You are on page 1of 168
Amintore Fanfani, profesor de Mistoria Beondmiea en la Univer- sidad Catélica de Milén, traza en teste libro, eon aparato’eritico ¥ bibliogrétieo completos, una ex posicién del discutido’ tema del Gesarrollo histérico det eapitalis mo ¥ de las influeneias que en él hhan tenido el ontolieismo y el pro- testantismo, El autor —actualmente minis- tro del Gobierno italiano— en esta obra, cuya traduccion de la Segunda edicién italiana publica Ta. Biblioteca del Pensamiento ‘Actual, analiza 1a diferencia en- tre la mentalidad medieval preca- pitalista, que establece los juicios le valor econdmico sobre ctiterios morales, ya capitalista, que fadopta tua moral propia y utili- taria, fundada en unt Ideologia {que tiene mas relacién con el pro- testantismo que con el catolici mmo, por desvincular aquél, précti< feamente, las aeetones terrenas del bien eterno, mientras que la eon feepeién catéliea fundamenta las felividades econémicas como me- ios operatives basados en pri tipios y fines totales de Ia per Sona humana y, por ello, sobre- naturales ‘Cuando se publicaron las, edi- ciones anteriores We este libro ‘obtuvieron muy favorable acogi- fa entre los intelectuales. y eco- homistas, suseltando julcios, con- tradietorios; pero siempre siendo motivo de gran interés, por plan- tear cuestiones de viva preoeupa- tion clentifiea y religiosa, ‘La abundante bibliogratia y el sera caudal de conocimientos ma- niejados po pesan en el lector, porque Fanfanilogra la difiell Sencillez de comprimir las ideas y cefirge —sin menoseabo de la Glaridad— a una exposicién agra lable, profunda y ordenada, AMINTORE FANFANI | 36> CATOLICISMO Y PROTES- TANTISMO EN LA GENESIS DEL CAPITALISMO | BIBLIOTECA DEL PENSAMIENTO ACTAL CATOLICISMO Y PROTES- TANTISMO EN LA GENESIS DEL CAPITALISMO BIBLIOTECA DEL PENSAMIENTO ACTUAL Diigida por Ravast. Catvo Senen Votimenes publicads: 1. Rowmo Guanana: BL marion on elit, a reel "aim y la pelts, Pyloge de Atvino DORs, Con ube ‘tn breiminar de Hapisy CAtvo SemER. 2 Taosono Hasek: La jerebe de Kierkegear. Con, un ‘aoulo belinnar de Raaton Hogunx 9 ana note be: {Trader fobre Hawtin por Hicanno” SEEWALD. 2, Vieniny Pataca, Asuno;,Derrota, agotomien! Goncls en ta epone del igo XVI 1, Faunnioo Seinat: Le eri politon del Antigue Reo ‘men en Buputa (1000180). 6, Ruma Gusow: RU rations motile, Bstuiio retin ar de Laoroivo Pasactos 1, Soman Vici: BL esptrita milar copa, Béla @ AU ret) te Vigny, Erssio Nasional de Litertare 190. 1S. Sout Manta Guncta Bscuneno: De Cuevas « ta Reps ‘ion ‘Gegwndn ‘olicion sumentedn) 9, Sony Souk Leas inom: BL enpatol y ou compleo de Sn rota. ‘ ‘Gorends siden) 10. Laopotbo Pascoe: Bt mito de le muwva Criatonded ‘Serenia a 21, onl Pei: De attra ein ¥ sonoma 12, Sook Mania Vaurente: Estudios sobre le pare potice 18, Cuz Sonn: Interpretacin europea de Donou Corte, rslogy deat Laman Aso. 14. Dogon ae Atanas La erie de urops. 16 Ravan Catxo Sonam: Teoria oo le Restoureién, 16, ooh Vita Sazaca: Benavents, fn de wae 11. Aonism Kouxat: Brrores del enticomname.. 1 an eee Mima eek 7m 18, Auuyrons Fanaa: Cotolicame y protestontomo om le pina Gel apa AMINTORE FANFANI a] qt 102 NW CATOLICISMO Y PROTES- TANTISMO EN LA GENESIS DEL CAPITALISMO X guy prescinde\de dor importanca a Tos hechos geogréfcos, polities, tvices y constitucionales que han faciitado fl desorrllo on sentido captaista en uno y otro pats. ‘Una ripida tetura del presente ensayo, on su primera eye ~ Prefocio 9 stqunda edicién, bastoria para comprender que, a ‘mi entender, aquellos hechos habrlan ejercido wma influencia mucho menor donde 10 existeran indii- duos orientades por wna idvologia det tipo de la que sive de cimiento al sistema copitlista En contra de la apreciacién, recordada més arriba, estas pginas se aieren fatimamente a la concepcion historiogréfica que he expuesta y considero verdadera. segios puede comprobar quien tenga forma, tempo ‘voluntad de proceder a una confrontacion del presente ensayo con la citada Introdwecién, Por el contrario, he ‘querido tracrle a nuevo vida, reviséndote y mejorén- ddolo, después de tantos aiias, precisamente porque prueba ef fundamento de aquella tebrica, v, ademés, porque inoite 0 meditar sobre Ta caducidad y posibil ‘tad de superar ciertos drdenes econémicos que no merecen wna sinpatia extraordinari, ‘Milén, 30 de julio de 1043. Aunrone FAXFASt CAPITULO PRIMERO DELIMITACION DEL PROBLI Hace tiempo que los investigadores se han sentido inclinados a reflexionar ante Ia coineideneia de fend: ‘menos de transformacién en los campos de la religién y de la economia y ante el desarrollo més répida © enriquecimiento mas fécil de Jos pafses y sectas pro- testantes frente a los catélicos, imponiéndose la tarea de examinar hasta qué punto la religién haya infiside en Ta evolucién del sistema econémico. EI inglés William “Temple abordé el problema’ a fines de 1673 en sus Observations pon the united Provinces of Netherland, atribuyendo el excepcional progreso de la vida econémica holandesa al hecho de on Amintore Fanfani ‘que los holandeses habian aceptado ta religién refor~ mada, En 1682, William Petty explicaba fa mayor prosperidad que los protestantes de su tiempo alcan- ‘ron en el pais catslica de Irland por Ia eircunstan- cia de representar en aquella isla una minoria hete- rodoxa. ‘No habian transcurrido dos siglos cuando Ios po: lemistas se interesaron por ef tema, intentando des- arrollarlo can fines spologéticos o con Ta intencién de- clarada, si bien mica conseguida, de explicar el pro reso relativo de los pafses catdcos y protestantes. En In ardorosa:polémiea de mediados del x1x parti- ciparon Donoso Cortés, con su conocido Ensayo s0- Bre el catoicismo, ef Wberalisme y ef socitismo ; Bal res con st obra EI protestantismo comparado con el catolicismo; Cobbet con la Storia de la Riforma in Inghilterra ed Irlonda y Flamerion com su memoria De la prosperité comporée des nations cathotiques et des nations protestantes. De Laveley Meg a menci nar en el titulo de su obra el problema de ta relacién ica, religién protestante, Hbertad ¥y prosperidad de los pueblos, imitado en esto por Young. veinte afios después, en 1895. mientras que Weyrich publicaba un articuio en 1899 en la “Revue Catholique de Louvain” sobre la Tnfériorité econo- sigue dee nations catholiques. ‘Por obra de Giuseppe Tonioto, en 1881, se supers cesta fase polémica, durante Ja cual Ia historiografta habia sido sacrificada a determinadas preocupaciones de orden teolégico y social, y se incom tna fase exchi- sivamente cientifiea, ex cuyos comienzos se define ef problema de un modo riguroso, planteando a fos his- Delimitacion del problema toriadores la. cuestién del nexo entre las creencias religiosas y el desarrollo econémico como wn caso del problema més general de las relaciones entre los idea- Jes de un pueblo y su sistema de vida, Toniolo pre- tendia averiguar la influencia ejercida por el cristia- niismo en el desarrollo econémico de Ja sociedad, y para no perderse en generalidades se fj6 en Floren- cia como centro social de cuyas vicsitudes la histo- iogratia.podia extraer elementos que aclarasen el problema general. Asi nacieron sus magoificos estu- divs, Remon fatori della potensa economica di Firen- 20 nel Medioevo (1881-1882), Scolasica ed umane- smo nelle doctrine economiche al tempo det Rinas- cimento in. Toscana (1886-1887), Vicende economi. che del Comune fiorentino dal 1378 al 1530 (1880), Storia delPeconomia sociale in Tescana (1899-1851), Economia: di redito e sulle origini del -capitaismo nella reppublica fiorentina (1895). A estos se wnieron tres ensayos, dos de 1893, L’sconomica capitalistice nioderna y La genesi storica deltodierna crisi sociale economica, y uno de 1894, L’scomomia capitaitica moderna nella sua funsione ¢ nei suo effet Con estos trabajos de Tonialo la antigua tendencia de ilustrar ta historia econdmica con los resultados de la historia religiosa salié de Ia incertidumbre de la polémica y asumié 1a dignidad de una corriente cientfica, consciente de los problemas, planteados y de la amplitud y complejidad de las investigaciones necesarias para resolverlos, Toniolo plantea el problema sobre bases nuevas Durante ef siglo siguiente seri debatide en toda st amplitud; para demostrar la jnfluencia de Toniolo "3 Amintore Fanjoni ca cote campo bata seordas que no de genes in tervienen con tayor tenacdad en la diacsion fat Wemer Sombart, dcp del rmaexo Halano ex ta Universidad de Pisa precsamente drante ls afos th gue Ste se blab mde ocupad con as avenge Gives releriae (0. ‘A pncpios de siglo 2% teilogo,hitriadores y economists alenanes seaman ef ataento del Jesblona, dndole un enloque solo preset fend de'naevo ala accion del nando au dicasion th teins de ly rdaciones entre lx Refora pro fttate la emoldacin del sea cali TResrvada Somat aa posture pec, que pondraon mis adelante, el prinado de bec ene evo planteanintoperence a Max Weber, quien cigars pablia et el" Archi fir Soxiatwiens Shaft ond Socal” sa primer ensayo Die pr teatoatche ‘hur nd der "Grit" dee Kopita tomas @) : TE panto de prtda de Weber fo constiaye el so- este funda especialmente et los resltados del Trabajo de Marin Otenbucher (Konjession und o> Sale Schichtng, Lewin 1905) de que et 1s ies cn dr inns es ea Ei campejo ccononico eran dctentados por pote thoes as ese teas Hecentadas pele teens sts por lw Joven protestants que por 18 ‘Stiles intend dtermiar hs razones gue m0 ‘Slo expat estos hecos, sino que escareesca ‘Sins rlaones ete profetatano y capi tomo, Pare no seguir una ver mdse amino de ver habia erg reaver cntoversa eaelando 4 ss Delimitacion det problema las victimas producidas por las luchas religiosas y Ja rmagnitud de, las confiscaciones subsiguientes, impor~ taba determinar el espirity que animaba al’sistema capitalista en su apogeo y en su origen y ver de qué forma el protestantismo habia sido parte en Ia for- ‘macién de dicho espiitu, El punto de vista de Weber cra similar a aquel con que Toniolo se habia aplicade a estudiar Ja historia econdmica de Florencia, Weber afirmé que la actividad del hombre moder no se halla inspirada por una idea voeacional apare- ida por primera vez en el mundo con el protestan- tismo calvinista, En el fondo, la. predestinacién de fendida por Calvino .estimulé’ al hombre a trabajar infatigablemente, al auto-control y a la racionaliza- cidn de toda su eonducta, La ascética protestante fi ‘mité el consumo al prohibir el goce inconsiderado de los bienes y valorizando Ia idea vocacional legitimé y alenté el luero querido por Dios. De la unién de ei tos dos elementos se siguid una situacién especial- mente favorable para la formaciin de capitales. Asi, cl protestantismo, después de haber dotado de su es: piritu al capitalismo moderno mediante las cualida- des cultivadas en el hombre, también facilté la ela- boracién de su instrumento primordial de afirmacion el capital. Segin Weber, estas conelusiones no que- ddan invalidadas al comprobar que el hombre moder: no ya no obra segtin la inspiracién religiosa directa, | pues a lo largo del tiempo el muado ha dado wna pre ponderancia a la moral eapitalsta y la ha conducido ‘ana posicion incompatible con laética piritana, pri mitiva fuente de su inspiracién, Después de Weber, Troeltsch en Die Bedeutung 5 Amintore Fanjani dos. Protetantismus fiir die Entsienang der moder- nen Welt (1911) y en Die Soziallehren, der christi- chen Kirchen und Gruppen (1912) (3) insist en la aportacin sustancial de fa Reforma a la consolidacion det capa modern, yor més que no él, i tinguiera entre futeranismo y calvinism, negando al primero cualidades no conservadoras en el campo 80° Gia, sino también entre um antiguo protestantsmo y fn mievo protestantismo; sélo este timo, aunque Jnconscientemente, prodyjo efectos de suma impor Mancia en el mundo y en la economia moderna, El protestantismo habria participado en el proceso de formacién del mumdo modern, y al calvinismo se de beria el nacimiento del espirtt capitalist En resumen,-Weber y Troeltsch se nos aparecen como Tos defemsores ms fms des relaonsin- timas entre protestantismo y capitalise, en cuanto 4 Ia solucién det problema; y, en cuanto al método, de la conveniencia de relacionar In dticareligioss con ol espirta que anima a los agentes del mundo capi falista, Respecto este sltimo pueden aceptarse sin discusin las afrmaciones de los dos historiadotes ale. Imes, ero no puede dct Jo mismo en cuit a fondo del problema, Tras ellos viene el conjunto de fatores que negaron © Titan mucho dich ai ‘Wiinsch (4) adopté una postura casi absolutamente negativa. No-sesitud en 1m punto de vista historico, Sino légico, intentando demostrar que el protestan- tino, y expecficamente el calvinismo, no pudieron ser el origen de la mentalidad capitalista, Brentano (3) disiente de fas conclusiones de Weber, 36 Delimitacion del problema descubriendo que otros elementos espirituales concu- ‘rieron con el protestantismo, tanto en la disolucién del antiguo orden de cosas como en la ereacién del nuevo. ‘Tampoco von Below (6) ereia en wna preponderan- cia absoluta del factor “reforma” en ef desarrollo del capitalismo, ‘Sambart (7) no acepta las ideas de Weber respecto al protestantismo, reprochindole ademas, haber atri- Dbuido un valor excesivo a sutilezas teoldgicas. Para Sombart el puritanismo no engended sino tan sélo alenté el espiritu capitalist, y las condiciones econd- micas indujeron al protestantismo a reconocer que la vida del burgués era compatible con el estado de grax cia, En todo caso el puritanismo, adoptando una. ac- titud benévola hacia el capitalismo, suirié la influen- cia del judaismo. EI catolicismo,” igual que el jr ddaismo, contribuyd también a faclitar la consolida- ida. del espiritu capitalista en el mundo, En fin, las predisposiciones raciales y las situaciones minorita- ras explicatian los ficiles éxitos econémicos de cier~ tos pueblos y de ciertos grupos demogrisicos. La teoria de Sombart revoluciona de nuevo el cam- po de estudio que, al menos en st planteamiento, pa- recia haber sido paciicado por Weber y Troeltsch, Junto a los factores espirituales sacé a luz otros de haturaleza bioldgica, politica, econémica, y no se He mité a la relacién capitalismo-reforma, sino que Hama al combate tas relaciones capitalismo-catoicismo y capitalismo-jadafsmo, la primera como caso del pro- blema sistema econdmico-ética econémica, y la segun- da como caso del problema sistema econémivorética «condmica-predisposiciones raciales. 7 Imintore Fanjani Sombart promovi6 también wn gran revuelo con ‘esta teoria, multiplicindose tas eriticas en favor y en contra, pero contribuyendo todas a aumentar en de: finitva el niimero de detalles conocidos acerca de las relaciones entre las formas religiosas eristianas y el desarrollo del capitalismo, Por esto, pasando por alto los estudios de Batault, Cunningham, Rougier, Cres- pi (®), al menos en cuanto se refiere a las eriticas di- rigidas a Sombart como defensor de la influencia po sitiva del judaismo sobre el desarrollo del capitalismo, recordaremos los trabajos de Sée, Hauser, Levy y So- merville (), quienes, com eco y fuerza diferentes, ate- rnuaron, como los dos primeros, la aportacién de la reforma al desarrollo del capitalismo, o la ampliaron, como el irlandés O’Brien, en forma que se aproxima a los polemistas del siglo 1% (10). ‘Merece una menciin especial Ia obra de Tawney Religion and the Rise of Capitalism (11), insistiendo en subrayar que la reforma encontré en gestacin la transformacién econémica en sentido capitalista.y se mostré tan poco satisfecha eon ella que si las ense- fanzas de los reformadores actuaron como disolvente de la antigua ética econémica, ello ocurrié en contra de su intencién, Solamente el puritanismo, entre to- das las confesiones religiosas, unido a otras fuerzas hnumerosas, contribuyé a consteuir el nuevo tipo de hhombre de negocios o el nuevo sistema econémico. Lo mismo que la qbra de Tawney, los ensayos de Strieder (12), el volumen de Kraus (13) y el mio, ti- tulado Origin dello spivito capitalistic in Italia (14), tocan de nuevo el problema de las relaciones entre In ética catélica medieval, Ia ética catbliea renacentista 8 I. | Delimitacion det problema ¥ la evolucién del sistema econdmico en sentido ea Pitalista, volyiendo en el fondo y sustancialmente a Ja posicién de Toniolo, quien habia afirmado que los origenes de la direccién individualista en materia eco- nnémica se remontaban a las primeras manifestaciones del movimiento renacentista y, por consiguiente, se hhabian revelado en un mundo que no habia suftido todavia las predicaciones protestants, La obra de Tawney desperté entre los investiga: ddores anglosajones el interés hacia este problema, El interés del mundo anglosajén se coneret6, aunque con retraso, en la nueva forma de plantear el problema tradicional, siendo tan grande dicho interés que et 1930 procuraron la traduecién del conocido ensayo dle Weber y posteriormente la de otros trabajos. Tam bign se indujo a las revistas de historia y de econo- ‘mia a ocuparse del problema con extraordinaria aten- cién, se decidieron varios investigadores a indagar las relaciones entre las formas religiosas y_algunds fendimenos econémicos eoncretos (15), y, fnalmente, se provocd una interesante polémica’ entre Robert son y Brodrick en torno al problema que en el leja- no 1673 movida Temple a iniciar el cilo de las in- vestigaciones ya seculares, 2 cuya solucién también nosotros pretendemos apartar nuestra, contribucién, Robertson (16) alteré Ja-tesis de Weber, en el fondo la tesis tradicional, afirmando que el protestantisnio ‘no habia influido en el capitalism, sino el capitalismo cm Ia ica protestante, al mismo tiempo que intentaba atenuar el valor de las conocidas:afirmaciones acerca de la capacidad de las ideas religiosas como orienta ddoras de tos hechos econémicos, También modificé i» Amintore Fanjoni la conccida tesis tradicional sobre Ia aversin del ca- tolicismo hacia la ética capitalista y, por. tanto, sobre la defensa cerrada de las clases y de los paises caté- licos frente a un desarrollo en sentido capitalista en este sentido afirmé que el catolicismo habia experi- ‘mentado de tal forma la influencia de la evoluciin ‘apitalista en la edad moderna que algunos de sus ‘e6logos, especialmente los jesuitas, habian intentado adaptar los antiguos principios a las nuevas aspira- cones capitalistas y erticd los materiales que sirvie- ron de punto de partida a Temple, Petty, a los pole- Imistas, a Toniolo y, en fin, a Weber, Con esto indujo 1 Brodrick (x7) a publicar una réplica agil ¢ intere- Sante que ilustra la postura de algunos grupos de mo- ralistas catdlicos de los siglos xv y xv1 frente a los problemas éicos provocados por el desarrollo eco- . iio, "Aparecié entonces nuestra obra, preparada hacia tiempo, con investigaciones sobre las relaciones entre cl cisma anglicano y la vida econémica inglesa, sobre Jas relaciones entre la reforma y el capitalismo y so- bre el origen del espiritu capitalista en Italia. En 1933 fué presentada a una comisién encargada de otorgar tun premio sobre el tema que constituye su titulo, y, toneedido el premio, £46 puesto al dia el trabajo y fentregado a la imprenta en junio de 1934. ‘La breve noticia histérica precedente se detiene en a1 momento de aparecer la primera edicién de esta bra, Al preparar ahora la segunda podiamos haberla fontinuado, pero hubo dos razones que nos hicieron desist de elo: Ia primera, que en este punto tendria- mos que hablar de la presente obra, cuya Tectura to- Delioitacion det problema ‘iavia ‘se reserva el lector, y la segunda, que desde 1934 hasta hoy ningin ensayo nuevo de importancia exepcional ta modificado las posturas metodolégicas yy las conclusiones sustanciales, ni ha impreso un pro- ‘greso sensible al desarrollo secular del problema, como puede comprobarse, por lo menos hasta 1037, en una resefia publieada por Gorxon Walker (18). Tal ver hhayan aparecido algunas publicaciones notables en Tos pafses que por el estado de guerra no mantienen rela- ‘pero las condiciones en que vivimos no permiten comprobar el fundamento Ae esta incertidumbre, plantea nuestro trabajo metodolégicamente hablando, trabajo emprendido pensando seria itil en ef estado actual del problema considerar como definitivos Tos resultados conseguides para intentar resolver Tos pro- ‘lemas pendientes, y ante todo la cuestién més gene ral de las causas del diverso progreso econémico en las nactones protestantes.y en las catlicas, puto: de partida de nuestras investigaciones perdido de vista ‘a medida que avanzaron para desembocar en elas: pecto parcial de las relaciones entre las confesiones cristianas y la evolucién capitalist, 4 LA RELIGION Y NUESTRO PRORLEMS. Entre el ciimulo de escritos dedicados a estudiar fas relaciones entre religién y vida econdmica cabe cestablecer una seleccién partiendo del criterio com que Amintore Fenfani sus autores eonirontaron la religién y la economia DDestacan aquellos esritos en que fa relaciin se exta~ eee comparando la étcainspirada por Ta religign y los ideales de los sujetos dominantes en el sistema econtmieo considerado. Los eseritos en que 8© pre tende determinar el impulso dado a ciertos enéme 108 econdmicos por la seein de las jerarquias de la religin considerada, desembocan en conelasiones par clales y de escasa importanca Tas consideraciones precedentes también son vi das cuando el problema general se concreta a invest fat las relaciones entre las formas rligiosasy al sis tema econdmico capitalist, En realidad parecen exis tir relaciones poco claras entre religién ¥ capitalisme cuando el segundo término silo indica cierto conjunto de medios téenicos y de instituciones que facilitan regula de forma determinada la praduccin, la cee Jacién y fa distribucion de la viqueza en fa €poca mo- deraa y gran parte de fa contempardnea (10). Puede procederse a ta investigacion, aunque se atrbuya tal fentido al tGrmino capitalismo; pero, por In razén indicada, puede asegurarse de antemsno que s6lo 2 costa de grandes dieutades se legard a unas vagns conclusiones. Probablemente se advertiia una influen- tia, muy indircta de las religiones sobre fas formas del capitalism Si la palabra capitalismo, en vez de designar las citadas formas, se refiere a un sistema social com- Peto, resulta evident que fos resultados de una com= paracién realzada a partir de Ta. primera acepcin tendrdn una importacin bastante inferior a 2 Detiostacion det problema [Estas breves consideraciones resumen un argo me ditar sobre Ia fatilidad de tantas Iaboriosas investiga ciones anteriores, y justifican desde un principio la tentativa preliminar de precisar los limites de un pro Dlema cuya resolucién acertada exige clarisimo plan- teamiento. Para ello se hace necesario determinar ‘qué aspecto de fa religidn y a qué aspesto del capita: lismo han de referirse las relaciones a cuya investi- savin se procede, La religiin puede influir sobre la vida en general y sobre la actividad econdmica en particular, bien ‘como sistema de doctrina, bien como organizacién, ‘No pocas veces se confunden ambas cosas, ¥ algunos historisdores tan puleros como Sée, por ejemplo, na vacilan en hacer observar a quienes sostienen que el catolicismo no favorecid el espirite capitalista que tal cosa no puede ser cierta por la contribucién del pa- pado a su consolidacién (20). Otros autores, al ha blar de las relaciones entre catolicismo y capitalism, atribuyen a la religin eatética el mérito de haber fa: vorecido el eapitalismo tan sélo porque los papas de la Edad Media protegieron a algdn banquero 0 litaron su enriquecimiento al confiarles la. reckuda- cidn de los diezmos en determinadas regiones. Los ‘los hechos son distintos separables,'y debem plan- tearse, por consiguiente, dos problemas: el primero, referente a las relaciones entre la concepoién dé ln vida propia de Ta religidn considerada, que en nes tro caso es Ia catéica, y las concepeiones éticas que ‘acompaiiaron, promovitron y justificaron ef desarto- Io det sistema capitalista; ef segundo, referente a las relaciones entre Ia actividad de Tos érganos adminis- 3 Amintore Fanfoni trativos de la religidn considerada y tas circunstan- clas _que favorecieron el desarrollo’ det capitalismo. ‘Queriendo enfrentarse con el problema particular de Ih relaciones entre ta actividad desarrollada por el papado y ef origen y evolucién det capitalismo, den- tro del campo de fa vasta investigaciin en torno a las relaciones entre catclicsmo y capitalismo, et necesa- ro proceder a una distincién rigurosa entre los di intos aspectos de esta investigacién, El estudio silo puede Hevarse a cabo fructiferamente si se favestigan de ian modo distinto: a), la relacién que ligé la act vvidad econémiea del papado como érganos admini trativo supremo de la Tglesia eatéliea con la produe- cidn de las circunstancias que pueden haber activado lel capitalismo; b), la relacién que ba ividad del papado como organismo supe- smo de un Estado particular con el des- artollo det capitalismo en los pafses donde fué ejer- cida cha actividad de gobierno; c), la relacién, por ‘timo, que he ligado Ie actividad det papado como depositario e intérprete de la moral catélica y como smoderador de la vida de los catélicos, con la conso: lidacién de fa concepciin ética precisa para producirse y justitfearse In prctca capitalsta (21). En este caso particular también resulta féciladvertir que el tercero es el aspecto esencial del problema, ‘A pesar de Ia inconsciente confusién que apunti- ‘amos, Ia mayor parte de los historiadores que se han ‘eupado més o menos directamente del problema con sideraron a la religién como sistema moral mis que coimo conjunto de organizaciones eclesiisticas. Max Weber sive de ejemplo thpico a este propésito, ya 4 Delieitacion det problema ‘qae &u postura se aprecia claramente a través del tulo mismo de su obra, Die protestantische E0hik und der Geist des Kapitalismus, Como se comprenders, ‘obrar asf no significa en absoluto incurrir en olvido de la teologia, sobre todo, 0 de la mistica de la reli sslén, Ademis, seria imposible hacerlo, puesto” que fevidentemente el sistema moral esta unido, mejor di cho, esté basado en el sistema teolégieo; y si puede parecer tin aspecto aislable, aunque sea sélo por o- ‘modidad cientifica, en realidad no es sino una cara del mismo objeto, no es sino el sistema de corolarios deducido del sistema de postulados. La teologia se Fiala los principias, Ia moral contiene sus aplicacio- nes. Estas, como dice la misma palabra, se hallan uni das a aquéllos, de modo que tomar en consideracién las dtimas, si responde a un erterio de comodidad de investigacién, no falsea de ningdin modo el valor de las conclasfones, en cuanto éstas también se atribu- yan a Ins relaciones entre seligién y capitaismo. Al ‘considerar solamente el aspecto moral, se tiene ‘en cuenta el primer término de wna forma plena y total por la razén que hemos explicado. ‘Como nos proponemos investigar las relciones en- tre eatolicismo, protestantismo y desarrollo del ‘ma capitalista, es evidente que las religiones conside- radas serén precisamente las dos que acabimos, de rnombrar; al mismo tiempo, el hecho de que'van a’ ser puestas en relacién con un fendmeno de carécter pur ramente econémico-social induce a examinar con ex- chusividad las orientaciones que dichas religiones brin- ddan al hombre, no frente a todos los problemas de vida, sino s6l6 frente a los de earieter econéinico- 25 Awostore Faron social. Como a organizacién eclesistica también ha ‘mantenido relaciones con el eapitaismo, haremos «na indicacién siempre que nos refiramos a éta, en vez de hacerlo al patrimonio ideal de Ia religion, De este ‘modo, ademas de no incurrir en la confusién repro- chada a otros, evitaremos la posibilidad de descuidar este aspecto, ciertamente minimo, de las relaciones directas 0 indirectas que pueden descubrirse entre ca- tolcismo, protestantismo y capitalismo, La NoctN De cAPLrALiswo. Conseguida Ja determinacién exacta del problema fen cuanto afecta a la religion, nos queda por precisar significado del término “capitalisma”. Muchas veces se a querido reducir este fend meno a alguno de sus caracteres, siempre utilizando un concepto especial, de modo que se leg a Jas concusiones mis divergentes, Recientemente Pigou considerd posible identifcar el capitalismo con el sistema en que Ta mayor parte de los recursos productivos estan oewpaddos en indus trias capitalists, esto ef, en industrias en las que los instrumentos materiales de produecién son propiedad de particulares o se hallan arrendados a partiewlares © se utilizan, segin sus disposiciones, para vender ‘con benefcio, los bienes y servicios @ cuya produc- cién contribuyen (22). Antes y después de él hubo ‘quien identifies el capitalismo con el sistema, en que adquiere difusién Ia gran empresa, y quien, en cam- bio, busca su carécter diferencial en ta movitidad de 6 Delimitacion det problema Ia riqueza, Otros creen quie In caracteritica del sis: tema capitalista es la preponderancia proporcional det capital en relacién con el trabajo (23). Von Swiedi- rneck-Siidenherst quiere exponer el concepto de capi talismo en funcién del capital (24), al contrario de lo ‘que hace Labriola (25). En general, los economistas prefieren las definiei- nes intimamente ligadas al medio econémico, jue sgando que el historiador puede atenerse a ellas’ con fruto, Esto es erréneo, ya que, por definicién, el his- toriador debe considerar muchos elementos de los que hhasta ahora ef economista hizo abstraccién por co- smodidad Los socidlogos evitan las definiciones econémicas, inclinnylose con particular aprecio hacia definiciones dde gran amplitud, en las que el elemento econémico no es sino uno de los componentes (26), Quienes in trodujeron un concepto del capitafismo menos ecand- rico y més, socioligico que el aceptado comimmente por Tos econamistas, fueron precisamente socidlogos de Ia talla de Max Weber o de la diseutida pera in- negable capacidad dé Werner Sombart (27). Tneluso los historiadores qui, en generalj:no gus tan de fa tociologia (28), pfefieren un. concept am- plio'det capitalismo o un concepto. restringido yd tesminado primordialmente ‘por elementos técnicos. ‘Tawney, uno de los mis notables, aunque en:esto: es original, ve en el eapitalismo un modo de vivir deter ‘minado por cierta orientaoién espiritual, més que un sistema de instrumento de trabajo (20), segtin cfeen en el fondo todos Jos que hablan de éapitalisms, en- tendienda por tal un sistema en el que predomina et i) Awintore Fanfoni capital 0 la libertad de trabajo, o un sistema en el que as competencia es libre, prospera la banca, el crédito se desarrolla, erece fa gran industria y se unifica el mercado mundial, Para estos titimos, Ia existencia del capitalismo va unida a-cantidades mis o menos ddeterminadas de medios de produccién, a la exten- siém ends o menos vasta de las insttuciones de cireu- laoién-y al perieccionamiento mis o menos completo de los instrumentos de trabajo, ‘Aceptados Ios criterios diferenciales itimamente revordados, no earéce de fundamento Ia eritea de que cl sistema capitalista no tiene caracteres originales, 0 To que es igual, no constituye una novedad, Fn efecto, rng han faltado hombres de buena voluntad que hice ran notar que ef capitalismo'—cuyo nacimiento se.fi jaba antiguamente en el siglo xv (30)— en el fon do prosperaba ya en Florencia y en Talia desde el xtv (31), Inmediatamente otros autores afiadieron aque también loreeia en las ciudades flamencas y fran- ‘esas pocos afios antes o después (32), y en Venecia, desde finales del siglo xx (33). Slonimski (34), apo- yado en su concepto de capitalismio, quisiera hallar fos origenes mucho més atris, afirmando que “la se- paracin entre los trabajadores y los’medios de pro- ddieeién, que constituye la base y esencia del capita lismo, es un hecho de fa vida econémica, que ya. se encuentra en la mas remota antigiedad, y supone des- ‘conocer Ia historia pretender Tigar este hecho a ta Epoca moderna, que empieza en ef siglo xvr”. Sal- violi (38) se muestra menos exigente que este eritco de Marx cuando, a pear de saltarse a pies juntos un imlesio respecto @ Strider y Pirenne, retrocede mu 8 Delimitacion det problema cho en comparaciin con Slonimski, descubriendo el capitalismo en la época de los Césares, aunque le acu ce la necesidad de califcar de “antiguo” dicho eapi talismo, para distinguirlo del nuestro. ¢Estard por cotsiguiente, toda la originalidad del sistema ca pitalista, toda su novedad?; gha existido entonces siempre?; zhabré s6lo variado la importaicia cuan- titativa de sus medios y la difusién de sus institu- clones? En primer lugar, a los precipitados deseubridores ‘el capitalismo en todos los tiempos tenemos que ne- garles la identidad sustancial, ya que nadie afirma J identidad cuantitativa entre los medios, las ins: tituciones y los instrumentos econdmicos de las d= versas épocas. Después, y esto es més importante, regaremos que hayan ‘dado en el bianco aquellos que identifican el sistema capitalista can los medi, las instituciones ¥ las formas econémicas, presen diendo de los fines, esto es, como sucle decirsé y re- sulta grato escribirlo, aquellos que hayan individua- Tizado la esencia. def capitaismo, Este es us fem meno complejo; su naturaleza no es-exclusivemente econémica; es un fendmeno absolutamente original ‘que posiblemente no fué conocido en ninguna época, aparte de la que siguié a los siglos xu y xv, Se trata de un fendmeno que no puede estudiarse en uno de sus mélkiples aspectos sin desnaturalizario. Estableoer an concepto de-capitalismo variable, se sin fos puntos de vista desde los euales se estudia, nro puede legar a poser utildad clentifia defini tiva. Frente a la propuesta de Schldsinges (36) de dar del capitalismo tm eomcepto econdmico,.oliticoso- 9 ly Amintore: Fanfani Gia, ieorpsicoligico y socioigico, debemos airmar aque esta subdivision del fenémeno en aspectos par cinles puede ser superada siempre que se investigue fu suitancia esencial en yer de concentrar nuestra tencin en las manifestaciones accesorias del capi- talismo. Todos los autores estan de acuerdo en un extre= smo: eonsiderar como ejemplo tipico de vida econ ‘mica capitalsta la que se consolidé en los paises ais’ progresivos de Europa Occidental desde el si flo XVi01 hasta principios del siglo xX, Las diver- gencias de opinin surgen con motivo de la época fen que se iniciara este sistema de vida, de fos earae: teres peculiares de dicha vida y, en fin, de las cie- cunstancias por las que los hombres aceptaron tal sistema de vida. “Es inGtilafrontar ahora el atime motivo de cusidn, porque puede decrse que se examina en casi todo el presente volumen. El primer motivo se toma en c6nsideracién de un modo conereto en el capi tulo Vy um poco en las demés partes de la ob fen cambio conviene detenerse en seguida en el se- frundo motivo para aclrar un aspecto de nuestra svestigaién, 'Ne parece conveniente insstir en as divergences ‘que surgieron entre los investigadores a propisito dle los caractees peculares dela vida econémien en tun régimen capitalist, sino mas bien partir de Ta opin conan, que’ reeonoce el carter de capita- lista al régimen econdmico que se afirm6 progres: vamente desde el siglo XV1M al xx en os paises mis esarrollados de Europa, Occidental, Comprobads x» Delimitacion del problema ‘esta opinidn coun parece correcto rechazar de mor mento todas las caracterizaciones del sistema capi talsta que han querido dar los distintos autores, « intentar, sin prejuicio alguno, determinar las cara: terstcas sobresalentes y esenciales del sistema eco némico desarrolado progresivamente en los paises mis adelantados de Europa Occidental desde el sit ao xvim al xx. Después, podri afimarse que di chas casactristicas son las peculares del sistema de- nominado por la opinién comin capitalist, aunque sea utilizando impropiamente una palabra que ens origen tuyo un siguiicado totalmente distinto, y, por Jo tanto, los puristas y tradicionaisas del lenguaje econémico pueden verse inducidos a creer que se de a atriuir al sistema asi llamado caracteristicas aque pueden también no ser esenciales en el mismo "El sistema econdmico que se consolidé dp un modo dominante en los paises mis adelantados de Europa Occidental (Inglaterra, Holanda, Wrancia, Bégica, Alemania, Italia) y en progresin crecente desde el Siglo avait al 22 parece presentar las siguientes ea- racteristcas = 1 Es im ségimen de actividad cconémica jus- | tiicado y construido por individuos que opinan que, \ { Ja vida econémica debe ser organizada por cada si jeto en funcién del principio del maximo benefico personal con el gasto minim, * Es un régimen de actividad econémica que cn virtud de sw principio de organizacin tiende a nar todas las resistencias naturales, sociates y Tnumanas que de cualquier forma puedan impedir el logro det miximo henefcio can el minimo gasto ar | Amintore Panfoni 34, Ba a sigimen de aciviad comin ge ceed desu pip de gens ede 2 ‘Cec oan foes ttre, sen yh Moe qe geen fait inn eno ice 9 gute al onion, Din stem, por su carats pecs: "Tene aencmenia aa acon de sn tie sor resets emo sire ot Te = tos del vida hoa “jiqmrnin ir que sean indirnes par ude ce in mycin ec, cx intent reform Lt qe ok Seto gra rn dee onsnan © cxtando ptecano oe que san props 1 ot opmuaci 3) Dunst, or esis en ce con as expen tons deo nos. Sons pce pra cngaine fia ia 9 sigue secon de eis oma: Sy erase copra de iat ini on 22 "aca fstisin pelo sete © teste, vere por lls & nda 6) ota bisquda stand moved wee imtfucortes qe agaten eens, Feminine de menoupecin ae ives vale ‘humane, Senpre que ea per ee howe mcno, yor local favor a Nis een replace vida pln on oe Siete ate ideal 9 a eo Set rote tn pays ene eretsme 2 Delimitacién del problema © en el intervencionismo, segiin los momentos his- trieos, pero prefirendo el primero; ) rechaza la validez de los limites. de cualquier , ‘naturaleza que se opongan a la organizacién de la | ‘vida en funcién del rendimiento econémico, aferrén- | dose asi a una doctrina fundamentalmente hedonista| ‘que en definitiva eae en el materialismo, ©) En virtud de las caracteristieas precedentes, <1 capitalismo: 8) constituye un régimen que ha conseguido gran sles innovaciones téenicas en el campo de la produc- cidn y la circulacién de la riqueza, tendiendo: 1) a la maxima movilidad det capital; U1) al maximo aproveckamiento de las fuerzas de ‘trabajo naturales y humanas; TID) a Ia racionatizacion extremada de la estruc- tura del trabajo; IV) a la concentracién de las empresas; ‘V) ala diversifcacion de los productos; VA) al influjo sobre los gustos de los consumi-/ dores; VI) 4 a wmifcacin y amplicn de mereae] dentro y fuera de las fronteras poliicas; VIII) a disciptinar la competencia mediante Ia re- sduccién de los riesgos; b) ha intentado subordinar el desarrollo de la vida piblica al éxito de la racionalizacién de Ia vida eco: némica, tendiendo 1) al imperio de Jas fuerzas dirigentes de la vida cconémica sobre las fuerzas dirigentes de Ia vida. po- Iitiea; ID) al desarrollo de toda la politica interior © ine 33 Amintore Fonjani temacional en funcién de la racionalizacién cond: IIH) a la expansion territorial del Estado en fun cién de la expansion de la produecién y, por consi- uicnte, de la asequibilidad de abastecimientos y de salidas; ©) ha sacriicado al punto de vista de produetividad seguido por los dirigentes de ta actividad econémica T) Ios intereses no. productivos, incluso espiritua tes, de los mismos dirigentes; TH) los intereses de todo género de colaboradores y no dirigentes de la vida productive, cuando esto era requerido por las exigencias de la productividad ; TID) los intereses de los. consumidores; TV) los intereses econdmicos y no econémicos de toda 1a colectvidad, ‘En las breves observaciones precedentes parece po- sible descubrir los principales caracteres de la vida econdmica que se desenvolvi6 desde el siglo xvitt hasta principios del 22 en los paises més desarrolla- dos de Europa Occidental. Y si, por un acuerdo con: vencional que lleva més allé del primitivo sentido de las palabra, dicha vida econdmica se considera pecu~ liar del sistema capitalista, segin se ha sefialado al principio, nos encontramos entonces en situacion de concluir que las caracteristcas del llamado sistema, ‘apitalsta coinciden con las que se han atribuido al sistema de vida econdmica consolidado en Europa occidental desde siglo xvitr a los primeros dece- nos del xx. ‘Si muestra tarea fuese agotar el estudio de los ea racteres del sistema capitalista, deberiamos profundi- 34 { - | | Delimitacién det problema zat lainvestigacin en ete puto para pasar @ re tar después Ios resltads obtendos por otos auto res en exe campo, Pero nutrro proposito es aver sua las rlaciones que en su origen yen su deat fo tavo dicho sistema con a seligin eaten y Te protestant, consderadas desde el puto de ws que Se determing precedenemente; ahora, pues, debemos preguntamos deade qué dngulo, y, portant, segtin Guiles de us caracteres pe ponerse en telco e Sistema capitalist con lag menctonadas religions, Por onsiguiente, se inyone aq la peegunta’ 2Oué fe émeno eanaituye ln esnci del sistema capialista? EL camino real para legar a concasones, posites en tomo ala relacén capitasmorrligin slo pvr ser el que permite poner en contacto le esenla dl fendmeno eapilatisa con la esencn del fendmeno fe- ligioso, Perderse en comparaconesy reacons > tre aspects secundarion de los dos fendmenos puede [roorcionar algunos resultados, pero mune para totatmente In cuttin debate, Esto ba sucedido. a coantospusieron ex relacién, por ejemplo, la act dad. de cet sutoridades reigiosts con el end Into de algunas empresas relacionadas on aque Tas, y eto sucedera tambien a los que quisieran por ner en Flac el progreso tnico mis 0 menos P= pido en una detrminada rama de la prodcin oe tra regién daca, por ejemplo, com el nimero le cecueas proesonales promovides y mantenides por cualquier Congregacin rlgitsav tl sumento de sa lidar’ de'un mereado con la peneracin de ceras compatias de misioneros en terras descoocias. "Tan séloaislando la esencn del capitalism es po 35 Amintore Fanfoni sible legar a averiguar su naturaleza, sus origenes y Tas leyes de su desarrollo, Una vex determinada st csencia es posible discriminar eudles de los fenéme- 10s religiosos 0 no religiosos que se presentan a Io Jargo de la historia ge hallan relacionados con Ia vida del capitalismo ya porque desde el momento en que se presentan adquiere vida el capitalismo, ya porque 1a evolucién del mismo queda en cierto modo’ condi ccionada en cuanto dichos fendmenos se manifiestan. Un autor argentino, Julio Meinville (37), en su interesante ensayo sobre la Concepcién catélica de la economia, con el fin de preparar el terreno a una no- ccién exacta del capitalismo, hace previamente una ‘breve disquisicién sobre ‘la materia y la forma de Ia ‘economia”, Dice lo siguiente: “En toda construccién ‘econémica eonereta, por ejemplo, en la economia ca- pitalista liberal, podemos distinguir dos elemento tinicos sustancialmente en un solo ser; utilizando la terminologia aristotélico-tomista, amaremos materia al elemento € informe que recibe del otro ele ‘mento, que lamaremos forma, una a modo de alma yy wna conformacién. Por fa unién sustancial de esta, ‘materia y esta forma se engendra una construccién ‘econémica conereta, delymismo modo que todo ser ‘material; por ejemplo: el agua resulta de wna deter ‘minada cantidad de materia organizada, segtin el prin cpio determinante y especfico, que es Ia forma, La ‘materia es un elemento comin que puede recibir for ‘ma de diversas formas, dando lugar por ello a seres 6 esencias distintas.’ Por ejemplo: cuando bebemos agua, y:éta se convierte en muestra carne, desapa- rece la forma del agua, dando lugar a la de la carne; 36 Delimitacion det problema pero la materia sigue siendo la misma y sostiene ahora la forma de la carne como antes sostenia la det agua, Esto quiere decir que pueden existir sucesiva- mente dos seres distintos que tengan una misma ma- feria. Apliquemos esta doctrina a Ia economia ea talista Uberal. En ella las méquinas, el crédito, el cambio mundial de mercancas, por ejemplo, son ‘como la materia del edificio econémico, y la confor smacién que se da a estos elementos es como la forma Si se imprimiese a estos elementos una conformacién distin, si se les determinara por otra forma, podria cexistir uma economia distinta, Por ello, To que inte- esa para el conocimiento de una construccién eco- némica es determinar el principio formal que const tye como su alma, Este extenso pasaje eosifirma la bondad de un mé- todo que ya adoptamos en trabajes precedentes y ‘también en la primera edicién de esta obra; nos aten ddremos todavia al mismo, perfeccionéndolos. Por tan- to, en principio, nuestra principal preocupacién sera averiguar el “espiritu” del sistema capitalista tal ‘como ha sido caracterizado mas arriba, Una vez iden tificado este espfritu capitalista al darnos fa. explica- cién racional del vivir del hombre y la sociedad en ‘una época dada, esto es, de su exist y obrar en un ‘mundo determinado, dard también como consecuen- cia la posibilidad de expliarnos por qué en deterin- nada poca el hombre y la sociedad han buscado la ufiizacién de ciertos medios y de ciertas insitucio” nes para actuary para conseguir unos fines dados. ‘Ahora ya puede decirse en este sentido y por esta rax ‘én que el “espiritu” es Ia esencia del sistema capi CF Amintore Fanfoni talisia lo mismo que de cualquier sistema, porque contiene st seereto, es str condicién y da sw explica cién, De este espiritu, en cuanto determinador y re ‘gulador de los impulsos, dependeré eventualmente el estimulo para la creacién de nuevos medios y nuevas instituciones © Ja modificacién de Tos que ya exis tian (38). De esta manera, uns vez determinado el aspecto ‘esencial del capitalismo, que tendremos en cuenta, para establecer Ia influencia que la religion cristiana, fen sus formas catélica y_ protestante, haya ejereido sobre su desarrollo histérico, no queda més que en: frentarse con la solucién det problema elegido, 4. Dinecrrices steropoudaicas, gros aul yx rea fl compre e = iodo oe adeno rine rns intenarenos preci Io debe nears por’ ntsc, soins traf hinricente calle on aut career ‘as pind, eis porn lo uy on coe, Suse rer cando to cae presen tes fvcigacones rela han sora sobre I acne comics eos Hombre eas terns jens, 9 aproveiano rien el ina Thats gue ela en mica sore on rig Seto it copalnce Ta, que e cae a acl yo ors edn pubeadon Stops a primes eficion del present ire Las fetes objecoes da al ome de et 8 Delimitaciém det problema capitalsta, expuésto en la obra reciéncitada (9), no me han inducido a abandonar tal concepto, que por el contrario, precisado con mayor exactitud, sive de base al presente trabajo, persuadido, como estoy, de que cualquier caracteristica, aparte de la. que hemos tomado en consideracién, carece de aquellos requis tos de esencialidad que permiten una exacta identi- cacién del sistema capitalista en el tempo y en el ex pacio, Si se ha podido obtener algin resultado en este yolumen, Jo mismo que en el precedent, no vacla ‘mos en decir que se debe a la tentativa de precisat ‘muevamente uno de fos caracteres fundamentales del capitalism Posteriormente examinaremos. la. influencia que , 1080, 7 Woe macht cin Zeitalter Repalnich?, ene "aeischeite far de ges. Staatswissenchaft", 90. B. 192 pm, Besa (25) Lannroes, A, Coptoiomo, Napali, Morano, so28, 3 os (25) Para lor signicados stebuidos gor Joe alemanes le palabra “capitaliomo’, vs Passom, R, Kopitalisms, Tena, Fischer, 1936, Ottor ands de ar stints definico ‘ae en: ‘Travaceas, V., Il conctto di cafiteliomo, Pado- Cedam, i037; Bauccuaamt, A. Il capieime, Rows, Ta Givitd Catlin”, 19977 Citsch, F., Corton el Por. 4B Anintore. Fenfani gaviceasione capiaitica en los “Stati in onore dR. Dalla Volta”, vol Th, Figsnae, Cys, 1996 27) EI primera especiimente en la obra citida Die protestonischs Ethit wed: der Grist des Kapiaizms, y el Segunds en Der moderne Kapitalomas (0b, ct) yeh Der Bourgeais (ob. ct), (8) Tawnty (The Study of Heonomic History, ex eonomica", feb, 2953) ba sostnido recenterente Ts te cesidad de introdcr una considhracin sociolies en Ine Investigaciones de hte. conics, Go) Tas, RH, Religion and the Rise af Capita Tom, 0. ot (G0). Sombart se afer a dich fecha en ss primeros tiempos, Como <3 sido, Mars (Dar Koptal, Lib. 1, apie tulo NXVID, fila ls eta capitalist en al siglo X¥1, pero Seal ex Jos sigh x1v y 30 las primeras apaicooes de fs Droduccién capitalist, como hecho Lipson pata Taga fea receatemente (The Leonomie History of Englands The Middle Age, Vel, Landon, Black, 1999! GA este respecto Hncomtable ly iteratira ya ci= ‘ada en nuestra obra, preesdente (ga) Pinmuns, Hy Lee vider de Phitire sosite ie ‘apitliome, Braxles, Lda Pesple, toaa; Les viller de Moyen ge, Broxlles, Lamertin, 1027; Ler marchonde le ‘tows de Dit gu XIV ot aw XV aie, en "Verein helt Sir Soralund Witschaftagechichte”, 1904s 7 grand commerce desperation au Moyen Age ee vin de France en los “Annales Ghistize etmomique et sot Ie 1008 Pa, 230. G3) Hever, Ry, Zur Betsthung des Kopitaliomns ie Venadig, Statgart, Coca'sche, 195, p86. 123, GO Suave, M., Perueh einer Krit der K, Mors’ sehen aonomischen Theorem, Berlin, 1880, 188, 13. G3) Saustou,G, I coptaime entice, Baris Later 2, 1000, 4 Delimitacion del problema (9) Scmossrsors, A, Dor Beoritf Kapitalismus, ca “Soriale Revue", Hele, x'de marzo de 1038 (2) Menwvmass, J, ConcePcin catia de lo econoe mia, Buenos Altes, Catsos de Caltura Cates, 198, Dh Binge 146, (8) Weber sete Jo siguhnte (Die prot. Eth, eee ob. Gt, cap, Ty par, 2): "Le lnvestigneibn de las faeraas ‘ome favoreierén In exzansion del capitalise modemo 0 “nse, por lo menor amo objetivo primordial, en la ‘estgacon de la proctdenia de las reservas de dinero @o= Se uiizaron como capital sno que consist, princpalmente Gu fs snvertiqacion del dessrollo“dst eairtyeaptaliet, AK donde este espsi se manifests e iatemta hacese ra Tad sparecon ls exptales come medi de sa accign, pero so socide nunca To iveso ‘Resentomente cacentamos olras_manifstaciones de fs tendencia moderm a buscar las expicaciones de los hechos fcondnicos y sociales on razones de indole moral: Roevia Ta insistido en ct orden spiritual de la causa del “destino Miteico del Hansa” (Lee raitons intellcuclier Cine se Pomali commecile: ly Hans, en ls “Annales Gite Fe weomomiqee et stile", 15 octubre 990, m° 8) y Mor ‘net ha dedicado un rues votumen al aniliis detallady de {op origene intelectsates de la Revolucion francesa (Paris Coli, ros), Ea euunto a mise rebere he tenido ca cuenta feta tendeel, In he valorizado y hecho valorizar por mie Clscipuios y he realizado wna teotativa para explicar” fa “ida ccondmnca. especialmente em faneion de fos eters ‘colgicos (Cir. Fawvast, Inreducione allo studio della tioria cconomica, Milano, Ginff, 104, y Store economi- Moo, Principat, 29g ambas aparecidas terminada época, conviene definir inmediatamente 10 ‘que el espiritu econémico sea. Entendemos por espiritu econdmico la total actitud interior, consciente o no, gracias a la cual un hombre ‘acti de una forma determinada en los negocios y se siente justifcado, ‘Asi como toda actitud humana reflexiva deriva de tun principio fundamental, el espiritu econémico de tuna época determinada se halla ligado necesariamente 1 la idea que los hombres de aquella época se forman dela riqueza y de sus fines. Naturalmente, la idea de la riqueza se refleja en la eeccién de los medios de adquisicién 0 de Tos modos de uso de la misma, De sa " La esencia det capitaismo aqui se sigue que a toda idea de rigueza correspon den unas correlativas reglas de conducta eeonomica que, puestas en practica, determinan las catacteristi= cas particulares de las actividades econdmicas leva das a cabo por un individuo dado. En estas activida- des se manifesta concretamente el esprit econdmico de dicho hombre, de suerte que de su observacin de- dducimos el espiritu que lo anima, Las condiciones de hhecho aproximardn o alejardn a los hombres de ne~ gocios de la concepcién de la riquesa, considerada ortodoxa en aquella época. Resulta por igual evidente 4que el mayor’o menor apego hacia soluciones sue- ridas por Ie prictica puede modificar a la larga, de ‘un modo permanente, la adhesién prestada a diche cconcepcién, Es itil observar que la idea de la riqueza se halla ligada a la vision general del mundo, de manera que al alterarse ésta también varia aquéll, Y revelando del mundo, resulta ficil inferie que cada edad his- térica es natural que tenga un eoncepto particular de Ja riqueza y, por tanto, un espiritu econémico es- pecial Entre ef siglo xvinr y 2x18 la riqueza fué conside- rada por la mayoria como el medio mas adecuado para una satisfaccién cada ver mejor de todas las ne~ cesidades posibles y como el medio ms oportuno para ‘mejorar la propia situacién, Los bienes se considera- ‘ron como instrumentos destinados a ser utilizados a? Iibitwm por quienes 10s poseian: No se teconacié. so~ bre ellos ningiin derecho de terceros no propietatios, tai mucho menos se pens6 que fvese ilfeito al propi 53 Amintore: Fenfani tario utilizarlos para conseguir de ellos un aumento ‘limitado o una reproduecién cada vez menos costo ‘sa. E1 hombre de entonces unié la idea de deber al cconcepto de riqueza; pero esta idea, en vez de si fear limitacién en la adquisicion, signified ta misi ide no perdonar nada para que a 'productividad de sa tsfuerzo se clevase al méximo (5), Una vez roto el ceslabin que unfan la idea de Ta riqueza como un me ‘dio y la de salvaciin eterna como un fin aleanzable ajo determinadas condiciones de uso y adquisicion dle los bienes, y una vez aceptado que no existia op “in alguna entre la intensidad de la accién econo: ‘nica y el fin éltimo (6), desaparecieron las limitacio- nes impuestas por la moral religiosa a la adquisicion de la riqueca, Esta deja ya de aparecer como un me: ‘dio de satisfacer solamente de forma limitada ciertas necesidades esenciales. Asi se abrié camino ta idea ‘de que In riqueza era un medio perseguible de todas Jas maneras consideradas como buenas, en tanto que se deseara y se tuviera posibilidad de hacerlo, Esta ‘concepeién no exciuye In condena de algunos medios ‘de enriquecimiento, como el hurto, el atraco y el robo: pero, a diferencia de la concepcién precapitalista, se fseverd que no existian limites en el uso y en el per~ eccionamiento de los modos licitos de adquirir. Esta conclusion se afirmé en cuanto dejaron de conccbirse feomo acciones censurables 1a adquisiciim cuan vvamente ilimitada de riqueza y In satisfacciém iii ‘ada de las necesidades. ‘Una vez excluida Ia existencia de un peligro de in fringir las reglas morales segin Ia intensidad de us6 dle los modos licitos, se adopté 1a regla econémica 5 La esencia del capitalismo como eviteri de tal atilizacin, En adelante el prin cipio del rendimiento regulé la intensidad de I ut lizacién de fos medios moramenteliitos, Este hecho aadguiere enorme importancia al pensar que la admi- sign de una mitacion moral a fa intensidad de uso de Tos todos de adquirir moralmente Ticitos supoie cerrar el camino a infinitas modatidades de enrique- cimiento, y, sobre todo, signifiea a menudo. evitar cualguier ineremento en la cantidad de riqueza dis nib, Tal conviceién represent la mis franca con dena del tradicionalismo, considerado por Sombart (7) ‘somo. una caracteritien del espirta.precapitlista Y ‘tal eonviecin silo fué posible desde el momento cen que se rechazb el principio de la subsistenca, o anejor dicho, de I sufcien Ta esencia del espritu cpitalista aparece eon max yor earidad pens que para el hombre precapita- Tista (que habia liga ta idea de riguera a fa idea de instrumento. socal y habia relaionado la actividad ‘conémica con la asa de las necesidades correspon sont as estado) tenia que establcerse una dser- aminacién no slo entre los medios lictos e iio de Adguisiién de la riqueza (lo cua, en otra media, también le ocurre al capitalist), sino, ademés, tina dliseriminacién entre la intnsidad licta y lx inten dad ilcta del uso de los medioslctos. Para el honk bre preeapitalista la moral no s6l6 condenaba fos me- | [“ dios ilicitos, sino que también limitaba la utilizacin ie feos lictos, Evidentemente, el riterio econémico | ‘quedaba uitlizado de esta forma y la organizacin de la vida econémica se realizaba segin eriterios mora- les, Esto sucedis porque el hombre precapitalista no 55 Anintore Fanfani ‘onsideré licito el enriquecimiento individual ilimi- tado; por el contrario, tal enriquecimiento le parecia insensato desde el momento en que-cada uno tenia un nimero bien limitado de necesdades que satisfacer segin la condicién de su propio estado, cuya mejora le parecia injustificabte (8), Los que estaban convencidos de que la riqueza er sun medio para alcanzar los fines naturales del indi- viduo —lo cual ni estaba separado ni podia Hiita- mente separarse del exmplimiento de los fines sobre~ naturales del individuo y de tos fines. naturales de la sociedad— eligieron para la adquisicién de Ja riqueza Tos medios que n0 alejaban del fin no inmediato y de los fines conexos con éste. La 2c tividad econémica debia desarrollarse respetando las rela de conden, ave pemitn cumpl os Soe, resto que para alcanzar los fines individuals, natu~ Fas y soberatrales, low fines sce er precio seguir determinados carsinos econémicos, seeccio- nados a fa uz de la moral social y religiosa, La act- vidad econémica, aspecto de la actividad humana pare lcanzar los fines, debia desarrollarse dentro del m to de la moral, delimitado por las costumbres 50 ciales, las replas‘poltias y los principios religiosos. Los medios de adquisicin de tos bienes no podian clasificarse en uilzables 0 no, sein su mayor o me- nor rendimiento, sino segin st adhesion al sistema ‘moral, ya que toda accién tenia que mantenerse den tro de ste, Se comprende que, a igual lcitud de los rmedios, se prefiriera el medio que producia mas bie~ | nes. Por eonsiguiente, en el fondo, el cardcter prima~ +] rio det espfritu precapitalista fué no realizar 1a clec~ La esencia det capitalismo in de los medios de adquirir bienes com criterios de utilidad pura, sino con criterios de utilidad s6lo en Ja medida en’ que ésta era compatible con el fortal cimiento de los erterios extraeconémicos, Casi parece! superfluo extenderse en explicar eu fué, por el con- trario, el cardcter primordial del espirtt capitalista Por cuanto la moral del hombre capitalista no imponts uso limitado de los medios licitosy tiles, el carter primordial, del espivitu capitaista consistié en el uso. ilimitado de tos medios de adquisicién de Ta riqueza considerados moralmente licitos y econdmicamente it les. El hombre capitalista desprecié la moral; adopt6 ‘una moral propia que, si excluyé la lcitud de algunos ‘medios (ajustindose en esto, con frecuencia, a Ia mo~ ralidad precapitalista),no limit6 el uso de los medios considerados licitos (0) Otra diferencia entre la mentalidad del precapita- lista y la del capitalista consiste en lo siguiente: el primero considers que los juicios de valor en el cam’ bo econémico debian establecerse sobre criterias mo- rales; el segundo, por el contrario, sostuvo que el eri- trio econémico,debia ser 1a medida para tales jui- cos. Ast, por ejemplo, el precapitalista tendié a igua~ lar el precio de los bienes a su coste de produccién mas que a la estimacién comin (20), mientras que capitalista adecud el precio de los bienes a la estima- cidn comin mis que al coste de produccién en con: secuencia, el bien vendido por debajo de su coste daba lugar aan cambio licito para el capitalista, mientras que para el precapitalista daba lugar a un cambio s0- bre cuya licitud tenia por lo menod grandes dudas. Otto caso: mientras que el precapitalista tendia 7 Amintore Fanfani proporcionar el salario mis a las necesidades del pres- tador del trabajo que a su productividad, et capita lista, por el contrario, tendia a proporcionarlo ant la productividad que a las necesidades del trabaje dor, Este ejemplo demuestra con cunta frecuencia fl crterio moral se interfirié en los juicios econémi= ‘cos del precapitaista y cémo, por el contratio, Jos ‘del capitalista han sido formulados a base de eriterios econsmicos homogéneos. El concepto de que fa riqueza es un medio para el ‘camplimiento de los fines naturales y sobrenaturales del pudiente y del desheredado fué derivado de las ‘reglas de moral religiosa y social (en este c2s0 cris: tana) aceptadas por el precapitalista europeo. Por esto, en cuanto medio, no es otorgada tanto al indi vidyo coma a la humanidad, Idea importantisima que ccondiice directamente a tina concepcién social del uso tle la riqueea, esto es, a una correlacién entre fa sa~ la. satistaecién de las necesidades de tercero (del préjimo). Este con- cepto probibia el enriquecimiento personal ilimitado ; cl hombre precapitalsta podia adquirir cuanto queria, jsfratarlo ilimitadamente, Aparte de aplicar to ad ‘des —con enya persistencia no habria podido atender fadecuadamente al cumplimiento det fin supremo, se ‘gm su estado seligiso y socal—, no debia retenerlo ferea de si ni utilizarlo para si, sino distribuirlo en: tre los que lo necesitaran; resttuirlo a la sociedad a Ja enal pertenecia, para st utlizacién. De todo esto surge una Fimitaciin del disfrute de los bienes, al iqual que de la concepcién de la riqueza surgia wna 8 La esencia det capitalismo limitacién de su adquisicién mediante la eliminacién de los medios no considerados morales y meiante la limitaciin del uso de los medios moraies. El origen le ambas limitaiones estaba en la subordinacin de los fines econdmicos a los fines extraecondmins (- liicorreligioos) (11). Lego, el segundo cardeter del esprit. precapite sta fue Ia wtilizacién social de la rigueza, que para «individo se tradajo en una limitacin de distrate dele misma, Esta imitacin fué respetada esponté- neamente o coactivamente por adhesion ala moral 0- cia, bien porque étafuere garantizala por a legise laciin eclesidstica, bien porque fa garantizase la le sslaciéa civil (12), y constituye igualmente una fir Initacin en favor de ls fines sobrenaturales dl indi- duo o de los fines naturales de la sociedad, siempre fen menoscabo de los fines individuales de ordem na tural y mis concretamente de los puramente econé El capitalists, por el contraro, no tenia una con cepeién social de la riquezs, sino una eoncepein.in- dlividuatista y uiltarista (23), de modo. que la posi Uildad iimitada de disfrute hacia iimitada Ta cape cidad de adquisicién. Por consiguiente, diremos 4h otro caréeter propio det espritu capitalista fut el usd. individualista y ulitarsta de la riqueza, que se tra dijo en um disfruteiimitado de la misma, La ten! ! dencia a In dimitacién de la adquisicién vino refor- zada por este hecho ‘Resumiendo, podemos decir que el fruto del esp vitu capitalista fué aquella postura adoptada por el hombre de fos sigls xvmi-xrx ante fos problemas de 59 Amintore Panoni la riqueza (su adquisicin y utlizacin), al estimar que ésta s6lo era un medio para la satisfaceién ilimitada, individualista y utaltarsta, de todas las posibles ne~ cesidades hnumanas. Quien estaba animado por este copiritu elegia los medios més stiles de adquisicion entre todos los licits, usindolos sin preoeuparse por ‘mantener Tos resultados dentro de ciertos limites; en 1 uso de Ia riqueza se mantuvo fel al principio indi vidualista de disfrute, y no conocié otro limite a ia dquisicién y disfrute de fos bienes que la convenien: cia hedonista Es evidente que un hombre semejante nunca crein haber perfeccionado bastante sus medios de busca aadquisicidn de tos bienes, y de aqui deriva otra ex lidad: el perfeccionamiento de tos medios; afin de perfeccionamiento que podemos lamar racionalismo, pero agregando el calificativo de econémico, porque cl concepto de lo racional es relativa (24). EL hom- Dre precapitaista fue més tradicionalista, es deci, ‘mas apegado a los medios que consideré. suficien” tes para obtener un fin; se contentd con lo bueno que poseia, no buscando lo mejor, por una razén muy sencilla; porque no le preocupaba la busca de lo cada. vex mis productive, Como ya notamos, la idea de subsistencia se hallé ligada al tradicionaismo; la ili imitacién estuvo unida al dinamismo, esto es, ala in: \ /satisfecha y ereciente racionalizacién econémica de los medios. Ya hemos advertido (13) que en un sis- tema precapitalista el moralista tuve mucho que ba~ ‘er, pues probé los medios y Ios eligié o los eliminé en ‘un sistema capitaista tuvieron mucho que bacer cL ingeniero y el economist, quienes al valorar el ren- La esencia det copitalismo init de 1 etic fs aoptaron ts see ren Esto expla qu tl contoen pedheseantents aria ws cali propio essa sad oe ‘tis, fsta el pnt de ndna algo (1) ae sir quel acioaiad conn n citer dy Sato primordial dt cpitaans, « pes ge tsa clad preps no atom oe mai ae cod part un is, por tants tambien se pas ca cro doa acta tomemien i ee trode lw tes perio por ronaldo ner EL hae sind el exp captains racnaliar cents no aio pect eo “nso ea scviad man, sn st tal cl Gay lade ns emefaneto eda ome Hs! en a apc ete en ef abe ral ere plo @ enol eicorcgan, bien Cacao ctv desu mud eal del ene, Scie, todo bu amano dels orp sok ‘a al sas de ete ea nan emp {que apes se agian edn de ets fe, tn lebte stoma lng, prntpuda por Be, Sia ls Gicencan stance mals de fon Sr desis contemporinen yo de os pre et fe, determina ec de un modo dete Seapine cont de eggs angus ot ty Dodncr denis como un tho fe els pena tm Exch, pes, Pence Ferta: “Pars or Cte problem de produc ya noe Toque ee pare de capita capitalica mp considers las gaman- cl comp up miaio de satisfacer sue neceidades mers les, sino como Snalidad de eu vide Admitido et, siempre podria afirensse ea el fondo que la riueza sigwe siendo fin medio de satisfacer la necsided de riquezaasma de Tos Frombres meeros (6) Come una de as primeras smaniestacies de eta 78 Amintore. Fanjani concepeiin pac recordarse In protesta de lon comerciantes {el sil 1, que afcctados yor las prohibiciones del pes tamo a isterés sfirman que dicho préstamo no sélo es it sls edad sino que adem es una cosa moral (GaoeT¥- $x, 'B, Origines de esprit Bourgeois en France, 1, LE gh- sr ot lo bourgeois, 2" ed, Pers, Galinard, 1937, pi va Sp): y extone el autor aninima de La Théorie de PDs leril de Pargent lo siguiente: “La vrai raton, qui rend Ke sities Tes profits que font les Banquers, est done quis Fenwplissent les devoire dian état ve ext eat ct ile ot Suiorisé..: Tout établissoment dune wii reconnve par sce ext aut un Gtabliesemett iste; parce que last seme Sagvese 3a pu mettr en opposition Fordre des cho- (eset le rales des mocurs” ) Swwaaes, W,, Der Bourgeois, op, city wes. 13-1 Para las citas documentadas de tolas las afirmacio neg roatives lov caracterstiene Histirieas del eaisite recapitalva oe romitinos a nucrtrs obra situa Le rig dello apirto cap. 8 Vaio, (©) Tal ver no sea intl amar ta atone dl lector acerca de ae diferencias entre To que se expone mie arr they Jo que escrbimos en el caittlp cexto de la cbra te- tidemente cits, Sin embargo, las mediieaciones mo ‘eran en absolute muestra opinion sobre el memento y Tes ‘causes del origen del esprte eaptatista @n Ti (Go) Encontramos pruebas de clo eo las prescripciones ‘de las eoxpraciones medievses sebre ol aumento dl caste brimario 0 sobre el “taceamento”, Sobre ese punto nos Tonitims.al conocido y citado extadio de Saport sobre Feaceamnto” 3 todor aquellos ejemplos que hemos cis doven mucsra obra acerca del esprty eabtalista en Tt 4a (ap, ITy HD. (11). Véanse tos cap, 1, IL y VI del ensayo Le origin dell spiro capitalistic in Til pura. eumta anterior ‘ese ha dicho por otros y pat mi acerea de ln mentaidnd 4 bembre:precapitlist, ” if | La esencia del capitalisoo (12). Cuando fa lees elesistcs, por ejemplo, pe ‘ion dceretos contra el prestamista i. preveibe que 2 rgerts eben reintegrarse las usras, se transforma eB Tomtizadors “de lon ideales precapitaliaas | (Saross, A Lintereee del denara a Fits nel Trecente,e& "Archie ‘io Storcy Raliano”, 1008, vol, X)s a legislacign eile uta le misma fancién coando fortatece los vinculor corp ative, cumdo persigue as demandas wsuraias, cuando Deohibe a concwrrenia y cuando garantiz q. mil mabe ras el precio iusto (FANPAN!, Ay Le origi cee, op. ct, 9 5263 dinde se encontraré. biblograt), G9) Reoordsmos que éte es el tipo perfecto del capts- Hata que poster en In prctica eta o aqua cuaidad, més sguela que esa, p experimentark ner veces le ifiuena fr ideas ngulares en su tempo y oftas veers 90; puesto te él es un hombr y vive entre los hombres y tas los Tomes, que no piensan y obran tos como 6 (a) Wenes, Mi, Die protest, Bthit, ob, ct p. 1s (3) Faswaxs, A., Le origin’ dello spirto capttsice, oh, eit, 9.196. (8) Rost, MM, Lascesi capitalitice, Roma, Doxs, 08 pigs, O14 G7), Pramaza, Fy Raccolte delle prefasion: oi volun dello“ Boiotees: det Economists", Toro, U. TE, Ty 1899, vol H, pigs. 3788, (08) Wren, M. (Die prot, thib, ob, itp. 39, avi que el captalismo que existé en China, diay Babie- si, antgedady of medio ablo ve dintingse del naestto por el ethor particular que lo anim, (09) Tals circunstancias se examinan «a el caitlo TV (0) Vox Betow, Probleme der Wirtachoftqeechiche, oh cts 9,4, (@i)_Becrbe Sounarr (Der Bowrgecis, 5,16) ave i ispenable referrse al predominio Ya que ningin este ‘ue imperado de modo excloiv. 75 Amintore Panjoni (22) “EI sistema capitalista actual es un cosmos si santeseo en el que el individao se encwentrasteado. 7-8 fuien Te viene dado, por lo menoe en cuanto individ, ‘como una organzaciin de hecho inmetsble en a i debe vivie” Wants, MG, Die prot Eiht, p, 37°) 9) Recuerdo ave om un pequeio pueblo de Toscana onde no exsian ms que dos hoon, cl dieio de to se ‘llag estaba cerrar en domingo, para’ Fespetar el presto religiow, y no pay hacerlo porque el competidor no era del ‘mismo parecer, manteniaiy su horno aberto incluso on domingo, con Ho que el bien inteneonady haba gerdido clientela, que poseyendo casas de comida queria pon bland ‘ambiéa' em domingo (24). Sestin Bctaunonr (Memoiree seretes, tomo 9, 1 TID, euando en Francia e sba x fomdar ta Caja de des” at 1776 to wos ators de Sorbo a rom oponersa a allo aplando concepeionesprecai- {ita "Agen dacs ates, como serch ree de 1761, 90 se miraon con buen ojo as primeras Umidas a> icles de formas anuncidoras como’ aya del cmtrsi. (Broo, Ry Lo" Caisse @Escomple, 17781799, Pare, Lee Presses Univ, de France, 8 dy 0. 49 ¥ 9607) 23) Cle. Frenne, A, Le origin, ects 0, €, caps. Ey TL con ejemplos de casos conerets, G5) Un sure responds & sts ijos que Je exhorts: an a pensar en el alma." Vesotron tend euidido cot Toe dablos de agul y dejadme = mi los de all, (Tsxasata, N. {La fomiatia ations net wee XV 6 XVI, Palermo, Sania, 1912, 9, 2830) (a7) Sewin Larson, B, (The Beonomic History of Ex land, 5° ed, London, Black 3930, vol I, 9s 408, 1a pro teecidn y el movopolis a Tos Merchaat Aventures se cope ‘iron gor el Estado pura obtener eh desarollp de "a well Srdered and roled trade", segin “the ideal of medical commerce” El primitive’ eteatilama francés perigud finer andlogor (Boisownaoe, Le zacioiome EMH, LT 76 J | La esencia del eapitalismo strict tes clases industrielles en France pendot ies dus premiers sieles de Pre moderne (14p3-1650, Paris, Cham ion, 1927, . 9-10) Thsiste Soweanr (Der mod, Kapit, vol. 1, p. 36299) eo relacionar cl-mercantiisme y la poitea econimics de ins odades medievales de la que Luzzarre (Stonia Economic, fh, cit, 1934 #. 438) y Heexscne (Der Merkontiliom, Jena, Fischer, 13a) consideran que recibe las iene der TEn Ata parte he puesto ex claro que dorante los siglo scursvir to a oa eoncepeton capitalists eonslidada et Jos indvidvessubsste en Batopa ana conceeién precepts te qus informa la polities esata, Lo cual tor conima 0 Toy Seales de as eases diigentes todavia no ve han transfor mado en ideaes capitalists y, por Jo tanto, qe si bien o ‘uo europe ecedental exminaacia sy transformaciin en “ato capitals ne clases que detentan el poder se oponen todavia a dha transformacion, (Fastrax, A, Storia econo ‘nica dlls crisie delTosperio romano oi prim del sec, XVI Ted, Milano, Principat, 194, parts TV, cap, 1). G8) De Russie, G, Storie det liberalism moder, si, Later, 1935, 8. 7 (@0) "EL triunfo de Ie organzacin capitalists no es an terior al sigly x, mejor dicho on cai todo el mundo 90 fe anterior a In mitad de dicka centuria.” (Sts, HL, Les trig d capt, ob. 3, ig. 7) Go) Wents, M, Die prot, Boh sige 2. cet 0b, te ap. Te CAPITULO TERCERO LOS INSTRUMENTOS DEL CAPITALISMO 1. La‘pirusi6x pst uspfRiry CAPITALISTA, 1. Al finalizar el capitulo anterior parecié opor- tuno advertir que el espirit capitalista se manifests primeramente de an modo fugaz en algunos inlivi- duos, pasé después a inspirar sus acciones con mayer frecuencia y en seguida termind por informar toda su vida, Estos individuos influyeron sobre sus contem- ppordneos, haciendo seguir sus huellas a un gran mi: ‘mero, que, al aumentat con el paso del tiempo y la siicesiin de generaciones, consiguieron en cierto mo= ‘mento ejercer una influencia preponderante en las or- ganizaciones pablicas, adaptar las insttuciones socia- les al nuevo espirits, conquistar y subordinar ef Es- tado a los nuevos ideales (1), y, en fin, transformar Ja sociedad en capitalist, La figura y las actividades 7 Imintore Fanfani de Jacques Coeur (139371456) resultan tipicas para ‘comprender esto: siendo comerciante, se transforma ‘en constructor de las naves que le sirven establece _almacenes propios en varios centros de comercio, em. prende la produccidn de los bienes en que trafca, se aproxima a Ia corte de Carlos VIT, se transforma en su “‘argentario” y obtiene del rey faciidades para {a reeluta de sus tripufaciones y ordenanzas que abolie~ ron Jos peajes y promovieron la mejora de los cami- nos, y de los eanales hacen més féeil su enorme act vvidad mercantil. Asi Jacques Coeur, de modo indi recto, inclina de su lado la fuerza y el poder del s0- berano en beneficio propio y de los que bajo su de- pendencia o siguiendo sts pasos reavivan la vida eco nnomica de Francia. La misma autoridad de la Iglesia utilzada por el neo-capitalista francés, que obtiene de Nicolis V un amplio permiso para traficar con los infiles (2). El proceso, que recordamos en breves palabras & ‘lustramos presentando Ia activided capitalista de “Coeur, se desarrollé a lo largo de muchos siglos. An- tes de transformar la sociedad en capitalista, los in- dividyos aislados que se proponen fines capitalistas fienden a procurarse medios e instrumentos adecua- sdos para estos fines, En el primer momento se intent adceuar 10s antiguos medios a. los fines capitalistas. ‘como nos demuestra el perfeccionamiento de los eon: tratos de sociedad en este sentido (3). Bata tentativa ‘de modifcacién individual de los viejos instruments se fué desirrollando de modo casi imperceptible, y s6loevando las insttuciones sociales impidieron’ la ‘modificacion de tales instrumentos en sentido capita Bo Los instrumentos del capitalismo lista, los individuos animados del espirta capitalista ‘se vieron en la necesidad de doblegar también a sus fines las instituciones sociales, Por ejemplo: s6lo ‘ando se considera conveniente recurrir al préstamo interés, se siete el peso de su prohibicién relativa, y después de haber ensayado mil expedientes para ‘ludirla y para remediar los perjuicios, descontentos hhasta de fos razonamientos escoléstis, que daban c2- bida a grandes posibilidades de préstamo, recompen- sado seqrin diversos titulos, se acaba por solicitar de 1a autoridad politica o de la religiosa la derogacién ‘explicta de la prohibiciin (4), Otras veces, conside- rando conveniente la atilzacién del “imbonimento” del cliente, o bien el uso de Ia venta a plazos, conde. rnados por las ordenanzas corporativas, se intenté ‘primero obtener concesiones de las corporaciones de ‘ficios en tal sentido, y finalmente se termind por re- ‘lamar Ia disolucién de las mismas para tener las ma~ ‘0s libres en éte y en otros campos, ‘BI intento de organizar la sociedad de un modo ca pitalista empieza al iniciarse los ataques contra las stituciones sociales precapitalistas, y tal intento no es mis que un episodio de la actividad desarrollada por el hombre imbuido de espfritu capitalista para ‘rocurarse los instrumentos y Ia organizacién nece- sarios para aleanzar los fines ambicionados. Esta ver- dad parece perogrullesca cuando se observa que Ja sociedad es, para cada individuo y, por consiguiente, también para los imbuidos de espiritu capitalista, un cconjunto de instrumentos, de medios, de institucio nes y de leyes organizado para conseguir determina- dos fines, 8 Amintore Fanfani EL hombre animado por el espiritu capitalista y desligado ya de Ia idea de suficencia, se dediea en ‘adelante totalmente al perfeccionamiento de Tos ins- trumentos personales de trabajo mediante la modifi cacién de los viejos en un primer momento, y des pués, al agudizarse a insatisfaccién por el rendimien~ to limitado de aquellos instrumentos perfeccionados, ‘encaminindose a la busca de novedades. Tntenta in troducir In nueva racionalidad capitaista en los usos ‘del comercio y de la industria ; se hace propagandists, de stu modo de pensar; fuerza a sus competidores Imitarlo en su mieva conducta; hace acoger o impone Jos nuevos sos, las nuevas formalidades, y como é- tas s6lo son favorables y ventajosas a los que pos los instrumentos adecuados, quien acepta tas relacio~ nes impuestas y difundidas por el nuevo eapitalista tiene que estar inmediatamente en condiciones de aceptar también los nuevos instrumentos de trabajo. La aceptaciin de la propaganda, por ejemplo, se con vierte en una ventaja solamente fara quien quiere y es capaz de introducir continuos.perfeccionamientos fen el proceso productivo, La abolicién de los acuer- dos sobre precios decreta Iamuerte cconémica del Droductor, ineapaz de redecir los costes. Al caer en dlesuso las prescripciones sobre los modos de fabrica~ cién, el productor sagaz se ve impelido a Ta bisqueds de las novedades, y con ello obliga también al pro- ductor lento © canservador a hacer lo mismo, Al ce ‘sar el respeto imperativo a los dias de fiesta, quien festé identiicado con el descanso efectivo se encuen tra ante el dilema de respetar las festividades y perder econdmicamente ono respetarlas y seguir ganando, yo Los instrumentos del capitalisma rmanteniendo asi la competencia con qui aprecio de la observancia de aquéllas, ‘Como las nuevas costumbres econémicas no pue- den introdueirse en una vida acorde con el viejo es piri, fué forzoso que se modificaran la vida en ge neral y las costumbres sociales, para que en ningiin ‘momento Ia vida social se desarrollase en contraste con el nuevo criterio que informaba la actividad de los individuos inspirados por el espiritu capitalist, Las actividades capitalistas, sociales e individuates: no pueden desarrollarse si subsiste una vida cultural | copuesta a ellas; de aqui que, al difundirse el modo de vida capitalista, se produzca el hecho de que las teo- rias se transformen en st instrumento, unas veces para justifcarlo y otras para exaltarlo, en unos ca 0s en sentido propagandistico y en otros con afd perfeccionador, La serie de teéricos de las virtudes ‘apitalstas es iniciada por Juan Quidort (5) y con- tinuada por Leon Bautista Alberti (6), por Calvino, segtin algunos autores (7), y, segiin otros, por todos ls teérieos del voluntarismo econémico de la edad ‘moderna, pero especialmente por los uiltimos, pese a qae su tesis fundamental de la subordinacién de Ja economia a Ia politica es, por lo menos, capita ta (8); siguen después Bernardo Mandeville (0), Ri- cardo Cantillin (10), Benjamin Franklin (11), Con- doreet (12), y 2 continuacién todos tos fisideratas los tedriens del laisses-faire, cuyas doctrinas no cho ‘ean, en verdad, con los ideales capitaistas (13), es pecialmente si se las considera bajo su cardcter de apologia del naturalismo econémico. Conquistada Ta cultura, queda por conquistar el 8 Amintore Fanfani Estado, y los hombres y tebrcos del capitalism se lanzan’a la conguista del Estado, Es el iltimo ins- ‘rumento social que es necesatio madificar para que todos los demas instrumentos no funcionen en na at- rmésfera de oposicién, sino en un ambiente de favor completo. Solamente asi se obtendrén los resultados rméximes: los males del mundo no deben inputarse 2 los hombres y a sus insitucones —dirén los cori= feos de fa mentaidad eaptalista del deciocho-, sino al Estado, que, en oposiién con las acciones y los fines hhumanos, persigue otras metas, El Estado, tie timo insirumento camplicado que resta al eaptalismo por eonguistar, no debe actuar, sino preparar cf cam= po (seguridad), preparar a Tos hombres (istruccién) Y dejar actuar (Iibertad) al conjunto econémico trans- Formao y transformable por ls individvos (14), para que pueda conseguirse ef méximo de racionaliacion ‘econdmiea que rubricaré el triunfo dl esprit cape ‘asta ‘AS, el nuevo espiritu econémico legs .imponer 1a neeesidad de los nuevos instrumentos desde la en sda del primer artesano animado por ideales capitalis- tas a los grupos de compaferos de oficio, de concur ddadanos y de todos los individuos de su pas, hasta fave en todo el mundo mercantil se experimenta de smodo general una necesidad inaplazable de orientar la maquina suprema de toda sociedad, l Estado, en sentido captalista, Una. vez completada la transfors ‘maciin en este sentido, habia que armonizar dl tod, y la armonizacién no podia venir mas que de fa con- ‘gusta del Estado, Todas Tas ruedas del nuevo reloj éstaban lists, pero, mal fabricada fa caja que debi 84 Los instrumentos del capitalismo ccontenerlo, obstaculizaba su movimiento regular, dé forma que, de cuando en cuando, In maquina capitar sta marchaba a saltos, unas veces velo otras lenta o deteniéndose. FI din en que el capitlstaarvebato ta caja inservble al viejo relojero (el precapitaisa), puso manos la obra y fabricd una nueva caja, Quien Inbiatransformado uno a uno Tos dientes de cada ue= decila_y se habia apoderado después de las nuevas rucdas, de Tos ejes, de los muelles y de los volants, seabé por poseer Ia caja que, conteniendo el conjun- to, obtnia del mismo el resultado apetecido, El expi= situ eapitalista inet de est manera al hombre a pro- curaree Tos medios eaptalistas, En realidad, 10 es ‘que existera una relacén de pura sucesién entre la imanifestacin del espivtu y la realizacién de los me dios, pues étos no se coasiguieron sino después de Jn total consolidacién del primero, Aquél se anuncia, se manifesta y alenta a altera los medios, que, waa vez modiindos, actian sobre la voluntad del hom bre para que ceda mis ficimente ante las exigencias del nuevo orden, del eual es el espititycapitalista mo- tor y expresién, Asi, por ejemplo, cuando al conso= lidarse el espirita capitalista empuja al hombre a sus- jr en el campo produetivo el trabajo manual por Jas méquinas, produce nuevas situaciones de hecho y rea nuevos instrumentos que racionalizan la proiue~ cién desde el punto de vista econémico y la arecien= tan con arreglo a criterios puramente econémicos,He- vando, por consguient, a alcanzar fines capitalistas Pero al mismo tiempo estos nuevos instruments, ex santo son capital jo, exigen cierto mangen de’ ga~ rancia, compensador de Ia inversién y del desgaste Anintore. Fanjoni Aisico y téenico, y difieultadas estas exigencias por la realidad de la concurrencia, que aumenta los riesgos, ‘jercen una presién moral sobre la voluntad del em: presario y le indycen 2 ulteriores racionalizaciones y 2 perfeccionamientos continuos. Ast, el resultado. de Ja actividad. capitalista incita a nuevos progresos en cl terreno del perfeccionamiento del espiritu eapita- lista, El espiritu y los medios se influyen mutuamen- te, y sélo por comodidad de la investigacin Tos ex ‘minaremos uno tras otro, poniendo de relieve su ma nera de responder a los fines capitalistas y el modo ‘eémo han sido adaptados lentamente para correspon der a ellos, cada vex mejor, mediante co eccionamientos. a. LAS INSTITUCIONES PRECAPITALISTAS COMO. HASE DEL DESARROLLO DEL ESPIRITD CAPITALISTA La época anterior al advenimiento del espiritu ea pitalista, entendido como fuerza social antes que como ‘mévil de accién propio de algiin individuo —época ‘que puede considerarse terminada entre los siglos x¥1 y xvi, segiin las regiones—, presenta todos los me dios de la actividad econémica privada y todas las insttuciones sociales seleccionadas o limitadas ens funcionamiento de forma concorde con los fines pre capitalistas, En general, la aspiracién de los europeos de la Edad Media, en cuanto al desarrollo de ta vida fecondmica, no es la aspiracién a una pura racionali dad econdmica, Por ef contrario, en la misma vida ‘econémica, especialmente en a vida piblica, los eri- % Los instrivmentos del capitalismo terios ordenadores no son siempre criterios econémi- os, Con mayor frecuencia son eriterios extraeconé- micas (morales, politicos, religiosos), que intervienen para limitar Ia influencia de los primeros en la elec ‘in de los medios y en la determinacién de la fina- lidad y de-Ia intensidad de su uso, En iltimo térmi- nio, son eriterios extra-econémicos los que dan la nota fundamental del orden econdmico instaurable, bien sea éste de modo privado o bien socal. ‘Coma hemos demostrado extensamente en otro li sar (15), durante Ia fase precaptalista de la vida eco- némica curopea, esto es, en los siglos xiv, institu- cones sociales bien definidas, como, por ejemplo, la Iglesia, el Estado, la Corporacién, se hacen defenso- res de’un orden econémico que se basa en criterios de utilidad econdmica individual y se inspira en idea- les derivados de una concepcién eminentemente soli- darista de la vida econémica, La corporacién es una Snstitueién tipica de la época, defensora de un sistema de actividad econémica, en el que son sacrificados los Sntereses exclusivamente econémicos del individuo, tanto a sus intereses morales y religioso —en cuyo ccumplimiento desempefan el papel de inspectores de- ‘erminadas instituciones piblieas—; como'a los inte- reses econémicos y extra-econdmicos de la colectivi« dad (16): se limita la competencia (17), se garantiza la distribucién de la cientela, y, por tanto, um nino dé trabajo (18); se impone un sistema de fabri- ‘eacién (19); $e prohibe el comercio con este 0 aquel ‘grupo, por razones politicas o religiosas (20); se im Done esta o aquella practica; se limita la jornada de ‘trabajo (21); se establecen las fiestas obligatorias (22); Anintore Fanjani se fijan precios y coefcientes de aumento de pre cio (23); se interviene para detener Ia especa- Jacién (24). La legislacién anonasia y suntuaria niega la posibilidad y la licitad de um desarrollo de la act vided econémica hasado en exclasivos eiteios de wti- lidad individual. Las leyes eclesisticas y eviles anc lan tal posibilidad legislada sobre el precio justo y la cusura (25)., Todas estas instituciones y muchas otras ‘que podrian citarse, si fuese otra la finalidad de Ta presente enumeracién, expresan Ta influencia de las ideas extraccondmicas certian su predominio ‘como hase de racionaldad para la actividad econ mica del individuo y de la sociedad, Estas institucio~ nes garantizan, ademés, que en el desarrollo de la actividad econdmica se empleen Ios medios privados audecuados en caso de que los individuos se muestren eacios a permanccer feles a este orden (26). No obs- tante, la mayoria de las veces el triunfo del esprit precapitalista en el dnimo de muchos hombres, y er especial de los que pertenecen a las cases dirigentes, cofrece 1a verdadera garantia de que se usan tales rmedios, EL espirita capitalista,alterando los fines, dé in satisfechos a los hombres eon Tos antiguos medios y fas antiguas instituciones, medios e instituciones ade~ cuados en el sistema precapitalista, Todo ello fue po- sible porque con el advenimiento 0, como veremos sejor en Ios capitulos siguientes, con la justfcacién permanente del espritu capitalist, se introduce en el smndo ssn nuevo coneepto de ta racionalidad de tz [ida econsmica. Fl orden econdmico ya no viene 4 4p |terminado mediante crsteris extra-conémicos y ex- 88 Las instrumentos del capitaismo tracindividuales, sino mediante criterios_econ6aico individuates. EL triumfo de esta nueva racionalidad no puede darse més que adecuando los viejos instruments precapitalisias a los nuevos fines capitalistas; es pre- ‘iso racionalizar esos viejos instrumentos segiin ef | nuevo concepto. Esto es imposible sin dervibar tam-_ bien las viejas instituciones, que defienden y garant- van Ia antigua racionalidad. En el fondo, l triunfo de la nueva racionalidad de pende de la eliminacién de aquellas insttuciones que todavia sostienen la interferencia de ideas politicas, sociales y morales (que no justifican la racional cién ccondmica de toda Ta existencia) en Ta actividad econémica individual, ideas que Timitan 1a autonomia de Sta y reducen cuanttativamente sus resultados. La accién racionalizadora de los medios privaitos y la accin purifcadara de las instituciones, iniiadas fen los siglos x1v y Xv, segiin testimonian Tas nuevas ‘miras de los Estados, de las corporaciones ¢ incluso de Jos mundos mercantl ¢ industrial en el campo de Ja politica econémica, se desarrollan en Europa a lo largo de casi tres siglos, de 1500 a 1800, época en lz que “el capitaismo... e5 uma de las principales fuer~ zag que miueven al mundo y lo transforman"” (27), Estos dos tipos de accién ni se suceden ni se alter nan, sino que se compenetran. Somos nosotros: los ‘que, por comodidad en la exposicién, hablamos an- tes del primero y después del segundo, pues, si no menoscabéramos Ja claridad y no prefriéramos ef rétodo elegido, podriamos hablar de ambos a la ver haciendo erdnica de acontecimientos, mis que indivi- 8% Imintore Fanjani ualizacién légica de las evoluciones y de las fuerzas ‘que condujeron ef capitalismo a su apogeo. "Todd ha protestado recientemente contra los que creen que “la revolucién industrial es una especie de ‘Gran Cafién, con una entrada en ol siglo xvitt y una ssalida en el Xx". Haciendo nuestra tal protesta, po- demos extenderla contra fos que ereen poder sefalar cl aio, si no el dia, en que empez6 el capitalismo, y tal vez la hora en que ha tenido o tendra fn | Tanto en el caso de Ia llamada “‘revolucién” indus- trial como en el caso del capitaliemo, nos encontra- mos ante fen6menos histéricos de lenta evolucién, de ‘cuya manifestacién, como ha advertide Todd para fa “revolucién” industrial, nos damos cuenta, en gene ‘al, cuando ya existen hace siglos (28) 3. Ex arise MEDIO EN EL CAMPO DE TRABATO, En el primer instante el eriterio econémico de ra cionalizacin individualista, 0 sea el eriterio del me- ‘dio mas rentable, se aplica'a Jos instrumentos que es- ‘tin a disposicién de los individuos particulares, La razén de esta prioridad temporal es evidente, consi derando que el espiritu econémico (véase el capitur Jo Ti) se manifesta primero en individuos —en po- os individuos—, y slo mis adelante, al aumentar fl mimero de los que To aceptan, se transforma en un fenémeno espiritual colectivo. ‘La racionalizacién econémico-individualista de tos redios, esto es, In lecin del medio eeondmieamente ‘mejor y su aprovechamiento hasta el limite econémi- 0 Los instrumontos del capitalismo camente conveniente, se realiza a través de inventos ¥y perfeccionamientos téenios, tanto de los instr imentos y de las instaaciones, como de las explotacio~ nes en conjanto, Sin embafgo, una accién en este sentido s6lo llega @ verfcarsetardiamente en la his tori, y en muchos eampas no tiene fogar hasta nes tros as, En las primeras ramas productivas en que se presenta no oeureié de un modo cuantitativamente importante hasta la mitad def siglo vit. Con ante- sloridad, especialmente en ls silos XV y XVI, € i= cluso en el Xvi, la acc raconalizadora de los me- ios eon fines capitalistas ni esta clara ni es comt- na (29). Ast, por ejemplo, ta divisién téenica del trabajo se aplicd bastante tarde, insistiéndose, por el contrario, como hace notar Hause, en la divisin pro- fesional (0), Las mejoras instrumentales son Tentas Y ras: jhasta el siglo v1" se siguen acutando mo- nedas con el troguel de martillo! Y aunque ya en el Siglo xv, en ls fabricas de papel y en las fraguas (31) se aplie el motino de agua como fuerza motsiz més a menuido, en ver de buscar el mejor resultado a tra- 1 de la adopeién de un instrumento mis id6neo, se le persigue, adoptando medios bastardos, y en la ma~ yoria de los casos buscando asegurarse, como fuer, Sitwaciones de favor que permitian conseguir resul- tados espléndides, incluso sin introducir innovacio- nes en Tos. procesos productivos (32). No obstante, como todos estos expedientes, sin duda utilizados, 20 dchen inducimos a erer que en Tos primeros siglo de Ia Edad Moderna el espivita capitlista haya obrado solamente de esta manera primitive, La realidad es algo diferente, porque desde Tos primeros tempos mo- o Amintore Fanjoni dlernos, junto a acciones dt tipo sefalado, se ral zon tenativas de una verdadera y adecundatracone- Tiaeiém de los medios, con el fn de obtenet la mi xxima wtilidad econémica individual, meta del hombre anima por el esprita capitalist, independiectemen te de las situaciones de privilegio conseguidas mas 0 ‘menos lictamente, Sin embargo, podemos afrmar que 1 aumento de poderio se halla tigado al nuevo esp rity econémico cuando se hace més intensa la bis ‘queda de perteccionamientos téenios, De hecho, et espirta capitalist, al fiminar toda lmitacén extra cexondmiea,facilita fos perfecionamientos de las e- ‘ramientas, slentindolos al proponer como asprs- Gién el pio ecansico. La principal preocupacién del hombre en el campo del trabajo, una yer que se encuentra animado por el spirits capitalists, es la de obtener el maximo re sultado con el minimo medio; y como al juzgar aquel smiximo o este minimo debe pensar slo en conceptos con6mico-individules, poseeré una libertad de_ac cin més grande y un campo de eleeciém mayor, o de otra forma, podré hacer tna eeccién que los vines= los extra-econdimicos to entorpeceri’ en modo al- ‘guno, Un hombre semejante, imbuido todavia de un esprit capitaista burdo y careciendo de un eiterio. de discernimiento recto y puro, en ver de busear el henefcio miximo en el campo de la produccén,o, lo Jaue es igual, en vez de buscar el cost mimo por el ‘perfeccionamiento de los instrumentos dé trabajo, lo Duseara (mejor dicho, 1o buscé) en Ia reduecién del conte de las materia. primas, recurriendo a sustit cones seretas de calidadesselectas por calidades ord 92 Los instrumentos del capitalism narias,en perjuicio inmediato del primer consumidor inocente, pero con dao definitivo para el adulterador localizado, Los tejedores de oro de Lyn, para hacer la ros extensamente en la evolucién de la parte admi- nistrativa de la explotacién, Para ello deberemos par ‘tir del maestro artesano, que anota sio no @ sus acreedores (63), y pasando por las Compafias de Francesco i Marco da Prato y de Jacques Coeur 0 103 Amintore Fasjoni de Lizzaro di Giovanni di Feo, con um aparato con table esmerado (64), y de los Det Bene, euyo conta dor intenta timidamente el cileulo de los costes ine ‘tstrales (63), legar hasta las modernas explotacio~ nes, en las que la parte administrative adguiere tal desarrollo, que se plantea el problema de reunir va vias fdbricas para reducir esta parte del eoste, apro- vyechando. mejor los servicios, especialmente fos. co- runes, Sin dida, es éste un magnifico campo de in | vestigacién, tun campo en el que podremos admirar fen nuevas manifestaciones, el ahora ya conocido es- pirtu capitalista que, propaniendo a los hombres unos fines exclusivamente econdmicos, les induce a alean~ zarlos con tna perfeccién o racionalidad cada vez ma. yor, utilizando los medios elegidos y aprovechados ‘con criterias puaramente econémicos, 5. LA FINANCIACION DE LA. EMPRESA, Paralelamente al proceso de racionalizaciin de le fébrica —que tal vez no parezca muy vinculado al es pirita capitalista, si no recordamos que a este proceso se opusieron miltiples fuerzas extra-econémicas, ‘y ‘especialmente politcas, vencidas gracias a la fuerza de las aspiraciones capitalistas— se desarroll6 ef pro- ‘eso de racionalizacién de las formas de la explota~ cién desde el punto de vista juridico y desde el punto de vista de Ia reunién de fos capitales necesarios. ‘Tanto Ia época precapitalista como la capitalist conocieron la empresa individual y las asociacioné’s centre familiares y amigos. Cuando estas dos formas Los instrumentos del capitalismo no bastaron para garantizar la reunién suficientes, se intents, primero la acepta icipaciones y después la de depisitos, cuy nia que invertirse en los negocios de la sociedad (66), a época capitalista, venciendo mumerosos obstici-| los, ere6 el nuevo organismo adecuada para reunic ‘grandes capitales sin multipicar tas tiesgos de los participantes en la inmensa operacién productiva: la| \ sociedad anonima (67). Esta fué el instramento ideal ‘ex manos del capitalista para reunit meios conside- rable, con pequefias partcipaciones, permitiendo, ex cousecuencia, fraccionar muchisime, hasta hacerlo casi insensble, el grave peso de un riesgo que a me. ‘nudo resutaba aplastante para él mismo, La sociedad anénima, nacida donde era mayor Ia necesidad de ca- pitales abundantes (68), despersonali la partcipa- ‘ién en ta vida econémica, faiitando la realizacién dle aquella iniiativas econdmicas que habrian encom: trado escasas simpatias entre individuos aislados a causa de la duracién del ciclo productive, La accién desplegada en este sentido por la sociedad andnima se hizo més efcaz porque pronto se obtuvo la. fil aceptacién de las acciones en el comercio y se consi- gu el reconocimiento de la responsabilidad limitada de Tos socios después’ de varias vieisitudes (60). No por casuaidad el desarrollo de la sociedad and- nima ha sido presentado por alguno como-tna carac- teristica sobresaliente del sistema capitalist. Es indtit repetr las afirmaciones tantas veces hechas y distin~ ‘guir nuevamente entre el espvitu capitalise y los me- dios del capitalisno, De eualquier forma que se plan- )~ tee el problema, es indidable que la sociedad an6/ capitates 10s Amintore Fanfoni nima es la forma ideal a que tiende la asociacion con fines econémicos en un régimen capitalist, especial” mente después de que la mecanizacién del trabajo ha hecho aumentar enormemente ol coste de las instala ciones, Esto sucede porque la forma andnima permite redueir al minimo el riesgo asumido personalmente por cada particigante en Iz empresa, y, por otra par te, permite Ia mixima acumulacién de capitales a tra vés de fa tilizacién de las minimas disponibilidades financieras de los individuos. Ademés, como la socie- dad anénima va més alld de las asociaciones de na- turaleza familiar o restringidas a pequefios grupos, facilita Ia climinacién de las infiltraciones afectivas, ¥. Por tanto, extrareconémicas, en los juicios de con Yeniencia sobre los actos produetivos que realiza. Una vez que el espirita capitalista ha ensefiado a no reco- ‘nover ni respetar limitaciones extra-econémicas en las actividades productivas, el desarrollo de esta premisa ‘conduce gradualmente, y casi por si mismo, al triunfo de la anénima (70), Sin embargo, a esta meta siguie ron otras nuevas, Después de la anénima pareci itil Iegar a la constitucién de esas descomunales socie- ddades modernas, a las que alguno se ha complacido fen dar el sobrenombre de superanénimas, las cuales, poniendo los destinos de iniiativas audaces en ma- nnos de pocos dirigentes, més téenicos que capi tas, llevan’ a algunos contemporéneos a sospechar ‘que nixestro tiempo tal vez esti maduro para una co Tectivizacién de tipo teenocritico, Esta sospecha per mite apreciar otro curioso camino, por el que se esta Decerfa. nuevo parentesco entre el sistema capitalista y af colecivisme, 106 ‘| ‘ { | Los instrumentos del copitalismo Las difeultades del mercado, agudizadas por una ‘ompetenca cada vee mayor, a media que el égimen ‘opitalsta se extiende a paises antes retrasados, han agigantado en los tiempos modernos el problema del cote, cuya solucin parece indsolublemente Higada al ‘mayor aprovechamiento de las materias primas, a la uilizaion mis perfeccionada de la energi, a la oF {anizacién del trabajo més refinada, al trifico mis Sencillo, a la fnanciacén més eficaz y a Ta creciente reduccién de los riesgos (71). En el extado a que he 1a flegado Ta racionatizcin de la empresa, no era posible resolver estos problemas dentro cle an sistema conémico-scial capitalista més que precediendo a llamada concentracién, que, en vez de rubricar el fin del capitalismo (72), representa un medio de defen- deo contra las fuetzas internas y externas, que e” torpecen st desenvolvimiento, Slo en les tiempos tmodernos ha adguirido el fenémeno una extensia ‘enorme, peo no faltan precedents histéricos del mis- ‘mo: alli donde se dieron las condiciones que hoy lo tian puesto en marcha, el capitalsta sagaz procedié Ja eoneentraciin (73), En nuestro terreno, las on Sideraciones de Vito, encaminadas a. distinguir la cealicén industrial antigua de la moderna (74), slo. Son Stiles en parte, por cuanto siempre han sido dé ticos los fines de Tos experimentos de coaliién més bourdosy los de los mis refine: ballar en cada ura de las distintas situaciones histéricas un nuevo me todo que permita el desarrollo mis produetivo de Ia actividad cconémica. Esta afrmacién no impide acey- tar (75) que las concentracones en muestra Epoca in tentan conjurar los perjuicoe de fa superproduccisn, Amintore Fanjani yen los siglos precedentes intentaban crear situacio- ‘nes especuladoras favorables, ‘Tanto en el campo del trabajo como en el de la em= presa hemos encontrado muchas veces diferentes es tadios de desarrollo, Ia busqueda de la solucién mis racional por los caminos més opuestos, un recurrir sucesivo a medios casi antitéticos; pero desde el bajo medievo hasta hoy, en todos los drdenes de ta. vida. econdmica, ya través de acontecimientos distntos. no es dificil descubrir la firmeza de la meta a la que han tendido los esfuerzos de los individuos. ‘Prescindiendo intencionadamente del sometimiento de las instituciones de crédito, conseguido con fre ‘cuencia por las empresas de produceién como un ex- pediente que facilita la financiacién de la actividad productiva, réstanos ahora examinar la forma en que tl hombre’ capitalista, que resolvi6 los problemas de la produecién y, al mismo tiempo, los que planteaban trabajo y la empresa, se enfrent6 con el problema ddel mercado, es deci, con el eonjunto de problemas, ‘que pueden resumirse en uno, y que se presentan ‘quien, ultimado el producto, quiere darle sida, Cree thos que al evitar un tratamiento especial de la racio~ nalizacién en todos los campos de la vida econémica, yy limitarnos al susodicho campo, exponemos un r2~ ‘onamiento cuyo estudio puede reemplazar a Tos and Tisis partculares de méltiples perfeccionamientos, 108 Los instrumentos del capitalisme 6. LA coNQUIsTA DEL muncavo, Evidentemente el primer hombre capitalista, des: contento de las limitaciones que le imponia la socie- ddad precapitalisia en que estaba constrefiido a vivir. antes de plantearse el problema de cSmo producir mis ‘y mejor, se planted el de lo que iba a producir y para ‘quién producia, Tan silo después de haber resuelto este tltimo se le hizo evidente Ia necesidad de proeu- rarse el mejor medio para conseguir la fnalidad in- dividualizada de elaborar determinado producto para un futuro comprador. Dada este mecanismo, el pre- sente pirrafo deberia haberse colocado antes que los dos precedentes; pero esta transposicién viene acon- sejada por Ia mayor comprensién que proporciona y ‘por las faclidades de exposicién que permite Si el problema de Ia salida ldgicamente es anterior al de la produccién, también es verdad que al ocu- parse del mismo para crear posibilidades de vents, sobre todo si el producto no es nuevo ni virgen: el ‘mercado en que se piensa colocarlo, se presenta inme- diatamente la euestion del mejoramiento de la pro- sduecién, Esta mejora es en cualquier caso indispensi- ble para crearse na clientela cuando Ios productos ‘provedentes parecen haber absorbido toda la demanda, En lkimo término, se termina por identiicar el pro- ‘blema de ta produccién y el de Ia venta y asimismo por resolver el uno en el otro y por reducir el pri- sera al segundo, Esto es lo qué ha sucedido, Cuando cl hombre, animado por el espirite capitalista desde 109 Amintore Eanfani cf siglo x1v al vis, se impuso el imperativo de una mayor produccién, tropez en la mayor parte de los casos con tan mercado que conquistar. Se presentaron ‘dos casos diferentes: en el primero, el mercado ere virgen, y el nuevo productor tavo que estimular Ts nocesidad, disfrstando, en consecuencia, de uma situa~ cién momentanea de monopolio; en el segundo, el ‘mercado ya era aprovechado por otros, y el nuevo productor tuva que emprender la lucha con fos eom= pétidores. Descartemos el primer caso, reducible al poco tiempo al segundo, y sigamos en este itimo la Actividad econémica del hombre imbuido del esprit capitalist, Tas pruebas histéricas que se conservan revelan que ef neocapitalsta, inicialmente, intento aumentar sus beneficios, obrando contra todas las reglas preca~ pitalistas contrarias a la competencia, y buscando, por ‘consiguiente, colocarse en uta situacin de privilegio, Esto lo consiguié el dia en que, bajo su responsabili= dad, dejé de respetar Jas normas generales, © aquel ‘otro en que fué autorizado a no respetarlas, Aunque fa infraceién o fa dispensa fueran pequefias, la situa ron en una posicién de particular ventaja respecto a los competidores, Por lo tanto, de esta forma el neo- ‘apitalsta. disfruté determinadas condiciones favora- bes como el que, dinico rebelde entre tantos respeto 0s de la ey, atria los clientes a su taller, interesaba, a Tos corredores en sit negocio o trabajaba mas alli de los horarios establecidos, o disfrut6 de un mono- polio de derecho al asegurarse, mediante determina Gas contraprestaciones al soberano, la exportaciin de ta lana, el abastecimiento de paios, la fabricaciin de Los instrumentos del capitalisma ‘vidros, la elaboracién del oro y de tapices 0 el prés tamo a interés (76). De este modo, y no de otro, fué resuelto el problema del mercado por los capitalists, Jo mismo dentro del Estado que en el exterior, asf en Ja industria como en la banca, en el eomercio y en los transportes, Unas veces aprovechando la deblidad y otras la percepeién de las leyes; ya eludiendo Ta noj~ ma precapitalista, ya disfrutindola y_prosperando bajo su sombra, En general, en estos primeros tiempos, el hombre capitalsta confunde el problema del coste minimo eam de Ia exclusividad, y parece preocuparse de éta ‘mis que de otra cosa, aunque no le disguste conse- ‘guir una reduccién de los costes como medio de fa ciltarla, utlizando materias primas de baja calidad © métodos de trabajo malos. Sin embargo, llega el tiempo de ia distineién, el tiempo en que el problema ‘del coste minimo aparece subordinado al del exclu sivismo, y_se iniia la serie de perieccionamientos, com el fin de racionalizar el trabajo y la manufactura, ‘Como ya hemos hablado de esto mis arriba, basta solamente recordar aqui la atencién dedicada por et capitalista a los problemas de la previsién, del con- sumo, alos de la especulacién y a los del seguro, pra prevenir las pérdidas o reparar sus efectos. El medio de la propaganda, auxiliar insusttuible en I batalla por adecuar Ia demanda a Ia oferta y en la lucha, por Ja conquista del mercado, fué imaginado en parte para este mismo fin, La propaganda no era un medio nue: ‘yo en esencia, pero sf era nueva su utiizacién ampli yy racional, El medio era antiguo, sf, segim parece| los muros de Pompeya conservan escritos invitand ‘ Amintore Fanjoni 2 abastecerse en casa de Tito 0 de Cayo, pero era ‘nuevo eon relacién a Ia época medieval, que prohiin ‘a artesano 0 al comercante atraerae 2 os transein- tes 0 hacerlos atraer por corredores.asalariados. Mientas perduran semejantes probibiciones, inspira- das en cfiterios morales y politicos, no puede pros perar la propaganda, o, por mejor decir, no pasa de Ser un medio irracionalisimo hasta que se tolera la libre competencia. La propaganda tiene vida desde ave el consumidor disfruta de libertad para elegir los products, y el productor, de libertad para pre- pararlos, y, por tanto, para spifiarlos, Sijarles precio ¥ afrecerioa en venta. Hemos dicho que tiene vida, pero pido nacer, como nacid, hallindose en vigor _aquellas diaposiciones y ser adoptada por hombres que intentaroninringislas y buscaron no observarlas (77). Adguirié wn desarrollo inmenso cuando se transfor~ ‘nen arma —unas veces sincera y otra ‘con que atraerse a los clientes y arrebatirselos a los demas. Y de simple indicacién de la existencia de sn producto pasb a ser presentaciin encomidstca, ind ceadora de eualidades ciertas 0 presuntas. Por diver= Sos caminos, a propaganda llegS a utiizarse, no ya ‘como anunciadora de productos, sino como creadora fe necesidades, para cuya stisiaciém serian ofrec= dos bienés al poco tempo. La historia de la propa anda, tal ver mis que la de cualquier otro medio, demuestra Ia intensidad com que el hombre imbuido por el esprit capitalista consider6 sus fines, no f= Jando su atencign mas que en la economia de fos me- dios y despreciando o no teniendo en cuenta para nada fas probibiciones morales y politias, que de ver en Los instrumentos del capitalismo cewando querrian impedir el estimulo de las pasiones, ‘el aprovechamiento de situaciones, los abusos, etcé- tera, Cuanto en este sentido puede decirse de la pro- agenda, sirve igualmente para los productos mievos ‘prepdrados, mo para satisfacer necesidades que no ‘existen ain en el consumidor, sino por Ia necesidad de ‘ganancias del fabricante, necesidad que se tiende a sa- ‘isfacer, sin preocuparse de que el consumo del nuevo producto estimule instintos que puede ser injusto es- timular segiin criterios extra-econémicos, Los problemas del transporte surgieron muy agu- slizados por la creciente necesidad de ampliar la es- fera de la cientela propia, de sostener la competencia ‘en mereados Iejanos, sede de ottos productores, 0 de ‘reducir el coste de produccién en la parte imputable 4 los gastos de transporte de materias primas desde ‘el lugar de produccién al de elaboracién. En mis de tun aso, resolver estos problemas signifcaba des- vincularse de los factores geogriticos de la localiza- ccidn de la industria yen no menor medida superat ‘os obsticulos de naturaleza politica opuestos a la ex- pansién de los mercados exteriores. Ei hombre capi: talista se dedicé a trabajar en este sentido, buscando deseubrir el medio de transporte mis econémico, es ‘decir, e1 menos costoso ¥ mais rapido, de modo que el ‘elemento tiempo y el coste no levantaran barreras in- superables a la difusién de un producto sobre el ma~ ‘yor avimero posible de mercados. F1 medio de trans~ ‘porte se transforma en un medio complementario del sobre I rica de las interpretacenes ebitravie de SOW suxr (Der Bourgeois, p. 19-20, y Der moderne Kapiaic ‘mus, vol, I, parte T, p37), vease Fasramt, A, Le origi, om ob. Git, pp. 6, (3) Swwoss, A, I! “toccomento™ di pomni frceachi irende nel Trecenta, en ol vol "In otmre di G. Prato”, ‘Torino, 103s, Una compognio di Colimala at primi del Te canto, Ficense, Oleh, 1992, cap, TL. Véawe también gare Florencia: Domes, AL, Studien, wl, TE, p, $64; para Veow =, Mowesrs,P ob cit, vol 1p. 158: Anintore: Fanjani (ap, Anus, G, 1 tates commercial della republicn orenino, Fitense, Le Monn, 100%, vole Ty. 27° ¥ savietcs; Bowes, P, Lealni i storie del commerco, Roma, Sanpsces, 1056 vol, Typ. 240), Caomns, Ry Un Coma Tibore alle porte dé Frente nel scolo XIII, Figen 25 Seber, 1005, 9,170: Scmavns, A. Storia dl commer- io dei popliltin’ del Medterronea sino allo fine delle ‘ate, Torino, Ure, p. 952 (3) Foo, A., Stevi delle dattrne economiche—Il Volontariome, cb ct, cap. Is Savon, Ay Il giao preszo ella dotrins i San ‘Tommaso ¢ mela gratia del sup fr bo, en “Archivio Stric Taliano", 1052" (25) Sobre Ix organizacién cornémicn preomitaliata en agica véate: Drcstneme, Li, Histoire éeonomigue et sci ede a Belpique, Litee, Waka, 1932, pp. 132-44; bara 1a tatiana vease mateo volumen cltado sobre los origenes det espiite epitlisa G7) Kasen, K, Leth dellasso, ob, city. 32 (B) Toon, Industry ond Society, b, ct 9. 53 (29). Sobre ol desarrollo y tos miviks Cacd de soman sian capita de avertra, desco de cose nneyas") de to Srimeros inventor eh lor sglos XW y XVI, vent: Lo224 ‘ro, G, Soria econ, pp. 3-40. Pata fs invents y alicaco es ticleas del sigos Avr y vat: Sowansy, W., Dit Techais im Zeitlter des Prihkaptalionns, en? * Archiv 8 Soralwisenschatt yd Soralpalte”, vl, XXXIV, 1912, (0) Haver, H., Les début ob, cit, p13. Sin embare, sya un 1455s aplicn Ia vain tdoniea en a eas feo G1). Lavsow (The Boom, Hist of Engl, ab. cit, vl. I, 1%, 426) da algunos ejemplos de oposicida 4 ta'itreduecion ‘de miquinas en Ingaters ya en los silos Iv y 3¥. (2) Sobre la importancla de fas pstentes y privikgis de Tay muanafacturas deste el siglo xv ee adelante: Har ‘Sia, Hy Le troval done Pancienne Fronce, pat. Ill, 08 Lee dibs, ob Los insirumentos del capitalise (2) Havsen, H, Les questions industrielles ot commer- cialer dons ler caicrs devia Vile et des communoutés ae Pare our Blots génerour de 1615 en: *Viertelahracheift fr Sorat ad. Wistchafgeschichhe", BT, 190, pas ras 37680 y 30246 GG) Parson, Hy Note sur Ia fabrication des topiee- vies en Flandre om X71 sale, ex "Vert. fie Sor. und Wirt, s006, 9. 338, (99). Fascnee, G Lfeonomie scite de la Fronce sous Henri 1V (389.1610), Paste, Hachette, 1857, 9. 278 (9 Lartox, E, The Economic History of Engler, vol Ty p35. GG) En Tas minas de Gales del Norte durante si lo vn se ttataja mis de doce horas al dia, Doon, ‘The Industria! Revolution in North Wolee, Cardiff, Unie were Press, 1938, D, 990); en rae negiones ingles Tas Imuieres legen a trabajar también diedsls horas dlorias (Davi, Cy Economie Developemnt in Modern Ewrope, New York, Macmillan, 933, p. tq); més dato aoerea de tos largos horetios de abajo 62 Taglaterra desde 1600 cn Sdelante se encuentran ex Livsox, I, The Economie Hi ory of Englond, vol, Top. s-. 125-6 (8). Sobre fos salary de hambe de fos hiladors e hia. dora ingles on cl siglo 3 y xvitrvéase el ylumnen TL (op. 49:50 G2 y 12526) de la obra citda de Lipson o, ts ‘obra eoetinea de Young, A. Tours ix Eroland ond Weles, Srigen: "Scrce of Repeines of Searce Tracts in Economic fd Paliteal Science", Londen, 1932, passim, En cambio Hauser (Les début, cb itp. 30) hala de as retrbuciones, de Ta industria de fa ada Honesa. Acerca de horatoe y so levios de interés exotpional son los cundros_establecidos fra, Francia en 1838 por el doctor Villermé resumidos en 5 Tableou de PEt physique ot moral des onerers emplon és dane Tes manufactures de cton, de lane et de sie, P= Bicado en 180 y del caal an teanserito extnssimos. ex: ‘actos Drzasians, My MICHRLIN, A. eh IT 9 0 ont ans Paris, Spes, 1038. c 3 + Amintore Fanjani (9) En Inglaterra se empezd bastante pronto. = pagar fos Salarios en epecie: en 1411 encontrampe en Coles Ta primera ordenanca contra el ruck atom; el stor 4- tim de Englond's Commercial Policy (compucso en lr ‘mera mitad del siglo xv) recserda que ln pritin se ontraha amplismente intedveda en agfig so redacta tn TExtatuto ex cl que. se recomienda pagar lov salatios ‘ond money", no obstante lo etal catia ig prictica, de rach ayotom (Litsox, Te, The Economie. History of En- lard, vol. T, pp. 423.29). Sobre la apliaciin de ete me todo en Talia darante el siglo xv nos proporciomn te rmonioe eoctineos Sexcias!, G, Croviche, parte Tt CCLAXXVML vol. MI, p, 252,'y So Axtoxts0, Summa smoriis, I, cab. 1 pat, 7, Sobre esto. vlawe también Rovottco, Ny Mt popolo minuto, Balog, Zanihel, 8 (o)Larsox, E., The Heenomic History of Englon, vol, p, a. G4) Sobee cl teslaja de tae mjves en Ia agricltra xy en by intra desde 1750 2 1830 fa escrito reciente tevin volumes Ivy Poicusces(IVomen Workers end th Indusval Revolution, 1730-1850, London, Rowedse, 1909) En lor Estadoe Unidos cle Nortamérca, en 2830) 38937 ‘mujeres se hallaban ocapadas en La industria textil mecs- Hzada oontra 18599 hombres y- $69 nifon, Bexazsrs. (Las forigies dela gronde sndusiris allomande, Baris, Tae, 1938, 9, Sogo) seta que ex Alemania el desarrollo dl tainismg reduce el miimero de mujeres empleadas en Is Indatrig pero no explica si eta dlaminuclén fut un efecto de Ta reduecién geeral de mano de airs 0 de Is sation (de mao de obra femenina por maseolinn (2) En Giles, alrededce de 180, se emelearon nit de Sis dice aloe ea las industias cxtmetivas (Dapp, 1 ob, city? en los silos xv y xvi cures algo semjante (Carson, I, The Heonomic History” of England, vol Th, 9,61, ¥'Nex, JU. The Rup of the British Coal Indutry, 2 vols, London, Roatledge, 1992, vo. 1, pp. 1678). En el 124 J | Los insirumentos del capitalismo siglo vit a Grow Fabriae de Lyon cxpleaba 56000 a fas en fs producién de jaras, (Banmcatso, C, Lovo ¢ 4 fuoce, Milano, Cottacco, 1927, p. 171) aco em los igh x01 3 v1 en Teli eaees y nor se Tallin empleadoe en las manifactarae arteranas de Ine indies en alain caso em nimero no. despreciable (Fax- ani, Ay Storia del lavoro in aia dalla mre del XV ae colo ‘oi rin del XVIIE, Milano, Giuffte, 19%, eap. UD. (4) Eo ta abla siguleme caleulads por Pinchhecle (ob\ax, p 199) sobre datos dela Factory Commision ite Sade 1895 se da an iden de In canidad de-mujerer em Pletdas y sobre todo del ahorro que su wtlizcion suponia para ow empresarioe Gad) Pixomtee, 1 ob. typ r04e 43). Recientemente Lonwmermar Zagtior and Skore- rei, en: “Zeltedift fir Sovuliorechang", Heft 2, 1082 D138 y sig) ba querido Gumostrar que wn motivo ténico Introdujo primero 7 fuego bizo cesar la eslavitad. Mow: aner (Le question dei nzgri nella storia « nella svité snord-omcrcone, Torino, Boces, 1858) explich Ta introdue- 15 Amintore Fanfani cin de la csclavited en Nostamnrica por la necesidad de feemplarst 1 lor tabsjadoncs Blancos que a causa de Te ran abundancia de tetra se traneformaban ficllmeate en Dpropictarioe por conigwiene no ier convenia wabajar ars otro, G8) Bas, FE, Prascesco di Merco do Prate, Milande, Teves, a8, P, 2 (dz) Pam, Ste (Les ori. de capit, 177) capiais- sagt uno de los Factores que contribayeron a la abolicion fe ta eaclavitod, Senin Moxbarwt (ob. ty 9. 9) odes rollo Ia gran initia indo aloe extdae noeteBox fle los Estados Unidas a promover Js abolcion G8) Larzow (0b. city vol. fp. 42) comsdera ue ta fenémenc se present desde el’ siglo xv, 2 pesar de las probbicones gales de introduce miquiae. aaevas, (a) Sonaze (Der Bourges, 19:20, y Der moderne ‘apitatons, wl. 1 ar, 1. 9-37) relaiond Ia sbundanca de festar de lon tempos medievales com el epirta preapiae stay en cl cltado Ira Ls origin, coc, p, 62.65, 36 bar precstdo el sgnicado yl némero de eras fstas ul anda ilies foents Go) Un cielo clisico de fo que fos empresaios pe Aeron conecder aloe cbreron eon independacla de pre Sones nos lo offece la historia de Ambrosio Crowley, m= fnteario de uo beret, que «1690 dlsiplind Ta vide de log varor centres de opcrarios sayos, segin fas norm: canteidas nel amor The Low Boa de sa labeica, T= fae de Cray son dipeiciones hemanitarias 2 favor de 4a trabajadores yl hecho de haber sido l primero en is ‘woducit los drbitts y consejos de fabrica (Livsow, E, The Econ, fst. of England, vol WI, pp. 17983). Para las is positions a favor de los obetos adoptadat por ios epee SSrios fancesey del siglo. vm, wease? Bamawsnso, C, Loro'e it fuceo, ob. cy 90. 1023. (1) Tomoeo, G, Dei remoti attri delle potensa eco somice di Fitens: nel Medio. Eon, Milan, Hosp 185, 126 Los instrumentos del capitalismo p. 12133 Eo wna nota de ia pixing 29 dl volumen Le rigid, ecc, hemos citedo ejemplos referemtes al tmaiio de Jas istalacimes de algunas empresas mereamtiles de loss abs x11 y X10; dichos ejemplon se sacaton de algumas obras ‘de Hons y dc Chiasdane. Dvbonos sfadir que seme Iguales 2 ke recordadan allt vallan los emercenecceaios fara el foncionamient de lot slmacenet el comereante de Arezzo Simin d'Ubertino, como puede verse en 08 fi ‘ros comerciales de fines del 2m, conservados em el Archi Vig della Frater dei Lali en Areeao.Repctines que el valor d= estas pruebas dpminaye pur Ueatarse de empresas comers, (62) Ex Freneoforte ¢ Ypres, ciudad que trabsiaba pa fa In cxportacién, seein demote hecho de carla Industria text el gn por top de las personas que eftelan tm ofa, la produecia en el silo XV todavia se desareo- To el aller com wn nimero muy Feducide. de aprendioss (Pints, H, Les dinombremeite de Ta population 8 Ypres, ent "Vierljaracheit fr Sonial—ond Wintehalt Schick", 1903, T Band, pig. 8), G3)_Es evident que en previsin de fa demands. po den producese una bla, wn Bafuelo o un par de rapitos, ‘pero! no puede ‘raluirae wn barco, Se compeeade fac rente que lo que hoy es verdad con mayor renin lo ra en Jos primeros sigs de a edad moderna yen los ttimos de 1a dpom anadieva Por consiguients, el lector intligente comprenderd co su exacty sentido ol valor de caaato de- ‘Sms en ol texto, Gi) Acerca da gran nimero de dependientes de empre- satios invites onlay indsteias textl y metalirgicn y en el comrcio durante la. primera mitad del sil x1, viase: “Livsox, E, The Economic History of England. vol, Il, p 7, Sin embaego, er evdeate qu rasp pronto de- bien ampiaree las empress artesamas cuando silo en ox et 1998 ya lay mansfactaras que legan 2 produce go pictas de pao y 3 an productor de tjidos de Barn {ape ele sfalan Lae caotar soize la base de 1 piers ey Amsintore Panfani (Sumas, L, F, English Industries of Middle Ages, na weed, Oxford, Catendon Press, 1033». 227) (3) Ee Dinant ya ea el siglo x01 gn solo mnrchond- ‘estar da trabajo 9 més de 00 personas (Prams, Les swarchaide-botiouts de Ditowt, ot, 9. 449, (G0) Pann, Hy Note aw by foby at cw 95 &) Et en bimini nes tetomes raliando" 70 oeraimer dian (LInoN, F The Ee iat of Eaglond wh Ihe 1) (Gust, mete chronlogine ds cae de ty ile Gare. rc pr Bites He Note or fai ce, ar oe, 3s: Ia aca a6 me Fer die im atte pte dt to nef cp ors scsi y's Pain evant eas coma lacs aoe othe sen de fe comets Que at Sct anak Tao inn eve pemnscen Ia Sua "Pls, ete ates inode, ne convent dow ae tu haucinrsNasdew cv vil wont ene de ce ‘ digri pue fahede pvr eee marcas 30 fic gees Sanpete pron incr tc Friant fon post itor que Toor chomomte ac toon wri tl owns nom dee Balas tele marc qu atl dea ie ot ce par sors ‘sme’ sreomme fl oot ascites es ingore Tle, Ss peso en pet avons amends wf ewe San trop. comer amie rges Qoi oppartt est cmos de Boner any Bin tees Cou a tans crane ten Je tit co sre de jours ont ery demeres tv pr comme a fous vive odceites fla waveiaton Ge he cy ct A fens svete pacientes srvans © ew Sit er dovanaige Ia pice tne ow gute be lew et de Inner ne ime ue lene fot ispaoye le mest eve esos de ct {ame cem on incon ues de chon 1 oblate ‘dca we eave eo oa at cr moins 8 Los instrumentos del capitalism donne occasion de sollisiter de richief semblbie mar- chandie, au detrne, sy an it ead pepe agalle imrchandie,touterfol, est vlipndée pa Te marca ai cng eon, ayant plu grand regard som rol ere ‘ealir que an bien puleqe, tellement im no Sas ea v= lodite hnuciiews cangester soa coat esa Sore alti arcane solicit ole ma Chane, ain de Tavira vl pry ty font componet, tele, sans que in lear pr fle marhaadse trop supper see et top pau tank, telemmt gue Evicatenet Teoh, industriel dlgene et scence sent lew es) ne peur ofiter prdesus 0 que dessa, condescntant tor ae tes faut ct faudes qv comueten lesdct halteihey amps, et epeiameat ae dane de leary pikes” (G0) En el Estado Pontifcio en el siglo xvit se cons ‘wuyeron para accionar martllos de Sregia, (Baknors, G. Indusira © politica minerara, ee, oh, cit) (Go) Se cnomtearin noticias mis detalladas en la. pi sine 12 de Bint, A,, Storia economicg del Ewrope coch sdewiate, te it, Milano, Cortceli, 1638, y Noo, J. Us op, cit, vol 1, p. 20633, (61) Las fusions constitian tn peligro ta grande ‘ara Ta comservacion de loe bosques que en Inglaterra Fang los sgios X¥1 y VIE ge desarol6 dra een Tel Jacion protetora y por fin, en tempos de la reioa Isabel, fe proptso rohibir en todo el reno la intra meal’ ies, que ocasionaba’tantoe’dsfios al pattimonis. frestal CLitson, 1, The Econ. His of England, vol, Th, sgh. as 13658) (a) Acerca de lon ditintos factores histircos (sn ex «fusion de Tos polities) que afeetton ln locals de as ‘ndotrias,efr,: Soxnaws, W., Der mod, Kopit, ob, cit, vol Th ein. 47 ¥ 54 . (63) Uno de étos' cs Giubileo’ Carsidon, comersante Y eormresari de horaos para larly, que vivo. en San- epoleroen el siglo” av, cuyas actividades Thstrmos en a9 Amintore Fanfani te monogrtias Un mercnte el Treen, Milano, Git fra oss. (Gg. Benss E, Frascexo di Marco du Prato ht y Boovien Re J Cru, ohy ck Tosa mo se he itt Jagr re Lato di Clones tro, gran comerate Treting dl siglo Si, pero los Tegios consevados ‘Ares means ibador y-prowresia forma de iver te cmd alguna della por cl sistema, de Fa parti dibleDevaxio operaciones comerciales Ge ate ‘limo is ta bled Ia materia para olacar ol enyo Gate oft et commer ilrasional del Teco Coen a lvl: Faurat, A Sup rsecoomice ‘fib aann Sox, Ba. "Via e Bee, to (62) Savone, A. Una compognin i Colina, ob, pss 9 ; (G6) Pees en lo ge slates as grams coma sins Mornin defo Bator Pers, tp MC 0 Ik fan femora de foe Boog de Sie. ‘seas iversagrusformacionr suas & ie st at's tent, eles Suton, Ay La repaid verse Fiera del comps dele Compagnie: mereol fsa del Dapena edt print del Preval oe "Rita de Dito Comereaie, 1s8,eopecalnemt, las, 6-6 (Go) Sabre as rimeran tats te. seni re idan en el ilo Sve pene Sere, Fy Ht dio delle lige oh oh TI, pe, 386, (G)_ Esto cs event pre las smal elit sido sory pry cx ge i demuestrs Lieo Ge Beotonid History of Bnplnd, vale I, be 30, 9 Sth m9 60, Si earg confines ab parat Tpltons' tar pres insrain aes dT co Mirco eat Stomy W. Ry The continton ond Fates TF dian onda ear Sloot Compner fo 720, Las in, i108 (G5) Brnma; A, Store con, ob, ct, $0. 46, (G0) Cie: Baxmcaiso, Cy Horo A fue, ob. p asah 130 Fr L Los instrumentos del capitalismo (2H) Mascs, G. Alem espe odie dlforgonisaeone «delle irasformasion! industria, en" Noora. Callan di Economist, Torino, Utt, 1034 vol. VIL, p. 0gt; Vito, F I sindacati industria, 22 od, Milano, Giattee, 193 B- $6 (2) Avon, A, Die Houpyroblone dr Secaliesirens, Leg, tn: Cass, J. Be Bae of eonone The sop New Werk, tga, cap. SX (03) Stasehen, J, Staten sur Geschichte hpitliicr Ortinisutineformen, Mtncben, Dundes ioe, Seton, Aitere deutsche Kartel, ex: "Sumer Sach vol, XXXVI, 'Sious, Av Lee enews des prices 1 des commerane on Hellnd on RVI abele eat Me mores de PAcademe dea Selec" Morals’ Pati aes", yor; Puomowsn, Ry Covad Try, Pee OF fin and Hered ‘Devlopment from the “Etonoic el Lega Aspects Londo, ‘Alen Uswiny ing; Lieto, 6 Shula arle nc commerio‘enesone det teal KITT XIV, en: "Riva Stra Exocmi” 196 (0. Vino, FI sind, ind, 0b, it, 9. 9658 (9) Vito, Fe La tends monoplistica det sindoca ‘industri, en: *Rivista Internazionale Scien Social”, or 1088, 9. BB 06) Darante tos sglos mrdievales Hegaron a encontrar. se on ests lta sitacion ly comerciantes Aoretians en Inglaterra Sobre tte fos Bardi low Perustd, y los jaios ligados ats cominidad 4: Capitula hebracorum; date Ja ca moderna los artesenoslamadoe pars plata ine ddostras nuevas en Getrar extranjeras yl inventors Sobre la concen de ptentes monopliticas a 1 inno. ‘adores en ol campo de la indstrin en Ili dorante los Slelos sur y xvi cfr: Fawr, A. Storin el lor, ob et, cap. Ty HV, (72). En Francia, al acatar ¢l siglo vir, algunos oo smereintes, en contra de los ase trodickeals, intentan lerta forma de proparand, conigvienio inmeditaments 13 Amintore Fanjani una ecradsencia de fa repesiin de estos actos que en tonces eran considerador como sbusos por fas class dit sentes Digg un arrét de 1761: "Quelques marchands de Pare ont affeeté depois quclaue temps. de faire répandre dans ig public dex bilets en Teor nom pour anooncer ' Vente do lear dtoffes et autror marchandiscs Aun prix ‘ils exposent de dafereur 2 celui que tes ditey mmt- ‘handises ont conteme fee verdes par es autres mat= ‘hinds: ge parelle contravention, qai est presque toujoues fa retsouree dun négciant infeley ne peat dre trop 86 ‘erement rerimge", (Buen, Ry La Coiste a Bscemple, 0. et, Pl. 9697.) G8) Ba otro ugar recordamos a Jacques Coeur, aien eo tape, aw perfeccionar sae actividades comerciales, ea- DrendeT construccin de una mimerosa. lta propia para Jog transporter muitos, en tanto que posee cuaras pro- pine pars los transports ereestres. (DoUvinn, Ry Jacques (Coenr, p. $60) Agostino Chigi comtratista de fas mina ds azure, en al siglo XV, po silo te procira los medios {de trnporte marftino necsarior gra la venta del azafre, ‘Sno que tanbién arepla un puerto propio, (BaxuIER:, G., Industria © police micros, ob. cit) Ea el sgl X01, fas Anglesey’ Companies, dems dominos fibrica, po- fren paves, proiae para ol transporte de Tas materia pri- fms. y de Toe productos. (Liesox, 1, The Be, Hh of Engl, vol TB. 177) (G0). Ex el estado de A, Fear Scmzrsiose (Die vos swirtschofliche Hodewng der habsburgichen Post inn 16. Jahr, ea: "Viereljahesceit fr -Soua- und Wirtchats- xeschichte", B, XV, 1027) se encuentra alguna noticia acerca de los primeros scrvicics organizades por partcalates y pra partcuares, Sobre cl corte, su origen suri ‘desarollo: Souanr, W., Der mod. Kofit, vol I, 3p, 283 Lgznar, G, Stor, econ. p, 4g Mis noticias yw bie ‘Miogeaa. mde ampli se coeuentran en el pirrafo 3 del cftnlo sgwiens, Go) Bexaenss, P, ob, cit, pam, Tampoco poiian des 12 pS . Los instrumentos del capitalisma cocaparse del estado de fas carretera hasta lear a coos: teuirlas yor si los industrials de Silesia, ya qve en 1844 Jos altos hernos de Halemba tuveron que stspenier el ta Injo porque el pésime estado de las cxereters facia fat posible cl aprovsonamionto deters primey decom Irate Gi)_Hawionn, J; Havasoso, B, The Rite of Modorie Industry, 48 ed, London, Meth, 1930, 9.78 133 CAPITULO CUARTO EL PSTADO ¥ BL CAPITALISMO 1. LA INeLEDIMLE coNgUISTA et. Esrapo, ‘Cuando ef individuo vib desarrollarse en. su espi- itu los impulsos y las convicciones capitalist, se pereatd de que se hallaban en contraste con la civic zacin en que vivia_y de la que muchas institucianes pblicas se erigian en tutoras, Advirtié adenés'que ho podria disfrutar de fa libertad de aecién. segiae sus nuevas orientaciones,en tanto que no hubiese creado tana nueva civilizacién dentro de-la cual-la cultura, el Estado, las actividades piblicas y las privadas se ar rmonizasen y se sostuvieran reciprocamente on Jos trar Dajos constructives, Lz racionalizacién. de la. activi lad privada en sentido capitalista era, una tentativa| 135 Amintore Fanfoni istieran tas insttuciones det precapitalismo, y por Io tanto la primera de ellas: un Estado organivado se- ain fines precapitalistas (1). Aquella racionaliacion no se podria mantener hasta que la vida piblicafaese también racionalzada segtin los mismos citerios, es deci, hasta el momento en que todo Estado Tegase a ser “ana repiica democrticaen la que el comer= cio es Dios”, como la Tnglaterra de 1764 (2). El hom. bre imbuido por ef espirita capitalists se dedica a este trabajo de transformacién de ta vida pblica, mien tras por otra parte raliza la racionalizacin de la vida privada. En esencia se trata de obrar de manera que 41 Estado deje de imponer un ritmo determinado Ta vida econdmiea con vistas a conseguir determinados fines, y permita al individuo reafizar sus ieales por si mismo, limitindose a garantizar que no se opongan obsticulos a su accién. Una inspiacién semejante anima Ta propuesta presentada a los Estados genera~ les de 1484 por Felipe"Pot dela Rochepot, en Ta qe se afrma que el pueblo crea alos reyes, “qué nfexis tent que par le peuple”, Cineuenta afi después, en Dijon, se proclamari que los psebos tienen derecho a disponer de sus propos destinos (3). El artcuto 36 del memorial de Tos eomerciantes de Amberes conta el proyecto de constituciin de una cor poracién de agentes reales de seguros, resentado por Feruffint a Felipe Th, oftece sm ejemplo exriosisimo dea forma en que los mereaderes del quinientoscon- ceptuaban como buena una ley bajo especie capitalist solamente ewando era en el sign sentido, emanacién des volta iversité des marchands, tant eee en tltimo término al fracaso, mientras sub- 136 EL Estado y capitalism des nations estrangiers que ceulx di pays, voire ceux de ceste ville, grans et petite, wna voce et de commu consentement, detestantur et abhorrent telle ordonnan- ce et la jugent pour inique et cruelle et on dit cém- ‘munément vs populi vox Dei, de sorte que tele ma- gistrat de couretiers ne seroit seulmente contre le con- sentement universelle, ains aussy contr la voix de Dieu. Si tel order seroit prowfitable et bon, afin de ne altérer les marchans et de ne faire violence & la iberté de la negociation, on le debvroit admectre sans le eon. sentemente desdietz marchans, Mais estant si mau ct pestiféré comme om a remonstré, seroit contre fa- ture et hots de toute humanité de Vintroduire contre la volunté des dictz-marchans (4). Considerad ef al> ‘ance de estos principios tan sélo en el campo econé- ‘ico y habréis dibujado la meta fal de esfuerz0'ca- pitalista en el campo de las insituciones AAI principio se buscan las pequefias proteceiones como el Estado quiere intervenir en la vida econémica se procura hallarse entre Tos benefciados por esta i ‘tromisién (5). Unieamente al aumentar las posiiida des de competencia se deja sentir la insufcincfa ‘de este expediente y el ssjeta econémico exige fa Eber tad para el interior y para el exterior: primero: sum samente y’ después sin condiciones (6). Asi se paisa desde la Subordinacién del Estado at Ia dctividad eco- nnémiea en calidad de protector, a la'subordinacién det Estado a Ia actividad econémica como garantizador de ta libertad en un sistema determinado que fa apro- vecha para desarrolase capitalistamente (7)."La ex- presin tangible de esta conquista, cotofEn de Ta vie~ toria en ef terreno de tk racionalizaciin de fa¢ inst= 137 Amintore Fanfosi tuiciones pablicas, es ef advenimiento del Gobierno parlamentario, que transforma en fines del Estado los fines de tos ciudadanos representados, eliminando Ja posihilidad de que la aceién del Estado se encatce ha- cia fines contradictorios con los fines aceptados. por los ciudadanos, Es evidente que no se llega al Gobier~ no patlamentatio por méviles exclusivamente econé- ‘micos (aunque éstos no fueron ajenos ni siguiera a los origenes més lejanos del sistema, como demuestra la historia de la Carta Magna) y que la marcha hacia el Gobierno popular se vié favorecida por las luckas religiosas que a menudo separaron al principe de su pueblo por diferencias de credo y condujeron al dit rio a distinguir entre el principe y el Estado y a iden. tifcar can mayor faciidad a éste con ta masa de los (Gadadans. Para'el capitalismo ef Gobierno parlamen. tario debe ser ef instrumento politico que garantiza que el Estado en ningin momento abrazard. ideas no Jcompartidas’por los miembros dela sociedad, y en nifigiin momento se propond la realizacién de pro- ‘gramas que lesionen los intereses econémicos de los Gndividuos que han conquistado el Estado. [El esfuerz0 {inieo del capitaliimo consiste en emancifarse de las ‘ideas que impiden Ia racionalizacién econdmica de la | Vida y de las instituciones atinentes a estas ideas; y en cl campo social el resultado miximo de este esfuerzo To constituye el régimen parlamentario con na cons: titucidn republicana que impide que incluso fa inter~ veneiéa de la cabeza del Estado, tan poco frecuente tan débil en un régimen parlamentario, pueda ins- Dirarse en sentimientos o ideas no compartides por Joe gobernados (8), Lo’ que ahora vamos a escribir - 138 FI Estado + el capitalismo puede parecer una paradoja, y sin embargo lo cierto es que el desarrollo mas estrcto del prineipio inspira dor de capitalismo parece tener Iogar en ese momento del régimen colectivsta en que todos fos esfuerzos privades y pblios no tenen mis que un fi: Ia ra cionaizacién econdmica de la totalidad de Ja. vida, hasta suprimie la propiedad privaday los vineulos fa niliares (9) ¢intentar In destrucién de todo ideal que pudira consttuir wna amenaza pata tal raconalizacion materialist, El colectivismo realiza la experiencia ex- ‘trema del racionalsmo capitalista (20), extrae us di ras consecuencias, recoge el ideal capitalsta de la racionalizacién eeonémica de a vida y lo transforma en el ideal no ya del individuo, sino de ta enectividad atsracta, de Ta humanidad, legando de esta forma a Ja conelusén de que l timo obstieulo opuesto ala racionalizacion lo constituye el sujeto de fa misma ra cionalizacién y que este obstculo no puede eliminarse hasta que el mismo sea transformado en objeto de la racionalizacién; para conseguislo basta confat la rea Fzacién del programa, no al hombre, al individeo, cual se sirve del Estado, sino al Estado que realiza Jos ideals que le son coniados incluso en caso de ree tiffacin det mandante originario. A ta luz de estas consideraciones puede apreciarse cus superfcals, fon las afirmaciones de quienes consideran el com nismo materialista como el sistema opuesto al capita lista: en realidad no es mas que la titimaconelusin de un mismo principio (11), No puede ser advefsa- io del captaismo sn sistemiaen el cual Iz iia ratio es ln razén econdmica solamente puede ser a} ‘versacio del capitalism wn sisteria que establedeotrés| |? 139 7 Amintore Faxfoni criteris por encima de los econémicos (12). El capi talismo ha luchado a través de sus stijetos para impe: dir que el Estado usase criterios no econémicas y at conseguirlo ha querido que fa actividad del Estado tn ese mas que el complemento de la libre actividad econsmica de los ciudadanos. Examinaremos la for mma en que se alcanz6 esto, tratando del Estado y le libertad, del Estado y el mercado y de las necesidades lel Estado moderno, Empero, es preciso no olvidar que en una época posterior, con Ia misma Higica y persiguiendo igualmente la finalidad de conseguir Te ‘maxima ventaja econdmica, se exigid del Estado un itervencién radical y sistemstiea —como se ha hechn coneretamente en el régimen comunista ruso—, inchusn 4 costa de Ia libertad econémica individual defendida ‘en tiempos anteriores, Partiendo de las anisias pre ‘ccupaciones, las minorias propietarias creen hullar el sistema adecuado a fa satisfaccin de ss aspiraciones econdmieas en un régimen de capitalism individane lista, y las masas profetarias creen encontrarlo en tn réqimen de socialismo colectivista, 2. Et Fsrapo ¥ ca cmerrap, EL primer problema para el hombre con pretensio- nes de actuar libremente en sentido capitalista es des prenderse de los medios que atan a los conceptos y dle las ideas que hacen de ellos obstéentos para si libre actividad, En Ta historia del precapitalismo exropeo todos estos conceptos detivan 0 son reforzados por Ia idea reigiosa. La teologia y la filosofia catdicas 140 El Estado y el capitaliomo Lcvterio religioso como racionalizador supremo de Ja vida, incluso en su aspecto econémico, y la filosofia catélica siempre subordina la. racionalizacién econd= mica ala racionalizacién politica, por el simple hecho ‘de que vineula ef bienestar material del individuo al Lienestar material de su prOjimo y subordina el bien= ‘star puramente econémico a un bienestar individual y social entendido en un sentido mis amplio, Bl capi: fasta, en sus primeros esfuerzos por desembarazarse de fos obsticulos opuestos a sit accién, se ditige indi= rectamente contra la religién, combatiendo esos pre~ ‘exptos a los que la actividad econémica estuvo vine Jada tendencialmente hasta aquel momento; y euando avierte que nunca encontrari. en la religion justitica- ign de su conducta, persuadide, como diré Turgot de que “Ios hombres no tienen mecesidad de ser me= tafisicos para vivir honradamente"” (13), la abandona y la reserva para el siervo, al que piensa transformar ‘en un devoto ya que no puede transformarto en un hombre lonrado (14). Ademés, cuando Ta herejia divide las comnidades cristianas, el eapitalista tiene otro motivo para coun Inti la religion: el impedir que la diversidad exeesi- vamente arraigada del credo origine alin obstéculo ‘la expansidn de la vida econémica. Ya en los siglos ‘edievales sintieron esta, necesidad de la indiferencia religiosa aquellos comerciantes cristianos de Tiinez que reembarearon a los failes franeiscanos que on sit predicacién amenazaban echar a perder wia paz fan beneficiosa para el trifico (15). Se comprende fi- cilmente que, mis tarde, al extenderse Ia lucha reli- igiosa en Tos paises europens, quienes veian amenaza- ut

You might also like