5 24.8 25.7 29.8
Límite Inferior 13.9 10.6 13.7 14.1 14.1 8.8 17.4 21.4 22.3 24.9
Límite Superior 20.3 16.1 19.9 21.2 21.9 15.1 23.9 28.4 29.4 35.3
Persona entrevistada víctima de agresión o amenaza
Estimador 2.9 2.7 2.6 2.2 1.8 3.1 1.9 3.1 2.9 4.9
Límite Inferior 1.8 1.5 1.4 1.3 0.8 1.6 1.3 2.1 1.9 2.9
Límite Superior 4.8 5 4.8 3.8 3.9 5.7 2.8 4.4 4.3 8.4
Alguna persona del hogar víctima de agresión o amenaza
Estimador 4.1 4.5 4.6 3.7 2.7 3.7 3 4.3 4.2 6.7
Límite Inferior 2.8 2.9 3 2.4 1.4 2.2 2.3 3.2 2.9 4.3
Límite Superior 6 6.9 7 5.7 5 6.1 4 5.8 5.9 10.4
99
99
Los estratos de marginalidad se definieron del modo siguiente. Se ordenaron a las AGEB
de acuerdo al primer componente principal. Se formaron cinco estratos de AGEB tales
que: a) la población contenida en cada estrato era la misma, y b) las AGEB en los estratos
eran consecutivas de acuerdo al orden inducido por el primer componente principal.
100
100
Como una muestra de que los nuevos estratos geográficos-marginalidad son comparables
con los estratos geográficos-marginalidad iniciales, la tabla siguiente muestra la
proporción de población ocupada que gana hasta 2 salarios mínimos para cada estrato
geográfico-marginalidad.
101
101
Después de formar a los estratos se procedió a seleccionar a las viviendas en dos etapas:
b. El tamaño de muestra por estrato se dividió entre 16, para obtener el número de
AGEB a seleccionar por estrato.
e. Dentro de cada AGEB, las viviendas son seleccionadas con el procedimiento siguiente:
i. Se numeran las manzanas de la AGEB y se selecciona con igual probabilidad a
una de ellas.
ii. Se recorre la manzana iniciando en la esquina noreste y en el sentido de las
manecillas del reloj hasta conseguir una entrevista.
102
102
C. Selección de incidentes
Cuando una persona sufrió más de un incidente del mismo tipo en el periodo de
referencia, se aplica un cuestionario de incidente sólo al más reciente.
D. Construcción de estimadores
Sea Y una variable medida a las viviendas. Asumiendo que la no respuesta es cero, el total
de la variable Y , en el estrato i se estima con:
103
103
cociente
104
104
El hecho de que los intervalos de confianza cubren al valor promedio, es un hecho que
fortalece a la encuesta ya que muestra que al menos con respecto al número de
habitantes, la encuesta esta colectando información sobre el mismo tipo de hogares.
105
105
106
106
Levantamiento 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Hogares 4.02 3.51 4.78 5.17 4.78 3.65 4.30 4.12 4.27 5.18
Límite Inferior 3.72 3.16 4.07 4.64 4.13 3.12 3.91 3.74 3.84 4.76
Límite Superior 4.32 3.87 5.49 5.7 5.43 4.18 4.69 4.50 4.69 5.60
107
107