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Ant fa brep . Pero sf que es posible, sin'embargo, so- jneter a Ja persona a tal grado de violencia que-o-bien no sea capaz de resistirla y ceda a los deseos del torturador o que- prante de tal modo su estructura psicoldgica que pierda, desde €l punto de vista ejecutivo, el autodominio y la responsabili- dad. Lo que se rompe entonces no es Ja estructura constitutiva por la cual Ia persona se autoposee, sino los niveles fisicos 0 psicoldgicos mediante los cuales esa estructura se manifiesta y expresa. , Pues bien; es precisamente este dominio de la persona sobre si misma él que hace posible la dimensiéi,¢ésencial de la libertad: la autodeterminacién. «Todo ‘querer’ verdadera- mente humano, indica Wojtyla, es precisamente-autodetermi- nacién (...) y presupone estructuralmente la autoposesion. En efecto, se puede decidir solo de lo que realmente se posee. ¥ puede decidir solo quien posce. El hombre,decide de si me~ diante la voluntad puesto que se posee a si mismo». En este decidir sobre si mismo consiste esencialmente|la libertad, pero bay que tener en cuenta que esa decisién se activa en las accio- nes concretas. Cuando quiero algo, elijo una‘opei6n, pero lo que hago fundamentalmente es tomar una decision sobre mt: ser profesor o periodista, trabajar,idescansar, jugar, amar u odiar, son decisiones sobre el mundo pero son, sobre todo, de- cisiones sobre mi y sobre mi destino. fled Curiosamente, el aspecto autorreferencial dela libertad, que es el principal, ha sido, sin embargo, el mas descuidado. La libertad se ha entendido, sobre todo, como eleccién. La li teratura también ha seguido Ia misma tendeneia, aunque no siempre. El Seiior de los anillas, por ejemplo, és un maravilloso canto a la libertad; y también a Ia libertad autorreferencial. El anillo de Sauron, que simboliza y encarna el_poder al que aspi- ran todos los seres, impone siempre una eleccién radical: por © contra ¢l anillo. Pero todos saben o intuyen que no estén eli- giendo simplemente un objeto, sino que se enfrentan a algo 87, Antropologia breve mucho mAs profundo, la decisién sobre su destino: las sorig bras de Mordor o la luz de Rivendel. Optar por la posesion de] anillo es optar por la oscuridad, pero no solo por la extern sino también por la interna porque el anillo. cambia Ia ident dad personal como saber perfectamente Gollum, la criatui deforme y desdichada que, antes de optar por el anillo y ligar’ é1 su existencia, respondia al nombre de Smeagle. Y optar pd Ia destruccién del anillo significa, al contrario, decidir que-s quicre seguir en la luz, que se quiere ser verdadero luchandg en el lado de la verdad a pesar de los suftimientos o de las di cultades que ello pueda comportar: : Una iiltima cuesti6n que conviene indicar es que la capat cidad de autodeterminacién humana es limitada. El hombre ri puede rehacerse completamente a su'voluntad porque la nati raleza humana no és modificable: no puedo volar, no puedo ¥i vir doscientos afios, no puedo dejar de ser honibre..A veces piensa que estos Ifrites no tienen su origen en Ja libertad. sing! en Ia Corporalidad, que es la que resttinge Ia potencialidad de’ Ja'voluntad. Pero esto ho es completamente cierto. La corpé!! réidad ‘no és uni peso para Ia libertad, sino, al contrario, el mé? dio impresciidible para que esta pueda expresarse: Nado, 6}! rro, pienso y vivo giacias a mi cuerpo, que es, por tanto, 144 nico de posibilidades que no puedo traspasat; péro, sin &€ cuerpo, la libertad simplemente no existiria. En’delinitiva, mi libertad és autodeterminacién ‘posibilitada por imi éstructuid personal (corp6réa, psiquica y espiritual) y, al mismo tiempo! limitada por ella. oe : " 2) La libertad como eleccién La autodeterminacién se puede definir como Ia dimen- sin vertical de la libertad. El «quiero» vertido sobre uno 88, smo que 0 “ah "Ahora hemos de considerar el otro aspecto'dea libertad gue, Po? yizont sb siante de mi, enfrente y fuera. Es decir, la eleecién: 24 oba'libertad profundiza y eleva mi ser es, en eseisentido; verti- wr contraste, lo podemos identificar con: ladimensién tal: quiero «algo», un objeto, cosa o persona’ que esta La dimensién clectiva de la libertad, aunque‘es insepa- sable de la autodeterminaci6n, tiene una estructura practica- mente opuesta. Ante todo, es siempre intencional,¢s decir, se ejercita sobre un objeto concreto. Sienipre qué clijo, elijo algos no tiene sentido una eleccion que no elija nada; Ademas, aun- qué también es libre, lo es en un sentido muy diferente-al de la autodeterminacién. La libertad de Iq autodeterminacién con- sistia en la dependencia de si; a libertad de Ia eleccién, por el contrario, consiste en Ja independencia del objeto. Soy libre por- que ningtin objeto, por muy elevado o hermdso que sea, me determina a elegirlo. Elijo lo que quiero. Wojtyla la ha sinteti- zado de manera muy grafica en una frase que refleja la expe riencia interior que todos poseemos y que nos dice: «puedo, pero no estoy obligado». Ningtin objeto me obliga a actuar. Por contraposicién, la efectiva cleccién de un objeto pone de relieve otra caracteristica de la libertad: su procedencia 89, Antropologia breve cién por la que el sujeto, libremente, se dirige hacia el objeta y se apropia de él de una u otra-forma. Y solo si tenemo hablamos de una accién libre. Por eso resulta mucho mas addi cuado describir la accién voluntaria como raspuesta que comeflill mera tendencia a un bien o valor* porque; aunque esta s gunda descripcion refleja un aspecto real del dinamismo vo luntario, pone en sordina el aspect esencial que se rata d una tendencia libre, es decir, i . Doane decir, causada por la voluntad y proce El reverso de la causalidad es la responsabilidad. Soy res. ponsable de mis accfones por el simple hecho de que som iias, porque yo las he puesto en la existencia, Sin mi no has] brian surgido y por eso soy responsable de ellas. Libertad y ponsabilidad, por tanto, son dos caras de la misma moneda,4 Ser libre es hacer surgir acciones a partir del yo, y ser respon. sable es constatar que esas acciones han surgido de mi interior, es decir, que son mfas, ‘4 ©) La libertad conio decision “4 La autodeterminacién y la eleccién it sé dan separade! mente, no existen como acciones aisladas. Ambas son aspécto? necesarios de un tinico momento o accién al que, siguiendo a 4 Wojtyla, denominaremos decision. i: : El proceso completo de wna accién libre es el siguiente. Cuando yo decido iéalizar una determinada acci __.. 2) elijo una opcién posible entre muchas otras (elec! ci6n, dimensién intencionial); reine Tat Sntincion ene bien y valor ef Antpolois wi gute are 90, La libertad 2) al elegir, dispongo de mi mismo en relacién a esa op- éion concreta y me autodetermino en una direccién determi- pada. Si, por ejemplo, decido algo tan simple:como comer ‘una manzana, estoy eligiendo una opci6n entre otras posibles. a primera de ella seria comer 0 no comer, o bien comer una wera en ver de una manzana. Esta es la dimensién intencional horizontal. Pero, aunque a primera vista no lo' parezca, tam- pién estoy decidiendo sobre mi mismo. He elegido una man- zana porque me gustan las manzanas y he decidido darme un capricho, o lo he decidido porque me conviene:por motivos intestinales 0, simplemente, porque tenfa hambre y es lo que me caia a mano. En cualquier caso, ¢l hecho-esencial es que he decidido sobre mi decidiendo sobre el objeto, ¥ lo mismo acontece en decisiones més trascendentes. Alelegir una profe- sién, opto entre el conjunto de trabajos posibles pero, simulté- neamente, estoy disponiendo de mi mismo en.relacién al fu- turo y estableciendo lo que voy a ser: profesor, ingenicro © dibujante. Por siltimo, cs importante advertir que Ja existencia de las dos dimensiones de la libertad no es accidental en el sen- tido de que, de hecho, existen, pero podrfan no darse. La liber tad real, por el contrario, solo es posible gracias a la existencia simulta nea de ambas, ya que cada una de ellas hace posible a la otra. La autodeterminacién es posible porque existe Ia libertad de elec- ‘cién, es decir, porque mi voluntad ¢s independiente de los ob- |jetos. Si mi voluntad dependiera totalmente del"objeto, no po- ria ejercitar mi autodominio. Si, volviendo a los ejemplos que hemos empleado, estuviera completamente détetminado a co- ‘mer peras; el ambito de la comida estaria excluido de mi auto- dominio. Siempre tendria que comer perasindependiente= mente de mis deseos. De igual modo, si estuviera determinado aser arquitecto, nunca podria determinar libremente mi fu- turo profesional. No podria decidir lo que yo quiero ser en el Ambito del trabajo. A su vez, la independencia de los objetos on Antropologia breve del querer es posible gracias a la autoposesi6n. Yo no depend. necesariamente de ningtin objeto porque dependo funda talmente de mi. Al poseerme a mi mismo no soy poseido po nada, no dependo radicalmente de nada, soy independiente y4 por €s0, puedo elegir aquello que yo decido. j ‘Hasta ahora hemos visto la libertad en su esencia, en su e&% tructura antropolégica de autodeterminiacion y eleccién, una esi tructura que nadie puede modificar de manera esencial ya qué viene dada'con el mero hecho de ser persona. Pero la libertii tiené‘un marco concreto de realizacién y unas condiciones pei! sonales que la favorecen o la entorpecen. Si estoy en la cércel, mi Hbertad a no cambia, pero soy menos libre: necesito esp io, aire, luz, sol y, por fanto, ansfo la libertad: Si soy drogadi¢t tampoco dejo de ser litre pero de hecho dependo de una droga mi libertad esta erosionada, carcomida y soy menos libre. Si sy’ éficiente 0 virtuoso, por el contrarié, puedo hacer mas cosas, Ile gar a mas, lo cual implica que; de algtin modo, mi libertad crecé! En definitiva, mii libertad afecta a mi vida y las condiciones en Lid que vivo afectan a mi libertad. Podemos distinguir dos aspect} principales en el camino de realizacién de Ia libertad. @) La autorrealizacién existencial , La libertad, al ser disposicién de nosotros mismos ~auto: determinacién-, nos va modificando a lo largo de nuestra exis- tencia, 0, més bien, nos modificamos a nosotros mismos a tra- vés de la libertad. Como dice 8. Gregorio de Nisa, «cada uno de nosotros se hace por propia decisiGn... y somos en cierta forma nuestros propios padres, puesto que nos hacemos a no= sotros tal cual deseamos». 92 La libertad ‘Ante todo, las elecciones conforman nuestra identidad ‘onal: elegimos una profesién u otra, nos.etapefiamos en. {ina u otra tarea, Vigjamos a este o aquel pais, trabajamos con esfuerzo o no lo hacemos. Todo esto nos conforma poco a ‘oco a partir de dos elementos: lo que somos al nacer y recibi- Mos del ambiente, y el proyecto de vida que hemos elaborado.y que constituye nuestro punto de referencia en la toma de deci- Gones. Somos algo, pero queremos ser mas y ser mejorés y ese es el camino que recorremos gracias a la libertad: Las elecciones conforman también nuestro, émbito vital La profesién configura nuestro entorno de wabaja y nuestras relaciones sociales. La ciudad (y el pais) en la que viyimos tam- bién nos afecta en miiltiples aspectos (desplazamientos, can- sancio, posibilidades de progresar 0, por cl contrario, limita- ciones). El grupo de amigos es csencial en iitiéstra vida y lo ‘elegimos nosotros, al igual que la familia que hemos creado. ‘Todo este ctimulo de circunstancias depende, al'menos en cierta medida, de las decisiones que tomamusyyiestas, una vex adoptadas, condicionan a su ver las decisiones fuituras al conft gurar nuestro marco de relaciones. $i una persoria'se casa y se convierte en padre, sera distinto de como eraantes'y'las deci- siones que tome en el futuro estarn condiciohadas por este hecho. De igual manera, depende dejcada uno’elegir profe- sién, pero esa decision le condicionara. Ahora‘bien, no.hay que caer en el-error de identificar decisién y compromiso con limitaci6n de posibilidades. La esencia del compromisono es la li- mitacién de la libertad, sino el posicionamiento vital: cierra unos ca- minos, pero abre otros. En el ejemplo anterior,si alguien s¢ ha casado y se compromete en la creacién de una-familia, se im- pone, evidentemente, una serie de limitaciones pero.al mismo tiempo crea un nuevo 4mbito de libertad y de desarrollo im- posible para quien no ha tomado esa decision: Elegir, por otro lado, significa apostar, correr un riesgo. Na- die me asegura que mis clecciones sean adecuadas.o correctas, ‘© que Ileven de hecho a la meta prefijada. Pon eso, el desplie~ 93, oe SERA Antropologia breve gue existencial de la libertad esta siempre ligado a la felicidad aa frustraci6n en la medida en que me acerco 0 me alejo mi proyecto vital: tengo la casa que quiero o no la tengo; m he casado con la persona adecuada o me he equivocad6 ahora me encuentro en una situacién dramatica; quiero ascei der profesionalmente y lo consigo o bien nosey capaz. Aquil est la parte dramética de la vida, el riesgo y la inevitabiliday de la libertad que los existencialistas remarcaron con tani fuerza. Soy libre aunque no Io quiera y estoy condenado a ek gir porque mi destino depende de unas decisiones que, inexo rablemente; tengo que tomar, ya que no decidir es tambiéi una decision. 8) La autorvealizacién ética a Dentro del despliegue existencial de la libertad hay ung parte especialmente importante que es la dimension moral, i hombre, al actuar, se plantea el dilema de la eleccién entre ¢ bien y.el mal, y esa decision, por el cardcter autorreferenci de la libertad, recae también sobre el sujeto. En efecto, al ele. que se hace buena o mala, modifica su ser moral mediante el ejercicio de Ia libertad. eg Ante todo modifica su ser a través de acciones concretas.‘Si elijo robar sabiendo que no debo hacerlo, actiio contra mi conciencia y, por lo tanto, hago el mal. Pero el mal no queda fuera de mi como un vestido que me puedo poner o quitar; sino que entra a formar parte de mf, haciéndome, de algiin : modo, malo. Ciertamente, no me hago malo de modo abs luto; puedo anular esa decision, devolver lo robado y pedir perdén; entonces, la libertad actiia en mf de modo contrario; deshaciendo la deformacién que habia forjado en mi mismo. Pero equé sucede cuando tomo-muchas decisiones et una misma direccién? Lo que ocurre es que me autodeter- 94 La libertad mino de manera estable para actuar en un determinado sen- tido, bueno o malo; cs decir, desarrollo lo que clasicamente se denomina virtudes (habitos.operativos buenos).0 vicios (habi- tos operativos malos). Si, en vez de robar una vez, lo hago de manera habitual, me convierto en ladrén y eso significa que mi estructura ética se deforma establemente (vicio) y tiendo a robar de manera «natural». Se pierde aqui la libertad? En sentido estricto, no. El ladrén roba porque quiere, es decir, es libre, de otro modo no seria culpable; pero tiene, por decirlo de algtin modo, una libertad deformada o disminuida que le im- pulsa a obrar mal y que le dificulta obrar bien. Hay una pér- dida de libertad ligada a una disminuci6n del dominio de si, lo que normalmente se conoce como ser «esclavo de las pasio- nes». Una persona que actiia mal de mancra habitual acaba disminuyendo el control de si mismo y siendo «esclavo» de aquello que desea. ‘También aqui podemos recurrir a Tolkien. El anillo ma- gico constituye el punto de inflexion de la libertad. Sino cedo su atraccién, mantengo mi autodominio y mi capacidad de decisién intactos. En cambio, si cedo y me rindo a su poder, acabo siendo esclavo del anillo y, por tanto, de Sauron. A par- tir de entonces, el anillo (es decir, Sauron) me-dictara lo que debo hacer. Teéricamente, siempre tengo la posibilidad de re- belarme, pero en Ia prictica cada vez sera més dificil porque la permanencia en el lado oscuro me debilita y me esclaviza. La criatura Gollum representa quiza el ejemplo por excelencia. Cuando Gollum encontré al anillo pudo decidir y lo hizo: opté por el anillo. Pero, poco a poco, el anillo consumié su vo- luntad y su ser hasta que la vida de Gollum se identific6 con la btisqueda y posesién del anillo: «mi vida, mi tesoro»: ‘Algo similar, aunque de modo especular, sucede cuando una persona desarrolla una virtud. Si ayudo habitualmente a Jos demas, me convierto en una persona solidaria y entonces me resulta mis facil actuar con generosidad porque mi ser se ‘encuentra orientado ya en esa direccién. Y, al igual que en el 95 porque se quiere. Aqui, al contrario, se debe hablar més bit de crecimiento y potenciamiento de Ia libertad, que me llevaill disponer de mi mismo de tal modo que me perfecciono é mente y ayudo a los demas de modo consiante y habitual.

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