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W. W. ROSTOW Traduccién de Rosie Preeeres. Las eta pas del crecimiento econdémico UN MANIFIESTO NO COMUNISTA FONDO DE CULTURA ECONOMICA yeixico~BUENOS AIRES INDICE Prévoco Cavfroxe 1. Introduccién Carfruto Il, Las cinco etapas ds orecimiento, Resumen La sociedad. tradicional, 16; Condiciones previas para el impulso inicial, x8; El impulso inicial, 205 La marcha bs cia la madurez, 21; La era del alto consumo en masa, 23; Més allé del consumo, 24; Une teorfa dinfmica de le produccién, 25 Carfruto UL Condiciones previas para el impulio inicial ‘Los dos casos, 30; Naturaleza de la transicibn, 31; An‘- isis de la wransicibn, 33; Dos problemas sectoriales, 343 La agricultura y lar industries extractivas, 353 Capital social fijo, 38; Variacién de nsturaleza no econémica, 39; Las ' coaliciones transitoria, 42; Trayectorias alternatives del na- cionalismo, 43; El primer impulso inicial, 45 Carhruvo IV. Et impulso iniciel El logro del crecimicato normal, 50; Definicién y delimi- tacién del impulso Comprobacién de tasas de jersibn en el impulo inical, 55; Estructura interna del impulso inicial, 6r; La oferta de fondos prestables, G2; Las fuentes del espitica de empresa, 66; Los sectores princips- es ea el impuleo inicial, 68; EI itopnlsn inicial en pers pectiva, 74 Carkruto V. Le marcha hecia ia medures . Definicién y regulacién, 75; Notmas scctoriales de madu- rez: los ferrocarriles y ss consecuencias, 75 Suecia, 80; 7 Japén, Br; Rusia, 83; Alguoos problemas para definir la madurez, 85; La’ madurez en perspectiva, 88 Carfrevo VL. Le época de alto consumo en masa... “Triple alternativa de selecciéa, ga; El caso norteamerica- no, 94 La posmadurez.en otras regiones, 1025 La rela ign de intercambio después de dos guetras, 109; Mis allé del alto consumo cx masa, 111 B 16 2 se 206 frvice Cavtrure VIL. Crecimiento ruse y norteamericano ns Un sorprendente patalelo, 115; Las principales difcren- ias, 120; El problema militar, 125; Bl problema econé- ico, 1243 El locus del desaffo, x27 Carfrvno VIM. Las etepas relativas de evecimienta ta agrestin 329 La guerra en Ia historia moderna, :29; El problema de la soberanfa nacional, 130; Tres tipos de guerra, 130; Colo- nialismo, 1303 Agresiéa regional, 156; Luchas por el equi- Iibrio del poder eurasitico, 138; Decisién para agredir, 1425 La fase siguiente: las armas nucleares y una nueva extensiéa de la industrializaci6n, 145 Carfruro IX. Las etapas relativas de erécimiento 3 el problema dela pax : : La revolucién de los armamentos, 147; La difusién del poder 4 largo plazo, 1503 El problema de la paz, 1533 El interés nacional ruso, 154; Problemas de Moseti para la aceptaci6n, 156; La gran tarea dé hy persuasién, 158; Mis alld de la paz, 1615 Significado part Europa occidental de Ih difusign del podert 162; Los impulios iniciales, pasado y actualidad, 1645 Tres implicacionss principales para una Iinea de politica, 168 147 Carfrovo X. El marsismo, el comunismo y las etapas de re- cinsienso pe Las sicte proposiciones macxistas, 1725 Similitudes con et anilisis de las etapas de crecimiento, 175; Temas centea- les de las etapas de crecimiento, 176; Marx en perspectiva, 385; La evolucién del comunismo moderna, 187; Comu- nismo: enfermedad del periodo de transiciSn, rox; Una atirmaci6n de. valores, 193 Avéomice: La difusidn del automéuil particular 197 17—9__ \g00 1820 184060 1800 1909 3201840059 V arle la forma de conceptos gencrcles al Gnico y complicado total cons. tituido por estos factores”: Asi, cues, nos ocuparemos aqui de clertos “factores particulares de la realidad” que aparecen en el transcurso de {a historia del mundo moderno aproximadamente desde 1700, Al aceptar y hacer hincapié en la naturaleza limitada de la empre- j iy Wy yy eae i, Yi, * Uy yy U, ara ciertas finalidades limitadas, dtil subdividir la historia de cada - | / a}. | en ee = | ems 7 | Seat sbe a erie _ yy) 7 " | ats dt dpa mop 7 _ Y), 7 [pe aguas ene man fan Nios adr y . / i, | SERS Pag cir lene om Cee , ee om aceasta a 3B, Croce, Historical Matalin and the Economics of Karl Mars, trad ings de CM. Meredith, pp. 34, | | : | 4 mermobutci6n “4a, debe observarse que las etazas de crecimiento se han ideado con el Gn de abordar una serie considerable de pioblemas. {Qué impulses influyeron en las sociedades agricolas tradicionales para iniciar el pro- ceso de su modernizacién? Cémo y cuindo se tansformé el creci- | miento normal en una caracte‘stca innaca de cida sociedad? {Qué fuerzay dieron impulso al proceso de eretimiento sostenido y determi naron sus mites? ¢Qué rasgos comunes sociales y politicos del pro- ceso det crecimiento pueden disternirse en cada ctapa? (En qué seo. tido se pone de manificsto, etapa por etapa, el cardcter Unico de cada sociedad? (Qué fuerzas han determinado las relaciones entre las z0- nas més desarrolladas y las de escaso desarrollo; y qué conexiéa, si la hubo, guardé el proceso de desarrollo con el estallido de la guerra? Y, por sltimo, ghacia dénde nos llevard el interés compuesto? * zNos conducird hacia el comunisma, hacia los ricos barrios residenciales ha- biitados generosamente con un capital social fijo, 2 la destruccién, a la luna, 0 a dénde? He ideado las ctapas de crscimiento para averiguar estas cuestio- thes} y como constituyen una aternativa a la teorfa de fa historia mo- derna de Karl Marx, he dedicado totalmente el capitulo final a esta- blecer una comparacién entre su manera de intexpretar las cosss y Ta mia Pero hay que dejar esto bien claro: aunque las etapas de crecimiento representan una forma econémica de considerar a las sociedades en su totalidad, de ninguna manera significa que los mundos de la politica, de Ia organizaci6n social y la cultura sean una simple superestructura construida y obtenida exclusivamente de la economia, Por el contea- tio, aceptamos desde el principio la idea a la que Marx volvié final. mente la espalda, y que Engels, ya Youy anciano, estaba dispuesto a reconocer de todo corazén: a scber, que las sociedades son organismos de accién reciproca. Si bien es clerto que las variaciones de indole ccondmica tienen consecuencias politicas y sociales, el cambio econémi- co, en si, €8 considerado aqui como el resultado de fuerzas politicas y sociales, asf como estrictamente éconémicas, Y en términos de la moti- vacién humana, muchos de los cambios més profunidamente econdmi os son vistos como consecuenda de motivos y aspiraciones humanas de naturaleza no econémics. Quien estudia el crecimiento econémico 2 Se enplea eta rave como na toma abeeviala de ‘uperic que sotmalmeate o ello 1¢ produce por promretién gormbuica, + semejanay Ue uns tuenta te ahoweot fot Ta que se sea que'd ates ae seve al copa! piney mmonucers 15 desde su fundamento en tos mativos bumanos, jamés debe olvidar el aéorce de Keyors: “Sa camunem bnmarut u9 garden la wera de probar suerte, ni stisfaccién (abstracci6n hecha de la ganancia) en construir una fbrica, un ferro:arril, una mina o una hacienda, no habria mucha inversi6n como resultado simplemente de cflevlos pon. derados. La exposicin principia con una definicién impresionista de las cin- 9 principales etapas de crecimiento y un breve enunciado de la teoria indica de la produecién que constituye su estructura central. Los cuatro capitulos que siguen consideran en forma més analitica, con slemplos de la historia y de ta experiencia eontemporineas, las etapas que superan Ia sociedad tradicional: el periodo de las condiciones pre. Yias, el impulso inicial o despegue, 1a madurez y el periodo de dif sién en masa de biencs y servicios duraderos de consumo, En cl capfculo var se examinan los modelos comparativos del creci« miento de Rusia y los Estados Unidos durante el siglo pasado, ‘que tiene interés tanto histSrico como contempordneo- EL capitulo vin aplica las ctapas,de crecimiento al problema de Ja agresién y Ia guerra, hasta principios de 1950, problema que se conoce por lo comtin bajo el rubro de imperialismo. El capitilo 1x continta este anlisis de Ja zelaci6n entre el desarrollo y Ja guerra en el futuro, teniendo en cuenta la naturaleza del problema de Ia paz si se examina a partir de la perspectiva de las etapas de ‘recimiento, YY, por dltimo, en el capitulo x examinamos en forma expresa la re- lacién que existe entre las etapas de crecimiento y of sistema marist ‘Ahora podemos ya preguntaines 2qué aon estas etapa de creck miento; 8 Tenis general de le ccupecn. el ierts yal dinero, $6 fe Fondo de Colne Teonsiiea, Meso, 1988 pe TH ! LAS CINCO EYAPAS DE CRECIMIENTO. RESUMEN Es posible identificar las sociedades, en sus dimensiones econémicas, dentro de una de estas cinco eategorlas: fa sociedad tradicional, las condiciones previas para el impulso inicial, el impulse inical, la mar- cha hacia Ia madurez y Ja era del gran consumo en masa, La sociedad tradicional Primero consideraremos la sociedad tradicional, Sociedad tradicional cs aquella cuya estructura se desarrolla dentro de una serie limitada de funciones de produccién, basadas en la ciencia, la t€enica y una actitud prenewtoniana en relacién con el mundo fisico. Empleamos en este ‘caso a Newton como un simbolo de esa fase de la historia en que los hhombtes llegaron a creer que el mundo exterior estaba sometido a vunas pocas leyes conocibles, ¥ que sisteméticamente era susceptible de una manipulacién productiva. Sin embargo, este concepto de la sociedad tradicional no es, en modo alguno, estético; y no climina la posibilidad de incrementos en la pro- duccién, Puede ser ampliada Ia superficie de tierra cultivable; pueden ser introducidas en el comercio, la industria y la agricultura algunas innovaciones técnicas ad hoc, a menudo muy productivas; puede au- rmentarse la productividad, por ejemplo, con el mejoramiento de obras de inrigacién o con el descubrimiento y difusién de un nuevo tipo de cukivo. Pero el hecho fundamental celacionado con la suviedad rati- cional’era que existid un tope al nivel de la prodacciga obtenible per copita, Este limite provenia del hecho de que no eran asequibles las j posblidades cientticas y téenieas modernas o que no se padian apli car en forma regular y sistemtica Tanto en el pasado remsto como en épocas recientes la historia de las sociedades tradicionales fue ast un relato de cambios incesantes Por ejemplo, entre ellas y dentro de ellds, fluctuaba Ja extensi6n y el volumen det comercio de acuerdo con el grado que alcanzaran las tur bolencias politcas y sociales, Is eficacia del gobierno central o ct m: tenimiento de los caminos. La poblacién —y, dentro de cierts Jin tes, el nivel de vida— aumentaba y disminufa an sélo con Ia sticesin de las casechas, sino también con Ia incidoncia de las guetras y de las TEA SOCIEDAD TRADICIONAL. 7 epidemias. Se desarrollaron diversos grados de produccién; pero, a semejanza de la agricultura, el nivel de la productividad estaba limita- do por. Jo inaccesible de la ciencia moderna, de sus aplicaciones y del marco intelectual. Hablando en términos gencrales, como consecuencia de Ja limita: cidn de la productividad, estas sociedades tenfan que dedicer una gran parce de sus recursos a Ja agricultura: y del sistema agricola dimanaba {una estructura jerirquica socal, con un_margea’ rélativamente estée- cho —aunque existente— para su movilidad vertical. Los nexos fae imiliaces y de clan desempefiaban uh pagel importante en la organi- zacién social. El sistema de valores de estas sociedades estaba ligado, por lo ge- neral, a lo que puciera Ilamarse un fatalismo a largo plazo; es decir, l supuesto de que las posbilidades abiertas para los nietos serian poco :mfs o menos las misinas que habia tenido el abuelo, Mas este fatalismo 1 largo plazo de ningin modo excluia Ia opcién a corto plazo de que, dentro de un ‘margen considerable, fuese posible y legitimo que una persona luchara por méjorar su concicién de vida. En las aldeas chi- ‘nas, por ejemplo, exist una lucha interminable por adquiric 0 retenee Jas tirras, lo que hacia que la tierra rara vez perteneciera a la misma familia durante més de un siglo Aunque en las sociedades tradicionales existfa con frecuencia ~en juia u otca’forma— una autoridad politica central, que superaha a Ia ide provincia relativamente autosuficentes, el centio de gravedad del ‘Poder politico se encontraba, cn las provincias, en manns de lot qn )poseian o conirolaban fa tierra. El errateniente mantenfa una influen- ia variable, aunque comGnmente profunda, sobre el gobierno poltica czatral existente, apoyado por su séquito de servidores civiles y sole dados, imbuido de actitudes que trascendfan la provincia y controlado por intereses que también la sobrepisaban, | ‘Asi, pues, con Ia frase “sociedad tradicional” agrupimos histérica- mente a todo el mundo prenewtoniano: las dinast{as en China; Ia ci- Wilizacién del Mesoriente y el Mediteerdneos et mundo de Ia Europa medieval. Y agregaremos a éstos fas fades posnewtonianas que, durante algtin tiempo, permanecieron intactasy sin ser movidae por la ‘nueva capacidad humana de manejar regularmente su circunstancia. para su propio beneficio econémico. Incluir dentro de una sola categoria a tales sociedades infi \ ce varadasy mutable, basndonos ca ted pros B IAS CINCO ETAPAS DE CRECIMIENTO técnicas econdmicas cs, en verdad, decir bien poca cosa. Pero, después de todo, estamos simplemente despejando el camino con cl objeto de” entgar de leno en el tema de este libro, es decir, el de las sociedades rman en tas que se alteraron las diversas, caracteristicas pri- mokdiales de toda sociedad tradicional de manera que les permitiera tun crecimiento regular: su polftica, su estructura social y, oa cierto ‘grado, sus valores, asf como su economia. Condiciones presias para el impulso inicial ; ‘La segunda etapa de crecimiento abarca las saciedades que se ballan ‘en proceso de transicibn, es decir, el periodo en que se desarrollan las i condiciones previas paia el impulso inicial; pues requiere tiempo trans- formar wna sociedad tradicioaal de manera que pueda explotar los frotos de la ciencia moderna, defenderse de los readimientos decrecien- tes y gozar de los beneficios y opciones debides al progreso a ritmo de interés compuesto. En un principio, las condiciones previss para el impulso inicial se idesarrollaron, claramemte, en la Europa occidental de fines del sie ‘glo xt y principios del xv, a medida que las interioridades de la ciencia moderna comeazaban 4 traducirse en nuevas funciones de pro- Forman nuevos tipos de hombres % Sem el gobierno, en ambos— disp “ie busca de utilidades o de modernizacién, Aparecen bancos otras siones para el manejo del capital. Aumentan las invere siones, principalmente en el transporte, las comunicaciones y en las ma- : interés econdmico para otras naciones, “Se expansiona Jel'campo de accién del comercio interno y externo. Y surgen, aqui y allé, empresas manufacuureras moderaas que utilizan fos nuevos méo- "> dos, Pero toda esta actividad camina a ritmo Jento en una sociedad y £ yuna economia que se encuentran todavia caracrerizadas, principalmen- te, por métodos tradicionales de baja aceductividad, por una estrictura | alors sociales anticuads y por inivaciones pohicas de base regio- ‘¢-| nal formadas a su tenor. © En muchos casos actuales, por ejemplo, persiste la sociedad tradicio- zal al lado de las actividades econibmicas modernas, guiada con fines veconémicos limitados por una potencia colonial o semicolonial. ‘Aunque el periodo de transicién entre la sociedad tradicional y el fzapulso inicial— fue testigo de grandss cambios en la propia economa " y en el equilibrio de los valores sociales, el rasgo decisivo fue por lo general de indole politica. Desde un punto de vista politico, la cons: truccida’ de an Estado nacional cenualizado y efectivo —fundado en “© '|eoaliciones taBluldis por tit nuevo nasionalismo opuesto a los intereses **\"\ tradicionales sobre tierras regionales, z la potencia colonial o a ambos— jeonstituyé un aspecto decisive del periodo de las condiciones pre: vias; 7, casi universalmente, fue condicidn necesaria para el impulso =. Existen muchas cosas mfs que es preciso decir acerca del periodo "de las condiciones previas, pero pensaznos tratarlas en el capitulo 11 en el que se examina la anatomfa de la transicién de una sociedad tradi- ional a usa moderna, 2 + LAS ISCO ETAPAS DE cRECISGENTO El impulso inicial . : Hemos llegado.ahora a la gran Iinea divisoria en la vida de las socie« ; dades modernas: la tercera etapa, o sea, el impulso inicial. Esta fase * es el intervalo en el que, por fin, se superan todos los viejos obstdéculos. Y resistencias contrarios a un crecimiento permanente. Las fuerzas ten- dientes al progreso econdmizo, que producfan brotes e inclusiones li- mitadas de actividad moderna, se expanden y llegan a dominar la so- ciedad. El crecimiento llega a, ser su condiciéa normal, El interés | eeu & anslornay pe esl as, en pare integrase de aus hiibitos y de su estructura institucional. En la Gran Bretaiia y en aquellas pares del mundo bien dotadas ‘por la naturaleza que fueroa pobladas, principalmente, por Inglatecra (los Estados Unidos, el Canad, etc), el esimulo inmediato de la fase iicil fue esencialmente (aunque no en su totalidad) de indole teeno- [lsse. En el eato mis general, el impuso iniil tuvo que Spa a formacién de capital social fijo y una oleada de desarrollo tecnologico ‘en la agricultura y la industria, asi como la aparicién en el poder pa ~ blico de wn grupo preparado para considerar la modernizacién de la economia como asunto crascendental y de gran categoria politica. Durante el impulso inicial la tasa efectiva de ahorro ¢ inversién puede aumentar, por ejemplo, del 5% del ingreso nacional al 10% {| © més; aunque, cuando se necesité una fuerte inversién de capital so- cial fijo para crear las condiciones técnicas previas al impulso inical la ‘asa de inversién en el periado de condiciones previas pudo ser mayor el 5% como, por ejemplo, en el Canadé antes del afi. de 1890 yen {la Argentina antes de 1914. En tales casos la importacién de capital onstituyé comnmente una gran proporcién de la inversién total du- rate el periodo de las condiciones previas , algunas veces, aun en el | eneficios de consumo de una eco ‘nomia madura. ‘Como complemento de estos cambios econémicos, la sociedad dejé de aceptar la extensién adicional de la tecnologia moderna considersn- ola como objetivo supeditado. En esta etapa de la posmadurez, por ejemplo, las sociedades occidentales, a través del proceso politico, han «| optado por asignar grandes recursos para cl bienestar y la seguridad + ‘sociales, EI surgimiento del Estad> benefactor constituye la manifes-| tacién de una sociedad que se desplaza més allé de la madurez técni- (ca; pero es también en esta etapa cuando Jos recursos tenden, cada ‘vez. mis, a ser dirigidos hacia la preduccién de bienes duraderos de con- |sumo y a la difusidn de servicios en gran escala, siempre que predomine 1 lla soberania de Jos consumidores. Gradualmente se fue propagando el ‘uso de la miquina de coser, de la bicicleta y, posteriormente, de los diversos artefactos eléctricos para uso doméstico, No obstante, desde "yun punto de vista histérico, el elemento decisivo ha sido Ja barata ~produccién en masa del automévil con sus efectos completamente re- Yolucionarios, tanto sociales como econdmicos, sobre la vida y perspec- tivas de la sociedad, i} | 4 LAS CINCO ETAPAS DE CRECIMIENTO EL punto culminante para Ibs Estados Unidos fue, tal vea, aim planiacién de Ja banda sin fin de montaje por Henry Ford en los aiios de 1913 a x9%4; pero fue en el decenio de 1920 y, de nuevo, en la dé- cada de Ja posguerca, 1946 a 1956, cuando esta etapa de crecimiento {ve virwalmente obligada a Tlegar a su conclusién légica. Europa oc- cidental y el Japén parecen haber entrado de leno en esta fase en el dlecenio de 1950, como respuesta esencial a un impulso de sus econo- smiag totalmente inesperado en los primeros sfios de la posguerra. En cl aspecto técnico, [a Unibn Sovidtica se encventea preparada para esta etapa y tiene todos los visos de que sus ciudsdanos Ia esperan con ansiedad; pero ai se llega a initia, los dirigentes comunistas tendrén que encarar dificiles problemas sociales y politiéos de adaptacién. Més alié del consumo Es imposible predecir hasta qué grado pueda llegarse més alls, salvo auiek cuando chervamos eV bedi de que en fr dima diets lon nrosteamericanos, por fo menos, han procedide como si, tras un mo mento critica, fa utlided marginal relativa decrecieate se hubiera fra- guido en los bienes ducaderos de consumo; y han optado, de manera marginal, por familias m4s nomerosas ~aetitud acorde con el modelo dc Ia dinfinica de Buddenbrook—! Se han eorportade como si, por haber nacido bajo un sistema que les proporcion6 seguridad econémica y alto consumo en masa, concedieran valor inferior a fa obtencién de ‘aumentos adigionales al ingreso real y convencional, como opuesto a las ventajas y valores que representa una familia més numerosa. Pero aun en esta aventura que se hace general es un poco prematuro crear, fundindose en un solo caso, ura nueva etapa de crecimiento barada ea bebés, como siguiente paso a la época de los bienes duraderos de con- sumo: como lo expresarfan los economista, [a elasticidad-ingreso de Ja demanda de bebés de sociedad a sociedad puede variar considerable- mente. Peto fo cierto es que las implicaciones del auge de la natalidad junto con el déficit, no del todo inconexo, del capital social fijo domi- nnarén grobablemente 1a economia norteamericana durante la pr Fen Ta novela de as wes genera es (Lor Budentrook}, de Thownat Mann, ts levees ¢acida en In opolenca yl preigio fare, De donde el argument eid frmtlado. path sugcie las rniracines cxmbiantes de as geperadones, a tedia que Gta conden eicato alot 2 que dan or sentido y buséap’ nueva lorinas de tatsfecibn UNA TeORA DINAMUICA DE tA PRODUCCION 25 década por encima de la mayor difusién de los bienes duraderos de consumo. He aqui, pues, en forma més impresionista que analitica, las etapas le erecimiento que pueden destacarse una vez que una sociedad tradi- ional eu modernizacién: el periodo de teansicisn, en el cual se exean las condiciones previas para el impulso inicial, en respuesta, ge- neralmente, ala inteusién de una potencia extsanjera, coincidiendo con operan don fucizas contra soe [a Fae in capial/procucidn. Hay, pot uba fae, don gran recuicnd de eapual barca Bo fats I inveraa en transporte, energie erica, ducati, eedra; eo te ca, de. Sido principalmente ab largo peiiodo que necesta Ia iaversida pars product rendimies: TT 2 EL MULSO INICIAL capita, El hecho de que aumente © no el consumo real per capita de- pende de la pauta de distribucidn del ingreso y de la presiéa ejercida por la pablacién, asf como de la magnitud, naturaleza y productividad de la propia inversién. Coto se indica en cl cuadho 1, creemos que es posible identifica, evando menos de primera inteaciGn, los periodos del impulso inicial de cierto niimero de pafses que han entrado a Ia etapa de crecimiento, Cuamo 1. Algunas jechas de tonteo, aproxinsades, de impulios inieiles Pale ome Pate ae Gren Brea x7lg-tlca asia Boo9%4 Franda Bz060 Canadé 1B96.19%4 Belgica 833-50 Argentioat 135- Estados Unidos? 1845.60, Turguia® 1937. Alemania 85073 Indiat 152. Suecia 1868.90 China? 95 Japa 1878.1900 tos, ta mada aparente (2 corto plaze) de captal/poduciéa ez alt Por ova paste cainten, por lo genealy grandes reervas to explotadas de teenies couotdat '} de ‘ecusios naturales diponibes que puvien ponetie en opercién; y ents rescrvan cout Dbuyea a von sclaciéa bsia de capiul/seoducdéa, Dede sl punto de visa forma, ppodemes suponer una relcién baja de eapita/producién para el peiodo del impalo incl pocgue presuponemos que va sean forma las eondiiones pees. inclagends. luna buena canidad de capital socal jo. Ea realidad, el gol de Ta rand capil rargina/produecin es probable que ze mantenga dante el impala nicl, como oosecorncia de In needed de grandes gat ciotiouor de parkas Ge que allo rrodvcen rendimientos después de luges peiodor. Con to, tna properisa de 311 © de 353, parece sasase la feildad, prt la ratéa inecemeato Ge Copal /oredue~ ifn, como punto de referencia apcodimado, basta que hayamos aptenide algo mio scete de las razones capital /prodvecn, sore ona bate veel. 2 En ete cao se considera el impulso Inia! norteamercana como el resultado de is periodon difeceares de expansién: ol puimeto, carrespondinte & In dada, de TE40, sedalado por el detrllo del ferocaril'y de Tas manufac, se conceac eseniee mente en el Exe lo que azoateié mientat al Octey el Sar asiniaban el gaa den solo agricola de la dads anterior el segundo, ls gran expand fervoviari, Daca Matio cexe durante el deceio 1050, mareedo por ua fuere ingzeia de eapitles facanjeror Se juzga que le ecouomla aovteamericana del Notte y del Oeste deve de haber comenzado slate incl a primipios de a Guerra Cin, cutndo tenia un weroas devo impalio ea sence dela induria pode, 8 Por fala de datos adecuados, xs cera duda respecte a la fecha exacts de) inspuso fic jponés. Una pace Gl periodo pater 4 1868 fue certamente, seg Sl eonjuato actual de delinidones, deleada + afirmar lat condiciones previas pa {nmpoloioidal. Chatemente en 1914 [senooomiajapanea ya ve habla iskdsdo, Le dada | | | KS DeriNici6N ¥ DELIANTACION DEL IMPULSO TIGIAL 53 Definicién y delimisacién del impuleo inicial En Ja historia de una sociedad el impulso inicial representa una transi- cidn tan decisiva que es importants exeminar, algo més detenidamence, la naturaleza de nuestra definicién y el mecanismo interno de dicho impulso. Existen vatios problemas de eleccién implicados en la definiciba precisa del impulso inicial. Podsiamos principiar formulando una de- finicién arbitraria y considerando, en forma breve, las dos alternativas Principales, Para los propésitos de esta obra, el impulso inicial es definido como [a necesidad del conjunto de las tes siguientes condiciones afines: 2) un aumento en la tasa de inversiéa productiva del 5°/, o meno’ al 10% 0 mis del ingreso nacional (0 producto nacional neto [PNN])$ 2) el desarrollo de uno o més sectores esencialmente manufactue eros? que tengan una alta tasa de crecimiento; 3) la existencia, o aparici6n répida, de una estructuracién politica, agite rape a el ptnde aprosinada, de 1978 a le guerra chino japonne de mee indeed decnio er I890, debe cansideae como commpleweto de fe condones bern © como impalo jail. De seazds com la pth sy Sc ee ‘este ditimo punto de vista. = an 4a economia apenina comenzS, un senda, st inpoho inci dure la pimera Gaera Musa. Pao ea todo rapes, bats ia sina Gr Ie ga Dope tos aos porns a 1929, el cient de #0 sce modemno, eal dees Ib fcr, too tendeaca = mermar; 9, 2 amnginsh de wo gras ‘are de seine eon, i aageaton wath durante ads de 1990, de dome seo ead Besodo inter a 1914, No fue sino edison de decals de 150 cee eget tu imple ical torn que, ea todo seaien Folemoy ahora cones Ge ‘ito, 2 pear de fas victudes enructaler de eu ceosomt 4 Tomando como base Jos xorecedents de Ie indutticcacén ‘aicads a mediae ds de la década de 1580, ls economia tera ha putto de maniGet un noabie ins plo en les limos cinco ates, fundade en cl gumento de la produsivided > dal Ingres agrisla. Ere ain por yee ei eaua dos boaanzan,producass por pallcat ae Gonalestorslmente distinas, consti una tanviisn hace un eresinienteautorste ‘ido y si Turgula puede mpecor sus fectemas eseuetialescomence Come se indica en el text, todavia e demasiado pronto para juzpa silos actales ‘nfuerzos de impuito inal ceeizados por I India © China coms contempordnest than tenido buan éxito, 7 Ban ese contexo st considera que & tminn “anultcirerm” incleye Ie eaboe ‘acién Ge productos agicolaso de materia primas por mello de metadoe mernos Por fiemplo, fa madera en Soe, Ia cere en Austeaa, produce Meteor en Dinamatc EL doble requisto de un secor “manufuutess" conte en que sur prostlunfontes pongan en mache une seie de neceiddes adicionles del sssor moder 7 ae ae fxpansién propercione la potenilidad de las efectos cconmicos cceos de ucts, leas indantia 54 EL DOLLS INICIAL social ¢ institucional que aproveche los estimulos de expansiéa en el sector moderno y los efectos del impulso inicial en la economfa poten- cial exterior, y confiera al crecimiento carécter de continuidad. La tercera condicién denot. una gran capacidad para movilicar ‘pital de procedencia interna. Algunos impulsos iniciales han ocu- rrido, virtualmente, sin importacién de capitales; por ejemplo, los de Inglaterra y el Japda, Otros haa obtenido un alto componente de ca- pital extranjero; por ejemplo, los de los Estados Unidos, Rusia y el Canadé. Pero ciertos pafses han importado fuertes cantidades de capi- ral extranjero a largo plazo, lo que, sin duda, contribuy6 a crear las condiciones previas para el impulso inicial sin que, en realidad, se ini- ciara esa ctapa; es el caso, por gemplo, de la Argentina antes de x0r4, | de Venezuela hasta estos tiltimos atios, y del Congo Belga en la ac- tuslidad, ‘~~ En resumen, cualquiera que sea el papel que desempefien fas i portaciones de capital, en las condiciones previas del impulso inicial se incluye una eapacidad inicil para movilizar, productivamente, el ahorro interno, ast como una estructura que, en Jo sucesivo, permita una alta tasa marginal de chorzo, Esta definiciéa tiene por objeto delimitar la erapa primitiva, en el ‘momento en que se afianza la industrilizacién, més que Ja etapa posterior, cuando la industrislizacién se transforma ea un fenémeno mis sélido y, desde el punto de vista estadistico, més impresionante. Ea Inglaterra, por ejemplo, no existe duda alguna de que fue entre Ivy ulivs de 1815 y 4850 cuando se arraigé plenamente ia industriali- zaciéa. Si el critetio escogido para determinar el impulso inicial inclu- ye el periodo de més répido crecimiento industrial en conjunto, 0 bbien aquel en que maduré la industria en gran escala, entonces tendre- ‘mos que mover las fechas que dimos en el cuadro zen relacién con Jos impulsos iniciales; por cjeraplo, Inglaterra, de 1819 2 1848} los Estados Unidos, de 1868 a 1893; Succia, de 1899 a 19205 el Japa, de 1900 a 1920; Rusia, de 1928 2 1940. Se han elegido, en este caso, las fechas mis antiguas porque se cree que en las primeras fases indus- triales es cuando ocurren las transformaciones decsivas (jncluyendo un cambio radical en la tasa de inversi6n); y puede atibuirse directa mente la madurez industrial alcanzada después a lor cimientos crea- dos por estas primeras fascs, Esta definicién tiene también por finalidad descarcar del impulso inicial el progreso sustancialmente econdmico que puede experimentar ‘COMPROSACISN DE TASAS DE INVERSION 3 ‘una economfa antes que se inicie un proceso de crecimiento que en verdad se refuerce por si mismo. Consideremos, por ejemplo, la cx- pansién ccondmica inglesa entre =750 y 27833 la rusa, entre 3861 y 18905 Ia canadiense, entre 1867 y mediados de le década de 1890. Di- cchos periodos —de los que existe un equivalente en la historia econé- rica de casi toda economfa en crecimiento— son de remarcar gracias ‘8 acontecimientos ei extremo importantes y aun decisives. Ocurrié la cexpansién de las redes de transporte, y la del comercio interno y ex ternos ¢e inicié una revolucidn et. la productividad agricola; se des arrollaron nuevas instituciones paca Ja movilizacién de los ‘ahorros; comenzé a aparecer una clase de empresarios comerciales y hasta industriles; crecieron Jas empresas industriales en scala limitada (0 ea sectores Limitados). Y, no obstante, por esenciales que fuesen estos ppetiodos prevics al impulso inicial para el desarrollo posterior, su al- ‘cance ¢ impetu fueron insuficientes para transformar radicalmente la ‘economia 0, en ciertos casos, para sobrepasar al crecimiento de Ja po- blaciéa y rendir un incremento en la produccién per capita. Con Ja impresién de que la historia econémica ba sido forzada considerablemente, tratamos aquf de aislar un periodo en el cual la excala de Ja actividad econdmica produetiva aleanza un nivel arfico y crea cambios que conducen a una transformacién estructural progre- siva y en masa en las economfas y sociedades de las que forman par- te, reconocides mejor como cambos de clase que como simplemente de grado. Comprobacién de tasas de inversion en el impulso inicial El caso del concepto del impulso inicial depende, en parte, de la com. probacién cuantitativa del alcance y la productividad de la inversiéa en selacién con el crecimiento de la poblacién. Tenemos que hacer frente agui a un problema dificil, pues, por lo general, no se dispo- rnc ahora de Jos datos referentes 2 la inversién en las etapas pritni- tivas de Ja historia econémica. Se expone a continuacién un caso, como los hay, en el cual sc considera, como ceritro del proceso, ef cambio de una tasa de inversién produetiva de cerca del 5 al 10% ‘0 més del PNN. ea

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